Giovanni Battista Guarini, Il Pastor Fido

Pedro Calderón de la Barca, El pastor fido





Texto utilizado para esta edición digital:
ReferenciaFuente
Marcación digital para Artelope:
  • Burgos Segarra, Gemma (Artelope)

Nota a la edición digital

Comedia en colaboración. Jornada primera de don Antonio Solís y Rivadeneira; jornada segunda de don Antonio Coello; jornada tercera de Pedro Calderón de la Barca.


Elenco

MIRTILO
SILVIO
SÁTIRO
CORIDÓN
NICANDRO
CARINO
FABIO
AMARILI
DORINDA
CORISCA
FLORA
CELIA
LA VOZ DEL ORÁCULO
PASTORES
MÚSICA

Jornada I

La acción pasa en Élide y en Arcadia.
El teatro ha de estar de bosque, y una fachada de templo.

MIRTILO.
Dentro.
¡Piedad, cielos, piedad! que ya no puedo
Rendirme á mas que á confesar el miedo,
Y parece que os cuesta algun cuidado
Hacer mas desdichado á un desdichado.

Salen SÁTIRO y CORISCA.

SÁTIRO.
5
De su estado en el templo se ha caído.
¡Pobre Mirtilo!

CORISCA.
Sátiro, ¿qué ruido
Es el que hay en el templo?

SÁTIRO.
Ahí es un muerto, y ahí es un ejemplo.
Mirtilo, aquel pastor tan afamado,
10
Honra desta region, hoy se ha informado
Del oráculo, allá de sus pasiones;
Y como son los dioses respondones
En viendose endiosados,
Y tienen tantos humos de incensados,
15
Le habrán sin duda ahora respondido
Alguna libertad que le hav aturdido.

CORISCA.
¿Mirtilo ha sido?

SÁTIRO.
El mismo.
Mas no sé si fue muerte ó parasismo.
El andaba estos dias
20
Muy embestido de melancolías,
Viendo dos mil visiones
Y requebrando el aire en los rincones;
Y lo mas lastimoso
Es que padece de un mal muy asqueroso.

CORISCA.
25
¿Qué mal es?

SÁTIRO.
Mal de amor, señora mia.
Hablando con perdon.

CORISCA.
Como es el dia
Hoy de la ausencia de Dorinda bella,
Que se parte á la Arcadia, y yo con ella,
A festejar las bodas de su prima
30
Amarili, ese mal que le lastima
No será mal de amor, sino de ausencia,
Que es amenaza de mayor dolencia.

SÁTIRO.
¿Mirtilo por Dorinda?
Ya no la quiere : ya de otra mas linda
35
Ninfa, que dizque que vió en esa montaña,
Se enamoró el simplon. ¡Gentil hazaña!

CORISCA.
¿Tan malo es el amor?

SÁTIRO.
Digo, señora,
Que es un loco de atar quien se enamora.

CORISCA.
Tú siempre has despreciado las verdades
40
De mi amor.

SÁTIRO.
Pues si en esas liviandades
Hablas, me iré.

CORISCA.
¿Por qué, Sátiro ingrato?

SÁTIRO.
Porque no le está bien á mi recato;
Que no hay humana ley que haya dispuesto
Que el Sátiro sea siempre deshonesto.
45
Muesos señores padres han querido
Casarnos; pero yo lo he resistido,
Porque soy muy devoto de Diana,
Y tengo mucha gana
De juntar de mi dote algunos reales
50
Para entrarme en las virgenes bestiales.

CORISCA.
¡Hay mayor bobería!
Casarte ¿no es mejor?

SÁTIRO.
Señora mía,
Yo soy pastor, y cabras he guardado,
Y muchísimas veces he notado
55
Sus travesuras, sus disoluciones,
Y lo que hacen sufrir a los cabrones.
(Ruido de truenos.)
Pero ¿qué es esto? Aguarda; que parece
Que otra vez en el templo el ruido crece.

MIRTILO.
(Dentro)
Esto es morir, amigos : nadie impida
60
El único refugio de mi vida.

SÁTIRO.
Su voz es esta: él ha resucitado.

CORISCA.
¿No le ves, qué confuso y qué turbado
Viene allí con Dorinda y con Carino,
Su viejo padre?

SÁTIRO.
Abriendo va camino
65
Entre la gente ya para escaparse;
Que esto resulta del enamorarse.

Sale MIRTILO, forcejando con CARINO y DORINDA, y ellos le detienen. Síguenle PASTORES y PASTORAS

MIRTILO.
Dejadme. ¡Hay tal rigor! Padre inhumano
Cruel Dorinda, al cielo soberano
Os oponeis los dos con apartarme
70
De mi vision.

CARINO.
¡Que no hayas de escucharme!

DORINDA.
¡Que á una mujer que tanto te ha querido
Aun no quieras oir!

MIRTILO.
¡Pese á mi oido!
¿Atencion les pedis á mis enojos?
¿No veis que toda el alma está en los ojos?
75
Dulcísima enemiga.
No te apartes. –Dejadme que la siga.-
Espera, si te obliga mi cuidado;
Que te llevas la vida que me has dado.
Detente, si sta dicha te merezco;
80
Que me dejas la vida que aborrezco.
Pero ya la perdí de vista. ¡Ay triste!
Ingrato sol, ¡qué presto te pusiste!
Toda mi dicha se ha llevado el viento.
¡Así te desvaneces, pensamiento!
85
Perdí mi bien, perdí mi compañía.
¿Con la vida te burlas, fantasia?

CARINO.
¡Hay desdicha mayor!

DORINDA.
¡Hay mayor pena!

SÁTIRO.
¿Qué apostamos que está la luna llena?

MIRTILO.
Pastores del sacro Alfeo,
90
Sátiro, Corisca, amigos,
Decidme si aquella ninfa,
Aquel hermoso prodigio,
Que levaba entre los piés
Arrastrando mi albedrio,
95
Ha pasado por aquí.

CARINO.
Ninguno tal ninfa ha visto.

MIRTILO.
¿Y tú, Sátiro?

SÁTIRO.
Yo si;
Pero no me ha parecido
Albedrío lo que arrastra,
100
Sino un cenojil pajizo
De unos listones de paño,
Que suelen llamarse orillos.

MIRTILO.
De aquese templo de Apolo,
¿No salió ahora? Decidlo.
105
¿No me volvia á llamar?
En sus ojos, ¿no habeis visto
Una piedad que era imperio,
Y parecia cariño?

CARINO.
Hijo, deja ya ilusiones;
110
Que no estás en ti.

DORINDA.
Mirtilo,
¿No escucharás á Dorinda?

CARINO.
¿No oirás á un padre afligido?

MIRTILO.
Decid , hablad: ¿qué quereis?

CARINO.
Hijo…

MIRTILO.
No me llames hijo.
115
Tú, padre, que este atributo
En mi extremar has sabido,
Tu, padre, ¿me has de poner
En la garganta el cuchillo?
Tú me diste el sér, ¿y quieres
120
Robármele? ¡Oh padre impio!
Si habias de hacer el robo,
¿Por qué hiciste el beneficio?

CARINO.
¿Yo quitarte el sér? Primero
Falte mil veces el mio.
125
No sabes cuánta ternura
Me debes.

DORINDA.
Señor, amigo,
Advierte…

MIRTILO.
Calla, enemiga,
Y no me llames amigo.
No fué amor, engaño fué
130
Tu amor: ya pasó aquel siglo
En que vencias mirando
Y triunfabas del vencido.

CARINO.
¿No nos dirás lo que sientes?

DORINDA.
¿Ni hablarnos quieres ni oirnos?

MIRTILO.
135
Yo os diré mi mal, y no
Por lograr vuestros alivios,
Sino porque me dejeis
Como incapaz de admitirlos.
Por un extraño accidente
140
A que me guió el destino,
Vi una hermosisima ninfa
Que me robó el albedrío;
Y aunque entónces tuve dicha
De librarla de un peligro,
145
Con rendirme y ausentarse
Me pagó este beneficio.
Quedé sin vida al perderla,
Y después (ó sea prodigio
O ilusión; que mas parece
150
Algun celestial aviso)
Una imagen suya traigo
Delante entre mal distintos
Celajes , que ya me llama
Con imperioso cariño,
155
Y ya me dice piadosa
Que tema el acero mismo
De mi padre. Esto ví ahora
Confirmado en el divino
Oráculo dese templo,
160
Y asombrado mi sentido,
(Ruido dentro como de terremoto.)
Empezó…– Pero ¿qué es esto?
Aguardad : ¿no habeis oido
Ese rumor espantoso?
¿No veis el templo vecino
165
Como forceja temblando
Con la tierra que ha oprimido?
¿No veis la grande techumbre
Que baja á ser con el ruido
Unas veces pavimento,
170
Y otras veces frontispicio?
¿No veis que se turba el sol,
Y que ya en sangre teñido,
Al horizonte le roba
Los fulgores matutinos,
175
Para que entrando en el aire
El imperio del abismo,
Le inflame con otros rayos
Otro dios mas vengativo?–
Grande oráculo de Apolo,
180
Que con altos vaticinios
Revelas sin tiempo al tiempo
Sus secretos escondidos,
Desengaña la ignorancia
Destos oyentes indignos,
185
Que truecan en ilusiones
La verdad de tus prodigios.
Dime, irritada deidad,
¿Quién amenaza mi suerte?

(Dentro)

MÚSICA.
Conduciránte á la muerte
190
Tu padre y tu voluntad.

MIRTILO.
¿Mi padre y mi voluntad?
¡Oh fiera ley del destino!

DORINDA.
Habla á voces con el aire;
Mas nosotros nada oimos
195
Ni vemos de lo que él dice.

SÁTIRO.
Señores, pierdo el sentido.
¿Cómo el juicio le han quitado,
Habiéndole vuelto el juicio?

CARINO.
Dejemos, por si descansa,
200
Que lidie un rato consigo,
Porque no hay pena mayor
Que un consuelo intempestivo.

MIRTILO.
¿Dónde está, oráculo santo,
Este hermosísimo hechizo,
205
Que me ha muerto? ¿No respondes?
¿Tan presto has ensordecido?
(Cesa el terremoto.)
Pero ya se ha serenado
El cielo , y el dia , vestido
De mas luces , restituye
210
Al campo el verdor nativo.
(Tocan dentro instrumentos.)
Dulces instrumentos suenan…
Pero ¿qué es esto que miro?
Ojos, gozad lo que os toca,
Sin estorbar los oídos.

Cantan dentro los versos que se siguen, y miéntras dura la música, vaya pasando por el tablado AMARILI, muy bizarra; y Mirtilo, como arrebatado, vaya volviendo los ojos á ella; y cuando acabe la música, estará Amarili cerca del paño, y se va.
(Dentro.)

MÚSICA.
215
No tendrá fin el daño que os ofende
Hasta que junte amor dos semideos,
Y de una infiel mujer los devaneos
La alta piedad de un pastor fido enmiende.

(Repitiendo.)

AMARILI.
«No tendrá fin el daño que os ofende
220
»Hasta que junte amor dos semideos,
»Y de una infiel mujer los devaneos
»La alta piedad de un pastor fido enmiende.

(Vase.)

MIRTILO.
¿Dónde vas , sombra divina?
No te entiendo… Yo te sigo…
225
Pero ¿la espalda me devuelves?
Otra vez de mis gemidos
Te apartas? ¿Tanto veneno
Tiene un infeliz consigo,
Que cuando ruega no informa
230
Sino hiere los oidos?–
Entre las ondas de Alfeo
Se arrojó , y se ha sumergido,
Dejando con nuevas luces
Su cristal mas cristalino.

CARINO.
235
¡Hay mas rara confusion!

DORINDA.
¡Hay mas extraño delirio!

MIRTILO.
Ya estaréis desengañados,
Ya , Dorinda , ya , Carino,
Habréis visto estos portentos.
240
Decid ahora que finjo
Ideas: decid que mienten
Las voces de mi destino.

CARINO.
Mirtilo, nadie te entiende.
Nosotros nada hemos visto.

DORINDA.
245
Si das á tu error la licencia,
Vendrás á perder el juicio.

MIRTILO.
Déjame, padre cruel;
Que ya parece que miro
En mi garganta la sangre
250
Y en tus manos el cuchillo.
Déjame, Dorinda ingrata;
Que ya con no sé qué instinto
Me parece que eres tú
Quien me conduce al suplicio.
255
Yo me resuelvo á dejaros,
Y por incierto camino
Acercarme á la fortuna,
O alejarme del peligro.

CARINO.
¿Así pagas lo que debes…

DORINDA.
260
¿Así te apartas, Mirtilo…

CARINO.
A un padre que te ha criado?

DORINDA.
De una mujer que te quiso?

MIRTILO.
¿Qué te debo? Qué te debo?
A tí, padre, el nacer hijo
265
De un pescador, con alientos
Tan heróicamente altivos,
Que quisiera, para ser,
Conseguir el no haber sido.

CARINO.
(Ap.)
¡Ah si pudiera decirle
270
Un secreto! Mas ¿qué digo?
Callando obedezco al cielo,
Y muriendo haré lo mismo.
Y á tí, Dorinda, el prender
Estos naturales brios
275
De mi espíritu bizarro
Con el mísero artificio
De unos hierros que se forjan
Y se arrastran sin sentirlo.

DORINDA.
(Ap.)
¡Ah si pudiera quitarte
280
La vida! Mas ¿qué imagino?
Hoy me partiré á la Arcadia,
Y la ausencia hará su oficio.

MIRTILO.
Élide, patria enemiga,
Alfeo, sagrado rio,
285
Montes que me habeis criado,
Campos que me habeis sufrido,
Padre, que de un hijo solo
Eres impropio enemigo,
Dorinda, á quien quise un tiempo,
290
Arrastrado o conducido:
Adios; que el cielo me manda
Que me entregue sin arbitrio
Al rumbo por donde van
Las huellas de mi destino.

CARINO.
295
En fin, ¿me dejas?

MIRTILO.
Es fuerza.

DORINDA.
¿En fin te vas?

MIRTILO.
Es preciso.

CARINO.
Pues yo sabré lisonjear
(Vase.)
Con mi muerte tus desvíos.

DORINDA.
Pues yo sabré castigar
300
(Vase.)
Tu sequedad con mi olvido.

MIRTILO.
Y yo erraré por el mundo
Hasta hallar el dueño mio,
O encontrar con el sosiego
En el último suspiro.

(Vanse Mirtilo, pastores y pastoras.)

SÁTIRO.
305
¡Buenos van! Corisca, ¿veslo?
Esto es amar. Ahora digo
Que he de ser virgen bestial,
Aunque me muera de frío.

CORISCA.
Trátame como quisieres;
310
Que aunque te precies de esquivo,
Yo me parto hoy á la Arcadia
Con Dorinda, y es preciso
Sentir tu ausencia.

SÁTIRO.
Tambien
Pienso seguir á Mirtilo
315
Porque he comido su pan;
Pero no pienso sentirlo.

CORISCA.
¿Y no me permitirás
Que pueda el afecto mio
Quererte bien desde léjos?

SÁTIRO.
320
Aunque no es bien permitirlo,
Como sea con amor
Patónico, lo permito.

CORISCA.
¿Qué es patónico?

SÁTIRO.
¿Eso ignoras?

CORISCA.
325
Jamas ese nombre he oído.

SÁTIRO.
Yo no sé lo que es; empero
Sé lo que no es.

CORISCA.
Pues dilo.

SÁTIRO.
Amor patónico, amiga,
Es un encanto agostizo
330
Que no es voluntad ni es odio,
Que no es pena ni es alivio,
Que no es carne ni es pescado,
Que no es desden ni cariño,
Sino otra cosa, la cual,
335
Sin ser virtud ni ser vicio,
Anda invisible, á manera
De filigrana de vidrio;
Y aunque no es cielo ni infierno,
Y es algo ménos que limbo,
340
Diz que en él está penando,
Sin tener calor ni frio,
El alma de Garibay
Por los siglos de los siglos.

CORISCA.
¿No es mas fácil olvidarte?

SÁTIRO.
345
Vusted lo ajuste consigo.

CORISCA.
Pues adios; que yo sabré
Vengarme de tus desvíos.
Yo te arrojaré del pecho,
Y en tu lugar, descreido,
350
Pondré el primero que venga;
Y si hay mas lugar vacío,
Pondré á dos, para que cobres
(Vase.)
El tercio de lo caído.

SÁTIRO.
¡Oigan la mujer! Por Dios
355
Que el respeto me ha perdido.
Desta manera nos tratan,
Y luego dirán que fuimos
Ingratos si las dejamos,
Y nos harán soneticos
360
De quejas en que nos llamen
(Vase.)
Arroyuelos fugitivos.

Un bosque de Arcadia.
Sale SILVIO, con venablo

SILVIO.
Pastores, que en las montañas
De Arcadia seguis mis huellas,
Sin poder sumar en ellas
365
El número á mis hazañas:
Vosotros, que en las riberas
De Alfeo me habeis seguido,
Ya de las fieras temido,
Ya acosado de las fieras;
370
Y habeis visto al fatigallas
En las venatorias lides,
Mi destreza en los ardides
Y mi fuerza en las batallas;
Seguidme ahora: venid
375
A librarme de un cuidado;
Que nunca me habréis hallado
En mas peligrosa lid.
Libradme de la escondida
Violencia de una beldad,
380
Que ofende mi libertad,
Que es algo mas que mi vida.

Salen NICANDRO, viejo venerable, CORIDON Y PASTORES.

NICANDRO.
Silvio, ¿qué es esto?

CORIDON.
Señor,
¿Dónde vas?

NICANDRO.
Aguarda, espera.
Hoy que es la estacion primera
385
De las dichas de tu amor,
Hoy que la Arcadia publica
En tus bodas su ventura,
Hoy que la rara hermosura
De Amarili se dedica
390
A ser tuya, para ser
Refugio desta region,
De cuya desolacion
Fué artífice otra mujer;
¡Dejas el banquete, rompes
395
La fe solemne que has dado,
Y con tu fuga ó tu enfado
Los festines interrompes,
Dejando á tu triste esposa
Que tu sequedad acusa,
400
O bien llorosa y confusa,
O bien confusa y llorosa!
¿Qué es esto, Silvio?

SILVIO.
No sé.

NICANDRO.
¿Dónde vas?

SILVIO.
A ser quien soy.

NICANDRO.
Vuelve en ti.

SILVIO.
Sin vida estoy.

NICANDRO.
405
¿Qué sientes?

SILVIO.
Yo lo diré.
Confieso, padre y señor,
Que el ser de Amarili esposo
Hiciera mi amor dichoso,
A haber nacido mi amor.
410
Pero yo, que me he criado
En las selvas, persiguiendo
Las fieras, y entre el estruendo
Belicoso que han formado
Cuando se eleva ó se abate
415
Sobre la garza el neblí,
Cuando gruñe el jabalí,
El leon ruge, el perro late,
¿He de vivir oprimido
En la cárcel de unos brazos,
420
Que mas que del hombre lazos
Son prisiones del sentido?
¿Y o para un pacto villano
La mano ahora he de dar,
Que es lo mismo que aherrojar
425
Mi libertad con la mano?
¿Yo he de idolatrar rendido
Los ojos de una mujer,
Y cuando puedo vencer,
Enseñarme á ser vencido?
430
Eso no, padre: perdona,
Porque el yugo no sufriera,
Aunque en el yugo viniera
Enlazada una corona.

NICANDRO.
Una fiera en ti engendré.
435
(Ap).
Mas si yo he sido otra fiera,
Que á un hijo por la severa
Ley del destino arrojé
En la cueva portentosa
De Ericina, ¿qué me espanto
440
De ver en otro hijo tanto
De mi impiedad rigurosa?
Por no quitarle la vida
Cuando mas mi dolor fuese,
Le arrojé donde él muriese.
445
¡Oh piedad mal entendida!
Oh quién borrar esta historia
Con el olvido pudiera!)

SILVIO.
¿Lloras?

NICANDRO.
No se.
(Ap.)
( ¡Oh si naciera
450
Un infeliz sin memoria!)

SILVIO.
Ves que mi inculta aspereza
Aun con la razon no domas,
¿Y para vencerme tomas
Las armas de la flaqueza?
455
No llores; que te condenas
A que te deje si lloras.

Dentro.

AMARILI
Si llore: dejad, pastoras.
Que salga á decir mis penas.

NICANDRO.
¡Qué oigo!

Sale AMARILI, Y PASTORAS con ella.

AMARILI.
Llore y lloren cuantos
460
Supieren mi poca dicha;
Que para tanta desdicha
Aun no bastan muchos llantos.
A toda el Arcadia el cielo
Castiga conmigo: y ver
465
Padeciendo padecer
Es miserable consuelo.
Antes crece mi agonía
Viendo que es comun la pena,
Y me aflige como ajena
470
Mucho mas que como mia.

SILVIO.
(Ap.)
De un padre y de una mujer
Entre dos llantos estoy.
Así… Pero ¿dónde voy,
Ojos, si os estorban ver?
475
Volved á mi inclinación;
Que enternecerme no quiero,
Y os sabré sacar, primero
Que os encienda el corazón.

AMARILI.
Ya, Silvio, de mi amoroso
480
Empeño no te he de hablar.
Ya sé que enseña á negar
El que ruega temeroso:
Y así, solo tu atencion
Pido por un breve rato;
485
Que sin faltar á lo ingrato
Cumplirás con mi razon.

SILVIO.
Dí; que ya se han reprimido
Mis naturales enojos.
(Ap.)
( Mas yo cerraré los ojos
490
Y cuidaré del oído.)

AMARILI.
Pues escuchadme, pastores,
Y veréis por qué rodeos
Han llegado mis deseos
A sufrir estos rigores.
495
Diez lustros habrá cabales,
Si no engañan las historias
Que una mujer de la Arcadia
(Cuya infelice memoria
Impresa con sangre, apénas
500
Con nuestro llanto se borra)
Falto á la fe conyugal,
Manchó el tálamo y la honra
De Tirsi, que entonces era
Sacerdote desa antorcha,
505
Que iluminando la noche,
Viene á ser sol de la sombra;
Y por el justo decreto
Que ordenó la misma diosa,
Fue conducida á sus aras
510
Para ser victima propria,
Que lavase con su sangre
La mancha de su deshonra.
Y porque en los sacrificios
(Según nuestras leyes) toca
515
Al brazo del sacerdote
La cruenta ceremonia,
Vió Tirsi á sus piés rendida
A su hermosísima esposa;
Y como aun el agraviado
520
A la hermosura se postra
Siempre que la voluntad
Se aparta de la memoria,
Tres veces levanta el brazo,
Para herir á la que adora,
525
Y tres se le cae la mano
Sin que el brazo lo conozca.
Pero venciendo el amor
(Que arrebata al que aprisiona),
Vuelve contra sí la punta,
530
Y con ira mas heróica
Hiere allá en su corazon
A la ingrata que le enoja.
Murió en fin, y desta muerte,
Que fue del amor lisonja,
535
Resultó (quizá por eso)
La indignación de la diosa
De la castidad, que vio
Atado á Tirsi en la pompa
De los triunfos del amor
540
Con cadena ignominiosa.
Cubrióse el cielo de nubes,
Vistióse el aire de sombras,
Murió el sol por aquel rato,
O se le apagó la antorcha.
545
Rompió la cárcel el viento,
Y con furia sediciosa
Llevó tras sí tan lijeros
Los troncos como las hojas.
Flexible la tierra, arruina
550
Las casas y las personas,
Y al mas pesado edificio
Le niega el centro ó le arroja.
A tanto asombro sucede
La plaga mas horrorosa
555
Con que el cielo nos castiga
Cuando su piedad se enoja.
No sé qué constelación
Malignamente inficiona
El aire, de suerte que es
560
La respiración ponzoña.
El hombre es el basilisco
Del hombre: su vista sola
O su contacto, aun mas fiero,
Destruye su especie propia.
565
Siega à bulto las humanas
Mieses la guadaña corva,
Barajando la cizaña
Con la espiga y con la rosa.
Muere el médico primero
570
Que el enfermo; la piadosa
Madre desampara al hijo
En medio de tal congoja.
Todo es dolores el cuerpo,
El alma toda es zozobras:
575
¡Válgame Dios, qué batalla
De la materia y la forma!
De muchas voces confusas
Se compone una voz sola,
Que ó no dice lo que quiere,
580
Ó dice: ¡Misericordia!
El hombre se vuelve al cielo...
Grande es el mal que le ahoga:
Que cuando es leve el castigo,
Hacia otra parte solloza.
585
Oyó el cielo los clamores
De nuestra Arcadia, y la diosa
Mandó que todos los años
Con supersticion devota
Diese la vida en sus aras
590
Una de nuestras pastoras.
Y no contenta con esto,
Hizo una ley rigurosa
Contra el infelice sexo
De la mujer, en memoria
595
De aquella primera ingrata
Que tanto daño ocasiona,
Mandando que cualquier ninfa
Que la fe á su esposo rompa
O manche, en sus mismas aras
600
El cuello al cuchillo ponga,
Si con otra humana vida
No puede comprar la propia.
Medio siglo se ha pagado
Esta pensión afrentosa,
605
Hasta que nuestra aflicción
Con nuevo fervor invoca
A Diana; y tú, Nicandro,
Como sacerdote, tomas
La voz del pueblo, y mereces
610
Que el oraculo lo oiga,
La admita y se compadezca,
Y desta suerte responda:
«No tendrá fin el daño que os ofende
Hasta que junte amor dos semideos,
615
Y de una infiel mujer los devaneos
La alta piedad de un pastor fido enmiende.»
Este vaticinio santo
Obliga á la Arcadia toda
A que ponga en mí los ojos
620
(Como indigna sucesora
De la gran deidad de Arcadia);
Y también á que los ponga
En Silvio, que por tu hijo
La sangre de Alcides goza,
625
Juzgando que ha de cesar
La calamidad penosa
De tantas calamidades
El dia dé nuestras bodas.
Y yo, que de nada estaba
630
Mas léjos que de la ociosa
Política con que amor
Lisonjea al que aprisiona,
Dí licencia á los primeros
Afectos desta alevosa
635
Pasion, que son las centellas.
De que su incendio se forma.
Si á ser incendio llegaron
En mi pecho, poco importa
Publicarlo: ¡así no hablaran
640
Mis ojos con lo que lloran!
Silvio en fin me dio de esposo
La fe, y yo le di de esposa
Algo mas, pues se la di
Sin violencia ( aquí se ahogan
645
Mis palabras con mi aliento,
Que hácia el alma las revoca
Pues el dia en que Himeneo);
Siguiendo la nupcial pompa,
Tuvo encendidas sus teas
650
Para ilustrar nuestras glorias,
Permite el amor que airado
Silvio con las manos rompa
El dulce yugo, primero
Que en la cerviz se le pongan.
655
Pastores, ninfas, Nicandro,
Silvio, (¡ah traidor!) lo que ahora
Discurro, no es mi queja,
Sino en vuestro bien, que importa
Mas que mi vida, aunque fuera
660
Mi vida mas venturosa.
Segun la voz de Diana,
Cesará vuestra zozobra
El dia que amor uniere
Dos amantes de la heróica
665
Estirpe de nuestros dioses:
Amor lo es también, y estorba
Mi dicha; si esto no fuera
Contra lo que el cielo informa,
No contradijera un dios
670
Lo que aconseja una diosa.
Otra, sin duda, otra ninfa
O mas noble ó mas dichosa
Es la que merece á Silvio,
Y la que los cielos nombran.
675
Buscadla, pastores mios,
Aunque las selvas la escondan;
Que no quiero que compreis
Mi fortuna á tanta costa.
Esto mi razon os pide,
680
A esto mi amor os exhorta,
Y esto mi piedad os dicta;
Que yo ofendida, quejosa
Y despreciada, sabré
Sepultar en la mas honda
685
Region del alma estas penas,
Por no turbar esas glorias.
Y ahora me iré á llorar
Donde nadie reconozca
Estas lágrimas infames
690
Que ya á los ojos se asoman,
Cuando debieran quedarse
(Vase.)
Heladas donde se forman.

NICANDRO.
Escucha, Amarili, espera.

CORIDON.
Tente: ¿dónde vas, señora?

NICANDRO.
695
Seguidla, porque no acabe
Con su vida su congoja.

SILVIO.
Seguidla.
(Ap.)
( Y no la llameis;
Que si vuelve tan hermosa
Y tan elocuente, hará
700
Que mi corazón oiga,
Y le arrojaré del pecho
Si veo que se apasiona.)

(Vanse pastoras y pastores.)

NICANDRO.
Y tú ¿no la sigues?

SILVIO.
¿Yo?
Antes el huir me importa;
705
Que quien llega á batallar
Con una mujer que llora,
Solamente con la fuga
Conseguirá la victoria.

NICANDRO.
Pues ¿qué intentas?

SILVIO.
¿Yo? Seguir
710
Mi inclinación belicosa.

NICANDRO.
¡Plegue al cielo que de amor
El blando imperio conozcas!

SILVIO.
Calla: no pronuncies, padre,
Maldicion tan rigorosa.

NICANDRO.
715
Dioses, corregidle, ó falte
(Vase.)
Esta vida que me sobra.

SILVIO.
Selvas, amparadme, y mueran
(Vase.)
Estas villanas lisonjas.

CORIDON.
A caza se va este novio
720
Por solo huir de la novia;
Y no hace mal, porque el ir
A caza (si bien se nota)
O nunca es fiesta, ó es fiesta
(Vase.)
Para el dia de la boda.

Salen CORISCA Y SÁTIRO.

SÁTIRO.
725
Linda tierra es la Arcadia, y lindamente
Por el rio, siguiendo la corriente,
En dos barcos sin riesgo hemos venido.

CORISCA.
Dorinda este festin ha prevenido
Para las bodas de Amarili hermosa,
730
Que es su prima y con Silvio se desposa;
Y quiere entrar de máscara y de danzas
A darla el parabien.

SÁTIRO.
De aquí se alcanza
A ver su barco, que algo atrás venía.

CORISCA.
Ya á la orilla abordo.

SÁTIRO.
Yo no quería
735
Ver la fiesta; mas yendo tras Mirtilo,
Que iba llorando un hilo y otro hilo
Por la visión de que anda enamorado,
Huyó de mi tan ciego y arrojado,
Que en la pobre barquilla
740
De un pescador, que estaba allá en la orilla
Como cosa entregada á la carcoma,
Viene, ¿y qué hace? Toma
Y déjase llevar el rio abajo;
Y yo, que me aturdí de su trabajo,
745
Después de hacerle en voz una protesta
Tomo, ¿y qué hago? Véngome á la fiesta.

CORISCA.
Pues ya que aquí los dos estamos,
Es menester que un poco no oigamos
Miéntras llega la gente.

SÁTIRO.
750
Oigámonos por cierto atentamente.
Pero ¿has de hablar de amor?

CORISCA.
No será mucho.

SÁTIRO.
Protesto que te oigo y no te escucho.

CORISCA.
Señor Sátiro, vusted
En Elide nos hacia
755
La vista de señoria
Y la vista de merced.
A su desdén y á sus fieros,
Fe, á falta de hombres, guardé;
Que es muy fácil guardar fe
760
Donde hay falta de corderos.
Ya á la Arcadia hemos llegado,
Que es la corte pastoril,
Donde es el amor redil
De muchisimo ganado.
765
Aquí tengo yo un garzon
Conocido, por lo ménos,
Que ama con rayos y truenos,
Y se llama Coridon.
Si adelante ha de pasar
770
Nuestro amoroso placer,
O ha de olvidar el comer,
O ha de enseñarse á tragar.
No ha de ver mis trampantojos
Si quiere aumentar sus bienes,
775
Y si dolieren las sienes,
Ponerse un parche en los ojos.
Y en fin, si esto ha de durar,
Ha de ser vuesa merced
Como pintura en pared,
780
Que adorna sin estorbar.

SÁTIRO.
¿Celos me das, atrevida?
¡Hay mayor disolución!
¿Quieres que la tentacion
Se ria de mi caida?
785
¿Yo celos? ¡vano desdén!
Ap.
(Pero, honor, volved por mí.)
¿Coridon se llama?

CORISCA.
Sí.

SÁTIRO.
(Ap.)
Uñas tiene el quedar bien;
Porque si él no fuera hombron,
790
Se llamara Coridito,
Y no puede ser chiquito
Quien se llama Coridon.

Sale CORIDON.

CORIDON.
O el deseo me ha engañado,
O he visto á Corisca allí.
795
¡Corisca!

CORISCA.
¡Amigo!

SÁTIRO.
(Ap.)
Hélo aquí.
Por Dios, que se han abrazado.
No sé qué diablos es esto;
Que yo no podía vella,
Y ya me inclino á querella.
800
Pensamiento deshonesto,
Detente; que ya te has ido
En casa de Bercebú.
¿Vesme sin sentido, y tú
Quieres estar con-sentido?

CORIDON.
805
¿Quién es este?

SÁTIRO.
(Ap.)
¡Qué partida!

CORISCA.
Es un pastor.

SÁTIRO.
Si, señor.
Dice bien: yo so el pastor,
Y ella la oveja perdida.
Mas si dijere que es cosas
810
Mias, sepa usted que miente,
Y sepa que soldemente
Es una de mis quejosas.

CORISCA.
Si Dorinda no viniera,
Yo supiera castigarte.

SÁTIRO.
815
¡Qué! ¿querias alabarte,
Y que yo lo padeciera?

Sale DORINDA, con PASTORES, PASTORAS Y MÚSICOS.

DORINDA.
Venid todos; que ya es hora
De que la fiesta ensayemos,
Para que con ella entremos
820
A ver á Amarili ahora:
Y para que este contento
Dé mas garbo al parabien,
Tú, mi Corisca, preven
El tono y el instrumento
825
En ala todas, y cuando
Llegue la copla tercera,
Partiré yo la primera,
Y el primer coro bailando
Me seguirá, y al primero
830
El segundo y los demas.
Cuidado con el compas;
Que este ensayo es el postrero.

CORISCA.
(Canta.)
Al dia mas alegre
Que ha visto el tiempo,
835
Vén, amor, vén, fortuna,
Vén, himeneo.
Las tres gracias no vengan;
Que siendo tantas
Las que tiene la novia,
840
Son pocas gracias.
Las dichas de Amarili
Cantad, zagales,
Y el aire se las lleve,
Pues son del aire.

(Empiezan á bailar.)
Sale AMARILI.

AMARILI.
845
¿Qué dichas decis, qué dichas
De Amarili? Los pesares
Decid; y si el pronunciarlos
Os duele, callad, zagales;
Y esas dichas que pasaron
850
Antes de perficionarse,
El aire se las lleve,
Pues son del aire.–
Pero ¡qué miro! Dorinda,
¿Tú vienes á acompañarme
855
En mi tragedia?

DORINDA.
Amarili,
¿Qué es esto? ¿Tus ojos salen
Llorosos á recibirme,
Cuando vengo á festejarte
Desde mi vecina patria
860
Con estos coros nupciales?

AMARILI.
Yo lo estimo; pero ya
No es tiempo de fiestas. Dame
Los brazos, y véte luego;
Que si no quieres dejarme,
865
Enfermará tu fortuna
Del contagio de mis males.

DORINDA.
Quien te buscaba en las dichas,
Tambien sabrá acompañarte
En las desdichas.– Pastores,
870
Debajo de aquellos sauces
Esperad.

SÁTIRO.
Luego lo dije:
Desjarretónos el baile.
¿Mas que anda el amor aquí?
Bien hago en no enamorarme,
875
Sino en ser un mancebito
Preciado de libertades.

(Vanse Corisca, Sátiro, los pastores y pastoras.)

DORINDA.
Ya estamos solas, ya puedes
Dar licencia á tus pesares.
¿Callas?

AMARILI.
¡Ay prima! Un agravio
880
Se renueva al pronunciarle.

DORINDA.
¿Tú agraviada?

AMARILI.
Yo agraviada.

DORINDA.
¿Qué puede haber que te agravie?

AMARILI.
¿Has tenido amor?

DORINDA.
¡Ay triste!

AMARILI.
¿Suspiras? Ya confesaste;
885
Que en la escuela del amor
No se aprende otro lenguaje.

DORINDA.
Amor tengo, pero amor
Muy desdichado.

AMARILI.
No hables
En desdichas del amor
890
Donde yo pueda escucharte.

DORINDA.
Nadie la corta fortuna
De mi amor iguala.

AMARILI.
¿Nadie?
Triste cosa es competir
En las infelicidades;
895
Pero mas triste es vencer,
Y siempre vencen mis males.

DORINDA.
¿Sabes lo que son desprecios
De un hombre ingrato?

AMARILI.
¿Eso sabes?
Llégate mas; que no sé
900
Qué parentesco contraen
Dos corazones enfermos
Que adolecen de un achaque.

MIRTILO
,dentro.
¡Valedme, dioses!

AMARILI.
¿Qué es esto?

MIRTILO.
(Dentro.)
¡Cielos santos, amparadme!

AMARILI.
905
¿No ves, Dorinda, no ves
Con qué furor se desase
La corriente deste rio
De los preceptos del márgen?

DORINDA.
De sus límites Alfeo
910
Ha salido en un instante,
Y con sus ondas usurpa
La jurisdicción del valle.

AMARILI.
Un hombre… ¡Hay mayor desdicha!
¿No lo ves? Un hombre sale
915
De entre aquellos dos peñascos,
Cediendo á los huracanes,
En una pobre barquilla.

DORINDA.
Ya con ímpetu arrogante
La resaca hacia la tierra
920
Le arroja. ¡Cielos, libradle!

Sale MIRTILO como arrojado, cayendo en medio de las dos, y Amarili llega á levantarle.

MIRTILO.
¡Valedme, dioses! No siempre
A un triste la tierra falte.
Pues no es contra la desdicha
El que cayendo la abrace.

AMARILI.
925
Levanta, jóven, levanta
Del suelo; que ya escapaste.

MIRTILO.
¿Quién eres tú, que la mano
Das á un hombre miserable,
Que arrojado? …
(Ap.)
( Mas ¡qué miro!
930
¿Tú aquí?) ¿Tú, prodigio amable,
Me das la mano
(Ap.)
¡Ay amor! ?
Ya que los ojos burlaste,
¿Tienes también ilusiones
Para que el tacto se engañe?

AMARILI.
935
¿Qué tienes?

MIRTILO.
Déjame un poco;
Que el pasar en un instante
De los males á los bienes
Es un bien intolerable.

DORINDA.
(Ap.)
¿No es este Mirtilo, cielos?
940
Mirtilo.

MIRTILO.
¡Hay mas raro lance!
¿Tú aquí, Dorinda, tambien?
(Ap.)
( ¿De dónde á oponerte sales
A mis dichas? Ahora digo
Que es mal ménos tolerable
945
El pasar en un momento
De los bienes á los males.)

AMARILI.
(Ap.)
Cielos, ¿no es este el pastor
Que tan osado á librarme
De aquel riesgo se arrojó?
950
Sin duda es él; mas delante
De Dorinda no conviene
Darme á conocer, ni hablarle
En lo que debo á su esfuerzo;
Porque, aunque no fue culpable
955
El riesgo, hay en él razones
Para que el riesgo se calle.

MIRTILO.
(Ap.)
O no me conoce, ó finge
No cnocerme. ¡Tan fácil
Es olvidar beneficios,
960
Porque un infeliz los hace!
Mas sin duda por Dorinda
No quiere hablar de aquel lance
Tan aventurado. ¡Ay triste!
Siempre hay algo que embarace
965
Mis dichas, y aun no son dichas
Una vez que son verdades.

DORINDA.
(Ap.)
Con rara atencion se miran,
Como se han visto antes.
¡Ah traidor! ¿no tienes ojos
970
Para mí?... Pero delante
De Amarili no es bien dar
Ocasión á sus desaires.
Ya se llegará su tiempo:
Sufra el corazon y calle.

MIRITILO.
975
(Ap.)
¡Bueno me ha puesto el amor
Entre dos extremos, que hacen
Contraria violencia a un tiempo
Al corazon vacilante!
Allí mis penas se aumentan,
980
Aquí se alivian mis males,
Allí mueren mis afectos,
Aquí mis suspiros arden;
Y tú, amor, cuando allí rompo
Tus hierros para librarme,
985
Y aquí con nueva prision
Me rindes, ¿quieres que calle,
Sin permitir á un cautivo
Aquel triste son que hace
Con arrastrar las cadenas
990
De una cárcel á otra cárcel?

AMARILI.
(Ap.)
Con raro afecto me mira,
Y parece que al mirarme
Me persüaden sus ojos
Que en tales prendas repare.
995
¡Ay, Silvio, si tú supieras
Mirar así!

DORINDA.
(Ap.)
Ambos semblantes
Mienten, ó es mas que atencion
Esto que en sus ojos arde.

AMARILI.
1000
Forastero pastor, dinos
Cómo á la Arcadia llegaste.

MIRTILO.
Señora, el sagrado Alfeo,
Donde se arrojó la imagen
De un bien que sigo, me ha puesto
1005
Con ímpetu favorable
A tus pies.
(Ap.)
(¡Que por Dorinda
No pueda yo declararme!)

DORINDA.
(Ap.)
¡Cielos! ¿Si será Amarili
La causa de mis pesares?
1010
Porque esto es hablar sin voz,
Y pasa ya de mirarse.

MIRITILO.
(Ap.)
Ya que amor cierra mis labios
Porque su ardor no se exhale
Por la voz, dulce enemiga,
1015
¿No entendieras el lenguaje
De los ojos?

AMARILI.
(Ap.)
(Otra vez
Con los ojos persüade
A que yo… Mas ¿dónde voy?
Necias ideas, dejadme.)
Hombre, cualquiera que seas,
1020
A raro tiempo llegaste…
(Ap.)
( Pues cuando acabo de estar
Irritada de otro amante,
Vienes á que yo coteje
Tus prendas con sus desaires.
1025
Mucho me importa el huir
Primero que aquí me arrastren
Impulsos que son violentos
Y parecen naturales.)
Vamos, Dorinda, de aquí.

DORINDA.
1030
Bien dices. Vamos; que es tarde.
(Ap.)
( Apartarlos me conviene.)

AMARILI.
(Ap.)
El no volver á mirarle
Es el remedio mejor.

MIRTILO.
¿No esperarás un instante?
1035
¿Asi me dejas, ingrata,
A solas con mis pesares?

(Vuelven las dos.)

DORINDA.
¿Dices á mi?

AMARILI.
¿Hablas conmigo?

MIRTILO.
No lo sé. A entrambas…
(Ap.)
( Dejadme
Sufrir y callar, afectos.)
1040
A ninguna… A mi inconstante
Fortuna llamaba ingrata.

DORINDA.
Sentí que así me llamases…
–Y ya conozco, Mirtilo,
De qué fortuna mudable
1045
Te quejas. Guárdete el cielo.

AMARILI.
Extrañé que así me hablase,
Y ya siento que te enoje
Tu fortuna. Dios te guarde.

DORINDA.
(Ap.)
Celos, mucho os atreveis,
1050
Siendo enemigos cobardes.

AMARILI.
(Ap.)
Valor, mucho has desmayado
En este primer exámen.

MIRTILO.
(Ap.)
Amor, mucho te acobardas
Para tanto como ardes.

DORINDA.
1055
(Ap.)
Pero yo sabré vengar
(Vase.)
Con mis iras sus dasaires.

AMARILI.
(Ap.)
Pero yo, para vencerme,
(Vase.)
De quién soy sabré acordarme.

MIRTILO.
Pero yo sabré granjear,
1060
Firme, rendido y amante,
Que por mi fidelidad
El pastor fido me llamen.


Jornada II

Bosque y caserías, y foro de rio con una barca.
Sale CARINO.

[CARINO.]
Quédese la barquilla
Varada en el regazo de la orilla;
1065
Y dese tronco atada,
Aun mas que de la cuerda, asegurada
De la playa serena,
Sobre la fe descanse la arena.
Aquí por donde Alfeo
1070
Entra en el mar, y el líquido himeneo
Buscando de Aretusa,
Sin permitir que con el mar confusa
Se mezcle su corriente;
Bajel de plata intrépido y valiente
1075
Navega el golfo, á su Aretusa llega,
Donde mezcla el cristal, y amor le anega;
Aquí, pues breve estrecho
De mar se forma, y de tan corto trecho,
Que la vista le mide,
1080
Con que Elide de Arcadia se divide;
¡Oh Arcadia! A ti he venido
En demanda de un hijo que he perdido.
¡Hijo Mirtilo! en esta misma parte
Te hallé la vez primera: aquí he de hallarte.
1085
Esta cueva profunda
Que cuando crece Alfeo dél se inunda,
Fué por donde arrojado
De la resaca, y de su boca echado,
Te hallé, y con señas tales…
1090
Mas ¡oh memoria! ¿de mi bien te vales
Para darme la muerte? Di: ¿no tienes
Harto en los males sin buscar los bienes?
De hermosas caserías
(Que de Alfeo y Ladon las ondas frias
1095
Baten) está poblada
Esta selva, y en fábrica imitada,
Frondoso templo allí se mira enfrente.
(Música dentro.)
Mas ¿qué rumor festivo dulcemente
De ninfas y pastores,
1100
Tejiendo bailes y sembrando flores,
Discurre el valle? ¡Escuadra peregrina!
Parece que hacia el templo se encamina.
Saber la causa quiero.
A la puerta del templo los espero.

(Vase.)
Salen CORISCA, CORIDON, SÁTIRO, PASTORES, PASTORAS Y MÚSICA.

MÚSICA.
1105
A las fiestas de Vénus divina
Que Arcadia celebra, pastores, llegad.
Venid y bailad,
Y ofrecedla guirnaldas de flores.
Solo llegue el que siente de amores:
1110
Y oid lo que avisa la diosa inmortal.

(Canta.)

CORISCA.
Aviso y pregono
Que lleguen los amantes,
Los amantes solo;
Y el grosero que de amor no sabe,
1115
No venga, no llegue, deténgase aparte;
Que el que ignora su dulce rigor,
Ofende y profana la madre de Amor.

SÁTIRO.
¿Cómo? Torna (con licencia)
A repetir, pues es corta,
1120
La copla.

CORISCA.
¿Por qué?

SÁTIRO.
Me importa
para un caso de conciencia.

(Canta.)

CORISCA.
Que el que ignora, etc.

SÁTIRO.
Quédense ustedes con Dios;
Que no puedo concurrir.

CORISCA.
1125
¿Por qué no? No te has de ir.

CORIDON.
Concurre.

SÁTIRO.
Concurrid vos.
Las fiestas no puedo ver.

CORISCA.
¿En qué tu opinión se funda?

SÁTIRO.
En dos causas: la segunda,
1130
Porque yo no sé querer.

CORIDON.
Por la primera empezad;
Que es mejor graduacion.

SÁTIRO.
Pues ¿hablo yo en procesion,
Para ir por su antigüedad?
1135
La segunda causa fué
Por mi condicion severa:
¿No es verdad?

CORIDON.
Sí.

CORISCA.
¿Y la primera?

SÁTIRO.
La primera no la sé.

CORIDON.
(A Corisca.)
¡Que quieras á este simplon
1140
Mas que á mí! ¡Fiero pesar!

CORISCA.
(A Coridon.)
¡Y que quieras tú ajustar
El gusto con la razón! –
Cuando aquí todas te aclaman,
¿Te vas, Sátiro, en efeto?

SÁTIRO.
1145
Corisca, yo no me meto
Jamas donde no me llaman.

CORIDON.
(Ap.)
¡Oh si la madre de Amor
Vengase en ti lo que lloro!

SÁTIRO.
Yo siento acá en mi que ignoro
1150
Su dulcisimo rigor.
Solo los amantes hallo
Que llama; y, no hay que dudar,
No tengo en esto de amar
Mas ánimo que un caballo.
1155
Como un Neron, deste modo,
Si la honestidad me toma,
Veré abrasar una roma,
Y una narigona y todo.

CORIDON.
(Ap.) ( Á Corisca.)
¡Que gustes desto, bellaca!

CORISCA.
1160
(A Sátiro)
Corazon de piedra tienes.

SÁTIRO.
No hay que tratar: van desdenes
De mí como de una vaca.
Voime.

CORISCA.
No te puedes ir.

SÁTIRO.
¿Pues por qué?

CORIDON.
Porque allá dentro
1165
Se están eligiendo ahora
Los tres oficiales nuevos
Para estas fiestas: por si
Te toca á ti alguno dellos,
Has de esperarte.

SÁTIRO.
Pues yo
1170
¿Soy sastre ni zapatero,
Que me han de hacer oficial?

CORISCA.
¡Hay tal simple! Que no es eso.
Los tres oficios son…

SÁTIRO.
Diga.

CORIDON.
Alcalde…

SÁTIRO.
¿Alcalde?

CORIDON.
¿No es bueno?

SÁTIRO.
1175
Helo sido muchas veces,
Y quisiera incienso.

CORIDON.
Ascenso
Dirás. El otro oficio es,
Miéntras las fiestas hacemos,
Ser sacristan de la diosa.

CORISCA.
1180
Aquese sí que es de incienso.

CORIDON.
Mas no dura mas que un mes
Que dura la fiesta, y luego
Espira.

SÁTIRO.
¿De un mes espira?
¡Qué lástima!

CORISCA.
Sí por cierto.
1185
Deben de darles viruelas
Como á niño.

CORIDON.
Y sin remedio.

SÁTIRO.
Sacristan de un mes, que espira,
Iráse al limbo derecho.

CORIDON.
El tercer oficio es…

CORISCA.
1190
¿Cuál?

CORIDON.
El de prioste.

SÁTIRO.
¡Fuego!
¿En qué lengua está ese oficio?

CORIDON.
Derívase del caldeo
Y del tudesco mezclados.

SÁTIRO.
Pues dénselo al tabernero.

CORIDON.
1195
¿Por qué?

SÁTIRO.
Porque cosa que
Se deriva del caldero
Y del tudesco, será
Vino aguado, y no le quiero.

CORIDON.
Si te tocare la suerte,
1200
Será cosa sin remedio,
Porque es carga concejil,
Y eres vecino, aunque nuevo.

Sale un PASTOR.

PASTOR.
Ya las suertes han salido.

SÁTIRO.
¿De dó salen?

PASTOR.
De un sombrero,
1205
Que de allí las saca un niño.

SÁTIRO.
Pues ¿no hay dotor en el puebro?

CORIDON.
Sí.

SÁTIRO.
Pues a él le tocaba
Sacarlas.

CORIDON.
Pues ¿á qué efecto
Al dotor?

SÁTIRO.
Porque es dotor.
1210
. . . . . . . . . . . . . . . .

(Dentro)

VOCES.
¡Vítor Bato, vítor Bato!

CORIDON.
¿Qué oficio?

PASTOR.
Alcalde, el primero.

SÁTIRO.
Temblando estoy no me toque.
. . . . . . . . . . . . . . . .

(Dentro)

VOCES.
1215
¡Vítor Sátiro!

SÁTIRO.
¿Qué dicen?
Preboste soy, esto es hecho.

(Dentro)

VOCES.
¡Vítor Sátiro!

SÁTIRO.
¿En qué oficio?

(Dentro)

VOCES.
¡Viva el sacristan!

SÁTIRO.
1220
Laus Deo.

CORIDON.
¿Sacristan? ¡Brava prebenda!

SÁTIRO.
Es oficio de mi genio.
Digo: en Arcadia, ¿hay bodigos?

CORIDON.
¿Para qué?

SÁTIRO.
Para comerlos.

CORIDON.
1225
Los pastores de la Arcadia
Ni comemos ni bebemos;
Todo es amar, suspirar
Y cantar.

SÁTIRO.
Pero en muriendo,
¿No se les ponen bodigos
1230
Contra el hambre que tuvieron
Como á los demás difuntos?

CORIDON.
No, señor.

SÁTIRO.
Pues, segun eso,
Cantarán, suspirarán
Y amarán despues de muertos.

(Dentro)

VOCES.
1235
¡Vítor Coridon!

CORIDON.
¡Qué escucho!

(Dentro)

VOCES.
¡Viva el prioste!

SÁTIRO.
Me huelgo.

CORIDON.
¿Yo prioste? ¡Hay tal desdicha!

CORISCA.
Pues ¿no es buen oficio?

CORIDON.
Bueno;
Pero está en costumbre que
1240
Le dé una comida al pueblo,
Y yo soy pobre. Esta suerte
Estaba puesta.

SÁTIRO.
¿Hay fulleros
En Arcadia?

CORISCA.
Hay tantas flores,
Que no dejará de haberlos.

SÁTIRO.
1245
Si la suerte te ha tocado,
Será cosa sin remedio,
Porque es carga concejil.

CORIDON.
¡Yo con gasto tan tremendo!

SÁTIRO.
¿Qué gasto, si en Arcadia
1250
Por aprehension comemos?
Gasta tú por aprension:
Se te dará poco deso.

CORISCA.
Ha dado famoso arbitrio.
Pon pavos de pensamiento,
1255
Perdices de fantasía,
De imaginación rellenos,
Y todo aquesto guisado
Con suspiros y con versos,
Y cátate la comida.

SÁTIRO.
1260
No traigan mas, que reviento;
Que todo me lo he comido
Sin sentir, como es tan tierno.

PASTOR.
Ea, el baile se prosiga.

UN MÚSICO.
Vamos cantando y tañendo.

SÁTIRO.
1265
¿Hácia dónde va la danza?

CORIDON.
A aquese portátil templo,
Que junto á la cueva misma
Donde fue ofendida Vénus,
Tejido de hijas y ramas,
1270
Fabrico devoto afecto,
Porque mas cerca del daño
Aplique la fe el remedio.

CORISCA.
Pues ¿no dicen que una boda
Recetada desde el cielo
1275
Era ungüento destos males?

CORIDON.
Sí; mas vase suspendiendo
Sin saber por qué. Y el hado
Se verificaba en ellos,
Porque la bella Amarili
1280
Por legitimos abuelos
Desciende de Pan…

SÁTIRO.
¿De Pan?
Pues casémosla con queso.

CORIDON.
De Pan, deidad de la Arcadia,
Que al primor de su instrumento
1285
Trajo suspensa á la luna,
De quien era amante ciego,
Hasta su cueva, y allí,
Triunfando de sus desprecios,
Se burló della.

CORISCA.
¡Ah buen Pan!

SÁTIRO.
1290
A esto llaman pan de perro.

CORISCA.
Y Silvio, ¿de quién desciende?

CORIDON.
Silvio es generoso nieto
De Alcides.

SÁTIRO.
Y esos ¿son dioses
Iguales?

CORIDON.
No, un poco ménos:
1295
Semidioses.

SATIRO.
¿Semidioses?

CORISCA.
Son los vizcondes del cielo.

CORIDON.
Prosiga la fiesta: vamos.

SÁTIRO.
Y al sacristan (por saberlo)
¿Qué le toca?

CORISCA.
¿Qué le toca?
1300
Cuidar del altar de Vénus,
Y sacudiéndola el polvo,
Irla perdiendo el respeto.

SÁTIRO.
Pues el baile se prosiga.

CORISCA.
Vamos cantando y diciendo…

ELLA Y MÚSICA.
1305
Que el que ignora, etc.

(Vanse cantando y bailando.)
Salen por distitnas partes NICANDRO Y CARINO.

NICANDRO.
Celebrad con puro celo
Las fiestas de la gran diosa,
Y vuestra fe religiosa
Aplaque ofendido al cielo.
1310
Mitiguen ya su rigor
Los males que á Arcadia afligen,
Y su sacrilegio origen
Borre vuestra fe.

CARINO.
Señor,
¿Qué festivas alegrías
1315
Y qué alborotos son estos,
Que toda Arcadia ocupan?

NICANDRO.
Pastor, que bien forastero
Te muestras en la pregunta,
Son las fiestas que hace á Vénus
1320
Todos los lustros Arcadia,
Por templar el sacrilegio
De aquella adúltera ninfa
Que violó la fe al supremo
Sacerdote de Diana.

CARINO.
1325
Pues ¿por qué los votos vuestros
Son á Vénus, si es Diana
La ofendida?

NICANDRO.
El adulterio
Se cometió en esta cueva,
Que fué consagrada un tiempo
1330
A Vénus, y de Diana
Tiene ahora el nombre. En su centro
Se daba culto á la diosa,
Y su oráculo en misterioS
Daba respuestas divinas;
1335
Mas hoy de asombros y miedos
Es un albergue horroroso.–
¿Qué voces se escuchan dentro?
Atiende.

Dentro.

MIRTILO
¡Ay de mi!

(Asombrado.)

CARINO.
¿Qué voz
Es esta?

(Asombrado.)

NICANDRO.
¿Qué triste acento
1340
Me sombra?

(Dentro.)

MIRTILO.
Padre cruel,
¿Por qué me matas?

NICANDRO.
¡El cielo
Me valga!

CARINO.
De mármol soy.

NICANDRO.
Todo me ha cubierto un hielo.

CARINO.
¿Si fué ilusión?

NICANDRO.
¿Si fué engaño?

CARINO.
1345
(Ap.)
¡Oh fuerza del pensamiento!
Lo que me dijo Mirtilo
Al partirse, en devaneos
Me finge la fantasía.

NICANDRO.
(Ap.)
La idea de lo que pienso
1350
Me hace imaginar que escucho…

(Dentro.)

MIRTILO.
Deten, deten el acero.

CARINO.
Ya esto no es imaginado.

NICANDRO.
Ya no es ilusion aquesto.

CARINO.
(Ap.)
Conmigo estas voces hablan.

NICANDRO.
1355
(Ap.)
Contra mi estas voces fueron.

CARINO.
Quiero examinar lo que es.

NICANDRO.
Yo lo averiguo.
(Ap.)
( Aunque temo
Que es la causa mi delito.)

CARINO.
Este puñal…

NICANDRO.
Este acero…
(Para ir adonde suenan las voces, apartan unas ramas, y descúbrese Mirtilo dormido.)
1360
Mas ¿qué es esto?

CARINO.
Entre las ramas
Un hombre rendido al sueño
Está aquí… Y él es.– Despierta.

NICANDRO.
Despierta.

(Soñando.)

MIRTILO.
Aguarda, sangriento
(Despierta.)
Homicida de tu hijo.
1365
No ejecutes… – Mas ¡qué veo!
Detente. ¡Oh cruel decreto
Del destino! Espera, aguarda.
Yo obedezco, yo obedezco.
La sentencia de los hados.

CARINO.
1370
Pero ¡válganme los cielos!
¡Qué fuerte aprension! ¡Hijo, hijo!
Aun soñando está.

MIRTILO.
No es sueño:
Avisos son de los dioses.
De mi padre voy huyendo.

CARINO Y NICANDRO.
1375
Hijo, hijo…

MIRTILO.
Padre, padre…

NICANDRO.
¿A los dos un nombre mesmo,
Y los dos un mismo nombre?

CARINO.
Yo lo soy.

NICANDRO.
Yo lo parezco…
(Ap.)
( Con lo que teme de mí.)

MIRTILO.
1380
Ciego discurso, ¿á quién temo?
De dos aceros confuso
Se forma contra mi cuello
Un golpe tan indistinto,
Que vacilando el recelo,
1385
No sabe á cuál declararse;
Y como obediente acero,
Llamando en igual distancia
De dos imanes á un tiempo.
Aquí temo, allí me asombro,
1390
Porque igual mezclado el riesgo,
Conozco que está delante,
Pero dónde está no veo.

CARINO.
¿Qué hacias entre las ramas?

MIRTILO.
Rendido de mis desvelos,
1395
Me hurtó el sueño un breve rato
Por quietar mis pensamientos;
Si bien en especies mudas
Me volvió al prodigio bello
Que adoro; mas tan mezclado
1400
Este bien con los agüeros
Que me asombran, de un cuchillo
Que esgrimen contra mi cuello…

CARINO.
Sosiega tu temor, hijo
Perdido de pensamientos,
1405
Y hallado de mi cuidado.

NICANDRO.
¿Es vuestro hijo, buen viejo?

CARINO.
Si, señor, y huye de mí.

NICANDRO.
Pues ¿por qué, ingrato mancebo?

MIRTILO.
Porque en él mi muerte miro.

CARINO.
1410
Porque locos devaneos
Me le ausentan de mis ojos.

MIRTILO.
Porque me avisan los cielos
Que ha de matarme.

NICANDRO.
¡Oh dichosos!
Dichoso estado es el vuestro.

MIRTILO.
1415
¿Dichosos nosotros?

NICANDRO.
Sí.

MIRTILO.
¿Dichoso cuando esto temo?

CARINO.
¿Dichoso cuando de mi
Se teme un caso tan feo?

NICANDRO.
Sí; que mal tan comedido,
1420
Que da á prevenirle tiempo,
No es desdicha, sino aviso:
Luego dichosos os veo.
Tú, porque en temer y huir
Te dan lugar para el miedo;
1425
Y tú, en que huyendo, te quitan
La ocasión de cometerlo.

CARINO.
¿Qué importa, si ya me agravia
Con la infamia del recelo
De que doy muerte á mi hijo?
1430
¿Padre pudo haber tan fiero
Que mate á un hijo?

MIRTILO.
Sí…

NICANDRO.
Sí…

MIRTILO.
Cuando lo avisa en misterios
El cielo.

CARINO.
Esa es ilusion.

NICANDRO.
Cuando lo manda el decreto
1435
Del hado…

CARINO.
Nunca lo malo
Se ha mandado desde el cielo.

MIRTILO.
Cuando horrores lo amenazan…

CARINO.
Despreciarlos es vencerlos.

NICANDRO.
Cuando los astros lo influyen…

CARINO.
1440
Si me inclinan, yo no quiero.

MIRTILO.
Cuando agüeros lo confirman…

CARINO.
Son liviandad los agüeros.

NICANDRO.
Cuando un poder invisible
Lo dispone así.

CARINO.
Ese imperio
1445
Fuera contra el albedrío,
Que aun no reconoce al cielo
Jurisdicción; y si Dios
Se reservara ese imperio,
No merecieran los hombres
1450
Con lo malo ó con lo bueno.

NICANDRO.
Calla, calla; que penetras
Con tus razones el pecho,
Y mas cercano á los dioses
Que yo, sabes entenderlos.

MIRTILO.
1455
Calla; que con tus palabras
Pronunciando estás veneno
Contra mi triste memoria.

CARINO.
Yo callaré, si os ofendo.
Adios, hijo: pues me huyes,
1460
A mi pobre albergue vuelvo,
Que hallarás siempre seguro.

MIRTILO.
Son otros mis pensamientos.

NICANDRO.
¡Oh sabio pastor! ¡Qué humilde
Tu sana doctrina entiendo!
1465
Tarde mi ignorancia he visto.
Muera yo, que en daño incierto,
Por curarle amenazado,
(Vase.)
Le anticipé verdadero.

CARINO.
¡Oh Mirtilo! ¡qué obstinado
1470
Entre vanos pensamientos
El amor de un padre olvidas!
Muera yo, pues de tu pecho,
Donde sembré beneficios,
(Vase.)
Cosecha de agravios llevo.

MIRTILO.
1475
Véte, estorbo de mi amor;
Que me parte el pensamiento
El temer tu muerte, y todo
Para estotro mal le quiero.
Asperos montes de Arcadia,
1480
Ondas del sagrado alfeo,
Pues sois palestra de amor,
Pues sois campaña de celos,
Pues sois teatro en que tantas
Transformaciones han hecho
1485
Amando dioses y ninfas,
Que de sus ardores vemos
Dormido en tibias señales,
Pero aun no apagado, el fuego;
Troncos, pues vivis y amais,
1490
En vuestras hojas teniendo
Mil lenguas vegetativas,
Que hablan cuando quiere el viento:
Decidme, pues en vosotros
Vive mi imposible bello,
1495
¿Qué encanto es este que adoro,
Qué muerte es esta que muero,
Que recatea el matarme,
Y estoy de morir sediento?
¿Qué enigma es esta divina
1500
Que asomándose y huyendo,
La entiende la voluntad,
La ignora el entendimiento?
¿Qué enfermedad fugitiva,
Que no hallada la padezco,
1505
Y aun dentro de un golpe mismo
No tengo el dolor que tengo?
¿Qué infierno es este que sigo,
Qué gloria es esta que anhelo,
Qué asombro es este que busco,
1510
Qué hechizo es este que siento?
¿Qué rayo es este?

Dentro.

DORINDA
Amarili.

MIRTILO.
O el acaso ó el misterio
Han dado nombre á mi mal.
¡Dulce nombre! ¡Dulce acento!

(Dentro.)

DORINDA.
1515
Amarili.

MIRTILO.
Esta es sin duda
Mi ingrata; que el mismo efecto
Que hizo al mirarla en mis ojos,
Nombrada en mi oído ha hecho.
¡Oh cuánto le debo al aire!
1520
Yo también nombrarla quiero.–
Amarili, Amarili…
¡Su nombre en mi boca, cielos!
Labios, guardáos de los ojos,
Que de envidia están muriendo,
1525
Y llorando hácia vosotros,
Quizá lloraran veneno.

(Dentro.)

DORINDA.
Amarili, amarili.

Dentro.

AMARILI
Dorinda…

MIRTILO.
¿También eco
Sabe el nombre de Dorinda?
1530
Ya cobró lo que le debo.
¡Que vivir no sepa el gusto
Sin el vecino tormento!

(Dentro.)

AMARILI.
Dorinda, Dorinda.

MIRTILO.
Ahora
¡Qué liberal anda el viento!
1535
Mas quiero con este nombre
Encubrir auqellos ecos
Amarili, Amarili.

Sale AMARILI.

AMARILI.
Hácia aquí sonó el acento.
¿Quién me llama?

MIRTILO.
1540
Yo te llamo.

AMARILI.
(Ap.)
Dí en el riesgo (¡qué tormento!)
Mas recelado de mí.

MIRTILO.
(Ap.)
Dí en la muerte que deseo.

AMARILI.
¿Tú, pastor, á qué fin tomas
Mi nombre en tus labios?

MIRTILO.
Eso
1545
Es preguntar por qué el alma
Habita dentro del cuerpo.

AMARILI.
¿Qué pretendes, qué me llamas?
¿Qué dices?

MIRTILO.
Señora…
(Ap.)
(Tiemblo
De verla, de hielo soy.
1550
Amor, que causaste el fuego
Que se entró por toda el alma,
Apártame de su aspecto.)

AMARILI.
Habla, ¿qué quieres?

MIRTILO.
Señora,
Preguntarte si por yerro
1555
Has visto allá mi albedrío,
Que está perdido y es ciego.

AMARILI.
¿Yo tu albedrío, pastor?
Yo ni reparo ni veo…

MIRTILO.
¡Desdichado del esclavo
1560
En quien no repara el dueño!
Y ¿sabes de mí?

AMARILI.
¿De ti,
Siendo de Arcadia extranjero?

MIRTILO.
¿Tampoco sabes de mí?
¡A qué poca costa muero!
1565
¿Que no me hayas entendido?

AMARILI.
(Ap.)
Menester es no entenderlo.
¡Cielos! ¿qué pastor es este
Que vaga en el pensamiento?

MIRTILO.
En fin, ¿qué dél ni de mí
1570
No sabes?

AMARILI.
No sé en efecto.

MIRTILO.
Pues escucha; que esto sabes,
Y yo de ignorarlo muero.
¿Quién es un cielo de fuego
Donde está mi perdición,
1575
Una hermosa exhalación
Que deslumbra y huye luego,
Una gloria sin sosiego,
De ángel vestida una fiera,
Una divina quimera,
1580
Un pesar como placer,
Un cielo como mujer,
A quien vi desta manera?
Esa pequeña provincia
Que yace en la opuesta márgen
1585
De Alfeo, y el mar y Alfeo
La ciñen por ambas partes,
Fuerte regular de flores
Cuyos rebellines bate
Líquido ingeniero el rio
1590
Con pólvora siempre errante,
Es Elide, patria mia,
Mas no patria de mis males,
Que estos nacieron despues;
Mas con tal maña y tal arte,
1595
Que vinieron extranjeros
Y se han hecho naturales.
Allí ignorada y oculta
La dura ciencia de Marte,
En la caza y en la pesca
1600
Se imita, si no se sabe.
En esto mis verdes años
Pasaba; y porque es desaire
De un corazon bien nacido
No vestirse de pesares,
1605
De una pastora los ojos
Hicieron que me aliñase
De unos cuidados al uso,
Que los padece el semblante
Sin saber el alma dellos;
1610
Que solo sirven de traje.
Pasaba pues deste modo,
Afectando con el arte
Una esclavitud compuesta
De interiores libertades;
1615
Cuando (pasando en silencio
Lo que al intento no hace
Del asunto de mi vida,
Y aquellos frívolos lances
Que sirvieron de episodio
1620
Al poema de mis males)
Volviendo en mi barca un dia
Lleno de triunfos errantes
De escamosos prisioneros,
Al trasmontar de la tarde,
1625
Por donde mas dilatado
De Elide y Arcadia se hace
Garganta undosa el Alfeo
Que escupe en el mar cristales;
Dando á la arena las redes
1630
Y soltando por el márgen
Los palpitantes cautivos
(Libertad que no les vale),
Doy cabo al barco; y apénas
En breves seguridades
1635
Fio el barco de la cuerda
Y encargo la cuerda á un sauce,
Cuando en repetido estruendo
De armas y voces distante,
Quejas oigo, ya remisas,
1640
Y golpes que suenan tarde.
Atiendo mas, y el oído,
Que es árbitro deste exámen,
Averigua que el rumor
Dentro de las ondas nace.
1645
Curioso valor me alienta,
Desato el barquillo frágil,
Y porque ya de las sombras
Se estaba vistiendo el aire,
Rústica antorcha de tea,
1650
Prevencion que el barco trae,
De sus parajes incierto,
Me enciende centella fácil,
Que á tres preguntas de golpes
Responde en dos pedernales.
1655
Hágome al agua resuelto,
Pulsa el remo sus cristales,
Y al rumor, norte elocuente,
Sigo el rumbo del viaje.
Mas y mas me acerco al ruido,
1660
Y mas y mas formidable,
Ya crece, ya se percibe,
Ya se alcanza, ya se sabe:
Combate no numeroso,
Si bien sangriento combate,
1665
Ya cuerpos, ya sangre arroja
Al mar, de un breve patache,
Que en un escaso bajío
Surto y encallado yace.
Poco á poco la contienda
1670
Va sonando ménos que ántes,
Va reduciéndose á ménos
Y desmayando el coraje,
Y ya apurado el ruido,
Veo que llega á estrecharse
1675
La lid solo á dos que restan
De tanta vertida sangre.
Subo al patache, resuelto
A dividir el combate,
Y en su plaza de armas breve
1680
Veo anhelar por matarse
Dos obstinados mancebos.
Quita la espada á un cadáver;
Y cuando á golpes les pido
Con la espada á un cadáver;
1685
Y cuando á golpes les pido
Con la espada que se aparten,
Oigo voces de mujer,
Que nueva piedad me hacen.
Acudo pisando horrores
1690
Sobre mil huellas mortales;
Llego atrevido á la popa,
De donde las voces salen;
Hallo cerrada la puerta,
A mi ardor materia frágil
1695
(Que á dos impulsos del pié
No fue menester la llave);
Y al entrar, una mujer
Llorosa á mis piés se abate;
Y ántes de escuchar sus penas,
1700
Antes que las pronunciase,
La vista embarga al oído,
Que mirando hacia otra parte,
Vió un cielo, un sol con eclipse
Que desta manera yace.
1705
Desmandado el cabello en ley incierta,
Al corazon la sangre retraida,
Desmayada con garbo de dormida,
Y dormida con aire de despierta;
Poco cierto el vivir, la beldad cierta,
1710
El alma sin obrar, en sí encogida,
Para poder matar como con vida,
Y para no sentirlo como muerta;
La vi; y al irla á hablar, dije advertido:
«Si lo hermosa de ingrata es argumento,
1715
Demayada y beldad, no tendrá oído:
Luego en vano es decirla lo que siento;
Que mal podrá sentirlo sin sentido,
Si aun con él no tuviera sentimiento.»
–Suspenso á tanta hermosura
1720
Quedé en absortas piedades,
Como si naciendo ciego
Un hombre, vista cobrase,
Y viento el sol de repente
Tan superior, tan distante
1725
De la idea que habia hecho,
Dijera mudo y cobarde:
«¡Qué diferente es el sol
De lo que en la idea cabe!
¡Qué otro era el sol que veia
1730
Allá en mis obscuridades».
Así en un instante, docto
De amor, probé en un instante
La experiencia de las penas,
El saber de los pesares;
1735
Que aquí entraron padecidas,
Y solo nombradas ántes.
Dudosamente suspenso
De tan equívoco trance,
Ya faltaba á su remedio,
1740
De que recuerdo me hace
La otra mujer que me dijo:
«Mancebo, pues tus piedades
Se indician de tu valor,
Y casi difuntos yacen
1745
Los dos que ya inútilmente
Por esa beldad combaten,
Sácanos destos horrores
A aquesa vecina márgen.»
Y yo asistiendo á su arbitrio,
1750
Con justas temeridades
Cogí en mis brazos el cielo:
¡Muérase de envidia Atlante!
Reclinó el cuello en mis hombros;
Y como sentí abrasarme,
1755
El rostro volví, creyendo
Que eran llamas materiales;
Y no era sino el cabello,
Que en dulces actividades,
Peinado elemento, ardia
1760
Con incendios mas suaves.
En esto vi que su rostro
Del mio empezó a apartarse
Con unos como desdenes,
Que sin eleccion se hacen;
1765
Y yo enamorado y loco,
Quise ver…

AMARILI.
Calla: no pases
Adelante; que no quiero
Saber licenciosos lances,
Que indefensa la ocasión
1770
Dió con manos liberales;
Y si lograrlos fue culpa,
Referirlos es ultraje
De aquella infeliz belleza.

Sale y quédase al paño DORINDA.

DORINDA.
(Ap.)
¿Qué es aquesto? No me salen
1775
Muy inciertas mis sospechas.

MIRTILO.
Señora, escucha: no atajes
La justicia de mi queja.

DORINDA.
(Ap.)
¡A solas le escucha! ¡Ah fácil!
Mas mi propio error condeno.

MIRTILO.
1780
Déjale el bien de quejarse
A un infelice.

AMARILI.
Ya sé
Cuanto puedes alegarme:
Que la sacaste del riesgo,
Que absorto á su luz quedaste,
1785
Que libre, nuevo accidente
Te la quitó de delante,
Que ignorada la quisiste,
Que acaso otra vez la hallaste,
Que como ilusion se huye
1790
De ti, que quién es no sabes…

(Llégase Dorinda a ellos.)

DORINDA.
¡Qué informada estás de todo!

MIRTILO.
(Ap.)
¡Esto faltaba á mis males!

AMARILI.
Dorinda, á buen tiempo llegas.
Este pastor, ignorante
1795
De quién soy, es sombra mía,
Y temo que ha de matarme…
– Digo, del susto de verle.

DORINDA.
Menester era explicarte.

AMARILI.
Y pues que tú le conoces,
1800
Quiero que le desengañes
O informes; que todo es uno.

DORINDA.
De atrevimiento tan grande
Poca pena es un desprecio.

MIRTILO.
Espera.

AMARILI.
Suelta: ¿qué haces?

MIRTILO.
1805
No querer que por tercera
Persona me desengañes,
Ya que me debes la vida,
Que no quiero que me pagues.

DORINDA.
¿La vida te debe?

MIRTILO.
Sí.

DORINDA.
1810
Ya me parece que hallaste
Aquella ilusion, Mirtilo.

MIRTILO.
Echale la culpa al lance,
En que negarlo no puedo.

AMARILI.
Mucho de Mirtilo sabes.
1815
Sin duda que en sus niñeces
Con él te comunicaste.

DORINDA.
No sé mas dél sino que
Es un pescador su padre:
Con que ménos proporcion
1820
Hay para que se declare
Con cualquiera que de dioses…

AMARILI.
Pues ya no quiero informarte
De lo que soy.

MIRTILO.
Pues ¿por qué?

AMARILI.
A fin solo de pagarte
1825
La vida, vive en tu duda.

MIRTILO.
Pues ¿tanto esa duda vale?

AMARILI.
Lo que va de un bien dudoso
A unos evidentes males.

MIRTILO.
Aguarda: no el beneficio
1830
Es justo que así me pagues.

AMARILI.
Por pagártele mejor
Me voy sin desengañarte.
(Ap.)
( ¡Quién diera este amor á Silvio,
(Vase.)
O á Mirtilo aquella sangre!)

MIRTILO.
1835
Dorinda…

DORINDA.
¿Ahora me buscas?
Ingrato, ¿no ves que el áspid
De mis celos es veneno
Que está inficionando el aire?

MIRTILO.
Si el desengaño es ponzoña,
1840
Muerda con desengañarme
El áspid.

DORINDA.
Pues porque bebas
El veneno hasta apurarle,
Esa hermosura que sigues,
Esa ocasión de mis males,
1845
Esa ilusion de tus ojos,
Esa idolatrada imagen,
Es de ti tan diferente
Y está de ti tan distante,
Que la sangre de los dioses
1850
Sagrada en sus venas arde,
Y de príncipes de Arcadia
Desciende por otra parte.
Demas de la obligacion
Que le ha dictado esta sangre,
1855
Es cuidado de los dioses;
Que para extinguir los males
De Arcadia, es voz de los cielos
Que precisamente case
Con esposo cuya estirpe
1860
Tambien de los dioses baje:
Y habiendo un gallardo jóven
Generoso por sus partes,
Amable por su persona,
Trata Arcadia que se casen.

MIRTILO.
1865
Aguarda; que no juzgué
Con tanta ponzoña el áspid.
¡Muerto soy!

DORINDA.
Pues lo quisiste,
Tirano, hasta que se acabe
La has de beber. Sabe, en fin,
1870
Que Silvio (que por su padre
Nicandro, honor de la Arcadia,
De Alcídes su origen trae)
Es el ilustre mancebo;
Y por pactos generales
1875
Desta provincia y del cielo,
Se han dado fe de casarse,
Tan inviolable y tan firme,
Que se juró en los altares,
Añadiendo fuerza á fuerza.

MIRTILO.
1880
¡Válgame el cielo!

DORINDA.
Y añade
Que Amarili á Silvio adora,
Narciso galan del valle;
Y añade mas, que es ya Silvio
Marido hasta en los desaires,
1885
Pues la paga con desprecios.
Con que ya, Mirtilo, sabes
Que es noble, honrada y ajena,
Y que quiere en otra parte.

MIRTILO.
¡Ah, fiero, infame dolor,
1890
Y no dolor, sino ultraje!
¡De otro enamorada, y luego
Despreciada de otro amante!
¡Qué desairado tormento!
¡Cielo! ¿hay mas fuertes pesares?
1895
¡Fortuna! ¿hay mas imposibles?
Ondas de Alfeo, anegadme,
Fieras, hacedme pedazos,
Rayos, fulminad volcanes.

DORINDA.
Detente, aguarda, Mirtilo.

MIRTILO.
1900
En vano me persüades.

DORINDA.
Olvídala.

MIRTILO.
Ese remedio
No se encuentra, aunque se sabe.

DORINDA.
Mira mi amor.

MIRTILO.
Estoy ciego.

DORINDA.
Oye mi pena.

MIRTILO.
Es en balde.

DORINDA.
1905
Pues ¿qué has de hacer?

MIRTILO.
¿Qué? Imposibles.
Ajena, ingrata ó amante,
Quererla, sea como fuere;
Que de influjos celestiales
La inclinacion no se excusa.
1910
(Vase.)
Lluevan penas, vengan males.

DORINDA.
Pues yo buscaré remedio,
Ingrato, que el daño ataje,
Aunque sea á sangre y fuego.
Yo te borraré la imagen
1915
Que de ti arrancó la mia,
Con los pinceles infames
De los celos, aunque moje
(Vase.)
Los pinceles en su sangre.

Sale SILVIO.

SILVIO.
Ya la escasa luz avisa
1920
Al dia en este horizonte.
¿Qué es esto? ¡El alba en el monte,
Y Silvio el monte no pisa!
Ea, amigos, ya la fria
Noche huyó del arrebol:
1925
¿Aguardais á que os dé el sol
En la cara con el dia?
Aunque con cetro de horrores
De todo el mundo sea dueño,
No son vasallos del sueño
1930
Amantes ni cazadores.
Prevenid las jabalinas
Y el sol se afeite en sus hierros,
Y del sueño de los perros
Sean clarin las bocinas.
1935
Aquella espantosa fiera
Que es de la Arcadia el estrago,
Hoy morirá á vuestro amago:
Que al golpe, hazaña no fuera.
Ya el can mal despierto late
1940
Presumiendo el jabalí,
Y soñándola el neblí,
Sobre la garza se abate.
Ea, valiente cuadrilla,
Vamos: impaciente y fiel
1945
Gima y consienta el lebrel
La cárcel de la trahilla.
La alcandara el sacre errante
Deje por la mano mia,
Y si en el sueño porfia,
1950
Duerma otro rato en el guante.
¡Tirso! ¡Ergasto! ¿Con quién hablo?
Sacudid con lijereza,
De vosotros la pereza,
Y de la funda el venablo.
1955
Prevente ya contra mí.
Fiera espantosa y lijera.

Sale NICANDRO.

NICANDRO.
¿Dónde vas? Si buscar fiera,
¿No es mejor buscarla en ti?
Cuando en repetidos males
1960
Arde arcadia, y en tu boda
La salud pública toda
Ponen voces celestiales;
Cuando estragos, terremotos
Ves que el cielo nos envia,
1965
Apostándose á porfía
Sus iras y nuestros votos;
Cuando por ver si el ejemplo
De los otros te movia,
Vivo en aquesta alquería,
1970
Que está tan vecina al templo;
¡Tú con tan necios cuidados,
Huyendo de un ángel bello,
Hurtas á su yugo el cuello
Y haces burla de los hados!
1975
¿No ves que á Vénus alli
En devotos escuadrones
Aplacan himnos y dones,
Que aun se escuchan desde aqui?

(Dentro.)

MÚSICA.
¡Piedad,divina Vénus!
1980
Calmen los rayos ya, cesen los truenos.
Cese del cielo el rigor;
Que para un pecho mortal
No es menester otro mal:
Bastante pena es amor.

NICANDRO.
1985
Mira lo que tú ocasionas.

SILVIO.
Antes aviso mejor
Me dice allí que el amor,
Lazo en que tú me aprisionas,
Es el mas fiero tormento:
1990
Y así voy huyendo dél.
¡Dulce libertad fiel,
(Vase.)
En ti reside el contento!

NICANDRO.
Oye.

(Dentro.)

SILVIO.
¡Dilige ncia vana!

NICANDRO.
Haz á Venus sacrificio.

(Dentro.)

SILVIO.
1995
Ya, imitando su ejercicio,
Hago ofrendas á Diana.

NICANDRO.
Ya al oráculo divino
(Vase.)
Van todos.

(Dentro.)

SILVIO.
Ya piso el campo.
Llama á Barcino y Melampo.

(Dentro.)

VOCES.
2000
¡Tó, Melampo! Tó, Barcino!

Altar de murta con una estrella encima, en el foro; afuera campo.
Tocan clarines, y salen DORINDA, MIRTILO, AMARILI, CORISCA, SÁTIRO, PASTORES, PASTORAS Y MÚSICA; despues, NICANDRO.
(Dentro.)

MÚSICA.
Piedad, divina Vénus, etc.

NICANDRO.
Por ver si remedio hallo,
La diosa consultar quiero.

DORINDA.
(Ap.)
En Vénus remedio espero
2005
Del mal que padezco y callo.

MIRTILO.
(Ap.)
Veré s i al error que aprecio
Es la esperanza posible.

AMARILI.
(Ap.)
Sabré si será imposible
No haber de amor un desprecio.

CORISCA.
2010
Ya al oráculo fiel
Todos quieren consultar.

SÁTIRO.
Ya van llegando al altar
Como moscas á la miel.

NICANDRO.
Madre de Amor, que adoro,
2015
Y parto de las ondas de Anfitrite,
Un blanco, hermoso toro,
Que trasformado á Júpiter imite,
Degollaré en tus aras,
Si mi duda en tu Oráculo declaras.
2020
Inobediente un hijo,
Patria y padre baldona.
Los males que ocasiona
Me hacen morir en un vivir prolijo.
¿Tendrá mi triste suerte
2025
Remedio alguno, sin llegar la muerte?

Dentro.

LA VOZ DEL ORÁCULO
Siempre y nunca homicida
Serás de la que piensas que no es vida.

NICANDRO.
Claro mi daño entiendo.
Esto es decir que viviré muriendo,
2030
Sin remedio y cautivo
Dentro de aquesta vida que no vivo.

MIRTILO.
¡Qué noticia tan trágica y funesta!

NICANDRO.
Ya los coros repiten la respuesta.

MÚSICA.
Siempre y nunca homicida
2035
Serás de la que piensas que no es vida.

DORINDA.
Reina hermosa de Egnido,
Los de Arcadia y mis males
Son tan unos é iguales,
Que por ella y por mi remedio pido.
2040
Ya conoces mi intento:
Un mal tan arraigado,
¿Podrá, di, ser curado
Sin remedio violento,
Sin sangre, sin herida,
2045
Sin derramar la vida
Que mi furor enciende?

(Dentro.)

ORÁCULO.
No tendrá fin el daño que os ofende.

NICANDRO.
¡Oh infelice! Tus males
Y los de Arcadia aspiran á inmortales.

DORINDA.
2050
(Ap.)
¡Celos! clara respuesta, bien se entiende.

MÚSICA.
No tendrá fin el daño que os ofende.

DORINDA.
(Ap.)
Esto es decir que solo medio fuera
De mi esperanza que Amarili muera.

AMARILI.
Hija de las espumas,
2055
Dos palomas sagradas
Que de tu carro hurtadas
Te parezcan, mirándolas las plumas,
Te ofrezco en sacrificio
Si responde tu oráculo propicio.
2060
Ya me tengo ofrecida
Al dueño ingrato que mandó el destino.
¿Tendré marido fino?
¿Podré querer, querida?
Y si es preciso ser tan desdichada,
2065
¿Hasta cuando ultrajada,
Serán mis males de un rigor trofeos?

(Dentro.)

ORÁCULO.
Hasta que junte amor dos semideos.

AMARILI.
(Ap.)
¡Oh fiera voz del hado!
¡Sangre de dioses yo, de bajo estado
2070
El! … Ya lloro burlados mis deseos…

MÚSICA.
Hasta que junte amor dos semideos.

MIRTILO.
(Ap.)
Esto es decirla que por ley severa
Será de Silvio: mi esperanza muera.

NICANDRO.
(Ap.)
Esto es decir que Silvio, a unque mas huya,
2075
Ha de enlazar mi sangre con la suya.

MIRTILO.
Bello origen hermoso
De amor, que es de la tierra
Dulce paz, dulce guerra:
Fiero animal cerdoso
2080
Que con rayos de hueso
Ejecutó de Adónis el suceso,
Degollaré en tus aras, por vengarte
De los celos coléricos de Marte.
Por voces de los cielos
2085
Huyo mi muerte; pero en otra he dado
De desprecios, de celos.
¿Podré olvidar? ¿Mejoraré de estado,
O para algun motivo del destino
Importo yo desesperado y fino?
2090
¿Sirven para algun fin de la fortuna
Mi fineza importuna,
Mis celos, mis deseos?

(Dentro.)

ORÁCULO.
Y de una infiel mujer los devaneos.

NICANDRO.
(Ap.)
¡Pobre pastor, de un padre amenazado
2095
Y una mujer infiel!

AMARILI.
(Ap.)
¡Oh cielo airado!
Bien claro desengañas mis deseos.

MÚSICA.
Y de una infiel mujer los devaneos.

MIRTILO.
(Ap.)
Esto es decirme que esta infiel belleza
2100
Sin quererme, amenaza mi cabeza.

AMARILI.
(Ap.)
Eso es decir que aunque hoy su amor le rinda,
Padecerá en los celos de Dorinda.

NICANDRO.
Bellísimo lucero,
Que eres nocturna aurora,
2105
Por Arcadia hablo ahora,
Si por mí hablé primero.
Si respuesta te debe
Nuestro mísero estado,
Tu altar verás manchado
2110
Con la sangre de un cisne, tan de nieve,
Que dél vestirse pueda disfrazado
Un dios para otra boda,
Con que á la sacra esfera admire toda.
Dos progenies sagradas
2115
Son remedio del mal, y Silvio huye
Las bodas ya tratadas:
¿Qué otro culto su efecto sustituye?
Conmútese este medio
En mas pronto remedio,
2120
Y el sacrilgio error que así os ofende…

(Dentro.)

ORÁCULO.
La alta piedad de un pastor fido enmiende.

NICANDRO.
(Ap.)
¿Pastor fiel? ¿Pues no dijo
Sangre de dioses?

MIRTILO.
(Ap.)
Si de mi colijo
Lo fiel, de mí lo noble no se entiende.

MÚSICA.
2125
La alta piedad de un pastor fido enmiende.

AMARILI.
(Ap.)
Lo fie l y lo pastor en él cabria;
Mas no sangre de un dios.

DORINDA.
(Ap.)
¡Desdicha mia!
¿Si es por Mirtilo?

NICANDRO.
(Ap.)
¡Confusion molesta!

(Dentro.)

ORÁCULO.
Componed de las cuatro una respuesta.

DORINDA.
2130
No tendrá fin el daño que os ofende…

AMARILI.
Hasta que junte amor dos semideos…

MIRTILO.
Y de una infiel mujer los devaneos…

(Dentro.)

ORÁCULO.
La alta piedad de un pastor fido enmiende.

NICANDRO.
(Ap.)
La misma respuesta es esta
2135
Que siempre á la diosa he oido.

MIRTILO.
(Ap.)
O separado ó unido,
Mi muerte está en la respuesta.

AMARILI.
(Ap.)
Que mi bien se cifra en ella
Claro el cielo me avisó.
2140
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

NICANDRO.
(Ap.)
Pues que se afirman los hados,
Buscaré á Silvio.

DORINDA.
(Ap.)
Pues son
Los celos fiera pasion,
2145
Yo curaré mis cuidados.

AMARILI.
(Ap.)
Iré á buscar, á rogar,
A sentir y padecer.

MIRTILO.
(Ap.)
Infiel y de otro ha de ser;
Mas no la puedo olvidar.

NICANDRO.
2150
(Ap.)
Mudaré su pensamiento.

DORINDA.
(Ap.)
Estudiaré mi venganza.

AMARILI.
(Ap.)
Moriré sin esperanza.

MIRTILO.
(Ap.)
Viviré con mi tormento.

(Vánse todos, ménos Corisca y Sátiro.)

SÁTIRO.
Andad ya con Barrabas;
2155
Que ya me dejais molido,
Y no vale con vosotros
Un maravedí el oficio.

CORISCA.
¡Fiero espigon llevan todos!

SÁTIRO.
¡Que no le hayan ofrecido
2160
Estos hombres á la diosa
Cosa que valga un comino!

CORISCA.
Todo fue condicional.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2165
«Si me das remedio, dijo
Te daré un cisne, con tocas
De dueña de honor vestido.»
No hay bobos, ni aun con los dioses.
¿Qué hicieran estos benditos
2170
Con una mujer? Sin toma,
El daréte, amigos mios,
Es futuro contigente,
Y no debe ser creido.

SÁTIRO.
Corisca, véte con Dios;
2175
Que estamos los dos solitos,
Y darémos qué decir.

CORISCA.
Déjame, ingrato prodigio,
Hartarme de ver tus soles.

SÁTIRO.
Pueden darte un tabardillo.
2180
Cierro el templo.

CORISCA.
Pues asios.
Dame un abrazo.

SÁTIRO.
Quedito;
Que quedas irregular,
Mujer.

CORISCA.
Pues dime: ¿no ha habido
Sacristanes abrazados?

SÁTIRO.
2185
No saben hacer su oficio.

CORISCA.
Mas espera: desa aldea
Cuatro pobretes ó cinco
Del oráculo á la sopa
Vienen, del amor mendigos.

SÁTIRO.
2190
Pan los provea, porqué
El oráculo ha escurrido…

CORISCA.
¡Vive Baco, que traen todos
Ofrenda!

SÁTIRO.
¿Ofrenda han traido?
Por dios, que han de hablar á Vénus
2195
Para que corra el oficio.

CORISCA.
Se fué el oráculo ya.

SÁTIRO.
Si á algun negocio se ha ido,
Que hable por procurador.

CORISCA.
Bien has dicho.

SÁTIRO.
Si escondido
2200
Detrás del altar respondo
Lo que me venga al capricho,
Como médico que á bulto
Manda sangrar á un ahito…

CORISCA.
Pasarás entre dos luces
2205
Por el oráculo fino,
Siendo falso.

SÁTIRO.
Pues yo quiero
Ser chanflon á lo divino.

CORISCA.
Ya llegan. Éntrate presto;
Mas no digas desatinos.
2210
Finge la voz, y habla en tiple.
(Vase Sátiro detrás del altar.)
Ya llegan.– ¡Oh cielo esquivo!
¿Muerte y vida? ¡Oh voz confusa!
Sombras toco.

Sale CELIA.

CELIA.
¿Qué te ha dicho?

CORISCA.
Un no sé qué, un no sé cómo,
2215
Y un no sé cuándo divino.
¡Difunta estoy!

CELIA.
¿Vaste?

CORISCA.
No;
Antes el altar me arrimo
En grado de apelacion.

CELIA.
Mala respuesta habrá sido.–
2220
Madre de Amor, en ti pienso
Hallar remedio á mi mal:
Respóndeme, y en señal
De adoración, este incienso
Quemo en tu lumbre sagrada,
2225
Con que tus aras perfumo.

(Échalo en el brasero.[)]
(Dentro, detrás del altar.)

SÁTIRO.
Toda aquesa gloria es humo,
Y yo estoy desengañada.

CELIA.
Este laurel que á las llamas
Del rayo está verde, es bien
2230
Tu altar honre.

(Dentro)

SÁTIRO.
Eso también
Es andarse por las ramas.

CELIA.
¡Qué ronca voz! ¿Si estás airada?

CORISCA.
Como anda siempre de noche
Guiando el nocturno coche,
2235
Anda un poco acatarrada.

CELIA.
Yo adoro á un pastor, con quien
Ahora casarme trato;
El me da celos, ingrato:
¿Daréle celos tambien?
2240
Dame favor, porque aprenda
De tus liciones á amar.
– Muda está.

CORISCA.
No hay que tratar.
No responde sin ofrenda.

CELIA.
Responde, y mas prevenida
2245
Otra vez, te serviré
Con mas.

(Dentro)

SÁTIRO.
Yo responderé
Cuando yo fuere servida.

CELIA.
¡Cielos! ¿que los labios abra,
Y no responda? Voy ciega.

CORISCA.
2250
Nunca responde ni juega
Vénus sobre la palabra.
(Vase Celia.)
Ya estaba temblando.

(Dentro)

SÁTIRO.
¿Fuése?

CORISCA.
Sí.

(Dentro)

SÁTIRO.
Pues bájome yo á la tierra
Un poco.– Todo se yerra.

(Sale Sátiro por detrás del altar.)

CORISCA.
2255
¡Que tal presente la diese!

SÁTIRO.
¡Que un laurel traiga con él,
Para que al culto aproveche,
Y no trajese escabeche
De donde sacó el laurel!

CORISCA.
2260
Este lance se ha perdido.

SÁTIRO.
Otro viene á mas andar.

CORISCA.
Presto á la estrella.

SÁTIRO.
Al altar.

CORISCA.
(Pónese al lado del altar.)
Altar tomo.

SÁTIRO.
Estrella pido.

(Vuelve á ponerse detrás del altar.)
Sale FLORA.

FLORA.
Vénus sacra, á tu deidad
2265
Acudo con mis pasiones,
Y te traigo humildes dones,
Que los disculpa mi edad.
Esta fruta hace muy bien
Mi madre, y te la tributa
2270
Mi afecto.

(Pone en el altar un plato con hojuelas y lo demas que va diciendo.)
(Dentro, detras del altar.)

SÁTIRO.
No quiero fruta.

CORISCA.
Tómala; que es de sarten.

FLORA.
Y porque de mi te duelas,
Te presento liberal
Aqueste virgen panal.

SATIRO.
2275
(Ap. dentro.)
Aqueso es miel sobre hojuelas.

FLORA.
Oye mi pena amorosa,
Aunque el respeto me empacha.

(Dentro.)

SÁTIRO.
Mira, devota muchacha,
Si allá te queda otra cosa.

FLORA.
2280
Estos huevos darte quiero,
Que llevaba en buena fe
A mi padre, y los pondré
Aquí, junto á este brasero
Donde el incienso se atiza.
2285
Todo lo pongo á tus piés.

SÁTIRO.
Quedito: mira no des
Con ellos en la ceniza.

FLORA.
Diosa, saliendo á coger
De berros una ensalada
2290
Al arroyo, enamorada
Quedé (que al fin soy mujer)
De un pastor, que me pretende
Burlar, sin ser marido.
Yo no consiento, ni olvido;
2295
Pero de mi pecho se enciende.
Mucho temo hacer un yerro:
¿Qué haré para que mi honor
Conserve intacta su flor?

(Dentro.)

SÁTIRO.
No andarte tú á la del berro.

FLORA.
2300
Tu consejo agradecida.
Tomaré.

(Dentro.)

SÁTIRO.
¿Fuése ya?

CORISCA.
Sí.
Baja.

(Dentro.)

SÁTIRO.
(Sale.)
Ya bajo. – Aun así
Se puede pasar la vida.
Probemos la ofrenda.

CORISCA.
A ver.
2305
Muy dulce está.

SÁTIRO.
¡Brava tacha!
¿Venlo aquí? Aquesta muchacha
Sabe lo que se ha de hacer.

CORISCA.
¿Todo te lo comes?

SÁTIRO.
Debo
De ser comilon feroz.
2310
Quiero aclararme la voz.

CORISCA.
¿Cómo?

SÁTIRO.
Sorbiéndome un huevo.

CORISCA.
Otro viene.

SÁTIRO.
¡Oh suerte escasa!
Esos relieves recoge.

CORISCA.
Sube aprisa; que nos coge
2315
Con las manos en la masa.
¿Y los huevos?

SÁTIRO.
Aquí están;
Que quiero por mi consuelo
Sorbérmelos en el cielo.

CORISCA.
Crudos, matarte podrán.
2320
No hagas tal.

SÁTIRO.
Si tu querella
En aqueso solo estriba,
Yo los asaré allá arriba
Con el calor de la estrella.

(Vase á colocar detras del oráculo.)
Sale FABIO.

FABIO.
Hija sagrada del mar,
2325
Esta liebre fugitiva,
Triunfo tuyo por esquiva,
Doy por ofrenda á tu altar.
En su cama la cogió
Mi industria ayer… Mas ¡ay triste!

(Cáesele un gato con dineros.)
(Detras del altar.)

SÁTIRO.
2330
Y dime: ¿adónde cogiste
Eso que ahora sonó?

FABIO.
Es un gato que he tomado
A mi padre con dinero;
Que soy hijo de ventero.

(Dentro.)

SÁTIRO.
2335
¡Y á mí la liebre me has dado!
Si quieres que yo celebre
La ofrenda, ventero ingrato,
No me des liebre por gato;
Más quiero gato por liebre.

FABIO.
2340
Toma, porque medicina
Me des ¡oh madre de Amor!
Para su fiero rigor
Que el corazon predomina
Dame de alivio algun medio.

(Dentro.)

SÁTIRO.
2345
Pues úntate el corazon
Con alcrebite y limon.

FABIO.
Diosa, ese mismo remedio
Para la sarna me dijo
El dotor; yo pido alguno
2350
Para el amor.

(Dentro.)

SÁTIRO.
Todo es uno.
¿Qué mas sarna que mi hijo?

FABIO.
Yo quedo en la misma calma.

CORISCA.
No entiendes : entrambos son,
Sarna y amor, comezon,
2355
Ya del cuerpo, ya del alma.
Más sabe que tú la diosa:
Rígete por su capricho.

FABIO.
(Vase.)
Yo voy rendido al remedio.

CORISCA.
Anda, honrado venterillo.
2360
Pero ¿qué es esto? De nubes
Se cubre el sol, y un tupido
Nublado se va formando.

(Dentro.)

UNO.
Recoge el ganado, Alcino.

(Dentro.)

OTRO.
¡Aun duran estas venganzas!

(Dentro.)

OTRO.
2365
¡Socorro, cielos divinos!

CORISCA.
¿Qué es esto?

SÁTIRO.
Temblando estoy.
¿Si acaso es nuestro delito?

Dentro.

ORÁCULO
Arcadia, desta manera
Dan los cielos el castigo
2370
A un sacrilegio.

(Trueno y rayo, y cae Sátiro.)

CORISCA.
¡Ay de mí!

SÁTIRO.
¡Muerto soy! Todo es conmigo.

CORISCA.
¿Hate muerto?

SÁTIRO.
Claro está.

CORISCA.
¿Hácia adónde estás herido?

SÁTIRO.
No sé; mas de parte á parte
2375
Me ha pasado como un higo
El rayo. Quemado estoy
Por de dentro, sin sentirlo.

CORISCA.
Levanta.

SÁTIRO.
Ten : no me toques;
Que, aunque hácia fuera estoy vivo,
2380
Dentro estoy hecho ceniza.

(Dentro.)

VOCES.
Los campos inunda el rio.

CORISCA.
Levanta. Vamos de aquí.

SÁTIRO.
Huyamos de aqueste sitio
Donde fué la culpa.

CORISCA.
Presto.

SÁTIRO.
2385
¡Qué enojado el cielo miro!

CORISCA.
Vénus está que echa chispas.

SÁTIRO.
Es herrero su marido
Y echará cuantas quisiere.

CORISCA.
Gran delito cometimos.

(Vanse.)
Dentro.

MÚSICA.
2390
¡Piedad, divina Vénus!

Calmen los rayos ya, cesen los truenos.
Sale UN PASTOR, huyendo.

PASTOR 1.º
Centellas el aire arroja,
(Vase.)
Que abrasando van los trigos.

Sale OTRO PASTOR.

PASTOR 2.º
Céres sagrada, las mieses
(Vase.)
Defiende, pues es tu oficio.

Sale OTRO PASTOR.

PASTOR 3.º
2395
Gran Minerva, á tu cuidado
(Vase.)
Tocan los verdes olivos.

Sale CORIDON.

CORIDON.
Defiende á quien te corona,
Baco sagrado: el granizo
Tunde las viñas en cierne.
2400
(Vase.)
Ojo alerta con el vino.

Sale CELIA.

CELIA.
Sacra Pomona, tu amparo
Presta á los frutos opimos
(Vase.)
Que abrasa el cielo.

Sale OTRO PASTOR.

PASTOR 4.º
El ganado,
Pan, está bajo tu arbitrio,
2405
(Vase.)
Y, el valle inundado, muere.

Salen NICANDRO Y SILVIO.

NICANDRO.
¡Qué es esto, cielos divinos!
¿Desta suerte nos tratais?
Son en efeto castigos.

SILVIO.
La tempestad excusemos
2410
De aquesta encina al abrigo.

NICANDRO.
Ya no parece dorinda,
Y Amarili se ha perdido
Con la obscuridad.

SILVIO.
El cielo
De amenazas se ha vestido.

(Vanse.)
(Dentro.)

MÚSICA.
2415
¡Piedad, divina Vénus!
Calmen los rayos ya, cesen los truenos.

Bosque
Salen AMARILI Y MIRTILO, sin verse.

AMARILI.
De horrores cubierto el sol,
Borró el dia, y me he perdido.

MIRTILO.
Vagando por estas selvas,
2420
Salí á puerto, pues vecino
Del templo, escucho las voces
De los cánticos é himnos,
Y junto á la cueva estoy
De Ericina. Ya el vestido
2425
De nubes va destejiendo
El aire.

AMARILI.
Ya del olimpo
Vuelve á encenderse la antorcha.
Volveré á buscar á Silvio. –
Mas ¡qué miro!

MIRTILO.
¡Cielo santo!
2430
No en vano el ajado aliño
Cobró el dia, el sol no en vano
Volvió de su parasismo.

AMARILI.
(Ap.)
¡Ay de mí! ¿Que á cada paso
Me haya de hallar el peligro
2435
Me haya de buscar el riesgo?
Mucho de mis ojos fio.
Mas vale vencer huyendo
Que esperar y ser vencido.
Voime.

MIRTILO.
Exhalacion divina,
2440
¿Dónde en rayos fugitivos
Dejas burlados los ojos,
Que han cegado de haber visto?
¿Adónde, cómplice hermoso
Deste mi mayor delito,
2445
Mueves la planta, que llega
Sobre sendas de suspiros?
Si vas a ser de las flores
Bello planeta divino,
Pues que viven ó fallecen
2450
De tu semblante al arbitrio,
Vuelve; que tambien te ofrezco
En mí, para hacer tu oficio,
Mi vida para influencias,
Para estragos mi albedrío.
2455
Tambien es capaz de rayos
Mi vida que no resisto,
Y tambien capaz de miedos
Es mi placer, aunque es mio.
Déjate hallar de los ruegos,
2460
Que á tu deidad los envío:
No quede en sospecha el serlo,
Si se vuelven no admitidos.
Si víctima y quejas dando,
Las quejas te han ofendido,
2465
Escóndete de la queja,
Pero no del sacrificio.

AMARILI.
Pastor, á aquestas montañas
Tan para mi mal venido,
Que me sigues y me pierdes
2470
Incrédulo á los avisos,
¿No sabes que en fe jurada
En las manos del destino
Soy ajena, y tengo honor?
Y doy que desto me olvido
2475
De esposa aun ántes de serlo;
La fe que juré al marido
Es fuerza cumplir, porqué
Se castiga en nuestros ritos
Con la vida; y tú no atiendes
2480
A mi honor ni á mi peligro.
¡A escándalos me enamoras!
¿No hay amor sin desvarío?
¿No hay sentimiento sin quejas?
Quiere, pero allá contigo;
2485
Espera, pero sin mí;
Obliga, pero sin ruido;
Adora, mas sin que brote
Al humo del sacrificio
La publicidad fragante
2490
Que diga la ofrenda á gritos.

MIRTILO.
¿No sabes, divina ingrata
Que intentas hacer que el Nilo,
Que liberal se derrama
En undosos desperdicios,
2495
Se contente con su márgen,
En cuyo coto prolijo
Caber intenta, y no puede,
Su gran corazon de vidrio?
¿No ves que mi amor no cabe
2500
En coto, y se sale altivo
A explayarse por los labios,
Impaciente como el río?
Yo no te pido piedades;
Crueldades solas te pido:
2505
Si has de matarme con ellas,
Déjame hartar de delitos.

AMARILI.
¿Y mi honor?

MIRTILO.
Yerros de un loco
De la vida son peligros,
No del honor

AMARILI
(Ap.)
( Este extremo
2510
Apuesta con el de Silvio,
Y no sé si ha de vencer.)
Déjame por Dios, Mirtilo.

MIRTILO.
¿Podre adorarte?

AMARILI.
No sé.
(Ap.)
( ¡Sin mí estoy!) Mas allí miro
2515
Que viene Dorinda. ¡Ay cielos!

MIRTILO.
Es verdad.

AMARILI.
Aun no me ha visto,
Y no quiero que me vea
Hablar á solas contigo.
A la boca desta cueva
2520
Quiero esconderme: así evito
(Éntrase en la gruta.)
Su sospecha.

(Dentro.)

VOCES.
Ataja, ataja;
Que se escapa hácia el camino.

Dentro.

SILVIO.
Seguidla, seguidla.

Sale DORINDA.

DORINDA.
Yo
Por esta parte la sigo.
2525
(Ap.)
( Mas ¿qué es aquesto? Amarili
Aquí estaba con Mirtilo,
Y se ha escondido: pues quien
Se esconde, tiene delito.
Sin duda se entró en la cueva;
2530
Y el pesar de haberla visto
La he de hacer.)

MIRTILO.
¿Adónde vas?

(Dentro.)

SILVIO.
Ya los perros la han perdido
Con la espesura.

DORINDA.
Esta cueva
Quiero tomar por asilo.

MIRTILO.
2535
Mira que se entró una fiera
En ella, y es desvarío.

DORINDA.
Déjame, traidor. ¿Qué fiera?

MIRTILO.
Tan fiera, que la he temido,
Aborreciendo la vida.

DORINDA.
2540
¡Ah tirano!

Salen NICANDRO, SILVIO Y PASTORES.

NICANDRO.
Silvio, Silvio,
Hasta aquí llegan las huellas;
Mas desde aquí se han perdido.

SILVIO.
Pues por aquí la busquemos.

NICANDRO.
Vamos.

SILVIO.
¿Acaso habeis visto
2545
Una perseguida fiera?

DORINDA.
En la cueva se ha escondido.
(Ap.)
( Así vengaré mis celos.)
Este pastor me lo ha dicho.

SILVIO.
Entraré á matarla.

NICANDRO.
Espera.
2550
No pises, no pises, hijo,
Los horrores desa cueva…

MIRTILO.
(Ap.)
¿Qué he de hacer?

AMARILI.
(Ap. á la entrada de la cueva.)
¡Grave peligro!

NICANDRO.
Ruido suena entre las ramas.

SILVIO.
2555
Pues yo desde aquí la tiro.

NICANDRO.
Deja; que en ti será hazaña
Matarla; en mi sacrificio.

MIRTILO.
Aguarda.

NICANDRO.
¡Vénus sagrada!...

MIRTILO.
(Ap.)
Muriendo, su muerte evito.

NICANDRO.
2560
Esta ofrenda…

(Tira Nicandro, interpónese y cae Mirtilo, herido con la flecha.)

MIRTILO.
¡Muerto soy!

Sale AMARILI de la cueva.

AMARILI.
¡Válgame el cielo!

SILVIO.
¡Qué miro!
Amarili...

NICANDRO.
¡Hija!...

DORINDA.
(Ap.)
¡Dioses!
Pagué, por justo castigo,
El error con toda el alma.

AMARILI.
2565
Recibió el golpe Mirtilo,
Y en mí el aliento desmaya.

(Desmáyase.)

SILVIO.
¡Ay cielos! ¿Si la has herido?

NICANDRO.
No; que este infeliz pastor,
Por acaso ó por destino,
2570
Se interpuso al golpe. Llega…

SILVIO.
Dichosa desdicha ha sido.

NICANDRO.
Que esa lástima me llama
Con dolor tambien preciso.

DORINDA.
(Ap.)
Contra mí se volvió el golpe
2575
Que tiré á los celos mios.

NICANDRO.
¡Ah desdichado mancebo!
No ha muerto. Ayudad, amigos,
Y trataremos del remedio.
Llevadle al lugar vecino;
2580
Que ya os sigue mi dolor.
¿Ha vuelto?

SILVIO.
Ya en calor tibio
Se va cobrando. – Amarili…

(Llevan á Mirtilo.)
(Volviendo en sí.)

AMARILI.
¡Ay de mí! ¿Qué es esto, Silvio?

SILVIO.
Silvio soy, que del dolor
2585
Y el susto de tu peligro,
Estoy sin vida.

AMARILI.
A mal tiempo
Te escucho el primer cariño.

DORINDA.
Si entraste huyendo la fiera,
(Ap.)
( Así encubro mi delito)
2590
Caro te pudo costar
El engañarse Mirtilo.

AMARILI.
(Ap.)
La disculpa me ha trazado
Sin querer, con lo que dijo;
Mas ¿qué importara perder
2595
Esto mas con lo perdido?

SILVIO.
Albricias: ya de sus ojos
Pasó el eclipse prolijo.

NICANDRO.
Vamos; que de aquel pastor
Llevo en el alma el peligro.

AMARILI.
2600
¿Ha muerto?

NICANDRO.
Aun no.

AMARILI.
(Ap.)
Respiremos,
Esperanza. ¡Dioses mios!
Asistidle, socorredle.

DORINDA.
(Ap.)
Causa de mi muerte he sido;
Pero, pues nada remedio,
2605
Callaré por encubrirlo.

SILVIO.
De mí se ha vengado Vénus:
¡Válgame el cielo! ¿si ha sido
Acaso el deste pastor?
Pero, ilusiones, ¡qué digo!
2610
Contra mí y contra Amarili
La fantasía habrá sido.

NICANDRO.
(Ap.)
La sangre deste pastor
Con idioma no entendido
Habla en mi pecho, y su riesgo
2615
Es para mí gran cuchillo.
¡Oh ciegas obscuridades!
Oh confusos laberintos!
Cueva infausta de Ericina,
Toda eres siempre prodigios.

AMARILI.
2620
(Ap.)
Cielos, amparad mi vida
En la del hombre mas fino;
Que dos veces se la debo.
¡Dioses! ¿Si acaso en Mirtilo
Sagrada sangre se esconde?
2625
¿Si es acaso el pastor fido
Que vuestras voces prometen?
O matadme, ó descubridlo
Antes que mi honor se anegue
En mares de beneficios.


Jornada III

Salen por una parte AMARILI Y CORISCA; y por otra, MIRTILO Y SÁTIRO, y representan sin verse.

AMARILI.
2630
Corisca…

CORISCA.
Lo que me mandas…

MIRTILO.
Sátiro…

SÁTIRO.
Lo que me quieres…

CORISCA.
Di, bella Amarili.

SÁTIRO.
Di,
Galan Mirtilo.

AMARILI.
Oye.

MIRTILO.
Atiende.

AMARILI.
De la salud de Mirtilo
2635
Tan cuidadosa me tiene
La accion con que reparo
Mi vida osado y valiente…

MIRTILO.
Tan vano me tiene aquella
Accion de llegar á verme
2640
A las plantas de Amarili
En los brazos de la muerte…

AMARILI.
Que quiero, no de mi parte,
Sino como acaso, llegues
A saber dél á las ruinas
2645
Dese pastoral albergue.

MIRTILO.
Que quiero que á saber vayas
Dónde hoy su luz amanece,
Para ofrecerla mi vida
Otra vez y otras mil veces.

CORISCA.
2650
Yo iré; pero no quisiera
Que allá Sátiro me viese,
Y que acaso sospechare
Que hay más su escaso caletre.

SÁTIRO.
Yo iré á ver dónde anda; pero
2655
No quisiera lo entendiese
Corisca, y que mis recatos
Motejase de alcahuetes.

CORISCA.
Ahora bien, obedecerte
Será forzoso.

SÁTIRO.
Ahora mal,
2660
Fuerza es ir, aunque me pese.

AMARILI.
Pues en esa parte estoy
Esperando.

MIRTILO.
Pues en este
Mismo sitio me hallarás.

(Retíranse Amarili y Mirtilo, quedándose al paño.)
(Sin ver aun á Sátiro.)

CORISCA.
¡Plegue á Dios que no me encuentre
2665
Sátiro, y presuma que es
Coridon el que me mueve
A ir por aquí!

(Sin ver á Corisca.)

SÁTIRO.
¡Pregue á Dios,
Corisca á saber no llegue
Que yo ando en tan malos pasos,
2670
Y de mi en mi honor se vengue!
Mas dicho y hecho: héla aquí.

(Ahora se ven.)

CORISCA.
(Ap.)
Mas hecho y dicho: aquí héle.

SÁTIRO.
Corisca…

CORISCA.
Sátiro…

SÁTIRO.
¿Adónde
Bueno tan sola por este
2675
Valle?

CORISCA.
A buscarte.

SÁTIRO.
¿Es posible
Que á considerar no llegues
Que otros porque pierden buscan,
Y tú porque buscas pierdes?
¿Hasme tomado una mano
2680
En tu vida? ¿Hasme en tu muerte
Merecido que á una reja
Me ponga siquiera á verte?
¿Paseo tu calle? ¿Hante dado
Los desechos de mi peine,
2685
Para estar agradecida,
De mi cabello una liendre?
Pues ¿qué me quieres, Corisca?
No á que me vaya me fuerces,
Según de desdenes pobre
2690
Me tienen tus altiveces,
A la aldea de mi honor
A ahorrar mentales desdenes
Que vuelva á gastar contigo.

CORISCA.
¿Es posible que no pueden
2695
Celos que te he dado, darte
Cuidado?

SÁTIRO.
No: no me mientes
Esa civil artimaña
De mujercillas soeces.

AMARILI.
(Ap. al paño.)
Para quien está esperando,
2700
Es muy buen discurso este.

MIRTILO.
(Ap. al paño.)
Para quien aguarda, es buena
La conversacion que tienen.

CORISCA.
¿Los celos son artimaña?

SÁTIRO.
Artimaña son: ¿qué quieres
2705
Para ello?

CORISCA.
Sean testigos
Prados, aves, flores, fuentes,
De que un sacristan de Vénus
Tanto el respeto la pierde.

SÁTIRO.
Pues ¿quién se le ha de perder
2710
Sino el sacristan?

CORISCA.
¡Que llegue
Un simple á decir que son
Artimañas!...

SÁTIRO.
Tente, tente.

CORISCA.
¿No son hijos de amor?

SÁTIRO.
Son
Sus nietos, y un imprudente
2715
Yo, que hasta ahora no sabía
Su abolengo dónde fuese.

AMARILI.
(Ap.)
Si su plática no atajo,
Pondré que en todo hoy no cesen.

(Sale.)

MIRTILO.
(Ap.)
Si no corto su discurso,
2720
Pondré que en todo hoy no vuelve.

(Sale.)

AMARILI.
Corisca, ¿qué es lo que aguardas?

MIRTILO.
Sátiro, ¿en qué te detienes?

LOS DOS.
Cuando…

AMARILI.
(Ap.)
Mas ¡qué veo!

MIRTILO.
(Ap.)
¡Qué miro!

CORISCA.
¿De qué, Amarili, te ofendes…

SÁTIRO.
2725
¿De qué, Mirtilo, te enojas…

CORISCA.
Si la respuesta mas breve…

SÁTIRO.
Si la mas veloz respuesta…

LOS DOS.
Esta es que pude traerte?

CORISCA.
Para esta, que has de ver
2730
Lo que has dicho.

SÁTIRO.
Para este,
Que has de ver tú lo que has hecho.

AMARILI.
(Ap.)
Suspensa he quedado al verle.

MIRTILO.
(Ap.)
Absorto quedé al mirarla.

AMARILI.
(Ap.)
Mas ¿qué es lo que me suspende?

MIRTILO.
2735
(Ap.)
Pero ¿qué es lo que me turba?

AMARILI.
(Ap.)
Hablarle quiero; mas llegue
El primero; que no es
Decoro que por mí empiece
La plática.

MIRTILO.
(Ap.)
A hablarla voy,
2740
Y el respeto me detiene;
Que no es bien que empiece yo
Sin que ella hablando me muestre,
Si no el que de mí se obliga,
El que de mí no se ofende.

AMARILI.
2745
(Ap.)
Quizá es cortés cobardía.

MIRTILO.
(Ap.)
Quizá es decoro prudente.

AMARILI.
(Ap.)
Mi obligación me disculpe.

MIRTILO.
(Ap.)
Mi rendimiento me aliente.

AMARILI.
Mirtilo…

MIRTILO.
Amarili hermosa…

AMARILI.
2750
Mucho me huelgo de verte
Convalecido.

MIRTILO.
Yo no
Me huelgo de que te huelgues.

AMARILI.
¿Por qué?

MIRTILO.
Porque de grosero
Es motejarme, pues quieres
2755
Que parabienes reciba
De su salud el que alegre
Recibió de mejor gana
De su herida parabienes;
Que quien á tus ojos
2760
Tan airoso muere,
O nunca sanara,
O muriera siempre.
¡Cuántas veces he culpado
Que hallado el estudio hubiese
2765
De docto pastor la planta
Que me curó! y cuántas veces
Dije para mí: «¿Por qué,
Arcadia, antídotos tienes
Tan inútiles, que dan
2770
Vida á un triste, y sanar pueden
La herida que hiere un brazo,
Y no la que un alma hiere?»
Que, aunque tus piedades
Es bien que confiese,
2775
Piedades son, pero
Piedades crueles.

AMARILI.
Pésame de que sea fuerza,
Mirtilo, que yo me encuentre
Con tu discurso, y que haya
2780
De no sentir lo que sientes;
Pues cuando tú, despechado,
El próvido estudio ofendes
De naturaleza, yo
Agradecida, he de hacerle
2785
Eglogas que cantes,
Elogios que cuenten
Que contra unos males
Se armó de otros bienes.
¿En qué se muestra mas diosa
2790
La Providencia, que en verse
Tan árbitro de los hados,
Que á sus acasos enmiende
La fatalidad? Y así,
No, Mirtilo, desesperes;
2795
Que donde hay venenos, hay
Antídotos que los vencen.
Espera y confía;
Que nadie padece
Pesares, que no
2800
Puedan ser placeres.

MIRTILO.
¿Dasme licencia á que viva
Desa esperanza pendiente?

AMARILI.
Con una condición.

MIRTILO.
¿Qué es?

AMARILI.
Que no al amor se al entregues.

MIRTILO.
2805
Pues dime: ¿á quién?

AMARILI.
Al olvido;
Que decir que te consueles
Con que hay mudanza, no es
Decir que hay amor, si atiendes
A cuánto está el mio
2810
A Arcadia obediente,
Pues ella y los dioses
Cautiva me tienen.
La esperanza que te doy
Ese monte te la enseñe,
2815
Pues en su mudanza estriba,
Y no en su amor.

MIRTILO.
¿De qué suerte?

AMARILI.
Bien ves, Mirtilo, ese monte,
Cuya fábrica eminente,
Expuesta al rigor del hielo
2820
Y á la saña de la nieve,
Humilde, postrada,
Rendida padece
Helados rigores
Del cano diciembre.
2825
Pues apénas el abril
Pisará su falda verde,
Cuando la verás ceñida
De rosas y de claveles,
Ufana gozando,
2830
Contenta y alegre,
Matiz en las flores,
Cristal en las fuentes.
Pasará la primavera
Deshojando sus claveles,
2835
Y el estío verás que
De oro la falda guarnece,
Trocando en provecho
Lo que era deleite,
Las flores á espigas,
2840
Las rosas á mieses.
Vendrá tras él el otoño,
Y del árbol mas silvestre
Verás coronar la copa
El fruto que della pende:
2845
Luego si mudanzas
A un monte mantienen,
¿Qué mucho que un hombre
Mudanzas espere?

MIRTILO.
Ya yo extrañaba, Amarili,
2850
Que los favores viniesen
Sin que pisase su sombra
La huella de los desdenes.
De males á bienes, dicen
Que se pasa fácilmente;
2855
Pero de males á males
Digo yo que es mas frecuente:
Y así no me digas
Que mudanzas pueden,
Sin trocar la tuya,
2860
Mejorar mi suerte.
¿Qué importa que vea el otoño
De sus árboles pendientes
Mas frutos que hojas se ven,
Si al invierno le previene
2865
Con ceño arrugado
Su mismo noviembre,
Secas las campañas,
Y hielo las fuentes?
¿Qué importa que vea el invierno
2870
En sus ateridas sienes
El aurora de las flores
Que en el almendro amanece,
Si apénas rosado
Capillo las prende,
2875
Cuando en el instante
Que nacen, fallecen?
¿Qué importa que de sus rosas
Los matices diferentes
Ciñan á la primavera
2880
La guirnalda de su frente,
Si ya del estío
La saña impaciente,
A luces la embiste
Y á rayos la vence?
2885
Y finalmente, ¿qué importa
Que el estío ufano ostente
Montes de oro, si las nubes
Se los llevan donde quieren,
Haciendo sus lluvias
2890
En veloz corriente
Líquidos arroyos
Del monton mas fértil?
Y así, cuando el año mires
Cómo el mal en bien convierte,
2895
Mira el bien en mal; que todo
Cabe en su círculo breve,
Si le anda y desanda
Aquella serpiente,
Símbolo del año,
2900
Que su cola muerde.
Y ya que mas declarado
(Perdone tu honor) me tiene
Mi despecho, no interceda
Persona, y hablarte intente:
2905
Corramos, hermosa
Amarili, el débil
Embozo, y el arte
De mis dudas cese.
Yo fui quien te dió la vida;
2910
Tú quien me has dado la muerte:
Y con ser las ferias tales,
No hay dicha á que yo las trueque;
Pues desde que en la ribera
Te despareciste, eres
2915
Tan sombra y tan luz
De mi vista aparente,
Que nunca he dejado
De mirarte siempre.
(Vuelve la cara Amarili llorando.)
Pero ¿qué es esto? ¿La cara
2920
Escondes? Si te enterneces,
Y es á llorar, no á tus solas
Te lo llores: vuelve, vuelve
A llorar conmigo;
Que no es bien te lleves
2925
Tú el alivio, y solo
El dolor me dejes.

Sale al paño DORINDA.

DORINDA.
(Ap.)
Llorando Amarili está…
Y aun Mirtilo me parece
Que llora tambien. ¡Qué malos
2930
Testigos, para quien viene
A examinar celos, son
Las lágrimas que ambos vierten!
Porque son testigos
Que tachar no puede
2935
Mi pena; que un llanto
Tarde ó nunca miente.

AMARILI.
Mirtilo, yo por decreto…

MIRTILO.
(Ya lo sé, no me lo acuerdes)
De los dioses, prometida
2940
Y aun casada estás con ese
Monstruo racional,
Tan fiero y aleve,
Que niega al amor
La fe que le debe.
2945
Sé que la paz de la Arcadia
Deste matrimonio pende;
Sé que si faltas á ella,
Estás condenada á muerte;
Sé que aunque quisiera el hado
2950
Y quisieras tú, no puedes
Ser mia; que soy un pobre
Pescador, y eres quien eres;
Sé…

AMARILI.
Pues si tú has de decirlo,
¿Por qué que lo calle quieres?

MIRTILO.
2955
Porque cuando cura
La herida mas fuerte
Propia mano, ménos
Que la ajena duele.

DORINDA.
(Ap.)
( Pues si de la propia mano
2960
A estar lisonjeado viene
El dolor, cúreme á mí
Mi misma mano, y empiece
Mi traicion á declarase:
A cuyo fin llamé á ese
2965
Monte á Silvio, que me ayude.
A vengar de aquesta suerte.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Aspid de los celos,
Que tan inclemente
2970
Me deja la vida,
(Sale.)
Y el alma me muerde.)
Mirtilo, un pastor extraño
De Arcadia, á lo que parece,
Por ti pregunta.

MIRTILO.
No tanto
2975
Por él es bien que me ausente,
Como por ti.
(Ap.)
( Amor…)

AMARILI.
(Ap.)
Fortuna…

DORINDA.
(Ap.)
Celos…

MIRTILO.
(Ap.)
Hado…

AMARILI.
(Ap.)
Estrella…

DORINDA.
(Ap.)
Muerte…

LOS TRES.
(Ap.)
Sentid hácia el alma,
Porque no se quejen
2980
Penas que se dicen,
De que no se sienten.

(Vase Mirtilo.)

DORINDA.
¿De qué, Amarili, tan triste
Has quedado?

AMARILI.
¿De qué quieres
Que lo esté, si mis desdichas
2985
Sabes?

DORINDA.
No sé.
(Ap.)
( Quiero hacerme
Desentendida.) la causa.
No sé bien de qué accidente
La relacion suspendiste,
Que ibas á hacer.

AMARILI.
Pues atiende.
2990
(Ap.)
( Aunque de Dorinda
No sé qué sospeche,
Me he de declarar,
Por ver si lo siente.)
Supe, Dorinda, un dia,
2995
Que en Elide tu patria el valle hacia
Fiesta a la soberana
Deidad de la castísima Diana;
Y aunque á Vénus adora
La Arcadia, y de Diana el rigor llora,
3000
A quien yo ¡desdichada!
Tengo mi libertad sacrificada;
O por ver si podia
Con el voto templarla,
O por llegar á darla
3005
Quejas de la infelice suerte mía,
O porque fiesta habia
(Que esta es mi culpa, y mi disculpa aquesta)
Dispuse ir disfrazada á ver la fiesta.
Y como solamente
3010
Nos divide la líquida corriente
De Alfeo, sacro rio,
Del pastor de una amiga y dél me fio:
El me da su campaña,
Aquel el barco, y esta me acompaña.
3015
Dejamos pues la orilla,
Y al impulso del remo
Ya pensaba tocar el otro extremo
De la opuesta ribera nuestra quilla,
Cuando vela mayor, á quien cubrilla
3020
En su ensenada pudo
De juncos y algas el escollo rudo,
Sacre marino en su anchurosa plaza,
Vemos que á vela y remo nos da caza.
Ya verás cuán inútil resistencia
3025
Haríamos las tres, y mas notando
Que el barquerol, por escapar nadando,
De bárbaro pirata
Que vive infiel de lo que roba y mata.
¿Quién pues creyera ¡ay Dios! que aquí tuviese
3030
Reservada desdicha la fortuna
A quien la vida y la libertad hubiese
Perdido, con quien fuese
La de la patria y libertad ninguna?
¡Oh! dígalo importuna
3035
De mi suerte enemiga
La aun no apagada sed, ó yo lo diga.
Era el bajel, según la pena mia
Después notó, de dos iguales dueños,
Que, bárbaros isleños
3040
Del Alfeo y Ladon, en compañía
Comerciaban la injusta mercancia
De humanas vidas: y estos
Ninguno dueño ni inferior ninguno,
Sobre partir la presa, ambos dispuestos
3045
A morir ántes que á ceder alguno
Que fuese el otro dueño de mi vida,
Uno fue de otro trágico homicida.
Vióle apénas la gente
Muerte á sus manos, cuando de repente
3050
En bandos dividida,
Era la muerte la menor herida.
A tanto pues llegó el horror sangriento
De su encendida saña, que violento
El bajel, no en dos aguas zozobraba,
3055
Sino en dos sangres, pues la que arrojaba
La cubierta de misero trofeo,
Bastó á tenir las ondas del Alfeo.
¿Qué mucho, si de todos el que estaba
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3060
Que es fuerza que se halle
Sin quien rija el timon, á gobernalle…
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Suelto de la cadena,
Encalló en un islote de la arena?
3065
Consideráme, en suerte tan esquiva,
En aquel panteon tan triste yerta,
Que entre los muertos me tenia por viva
Y entre los vivos me juzgaba muerta,
Y mas cuando con sombras la desierta
3070
Campaña undosa, ya de luces falta,
Con la noche otra vez me sobresalta.
Al cielo yo y mi amiga dimos voces.
¡Qué piadoso es el cielo,
Pues a nadie le niega su consuelo!
3075
Ellas mismas lo digan, que veloces
Al oido llegaron
De un pobre pescador, segun me dijo:
Cuyos tristes lamentos le obligaron
A seguir el prolijo
3080
Norte vocal de mi cansado aliento.
Solo un bien tuve, y ese fué en el viento
Llegó al bajel, llamó: no respondían…
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Y encendiendo una tea,
3085
Subió al bajel, adonde
Su horror mas que pregunta le responde.
Por no cansarte en fin, mal informado,
Aun mas que de mi voz, de mi semblante,
Si ya no fuese de mirar delante
3090
Tan no visto espectáculo del hado,
Sin que hubiese quedado
Quien nos hiciese resistencia alguna,
En peor bajel corrí mejor fortuna,
Pues me puso cortés en la ribera
3095
De la patria, esta vez mas lisonjera.
Aquí ¡ay de mí! pensando
Que si era conocida
Peligraba mi honor mas que mi vida,
Por ser todo esto cuando
3100
Mi boda se trataba,
Determiné, miéntras veloz andaba
El pescador buscando por la orilla
Tronco donde dar cabo á su barquilla,
Que huyésemos las dos á la espesura
3105
De un bosquecillo, que la noche obscura
Dejó ver en aquel pequeño rato.
Que él volvería á buscarme,
¿Quién lo duda? y ¿quién duda que al no hallarme,
Me seguirian veloces
3110
Los últimos acentos de sus voces?
Ingrata me llamaba,
Y yo lo concedia;
Pero la suerte mia
El dejarlo de ser no me dejaba.
3115
Pequeña luz, que apénas terminaba
Si era luz ó era estrella,
El norte fue de nuestra errada huella,
Donde de unos pastores albergadas,
Nos hallamos del todo aseguradas,
3120
Sin que jamas supiese
El pescador quién fuese,
Hasta que el mismo Alfeo
Le arrojó entre las dos para trofeo
De su sacra piedad, como quien dice:
3125
«Ves ahí un infelice,
Que viene donde en sus adversidades
Piedad encuentre, pues sembró piedades.»
De suerte que ofendida
De ingrato esposo, al tiempo que obligada
3130
De fino amante, de Mirtilo hallada
Y de Silvio perdida,
De uno quejosa y á otro agradecida,
Soy el iman de dos afectos tales,
Que no pueden ser iguales
3135
Hacer, entre este amor y aquel olvido,
Ni á este noble ni á aquel agradecido,
Ni en mal tan importuno,
Ya que de dos no soy, ser de ninguno.

DORINDA.
Dos daños, bella Amarili,
3140
Padeces, según me cuentas:
Que un ingrato te desdeñe,
Y un fino no te merezca.
Ninguno de los dos daños
Puedo yo enmendar; que á cuenta
3145
Vive de superior causa
El rumbo de las estrellas.
Mas si por dicha imaginas,
Mas si por ventura piensas
Que con no ser de ninguno
3150
Algo á tu fortuna enmiendas,
Eso es lo que yo podré
Por ti hacer.

AMARILI.
¿De qué manera
Si ves que esposa de Silvio
Soy, con tan sagrada fuerza,
3155
Que el cielo y mi patria son
Testigos?

DORINDA.
¿Dasme licencia
A que lo que sé te diga?

AMARILI.
Si doy.

DORINDA.
Mira que pudiera
Ser que despues te pesara.

AMARILI.
Ya no puede ser que sea
3160
Mas el pesar que la duda.
Prosigue pues.

DORINDA.
Oye atenta.
(Ap.)
( Aspid del alma, ya es tiempo
De que tu veneno viertas.)
Silvio huye de ti, no tanto
3165
Porque tu amor aborrezca,
Cuanto porque de otro amor
Le arrastran las influencias.

AMARILI.
¡De otro amor!

DORINDA.
Pues bien, ¿qué sientes,
Si no ser suya deseas?

AMARILI.
3170
La ofensa del alma, ya
Que no del gusto la ofensa,
Porque somos las mujeres
A nuestra altivez atentas
Tanto, que ofendiendo, aun no
3175
Queremos que nos ofendan.

DORINDA.
El seguir siempre los montes,
El no salir de las selvas,
No es cariño de la caza,
Como toda Arcadia piensa.
3180
Cariño es de una hermosura
Marítima ninfa bella,
Que de los coros de Tétis
Enamorada sirena,
A verse con él al monte,
3185
Sacrílegamente ciega,
Cada noche del Alfeo
El sacro cristal navega.
Esta le tiene rendido
A su amor… Mas no quisiera
3190
Darte pesar.

AMARILI.
Ya el pesar
Dado está: di lo que resta;
Que ese ántes es gusto.

DORINDA.
¿Cómo?

AMARILI.
Como ya una vez dispuesta
La vanidad al desaire,
3195
Pienso que es la vez primera
Que se han de tomar los celos
De ser bien vistos licencia.
Prosigue pues, y di cómo
Tú sola, siendo extranjera,
3200
Lo sabes.

DORINDA.
Muchos lo saben;
Pero nadie te lo cuenta
Por no alborotar á Arcadia,
Porque siendo así que en ella
Del mismo modo que es ley
3205
Que sacrificada muerta
Del sacerdote la esposa
Que hace á su marido ofensa,
Si ya otra víctima humana
En su lugar no se ofrezca
3210
(Pero esto ahora no es el caso,
Tiempo vendrá en que lo sea),
Es ley tambien que la esposa
Que de su marido tenga
Comprobada la traicion,
3215
El matrimonio disuelva:
Y así por esto se calla
Tu agravio, porque no quieras
Anular aquesta union,
De quien los arcadios piensan
3220
Que pende su salud; pero
Yo soy tu prima, y no pesa
Toda Arcadia para mí
Lo que tú. Y para que veas
Que lo que dice mi voz
3225
Dirá mejor tu experiencia;
Ese antro de Ericina,
Esa pavorosa cueva,
Siempre á horrores destinada,
Siempre á delitos expuesta,
3230
Porque ninguno los busque,
Es donde los dos conciertan
Verse: y como los espíes,
Los delates y los prendas,
Aunque lo llore la Arcadia,
3235
Te podrás hallar exenta
Dese yugo que te ahoga,
Dese lazo que te aprieta,
Dese ingrato que te huye
Y esa patria que te fuerza.

AMARILI.
3240
Dame, Dorinda, los brazos:
Que viendo que me aconsejas
Tan en mi favor, te pido
Perdones una sospecha
Que de ti tuve. Y pues eres
3245
Quien mas mi esperanza alienta,
Vuelve á decirme otra vez
Y otras mil (aunque parezca
cortesana vanidad
Hacer gala de la ofensa)
3250
Que puede ser verme libre
De un ingrato; y pues deseas
Mis dichas, pasa adelante:
Di que puede ser que sea,
En viéndome una vez libre,
3255
Aunque pese á Arcadia entera,
Casarme á gusto con quien
Me estime y no me aborrezca,
Me busque y no me huya: con…
Mirtilo iba á decir… Vuelva
3260
Atrás la voz.

DORINDA.
Tarde es;
Pero vuelva en hora buena.

AMARILI.
Porque, ¡si vieras, Dorinda,
(Ya que de tí satisfecha
Puedo hablar claro contigo)
3265
Con qué rendidas ternezas,
Con cuán corteses afectos
(Dejo aparte la fineza
De haberme dado dos vidas,
En el barco y en la flecha)
3270
Lo noble de su amor calla,
Lo hidalgo de su fe cuenta!
¡Si le vieras en los ojos
No sé qué lágrimas!...

DORINDA.
Cesa
De encarecerlas; que temo…

AMARILI.
¿Qué?

DORINDA.
3275
Que has de llamarlas perlas.
Calla, por dios: no me digas
Que llora un hombre.

AMARILI.
Si fuera
Hombre cobarde y llorara,
Yo acusara su flaqueza;
3280
Mas ser valiente y llorar
Es una gala tan nueva,
Que solamente en un alma,
Y esa noble, es donde asienta.

DORINDA.
¡Noble un pastor!

AMARILI.
Como eso
3285
Tiempo y fortuna conciertan.
Y ya que me has dado, prima,
La esperanza que me alienta,
Dame el medio. ¿Qué haré yo
Para averiguar si es cierta
3290
Esta traicion?

DORINDA.
Yo no sé.
(Ap.)
(Celos, movedme la lengua,
Porque no hemos hecho nada
Si no hacemos lo que resta.)
Pero lo que me parece
3295
Es que primero lo veas
Por tus ojos, que lo digas;
Que puede ser que no sea
Verdad, y que yo me engañe.

AMARILI.
Dices bien: y así, encubierta
3300
Entre las ramas del monte,
A la vista de la cueva
Todo el dia me he de estar,
Para ver si sale ó entra.

DORINDA.
Eso es exponerte al riesgo
3305
De que tu exámen se vea,
Y viendo que las noticias
De sus traiciones te llevan
A averiguarlas, desde hoy
Viva atento á la sospecha,
3310
Y tú para averiguarla
Ni tiempo ni ocasión tengas.

AMARILI.
Pues ¿qué me aconsejas?

DORINDA.
Yo
Una cosa te dijera,
Si pensara que tenias…

AMARILI.
3315
Di: ¿qué?

DORINDA.
Ánimo para hacerla.

AMARILI.
Si una celosa no hay
Temeridad que no emprenda,
Si no hay temeridad que una
Enamorada no venza,
3320
Enamorada y celosa,
¿Qué peligro habrá que tema?

DORINDA.
Pues el antro, según dicen,
Tiene infinitas revueltas,
Que á modo de laberinto
3325
Toda su bóveda cercan.
Si tú (pues que ya la noche
Á lobreguear empieza)
Entrases dentro, y en uno
De sus senos encubierta
3330
Tomases la hora y el sitio,
Con eso á otro dia pudieras
Públicamente llevar
Quien los siga y quien los prenda.

AMARILI.
Dices bien: y porque no
3335
Hay para quien aconseja
Mas premio que obedecer
Has de ver que mi respuesta,
Ya que quiso el cielo que
Nos hallásemos tan cerca,
3340
Solo ha de ser arrojarme
A la boca desta cueva
A tocar mi desengaño
Determinada y resuelta.

(Éntrase en la cueva.)

DORINDA.
No empiezan mal mis ardides:
3345
Así acaben como empiezan.

Sale MIRTILO.

MIRTILO.
(Ap.)
Aquí Amarili quedó,
Y aunque Dorinda con ella
Quedó tambien, no me sufre
El corazon, que no vuelva
3350
Donde á costa de un pesar
Mi amor un contento tenga.
Mas ¡ay de mí, cuán en vano
Imaginé que pudieran
El contento y el pesar
3355
Estar corriendo parejas,
Sin que el pesar se adelante
O el contento se detenga!

DORINDA.
Mirtilo, ¿por qué no pasas
Adelante? No, no tuerzas
3360
El paso; que si es porqué
Tienes de mí algunas quejas
Ya es muy otro tiempo, ya
Estás seguro: no temas
Que te hable en mi amor. ¿Qué buscas?
3365
Yo te daré la respuesta.
Amarili no está aquí,
Y no buscarla pretendas;
Que te pesará de hallarla.
Adios.

MIRTILO.
Oye, guarda, espera.

DORINDA.
3370
No quiero.

MIRTILO.
Sin escucharme,
No te has de ir.

DORINDA.
No me detengas,
Que no es mucho que una vez
De cuentas de mi te ausentas,
Me ausente yo de ti. Adios,
3375
Señor Mirtilo.

MIRTILO.
Oye.

DORINDA.
Suelta.

MIRTILO.
¡Tú falsedades conmigo!
¿De cuándo acá?

DORINDA.
¡Buena es esa!
¿Piensas que tan desdichada
Habia de ser mi estrella,
3380
Que no habia de haber dia
En que estuviese contenta?
Harto he estado triste.

MIRTILO.
Si es
Que con esa risa intentas
Decirme que te has mudado,
3385
Daréme la enhorabuena.

DORINDA.
Puede ser que sea mudanza
Lo que hoy alegre me tenga;
Pero cree que no es mia.

MIRTILO.
Pues ¿cuya?

DORINDA.
No sé.

MIRTILO.
Oye.

DORINDA.
Deja…

MIRTILO.
3390
No te has de ir, vive el cielo,
Aleve, sin que yo sepa
Qué quieres decirme.

DORINDA.
Mira
Que lo diré.

MIRTILO.
Pues ¿qué esperas?

DORINDA.
¿Buscas á Amarili?

MIRTILO.
Sí.

DORINDA.
3395
Pues si es que hallarla deseas,
No la busques en el valle;
Búscala…

MIRTILO.
¿Dónde?

DORINDA.
En la cueva
De Ericina: á qué y con quién,
(Vase.)
Tú lo verás, si allá entras.

MIRTILO.
3400
Oye, espera, escucha, aguarda…
Mas ¡ay de mí! que aunque quiera
Seguirla, no puedo; que
Tan fuera de mí me deja,
Que aun no le ha quedado el alma
3405
El uso de sus potencias.
¡En el antro de Ericina,
Teatro de infames violencias,
Amarili, y mas ahora
Que ya de la noche negra
3410
Desarrugándose va
El manto! Pero que mienta
Una ingrata ¿no es mas fácil,
De creer, que no que sea
Impuro el rayo de sol
3415
Y la luz de las estrellas?
Sí: claro está, claro está.
Mas ¡ay! Que aunque uno no quiera
Dar crédito á lo peor,
Dársele á la duda es fuerza.
3420
Y así, no porque presuma
Que es verdad, mas porque vea
Esta vez que miente, tengo
De entrar dentro. ¡Oh tú, funesta
Madre del horror y miedo,
3425
Pues en tu seno le engendras,
Admíteme en tus entrañas,
Para sepultarme en ellas
Si es verdad; ó si es mentira,
Para que tu asombro sea
3430
Desde hoy puerto de la paz,
Si hasta aquí de la tormenta!

(Vase á al cueva.)
Sale DORINDA.

DORINDA.
Bien se va de mi venganza
Disponiendo la cautela.
En la cueva entró, y aunque
3435
Decirle á Silvio que venga
A verme al monte, fué á otra
Causa, pues se logra esta,
Esta me valga. Ya es tiempo
De que responda á mi seña. –
3440
¡Silvio, Silvio!

Sale SILVIO.

SILVIO.
Cuanto tú
No me llamaras, viniera
Yo en las alas de mi fuego,
Dorinda, á vengar mi ofensa.

DORINDA.
Sabrás…

SILVIO.
No me digas nada.
3445
Ya he visto á esa ingrata fiera
Entrar delante, ya he visto
Entrar ¡ay de mí! tras ella
A un hombre á quien no vi el rostro.
En cuyas vidas sangrientas
3450
Verás que mi honor se lava.

DORINDA.
Advierte…

SILVIO.
No me detengas.

DORINDA.
Que si yo…

SILVIO.
Aparta.

DORINDA.
Te he dado…

SILVIO.
Quita.

DORINDA.
Aquesta ocasion…

SILVIO.
Suelta.

DORINDA.
Es porque la ley te vengue,
3455
Sacrificándola á ella,
Y no al pastor, pues ya sabes
Que Arcadia á él no le condena
A la muerte.

SILVIO.
Pues ¿soy yo
Hombre de tan bajas prendas,
3460
Que he de esperar que la ley
Tome mi agravio á su cuenta?
¡Vive el cielo, que has de ver
Cómo de entrambos se venga
Mi furor! Porque una cosa
3465
Es el que yo la aborrezca,
(Vase.)
Y otra el que me agravie.

DORINDA.
¡Ay cielos!
Siempre me salen sangrientas
Más que presumí, mis trazas.
Digalo la de la flecha,
3470
Pues por herir á Amarili
A Mirtilo le hirió, y esta,
Que pensando que parara
En sacrificarla á ella,
Pidiendo venganza Silvio
3475
A la ley, á poner llega
Al mayor riesgo la vida
Que está de la ley exenta.

SILVIO.
(Dentro.)
A mis manos una ingrata
Muera, y un aleve.

MIRTILO.
(Dentro.)
Muera
3480
A mis manos un dichoso.

AMARILI.
(Dentro.)
¡Cielos, piedad!

DORINDA.
Ya en la cueva
Se han hallado: aquí no hay
Mas remedio de que venga
Quien lo estorbe. – ¡Ah de la Arcadia!
3485
Ah del monte! Ah de la selva!
Pastores, venid, venid
Todos

Salen NICANDRO, CORIDON, SÁTIRO, CORISCA, y otros PASTORES.

TODOS.
¿Qué voces son estas?

NICANDRO.
¿Qué es esto, Dorinda?

DORINDA.
Entrad,
Entrad todos á esa cueva:
3490
Sabréis lo que es, excusando
La mas infeliz tragedia
Que ha visto el sol.

NICANDRO.
Siempre infausta,
Siempre horrible y siempre abierta
Boca para pronunciar
3495
Desdichas, ¿á quién encierras
Hoy en tu seno?

SILVIO.
(Dentro.)
A mis manos
Muera un alevoso.

MIRTILO.
(Dentro.)
Muera
A mis manos un dichoso.

DORINDA.
(Ap.)
¡Quién vió confusion como esta!

Salen MIRTILO Y SILVIO, y detrás de ellos, AMARILI.

SÁTIRO.
3500
Mirtilo, Amarili y Silvio
Son.

CORISCA.
¿Quién allí los encierra?

SÁTIRO.
Algun galante capricho.

NICANDRO.
Suelta, Silvio; pastor, suelta;
Quita Amarili; que habiendo
3505
Yo llegado…

MIRTILO.
Deja…

SILVIO.
Deja
Que muera á mis manos.
(Ap.)
( ¡Cielos!
¿Qué es lo que miro?)

MIRTILO.
Que muera
A mis manos…
(Ap.)
( ¡Santos dioses!
3510
¿Qué es lo que veo?)

NICANDRO.
(Ap.)
Suspensa
En dos acciones el alma,
Tan igualmente violentas,
Ha quedado.

MIRTILO.
(Ap.)
Silvio es
Quien con Amarili bella
3515
En la cueva está.

SILVIO.
(Ap.)
Mirtilo
El autor es de mi ofensa.

AMARILI.
(Ap.)
Mirtilo ¿á qué fin, fortuna,
A matar á Silvio entra,
Cuando él viene á sus amores?

MIRTILO.
3520
(Ap.)
¿Quién el afecto me trueca,
Que mas que de esposo al nombre,
Al verle, el brazo me tiembla?

SILVIO.
(Ap.)
¿Quién, al verle, de mi acero
Hay que el impulso detenga?

NICANDRO.
3525
(Ap.)
( Suspensos los dos á un tiempo
Quedaron, y aunque debiera
Yo por Silvio apasionarme,
No sé qué causa secreta
Hácia el lado de Mirtilo
3530
Me tira con igual fuerza.)
¿Qué es esto, Mirtilo? Silvio,
¿Qué es esto? Amarili bella,
¿Qué es esto? Hablad.

MIRTILO.
Yo no puedo.

AMARILI.
Tampoco yo.

SILVIO.
Aunque debiera
3535
Con mayor causa mi honor
Callar, pues en tu presencia
Ya no es posible vengarme,
Véngueme de otra manera
Ménos noble mi desdicha.
3540
Este es un agravio, esta
Es una rabia, una ira,
Una injuria, una violencia,
Un delirio, un frenesí,
Una pasión, una pena,
3545
Un letargo, una afliccion,
Una deshonra, una afrenta
Tal, que aun es el pronunciarla
Mayor mal que el padecerla;
Y para decirlo todo
3550
De una vez, es una ofensa
Hecha á los dioses y á mí,
Y á tí tambien, pues es fuerza
Que como padre te toque
Mi dolor. Y pues mi ciega
3555
Cólera ya no es posible
Que á su venganza se mueva
Por sí, y por no sé qué causa
Con que este pastor la templa,
A despecho de mi honor,
3560
A pesar de mi vergüenza,
Sabed que Amarili falta
A la fe y á la promesa,
Que comprometida esposa
Debe á la alta sangre nuestra.

AMARILI.
3565
¡Yo, cómo! …si cuando á ti
Buscaba mi…

SILVIO.
Calla, fiera.–
Con ese pastor la he hallado
Encerrada en esa cueva.
Si entrar en ella es delito,
3570
¿Qué será con él y en ella?
Yo no te pido venganza,
Padre; pero considera,
Pues eres padre y juez,
Qué te toca hacer en esta
3575
Desdicha; que yo no quiero
Ya de ti mas de que adviertas
Si huyendo de una mujer,
Hice bien de irme á las selvas;
Pues fiera por fiera, no hay
3580
(Vase.)
Otra para mí mas fiera.

AMARILI.
Oye, escucha, espera, aguarda…

MIRTILO.
Aguarda, oye, escucha, espera…

AMARILI.
Que no es bien quieras dejarme…

MIRTILO.
Que no es bien dejarme quieras…

AMARILI.
3585
Con tu ofensa, cuando yo
Vengo á averiguar mi ofensa.

MIRTILO.
Con la culpa, y sin la dicha
Que me causara el tenerla.

NICANDRO.
¡Para aqueste trance, cielos,
3590
Mi cansada edad conservas!

AMARILI.
Pastoras destas montañas…

MIRTILO.
Pastores de aquestas selvas…

AMARILI.
Yo celosa…

MIRTILO.
Yo ofendido…

AMARILI.
A él le buscaba en aquesa
3595
Lóbrega estancia.

MIRTILO.
A buscar
Entré otro pastor.

SÁTIRO.
¡Qué vieja
Disculpa de dos amantes
A quien un marido encuentra!

AMARILI.
(À Dorinda.)
Dilo tú, pues tú lo sabes.

MIRTILO.
3600
Vuelve tú por mi inocencia,
Dorinda.

DORINDA.
(Vase.)
Yo no sé nada.

AMARILI.
¡Oh aleve!

MIRTILO.
¡Oh ingrata!

LOS DOS.
¡Oh fiera!

SÁTIRO.
Si no lo sabe, tambien
Y todo, ¿qué quieren della?

AMARILI.
3605
Ya que tú me faltas, déme
Quien lo sabe la respuesta.
Pastores, pues en el valle
Hay quien las traiciones sepa
De una ninfa y Silvio, hablad:
3610
¿Qué decís en mi defensa?
Escuche yo vuestras voces.

UNOS.
(Dentro.)
Amarili muera.

OTROS.
(Dentro.)
Muera.

AMARILI.
¡Oh nunca las escuchara!

MIRTILO.
¡Oh nunca yo las oyera!
3615
Que aunque no soy el dichoso;
Basta ser quien lo parezca.

TODOS.
(Dentro.)
Muera Amarili.

MIRTILO.
¿Qué es esto?

Sale FABIO.

FABIO.
Estar la Arcadia revuelta,
Diciendo que si un delito
3620
Como este es quien la condena
A tantas calamidades,
Y cuando esperaba dellas
El fin, la vuelve al principio
Traicion que es tan manifiesta,
3625
Pues nadie ignora por quien
Mirtilo á la Arcadia venga;
Es fuerza esperar mayores
Pestes, ruinas y miserias:
Y así que muera Amarili
3630
Como las leyes ordenan,
Para hacer á nuestra diosa
Del mismo delito ofrenda:
A cuyo fin dicen todos…

UNOS.
(Dentro.)
Amarili muera.

OTROS.
(Dentro.)
Muera.

NICANDRO.
3635
Muera.
(Ap.)
¡Qué mal pleito tiene (¡oh cielos!)
Quien el dia que á estar llega
Cómplice de algun delito,
Le da el pueblo la sentencia!

AMARILI.
3640
¡Bueno es que yo la ofendida
De un aleve esposo sea,
Y su culpa!...

NICANDRO.
Calla, calla.

MIRTILO.
¡Bueno es que yo á buscar venga
A quien me ofende, y presuman
3645
Que puedo ser!...

NICANDRO.
Cesa, cesa.
Al templo de nuestra diosa
Llevad á Amarili presa;
Y á ese jóven
(Ap.)
( Solo en esto
No anduvo la ley severa:
3650
Parece que la hice yo,
Pues con la vida le deja)
En un barco en el rio abajo,
Sin timon, remo ni vela,
Echad, á voz de pregon
3655
Que publique la sentencia
De su destierro; que yo
Puede darla, mas no verla.
(Ap.)
( ¡Ay juventud infelice!
Ay infelice belleza!
3660
¡Qué de cuidados me debes!
(Vase.)
Qué de pesares me cuestas!)

UN PASTOR.
Al templo ven, Amarili.

OTRO.
Vén, pastor, á la ribera.

AMARILI.
¡Mirtilo!

MIRTILO.
¡Amarili hermosa!

AMARILI.
3665
¡Oh! cuánto á morir contenta
Voy, sabiendo que por tí
Muero!

MIRTILO.
No, no hacerme quieras
El cargo, sino al pastor
Que buscabas.

AMARILI.
3670
Desdicha…

PASTOR 1.º
Vamos.

AMARILI.
Aguarda.
Le faltaba á mi tragedia,
Cuando yo, para ser tuya…

PASTOR 2.º
Mirtilo, vamos.

MIRTILO.
Espera;
Que sola una razon falta,
3675
Y todo mi bien en ella.

PASTOR 1.º
Vamos de aquí.

PASTOR 2.º
De aquí vamos.

AMARILI.
¡Qué sinrazon!

MIRTILO.
¡Qué violencia!

AMARILI.
¡Qué agravio!

MIRTILO.
¡Qué tiranía!

AMARILI.
¡Qué sentimiento!

MIRTILO.
¡Qué pena!

PASTORES.
3680
Vamos presto.

AMARILI.
Adios, Mirtilo.

MIRTILO.
Adios, Amarili bella.

(Llévanlos, Corídon y los otros pastores.)

AMARILI.
(Dentro.)
Por tí á morir voy.

MIRTILO.
(Dentro.)
Yo no,
Porque esa dicha no tenga.

AMARILI.
(Léjos, dentro.)
Mirtilo, adios.

MIRTILO.
(Léjos, dentro.)
Amarili,
3685
Adios.

CORISCA.
¡Qué infeliz tragedia!

SÁTIRO.
En toda mi vida vi
Cosa mas puesta en razon.

CORISCA.
¿Qué va á decir el simplon?
¿Que esta ley le agrada?

SÁTIRO.
Sí:
3690
Porque la ley tan entendida,
Tan discreta y tan honrada,
Que habiendo sido mal dada,
Se ha hecho bien recibida;
Ley, si della otra vez hablo,
3695
Que cogiendo en hurto á dos,
Al hombre le envia con Dios
Y á la mujer con el diablo;
Dentro de muesas entrañas
Habia de estar inmortal
3700
En láminas de metal
Con letras de oro tamañas.

CORISCA.
Como los hombres pusieron
La ley á su parecer,
Dejaron á la mujer
3705
Lo peor.

SÁTIRO.
Muy bien hicieron;
Porque ¿quién, Corisca, quién,
El dia que escudillara,
Muerto de hambre se quedara?
Y á tí quizá te esté bien.

CORISCA.
3710
¡A mí! ¿Por qué?

SÁTIRO.
Porque cuando
Tan santa ley estoy viendo,
Te voy desaborreciendo
Y me vengo enamorando.
Alto, á casar: esto es hecho.
3715
Aunque te vengues arisca,
Venga esa mano, Corisca.

CORISCA.
¿Por qué ahora?

SÁTIRO.
Porque sospecho
Que aun ántes que se pubrique
(Según, Corisca, eres fiel)
3720
Por donde te sacrifique:
Y no es bien que por mí en nada
Pierda la diosa sus bienes,
Sabiendo de ti que tienes
Gesto de sacrificada.

CORISCA.
3725
¡Malos años para quien
Eso pensare jamas!

SÁTIRO.
¡Oh qué degollada harás!
Y ¡cómo te estará bien
Sobre el cándido cristal
3730
De la garganta, primero
La gargantilla de acero,
Y despues la de coral!

CORISCA.
Pues cuando eso sucediera,
¿Faltara en el mundo, di,
3735
Quien por darme vida á mí,
La suya, Sátiro, diera?

SÁTIRO.
¿Cómo es eso?

CORISCA.
¿Ahora sabes
Que si la vida alguien da
Por aquella que ya está
3740
Dispuesta á penas tan graves,
La libra de la tirana
Pena en que Vénus se emplea,
Como el que se ofrece sea
De alguna isla de Diana?

SÁTIRO.
3745
Ahora digo que tienen
Asomos tambien las diosas
De señoras caprichosas.
Y supuesto que previenen
Tus temores ese medio,
3750
Déjate sacrificar,
Si es dejarse otro matar
El mas eficaz remedio.
Ea, alto á casar: la mano
Me da.

CORISCA.
Porque veas que ha sido
3755
Tan galante, tan tendido
Y tan fiel mi amor, que en vano
Teme esa ley y otras mil,
Cata aquí la mano mía.

SÁTIRO.
Espera; que no querria
3760
Que anduvieses tan civil
Despues de haberme casado,
Que como quien no hace nada…

CORISCA.
¿Qué?

SÁTIRO.
Me salieses honrada,
Y me dejases burlado.

CORISCA.
3765
¡Eso has de pensar de mí!
¿Puedo nunca faltar yo,
Sátiro, á ser quien soy?

SÁTIRO.
No;
Mas pudiera ser que sí.
En fin desde aqueste instante
3770
Tuyo he de ser.

CORISCA.
Yo lo he sido
Tuya.

SÁTIRO.
Tu menor marido
Soy.

CORISCA.
Yo tu menor amante.

Sale CORIDON.

CORIDON.
(Amenanzando á Corisca.)
¿Siempre parlando he de vella?

SÁTIRO.
Déla usté, y no se esté quedo;
3775
Que es temeraria, y no puedo
Averiguarme con ella,
Desque con ella casado
Estoy.

CORIDON.
¿Qué es casado?
(Ap.)
( ¡Oste!)

SÁTIRO.
¡Cuál viene el señor prioste!

CORISCA.
3780
Advierte, si te he engañado.
Coridon, este que ves,
Con quien ya casado estoy,
Mi sátiro es desde hoy.

SÁTIRO.
Y ella mi sátira es.

CORIDON.
3785
¿Casada con él?

CORISCA.
¿Pues no?

CORIDON.
¿Y es verdad?

SÁTIRO.
Como lo digo.

CORIDON.
Si es así, vénte conmigo.

SÁTIRO.
Por solo eso lo hice yo.

CORIDON Y CORISCA.
¿Por qué?

SÁTIRO.
Porque si culpada
3790
Procediere en este estado,
Fuésemos, yo el buen casado,
Y ella la mal degollada.

CORISCA.
¡Qué ruindad!

CORIDON.
¡Qué bobería!

CORISCA.
¡Tonto!

CORIDON.
¡Simple!

CORISCA.
¡Mentecato!

CORIDON.
3795
¡Vil!

CORISCA.
¡Loco!

CORIDON.
¡Necio!

CORISCA.
¡Insensato!

(Vanse Coridon y Corisca.)

SÁTIRO.
¡Gran cosa es la cortesía!
Mas ¡ay casado de mí!
Por Dios, que se la llevó.
Alma, ¿matarélos? Sí.
3800
Veamos ahora el honor mio,
Entre el alma y vida, qué dice.
Habla, honor.

MIRTILO
Dentro.
¡Ay, infelice,
Que me han echado en el rio!

SÁTIRO.
Desde el rio respondió
3805
Lastimosamente fiel:
Luego si se ahoga él,
(Vase.)
Será desahogarme yo.

Sale CARINO, con MIRTILO en los brazos.

MIRTILO.
¡Ay de mí infelice!

CARINO.
Alienta;
Que ya de la orilla toco
3810
Contigo el puerto, á pesar
De las injurias del golfo.
¡Dichoso mil veces yo!

MIRTILO.
Y yo ninguna dichoso,
Pues donde pierdo la vida
3815
Me parece que la cobro.

CARINO.
¡Mirtilo, hijo, amigo!...

MIRTILO.
¡Padre!

CARINO.
No en vano, cuando me arrojo
De mi barca á socorrerte,
Sin saber quién eres, noto
3820
Que la carga que traía
No me pesaba en los hombros.
¿Qué es esto? ¿Todo ha de ser
Fortunas, desdichas todo
Para ti, todo prodigios,
3825
Todo pasmos, todo asombros?

MIRTILO.
Si, padre, y aunque son tantos,
Al ansia con que los tomo
Y la sed con que los bebo,
Tal vez me parecen pocos.

CARINO.
3830
Mira cómo de los hados
Sabe desmentirse el docto
Dictámen; pues cuando huyes
De mí, temiendo dudoso
Que te dé la muerte, es
3835
La vida la que te otorgo.
¿Qué es esto? otra vez pregunto.
¿Quién en aquel pobre, roto
Barco, sin vela ni remo,
Te echó, donde impetuoso
3840
El raudal te trastornó
En su piélago mas hondo?
Dime, ¿qué es esto?

MIRTILO.
Si yo
Sucesos tan lastimosos
Supiera decir, supiera
3845
Cuántos son, y así es forzoso
No contarlos porque no
Quede su número corto.
¿Dónde estamos?

CARINO.
No lo sé;
Que yo teniendo los ojos,
3850
Al mas cercano celaje
Es donde la mira pongo.

MIRTILO.
Pues en tanto, ¡ay padre mio!
Que hallamos por este umbroso
Bosque albergue, mi fortuna
3855
Sabrás.

CARINO.
Suspenso te oigo.

MIRTILO.
Yo de mi infeliz destino
(Cajas destempladas dentro.)
Arrastrando… Mas ¿qué roncos
Destemplados instrumentos
(Que alegres fueran en otros
3860
Tiempos), llenando los aires
De escándalos pavorosos,
A soplos mi fuego avivan,
Debiendo matarle á soplos?

CARINO.
No léjos de aquí se escuchan.

MIRTILO.
3865
Acerquémonos un poco.

(Tocan dentro sordinas y cajas.)

CARINO.
A los rudos instrumentos
Funestamente sonoros,
Parece que sobstituyen
Tristes endechas y tonos.

MIRTILO.
3870
Oigamos, por ver si algo
Nos dicen sus ecos sordos.

MÚSICA.
(Dentro.)
Piedad, divina Vénus,
Y templen tus enojos
De humano sacrificio
3875
La fe, el culto y el voto.

CARINO.
Si ya mi cansada vista
No me miente, reconozco
Desde aquí que van saliendo
De aquel montecillo umbroso
3880
Hácia una fábrica breve,
Pequeño templo del soto,
De pastores y pastoras
Una grande tropa.

MIRTILO.
Todos
Van de cipres coronados,
3885
Arrastrando por despojos
Negros álamos.

CARINO.
Las teas
Encendidas dan á Apolo,
Que las ve, mas con el humo
Que con la luz en el rostro.

MIRTILO.
3890
Atendamos, para ver
Si algo nos dicen los coros.

MÚSICA.
(Dentro.)
Piedad, divina Vénus,
Y templen tus enojos
De humano sacrificio
3895
La fe, el culto y el voto.

MIRTILO.
Detrás de todos viene una
Mujer, vendados los ojos
Con negro cendal, y atadas
Las manos.

CARINO.
Y al tiempo propio
3900
Que ellos se van acercando
Con pasos bien perezosos,
Se abre del templo la puerta,
En cuyo atrio se ve solo
Un sacerdote, en la mano
3905
Un puñal.

MIRTILO.
¡Dioses piadosos!...
Pero miento: ¡Crueles dioses!
¿Cómo, ¡ay infelice! cómo
esto consentís?

CARINO.
Mirtilo,
¿Qué es esto?

MIRTILO.
No sé.

CARINO.
¿Estás loco?

MIRTILO.
3910
Sí, pues no lo estoy. ¡Ay padre!
Que si la seña recorro
Al sitio, al bosque y al templo,
Y al alma que es mas que todo,
Aquel es Nicandro, aquella
3915
Amarili. ¡Oh riguroso
Hado, siempre y nunca! Mas
¿Cómo otra vez no me arrojo
A morir desesperado
Desde este risco á ese golfo?

CARINO.
3920
¡Mirtilo!

MIRTILO.
¡Para ver esto
Me libras, cuando me ahogo!
¿Qué mas muerte querias darme?
Cruel eres, no piadoso,
Padre injusto, pues me traes
3925
Adonde esto miro y oigo.

(Vanse.)

MÚSICA.
(Dentro.)
Piedad, divina Vénus,
Y templen tus enojos
De humano sacrificio
La fe, el culto y el voto.

Suenan cajas destempladas é instrumentos, y salen los PASTORES Y PASTORAS con coronas de cipres y ramos arrastrando, y detrás AMARILI, los ojos vendados con un tafetan negro; CORIDON, CORISCA Y SÁTIRO. Á este tiempo se descubre el templo y el altar, y delante de él NICANDRO, con un puñal en la mano; y por un lado del tablado sale SILVIO, y por otro, DORINDA.

AMARILI.
3930
Cuando la injusta saña
De Vénus siento y lloro,
Castísima Diana,
A tu piedad invoco.
Tú solamente sabes
3935
Si ofendí mi decoro;
Tú, que inocente muero:
Advierte que es impropio
Que donde no hubo ofensa,
Sirvan de desenojo
3940
La afrenta que padezco,
Las lágrimas que lloro.

SILVIO.
(Ap.)
Aunque parezca impiedad,
Tronco vivo entre estos troncos,
Tengo que asistir á este
3945
Espectáculo, piadoso
Y cruel á un tiempo.

DORINDA.
(Ap.)
Aunque
Sea injusto desahogo,
Amparada de los verdes
Canceles de aquestos olmos,
3950
Tambien he de ser testigo
De la venganza que tomo.

NICANDRO.
(Ap.)
Nunca humano sacrificio
Dejó de causarme asombro
Al ejecutarle; pero
3955
Este ¡ay de mí! mas que todos.
¡Qué diera yo porque hubiera
Para suspenderle, modo!

SÁTIRO.
Corisca, aprende el papel,
Por si te pasa lo propio.

Salen MIRTILO Y CARINO.

NICANDRO.
3960
Pastores de Arcadia, ya
Que el holocausto es forzoso,
Cúmplase toda la ley.
Digan á voces los coros
Si hay extranjero pastor
3965
En todos estos contornos,
Que de Diana en las islas
Siga el culto religioso,
Que quiera morir por ella.

MIRTILO.
¡Cielos! ¿qué es esto que oigo?
3970
¿Esta ley hay en Arcadia?

CARINO.
Tente.

MIRTILO.
Suelta.

CORISCA.
Escuchad todos.
(Canta.)
Amarili, ninfa bella,
Es, porque falto á su honor,
Fuerza en víctima ofrecella;
3975
¿Hay extranjero pastor
Que quiera morir por ella?

SÁTIRO.
¡Luego habrá tonto tan grande
Que diga que sí! ¡y qué poco!

MIRTILO.
Sí hay. Suspenda tu acción,
3980
Nicandro, el golpe alevoso;
Que yo á recibir el golpe
Por ella á tus piés me postro.

NICANDRO.
¿De dónde ó cómo, pastor,
Has venido? ¡Siempre pronto
3985
Entre mi acero y su vida
Te he de hallar!

MIRTILO.
Si, pues del modo
Que entre tu flecha y su vida
Tal vez mi vida interpongo,
Entre su vida y tu acero
3990
Lo he de hacer.

SILVIO.
(Ap.)
¡Qué es lo que oigo!

DORINDA.
(Ap.)
¡Qué es lo que veo!

SILVIO.
(Ap.)
Mi agravio
Crezca.

DORINDA.
(Ap.)
Crezcan mis enojos.

MIRTILO.
¿De qué suspenso has quedado?
De qué pasmado y absorto?
3995
Extranjero pastor dices
Que ha de ser el que dichoso
Dé su vida, y dé á Diana
Cultos: yo lo tengo todo.
De Elide soy: á mi padre
4000
Para testigo os propongo.
Y pues voluntariamente
Por ella á morir me arrojo,
Muera yo y viva Amarili.

CORISCA.
Viva Amarili, gozosos
4005
Digamos todos de ver
Hecho de amor tan glorioso.

TODOS.
¡Amarili, viva!

SÁTIRO.
¡Viva,
Amarili y muera el tonto!

NICANDRO.
¿De dónde otra vez has vuelto,
4010
Extranjero prodigioso,
A doblarme las desdichas?

AMARILI.
(Ap.)
Aunque en las voces que oigo
Oigo que hay quien por mi quiera
Morir, quién es desconozco,
4015
Porque igualmente tapados
Los oídos con los ojos,
No me dejan percibir
Quién será el que generoso
Ofrece por mí su vida.

MIRTILO.
4020
Descubre á Amarili el rostro…

TODOS.
¡Amarili viva!

SÁTIRO.
¡Viva
Amarili, y muera el tonto!

MIRTILO.
Pues si merezco mirarla,
Será dar mi vida á logro.

(Descubren á Amarili.)

AMARILI.
4025
¿Quién es quien por mi?...
(Ap.)
(¡Qué miro!
¡Ya no es vida la que gozo.)

MIRTILO.
Yo soy, Amarili bella,
Quien por ti á morir me expongo,
No cómplice en tu delito;
4030
Que á serlo hiciera muy poco,
Sino ofendido, porqué
Sea mi amor mas heróico.

AMARILI.
Eso es querer obligarme
Y ofenderme á un tiempo propio:
4035
Y porque ninguno crea
Que yo hice ofensa á mi esposo,
Y que con quien la presume
Me da la vida en retorno,
Si es que puedo deponer
4040
La fineza, la depongo.

TODOS.
No es posible.

SÁTIRO.
¿No? Pues viva
Amarili, y muera el tonto.

NICANDRO.
A la ley te has entregado,
Y obedecerla es forzoso.

CARINO.
4045
No es, porque él no puede ser
Sacrificio entre vosotros.

DORINDA.
No es; que siendo él el que muere,
Yo á la venganza me opongo.

NICANDRO.
¿Por qué, Dorinda? ¿Por qué,
4050
Pescador?

LOS DOS.
Escuchad todos.

NICANDRO.
Habla tú primero.

CARINO.
Ese
Jóven, que de amores loco,
Se ha ofrecido al sacrificio,
Si bien dél las leyes noto,
4055
No puede morir, porque es
Natural de Arcadia.

MIRTILO.
¿Cómo
Puede ser, si eres mi padre,
Y eres de Elide?

CARINO.
. . . . . . . . . . . . . . . . .
4060
. . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . Si rompo
Las cárceles de un secreto.
De Arcadia, infelice mozo,
Eres; no eres mi hijo;
4065
Porque el dia que furioso
Saliendo Alfeo de sí,
Hizo piélago este soto,
Zozobrada mi barquilla,
Varó en el fatal contorno
4070
Dese antro de Ericina,
Cuyo bostezo horroroso
Con la resaca del rio
Abortó de sus mas hondos
Senos á la vista mia
4075
Un pequeño infante hermoso,
Que mis piedades llamaba
A gemidos y sollozos.
Este eres tú; y por mas señas,
Por si acaso entre vosotros
4080
Puede haber quien le conozca,
Pendiente tenias al hombro
En este cordon de seda
Esta lámina de oro,
En cuya plancha grabado
4085
Dice mote misterioso:
«Porque no te mate yo,
Muérete, infeliz, tú propio.»

NICANDRO.
¡Ay hijo del alma mia!
En este instante, no solo
4090
La lámina, mas tambien
Mis ceguedades conozco;
Y en fin de aquel vaticinio
Que me dijo prodigioso:
«Siempre y nunca homicida
4095
Serás de la que piensas que no es vida.»
Ahora felicemente
A ver el sentido torno.
Siempre tu homicida he sido.
Yo te arrojé riguroso
4100
A morir, yo con la flecha
Te herí, yo te eché en el golfo,
Y yo levanté este acero
Contra ti: con que está todo
Cumplido el hado, pues nunca
4105
Te mato y siempre te lloro.

CORIDON.
Pues si él no muere, volvamos
A decir ahora nosotros
Que muera Amarili.

SÁTIRO.
¡Muera
Amarili, y viva el tonto!

DORINDA.
4110
Tampoco ella morir debe.
TODOS.
¿Por qué?

DORINDA.
Porque ya que cobro,
Viendo imposible á Mirtilo,
La razon de mi celoso
4115
Rencor, confieso que fué
Su delito testimonio.

MIRTILO.
Así «de una infiel mujer
(El vaticinio horroroso
Me dijo) los devaneos
4120
Darán á tu vida asombros».

SILVIO.
Yo, habiendo visto en Mirtilo,
Que por hermano conozco,
Tanto amor, no he de volver
Al pasado matrimonio.

NICANDRO.
4125
Bien puedes; que pues no hubo
En tu pecho duro y bronco
Mas que sagrado contrato;
Y lo que obligaba á todos
Era unir dos semideos,
4130
Cuyo descendiente heróico
Ha de libertar á Arcadia;
Y ya en Mirtilo propio
Conviene que en ti convino,
Por su esposa se la otorgo.

AMARILI.
4135
Con que tambien de mi estrella
El vaticinio piadoso,
Que un Fido Pastor habia
De enmendar tantos enojos,
Se cumple felicemente,
4140
Siendo Mirtilo mi esposo.

MIRTILO.
Barato con una vida
Tan grande ventura compro.

CORISCA.
Pues en canciones alegres
Vuelvan los funestos tonos
4145
Cantando de El Pastor Fido
Los triunfos.

SÁTIRO.
Miéntras nosotros
Perdon pedimos, volved
Al oráculo vosotros.

TODOS Y MÚSICA.
No tendrá fin el daño que os ofende
4150
Hasta que junte amor dos semideos,
Y de una infiel mujer los devaneos
La alta piedad de un Fido Pastor enmiende.