Texto utilizado para esta edición digital:
Rotrou, Jean de. La Diana, comedia. Traducido por Ángeles Carcía Calderón y Miguel Ángel García Peinado para la Biblioteca Digital EMOTHE. Valencia: EMOTHE Universitat de València, 2025.
- Carmen Cerdán, Rodrigo
Nota a esta edición digital
Esta publicación es parte del proyecto I+D+i «EMOTHE: Segunda fase de teatro español y europeo de los siglos XVI y XVII: patrimonio y bases de datos», referencia PID2022-136431NB-C65 (acrónimo EMOTHE), financiado por MICIN/AEI/10.13039/501100011033 y por FEDER, UE.
Noticia histórica y literaria sobre LA «DIANA»
Rotrou, a la vez que componía malas obras de teatro, ya iba formando su estilo, y cuidaba el diálogo con más arte que ninguno de sus contemporáneos, entre la trivialidad de la farsa y la exageración española, muy de moda en la época. Arrastrado desgraciadamente por el ejemplo de sus predecesores y por el gusto de su siglo, no contribuyó hasta mucho más tarde a reformar la acción dramática, que entonces era tanto más admirada cuanto más complicada e incluso confusa. La DIANA es casi ininteligible cuando se lee: este defecto era sin duda menos chocante cuando se representaba, donde cada personaje es fácilmente reconocido y distinguido por el espectador entre el gran número de actores principales que concurrencontribuyen esencialmente a la acción de La Diana. Si tenemos que creer a su autor, fue aplaudida por el público, que no encontró en ella, según él, ninguna de esas bellezas descaradas que sólo son agradables en escena, ni ninguna de esas gracias afectadas que hacen que otras lo parezcan. Rotrou se la dedico al conde de Fiesque.
Diana es hermana de Lisandro: su madre, que quiere legar toda su fortuna a su hijo, confía a Diana a un campesino de Boulogne, con el que ella se cría sin conocer su nacimiento. Ella inspira, sin embargo, una gran pasión en Lisimán, pero el infiel la abandona para irse a París, donde no tarda en pedir la mano de Orante. Diana, informada de su plan, lo sigue y entra al servicio de su rival. Silvano, un joven campesino enamorado de Diana, corre tras ella y se convierte en cochero de Lisimán. Diana se gana el cariño de su ama y le hace llegar las cartas que en su día le escribió el pérfido Lisimán. Orante, que está enamorada de un tal Aristo, se alegra de tener un pretexto para romper con Lisimán; y Lisimán, volátil en el cariño, anuncia que va a volcar todos sus anhelos en «Rosinda» (personaje que no aparece en el texto, pero a la que se menciona). Diana, adelantándose a él, y sabiendo que esta hermosa mujer está prometida a Lisandro sin haberlo visto, se disfraza y se presenta bajo ese nombre a «Rosinda». Pero el verdadero Lisandro llega y exige sus derechos; asombrado al ver ocupado su lugar, quiere castigar a la impostora, que no tiene otro recurso contra su venganza que declarar su sexo. Diana se descubre el pecho, y Lisandro la reconoce como su hermana por una marca distintiva que lleva allí. Este reconocimiento conduce súbitamente al desenlace. Lisimán, viendo en Diana una gran fortuna, acepta delicadamente casarse con ella: Lisandro se une a «Rosinda»; Orante consigue a su amado Aristo; y Silvano se contenta con Dorotea, la sirvienta de Diana.
NOTA: Incluida en la edición de la obra de 1820: Œuvres de Jean Rotrou. Tome premier. Paris: Chez Th. Desoer, pp. 265-267. El editor de los cinco volúmenes (reimpresos en Genève, Slatkine Reprints, 1967) fue el poeta Emmanuel Viollet-le-Duc (1781-1857).
Al señor Conde de Fiesque
SEÑOR,
Diana es vuestra por tantas razones que no podéis negarle esta cualidad. Vuestro mandato os convirtió en la causa principal de su nacimiento; sois autor de la parte más hermosa de su reputación, y la habéis apoyado contra todos sus envidiosos, de las menores obligaciones que la habrían convertido en vuestra criatura. Y sin extrema ingratitud no puede declararse de nadie más que de vos, después del juicio que habéis hecho de ella. Sería superfluo describírosla, pero sólo os diré que no es una de esas bellezas desvergonzadas que sólo gustan en los teatros y en las grandes reuniones; no ha practicado esas gracias afectadas que hacen quedar bien a los demás. Y la naturaleza ha hecho tanto por ella que ha despreciado todos los ornamentos del arte; la mayoría de las obras de teatro son como esas mujeres que, aunque no poseen una belleza perfecta, sorprenden sin embargo por un falso resplandor. Y no dejándose considerar por mucho tiempo, adquieren una estimación que pierden, al fin cuando reparamos más de cerca en sus gracias y en sus defectos, tanto nos encanta en la calle como nos disgusta en su despacho, y muchas se desentienden de la Corte, corazones que vuelven a lasa. Así ocurre con muchas comedias cuya impresión les quita el lustre que el Teatro les había dado. Diana no es una de ellas, y me atrevo a esperar que la vista que se tiene de su belleza natural, será despreciar esta falsa apariencia que se deseaba para ella en el escenario; Vos sabéis por qué, y por cuantas mentes fue considerada en el entorno de este gran hombre, a quien con razón adornasteis con tantos elogios y entregasteis vuestra amistad; recordad la aprobación que allí recibió, y ni una sola de estas divinas mentes que quisieron oírla hasta tres veces, emitió un juicio contrario al vuestro, que siempre fue favorable. Tras la satisfacción que he recibido por la obra, poco temo del gusto del pueblo, y siempre que sólo vos hubierais aprobado. Catón es para mí más que el pueblo romano; tal como es, se ofrece a vos, y está tan orgullosa de ser vuestra, que habría ido hasta Roma para pediros ese requisito, si vuestro regreso no le hubiera hecho innecesario viajar, complacedla con una acogida favorable, y permítidle que ella os testimonie demostraros cuan reconocido estoy de ser,
SEÑOR,
Vuestro muy humilde y obediente servidor
ROTROU
Argumento
La portuguesa Meliante tuvo dos hijos, Lisandro y Diana. La ciega inclinación de esta madre la lleva a favorecer más a su hijo que a su hija; hace que Diana se crie en Boulogne en casa de un campesino llamado Damon, y tiempo después difunde el rumor de que había muerto. Para asegurar la fortuna de Lisandro, se la concede a Rosinda, su prima e hija de Orimán desde la edad de seis años; ella muere, y Lisandro, que tenía pasión por conocer países extranjeros, tras cargar algunos barcos con mercancías, se hace a la mar. Diana había mantenido relaciones en Boulogne con un caballero llamado Lisimán, al que había permitido algunas honestas familiaridades, se entera de que en París éste se ha enamorado de Orante, hija de Filemón. Así pues, parte de Boulogne con la intención de perpetuar sus amores por medio de algún artificio, poniéndose al servicio de d'Orante. Silvano, campesino que había estado enamorado de ella la sigue, convirtiéndose en cochero de Lisimán con la intención de verla de vez en cuando. Dorotea, aldeana que ama a Silvino, deja también Boulogne y va a París, donde se encuentra con Diana; mientras hablan juntas, Orante llama a Diana, quien le presenta unas cartas que dice haber recibido de una campesina que acaba de hablar con ella; (ardid que Diana utiliza para que Orante sepa que Lisimán está enamorado en otro lugar), ya que estas son las mismas cartas que Lisimán escribiera otrora a Diana; y algunas de Diana a Lisimán; Orante quería a Aristo, y únicamente el mandato de su padre la obligaba a soportar a Lisimán; para librarse de esta imposición ella enseña al padre las pruebas de la inconstancia de Lisimán. Filemón recrimina a Lisimán, que le hace ver el poco ardor que le inspira Orante; Aristo, irritado por la avaricia de Filemón, las primeras visitas de Lisimán a Orante y los rumores sobre su matrimonio, recrimina a Orante en un tono de desprecio. Lisimán se encuentra con Diana, a la que sólo reconoce como la doncella de Orante, y le pide que le diga a su ama que él ama a Rosinda, a la que es cierto que visita, pero es menos por complacerla que para disgustar a Orante. Diana, conmovida por este discurso, busca un segundo artificio para desviar esta persecución: pide a Dorotea que le busque un traje de hombre, con un diamante que le pone en las manos; se viste, entra en casa de Rosinda, y se hace pasar por Lisandro (había conocido todos los asuntos de esta casa por una campesina de Boulogne, sin que ella la reconociera, y sin que ella se diera a conocer). Llega el verdadero Lisandro, queriendo castigar al bribón del otro, pero ella es inmediatamente reconocida por Damon, y luego como hermana de Lisandro por una marca que lleva en el pecho; así pues, ella se casa con Lisimán, Rosinda con Lisandro, Orante con Aristo y Dorotea con Silvano.
Al Señor ROTROU,
a propósito de su Diana.
De su hermano.
Finalmente, el Amor es el vencedor,
Diana tiene lo que desea,
el destino ya no puede dañarla,
Lisimán le entrega su corazón
«ROTROU el J.»
NOTA: “Rotrou le Jeune”, es decir, Pierre Rotrou, hermano del poeta
Personajes
| DIANA, (con el nombre de Celirea) |
| DOROTEA, campesina, sirviente de Diana, que amaba a Silvano |
| ORANTE, hija de Filemón, enamorada de Aristo |
| LISIMÁN, enamorado de Diana, la abandona para pedir matrimonio a Orante |
| ARISTO, personaje del que está enamorada Orante |
| ORIMÁN, padre de Rosinda |
| ROSINDA, hija de Orimán |
| SILVANO, joven campesino enamorado de Diana |
| FILEMÓN, padre de Orante |
| LISANDRO, hermano de Diana |
| DAMON, campesino de Boulogne que ha criado a Diana |
| UN LACAYO |
| EXEMPT |
| ARQUEROS |
NOTA: Los 24 personajes de la obra de Lope quedarán reducidos a 11 en la de Rotrou; veamos la correspondencia entre unos y otros:
DIANE INÉS, labradora
DOROTHÉE PASCUALA, labradora
ORANTE Doña ANA
LYSIMANT Don FÉLIX, caballero
ARISTE Don PEDRO, caballero
ORIMÁN FULGENCIO, viejo
SYLVIAN HERNANDO, labrador
FILÉMON URBANO, viejo
LYSANDRE Don JUAN
UN LACAYO FABRICIO, criado
ROSINDA (no aparece) Doña ELENA, dama.
A los personajes que Rotrou tomó de Lope añadió estos otros: Damon, “un exempt” y dos “archers”.
Celirea: Dada la inexistencia de un nombre similar en español, hemos creído lógico optar por mantener la grafía más aproximada, antes que optar por nombres como Cecilia, Celeste, Celestina o Celia.
Exempt: Definición antigua de EXEMPT s.: “On dit proverbialement & en raillerie d'un homme qui se tient inutile, tandis que ses compagnons travaillent, qu'il est exempt de bien faire”. Dictionnaire universel de Furetière (1690).
ACTO I
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
ACTO II
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
Escena VII
Escena VIII
ACTO III
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
Escena VII
Escena VIII
Escena IX
Escena X
ACTO IV
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
Escena VII
Escena VIII
Escena IX
Escena X
ACTO V
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI
Escena VII
Escena VIII
Escena IX
Escena X
