Texto utilizado para esta edición digital:
Rotrou, Jean de. Las ocasiones perdidas. Traducción y notas de Á. García Calderón y M. Á. García Peinado para la Biblioteca Digital EMOTHE. Valencia: EMOTHE Universitat de València, 2024.
- Tronch Pérez, Jesús
Nota a esta edición digital
Esta publicación es parte del proyecto I+D+i «EMOTHE: Second Phase of Early Modern Spanish and European Theatre: heritage and databases (ASODAT Third Phase)», referencia PID2022-136431NB-C65, financiado por MICIN/AEI/10.13039/501100011033 y por FEDER Una manera de hacer Europa.
Noticia histórica y literaria
Noticia histórica y literaria sobre LAS OCASIONES PERDIDAS
[Incluida en la edición de la obra de 1820: Œuvres de Jean Rotrou. Tome premier. Paris: Chez Th. Desoer, pp. 345-347.]
Alfonso, Rey de Sicilia, engañado por sus cortesanos envidiosos de Clorimán, y encolerizado por el amor que este favorito ha inspirado en su hermana la Infanta, decide sacrificarlo. Lo envía en embajada a Nápoles, con el pretexto de pedir la mano de Elena, Reina de ese estado, para Alfonso; pero instrucciones secretas dadas a personas del séquito de Clorimán llevan la orden de asesinarlo. Clorimán se defiende valientemente, y la sola protección de Elena, que por casualidad presencia la lucha, lo salva de una muerte inevitable. La Reina, asombrada por el brillante valor de Clorimán, pronto se siente movida por un tierno sentimiento en su favor, al igual que Isabel, una de las damas de su corte, y ambas le conceden una cita para esa misma noche. Mientras tanto, Alfonso, al enterarse de que no se han cumplido sus órdenes, se dirige a Nápoles bajo el nombre de su Embajador y se presenta en la Corte. El mensajero de Elena, encargado de entregar a Clorimán la carta de amor de la Princesa, se deja engañar por la inscripción, que decía sólo "al bello español", y se la devuelve a Alfonso. Adraste, señor napolitano y amante de Isabel, se encuentra bajo las ventanas de su señora a la hora de la cita que ésta había concedido a Clorimán. Aprovecha la escalera que ve allí y sube hasta Isabel, que lo confunde con Clorimán. Isabel reconoce el engaño, pero demasiado tarde, y no ve otra salida que conceder su mano a Adraste. Por su parte, Elena, al ver que un desconocido ocupa el lugar del Clorimán, al que esperaba, no se comporta con tanta prudencia; grita y quiere que Alfonso sea detenido y castigado. Clorimán, que se dirigía a casa de Isabel, se une a su Rey para rechazar a los guardias de Elena: descubre el rango de Alfonso, con quien la Reina acepta casarse; y el Rey, que le debe la vida a Clorimán, le devuelve el favor y le concede a su hermana en matrimonio.
Tal es el extraño tema de esta tragicomedia, tan sobrecargada de incidentes que un análisis detallado sería casi tan largo como la propia obra. La intriga está urdida con bastante habilidad, y su autor demuestra un verdadero conocimiento de los efectos de la escena; pero su moral no es muy casta, y buscaríamos en vano el retrato de un personaje o la observancia de una unidad.
PERSONAJES
| ELENA, Reina de Nápoles |
| CLEONTE, gentilhombre de la Reina |
| CLORIMÁN, Príncipe de España |
| ATIS, gentilhombre siciliano |
| ORMÍN, gentilhombre siciliano |
| LERME, gentilhombre siciliano |
| LISIS, servidor de Clorimán |
| ADRASTE, enamorado de Isabel |
| ISABEL, dama de compañia de la Reina |
| ALFONSO, Rey de Sicilia |
| CLEONÍS, confidente del Rey |
| FILEMÓN, confidente de la Reina |
| CLEONARDO, confidente de Cleonte |
| CAZADORES |
| GUARDIAS DE LA REINA |
| SÉQUITO DE CLEONTE |
ACTO I
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
ACTO II
Escena primera
Escena II
Escena III
ACTO III
Escena primera
Escena II
Escena III
ACTO IV
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
ACTO V
Escena primera
Escena II
Escena III
Escena IV
Escena V
Escena VI y última
