Jean de Rotrou, Don Bernard de Cabrère

Don Bernardo de Cabrera





Texto utilizado para esta edición digital:
Rotrou, Jean. Don Bernardo de Cabrera. Traducido y anotado por Ángeles García Calderón y Miguel Ángel García Peinado. Valencia: EMOTHE Universitat de València, 2023.
Codificación del texto digital para EMOTHE:
  • Tronch Valls, Carme

Nota a esta edición digital

Esta publicación es parte del proyecto I+D+i «Teatro español y europeo de los siglos XVI y XVII: patrimonio y bases de datos», referencia PID2019-104045GB-C54 (acrónimo EMOTHE), financiado por MICIN/AEI/10.13039/501100011033.


Nota de los traductores

La obra del acitano Antonio Mira de Amescua en la que se basa Rotrou es La próspera fortuna de don Bernardo de Cabrera. Mira de Amescua se inspira en la historia política de España y relata la vida de Bernardo Cabrera (Calatayud, 1289-Zaragoza, 1364), noble aragonés que participó en la conquista de Mallorca (1343), mandó la escuadra que derrotaría a la flota genovesa y se apoderó de Alguer (1353). Siendo Consejero de Pedro III el Ceremonioso fue acusado de traición y ejecutado, tras negar su apoyo a los aliados de éste, Enrique de Trastámara y Carlos el Malo de Navarra, contra Pedro I de Castilla (historia esta que se relata en otra obra de Mira de Amescua, La adversa fortuna de don Bernardo Cabrera). Las dos obras (1655) pertenecen a lo que la crítica denomina “Comedias de privanza”.


PERSONAJES

DON BERNARDO DE CABRERA, favorito del rey
DON LOPE DE LUNA, amigo de Don Bernardo
DON PEDRO, rey de Aragón
VIOLANTE, infante, hermana de don Pedro, amante de don Bernardo
DOROTEA, sirvienta de Violante
LEONOR, amante del Rey
INÉS, sirvienta de Leonor
EL CONDE, capitán de la guardia
PÉREZ, secretario del Rey
LAZARILLO, sirviente de don Lope
DON SANCHO, gobernador de Zaragoza
PRIMER GUARDIA
SOLDADOS

Pedro IV de Aragón. El Ceremonioso, el del puñalet. Balaguer 1319–Barcelona 1387. (Véase https://dbe.rah.es/biografias/8213/pedro-iv-de-aragon). Primogénito de Alfonso IV “el Benigno”, fue rey de Aragón, conde de Barcelona, rey de Valencia, rey de Cerdeña y Córcega (1336-1387), etc. Bajo su reinado nacería la primera Generalidad de Cataluña.

Se casaría cuatro veces:

-En 1338 con María de Navarra (1326-1347), hija de los reyes de Navarra, matrimonio del que nacerían dos hijas: Constanza y Juana.

-En 1347 con Leonor de Portugal, hija del rey de Portugal, que moriría al año siguiente de la Peste Negra.

-En 1349 con Leonor de Sicilia, hija del rey Pedro II, de cuyo matrimonio nacerían tres hijos, Juan, Martín y Leonor.

-En 1377 con Sibila de Fortiá, hija de un noble ampurdanés Berenguer, teniendo como descendencia a una hija, Isabel (1380–1424).


La escena se desarrolla en Zaragoza, en el palacio del Rey



ACTO PRIMERO

ESCENA PRIMERA

DON LOPE DE LUNA, LAZARILLO (ayuda de cámara)

DON LOPE
1
Por fin un feliz genio, querido Lazarillo
2
nos forzará el dominio de nuestros quehaceres,
3
mi brazo lo habrá puesto en las filas rivales
4
que han impuesto sus gestas al yugo de este Estado.
5
Da don Bernardo al príncipe un digno testimonio
6
del fruto que a Aragón mi valor ha rendido,
7
quien hará relevar la fe que yo construyo
8
sobre la destrucción de los vencidos sardos;
9
sí, oso, con la fe que me da don Bernardo
10
aspirar a niveles cerca de la corona;
11
y, si el alma es profética en sus presentimientos,
12
habrá grandes efectos de estos nobles avances,
13
que no me enorgullecen con el favor común
14
y me hacen desafiar de la suerte el orgullo.

LAZARILLO
15
El fatal ascendiente que rige vuestros días
16
cambiará, pues, bastante de lo que siempre fue:
17
desde que mi mal hado me liga a vuestros pasos,
18
el daño que os persigue apenas ha aflojado.

DON LOPE
19
Es cierto que jamás los destinos severos
20
no vertieron del cielo días más infelices,
21
y todos los reveses del destino y la envidia
22
parecen tener solo mi vida por objeto.
23
Mis más felices éxitos nunca han visto este brazo
24
acabar los combates sin que me cueste sangre;
25
mis más justos propósitos nunca se han cumplido
26
colmando mi esperanza, sino decepcionándola.
27
Aún estoy por ver el primer y único fruto
28
que alguna vez amor o el juego me rindieran.
29
Vencer por mi tesón esperaba en la corte
30
la influencia maligna de este astro inclemente,
31
cuando con don Bernardo, catalán como yo,
32
vine, a ofrecer mi brazo, con mis sueños al rey,
33
y, como en el valor, que es en mí innato,
34
tratando de ocupar los cargos de mi padre;
35
mas siempre algún obstáculo, deteniendo mis planes,
36
me cerraba ante el príncipe los oídos y las manos;
37
en lugar de un destino inferior a algún otro,
38
pero al que don Bernardo no argumentara nada,
39
primero insinuándolo en la estima del rey,
40
para él siempre abría lo que a mí me cerraba,
41
situando a este gran hombre en lo alto de su éxito,
42
y, al elevarlo tanto, me dejó en el lodo.
43
Por fin, cuando logramos por nuestro vasallaje,
44
él iguales favores, yo tan grandes despojos,
45
los sardos rebelados abrieron el debate
46
donde afrontar podía la injusticia del hado,
47
y, a él sometiéndome, arrancar de ese brazo
48
las gracias que me debe, y que no me las paga.

LAZARILLO
49
Viendo con qué desdén me trata la fortuna,
50
nacido haber debemos bajo el mismo planeta;
51
nunca momento alguno de honor o de interés
52
por su acontecimiento ha marcado mi dicha;
53
¡pero en mi elección me fue contrario el hado
54
cuando, a vos entregando siguió Ursin a Cabrera!
55
Su amo cerca del rey tiene un rango tan alto
56
que todo le es propicio, y de nada carece;
57
y en el triste curso de apremiante desdicha,
58
esta hoja oxidada es toda mi riqueza.

DON LOPE
59
El servicio importante que aportó mi valor
60
hará pronto cesar tu queja y mi infortunio;
61
los frutos del cariño con que me honra Cabrera
62
no pueden demorarse y pronto aflorarán:
63
espero de su encargo, que al rey vengo a entregar,
64
la infalible gracia de un empleo honorable:
(Busca en su bolsillo)
65
y luego... ¿Mas que agobio es en el que me encuentro?
66
¡Oh! ¡De mi mala suerte es la prueba fatal,
67
Y que de mis desdichas la que más me avergüenza!
68
La carta...

LAZARILLO
Se perdió.

DON LOPE
Ahora no la encuentro.
69
¡Oh, grave negligencia e importuna sorpresa!
70
Uní tan poco afán a tan poca fortuna,
71
y al conservar tan mal la gloriosa prenda,
72
¿quién fiaría al rey mi valioso apellido!

LAZARILLO
73
El hado no nos quiere, va a querer rematarnos,
74
y su odio nos transmite sin cuartel ni reposo.
75
Mas mirad bien, quizás es que buscasteis mal;
76
con vos la teníais cuando nos acostamos,
77
¿la olvidasteis? Os ruego que busquéis mejor.

DON LOPE
78
Puede que la dejara en la hostelería,
79
pero volver tan lejos vana inquietud sería,
80
ya que hoy, por fin, Cabrera llega aquí,
81
y que, además, mi herida en el viaje al abrirse,
82
me ha costado el quebranto de tres o cuatro días,
83
haciendo que su vuelta adelante otro tanto;
84
con lo cual hoy incluso se lo espera en la Corte,
85
donde la voz, supliendo de su carta la pérdida,
86
me logrará los frutos que me vaticinaba.
87
No obstante, si es posible digámosle al rey
88
qué hazañas en Cerdeña su ley decretaron;
89
con estos grandes éxitos construyamos su imagen,
90
sin exteriorizarnos, contemos nuestros lances;
91
para buscarle audiencia, debe venir aquí.

LAZARILLO
92
De su cuarto alguien sale.

DON LOPE
Vayamos, aquí está.

ESCENA II

EL REY, EL CONDE, CAPITÁN de la guardia, Séquito de arqueros, DON LOPE, LAZARILLO

EL CONDE
93
Vuestro ardor por el gran Trajano os hace ejemplo;
94
si los reyes son dioses, su palacio es un templo,
95
donde es justo rezar y libre para todos,
96
y cuyo acceso nunca negar se debe a nadie.

EL REY
97
El escalón más digno del honor de un amo es,
98
ser igual a los suyos tanto como es posible;
99
se eleva a sí mismo gracias a este descenso,
100
que es el fundamento de su honra más cierto,
101
y la ciencia más alta en el arte de reinar.

EL CONDE
102
Pueden aproximarse, concede el Rey audiencia.

DON LOPE
103
(acercándose)
Si a servirlo estoy pronto, tiemblo al acercarme.

LAZARILLO
104
La ocasión os sonríe.

DON LOPE
Cielo, haz que tenga éxito.
105
Pero me han prevenido.

ESCENA III

DON SANCHO, Gobernador de Zaragoza, EL REY

DON SANCHO
Sire, un ruido del pueblo
106
trae el terror de vuestro hermano el Infante,
107
alzó la tropa el campo y avanza a grandes pasos;
108
la ventaja consiste en no estar esperándola,
109
y, con el mal forzándonos, impedir que se agrave
110
y ataque el corazón de todo vuestro imperio:
111
si seguís esperando, os arriesgáis a un asedio,
112
Zaragoza es del trono un baluarte importante.

EL REY
113
Mis leyes prevendrán contra esta desgracia,
114
no obstante, trabajad en equipar la plaza;
115
y preved la defensa de los lugares clave,
116
sin sembrar el terror entre los habitantes;
117
idos, que alguien se acerca.

ESCENA IV

EL SECRETARIO, EL REY, EL CONDE, DON LOPE, LAZARILLO, SOLDADOS

DON LOPE
(adelantándose)
¡Suerte, sedme propicia!
118
¡Qué no sea un coletazo, esto de su capricho!
119
Mira cuántos albures me evitan la ocasión.

LAZARILLO
120
Enloquezco de rabia y de desasosiego.

SECRETARIO
121
(al rey, dándole una carta)
Señor, hasta en las mínimas gracias de una amante,
122
excesivo es lograr retrasar la alegría.

EL REY
123
(besándola y abriéndola)
Cara prueba de manos llenas de tanto encanto,
124
¿vienes a decretar la señal de mi muerte?
125
¿O al fin doblegaré la altivez que rechaza
126
a un alma sometida al yugo de su súbdita?

LAZARILLO
127
Alguien obtendrá fruto del tiempo que perdéis.

DON LOPE
128
(adelantándose)
Príncipe, raro adorno...

EL CONDE
(impidiéndole seguir)
El Rey lee, esperad.

EL REY
129
(leyendo la carta)
«No manchéis, gran Rey, las huellas tan gloriosas,
130
que sobre otros monarcas,
131
brillar a vos os hacen,
132
a causa de un ardor fatal para el sosiego,
133
por un indigno asalto de vuestra alma real,
134
sobre mi honestidad.
135
Mucho tiempo he sufrido vuestro pasado ardor,
136
los frívolos escritos que traen vuestros propósitos,
137
no me honréis más,
138
o, al tiempo que seguís este honor que me ofende,
139
no os ofendáis vos, con un justo silencio,
140
o un franco rechazo.»
(Dejando de leer, exclama)
141
¡Oh, rigor inhumano! ¡Oh, belleza tiránica!
142
¡Quien, mi amor provocando, le prohíbe expresarse!
143
¡Bello, pero funesto islote, roca dura!

LAZARILLO
144
(a don Lope)
Vamos.

EL CONDE
Dejó de leer, podéis acercaros.

DON LOPE
145
(acercándose)
Al fin te cansarás, oh inhumana fortuna,
146
de perseguirme siempre y de ser importuna;
147
príncipe, amor del clima en que imponéis la ley,
148
y el terror y el pavor de vuestros enemigos,
149
si Vuestra Majestad debe hallar un encanto
150
en el relato fiel del triunfo de sus armas,
151
me atrevo, contentado a mi delegación,
152
a augurarme el honor de su aplicación.

EL REY
153
(lee una palabra o dos, diciendo luego:)
Loemos, con orgullo, de un blasón el derecho,
154
y el falso ascendiente que ofrece su brillo;
155
¿conseguiría menos con normal apellido
156
que en el grado eminente en que estoy elevado?
157
¡Una súbdita ingrata al punto me rechaza!

DON LOPE
158
El modo de aplacar Cerdeña don Bernardo
159
hará temblar a Europa, y de vuestra fiereza
160
sembrará el terror en todos los confines.

EL REY
161
(leyendo)
«No me honréis más,
162
o, continuando con este honor que me ofende,
163
no os sintais ofendidos con un justo silencio,
164
o un claro rechazo.»
(Dice luego)
165
¡Con qué despego trata el fuego que me aflige,
166
a mí, su Rey y Príncipe, mas su Rey que la adora!

DON LOPE
167
Preparadas las máquinas, y ya con vuestros barcos
168
don Bernardo cubrió del agua el seno húmedo,
169
al instante los vientos se quedaron calmados,
170
y voluntariamente se impusieron silencio;
171
el mar con gran respeto llevó este gran peso,
172
que ocasionaría la tumba de los sardos.

EL REY
173
¡Mas frívolo problema y vana ensoñación!
174
Enamorado temo, y como Rey rezo;
175
amo, y puedo observar este inútil respeto,
176
a quien, todo pudiendo, pide y es rechazado.

DON LOPE
177
Aire, mar y además, cual vuestros feudatarios,
178
vuestro bando eligieron contra vuestros contrarios.

EL REY
179
Mas ante las confusas molestias distraíame,
180
y al no comprender nada, nada rebatir pude;
181
estas inadvertencias son defectos de Príncipes,
182
que siempre mirar deben el bien de sus Provincias,
183
sus urgentes asuntos y más altos cuidados;
184
alcemos nuestro ánimo, y esta falta cubramos.
(Levantándose)
185
Pienso en prevenir el sitio que se gesta,
186
si me habéis servido, haced vuestras demandas,
187
yo veré su valía, y las atenderé.

LAZARILLO
188
(siguiéndolo)
Al fin de nuestros astros venceremos la cólera.

ESCENA V

EL REY, EL CONDE, EL SECRETARIO

EL REY
189
¡Cómo! ¡Reino, y, reinando, no oso decir que amo!
190
¡Sirvo, y complacer no puedo con corona!
(Al secretario)
191
Tú, de este triste escrito funesto mensajero,
192
autor de mi amargura, obra para atenuarla,
193
y, si quieres aún que la espera me halague,
194
ve a lograrme, Pérez, de esta bella ingrata
195
la gracia de poder visitarla en su casa,
196
y, sin que se moleste, hablar con ella un rato.
197
Ve, espero su respuesta. ¡Ah! Conde, ¿es posible
198
que esta frente laureada oculte tan tierna alma,
199
y que una sumisa y súbdita belleza
200
con continuos esfuerzos esconda a una indómita?
201
¿Con qué razón loamos, infaustos como somos,
202
el poder de los Reyes sobre los demás hombres,
203
si, adictos cual vosotros a nuestra incontinencia,
204
protegemos tan mal este envanecimiento
205
que una simple mirada de unos hermosos ojos,
206
cautiva nuestro anhelo cual vergonzosa presa?

EL CONDE
207
El revés de sufrir por amables objetos
208
es el destino tanto de reyes y de súbditos.

EL REY
209
Mi dolor más sensible, en lo que yo expongo,
210
es que hasta mi objetivo se opone a mi propósito,
211
y que, pudiendo usar un poder absoluto,
212
dejo de amar tan pronto como yo he amado;
213
que, en el mismo litigio, yo, criminal y juez,
214
del objeto ofendido llego a ser el refugio,
215
y, por mucho denuedo con que sea combatido,
216
no tengo amor bastante que la virtud me dañe.
217
Así mi alma, acuciada por uno y otro extremo,
218
de una lucha es el campo de mí contra mí mismo,
219
que, cobarde o altruista, fuerte o débil yo sea,
220
protege al mismo tiempo el honor que persigo.

EL CONDE
221
Es por la bella lucha que libráis de las huellas
222
del más considerable y grande de los Reyes;
223
amor es dulce mal común de los Monarcas,
224
pero escasa razón le hacen seguir las leyes,
225
pocos saben con él moderar su poder,
226
y, si mucho se atreve, reprimir su lujuria;
227
esta aptitud también os atrae nuestro anhelo,
228
de Pedro, y no del Rey, el mundo está prendado;
229
y el apodo de Grande, que Aragón os otorga,
230
es por vuestras virtudes, más que por la corona;
231
desgracia es que en un trono en el que está elevado
232
esté siempre expuesto, y esté siempre observado;
233
que no sean muro fuerte en palacios de príncipes,
234
que perforar no puedan los ojos de sus tierras;
235
y todas sus acciones reparando en sus súbditos,
236
pues de ellos son también siempre los objetivos;
237
con el pueblo además comparten dignidad,
238
cual jueces del Estado, el Estado es su árbitro.
239
Para su Majestad, es un dulce descanso
240
poder sin temer nada ser juzgado por todos;
241
y es para un Monarca una virtud sublime
242
el odiar, como vos, hasta el perfil del crimen;
243
el ser un santo ejemplo a ojos de vuestra corte,
244
y poder conceder la inocencia y el amor.

EL REY
245
El lucro que me alía con el reino navarro
246
podría bien privarme de una beldad tan rara;
247
y cualquier razón otra no útil al Estado,
248
el brillo de mi rango, el nombre de hacendado,
249
ni todos los cimientos de una alta esperanza,
250
podrían arrancarme el gozo de su alianza.

ESCENA VI

DON LOPE DE LUNA, LAZARILLO, EL REY, EL CONDE, GUARDIAS

LAZARILLO
251
La ocasión os sonríe, no vayáis a perderla.

DON LOPE
252
Me es muy favorable; ¡suerte guía mis pasos!

EL REY
253
(viendo la demanda)
Hablad.

DON LOPE
La nota, gran Rey, si no os molesta,
254
hará que os acordéis de don Lope de Luna,
255
otrora, por su cargo, ilustre en esta corte,
256
bajo el feliz Monarca del que vos descendéis;
257
quien hasta que murió pagó con su persona,
258
y derramó su sangre como honra a la corona.

EL REY
259
(leyendo)
«Don Lope de...»

ESCENA VII

EL SECRETARIO, EL REY, DON LOPE, EL CONDE, LAZARILLO, GUARDIAS

SECRETARIO
Señor, Leonor está aquí,
260
viene a ver a la infanta; acercaos, hela aquí.

EL CONDE
261
(a don Lope)
Salid.

DON LOPE
(saliendo)
¡Por mi desgracia, qué cruel experiencia!

LAZARILLO
262
(siguiéndolo)
¡Oh, la dura virtud que requiere paciencia!

ESCENA VIII

LEONOR, EL REY, EL CONDE, EL SECRETARIO, GUARDIAS

EL REY
263
(levantando a Leonor, que al entrar tropieza)
¡Eh, Señora!

LEONOR
Señor, para mí es un gozo
264
que habiéndome caído, ocurra a vuestros pies,
265
cuyo rango dispone el estado en que me hallo.

(El Rey, dándole la mano, deja caer la solicitud por descuido)

EL REY
266
Es una infalible prueba de vuestro mérito,
267
el que por levantaros y en su caso serviros,
268
la fortuna en mis manos encomiende el cuidado;
269
sí, Señora, este celo recae en fuertes manos,
270
capaces de colmar y superar vuestra espera,
271
que pueden propiciaros un rango que os falta,
272
y no levanta nada sin elevar muy alto.

LEONOR
273
¿Qué puedo en adelante temer de la fortuna,
274
si, hasta abatiéndome, me resulta importuna;
275
si mi caída me eleva, y si caer es un salto
276
para hacerme más firme y elevarme más alto?
277
Es de una dicha egregia una prueba constante.

EL REY
278
¿A dónde os dirigís?

LEONOR
Iba a ver a la Infanta.

EL REY
279
Os llevo allí.

LEONOR
¡Señor!

EL REY
Concededme esta baza,
280
exigid crueldades, mas no las ejerzáis,
281
rechazad, despreciad, matad en una carta,
282
pero ahora, sufrid lo que puede aguantarse,
283
y no me rechacéis esta amabilidad.

LEONOR
284
Si yo de nuevo osara mostrarme ante vos
285
hasta un punto tan alto al que me fuerza vuestra ética,
286
para mí el efecto, siendo...

EL REY
Vamos, os digo,
287
djad que yo os lleve a su alojamiento,
288
allí aclararemos todo lo necesario.

ESCENA IX

DON LOPE DE LUNA, LAZARILLO, saliendo de la antecámara

LAZARILLO
289
¿A qué esperamos ya, siendo tan desgraciados?
290
He visto muchos reinos, traté a muchos hombres,
291
pero no he visto a nadie a quien el cielo airado
292
por su infortunio haya hecho célebre cual nosotros;
293
¡y aunque fuerais grande, vanidad irrisoria!
294
Aunque fuerais un Marte, un César, o un Hércules,
295
el destino iracundo que sigue vuestros pasos
296
seguiría golpeándoos, sin haceros reír.

DON LOPE
297
Su rigor en efecto me opone tantas trabas
298
que para bien vencerlas falta harían milagros;
299
mas puede entrar el Rey, esperemos su vuelta.

LAZARILLO
300
¡Oh, intempestivo oficio el servir en la corte!
(Encuentra el memorial, y, recogiéndolo, dice:)
301
¿Qué es esto? ¡Quizás de la suerte otro signo!

DON LOPE
302
¿Qué es?

LAZARILLO
(leyendo)
«Demanda al Rey de don Lope de Luna...»
303
¡Y vuestra alma es profética en sus presentimientos,
304
nacerán buenos frutos de vuestros movimientos!
(Enseñándosela, le dice:)
305
Podéis, en la creencia, que don Bernardo os prueba,
306
aspirar a niveles a la corona próximos:
307
erais valorado antes en la mente del Rey,
308
no careceréis de un puesto honorable;
309
solo por vos, desde ahora, los astros se interesan;
310
¡ay, con cuánto humo se alimentan los hombres!
(Entregándole el memorial)
311
Tened, vuestra demanda ha hecho un gran efecto,
312
tenéis razón para estar muy satisfecho;
313
ha limpiado el polvo del calzado del Príncipe.

DON LOPE
314
¿Hubo alguna desdicha, Dios, tan justificada?
315
Don Bernardo, el omnímodo, quiere mi bien en vano;
316
al País mi valor sirve, sin reportarme nada;
317
desdeñan mi palabra sin siquiera escucharla,
318
mi ruego es recibido, y luego rechazado;
319
siempre estoy a la espera, sin concretarse el hecho,
320
todo ríeme y loa, pero siempre es en vano;
321
la fortuna nos trata con enorme injusticia,
322
para más obligarnos a vencer su capricho.
323
No persistamos más en una corte ingrata;
324
ya que Cabrera viene, su regreso esperemos;
325
pero, sin adularnos con vanas esperanzas,
326
sin que a mis intereses más dolor le supongan;
(Rompiendo la demanda)
327
su amistad paguemos solo con un adiós,
328
y huyamos para siempe de este funesto sitio.

FIN DEL PRIMER ACTO

ACTO II

ESCENA PRIMERA

DON BERNARDO, DON LOPE, LAZARILLO

DON BERNARDO
329
¿Se agita esta gran alma, y don Lope de Luna
330
dará cobardemente la espalda a la fortuna,
331
y entre sus hazañas del dejará contar
332
que es un enemigo que temer ha podido?

DON LOPE
333
Tras una aventura tan larga y tan triste,
334
tras tantas desventuras, de esta naturaleza;
335
tras tantos infortunios, rechazos y desprecios
336
capaces de agotar a las mentes más firmes;
337
cuando yo no creyera mi desdicha invencible,
338
sería insensato, si yo fuera insensible.

DON BERNARDO
339
Al no tener los Reyes derechos generales,
340
desean con frecuencia deberes importunos;
341
menos por nuestros frutos que por nuestra constancia,
342
de nuestras devociones padecen la importancia;
343
tal cual la Corte niega o no malacostumbra,
344
a menudo, a destiempo, se cansa al final,
345
y, sin la cobardía de volver hacia atrás,
346
hallara una corona al fin de su carrera.
347
Bien sé que el destino, que dispensa los rangos,
348
maneja para dárnoslos medios muy diferentes;
349
por diferentes vías eleva a grandes cosas,
350
y las siembra, a su gusto, de espinas o de rosas;
351
sé, que por un azar que entender no se puede,
352
para llegar tan alto yo no he dado ni un paso,
353
y que todo mi crédito y todo mi poder
354
solo son simple efecto de mi acatamiento;
355
que merecía menos de lo que merecéis,
356
y que me dieron todo lo que vos obtenéis;
357
pero ese mismo sino cuyo ciego capricho
358
con tanto honor me trata, y a vos tan parcialmente,
359
puede, con igual mano con que me hizo subir,
360
en mi lugar poneros, y a mí hacerme caer;
361
de mí, estad seguro de un ímpetu sin par,
362
y que al punto en que pueda influir yo en el Rey,
363
a poco que responda su bondad a mis deseos,
364
os crearán mis afanes éxitos infalibles.

DON LOPE
365
De alguna aguda pulla cuyo dolor me afecta,
366
con esa bondad vuestra me cerráis la boca,
367
y mantendré el honor de vuestra amistad
368
como el más digno objeto de mi aspiración.

DON BERNARDO
369
Por lo demás, decidme, ¿qué pensáis de Violante?

DON LOPE
370
No conozco ese nombre.

DON BERNARDO
¡Cómo! Es el de la Infanta!
371
¿El nombre con que el cielo ha querido expresarnos
372
el poder invencible que nos obliga a amarlo,
373
y halla los corazones sin armas, e indefensos?

DON LOPE
374
Me confundió el nombre, mas sé de sus encantos,
375
y, si mi mala suerte me permite hablar de ello,
376
nada vi bajo el cielo que a ella igualarse pueda,
377
ni quien someta a un alma con un poder mayor;
378
mas, cualquier alta meta que el amor os inspire,
379
vuestra virtud y fortuna os la conseguirán,
380
y poco para ellas sería coronaros.

DON BERNARDO
381
Tratemos con respeto las noblezas supremas,
382
y ni siquiera nunca toquemos las diademas;
383
las consagró el Cielo y quiere que se veneren
384
y oídos no prestemos a deseos desmedidos.
385
Vamos con nuestros lauros a ofrendar sus encantos
386
y rendir cuenta al Rey del triunfo de sus armas.
387
Venid, que las verdades que diré allí de vos
388
harán de este relato el más dulce esplendor.

ESCENA II

EL REY, EL CONDE, GUARDIAS

EL CONDE
389
(al ver al rey somnoliento)
¿Qué trabajo, alterando de vuestro rostro el aire,
390
casi os hurta el uso de la actividad
391
y os causa, Señor, este amodorramiento?

EL REY
392
El sueño al presionarnos se vence arduamente;
393
la música, el juego, cien vueltas a la luz,
394
de este Astro inhumano que aparecer no quiere,
395
cien quejas en su puerta, cien suspiros sin fruto,
396
me han robado el reposo del alma y de la noche;
397
tanto, que al no atender el uso de mis sentidos,
398
quiere el día atender de la noche el agravio.
399
Mas don Bernardo llega y con despertar dulce
400
cura mi lasitud y embelesa mi sueño;
401
tanto ha hecho por mí, que como recompensa,
402
hoy mi capacidad conoce su impotencia.

EL CONDE
403
Los premios de un gran alma tras las grandes hazañas,
404
son los brillos más límpidos de coronas de Reyes;
405
a las grandes acciones nos invita su encanto,
406
por ello se alza el alma y la virtud se excita;
407
por ellos no hay propósito que encarar no se pueda,
408
y no escatimar nada, arte es de lograr todo;
409
pero si por un súbdito nunca vuestra Real mano
410
lugar tuvo de abrirse y de ser indulgente;
411
don Bernardo, tan célebre en tantas ocasiones,
412
es el más digno objeto de vuestras profusiones,
413
ya que a las nobles obras de este valor ilustre,
414
las armas de Aragón deben su mayor lustre;
415
y en fin, por muy brillante que sea revestido,
416
su rango será siempre menor que su virtud.

EL REY
417
Sé mi debilidad al bien reconocerlo,
418
agota mi vigor a fuerza de aumentarlo;
419
por nuestros buenos actos sobre mí prevalece,
420
lo trato cual vasallo, él a mi como Rey;
421
mas la amistad, que hace igual todas las cosas
422
hace que él en mi alma, comparta mi fortuna,
423
él mi poder apoya solo con su valor.
424
Llega, adelantémonos, vamos a recibirlo,
425
y hoy construyamos el más alto edificio
426
que nunca elevarán la suerte y la justicia.

ESCENA III

DON BERNARDO, DON LOPE, LAZARILLO, SOLDADOS, EL REY, EL CONDE, GUARDIAS

DON BERNARDO
427
(a los pies del rey)
¡Señor!

EL REY
¡Vos a mis pies! Gloria de este Estado,
428
vos de mi dignidad el fulgor más brillante,
429
feliz restaurador y sostén de mi trono,
430
¡os nombro Almirante!

DON BERNARDO
¿Cómo?

EL REY
(levantándolo)
Y Duque de Ossona.

DON BERNARDO
431
¡Oh, Cielo!

EL REY
Unid al mío este invencible brazo
432
que, con tantos trabajos y con tantas batallas,
433
tan bien han sostenido la carga de mi imperio.

DON BERNARDO
434
Para mi confusión, Sire, están más cargados,
435
con vuestros buenos actos que con los laureles,
436
que por vos obtuvieron vuestros grandes guerreros;
437
mucho más que yo y ellos, vuestro nombre es el rayo
438
que truena, golpea, asombra, reduce todo a polvo;
439
don Pedro solo, ausente, transmite más terror
440
que de estos nuestros brazos el más vivo furor;
441
y por vuestro favor tantas veces mostrado,
442
me pagáis el premio de vuesta nombradía,
443
y me reconocéis con vuestras propias proezas,
444
pues solo vuestro nombre hace cumplir las leyes.

EL REY
445
Hagamos que Aragón con el tiempo aprenda
446
quien mejor de nosotros recibe o devuelve,
447
y quien con devoción mejor haya luchado;
448
no me cansaré hasta que tras vuestra virtud,
449
y de esta sola lucha os envíe a la gloria;
450
y de el de Cerdeña contadme la historia.
451
Traed un asiento al conde.

(Se sienta, y manda sentarse a don Bernardo)

DON BERNARDO
Apenas vuestros barcos,
452
abandonando el puerto cruzaron por las aguas,
453
cuando el viento enemigo de esta húmeda llanura,
454
según nuestros aprietos midiendo sus esfuerzos,
455
aun estando irritados, pronto se apagiguaron,
456
mostrando el respeto que vos les impusisteis;
457
este seco vergel tuvo al fin de Neptuno
458
el favor inconstante a tal punto oportuno,
459
que solo fue preciso un sol, y una noche
460
para nuestra llegada, y nuestro abordaje.
461
Iba ya a amanecer cuando hice tomar tierra a
462
los Martes españoles, demonios de la guerra,
463
estas plagas de ataques y de conjuraciones,
464
que el honor de chocar con vos los hace leones.
465
Como el ardor, unido al juicio todo puede,
466
el tiempo fue medido con tanta diligencia
467
que hallado el campamento, los muros enemigos,
468
antes que un ígneo viento los hubiera advertido,
469
y que de nuestro ataque Cagliari avisada
470
pudiera, al tomar tierra, salir a defenderse;
471
nadie guardaba el paso de estos pérfidos muros,
472
mas, aun desierto estando, no era el lugar seguro:
473
pues esta ingrata urbe, en tretas muy experta,
474
cubierto había el campo con árboles y troncos,
475
y rociado con clavos en redor los caminos,
476
debiendo recurrir a pericia y la luz.
477
Una y otra al final, nos solventaron el paso,
478
despejando la trampa tras un largo trabajo;
479
y, siguiendo una senda que baja de un collado,
480
al pie, de verdor lleno, hallamos un riachuelo
481
cuyo turbio cristal que salía de una roca
482
guardaba las pisadas de todo el que pasaba;
483
todos allí atentos, estudiando el lugar,
484
cuando vemos llegar a un brillante escuadrón,
485
cuyo soberbio aspecto y rico equipamiento,
486
lejos de asombrarnos, nos infunde valor,
487
saltando de alegría, al ver el fruto cerca
488
del penoso trabajo del agua y de la noche.
489
No impidió el cansancio a alzar los corazones,
490
todos con el vigor del alma española;
491
y casi en un momento nuestras filas dispuestas
492
separan los tres cuerpos de los que se componen.

EL REY
493
(somnoliento y como dormido)
En vano, en este exceso de gloria y de júbilo,
494
trato de resistir al sueño que me acucia.

DON BERNARDO
495
Al ver el escuadrón, cuando para vencerlo
496
por fin nuestra vanguardia comenzó a salir,
497
al tiempo de los arcos de este pueblo rebelde,
498
vimos sobre nosotros un espeso pedrisco,
499
que, mientras durar pudo un choque tan violento,
500
fue un escudo volante para su osadía.
501
Nuestras filas parecen romperse ante esta fuerza;
502
mas, sus líneas cansadas, nuestras fuerzas avanzan,
503
y caemos sobre ellos antes que los relámpagos
504
nos golpeen la vista y atraviesen el aire;
505
ante esta viva alarma los más firmes se asustan,
506
nada el torrente aguanta de todas nuestras armas,
507
y cubrimos el campo de una mezcla confusa
508
de brazos, piernas, cuerpos, arcos, flechas y escudos;
509
los que, en fin, la huida salvó de la tormenta,
510
a su pueblo alarmado anuncian el naufragio;
511
prepáranse al asedio, abastecen el fuerte,
512
y un último esfuerzo la rebelión intenta.
513
Mas, Señor, este héroe, este hombre increíble,
(Señalando a don Lope de Luna)
514
del vencedor portento, espanto del vencido,
515
futura admiración de siglos venideros,
516
y gloria y ornamento del siglo en que vivimos;
(El rey duerme)
517
Para entenderlo todo, el gran Lope de Luna,
518
con un famoso invento que es poco común
519
que un griego otrora hiciera en el latino imperio,
520
hizo vano el esfuerzo del pueblo amotinado:
521
se va del campamento, tras con valor haberse
522
con un puñal cortado el pecho y la cara,
523
y sobre un atleta, al que casi revienta,
524
al llegar a los muros, grita con fuerte voz:
525
«¡Si virtud hallar puede asilo entre vosotros,
526
oh, generosos sardos, abridme vuestra urbe!;
527
si el hombre con el hombre todavía es piadoso,
528
salvadme de un tirano y de su crueldad.»
529
Ante su súplica abren; logra obtener audiencia,
530
y en la mente de todos se gana tanto crédito
531
que a menudo en cabeza de cinco o seis de ellos,
532
vamos al campamento para lances altruistas,
533
en distintos momentos fue uno de los más bravos,
534
por nuestro entendimiento, tal número de esclavos,
535
que al final todos juntos, y recurriendo a medios
536
para pedir la ayuda de algunos ciudadanos
537
por quienes de esta clave recibí el mensaje,
538
en los muros rivales pudieron abrir paso,
539
y se ganó don Lope un glorioso renombre
540
que hizo en él evocar el brillo de sus ancestros.

EL REY
541
(despertándose)
¿Qué dirá don Bernardo de un tan hondo silencio?
542
De este molesto sueño forcemos la violencia,
543
y escuchemos mejor el relato de las luchas
544
de quien tan dignamente nos ha prestado el brazo.

DON BERNARDO
545
Don Ramón de Moncada con este laurel ha
546
perpetuado su gloria con hechos inauditos,
547
y merece...

EL REY
Oristán es su gobernación.

DON BERNARDO
548
De Ribagorza el Duque dignamente ha servido,
549
y marcó su valor con un corazón indómito.

EL REY
550
Pues Sassari y Sora serán su recompensa.

DON BERNARDO
551
Don Nuño a nuestra fe, fue un notable apoyo,
552
y un brazo generoso...

EL REY
Para él es Cagliari;
553
y a vos, restaurador del público prestigio,
554
Duque de Bas os nombro y de Módica, Conde.

DON BERNARDO
555
¡Señor, rangos tan altos por asuntos tan bajos!
556
Sembrad con vuestras manos, y no desperdiguéis;
557
vuestro exceso, al colmarme, me abruma, y mi vigor
558
no es capaz de aguantar una carga tan grande.

EL REY
559
El premio aún me sigue dejando como ingrato,
560
y carga poco el brazo que sostiene el Estado;
561
con la corte acabemos, vayamos con la infanta,
562
pues allí trataremos de un importante asunto,
563
para el que vuestra vuelta nos viene al dedillo,
564
y que no debe más haceros esperar.

(Todos se van, salvo don Lope y el Lazarillo)

ESCENA IV

DON LOPE, LAZARILLO

LAZARILLO
565
Estabais en lo cierto en esperar su llegada,
566
he ahí vuestra virtud dignamente tratada;
567
vuestro crédito es grande, os ven con buenos ojos,
568
y el Rey os ha otorgado una buena acogida;
569
don Bernardo...

DON LOPE
¿Qué quieres? Hasta mi propio juicio
570
se pierde y me abandona en este extremo daño;
571
no, no eres para mí, ¡dura fatalidad!
572
Hija, como te creen, de la necesidad;
573
ella no establece tu orden inevitable,
574
por tu propio objetivo nos resultas temible.
575
Mi desgracia ya no es un capricho del hado,
576
a mí no me golpeas con un ciego denuedo;
577
un odio inmortal, una invencible rabia,
578
una meta ostensible, te obceca en esta afrenta;
579
con mis gestas en vano alcanzo mucho ruido,
580
a quien el mal deseas toda brega es inútil:
581
tras tantas inquietudes, esperaría rosas
582
si aplicaras conmigo el orden de las cosas;
583
pero lo infringes, cruel, y por mí solamente
584
tu ofuscada conducta no tiene obcecamiento.
585
Para mí solo un pródigo, altruista monarca,
586
vierte sobre su honra una indecente marca,
587
y tu rigor de ello hace, por una ley injusta,
588
de todos un Augusto, y de mí un Tiberio.
589
¡Cómo, tan grandes frutos, tantos cargos ilustres,
590
pierden, pues, en mi brazo el nombre de servicios!

LAZARILLO
591
Un desdichado, al fin, por más que se atormente,
592
que se queje del cielo y pueda reprenderlo,
593
no evita que, sin plan, vierta este gozo y penas,
594
ya que no es fiador de los temas humanos,
595
y toda la natura quiere en vano ayudarle:
596
quien nace sin fortuna no puede tener éxito.

ESCENA V

DON BERNARDO, EL CONDE, DON LOPE, LAZARILLO

DON BERNARDO
597
(abrazando a don Lope)
¡Ojalá, caro Luna, y sin doblez lo digo,
598
que el destino que os manda una ofensa tan dura,
599
y contra el que por vos mis deseos son vanos,
600
su inconstancia acatara y nos cambiase de manos!
601
La desgracia del Rey fuera menos sensible,
602
que el desprecio que muestra a este brazo invencible,
603
que él solo en Cerdeña restableció sus leyes,
604
y que tan solo un cetro puede pagar sus gestas.

DON LOPE
605
El gozo, caro amigo, os dura tantos años,
606
como a mí me han durado mis tristes infortunios;
607
el Rey, confiándoos las cargas del Estado,
608
conmigo hace justicia, y ya no me es ingrato;
609
aunque la misma mano os eleve y me humille,
610
los desaires son dulces, ya que ella os acaricia,
611
y la mitad de mí, que ella deja tan débil,
612
aflora en la mitad que rige sus Estados;
613
vivid pues, de Aragón, el amor y la gloria,
614
de los otros validos anulad la memoria;
615
y que nada os inquiete en vuestros nuevos cargos,
616
Monarca de los mares, pacificad las aguas;
617
mientras que, de la suerte probando la otra cara,
618
débil y triste objeto de oprobio y de desgracia,
619
saborearé al menos la gran felicidad
620
de ver que está mi amigo con honores y rango,
621
y podré oponer al rigor del hado en mí
622
el bien que me propicia en mi otro segundo yo.

DON BERNARDO
623
Con más convencimiento evitad mi dolor,
624
y creed que me preocupa con sensible desgracia
625
el poder oponer a su extremo favor
626
el mal que el dolor me hace en mi otro segundoyo.

EL CONDE
627
Cierto es que virtud alguna había producido
628
un tan glorioso triunfo con tan escaso fruto,
629
y que, con un sabio arte y un honesto pincel,
630
don Bernardo ha pintado un cuadro tan hermoso,
631
que al fin, sin adularos, preciso es que al relato
632
algún afán del Príncipe la mente haya animado,
633
para dejar de él la gloria sin igual
634
para vos tan estéril y para él tan fecunda.

DON LOPE
635
El favorable acceso que tiene en vuestra mente,
636
me la hace muy fértil y un premio impagable.

DON BERNARDO
637
Al Rey iremos de nuevo, el ruego obstinado
638
a veces tiene éxito y vence al destino:
639
obtendréis al menos fruto de su rechazo,
640
si nada conseguimos, el no esperar ya más;
641
pero descansa, adiós.

DON LOPE
¡Que el Cielo os sea propicio,
642
y me haga solventar este feliz oficio!
(Se queda solo al salir don Bernardo)
643
¡Oh, flaqueza! ¡Oh, apremio, vil de un gran corazón,
644
haber por la virtud recurrido al favor!
645
¡Cobarde! Aún debiera...

ESCENA VI

DON LOPE, DOROTEA, en la ventana, LAZARILLO

DOROTEA
(lanzando una carta a don Lope)
Don Lope, esta carta,
646
que en vuestra propia mano de entregar me he encargado,
647
os invita a mezclar el mirto a vuestros laureles,
648
y los logros de amor a vuestros logros bélicos;
649
sed discreto; adiós; el fin que os la dirige
650
es de una sangre y rango dignos de una amante.

(Ella se va de la ventana)

DON LOPE
651
(recogiendo la carta)
¿Estoy despierto? ¿Sueño? ¿Puedo en el mismo día
652
tener un tan mal sino y un amor tan dichoso?

LAZARILLO
653
No, no, si este insensible a vos es tan contrario,
654
¿cuál es la desdichada a quien gustar podríais?

DON LOPE
655
(abre la carta y lee)
Para don Lope de Luna
656
«En el viaje de Bas, en el que al Rey seguimos,
657
una pasión secreta mi fe os comprometió,
658
y, habiéndoos desde entonces mi fervor mantenido,
659
quiere en este momento confiaros el secreto.
660
Venid de noche al parque, solo, fiel y discreto,
661
si queréis saber más.
Violante»
(Continúa)
662
¡Violante! ¿Es un sueño? ¿Es una ilusión?
663
¿Con que me halagas ahora, cara confusión?
664
¡Violante! ¡La Infanta, consternada por mí!
665
¡Glorioso mestizaje de miedo y de esperanza!
666
Bello sueño que ofrece más de lo que yo espero,
667
disípate muy tarde, dúrame mucho tiempo:
668
vi a la infanta en Bas, mi duda no es trivial;
669
de inocentes encantos no acusemos al odio;
670
si de esta Princesa la pasión me han logrado,
671
la dicha que me causa me eleva sobre ellos;
672
pero de aquí salgamos, que mi arrobo no airee
673
los ajetreos secretos de un ardor imprudente,
674
que arruinar podría la creencia más alegre
675
que a un mortal el amor concebir nunca hiciera.

LAZARILLO
676
(siguiéndolo)
¡La Infanta! ¡Qué fatuo es, qué excentricidad!
677
¡La desgracia le causa aún más arrogancia!
678
¡Él, la Infanta! ¡Un instante lo había levantado!
679
Lo mejor es largarse, mi amo está acabado.

FIN DEL SEGUNDO ACTO

ACTO III

ESCENA PRIMERA

VIOLANTE, LEONOR

VIOLANTE
680
Condesa, vuestra mente fácilmente se altera,
681
la más bella virtud no es la más austera;
682
miradas, mantener inocentes flirteos,
683
ejercen su candor, y no lo incomodan.
684
Si no amáis al galán aceptad al mortal.

LEONOR
685
La senda es sospechosa si se trata de un trono;
686
por honesta que sea, se presta a la censura,
687
y a menudo deshonra, a fuerza de ensalzar.
688
No debe el Rey obviar todos los atributos
689
que conforman la estima de los buenos Monarcas;
690
mas, cuanto más me honra con sus ofrecimientos,
691
suscita en las almas dudosos sentimientos.

VIOLANTE
692
Fundar sobre sospechas este rigor extremo
693
es atender muy mal la fe en una diadema;
694
aunque rinda tributo un día a vuestro hechizo,
695
sus íntimos afectos no se apartan de él;
696
pasiones más pequeñas han hecho Soberanas,
697
y sois vos de una sangre que al mundo dará Reinas.

LEONOR
698
Por muy dulces encantos de que esté una ornada,
699
los tronos no son premios que haya que merecerlos.
700
La esperanza ridícula de este eminente honor
701
debiera ofenderme, y hacerme indigna;
702
mas vos, en quien el cielo derrama a manos llenas
703
los tesoros que entrega a los seres felices,
704
y cuyos ornamentos de cuerpo y de alma
705
traen a los corazones el amor y el respeto;
706
vos, cuya sangre reina, y por doquier legisla,
707
causa sois de que amor haya creado Reyes.
708
Murcia y León presionan con enorme insistencia,
709
con sus embajadores, vuestra ilustre alianza;
710
y, cualquier alto trono al que queráis subir,
711
será glorioso el gozo de allí poder llevaros.

VIOLANTE
712
Escéptica aún, por ahora no me caso,
713
dejo al Rey, mi hermano, que elija mi Corona,
714
y, sea cual sea el destino que el cielo me reserve,
715
de su mano vendrá, pues solo veo por sus ojos.

LEONOR
716
Así por fin soy libre para abriros mi alma,
717
ya que vuestra frialdad autoriza mi ardor,
718
y que sin objetivo, incluso, ni elección,
719
podéis estar de acuerdo con mi inclinación;
720
no lo puedo negar, creí que en vuestra mente
721
don Bernardo, al que adoro, ocupaba un lugar;
722
y con ese sentir de reprimir trataba
723
la secreta inquietud que me fuerza a amarlo;
724
conozco vuestra alcurnia y en este sumo rango,
725
no se puede aspirar a menos de una tiara;
726
pero además su dicha, similar a su mérito,
727
hace, cual un encanto fatal a la osadía,
728
de muchos corazones conquistas sigilosas,
729
lo que sospechar me hizo del estado en que estabais;
730
celosa, daba por un tributo de amor
731
la propicia acogida que ha hallado su retorno,
732
y, aunque tanto honor le sea comprensible,
733
pensé que procedía de algo más que la estima;
734
mas, por vuestra frialdad, mis deseos se han cumplido,
735
mis dudas se han resuelto, mis males sepultados;
736
me atrevo incluso a creer que, con vuestra ayuda,
737
el Rey, al permitirme la dicha de esta alianza,
738
perdiendo una esperanza que nada le rendía,
739
junto con mi reposo recobrará el suyo.

VIOLANTE
740
Aunque eligiendo amante mi alma, indecisa,
741
en esta pasión siga siendo inapelable,
742
y que este don Bernardo, de quien las cualidades
743
triunfan, según decís, sobre las voluntades,
744
por muchos nuevos mirtos que cubran su cabeza,
745
no tiene aún motivos de alardear de hechizarme,
746
sin embargo, no puedo determinar tan pronto
747
sobre la anuencia de dejarlo a él por vos;
748
y sobre vuestra creencia, ya sea falsa o legítima,
749
que la actitud que adopto deba pasar la estima,
750
y el poco de respeto que me estáis mostrando,
751
de haber ideado el plan donde pude tenerlo,
752
mi corazón, dañado por sus altas virtudes,
753
concibe a su favor sentimientos tan dignos,
754
que antes de resolverlo y decidir cualquier cosa,
755
con más tranquilidad quiero analizarlo.
756
Quien puede hacer que un Rey descuide el deber
757
justo es que sea digno de mi admiración;
758
para mí, como a vos, es mejor que los Reyes,
759
si es poderoso como para dictarme leyes.
760
Para vos fue una falta de destreza y prudencia
761
exponer ante mí todos vuestros ardores,
762
sin saber si mi pecho podría tolerarlo,
763
pues pocos corazones pueden acreditarlo.
764
Debisteis saber que en la índole de la hembra,
765
más bien convencer era que amparar un amor;
766
y que los celos son, sobre todo en la Corte,
767
tan a menudo madre como hija del amor.
768
El tiempo me dirá que debo decidir
769
sobre lo que a vos debo permitir o prohibir;
770
no obstante, liberad del dolor vuestra mente
771
que podría durarle quizá muy vanamente.

(Se va, mirándola con desdén)

LEONOR
772
(sola)
No, no, he carecido de ciencia ni prudencia
773
cuando os he expuesto a la luz mi pasión;
774
he logrado el fin que de ello pretendía,
775
ya que al sacar la mía la vuestra he mostrado.
776
hasta ahora la ofendida creyó haberla ocultado,
777
para el amante el ojo es un mal secretario,
778
y se ve sin esfuerzo un fuego encendido
779
a través del cristal del que está conformado;
780
cien veces el encuentro fatal de sus miradas
781
me ha mostrado esta llama y expuesto a mi rival;
782
cien suspiros ahogados, y cien gestos turbados,
783
decíanme el secreto que ella ya no esconde;
784
mejor que ella he leído en su propio intelecto,
785
su indulgencia hacia el príncipe era interesada,
786
y, pensando embaucarme, con arte, echar quería,
787
de mi alma a don Bernardo más que enclavarlo a él;
788
mas que espere en vano que yo siga su juicio
789
sobre lo que ella debe permitirme o prohibirme;
790
si está el plan fijado, su consejo es inútil,
791
ya que no compromete a un corazón indeciso,
792
y, aunque ella presuma de todo su poder,
793
mi amor debe temer más que yo su mandato.

ESCENA II

EL SECRETARIO, LEONOR

LEONOR
794
¿Qué ocurre, Pérez?

SECRETARIO
El Rey, sigue intranquilo,
795
pregunta a cada instante cómo estáis de salud.

LEONOR
796
Su interés mucho me honra.

SECRETARIO
Se lamenta, suspira,
797
y vos lo poseéis con un dominio tal,
798
que todo su esplendor nada de valor tiene
799
si lo compara a una mirada de Leonor;
800
este trono que hoy venera todo el orbe
801
es el sitio en que todos ya os tienen en cuenta;
802
y por todas sus charlas es fácil apreciar
803
los deseos que tiene de con vos compartirlas.

LEONOR
804
Además de las sólidas razones del Estado
805
al partido navarro le achacan interés,
806
no sé yo qué desdén desprendido o estúpido,
807
por áureo que sea un trono, desvíe mis deseos.
808
Te situé en la Corte, y sin ser imprudente
809
creo poder confiarte plenamente un secreto,
810
y, osando apoyarme en tu discreción,
811
partícipe hacerte de toda mi pasión.

SECRETARIO
812
Si me honráis tanto, la vida aprecio menos
813
que haber tenido el gozo de haberos servido.

LEONOR
814
Por Cabrera, en resumen, mi corazón se enciende;
815
mas como sus virtudes hechizan a la corte,
816
y halla por doquier deseos tan legítimos,
817
cuenta hasta con la Infanta al nivel de sus víctimas,
818
cuyo plan se opondrá al trayecto del mío,
819
si mi amor en tu astucia no haya pronta ayuda.
820
Puedes de don Bernardo imitar la escritura,
821
hazme de su amor una viva pintura,
822
anota cualquier rasgo por el que un galán
823
llegar puede a causarnos un sensible tormento,
824
y perturbar con él el alma de una amante;
825
firmala con su nombre, ciérrala y me la envías
826
prepara por mi anhelo este feliz motivo,
827
el resto, hábilmente, por mí organizado,
828
si es que mucha desgracia no estropea el artificio,
829
con sus aspiraciones destruirá el edificio.

SECRETARIO
830
Cien despachos al Rey, tengo de don Bernardo,
831
que me harán imitar su letra con talento,
832
y culminar tan bien el glorioso oficio
833
que me hago a mí mismo sirviendoos a vos,
834
que el propio don Bernardo dudaría en vano,
835
ya que en mi escrito hallaría su mano.

LEONOR
836
(yéndose)
Te espero, y sobre todo sé discreto y fiel.

SECRETARIO
837
De inmediato este encargo, presto como mi celo,
838
en este gabinete os probará mi fe,
839
después al Rey veré, sobre vuestra salud.

ESCENA III

EL SECRETARIO, entrando solo en el gabinete, donde encuentra un escritorio, papel, y cartas de don Bernardo

SECRETARIO
840
Mi promesa me implica en un peligro extremo.
841
traiciono a don Bernardo, a la Infanta y al Rey;
842
mas ¿qué respeto ciego no debo a quien debo
843
lo que tengo en la Corte de crédito y empleo?
844
¿Para quién mejor puedo, (¡oh miedo inadecuado!)
845
que por quien la sustenta arriegar mi fortuna?
(Lee una de las cartas de don Bernardo)
846
«Señor, por el paquete que me han devuelto hoy,
(Sigue leyendo)
847
Bien supe... don Bernardo.» Esta carta es de él.
(Lee otra)
848
«Nuestra empresa, Señor, está ya tan a punto,
849
que antes de que el correo...» Esta segunda aún...
(Lee una tercera)
850
«Sire, antes de mi marcha, habré ejecutado
851
las órdenes llegadas de Vuestra Majestad,
852
sin el juicio importante que callaros no puedo...»
(Continúa reflexionando, tras la lectura)
853
En esta, ya mi mano, conforme a tu carácter;
854
este tipo de escrito, a quien alabar puedes
855
se controla bastante, y es fácil de imitar.

(Escribe, mirando la carta de don Bernardo)

ESCENA IV

EL REY, EL SECRETARIO

EL REY
856
¿No tendré tregua alguna, amable crueldad,
857
suspiros rechazados que turbáis mi silencio,
858
que mi razón condena y no puede ahogar?
859
¿Y sobre alguien ingrato, no puedo imponerme?
860
Debo aún mucho tiempo, insoportables llamas,
861
sin esperar alivio...

SECRETARIO
(escribiendo)
«Ejercen en las almas.»

EL REY
862
¿Mas qué hace aquí Pérez? ¿Conoce mi pasión,
863
y tan mal lleva a cabo lo que le encargué?
864
Al demorar la réplica, prolonga mis angustias;
865
¿qué escribe? Veámoslo.

SECRETARIO
( escribiendo)
«Cabezas Soberanas.»

EL REY
866
¿Me urde alguna trama, y su fidelidad
867
se atenuaría ante alguna falsedad?

SECRETARIO
868
(escribiendo)
«Pero, bella Leonor, si mi amor extremo...»

EL REY
869
¡En asunto de amor mezclar a quien yo amo!

SECRETARIO
870
(escribiendo)
«Las espadas gloriosas...»

EL REY
¡A la que yo me entrego
871
con insolencia hablarle de amores y de espadas!

SECRETARIO
872
(escribiendo)
«El brillo...»

EL REY
Osaría, sabiendo que la adoro,
873
pretender, el altivo, los favores que imploro?
874
¿Tendría la insolencia y la temeridad
875
de elaborar un plan...

SECRETARIO
«Y por su perfección.»

EL REY
876
(entrando en el gabinete)
¿Mas puedo tener dudas y esperar tanto tiempo?

SECRETARIO
877
( escribiendo)
«Pretendo...»

EL REY
(quitándole la nota)
Traidor, veamos, qué puedes pretender.

SECRETARIO
878
(sorprendido)
Nada, Sire, escribo...

EL REY
Dame lo que escribes.

SECRETARIO
879
¡Dioses!

EL REY
¿Qué debo deducir de esta sucia mente?
880
¡Pérfido! ¿Qué lealtad quieres que te presuma?

SECRETARIO
881
Sin más plan escribía que el de probar mi pluma.

EL REY
882
(lee)
«Yo no pregunto nada, viva fuente de llamas,
883
que vos me permitierais una necesidad;
884
el poder que en las almas vuestra mirada ejerce
885
por mí responder debe de mi cautividad.
886
Yo bien sé que mi rango mancha vuestras cadenas,
887
y vuestro bello yugo, fatal al albedrío,
888
parece, al doblegar cabezas Soberanas,
889
caer indignamente en un cuello vasallo.
890
Pero, bella Leonor, si mi amor extremo,
891
y los hierros gloriosos en los que me hallo preso,
892
con el fulgor no brillan que irradia una diadema,
893
brillarán por mi amor y por su perfección.
894
El himen en que anhelo...»
(dirigiéndose a Pérez)
895
¡Y esta audacia, traidor!

SECRETARIO
896
¡Señor!

EL REY
¡Es el respeto de un vasallo a su amo!
897
Elegí dignamente, y confié mi secreto
898
a un alma leal y a un corazón discreto.
899
¡Pérfido, un ardor te privó de los sentidos,
900
te hizo alzar los ojos en donde yo los poso,
901
y tu insolente ardor por rival me propicia
902
a un vil agente mío, un mentor, un vasallo!
903
¡Es con justa razón, traidor, que te confío
904
los secretos que afectan a mi honor y mi vida,
905
si contra mí conspiras esta execrable faena,
906
y si tu me traicionas en un crimen de amor!
907
¿Es este el celo ardiente que solías mostrar?
908
¡Guardias, a mí!

ESCENA V

GUARDIAS, EL REY, EL SECRETARIO

PRIMER guardia
¡Señor!

EL REY
Detened a este pérfido.

SECRETARIO
909
¡Cielos!

EL REY
Y en el horror de una cárcel horrible,
910
pero no será negra como su traición,
911
llevadlo de su crimen a esperar el suplicio.

SECRETARIO
912
Perdonadme, Señor.

EL REY
Se te hará justicia.
(Los guardias se llevan a Pérez
913
Si yo no reprimiera esta temeridad,
914
admitiría ataques contra mi autoridad;
915
la ofensa olvidada se vuelve en contra nuestra;
916
quien tolera un fuero de él autoriza otro,
917
y quien permitir puede una ofensa a sus ansias,
918
a la misma insolencia expone su Estado.
919
El Almirante, el Conde, ajenos a su crimen,
920
tratarán de atenuar mi legítima ira,
921
y, rezad en su nombre, por él a implorar vienen,
922
pero...

ESCENA VI

DON BERNARDO, EL REY, EL CONDE

DON BERNARDO
Gran Rey, de prendas, esperanza y apoyo,
923
cuya alma generosa induce a cada instante
924
al corazón abúlico en contra de la vida,
925
un deber de amistad, de honor y de piedad,
926
nos hace suplicar a Vuestra Majestad,
927
para...

EL REY
Si es que ignoráis de mi odio el motivo,
928
venís mal informados del asunto que os trae.
929
El interés por alguien indigno de piedad
930
nada tiene que ver con nuestra amistad:
931
su desgracia os apena, yo, conozco su audacia;
932
su nombre solo haría ganaros mi repudio;
933
si podía jactarse de servicios pasados,
934
su última acción todos los ha borrado,
935
y empaña su fe de ultrajes perdurables.

EL CONDE
936
Quizás un falso informe...

EL REY
Mi vista no me engaña;
937
y sabe, cual juez propio, si yo tengo razón.

DON BERNARDO
938
¿Señor, es una ofensa indigna de perdón?

EL REY
939
Solo es una agresión contra mí dirigida.

DON BERNARDO
940
( en voz baja)
¡Es propio, caro amigo, de tu extrema desgracia,
941
que haciéndote caer en algún ciego error,
942
de un príncipe tan justo ha excitado el furor!

EL REY
943
Sabéis, Almirante, que en todas las cosas
944
vuestro deseo del mío dispone totalmente:
945
proponed, ordenad, tomad, haced, quitad,
946
en todo, cual ley única, seguid vuestro deseo,
947
y excluid, por favor, solo esta demanda.
948
Su ofensa, sin vos, le costaría la testa;
949
solo yo sé su audacia, y sin más comentario,
950
ve como mi enemigo a quien ose nombrarlo.
951
Por lo demás, de Carlos las atrevidas tropas,
952
por el país vecino cual rayo volador,
953
esta tarde, según el informe de espías,
954
pretenden avanzar hasta nuestros bastiones;
955
si una audiencia, Almirante, fue alguna vez precisa,
956
dejadnos hoy ver cual es vuestra fortuna;
957
la ilusión del Estado a vos se os encomienda,
958
parad al enemigo antes de que anochezca;
959
de vuestras tropas ahora apenas disgregadas,
960
reunid de inmediato el ardor reavivado,
961
y, entre este peligro vuestros días guardándome,
962
sed ese don Bernardo que siempre ser soléis.

DON BERNARDO
963
No me involuclaré en ninguna aventura,
964
solo en la condición de vuestro segundón;
965
pero suelo jactarme de esta posición,
966
de un alma invencible, y de un brazo indomable.

(El rey se va, abrazando a don Bernardo)

ESCENA VII

DON BERNARDO, DON LOPE, LAZARILLO

DON LOPE
967
Y bien, mi ayuda única sincera y leal,
968
de amigos verdaderos el perfecto modelo,
969
¿debo tener confianza? ¿Por mí, qué habéis hecho?
970
¿Qué permite mi suerte? ¿Habéis visto al Rey?
971
¡Ah! ¡Capto su respuesta en la vuestra tan lenta!
972
Este mudo dolor es una voz que habla.
973
Hablad, hablad; el hado ya no puede golpear
974
a las almas curtidas largo tiempo en sus golpes.

DON BERNARDO
975
¿Qué ofensa, don Lope, ciega o intencionada,
976
del Rey os ha causado una tan fuerte cólera?

DON LOPE
977
¡Yo ofenderlo, ay! ¡Yo manejar al Rey,
978
a quien con tanta sangre he probado mi fe!
979
¡Reprocharme a mí un crimen que le afecta!
980
¡Y que aun este reproche salga de vuestra boca!
981
¡Fuisteis dulces conmigo, destinos inhumanos!
982
De todos vuestros golpes solo de este me quejo.
983
¡Ay! Si es un crimen el transformar mis venas,
984
durante sus batallas, en sangrientos veneros;
985
más enemigo mío que de sus enemigos,
986
ponerme en el estado en que mi celo lo hizo;
987
por un ilustre ardor y no común, haberme
988
por rehén descuidado en manos de la suerte,
989
y contra mi apariencia para mí inhumana
990
haber en su favor mi propia mano armado;
991
si por estas acciones es su odio legítimo,
992
soporto el reproche y confieso mi crimen;
993
pero en otros lugares favores, bendiciones
994
serían el castigo de tales criminales.

DON BERNARDO
995
Algún móvil del Cielo del que nada sabemos
996
hace que nuestro sino tome esta dispar ruta,
997
y que el Rey a él me ate con ataduras de oro,
998
y, sembrando de flores el camino que sigo,
999
para mí se presente, libre de influencias buenas,
1000
pudiendo ante los pasos sembrar tan solo espinas;
1001
mas sus leyes, sin duda, tan sabios como santos,
1002
bajo una gran desgracia ocultan grandes planes;
1003
para vos profetizo una gran aventura,
1004
y dudo con razón si mi ruta es más segura.
1005
Desde el primer momento en que os mencioné,
1006
el Rey enloqueció lleno de violenta ira,
1007
demudado mirándome con tan feroz mirada,
1008
que al abrir la boca al instante cerrómela,
1009
clamando nada menos por una traición,
1010
y hasta me prohibió pronunciar vuestro nombre.
1011
Pero mientras que el tiempo haga expirar su cólera,
1012
por favor, caro Luna, aceptad mi demanda,
1013
disponed de mi crédito, mi posición, mis bienes,
1014
sin cuidar más mis bienes que defendéis vuestra honra;
1015
sabed que pese al hado en esta desgracia extrema,
1016
del Rey cualquier ayuda es como si a vos fuera:
1017
la dicha bien alzada no te asegura nada,
1018
y puede que algún día vos me la compenséis.
1019
No hay bien inmortal más que somos nosotros:
1020
el hombre es inestable cuando depende de otros.
1021
Lo que se gana rápido se pierde en poco tiempo;
1022
todo sirve al azar, y la vida es un juego.

DON LOPE
1023
¡Cuán dura mi desgracia tanto como mi vida,
1024
que nunca un contratiempo de odio o de envidia,
1025
ataca la más noble y más rara virtud
1026
con la que un invasor alguna vez cubriérase!
1027
Cualquier notable plan que la suerte reservárame,
1028
tendría su favor a este precio indebido;
1029
el Rey justicia os hace, y, entre todos sus súbditos,
1030
no hay para sus favores elementos más dignos;
1031
no puede ya sin vos reinar sin sucumbir,
1032
vos caer no podéis sin que su trono caiga.

DON BERNARDO
1033
Por lo demás, don Carlos, listo para invadirnos,
1034
nos insta a salir sin perder un momento
1035
y de capitanear nuestras tropas reunidas
1036
frente a sus legiones ya muy avanzadas.
1037
Vuestro brazo vencer puede la ira del Príncipe,
1038
y, seguro del éxito como lo estoy de vos,
1039
me atrevo a esperar ver, al volver el ejército,
1040
ceder vuestro infortunio ante vuestro renombre;
1041
pero el tiempo se acaba.

DON LOPE
¡Por desgracia, el deber
1042
de mi sino otra vez marca la rigidez!
1043
y, siguiendo la orden pertinaz del honor,
1044
dejo una cita de la que depende mi suerte.
1045
¡Mas, oh fuertes motivos de las mentes altruistas!
1046
Gloria, deber, honor, someted a mis ansias;
1047
sirviendo a quien nos odia, a quien nos ama obviamos,
1048
y la virtud seguimos por amor a ella misma.

DON BERNARDO
1049
Pero si esta cita es tan vital para vos...

DON LOPE
1050
Dejemos su importancia al capricho del hado,
1051
y empecemos más bien a sufrir sus ultrajes,
1052
que a dejar que nuestro ánimo dependa de su arbitrio;
1053
siempre que al final, por mi gloria turbado,
1054
pase a engrosar las filas de todos mis vencidos.
1055
La adorable belleza que endulza mi espera
1056
de mi valor bien vale esta importante prueba,
1057
y privarme una noche del gozo de mirarlo,
1058
esperando otro tiempo de merecerlo más.

FIN DEL TERCER ACTO

ACTO IV

ESCENA PRIMERA

EL REY, EL CONDE, LEONOR, Séquito de guardias

LEONOR
1059
(viniendo de un lado, el rey del otro)
Sire, si este amor con el que me halagáis,
1060
que para mi vergüenza tan poco he merecido,
1061
aunque sin interés, por la cierta verdad,
1062
le pido una prueba a Vuestra Majestad.

EL REY
1063
Con derecho total sobre mí que con vos,
1064
ejerced sin reservas vuestro poder supremo;
1065
no empleéis otra ayuda que la de vuestro celo,
1066
y transmitid el bien que vos necesitáis;
1067
veréis, en efecto, si este amor os halaga,
1068
la vanidad usaré complaciendo a una ingrata,
1069
y para persuadir a un ente insensible
1070
que aún cual Soberano adoro como súbdito,
1071
no oso avivar por él un fuego interesado,
1072
ni hasta vuestros favores alzar mi pensamiento;
1073
de un soberano imperio cumplid vuestros deseos,
1074
y decid solamente: «Yo ordeno y yo quiero.»
1075
Lo haréis vos misma.

LEONOR
Permitiréis, Sire,
1076
que en favor de Pérez ejerza este imperio.
(Al conde)
1077
Conde, del Secretario id y romped los hierros;
1078
esa es mi orden, id.

CONDE
Señora, a vuestras órdenes.

EL REY
1079
Me es arduo concebir carácter tan dispar,
1080
que haciéndoos maltratar una pasión real,
1081
os haga interesaros por el amor de un siervo.

LEONOR
1082
Yo entiendo mucho menos vuestro desigual ánimo,
1083
que, al no padecer amor interesado,
1084
y en este gran escrúpulo condiciona su juicio,
1085
lo cubre, no obstante, con un acto piadoso,
1086
en vez de con mi amor, solo con mi amistad.

EL REY
1087
¿Con qué orgullo se puede alcanzar vuestro odio,
1088
si la amistad os hace su dolor restituirle,
1089
a aquel que sorprendí escribiéndoos su amor,
1090
que su mano insolente osaba hacer público?
1091
Y vuestra autoridad protege su audacia,
1092
después que a don Bernardo le negué su perdón.

LEONOR
1093
Señor, su nacimiento y su categoría
1094
justificarán siempre mi predisposición;
1095
y, creyendo expresar una duda legítima,
1096
mal habríais creado el honor de vuestra estima.
1097
Es un temor incluso que no puede golpearme,
1098
y hago pocos esfuerzos en desilusionaros.

EL REY
1099
No es desde este instante, insensible, inhumana,
1100
que por mis intereses hacéis pocos esfuerzos,
1101
y por vuestra adustez mi espíritu, atacado,
1102
a actuar se ve obligado con severa virtud.

LEONOR
1103
Quien puede impunemente saltarse cualquier venia,
1104
cuanto más poder tiene menos debe hacerlo,
1105
más pasiones consigue moderando las suyas:
1106
dominarse a sí mismo es el mayor de los bienes;
1107
a un Rey, como a nosotros, no todo se permite.

EL REY
1108
Oh, razón fastidiosa, máxima importuna,
1109
que, al juzgar por nosotros, haces de un Potentado
1110
menos un Rey autócrata que un siervo de su Estado;
1111
si no permites a las manos Soberanas
1112
una libre adhesión y elegir sus cadenas,
1113
¿cuál es, pues, nuestro imperio, y con qué displicencia
1114
hay que forjar anhelos do nuestra alma es odio?

LEONOR
1115
Al igual que el Estado, tiene el honor sus máximas,
1116
que hacen sin nuestro himen nuestros deseos injustos,
1117
y la desigualdad de nuestras condiciones
1118
no admite nuestro himen ni nuestras atracciones.

EL REY
1119
Por tanto como el mal, hallad la medicina;
1120
para cortar el curso, cortarlo en la raíz,
1121
y, en la desazón en que por vos languidezco,
1122
mis ansias reprimid en la elección de esposo:
1123
para toda fe hurtarme por quien mi alma suspira,
1124
nombrad un poseedor de los favores que espero;
1125
haced feliz a un hombre, si alguno en mi Corte
1126
reune condiciones de alcanzar vuestro amor,
1127
por muy alto esplendor que rodee su brillo,
1128
en cualquier noble empleo que sirva a mi Corona,
1129
posea lo que posea capaz de hechizar,
1130
tan solo deberéis formular un deseo,
1131
y mi mal de su bien extraerá su remedio.

LEONOR
1132
No hay gracia a la que esta oferta no supere,
1133
y, ya que se me deja honrar a mi campeón,
1134
me atrevo a decíroslo y os abro el corazón:
1135
el vuelo, aunque elevado, al que mi amor se entrega,
1136
no tiene como meta coronar una frente,
1137
sino un brazo que os sirva y que pueda ofrecerse,
1138
cuando su ambición lo quiera coronar;
1139
uno que servir quiere, y, vasallo espontáneo,
1140
cuyo sino somete al yugo de vuestras leyes;
1141
solo él, si algún fin sobre mi arbitrio puede
1142
reclamar algún logro o alguna autoridad,
1143
con este leve honor loar puede su esperanza.

EL REY
1144
Nombradlo, pues.

LEONOR
Su nombre es... Mas he aquí la Infanta.

ESCENA II

LA INFANTA, EL CONDE, EL SECRETARIO, EL REY, LEONOR, GUARDIAS

SECRETARIO
1145
(de rodillas)
Señor, ¿qué ofrenda debo haceros, Majestad?

EL REY
1146
Yo no he ordenado que en libertad te dejen.

LEONOR
1147
Yo he hecho que seas libre por antes encerrarte,
1148
y su daño sin mí tu vida costaría;
1149
no la malgastes tanto, y cuídala mejor.

LA INFANTA
1150
Señor, es don Bernardo, el vencedor glorioso,
1151
quien anula la gloria de otros tantos héroes,
1152
quien contar puede menos días que sus victorias,
1153
cuyos éxitos casi preceden a sus ansias,
1154
todo el pueblo lo sigue al venir al Palacio.
1155
A su recibimiento su virtud os invita.

EL REY
1156
Vamos a recibirlo como él se merece;
1157
demos ilustre ejemplo a la posteridad,
1158
y al igual que sus obras demos fama a sus premios.

LEONOR
1159
(en voz baja)
Me opones, Amor, un fuerte rival, pero,
1160
tengo contra la hermana la ofrenda del hermano,
1161
y esta prueba real mi esperanza asegura
1162
contra lo que ella tiene de poder y de encanto.

ESCENA III

DON BERNARDO con el bastón de General, DON LOPE, LAZARILLO, SOLDADOS, EL REY, LA INFANTA, LEONOR

DON LOPE
1163
(entrando, le dice al oído a don Bernardo)
Por parte que mi brazo tenga en vuestra victoria,
1164
de los retos del Rey conservad la memoria,
1165
y ocultarle mi nombre al narrar el combate.

DON BERNARDO
1166
Me referiré a vos como a un soldado.

EL REY
1167
(abrazándolo)
¡Vos, Duque de Alcalá, honor de mi Provincia,
1168
ilustre compañero de afán de vuestro Príncipe!
1169
Vuestra vuelta sorprende, para vos los momentos,
1170
en gloria tan fecundos, hacen la función de años;
1171
debo yo a los hechos que llenan vuestra historia
1172
un triunfo por encima de la pompa romana.
1173
Mas, esperando el premio a vuestros gloriosos logros,
1174
comenzad por el de las almas y corazones,
1175
y leed en lo rostros la alegría pública
1176
de los que al halagaros toda la Corte habla;
1177
gozad de vuestra gloria, y no obstante contad con
1178
Alba, Urgel y Benasque entre vuestros dominios.

DON BERNARDO
1179
¡Ah! Sire, imponed límites a vuestros buenos actos.

EL REY
1180
Nunca tendrán ninguno, tampoco vuestros méritos;
1181
mas informadnos ya de la mayor de las gestas,
1182
que me hacen de los Reyes el más grande y temido.

DON BERNARDO
1183
(saluda a la Infanta y a Leonor)
Tan pronto como uníme a vuestras leales legiones,
1184
aún asqueadas por la sangre de los rebeldes,
1185
y los pechos aún llenos de nobles sentimientos
1186
lo que lleva al progreso de otros grandes eventos,
1187
este gran cuerpo para su jefe, frío al brío,
1188
este invencible brazo de un Monarca invencible,
1189
marcha sobre el poder que me habíais cedido,
1190
y arde por dirigirse al campamento enemigo;
1191
marchamos al punto que de sus oscuros velos,
1192
la noche sobre el orbe fue a extender sus sombras,
1193
y luego dos espías, que en Laugarais cogimos,
1194
con miedo informaron que la tropa estaba cerca.
1195
La sangre ante esta nueva hierve, el pecho vuela,
1196
y hallamos en la noche un obstáculo frívolo;
1197
sin chistar caminanos por sitios muy oscuros,
1198
para guiar nuestros pasos, nuestras almas cual ojos,
1199
y el ardor que guiaba nuestras invictas armas
1200
teme menos los golpes cuanto menos visibles.
1201
Por fin, en el silencio y la sombra de la noche,
1202
por un espeso bosque, nuestras filas sin ruido,
1203
y por todos los lados con los oídos abiertos,
1204
en esta honda calma un ruido nos excita,
1205
que desde el principio distinguir no podemos,
1206
pero al final se eleva y crece a cada paso;
1207
alto hacemos, y pronto la duda se confirma,
1208
por el ruido entrevemos la marcha del ejército;
1209
recabo opiniones en momento de apremio,
1210
tanto por nuestro honor como por el Estado,
1211
y, el plan elaborado, se activan las alarmas
1212
al son de los tambores, trompetas y las armas,
1213
idóneo por su ruido de excitar tanto horror
1214
que entre el campamento inculca el terror.
1215
Mientras se delibera al sonido del trueno,
1216
en un rincón del bosque el nuestro se espolea,
1217
y cada uno, más siempre por el celo que aplico,
1218
en continua alerta, se coloca en su fila;
1219
al momento un soldado de mérito y divisa,
1220
del que para loarlo, mi Rey, precisaría,
1221
de toda la elocuencia y todas las palabras
1222
que se oyeran otrora en el senado romano
1223
y que la antigüedad aporta a la fama,
1224
seleccionando un grupo de todo nuestro ejército,
1225
bajan una colina, y el corazón indómito,
1226
por el sitio amparado y por la oscuridad,
1227
por una senda oculta se lanza hacia el rival,
1228
que tras esta sorpresa, miedoso, delibera;
1229
afloja luego el pie, retrocede luchando,
1230
simula retirarse, y regresa al momento;
1231
sigue al fin mucho tiempo esta altruista imprudencia,
1232
dando a los enemigos un tan largo ejercicio,
1233
que los más aguerridos y mejor corazón
1234
pierden en esta brega su más viril vigor,
1235
mientras que en el bosque, a la tormenta inmunes,
1236
los nuestros descansando dosifican sus fuerzas.

EL REY
1237
Hablando cual soldado habla de sus hazañas,
1238
y omitiendo su nombre, elude mis favores.

DON BERNARDO
1239
Apenas de la noche el día desplegó velas,
1240
y sus rasgos dorados ahuyentaban estrellas,
1241
cuando el pueblo, uniéndose a este altruista soldado,
1242
calmados, frescos, prestos y ávidos de lucha,
1243
apareció en el llano enseñando sus rostros
1244
al trémulo enemigo, y su marcial audacia.
1245
Ya los dos bandos próximos, cuando este joven Marte,
1246
con ardor se apodera de un estandarte nuestro,
1247
excitando aún más los reforzados ánimos,
1248
lanzándolo a las filas de las tropas rivales:
1249
«Quitemos, corazones nobles y bravos, dijo,
1250
de Aragón las banderas de manos castellanas;
1251
carguemos, compañeros.» Dicho eso, avanza,
1252
cimitarra en la mano como un rayo se lanza,
1253
y, sin temer a nada, pasa entre las filas,
1254
sembrando a su paso un camino de sangre;
1255
cualquier traba en que lanzan nuestros brazos el trueno
1256
contra nuestro valor solo cristal parece;
1257
el rival en la pugna, ya medio destruido
1258
por la dificultad del trabajo nocturno,
1259
defiende tan exánime su vida y su gloria
1260
que parece, sin fe, descuidar la victoria,
1261
y querernos robar, previendo su desastre,
1262
la gloria que el obstáculo aporta al valor.
1263
En fin este alma noble, para urgir su conquista,
1264
al primero que encuentra que le cortó la testa,
1265
lo expone a la vista de las dos banderías:
1266
«El cielo es justo, dice, y nos ha reforzado;
1267
el brazo de don Carlos de expiar la audacia acaba.»
1268
La sangre del rival se hiela a estas palabras,
1269
los eximios, odiando el rigor del destino,
1270
apenas vigor tienen para emprender la huida;
1271
todo alborea y cede, por esta estratagema,
1272
nuestra victoria llega a su gloria suprema;
1273
no me atrevo a nombrar al diablo de las luchas,
1274
mas bastante lo nombro sin llegar a nombrarlo,
1275
y hablar mejor no puedo si no es por la violencia
1276
que al silencio me obliga y la boca me cierra.

EL REY
1277
(a la infanta)
El silenciar su nombre es como mencionarlo.

LA INFANTA
1278
Es cierto, su modestia no tiene parangón.

LEONOR
1279
(en voz baja)
¡Vencedor venturoso que el cielo me destina,
1280
qué no podrá tu brazo, si tu ojo me asesina!

EL REY
1281
Lo que habéis dicho, y lo que habéis callado,
1282
de este soldado dícenme el nombre y la virtud;
1283
y mi débil poder bien sabe a qué invita
1284
el exceso impagable de un mérito tan raro.

LA INFANTA
1285
(en voz baja)
Solo mi corazón es premio a su valor.

DON LOPE
1286
(a Lazarillo)
Mi paciencia al final zanjará mi desgracia.

LAZARILLO
1287
Regulad bien el tiempo y daros a conocer.

DON LOPE
1288
Espero a que el Rey me ordene presentarme.

DON BERNARDO
1289
Don Nuño y don Bernardo, en esta última lucha,
1290
con su celo común han servido a vuestro Estado,
1291
y en esta historia pocos mejor su lugar ganan.

EL REY
1292
Los dos tendrán condados como arras de mi gracia;
1293
pero busco Almirante, y no veo con qué
1294
puedo poder pagaros todo lo que os debo.

DON BERNARDO
1295
No soñéis más, Señor, esta idea os absorve,
1296
que mi mérito estriba en la suerte de serviros;
1297
pues de vuestra bondad todo mi bien obtengo,
1298
y lo que ahora soy, ya que ayer no era nada;
1299
que mi sino sin vos solo es brillo de vidrio,
1300
y como Dios teniendo un hombre hecho de tierra,
1301
como Dios, algún día, podéis desterrarlo
1302
de vuestro pensamiento y de vuestra presencia.

EL REY
1303
¡Que para siempre esté expuesto a su ira,
1304
y que caiga mi trono cuando vuestra caída!
1305
Conozco mi flaqueza, y sé que yo no puedo
1306
hacer nada inmortal, siendo yo tan mortal;
1307
pero usaré mi dicha y mi gloria suprema
1308
en trocarme en vasallo más fuerte que yo mismo,
1309
viendo, por la unión que produzca nuestra ansia,
1310
hacer que Aragón dude de reinar sobre dos;
1311
puesto que mi pasión, tras tantas aventuras,
1312
como vuestra virtud debe ser sin mesura.
1313
( en voz baja)
Sin mí pienso que es pobre, teniendo tantos bienes,
1314
y a él no entregarme es cual no darle nada.

LEONOR
1315
(en voz baja)
Sus favores son poco, para su extremo mérito,
1316
a menos que a mí misma le dé como presente.

(Todos se van, el Rey se lleva a Leonor, y don Bernardo a la Infanta)

DON LOPE
1317
(a un lado)
¡Como!, tanta fumata halaga mi esperanza,
1318
y, ¿lleno de mi estima, el se marcha sin verme?
1319
¡Que un amor así ose nutrir la espera,
1320
y no pueda fardar de que la Infanta me mire,
1321
yo que en este regreso de manos del hermano
1322
y ojos de la hermana, tanto afecto auguraba!
1323
¿Acaso uno lo aplaza, y la otra se oculta?
1324
Mais, ¡frívola esperanza, vanagloria ridícula!
1325
¡Uno con tanta estima, la otra con tanto amor,
1326
con solo una mirada mi regreso honrarían!
1327
Mas he aquí...

ESCENA IV

DOROTEA, DON LOPE, LAZARILLO

DOROTEA
Don Lope, ¿un ardor tan sensible
1328
encuentra acaso en vos un alma inaccesible?
1329
Creía que en amor tratar tan fríamente
1330
era una virtud atribuible a nosotras;
1331
¿qué papel jugaremos, débiles como somos,
1332
si el rigor se convierte en la esencia del hombre,
1333
si rechazan deseos a los mutuos anhelos?
1334
En verdad bien os queda el haceros los crueles,
1335
y el querer mezclaros con nuestra idiosincrasia,
1336
¡vosotros que nacisteis para homenajearnos,
1337
para doblar el cuello ante nuestro poder,
1338
y confiarnos a ciegas vuestra independencia!

DON LOPE
1339
Diré, por la acogida que me ha hecho Violante,
1340
que esta cualidad sería inconveniente,
1341
y se recela poco del rigor de un amante
1342
al que no se cree digno de una sola mirada.

DOROTEA
1343
Quien falta a una cita deja claro que olvida
1344
las gracias más queridas que a un amante complacen.

DON LOPE
1345
Retrasé una noche mostrarle mi pasión
1346
para más merecerla por una proeza célebre;
1347
y, realzando mi nombre en esta lucha insigne,
1348
solo dejé de verla por digno de ella hacerme.

DOROTEA
1349
Bien sé que el amor sigue siempre al deber,
1350
vuestra excusa es válida y se puede admitir;
1351
mas, para enmendarla y ver si sois amado,
1352
venid de noche al parque y explicadla vos mismo.
1353
¿Basta para mostraros un corazón prendado,
1354
corregir un desdén concediendo una gracia?
1355
Además, este amor está guiado a las nupcias,
1356
juzgad de la grandeza que os reserva el destino.

DON LOPE
1357
¿Puedo, tan desdichado, no tener por incierto
1358
de un astro tan astuto este amable aspecto?

DOROTEA
1359
La sola pena de ella es la de no reunir
1360
toda esa hermosura que a la vista hechiza.

DON LOPE
1361
¿Qué objeto más divino puede atraer los sentidos?

DOROTEA
1362
Y ver que ya la avara guadaña de los tiempos
1363
se ha llevado algunos de sus mejores días.

DON LOPE
1364
Solo responder puedo ante tal humildad
1365
con todo el respeto y la gran confusión
1366
de la que un corazón puede en evento tal.

DOROTEA
1367
Desea ella además, antes que el día acabe,
1368
confirmaros su gracia con una tierna muestra.
1369
Lazarillo vendrá conmigo a recogerla.

DON LOPE
1370
¡Caprichos del destino, quién entenderos puede!
1371
Si es contrario asesina, si es favorable abruma:
1372
¿puede un hombre hacer frente a suerte tan insólita?

LAZARILLO
1373
Con la vanidad con que os alimentáis,
1374
creerán que es una afrenta que del cielo les llueva;
1375
de los más poderosos aceptad sin vergüenza.

DOROTEA
1376
(a Lazarillo)
Ven.

LAZARILLO
(siguiéndola)
Señor, luego vuelvo, y os informo de todo.

ESCENA V

DON BERNARDO, DON LOPE

DON BERNARDO
1377
Querido Lope, admiro (y este estupor
1378
me deja sin palabras y sin explicación),
1379
la obstinada ira con que os ultraja el cielo,
1380
y su extrema tardanza en volveros la cara;
1381
el Rey...

DON LOPE
Cualquier desgracia contra la que yo lucho,
1382
brota una fuerte fe en mi débil virtud;
1383
entonces de mis males de donde fluye el río,
1384
parece que los bienes en tropel me llegaran;
1385
este Cielo que incluso se apiadaba del día,
1386
se agosta a mi favor por obra del amor;
1387
perdonad, Almirante, si mi largo silencio
1388
de este hermoso mal os ha ocultado la furia,
1389
ya que pensaba menos, por mi moderación,
1390
una fe silenciaros mas que una presunción;
1391
pero, pudiendo hoy fundar esta esperanza
1392
en una muy sólida y clara apariencia,
1393
debo yo revelaros este enorme secreto,
1394
que no puedo confiar en pecho más discreto.
1395
Mas temiendo airear una tan bella llama,
1396
busquemos un lugar más propio a abriros mi alma,
1397
y poder moderar por vuestro sabio juicio
1398
el delirio asombroso que arroba a mis sentidos.

DON BERNARDO
1399
Pensé que desde el cielo la justicia futura
1400
debiera reservaros una gran aventura,
1401
y que sus veredictos tan sabios como santos
1402
bajo grandes desgracias guardaban grandes planes.

FIN DEL ACTO CUARTO

ACTO V

ESCENA PRIMERA

solo

DON BERNARDO
1403
Envidiosa pasión, peligrosa culebra,
1404
que por matar o herir pone en marcha el veneno;
1405
¡hija que te alumbraron ingrata y sin piedad,
1406
amor matando al menos, eludes la amistad,
1407
y no me reproduces de una raza común,
1408
olvidando a la Infanta y odiando a de Luna!
1409
De Luna cuyos éxitos me sirvieron de mérito
1410
para elevarme a filas por tantos ojos honradas;
1411
el invicto de Luna cuyo valor extremo
1412
tanto hizo por mi gloria, y tan poco por la suya.
1413
Que sus deseos sean libres a libres atractivos,
1414
y, cómplices del hado no emprendamos acciones.
1415
Su rabia, largo tiempo contra él sublevada,
1416
ha forjado su sino bajo un astro maligno:
1417
soportemos sus fases de ternura y de amor
1418
con los que lo honra hoy el astro de esta Corte.
1419
Aquí está, escondámonos, y desviemos la vista
1420
de esta hermoso arpía, que encanta, pero mata.

ESCENA II

LA INFANTA, DON BERNARDO

LA INFANTA
1421
¡Rehuirme, Almirante! ¡Desear evitarme!
1422
¿Tengo yo cualidades para tanto aterrar?

DON BERNARDO
1423
Soñabais, y pensé que alguna turbación
1424
os forzaba, Señora, a esta soledad.

LA INFANTA
1425
Es cierto, mas vos solo podéis aliviarme
1426
del afán que me inquieta y que me hace soñar.
1427
Ahora, don Bernardo, que la corte os contempla
1428
en el brillo más alto de un héroe sin igual;
1429
que os miran con gozo tanto y más poderoso
1430
como jamás vasallo fue por un Rey premiado;
1431
que uno y otro sexo por vos estén prendados,
1432
las Damas desconocen por quien os inclináis,
1433
y qué feliz hechizo en la batalla amorosa,
1434
logrará conquistaros y hacerlas triunfadoras:
1435
porque no desearéis que os crean invencible
1436
ante el poder de un sexo al que todo es posible,
1437
que todo lo somete, y del que las miradas
1438
conquistaron, domando, a escipiones y césares.
1439
Este honor concedióse a tantas ambiciosas
1440
que yo, al ser la más joven y de las más curiosas,
1441
he querido encargarme de la delegación
1442
de hacerles conocer vuestra inclinación;
1443
y este era el motivo de mi desasosiego.

DON BERNARDO
1444
Mi deseo más ardiente y mi más caro estudio
1445
es servir a este sexo cautivador y amable,
1446
cuya conquista siempre ensalza desarmando.

LA INFANTA
1447
Este aserto genérico me deja confundida,
1448
quedándome sin medios con los que ayudarla;
1449
y, al coaccionarnos a un deber común,
1450
por servir muchos fines, no servís a ninguno.

DON BERNARDO
1451
Vos mandáis, Señora, un exceso de insolencia
1452
que bastante han aireado mi silencio y mis ojos,
1453
y, por más vivo ardor con que uno se inflame,
1454
amar no es lo importante, sino el ser amado,
1455
y basar la esperanza en alguna apariencia.

LA INFANTA
1456
Si teméis disgustar, amad sin esperanza.

DON BERNARDO
1457
Coartado a este respecto puedo yo obedeceros:
1458
amo, pues, un deseo que nadie puede odiar;
1459
que a vuestros propios ojos cien veces ha encantado,
1460
que solo vos podéis contemplar sin anhelo;
1461
que también os contempla sin ponerse celoso,
1462
y nada íntimo tiene, y caro como vos;
1463
un tesoro mejor que toda mi fortuna,
1464
en fin, el solo Sol digno de esta Luna,
1465
que se hace temer por efectos diversos,
1466
y en su círculo puede aislar el Universo.
1467
Por vuestro sabio juicio sufro su preferencia,
1468
amo sin interés, sirvo sin esperanza.
1469
Veo este claro sol, y tiemblo ante su aspecto,
1470
por la amistad el amor se impone este respeto;
1471
del amigo el afecto me aleja de la amante,
1472
mas ahogará el tiempo este ansia violenta...
1473
La he nombrado, adiós.

(Se marcha)

ESCENA III

sola

LA INFANTA
1474
¿De esta aserción oscura
1475
qué debo deducir, afecto o rechazo?
1476
Busco yo claridad y no encuentro ninguna,
1477
ni dentro de este Sol, ni dentro de esta Luna;
1478
por aliviar mi carga, aumento mi tormento,
1479
y, queriendo explicarme, me ofusco en mi ceguera.
1480
Buscando, sin embargo, sentido a estas palabras,
1481
algún rayo de luz penetra en esta nube;
1482
esta Luna, fructífera en tan varios efectos,
1483
y que puede en su círculo aislar el Universo,
1484
es mi hermano, el Príncipe, alma de este imperio;
1485
y este Sol por el cual uno y otro suspiran,
1486
y esta Leonor por quien toda la Corte en grupo
1487
solo tiene miradas de amor y de respeto.
1488
Pero, si la envidia con alguna justicia
1489
rigió alguna vez un alma a su capricho,
1490
doblegaré el vuelo de su temeridad
1491
con tanto poderío y tal severidad,
1492
que sabré de tal porte adecuar el valor,
1493
para que su hermosura no cause nunca daño.

ESCENA IV

DON LOPE, LA INFANTA

DON LOPE
1494
Una vez claro el hado nos sonríe por siempre;
1495
he aquí la Infanta, Amor, imploro tu socorro.
1496
Tiemblo ante vuestro avance, mi civismo, Señora,
1497
con todo mi denuedo quiere coartar mi ardor;
1498
mas mi pasión, más fuerte al fin que mi respeto,
1499
me expone a apoyar vuestro adorable aspecto;
1500
mi alma acostumbrada al ardor de vuestros fuegos
1501
sabe que ya no puede consumirse por ellos;
1502
su reposo se encuentra en su luminiscencia,
1503
y lo que la destruye llega a ser su sustento;
1504
aunque por nacimiento soy desigual a vos,
1505
mi esperanza, que se alza, de inmediato se acorta,
1506
y parezco iniciar un vuelo arrogante...

LA INFANTA
1507
(asombrada)
¡Oh Dios! ¿Qué quiere este loco extravagante?

DON LOPE
1508
Señora, vuestras manos manifiestan la audacia
1509
de ese fuego que en vos encuentra tanto hielo,
1510
y me dieron fe cuando vuestros ojos me hirieron.

LA INFANTA
1511
¿Qué es lo que oigo? Que alguien expulse a este insensato.

DON LOPE
1512
Por yerro en mis deberes vuestra beldad se irrita,
1513
yo solo soy la ley que vos habéis prescrito,
1514
me abraso por vuestra orden, y por ella os sirvo;
1515
aviva ella mis fuegos, me ata a mis cadenas;
1516
y mi sumisión más que mi propia arrogancia...

LA INFANTA
1517
¡Dios! ¡Qué excitación y qué extravagancia!

DON LOPE
1518
Tan solo me faltaba esta otra cualidad.
1519
¿Mas con qué vana creencia me habéis halagado?

LA INFANTA
1520
La cólera lo embarga, temo alguna desgracia;
1521
nadie viene, huyamos y cedámosle el sitio.

DON LOPE
1522
¡Cómo! ¿Loco y furioso? ¡Cielosl! Mas llega el Rey.

LA INFANTA
1523
Señor, escuchad lo que me dice este insensato.

ESCENA V

DON LOPE, EL REY, LA INFANTA, GUARDIAS

DON LOPE
1524
aparte
(Pongamos hoy a prueba su odio o su estima,
1525
abrámonos, oigamos: domina el desespero.)
(Al rey)
1526
Sire, tras tantas citas fallidas y abortadas,
1527
os solicito audiencia, y vos me la debéis;
1528
todo mi cuerpo, hablándoos por las bocas sangrientas,
1529
con las que a corazones feroces conmoviera,
1530
no pudo en vuestro seno encontrar el de un Rey,
1531
que se haya decidido a hacer algo por mí;
1532
motivos tengo para ver si la voz común
1533
encontrar no podrá un alma más sensible;
1534
la virtud rechazada, tras tanto menosprecio,
1535
sin empañar su brillo puede pedir su precio.
1536
Podría, es verdad, pasar por temerario
1537
si yo os propusiera una virtud vulgar,
1538
mas la mía es famosa, pocos, sin vanidad,
1539
han hecho lo que yo hice por Vuestra Majestad:
1540
¡y, sin embargo, oigo como premio a mi celo,
1541
que me atribuís el título de infiel!
1542
¡Traidor yo, insidioso! ¿En qué, Rey de Aragón,
1543
con que mancha tan negra mi nombre he mancillado,
1544
mereciendo de vos la injusta agresión
1545
que quiere sepultarme en la noche del silencio?

EL REY
1546
¿Qué quiere este hombre? ¡Cielos!

DON LOPE
Hombre, sí, sin jactarme,
1547
es una cualidad de la que alardear puedo:
1548
sí, Señor, soy un hombre, y a veces más que un hombre,
1549
cuando sigo el ardor que por vos me consume,
1550
y cuando, en los peligros en que inmerso me he visto,
1551
creo ser inmortal y no poder morir.

LA INFANTA
1552
Juzgad qué malestar me causó su encuentro.

DON LOPE
1553
¡Santo cielo!

EL REY
¿Está loco?

LA INFANTA
Su gesto os lo demuestra.

DON LOPE
1554
(acercándose al Rey)
Mi infortunio, gran Rey

EL REY
(separándose)
¿Qué pretendes de mí?

DON LOPE
1555
aparte
(¡A qué prueba, oh Cielos, mi virtud sometéis!)
(Al rey)
1556
Si ante todo en los Reyes el mérito es indigno...

EL REY
1557
¡Guardias, llevadlo fuera! ¡Oh, insigne locura!
1558
(tirando de él por los hombros){ti}Ya, fuera.
Ya, fuera.

DON LOPE
¡Oh, alma mía, mis indómitos brazos,
1559
me habéis procurado muy grandes cualidades!
1560
Por tan bien haberlo hecho nuestra fortuna es grande.
1561
Al servir somos sabios, y locos al pedir.

(Salen todos, menos el Rey y la Infanta)

ESCENA VI

EL REY, LA INFANTA

EL REY
1562
Diciendo eso, este loco, pinta mi inflexible hado,
1563
y el retrato hace de mí, enamorado;
1564
ardo sin esperanza, sirvo sin recompensa,
1565
mi servicio es penado, y mi súplica ofende;
1566
cara hermana, el Estado, al que Dios me destina,
1567
tal como lo gobierno, siempre me ha gobernado;
1568
reinando, he seguido las leyes que me ha dado,
1569
y a sus intereses mis pasiones ceñido;
1570
solo a ellas me ajustaba; mas hoy el amor,
1571
más déspota que él, a su vez reinar quiere.
1572
Ya soportar no puede el ardor que me oprime,
1573
obliga a su amo a elegir a su amante,
1574
y, de mí disponiendo, hace de un Potentado
1575
de hecho menos un Príncipe, que un siervo de su Estado;
1576
de Cabrera el afecto en este sufrimiento,
1577
solo mejor que el mío, podría serme adverso;
1578
a lo que Leonor me subestime hoy,
1579
su desdén me atraería, su anhelo por él fuera,
1580
y mi respeto iría hasta la deferencia
1581
de poder, en amor, sufrir su preferencia.

LA INFANTA
1582
Vos podéis, Señor, elevar a un vasallo
1583
al rango de valido, pero no de rival;
1584
si el respeto en vos revelara flaqueza,
1585
si el fuese influyente junto a vuestra pareja,
1586
¿hasta dónde podría extender su poder
1587
sobre vuestros Estados y sobre vuestros súbditos?

EL REY
1588
Entre los sentimientos que su virtud me inspira,
1589
pudiendo confiarle lo mismo mi imperio
1590
que la ostentación de un objeto amoroso,
1591
querría coronar su frente como sus ojos.
1592
Busquemos de quien es el alma que en él manda,
1593
para hacerme una guía de esperanza o defensa.

(Sale)

LA INFANTA
1594
(siguiéndolo)
Niño, del amor padre, ingenioso tormento,
1595
haz que mi rival reine y atráeme a mi amante.

ESCENA VII

DON BERNARDO, DON LOPE

DON BERNARDO
1596
¡Cómo! ¿Bien nada os sale? ¿Y el Príncipe y la Infanta
1597
con esta indigna entrada vuestra espera han tratado?

DON LOPE
1598
Con un nombre llamáronme que bien he merecido,
1599
si esperanza alguna mi orgullo aún halaga,
1600
si, más sacrificando a mis yerros pasados,
1601
los convierto en la base de locos pensamientos,
1602
y si, en los peligros de una muerte famosa,
1603
no me contento con la crueldad del destino.
1604
Vi cien veces el puerto, y la ola más fuerte,
1605
cuando a él llegar pienso, al instante me arrastra;
1606
todo lo que pude hice, como prueba de fe
1607
de un cautivo por su amo, un siervo por su Rey;
1608
en miles de ocasiones me he enfrentado a la Parca,
1609
incluso los desprecios excitaron mi fe;
1610
y cuantos más trabajos hice para el Estado,
1611
tanto más él me agravia y se ríe de mis males:
1612
la tierra, engalanada con flores y cosechas,
1613
es pródiga a la mano que a ella la desgarra,
1614
y, con servil esfuerzo su vigor reanimando,
1615
da a quien más contra ella ejerce el rigor.
1616
Mas la afrenta más dura de que siento el estrago
1617
es el funesto encanto, el mortal fingimiento
1618
con que la altiva Infanta colorearme ha querido
1619
la fe que ella sembrara para desesperarme;
1620
si no oso ser amante, me ordenan que lo sea,
1621
por tratarme de loco me lo hacen parecer;
1622
y el hermano y la hermana, ambos dos por igual,
1623
convierten mis pasiones en su entretenimiento.

ESCENA VIII

LAZARILLO, DON LOPE, DON BERNARDO

LAZARILLO
1624
(trayendo un chal de tela dorada y una carta para don Lope)
Tened, vuestra fortuna está en lugar alto.
1625
¡Oh, objeto divino! ¡Adorable criatura!
1626
Su encanto me ha asombrado, y nunca el astro Sol,
1627
en su giro oblicuo, ha visto nada igual.
1628
Os dan fe estas prendas de su intenso amor.

DON LOPE
1629
¿Quién te las ha entregado?

LAZARILLO
Violante en persona.

DON LOPE
1630
¿Creeré en sus escritos, si su vista inhumana
1631
con fría acogida desmiente a sus manos?

LAZARILLO
1632
¿Mas quién, a vuestro juicio, es esta Violante?

DON LOPE
1633
Pensé con este nombre honrar a la Infanta.

LAZARILLO
1634
(riéndose)
¡A la Infanta! Escuchad: con un pincel fiable
1635
de su belleza voy a pintaros un cuadro.
1636
Bajo este nombre artero, preparaba mi vista
1637
al celestial encanto que cubre a la Infanta;
1638
mas por todo portento Inés solo ver me hizo
1639
un espectro y fantasma difícil de entender,
1640
la mitad más hermosa de este esqueleto andante,
1641
bajo su cama echado y bajo su lavabo;
1642
antes que yo subiera, con esmero arreglándose,
1643
se puso sus pantuflas para verme de lejos;
1644
como segundo adorno, yo vi sobre sus hombros
1645
una serie de montes que a los galos separan;
1646
su frente, do parece que ha pasado el arado,
1647
se eleva en altos surcos sobre ojos hundidos,
1648
que diríase un Sol, no por lo que ilumina,
1649
sino porque esta sola sin hermano ninguno;
1650
se ha deleitado el tiempo, por largos accidentes,
1651
en corroer y pudrir el marfil de sus dientes;
1652
de un arte mal dispuesto, el yeso y la pintura
1653
en sus colgantes pómulos tapan a la natura:
1654
en fin, nada la adorna que no sea prestado.
1655
Tocante a su pelo, es suyo, por comprarlo;
1656
mas fue en otro tiempo el de otra cabeza.
1657
Aprovechad lo vano; he ahí vuestra conquista
1658
que además en la Infanta tiene autoridad,
1659
mas no puedo deciros en calidad de qué,
1660
salvo que ella tiene, su nombre y no su mérito.

DON BERNARDO
1661
Es una solterona y ya casi decrépita,
1662
que la sirve en la alcoba, y en algún asenso.

DON LOPE
1663
(tirando la carta y el chal)
¿Qué mortal de este modo fue antes tan proscrito?

DON BERNARDO
1664
Es cierto: como luego de la larga experiencia
1665
vuestros males agotan toda vuestra paciencia.
1666
Estoy desconcertado por la desproporción,
1667
me rindo en lo que afecta a aptitud y consejo.

DON LOPE
1668
(en la desesperación)
Y aún por tu fasto probaría mis armas,
1669
y en tu vanidad vería atractivos,
1670
queriendo todavía enredarme en tu anzuelo,
1671
Corte ingrata do el arte difunde sus lecciones,
1672
y que, salvo un amigo cuya bondad sincera
1673
le hace tener por mí sentimientos de hermano,
1674
no ofrece en la desgracia con que me veo abrumado,
1675
ni ayuda ni apoyo a mi débil virtud;
1676
¡Corte donde el valor es muy distinguido
1677
mientras es padecido, o si no despreciado!
1678
¡Corte, fantasma fatuo cuyas frivolidades,
1679
empeñan la prudencia en tantas cobardías!
1680
Corte do la verdad es un hermoso sueño,
1681
donde el más alto crédito de mentir es el precio;
1682
¡es, propiamente hablando, servidumbre dorada,
1683
un suplicio agradable, un infierno adorado!
1684
¿En tus trampas aún mi razón contenida
1685
podría detenerme cuando tan bien te entiendo?
1686
¿Sería insensible y mis viles tributos
1687
al fin aducirían mi afrenta y tus repudios?
(Abrazando a don Bernardo)
1688
Adiós, cabal amigo: en la Corte es el único
1689
con quien se es generoso y el hado hace justicia.
1690
Un mortal desdichado al punto en el que estoy,
1691
por una ilustre muerte debe abreviar su hastío;
1692
o, si no pierde, al menos, tapar debe una vida
1693
a tantas ignominias y afrentas sometida.
(Al ver a Lazarillo vestido con el chal)
1694
Cobarde, ¿de mi afrenta quieres llevar las marcas?

LAZARILLO
1695
Si ponéis la confianza en hermanas de Monarcas,
1696
y si alguna vez hay que sobrellevarlas,
1697
tenemos todo el tiempo de hacernos dignos de ellas.

DON BERNARDO
1698
(queriendo retener a don Lope)
El tiempo cambia todo; no obstante, caro Luna,
1699
limitad vuestra suerte a estar bajo mi amparo;
1700
si os desvinculáis, priváis al Estado
1701
de su más noble auxilio y su mejor soldado.
(Don Lope se va)
1702
Escuchad, esperad.
(Sigue hablando solo)
¡Oh, aventura fatal!
1703
¡Del odio del destino pavorosa pintura
1704
y valiosa lección a los que hace importantes,
1705
el apoyarnos tanto en pasos resbaladizos!

ESCENA IX

EL REY, EL CONDE, EL SECRETARIO, GUARDIAS, DON BERNARDO

EL REY
1706
Helo aquí, preveamos o tanteemos su espera;
(Al Secretario)
1707
traed a Leonor, y vos, Conde, a la Infanta.
1708
Acercaos, don Bernardo, de este famoso Estado
1709
su primera criatura, y segundo Potentado.
(Abrazando a don Bernardo)
1710
El Cielo, que precisa para girar dos polos,
1711
quiere que en vuestros hombros para reinar me apoye,
1712
y que la fuerte carga de mi gobernación
1713
tanto en vos como en mí halle su movimiento.

DON BERNARDO
1714
Sin reservas, Señor, debo todo al imperio;
1715
mas bajo el dominio del yugo en que respiro,
1716
bajo vuestra justicia, son sufridas mis órdenes,
1717
mas, de modo distinto, vos reináis, yo sirvo.
1718
De un Rey puede un vasallo mantener el poder;
1719
pero, si lo comparte, se toma gran licencia,
1720
y, si cubrir se deja de honores en exceso,
1721
asume una carga que lo debe abrumar:
1722
si con ojos ardientes contempla el Sol la Tierra,
1723
el Cielo se oscurece, se origina el trueno;
1724
por exceso de ardor que mal ha utilizado,
1725
lo que acariciaba es a veces fulminado;
1726
poca agua en temporada hace la tierra fértil,
1727
donde la mucha lluvia la ahoga y vuelve estéril;
1728
de ahí que, en vuestras gracias dejadme recordar
1729
que salí de la nada, y a ella volver puedo.

EL REY
1730
Si yo no os aprecio con un amor normal,
1731
es que en vos no valoro la virtud general,
1732
e investirla quiero con un famoso enlace,
1733
donde vuestra elección no evita mis deseos:
1734
observad sin reservas en esta boda insigne,
1735
todo lo que la Corte tiene ante vos de digna,
1736
todo lo que Aragón tiene de más brillante;
1737
seguirá el presente los deseos al instante.

DON BERNARDO
1738
Sus vuelos muy altivos me obliga a reducirlos.

EL REY
1739
¡Qué, si yo no me opongo, no podéis alcanzar!
1740
Podéis ser Almirante, os lo vuelvo a decir,
1741
excluyéndome a mí pretender a Léonor,
1742
pues por mi propio bien prefiero vuestra dicha,
1743
pues me sois tan querido como ella es adorable.

DON BERNARDO
1744
Mi corazón, por mucho que os haya respetado,
1745
osa intentar un vuelo aún más elevado;
1746
mas, calmando este ardor que menospreciar me hace,
1747
prefiero castigarme antes que merecerlo.

EL REY
1748
Es un vuelo muy corto, si solo va a mi hermana,
1749
y esta misma noche poseedor de ella os hace:
1750
no me ocultéis, por tanto, si este amor os conmueve.

DON BERNARDO
1751
Sire, en crimen de amor no utiliceis palabras,
1752
pues todos mis trabajos futuros y pasados...

EL REY
1753
Vuestro silencio habla y la nombra bastante.
(Abrazándolo)
1754
Sí, hermano, en su nombre, vuestro homenaje acepto.

ÚLTIMA ESCENA

LA INFANTA, EL CONDE, LEONOR, EL SECRETARIO por un lado, EL REY, DON BERNARDO por otro lado

EL REY
1755
( a la Infanta)
Se declara un amante, con quien te comprometo,
1756
¿su anhelo, cara hermana, le será rechazado?

LA INFANTA
1757
No, si de don Bernardo tiene las cualidades.

EL REY
1758
(haciendo que se abracen)
Las lleva en el nombre junto con la virtud.

DON BERNARDO
1759
¡Cara y dulce pasión que este acuerdo me incita!
1760
Si la dicha que siento no es una certeza,
1761
antes que el bello sueño llévate mi fulgor.

LEONOR
1762
(viéndolos abrazarse)
¡Qué veo! ¡Justo Cielo! ¿Ya, Señor, la palabra
1763
no es para los Reyes más que un sueño, un ídolo?
1764
Esta mañana, algo que pudiera abrasarme
1765
solo me costaría formular el deseo;
1766
¿la propuesta, esta noche, ver me deja a la Infanta,
1767
besando a don Bernardo, y ahogar mi esperanza?

EL REY
1768
Si falto a mi fe es para en vos ponerla,
(Abrazándola)
1769
por mejor mantenérosla y para coronaros;
1770
por conceder, Señora, a vuestro extremo amor
1771
un don Bernardo ufano en un calco de él,
1772
y en un nudo sagrado rendir, en bello día,
1773
las razones de Estado a razones de amor.

LEONOR
1774
El insulto de un Rey que comparte el poder,
1775
y a quien pone en su trono es un feliz agravio.

EL REY
1776
Lo mismo que en mi mente, reinad en mis Estados.
1777
Vamos... ¿Pero qué escrito hallo bajo mis pies?

DON BERNARDO
1778
De una vieja sirvienta de este Lope de Luna,
1779
cuyo valor tan solo es igual a su infortunio;
1780
animado prodigio cuyas proezas guerreras
1781
vuestra frente han cubierto con muy finos laureles,
1782
y con su mejor lustre vuestro reino adornado;
1783
que frenó al Infante, que sometió Cerdeña,
1784
y cuya nombradía, con tan enormes éxitos,
1785
aún no ha encontrado acogida en vuestro ánimo.

EL REY
1786
¿Qué cuita lo privó de mi agradecimiento?

DON BERNARDO
1787
Su última desgracia sigue siendo su ausencia:
1788
tras todos mis esfuerzos oficiosos, en vano,
1789
vuestro desdén continuo lo alejó de estos sitios.

EL REY
1790
Lo arreglará su vuelta: mi gracia con usura
1791
del mérito ignorado reparará la injuria,
1792
ya que compruebo en vos que un Rey agradecido,
1793
a fuerza de otorgar, se hace más poderoso.

FIN