Jean Mairet, La Virginie

La Virginia





Texto utilizado para esta edición digital:
Mairet, Jean. La Virginia. Traducción versificada y notas de Miguel Ángel García Peinado y María del Carmen Aguilar Camacho. Valencia: ARTELOPE-EMOTHE Universitat de València, 2022.
Codificación del texto digital para EMOTHE:
  • Carmen Cerdán, Rodrigo

Nota a esta edición digital

Esta publicación de la traducción versificada y notas de La Virginia de Jean Mairet, a cargo de Miguel Ángel García Peinado y María del Carmen Aguilar Camacho (Universidad de Córdoba) es parte del proyecto I+D+i «Teatro español y europeo de los siglos XVI y XVII: patrimonio y bases de datos», referencia PID2019-104045GB-C54 (acrónimo EMOTHE), financiado por MICIN/AEI/10.13039/501100011033.


LA VIRGINIA, TRAGICOMEDIA DE MAIRET DEDICADA A LA REINA

Paris, Chez Pierre Rocolet, au Palais en la gallerie des Prisonniers, aux Armes de la Ville. M.DC.XXXV


A LA REINA

SEÑORA,
Si vuestro nacimiento no fuera conocido como uno de los más cercanos del Cielo que tenemos, o si vuestras perfecciones y virtudes no fueran adoradas por todos los pueblos de la tierra, tanto entre las naciones que reconocen vuestro Cetro y el de los vuestros, como entre las que deben venerar el poder de uno y de otro, me esforzaría, siguiendo el ejemplo de los que se han dado a la gloria de dirigir sus obras a Vuestra Majestad, en hacerle un Panegírico en esta Epístola: pero además de que en esto las mejores plumas de Francia han precedido ya a la mía, sigue siendo mi opinión que hay alabanzas como el incienso, y los perfumes más raros, cuya abundancia y humo no dejan de producir dolor de cabeza. Si me creyera tan inteligente como para atreverme a emprender un elogio, le aseguro, Señora, vuestras coronas, ni las de vuestros antepasados, que suelen ocupar la mayor parte del discurso de los demás, sólo serían las menores, y la última de las mías, la altura del trono en el que estáis sentada, y el esplendor que os rodea, son lo suficientemente visibles a los ojos de los pueblos más remotos de nosotros, ya que no hay ni siquiera aquellos cuyos pies se asoman a los nuestros, que no sepan que sois sobrina de un Emperador, hija de Rey, hermana de Rey, y para completar la gloria, la dignísima Esposa del mayor Monarca del mundo. Es particularmente por esta extrema bondad, por la que sois tan conocida, que quisiera alabaros, como una cualidad que los hombres suelen dar al propio Dios, ya que, de los dos atributos más gloriosos que recibe, el de Bueno siempre ha precedido al de Grande. Es esta divina cualidad, Señora, la que me da hoy la seguridad de presentar a V. M. a estos dos desconocidos y que me hace esperar tanta protección y favor de una reina de Francia como la que en su día recibieron de una reina de Épiro: esta palabra solo debería bastaros para que los conocierais por este mismo Périandre y esta misma Virginia a los que habéis dado audiencia dos o tres veces en vuestro Louvre. Los pongo, pues, a los pies de Vuestra Majestad, que les concederá la gracia de permanecer allí si así lo desea, y tengo la gloria de poder decir con toda humildad que soy,
SEÑORA,
De vuestra Majestad,
vuestro muy humilde, muy fiel y
muy obediente servidor,
MAIRET

Ana de Austria, esposa de Luis XIII, era sobrina de Fernando II de Habsurgo, emperador de Alemania, hija de Felipe III de España (muerto en 1621) y hermana del rey de España Felipe IV.



EXTRACTO DEL PRIVILEGIO

El Rey por sus Cartas de Privilegio, fechadas el cinco de febrero de mil seiscientos treinta y cinco, firmadas, por el Rey y su Consejo, el Conde, y selladas con un gran cubo de cera amarilla, ha permitido al Señor Mairet imprimir, vender y distribuir por el Librero que considere oportuno, tres Libros de Teatro, titulados, La Sophonisbe, La Virginie y, Le Duc d'Ossonne. Prohibiendo a todos los Libreros, Impresores, y otros de la calidad que sean, imprimir los referidos Libros, venderlos ni distribuir por todo el Reino, país y tierras de su obediencia, sin el asentimiento del referido Señor Mairet, o de los que lo hagan en su nombre, durante el tiempo de nueve años, a contar desde el día en que se terminen de imprimir, bajo pena a los contraventores de confiscación de los ejemplares, y de trescientas libras de multa; con la condición de que se depositen dos ejemplares de cada uno de los referidos Libros en la Biblioteca del Rey: y un ejemplar de cada uno en la del Señor Séguier, Guardián de los Sellos, antes de exponerlos a la venta, bajo pena de nulidad del privilegio, como está ampliamente determinado por el original de presente documento.
Y el mencionado MAIRET ha cedido y transportado el privilegio que se le ha otorgado a PIERRE ROCOLET, Comerciante Librero en París, para que lo disfrute íntegramente, y por el tiempo que se especifica en el Contrato actual entre ellos ante los Notarios de París.
Impreso el martes 22 de mayo de 1635
Los dos ejemplares han sido entregados en la Biblioteca del Rey


PERSONAJES

CLÉARQUE, Rey de Tracia
AMINTAS, Príncipe de Épiro y enamorado de Andromina
PÉRIANDRE, Hermano de Virginia
PHILANAX, Hijo de Harpalice
CALIDOR, Mago
CANCILLER
CAPITÁN ESCITA
EURÍDICE, Reina de Épiro, enemiga de Cléarque
ANDROMIRA, Prima de Eurídice y enamorada de Périandre
VIRGINIA
HARPALICE, Ama de llaves de Andromira
ZÉNODORE, Sobrino de Harpalice
PHARNACE, Sobrino de Harpalice

La escena se desarrolla en Bizancio, ciudad de Tracia


ACTO I

ESCENA I

EURÍDICE, ANDROMIRA, AMINTAS

EURÍDICE
1
¿De modo que esta breve y sangrante salida
2
de mi gente caer ha hecho a una buena parte?
3
¿Pero decís al menos, que, tras grandes proezas,
4
decantarse ha querido el triunfo por nosotros?

AMINTAS
5
El precio del combate durante tiempo incierto,
6
nos dura a la larga con mucho sufrimiento;
7
al no poder sin largo y extraordinario esfuerzo,
8
desde nuestras defensas a su fuerte expulsarlos,
9
donde Cléarque, y los suyos, han ido a guarecerse,
10
lo mejor, según yo, que podía hacerse:
11
pues hay que admitir que nunca los atacantes,
12
exhibieron la pica ante gente tan brava;
13
jefes y soldados de los mejores del mundo.

EURÍDICE
14
¿Así que estamos lejos del final de esta guerra?

AMINTAS
15
Que vuestra Majestad contemple, si le place,
16
que siendo su enemigo, valiente como es,
17
y cercado en el ámbito de su última plaza,
18
no hay esfuerzo humano que su virtud no haga:
19
pero antes que el invierno ceñido de carámbanos,
20
con su primera nieve blanquee nuestros setos,
21
a pesar de sus fosos y sus triples murallas,
22
pretendo yo enviarlos al fondo del abismo,
23
el despiadado diente de los monstruos del hambre,
24
hará que se les caigan las armas de la mano.
25
No obstante usemos menos la fuerza que destreza,
26
y no arriesguemos nada, porque no hay prisa alguna:
27
en su ciudadela ellos están harto asediados,
28
viéndonos en la villa morar a nuestras anchas;
29
estamos en Bizancio, y en el cuartel abundan,
30
las bondades del mar y también de la tierra.
31
Los víveres para ellos por doquier se les cortan,
32
al final tendrán solo la hierba de los muros.

ANDROMIRA
33
Yo temería ayuda de Grecia y de IliriaNXNota del traductor

Región septentrional de los Balcanes, que se corresponde con la antigua Yugoslavia.

.

AMINTAS
34
Señora, esa ayuda es una bufonada;
35
he bloqueado tan bien por completo el Bósforo,
36
que mil barcos en vano querrían acercarse;
37
bien por los dos castillos de Sesto y de AbidosNXNota del traductor

Dos ciudades situadas a la entrada del Helesponto, actual estrecho de los Dardanelos; Sesto en la orilla europea y Abidos en la asiática.

,
38
o bien por el vecino lugar de Palos MeótideNXNota del traductor

También denominado Palus Meotis o Palus Meótico o Palus Mayátide o Palus Maeotis; nombre con el que los griegos designaban el actual Mar de Azov.

,
39
por la tierra cien fuertes, cuidando de sí mismos,
40
me aseguran por fuera tanto como por dentro:
41
así que en el estado nuestro y en el de ellos,
42
creo que su salvación no depende de los hombres.

EURÍDICE
43
¡Dioses! ¡Cuando vendrá el tiempo de mi dicha,
44
de vengar plenamente de mi Señor la muerte,
45
quitándole a Cléarque el cetro y la vida!

AMINTAS
46
Por cierto, que no puedo callarme y no deciros,
47
el brío que Périandre desplegó en vengaros:
48
porque puso la Tracia a tal punto en peligro,
49
que creyó con su sangre sufragar la de Épiro.

EURÍDICE
50
¿Y cómo ocurrió eso?

AMINTAS
Pues voy a decíroslo.
51
En el momento clave de la pelea entre ellos,
52
le arrancó con las manos al Príncipe el casco.
53
Y con la espada en alto, lista para golpear,
54
por un soldado griego, no le cortó la testa.

ANDROMIRA
55
¿Pero resultó herido?

AMINTAS
No, y, sin embargo,
56
mis ojos, que asistieron de cerca a sus hazañas,
57
lo vieron como un león exhibir su coraje,
58
allí do el propio Marte, cambiado hubiera el rostro.

ANDROMIRA
59
No hay duda que los Dioses lo cuidan con gran mimo.

EURÍDICE
60
Es realmente, en efecto, un perfecto caballero,
61
pues solo su cabeza visiblemente expresa,
62
un nacimiento ilustre, y un corazón magnánimo.
63
Ved que hace ya tres meses que un destino azaroso,
64
lo trajo a nuestras costas por un feliz naufragio,
65
viniendo de misión y trabajos penosos,
66
do su valor no siempre se había probado.
67
¿No creeríais que, desde el momento de nacer,
68
pareció que vivía en medio de la Corte?
69
¡Qué bien se adapta al paso, el ambiente y costumbres!
70
¡Y qué bien se acomoda su humor con el nuestro!
71
Realmente la verdad me obliga a confesar,
72
que tiene cualidades dignas de todo elogio

ANDROMIRA
73
Señora, observad que una cierta gracia,
74
no lo abandona nunca haga la cosa que haga:
75
nadie, en mi opinión, finaliza tan bien
76
un cuento, una historia, o incluso un cumplido.
77
¿Os habéis dado cuenta con que seguridad,
78
y con que gran modestia hace la reverencia?
79
¿Y que su buen aspecto es una prenda de oro,
80
que hace que sin adornos esté siempre adornado?

EURÍDICE
81
Por su parte su hermana no es menos adorable,
82
tiene ella cualidades de un precio inestimable;
83
esa belleza extrema que nos hace quererla,
84
es el menor adorno que en ella hay que estimar.
85
La más alta virtud, y la más consumada,
86
es con la que su alma ha hechizado a la mía:
87
y creo yo que el Cielo complaciendo a mis ansias,
88
volverá nunca a hacerme un regalo más digno
89
que este dúo extranjero, con el que mi gran suerte,
90
quiso enriquecerme por manos de NeptunoNXNota del traductor

La alusión a Neptuno es un recordatorio poético del naufragio evocado en el verso 64.

:
91
deseo, pues, Amintas, que así como antes,
92
ames a Périandre y a menudo lo apliques,
93
de modo que no obstante él conserve la vida,
94
entre tantos peligros donde el honor os lleva:
95
mas vamos al consejo, que durar debe poco;
96
vistos los pocos temas sobre los que tratar.

ESCENA II

ANDROMIRA (sola)

ANDROMIRA
97
Amor, ahora es cuando con tu última flecha,
98
mi corazón abierto no es más que una brecha.
99
Cual arenga este azufre arrojado a la llama,
100
hace mi ardor más grande de lo que nunca fue.
101
Honor, Miedo y Pudor, que en mi arrebato,
102
añadid a mis males el rigor del silencio,
103
adiós, lleva a otro sitio tus consejos superfluos,
104
mi furia desde ahora ya no te escucha más.
105
En unos buenos rumbos, que la virtud me inspira,
106
veo bien lo mejor, y seguir quiero el peorNXNota del traductor

En su reflexión, Andromira imita la de Medea en Las Metamorfosis de Ovidio, luchando contra su pasión por Jasón (VII, vv. 20-21): Video Meliora Proboque, Deteriora Sequor (veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor), describiendo al ser cuya inteligencia muestra el camino del deber y la verdad, pero a quien la debilidad y ambición arrastran hacia el mal.
Los versos serían retomados por Petrarca en su Canzoniere (Et veggio 'l meglio et al peggior m'appiglio), así como por otros autores italianos (Matteo Maria Boiardo y Foscolo), franceses y de otras nacionalidades, convirtiéndose en un lugar común en la literatura.

.
107
Forzada como estoy por la necesidad,
108
de abandonar el celo de mi honestidad:
109
la mente y la belleza del valiente Périandre,
110
gracias son de las que uno quisiera en vano aislarse.
111
Tres meses de experiencia al final me enseñaron,
112
que nació para actuar sobre las grandes mentes:
113
y que para no amar sus gracias sin igual,
114
habría que estar ciego, y no tener oídos.
115
¿Y entonces? ¿Moriré sin haberle hablado?
116
No, ya no es el momento de callarse y arder:
117
estoy resuelta a que Périandre conozca,
118
mi pasión, que más crece cuanto yo más la escondo:
119
aunque es muy perspicaz para no haber intuido,
120
un mal que mis miradas lo ponen al desnudo:
121
la molesta grandeza en que nacer me hizo el Cielo,
122
sin duda hace que el finja el no reconocerlo.
123
Esta respetuosa, y modesta frialdad,
124
en vez de disgustarme aumenta mi ardor:
125
mas luego que mis ojos, y hasta mi propia boca,
126
sin testigos podrán confirmarle que lo amo;
127
es bastante evidente que se declarará,
128
y que, si yo lo anhelo él me anhelará,
129
creo incluso que Amor, cuando haga mi soflama,
130
si el corazón me ha atado, desatará mi lengua:
131
vamos pues de este modo a tratar de sanar,
132
a agrandar nuestro encanto, y a enviarlo a buscar.

ESCENA III

VIRGINIA, PÉRIANDRE

VIRGINIA
133
Mi hermano, o mejor mi esperanza y mi vida,
134
¿Cuándo se saciará esa avidez de honor?
135
¿Cuándo reprimirás esos deseos indómitos
136
que hacen que te apresures en todos los momentos?
137
¿Necesidad había de llevar tu audacia,
138
a intentar el combate contra el rey de Tracia?
139
Él, que siempre triunfa, puede enseñar escudos
140
de cien bravos guerreros por su fuerza aplastados.

PÉRIANDRE
141
Vi, no obstante, el momento en que su testa hendida,
142
iba con su conquista a ensalzar mi espada,
143
salvo que el mortal golpe que yo le propiné,
144
casualmente encontrara a este gendarme griego:
145
que con su propia vida bien que pagó por ello.

VIRGINIA
146
Por ahí vuestro valor pasó ya muchas pruebas:
147
pero, por favor, piensa que es la suerte engañosa,
148
y que por ti me muero con un temor eterno.
149
Piensa que mi existencia va ligada a la tuya,
150
y el golpe que te pierda con mi destino acaba.
151
Si un día sucediera que Marte y la desgracia,
152
mi esperanza quebrara junto con tu valor,
153
¡ay! ¿Qué ocurriría con la pobre Virginia?

PÉRIANDRE
154
La Reina, que os profesa un amor infinito,
155
si por ella sufriera una muerte gloriosa,
156
aunque yo os faltara no os abandonaría.

VIRGINIA
157
Los bienes en los que se funda la esperanza,
158
fueran débiles nudos para atarme a este mundo,
159
¡eh! Advierte, hermano mío, que tú me perjudicas,
160
y que de ti depende, mi vida o mi muerte.
161
Por ti siento arrebatos de ternura amorosa,
162
tal cual los que una amante tendría por su amado,
163
te extraño cuando debes separarte de mí,
164
y muero de placer mientras que estoy contigo;
165
pensando en nuestros males, si lloro o me angustio,
166
tu mirada me alegra, y enjuga mis lágrimas.
167
Solo ante tu llegada, como mi hermano que eres,
168
siento un no sé qué, que me turba y complace:
169
pero cuando te veo echar mano a las armas,
170
tiemblo y palidezco, me deshago en lágrimas;
171
y mi alma que te sigue en el montón de golpes,
172
por la mano del miedo, es golpeada por todos.
173
Juzga por estos éxtasis de placer y de miedo,
174
si mi cariño es verdadero o fingido.

PÉRIANDRE
175
Realmente, cara hermana, si me amáis así,
176
es de la misma forma que os amo yo también.
177
A menudo recuerdo que un joven caballero,
178
que con pasión amaba a una dama de Roma,
179
me hizo la confidencia de contarme un día,
180
todos los arrebatos que ocasionó su amor:
181
y todo lo que dijo fue la viva pintura,
182
de aquellos que por vos me produce Natura:
183
nuestros deseos son puros, y vivimos muy bien,
184
para que Amor enrede estragos de los suyos,
185
¿cuántas veces he hecho a Natura reproches,
186
por sangre que desune, aunque nos hizo hermanos?
187
Solo el nudo de amor bien nos habría unido,
188
seríamos más íntimos, de no ser tan cercanos.

PAJE DE ANDROMIRA
189
Señor, me gustaría deciros dos palabras.

VIRGINIA
190
¿Qué ocurre, que me mira y se encoge de hombros?
191
Yo sé que la Princesa por él está colada,
192
sin duda es un mensajeNXNota del traductor

Los tres versos son una reflexión de Virginia.

.

PÉRIANDRE
Sí, paje, ya te sigo:
193
¡cuántos a esto llamaran gloria y buena fortuna,
194
a esta misma gracia que yo encuentro importuna!
195
La amorosa Andromira en su cuarto me espera.

VIRGINIA
196
Sospecho más o menos lo que ella pretende.
197
Ve allí, pero piensa que de un amor brutal,
198
el final suele ser para los dos fatal,
199
y que un placer indigno por muy poco que dure,
200
nos hace odiar a aquel que nos lo ha procurado.
201
Las que por nacimiento tienen alma elevadaNXNota del traductor

Alusión a Andromira, prima de la reina Eurídice.

,
202
tras haber fracasado se azoran por sus faltas,
203
y a sus validos pierden, y una afable acogida
204
conduce al lecho a veces, y del lecho al féretro.

PÉRIANDRE
205
Aunque allí mi ojeriza aún no estuviera,
206
el respeto de Amintas, a quien la ama y yo honro,
207
un gran poder tendría sobre mi sensatez,
208
para resistir siempre en los fines del deber.

VIRGINIA
209
Ve, pues, y sobre todo piensa en tus asuntos,
210
mientras, prepararé todo lo necesario,
211
para hacer en tu nombre un sacrificio a Marte,
212
que te ha preservado entre tantos peligros;
213
tu vuelve con la Reina, donde iré a esperarte.

PÉRIANDRE
214
Adiós, yo te prometo ir allí a buscarte.

ESCENA IV

HARPALICE, PHILANAX

HARPALICE
215
No, hijo mío, créeme, mi temor no es en vano,
216
de amor ella está loca por el joven romano;
217
mas, teniendo el humor por el que la conozco,
218
porque yo la he criado, y la he visto nacer,
219
en todas nuestras charlas sabido he contenerme,
220
de hablarle de un ardor que ella quiere esconderme:
221
pues además del riesgo de atraerme su odio,
222
inevitablemente lo hubiese hecho en vano:
223
sin embargo, este ardor no favorece nada,
224
la ruta de su alma al alma de Amintas.
225
Con cualquier dilección que para él trabaje,
226
bien veo que en el presente no hago nada útil,
227
y que en el futuro este caos nos daña,
228
más aún cuando el Príncipe oiga el menor rumor,
229
no debemos pensar que por eso más la ame,
230
así nuestra fortuna se reduce a humo.

PHILANAX
231
¿Se puede evitar que esta desgracia ocurra?

HARPALICE
232
Puede ser que el tiempo juegue a nuestro favor:
233
su gran paje me ha dicho que ella espera a Périandre,
234
mas he hallado el lugar donde puedo escucharlos.

PHILANAX
235
¿Cómo?

HARPALICE
Con la ayuda de un tabique de madera,
236
que fácilmente deja el paso de la voz.
237
Allí, tú y yo quietos, con total garantía,
238
ir, y oír de inmediato, toda su entrevista,
239
para sacar después algunas invenciones,
240
y destruir, o enredar, estas locas pasiones.

Fin del primer acto


ACTO II

ESCENA I

ANDROMIRA, PÉRIANDRE

ANDROMIRA
241
Quizá, buen vencedor, encontréis extraño,
(la escena se desarrolla en el gabineteNXNota del traductor

Según Furetière: “le lieu le plus retiré dans le plus bel appartement des palais, des grandes maisons” (Antoine Furetière: Dictionnaire universel, contenant généralement tous les mots français tant vieux que modernes et les termes de toutes les sciences et des arts, 3 tomes, à La Haye et à Rotterdam: chez A. et R. Leers, 1690).

)
242
Que, en lugar de halagaros con un justo elogio,
243
y de felicitaros como hacen los otros,
244
por los nuevos laureles que ciñen vuestra frente,
245
en vez de eso condeno, ese ciego coraje,
246
que lleva vuestra vida a un próximo naufragio.
247
Vivid, pues, tanto más que vuestros días movidos,
248
herirán ciertas almas más de lo que pensáis.

PÉRIANDRE
249
Señora, todo honor y el bien al que aspiro,
250
solo es el de servir a la Corona de Épiro;
251
en mis días, excepto mi hermana que me quiere,
252
¿quién lamentar podría de un infeliz la suerte?

ANDROMIRA
253
Seréis muy dichoso, si es que queréis serlo.

PÉRIANDRE
254
Bajo un astro enemigo que el Cielo nacer me ha hecho,
255
en mi categoría estoy satisfecho.

ANDROMIRA
256
¡Quiera Dios, Périandre, que así yo hablar pudiera!
257
Mas ni sangre, o grandeza, ni brillante fortuna,
258
serán nunca bastante para hacerme feliz.
259
Mi palidez, tristeza, y mis lánguidos ojos,
260
son testigos visibles de las penas que siento.
261
Sueño, me compadezco, amo la soledad,
262
y me hallo en sufrimiento, y con gran ansiedad,
263
por un mal que hasta ahora no había conocido,
264
y todo esto, desde que has aparecido.

PÉRIANDRE
265
Juzgad, pues, si os place, qué desgracias las nuestras,
266
cuya propagación se transmite a los otros:
267
pero el viejo galenoNXNota del traductor

Alusión al “tiempo”, citado en el siguiente verso.

curará vuestra pena.

ANDROMIRA
268
No habléis del tiempo, de él no espero nada;
269
habladme de la muerte, si antes Périandre,
270
no me devuelve un bien que solo él puede darme.

PÉRIANDRE
271
¿Cómo puedo yo daros un bien que yo no tengo,
272
yo que soy desgraciado de un modo absoluto?

ANDROMIRA
273
Una sola palabra, a la que el alma responde,
274
nos hará, si queréis, los más faustos del mundo.

PÉRIANDRE
275
¿Si yo quiero, Señora?

ANDROMIRA
Sí, si vos lo queréis.

PÉRIANDRE
276
Por mi parte, no sé de que me estáis hablando.

ANDROMIRA
277
¿Deseáis, pues, tener la inteligencia dura,
278
para añadir vergüenza a las penas que sufro,
279
de mi boca exigiendo la total confesión,
280
que difame mi sexo, junto a mi condición?
281
No importa, haré por mí misma este esfuerzo,
282
pues sí, es verdad que yo, Périandre os amo;
283
y me muero de amor, por fin ya está dicho,
284
es un fuego tan grande, y tanto tiempo oculto:
285
¿juzgad ahora en qué debe convertirse Andromira,
286
si vuestro cariño no se aviene con el suyo?
287
mas, no estéis triste y frío, ni bajéis los ojos;
288
yo os hablo, ¿y por qué vos no me respondéis?
289
Levantad esos ojos, y romped el silencio,
290
que a mi esperanza ponen, y a mi miedo en duda.

PÉRIANDRE
291
Señora, las palabras me han sorprendido tanto,
292
y con gran confusión han turbado mi mente,
293
que no oso arriesgarme a querer responderlas.

ANDROMIRA
294
Vuestro amilanamiento me llena de vergüenza,
295
ya que me recrimina mi liberal carácter,
296
indigno de mi sexo, y de mi condición.
297
¿Tengo el descaro, entonces, o la seguridad,
298
de dialogar con vos de mi enajenación?
299
Y el rubor descortés, en esta ocasión,
300
os hará más humilde ante mi turbación:
301
si sintiera vuestra alma una décima parte
302
el extremo dolor que ha sentido la mía,
303
cuando debí romper con el azaramiento,
304
para representaros mi amoroso ardor:
305
o bien si de este cuadro, y de este paisaje,
306
quisierais desviar vuestra vista a mi rostro,
307
esos Astros que el Cielo ve cuál si fueran suyos,
308
para estar, como ellos, clavados a la tierra;
309
vuestro exterior sería una visible prueba
310
del admirable caos do el interior se encuentra,
311
y así reanimaríais, mi espíritu abatido,
312
en lugar de asombrarlo con vuestra gran virtud.
313
No penséis, sobre todo, que un humor impúdico
314
del griego y del romano, me aguijonee igualmente:
315
son los deseos primeros que pude concebir,
316
y también los postreros que quiero recibir.
317
Hablad pues, Périandre, con confianza total:
318
mas no me ilusionéis con falsas esperanzas,
319
¿qué os demora? ¿Este sitio sospechoso os parece?

PÉRIANDRE
320
En absoluto.

ANDROMIRA
¿Entonces?

PÉRIANDRE
Señora, el respeto
321
me hurta la expresión de las cosas que pienso.

ANDROMIRA
322
No lo tengáis aquí, el Amor os dispensa,
323
que con un compás traza iguales proporciones
324
de edades, humores, y de las condicionesNXNota del traductor

Como bien se aclara en la edición moderna de la obra: “el amor anula las diferencias de edad, de carácter y de condición” (Jean Mairet: Théâtre complet. Édition critique sous la direction de Georges Forestier. Tome III: La Virginie; Les Galanteries du duc d'Ossonne vice-roi de Naples; L'Illustre corsaire. Textes établis et commentés par Hélène Baby, Jean-Marc Civardi, Anne Surgers. Paris: Honoré Champion, 2010).

,
325
si el miedo os retiene, hasta tanto que cese,
326
no me miréis ni habléis como a una Princesa,
327
prescindid para hacerlo de esa brillante pompa,
328
que solo es vanidad si no está la mente alegre.
329
No estiméis en mí el brillo de mi entorno,
330
ni mi sangre que justo me guarda una Corona:
331
mas si sentís Amor, entonces contempladme,
332
cual fuera vuestra amante, y la hermana del Rey.
333
Consideradme entonces, como esa Andromira,
334
que hacer puede sentaros en el Trono de Épiro.

PÉRIANDRE
335
Este afán altanero para mi ambición,
336
le haría ver a Épiro otro nuevo IxiónNXNota del traductor

Rey de Tesalia, intentó seducir a Hera, la mujer de su anfitrión, Zeus, que lo condenó al Tártaro (Infierno donde purgaban su pena los condenados), donde Hermes lo ató con serpientes a una rueda ardiente que daba vueltas sin cesar.

:
337
para mí he dispuesto límites más sensatos,
338
así que bien conozco que lo que comentáis
339
solo es para probarme, y de paso sondearme,
340
si me mantendré firme en algo tan expuesto.

ANDROMIRA
341
Es muy fácil de ver que esta desconfianza,
342
es un efecto en él de su poca experiencia:
343
preciso es de una vez tratar de convencerloNXNota del traductor

Los tres primeros versos son una reflexión de Andromira.

;
344
¿qué es lo que tenéis que deliberar tanto?
345
¿Es por miedo, respeto, o los dos a la vez,
346
¿Dignamente os impido de tener lo que creo?
347
Todo lo que ya he hecho, y lo que yo os digo,
348
debería ser bastante para haberos crecido:
349
¿tras muchas infracciones en contra del recato,
350
lo que te dije antes no tiene ningún crédito?
351
Insensible, ya sobra este inútil discurso,
352
preciso es que tu espada complete ya el curso.

PÉRIANDRE
353
Deteneos, Señora, me voy a la huida.

ANDROMIRA
354
¡Oh Dioses! ¡En qué estado me hallo reducida!
355
Huye, el muy cruel, y mi propia bondad,
356
parece asustarloNXNota del traductor

El original: “Semble m'effaroucher” es un latinismo, un dativo ético o de interés; el sentido del verso sería: “se asusta ante mí” (“parece que se me asusta”).

a este espíritu indómito;
357
vete, vete, insensible, do mi furia te envíe,
358
huye de mí tan lejos que nunca pueda verte.
359
¡Oh! Neptuno, enemigo de mi prosperidad,
360
¿en qué yo o los míos te hemos irritado,
361
para traer a estas costas esta agradable plaga,
362
dándole a nuestra Corte tal presente nefasto?
363
¿En lugar de enviarme a este monstruo cruel,
364
bajo la falsa máscara de la propia belleza,
365
por qué no preferiste hacerme caer presa
366
de la Orca de AndrómedNXNota del traductor

Andrómeda era la hija de los reyes de Etiopía: Cepheus y Casiopea de Jaffa. La reina se jactaba de que su hija era más hermosa que las Nereidas, las hijas del dios del mar Poseidón. Ofendidas por la osadía de la mortal, rogaron a su padre que castigara a los mortales: Poseidón mandó inundar todo el reino, enviando también a su monstruo marino, Cetus.
Los reyes, ante la masacre, consultaron con el Oráculo de Amón, el cual les indicó que la única forma de salvarse era sacrificando a su hija Andrómeda entregándosela al monstruo. Así, la encadenaron a las rocas del acantilado como ofrenda a Cetus.
Perseo, que pasaba por el lugar tras haber cortado la cabeza a Medusa, con ayuda de un escudo de bronce que había utilizado como espejo para protegerse de su mirada mortal, al ver a Andrómeda encadenada en la roca, se enamoró de ella. Al aparecer el monstruo para devorar a Andrómeda, Perseo se sirvió de su casco de invisibilidad y sus zapatillas aladas, propiedad del dios Hermes, que le habían sido obsequiadas por las Náyades. Perseo logró herir a la bestia Cetus con su espada de diamante (en otra versión del mito, Perseo utilizó la cabeza de Medusa para convertir en piedra a Cetus y poder liberar a su amada Andrómeda).

a, o las Sierpes de TroyaNXNota del traductor

Alusión a las dos serpientes surgidas del mar que ahogaron a Laocoonte, el sacerdote del templo de Apolo Timbreo en Troya: cuando Laocoonte se disponía a sacrificar un toro a Poseidón, dos serpientes marinas, llamadas Porces y Caribea (o Curisia y Peribea), llegaron desde la isla de Ténedos, atacando a los hijos mellizos de Laocoonte, enroscándose alrededor de sus cuerpos; Laocoonte intentó salvarlos, pero sufrió la misma suerte que ellos.

?
367
¿O, por qué no encontré el Toro que surgió,
368
cuando por su inocencia Hipólito murióNXNota del traductor

Alusión a la leyenda de la resurrección de Hipólito: al rechazar los amores de su madrastra Fedra, se vio desterrado por su padre, Teseo, quien creyó la versión de su mujer, después de suicidarse, de que Hipólito la había violado. Teseo, recordando los tres deseos que su padre, Poseidón, le había prometido, llevado por la cólera, invocó al dios de los mares para pedir la muerte de su hijo. Este, al saber la muerte de su madrastra, y el regreso de su padre a Atenas, salió a su encuentro a toda velocidad para intentar explicarle la verdad. Cuando su carro, tirado por cuatro veloces caballos, recorría la parte estrecha del istmo, una gigantesca ola provocada por Poseidón se alzó rugiendo desde la costa, emergiendo del interior de su cresta un enorme toro blanco bramando y arrojando agua. En la lucha el carro volcó despedazándose a causa de un gran impacto. El joven, enredado entre las bridas y arrastrado por sus caballos, fue empujado contra el tronco de un árbol, golpeándose brutalmente contra el firme rocoso y muriendo. La diosa Artemisa, tras explicar la verdad y consolar a Teseo, llevaría al muerto ante Asclepio, quien le devolvió la vida a Hipólito.

?
369
Este monstruo tan solo la luz me quitaría,
370
donde ella me conduce, el honor y la vida;
371
pero sin más cansarte con lamentos inútiles,
372
apaga ya tu vida, y tus fuegos disolutos;
373
haz que tu alma cobarde, por un acto magnánimo,
374
lave en su propia sangre su detestable crimen.
375
Vamos a hallar un hierro cuya sangrante ayuda,
376
prontamente repare la injuria de los días:
377
y que este mismo sitio testigo de mi ofensa,
378
sea el de mi dolor, y el de mi penitencia.

ESCENA II

HARPALICE, PHILANAX

HARPALICE
379
¿Y bien? Comprende entonces por qué hasta ahora,
380
los bríos con el PríncipeNXNota del traductor

Amintas.

han sido un fracaso.
381
No no, hay que cortar el mal por la raíz,
382
donde está el veneno sacar la medicina.
383
Vamos, ve pues y dile que venga aquí a verme,
384
y que para ese fin te mando expresamente.
385
Para ganarle he urdido una trama engañosa,
386
con la que me aseguro un muy buen resultado.
387
Pero, hijo, el secreto de un misterio tan grande,
388
es afrontar el tema y el tiempo cual se debe:
389
la Princesa y su mente en medio del tumulto,
390
está donde yo quiero para lo que pregunto.
391
Ve, pues, y sobre todo que este indigno secreto,
392
quede bajo la llave de un silencio discreto.

PHILANAX
393
Bien podéis pensar que yo sabré callarle,
394
lo que debe ignorar de este último misterio.

HARPALICE (sola)

[HARPALICE]
395
Su honor está perdido, si no pongo remedio,
396
el que hoy resiste se rendirá mañana:
397
mi buen hijo al final puede hacerlo cambiarNXNota del traductor

El verso: “Ce beau fils à la fin lui peut quitter les armes”, hay que entenderlo como si Philanax pudiera convencer a Périandre para que “se dejara desarmar por la belleza de Andromira, haciéndole abandonar su posición defensiva”.

,
398
sometiendo su alma al poder del encanto.
399
Puede ser que al principio se muestre con frialdad,
400
mostrando un ardor luego más rápido en su alma.
401
Ya sea este por virtud, por miedo o por destreza,
402
preciso es que al perderlo conserves a tu Ama:
403
pero ya llega aquí con mirada y un porte,
404
que son vivos testigos de un violento arrebato.

ESCENA III

ANDROMIRA, HARPALICE

ANDROMIRA
405
¡Oh pudor! Libremente, pero en vano violado,
406
acepta los lamentos de un alma desolada,
407
ve que esta alma cobarde por el amor vencida
408
sabe tan bien morir como mal ha vivido.

(quiere matarse)

HARPALICE
409
¡Ah! Señora, parad esta mano furiosa,
410
¡Dioses! ¿Qué hacer queréis?

ANDROMIRA
¡Oh, fuerza abusiva!
411
O apenas me amas, o es que no conoces,
412
qué motivo me fuerza a correr hacia la muerte.
413
Deberías más bien cual amiga altruista,
414
junto a mis tristes días acabar con mi infamia,
415
y hacer con mi sangre por tus manos vertida,
416
un digno sacrificio a mi honor perdido:
417
mi culpa lo exige, y tú la conociste,
418
por lo que de él dije cuando he regresado.

HARPALICE
419
Señora, sin ello este sorprendente secreto,
420
no estaría tan claro, para mi gran pesar.

ANDROMIRA
421
Tu lo sabes, ¿y cuándo has podido enterarte?

HARPALICE
422
Ahora mismo.

ANDROMIRA
¿Y por quién? ¡Buen Dios!

HARPALICE
Por Périandre.

ANDROMIRA
423
En serio, ¿es verdad que es él quien te lo ha dicho?

HARPALICE
424
Yo no lo he soñado, como vais a ver.

ANDROMIRA
425
¿Qué? ¿Se quejó contigo de mi atrevimiento?

HARPALICE
426
Señora, usted sabe que esta galería,
427
da sobre un balconcillo que está por encima,
428
del jardín donde tiene su hermana su vivienda:
429
en realidad diríase que los Dioses os quieren,
430
y que han decidido que los malvados mueran:
431
allí es donde estaba descansando y al fresco,
432
cuando oigo de una pérgola, muy cubierta y muy cerca,
433
desde donde era cómodo oír sin que me vieran,
434
una perversidad, que matado os hubiera,
435
de haber sido tan solo un tan oscuro ultraje,
436
tocante a vuestro amor, no a vuestra condición.
437
«Hermana, si supierais como la he tratado,
438
dando un falso respeto a su amor descarado»,
439
Señora, excusadme, uso los mismos términos,
440
que usaba el joven tonto cuando hablaba de vos:
441
«Yo fingía», decía, «que no reconocía,
442
un ardor tan visible, nacido por mi culpa,
443
a menudo callaba para hacerla hablar,
444
y me hacía el frío para hacerla arder.
445
Hasta que ya sus ojos no teniendo más armas,
446
trataron de vencerme usando vanas lágrimas:
447
pero al saludarme cual bello vencedor,
448
conservaba mi gloria, riendo en mi corazón.
449
Pero un pronto arrebato de su rabia amorosa,
450
me hizo ir hasta la puerta».

ANDROMIRA
¡Oh, joven desgraciada!
451
Digna, después de todo, de tan justo desprecio:
452
pero en cuanto a mi estado, ¿qué es lo que has aprendido?

HARPALICE
453
Señora, esto es lo más extraordinario,
454
de un relato que un día oyeran vuestros oídos.
455
Allí su hermana habló: «Hermano mío» dijo,
456
«da por hecho que luego del despecho sufrido,
457
expulsó de su pecho el amor que lo invade,
458
ahora es urgente que el odio lo reemplace».
459
«No, no, no temas nada», responde el insolente,
460
«nuestra amante no tiene tan violento el ánimo;
461
y aunque lo tuviera, el poder que me asignan,
462
me pone en condiciones de no temer a nadie.
463
Dependerá, si quiero, de mí desde mañana,
464
el que la banda real ciña sobre mi frente,
465
ayer la propia Eurídice me prometió de nuevo,
466
un lugar en su trono tanto como en su lecho»:
467
entonces como si alguien los hubiera inducido,
468
terminaron sin más, yéndose de paseo;
469
y yo me he venido con el fin de decíroslo.

ANDROMIRA
470
¡Dioses! ¿Qué es lo que has dicho?

HARPALICE
Lo que debía bastar,
471
para haceros juzgar que es la Realeza,
472
la que hace que os desprecie con esa tal grandeza.
473
Pensad como si fuerais una aguda romana,
474
que al lado de la Reina lo contará esta noche.

ANDROMIRA
475
¿Por qué, pues, Harpalice, impedir que la muerte
476
con un destino acabe tan funesto e indigno?

HARPALICE
477
Porque vuestras desgracias sí pueden remediarse,
478
si queréis soportar tan solo que os ayuden.

ANDROMIRA
479
¿El aspecto de un mal de la fuerza del mío,
480
puede encontrar su cura?

HARPALICE
Yo bien la encontraría:
481
Périandre nos pierde, y el meollo del asunto,
482
es que pronto y sin ruido hay que romper el nudo.

ANDROMIRA
483
¿Utilizar querrías un remedio sangriento?

HARPALICE
484
¡Ah! Señora, apagad este cegador fuego,
485
y pensad que es lo justo, y en vuestro beneficio,
486
expulsar a un ladrón de vuestra sucesión,
487
un joven ambicioso, un cruel seductor,
488
que os roba de las manos el cetro y el honor,
489
un corsario del mar que se cree Caballero,
490
y que quizá provenga de un esclavo de Roma,
491
y quien para excitar tantos locos amores,
492
utiliza hechizos, y los trucos de magia.
493
Por ahí él corrompe a las almas bien nacidas,
494
y a la Reina y a vos os tiene fascinadas,
495
ya que habiendo hasta ahora vivido castamente,
496
ceden una y otra ante su gran encanto:
497
y de esa hermana suya, tan dulce y delicada,
498
apuesto mi honor a que es su concubinaNXNota del traductor

Harpalice, el personaje mejor trazado por Mairet, que conduce la trama de destrucción, utiliza una prolepsis narrativa (anticipación en el tiempo).

,
499
y el nexo de unión entre él y la Reina,
500
como lo atestigua su discurso de hoy.
501
Limpiad, pues, nuestras costas de esta fatal pareja,
502
para no perder todo, salvad lo que os queda.

ANDROMIRA
503
¿No podría hallarse un remedio más suave?

HARPALICE
504
No.

ANDROMIRA
¡No! Salvadme, pues, me pongo en vuestras manos,
505
con tal que la acción pueda llevarse a cabo,
506
antes de que ellos cuenten mi culpa a la Reina:
507
a veces la vergüenza ante el amor cedía,
508
y el amor ahora, lo mismo hace a su vez.

HARPALICE
509
Pero ahora, Señora, para apoyar la trama,
510
debe el Príncipe Amintas entrar en nuestra liga.
511
Su interés es cierto, pues él os ama mucho;
512
en fin, que solo él, puede hacer el trabajo.
513
Si quiere la desgracia que la cosa se sepa,
514
esta muerte en su nombre, mejor se recibiera:
515
y si la Reina aún quisiera resentirse,
516
tiene siempre en su mano con qué garantizarnos.
517
Voy, pues, a buscarlo; mas contra vuestro hábito,
518
cuando habléis con él ponedle buena cara.

ANDROMIRA
519
Adiós, sabré forzarlo en cuanto a todo esto,
520
no obstante, dejadme que descanse un poco.

Fin del segundo acto


ACTO III

ESCENA I

AMINTAS, HARPALICE

AMINTAS
521
¡Dioses! Cuando me dijo que estaba obligada
522
a aceptar mi amor que había ignorado,
523
y a mi fe restituir su admirable carácter,
524
no voy a mentir, me asombró lo que dijo;
525
mas cuando vi la Muerte en su cara pintada,
526
y cuando me contó de su queja el motivo,
527
la indignidad del hecho tanto me irritó,
528
que de no impedírmelo tus muy buenos consejos,
529
iba a enviar a esta alma desleal a los Infiernos,NXNota del traductor

Se refiere a Périandre.

530
aunque hubiera estado en la Cámara Real:
531
y realmente ahora no me asombra nada,
532
si nuestra casta Reina le da tanta importancia,
533
y si a veces su boca abierta a su alabanza,
534
nos lo magnificaba de una inusual manera:
535
mas tanto me asombra lo que ella contaba,
536
que yo no sospechaba el mal que ella hacía.

HARPALICE
537
El infortunio a veces es bueno para algo;
538
Señora (y recibid su fe que yo os traigo)
539
me juró por sus Dioses que si vos la servís,
540
compartiréis el bien que vos le procuréis:NXNota del editor

Es decir: “compartiréis con Andromira el trono (el bien) al que habéis contribuido a salvar”.

541
ella había propuesto, ya que es muy humana,
542
que los llevaran presos a alguna isla lejana:
543
pero es mucho mejor que sean exterminados,
544
devueltos a las olas que antes nos los trajeronNXNota del traductor

Evidente referencia a Périandre y Virginia.

.

AMINTASNXNota del traductor

En la edición original, en esta y en otras ocasiones, Mairet escribe por error “Andromira”, en lugar de “Amintas”, debido sin duda al parecido de las grafías iniciales.

545
Desde el momento en que hablo, nuestro hombre, Périandre,
546
salvo que haya un milagro debe ya estar muerto:
547
el que debe perderlo es un escita anónimoNXNota del traductor

Escitia era la región euroasiática habitada por los pueblos escitas desde el siglo VIII a. C. hasta el siglo II d. C., al norte del Mar Negro. En la Antigüedad los escitas eran considerados salvages y bárbaros.

,
548
que tengo a sueldo desde hace dos o tres días,
549
que no perdonará a ese elegante jovenNXNota del traductor

Las referencias a Périandre tienen un matiz despectivo.

,
550
si no cambia por él su carácter feroz.
551
Escucha en dos palabras la orden que he mantenido,
552
para castigar de este insolente el orgullo:
553
hice esta nota al Jefe de un cuerpo de guardia,
554
de un tal Fuerte Marino, por estar frente al mar:
555
«Alguien, de inmediato, temiendo llegar tarde,
556
irá a preguntaros, y saber de mi parte
557
si se cumplen mis órdenes, ejecutadlo rápido,
558
de él guardaos la espada, y arrojadla al mar:
559
hecho eso, sabréis que soy generoso,
560
cuando hay que contentar a los que bien me sirven».
561
Luego con mi anillo, con el sello bien puesto,
562
quise que pronto uno de los míos lo llevara,
563
a fin que él creyera, tener el tiempo para
564
pensar en los soldados que debía elegir.
565
Después saber yo pude por la vuelta del paje,
566
que cumpliría todos los puntos del mensaje,
567
convoqué a Périandre, a quien hice que oyera,
568
palabras tales que estas, a fin de deslumbrarlo:
569
«Si no hubiera juzgado vuestra extrema bravura,
570
digna de mi estima y de mi indulgencia,
571
o si yo no supiera cómo tan sabiamente,
572
aunáis el valor con el discernimiento,
573
yo no os tomaría por un ministro fiel
574
del gran plan que yo tengo para la ciudadela,
575
y que en poco tiempo será llevado a cabo,
576
siempre y cuando yo me encuentre bien servido:
577
por eso, de inmediato, por caminos ocultos,
578
como si os pasearais por nuestros parapetos,
579
entrad en ese fuerte que lo mandará alguien,
580
y enteraos si está todo tal cual he ordenado».

HARPALICE
581
¿Y el fuerte está lejos?

AMINTAS
A unos quinientos pasos.

HARPALICE
582
Hay que enviarlo urgente.

AMINTAS
Realmente no lo dudes.

HARPALICE
583
Esto va muy bien.

AMINTAS
Lo he hecho aún mejor;
584
le he dicho a tu hijo que atravesara el Bósforo,
585
con la orden de acercar a nuestros litorales,
586
los bajeles que Asia mantiene en sus puertos,
587
y que me sirvan para repeler la afrenta,
588
que hay que aprehender de una amorosa rabia:
589
si la Reina tuviera la sospecha más mínima,
590
de que esta trágica obra es por la culpa nuestra,
591
puedes estar segura que, como Amante y Reina,
592
ella nos mostraría su poder y su odio,
593
pero como a tu hijo, con vistas a obligarlo,
594
no lo he llamado como un simple mensajero:
595
la buena opinión que tengo en su prudencia,
596
lo he puesto al corriente de nuestra confidencia.
597
Pero en cuanto a la hermana, ¿qué tienes decidido?
598
¿Qué ejecutor tienes?

HARPALICE
Tal y como quería,
599
tengo yo dos sobrinos, bravos y casi adultos,
600
osados, manos rápidas, y en la masacre criados.

AMINTAS
601
¿Son esos Zénodore, y Pharnace el Rojo?

HARPALICE
602
Ellos mismos, felices de que los conozcáis:
603
mas por una desgracia común a buena gente,
604
poco han participado en los bienes de la suerte.
605
Así, la bolsa abierta, y el dinero en la mano,
606
los gané aludiendo al cebo de la ganancia:
607
dentro de poco irán al jardín de la Reina,
608
por el lado en que el Mar exhibe su orilla;
609
lugar salvaje, donde yo la conduciréNXNota del traductor

Se refiere a Virginia.

,
610
pensad que es más experta mi mente que la suya.

AMINTASNXNota del traductor

De nuevo, la edición original pone por error “Andromira”, en lugar de “Amintas”.

611
¿Y si también sucede que ante sus encantos,
612
pierden el valor ellos, y deponen las armas?

HARPALICE
613
No hay nada en este mundo que no sea peligroso,
614
por eso quise yo valerme de los dos:
615
con uno bastaría para un golpe tan fácil;
616
mas, si uno de los dos fuera tan poco hábil,
617
que se moviera por amor, o compasión,
618
que al menos el otro hiciera su trabajo,
619
y que no sucediera salvo extrema desgracia,
620
que los dos a la vez la tarea olvidasen:
621
me voy de aquí ahora a echar el mortal cebo,
622
que debe hacer venir a mi víctima al altar;
623
mientras por otro lado vos veáis a la SeñoraNXNota del traductor

A Andromira.

,
624
a la que he alegado vuestra llama amorosa,
625
hasta ahora, y por poco que los Dioses nos ayuden,
626
ella nunca tendrá más marido que vos.
627
Así que aprovechad mi mediación y el tiempo.

AMINTASNXNota del traductor

Nuevo error en el original, mencionando a “Andromira” en lugar de “Amintas”.

628
Cerciórate también respecto a mi promesa,
629
que al cambiar mis palabras en resultados sólidos,
630
tanto tú como tu hijo sentiréis mis provechos.
631
Haré que sea tan grande, que los grandes de Épiro
632
aunque lo vean raro, no osarán decirlo.

ESCENA II

PHILANAX, y su esclavo

PHILANAX
633
¿Así que, te han dicho que tendremos buen viento?

ESCLAVO
634
Muy bueno, pues sopla el viento de Levante.
635
Tenéis el mejor navío de la flota,
636
y lo he equipado con un excelente Piloto.
637
Además buena hamaca, y muy bien suspendida,
638
tan ancha como larga, cuando está extendida.

PHILANAX
639
Eso está muy bien, pero dime Clitandro,
640
¿el ruido que acabamos de oír es el Mar?

ESCLAVO
641
Sí, Señor, es el Mar.

PHILANAX
¿Estamos, pues, también
642
cerca de Fort-Marin?

ESCLAVO
No está lejos de aquí:
643
¿queréis ir allí?

PHILANAX
Mi alma está en duda,
644
¿iré al cuerpo de guardia, o seguiré mi ruta?
645
No, el placer tengamos, antes de ir al puerto,
646
de saber de qué modo el personaje ha muerto.
647
Muerto está, pues mucho antes de que de allí viniera,
648
estaba de camino por la orden del Príncipe.
649
Vamos, llévame allí, estaré poco tiempo.

ESCLAVO
650
Seguid, está muy cerca de donde arde ese fuego.

ESCENA III

EL CAPITÁN ESCITA, CUATRO SOLDADOS

EL CAPITÁN ESCITA
651
Es el lugar, amigos, do pasará la presa,
652
que para enriquecernos nos envía el Príncipe;
653
este cruce desierto en sus alrededores,
654
no deja ni un testigo del golpe que daremos:
655
os elegí con tino, desde el cuerpo de guardia,
656
y que vuestros colegas atención no prestaran:
657
porque además el hecho es así más secreto,
658
y que la recompensa es más grande también.

UN SOLDADO
659
Me pregunto por qué a el Generalísimo,
660
no lo juzgan las leyes, si cometió algún crimen.

CAPITÁN
661
Si tiene o no derecho, para hacerlo matar,
662
nada bueno ganamos preguntando al respecto.
663
Esa razón de Estado, con que todo se esboza,
664
no tiene en cuenta siempre las razones del otro.
665
Tratemos solamente de bien llevar a cabo
666
lo que ha ordenado.

ESCITA
Si de matar se trata,
667
no tengáis miedo alguno, se cumplirá el encargo.

OTRO
668
Paz, alguien se acerca; es el hombre, ¡qué muera!

OTRO
669
Son dos.

CAPITÁN
¿Y qué? El otro es solo un lacayo,
670
esperemos que ambos caigan en la trampa.

ESCENA IV

PHILANAX, EL ESCLAVO, EL CAPITÁN ESCITA, CUATRO SOLDADOS

ESCLAVO
671
Señor, ahí hay gente que a mí no me parece
672
que el bien quieran hacer.

PHILANAX
Vamos, cagón, camina;
673
son nuestros camaradas que no nos harán nada.

ESCLAVO
674
Lo dudo.

PHILANAX
Abordémoslos: Buenas noches, Señores,
675
¿está servido el Príncipe según él lo desea?

CAPITÁN
676
Nuestra ejecución es aún imperfecta,
677
pero inmediatamente ante ti acabaremos:
678
golpead, compañeros.

PHILANAX
¡Oh, Dioses! Socorredme.
679
¡Ah! Vos me asesináis sin identificarme.

ESCITA
680
Muere, seas quien seas, y quien tu puedas ser.

PHILANAX
681
Clitandre, defendámonos, uno a otro animándonos,
682
si debemos morir, cual valientes muramos.

ESCLAVO
683
¡Ah! Mi amo, me muero.

CAPITÁN
Ya, miserable esclavo,
684
muere, y lleva al Infierno la ralea de bravo.

ESCENA V

PHILANAX, EL CAPITÁN ESCITA, CUATRO SOLDADOS
PÉRIANDRE que llega

[PÉRIANDRE]
685
Aprisa, es un ruido, como de combatientes,
686
¡Oh, indigno espectáculo! Mas sin perder más tiempo,
687
me alineo en el partido de aquel al que golpean,
688
¡Ah! Bribones, ¿sois diez para matar a un hombre?

CAPITÁN
689
Amigos retirémonos, nuestro hombre ha caído,
690
dejemos ahí a este, que no nos seguirá;
691
nuestra misión acaba ya de finalizar.

(salen)

PHILANAX
692
¡Oh, justicia del Cielo sufrida en mi perjuicio!
693
¡Que tu brazo caer pueda sobre mí claramente!

PÉRIANDRE
694
¡Ánimo, Caballero! ¿Qué es lo que yo veo?
695
¿Eres tú, Philanax?

PHILANAX
Sí, soy yo, Périandre:
696
por un revés del Cielo difícil de entender,
697
he caído en la trampa para vos preparada;
698
la ayuda, aunque vana, que me habéis prestado,
699
me fuerza a que un misterio antes de morir muestre,
700
que la fidelidad me ordena que no os diga.
701
Huid, quieren mataros: ¡ay! Si yo pudiera,
702
os contaría más, adiós, pierdo la voz.

PÉRIANDRENXNota del traductor

Soliloquio de Périandre.

703
¡Oh, Dioses! No hay torrente, viento, mar, rayo o llama,
704
que sea más furioso que mente de mujer,
705
si de vivo despecho su corazón infecto,
706
le hace odiar el objeto que había bien amado:
707
el Amor de Andromira en furor convertido,
708
ha hecho que este complot contra mí se tramara:
709
y yo estaría muerto, si el Cielo omnipotente,
710
el Cielo, que con gusto asiste al inocente,
711
de no ser por mi hermana, cuyo piadoso ejemplo,
712
me ha, por su sacrificio, parado en el Templo;
713
donde el tiempo que usé en rendir culto al altar,
714
me sacó claramente del peligro mortal.
715
Mas si los Dioses de este funesto azar me libran,
716
debo yo a mi cautela el salvarme del resto.
717
Este primer percance felizmente pasado,
718
me advirtió de un segundo que ahora me amenaza:
719
si vuelvo a ver al Príncipe, está fuera de duda,
720
que mi vida en su casa pueda estar segura;
721
siguiendo abiertamente su furioso propósito,
722
él hará que me claven un puñal en el pecho.
723
Si yo pienso de hecho salvarme do la Reina,
724
muy difícil será que allí no me sorprendan,
725
y que un Príncipe hostil sin miedo a Dios alguno,
726
allí por mí respete la pompa del lugar.
727
Por tanto, hay que alejarse; mas, ¿hermano cobarde,
728
dejarás a tu hermana en medio del diluvio?
729
¿Quieres abandonarla a crueles enemigos,
730
a quienes por poder todo está permitido?
731
¿A los violentos ímpetus de una amante irritada,
732
cuya alma es un mar de furia agitada?
733
No, aunque allí mil muertes fueran evidentes,
734
de las manos de estos tiranos apartémosla:
735
pero, ¡oh desgraciado, y débil Périandre!
736
Piensa bien en el plan que vas a emprender.
737
Este osado retorno no traerá ningún bien,
738
y puede anticipar tu desgracia, y la suya.
739
Tu no impedirás con dominio absoluto,
740
que ellos no urjan tu muerte, ya que lo han decidido.
741
La ira en sus corazones se despertará al verte,
742
perderán juntamente al hermano y la hermana,
743
sobre la que quizá no tengan deseo alguno,
744
de ejecutar un trance yendo contra su vida.
745
Huye, pues, do Fortuna quiera guiar tus pasos:
746
pero pienso en la huida, y no contemplo más
747
que mi erróneo destino, y el cauce de la guerra,
748
me cierran el camino por el mar y por tierra.
749
Nada entra en este Reino, y nada de él sale,
750
sin la orden de Amintas, que lo ordena así:
751
ve más bien a probar la fe del Rey de Tracia;
752
implora su ayuda, cuéntale tu desgracia,
753
y da por hecho que es hombre de gran nobleza,
754
para no conmoverse con tu hado desgraciado.
755
Es el único abrigo, y puerto en esta tormenta,
756
donde puedo avalar mi miserable testa;
757
visto, que sin temer la malicia de los míos,
758
desde nuestras trincheras doy el salto a las suyas.
759
Di que tus enemigos, al no poder por celos
760
sufrir ya por más tiempo de tu vida el reposo,
761
han obligado al Príncipe a este golpe desleal,
762
que desmiente la gloria de un coraje real.
763
Sí, mi moderación, cubrirá vuestro oprobio,
764
le contaré tan solo la mitad del relato;
765
Princesa, que ha jurado mi muerte por su rabia,
766
aunque vos me arrasarais, yo no os arrasaré:
767
vuestro amor provoca odio, y yo os lo perdono,
768
el efecto es malo, pero la causa es buena.
769
Tan pronto como esté al amparo del Rey,
770
prevendré a mi hermana para que esté atenta;
771
probando que estoy vivo por mi propia escritura,
772
le comunicaré toda mi aventura.
773
Partamos; mas mi espada, en este último esfuerzo,
774
me ha hecho mala jugada, cojamos la del muerto:
775
las dudas que levantan los lugares, y la hora,
776
no me recomiendan que la deje con él.

ESCENA VI

LOS ESCITAS de vuelta

ESCITA
777
Veamos primeramente si este desesperado,
778
no está aún allí.

OTRO
No, él se ha marchado.

CAPITÁN
779
Avancemos, por Hércules; en caso de que vuelva,
780
pretendo golpearlo tanto que lo recuerde.

OTRO
781
Creo que el valiente no estará tan loco.

CAPITÁN
782
VamosNXNota del traductor

El original Sus: “interjection dont on se sert pour exhorter, pour exciter. Sus mes amis, sus donc, levez-vous. Or sus dites-nous. Style familier” (Dictionnaire de l'Académie française, 4ème édition).

, llevad los muertos con piedras en el cuello,
783
mucho antes al mar, dentro de una lancha,
784
mientras que Bronte y yo, por el bien de la tropa,
785
iremos con el Príncipe, y del acto cumplido,
786
cobrar por todo el grupo el sueldo prometido.
787
Su espada, por cierto, buscadla para mí,
788
es de nuestro servicio una importante prueba,
789
ninguna otra nos piden excepto esta espada.

ESCITA
790
Capitán, aquí tiene, idos pues a llevarla,
791
la encontré partida a dos pasos de su amo.

CAPITÁN
792
La custodia me basta para reconocerla.

ESCENA VII

HARPALICE, VIRGINIA

HARPALICE
793
Tan bien lo hice que viene donde quiero llevarlaNXNota del traductor

Este primer verso es un soliloquio.

,
794
vamos, hijita, vamos, venid a pasearos;
795
salid y dispersad esa melancolía,
796
que veréis de nuevo, vuestra bella Italia.
797
El tan querido anciano, que creéis perdido,
798
puede ser que mañana volváis a encontrarlo,
799
y que el mismo golpe propicio de fortuna,
800
que salvó a los hijos, habrá salvado al padre.

VIRGINIA
801
¡Eh! Señora, los Dioses os quieren escuchar.

HARPALICE
802
Sin embargo, Preciosa, debemos alegrarnos:
803
¿Seréis de mi gusto? Encuentro esta orilla,
804
más agradable y dulce por cuanto es salvaje.
805
Es el lugar más bello al que optar la vista pueda,
806
para pasear el cuerpo y la mente a placer:
807
pues el pie que se encuentra con una arena blanda,
808
yace allí al andar más de lo que se cansa;
809
y en la paz que reina en esta orilla yerma,
810
la mente alegre o triste sueña allí libremente.
811
¡Dioses! Dejé la llave colgada en mi arqueta;
812
si alguien allí hurgara con mano indiscreta,
813
hallaría papeles que están por encima,
814
que no me gustaría que los hubieran visto;
815
corro, pues, a cerrarla con vuestra anuencia,
816
y acelerar mi vuelta con toda mi energía.

(se va, dejando a Virginia)

VIRGINIA
817
Quédate, hasta el momento que te mande llamar,
818
importuna.

HARPALICE
Esta vez la veremos morir.

ESCENA VIII

VIRGINIA, hablándole al Mar

[VIRGINIA]
819
¡Oh, elemento engañoso! ¡Oh, Mar! ¿Es verosímil
820
que, bajo la apariencia de una calma apacible,
821
ocultes los furores que te vi vomitar,
822
que de solo pensarlo me hacen estremecer?
823
Tal y más dulce aún parecía tu rostro,
824
una hora antesNXNota del traductor

En el texto original, Mairet utiliza el adverbio “auparavant”, en lugar de la preposición “avant”, por razones evidentes de métrica. Este uso sería condenado por el gramático Vaugelas, dado que “auparavant” es adverbio y no debía desempeñar el papel de una preposición (Claude Favre de Vaugelas: Remarques sur la langue française: utiles à ceux qui veulent bien parler et bien écrire. Paris: Pierre le Petit, 1647 -Paris: Éditions Champ Libre, 1981).

de esta invencible tormenta,
825
que nos hizo sentir tu infidelidad y
826
la pérdida de un Padre por siempre añorado.

ESCENA IX

ZÉNODORE, PHARNACE, VIRGINIA
ZÉNODORE y PHARNACE, saliendo de la emboscada

[ZÉNODORE y PHARNACE]
827
Hermano, la ocasión ahora la pintan calvaNXNota del traductor

“No hay que vacilar, sino tener decisión y diligencia para no perder las oportunidades que se presenten, pues no suelen aparecer dos veces.”
En la mitología grecorromana, la diosa Ocasión era representada sin pelo, excepto por encima de la frente. De esa forma se simbolizaba la dificultad de no perder la oportunidad de algo cuando se presenta de frente y cómo resulta prácticamente imposible detener su curso. También se alude a la diosa Ocasión en la locución adverbial «por los pelos», que se aplica para indicar el escaso margen existente a veces para conseguir o perder algo (v.g.: «aprobó el curso por los pelos»; «perdió el autobús por los pelos»). Cervantes cita esta paremia (El Quijote II 31), refiriéndose a Sancho. (https://cvc.cervantes.es › lengua › refranero)

,
828
está sola, tratemos de deshacernos de ella,
829
y primero pongámosla en medio de nosotros.

VIRGINIA
830
Está llegando gente, ¿debo alejarme de ella?
831
No, mi alejamiento fuera quizá motivo
832
para que sospecharan de alguna cosa mala:
833
al menos Harpalice pronto estará conmigo.

ZÉNODORE
834
Señora, morir debe.

VIRGINIA
Yo morir, ¿y por qué?
835
¿Qué he hecho, que merezca una venganza tal?

PHARNACE
836
No es este un misterio de nuestra comprensión.

VIRGINIA
837
¿Pero me conocéis?

ZÉNODORE
Sí, para vuestra ruina,
838
y la nuestra también, ya que nuestro valor,
839
en lugar de emplearse en una hazaña insigne,
840
por necesidad cumple esta tarea indigna.

PHARNACE
841
Son bonitos cumplidos, pero innecesarios;
842
pongamos mano a la obra, y no nos demoremos:
843
vamos, espada en mano.

VIRGINIA
844
Périandre amado, adiós.

(cae ella, y ellos se clavan sin querer las espadas)
ZÉNODORE agonizando

[ZÉNODORE]
845
¡Oh, muerte! Con justicia me has hecho aprender,
846
que hay un brazo en el Cielo que castiga los crímenes,
847
y los hace recaer sobre los que los hacen.

VIRGINIA levantándose

[VIRGINIA]
848
¡Dioses! Cuya bondad me salva por milagro,
849
¡qué extraño contratiempo! ¡Qué horrible espectáculo!
850
Ambos no participan en el brillo del Cielo:
851
huyamos muy lejos de estos sitios funestos,
852
Donde se ve inmolados sobre el altar del crimen,
853
a los que sacrifican, en lugar de a la víctima.

ESCENA X

LA REINA yendo a dar un paseo, SU ESCUDERO, HARPALICE

LA REINA
854
¿Cuál de los dos paseos te parece más bello,
855
jardines o praderas, en tierra o en el mar?

EL ESCUDERO
856
Hasta que luego el viento retenga su aliento,
857
si queréis, Señora, id hasta la orilla,
858
veréis como el paseo os resulta agradable.

HARPALICE, que quiere desviar a la Reina de ir allí

[HARPALICE]
859
Jamás creer podríais que allí el aire es malo.
860
Lo sé porque anteayer fui allí de paseo,
861
y luego regresé enferma en extremo.

LA REINA
862
No importa, sano o no, solo daré una vuelta,
863
y creo que debido a la belleza del día,
864
tendremos, de pasada, el placer de pescar.

HARPALICE
865
Este deseo me incordia, tengo que impedirloNXNota del traductor

Este primer verso del parlamento de Harpalice es un monólogo consigo misma.

:
866
Señora, desde luego vuestra Majestad
867
arriesga, sin deberlo, su tez y su salud;
868
si supierais cuánto les es nocivo el aire,
869
con razón vos diríais, que quiero disuadiros.

LA REINA
870
Bueno, ¿quién querría quedarse mucho tiempo?

HARPALICE, viendo regresar a Virginia

[HARPALICE]
871
¿Qué es esto, mis sobrinos, han fallado el golpe?
872
¿Veo volver a mi víctima que se les ha escapado,
873
sin vestigio alguno de haber sido golpeadaNXNota del traductor

Los tres versos son un soliloquio de Harpalice.

?

ESCENA XI

LA REINA, SU ESCUDERO, HARPALICE, VIRGINIA
VIRGINIA, acercándose a la Reina

[VIRGINIA]
874
Señora, alejaos de estos sitios expuestos,
875
donde vais a encontrar a seres desdichados,
876
cuyo horror aún tengo sobre el rostro grabado.

HARPALICE
877
¡Para mí estas palabras son un golpe mortalNXNota del traductor

Soliloquio.

!

LA REINA
878
¿Ha salido del seno de este vasto Elemento
879
algún horrible monstruo?

VIRGINIA
Señora, en absoluto.

LA REINA
880
¿Entonces?

VIRGINIA
Por favor, permitidme que acabe;
881
al igual que ahora yo soñaba en la playa,
882
a la cual me atrajo esta misma Señora,
(señalando a Harpalice)
883
que por algún asunto de inmediato se fue:
884
dos hombres, o más bien, dos tigres sanguinarios,
885
su sadismo ocultando en rostros bonachones,
886
me pusieron entre ellos, y desde el inicio,
887
estaban preparados para poder matarme.
888
Los dos tiraron una estocada mortal,
889
y el miedo a la muerte, natural en cada uno,
890
me hizo desfallecer corazón y rodillas,
891
y caer sin heridas, mientras daban sus golpes.

LA REINA
892
¡Buen Dios! ¡Qué buena suerte!

VIRGINIA
893
Señora, lo que queda,
894
es mucho más insólito, así como más grave;
895
enfrente uno de otro, los dos al mismo tiempo
896
quisieron golpearme.

HARPALICE
¿Qué es lo que yo oigo?

VIRGINIA
897
Mas habiendo su furia turbado con mi caída,
898
ellos se atravesaron con sus propias espadas,
899
así, debo mi vida al temor de morir,
900
y solo mi flaqueza socorrerme ha podido.

HARPALICE
901
¡Considerad, un tanto, qué insolente audacia!
902
¿Y hasta a qué punto ha aumentado la rabia?
903
¡Hacer de los jardines de vuestra Majestad,
904
el teatro sangriento de su perversidad!

LA REINA
905
Mas tú misma, ¿por qué la llevaste allí
906
a esta macabra orilla, y luego abandonaste?

HARPALICE
907
Señora, lo admito, me equivoqué, es cierto,
908
y que habría sido culpable de su muerte;
909
pero la exigencia de un asunto urgente,
910
caer me hizo, a mi pesar, en este ingenuo error.

LA REINA
911
Y si tanto decías que el aire era insano,
912
¿por qué llevarla allí?

HARPALICE
Lo hice sin intención.

LA REINA
913
Bueno, pues trataremos de hallar el origen,
914
desde donde este crimen cogió su odiosa ruta:
915
regresemos, mientras que se llevan a estos muertos,
916
seguramente alguien reconozca los cuerpos;
917
y en cuanto a ti, mantente lo más cerca de mí.
(dirigiéndose a Virginia)
918
Vamos.

ESCENA XII

HARPALICENXNota del traductor

Soliloquio.

[HARPALICE]
Estoy vencidaNXNota del traductor

El original: “C'est fait de moi”, es el título de un célebre poema de Vincent Voiture (1597-1648), muy similar al conocido de Lope de Vega que comienza por “Un soneto me manda hacer Violante…”; en los dos poemas el tema es la metapoesía, es decir la reflexión sobre la naturaleza discursiva de la propia poesía.

, la Reina de mí duda,
919
y si no soy prudente, con lo que aprecié,
920
podrá hacer que pase por un amargo trago.
921
Antes de que el Sol nos enseñe su luz,
922
seré presa, al ver que ellos son mis sobrinos:
923
pero antes que te pierdan, debes perderlo todo,
924
y osada ser llevando hasta el final el crimen.
925
Mentira, Falsedad, Impostura, Malicia,
926
acudid caros Diablos, a ayudar a Harpalice.
927
Valor, gracias a ti, de concebir acabo
928
un don tal que al infierno no lo muestra tan negro:
929
La muerte de estos tontos que obrar bien no supieron,
930
asienta mi fortuna, en vez de destruirla,
931
de ahí debo sacar las armas necesarias,
932
y oponer a la Reina un sorprendente ataque.
933
No te demores más, pintan la ocasión calva,
934
si el crimen te pierde, que el crimen te salve:
935
pero antes que nada es preciso primero,
936
saber si Périandre sin duda está muerto.
937
Ve a ver para ello al Príncipe y la Princesa,
938
y embrolla el asunto con tanta habilidad,
939
para que tu provecho sea el de ellos tambiénNXNota del traductor

Es decir, que el interés o el provecho del asunto para Harpalice, coincida con el del Príncipe (Amintas) y el de la Princesa (Andromira).

,
940
que tu caer no puedas si ellos no caen también.

Fin del tercer acto


ACTO IV

ESCENA I

ANDROMIRA, AMINTAS

ANDROMIRA
941
Juicios, restos vejados de una azorada llama,
942
que, por eternizar la confusión en mi alma,
943
querríais a destiempo darme remordimientos,
944
para un temerario y digno de mil muertes.
945
Adiós, mi alma más sana no quiere conoceros,
946
falleced con aquel que os hizo nacer:
947
aprended que no encaja para las nobles mentes,
948
soportar sin venganza un injusto desprecio,
949
y que la tolerancia y el amor ofendidos,
950
tienen derecho a hacerse furores insensatos:
951
pero, ¿cómo es que Amintas está ya de regreso?

AMINTAS (enseña la espada)

[AMINTAS]
952
Señora, el insolente ya no está en este mundo,
953
esta es una prueba segura de su muerte.

ANDROMIRA
954
¡Ay, sensible dolor! ¡Cómo esta alma altanera,
955
sin vos iba a causarme escándalo y angustia,
956
y cómo bien sabéis satisfacerme hoy!
957
Vivo por esta muerte, y juro que ni un ser,
958
salvo vos tendrá parte en el bien que me ofrece.

AMINTAS
959
Además, no es el único en bajar a los infiernos,
960
alguien que lo seguía, y que lo ha defendido,
961
por una misma suerte siguió su aventura,
962
y ambos en el mar tuvieron sepultura.

ANDROMIRA
963
Mi mente, en adelante, ya no debe temer,
964
con tal que el secreto no se vuelva a airear.

AMINTAS
965
Los cuatro ejecutores de este cruento misterio,
966
obligados están por el pago a callarse:
967
cierra el oro su boca, además que si quiero,
968
tengo mil ocasiones de deshacerme de ellos.
969
Las fosas enemigas son bello cementerio,
970
donde puedo enterrar a una falange entera.

ANDROMIRA
971
Queda, pues, por saber cómo ha llevado a cabo
972
el plan de Harpalice.

AMINTAS
Esperad, aquí está,
973
que viene muy a tiempo ella misma a decírnoslo.

ANDROMIRA
974
El estupor se plasma en su pálido rostro,
975
temo alguna desgracia.

ESCENA II

ANDROMIRA, AMINTAS, HARPALICE

HARPALICE
¡Señor, todo va mal!
976
¡Jamás hubo desgracia semejante a la mía!
977
Ella está sana y salva, ella vive la bruja
978
y los míos, por contra, han mordido el polvo.

AMINTAS
979
¿Y cómo?

HARPALICE
Ella dice, que en dos golpes de furiaNXNota del traductor

El original: “coup fourré”, es un término de esgrima; en la esgrima con espada el “tocado doble”, cuando los dos tiradores son tocados, habrá golpe doble, es decir un tocado para cada uno.

,
980
en lugar de golpearla se ensartaron entre ellos.

ANDROMIRA
981
No hay ninguna razón que me haga comprender,
982
cómo tan burdamente han podido fallar.

AMINTAS
983
Parece que uno de ellos por su encanto hechizado,
984
por piedad ha querido de la muerte librarla:
985
y el otro en su deber más firme y más fiel,
986
sufrirlo no ha podido, de ahí su disputa.

HARPALICE
987
En fin los dos han muerto, y lo peor que veo es
988
que todas las sospechas recaerán sobre mí.
989
Los reconocerán, y yo, por conjeturas,
990
seré hecha prisionera, y me torturarán,
991
y apenas este cuerpo, ya débil y cascado,
992
callará el secreto de lo que ha pasado.
993
Esforzaos, en un hecho de tanta importancia,
994
confiad en mi muerte antes que en mi constancia:
995
por favor, impedidme, haciéndome morir,
996
el que muera mil veces, y el que os descubra.
997
Vamos, pues, no temáis, activad mi destino
998
quizás algunos meses, quizás algunos años:
999
si Périandre está muerto, como creo que está,
1000
con gusto dejaré el sol que me disgusta.

AMINTAS
1001
Esta espada atestigua que dejó de vivir:
1002
pero no se deduce que debas tú seguirlo.

ANDROMIRA
1003
¿Cómo? ¿Por nuestro bien, sacrificar tus días?
1004
No, no, ya trataremos de bien justificarte;
1005
y temes, sin razón, que alguien acometa,
1006
por simple conjetura, el causarte aflicción:
1007
lo peor que te sucede, siendo de mi familia,
1008
es tener por un tiempo el cuarto por prisión;
1009
y mi crédito aún, no es tal para que dude,
1010
que con solo mi honor, puedas tú ser absuelta,

HARPALICE
1011
Señora, haría daño a vuestra autoridad;
1012
o la ignoraría, de tener duda alguna:
1013
mas pensad que un mar que no tiene ribera,
1014
mucho menos temible es, y estragos menos causa,
1015
que una mente amorosa hasta el último punto,
1016
cuando un poder supremo se une a su furia;
1017
y conozco razones que aprehender me hacen,
1018
que incluso hasta vos se extienda su rabia.
1019
Vos también las sabéis.

AMINTAS
No, el poco poder o
1020
el que pueda tener la Reina sobre nosotros,
1021
nada me impedirá el serviros, Señora,
1022
con toda mi energía, y con toda mi alma,
1023
solo vos sois mi Reina, vuestros ojos los Reyes,
1024
y de vos solamente yo respeto las leyes:
1025
mi hermano el Mar dominaNXNota del traductor

Esta alusión se refiere a los versos 584-588, aunque en ellos Amintas había encargado al hijo de Harpalice, Philanax, que acercara la flota al Bósforo, sería una muestra de cariño por parte de Amintas a Harpalice, considerando al hijo de esta su hermano.

, yo mando sobre tierra;
1026
y si hay que encender la antorcha de la guerra,
1027
los dos con vuestra anuencia, fácilmente podemos,
1028
hacer que arda el Estado en tal conflagración,
1029
que la Reina y los suyos no puedan apagar.

HARPALICE
1030
La guerra trae secuelas que son para temerlas,
1031
mucho mejor sería perderla, y salvarnos
1032
usando una invención que acabo de encontrar.
1033
O, por mejor decirlo, que algún Dios me ha inspirado,
1034
para a los dos sentaros en el Trono de Épiro.
1035
Nimios son los rivales, y mi propia desgracia,
1036
será, si os parece, de lo que ellos se ocupen.

ANDROMIRA
1037
¿Y cómo será eso?

HARPALICE
Pues que, sin más demora,
1038
debéis acusar a la Reina y Périandre.

AMINTAS
1039
¿De qué?

HARPALICE
De intolerancia; y sobre esta base
1040
construiré yo su ruina, y vuestra ascensión.
1041
No pudiendo ya ser a la vez juez y parte,
1042
decid que la Señora estando advertida
1043
de un fuego tan impúdico, y tan mal consumado,
1044
quiso que ustedes mismos estuvieran instruidos,
1045
cual si se interesara porque la sucia práctica,
1046
no implicase al Estado de una vergüenza pública;
1047
y que la Reina en fin, a un tan querido amante
1048
no fuera a convertirlo en indigno marido.

ANDROMIRA
1049
¿Y sobre tus sobrinos?

HARPALICE
Debéis tener paciencia:
1050
añadid, si os parece, que habiendo sospechado,
1051
(y de ahí se aduce la muerte de mis sobrinos)
1052
que a los jardines fueron con sus fuegos impúdicos,
1053
donde se sabe que ibanNXNota del traductor

La Reina y Périandre.

sin otra compañía,
1054
que la de la querida confidente Virginia,
1055
vos habríais mandado a estos dos desgraciadosNXNota del traductor

Los sobrinos de Harpalice.

,
1056
descubrir yendo allí su secreto amoroso,
1057
y que al ser descubiertos por los padres del crimen,
1058
los hicieron llevar a la orilla del mar,
1059
para añadir el crimen a la inmoralidad.
1060
Ahora para la hermana,

AMINTAS
Es la dificultad.

HARPALICE
1061
Ni más ni menos, ya es oscura y criminal,
1062
por la acusación que hacemos contra ella;
1063
su historia es, además, tan absurda de creer,
1064
que lejos de agraviarnos, va a abogar por nosotros.
1065
La historia que ella cuenta no tiene convicción,
1066
y una ficción y eso no muestran diferencia:
1067
mientras lo que decimos, aunque sea inventado,
1068
tiene todos los visos de ajustarse a verdad.
1069
Y a menudo se han visto cosas muy verosímiles,
1070
mucha más fe alcanzar que las más verdaderas;
1071
por mi parte, el relato haré literalmente
1072
de lo que Périandre y Virginia dijeron,
1073
de lo que soy testigo, o que el Cielo me arrase;
1074
la costumbre al respecto exige indagarlos,
1075
y que por separado sean interrogados,
1076
en los distintos casos que serán inculpados.
1077
Périandre ahora ha muerto, y aunque Virginia
1078
no confiese jamás lo que debe negar,
1079
su muerte, proclamada como una evasión,
1080
es el tema mayor de su consternación.
1081
Todo el mundo creerá que tan pronta ausencia,
1082
es efecto del miedo, y de escasa inocencia:
1083
no dudéis que asimismo la charla familiar,
1084
que la Reina a menudo con el Hidalgo tuvo,
1085
y de la que la Corte fue testigo ocular,
1086
impresión causaría en las mentes del vulgo.

ANDROMIRA
1087
Todo lo que tú quieras, pero esta impresión,
1088
creo que no aporta nada a su convicción.

HARPALICE
1089
Aporta que la crean justamente acusada,
1090
y que nuestro proyecto sea más asequible.

ANDROMIRA
1091
Sí; ¿mas solo un testigo?

HARPALICE
Uno la forzará
1092
a pagar por los crímenes de que la acusarán.
1093
Ahora no puede hacerlo, puesto que es criminal,
1094
Por más bondad de mente que se encuentre en ella.

AMINTAS
1095
La esperanza que tiene, y que puede encontrar,
1096
es que, en caso de crímenes arduos de demostrar,
1097
las armas son el único y último camino,
1098
por el que la antigua ley permite apelar:
1099
si por casualidad hace uso de la ley,
1100
podrá verse de Amintas el valor y la fe;
1101
su gloria en esta lucha puede ser solo extrema,
1102
ya que, al haceros Reina, él se convierte en Rey,
1103
o ahí dejando aliento, tiene el gran consuelo
1104
de poder demostraros por su muerte su amor.

ANDROMIRA
1105
Más bien preferiría siempre estar sojuzgada,
1106
que reinar a expensas de una vida tan buena.

HARPALICE
1107
Eso no ocurrirá, pero es importante
1108
que el Señor, de hecho, sea vuestro luchador:
1109
pues junto a su mérito que no tiene igual,
1110
su rango admirará a todos los corazones,
1111
de modo que la Reina tendrá duro hallar,
1112
un brazo que contra él la quiera sostener.

ANDROMIRA
1113
Muy bien, pero me queda en el alma un escrúpulo.

HARPALICE
1114
¿Cuál?

ANDROMIRA
Que, si yo reino, ella debe morir.

HARPALICE
1115
Realmente morirá, pero no será porque
1116
el rigor de las leyes establezca su muerte.
1117
La muerte a la infiel pena, y la antigua ordenanza,
1118
solo con el exilio castiga el desenfreno:
1119
testigos Fedra y TegnisNXNota del traductor

En la historia de Épiro no se menciona a ninguno de estos dos personajes, ya que el primero de ellos no es la célebre Fedra (que no fue exiliada).

que en la Antigüedad,
1120
por una falta igual el cetro abandonaron,
1121
dejando de llevar el timón del Imperio,
1122
al sucesor más próximo de la casa de Épiro:
1123
esta es la real senda que debéis andar,
1124
para aspirar al trono, y luego a él llegar;
1125
si el corazón tenéis de rechazar la afrenta,
1126
o si es bastante grande para una obra tan densa.

AMINTAS
1127
Señora, algún Dios va y nos tiende la mano,
1128
sus consejos no son solo de mente humana:
1129
nos los sugiere el Cielo con tal de confundirnos,
1130
si pronto vos y yo de alegar no tratamos.
1131
El quiere echar el vicio, y situar la virtud
1132
en el trono real que era de vuestros padres.
1133
Por menores asuntos se tienta la fortuna,
1134
Señora, hay que atreverse.

ANDROMIRA
Me complace, hagámoslo.
1135
Comenzad el trabajo, y a la vez recordad,
1136
que es nuestro destino el que acometéis.

HARPALICENXNota del traductor

Harpalice se queda sola en el escenario.

1137
La cosa está en el punto en que lo he deseado,
1138
mi crimen está envuelto, mi cabeza segura,
1139
y muy pronto de manos de un nuevo Rey veremos,
1140
que llueven mil favores a mi hijo y a mí.

ESCENA III

PÉRIANDRE, CLÉARQUE, Rey de Tracia

PÉRIANDRE
1141
Esta, Señor, es la real y fatal aventura,
1142
que hoy me ocasionan la envidia y la impostura.

CLÉARQUE
1143
bendecir debo el mal que te ha acontecido,
1144
ya que yo tengo el bien de haberte conocido,
1145
y así contribuyo a conservar la vida,
1146
de aquel que hace poco casi me la arrebata.

PÉRIANDRE
1147
Vos sabéis defenderla con un valor tan grande,
1148
que no puede atacarse sin que uno se dañe.

CLÉARQUE
1149
Vos, sin embargo, hicisteis el examen opuesto,
1150
mas yo amo la virtud allí donde la encuentre;
1151
la amo en Périandre, y creo que se permite,
1152
que se la recompense hasta en sus enemigos.

PÉRIANDRE
1153
Salvo el interés de la Reina Eurídice,
1154
no hay servicio alguno que yo no os hiciera,
1155
y os engañaría con un ruin cumplido,
1156
si por educación de otro modo os hablara.

CLÉARQUE
1157
¡Cuán grato fue a los Dioses que lo satisficieron,
1158
cuando la compensaron con un tan gran tesoro!
1159
Mas siguiendo este diálogo bien quisiera saber,
1160
cómo, y por qué fortuna ella os pudo tener.

PÉRIANDRE
1161
Preciso es, gran Rey, que yo os importune,
1162
de mi familia hablándoos, y de mi infortunio.
1163
En cuanto a mi familia, cierto es que poco sé;
1164
mi Padre, sin embargo, decíame a menudo,
1165
que siempre había sido educado en Roma:
1166
pero que nací griego, y muy buen caballero,
1167
que por grandes motivos que un día me diría,
1168
obligado se vio a cambiar de destino;
1169
y que un viaje por fin me enseñaría más
1170
del sitio en que nací, y de mi ascendencia.
1171
Como de hecho tres meses apenas han pasado,
1172
de la noche en que estando nosotros abrazadosNXNota del traductor

Virginia y Périandre.

:
1173
«Hijos míos», nos dijo «el paso de veinte años,
1174
debe haber desviado el paso del destino.
1175
Bastante hemos estado entre el pueblo romano,
1176
debemos ir a otro, yéndonos ya mañana».
1177
Por la mañana, al alba, y sin dejarnos libres
1178
de poder despedirnos, nos puso en el Tíber;
1179
este río impetuoso nos acoge y nos lleva
1180
hasta el mar espumoso del mar que lo recibe:
1181
la lancha allí dejamos, y cogimos un barco,
1182
que navegar debía por la noche a Épiro.
1183
De hecho, tan pronto como se echó la noche encima,
1184
del lado de la tierra se alzó un viento fresco,
1185
y con cantos de júbilo todos los marineros,
1186
dirigieron la nave a la ruta de Grecia.
1187
No quiero aquí indicar con todos los detalles,
1188
el mapa del camino que nosotros seguimos;
1189
los puertos que hemos visto, qué famosas ciudades,
1190
el número ni el nombre de las tierras e Islas;
1191
basta con que sepáis que durante unos días,
1192
nuestra nave tomó un rumbo favorable:
1193
ya avistado habíamos vuestras montañas tracias,
1194
Atos, HemoNXNota del traductor

De los tres montes, Athos o Atos no está situado en Tracia, sino en la Península Calcídica, al norte de Grecia.

, Ródope, conNXNota del traductor

Según una tradición: “Hemo es uno de los hijos de Bóreas y Oritía, y hermano, por tanto, de los ‘Boréadas’ Calais y Zetes, aun cuando su nombre se mencione sólo en tradiciones de origen reciente. Casó con Ródope, hija del dios-río Estrimón, y reinó con ella en Tracia. Les nació un hijo, llamado Hebro, epónimo del río de este nombre. Hemo y Ródope tuvieron la osadía de hacerse rendir culto, adoptando, respectivamente, los nombres de Zeus y Hera, y en castigo de este sacrilegio fueron transformados en montañas (el monte Hemo y el Ródope)” (Pierre Grimal: Diccionario de mitología griega y romana. Edición revisada, con bibliografía actualizada por el autor. Prefacio de Charles Picard. Prólogo de la edición española de Pedro Pericay. Traducción de Francisco Payarols, Barcelona-Buenos Aires: Ediciones Paidós, 1982, p. 237).
Están descritos en:
a) Las Metamorfosis de Ovidio:
A la tracia Ródope contiene el ángulo uno, y a su Hemo,
ahora helados montes, mortales cuerpos un día,
(Libro VI, vv. 87-89; traducción de Ana Pérez Vega).
b) Pseudo-Plutarch: “Des noms des fleuves et des montagnes, et des choses remarquables qui s'y trouvent”, dans: Œuvres morales de Plutarque, traduites du Grec par Ricard, tome cinquième, Paris: Lefèvre, 1844, XI Le Strymon, III:
Près de ce fleuve sont les monts Hémus et Rhodope. Un frère et une sœur ainsi nommés s'aimaient très tendrement; Hémus donnait le nom de Junon à sa sœur, qui, de son côté, l'appelait Jupiter. Les dieux, irrités de leur impiété, les transformèrent en deux montagnes qui prirent leur nom.

sus frentes heladas;
1195
cuando una nube negra se formó de repente,
1196
que en sus gruesos costados encerraba al trueno,
1197
la oscuridad en el aire se espesó al instante,
1198
el viento se agitó, las olas se agrandaron,
1199
el Piloto, al que el arte y los riesgos pasados
1200
mostraban los que entonces nos tenían retados,
1201
gritó: «Arrien las velas, y prepárense todos,
1202
para combatir contra la más feroz tormenta,
1203
que alguna vez turbara la calma de las olas»;
1204
nada más terminar estas francas palabras,
1205
cuando el Cielo entreabierto, nos declara la guerra,
1206
con un rayo, seguido luego por un gran trueno;
1207
y como si ese ruido señal hubiese sido,
1208
para aterrorizarnos con un normal asalto,
1209
un diluvio de lluvia, un ciclón de granizo,
1210
con rayos, y relámpagos descargó en revoltijo.
1211
Y tuvimos razón en temer igualmente,
1212
que el barco naufragara o que se incendiara.
1213
Pocos rayos de luz perforaban lo oscuro,
1214
mas solo por hacernos a los seres más fúnebres,
1215
y mostrar en la frente de los viejos marinos,
1216
la imagen de la muerte vagando por las olas,
1217
que a veces descendían a valles abismales
1218
y otras se elevaban en montañas de sal:
1219
de tal forma que creo que la ola alcanzó,
1220
hasta la región del fuego que apagó,
1221
ya que la ira del Cielo al fin disminuyó,
1222
cuando el Mar y los vientos las suyas continuaron,
1223
tanto que los marinos sin valor ni talento,
1224
dejaron al navío en manos de la suerte.
1225
Gran parte, medio muertos, al fondo en la bodega,
1226
mientras que el Piloto tembloroso y pálido,
1227
vino a avisarnos que la nao agua hacía,
1228
que la esperanza última solo estaba en el barco,
1229
y que antes de que alguien se atreviera a tomarlo,
1230
debíamos llevarlo rápidamente al mar.
1231
Allí nos empleamos con un esfuerzo tal,
1232
que al fin este esquife sacamos de la orilla.
1233
Mi Padre y el PilotoNXNota del editor

En el texto original: “Nocher”: s. m. Celui qui gouverne, qui conduit un vaisseau. Il n'a guère d'usage qu'en poésie. «Un habile Nocher» (Dictionnaire de L'Académie française, 1ère édition). Pilote (Furetière: Dictionnaire universel).

bajaron los primeros,
1234
para así ayudarnos a mi hermana, y a mí,
1235
¡Ay! Esto era algo para enfriar mi dolor;
1236
ella pasó casi de mis brazos a los suyos,
1237
cuando una gran ola, ¡Dioses! Puedo decirlo,
1238
separó, despegando, el bote del navío.
1239
En esta extremidad juzgad lo que yo hice,
1240
juzgad que fue de este desventurado hijo,
1241
y lo que fue también de esta amada hermana,
1242
que quedó en mis brazos inerte y desmayada:
1243
si bien poco faltó para que el talud de agua,
1244
cobrara de mis manos esta preciosa carga;
1245
la fuerza que tenía fue apenas suficiente,
1246
para sacar su cuerpo de dentro de la nave,
1247
que, sin velas ni mástiles, algún tiempo después,
1248
naufragó tristemente cerca de estas costas,
1249
golpeada por el fuego, agua, viento y la tierra,
1250
que entre cien arrecifes la rompió como vidrio.
1251
Entonces, cuál si el golpe la obra hubiera acabado,
1252
la tormenta amainó, cuál se había elevado:
1253
los reacios elementos sus peleas terminaron,
1254
se serenó el Cielo, y las olas se aplanaron.

CLÉARQUE
1255
Estoy muy nervioso de saber cómo vos,
1256
os pudisteis salvar.

PÉRIANDRE
1257
Señor, mi hermana y yo,
1258
en la estrecha amistad que une nuestras almas,
1259
abrazados estábamos, para morirnos juntos,
1260
cuando el Dios del Mar, quizá piedad teniendo
1261
por nuestra juventud, y por nuestra amistad,
1262
nos arrojó a la arena, con otros dos o tres,
1263
para que sus desdichas denotasen las nuestras.
1264
Luego unos campesinos que a la orilla acudieron,
1265
y que nos socorrieron con gran humanidad,
1266
por una generosa y dulce gentileza,
1267
vinieron con nosotros cerca de PlaisanceNXNota del traductor

Hay una ciudad italiana de ese nombre (en italiano: Piacenza), pero no hay constancia de ninguna en Grecia.

,
1268
donde nos acogió y acoge la Reina,
1269
que de nuestra memoria suprimiría el duelo,
1270
si entre esta dicha la amistad paterna,
1271
no hiciera en nuestras almas la tristeza eterna.

CLÉARQUE
1272
¿Por qué no creéis que los Dioses lo han salvado,
1273
de la misma manera que os salvó a vosotros?

PÉRIANDRE
1274
Porque en este peligro albergar esperanzas,
1275
es querer esperar contra toda apariencia.
1276
Mas, Señor, sin ser yo descortés me atreviera,
1277
a pedir una gracia a vuestra Majestad,
1278
os suplicaría que me dijerais vos mismo,
1279
los motivos secretos de este odio extremo,
1280
por los que vuestro reino, y el nuestro, han sufrido,
1281
los males que acarrea una facción contraria.

CLÉARQUE
1282
Aunque la evocación de mi pasada gloria,
1283
en mi estado actual aflige mi pensar;
1284
admito, sin embargo, la rememoraciónNXNota del traductor

El original: ‘ramentevoir’, es un término de “ancien français”; E. Verlac, en su Dictionnaire synoptique de tous les verbes de la langue française, 1850 (reeditado en 1865) considera el verbo como “tout à fait hors d’usage”. Su desuso se explica por la proximidad semántica del verbo ‘rappeler’.

,
1285
ya que afecta al hecho que queréis saber.
1286
Sabed, pues, que antaño la dicha de mi vida,
1287
habría dado envidia a los Reyes más ufanos:
1288
mis vecinos temíanme, mis súbditos me amaban,
1289
fuera en la paz o en guerra, feliz de mis proyectos:
1290
y ante todo feliz en el yugo de Himeneo,
1291
que hizo por entero mi lecho afortunado.
1292
Esposé a Philacté, hija del Rey de Pont,
1293
que deseaba ver Grecia, y sus juegos olímpicos:
1294
allí vi con su muerte mi primera desgracia,
1295
y el último lamento de la dicha de Tracia.
1296
Pues después que la fiesta con cien juegos distintos,
1297
prendara a la mitad de los ojos de la tierra,
1298
y hasta Philacté quedase arrebatada,
1299
dio ella a luz un hijo, que le costó la vida.
1300
Este reo, sin embargo, tan bello como ingenuo,
1301
fue contra mi tristeza remedio poderoso:
1302
el hijo se llevó mucho dolor amargo,
1303
que ocupaba mi mente por perder a su madre.
1304
Mas, ¡ay! ¡Él mismo ha sido asaz desde entonces,
1305
la causa de la mía, y de mis largos tedios!
1306
Solo él fue objeto de guerras obstinadas,
1307
que libran Tracia y Épiro, desde hace veinte años:
1308
pues por la ira del Cielo, que lo quiso así,
1309
Oronte Rey de Épiro tuvo una hija también,
1310
de modo que hubo que, según costumbre antigua,
1311
criarlos juntamente en su más tierna edad.

PÉRIANDRE
1312
¿Y por qué esa costumbre?

EL REY
Es verdad que, en esto,
1313
vuestra mente por cierto busca clarificarse:
1314
mas para que tengáis todo el conocimiento,
1315
preciso es que abordemos el tema desde antes.
1316
Supongo que aquí todo el mundo conoce,
1317
de Dodona el oráculoNXNota del traductor

Ciudad-santuario en la antigua Grecia, Dódona es uno de los lugares arqueológicos más reconocidos de Épiro. Sus construcciones se sitúan a 22 kilómetros al sur de Ioannina, y fueron el hogar del Oráculo de Dódona, el más antiguo de Grecia. Los yacimientos de Dódona se encuentran al pie del Monte Tomaros. Cuenta la leyenda que una paloma llegó desde Tebas, Egipto, y se posó sobre un roble en Dódona, en una clara señal de que ese era el lugar en que debía erigirse un santuario consagrado a Zeus, convirtiéndose el lugar en un centro de culto, en el que el roble sagrado pasó a ser el mediador entre Zeus y las sacerdotisas que se instalaron en el santuario.

, y el ruido que hizo:
1318
porque que su fama ya se extiende a los dos Polos,
1319
y si no me equivoco estas son sus palabras.

ORÁCULO
1320
El Cielo a su capricho midiendo su poder,
1321
quiere que de la sangre de Tracia, y de Épiro,
1322
nazca el invencible y joven Conquistador,
1323
que sobre toda Asia extienda su Imperio:
1324
pero el Padre y la Madre acabarán el Hado
1325
junto a su propia muerte.
1326
Este ambiguo Oráculo, cuya amenaza asombra,
1327
ha llenado de miedo a una y otra Corona,
1328
y al ser común a todos el miedo de morir,
1329
ni una unión desde entonces se ofició entre nos:
1330
pero nuestra Ascendencia tuvo la gran prudencia,
1331
de que desde la infancia igual leche mamáramos,
1332
con el fin de que ya que la unión no nos permiten,
1333
que eso por lo menos nos cree buenos amigos;
1334
es la razón por la que elegimos un Mago,
1335
a quién, fatalmente, y para nuestra desgracia,
1336
se confió el amparo de los dos hijos, Príncipes,
1337
a los que entonces vio por una última vez.
1338
Pues un tiempo después, ¡oh, cuán duro recuerdo!
1339
prendió el fuego en el cuarto de los niños, con furia,
1340
que todos los criados despiertos por las llamas,
1341
pensando socorrerlos los hallaron quemados.
1342
Se vio en el incendio huesos horripilantes,
1343
huesos desgarradores por el furor del fuego,
1344
que prueban que con ellos el Mago Calidor,
1345
y la propia nodriza perecieron también:
1346
sin embargo, esta pérdida común a ambos cetros,
1347
para mí fue materia de un nuevo infortunio.
1348
Oronte como Padre, ante el ruido del daño,
1349
guarda los sentimientos de un extremo dolor:
1350
y como rival suyo deja volar su mente,
1351
viéndome como ancestro del vencedor de Asia,
1352
yo desdeñé al Destino, cuyo Oráculo siempre,
1353
los días desafiaba del Padre y de la Madre;
1354
que había yo enfocado en el Mago y la Nodriza,
1355
que el incendio tan solo era un artificio,
1356
que yo ocultaba a su hija, y que yo la educaba,
1357
y que la conservaba para esposar a mi hijo.
1358
Con esta opinión, raíz de tantas guerras,
1359
asalta mis castillos, y devasta mis tierras.
1360
Por mi parte, primero, y ante todo le expuse
1361
mis razones que nunca pudieron aplacarlo.
1362
Cerca del EstrimónNXNota del traductor

El Estrimón era un río de la antigua Tracia, el más largo después del Axios.

las tropas se enzarzaron,
1363
y desde el primer choque las suyas recularon.
1364
El Rey joven, valiente, se esforzó vanamente,
1365
encarando a los míos, que empujaban con fuerza.
1366
Llegados a este límite, su daño creer le hizo,
1367
que podría matándome parar nuestra victoria.
1368
Así, contra mí, vino en un último esfuerzo,
1369
obligando a mi espada a tener que matarlo.
1370
Cara muerte, sin móvil, que ha causado otras muchas,
1371
tanto entre los míos como entre los vuestros,
1372
ya que hace veinte años que no hay riesgo en el que,
1373
la Reina no me ponga, con el fin de vengarla;
1374
al punto que el esfuerzo de sus triunfantes armas,
1375
con quitarme amenaza el cetro de mis Padres,
1376
reducido dejándome en este triste fuerte,
1377
en el que estoy resuelto a vender bien mi muerte.

PÉRIANDRE
1378
Si los Dioses, en cambio, concedieran mis súplicas,
1379
zanjaría la paz su odio, junto a vuestras desgracias:
1380
mas, Señor, si agradara a vuestra Majestad,
1381
enviar a la ciudad un Heraldo emisario,
1382
pactando un día de tregua entre vos y la Reina,
1383
a mi hermana escribiera, por la que estoy inquieto,
1384
y vos me adularíais con un buen acto egregio.

CLÉARQUE
1385
Sí, buen Périandre, vamos, vale la pena hacerlo.

Fin del cuarto acto


ACTO V

ESCENA I

PÉRIANDRE, UN HERALDO

PÉRIANDRE
1386
Pero ahora, Heraldo, ¿qué dicen en Bizancio?
1387
¿Qué piensan de la Reina, y de su inocencia?

HERALDO
1388
Como no todo el mundo hace el mismo juicio,
1389
hablan de ella, Señor, de modos diferentes:
1390
pero todos con una tristeza y voz común,
1391
como desgracia pública, lamentan su infortunio.

PÉRIANDRE
1392
Y la bella extranjera, ¿estaba ayer noche
1393
muy confusa, y muy triste?

HERALDO
Por lo que pude ver,
1394
por el dolor extremo que ella manifestaba,
1395
tan afligida estaba como se puede estarlo:
1396
sin embargo, la carta que, de parte del rey,
1397
bastante hábilmente recibió de mi mano,
1398
devolvió el bermellón a su pálido rostro,
1399
de modo que la Reina le prestó atención,
1400
y en su recibidor requirió al instante,
1401
de donde era mi envío de hace algún tiempo.

PÉRIANDRE
1402
Me sorprende, no obstante, cómo hacerlo pudisteis,
1403
ya que a mi criterio no es lo habitual,
1404
que una reina acusada aún tenga el poder,
1405
de acceder a una tregua, o querer aceptarla.

HERALDO
1406
Señor, cuando llegué, el cuerpo de justicia,
1407
solamente reunióse para oír a Harpalice;
1408
de modo que la Reina con total libertad,
1409
aún pudo hacer uso de su autoridad.

PÉRIANDRE
1410
Mas ¿si durante el tiempo de tratar la cuestión,
1411
se hubiese ella escapado?

HERALDO
Perdido hubiera el caso,
1412
la Corona, el honor de que privarla quieren,
1413
seria lo peor que pudiera pasarle;
1414
ni siquiera se cree que el Senado ordene
1415
a gente ajena a ella para que la vigilen.
1416
Su pueblo le conserva un especial respeto,
1417
y, además, quien la acusa es muy sospechoso.

PÉRIANDRE
1418
Adiós, me has dicho todo lo que quiero saber.

HERALDO
1419
Muy engañado estoy, si no eres PériandreNXNota del traductor

Reflexión del heraldo.

.

ESCENA II

PÉRIANDRE solo

[PÉRIANDRE]
1420
¡Gran Dios! ¿Dudar puedo de que tus potentes manos,
1421
giren a tu capricho los destinos humanos?
1422
Si por algo asombroso tan rápido cual raro,
1423
casi en un mismo día mi fortuna varía.
1424
Ayer yo solo obraba para destruir al que,
1425
bajo su protección puedo yo resguardarme.
1426
Ayer me halagaban, hoy ya me ofenden:
1427
ayer el falso Amintas mi valor exaltaba,
1428
y este Príncipe hoy, baldón de los guerreros,
1429
cree haber en Cipreses trocado mis LaurelesNXNota del traductor

Alusión a la simbología de los dos árboles: el ciprés simboliza la muerte y el laurel la victoria militar

:
1430
y creyendo, erróneamente, que mi muerte ha causado,
1431
la inocencia incrimina en la Reina acusada.
1432
¡Dioses! ¿Cómo en el tiempo que encierran dos Soles,
1433
pueden tener lugar sucesos como estos?
1434
Pero veamos de nuevo la querida escritura,
(lee la carta)
1435
donde mi triste hermana me cuenta su aventura:
1436
mi Reina sí, hermana, iré a socorreros,
1437
con el firme deseo de vencer, o morir.
1438
¡Oh, Princesa inocenteNXNota del traductor

Alusión a Eurídice.

, tanto como magnánima!
1439
¿Deben nuestras desdichas haceros desgraciada,
1440
y que el beneplácito con el que nos honráis,
1441
sea causa de las penas que se os avecinan?
1442
¡Ah! Pérfido instrumento de nuestras inquietudes,
1443
el más ruin y oscuro impostor de los hombres;
1444
Amintas, cuyo crimen oprime la virtud,
1445
ante tu muerte próxima, ¿qué sangre verterás,
1446
que para pagar baste la menor de sus lágrimas?

ESCENA III

CLÉARQUE, PÉRIANDRE

CLÉARQUE
1447
Périandre es el momento ya de tomar las armas,
1448
vemos ya desde lo alto de nuestros murallones,
1449
que el pueblo al Palacio llega de todos lados.
1450
Para ti, mi escudero ha encontrado armas,
1451
las mejores del mundo, y las mejor probadas.

PÉRIANDRE
1452
Tarea es solo de Dioses la de recompensaros,
1453
por un bien cuyo precio supera el pensamiento.

CLÉARQUE
1454
Es tan solo el deber de un alma magnánima,
1455
acudir en ayuda de aquellos que se oprime:
1456
pero ¿me amas bastante, para aclararme un punto
1457
que debes conocer?

PÉRIANDRE
Señor, no lo dudéis.

CLÉARQUE
1458
Admite francamente que por algún motivo
1459
acusan a la Reina, debe haber algo oculto.

PÉRIANDRE
1460
La sospecha injuriosa ofende por demás,
1461
a su pura inocencia, y a vuestro buen juicio,
1462
¡Señor! Pensad mejor de una virtud tan alta.

CLÉARQUE
1463
¿Por qué? Excusaría tu mérito su falta,
1464
puede que no me creas lo bastante discreto,
1465
tú quizá lo eres mucho para tan gran secreto:
1466
no es sin un motivo que yo te lo pregunto.

PÉRIANDRE
1467
No sigáis persistiendo en un error tan grande:
1468
la Reina es inocente, ¡que el Infierno si miento,
1469
para mí solo invente nuevas expiaciones!

CLÉARQUE
1470
Vamos, quiero creerte, y en esta convicción,
1471
desde hoy contra todos emprendo su defensa.

PÉRIANDRE
1472
Gran Rey, recordad que me habéis prometido,
1473
que estaré presto para ver a mis enemigos:
1474
es por mi mano que ella espera la victoria,
1475
que debe revestirla con su primera gloria.

CLÉARQUE
1476
Al menos tú no puedes envidiarme la dicha,
1477
de que sea tu segundo.

PÉRIANDRE
Es exceso de honor,
1478
que glorificaría al gran Dios de la guerra,
1479
y que solo recibo con la rodilla en tierra.

ESCENA IV

CALIDOR, CIUDADANO

CALIDOR
1480
Y dices que se llaman hermano, hermana entre ellos,
1481
¿pero crees que lo son?

CIUDADANO
No estoy muy seguro;
1482
obviando que sus rostros no se parecen nada,
1483
un cariño tan fuerte une sus voluntades,
1484
que muchos han pensado que presumiblemente,
1485
ellos eran hermanos de nombre solamente.

CALIDOR
1486
Puede ser que así sea, pero por favor, dime,
1487
¿crees que acudirán los dos a la plazuela?

CIUDADANO
1488
Virginia debe estar, y Périandre no.

CALIDOR
1489
¿Périandre, por qué no?

CIUDADANO
Debido a, eso dicen,
1490
que se oculta por miedo, o emprendió la fuga,
1491
y en esto ha basado el Príncipe su búsqueda,
1492
todos saben que anoche, como yo os he dicho,
1493
estaba en Bizancio, según las buenas fuentes,
1494
por sus gestas en este combate de la gloria,
1495
que casi terminó con la muerte de Cléarque:
1496
mas hoy, sin embargo, ya no está allí,
1497
de modo que el Príncipe insiste sobre ello,
1498
y saca de su huida una pista idónea,
1499
de la poca decencia de la que culpa a Eurídice.
1500
Adiós, sabio extranjero, tengo un poco de prisa,
1501
para ir donde ya el pueblo está reunido.

CALIDOR solo

[CALIDOR]
1502
¡Oh tú, cuya sapiencia es un profundo piélago!
1503
¿Acaso escapé de la furia del agua,
1504
para ver los sucesos que acabo de escuchar,
1505
que desde hace veinte años traté de evitar?
1506
Si es cierto que la espada parricida del hijo,
1507
en la sangre paterna casi empapada estaba,
1508
y que la tormenta haya perturbado a la hija,
1509
y la honra de la Madre está tan agitada,
1510
que apenas podrá ver su primera bonanza;
1511
conformaos ¡Grandes Dioses! Con la sola amenaza,
1512
y no permitáis que importantes desgracias,
1513
a mi vejez deparen los peores dolores;
1514
vosotros que guiais todo con resortes ocultos,
1515
por el bien de los cándidos, frenad estos tumultos:
1516
os voy a rezar hasta el pie del altar,
1517
do el fin esperaré de esta lucha mortal.

ESCENA V

LA REINA, HARPALICE, AMINTAS, ANDROMIRA, EL CAPITÁN DE LA GUARDIA, EL CANCILLER, PÉRIANDRE, EL REY
LA REINA, con Virginia y los acusadores en la plaza del Palacio

[LA REINA]
1518
Ya que mi propia sangre contra mí se rebela,
1519
y asimismo el rigor de mi destino es tal,
1520
que se puede fundar la razón de mis jueces,
1521
en una fuga de la que ellos son los autores,
1522
dado que sin duda ellos han destruido a Périandre,
1523
bien para hurtarme un brazo que podía apoyarme,
1524
como por ser excusa de los supuestos crímenes,
1525
de los que ambos somos por ellos acusados;
1526
en vano intentaría usando quejas frívolas,
1527
de bien justificarme tan solo con palabras.
1528
Sé muy bien el estado en que ahora me encuentro,
1529
y que no debo hacerlo y que tampoco puedo.
1530
Así pues, he bajado al lugar donde estamos,
1531
con el fin de rendirme al juicio de los hombres,
1532
esperando que el Cielo, mi único apoyo,
1533
un defensor me envíe tan justo como fuerte:
1534
si el destino quisiera que una injusta victoria,
1535
de mis perseguidores la gloria autorizara,
1536
y que Marte, irritado para colmo de males,
1537
traicione mi inocencia con su intrepidez,
1538
sabed, pueblos de Épiro, y los pueblos de Tracia,
1539
que solo la impostura causó mi desgracia,
1540
y que el amor ciego del cetro que sostengo,
1541
suscita de los míos la maldad contra mí.

UN CAPITÁN de la guardia, a la Reina

[UN CAPITÁN]
1542
Señora, dos guerreros que de la Ciudadela,
1543
vienen para prestaros un devoto servicio,
1544
solicitan la lucha contra vuestros rivales.

LA REINA
1545
Decidles de mi parte, que se accederá a ello.

EL CANCILLER
1546
Antes que a estos guerreros los admitan en liza,
1547
vos, Príncipe Amintas, y vos vieja Harpalice,
1548
mantenéis el cargo?

HARPALICE
Por mi parte, mantengo,
1549
que todo es verdadero, y, como es mi deber,
1550
que la Reina es culpable de un crimen de amor.

AMINTAS
1551
Y yo que no es capaz de llevar el Imperio,
1552
no es que interés alguno, al haber recurrido,
1553
haga que sea exaltado contra su Majestad,
1554
sino el que me obliga por el bien de la patria,
1555
de la que este acto ruin su gloria ha deslucido.

ANDROMIRA
1556
Y yo, como Andromira, tengo que conservar
1557
la dignidad de un trono, al que puedo llegar.

VIRGINIA, a la Reina

[VIRGINIA]
1558
Consolaos, Señora, y ved con alegría,
1559
el deseado socorro que el Cielo nos envía.

(los combatientes entran)
AMINTAS, al verlos

[AMINTAS]
1560
El entretenimiento no será para todos,
1561
uno de los dos debe solo evaluar los golpes.
1562
al no haber decretado mano más que la mía,
1563
en este enfrentamiento se asienta mi destino.

PÉRIANDRE, al Rey de Tracia

[PÉRIANDRE]
1564
Aguantad, por favor, que tras lo que él ha dicho,
1565
entre solo al combate, que os está prohibido.

EL REY
1566
Ve, pues en esto tanto contra tus adversarios,
1567
segundos y terceros son poco necesarios.

(se dirigen al combate)

LA REINA
1568
¡Dioses! A quienes abro los secretos de mi alma,
1569
mostrad vuestra justicia castigando a los malos.

PÉRIANDRE
1570
Príncipe, morir debes, o pedir por tu vida.

AMINTAS, herido de muerte

[AMINTAS]
1571
Lo haría en vano, tus golpes me la quitan:
1572
mas para demostrarte que estoy derrotado,
1573
te entrego mi espada junto con mi escudo.

PÉRIANDRE
1574
¿Admitirás también que con toda justicia,
1575
la Reina es inocente?

AMINTAS
Es cierto que Harpalice,
1576
la criminalizó, y que en esta creencia,
1577
nos hemos conducido esta PrincesaNXNota del traductor

Alusión a Andromira.

y yo:
1578
eso unido al amor que le profesé siempre,
1579
hizo que hiciera mía su derecho y querella,
1580
así que si el Cielo nos mortifica hoy,
1581
es solo por el fraude y el crimen ajeno:
1582
mas siento que la muerte me corta la palabra,
1583
bella Andromira adiós, mi espíritu que exhala,
1584
jura que en los Infiernos sus ideas más dulces,
1585
serán las que el Amor le mantenga de ti.

(muere)

ANDROMIRA
1586
¡Oh! Amor infeliz, cuya prueba me mata,
1587
¡muy bien demostrado, muy mal reconocido!
(se lanza a los pies de la Reina)
1588
Señora, permitid que sin más dilación,
1589
pueda de inmediato abandonar la Corte,
1590
y acabar en la angustia de algún lugar desierto,
1591
junto a mi ambición y mis remordimientos:
1592
es el último efecto de excesiva bondad,
1593
que pide mi desdicha a vuestra Majestad,

LA REINA
1594
Quédate, prima mía, con esta certidumbre,
1595
que sin tener en cuenta el tiempo entre nosotras,
1596
viviré y trataré contigo desde ahora,
1597
con toda la franqueza que antes he vivido:
1598
basta con que se vea la bondad de mi causa,
1599
mi corazón, contento, no pide otra cosa.

ANDROMIRA
1600
Vuestra buena actitud en esta ocasión,
1601
mi azoramiento aumenta y mi arrepentimiento:
1602
Señora, por favor, adiós, yo me retiro,
1603
lejos de vuestra audiencia, lejos de vuestro Imperio.

(se va)

HARPALICE
1604
¡No tiene importancia tener razón o no,
1605
ya que todo aquí abajo lo rige el destino!
1606
¡Qué cierto es que, a los ojos de este Senado augusto,
1607
Marte al más feliz sigue, y no al que es más justo!

PÉRIANDRE que aún no se ha dado a conocer

[PÉRIANDRE]
1608
Demasiado imprudente es apoyar tu crimen,
1609
despreciando a los Dioses, que pueden castigarte,
1610
¿entiendes, habla ahora con quien puede objetarte?

(se quita la ropa de la cabeza)

HARPALICE
1611
Así los Muertos vuelven, con tal de confundirme.

PÉRIANDRE
1612
Si los Muertos volvieran, habría vuelto tu hijo
1613
a anunciarte su sino, que no te es conocido.
1614
Reconoce esta espada, aprende que era suya,
1615
que por su propia muerte la suerte la hizo mía.
1616
Y que supe por él, que me habían gestado,
1617
la trampa en que él mismo ha caído atrapado.

HARPALICE
1618
Tras de tantas desgracias con que soy perseguida,
1619
me odiaría, si pienso en prolongar mi vida.
1620
No, no, librémonos de este amargo pesar,
1621
que provocan en mí tantas trágicas muertes:
1622
los fuegos más ardientes, para expiar mis crímenes,
1623
tormentos no tendrán que no sean legítimos.
1624
Sí, todo lo que he dicho contra la Reina es falso,
1625
solo mi ambición causó tantos males:
1626
fui quien aconsejó con mente de MegeraNXNota del traductor

Una de las tres Erinias o Euménides, junto con Alecto y Tisífone; las tres perseguían y atormentaban a los criminales.

,
1627
el doble asesinato del hermano y la hermana.
1628
Fue, además, por mi engaño, y por mi propio crimen,
1629
que el Príncipe Amintas se atrevió a lo que hizo:
1630
mi confesión no surge de una feroz angustia,
1631
tan solo la verdad la sacó de mi boca.
1632
¿Por qué pues no disponen un fuego para mí?
1633
Es lo que yo deseo, y lo que me merezco.

CANCILLER
1634
Que su justo deseo se cumpla de inmediato,
1635
soldados, que la lleven a la muerte ahora mismo.

LA REINA
1636
Pueblo, incineremos con soplos e incienso,
1637
la imagen de los Dioses, buenos y poderosos:
1638
pero en cuanto a los Dioses, decidme Périandre,
1639
del extranjero el nombre que quiso defenderme.

PÉRIANDRE
1640
Señora, he jurado no deciros su nombre,
1641
mas creo, sin embargo, si os parece bien,
1642
que, en palacio, a vos sola, se hará conocer.

LA REINA
1643
Sois muy discreto; pero ¿quién puede ser?

PÉRIANDRE
1644
Que vuestra Majestad me excuse, por favor.

LA REINA
1645
Hacedlo venir, pues, hay que saber quién es.

(vuelve)

VIRGINIA
1646
Apresúrate, hermano, en venir a ver el gozo,
1647
en que siento que me ahogo dada tu salvación.

ESCENA VI

CALIDOR solo

[CALIDOR]
1648
Que este milagro alargue por doquier vuestros actos,
1649
¡Dioses! Cuya justicia tiene efectos tan bellos;
1650
que el lugar y el día, sean por siempre famosos,
1651
en el que habéis sacado la luz de las tinieblas,
1652
y hecho ver, claramente a ojos del Universo,
1653
que vuestro brazo azota tarde o pronto a los pérfidos.
1654
Mas nada sé al respecto, o el Cielo se dispone,
1655
a sacar a la luz algo mucho más grande.
1656
Sí, siento que el destino va a dar alumbramiento
1657
a algún imponente, y enorme evento,
1658
cuya creación requiere de la asistencia humana:
1659
démosle, pues, la nuestra, veamos a la Reina,
1660
la joya que nos dio se la devolveremos,
1661
y no temamos más a este astro infortunado,
1662
con quien por su propia hija fue ella amenazada,
1663
ya que junto al mal el temor ha pasado.

ESCENA VII

CLÉARQUE, EURÍDICE, VIRGINIA
CLÉARQUE que llega

[CLÉARQUE]
1664
Señora, aunque al final la furia de vuestras armas,
1665
haya inundado Tracia de sangre y de lágrimas,
1666
vuestra alma, sin embargo, solo se venga a medias,
1667
si no quitáis la vida al Rey vuestro enemigo:
1668
debéis tener su testa, y es, a fin de cuentas,
1669
lo que los más valientes para vergüenza hicieron,
1670
la proeza es más ilustre, solo a mí pertenece,
1671
que a vuestros pies entrega este Rey desdichado:
1672
aquí está su cabeza, y esta misma espada,
1673
que en la sangre de Orontes con pesar fue empapada,
1674
golpead, golpead sin miedo, este cuello que os rindo,
1675
acabad con un golpe las guerras de veinte años,
1676
dejaos de atacar insensibles murallas,
1677
golpead esta garganta, golpead estas entrañas,
1678
vengaos en este pecho, muy feliz, y muy vano,
1679
que expire por los golpes de una tan bella mano.
1680
Señora, ¿es así como vos deseáis,
1681
saciar y complacer vuestro odio con mi sangre?
1682
¿Teméis equivocaros siguiendo a vuestros ojos?
1683
No, no, yo sigo siendo ese odioso Cléarque,
1684
y el mismo rival que se ofrece en sacrificio.

EURÍDICE
1685
Ni yo para vos soy esa misma Eurídice,
1686
ni ya para mí sois ese odioso Cléarque,
1687
por cuyo detrimento molestaba a los Dioses:
1688
el odio más antiguo, y el más apasionado,
1689
cede ante las virtudes que me han encantado;
1690
y si arriba en el Cielo, como nadie lo duda,
1691
se afectan los espíritus por lo de aquí abajo,
1692
quiero creer por mí mismo que Oronte se ha enterado,
1693
de esta bella acción que hacia vos me obliga,
1694
y que os ha devuelto su primera amistad,
1695
por el honor prohibido de su casta mitad.
1696
Vivid, pues, oh gran Rey, en esta certidumbre,
1697
que nada hay que odie tanto como la ingratitud,
1698
pues solo medio día os logra por las buenas,
1699
lo que hubiera obtenido con veinte años de guerra.

CLÉARQUE
1700
¡Ah! Señora, ¿qué Rey tan poderoso y bravo,
1701
podría evitar morir cual vuestro esclavo?
1702
Por mi parte, estoy dos veces superado,
1703
por vuestro poderío, y por vuestra bondad.

VIRGINIA
1704
¡Dioses! Soy testigo de hechos portentosos,
1705
que jamás asombraran los oídos y ojos.

ESCENA VIII

PÉRIANDRE llevando a Calidor con la Reina, VIRGINIA, CLÉARQUE, EURÍDICE

VIRGINIA
1706
¡Padre mío! Señora, debo en este punto,
1707
olvidar ante vos la linde del respeto.

CLÉARQUE
1708
Señora, ¿por qué causa este cambio extremo
1709
que os vuelve de repente tan soñadora y lánguida?

EURÍDICE
1710
¿Y entonces? Cléarque, ¿seguís reconociendo,
1711
el fantasma animado del Mago Calidor?

CALIDOR, a sus hijos

[CALIDOR]
1712
Dejadme ya, dejadme, que hable con la Reina.

CLÉARQUE
1713
¡Ah! Señora, ¿es verdad que es su Sombra engañosa
1714
que de vagar se cansa en la orilla de los muertos?

CALIDOR
1715
No, Señor, es su propio y verdadero cuerpo,
1716
que de un crimen ingenuo viene a pedir clemencia.

EURÍDICE
1717
Testigo incurso de la desgracia de mi raza,
1718
¿por qué inoportuno vienes a recordarme,
1719
un retrato que el tiempo comenzaba a borrar?

PÉRIANDRE
1720
¡Hermana! ¿Qué es esto?

CALIDOR
Señora, lo confieso,
1721
me merecí el fuego, me merecí la ruedaNXNota del traductor

La rueda fue un método de suplicio utilizado en algunos países de Europa desde la Edad Media hasta la última ejecución en 1841, en Prusia. Se ataba al reo a un banco o a una cruz, para que el verdugo le rompiera fácilmente, con una barra de hierro, los huesos al condenado y que las extremidades pudieran ser dobladas y dislocadas por varias partes. Luego se colocaba al reo en una rueda de carro, de modo que los tobillos tocaran la cabeza, y se enganchaba la rueda a un eje clavado en el suelo, quedando la rueda elevada y en posición horizontal, con el condenado sobre ella. Una descripción perfecta del castigo es el cuadro Les Misères et les Malheurs de la guerre (1633) del dibujante y grabador francés Jacques Callot.

;
1722
pero con todo esto, si escucharme quisieran,
1723
el perdón obtendría de vuestra Majestad.

CLÉARQUE
1724
¿Lo escuchamos, Señora?

EURÍDICE
¡Ah! ¿Qué puede decirnos?

CALIDOR
1725
Apenas incendié el Castillo de Argira...

EURÍDICE
1726
¡Oh, Dioses!

CLÉARQUE
¿Y qué? Cruel, ¿lo hiciste a propósito?

CALIDOR
1727
Por favor, escuchadme, lo sabréis después:
1728
hui y me esfumé junto con la Nodriza,
1729
que en este gran proyecto fue la única cómplice;
1730
y que en el desorden bien cuidó de llevarse,
1731
las joyas más valiosas que encontrar pudimos.

EURÍDICE
1732
Observad; justifica el robo y el incendio,
1733
queda el asesinato.

CALIDOR
Permitid que os digaNXNota del traductor

El original “die”, como forma del subjuntivo del verbo “dire”, mantenido por la rima, se utilizó durante el siglo XVII.

,
1734
para ir abreviando: una nao preparada,
1735
que el día anterior habíamos reservado,
1736
nos llevó muy lejos a las llanuras húmedas...

CLÉARQUE
1737
¡Ay! Y sin embargo estos ímpetus pérfidos,
1738
descuidaban sin llanto a nuestros amados hijos,
1739
a la furia del fuego que habían encendido.

CALIDOR
1740
La nave que no hizo más que lo que queríamos,
1741
nos llevó recto a Roma donde determinamos
1742
ocultar nuestra huida, y vivir bien a salvo,
1743
del bien que con nosotros habíamos llevado:
1744
pero a los tres años la muerte de esta hembra,
1745
además del disgusto que quedó en mi alma,
1746
me dejó a los dos niños que veis aquí.

EURÍDICE
1747
¡Dioses! ¿Cómo es posible que haya crimen sin fallo?

CALIDOR
1748
Mas desde hace unos meses, como os habrán dicho,
1749
me propuse volver a Épiro con ellos:
1750
sabéis el modo en que se perdió nuestra nao,
1751
como es evidente que él ya os lo ha dicho.
1752
Para abreviar, el hado, lanzó nuestra chalupa,
1753
contra un corto bajío, quedándonos arriba,
1754
y un barco a la mañana siguiente apareció,
1755
que vio nuestra desgracia, rescatando la nave.
1756
Nos hizo tomar tierra en la Isla de CretaNXNota del traductor

En el original: “l'Île de Candie”: se trata de Creta, la isla más grande de Grecia y la quinta de tamaño en el Mar mediterráneo. El francés “Candie” (en castellano Candía, topónimo que deriva del latín candidus –“blanco”, que le aplicaron los marinos y comerciantes italianos de la Edad Media, nombre en uso hasta comienzos del siglo XX), proviene del nombre medieval de la ciudad. Los árabes, expulsados de España en el año 824, se establecieron en la isla, denominándola Al Ḫandaq, que se convertiría en “Candia” por los venecianos. Así, el ducado de Candia (o reino de Candia) fue de 1212 a 1669 una colonia de la República de Venecia.

,
1757
donde mi frágil mente causó la enfermedad,
1758
que a mi pesar me ha hecho largamente aplazar,
1759
mi regreso a Bizancio; do estoy desde ayer noche,
1760
para daros a ambos una prueba segura,
1761
de la fidelidad que yo os he jurado,
1762
y entregaros en mano un precioso depósito,
1763
que el Cielo me impidió entregároslo antes:
1764
os cogí a dos niños, a dos os devuelvo ahora,
1765
Virginia es una de ellos, y el otro Périandre.
1766
Os diré la manera en que esta hija e hijo,
1767
se creían abrasados, y por qué lo aireé,
1768
no, no, y recibidlos sin miedo a engaño alguno.

EURÍDICE
1769
Cléarque, escuchemos la voz de la natura,
1770
lo oigo cual si dijera a mi pecho satisfecho,
1771
“Acepta este regalo, soy yo quien te lo ha hecho”.

CLÉARQUE
1772
Esa es la misma voz que susurra en mi alma,
1773
estos niños son nuestros, Señora, abracémoslos,
1774
y no tardemos más en admitir un tesoro,
1775
que nos confirma en todo la fe de Calidor.
1776
Señora, observad cómo en los dos sus facciones,
1777
son de vos y de mí las imágenes vivas;
1778
tan solo ya nos queda una aclaración,
1779
sobre la confusión que hubo en el incendio,
1780
ya que encontraron cuerpos después de apagarlo.

CALIDOR
1781
Esos múltiples huesos fueron solo una treta,
1782
fui yo el que los puso para probar mejor,
1783
nuestra común desgracia, y escapar mejor.

EURÍDICE
1784
Mas ¿por qué esa huida y esas tretas culpables,
1785
que nos han arrancado lágrimas tan sinceras?

CALIDOR
1786
He aquí la Verdad que todo aclarará,
1787
y por la cual mis planes van a ser admitidos.
1788
Como gran aprendiz del sabio Zaratustra,
1789
puse todo mi estudio en ver bajo que Astro,
1790
y bajo qué aspectos, malos o afortunados,
1791
nacieron los infantes que me habíais dado;
1792
leí, pues, en el Cielo que vuestra propia raza,
1793
os conminaba a ambos con una gran desgracia,
1794
que uno atacaría a su Padre y su Estado,
1795
y la otra ayudaría, a hacer un atentado
1796
contra la diadema y el honor de su Madre,
1797
después de haber causado la muerte de su Padre.
1798
Yo, que de vuestro bien siempre estuve prendado,
1799
pensé que fuera bueno, para vosotros y ellos,
1800
criarlos muy lejos de sus tierras natales,
1801
y evitar el presagio de los astros fatales.
1802
O para demostraros, que con justa razón
1803
frenaba por vosotros y por vuestras familias,
1804
los asuntos de miedo que al final aparecen,
1805
y que además se acaban por gracia de los Cielos,
1806
y todo lo que he hecho pensando en evitarlos,
1807
sirvió casualmente para precipitarlos.
1808
Señora, ¿no es verdad que la amada Virginia,
1809
causa es de que su padre su trama ha acabado?
1810
Y que si es así como me lo han contado,
1811
causa es del conflicto en el que habéis estado.
1812
Por vuestra parte, Rey de Tracia entended,
1813
que los deseos más briosos que tuvo Périandre,
1814
fueron aquellos por los que ardía en mataros,
1815
y que en la lucha última creyó llevar a cabo.

CLÉARQUE
1816
Veo bien Calidor, que después de estas cosas,
1817
quiera cambiar el Cielo las espinas en rosas:
1818
pero entender no puedo el poco sentimiento,
1819
que muestran nuestros hijos de su florecimiento.
1820
en lugar de estar vivos, por su buena fortuna,
1821
casi se juzgaría que ella los importuna.

EURÍDICE
1822
En efecto, me fijo en las acciones que hacen,
1823
y leo en sus ojos la tristeza que tienen.

CALIDOR
1824
Sabréis al pasar al cuarto de al lado,
1825
donde se originó su gran melancolía.

EURÍDICE
1826
Vamos, no os mováis, volveremos aquí.

ESCENA IX

PÉRIANDRE, VIRGINIA

PÉRIANDRE
1827
¿Y bien, hermana mía? (Que así te llame admítelo)
1828
No podría aún, sin total contención,
1829
acostumbrar mi boca al nombre de Virginia:
1830
el Cielo ordena pues, y con Él el Oráculo,
1831
que una triste distancia nos separe por hoy.
1832
Bella y querida hermana, bien siento en esta hora,
1833
que el Amor y el Destino ordenan que yo muera.
1834
El cruel me ejecuta, me hace hijo del Rey,
1835
para así con más brillo deshacerse de mí:
1836
porque desde el momento en que tal aventura,
1837
ha aislado de nosotros la sangre y la natura,
1838
por ti mis deseos siento crecer por la mitad,
1839
y en Amor convertirse lo que fue Amistad.
1840
Mas, de un error saliendo puesto en mi camino,
1841
lejos de estar mejor, me encuentro a un Oráculo,
1842
la natura otrora suspirar me impedía,
1843
y el Cielo ahora prohíbe mis deseos;
1844
ya que su crueldad no me deja esperanza,
1845
más que la doble muerte, de un padre y de una madre,
1846
que vivan; muy seguros de que los odio poco,
1847
para con sus cenizas mantener mi pasión;
1848
¡Oh, divina belleza! Mi mal no tiene cura,
1849
si pienso que es posible que otro te posea;
1850
y alguien menos rendido, mas, más feliz que yo
1851
será rico de un bien, que se debe a mi fe.

VIRGINIA
1852
Ten por seguro, hermano, que, aunque el Cielo lo ordene,
1853
tendrás para ti solo el corazón que te doy:
1854
vive, si es que me amas, que sepas que, a mi vez,
1855
no soy menos que tú en esta lid de amor.
1856
Alivia, sin embargo, los trastornos de tu alma,
1857
por tu propio respeto enséñame tu llama.
1858
Sin murmurar confía en la bondad de los Dioses,
1859
que disponen del hado, y para bien todo hacen.

PÉRIANDRE
1860
Mi esperanza es la fe que tú me has prometido.

VIRGINIA
1861
Piensa que yo te amo, y eso debe bastarte.

ESCENA ÚLTIMA

CLÉARQUE, EURÍDICE, CALIDOR, PÉRIANDRE, VIRGINIA

EURÍDICE
1862
Me compadezco de ellos, y veo que en efecto,
1863
debemos desear un enlace perfecto.
1864
pero no conseguirlo costándonos la vida.

CALIDOR
1865
En esa inquietud contentad su deseo;
1866
voy yo a mostraros, cómo ya por su muerte,
1867
este Padre, esa madre, el hechizo ultimaron,
1868
Oronte, y Philacté por su propia desgracia,
1869
de ello han sentido la mortal amenaza,
1870
muriendo uno por la hija, y el otro por el hijo,
1871
no, no este es el día y el plazo fijado,
1872
en que comenzar debe este ilustre milagro,
1873
que el Cielo os promete por la voz del Oráculo.

CLÉARQUE
1874
Señora, es de vos que todo el mundo espera,
1875
la conclusión de un bien, que me contentaría.

EURÍDICE
1876
Señor, ya que os complace estoy lista para ello,
1877
aún cuando eso fuera, a costa de mi testa.
1878
Acercaos, Périandre, Virginia es toda vuestra.

PÉRIANDRE
1879
Señora, qué cien veces bese vuestras rodillas,
1880
hermana mía, muero, si el Cielo no me envía
1881
un remedio al ardor que me da mi alegría.

EURÍDICE
1882
Convirtamos entonces las obras en descanso,
1883
y la dicha anunciemos a todos nuestros súbditos,
1884
tras haber expresado gracias inigualables,
1885
a aquellos cuya mano opera estos prodigios.

FIN