William Shakespeare, Coriolanus

Coriolano





Texto utilizado para esta edición digital:
Shakespeare, William. “Coriolano”. En: Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare: versión castellana de Guillermo Macpherson. Madrid: Librería de Perlado, Páez y C.ª, 1914, vol. 4, pp. 3-148.
Codificación del texto digital para EMOTHE:
  • Huertas Martín, Víctor

Nota a esta edición digital

Esta publicación es parte del proyecto I+D+i «Teatro español y europeo de los siglos XVI y XVII: patrimonio y bases de datos», referencia PID2019-104045GB-C54 (acrónimo EMOTHE), financiado por MICIN/AEI/10.13039/501100011033.

La edición reproducida presenta dos erratas que se han subsanado para la presente edición digital.

En el segundo acto, escena tercera, aparece en el original un Ciudadano 6 al que no precede un Ciudadano 5. Se ha substituido el número 6 por el 5. Sin embargo, se mantiene en el elenco de esta edición digital al Ciudadano 6 y a un séptimo, puesto que, durante la secuencia comentada, “Vuelven a entrar otros tres CIUDADANOS” tras haber entrado en escena previamente los ciudadanos 1, 2, 3 y 4.

En el acto quinto, escena tercera, los interlocutores para los dos centinelas aparecen al final de la escena como SEN. 1º y SEN. 2º por error. Han sido subsanados para homogeneizar los interlocutores.


Personajes

CAYO MARCIO, después CAYO MARCIO CORIOLANO
TITO LARCIO, general contra los Volscos
MENENIO AGRIPA, amigo de Coriolano
SICINIO VELUTO, tribuno del pueblo
JUNIO BRUTO, tribuno del pueblo
MARCIO, hijo de Coriolano
UN HERALDO ROMANO
TULIO AUFIDIO, general volsco
TENIENTE DE AUFIDIO
CONSPIRADORES EN FAVOR DE AUFIDIO
UN CIUDADANO DE ANTIO
DOS GUARDIAS VOLSCOS
VOLUMNIA, madre de Coriolano
VIRGILIA, mujer de Coriolano
VALERIA, amiga de Virgilia
Senadores romanos, senadores volscos, patricios, ediles, lictores, soldados, ciudadanos, mensajeros, sirvientes de Aufidio y otros servidores.

La escena:

parte en Roma y sus inmediaciones; parte en Corioli y sus inmediaciones, y parte en Antio.


Acto primero

ESCENA PRIMERA.

Roma. – Una calle.
Entran en tropel CIUDADANOS amotinados, con estacas, mazas y armas.

CIU. 1.º
1– Antes de seguir más adelante, oidme hablar.

CIUDS.
2– Habla, habla.

CIU. 1.º
3– ¿Estáis decididos a morir de una vez, antes que de hambre?

CIUDS.
4– Decididos, decididos.

CIU. 1.º
5– En primer lugar, ya sabéis que Cayo Marcio es el principal enemigo que tiene el pueblo.

CIUDS.
6– Lo sabemos, lo sabemos.

CIU. 1.º
7– Matémosle, y tendremos trigo al precio que nos dé la gana. ¿Es sentencia?

CIUDS.
8– No se hable más: a hacerlo; vamos, vamos.

CIU. 2.º
9– Una palabra, buenos ciudadanos.

CIU. 1.º
10– Nosotros somos pobres ciudadanos; los patricios son los que valen. Lo que ahíta al Gobierno nos aprovecharía. Si nos concedieran, mientras pudiera servirnos, lo que les es superfluo, acaso creyéramos que por razón de humanidad nos socorrían; pero nos juzgan demasiado caros. La delgadez que nos aflige, efecto de nuestra miseria, es a manera de inventario donde se particulariza su abundancia: nuestros padecimientos son ganancias suyas. Venguemos esto con nuestras picas, antes de convertirnos en estacas. Bien saben los dioses que hablo antes con hambre de pan, que con sed de venganza…

CIU. 2.º
11– ¿Atacaréis especialmente a Cayo Marcio?

CIUDS.
12– Primero a él. Es un perro para el pueblo.

CIU. 2.º
13– Considerad los servicios que ha prestado a su patria.

CIU. 1.º
14– Perfectamente; y gustosos lo celebraríamos, si no fuera porque se paga a sí propio con su orgullo.

CIU. 2.º
15– No hables con mala intención.

CIU. 1.º
16– Te digo que lo que hizo digno de fama, con ese fin lo hizo; y, aunque los hombre de blanda condición acaso digan que lo hizo por su patria, dígote que lo hizo para agradar a su madre y para satisfacer su orgullo, que se halla al nivel de sus virtudes.

CIU. 2.º
17– Lo que evitar no puede por causa de su naturaleza, júzgaslo vicio. No puedes acusarlo de avaricia.

CIU. 1.º
18– Aunque no pueda tal cosa, no por eso sería estéril en acusaciones. Tiene faltas y sobras cuya repetición nos cansaría. (Gritos dentro.) ¿Qué gritos son éstos? ¿Se ha levantado también la otra parte de la ciudad? ¿Por qué nos detenemos aquí charlando? ¡Al Capitolio!

CIUDS.
19– Vamos, vamos.

CIU. 1.º
20– ¡Silencio! ¿Quién llega?

CIU. 2.º
21– El digno Menenio Agripa, quien siempre ha amado al pueblo.

CIU. 1.º
22– Bastante hombre de bien es, y ojalá que los demás fueran lo propio.

Entra MENENIO AGRIPA.

MEN.
23– Mis convecinos, ¿qué faena traen entre manos? ¿Adónde os dirigís con trancas y con mazas? ¿Qué ocurre? Hablad, os lo ruego.

CIU. 1.º
24– Nuestro asunto no es desconocido al Senado: hace quince días que ha tenido indicaciones de lo que pensábamos hacer, y ahora se lo mostrarán nuestros actos. Dícese que los pleitistas pobres tienen gran resuello; ya verán que también tienen grandes puños.

MEN.
25
Mas, señores, amigos excelentes,
26
Honrados convecinos, ¿por ventura
27
Buscáis vuestra ruina?

CIU. 1.º
No es posible,
28
Que arruinados estamos.

MEN.
Los patricios,
29
Escuchadme, señores, de vosotros
30
Con grande afán se cuidan. Tan injusto
31
Fuera alzar contra el cielo esas estacas
32
Por nuestra angustia en la escasez presente
33
Cual lo es contra el gobierno, cuyo curso
34
Tranquilo ha de seguir, desbaratando
35
Cien millares de estorbos más potentes
36
Que los que nunca le opondréis vosotros.
37
En cuanto a esta escasez, no los patricios
38
La causaron, los dioses, y con ellos
39
Las rodillas valdrán y no las manos.
40
¡Ah! la calamidad os precipita
41
Donde os esperan más, y calumniáis
42
A hábiles timoneles del Estado
43
Que de vosotros como padres cuidan,
44
Cuando los maldecís como a enemigos.

CIU. 1.º
45– ¡Que cuidan de nosotros! ¡Vaya en gracia! Jamás se han cuidado de nosotros. Nos dejan morir de hambre y tienen atestados de trigo sus graneros. Promulgan edictos en beneficio de la usura, para mantener a los usureros: diariamente revocan alguna saludable ley establecida contra los ricos, y formulan cada día reglas más severas a fin de encadenar y restringir a los pobres. Si las guerras no nos devoran, ellos nos devorarán, y éste es todo el cariño que nos tienen.

MEN.
46
Es necesario
47
De gran perversidad quedar convictos,
48
O que os acuse de ignorantes. Vaya
49
Un cuento que hace al caso, y pues me sirve,
50
Un poco más me atreveré a añejarlo.

CIU. 1.º
51– Lo oiré; pero no creas que vas á desvirtuar nuestras quejas con un cuento. Ahora, comienza cuando gustes.

MEN.
52
Pues sucedió una vez que contra el vientre
53
Todos los miembros del humano cuerpo
54
Rebeldes lo acusaron de este modo:
55
Que él en el centro estaba y golfo era
56
Que ocioso atesoraba las viandas
57
Sin trabajar como las otras partes,
58
Que andan, siente, inventan o dirigen,
59
Oyen o ven, y en dependencia mutua,
60
Sirvientes de apetitos y de afectos
61
Del cuerpo entero son; y el vientre dijo…

CIU. 1.º
62
Y bien, ¿qué dijo el vientre?

MEN.
63
Oye. Con una especie de sonrisa,
64
Que aunque de los pulmones no emanaba
65
Sonrisa fue – pues ya lo veis, me es dado
66
Hacer que el vientre a más de hablar sonría –
67
A los miembros quejosos y rebeldes
68
Que sus apropiaciones envidiaban
69
De esta manera contestó con sorna –
70
Con más justa razón por vuestras quejas
71
Contra los senadores, a vosotros
72
Lo propio contestara.

CIU. 1.º
Lo propio contestara.¿Vuestro vientre
73
Qué dijo? ¡Vaya! La real corona
74
Nuestra cabeza, el atalaya ojo,
75
El consejero corazón, el brazo
76
Batallador, nuestro corcel la pierna,
77
Nuestra lengua clarín, los auxiliares
78
Nuestros y los humildes servidores
79
De esta fábrica, ¿deben…

MEN.
Sigue. ¡Vamos!
80
Éste me quita la palabra. Sigue.

CIU. 1.º
81
... por el vientre glotón, que es la sentina
82
Del cuerpo, ser regidos?…

MEN.
Bueno, sigue.

CIU. 1.º
83
¿Qué contestara el vientre si se alzasen
84
En queja nuestros miembros?

MEN.
Vas a oírlo,
85
Si prestas tú – de lo que tienes poco –
86
Paciencia, mientras da respuesta el vientre.

CIU. 1.º
87
Ya tardas.

MEN.
Pues escucha, buen amigo.
88
Con gravedad el vientre y mucha calma,
89
No cual sus detractores, con enfado,
90
Así respuesta dio: «Seguramente,
91
Incorpóreos amigos, les responde,
92
Que la comida que nos sirve a todos
93
Llega primero a mí, como es preciso,
94
Pues almacén y tienda soy del cuerpo,
95
Pero tened presente que mas tarde
96
Vuestros sanguíneos ríos la reciben,
97
Yendo del corazón al real palacio
98
Y del cerebro al tribunal, y gracias
99
A las concavidades y conductos
100
Del cuerpo humano, los potentes nervios,
101
Así como las venas más exiguas,
102
La competente proporción reciben
103
Para poder vivir; y aunque de pronto,
104
Amigos…» – De este modo el vientre hablaba.

CIU. 1.º
105
Al grano, al grano.

MEN.
«Aunque de pronto fácil
106
No os fuese ver qué doy a cada uno,
107
Os puedo demostrar con cuenta exacta
108
Que devuelvo la harina que es de todos
109
Y que el afrecho nada más me resta.»
110
¿Qué dices?

CIU. 1.º
¿Qué dices?Que respuesta fue sin duda.
111
Mas ¿y su aplicación?

MEN.
Los senadores
112
Son el buen vientre, y los rebeldes miembros
113
Vosotros sois. Si examináis con calma
114
Sus consejos y afanes, y en las cosas
115
Pensáis que a la común salud respectan,
116
Veréis que no hay bien público ninguno
117
Que de ellos a vosotros no dimane
118
No de vosotros mismos. ¿Tú qué piensas,
119
El dedo gordo tú de este concurso?

CIU. 1.º
120
¿El dedo gordo yo? ¿Yo el dedo gordo?

MEN.
121
Tú, el más vil, el más bajo y el más pobre,
122
Que tan discreta rebelión diriges.
123
¡Ah truhán! Perro de ruin ralea,
124
Algo piensas ganar yendo el primero. –
125
A blandir esas mazas y garrotes
126
Roma y sus ratas a la lid se aprestan,
127
Y un bando ha de perder. ¡Ah, noble Marcio!

Entra CAYO MARCIO.

MAR.
128
¿Qué pretendéis, canalla sediciosa,
129
Que hurgándoos el sarnoso entendimiento
130
Una roña os hacéis?

CIU. 1.º
Una roña os hacéis?Constantemente
131
Nos saludas con frases lisonjeras.

MAR.
132
Quien frases lisonjeras os dirija,
133
Lo abominable excede al adularos.
134
Perros, ¿qué deseáis, que ni la guerra
135
Ni la paz os agrada? Os envanece
136
Lo uno, al par que terror lo otro os infunde.
137
Encontrará, quien en vosotros fie,
138
Liebres, donde encontrar deba leones,
139
Y donde zorros, gansos. Tan estables
140
Vosotros sois, cual sobre el hielo brasas,
141
O granizos al sol. Achaque es vuestro
142
Ennoblecer a lo que el vicio humilla,
143
Y maldecir del fallo que lo juzga.
144
Merece vuestros odios quien merece
145
Ser encumbrado, y son vuestros deseos
146
Cual del enfermo el mórbido apetito
147
Que más ansía lo que más le daña.
148
Quien del favor que le brindáis depende,
149
Con aletas de plomo mares surca,
150
Y encinas hiende con flexibles juncos.
151
¡A la horca! ¡Contar yo con vosotros!
152
Cada instante mudáis de pensamiento,
153
Y encumbrando al que ha poco odioso os era,
154
Vilipendiáis al ídolo que alzasteis.
155
¿Qué ocurre, que clamáis por estos sitios
156
De la ciudad contra el Senado excelso,
157
Quien, con ayuda de los dioses, sabe
158
El terror infundiros necesario
159
Para que no os comáis unos a otros?
160
¿Qué pretenden?

MEN.
Tener trigo barato,
161
Del que está la ciudad, dicen, repleta.

MAR.
162
¡A la horca con ellos! ¡Dicen, dicen!;
163
Capaces son, junto al hogar sentados,
164
De presumir lo que hace el Capitolio:
165
Quién se encumbra, quién medra, quién declina,
166
Tomar partido, proponer enlaces,
167
Bandos fortalecer, y hacerles mella
168
A aquellos que en su estima no alcanzaren
169
La altura de sus calzas remendadas.
170
¡Dicen que hay trigo suficiente! A un lado
171
Dejaran sus escrúpulos los nobles
172
Y la espada esgrimir me permitieran,
173
Y un montón a la altura de mi lanza
174
Con miles de estos siervos formaría.

MEN.
175
Se encuentran éstos convencidos casi,
176
Porque, aunque tienen discreción escasa,
177
Les sobra cobardía. Mas ¿qué dicen
178
Los de la otra facción?

MAR.
Están disueltos.
179
¡Ahorcados los vea yo! Desfallecidos
180
Dijeron que se hallaban, y lanzaron
181
Suspirando refranes; que altos muros
182
Suele el hombre allanar; que necesitan
183
Aun los perros comer; que comestibles
184
Para las bocas son, y que los dioses
185
Grano no sólo para el rico envían.
186
Lanzadas ya sus miserables quejas,
187
Y al recibir respuesta en que se atiende
188
A su súplica anómala, que parte
189
El corazón de la largueza misma
190
Y hace palidecer la misma audacia,
191
Aventaron sus gorros, cual queriendo
192
Colgarlos en los cuernos de la luna,
193
Su hostilidad a gritos pregonando.

MEN.
194
¿Qué se les concedió?

MAR.
Que elijan ellos
195
Por sí cinco tribunos, que sus toscos
196
Conceptos defendieren; Junio Bruto
197
Y Sicinio Veluto, y… ni me acuerdo.
198
¡Voto va! La canalla ni una teja
199
Dejado sana en la ciudad habría,
200
Antes que yo cediera hasta ese punto.
201
Esto fuerza perder hará al Gobierno,
202
Y servirá de tema poderoso
203
Con que argüirá la rebelión.

MEN.
Me extraña
204
Lo ocurrido.

MAR.
¡Id a casa! A casa ¡andrajos!

Entra apresuradamente un MENSAJERO.

MENS.
205
¿Dónde está Cayo Marcio?

MAR.
Aquí. ¿Qué ocurre?

MENS.
206
Se aprestan, dicen, a la lid los Volscos.

MAR.
207
Me alegro. De mohosa redundancia
208
De ese modo podremos descartarnos. –
209
Nuestros mayores y mejores llegan.

Entran COMINIO, TITO LARCIO y otros SENADORES, JUNIO BRUTO y SICINIO VELUTO.

SEN. 1.º
210
Tus nuevas ciertas son, Marcio. Los Volscos
211
Se aprestan a luchar.

MAR.
Tienen un jefe
212
Que trabajo ha de daros. Tulio Aufidio
213
Me acusó de envidiar tanta nobleza;
214
Si otra cosa yo fuera que yo propio,
215
Ser él ansiara.

COM.
Ya os habéis batido.

MAR.
216
Si en dos bandos el mundo se engrescase,
217
Y él de mi bando fuer a, por batirme
218
Con él, y nada más, me rebelara.
219
León es ése que orgulloso cazo.

SEN. 1.º
220
Entonces, noble Marcio, con Cominio
221
A estas guerras irás.

COM.
Es tu promesa.

MAR.
222
Es verdad, y la cumplo. – Tito Larcio,
223
Otra vez me verás luchar de frente
224
Con Tulio Aufidio. – Pero ¿estás remiso?
225
¿No quieres ir?

TITO.
No: Cayo Marcio. Antes
226
De atrás quedar en semejante empresa,
227
Mi cuerpo una muleta sostendría,
228
Al par que guerreara con la otra.

MAR.
229
¡Oh, buena raza!

SEN. 1.º
Ven al Capitolio,
230
Que allí nuestros amigos nos esperan.

TITO.
231
(A Cominio.)
Ve tú delante.
(A Marcio.)
Tú a Cominio sigue,
232
Y nosotros después, como es debido.

COM
233
¡Noble Marcio!

SEN. 1.º
(A los ciudadanos.)
Idos, idos. Id a casa.

MAR.
234
No tal. Dejad que sigan. Suficiente
235
Trigo tienen los Volscos. A que roan
236
Sus graneros llevemos a estas ratas.
237
Dignos amotinados, ya da fruto
238
Vuestra bravura. Por favor seguidnos.

(Vánse todos, excepto Bruto y Sicinio. Los ciudadanos se retiran lentamente.)

SICIN.
239
No hay hombre más soberbio que este Marcio.

BRUTO.
240
No tiene igual.

SICIN.
241
Elegidos tribunos por el pueblo…

BRUTO.
242
¿Observaste su labio y su mirada?

SICIN.
243
Y sus insultos.

BRUTO.
Si el furor le ciega,
244
Es capaz de burlarse de los dioses.

SICIN.
245
Se mofaría de la casta luna.

BRUTO.
246
¡Consúmalo esta lid! Harto orgulloso
247
Es para ser tan bravo.

SICIN.
Tal carácter,
248
Si la suerte le es próspera, desdeña
249
Aun la sombra que huella al mediodía.
250
Extraño yo que su altivez le deje
251
Bajo Cominio guerrear.

BRUTO.
La fama,
252
De que va en pos, y de quien ya favores
253
Ha recibido, mantener no es fácil
254
Y agrandar de más cómoda manera
255
Que en un segundo puesto. – Lo que marre,
256
Culpa será del general – hiciere
257
Cuanto un hombre hacer pueda – de seguro
258
Dirá la vana crítica de Marcio:
259
¡Oh, si él hubiera dirigido el lance!

SICIN.
260
Además, si las cosas van en popa,
261
La pública opinión, de Marcio amiga,
262
Despojará a Cominio de lo suyo.

BRUTO.
263
Es decir, de las glorias de Cominio
264
Será Marcio partícipe, aunque Marcio
265
Ganado no las haya; y los errores
266
Glorias serán de Marcio, aunque de juro
267
No los merezca.

SICIN.
Vamos, ven conmigo
268
Para ver cómo marchan los aprestos,
269
Y quién más, además de su persona,
270
En estas guerras le acompaña.

BRUTO.
Vamos.

(Vanse.)

ESCENA II.

Corioli. – El Senado.
Entran TULIO AUFIDIO y algunos SENADORES.

SEN. 1.º
1
¿Conque piensas, Aufidio, que conocen
2
En Roma lo que hacer nos proponemos?

AUF.
3
¿Y tú no? ¿Cuándo, dime, se ha pensado
4
En algo realizable aquí, que en Roma
5
No se hubiese sabido? Cuatro días
6
Apenas hace que noticias tuve. –
7
Te diré las palabras; me parece
8
Que aquí la carta traigo: sí por cierto.
9
«Tropas han alistado; mas se ignora
10
Si a Oriente se dirigen o a Occidente.
11
Es grande la escasez. Amotinado
12
El pueblo está. Cominio, según dicen,
13
Tu constante enemigo Marcio, en Roma
14
Más odiado que tú, y el animoso
15
Romano Tito Larcio, a la cabeza
16
Van de esta expedición contra quien fuere.
17
Acaso contra ti: medita en ello.»

SEN. 1.º
18
Se encuentra nuestro ejército en campaña.
19
Jamás pensé que Roma no estaría
20
Dispuesta a respondernos.

AUF.
Ni creíste
21
Que fuera necedad que se velasen
22
Nuestros grandes proyectos, mientras tanto
23
Que no se demostraban ellos mismos.
24
Mas Roma al incubarse los conoce:
25
Nuestro plan de este modo se restringe,
26
Que fue ganar ciudades diferentes,
27
Antes que Roma se enterara apenas
28
De que estábamos prontos.

SEN. 2.º
Noble Aufidio,
29
Tu nombramiento ten. Busca tus tropas,
30
Nosotros guardaremos a Corioli.
31
Tu ejército, si llegan a atacarnos,
32
Conduce aquí; mas hallarás, presumo,
33
Que dispuestos no están.

AUF.
¡Oh! No lo dudes;
34
Tengo seguridad. Aun más te digo:
35
Está en campaña parte de su fuerza,
36
Y hacia aquí vienen. Dejoós ya, señores.
37
Si Cayo Marcio y yo nos encontramos,
38
Jurado está, que nuestros mutuos golpes
39
No han de cesar hasta que el uno caiga.

TODOS.
40
Los dioses te protejan.

AUF.
Y a vosotros
41
Os amparen.

SEN 1.º
Salud.

SEN. 2.º
Salud.

TODOS.
Salud.

ESCENA III.

Roma. – Habitación en la casa de Marcio.
Entran VOLUMNIA y VIRGILIA. Siéntanse sobre dos taburetes, y cosen.

VOL.
1– Te suplico, hija, que cantes, o habla al menos con más animación. Si mi hijo fuera mi esposo, más me regocijaría con la ausencia que le habría de proporcionar honores, que con las caricias de su lecho cuando mayor amor me mostrara. Cuando era tierno aún su cuerpo, y era el único hijo de mis entrañas; cuando su juventud y su belleza hacia él arrancaban las miradas de todo el mundo; cuando una madre ni porque un rey se lo suplicara un día entero, vendiera el dejarlo de contemplar ni por un ahora, yo, considerando cuán bien le sentaría la honra a un ser semejante, que era cual imagen colgada en la pared si el renombre no le animaba, gustosa le dejé ir en busca del peligro, allí donde había probabilidad de hallar la gloria. A un aguerra cruel lo envié, de donde volvió coronada de encina la frente. Te aseguro, hija, que no me conmoví más de placer al oír por vez primera que era varón, que entonces al ver por vez primera que era hombre.

VIR.
2– Pero si hubiera muerto en la empresa, señora… ¿y entonces?

VOL.
3– Entonces, su buena reputación hubiera sido mi hijo. En eso habría yo visto a mi progenie. Oye lo que con toda sinceridad te digo. Si tuviera doce hijos, y amara a todos igualmente, y a ninguno menos que a nuestro excelente Marcio, preferiría que once muriesen noblemente por su patria, a que uno solo se ahitara en voluptuosa inacción.

Entra una DAMA.

DAMA.
4
Señora, a verte aquí Valeria llega.

VIR.
5
Ruego que me permitas retirarme.

VOL.
6
No tal de modo alguno. – Me parece
7
Que los tambores de tu esposo escucho;
8
Que va arrastrando a Aufidio del cabello;
9
Que de él los Volscos huyen, cual huirían
10
Niños de un oso. Me parece oírle
11
Exclamar de este modo, pateando:
12
« ¡Venid, cobardes, que engendrados fuisteis,
13
Aunque en Roma nacidos, en pavura!»
14
Que aparta con la diestra de su frente
15
La sangre que chorrea, y adelante
16
Cual segador camina que el destajo
17
Debe acabar, o su salario pierde.

VIR.
18
¡Oh Júpiter! ¡Su frente ensangrentada!
19
¡Sangre no!

VOL.
Calla, necia; más al hombre
20
Eso adorna que el oro a sus trofeos.
21
Ni amamantando a Héctor, más hermoso
22
De Hécuba el seno pareció, que de Héctor
23
El rostro al escupir al viento sangre
24
Contra griegas espadas batallando. –
25
Que dispuestas estamos di a Valeria.

(Váse la Dama.)

VIR.
26
¡Cielos, a mi señor del fiero. Aufidio
27
Librad!

VOL.
De Aufidio la cabeza a golpes
28
Humillará al nivel de sus rodillas,
29
Y su planta pondrá sobre su cuello.

Vuelve a entrar la DAMA con VALERIA y séquito.

VAL.
30–Buenos días, señoras.

VOL.
31– ¡Dulce amiga!

VIR.
32– Celebro verte, señora.

VAL.
33– ¿Cómo estáis ambas? Sois evidentemente caseras. ¿Qué coses? ¡Bonito dibujo a fe mía! ¿Cómo está tu pequeñuelo?

VIR.
34– Gracias. Muy bien, señora mía.

VOL.
35– Con más gusto mira espadas y oye un tambor, que contempla á su maestro.

VAL.
36– ¡Hijo de su padre, palabra de honor! ¡Voto va! Es in chico precioso, te lo juro; lo estuve observando el miércoles por más de media hora. ¡Qué expresión tiene tan decidida! Víle coger una mariposa color de oro, y luego que la coge, déjala volar otra vez, y otra vez corre tras ella, y pega un batacazo, y se levanta otra vez y otra vez la coge; y, fuérase que la caída lo exasperase, o por lo que fuera, ¡cómo apretó los dientes y la destrozó! ¡Cómo la hizo pedazos!

VOL.
37– Un arranque de su padre.

VAL.
38– Sí. ¡Vaya! Es un bravo chico.

VIR.
39– ¡Un loquillo, señora!

VAL.
40– Vamos, deja tu labor. Preciso es que vengas a ociar conmigo esta tarde.

VIR.
41– No, señora. No salgo de casa.

VOL.
42– Saldrá, saldrá.

VIR.
43– No, por cierto, con vuestro permiso; no pisaré el umbral hasta que mi esposo vuelva de la guerra.

VOL.
44– ¡Bah! Te retraes si motivo. Vamos, ven a visitar a la buena señora que está enferma.

VIR.
45– Le deseo pronta cura, y la visitaré con mis oraciones. Pero no puedo ir a verla.

VOL.
46– ¿Por qué, dime?

VIR.
47– No es ni por ahorrarme trabajo, ni por falta de cariño.

VAL.
48– Deseas ser otra Penélope; pero dicen que todo lo que hiló durante la ausencia de Ulises, sirvió sólo para llenar de polilla a Ítaca. Vamos, ojalá que tu lienzo fuera tan sensible como tu dedo, para que de lástima dejaras de picotearlo. Vamos, vas a venir con nosotras.

VIR.
49– No, mi querida señora, perdóname, pero no salgo.

VAL.
50– ¡A fe mía! ¡Bah! Ven conmigo, y te daré excelentes noticias de tu esposo.

VIR.
51– ¡Oh, querida señora! No puede haberlas aún.

VAL.
52– Con toda verdad. No me chanceo. Llegaron noticias suyas anoche.

VIR.
53– ¿De verdad, señora?

VAL.
54– Formalmente, es cierto. Oí a un senador decirlo. Es esto. Los Volscos tiene un ejército en campaña, contra el cual va Cominio el General con parte de nuestra fuerza romana. Tu señor y Tito Larcio asedian la ciudad de Corioli. No dudan del éxito, y creen que será corta la guerra. Bajo mi palabra, es verdad, y así te ruego que vengas con nosotras.

VIR.
55– Perdóname, querida señora. Obedeceré en todo en otra ocasión.

VOL.
56– Déjala. En el estado en que se encuentra, hará que nuestra alegría enferme.

VAL.
57– A fe mía que lo creo. Adiós, pues. Ven, amiga mía. – Por favor, Virgilia, echa tu solemnidad a la calle y vente con nosotras.

VIR.
58– Terminantemente, no, señora, no debo: que os divirtáis.

VAL.
59– Pues entonces, adiós.

(Vánse.)

ESCENA IV.

Entran con tambores y banderas MARCIO, TITO LARCIO, jefes y soldados.

MAR.
1
Un mensajero viene. ¿A que se vieron?

LAR.
2
¿Qué apuestas? Mi caballo contra el tuyo.
3
A que no.

MAR.
Convenido.

LAR.
Concertado.

Entra un MENSAJERO.

MAR.
4
¿Ha hablado el General al enemigo?

MEN.
5
Nada se han dicho aún, aunque se miran.

LAR.
6
El gran corcel es mío.

MAR.
Te lo compro.

LAR.
7
Ni lo doy, ni lo vendo; te lo presto
8
Por medio siglo. – A la ciudad intimen.

MAR.
9
¿Las fuerzas dónde están?

MEN.
A milla y media.

MAR.
10
Así, pues, su clarín escucharemos
11
Y ellos el nuestro. Oh, Marte, que aquí pronto
12
Concluyamos te ruego, y al auxilio
13
De los amigos nuestros en el llano
14
Marchemos con espadas humeantes.
15
Suene vuestro clarín.
Se toca a Parlamento. – Entran asomándose a los muros varios SENADORES y otros.
¿Tras esos muros
16
Se encuentra Tulio Aufidio?

SEN. 1.º
No, ni nadie
17
Que por poco que os tema, os tema menos.
(Óyense tambores a lo lejos).
18
Oíd esos tambores que convocan
19
A nuestros mozos a la lid. Escombros
20
Hechas contemplaréis nuestras murallas
21
Antes que puedan de redil servirnos.
22
Las puertas que cerradas os parecen,
23
De juncos nada más tienen cerrojos
24
Y las veréis abrirse por sí mismas.
(Toque de ataque a lo lejos).
25
Oíd ese rumor. Es Tulio Aufidio
26
Que va acosando vuestras rotas filas.

MAR.
27
Sí, batiéndose están.

LAR.
Esos rumores
28
De enseñanza nos sirvan. ¡Hola! Escalas.
29
Los Volscos salen de la ciudad.

MAR.
30
Salen de la ciudad. Temor no tienen.
31
Cubran vuestros escudos vuestros pechos,
32
Y con pechos más rígidos que escudos
33
Luchad. Avanza tú, valiente Tito.
34
Tanto desdén imaginar no pude,
35
Y sudo de furor irrefrenable.
36
Muchachos avanzad. Quien se retire
37
Creeré que es Volsco y sentirá mi acero.

Toque de ataque. Vánse todos, Romanos y Volscos luchando. Los Romanos se retiran a sus trincheras. Vuelve a entrar MARCIO.

MAR.
38
Del Sur todas las plagas os confundan,
39
Escándalo de Roma. Vil rebaño,
40
Lepra y tumores vuestro cuerpo empaste
41
Para ser de ese modo aborrecidos
42
Aunque os pierdan de vista, y contra el viento
43
Mutuamente a una milla de distancia
44
Os podáis infestar. Almas de liebre
45
Que en cuerpo humano estáis ¡cómo os acosan
46
Siervos a quienes jimios vencerían!
47
¡Plutón y los infiernos! ¡Lastimados
48
Huyendo todos! ¡Rojas las espaldas
49
Y pálidos los rostros tras la fuga
50
Y el espanto febril! A reponeros
51
Y a atacar con vigor, ú os lo aseguro
52
Por los rayos del cielo, que dejando
53
Al enemigo, presa haré en vosotros.
54
Sabedlo. Avante. Si tenéis firmeza,
55
Les haremos buscar a sus mujeres
56
Cual ellos a nosotros nos hicieron
57
Buscar nuestras trincheras. ¡A seguirme!
(Otro ataque. Vuelven a entrar los Volscos y los Romanos y renuévase la lucha. Los Volscos se retiran a Corioli y Marcio los sigue hasta las puertas).
58
Las puertas ya se abrieron. Secundadme.
59
Las ensancha la suerte a los que avanzan,
60
No a quienes huyen. Ved. Haced cual hago.

(Entra en la ciudad.)

SOL. 1.º
61
¡Temeridad! Yo no.

SOL. 2.º
Ni yo tampoco.

(Marcio queda encerrado dentro de la ciudad.)

SOL. 1.º
62
Lo encerraron.

SOL. 2.º
Cayóse en la cazuela.

(Sigue el ataque.)
Vuelve a entrar TITO LARCIO.

LAR.
63
¿Dónde está Marcio?

TODOS.
Muerto está sin duda.

SOL. 1.º
64
Los talones pisando al enemigo
65
En la ciudad entró; mas cierran luego
66
Las puertas de repente, y se halla solo
67
Para luchar con la ciudad entera.

LAR.
68
¡Ah valiente! ¿Quién es, quién en su juicio
69
Su invulnerable espada desafía?
70
¿Quién de pie permanece si la esgrime?
71
¡Perdido, Marcio, estás? ¡Noble carbunclo
72
Que tuviera el tamaño de tu cuerpo,
73
Tan espléndida joya no sería!
74
Soldado fuiste cual Catón ansiaba,
75
No terrible y feroz sólo en tus golpes,
76
Pues tú con tu mirada amenazante
77
Y con tu voz cual trueno rugidora
78
A tus contrarios conmover hiciste
79
Cual si temblara con la fiebre el mundo.

Vuelve a entrar MARCIO ensangrentado, y luchando contra el enemigo.

SOL. 1.º
80
Ved.

LAR.
¡Marcio! a su rescate, o igualarnos.

(Luchan y entran en la ciudad.)

ESCENA V.

Corioli. – Una calle.
Entran ROMANOS con despojos.

ROM. 1.º
1
Esto me llevo a Roma.

ROM. 2.º
2
Esto yo.

ROM. 3.º
¡Voto va! Juzguélo plata;

(Oyese todavía a lo lejos el toque de ataque.)
Entran MARCIO y TITO LARCIO precedidos de un trompeta.

MAR.
3
Ya ves cómo estas gentes merodean.
4
En una dracma ya borrosa y rota
5
Sus jornales estiman. Almohadas,
6
Y cucharas de plomo, y hierro inútil,
7
Y vestes que el verdugo enterraría
8
Con el que los usó, van recogiendo
9
Antes de haber la lucha concluido
10
Estos esclavos viles. – Aplastadlos.
11
Oye el rumor que el General promueve.
12
Socorrámosle. Allí se encuentra el hombre
13
Que mi alma más odió. Nuestros Romanos
14
Audifio sacrifica. Noble Tito,
15
Reserva tú la gente necesaria
16
Para que guarde la ciudad, y en tanto
17
Con los que aliento tengan, presuroso
18
Auxiliaré a Cominio.

LAR.
Sangre viertes.
19
Fue por demás violento tu ejercicio
20
Para luchar de nuevo.

MAR.
No me elogies;
21
Me ha calentado apenas la faena.
22
Pásalo bien. La sangre que derramo,
23
En vez de hacerme mal, me es medicina.
24
Así al buscarlo me ha de ver Aufidio.

LAR.
25
Esa deidad hermosa, la Fortuna,
26
De ti profundamente se enamore,
27
Y logren sus hechizos inefables
28
Las espadas torcer de tus contrarios,
29
Valiente caballero.

MAR.
Tan amiga
30
Fuere de ti cual del que más estime.
31
Y así, pásalo bien.

(Vase Marcio.)

LAR.
¡Oh digno Marcio!
(Al trompeta.)
32
Suena en la plaza tu clarín, y vayan
33
Allí de la ciudad los jefes todos
34
A conocer nuestros intentos. Vete.

(Vase.)

ESCENA VI.

Cerca del campo de Cominio.
Entran COMINIO y tropas retirándose.

COM.
1
Amigos, reposad. Bien os batisteis.
2
Cual Romanos al fin, ni temerarios
3
Al resistir, ni al replegar cobardes.
4
Seremos atacados nuevamente.
5
Si tal. Mientras luchábamos nosotros,
6
De los amigos nuestros el ruido
7
De cargas he escuchado, que condujo
8
A intervalos las ráfagas del viento.
9
Dioses de Roma, conceded que venzan
10
Cual ansiamos vencer, y sacrificios
11
Con gratitud y con alegres rostros
12
Hagan los dos ejércitos al verse.

Entra un MENSAJERO.

MENS.
13
Nueva. Los ciudadanos de Corioli
14
Con Larcio y Marcio a batallar salieron.
15
Vi a nuestra gente huir a sus trincheras
16
Y me vine.

COM.
Por más que tus noticias
17
Fuesen ciertas, son malas. ¿Cuándo ha sido?

MENS.
18
Hace más de una hora.

COM.
Solamente
19
Nos separa una milla; y sus tambores
20
Acabamos de oír. ¿Cómo pudiste
21
Consumir una hora en una milla
22
Y así atrasar tus nuevas?

MENS.
Me acosaban
23
Espías de los Volscos, y a un rodeo
24
De tres o cuatro millas me obligaron.
25
Si así no hubiese sido, mis noticias
26
Recibierais ha más de media hora.

COM.
27
¿Quién es aquel que llega y que aparece
28
Cual si lo hubieran desollado. ¡Oh dioses!
29
Lleva de Marcio el sello; y ya lo he visto
30
Otras veces así.

MAR.
(Dentro.)
¿Llego tarde?

COM.
31
No distingue el pastor el son del trueno
32
Del son del tamboril, cual yo distingo
33
La voz de Marcio de la de otro alguno.

Entra MARCIO.

MAR.
34
¿Llego ya tarde?

COM.
Sí, si no es de otro
35
Ese manto de sangre que te viste.

MAR.
36
¡Oh! deja que te estreche entre mis brazos
37
Como en mis días de galante inmune,
38
Sobre mi corazón, tan placentero
39
Como me hallaba al terminar la tarde
40
Del día de mi boda, y los hachones
41
A mi lecho nupcial me conducían.

COM.
42
¡Oh flor de los guerreros! ¿Qué le pasa
43
A Tito Larcio?

MAR.
Lo que a aquel que tiene
44
Que decretar. Condena a muerte a varios
45
Y destierra y rescata, o bien perdona
46
Amenazando a otros. En el nombre
47
De Roma, en su poder tiene a Corioli
48
Como a humilde lebrel en la traílla,
49
Para soltarlo a su capricho luego.

COM.
50
¿Dónde ese siervo está que a las trincheras
51
Me dijo os arrojaron? ¿Dónde, dónde?

MAR.
52
Déjalo en paz, que la verdad te dijo.
53
¡A no ser por los nobles!... – Los plebeyos,
54
¡Mala peste! ¡Tribunos a esa turba!
55
No huyó ratón de gato tan aprisa
56
Cual ellos de otros tunos sus iguales.

COM.
57
¿Cómo prevalecisteis?

MAR.
¿Nos alcanza
58
Para narrarlo el tiempo? No lo creo.
59
¿Dónde está el enemigo? ¿Son del campo
60
Dueños? Si no, ¿qué detención es ésta?

COM.
61
Con desventaja, Marcio, nos batimos,
62
Y nos hemos de intento retirado.

MAR.
63
¿Cuál es su posición? ¿Sabes en dónde
64
Se halla su gente de mayor empuje?

COM.
65
En la vanguardia están los Atiates,
66
Que es su gente mejor, Marcio, presumo,
67
Y a la cabeza de ellos se halla Aufidio,
68
Que es corazón de su esperanza misma.

MAR.
69
Yo te ruego, por todas las batallas
70
Donde entrambos lidiamos, por la sangre
71
Que hemos vertido juntos, por los votos
72
Que de amistad inalterable hicimos,
73
Que al punto contra Aufidio me encamines
74
Y sus Atiates, y sin más demora
75
Con enhiestas espadas y con dardos
76
Llenando el aire, en este mismo instante
77
Probemos nuestro esfuerzo.

COM.
Desearía
78
Que a tibio baño conducido fueras
79
Y te aplicaran bálsamos; mas nunca
80
Me atreveré a negarte lo que pidas.
81
A quienes deban secundarte escoge.

MAR.
82
Quienes más lo apetezcan. Si existiese,
83
Y el dudarlo es pecado, quien amara
84
Este color que el cuerpo me embadurna;
85
Quien tema menos por el cuerpo suyo
86
Que por su honor; quien juzgue que más pesa
87
Heroica muerte que menguada vida
88
Que más que vale él, vale su patria.
89
Ése si es uno –o cuantos eso piensen –
90
Hagan así, mostrando sus deseos
91
Y a Marcio sigan.
(Todos gritan, esgrimiendo sus espadas. Cógenlo entre sus brazos y arrojan al aire sus gorros.)
92
¡Oh, soltadme! ¿Soy lanza, por ventura?
93
Si estas demostraciones no son falsas,
94
¿Quién no vale a lo menos cuatro Volscos?
95
¿Quién no puede oponer al gran Aufidio
96
Broquel tan resistente como el suyo?
97
Gracias a todos doy; pero tan sólo
98
Corto número debe acompañarme.
99
Los demás lucharán en otro sitio
100
Al presentarse la ocasión. En marcha,
101
Y mis mandatos mostrarán muy pronto
102
Quiénes son los mejores que me siguen.

COM.
103
Avante, compañeros. Dad la prueba
104
De que no es vano alarde, y la victoria
105
Partiréis con nosotros.

(Vanse.)

ESCENA VII.

Las puertas de Corioli.
TITO LARCIO, después de dejar guarnecida a Corioli, sale con tambores y clarines al encuentro de COMINIO y CAYO MARCIO. – Entra un TENIENTE, un piquete de soldados y un guía.

LAR.
1
Que guarden bien las puertas, y cual dije
2
Cumplid vuestro deber. Esas centurias
3
Si las pido enviad. Por corto tiempo
4
Mantener la ciudad el resto puede.
5
Vencidos en el campo, no es posible
6
La ciudad defender.

TEN.
Se hará cual mandas.

LAR.
7
Vete. Al salir nos cerrarás las puertas.
8
Guíanos al romano campamento.

(Vanse.)

ESCENA VIII.

Campo de batalla entre los campamentos de los Romanos y de los Volscos. Toque de queda. – Entran en opuestas direcciones MARCIO y AUFIDIO.

MAR.
1
Contigo solo lucharé. Te execro
2
Más que al que falta a su promesa

AUF.
Odiamos
3
Del mismo modo. En África no existe
4
Sierpe a quien más que a tu envidiada fama
5
Deteste yo. Fija tus pies.

MAR.
Esclavo.
6
Será del otro aquel que se moviere,
7
Y que después los dioses lo maldigan.

AUF.
8
Marcio, si acaso huyo, como a liebre
9
Persígueme y azuza.

MAR.
No ha tres horas,
10
Tulio, que entre tus muros de Corioli
11
Solo luché, sin tasa en mi faena.
12
La máscara que ves no es de mi sangre.
13
Véngate, pues, y tu valor encumbra
14
Hasta el punto más alto.

AUF.
Fueras Hector,
15
Látigo de esa estirpe de que jactas,
16
Y escapar a mis manos no podrías.
(Luchan, y algunos Volscos vienen en ayuda de Aufidio.)
17
Serviles, y no bravos compañeros,
18
Me avergonzáis con vuestro odiado auxilio.

(Vanse luchando acosados por Marcio.)

ESCENA IX.

El campamento romano.
Toque de ataque. Toque de retirada. Clarines. – Entran por una parte COMINIO y soldados romanos, y por otra MARCIO con el brazo vendado y otros Romanos.

COM.
1
Si tus hazañas de hoy te repitiera,
2
Dudaras de tus hechos; mas narradas
3
Serán de donde nobles senadores
4
Mezclarán con sus lágrimas sonrisas;
5
Donde patricios eminentes alcen
6
Al principio los hombros, y terminen
7
Por admirar; donde aterradas damas,
8
Gustosas en temblar, pidan más datos;
9
Donde fríos tribunos, que tu gloria
10
Odian, como la odia el vil plebeyo,
11
Mal su grado dirán: « ¡Gracias, oh dioses,
12
Que a Roma concedisteis tal soldado! »
13
De este festín participar ansiaste,
14
Aunque harto ya te hallabas.

Entra TITO LARCIO con sus tropas, después de batir al enemigo.

LAR.
15
¡Oh General! Mira al corcel; nosotros
16
Arreos somos nada más. ¿Quién viera…?

MAR.
17
¡Callad! no más. Mi madre, que permiso
18
Tiene para alabar su sangre propia,
19
Me apena si alabanzas me prodiga.
20
Lo que vosotros hice: lo que pude.
21
El vuestro fue mi estímulo: mi patria.
22
Quien pudo conseguir lo que quería,
23
Ese sobrepujarme ha conseguido.

COM.
24
No serás de tu mérito sepulcro.
25
Roma sabrá lo que lo suyo vale.
26
Ocultación peor que latrocinio,
27
Calumnia el encubrir tus hechos fuera,
28
Y callar lo que alzándose a la cumbre
29
Y al pináculo mismo del elogio,
30
Fuera escasa alabanza. Así, te ruego
31
Que para oír tan sólo lo que eres,
32
Y no para premiarte, permanezcas
33
Aquí mientras hablaré a nuestras tropas.

MAR.
34
Tengo algunas heridas: les escuece
35
oírse recordar.

COM.
Las gangrenara
36
La ingratitud, si así no sucediera,
37
Y la muerte no más fuera su cura.
38
De todos los caballos – y excelentes
39
Se han cogido, y gran número – de todo
40
Lo hallado en la ciudad y sobre el campo,
41
El diezmo yo te doy, que, si te agrada,
42
Llevarte puedes desde luego, y antes
43
Que el general reparto se termine.

MAR.
44
Mil gracias, General; pero no puedo
45
Del alma mía recabar que acepte
46
Soborno alguno que a mi hierro pague.
47
Rehúso, pues, y aceptaré tan sólo,
48
Cual los demás, la parte que me toque.

(Clarines. Todos gritan: « ¡Marcio! ¡Marcio! », y levantan sus gorros y lanzas. Cominio y Marcio se descubren.)

MAR.
49
Que callen de una vez los instrumentos
50
Que profanáis así. Si aduladores
51
El tambor y el clarín son en campaña,
52
En las ciudades y en la corte sólo
53
La falsa voz de la lisonja viva.
54
Si el hierro se convierte en fina seda
55
De parásito, seda vestiremos
56
Cuando vayamos a la guerra. – Basta:
57
¡Porque no me he lavado las narices
58
Que daban sangre, o por haber vencido
59
A endeble ser, lo que en silencio muchos
60
Han hecho aquí también, venirme ahora
61
Con frases hiperbólicas honrando,
62
Cual si gustase yo que me adietaran
63
Con esta pequeñez, en la lisonja
64
Envuelta y sazonada con mentiras!

COM.
65
¡Modesto por demás! Con tu renombre
66
Más cruel eres tú que agradecido
67
Con nosotros, que, justos, te aclamamos.
68
Con tu permiso, pues, si así te enojas
69
Contigo propio, esposas te pondremos,
70
Cual si atentar quisieras a tu vida,
71
Y así podremos razonar contigo.
72
Sépase, pues, aquí y en todo el mundo,
73
Que es de Marcio el laurel de esta victoria.
74
Y de ello en prenda, aquí con sus arneses
75
Mi buen corcel, de todos conocido,
76
Le entrego; y desde aquí, por sus proezas
77
Hoy en Corioli, con aplauso justo
78
Del ejército entero que lo aclama,
79
Llamóle Cayo Marcio Coriolano,
80
Título que por siempre le ennoblezca.

(Clarines y tambores.)

TODOS.
81
¡Que viva Cayo Marcio Coriolano!

COR.
82
Vóyme a lavar, y con la cara limpia
83
Veréis si me sonrojo a no; no obstante
84
Las gracias he de dar de todos modos.
85
Tu corcel pienso cabalgar, y siempre
86
Será tu noble título cimera
87
De todas las acciones de mi vida.

COM.
88
Ahora a mi tienda, y sin tomar reposo
89
A Roma anunciaré nuestra victoria.
90
Tu, Tito Larcio, vuélvete a Corioli,
91
Y envíanos a Roma a sus notables,
92
Con quienes de sus propios intereses
93
Allí podré tratar, y de los nuestros.

LAR.
94
Lo haré, señor.

COR.
Los dioses ya comienzan
95
A mofarse de mí. Yo que ahora mismo
96
Regalos tan de príncipe he rehusado,
97
Debo a mi General pedir limosna.

COM.
98
Toma. Que tuyo es. Di lo que fuere.

COR.
99
En la casa de un pobre aquí en Corioli
100
Dormí una vez. Tratóme con cariño.
101
Hoy, prisionero, reclamó mi amparo;
102
Pero Aufidio se hallaba ante mis ojos,
103
Y dominó a mi lástima mi furia.
104
La libertad te pido de mi huésped.

COM.
105
¡Oh, noble ruego! Como el aire libre,
106
Aunque fuera el verdugo de mi hijo.
107
Tito, entrégalo.

LAR.
Marcio, di su nombre.

COR.
108
Lo olvidé, voto a Júpiter. Me siento
109
Cansado. Sí. Cansada la memoria.
110
¿No hay vino aquí?

COM.
Marchemos a mi tienda,
111
Se te seca la sangre sobre el rostro,
112
Y es tiempo ya de que te curen. Vente.

(Vanse.)

ESCENA X.

El campamento de los Volscos.
Clarines. Entran TULIO AUFIDIO herido, y dos o tres SOLDADOS.

AUF.
1– Ganaron la ciudad.

SOL. 1.º
2– La entregaron con buenas condiciones.

AUF.
3– ¡Condiciones!
4
Quisiera ser Romano, que no puedo
5
Siendo quien soy ser Volsco. ¡Condiciones!
6
¿Qué condiciones da tratado alguno
7
A la parte vencida? – Cinco veces,
8
Marcio, luché contigo y me venciste
9
Siempre, y me vencerás, aunque luchara
10
Contigo tantas veces cuantas cómo.
11
¡Juro a los elementos, que al hallarlo
12
Otra vez cara a cara, o él es mío
13
O suyo yo seré! Perdió la honra
14
La emulación que tuvo. Quise antes
15
En lucha igual hundirlo a hierro,
16
Hoy con sigilo o de cualquier manera,
17
Con ira o con traición.

SOL. 1.º
Es el demonio.

AUF.
18
Más atrevido sí, menos astuto.
19
Inficionado mi valor con tachas
20
Que él le causó, va huyendo de sí mismo;
21
Y ni asilo sagrado ya, ni sueño,
22
Dolencia, desnudez, ni capitolio,
23
Ni templo, ni oración de sacerdote,
24
Ni la solemnidad del sacrificio,
25
Impedimentos todos a la furia,
26
Opondrán sus vetustos privilegios;
27
Sus usos a mi odio contra Marcio.
28
Donde lo llegué a ver, aunque lo hallare
29
Bajo el amparo de mi hermano, en casa,
30
En ese mismo sitio, y a despecho
31
De hospitalaria ley, mi mano fiera
32
En ese corazón me lavaría.
33
Ve a la ciudad. Entérate de cómo
34
La tienen defendida, y a quien mandan
35
Cual rehenes a Roma.

SOL. 1.º
¿Tú no vienes?

AUF.
36
Hanme citado al Cipresal. Te ruego –
37
Al Sur está del público molino –
38
Que me traigas noticias de la marcha
39
Del mundo, y a su paso puedo entonces
40
Espolearme en la jornada.

SOL. 1.º
Bueno.

(Vanse)

Acto segundo

Escena primera

Roma. – Una plaza pública.
Entran MENENIO, SICINIO y BRUTO.

MEN.
1– Afirma el Augur que tendremos noticias esta noche.

BRUTO.
2– ¿Buenas o malas?

MEN.
3– No a gusto del pueblo, que no quiere a Marcio.

SICIN.
4– Aun a los brutos enseña la naturaleza a conocer a sus amigos.

MEN.
5– Haz el favor de decirme a quien ama el lobo.

SICIN.
6– Al cordero.

MEN.
7– Sí, para devorarlo. Como haría el voraz plebeyo con Marcio.

BRUTO.
8– Verdaderamente, es cordero que bala como un oso.

MEN.
9– Verdaderamente, es oso que vive como cordero. Vosotros, que sois ya viejos, responded a una cosa que os voy a preguntar.

AMBOS.
10– Veamos.

MEN.
11– ¿De qué perversidad carece Marcio que no tengáis ambos en abundancia?

BRUTO.
12– No carece de una falta únicamente, pues tiene provisión de todas.

SICIN.
13– Especialmente de orgullo.

BRUTO.
14– Y por cima de todas su baladronear.

MEN.
15– Esto sí que es raro. ¿Sabéis vosotros de qué manera se os censura aquí en la ciudad? Es decir, ¿cómo os censuramos nosotros los de la derecha? ¿Lo sabéis?

BRUTO.
16– ¿Y cómo nos censuráis?

MEN.
17– Como que habláis de orgullo… ¿no os enfadaréis?

AMBOS.
18– Veamos, veamos.

MEN.
19– Vaya, no importa gran cosa, porque el más raterillo pretexto os roba muchísima paciencia. Dejad las riendas libres, y enojaos a vuestras anchas. A lo menos, si esto os proporciona algún placer. ¿Inculpáis a Marcio porque es orgulloso?

BRUTO.
20– No nosotros solos.

MEN.
21– Ya sé que solos poco podéis hacer. Si no fuera porque os ayudan muchos, ¡qué maravillosamente simples aparecerían vuestros actos! Harto infantiles son vuestras facultades, para que hagan gran cosa solas. Habláis de orgullo. ¡Oh, pudierais tornar los ojos hacia la nuca, é inspeccionar el interior de vuestras mercedes! ¡Oh, pudierais hacer esto!

BRUTO.
22– ¿Y qué?

MEN.
23– ¡Vaya! Descubriríais una pareja de magistrados sin mérito, orgullosos, violentos y testarudos, alias dos necios como los mejores de Roma.

SICIN.
24– También te conocen a ti perfectamente.

MEN.
25– Saben que soy patricio de buen humor, y persona que aprecia una copa de vino caliente, sin que la adultere ni una gota del Tíber; que parto de ligero, favoreciendo al primero que se queja; que me enciendo como yesca por trivial motivo, y que más tratos tengo con el rabo de la noche que con la cerviz del alba. Lo que pienso digo, y toda la malicia mía va envuelta en mi aliento. Al encontrarme con repúblicos como vosotros – Licurgos no puedo llamaros – si la bebida que me ofrecen disgusta a mi paladar, tuérzole el hocico. No puedo decir que vuestras mercedes hayan dilucidado el asunto, pues veo que el asno se ha entrometido en la mayor parte de vuestras sílabas, y aunque tengo que aguantar a los que afirman que sois hombres graves y dignos de respeto, mienten, no obstante, cuando os aseguran que tenéis buena cara. Si veis todo esto en el mapa de mi microcosmos, ¿síguese que también me conocen perfectamente? ¿Ni qué maldades pueden vuestros cegatos ojos cosechar de este carácter mío, si también me conocen perfectamente?

BRUTO.
26– ¡Vamos, vamos! Bastante bien te conocemos.

MEN.
27– Ni a mí, ni a vosotros, ni a cosa alguna. Ambicionáis los vítores y zapatetas de la pobre gente. Empleáis una bendita mañana en oir un litigio entre una naranjera y un vendedor de clísteres, y posponéis la controversia de tres ochavos a segunda audiencia. Cuando oís una cuestión entre parte y parte, si por ventura os apunta un cólico, poneis caras de careta, enarboláis bandera roja contra la paciencia, y dando voces, dejáis la controversia chorreando sangre, más embrollada que antes de seros sometida. Toda la concordia que establecéis es llamar bribones a ambas partes. Rara pareja sois.

BRUTO.
28– ¡Vamos, vamos! Se te conoce más como perfecto charlatán en una mesa, que como necesario consejero en el Capitolio.

MEN.
29– Nuestros mismos sacerdotes tendrán que burlarse, si encuentran gente tan ridícula como vosotros. Cuando habláis con mejor acuerdo, lo que decís no vale la pena de mesaros la barba, y vuestras barbas no merecen tan honrosa sepultura cual tendrían al rellenar la almohada de un trapero, y ni aun merecen por tumba la albarda de un burro. Pero, no obstante, es fuerza que digáis que Marcio es orgulloso, valiendo, estimándolo por bajo, lo que valían todos nuestros predecesores, desde Deucalión, aunque acaso algunos de entre ellos no eran más que verdugos en línea recta. ¡Malditas sean vuestras mercedes! Mas, conversación con vosotros, pastores del plebeyo rebaño, me inficionara el cerebro. Me atrevo, pues, a despedirme. (Bruto y Sicinio se apartan a un lado.) Entran VOLUMNIA, VIRGILIA, VALERIA y acompañamiento. 30Ahora bien, preciosas y nobles damas – y si fuera terrenal la luna no sería más noble – ¿adónde tan aprisa seguís a vuestros ojos?

VOL.
31– Noble Menenio, mi niño Marcio se acerca. Por Juno te ruego que no nos detengas.

MEN.
32– ¡Hola! ¿Marcio vuelve?

VOL.
33– Sí, Menenio, con aplausos por su éxito.

MEN.
34– Toma, Júpiter, mi gorro, y gracias. ¡Hola! ¿Marcio vuelve?

VIR. y VAL.
35– Sí; es cierto.

VOL.
36– Mira. Aquí tengo carta suya. El Gobierno tiene otra, y otra su esposa, y creo que en casa hay una para ti.

MEN.
37– Haré que mi misma casa esta noche se bambolee. ¡Una carta para mí!

VIR.
38– Sí, ciertamente. Una carta para tí. La he visto.

MEN.
39– ¡Una carta para mí! Me asegura la salud por siete años, y durante ese tiempo haré muecas al médico. La mejor receta de Galeno es puramente empírica, y comparada a este preservativo, medicina de caballo. ¿No está herido? ¿Solía volver a casa herido?

VIR.
40– ¡Oh, no, no, no!

VOL.
41– ¡Oh! Está herido. ¡Gracias por ello doy a los dioses!

MEN.
42– Y yo también. Si no lo está mucho. ¿Trae una victoria en el bolsillo? Las heridas le sientan.

VOL.
43– Sobre la frente, Menenio, trae por tercera vez guirnalda de encina al tornar a su casa.

MEN.
44– ¿Ha zurrado lindamente a Aufidio?

VOL.
45– Tito Larcio escribe que lucharon juntos, pero que Aufidio huyó.

MEN.
46– ¡Y a tiempo! Me atrevo a asegurarlo: a haber permanecido quieto, no sería yo de él fiduciario por todas las arcas llenas de oro que hubiera en Corioli. ¿Lo sabe el Senado?

VOL.
47– Vámonos. Sí, sí, sí. El Senado tiene cartas del General, en las cuales concede a mi hijo todos los honores de la guerra. En esta empresa ha excedido en el doble á sus anteriores hazañas.

VAL.
48– Se dicen cosas de él verdaderamente maravillosas.

MEN.
49¡Maravillosas! Por supuesto. Y de fijo, habrán costado caras.

VIR.
50– Ojalá sean ciertas.

VOL.
51– Ciertas. ¡Bah! ¡bah!

MEN.
52
– Ciertas. De juro que son ciertas. ¿Dónde está herido? (A los Tribunos.) Guarde Dios a vuestras mercedes. Marcio vuelve. Tiene mayor motivo para ser orgulloso. ¿Dónde está herido?

VOL.
53– En el hombro y en el brazo izquierdo. Habrá grandes cicatrices que mostrar al pueblo cuando pretenda ocupar el puesto que le corresponde. En la repulsa de Tarquino recibió siete heridas su cuerpo.

MEN.
54
– Una en el cuello y dos en el muslo. Sé que tiene nueve.

VOL.
55– Tenía antes de esta expedición veinticinco heridas.

MEN.
56
– Ahora, pues, tiene veintisiete. Cada una fué sepulcro de un enemigo. Oid; los clarines.

VOL.
57– Son los que preceden a Marcio. Ante él va el bullicio; tras él quedan lágrimas.
58
La muerte en su nervudo brazo yace.
59
Mata si erguirse y si caer le place.

Música. Clarines. Entran COMINIO y TITO LARCIO; entre ellos CORIOLANO, coronado de encina, con CAPITANES, SOLDADOS y un HERALDO.

HER.
60
Sepa Roma que dentro de Corioli
61
Marcio ha luchado solo, consiguiendo,
62
A la par de alta fama, unir al nombre
63
De Cayo Marcio el apellido honroso
64
De Coriolano. ¡Bien venido a Roma,
65
Ínclito Coriolano, bien venido!

TODOS.
66
¡Ínclito Coriolano, bien venido! (Clarines.)

COR.
67
Terminad de una vez. Me hiere el alma.
68
Basta; os lo ruego.

COM.
Ved a vuestra madre.

COR.
69
¡Oh, bien me consta que a los dioses todos
70
Has rogado por mí!

(Se arrodilla.)

VOL.
¡Mi buen soldado!
71
Levántate, querido Marcio mío,
72
Noble Cayo, y por hechos que te honran,
73
Apellidado… ¿cómo?... ¿Coriolano?
74
¿No es ése el nombre, di, que debo darte? –
75
Mas tu mujer…

COR.
Mi bella silenciosa,
76
¿Reirás viéndome entrar amortajado,
77
Pues lloras cuando en triunfo vuelvo a casa?
78
¡Ah dulce prenda! semejantes ojos
79
Ostentan las viudas de Corioli,
80
Y las madres que lloran a sus hijos.

MEN.
81
Ahora bien, que los dioses te coronen.

COR.
82
¿Vives aún?
(A Valeria.)
83
Perdón, señora mía.

VAL.
84
Ni sé dónde mirar. ¡Oh, bien venido!
85
Y bien venido, General, y todos
86
Bien venidos seáis.

MEN.
Una y mil veces
87
Bien venidos seáis. Llorar pudiera,
88
Y pudiera reír. Me siento alegre,
89
Y a la par abrumado. ¡Bien venidos!
90
Que la raíz del corazón se pudra
91
De aquel que no se alegre de miraros.
92
Roma a vosotros tres mimar debiera;
93
Pero, por lo que dicen, aquí en casa
94
Carcomidos peruétanos tenemos,
95
Que a ese gusto no quieren injertarse.
96
Mas ¡qué importa! guerreros, bien venidos.
97
Ortigas llamaránse las ortigas,
98
Necedades las faltas de los necios.

COM.
99
Está muy bien.

COR.
Menenio siempre el mismo.

HER.
100
Plaza haced, y adelante.

COR.
101
(A Volumnia y a Virgilia.)
Antes que nuestra casa me cobije,
102
A los patricios visitar me es fuerza,
103
Porque no sólo plácemes me envían
104
Sino cargas de honores.

VOL.
He vivido
105
Para heredar mis íntimos deseos
106
Y los palacios que forjó mi mente.
107
Pero falta una cosa, sin embargo,
108
Que te ha de conceder sin duda Roma.

COR.
109
Has de saber, querida madre mía,
110
Que servirlos prefiero a mi manera
111
A gobernar con ellos a la suya.

COM.
112
Seguid en dirección del Capitolio.

(Música. Clarines. Sale el cortejo como entró.)
BRUTO y SICINIO se adelantan.

BRUTO.
113
Todas las lenguas lo pregonan. Lentes
114
Se ponen los miopes para verlo.
115
La habladora nodriza, si de él charla,
116
Deja desgañitarse a su criatura;
117
Se prende la estameña más preciosa
118
La cocinera a su pringoso cuello
119
Y para divisarlo se encarama.
120
Tenduchas y ventanas y cornisas
121
Llenas están. Se pueblan los tejados,
122
Monta los caballetes gente varia,
123
Todos con ansia idéntica de verlo.
124
Entre la turba popular, bufando,
125
Se mezclan retraídos sacerdotes
126
Satisfechos de hallar sitio cualquiera.
127
Nuestras veladas damas la disputa
128
Del blanco y del carmín de sus mejillas
129
Dejan a la lascivia destructora
130
De los ardientes ósculos de Febo.
131
El escándalo es tal, que se dijera
132
Que ese dios ignorado que lo guía,
133
En su cuerpo mortal para realzarlo
134
Se introdujo a hurtadillas.

SICIN.
Desde luego
135
Juro que será cónsul.

BRUTO.
Pues entonces
136
Dormirá, mientras mande, nuestro oficio.

SICIN.
137
No ejercerá sus cargos con templanza,
138
Ni sabrá dónde empiezan ni terminan,
139
Y así los perderá.

BRUTO.
Consuelo es ese.

SICIN.
140
No lo dudes. El pueblo a quien servimos
141
Las antiguas rencillas recordando
142
Olvidará sus títulos presentes
143
Por la causa más fútil, y de cierto
144
Él la dará, con vanagloria suya.

BRUTO.
145
Le oí jurar que al pretender ser cónsul
146
A la pública plaza nunca iría
147
Y que jamás la humilde y vieja toga
148
Se habría de poner. Ni, cual es uso,
149
Las heridas mostrando, de la plebe
150
Los pestíferos votos reclamara.

SICIN.
151
Es verdad.

BRUTO.
Sus palabras fueron ésas.
152
Renunciará más bien, que no alcanzarlo
153
Por los votos de gente bien nacida
154
Y a instancias de los nobles.

SICIN.
Sólo espero
155
Que se atenga a ese plan y lo ejecute.

BRUTO.
156
Es probable.

SICIN.
Será para él entonces –
157
Como lo ansiamos – destrucción segura.

BRUTO.
158
De su poder o el nuestro. Su constante
159
Desdén al pueblo encarecer se debe.
160
Que acémilas, pudiendo, los haría.
161
Que acallara la voz de sus tribunos
162
Y secuestrara sus franquicias todas.
163
Que los juzga en su esencia y en sus actos,
164
Con relación a cosas de este mundo,
165
Con almas y aptitudes semejantes
166
A las de los camellos que empleamos,
167
A quienes porque cargas nos conducen
168
Damos pienso adecuado y duros golpes
169
Cuando por causa de ellas se resbalan.

SICIN.
170
Esto, como tú dices, sugerido
171
En ocasión propicia en que zahiera
172
Al pueblo su insolencia prodigiosa
173
(Y la ocasión no faltará, por poco
174
Que se le incite, cosa que es tan fácil
175
Como a un perro azuzar contra un rebaño),
176
Fuego ha de ser que incendiará la paja
177
Que debe ennegrecerlo para siempre.

Entra un MENSAJERO.

BRUTO.
178
¿Qué ocurre?

MENS.
Que vayáis al Capitolio:
179
Que será Marcio cónsul se presume.
180
Sordo-mudos se agolpan para verlo
181
Y los ciegos acuden para oírlo.
182
Arrójanle los guantes las matronas,
183
Las damas y las jóvenes le tiran
184
Sus tocas y pañuelos cuando pasa.
185
Se le inclinan los nobles cual si fuera
186
De Júpiter la efigie, y los plebeyos
187
Truenos y lluvia cual jamás he visto
188
Promueven con sus vítores y gorros.

BRUTO.
189
Al Capitolio, pues, y llevaremos
190
Nuestros ojos y oídos por ahora;
191
Mas después corazones.

SICIN.
Soy contigo.

(Vánse.)

ESCENA II.

1Roma.– El Capitolio.
Entran dos EMPLEADOS para colocar cojines.

EMP. 1.º
1– Vamos, vamos. Ya están ahí. ¿Cuántos pretenden el consulado?

EMP. 2.º
2– Tres, según dicen. Pero créese que Coriolano triunfará.

EMP. 1.º
3– Es guapo mozo, pero su orgullo es feroz; no ama al pueblo.

EMP. 2.º
4– ¡A fe mía! Muchos grandes hombres que han halagado al pueblo no lo han amado jamás, y muchos hay a quienes el pueblo ha amado sin saber por qué. Por lo tanto, vese que el pueblo ama sin motivo, y odia sin mejor fundamento. Así, pues, el que Coriolano no se cuide de que lo amen ni de que lo odien, demuestra el exacto conocimiento que tiene de las disposiciones del pueblo; lo que por razón de su noble indiferencia deja claramente traslucirse.

EMP. 1.º
5– Si no le importara ni su cariño ni su odio, fluctuaría entre el no hacerles bien ni hacerles daño; pero busca su odio con más empeño que el que pueden poner ellos para concedérselo, y nada deja por hacer a fin de que le reconozcan como contrario. Ahora bien, aparentar satisfacción por la antipatía y enfado del pueblo, tan malo es como lo que le desagrada: adularlos para conseguir su cariño.

EMP. 2.º
6– Ha merecido bien de su patria, y su encumbramiento no ha sido por gradas tan fáciles como los escalones por donde a fuerza de suavidad y cortesía hacia el pueblo, con el sombrero en la mano y sin ningún otro mérito para elevarse, han subido otros obteniendo su estima y sus favores. Él ha plantado sus triunfos ante los ojos del pueblo, y sus actos en los corazones de tal modo que el que ahora callen las lenguas y no lo confiesen es culpable injuria, y el denegarlos maldad, que al desmentirse a sí misma arrancaría el reproche y la protesta de cuantos oídos lo escucharan.

EMP. 1.º
7– No hay más que hablar. Es un hombre digno. Apártate, que vienen.

Música. Entran precedidos de Lictores, COMINIO, MENENIO, CORIOLANO, SENADORES, SICINIO y BRUTO. Los Senadores ocupan sus puestos. Los Tribunos ocupan también los suyos por separado.

MEN.
8
Terminado el asunto de los Volscos,
9
Y resuelto el llamar a Tito Larcio,
10
De esta reunión aun falta lo importante,
11
Que es premiar los servicios eminentes
12
Del que a su patria defendió. Por tanto,
13
Venerables é ilustres senadores,
14
Rogad al Cónsul actual, que ha sido
15
Jefe también en tan feliz campaña,
16
Que algunas de las ínclitas proezas
17
Narre de Cayo Marcio Coriolano,
18
A quien aquí tenemos, para darle
19
Gracias, al par que honores merecidos.

SEN. 1.º
20
Habla tú, buen Cominio, y nada omitas.
21
Mas bien confesaremos que impotente
22
Es en dar galardones el Estado
23
Que nosotros remisos en premiarle.
(A los Tribunos).
24
Jefes del pueblo, generoso oído
25
De vosotros reclamo, y con el pueblo
26
Después vuestra benévola influencia
27
Para admitir lo que acordar nos toca.

SICIN.
28
Agradable tarea nos reúne,
29
Y nuestros corazones nos impulsan
30
A honrar y a enaltecer al que motiva
31
La reunión actual.

BRUTO.
Y la juzgamos
32
Cual una bendición, si más aprecio
33
Al pueblo tiene que hasta aquí le tuvo.

MEN.
34
Eso no viene al caso. Prefiriera
35
Que callado te hubieses. Di, ¿te agrada
36
Escuchar a Cominio?

BRUTO.
¡Quién lo duda!
37
No obstante, más al caso mi advertencia
38
Fue que el reproche tuyo.

MEN.
Quiere al pueblo,
39
Mas no le exijas que su lecho ocupe.
40
Habla, noble Cominio.
(Coriolano se levanta y pretende irse).
No te vayas.

SEN. 1.º
41
Siéntate, Coriolano. Sonrojarte
42
No debe que refieran tus proezas.

COR.
43
Perdonadme, señores. Deseara
44
Tenerme que curar nuevas heridas
45
A escuchar de qué modo las obtuve.

BRUTO.
46
Confío que mis frases no te hicieron
47
El puesto abandonar.

COR.
De modo alguno:
48
No obstante, muchas veces, cuando golpes
49
Me detuvieron, frases me ahuyentaron.
50
Como no me halagaste no me heriste.
51
En cuanto a vuestro pueblo, yo lo estimo
52
Cual se merece.

MEN.
Siéntate te ruego.

COR.
53
Rascarme al sol prefiero la cabeza
54
Cuando suena un ataque, que sentado
55
Oír agigantarse mis nonadas.

(Váse.)

MEN.
56
Jefes del pueblo: ¿a vuestros inmenso enjambre
57
Cómo puede adular – donde entre miles
58
Uno bueno hay no más – quien, lo habéis visto,
59
Gustoso sacrifica de su cuerpo
60
Los miembros todos si el honor le guía,
61
Y ni una oreja si ensalzarlo quieren? –
62
Sigue, Cominio.

COM.
Faltaráme aliento,
63
Y no con débil voz de Coriolano
64
Las proezas narrarse deberían.
65
Se dice que el valor es de los hombres
66
La principal virtud, la más honrosa
67
Para quien la posee. Si esto es cierto,
68
El hombre de quien hablo, en este mundo
69
No tiene parangón. Cuando Tarquino
70
Se levantó rebelde contra Roma,
71
Apenas diez y seis años contaba,
72
Y entonces guerreó como ninguno.
73
Violo luchar quien dictador entonces
74
Era y enfrente con respeto miro,
75
Y arrollar, con mejillas de amazona,
76
Barbudos rostros que ante sí veía.
77
A un Romano salvó de apuro grave,
78
Ante el Cónsul mató tres enemigos,
79
É hirió a Tarquino mismo en la rodilla.
80
En esa escena de preclaros hechos,
81
Donde la parte de doncella pudo
82
Representar, del campo de batalla
83
El hombre se mostró de más valía,
84
Y así la encina circundó su frente.
85
Él en la juventud entró cual hombre;
86
Él creció como el mar, y en el tumulto
87
De diez y siete encuentros, de la gloria
88
Supo privar a las demás espadas.
89
Respecto a sus proezas en Corioli,
90
Que palabras me faltan sólo digo.
91
Él logró detener a los que huían,
92
Y su ejemplo animoso en los cobardes
93
Trocó el terror en mero pasatiempo.
94
Así, cual cede la marina planta
95
Ante la nave que los mares surca,
96
Ante esa proa se humillaron todos.
97
Su espada, sello de la muerte, en donde
98
Golpeaba su imagen imprimía
99
Sangre ya de los pies a la cabeza,
100
Al son de sus más leves movimientos
101
Le acompañaban gritos moribundos.
102
De la ciudad por las mortales puertas
103
Penetra solo, y su fatal destino
104
Pintando en ellas, se retira solo.
105
Mas de un refuerzo acompañado luego
106
Cayó sobre Corioli cual planeta.
107
Todo era suyo; pero escucha entonces
108
Rumor de lucha su sensible oído,
109
Y al instante su espíritu animoso,
110
De su cuerpo el cansancio reanimando,
111
Al campo de batalla de conduce.
112
Sobre vidas humanas lo recorre,
113
Chorreando sudor, como si fuera
114
Desolación perpetua, y hasta el punto
115
Que en campo abierto y en ciudad vencimos,
116
Ni aun descansó su pecho jadeando.

MEN.
117
Hombre digno.

SEN. 1º
Sin duda los honores
118
Indicados le sientan a medida.

COM.
119
El botín repulsó que le ofrecimos
120
Y juzgó los objetos más preciados
121
Como si fueran fango de la tierra.
122
Menos codicia él de lo que puede
123
Conceder la miseria, y sus acciones
124
Se premia ejecutándolas, contento
125
De que corra su vida de ese modo.

MEN.
126
Nobilísimo es. Que se le cite.

SEN. 1.º
127
Llamad a Coriolano.

EMP. 1.º
Ya se acerca.

Vuelve a entrar CORIOLANO.

MEN.
128
Coriolano: el Senado, muy gustoso,
129
Cónsul te nombrará.

COR.
Débole siempre
130
Mi vida y mis servicios.

MEN.
Sólo falta
131
Que al pueblo te dirijas.

COR.
Suplicara
132
Que permitáis que falte a esa costumbre.
133
No sé ponerme la modesta toga
134
Y de pie y descubierto suplicarles
135
Los votos por razón de mis heridas.
136
Del acto ese dispensadme os ruego.

SICIN.
137
El pueblo ha de votar. Ni en lo más leve
138
Consentirá mermar la ceremonia.

MEN.
139
No los irrites. Ruego que te ciñas
140
Al uso; y en la forma en que aceptaron
141
Otros la misma dignidad, la aceptes.

COR.
142
Rubor hacer ese papel me causa,
143
Y de él privar al pueblo se podría.

BRUTO.
144
(A Sicinio)
¿Has oído?

COR.
Jactarme en su presencia
145
De hacer tal o cual cosa… descubrirles
146
Unas heridas que ni ya me duelen
147
Y que tener debiera siempre ocultas,
148
Cual si yo las hubiera recibido
149
Por el mero salario de sus votos!...

MEN.
150
No insistas más. Recomendad, tribunos,
151
Al pueblo nuestro plan. ¡Y a nuestro Cónsul
152
Dicha y honra sin fin!

SENADS.
153
¡Dicha y honra sin fin a Coriolano!

(Clarines. – Vánse todos menos Bruto y Sicinio.)

BRUTO.
154
¡Ya ves cómo tratar al pueblo quiere!

SICIN.
155
¡Ojalá lo comprendan! A rogarles
156
Va en son de despreciar el que ellos tengan
157
Poder de conceder lo que les pide.

BRUTO.
158
Vamos, pues, y de todo lo ocurrido
159
Cuenta daremos. Sé que nos esperan
160
En la pública plaza.

(Vánse.)

ESCENA III.

Roma. – El Foro.
Entran varios CIUDADANOS.

CIU. 1.º
1– Si nos pide nuestros votos, no se los debemos negar.

CIU. 2.º
2– Podemos, si queremos.

CIU. 3.º
3– Yace en nosotros ese poder; pero es poder que no tenemos poder de ejercer, porque si nos enseña sus heridas, y nos cuenta sus hazañas, en sus heridas debemos poner las lenguas para que hablen. Así, pues, si nos habla de sus nobles hechos, debemos hablarle de nuestro noble reconocimiento de ellos. La ingratitud es una monstruosidad; considerar a la multitud ingrata, es considerar monstruosa a la multitud; y como nosotros somos sus miembros, fuera reconocernos como miembros monstruosos.

CIU. 1.º
4– Y para que no se nos tenga en más de eso, con poco bastará. Cuando nos levantamos por causa del trigo, él mismo no se paró en llamarnos la turba de mil cabezas.

CIU. 3.º
5– Muchos nos han llamado así, y no porque nuestras cabezas sean unas obscuras, otras negras o rubias o coloradas, sino por razón de las diferencias de color de nuestros ingenios. Verdaderamente creo que si nuestros ingenios salieran del cráneo, volarían al Este, al Oeste, al Norte y al Sur, y que estarían conformes sólo para volar a un mismo tiempo a todos los puntos de la rosa náutica.

CIU. 2.º
6– ¿Crees eso? ¿Cómo crees que volaría mi ingenio?

CIU. 3.º
7– Francamente, tu ingenio saldría con más retraso que otro alguno, porque está firmemente empotrado en una calabaza; pero, al tener libertad, volaría derecho al Sur.

CIU. 2.º
8– ¿Por qué hacia allí?

CIU. 3.º
9– Para perderse en la niebla; y habiéndose derretido las tres cuartas partes en esos pestilentes vapores, la cuarta parte restante, a impulsos de su conciencia, tornaría para ayudarte a tomar esposa.

CIU. 2.º
10– Siempre con tus bromas… ¡Vaya, vaya!

CIU. 3.º
11– ¿Estáis todos decididos a conceder vuestros votos? Pero poco importa. Basta la mayoría. Yo afirmo que si se hace amigo del pueblo, no se hallará hombre más digno. Aquí viene y con la modesta toga: observadle. No debemos permanecer todos reunidos, sino ir hacia él uno a uno, dos a dos, o tres a tres. Debe suplicarnos en particular, y de ese modo será un honor para cada uno prometerle nuestros votos con nuestra propia lengua. Por lo tanto, seguidme. Yo os diré cómo debéis acercaros a él.

TODOS.
12– Bien, bien.

(Vánse.)
Entra CORIOLANO y MENENIO.

MEN.
13
¡Oh! no tienes razón. ¿Los más honrados
14
No sabes que lo han hecho?

COR.
¿Qué les digo?
15
« Os ruego…» ¡Mala peste! No podría
16
A paso tal camino hacer mi lengua.
17
« Observad… mis heridas. Las obtuve
18
Defendiendo a mi patria, cuando algunos
19
Cofrades vuestros berreando huyeron
20
Al oír redoblar nuestros tambores.»

MEN.
21
¡Oh, válganme los dioses! No hables de eso.
22
Di que de ti se acuerden.

COR.
¿Qué se acuerden
23
De mí? ¡Que los ahorquen! Que me olviden,
24
¡Ojalá! como olvidan las virtudes
25
Que nuestros sacerdotes les predican.

MEN.
26
Vas a echarlo a perder. Te dejo solo.
27
Háblales, te lo ruego, te lo ruego,
28
En razón.

COR.
Diles que sus caras laven
29
Y se limpien los dientes. Dos ahí llegan.
Vuelven a entrar dos CIUDADANOS.
30
Ya sabéis por qué causa aquí me hallo.

CIU. 1.º
31– Sí tal. Pero di tú, ¿qué te ha traído?

COR.
32– Mis propios merecimientos.

CIU. 2.º
33– ¿Tus propios merecimientos?

COR.
34– Sí. Y no mi propio deseo.

CIU. 1.º
35– ¡Cómo! ¿tu propio deseo no?

COR.
36– No. Nunca he deseado molestar pidiendo limosna al pobre.

CIU. 1.º
37– Debes pensar que si te damos algo es porque esperamos ganar en ello.

COR.
38– Pues bien. Os ruego que me pongáis precio por el consulado.

CIU. 1.º
39– El precio es solicitarlo con modo.

COR.
40– ¡Con modo! Cabaleros, os ruego que me lo concedáis. Tengo heridas que os puedo mostrar, y que veréis en privado. Vuestros votos caballeros… ¿qué decís?

CIU. 2.º
41– Señor, que los tendrás.

COR.
42– Trato hecho. Van ya mendigados dos dignos votos. Logré vuestra limosna. Pasadlo bien.

CIU. 1.º
43– Algo extraño es esto.

CIU. 2.º
44– Si tuviera que hacerse otra vez… ¡Pero no importa!

(Vánse los dos Ciudadanos.)
Vuelven a entrar otros dos CIUDADANOS.

COR.
45– Por favor. Si está en concordancia con vuestros votos el que yo sea cónsul… Tengo puesta la toga usual…

CIU. 3.º
46– Has merecido bien y no has merecido bien de tu patria.

COR.
47– ¿Vuestro enigma?

CIU. 3.º
48– Azote fuiste de sus enemigos, y látigo de sus amigos. No has querido al vulgo.

COR.
49– Por eso debéis juzgarme tanto más virtuoso, puesto que no he sido vulgar en mis afectos. Adularé, caballero, a mis jurados hermanos, la gente del pueblo, para obtener de ellos más cara estima, puesto que amable juzgan este proceder; y, como en su alta sabiduría estiman en más a mi sombrero que a mi corazón, me ejercitaré en insinuantes saludos y hacia ellos me iré fingiendo. Es decir, que imitaré los encantos de algún hombre popular, y se los daré a manos llenas a quienes los deseen. Así, pues, os ruego que me nombréis cónsul.

CIU. 4.º
50– Esperamos que seas nuestro amigo, y por lo tanto te prometemos con la mejor voluntad nuestros votos.

CIU. 3.º
51– Has recibido muchas heridas defendiendo tu patria.

COR.
52– Es inútil poner el sello a lo que ya sabéis, mostrándooslas. Tendré muy en cuenta vuestros votos, y así no os molesto más.
(Vánse.)
53
¡Oh dulcísimos votos!
54
Mejor morir hambriento, que el ultraje
55
De mendigar salario merecido.
56
¿Por qué, pues, yo con tan humilde traje
57
De éste y aquél sanción inútil pido?
58
¡Lo exige la costumbre! mas si fuera
59
A respetarse siempre la costumbre,
60
El polvo del ayer no se barriera,
61
Y mostrara el error tan alta cumbre
62
Que a la verdad la vista interrumpiera.
63
Antes de farsa tal, dejar debía
64
Cargos a quien los busque de este modo;
65
Mas puesto que camino en esa vía
66
Y anduve la mitad, ándese el todo.
67
Aquí más votos vienen.
Vuelven a entrar otros tres CIUDADANOS.
68
Vuestros votos. Luché por vuestros votos,
69
Velé por vuestros votos. Dos docenas
70
Y acaso algunas más heridas tuve
71
Por vuestros votos. He escuchado y visto
72
Diez y ocho batallas: muchas cosas,
73
Unas más grandes y otras más pequeñas
74
Hice por vuestros votos. ¡Vuestros votos!
75
Os diré la verdad: cónsul ser quiero.

CIU. 1.º
76– Se ha portado noblemente, y ningún hombre honrado puede dejar de darle su voto.

CIU. 5.º
77– Por lo tanto, que sea cónsul. ¡Que los dioses lo protejan y lo hagan fiel amigo del pueblo!

LOS TRES CIUD.
78– Amén, amén. Salve, noble cónsul.

COR.
79– ¡Dignísimos votos!

Vuelve a entrar MENENIO con BRUTO y SICINIO.

MEN.
80
Cumpliste tu misión; y los Tribunos
81
Con los votos del pueblo te sostienen.
82
Falta que las insignias oficiales
83
Te vistas, y que acudas al Senado.

COR.
84
¿Se acabó?

SICIN.
Ya cumpliste la costumbre
85
De suplicar. El pueblo te ha admitido,
86
Y a que confirme tu elección lo llaman.

COR.
87
¿Dónde, al Senado?

SICIN.
Ahí mismo, Coriolano.

COR.
88
¿Este vestido, pues, puedo mudarme?

SICIN.
89
Sí tal.

COR.
Pues he de hacerlo sin demora,
90
E iré al Senado, lo que soy ya siendo.

MEN.
91
Voy contigo. ¿Venís?

BRUTO.
Nos es forzoso
92
Aquí al pueblo esperar.

SICIN.
Id en buen hora.
(Vánse Coriolano y Menenio.)
93
Ya lo ha logrado, y por su rostro veo
94
Que arde su corazón.

BRUTO.
La humilde veste
95
Se revistió con corazón altivo.
96
¿Despedimos al pueblo?

Vuelven a entrar CIUDADANOS.

SICIN.
Conque, vamos,
97
Señores, ¿elegisteis a ese hombre?

CIU. 1.º
98
Tiene los votos nuestros.

BRUTO.
99
Pedimos a los dioses que merezca
100
Vuestra amistad.

CIU. 2.º
Amén. Al reclamarnos
101
Nuestros votos, según mi escaso juicio,
102
Se mofó de nosotros.

CIU. 3.º
Ciertamente.
103
Se burló de nosotros por completo.

CIU. 1.º
104
Es su modo de hablar: no se burlaba.

CIU. 2.º
105
Tú tan sólo entre todos aseguras
106
Que con desdén no nos trató. Debiera
107
Las tumbas de su gloria haber mostrado,
108
Las heridas por causa de su patria.

SICIN.
109
De fijo las mostró.

TODOS.
No, no se han visto.

CIU. 3.º
110
Dijo tener heridas que en privado
111
Mostrar podría, y dijo con escarnio,
112
Agitando el sombrero, así: « Ser cónsul
113
Quisiera yo; pero anticuados usos
114
Sin tener vuestros votos me lo impiden:
115
Por tanto, concededme vuestros votos.»
116
Y oíd, al concederlos, lo que dijo:
117
« Gracias por vuestros votos, muchas gracias
118
Por vuestros lindos votos; pero ahora
119
Que me habéis vuestros votos concedido
120
No tengo más asunto con vosotros.»
121
¿Esto no fue burlarse?

SICIN.
¿Cómo fuisteis
122
Tan torpes en no verlo, o tan sencillos
123
Que, viéndolo, le disteis vuestros votos?

BRUTO.
124
¿Por qué así, no dijisteis –como estabais
125
Aleccionados –que cuando era sólo
126
Del estado sirviente miserable
127
Y sin poder, vuestro enemigo era,
128
A vuestras libertades y franquicias
129
En el cuerpo social opuesto siempre,
130
Y que ahora al ocupar puesto tan alto
131
Y al ser en el gobierno poderoso,
132
Si con dañado intento persistiese
133
Implacable enemigo del plebeyo,
134
Maldiciones serían vuestros votos
135
Contra vosotros mismos? Necesario
136
Era decirle que sus altos hechos
137
Su noble pretensión justificaban;
138
Y su buen natural de esa manera
139
Habría agradecido vuestros votos,
140
Su hostilidad trocándose en cariño,
141
Y vuestro protector de hoy más sería.

SICIN.
142
A haber así como se os dijo hablado,
143
Se hubiera conmovido, y sus tendencias
144
Pudierais sondear, o conseguido
145
Promesa de amistad arrebatarle
146
Que en un momento dado le obligara;
147
O herido así su natural adusto,
148
Que no tolera condición alguna
149
Que a nada le sujete, y de este modo
150
Al encolerizarlo, de su ira
151
Aprovechándoos, nunca le eligierais.

BRUTO.
152
Le visteis desdeñaros francamente,
153
Cuando vuestra amistad necesitaba.
154
¿Y creéis que su desdén no ha de ofenderos
155
Cuando tenga poder para aplastaros?
156
¿No existe corazón en vuestros cuerpos,
157
O vuestras lenguas solamente os sirven
158
Para oponerse a lo que ordena el juicio?

SICIN.
159
Rehusasteis complacer a pretendientes
160
Antes de hoy; mas hoy no al que suplica
161
Vuestros votos cedéis, al que se burla.

CIU. 3.º
162
Aun no está confirmado, y lo podemos
163
Todavía rehusar.

CIU. 2.º
Yo lo rehuso,
164
Y cuento siempre con quinientos votos.

CIU. 1.º
165
Doble número yo con mis amigos.

BRUTO.
166
Al punto id, y a los amigos vuestros
167
Decir debéis que han elegido un cónsul
168
Que les va a arrebatar sus libertades
169
Y a dejarles la voz como a los perros
170
A quienes dan de palos porque ladran,
171
Para ladrar habiéndolos criado.

SICIN.
172
Reuníos, pues, y, con mejor acuerdo,
173
Que esta elección imbécil se revoque.
174
Su orgullo y su desprecio de vosotros
175
Recordad, y también haced presente
176
Su desdén al vestir la humilde toga
177
Y su escarnio al pedir que le apoyasen.
178
Mas que vuestro cariño, sus proezas
179
Al recordar, os impidió fijaros
180
En su actitud, que por el odio intenso
181
Que siempre os profesó fue moldeada.

BRUTO.
182
Nos echaréis la culpa a los tribunos,
183
Que todos los obstáculos quitamos
184
Para que fuese electo por vosotros.

SICIN.
185
Decid que lo elegisteis más por causa
186
De las órdenes nuestras, que al impulso
187
De vuestro propio afecto; y preocupados
188
Con mandatos, más bien que con aquello
189
Que era oportuno hacer, cónsul le hicisteis
190
Casi a regañadientes. – A nosotros
191
Nos echaréis la culpa.

BRUTO.
Si, sin miedo,
192
Que en arengas decid os informamos
193
De que sirvió a su patria casi niño,
194
Del tiempo que al servicio de ella estuvo;
195
De qué familia es él – de la muy noble
196
Casa de Marcio de la cual naciera
197
Ese Anco Marcio, hijo de la hija
198
De Numa y rey después del gran Hostilio; –
199
Que fueron de su estirpe Quinto y Publio,
200
Que aquí el más puro manantial nos trajo,
201
Y que Censorio –el de tan digno nombre,
202
Porque censor del pueblo fué dos veces –
203
Era su antecesor.

SICIN.
A quien unía
204
A alcurnia tal, también merecimientos
205
Para encumbrarse así recomendamos,
206
A vuestra gratitud; mas que habéis visto,
207
Pesando su pasado y su presente,
208
Que él es vuestro enemigo encarnizado
209
Y revocáis vuestra elección insana.

BRUTO.
210
Jamás, afirmaréis, la hubierais hecho –
211
Herid siempre esa cuerda –a no haber sido
212
Por nuestra instigación; y todos juntos
213
Idos al Capitolio de seguida.

TODOS.
214
Así lo haremos, porque casi todos
215
Están de esta elección arrepentidos.

(Vánse.)

BRUTO.
216
Déjalos ir. Este motín de ahora
217
Mejor será que otro mayor más tarde,
218
Pero también dudoso. Si se irrita,
219
Y en él es natural que así acontezca,
220
Observemos los dos y sacaremos
221
Ventajas de su cólera.

SICIN.
Conmigo
222
Al Capitolio ven. Lleguemos antes
223
Que la corriente popular acuda,
224
Y así parecerá, y en parte es cierto,
225
Que obran libres y no por nuestro impulso.

(Vanse.)

Acto tercero

ESCENA PRIMERA.

Roma. – Una calle.
Clarines. – Entran CORIOLANO, MENENIO, COMINIO, TITO LARCIO, SENADORES Y PATRICIOS.

COR.
1
¿Tulio Aufidio así, pues, vuelve a la lucha?

LAR.
2
Sí, señor; y por eso con presteza
3
Convine en un arreglo.

COR.
4
Los Volscos, pues, están como al principio,
5
Dispuestos otra vez para el ataque
6
En ocasión propicia.

COM.
Tan cansados,
7
Noble cónsul, están, que en largo tiempo
8
No ondearán sus pendones.

COR.
¿Viste a Aufidio?

LAR.
9
Con un salvoconducto vino a verme,
10
Y maldijo a los Volscos, porque, viles,
11
Cedieron la ciudad. Se encuentra en Antio.

COR.
12
¿Habló de mí?

LAR.
Sí tal.

COR.
¿Cómo? ¿qué dijo?

LAR.
13
Las veces que luchasteis hierro a hierro.
14
Que lo que más odiaba en este mundo
15
Eras tú; que gustoso su fortuna
16
Sin poder rescatarla empeñaría
17
Si de ti vencedor lo declararan.

COR.
18
¿En Antio vive?

LAR.
En Antio.

COR.
19
¡Ojalá que ahí pudiera visitarle
20
Para oponerme a su furor! Bien vengas.
Entran SICINIO y BRUTO.
21
Ved. Ahí vienen del pueblo los Tribunos,
22
Las lenguas de la boca de la plebe
23
Me causan tedio. Del poder se adornan
24
Poniendo a prueba la nobleza misma.

SICIN.
25
Detente.

COR.
¡Ah! ¿qué es eso?

BRUTO.
26
Es peligroso el avanzar. Detente.

COR.
27
¿Qué motiva este cambio?

MEN.
Dí, ¿qué ocurre?

COM.
28
¿No le han votado nobles y plebeyos?

BRUTO.
29
Cominio, no.

COR.
¿Votaronme, pues niños?

SEN. 1.º
30
Tribunos, apartad. Irá a la plaza.

BRUTO.
31
El pueblo está furioso en contra suya.

SICIN.
32
Deteneos, no acabe en un tumulto.

COR.
33
¿Vuestro rebaño es ése? ¿Dáisles votos
34
A quienes ahora mismo los conceden
35
Y al instante a sus lenguas contradicen?
36
Vuestro oficio, ¿cual es? Si sois sus bocas,
37
¿Por qué no gobernáis también sus dientes?
38
¿Los habéis azuzado?

MEN.
Calma, calma.

COR.
39
Es concertado plan, y trama urdida
40
Para ajar el poder de la nobleza.
41
Si tanto soportáis, vivid unidos
42
De hoy mas á gente que mandar no sabe,
43
Ni permite que nadie la gobierne.

BRUTO.
44
No has de decir que es plan. El pueblo afirma
45
Que de ellos te burlaste; que hace poco
46
Al reparto del trigo te opusiste,
47
Y que á los que su súplica llevaban
48
Difamaste, y llamaste aduladores,
49
Veletas y enemigos del Senado.

COR.
50
Eso ya se sabía.

BRUTO.
No entre todos.

COR.
51
Se lo habrás dicho, pues.

BRUTO.
¡Qué! ¡yo decirlo!

COR.
52
Capaces sois de hacerlo.

BRUTO.
Sí, capaces
53
De mejores acciones que las tuyas.

COR.
54
¿A qué, pues, ¡vive el cielo! ser yo cónsul
55
Que merezca lo poco que vosotros?
56
Y así, tribuno y compañero hacedme.

SICIN.
57
Harto demuestras lo que al pueblo irrita.
58
Si has de llegar al fin de la jornada,
59
Pregunta por la senda que perdiste
60
Con templanza mayor, porque sin eso
61
Jamás alcanzarás el consulado
62
Ni cual tribuno te uncirán á Bruto.

MEN.
63
Calma.

COM.
Engañan al pueblo, lo seducen
64
(De Roma indigno es este subterfugio)
65
Ni ha merecido nunca Coriolano
66
Que se le ponga tan infame estorbo
67
De sus merecimientos en la vía.

COR.
68
¡Venirme a hablar de trigo! Mi discurso
69
Fue entonces éste y repetirlo quiero.

MEN.
70
Ahora no, ahora no.

SEN. 1.º
No en este instante
71
Que acalorado estás.

COR.
Por vida mía,
72
Lo voy a repetir. Nobles amigos,
73
Concededme perdón. En cuanto a esa
74
Voluble y apestosa muchedumbre,
75
Que se miren en mí, que nunca adulo
76
Y verán el reflejo de sí mismos.
77
Sostengo que al tratar de conciliarlos,
78
Contra el Gobierno la fatal cizaña
79
Nutrimos del motín, de la insolencia
80
Y de la rebelión, con nuestras manos
81
Cavándole la tierra, y su semilla
82
Sembrando y esparciendo, al permitirles
83
Que alternen con nosotros, con los nobles,
84
A quienes faltan sólo cualidades
85
Y poderío que a mendigos damos.

MEN.
86
Bueno, basta.

SEN. 1.º
No más, te lo suplico.

COR.
87
¡Cómo no más! Así como mi sangre
88
Vertí en provecho de la patria mía
89
Sin calcular jamás fuerzas extrañas,
90
Acuñarán palabras mis pulmones,
91
Hasta no poder más, contra esa lepra
92
Cuya infección odiamos, y no obstante
93
De ella vamos en pos.

BRUTO.
Del pueblo hablas
94
Cual si fueras un dios para humillarlo,
95
Y no un mortal con sus defectos mismos.

SICIN.
96
Bueno fuera informar de todo al pueblo.

MEN.
97
¡Cómo, cómo! ¿de un rapto de coraje?

COR.
98
¡Coraje!
99
Tranquilo cual el sueño a media noche,
100
Lo mismo ¡voto a Júpiter! pensara.

SICIN.
101
Pensamiento que en ti, con su ponzoña,
102
Es forzoso que quede, y no emponzoñe,
103
Si ha de cundir más lejos.

COR.
« ¡Es forzoso!»
104
¡Miren este tritón de la morralla!
105
¡Su absoluto « es forzoso!» ¡Tomen nota!

COM.
106
Hablaste fuera de la ley.

COR.
« ¡Forzoso!»
107
¡Oh excelentes, mas cándidos patricios,
108
Sabios, mas temerarios Senadores!
109
¿Cómo poder así dais a la Hidra
110
Para escoger a un jefe que, aunque es solo
111
El clarín de ese monstruo y el estruendo
112
Con su « es forzoso» perentorio, osa
113
Deciros que desvía la corriente
114
De vuestra autoridad a su piscina
115
Y que vuestro canal de hoy más es suyo?
116
Si tiene ese poder, a él humillaos;
117
Si no lo tiene, despojaos entonces
118
De esa benevolencia peligrosa.
119
No cual necios obréis, si sois juiciosos;
120
Si no lo sois, cojines ofrecedles
121
A vuestro lado, porque sois plebeyos
122
Si ellos son senadores; que a eso llegan
123
Si al paladar, unidos vuestros votos,
124
Su sabor sobre el vuestro sobresale.
125
Nombran un magistrado, magistrado
126
Cuyo «es forzoso», el popular «forzoso»,
127
A tribunal tan varonil se opone,
128
Cual nunca a Grecia dirigió su ceño.
129
¡Vive Jove! ¡ser cónsul es vileza!
130
Me duele el alma contemplar lo pronto
131
Que, si dejáis crecer a dos poderes,
132
Los dos rivales, cundirá el desorden
133
Por la ancha brecha, destruyendo a entrambos.

COM.
134
Bien. A la plaza, pues.

COR.
Los que opinaban
135
Del público granero trigo gratis
136
Distribuir, cual se estilaba en Grecia
137
Tiempos atrás…

MEN.
Bien, bien. Dejemos eso.

COR.
138
Aunque allí el pueblo más poder tenía,
139
Digo que fomentaban el desorden,
140
Buscando la ruina del Estado.

BRUTO.
141
¿Sus votos, pues, por qué ha de dar el pueblo
142
A quien se expresa así?

COR.
Daré razones
143
Que serán de más peso que sus votos.
144
Que no era el trigo galardón sabían,
145
Pues servicio ninguno confirieron.
146
Heridas del Estado las entrañas,
147
Y al reclutarse tropas, esquivaron
148
De la ciudad atravesar las puertas:
149
No mereció tal acto trigo gratis.
150
Llegó la guerra a declararse luego
151
Y entonces sus revueltas y motines
152
(En lo que más se demostró su brío)
153
No abogaron por ellos. Sus calumnias
154
Sin nata causa y siempre repetidas,
155
No es fácil aducir como motivo
156
De nuestra franca donación. Pues bueno,
157
¿De qué modo esa ciega muchedumbre
158
Digerirá el obsequio del Senado?
159
Lo que piensan sus actos claro dicen.
160
«Lo exigimos. Los más somos nosotros,
161
Y han accedido a la demanda nuestra
162
De puro miedo.» Así prostituimos
163
La esencia de estos puestos que ocupamos,
164
Y hacemos que la turba considere
165
Terror nuestros afanes, y que logre,
166
Andando el tiempo, las herradas puertas
167
Del Senado forzar, y entrarnos grajos
168
Que a águilas picoteen.

MEN.
Vamos, basta.

BRUTO.
169
Basta, y con colmo.

COR.
No, más todavía.
170
Lo que puedo jurar ante cualquiera
171
Divino o humano tribunal, que sellen
172
Mis últimas palabras. Doble mando
173
Donde una parte con razón desdeña,
174
Y la otra parte sin razón insulta;
175
Donde el noble, el insigne y el discreto
176
Tienen que atemperar sus decisiones
177
Al sí o al no del ignorante vulgo,
178
Omitirá cumplir lo necesario,
179
Accediendo a volubles ligerezas;
180
Y de tamaña oposición el fruto
181
Será dejar de hacer lo conveniente.
182
Por lo tanto, requiero de vosotros,
183
Que tenéis menos miedo que cautela,
184
Que a las instituciones del Estado
185
Amáis más que os espanta el que vacilen,
186
Que a larga preferís honrada vida,
187
Que no teméis atormentar el cuerpo
188
Con una medicina peligrosa
189
Si el enfermo morir sin ella debe;
190
Que arranquéis de una vez la lengua al pueblo
191
Y no lama la miel que lo envenena.
192
Tal deshonor enturbia nuestro juicio,
193
Quita al Estado la unidad que es suya,
194
Y para hacer el bien queda impotente,
195
Por motivo del daño que le estorba.

BRUTO.
196
Bastante has dicho.

SICIN.
Cual traidor hablaste,
197
Y cual traidor responderás.

COR.
Menguado,
198
Muérete de despecho. ¡Necesita
199
El pueblo a estos imbéciles tribunos!
200
Su obediencia, por ellos inducidos,
201
A ese Supremo Tribunal rehúsan.
202
En fatal rebelión, donde la fuerza
203
Fue ley, no la justicia, los nombraron.
204
Digamos ya, que es fuerza la justicia,
205
Y su poder por tierra derribemos.

BRUTO.
206
¡Traición patente!

SICIN.
¡Ser él cónsul, nunca!

BRUTO.
207
¡Ediles, hola, de él apoderaos!

Entra un EDIL.

SICIN.
Al pueblo llama.
(Vase el Edil.)
208
Arréstote en su nombre,
209
Cual novador rebelde y enemigo
210
De la común salud. Presta obediencia ,
211
Y ven a dar razón de tus acciones.

COR.
212
¡Vil cabra, atrás!

SEN. y PAT.
Garantes suyos somos.

COM.
213
¡No le toques, anciano!

COR.
¡Atrás, escuerzo,
214
O te he de sacudir hasta que salten
215
Tus huesos a través de tus vestidos!

SICIN.
216
¡Ciudadanos, favor!

Entra un tropel de CUIDADANOS con los EDILES.

MEN.
¡Por ambas partes
217
Más respetos mostrad!

SICIN.
¡Ved al que quiere
218
Todo poder quitaros!

BRUTO.
¡A él, Ediles!

CIUDS.
219
¡Muera! ¡Muera!

SEN. y PAT., ETC.
¡A las armas! ¡A las armas!
(Todos rodean a Coriolano.)
220
¡Eh, tribunos, patricios, ciudadanos,
221
Sicinio, Bruto, Coriolano! ¡Cómo,
222
Ciudadanos! ¡Callad, callad! ¡Teneos!

MEN.
223
¿Qué va a ocurrir? ¡Aliento tengo apenas!
224
Se acerca el fin del mundo. Voz me falta.
225
Al pueblo hablad, tribunos. Coriolano,
226
Calma ten. Habla tú, noble Sicinio.

SICIN.
227
¡Oye, pueblo! ¡Callad!

CIUDS.
Nuestro tribuno
228
Hablar quiere. Callad. Habla, pues, habla.

SICIN.
229
De perder vuestras sacras libertades
230
A punto estáis. Os las quitara Marcio;
231
Marcio, al que habéis nombrado ha poco cónsul.

MEN.
232
¡Qué oprobio! De ese modo no se apaga
233
El incendio: se aviva.

SEN. 1.º
De ese modo
234
A la ciudad y a todo echáis por tierra.
235
¿Y no es el pueblo la ciudad?

CIUDS.
236
Es cierto,
El pueblo es la ciudad.

BRUTO.
237
Por unánime voz, representantes
238
Del pueblo designados hemos sido…

CIUDS.
239
Y lo sois.

MEN.
Y quizá por tiempo largo.

COM.
240
La ciudad de ese modo echáis por tierra.
241
Así juntáis techumbres y cimientos,
242
Y enterráis lo que aun firme se levanta
243
En montones de escombros y ruinas.

SICIN.
244
Esto muerte merece.

BRUTO.
O defendamos
245
O nuestra autoridad abandonemos.
246
Declaremos aquí, del pueblo en nombre,
247
Por cuyos votos fuimos elegidos,
248
Que Marcio es digno de inmediata muerte.

SICIN.
249
De él, pues, apoderaos, y llevadlo
250
A la roca Tarpeya, y de su altura
251
Lanzadlo a su ruina.

BRUTO.
¡A él, ediles!

CIUDS.
252
¡Ríndete, Marcio, ríndete!

MEN.
Dejadme
253
Decir una palabra. Yo os suplico,
254
Tribunos, que me oigáis una palabra.

EDILES.
255
¡Callad, callad!

MEN.
Sed lo que en vos se ostenta,
256
De vuestra patria amigos verdaderos.
257
Por tanto, proceded con más templanza,
258
En vez de corregir con tal violencia.

BRUTO.
259
Esos fríos consejos, que parecen
260
Prudentes paliativos, ponzoñosos
261
Remedios son para violentos males.
262
¡Prendedle, y a la Roca conducidle!

COR.
263
(Desenvainando la espada.)
¡No: quiero aquí morir! – Entre vosotros
264
Algunos hay que pelear me vieron.
265
Venid. Probad sobre vosotros mismos
266
Lo que en otros hacer antes me visteis.

MEN.
267
¡Quieta esa espada ten! – Breves instantes,
268
Tribunos, ruego os retiréis.

BRUTO.
¡Prendedle!

MEN.
269
¡Favor, favor a Marcio! ¡Todo noble,
270
Joven o viejo, a su socorro acuda!

CIUDS.
271¡Que muera! ¡Muera, muera!

(Vanse los Tribunos, los Ediles y el pueblo, arrollados en la lucha.)

MEN.
272
¡Huye! ¡Vete a tu casa, vete, vete,
273
O todo está perdido!

SEN. 2.º
¡Vete!

COR.
¡Firmes!
274
Tantos amigos hay como enemigos.

MEN.
275
¿Se hace la prueba?

SEN. 1.º
¡Líbrennos los dioses!
276
Ruegote, noble amigo, que te vayas,
277
Y deja que este daño remediemos.

MEN.
278
Porque esta llaga nuestra piel corroe,
279
E ignoras tú cómo se cura. ¡Vete,
280
Te lo suplico!

COM.
Vente con nosotros.

COR.
281
Ojalá fueran bárbaros, cual juzgo
282
Que lo son, aunque en Roma los parieran,
283
Y no Romanos, cual sin duda alguna
284
Juzgo que no lo son, aunque engendrados
285
Bajo el pórtico estén del Capitolio.

MEN.
286
Vete, y tu noble cólera en tu lengua
287
No coloques. Tendremos el desquite.

COR.
288
En buena lid, me atrevo con cuarenta.

MEN.
289
Yo me encargo de un par de los mejores
290
Sí, de los dos tribunos.

COM.
Pero excede
291
De toda proporción la diferencia,
292
Y necedad nuestro valor se torna
293
Al sustentar muralla que se cae.
294
Vete, pues, ya. No vuelva la canalla,
295
Cuyo furor, cual agua detenida,
296
Rompe a veces robustos valladares.

MEN.
297
Te ruego que te vayas; y veremos
298
Si mi ingenio vetusto prevalece
299
Con los que poco alcanzan. Es preciso
300
Con paño de cualquier color echarle
301
Un remiendo al asunto.

COM.
Con que vamos

(Vanse Coriolano, Cominio y otros.)

PAT. 1.º
302
Este hombre ha despreciado la fortuna.

MEN.
303
Es para el mundo demasiado noble.
304
Él ni por el tridente de Neptuno
305
Ni los rayos de Jove adularía.
306
Su boca es su corazón; su lengua
307
Lanza jamás lo que en su pecho forja,
308
Y ya enojado olvida que la muerte
309
Tiene siquiera nombre.
(Ruido dentro.)
¡Buen negocio!

PAT. 2.º
310
¡Ojalá que estuvieran en sus lechos!

MEN.
311
¡Ojalá que estuvieran en el Tíber!
312
Y ¿por qué ¡voto va! no hablo con calma?

Vuelven a entrar BRUTO y SICINIO con el tropel de ciudadanos.

SICIN.
313
¿En dónde está esa víbora que quiere
314
Despoblar la ciudad y serlo todo?

MEN.
315
Dignos tribunos…

SICIN.
Justicieras manos
316
Lo han de arrojar de la Tarpeya roca.
317
A la ley resistió; la ley por eso
318
Sin otras formas al rigor lo entrega
319
Del público poder que desafía.

CIU. 1º.
320
Ahora comprenderá que son las bocas
321
Del pueblo los tribunos, y nosotros
322
Sus manos.

CIUDS.
Por supuesto.

MEN.
Oíd.

SICIN.
¡Silencio!

MEN.
323
No jaleéis, porque tan sólo os toca
324
Moderación en esta cacería.

SICIN.
325
¿Cómo a ayudar su fuga te aprestaste?

MEN.
326
Óyeme hablar: así como conozco
327
Los méritos del Cónsul, sé sus faltas.

SICIN.
328
¡El Cónsul! ¿Cuál?

MEN.
El cónsul Coriolano.

BRUTO.
329
¡El Cónsul!

CIUDS.
No, no, no.

MEN.
330
Si me dan su permiso los tribunos,
331
Y si me dais permiso, buena gente,
332
Para hablar, os diré cuatro palabras
333
Que todo el daño que podrán haceros
334
Será el perder el tiempo en que las diga.

SICIN.
335
Habla y sé breve, que hemos decidido
336
Aplastar esa víbora traidora.
337
Hoy desterrarlo peligroso fuera,
338
Y es nuestra destrucción que aquí se quede;
339
Por lo tanto, morir debe esta noche.

MEN.
340
No permitan los dioses bondadosos
341
Que nuestra excelsa Roma, que registra
342
Su gratitud hacia sus nobles hijos
343
De Jove en los anales, madre fiera
344
Devore sin piedad a su familia.

SICIN.
345
Es tumor que extirpar es necesario.

MEN.
346
Ese cuerpo un tumor tiene tan sólo:
347
Extirparlo es mortal, curarlo fácil.
348
¿Para morir que daño le hizo a Roma?
349
Matar sus enemigos. Por su patria
350
La noble sangre que ha vertido, en peso
351
Excede a la que hoy tiene en muchas onzas.
352
Pues que su patria la restante vierta
353
Será, para nosotros que lo hacemos
354
O que lo toleramos, indeleble
355
Sello de oprobio.

SICIN.
Puros disparates.

BRUTO.
356
No hablas al caso. Cuando amó a su patria
357
Esta le supo honrar.

MEN.
Si se gangrena
358
El pie, pronto se olvidan sus servicios.

BRUTO.
359
No escuchamos ya más. Id a su casa
360
Y aquí luego traedlo. Que no cunda
361
Más lejos este mal que es contagioso.

MEN.
362
Una palabra más, una palabra.
363
Esta ferocidad de pies de tigre,
364
Al contemplar los males que acarrea
365
Su impremeditación, querrá, ya tarde,
366
Pesas de plomo atar a sus talones.
367
Proceded legalmente, no se irriten
368
Parciales que lo estiman, y destruyan
369
Romanos mismos a la excelsa Roma.

BRUTO.
370
Si acaso fuera así…

SICIN.
Pero ¿qué dices?
371
¿Pruebas de su obediencia no hemos visto?
372
¿No ha maltratado a los ediles nuestros?
373
¿No se ha burlado de nosotros? ¡Vamos!

MEN.
374
Esto considerad. Desde que pudo
375
Tener la espada se crió en las guerras,
376
Y nada entiende de pulidas frases.
377
Sin distinción, conjuntamente arroja
378
La harina y el afrecho. Yo me obligo,
379
Con el permiso vuestro, a hacer que acuda
380
A responder ante la ley con calma
381
Y a sufrir sus más duras consecuencias.

SEN. 1.º
382
Esta la senda es, nobles tribunos.
383
Sangrienta por demás otra sería,
384
Y nos llevara a un término imprevisto.

SICIN.
385
Como emisario, pues, noble Menenio,
386
Del pueblo actúa. Deponed, señores,
387
Las armas vuestras.

BRUTO.
No os vayáis a casa.

SICIN.
388
En la plaza reuníos. Estaremos
389
Allí también. Si no nos traes a Marcio,
390
Obraremos cual antes hemos dicho.

MEN.
391
Os lo traeré. Que os pida permitidme
(A los Senadores.)
392
Vuestra compaña. Personarse debe,
393
O lo peor vendrá.

SEN. 1.º
Contigo iremos.

(Vanse.)

ESCENA II.

Habitación en la casa de Coriolano.
Entran CORIOLANO y PATRICIOS.

COR.
1
Cuélguense sin cejar de mis orejas,
2
Con morir en el potro me amenacen,
3
O a la cola de indómitos caballos,
4
O sobre la Tarpeya roca apilen
5
Diez montes más, de modo que la vista
6
Se pierda contemplando el precipicio,
7
Cual he sido seré para con ellos.

PAT. 1.º
8
Mayor nobleza mostrarás.

COR.
Me extraña
9
Que mi madre no apruebe mi conducta,
10
Cuando los ha llamado tantas veces
11
Esclavos con su lana. Creadas cosas
12
Para comprar, para vender a ochavos,
13
Para ostentar cabezas descubiertas
14
En cualquiera reunión, desperezarse,
15
E inmóviles quedar y atolondrados
16
Al levantarse alguno de mi alcurnia
17
Para tratar cuestión de paz o guerra.
Entra VOLUMNIA.
18
Hablo de ti. ¿Por qué mayor templanza
19
Que empleara quisiste? ¿Pretendías
20
Que hiciera yo traición a mi carácter?
21
Dime más bien que lo que soy parezca.

VOL.
22
¡Hijo mío, hijo mío! Deseaba
23
Del poder revestido contemplarte,
24
Antes de ver el traje estropeado.

COR.
25
Déjalo ir.

VOL.
Bastante lo que eres
26
Hubieras sido con mostrarlo menos.
27
Menores contratiempos hoy tendrías
28
Si no hubieras mostrado cuáles eran
29
Las intenciones tuyas hasta tanto
30
Que no pudieran ellos atajarte.

COR.
31
Que los ahorquen.

VOL.
Justo, y que los quemen.

Entran MENENIO y SENADORES.

MEN.
32
Vamos, vamos. Muy brusco, demasiado
33
Brusco estuviste. Retornar es fuerza
34
Y enmendarlo.

SEN. 1.º
Es preciso, si no quieres
35
Que nuestra gran ciudad en dos mitades
36
Se divida y perezca.

VOL.
Sus razones
37
Te suplico escuchar. Tengo, cual tienes,
38
Un corazón indómito; no obstante,
39
Tengo un cerebro que en provecho mío
40
Encauza de mi cólera el impulso.

MEN.
41
¡Bien dicho, noble dama!... Si no fuera
42
Porque lo exige tan violenta crisis
43
Cual medicina, en vez de él humillarse
44
A esa vil grey, gustoso vestiría
45
Mi armadura, que apenas ya soporto.

COR.
46
¿Qué debo hacer?

MEN.
Buscar á los tribunos.

COR.
47
Bueno. ¿Después? ¿después?

MEN.
Arrepentirte
48
De lo que has dicho.

COR.
¿Ante ellos? No podría
49
Ante los dioses. ¿Lo he de hacer ante ellos?

VOL.
50
Te muestras por demás intransigente,
51
Y pecar por exceso de nobleza
52
En esto no es posible, sino cuando
53
Alza el riesgo su voz. Tú mismo dices
54
Que el honor y el ingenio juntos andan,
55
Cual íntimos amigos, en la guerra.
56
Concedido. Ahora bien, en paz viviendo,
57
¿Qué recíproco daño se ocasionan
58
Para eludir entonces combinarse?

COR.
59
¡Bah, bah, bah!

MEN.
Discretísima pregunta.

VOL.
60
Si engañar en la guerra no deshonra,
61
Y se aguza el ingenio para el caso,
62
¿Por qué en la paz igual compañerismo
63
No han de tener también honor é ingenio,
64
Si en ambos casos a lo propio tienden?

COR.
65
¿Por qué arguyes así?

VOL.
Porque hoy te toca
66
Hablar al pueblo no según lo entiendas
67
Ni como el corazón a ello te induzca,
68
Sino con frases que en tu lengua sólo
69
Tengan raíces: sílabas bastardas
70
Que tu pecho leal nunca prohíbe.
71
Ahora bien, esto en nada te deshonra,
72
Cual no deshonra con gentiles frases
73
Ganar una ciudad, si de otro modo
74
Toca a la suerte decidir el caso
75
O raudales de sangre derramarse.
76
Con mi carácter transigir supiera,
77
Pidiéndolo mi honor, comprometida
78
Mi suerte al ver, o en riesgo a mis amigos.
79
Ahora en este momento soy tu esposa,
80
Tu hijo, los senadores y los nobles.
81
¿Prefieres enseñar a esos menguados
82
Tu entrecejo, a mostrarles cortesía,
83
Y obtener su amistad, fortaleciendo
84
Sin duda así lo que arruinar pretenden?

MEN.
85
¡Noble señora! Ven, ven con nosotros.
86
Háblales en razón. Así el conflicto
87
No sólo evitarás de lo presente,
88
Sino que ganarás cuanto perdiste.

VOL.
89
Hijo mío, te ruego que los veas,
90
Y llevando en tu mano este sombrero,
91
Y habiéndolo extendido de esta suerte
92
Aúnate con ellos. Tus rodillas
93
Besen las piedras – porque en estos casos
94
Elocuencia es la acción, y por los ojos,
95
Más que por el oído, el vulgo entiende. –
96
Meneas la cabeza, y a menudo
97
Así el robusto corazón castigas,
98
Tan blando ya como madura mora,
99
Que no consiente apenas que la toquen;
100
Y les dirás que su soldado eres,
101
Que educado en los campos de batalla,
102
Privado estás de las flexibles formas
103
Que –lo confiesas– emplear es justo,
104
Cual justo es que las exija el pueblo
105
Si sus favores piden, mas que intentas
106
De hoy más –sí tal– captar sus voluntades
107
Hasta donde tus fuerzas lo permitan.

MEN.
108
Si haces esto, cual ella te lo dice,
109
¡Vaya! serán sus corazones tuyos.
110
Porque dan el poder tan fácilmente,
111
Si se les pide, como frases necias.

VOL.
112
Déjate convencer, te lo suplico,
113
Aunque sé que seguir preferirías
114
A tu enemigo a un piélago de fuego,
115
Que a instarle en un vergel. – Cominio llega.

Entra COMINIO.

COM.
116
De la plaza ahora vengo, y es preciso
117
Gran fuerza prevenir, o con la calma
118
O con tu ausencia defenderte. – Grande
119
Es contra ti el enojo.

MEN.
Bondadosas
120
Palabras bastarán.

COM.
Acaso sirvan,
121
Si su espíritu a tanto se doblega.

VOL.
122
Debe hacerlo, y lo hará. Yo te suplico
123
Que digas que lo harás, y a hacerlo vayas.

COR.
124
¿Con la cabeza al aire presentarme
125
Ante ellos debo, pues, mi indigna lengua
126
Dando el mentís al noble pecho mío,
127
Y que él lo sufra? – Bien. Consiento en ello,
128
Mas si sólo esta masa miserable,
129
Este molde de Marcio pereciera,
130
A polvo reducido y arrojado
131
Antes fuera a los vientos. – ¡A la plaza!
132
Papel representar me hacéis que al vivo
133
No haré jamás.

COM.
Ven, ven, te apuntaremos.

VOL.
134
Ahora te ruego yo, prenda querida,
135
Que así cual mis elogios –tú lo dices–
136
Valiente te formaron, el deseo
137
De seguir alcanzándolos te induzca
138
Hoy a hacer un papel que nunca hiciste.

COR.
139
Bien. Lo he de hacer. ¡Atrás, carácter mío!
140
¡Alma de meretriz mi ser posea!
141
Mi bélica garganta, que hizo coro
142
Con mi tambor, en caramillo agudo
143
De eunuco se convierta, o en el canto
144
De la virgínea voz que aduerme al niño.
145
La sonrisa del vil more en mi rostro;
146
Del chicuelo las lágrimas ocupen
147
Los vidrios de mis ojos. Del mendigo
148
Agítese la lengua entre mis labios;
149
Y mis férreas rodillas, que tan sólo
150
Incliné en mis estribos, cual las suyas
151
Se doblarán al recibir limosna. –
152
Tal no haré yo. No cese de ufanarme
153
Cual hoy con mi lealtad, y al alma mía
154
Tal vileza se pegue.

VOL.
Como quieras.
155
Más me deshonro yo con suplicarte,
156
Que al suplicarles tú. Piérdase todo;
157
Más tu madre sentir tu orgullo quiere,
158
Que sentir miedo por tu terca audacia.
159
Con tan gran corazón cual el que tienes,
160
La muerte afronto. Haz, pues, lo que te plazca.
161
Es mío tu valor, tú lo mamaste
162
De mí, pero tu orgullo de ti solo.

COR.
163
Te ruego que te calmes, madre mía.
164
Voy a la plaza. De reñirme cesa.
165
A escamotar su amor estoy dispuesto,
166
A atraparles iré los corazones,
167
Y a mi hogar tornaré con el cariño
168
De cuantos menestrales Roma tiene.
169
¿Lo ves? Me voy. Recuérdame a mi esposa.
170
Cónsul tú me verás, o nunca fíes
171
De lo que pueda conseguir mi lengua
172
Pretendiendo adular.

VOL.
Haz lo que gustes.

(Vase.)

COM.
173
Vamos. Te esperan los tribunos. Cuida
174
De contestar humildemente. Dicen
175
Que cargos aún mayores van a hacerte
176
De los que ya te hicieron.

COR.
177
¿Humildemente es la consigna? – Vamos,
178
Te lo suplico. Déjales que forjen
179
Acusaciones; cual mi honor lo exija,
180
Contestaré.

MEN.
Sí, mas humildemente.

COR.
181
Humildemente, pues, humildemente.

(Vanse.)

ESCENA III.

Roma. – El Foro.
Entran SICINIO y BRUTO.

BRUTO.
1
Acúsalo, insistiendo en este tema:
2
Que al despotismo va. Si excusas diere,
3
Habla de su odio al pueblo, y de que nunca
4
El botín que ganó de los Atiates
5
Distribuido fué.
Entra un EDIL.
6
Y bien, ¿vendrá?

EDIL.
Sí tal.

BRUTO.
¿Y con quién viene?

EDIL.
7
Con el viejo Menenio y esos otros
8
Senadores que siempre lo ampararon.

SICIN.
9
¿La lista de los votos que tenemos
10
Arreglada por nombres has traído?

EDIL.
11
Sí tal.

SICIN.
¿Por tribus?

EDIL.
Sí.

SICIN.
Reúne al punto
12
Al pueblo aquí. Cuando decir me oigan
13
«Ha de ser en virtud de los derechos
14
Del pueblo y su poder», ya muerte sea,
15
O bien multa o destierro, luego griten
16
«Multa», multa al decir «Muerte», si muerte,
17
Viejas prerrogativas recordando
18
Y su poder para fallar tal causa.

EDIL.
19
Se lo diré.

BRUTO.
Cuando a gritar comiencen
20
No cesarán. Con algazara grande
21
Insistan en que es fuerza que se cumpla
22
Al punto la sentencia pronunciada.

EDIL.
23
Está bien.

SICIN.
Los tendrás aleccionados
24
Para seguir indicación cualquiera.

BRUTO.
25
Arréglalo.
(Vase el Edil.)
26
Su cólera provoca;
27
Acostumbrado se halla a la conquista,
28
Y a la contradicción paga en el acto.
29
Si en ira se desboca, no es posible
30
Poderle refrenar en la templanza.
31
Su corazón entonces es quien grita,
32
Y en él existe –así lo imaginamos–
33
Lo que le hará que se quebrante el cuello.

SICIN.
34
Bien, aquí viene.

Entran CORIOLANO, MENENIO, COMINIO, SENADORES y PATRICIOS.

MEN.
Calma te suplico.

COR.
35
Como un mozo de cuadra, que un volumen
36
De insultos por un óbolo soporta. –
37
Los venerandos dioses velen siempre
38
Por la salud de Roma, y a hombres dignos
39
De la justicia a los sitiales traigan.
40
Entre nosotros el amor implanten;
41
Con pacíficas fiestas gentes llenen
42
Nuestros templos grandiosos, no con luchas
43
Nuestras calles.

SEN. 1.º
¡Amén!

MEN.
¡Noble deseo!

Vuelve a entrar el Edil con CIUDADANOS.

SICIN.
44
Pueblo, acércate más.

EDIL.
A los tribunos
45
Escuchad. Atención. Silencio, digo.

COR.
46
Dejadme hablar primero.

SIC. y BRUTO.
Bien. Silencio.

COR.
47
¿No se me acusará más adelante?
48
¿Acaba todo aquí?

SICIN.
Yo te pregunto
49
Si al dictamen del pueblo te sometes,
50
Si a sus jefes aceptas, y si admites
51
Sufrir legal censura por las faltas
52
Que puedan contra ti probarse.

COR.
Acepto.

MEN.
53
Ved, ciudadanos; que lo acepta dice.
54
Considerad sus bélicas hazañas,
55
De su cuerpo pensad en las heridas,
56
Sepulcros de un sagrado cementerio.

COR.
57
Arañazos de espinas. Cicatrices
58
Que provocan a risa solamente.

MEN.
59
Considerad también que si no os habla
60
Cual ciudadano, os habla cual soldado,
61
Y no toméis sus ásperos acentos
62
Por frases de rencor, que no os ofenden
63
Y cuadran a un guerrero.

COM.
Bien, bien. Basta.

COR.
64
¿Por qué razón habiéndome nombrado
65
Por unánime voz cónsul, la afrenta
66
Me hacéis de retirarme vuestros votos
67
Al momento siguiente?

SICIN.
Tú responde.

COR.
68
Habla, pues. Es verdad. Hacerlo debo.

SICIN.
69
Te acusamos de haber querido en Roma
70
Derribar el poder constituido
71
Y autoridad tiránica arrogarte,
72
Y por tanto, traidor eres al pueblo.

COR.
73
¡Cómo traidor!

MEN.
¡Templanza! ¡Tu promesa!

COR.
74
¡A las llamas del báratro profundo
75
Pábulo el pueblo dé! ¡Traidor llamarme!
76
Insolente tribuno, si en tus ojos
77
Veinte mil muertes viera y en tus manos
78
Otros tantos millones empuñaras,
79
Y ostentara tu lengua calumniosa
80
Entrambas sumas, «mientes» te diría,
81
Impávida mi voz cual si a los dioses
82
Rezara.

SICIN.
Pueblo, ¿escuchas?

CIUDS.
¡A la Roca,
83
Á la Roca con él!

SICIN.
¡Silencio! Inútil
84
Es agregar más cargos. Lo que visteis,
85
Lo que le habéis oído es suficiente.
86
El maltratar a los ministros vuestros,
87
Maldeciros, coartar la ley con golpes,
88
Y aquí desafiar a los que tienen
89
Omnímodo poder para juzgarle,
90
Crímenes todos son y tan atroces
91
Que merecen el último suplicio.

BRUTO.
92
Mas puesto que ha servido bien a Roma…

COR.
93
¿Y de servicios tú para qué charlas?

BRUTO.
94
Hablo de lo que sé.

COR.
¿Tú?

MEN.
¿La promesa
95
Es esta, dime, que a tu madre hiciste?

COM.
96
Has de saber…

COR.
Saber ya más no quiero.
97
Condénenme al abismo Tarpeyano,
98
A vagar desterrado por el mundo,
99
Que me desuellen, que me adieten preso
100
Con un grano de trigo cada día
101
No he de comprar su gracia, si es a cambio
102
De una frase cortés, ni mi coraje
103
Contendré, si me ofrecen cuanto tienen
104
Debiéndoles de dar los buenos días.

SICIN.
105
Por haber conspirado contra el pueblo
106
Con todo tu poder y varias veces,
107
Su autoridad queriendo arrebatarle;
108
Por desacato y oponer la fuerza,
109
Y ante la austera faz de la justicia,
110
A sus propios ministros; en el nombre
111
Del pueblo, y en virtud de los poderes
112
Que tenemos, nosotros, los tribunos
113
De esta nuestra ciudad te desterramos
114
Desde ahora, so pena de arrojarte
115
De la roca Tarpeya, y nunca tornes
116
Por las puertas a entrar de nuestra Roma.
117
Cúmplase, en nombre yo del pueblo, digo.

CIUDS.
118
Cúmplase. Huya. Ha sido desterrado.
119
Cúmplase pues.,

COM.
Amigos y señores,
120
Oidme, os ruego.

SICIN.
Desterrado ha sido;
121
Nada hay más que decir.

COM.
Dejad que os diga.
122
He sido cónsul, y en mi cuerpo Roma
123
Ve de sus enemigos las señales.
124
Amo el bien de mi patria, con respeto
125
Más dulce, más sagrado y más profundo
126
Que el que tengo a la vida, de mi esposa
127
Al buen nombre, a los frutos de su vientre
128
Y tesoros al par de mis entrañas.
129
Ahora bien, si os dijera…

SICIN.
Comprendemos
130
Dónde vas. Si dijeras…

BRUTO.
Es inútil
131
Hablar más. Ha sido desterrado
132
Cual del pueblo enemigo y de su patria.
133
Cúmplase la sentencia.

CIUDS.
Que se cumpla.

COR.
134
Jauría de plebeyos miserable,
135
Cuyo aliento detesto cual detesto
136
El hálito del fétido pantano,
137
Cuya amistad estimo cual estimo
138
Insepultos cadáveres que el aire
139
Que respiro corrompen, yo os destierro.
140
Quedad aquí con la inconstancia vuestra;
141
El más leve rumor temblar os haga,
142
Y el vaivén de penachos enemigos
143
El desaliento a vuestras almas lleve.
144
Conservad el poder que a protectores
145
Os deja desterrar, hasta el momento
146
Que esa fatal torpeza (que admitida
147
Será sólo al doleros) condiciones
148
Para vosotros nada más pactando
149
(Hasta en eso enemiga de vosotros),
150
Misérrimos cautivos os entregue
151
A una nación que sin lidiar os rinda.
152
Menospreciando, pues, por causa vuestra
153
Esta ciudad, mi espalda así le vuelvo.
154
Hay mundo en otras partes.

(Vanse Coriolano, Menenio, Cominio, Senadores y Patricios.)

EDIL.
155
¡Fuése del pueblo el enemigo, fuése!

CIUDS.
156
Se halla nuestro enemigo desterrado.
157
¡Fuése ya! ¡Muera, muera!

(Gritando y echando al aire sus gorros.)

SICIN.
158
Id, pues, y acompañadle hasta las puertas.
159
Cual os ha perseguido rencoroso,
160
Vosotros perseguidle, y el castigo
161
Reciba que merece. Gente armada
162
Por la ciudad nos acompañe.

CIUDS.
Vamos.
163
Vamos a acompañarle hasta las puertas.
164
Vamos, pues, vamos. Proteged, oh dioses,
165
A nuestros nobilísimos tribunos.

(Vanse.)

Acto cuarto

ESCENA PRIMERA.

Roma. – Ante una de las puertas de la ciudad.
Entran CORIOLANO, VOLUMNIA, VIRGILIA, MENENIO, COMINIO y varios jóvenes Patricios.

COR.
1
Vamos, pues, esas lágrimas enjuga,
2
Y pronto despidámonos. La fiera
3
De múltiple testuz de si me arroja.
4
¿Y tu valor de siempre, madre mía?
5
Estilabas decir que era del alma
6
Crisol la adversidad; que hombres vulgares
7
Vulgares penas soportar podían;
8
Que hallándose tranquilo el Océano
9
Cualquier bajel sin zozobrar flotaba;
10
Mas que, para sufrir de la fortuna
11
Los más certeros golpes, noble esfuerzo
12
Precisaba ejercer, y acostumbrabas
13
Hartarme de preceptos que invencible
14
Al corazón con su recuerdo hicieran.

VIR.
15
¡Cielos!

COR.
Vamos, mujer, te lo suplico.

VOL.
16
Hiera la peste al menestral romano
17
Y los oficios todos se confundan.

COR.
18
¡Bah, bah! Ya me amarán cuando haga falta.
19
Vamos, madre, ese espíritu recobra
20
Con que decir solías que a haber sido
21
De Hércules la mujer, hubieras hecho
22
Tú seis de sus trabajos, evitando
23
Ese sudor inútil a tu esposo. –
24
Queda con Dios, Cominio. – No te abatas.
25
Adiós, esposa mía. – Madre mía,
26
Aun saldré bien. – Viejo y leal Menenio,
27
Esas lágrimas tuyas más amargas
28
Son que en la juventud, y venenosas
29
Para tus ojos. –Con semblante austero,
30
Mi antiguo general, bastantes veces
31
Te contemplé espectáculos mirando
32
Que el alma traspasaban. Ahora diles
33
A estas pobres mujeres que tan necio
34
Es lamentar inevitables golpes
35
Cual de ellos reírse. – Madre mía,
36
Mis aventuras, bien lo sabes, fueron
37
Tu constante solaz. Ten hoy certeza –
38
Por más que parto solo, y solitario
39
Dragón me he de mostrar que de su charca
40
Infunde más pavor y más lo nombran
41
Porque oculto allí está – de que tu hijo
42
Ha de humillar al pueblo, o de traiciones
43
Ser víctima y morir entre asechanzas.

VOL.
44
¿Dónde irás, primogénito querido?
45
Que algún tiempo Cominio te acompañe,
46
Y una senda escoged que no conduzca
47
A tropezar con los azares todos
48
Que de ti van en pos.

COR.
¡Dioses potentes!

COM.
49
Iré contigo un mes, y convendremos
50
Donde has de residir, porque podamos
51
Tener así recíprocas noticias;
52
Y de ese modo, si el momento llega
53
De anular tu destierro, no es preciso
54
Buscar a un hombre por el ancho mundo
55
Y perder proporciones que se enfrían
56
Cuando se desperdician con la ausencia.

COR.
57
Adiós. Eres ya viejo, y demasiado
58
Gozaste ya de bélicas harturas
59
Para vagar con quien se encuentra ileso.
60
Hasta las puertas ven conmigo. Vamos. –
61
Mi dulce esposa. Mi querida madre.
62
Mis amigos de ley. Cuando me vaya
63
Me daréis vuestro adiós entre sonrisas.
64
Os lo suplico. Vamos. Mientras quede
65
Sobre la tierra, oiréis de mí, mas nunca
66
Nada que no igualare a mi pasado.

MEN.
67
¡Quién escuchó jamás tan nobles frases!
68
Vamos. Dejemos de llorar. Pudieran
69
Mis viejas piernas y mis brazos viejos
70
Siete años sacudir; ¡juro a los dioses
71
Que paso a paso yo te acompañara!

COR.
72
Tu mano dame. Vamos.

ESCENA II.

Roma. –Calle cercana a las puertas de la ciudad.
Entran SICINIO, BRUTO y un Edil.

SICIN.
1
Mándalos a sus casas. Se ha marchado
2
Y no iremos más lejos. La nobleza
3
Se decidió por él y está ofendida.

BRUTO.
4
Patente ya nuestro poder, podemos
5
Aparentar más humildad ahora.

SICIN.
6
Mándalos a sus casas. Que ya es ido
7
Su enemigo les dices; y que brilla
8
Incólume su antigua prepotencia.

BRUTO.
9
Despídelos.
(Vase el Edil.)
Aquí su madre viene.

SICIN.
10
Evitémosla.

BRUTO.
¿A qué?

SICIN.
Loca la juzgan.

BRUTO.
11
Ya nos han visto. Tu camino sigue.

Entran VOLUMNIA, VIRGILIA, y MENENIO.

VOL.
12
¡Bien llegados seáis! ¡Las plagas todas
13
Que atesoran los dioses os lo paguen!

MEN.
14
Calla. Calla. No grites de ese modo.

VOL.
15
Ya me oyeras si el llanto no me ahogara…
(A Bruto).
16
Pero algo vas a oír. ¿Quieres marcharte?

VIR.
17
(A Sicinio).
Quédate tú también. Poder tuviera
18
Para decir lo propio a mi marido.

SICIN.
19
¡Sois de la especie humana?

VOL.
¡Sí, por cierto!
20
Imbécil, ¿es oprobio? ¡Ved qué imbécil!
21
¿No era tu padre hombre? ¿Zorrería
22
La tuya es tal, que desterrar lograste
23
Al que por Roma supo dar más golpes
24
Que frases supo pronunciar tu boca?

SICIN.
25
¡Benditos cielos!

VOL.
Golpes más gloriosos
26
Que tú discretas frases, y en provecho
27
De Roma todos… Te diré… mas, vete…
28
No…, permanece aquí. Sólo quisiera
29
Que en Arabia a tu tribu mi hijo hallase
30
Su mano al empuñar la noble espada.

SICIN.
31
¿Y bien?

VIRG.
¡Y bien! Bien pronto concluiría
32
Con tu posteridad.

VOL.
¡Ni aun los bastardos
33
Se salvarán! – ¡Valiente! ¡Ah! ¡Cuánta herida
34
No recibió por Roma!

MEN.
Vamos, calla.

SICIN.
35
¡Ojalá que cual antes era hubiese
36
Continuado, y nunca el noble lazo
37
Que a su patria lo unía desatara!

BRUTO.
38
¡Ojalá, sí!

VOL.
¡Ojalá! Vosotros fuisteis
39
Los que el furor del vulgo fomentasteis.
40
¡Garduñas! Tan capaces de entenderlo
41
Cual los arcanos yo que no permiten
42
Manifestar los cielos a la tierra.

BRUTO.
43
Déjanos ir.

VOL.
Idos, sí tal. Hicisteis
44
Brava hazaña. Esperad. Esto yo os digo.
45
Cual en grandeza el Capitolio excede
46
A la más vil mansión que tiene Roma,
47
El hijo mío –esposo de esta dama,
48
De ésta que veis –que desterrado ha sido,
49
A todos os excede.

BRUTO.
Bien. Partamos.

SICIN.
50
¿A qué permanecer aquí sufriendo
51
Que nos acose quien está demente?

VOL.
52
Mis oraciones vayan con vosotros. (Vanse los tribunos.)
53
¡Ojalá que los dioses se ocuparan
54
No más que en confirmar mis maldiciones!
55
¡Si una vez cada día los hallase,
56
Peso del corazón me quitarían!

MEN.
57
Les has hablado con dureza, y tienes
58
Justa causa en verdad. ¿Cenas conmigo?

VOL.
59
La ira es mi alimento. De mí misma
60
Ceno, y a fuerza, pues, de alimentarme,
61
De hambre me moriré. Vamos pues. Vente.
62
Deja ese miserable lloriqueo.
63
Cual Juno airada, quéjate iracunda
64
Como yo. Vamos, vamos.

MEN.
(Vanse.)
¡Ay! ¡ay! ay!

ESCENA III.

Camino entre Roma y Antio.
Entran un ROMANO y un VOLSCO en opuestas direcciones.

ROM.
1– Te conozco y me conoces. Creo que tu nombre es Adriano.

VOLS.
2– Es cierto. Francamente, no sé quién eres.

ROM.
3– Soy Romano, y sirvo, como tú, contra ellos. ¿Me conoces ya?

VOLS.
4– Nicanor, ¿no es cierto?

ROM.
5– El mismo.

VOLS.
6– Tienes más barbas que cuando te vi la última vez, pero tu voz garantiza á tu semblante. ¿Qué noticias traes de Roma? Tengo orden del Gobierno volsco de buscarte allí. Me ahorras una jornada.

ROM.
7– Raros motines han ocurrido en Roma. El pueblo contra los senadores, los patricios y los nobles.

VOLS.
8– ¿Han ocurrido? ¿Han terminado por ventura? Nuestro Gobierno no lo cree así. Se hacen grandes preparativos bélicos, y se confía en caer sobre ellos en el calor de sus disensiones.

ROM.
9– La gravedad del incendio pasó; pero lo más leve volverá a animarlo, porque los nobles han tomado tan á pecho el destierro del digno Coriolano, que están en plena madurez para quitar al pueblo todo su poderío y despojarlo para siempre de sus tribunos. Brasas son éstas, permíteme que te diga, prontas a convertirse en violento incendio.

VOLS.
10– ¡Coriolano desterrado!

ROM.
11– ¡Sí, desterrado!

VOLS.
12– Te agradecerán, Nicanor, esta noticia.

ROM.
13– La época les es favorable. He oído decir que el tiempo mejor para seducir a una casada es cuando ha reñido con el marido. Vuestro noble Tulio Aufidio hará gran papel en estas guerras, ahora que su temible adversario Coriolano no se halla al servicio de su patria.

VOLS.
14– Seguramente. Es suerte haberte encontrado. Has terminado mi misión, y alegremente ahora te acompañaré a casa.

ROM.
15– Desde ahora hasta la hora de cenar, te contaré extrañas cosas de Roma. Todas en ventaja de sus enemigos. ¿Tenéis, decís, un ejército dispuesto?

VOLS.
16– Magnífico. Los centuriones y sus soldados, en alojamiento fijo, y asalariados, prontos se hallan para partir con una hora de aviso.

ROM.
17– Celebro saber que tan dispuestos están, y seré, me parece, quien los ponga en inmediato movimiento. Así, pues, me felicito de haberte encontrado, y me alegro de ir en tu compañía.

VOLS.
18– Me arrebatas mi papel. Yo soy quien más motivos tengo de alegrarme de ir en la tuya.

ROM.
19– Corriente. Vamos juntos.

(Vanse.)

ESCENA IV.

Antio. – Ante la casa de Aufidio.
Entra CORIOLANO humildemente vestido, disfrazado y embozado.

COR.
1
¡Antio, ciudad bellísima te ostentas!
2
Ciudad, fui yo quien hizo tus viudas.
3
A muchos que antes de mis guerras fueron
4
Señores de edificios tan hermosos,
5
Entre gemidos vi caer. Por tanto,
6
De ti me debo recatar, no ocurra
7
Que armadas tus mujeres de asadores
8
Y de piedras tus niños, acabaren
9
En lidia vil conmigo.

Entra un CIUDADANO.

COR.
Bien llegado.

CIU.
10
Y tú también.

COR.
Dirígeme, si gustas,
11
Donde esté el gran Aufidio. ¿En Antio vive?

CIU.
12
Sí tal, y del Estado a los magnates
13
En su mansión obsequia en esta noche.

COR.
14
¿Cuál es?

CIU.
Ésta de enfrente.

COR.
Adiós y gracias.

(Vase el Ciudadano.)

COR.
15
¡Oh cuán rápidos son, mundo, tus cambios!
16
Dos amigos leales, que hoy parecen
17
Tener un corazón para dos pechos,
18
Cuyo hogar, dormitorio, ocupaciones
19
Y alimento comparten cual si fueran
20
Mellizos y en afecto inseparables,
21
A la siguiente hora, por motivo
22
De una disputa mísera, se tienen
23
Feroz enemistad. Del mismo modo,
24
Enemigos crueles, cuyo sueño
25
Las pasiones é intrigas acosaron,
26
Por mero azar o efímero capricho,
27
Se tornarán amigos entrañables
28
Y sus hijos serán una familia.
29
Así me pasa a mí. Téngole odio
30
A mi ciudad natal, y mi cariño
31
En la ciudad de mi enemigo he puesto.
32
Entraré. Si me mata, con justicia
33
Procederá. Si amigo me recibe,
34
Útil seré a su patria.

(Vase.)

ESCENA V.

Antio. – Atrio de la casa de Aufidio.
Música dentro. Entra un SIRVIENTE.

SIR. 1.º
1– ¡Vino, vino, vino! ¡Qué manera de servir es ésta! Paréceme que todos duermen.

(Vase.)
Entra otro SIRVIENTE.

SIR. 2.º
2– ¿Dónde está Coto? Mi amo lo llama. ¡Coto!

(Vase.)
Entra CORIOLANAO.

COR.
3– Buena casa. Bien huele el festín, pero yo no me asemejo a un convidado.

Vuelve a entrar el SIRVIENTE 1.º

SIR. 1.º
4– ¿Qué se te ofrece, amigo? ¿De dónde eres? Este no es lugar para ti. Haz el favor de tomar la puerta.

(Vase.)

COR.
5– No merezco que me reciban mejor, siendo Coriolano.

Vuelve a entrar el SIRVIENTE 2.º

SIR. 2.º
6– ¿De dónde eres? ¿No tiene el portero ojos en la cara, que deja entrar a tales gentes? Haz el favor de irte.

COR.
7– ¡Fuera!

SIR. 2.º
8– ¡Fuera! vete fuera de aquí.

COR.
9– Me estás incomodando.

SIR. 2.º
10– ¡Tan bravo eres! Ahora hablarán contigo.

Entra el SIRVIENTE 3.º; el 1.º sale a su encuentro.

SIR. 3.º
11– ¿Quién es ése?

SIR. 1.º
12– El ser más raro que ví jamás. No lo puedo echar de la casa. Ve y llama al amo.

SIR. 3.º
13– ¿Qué tienes que hacer aquí? Por favor, vete de esta casa.

COR.
14– Déjame aquí de pie. No estropearé tu hogar.

SIR. 3.º
15– ¿Quién eres?

COR.
16– Un noble.

SIR. 3.º
17– Maravillosamente pobre.

COR.
18– Es verdad.

SIR. 3.º
19– Pues, pobre noble, haz el favor de irte a otra parte. Aquí no hay sitio para ti. Por favor. Vamos. Lárgate. Vamos.

COR.
20– Cumple tu obligación y engorda con desperdicios.

(Le empuja.)

SIR. 3.º
21– Qué, ¿no quieres? Por favor dí al amo cuán extraño huésped tenemos aquí.

SIR. 2.º
22– Sí que iré.

SIR. 3.º
23– ¿Dónde vives?

COR.
24– Bajo la bóveda.

SIR. 3.º
25– ¡Bajo la bóveda!

COR.
26– Sí.

SIR. 3.º
27– ¿Dónde es?

COR.
28– En la ciudad de los milanos y de los cuervos.

SIR. 3.º
29– ¡En la ciudad de los milanos y de los cuervos! ¡Qué necio soy! Entonces vives también con los búhos.

COR.
30– No. No sirvo a tu amo.

SIR. 3.º
31– ¿Cómo es eso? ¿Te metes tú con mi amo?

COR.
32– Sí. Más honrada ocupación es ésa que meterme con tu ama. Charlas y charlas. Sirve platos. Vete.

(Le golpea.)
Entran AUFIDIO y el SIRVIENTE 2.º

AUFID.
33– ¿Dónde está ése?

SIR. 2.º
34– Aquí está. Hubiérale agarrado como a un perro, si no hubiera temido molestar a los señores que están allá dentro.

(Vanse los dos Sirvientes.)

AUFID.
35
– ¿De dónde vienes? ¿Qué pretendes? ¿Tu nombre?
36
¿Por qué no hablas? Hombre, habla. Dí tu nombre.

COR.
37
(Desembozándose)
Si no me reconoces todavía
38
Y, viéndome, quien soy no sabes, Tulio,
39
Mi nombre pronunciar por fuerza debo.

AUF.
40
Dí tu nombre.

COR.
Mal suena al volsco oído,
41
Y ásperamente al tuyo.

AUF.
Di tu nombre.
42
Terrible es tu apostura, y tu semblante
43
Respeto inspira; y aunque rotas mire
44
Tus jarcias todas, eres noble buque.
45
Tu nombre di.

COR.
Pues frunce el entrecejo.
46
¿No me conoces ya?

AUF.
No sé quien eres.
47
Tu nombre di.

COR.
Me llamo Cayo Marcio,
48
Que a ti en particular y a todo Volsco
49
Causó grandes desdichas y perjuicios,
50
Como de Coriolano el sobrenombre
51
Que llevo lo atestigua. Mis afanes,
52
Mis audaces empresas y las gotas
53
Que di de sangre por mi ingrata patria
54
Cancela meramente un sobrenombre,
55
Testimonio y recuerdo del encono
56
Y enemistad que profesarme debes.
57
Ese nombre tan sólo ya me queda.
58
Del pueblo la crueldad y vil envidia,
59
Que nobles pusilánimes sufrieron
60
Abandonando unánimes mi causa,
61
Ha devorado lo demás. Consienten
62
Que los votos de esclavos predominen,
63
Lanzándome de Roma con sus gritos.
64
Pues ahora bien: tribulación tan grande
65
Me conduce a tu hogar, no con la idea –
66
No así me juzgues – de salvar mi vida.
67
Si temiera morir, a ti el primero
68
De entre todos los hombres evitara.
69
Ante ti, de rencor repleto, acudo;
70
Que con esos que así me desterraron
71
Saldar mis cuentas quiero. Si conservas
72
Ira en tu corazón que de tus propios
73
Males vengarse quiera, y si ambicionas
74
Curar esas heridas que de oprobio
75
Cubren tu patria, con presteza acude
76
Y aprovéchate hoy de mi desdicha.
77
Empléala de modo que se torne
78
Mi auxilio vengador ventaja tuya;
79
Pues con la rabia de infernales genios
80
Yo lucharé contra mi infecta patria.
81
Pero si a empresa tal no te avinieres
82
Y te hallas harto de probar fortuna,
83
Yo, francamente, de vivir me encuentro
84
Harto también, y a tu rencor antiguo
85
Presento el cuello mío. No cortarlo
86
Sin duda fuera confesarte necio.
87
Mi furor te ha seguido a todas partes;
88
Del pecho de tu patria toneladas
89
He vertido de sangre, y es oprobio
90
Mi vida para ti, como no sea
91
Que te pueda servir.

AUF.
¡Oh Marcio, Marcio!
92
Cada palabra tuya, de mi pecho
93
Una raíz del odio antiguo escarda.
94
Si de Jove la voz divina hablase
95
Desde la nube aquélla, y me dijese
96
«Es verdad», más que a ti no la creyera,
97
¡Oh Marcio nobilísimo! Mis brazos
98
Permíteme que estrechen ese cuerpo
99
Contra el cual de mi lanza el hierro duro
100
He partido cien veces, sus astillas
101
Espantando a la luna. Yo te abrazo,
102
¡Oh yunque de mi espada!, y tu cariño
103
Con idéntico ardor é igual nobleza
104
Con que antes disputé tu valentía,
105
Envidiando tu esfuerzo, te disputo.
106
Sabe, en primer lugar, que a la doncella
107
Que fue mi esposa amé; jamás suspiros
108
Hombre alguno ha lanzado más sinceros.
109
Pues ahora al verte el corazón me late,
110
¡Oh noble ser!, con ímpetu más grato
111
Que cuando vi a mi amor por vez primera
112
De mi hogar franqueando los umbrales,
113
Émulo tú de Marte, ten sabido
114
Que un ejército ya listo se halla;
115
Que otra vez el propósito tenía
116
De zafar de tus músculos tu escudo
117
O mi brazo perder en la faena.
118
Doce veces seguidas me venciste,
119
Y desde entonces sueño cada noche
120
Que luchamos los dos. En mis ensueños
121
A tierra nos caemos enlazados;
122
Y, desprendido el yelmo, nos asimos
123
Con furia la garganta de uno el otro,
124
Y exánime de nada me despierto.
125
¡Oh excelso Marcio! Si motivo alguno
126
Tuviésemos de queja contra Roma,
127
El ser tú desterrado bastaría
128
Para reunir a todos, desde doce
129
Hasta setenta años, y cual rauda
130
Catarata inundarla con la guerra
131
Hasta llegar a sus entrañas mismas.
132
Entra tú. Ven, darás tu amiga mano
133
A nuestros senadores ahí reunidos,
134
Que de mí en este instante se despiden,
135
Dispuestos ya para invadir tu patria,
136
Mas no para atacar a Roma misma.

COR.
137
¡Dioses, me bendecís!

AUF.
Y, por lo tanto,
138
Omnímodo señor, si te acomoda,
139
Dirigirás tú mismo tu venganza.
140
Del mando mío la mitad te cedo,
141
Y toma, con arreglo a tu buen juicio –
142
Pues conoces la fuerza y la flaqueza
143
De tu país – la senda que te cuadre:
144
Si a las puertas de Roma golpeamos,
145
O invadimos sus límites remotos
146
Y antes de destruirlos los cohibimos.
147
Mas entra, y dejarás que te presente
148
A quienes «sí» dirán a tus deseos.
149
Bien venido mil veces. Más amigo
150
Hoy que enemigo ayer, aunque lo fuiste,
151
Marcio, muy grande tú. – Dame tu mano.

(Vánse Coriolano y Aufidio.)
Los dos SIRVIENTES se adelantan.

SIR. 1.º
152– ¡Vaya un cambio!

SIR. 2.º
153– ¡Por mi vida! pensé apalearlo, y, sin embargo, me asaltó la idea de que sus vestidos lo calumniaban.

SIR. 1.º
154– ¡Qué brazo tiene! Con el índice y el pulgar me hizo dar vueltas como una perinola.

SIR. 2.º
155– ¡Vaya! Por su cara comprendí que era algo. Tiene una especie de cara que parece… no sé cómo decirlo.

SIR. 1.º
156– Es verdad. Parecía como si… ahórquenme si no creí que había más en él de lo que imaginé.

SIR. 2.º
157– Y yo también. Capaz soy de jurarlo. Es el hombre más raro del mundo.

SIR. 1.º
158– Así lo creo. Pero tú conoces a quien es mejor soldado.

SIR. 2.º
159– ¿Quién! El amo.

SIR. 1.º
160– ¡Vaya! Ni compararse pueden.

SIR. 2.º
161– Vale por seis.

SIR. 1.º
162– ¡Vaya! Tampoco es eso. Pero creo que es mejor soldado.

SIR. 2.º
163– A fe mía. Mita tú, no sabe uno cómo explicarse. Para la defensa de una ciudad nuestro general es excelente.

SIR. 1.º
164– Y también para un asalto.

Vuelve a entrar el SIRVIENTE 3º.

SIR. 3.º
165– ¡Oh esclavos! Noticias os traigo. Noticias, tunantes.

SIR. 1.º y 2º
166– ¿Cuáles, cuáles, cuáles? Desembucha.

SIR. 3.º
167– No fuera yo Romano si a escoger me dieran de entre todos los pueblos. Tanto me valdría como estar condenado.

SIR. 1.º y 2.º
168– ¿Por qué? ¿por qué?

SIR. 3.º
169– ¡Vaya! Aquí está ése que solía zurrar a nuestro general: Cayo Marcio.

SIR. 1.º
170– ¿Por qué dices «zurrar a nuestro general»?

SIR. 3.º
171– No digo «zurrar a nuestro general», sino que se solía defender bastante bien.

SIR. 2.º
172– Vamos, somos compañeros y amigos. Siempre pudo más que él. Se lo he oído decir a él mismo.

SIR. 1.º
173– Decididamente podía más que él, hablando en plata. Ante Corioli lo pinchó y sajó como si fuera picadillo.

SIR. 2.º
174– Y si hubiera sido dado al canibalismo, pudiera haberlo asado y aun comido.

SIR. 1.º
175– Pero, ¿y tus noticias?

SIR. 3.º
176– Pues allá dentro lo consideran cual si fuese el hijo y heredero de Marte. Lo han colocado a la cabecera de la mesa. Senador alguno le pregunta. Todos ante él permanecen mudos. Nuestro mismo general lo trata como a una novia. Le coge con cariño la mano, y pone los ojos en blanco al oírle. Pero el fondo de la noticia es que han partido en dos a nuestro general, y no es más que la mitad de lo que era ayer, porque la otra mitad es el otro, a ruego y concesión de todos los huéspedes. Irá, dice, y tirará de las orejas al portero de Roma. Segará cuanto se ponga por delante, y su camino quedará raso.

SIR. 2.º
177– Y capaz es de hacerlo como el mejor.