ESCENA I
Un vestidor. Una mesa cubierta con un pañito, ropas listas.
Entra DORIMANTE en bata y chinelas con una nota redactada en la mano, repitiendo versos.
Dorimante
1
Siglos ya brillaba, del orgullo hispano
el sol, en medio mundo, en vano.
[Mirando a la nota
[Para Doña Lencanta.] ¡Qué cosa más torpe e insípida es un billet-doux, escrito a sangre fría, pasado el calor del negocio! Es una tasa sobre la buena natura
que he estado esforzándome en pagar; y lo he hecho con el mismo remordimiento que
jamás haya tenido el fanático al pagar los pechos o los diezmos de la Iglesia. Y tendrá
la misma suerte, lo sé, que la de todas sus notas últimamente: no será estimada lo
suficientemente amable. A fe que las mujeres tienen razón cuando examinan celosamente
nuestras cartas, pues en ellas siempre descubrimos, por vez primera, la decadencia
de nuestra pasión. ¡Hola! ¿Quién atiende?
Entra MAÑOSO.
Dorimante
3Llama a un lacayo.
Mañoso
4Ninguno de ellos ha venido todavía.
Dorimante
5¡Perros! ¿Van a estar roncando hasta el mediodía?
Mañoso
6Lo mismo da, señor. Una vez en pie, os mostráis tan indulgente con ellos que se dedican,
la mañana entera, a la caza furtiva de putas.
Dorimante
7De ahora en adelante, apunta quien falta a su deber y, en la próxima purgación que
tenga, se pudrirá como ejemplo. ¿Qué chusma está parloteando fuera?
Mañoso
8Ani Botija, la naranjera y Tomás el blasfemo, el zapatero.
Dorimante
9Ve; dile a esa jamelga que entre con su cestilla de tripas por delante; la fruta es
refrescante por las mañanas.
[Sale MAÑOSO.
No os amo con menor agrado
Que a vuestros pies postrado.
Entra la NARANJERA con MAÑOSO.
¡Saludos, Tripa Doble! ¿Qué nuevas traéis?
Naranjera
10¡Nuevas! He aquí la mejor fruta que ha llegado a la Villa este año. ¡Dios! Estaba
en pie antes de las cuatro esta mañana y he comprado lo más selecto del mercado.
Dorimante
11Los desechos purulentos de vuestra tienda.
Naranjera
12No tenéis por qué tenerle aprensión; os aseguro que todo es producto escogido.
Dorimante
13Los ciudadanos compran mejor en días feriados, de camino a Tottenham.
Naranjera
14Bueno o malo, da lo mismo. Nunca supe que elogiarais nada. ¡Señor! Si las señoras
hubieran oído lo que decíais dellas, como yo lo he oído. Vamos, decidle a vuestro
criado que me dé una moneda de oro.
[Posa la fruta.
Dorimante
15Devuélvele su fruta a la alcahueta.
Naranjera
16¡Hola! Por mi conciencia, que nunca hubo uno como vos. ¡Vida de Dios! Se me olvidaba
deciros que una joven señora, llegada no ha mucho a la Villa con su madre, está ¡tan
prendada de vos!
Dorimante
17¿Tiene partes?
Naranjera
18¡Por Dios! que no hay mujeres de mejores prendas, os lo aseguro; y, según dicen, una
inmensa fortuna. Vamos, comed este melocotón; es de primera calidad: mejor que cualquiera
de Newington que hayáis probado
Dorimante
19Esta mujer gallarda, apostaré mi vida en ello,
[cogiendo el melocotón] es algún malcompuesto y torpe sapo del campo que, no habiendo más de cuatro docenas
de pelos negros en la cabeza, se ha adornado la calvicie con un enorme rizo blanco
para que pueda parecer a la moda, frente al palco del Rey, en una comedia vieja.
Naranjera
20Por Dios que cambiaríais de nota rápidamente con tan sólo verla.
Dorimante
21¿Cómo llegó a conocerme?
Naranjera
22Os vio ayer en la Lonja. Me dijo que llegasteis y burlasteis con la mujer de la tienda
de al lado.
Dorimante
23Cierto, recuerdo que había una máscara observándome. ¿Burlar, dijo?
Naranjera
24Sí. Voto a que también me dijo veinte cosas que dijisteis, agitando la cabeza y el
cuerpo muy como vos.
Entra MISTURA.
Mistura
25Dorimante, mi vida, mi gozo, mi caro pecado, ¿cómo estás?
Naranjera
26¡Dios! ¡Qué sucias invenciones la de estos hombres, besándose los unos a los otros!
[Escupe.
Mistura
27¿Cómo sufrís que esta carretada de escándalos se os acerque y que haga que vuestros
vecinos os crean tan desproveído como para necesitar de una alcahueta?
Naranjera
28¡Bien, ahora la vamos a tener! Solamente queríais que él os ayudara; vamos, pagadme
por la fruta.
Mistura
29Haz que nos sintamos agradecidos por ello, mujercilla. Las alcahuetas están tan anticuadas
como los ujieres de saleta: solamente las viejas damas formales usan de los unos,
y solamente los viejos pisaverdes emplean a las otras. — Marchaos: no sois sino una
insignificante botella de aguardiente.
Dorimante
30No, que en ello le hacéis agravio: tres cuartas de canario es su oficio.
Naranjera
31Lo que os plazca, hidalgos.
Dorimante
32¡Vamos, a él! Dadle tanto bueno como trae.
Naranjera
33Que lo cuelguen, no hay mayor pagano en la Villa; eso sí: salvo el zapatero de afuera.
Mistura
34Os veré levantar la mano ante el estrado, en la próxima sesión ordinaria, para responder
por asesinato, mujercilla. Ese zapatero puede jurar que estáis a sueldo del físico
para vender fruta verde a la nobleza y que, crudas, les engendren enfermedades.
Naranjera
35Os ruego que me deis mis dineros.
Dorimante
36Ni un penique; cuando traigáis aquí a la hidalga de la que hablabais, se os pagará.
Naranjera
37¡La hidalga! ¡Por lo que yo sé, la señora puede ser igual de honrada que las hermanas
de vuestras mercedes. Por favor, pagadme, Maese Dorimante y no me tratéis tan mal;
yo tengo un modo de vida más honrado, vos lo sabéis.
Mistura
38¿Hubo jamás alcahueta tan terca?
Dorimante
39Algunos trucos de jamelga sí que tiene, pero los enmienda cuando está de buen humor.
Vamos, decidme el nombre de la dama y Mañoso os pagará.
Naranjera
40No puedo: ella me lo prohibió.
Dorimante
41Señal segura de que os quería tener.
Naranjera
43Se alojan en mi casa.
Mistura
44Pues entonces, está en un modo esperanzado.
Naranjera
45Buen Maese Mistura, decid lo que os plazca de mí, pero cuidaos de afrontar mi casa.
¡Así Dios me salve: “está en un modo esperanzado”!
Dorimante
46¡Silencio, te lo ruego! ¿Qué clase de mujer es la madre?
Naranjera
47Una buena y grave señora. ¡Señor! ¡Cómo pone a los jóvenes salvajes de la Villa! En
cuanto a la parte que os toca, os tiene por un demonio encarnado. Por mi conciencia
que, si os viera, miraría a ver si tenéis una pezuña hendida.
Naranjera
49Tan solo de oídas; mil horrendas historias le han contado de vos y se las cree todas.
Mistura
50Por la semblanza se debe tratar de la famosa Madama Vilasilva y su hija Enriqueta.
Naranjera
51Se me antoja que el diablo habita en él y le da el don de adivinanza.
Dorimante
52¿Las conocéis?
Mistura
53Muy bien a ambas; la madre es una gran admiradora de las formas y la civilidad de
la época anterior.
Dorimante
54A una anticuada belleza se le puede tolerar que no tenga humor para las libertades
presentes. Es una buena referencia de la madre. Y, decidme, ¿qué tal la hija?
Mistura
55Pues, primero, que es una heredera vastamente rica.
Dorimante
56¿Y de partes?
Mistura
57Desconozco qué alteraciones doce meses pueden haber obrado en ella, pero, hace un
año, era la más bella criatura que jamás he visto; una forma espléndida, fácil, limpia;
cabello castaño claro en abundancia; sus rasgos regulares; su complexión clara y vivaz;
ojos descocados; pero, sobre todo, una boca que me ha hecho besarla mil veces en mi
imaginación: dientes blancos e iguales y bonitos labios carnosos, con algo de humedad
colgando siempre dellos, como la rosa de la Provenza en el rosal, antes de que el
sol de la mañana haya absorbido completamente el rocío.
Dorimante
58¡Rapto, mero rapto!
Naranjera
59No, por Dios que os dice la verdad; esa una delicada criatura.
Mistura
61Más de lo ordinario en su sexo y otro tanto de malicia. Luego es tan salvaje como
desearíais que fuera y tiene un recato en su persona que lo hace muy sorprendente.
Dorimante
62Carne y huesos no pueden escuchar esto y no desear conocerla.
Mistura
63Me espanta qué es lo que ha instado a su madre a traerla a la Villa; un viejo y senil
protector de doncellas no puede ser más celoso de su amante.
Naranjera
64Ella me hizo reír ayer. Había venido a visitarlas un juez y el viejo, según me dijo
ella, se la quedó mirando muy fijamente y, cuando la saludó, ¡con qué gusto restalló
los labios! ¿Quien lo habría pensado de ellos?
Mistura
65¡Dios nos valga, un juez!
Dorimante
66Bien merecido le está, los hidalgos togados no han logrado, con un buen ejemplo, enfrentarse
al vocinglero pecado de la nación.
Mistura
67Vamos, terminad de vestiros; es más tarde de lo que imagináis.
Dorimante
68Llama al zapatero, Mañoso.
Naranjera
69Buen Maese Dorimante, pagadme. ¡Dios! Preferiría daros mi fruta a quedarme y que ese
bribón malhablado me insulte. Lo que los hidalgos decís poco importa; pero un sucio
individuo como él es desgracia mayor para una.
Dorimante
70Dale diez chelines, y cercioraos de decirle a la joven hidalga que he de trabar su
conocimiento.
Naranjera
71Ahora estáis deseando tentar a esta linda criatura. Bueno, ¡que el Cielo os enmiende!
Mistura
72¡Adiós, aguaza!
[Salen NARANJERA y MAÑOSO.]
Dorimante, ¿cuándo habéis visto a vuestra pis-aller, como llamáis a Doña Lencanta, por última vez?
Dorimante
73No desde hace dos días.
Mistura
74Y ¿como están los asuntos entre ambos?
Dorimante
75Ha habido mucho parche últimamente, mucho quehacer; nos esforzamos por seguir juntos.
Mistura
76Me espanta cómo su poderoso espíritu lo soporta.
Dorimante
77Harto estoy, en plena conciencia. Nunca conocí criatura tan violenta.
Mistura
78Ella es la más apasionada en el amor y la más extravagante en los celos que cualquier
mujer de la que yo haya oído. ¿Qué nota es esa?
Dorimante
79Una excusa que voy a enviarle por el abandono del que soy culpable.
Mistura
80Leedla, os lo ruego.
Dorimante
81No. Pero, si queréis tomaros la molestia, podéis hacerlo vos.
Mistura
82
[Lee.] “Nunca tuve afición por el negocio, pero ahora tengo justo motivo para odiarlo, puesto
que me ha tenido sin veros estos dos días. Tengo intención de visitaros por la tarde
y, en el placer de vuestra conversación, olvidar todo lo que he sufrido durante esta
tediosa ausencia.” Este negocio vuestro, Dorimante, ha sido con una máscara en el
corral de comedias; no os he perdido de vista. Si alguna persona maliciosa os delatara,
esta amable nota apenas lograría que hicierais las paces con ella.
Dorimante
83No deseo nada mejor.
Mistura
84¿Cómo? ¿Acaso el que ella lo supiera os obligaría a vos?
Dorimante
85Del modo más infinito. Junto a lo que supone el conocimiento de una nueva amante,
amo la riña con una vieja amante. Pero debe ser cosa del Diablo, pues ha habido una
calma tal en mis asuntos últimamente que no he tenido el placer de que una mujer siquiera
rompiera su abanico, se mostrara mohína o faltara a sus juramentos en estos últimos
tres días.
Mistura
86Una gran desdicha. Veamos: amo la picardía lo bastante como para promover este asunto
yo mismo y lo haré al punto; y aunque sé que la verdad de lo que habéis hecho va a
volverla furiosa, yo lo aumentaré en algo con invención, la dejaré con una ataque
de la madre y estaré de vuelta aquí antes de que estéis listo.
Dorimante
87Quedaos, os lo ruego; podéis ahorraros la labor; el negocio ya lo ha emprendido alguien
con la misma destreza y, según creo, con algo más de malicia que vos.
Mistura
88¿Y quien, en el nombre del Diablo, puede ser?
Dorimante
89Pues la máscara —esa misma máscara con quien me visteis.
Mistura
90¿Ama la picardía tanto como para delatarse a si misma para zaherir a otra?
Dorimante
91No, claramente, Mistura: os haré comprender el misterio. Para mayor confirmación de
lo que le he estado jurando estos dos días atrás, ayer, en el corral de comedias,
me hizo que le prometiera, ante su cara, que rompería del todo con Lencanta y, puesto
que ha cura de mi reputación y no me permitiría hacer cosa bárbara, ha urdido una
manera para ofrecerme una espléndida ocasión.
Dorimante
93Ella tiene pensado hacerle esta tarde una visita a Lencanta, sobre una hora antes
que yo y (disfrutando del privilegio por razón de una amistad profesa entre ellas)
hablar de sus preocupaciones.
Dorimante
95¡Oh, una íntima amiga!
Mistura
96Mejor y mejor. Continuad, os lo ruego.
Dorimante
97Ella pretende, como sin quererlo, insinuar una charla sobre mí y, artificialmente,
suscitar sus celos a tal altura que, transportada con los primeros movimientos de
pasión, se arroje contra mí con toda la furia imaginable en el momento en que yo entre.
Habiendo comenzado la riña de modo tan dichoso, yo he de representar mi papel, confesar
y justificar mi villanía, jurar que su impertinencia y mal humor la hace intolerable,
asociarla con el primer pisaverde que me venga a la cabeza; y, de mal humor, marcharme,
ignorarla y dejársela a quienquiera crea que le merece su tiempo postrarse ante ella.
Mistura
98Esta máscara está al día y posee un ingenio que la hace digna de vos, Dorimante.
Entra MAÑOSO, Zapatero y Lacayo.
Dorimante
99Bribón, que os escabullís como un perro que ha derribado un plato; si no enmendáis
vuestros servicios os despojaré de la librea , y os soltaré a la rueda de la fortuna.
Mañoso, séllalo y que salga corriendo con él enseguida.
[Salen MAÑOSO y Lacayo.
Mistura
100Puesto que os habéis decidido por la riña, ¿por qué le enviáis esta amable nota?
Dorimante
101Para que se quede en casa: por el buen orden del negocio.
[Al Zapatero] ¿Y bien, necio borracho?
Zapatero
102¡Cuerpo de! No habéis motivo para hablar. No he tenido una botella de vuestro blanco
seco en las tripas en estos quince días.
Mistura
103La naranjera dice que vuestros vecinos tienen noticia de lo pagano que sois y tienen
pensando informar al obispo y que os quemen por ateo.
Zapatero
104¡Maldita sea, la pila de estiércol! Si su marido no la aparta, apesta de tal modo
que la parroquia tiene pensado llevarlo a juicio por molestia pública.
Mistura
105Os aviso como amigo, reformad vuestra vida: os habéis atraído la envidia del mundo
por vivir por encima de vuestras posibilidades. Putear y blasfemar son vicios demasiado
hidalgos para un zapatero
Zapatero
106¡Cuerpo de! Creo que vuesas mercedes, los hombres de calidad, se volverán tan irrazonables
como las mujeres, estancaríais los pecados de la nación . Los pobres, en cuanto empiezan
a ser malvados, son reprendidos por sus superiores.
Dorimante
107Bribón, haré que os pongan en la picota por este libelo.
Zapatero
108Algunos lo merecen, estoy seguro. Hay tantos dellos que nuestros jornaleros, en vez
de inofensivas baladas, solamente cantan vuestras malditas diatribas
Dorimante
109¿Nuestras diatribas, bribón?
Zapatero
110Vamos, mi buen señor, ¿por qué no habríais de escribir vuestros propios comentarios
al igual que César?
Mistura
111El pícaro ha leído, según veo.
Zapatero
112Ya sabéis el viejo proverbio: “cerveza e historia”.
Dorimante
113Ponedme los zapatos, bribón.
Zapatero
114He aquí un zapato.
Dorimante
115Se asienta con más arrugas que el ceño de un bravonel airado.
Zapatero
116¡Cuerpo de! Tan suave como la piel de vuestra amante en ella misma; meted el pie a
fondo. ¡Cuerpo de! Si alguna vez un monsieur de todos ellos hace algo más a la moda, aceptaré con gusto que me rebanen las orejas
con mi propia lezna.
Mistura
117Y que lo sirvan de colación en ragout, en vez de currutacos a una compañía de zapateros franceses.
Zapatero
118¡Alto, alto! ¡Malditos extorsionistas, orugas! ¡Que se alimenten de coles! Vamos,
señor, esta mañana vuestra salud me es próxima al corazón.
Dorimante
119Id, marchad a casa y gobernad mejor vuestra familia, no permitáis que vuestra esposa
os acompañe a la cervecería, golpee a vuestra puta y os conduzca a casa en triunfo.
Zapatero
120¡Cuerpo de! No hay nadie en la Villa que viva más como un hidalgo con su esposa que
yo. Nunca me interesan sus movimientos, ella nunca inquiere acerca de los míos, hablamos
civilmente entre nosotros, nos odiamos de todo corazón y, puesto que es vulgar yacer
y sudar juntos, tenemos yacijas separadas.
Dorimante
121Dale media corona.
Mistura
122No, a menos que prometa emborracharse como un príncipe de sangre.
Zapatero
123Borrachez es el vocablo a la vista del mundo, por el honor de mi señor, mozo.
Dorimante
124No pervirtáis a mis criados, bribón.
Zapatero
125Le hago un mero guiño; él distingue una cervecería de una choza.
[Sale el Zapatero.
Dorimante
126Mis ropas, pronto.
Mistura
127¿Dónde comeremos hoy?
Entra BELLAIR.
Dorimante
128Donde queráis; aquí llega un buen tercer hombre.
Bellair
129Servidor de vuestras mercedes.
Mistura
130Noble señor, ¿como responderéis desta visita ante vuestra honorable señora? No es
de su interés que os juntéis en compañía de hombres de seso que hablarán con cordura.
Bellair
131No temo por su perdón, concededme el vuestro por mi descuido reciente.
Mistura
132Aunque nos habéis sumido en la tristeza por falta de vuestra buena compañía, para
demostraros que estoy libre de resentimiento: que la hermosa causa de vuestra desdicha
os dé todas las albricias que los felices amantes han compartido desde que el mundo
es mundo.
Bellair
133Deseáis que esté en el Cielo, pero me creéis camino del Infierno.
Mistura
134Tenéis un fe sólida y buena y eso puede contribuir mucho a vuestra salvación. Yo confieso
ser de constitución recalcitrante, tiendo a las dudas y escrúpulos y, en el amor,
no son mayor distracción que en la religión. Si yo estuviera tan próximo a un matrimonio,
no haría sino gritar en mi coche como con un ataque ¡Cornudo, cornudo!, con furia no inferior a la del fanático loco cuando entona su Gloria en el manicomio de Belén.
Bellair
135Porque la religión vuelve locos de atar a algunos ¿he de vivir como un ateo?
Mistura
136¿No es gran indiscreción para un hombre de crédito, que puede obtener bastante dinero
bajo palabra, el ir y cerrar un trato con judíos, que, por una pequeña suma, hacen
que los hombres contraigan obligaciones y cedan bienes?
Bellair
137No sigas predicando sobre este pasaje; estoy determinado y no hay esperanza de mi
conversión.
Dorimante
138
[a MAÑOSO, que revolotea su alrededor] Basta de tu innecesario revoloteo; una avispa zumbando junto a la nariz de un hombre
en la comida no es más molesta que tú.
Mañoso
139Os encanta que vuestra ropa os cuelgue ajustada, señor.
Dorimante
140Amo ir bien vestido, señor; y no lo tengo por escándalo para mi entendimiento.
Mañoso
141¿Usaréis perfumes o agua de azahar?
Dorimante
142Oleré como huelo hoy: no es ofensa para las narices de las damas.
Mañoso
143Como gustéis, señor.
Dorimante
144¡Que la excelencia de un hombre resida en atarse con galanura una cinta o una corbata!
Con qué cuidado natura provee al mundo de los necesarios currutacos.
Bellair
145Un traje muy bonito el vuestro, Dorimante.
Dorimante
146Me alegra de que cuente con vuestra aprobación.
Bellair
147Nadie en toda la Villa tiene mejor arbitrio en el vestir que vos.
Dorimante
148Me haréis tener mi genio en estima.
Mistura
149Según he oído, hay un gran crítico en estos asuntos, llegado a borbollones desde París
Bellair
150Os referís a Don Lindín Aleada.
Bellair
152Él se tiene por el patrón de la galantería moderna.
Dorimante
153Desde luego es el patrón de los pisaverdes modernos.
Mistura
154Estuvo ayer en la comedia con un par de guantes que le llegaban a los codos y una
peluca con rizos más perfectos que la cabeza de una dama recién vestida para ir al
baile.
Bellair
155¡Qué ceceo tan lindo tiene!
Dorimante
156¡Ja! Eso es porque lo afecta, en imitación de las gentes de calidad de Francia.
Mistura
157Su cabeza suele reclinarse hacia un lado y su mirada es más lánguida que la de una
dama cuando se recuesta un tanto en su coche o reclina la cabeza, descuidada, en la
partición de una cazuela en la comedia.
Dorimante
158Ciertamente es una persona de muchas locuras adquiridas.
Mistura
159Él es como muchos otros: se debe a su crianza que sea un currutaco tan eminente. Más
de un necio se habría perdido para el mundo si sus indulgentes padres no los hubieran
dotado de instrucción o de buena crianza.
Bellair
160Él ya ha estado, como se dice en barbilindo, “brioso con las damas”. Estuvo ayer en
casa de mi tía Villavega y le dio a Doña Lencanta un catálogo de todas las buenas
cualidades que convienen al hidalgo cumplido, el cual, de acuerdo con Don Lindín,
deberá: vestir bien, bailar bien, tirar bien de espada, tener agudeza para las cartas
de amor, una voz agradable para una cámara, ser muy amoroso, algo discreto, pero no
demasiado constante.
Mistura
161Lindos ingredientes para una persona cumplida.
Dorimante
162Me alegra que se fijara en Lencanta.
Dorimante
164Yo quería cargarle en cuenta un pisaverde y este viene pintiparado.
Bellair
165Seguro estoy de que ella no ama a nadie sino a vos.
Dorimante
166La buena fortuna sería suficiente para hacerme vanidoso, pero soy modesto de natura.
Bellair
167Escuchad, Dorimante. Con la venia, Maese Mistura; es un secreto relacionado solamente
con una hermosa dama.
Mistura
168Vuestra buena crianza, señor, os da demasiados problemas; podríais haberlo murmurado
sin toda esta ceremonia.
Bellair
169
[a DORIMANTE] ¿Cómo se encuentran vuestros negocios con Belinda últimamente?
Dorimante
170Es una falsa bagasilla.
Bellair
171Vaya, yo la creo lo suficientemente falsa, pero para vuestros propósitos no es peor;
estuvo con vos ayer, bajo disfraz, en la comedia.
Dorimante
172Allí reñimos y resolvimos no volver a hablarnos.
Dorimante
174Falta de valor para encontrarse conmigo en el lugar designado. Estas jóvenes aprehenden
el amar casi como los jóvenes conciben el luchar al principio; pero, una vez iniciadas,
al igual que ellos, al punto se vuelven bravoneles.
Entra MAÑOSO.
Mañoso
175
[a BELLAIR] Señor, afuera vuestro criado desea hablar con vos.
Bellair
176Hidalgos, vuelvo enseguida.
[Sale BELLAIR.
Mistura
177Muy lindo individuo éste.
Dorimante
178Es apuesto, educado y, con mucho, el más tolerable de los jóvenes que no están sobrados
de seso.
Mistura
179Siempre bien vestido, siempre complaciente y rara vez impertinente. Vos y él os habéis
vuelto muy íntimos, según veo.
Dorimante
180Es nuestro mutuo interés el serlo: hace que las mujeres piensen mejor de su seso y
juzguen más favorablemente mi reputación. Pasa por ser una persona de muy buen sentido
para algunos y yo por una muy civil para otros.
Mistura
181¿Qué murmuración es esa?
Dorimante
182Una cosa que él habría deseado saber, pero no creía adecuado decirle; podía haberle
hecho rehuir sus honorables intenciones de desposarse.
Mistura
183Emilia, en su favor hay que decirlo, tiene la mejor reputación de una joven en toda
la Villa; y belleza suficiente como para provocar la murmuración. Su compostura carece
de afectación, su hablar es modesto: ni censor ni pretencioso como las falsificaciones
del siglo.
Dorimante
184Es una doncella discreta y creo que nada podrá corromperla salvo un marido.
Dorimante
186Sí, un marido; he conocido a muchas mujeres que estorban la pérdida de su doncellez
y, después, no estorban en absoluto hacer cornudos.
Mistura
187Esa prudente consideración me lleva a pensar que os ha hecho confirmar al pobre Bellair
en la desesperada resolución que ha tomado.
Dorimante
188A fe que la poca esperanza que yo encontraba en ella, el estado en que se encontraba
ella, han hecho que, por consejo mío, él contribuyera en algo al cambio en la condición
della.
Entra BELLAIR.
Querido Bellair, por los Cielos que creí que te habíamos perdido; los hombres enamorados
nunca son dignos de confianza cuando queremos formar compañía
Bellair
189Dorimante, estoy perdido; mi criado me ha traído las nuevas más sorprendentes del
mundo.
Dorimante
190Alguna desdicha peregrina ha caído sobre vuestro amor.
Bellair
191Mi padre vino a la Villa anoche y se aloja en la misma casa que Emilia.
Mistura
192¿Sabe que es della de quien estáis enamorado?
Bellair
193Sabe que estoy enamorado; pero no sabe de quien, salvo que algún necio impertinente
me haya traicionado.
Dorimante
194Vuestra tía Villavega es vuestra confidente y favorece el negocio.
Bellair
195Della no apercibo malos oficios, en absoluto. He recibido una carta en la cual mi
padre me ordena que nos encontremos en casa de mi tía esta tarde. Además me informa
de que me ha buscado esposa y me insta a decidirme a ser obediente a su voluntad o
esperar verme desheredado.
Mistura
196Ha llegado vuestro momento, Bellair; nunca se le había ofrecido, a un amante, tal
oportunidad de presentar pruebas generosas de su pasión.
Bellair
197¿Y cómo es eso, por favor?
Mistura
198¡Hola! ¡Que cuelguen la hacienda! Casaos con Emilia sin más y retad a vuestro padre
a cumplir sus amenazas; es tan simple como despreciar un coche, humillaros ante un
par de chapines, estar descompuesto en compañía de vuestros amigos, ser señalado y
compadecido vayáis donde vayáis por todos lo pisaverdes amorosos que conozco … y vuestra
fama será inmortal.
Bellair
199En mi corazón podría hallar la resolución de no casarme en absoluto.
Dorimante
200¡Vergüenza, vergüenza! Eso echaría a perder una buena burla y estafaría a los bienhumorados
de la Villa de una ocasión para reírse de vos.
Bellair
201La tormenta que he estado esperando tanto tiempo se cierne sobre mi cabeza y empieza
a descargar sobre mí; estoy en el potro de la tortura y no puedo hallar descanso hasta
que me satisfaga de lo que temo. ¿Dónde vais a comer?
Dorimante
202En Long’s o en Locket’s.
Mistura
203Que sea en Long’s.
Bellair
204Corro a ver a Emilia, e informarme de cómo están los asuntos. Si mis desdichas no
son tan grandes como para hacerme inepto como compañía, me uniré a vuestras mercedes.
[Sale BELLAIR.
Entra un Lacayo con una carta.
Lacayo
205
[a DORIMANTE] Una carta, señor.
Dorimante
206El destinatario es correcto: Para Maese Dorimante.
Mistura
207Veamos: el garabateo mismo y la letra de una puta de casta.
Dorimante
208Conozco la letra; el estilo es admirable, os lo aseguro.
Mistura
209Léedla, os lo ruego.
Dorimante
210
[Lee.] “Os dije que no me hamabais, que si no, mabriais bisitao denantes. No tengo dineros
y estoy muy maláncolica; por favor me mandéis una guinea para ir a ber las operis.
Criada buestra, Marica.”
Mistura
211Por favor, que la puta reciba un respuesta favorable, para que pueda lucirla en una
caja y honrar su profesión.
Dorimante
212Así lo hará y galleará con la cabeza erguida. ¿Se encuentra el coche en el portal?
Mañoso
213No me pedisteis que mandara venir uno.
Dorimante
214¡Lerdo eterno!
[MAÑOSO hace por salir.] ¡Eh, zote!
Mañoso
215¿Me llamabais, señor?
Dorimante
216¿Espero que no tendréis justa objeción al nombre, señor?
Mañoso
217Tengo sentido, señor.
Dorimante
218No más que una mosca en invierno. —¿Cómo habéis venido, Mistura?
Lacayo
220Podéis tener un coche de alquiler, señor.
Dorimante
221Puedo cabalgar el elefante si me place, señor. Llamad a otra silla y que mi coche
nos siga hasta Long’s.
[Salen cantando «Habed calma, oh antepasados», etc.