Alexandre Hardy, Coriolan

Coriolano





Texto utilizado para esta edición digital:
Hardy, Alexandre. Coriolano. Traducido por Miguel Ángel García Peinado y Ángeles García Calderón, para la colección EMOTHE. Valencia: ARTELOPE Universitat de València, 2019.
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Bodí García, Alba

ARGUMENTO

Tres palabras resumirán este tema, tan bien tratado y argumentado en todas sus características por Plutarco, en la vida de este gran personaje, al que me remitiré libremente como la verdadera fuente en la que pueda indagar el lector;y bastará con decir que Coriolano, tras varios destacados servicios a su patria, se ve obligado al final a ceder ante la envidia del pueblo romano, el cual por presuntos delitos lo condena a un exilio perpetuo. Injuria tan sensible e incompatible contra este hombre de gran valor, que decide vengarse al precio que sea. Con este propósito pide reunirse con Aufidius, capitán del pueblo de los volscos, nación poderosa y enemiga fundamental de los romanos, los cuales les habían arrebatado muchas ciudades. Aufidiuslo recibe con toda la cortesía posible, hace que lo elijan en plena asamblea como Capitán General contra los romanos, a los que con un poderoso ejército los obliga a defenderse en la ciudad de Roma, sitiada por todas partes. Los romanos, tras alguna resistencia, luchando contra el hambre y las disensiones en el interior, así como contra los enemigos de fuera, envían un Embajador tras otro a Coriolano. Pero su odio irreconciliable les propone condiciones de paz tan injustas, vergonzosas y fuera de toda lógica que regresan de vacío; le envían a los Sumos Padres, revestidos de pompa y solemnidad, para que la piedad lo conmueva y tenga más conmiseración con su miserable patria, cuyo exilio de ella le había acarreado buena suerte; labor infructuosa por su parte, dado que no rezumaba más que la total destrucción de los suyos. Esta común desesperanza ante el convencimiento lleva a Valeria, virtuosa dama romana de la familia de Valerio Publícola, a la madre de Coriolano, a su mujer y sus hijos a ir a visitarlo a su campamento;de tal modo que sus ruegos son oídos, y que al prevalecer el instinto natural sobre firmeza inflexibleél hace levantar el asedio a los volscos, que lo matan al regreso, instigados por Aufidius, su competidor en la gloria, como traidor a su comunidad, y que pudiendo vencer a Roma había evitado la oportunidad por honrar a una madre. Pocos temas habrá en la historia romana que sean más dignos de ser llevados a laescena que este.


PERSONAJES

Coriolano
Volumnia
Edil
Licinio
Coro de romanos
El Senado
Aufidius
Paje
Embajadores
Consejo de los volscos
Valeria
Grupo de damas romanas
Virginia
Coro de volscos
Mensajero
Hijo de Coriolano

ACTO I

CORIOLANO, VOLUMNIA, EDILES,LICINIO, CORO, SENADO

ESCENA I

CORIOLANO, VOLUMNIA

CORIOLANO
1
Júpiter, si es verdad que es tu diestra imparcial
2
ya sea en actos crueles, duros y formidables,
3
si utilizas un rayo para vengar desmanes,
4
que una turba ingrata perpetua a la inocencia,
5
y si de los virtuosos cogieras el testigo,
6
¿no penarás acaso la criminal audacia,
7
el daño irreparable, la afrenta, enorme afrenta,
8
que me queda marcada en el pecho y la frente?
9
A los que protegí a riesgo de mi vida,
10
una masa agitada de plebe esclavizada,
11
un lodo de la tierra, un enorme desorden,
12
a los que el beneplácito insta a la rebelión,
13
a quienes yo he mandado, guía de los ejércitos,
14
que extiende por el orbe mis dispersas victorias,
15
que de mí solo guarda su apacible grandeza;
16
conjura mi deceso con un furioso ardor,
17
se atreve a injuriarme de efecto y de palabra,
18
sin honra al nombre que en los muros de Corioli
19
su valor adquirió, cuando en un mismo día
20
ya tomada esta villa, volví al campamento,
21
en el que, separado de la villa asediada
22
su ayuda adelantaba en batalla campal,
23
do mi diestra invencible al cansancio de Marte
24
no quiso exponerse al riesgo de la guerra,
25
pero obtuvo del Cónsul la orden de luchar.
26
Al que mejor creía negociar su victoria,
27
el valiente de Anzio se la rompió de pronto,
28
de la muerte arrancando a un ciudadano romano
29
en presencia de todos que el portento admiraron,
30
juzgando mi bravura en sin igual momento,
31
viéndome sin aliento, y de heridas cubierto,
32
rivales sometidos, con enormes esfuerzos
33
no obstante perseguimos a su turbado ejército,
34
al que un miedo cobarde dispersaba a la fuga,
35
persiguiendo igual que haceel toro enfurecido
36
en una herbosa dehesa a su infeliz rival;
37
así me comporté, alcanzando la gloria
38
de un salario público por mi virtud, notoria,
39
más contento de verme la cabeza rodeada
40
del árbol de Dodona rendido a los oráculos,
41
cantar mi loa oyendo por la boca común,
42
que por bienes rodeado bajo elaro lunar,
43
más contento de traer, vencedor, a mi madre,
44
una alegría muda, un gozo al corazón,
45
recibir su alabanza y su dulce abrazo,
46
que enriquecerme, avaro, con las presas reunidas.
47
¿Mas de qué habrá servido la sangre derramada?
48
¿Por qué de un vano honor quedé tan seducido?
49
La sierpe de la envidia de ahí empezó a brotar,
50
y de mi loa creciente cobró su crecimiento,
51
desde entonces la envidia me suscitó el odio
52
de una comuna ociosa en nuestra gran ciudad;
53
odio que hasta este punto de insolencia ha llegado,
54
que no habiendo el Senado contenido su rabia,
55
fui condenado a muerte sin mediar juicio alguno,
56
la esperanza negándome de frenar el exceso,
57
mi cabeza arrojando de la Roca Tarpeya,
58
contentaba su ira, enojada y carnívora;
59
incluso aún de nuevo fue preciso exponerme
60
a engaños inventados que quieran proponer,
61
¿me conviene sufrir, por ser de buen linaje,
62
la censura de jueces de este populacho,
63
esperar su dictamen? ¡Oh Cielos! Al pensarlo,
64
sonrojado debí, lanzarme al vacío,
65
muriendo espada en mano, como hombre magnánimo,
66
lavando con mi sangre un crimen tanculpable.
67
Asegúrate bien, hidra de cien cabezas,
68
bajel siempre batido por un viento inconstante,
69
que como yo lo veo abierto a la calumnia,
70
no quedará la injuria impune mucho tiempo.
71
Tu usurpado poder lo mermaré tan bajo,
72
que no volverá a haber debate entre nosotros,
73
que apagaré del todo tu cólera furiosa;
74
pero ahí viene mi madre inquieta a abordarme.

VOLUMNIA
75
Llega (hijo mío) el día en el que se te acusa,
76
si eres humilde a todos los vencidos que te odian
77
vencerás, soportando la altiva ingratitud,
78
y el maligno rencor de esta multitud.
79
Cautivarás su cólera usando la obediencia;
80
¡Ay! No quieras por tanto creer en tu pasión.
81
Cede por un momento y los tendrás contentos,
82
y apaciguarás una horrible tormenta,
83
que Roma dividida se estremece por ti:
84
no puede la piedad tener mejor propósito,
85
y destacar mejor el lugar de una madre,
86
con respecto a un país oyendo mi oración.

CORIOLANO
87
Señora, me verían sobrellevar mil muertes,
88
antes que suplicar procurarme su gracia,
89
antes que un pueblo vil se jacte con razón
90
de haber en mi arrojo imprimido el temor,
91
que los que deberían verme como señor,
92
sobre mí prevalezcan del más pequeño honor;
93
¿doblar yo la rodilla ante un colectivo?
94
No, no quiero hacerlo, y no temo su encono.

VOLUMNIA
95
Si eres acusado respondes ante él.

CORIOLANO
96
Pero soy inocente y me apoya elSenado.

VOLUMNIA
97
“La inocencia a menudo cede ante la calumnia”,
98
te han hecho sospechoso de opresión estos jueces,
99
delito cuyo nombre ante la raza humana
100
fue, y será por siempre odioso a los romanos,
101
capaces de oprimir, sin entablar proceso,
102
a cualquiera que encuentren cómplice de sospecha.

CORIOLANO
103
La duda intencionada es fácil refutarla,
104
no podrá ocasionarme menoscabo alguno.

VOLUMNIA
105
Siempre que te sometas, no albergo duda alguna,
106
de que el pueblo a la larga absolverá tu causa.

CORIOLANO
107
Nunca daré lugar a que mi rendición
108
haga aumentar su crédito y su temeridad.

VOLUMNIA
109
¡Ay mísera Volumnia! ¡Ay madre desgraciada!
110
Ya ves la indiferencia de tu hijo obstinado,
111
tus consejos, razones, súplicas y tus lágrimas
112
amortiguar no pueden las fervorosas iras,
113
ni sacar a su líder de una clara tormenta,
114
de la que ya hace tiempo le adviertes su venida;
115
de nuevo, hijo mío, mi único apoyo,
116
por los Manes sagrados de tu difunto padre,
117
por las manos que abrazo en tu rostro guerrero,
118
por una compasión que te era familiar,
119
por este pelo cano, este pecho nutricio
120
que antaño amamantárate, por esta honda inquietud,
121
que devora por ti mi alma consumida,
122
refrena en este riesgo tu cólera sin límites,
123
déjate lastimero ablandar por mi queja,
124
déjame desviar tu esquife de este abismo,
125
examina además mi opinión protectora.
126
Medita que el orgullo siempre se queda solo,
127
Lejos de ti, que vives entre este pueblo franco,
128
(alguna vez un rey se apea de su rango)
129
cede a la voluntad de aquel que domina,
130
sus faltas disimula y, prudente, no se obstina,
131
“la paciencia triunfa, vence cualquier obstáculo,
132
nada es tan complicado para no superarlo”.
133
Evidencia un nivel de los más importantes,
134
cuando este país goza de una paz envidiable;
135
los hombres como tú son los más negligentes,
136
y los más injuriados por un pueblo insolente;
137
utiliza a sus jefes como a los plataneros,
138
al cual en el buen tiempo el viajero degrada:
139
poda sus grandes ramas, lamentando después
140
que una sañuda nube le moje todo el cuerpo.
141
Del mismo modo vemos destrozado en la orilla
142
un barco abandonado por el paso del tiempo,
143
con el que el mercader, ingrato,ha saqueado
144
cien veces los tesoros de América y de Asia,
145
creando su fortuna, y cuidando su vida;
146
así son los efectos usuales de la envidia:
147
tú debes dar ejemplo para ceder calmado,
148
para salir del paso, y evitarme inquietudes.

CORIOLANO
149
Señora (excepto la honra), haré todo lo viable.

VOLUMNIA
150
Escuchemos, pues alguien ha abierto la puerta,
151
¡Dioses, es un edil! Perturba mis sentidos.

ESCENA II

EDIL, CORIOLANO, VOLUMNIA, LICINIO, CORO DE ROMANOS, SENADO.

EDIL
152
ElSenado, Togados y elpueblocongregado
153
te convocan, resueltos a enjuiciar tu asunto,
154
así pues a su exhorto la respuesta no aplaces.

CORIOLANO
155
Vamos, ya que el curso de un injusto destino
156
nos somete al poder de esta hidra amotinada,
157
vamos a comprobar su perversa impostura,
158
y a los dioses probar en su contra la injuria.

VOLUMNIA
159
¡Júpiter! Protector de nuestro territorio,
160
te ruego que a mi hijo lo ampares con tu manto,
161
inspira su coraje, y vuelve a unificar
162
a este país dividido, por tu misericordia

LICINIO
163
Para poder purgarte de todos tus delitos,
164
delitos infringidos en contra del bien público,
165
el pueblo en mi nombre(su Togado) te ordena,
166
que en la fecha fijada respondas a mi duda.
167
¿Por qué en un principio, has desaconsejado
168
al resto delSenado, elpresente otorgado
169
del trigo siciliano, de la parte a cuenta,
170
y el otro en costo en plata legalmente canjeado,
171
recompensa debida a nuestro pueblo romano,
172
después de tanto esfuerzo y valientes hazañas,
173
después de haber llevado el peso en muchas guerras,
174
volviendo siempre llenos de golpes en su tierra?
175
Tú no puedes negarlo, es una crueldad
176
e injusticia extrema, y aún más impiedad,
177
tú no puedes negar, que tu alma rebelde
178
a la furia de Enio ha seguido en su curso.
179
Que cual perturbador del público reposo,
180
sembrando un alzamiento del todo fuera de orden,
181
no hayas merecido la pena capital.
182
Además conocemos tu mal humor notorio,
183
desear la tiranía, fingirla ardientemente,
184
que nuestras propias leyes no podrían parar,
185
quien del pueblo (enemigo) su poder debilita,
186
deseando inclinarlo bajo tu obediencia,
187
altivo en tus maneras, difícil al inicio,
188
por todo ello aconsejo, ante todos, la muerte,
189
si (comoasí parece) en las acusaciones
190
tus defensas no arguyen de manera aceptable.

CORIOLANO
191
Aunque de un modo justo yo me hubiera vengado,
192
de una mala actuación en otra transmutada,
193
yo, al que el rechazo ingrato de una voz popular,
194
frustró impúdicamente del honor consular,
195
yo que ceder no puedo ante un coraje astuto,
196
por mostrarle este cuerpo lleno de cicatrices,
197
por recordarle a veces de batallas el número,
198
que colmé de cadáveres los campos enemigos.
199
Invencible expandí la grandeza romana,
200
gracias a mi experiencia, di paso a los éxitos;
201
frenado, sin embargo no fue por la venganza
202
por lo que influí en rechazar el trigo,
203
sino solo por miedo de un que burdo adulado
204
llevase más a fondo su orgullo dilatado;
205
no convirtiese en ley la costumbre adquirida
206
de forzar alSenado, que se dé cuenta de ello:
207
en cuanto al crimen último del Imperio afectado,
208
si alguna vez tal peste ha infectado mi alma,
209
si se puede probar mi culpabilidad,
210
que el pueblo sufrir me haga una total venganza,
211
que sin dudar me exponga a una muerte sensible,
212
que me quemen, torturen, descuarticen mi cuerpo;
213
¡vos sabéis, Grandes Dioses, del pensar auditores!
214
¿Mas, quien no conocía estas trampas alzadas,
215
lejos de la apariencia, lejos de la verdad,
216
por vosotros, Togados, a la irritada masa?

LICINIO
217
No podrías negar, lo que ahora discutes,
218
que el botín ganado al vencer a los de Anzio,
219
lo dividiste injusto, y derivaste osado,
220
hacia tus predilectos, y según tu decreto,
221
los que se habían quedado de guardas de la villa,
222
que durante esta hazaña se ocupaban de lo útil,
223
sin que fueran privados no obstante de su parte.
224
Delito comprobado por muchos testimonios,
225
de tu desdicha público, prestos para vengarse,
226
bien de tu tiranía, o de tu negligencia.

CORIOLANO
227
¡Oh perversa impostura! ¡Oh malvados, malvados!
228
¿Qué no declararéis para buscar mi ruina?
229
¿De qué se acuerda ahora? ¿Y qué perversidad
230
tan sucia y reprobable fue alguna vez urdida?
231
Falsarios y otrora me habíais prometido
232
no tratar de buscarme, ni ir a perseguirme
233
tiranía alegando, y ahora desleales
234
me cargáis de repente con nuevas imposturas.
235
Rómulo a ti apelo, y a ti, padre mío;
236
a ti Marte, al que siempre pedí por protector;
237
¡a vosotros soldados, hueste comprometida!
238
El azar aumentasteis de mi feliz conducta,
239
vosotros, flor espléndida del Imperio Latino,
240
más bien dignos del Cielo, que de un botín como éste,
241
ved como a vuestro jefe lo acusan de ultraje,
242
y como la virtud procura mi perjuicio,
243
ved que os aconsejan un reposo hogareño,
244
que por error induce a un salario negaros,
245
ganado con la espada, exponiendo la vida,
246
considerad un rapto culpar a mi justicia,
247
achacarlo a vosotros que seguisteis mis pasos,
248
el botín de vencidos enviados a la muerte.
249
La cifra de desdichas os hiela la palabra,
250
mi ruego a vosotros, y mi queja son frívolas.

CORO DE ROMANOS
251
Nuestro arrogante león comienza a derrumbarse,
252
evitemos que pueda nunca ya levantarse,
253
que su acatamiento no nos fuerce a afectarnos,
254
ya que también está dirigido a nosotros;
255
nos queda recoger los sufragios de todos,
256
para así condenarlo, o dejarlo absuelto.
257
Edil, apresuraos, recoged por familias
258
id a buscar el sino del arrogante reo.

SENADO
259
¿Cobardes sufriremos un anárquico caos?
260
¿Un pueblo de pasión, envidioso, cegado,
261
del primer Senador balancear la fortuna?
262
¿Es que lo dejaremos arquearse en su encono?
263
Preciso es, si hace falta, unánimes morir,
264
morir a sus pies todos, o bien prestarle ayuda.

CORIOLANO
265
¡Decaído Coriolano! Aquí estás en lo alto
266
de un montón de la plebe, cerca de tu recaída;
267
he aquí tu vida incierta, gracias a tu arrogancia.
268
¡Cloto acabar debiste el hilo de mi huso!
269
¿Por qué no previniste anulando mi trama,
270
la suerte injuriosa de este segundo oprobio?

LICINIO
271
Según el antiguo orden, por recuento de votos,
272
tu condena no pasa, ni llega a dos tercios,
273
este pueblo de Rómulo tu pena ha moderado
274
al exilio perpetuo, sentencia humanitaria;
275
de la ciudad serás para siempre expulsado,
276
y si mañana estás en ella habrá castigo;
277
piensa en obedecer porque mucho te juegas,
278
dado el veredicto que la sentencia encierra.

CORIOLANO
279
Obedezco y acepto, pondré todo mi empeño
280
en dejar a estos pérfidos antes de que me urjan.

CORO DE ROMANOS
281
¡Ve, ve, monstruo orgulloso, a buscar otro hogar,
282
halla un pueblo cobarde al que asuste tu reto!
283
¿Y qué pueblo si no el de los oscuros bosques,
284
de los que hay en África en sus arenas áureas,
285
que oculta al Hidaspes en sus yermas orillas,
286
convendría a tus hábitos brutalmente salvajes?
287
Nunca pudo ver Roma un día más feliz
288
que el que emanciparla debe de tu mirada;
289
y nunca hemos logrado sobre adversario alguno
290
trofeo más glorioso, útil y provechoso.

SENADO
291
¡Dioses! ¿Quién lo pensara? La indulgencia nos pierde,
292
ella ha de este desprecio la huella descubierto,
293
alentó al colectivo al acto temerario,
294
al ultraje común que acaba de hacernos;
295
de ahora en adelante no conviene esperar,
296
que nuestra autoridad la pueda rechazar.
297
Desde ahora llevamos en el cuello el servicio,
298
ya que le han permitido (cobarde ingratitud)
299
el brillo del Senado, su gloria, su apoyo,
300
por un pueblo exiliarse en sufragio más fuerte.


ACTO II

CORIOLANO, PAJE, AUFIDIUS.

ESCENA I

CORIOLANO
301
Porideas devorado y el alma indignada,
302
un incierto consejo y luegootrourdo,
303
diluido por la furia que me hierve en la mente;
304
igual que a quien quisiera escribir bajo el agua,
305
romperdelremolino la súbita carrera
306
y obligar al oleaje a que recule y vuelva.
307
Mas vamos, detengámonos en un firmepropósito,
308
Un proyecto que quiera fraguarse en este pecho,
309
capaz de destruir la insolencia romana,
310
que aún sería poco si me guiopor mi odio;
311
poco sería trocarla en un desierto fúnebre,
312
habitáculo eterno de ánimas desdichadas,
313
de convertir (vengándome) esta ciudad soberbia,
314
en sepulcro cubierto de piedras y de hierba,
315
de perder sin respeto a uno y otro partido,
316
tal pérdida no es nada, comparado a mi afrenta.
317
El lodo de un innoble y abyecto populacho
318
ha tenido la audacia y el poder de exilarme,
319
a juicio del Senado, mi refugio final;
320
refugio mal pensado de un grupo hogareño,
321
cuya sola asistencia es el murmullo de hembras,
322
cuyo tono parece aceptar mi calumnia.
323
“Se conoce al amigo en los trances difíciles”.
324
No hay que envilecerse con penosos lamentos,
325
afligirse por el que se daña con palabras
326
y soportar, no obstante, que le roben la fama,
327
que exilado lo echen de su natural cielo,
328
uno se queja en vano, otro sufre en silencio,
329
pese a ello indiferentes a mi vehemente cólera.
330
¡Dioses reparadores, inspirad la tarea!
331
Permitidme que pueda,sin importar el precio
332
(“nunca el hombre vengado cobra desgracia alguna”),
333
que pueda avivar una guerra fatal
334
a rivales cercados en mi ciudad natal,
335
cisma más cruel que el de los hermanos tebanos,
336
que con su propia sangre se mancharon las manos.
337
Concededme que ahogado por su propia ruina,
338
liberemos del miedo a los pueblos del Latium.
339
La equidad lo demanda, en nada se precisa
340
que un soporte tan bajo se mantenga tan alto,
341
que de simples pastores que eran nuestros ancestros,
342
en su linaje hay ínfulas de los más grandes amos;
343
la violencia augura a nuestra acción efímera
344
un fin precipitado, así se los percibe:
345
así pues elegidme de vuestra ira instrumento,
346
que igual que nació, ahogaré su Imperio.
347
Entre un número eterno de agresivos vecinos,
348
son potentes los volscos, sólo a ellos considero
349
capaces de hacer frente a mi ingrata patria,
350
mi bravura aunada con su habilidad,
351
y un jefe carismático a quien de los rivales
352
los básicos secretos fueron antes pactados,
353
versado en sus astucias por su mucha experiencia,
354
a quien modeló Marte en el arte de guerra;
355
por tanto, por supuesto, no dudaré en destruir
356
el Estado de Roma desde cualquier lugar.
357
Es cierto que este pueblo ha soportado pérdidas,
358
más ligeras, quizá, de un plumazo cubiertas;
359
pérdidas que le han redoblado el odio,
360
que llena de aflicción el valor empañado.
361
Pérdidas, en resumen, que han hinchado su encono,
362
reservando su ajuste al momento oportuno,
363
tal como el que le llevo ofreciéndome a él.
364
Como rival de gloria sólo tengo a Aufidius,
365
pues es quien tiene el mando de su ingente República,
366
y es a él a quien conviene que trabaje primero,
367
un impulso de honor cien veces nos condujo,
368
ciegos por el furor, mermados a estos fines
369
a un desafío mutuo cada uno con su ejército,
370
querer morir, o solo vencer por el honor.
371
Erras, su corazón, de repente magnánimo,
372
por la piedad llevado, te prestará su mano,
373
se dejará plegar por tu gentil llamada,
374
usando los modales más sagrados y urgentes.
375
Tengo que disfrazarme con ropa más extraña,
376
con la cual mi aflicción sea fácil de notar,
377
y con tal atavío entrar hasta estos lares,
378
dispensa inviolable entre los más salvajes;
379
vamos, que nada peor puede ya sucedernos.
380
“Y en un mal extremo se debe intentar todo”.

ESCENA II

AUFIDIUS, PAJE.

AUFIDIUS
381
Así, por lo que veo, queréis Dioses del Cielo,
382
no limitar ya más las conquistas romanas
383
que hasta el fin del mundo; fijado es por las Parcas
384
que sean del universo plácidos propietarios,
385
que sus armas por siempre invictas empujadas
386
vengan del Occidente hasta playas heladas,
387
del Levante hasta el Sur, a pesar del denuedo
388
y los impedimentos de sus recios vecinos,
389
cuyo freno total produce a su victoria
390
esa total turgencia que rodea Neptuno;
391
y no tengáis temor de que luego no quieran
392
realzar de los Titanes los monstruosos aprestos,
393
que los niños romanos por la tierra abortados,
394
restituidos al Cielo a anunciaros la guerra,
395
que ellos, no hallando aquí a quien resistir pueda,
396
no quieran arrancar de su trono a Júpiter.
397
No, no, perjudicáis a vuestra predicción,
398
por no entrar sobre eso en alguna aprensión,
399
por creer que este pueblo ardiente en conquistar,
400
al mundo sojuzgado no lo pretenda ya.
401
Os hacéis un gran mal, y a nosotros aciagos,
402
que somos el expolio de sus míseros siervos,
403
siervos de unos bandidos reunidos por Rómulo,
404
quien con sangre fraterna manchó su muro alzado,
405
y estableció su Imperio después de un parricidio,
406
capaz de darle vueltas a la rueda de Ixión.
407
Sin embargo el impío poco a poco ha crecido,
408
igual que de una chispa se va haciendo un gran fuego;
409
o como un débil viento enciende una tormenta,
410
que impresiona de miedo a los peces de Anfítrite.
411
Sin mentir, accidente extraño y portentoso,
412
accidente que es como un sueño engañoso,
413
y que me obligaría finalmente a creer
414
que en verdad el azar regir debiera el mundo,
415
que de injustas grandezas solo ella es el remedio,
416
de los malos o buenos se ocupa en absoluto.
417
Esta cuestión me mata, y corroe sin cesar,
418
en un hastiado abismo de inquietud me sumerge,
419
muero al no haber podido sacarla de mi mente;
420
mas, de los míos viene uno, ¿qué te trae por aquí?

PAJE
421
Un foráneo que entró en la casa hace poco,
422
por todos defraudado con sutiles modales,
423
solemne de semblante y suplicando verte,
424
pues la hospitalidad nos obliga a no echarlo,
425
desea (mi Señor) hablaros, y él mismo
426
se acerca siguiéndome con extrema confianza.

ESCENA III

AUFIDIUS, CORIOLANO.

AUFIDIUS
427
¿Quién eres? ¿Qué te trae? ¿Y cuál es el propósito
428
que has imaginado para acercarte a mí
429
por una vía oblicua, con temerosa audacia,
430
como con alma triste, suplicante y exánime?
431
Habla, pues, libremente, no me ocultes nada,
432
nunca niego mi ayuda a las gentes de bien.

CORIOLANO
433
Tras tu seguridad detecto percibir,
434
yo, cuyo nombre carga con un odio mortal
435
al pueblo volsco, antaño ejercido en combates,
436
(Corioli lo sabe) que a mi virtud dañó,
437
de ella el nombre me dieron, soy yo mismo, Aufidius,
438
y los míos llevados por ingrata perfidia
439
me premian desleales, con vergonzoso exilio.
440
Usa pues el ultraje y vuélvelo contra ellos,
441
cobra de los rivales un desgaste honorable,
442
empleándome en vengar nuestra común injuria,
443
distrayendo el orgullo loco de los romanos;
444
tengo el mismo coraje, y con las mismas manos,
445
el coraje, ¿qué digo? Ahora es de otra manera,
446
mi mente es más sutil, y mi diestra más fuerte
447
por el rencor movidas se eternizarán,
448
más que han hecho por ellos harán en contra de ellos:
449
y si soy rehusado por vuestra señoría,
450
me ofrezco libremente de víctima a su furia,
451
y feliz, y contento de no resistir más,
452
mis días de esperanza de una venganza excluidos,
453
esperanza asentada que si no se cumpliera,
454
la vida se me haría inapetente y cruel,
455
me obligaría a tener que apelar a mi diestra,
456
y arquear el Aqueronte donde los hombres oyen.

AUFIDIUS
457
¡Alza de nuevo tu ánimo, capitán indomable!
458
Tienes aseguradas las ansias de los volscos,
459
te recibo en su nombre, a la vez que te avalo.
460
En cuanto al celoso odio de una gloria intuida,
461
mutua entre nosotros, jefes de opuestos bandos,
462
desde ahora renuncio, triste por tus miserias,
463
para mí ejemplares, que de un pueblo inconstante,
464
de un pueblo injurioso, haya que sufrir tanto.
465
Que sepan que un hombre puede perjudicarlos,
466
cuanto temer su ira deben al rechazarlo;
467
que aprenda a conservar, y a mejor premiar
468
a quien puede su alta suerte hacer bajar,
469
uno (no fingiréante ti de decírtelo)
470
cuya diestra servía de nervios a su Imperio,
471
de escudo, de baluarte, de materia de orgullo.
472
¿Pero, qué mal demonio le hace parpadear?
473
¿Tan propicio a nosotros deslumbra su prudencia,
474
para osar hasta ti extender su licencia?
475
¿Chocar contra tu gloria, e injusto ultrajar
476
a uno, a quien un altar debieron levantar?
477
La enormidad del hecho, la altura de la ofensa,
478
me mantienen atónito de un episodio tal.

CORIOLANO
479
¿Me preguntas acaso si el colmillo envidioso
480
de un vulgar enemigo causa este accidente?
481
¿Y de su mordedura estás libre hasta ahora?
482
Sí, nacido con porte de un destino mejor,
483
debiendo gobernar corderos inocentes,
484
a costa de mi dicha, estos leones rugientes,
485
estos bárbaros duchos en fraude, en felonía,
486
que sospechoso me han hecho de tiranía,
487
(¡falsamente imputado, sean testigos los Dioses!,
488
del crimen que entre todos, para mí es más odioso),
489
y jueces, y testigos, en final miserable,
490
me obligan a venir a pedirte socorro.

AUFIDIUS
491
¿Por qué los Senadores a tu partido unidos
492
no te han directamente del ultraje librado?
493
¿No han frenado la furia de una turba confusa,
494
cada vez con más mando y que más de él abusa,
495
procura apropiarse poco a poco de un crédito,
496
del valor de Natura, y por el Cielo excluido?
497
¿No podían más osados, con motivo inferido,
498
retirar decididos tu inhumana sentencia?

CORIOLANO
499
El tímido Senadome falló en el apuro,
500
fundé en él vana creencia, y me ha menospreciado,
501
ha visto, (¡deshonor!) a una comuna armada
502
que atentaba contra mi vida, y mi fama,
503
contento de oponerse con palabras, contento
504
por sufrir un exilio hurtándome a la Parca,
505
piensan en obligarme a una vida indigna,
506
a una vida oprimida al poder del primero.
507
No experimentan culpa alguna a mi respecto,
508
y ya mi alma furiosa a Senado y comuna
509
quisiera reunirlos contra mí en campaña,
510
castigando a aquellos que un crimen acompaña;
511
lo haré, siempre que sobre mi lealtad
512
quiera fundamentarse vuestra Comunidad.

AUFIDIUS
513
Por nosotros no debes albergar duda alguna,
514
solo quisiera que al disolver nuestra tregua,
515
en igualdad pudiéramos luchar contra el romano,
516
y en una nueva urdimbre de guerras enredarlo;
517
premedita en tu mente algún ardid rival,
518
al que un matiz honesto lo exonere de infamia.

CORIOLANO
519
En un extremo anhelo bastará poco tiempo,
520
de hechizos y de anzuelos me proveerá bastante,
521
los atraeré a pesar de ellos a la liza;
522
“contra los maliciosos no existe la malicia, 
523
y contra el desleal emplear la traición
524
y estar siempre alerta lo exige la razón”.
525
Vamos, bien sea al timón de la gestión pública,
526
o a intentar que Marte me asigne la fortuna,
527
espero conseguir que me absuelvan del cargo,
528
que a todos les daré para que se contenten.

AUFIDIUS
529
Otrora explotara un rayo de la nube
530
y trocara mi testa en finísimo polvo,
531
antes de que ambicioso intrigue sobre ti
532
el mando de un partido; la prueba me avala
533
que a igual bravura en sino me superas,
534
por la suerte amparado y las Celestes Gracias,
535
en la hora victoriosa, en las luchas precisas;
536
creo que tienes al grado de General derecho,
537
si es que se reanuda la batalla con Roma,
538
y mientras a los volscos yo los tutelaré.
539
Guardemos el plan para mañana en el Consejo,
540
y como primer punto al que avala mi ayuda,
541
por mí, deja estas ropas, que la alegría condujo
542
tu agradable llegada que esta noche festejo,
543
presagio anunciador del sincero deseo
544
que tengo (Coriolano) de poder complacerte.


ACTO III

CORO DE ROMANOS, SENADO,EMBAJADORES, CONSEJO DE LOS VOLSCOS.

ESCENA I

CORO DE ROMANOS, SENADO,EMBAJADORES.

CORO DE ROMANOS
545
¿Permitís, Grandes Dioses, que la ausencia de un hombre
546
acarree la fortuna, y la dicha de Roma?
547
Hiela el pecho de un mundo encerrado en sus muros,
548
de un mundo que armado embriagaba de miedo
549
al resto conjurado de los pueblos de Hesperia,
550
que ante el horrible aspecto de la aguerrida flota
551
subyugando sus pueblos, su yugo imponiéndoles,
552
en lugar de perder de repente su gloria,
553
de los volscos envueltos en sempiternas guerras,
554
de los volscos otrora excluidos en su tierra
555
del poder, temerosos, que asediaba sus muros.
556
¡Cómo nos decepcionan vuestros juicios oscuros!
557
¡Cuán a menudo, ay! ¡Nos resulta difícil
558
el saber preferir a lo nocivo lo útil,
559
reconocer de dónde viene nuestra fortuna,
560
y entonces conservarla en su integridad!
561
Aquel que despreciado antaño desterramos,
562
asola nuestro pueblo en el fuego de su ira,
563
no ha hecho más que cambiar de partido, y de pronto
564
nos ha mostrado el hado su rostro inhumano;
565
el azar por él lucha, favorece a sus armas,
566
reta con sus espadas nuestros antiguos fueros.
567
¡Increíble prodigio! ¡Extraño y duro efecto
568
de la suerte que pronto destruye lo que ha hecho!
569
Variable se deleita en remover la traba
570
a aquellos que amparaba ahora con su sombra,
571
¡Ay! Los percibimos, por valor abatidos,
572
no conservando nada de las viejas virtudes,
573
privados de consejo, carentes de defensa
574
cual en la cuna vemos una frágil infancia;
575
nos quedamos varados de la misma manera
576
que con natural magia la nave es del pez rémora;
577
forzados a eximirnos por nuestras propias faltas.
578
¡Ay! Y por todos dentro de miedo me estremezco,
579
que rogando al altivo no sea más soberbio,
580
ni quiera ceder ante nuestros Embajadores;
581
que, obstinado, no quiera proseguir su venganza,
582
y que nuestra ciudad se exponga a un asedio,
583
a un tan funesto asedio como el de hace diez años
584
lo fue el de Ilión a nuestros ascendientes troyanos.

SENADO
585
“El necio raramente se reporta más sabio
586
que tras haber sufrido algún notable daño,
587
persiste en el error de nutrir su opinión,
588
mientras que contribuya a crear confusión”;
589
de igual modo, rabiosos, vosotros no quisisteis
590
considerar, en parte, algunas de sus críticas,
591
aceptar un consejo provechoso en su tiempo,
592
de esto que ahora (mas tarde) estáis arrepentidos,
593
no os volvería el Senado a evidenciar la pérdida
594
que aportaba un tal hombre a su ciudad desierta,
595
que un día el podría vengarse del ultraje,
596
a intereses públicos y al peligro común;
597
no nos creísteis entonces, sino que os jactasteis
598
de lograr (exilándolo) derrotar alSenado.
599
Ridícula victoria y que aún recuerda
600
a la que obtuvo el bando de Cadmo, hijo de Agénor,
601
victoria que aún parece aciaga a los triunfantes,
602
y en lugar del laurel los cubre de escozor;
603
mas, ¿qué pueden ganar con esfuerzos opuestos,
604
los miembros divididos que anima un mismo cuerpo?

CORO
605
De nuestra aflicción disertáis a gusto,
606
a salvo vuestros bienes de sus hostiles llamas,
607
al no dejar los campos el traidor que se quemen,
608
habiendo incluso puesto guardias que los protegen.
609
Si solos incumplimos, en dolor solos vamos,
610
solos el botín somos de su rabia inhumana.
611
¿A qué venís entonces, impropios, a culparnos
612
de un mal que no os afecta, y no puede afectaros?
613
¿Por qué defendéis, pues, que con hastiadas quejas
614
tratemos de calmar nuestros mortales daños?

SENADO
615
¡Ay! La simplicidad, la arrogancia, el error
616
de creer que nada tiene contra nos de furor,
617
de oculta maldad, de hiel y de rencor,
618
que aprecie nuestros bienes más que los de un pueblo,
619
salvo que sea prudente es que desea sembrar
620
un cisma entre nosotros, reavivado con fuerza:
621
ahora que amenazados con idéntica ruina,
622
de este modo extirpándonos hasta la propia raíz,
623
ahora que precisamos de unapaz más que nunca
624
mutuamente ayudándonos, lo que antes nunca hicimos;
625
os recuerda ofuscados, pues es un personaje
626
que pelea con la misma astucia que coraje,
627
donde cree que carece de la fuerza de Aquiles,
628
sabe bien aplicar el ingenio de Ulises.
629
Así es, os lo aseguro, todo lo basa en gestos
630
que emplea con nosotros como obvios ejemplos.
631
No deseo que el pasado se transfiera al presente;
632
mas, ¡ay!, nos dirán ahora qué intenciones alberga,
633
llegan nuestros legados, cuyos sombríos rostros
634
muestran que su implacable rencor no tiene límites.
635
¿Amigos, qué lograsteis? ¿Con qué cordialidad
636
recibió este cruel a nuestra legación?

EMBAJADORES
637
Cientos de veces peor de lo que el más bárbaro,
638
quien, excepto el adorno del Cetro y de la Tiara,
639
solo aprecia a su Rey, desprecia el escuchar
640
a los que aquí solía tener por compañeros,
641
resuelto a suprimir el nombre de su patria,
642
y a no moderar el ardor de su furia.

CORO
643
¡Ay ciudad miserable! ¡Ay pobres ciudadanos!

EMBAJADORES
644
Nuestras tumbas de paz son los únicos medios.

SENADO
645
¿Qué ha cerrado el oído a un entendimiento?

EMBAJADORES
646
La forma en que trata la guerra es similar.

CORO
647
¡Cielos, se perdió todo!

SENADO
En resumen, decís
648
que la reparación se extingue por su rabia.

EMBAJADORES
649
Así que ya sabéis, la tregua extinguida,
650
envía su ejército una segunda vez,
651
nosotros con apoyo del pueblo y del Senado,
652
rogamos que llevara su campamento fuera
653
de las lindes de Roma, y luego, cualquier cosa
654
bajo la justa parte de la razón pactada,
655
se le concedería sin coacción alguna.
656
Pero de una pasión coronada por la ira,
657
respirando rencor en su visión perdida,
658
eludió vuestro ruego mandándoos a paseo,
659
respuesta no tenía como jefe que era,
660
remedio ni consuelo para nuestra desdicha,
661
mas, como ciudadano de Roma y patriota,
662
su gloria anticipándose al devoto sepulcro,
663
los destinos airados de ambición desmedida,
664
que él nos sugería vacíos de pasión,
665
devolverle a los volscos sus villas usurpadas
666
de bienes por nosotros, y de honor disipadas;
667
prometer no abordar la guerra nunca más,
668
y renunciar a todos los derechos contra ellos;
669
que así gozaremos de la paz deseada,
670
que así obtendremos garantía de su gracia;
671
que así evitamos el siguiente desastre,
672
y así su campamento se iría de estos muros,
673
dando solo tres días para diligenciarlo.
674
Júpiter (esto oyendo), cuando lanza su rayo,
675
menos grave aparece, añadiendo además,
676
que expirado este término delaplática excluido
677
nos haría castigar dirigiendo a su ejército.

CORO
678
¿Oh ciudad desastrosa, dónde está tu renombre?

SENADO
679
Debíais sondearlo, prudentes en secreto,
680
los volscos se deleitan encubriendo intenciones.

EMBAJADORES
681
Sí, de no haber previsto el ardid proyectado,
682
convocado a consultas la grey de sus primados,
683
para oír a la embajada, y mandar de inmediato
684
que difusión le dieran en alto y por completo.

CORO
685
Vamos con nuestra sangre a cebar su crueldad,
686
antes que someternos a su merced de nuevo,
687
vamos, espada en mano, a vencer su escuadrón,
688
renunciar no debemos a una muerte noble.

SENADO
689
No, regresad con él, repetid nuestro ruego,
690
el Sol un mismo día al moderar su luz
691
muestra que el hombre puede alterar su opinión,
692
puede de la dureza volver a la piedad.
693
Reprimíos, nos queda un último recurso,
694
enviarles suplicando a nuestros religiosos,
695
que usando la piedad podrían conmoverlo,
696
pudiendo acompasar el deber al peligro.

EMBAJADORES
697
A pesar de que ahora esté todo perdido,
698
iremos a buscar su esperada respuesta.

CORO
699
¡Oh severos destinos! ¿Precisa nuestro luto
700
aumentar de un tirano su insoportable orgullo?
701
¿Se debe depender de la piedad de un Busiris,
702
caídos (para salvarlo) en tan penoso escándalo?

ESCENA II

CORIOLANO
703
Mi venganza estará pronto medio cumplida,
704
este pueblo injurioso de mi loa enemigo,
705
que se jactó del número, y nombre de su villa,
706
cede a mi discreción su yugo adulador,
707
por legación dos veces sufrió la negativa
708
de un acuerdo buscado pesaroso y confuso,
709
y no debe esperar nada de lo que haga;
710
tratando, humillado, de recobrar mi gracia,
711
de hablar conmigo aparte para comprar mi honor,
712
lo que de mi enojo no mitiga el fervor,
713
no lo apagará antes que su gloria agraviada
714
que a los países pequeños se rebaja igualándolos,
715
pondré, hasta saciarme, su poder tan abajo,
716
su dicha por encima de la de los combates,
717
que así de cada pueblo que oprima sin riesgo,
718
reparará su pérdida reparando su crimen.
719
“Nada se hace sin causa, los Dioses protectores
720
de quien nosotros, pobres mortales dependemos,
721
saben nuestra arrogancia llevar a la razón,
722
dotados cuando quieren de instrumentos de ira,
723
ingenios como yo por el altivo orgullo
724
del romano, abusando de libertad en exceso”.
725
¡Oh santa y ecuánime! ¡Oh terrible justicia!
726
Dichoso Coriolano que aplicas esta pena,
727
al vengarte alcanzas tus deseos de lleno,
728
das ejemplo, vengándote, a la posteridad,
729
al vengarte adquieres más honor y más gloria
730
de la que había en tu brazo de anteriores victorias,
731
ahogado en adelante por la inquietud voraz;
732
mas, ¿dónde voy errante de mente y de ideas?
733
me engaño, o aquí está otra vez su embajada,
734
que el vergonzoso fin de una paz concluirá.

ESCENA III

EMBAJADORES
735
Ya por última vez tu ciudad deplorable
736
reclama tu clemencia en su adversidad;
737
ya por última vez tu piedad suplicada,
738
ofrecemos del pueblo gracia garantizada,
739
repliegue consentido en general por todos,
740
retiro de tu exilio, que nos fue tan funesto;
741
rogándote además nos concedas audiencia
742
privada, en cualquier sitio, y que tengas paciencia.

CORIOLANO
743
¡Soldados, convocadme a los nobles del Consejo!

EMBAJADORES
744
Tiemblo de la mirada que transmiten sus ojos.

CORIOLANO
745
¡Pactar por separado en los asuntos públicos!
746
Si es que no desistís de una práctica opaca,
747
seréis castigados, cual corruptos traidores
748
que queréis seducirme con premios venenosos,
749
todos se enterarán.Vamos, que entre el Consejo,
750
decid, si los romanos (por contrición movidos)
751
quieren retribuir lo que han usurpado,
752
deteniendo el asedio, o bien continuándolo.
753
¿A falta de la paz prescrita en estos límites,
754
acaso no os había vetado nuestro ejército?

EMBAJADORES
755
Mediando a que calmado quede tu campamento,
756
sacándolo de aquí, fuera de nuestras lindes,
757
tanto como el derecho permita que te otorgue,
758
te lo concederán deseosos de concordia.

CORIOLANO
759
¿Solo os habéis, audaces, encargado de eso?

EMBAJADORES
760
Nuestra delegaciónsolo se ocupa de esto.

CORIOLANO
761
¿Quién autoriza, pues, vuestro regreso ahora?

EMBAJADORES
762
“Por el bien del país cualquier cosa es posible”.

CORIOLANO
763
El bien que estáis buscando es vuestro detrimento.

EMBAJADORES
764
Sin vehemencia tú puedes hablar de otra manera.

CORIOLANO
765
Mi alma no alberga vehemencia ninguna.

EMBAJADORES
766
Cierra entonces la puerta del santuario de Jano.

CORIOLANO
767
¿Traicionando a mi bando para gratificaros?

EMBAJADORES
768
Pero una paz que accede a unira los dos pueblos.

CORIOLANO
769
Así los deseo yo, los convenios iguales.

EMBAJADORES
770
Iguales, do a los tuyos la gloria le reduces.

CORIOLANO
771
¿Asesinos (ingratos) los llamáis los míos?

EMBAJADORES
772
Siempre el lado bueno fue y será de los tuyos.

CORIOLANO
773
Todos son responsables, y a todos renuncio.

EMBAJADORES
774
Nuestro mal calma al menos con una humana réplica,

CORIOLANO
775
El primer testimonio transmite su destino.

EMBAJADORES
776
¿De tu país el honor quieres usar de expolio?

CORIOLANO
777
Solo tengo país do mi fortuna es buena.

EMBAJADORES
778
No obstante Roma es la que te dio el ser.

CORIOLANO
779
Roma es la que ha querido privarme de la luz.

EMBAJADORES
780
A su ingratitud contrapón tu amor.

CORIOLANO
781
No me importunéis más con una vana súplica.

EMBAJADORES
782
A otros que mejor lo hagan dejamos la misión.

CORIOLANO
783
A quienquiera que sea leprohíbo volver,
784
si es que quiere infringir la paz que se ofrece.

EMBAJADORES
785
Nos vamos a informar de esta triste noticia.

CORIOLANO
786
Y yo cada vez más seguiré siendo fiel,
787
empleando mi valor y mi habilidad,
788
en los que me aceptaron en mi adversidad.

CONSEJO
789
¡Oh de los más audaces, Astro incomparable!
790
¡Si tus cuitas nos fueran propicias, favorables!
791
¡Cómo necesitábamos un jefe así, y cuánto
792
tu virtud debe amarse en este rural valle
793
y obliga a quien la tiene a conservar su gracia!
794
de los más temerarios ella rompe la audacia,
795
la fortuna la sigue, la fortuna no puede
796
impedir de estos planes lo que ella considere.


ACTO IV

ESCENA I

VALERIA, GRUPO DE DAMAS ROMANAS.

VALERIA
797
¿Dudáis de que los Dioses inspiren mi valor?
798
Dioses que en el temor de este común desastre
799
postrados todos van a pedir en los altares;
800
a veces sus milagros de inicio son igual,
801
un corazón eligen por el miedo humillado,
802
y que la fe allí brote de una asistencia santa,
803
para que su consejo sea el medio de un buen acto,
804
además de pensar en notable soporte;
805
además de creer en tener más de un ídolo,
806
que de la sangre noble de este gran Publícola,
807
me deje algún medio muy bien deliberado,
808
que a mi país sea útil, por la miseria ahogado,
809
presto a una paz firmar plena de ignominia,
810
paz que no es mejor que un yugo de opresión,
811
paz que a nuestros mayores escandalizaría
812
si en su morada oyeran nuestro cobarde error.
813
Los divinos adrede han querido, benévolos,
814
si garantía tuviéramos del líder de rivales,
815
a un rehén más coactivo de amor, y de piedad,
816
su madre y sus hijos, y su querida esposa.
817
Implorando su ayuda, rogando su poder,
818
pediría la venia de por todas hablar,
819
vamos pues a encontrarlos.

GRUPO DE DAMAS
Vamos, si así lo quieres,
820
ya que la confianza la previsión te nutre,
821
aun cuando deberíamos antes ir todas juntas
822
a inquirir la intención del Senado, eso creo.

VALERIA
823
Nada de eso, en deseos tan virtuosos intuidos,
824
basta la autoridad de los Dioses sobre eso.

ESCENA II

(AUFIDIUS solo, reflexionando)

AUFIDIUS
825
¿Qué has hecho, insensato? ¿Qué extraña manía
826
marca en tu alabanza una brecha eterna?
827
Contrario del honor logrado en el pasado,
828
aceptas a un rival situado en primer rango;
829
un rival extranjero desleal con su patria,
830
hoy, por tu voluntad, caudillo de los volscos,
831
ordena enteramente, conduce sus batallas,
832
obscurece tu loa, cerca de él que sí brilla,
833
tu crédito abolido, tu fama extinguida,
834
te ves ahora inmerso en un ataque de celos,
835
podrás difícilmente recortarle las alas,
836
apenas alejarlo de la creencia común,
837
el que servir desdeña bajo otro capitán,
838
quiere que el poder, soberano, en sus manos
839
resida irrevocable, y a los otros ordena
840
si no los dispersara que no aspiren a nada.
841
¿Cómo aguanto la afrenta? ¡Oh abismos del Ténaro!
842
Seducidme antes que a vuestro Señor Plutón:
843
yo no conmuevoal día salvo por el honor,
844
y no soportaría a amigo ni a Señor:
845
además, respecto a él ya me ha dado motivos,
846
perdiendo la ocasión de una alta empresa,
847
Diosa Ocasión que solo tiene pelo delante,
848
y,unavez que se esfuma,deja en las manos viento.
849
Mas él quiso perderla concediendo una tregua
850
de un mes a los suyos, por temor a más quejas;
851
bien llevó que durante su trasladado asedio,
852
con libertad a Romale permitió llevarse
853
su ingenio, su coraje, y vivir equipados,
854
burlar nuestra imprudencia con razón castigada:
855
no hay fe en un traidor, ni progresión alguna,
856
para agradar a todos estará siempre presto,
857
iniciado a su ejército el rebato, no hay duda
858
que pronto de los volscos sabremos la derrota,
859
cual causante del daño vendrá a acusarme,
860
a golpearme en mi cama, y abrazar a mis lares,
861
¡Desleal! Date prisa, si aún tienes ganas,
862
pues haré investigar tu vida muy de cerca;
863
te pondré en adelante tal cantidad de espías,
864
y tus gestos serán siempre tan vigilados,
865
que muy difícilmente urdirás trama alguna
866
que tu propia vergüenza, tu horror difamará:
867
o te prepararé a la vuelta tal trampa,
868
que a la vez perderás la gloria y el fulgor.

ESCENA III

VOLUMNIA, VALERIA, GRUPO DE DAMAS,VIRGINIA.

VOLUMNIA
869
Señoras, quiera el Cieloque fuera igual de fácil
870
cumplir este proyecto que considero útil.
871
¡Ay! No escatimaré ni oraciones ni lágrimas,
872
le pintaré aún mayores las futuras desgracias,
873
mayores imposibles, Roma desesperada
874
pues conmoción igual nunca hubo soportado,
875
desde que dos gemelos la fundaron al borde
876
del Tíber donde el hado los cuidó de la muerte.
877
Si no soy rechazada por mi enojado hijo,
878
creo que reconstruiré una ciudad destruida.
879
¡Ay! Son solo palabras, palabras en el aire,
880
perdidas, infructuosas, que simplemente brotan.
881
Doblegaré (su madre) a un héroe magnánimo,
882
que siempre ha tenido a su país en estima,
883
prefiriendo su gloria al amor de los padres,
884
incluso el día en que estamos a punto de morir;
885
en fin, que por cariño excesivo a su patria,
886
ahora la persigue con odio similar,
887
testigo del repudioa nuestros Embajadores,
888
de una paz que a los nuestros rehúsa uno tras otro
889
y aun peor testimonio aduce a su cólera,
890
haciendo el ruego inútil de nuestros sacros Padres.

VALERIA
891
El poder maternal supera a cualquier otro,
892
él nunca os ha faltado a su deber de hijo;
893
humilde, respetuoso, niño tan bondadoso,
894
a quien el propio altruismo tomaba como ejemplo,
895
calmando vuestros lloros su coraje de acero,
896
dando a Roma motivos para daros las gracias,
897
viéndoos más mediador que las Matronas Sabinas,
898
lanzándose a través de las batallas latinas,
899
deliberando entre sus padres y esposos,
900
a quienes febril Marte emparejaba a golpes;
901
tomaos en serio solo el probar la fortuna,
902
a lo que os acompañan nuestros deseos comunes,
903
ya sea vergüenza, honor, salvación o la muerte,
904
según la voluntad de la inmutable suerte.

VOLUMNIA
905
El azar puesto a prueba sin certeza es locura.

VALERIA
906
La esperanza, al contrario, os sonríe y suplica.

VOLUMNIA
907
Ya tantos rechazados antes que yo me asustan.

VALERIA
908
Su crédito ante el vuestro tan solo era ilusión.

VOLUMNIA
909
Su crédito abarcaba la fama de la patria.

VALERIA
910
¿Y quién rechazaría a una madre que ruega?

VOLUMNIA
911
Pensad que su poder depende del foráneo.

VALERIA
912
El volsco está aquí solo con el fin de vengarlo.

VOLUMNIA
913
El volsco que el Imperio nos disputa a nosotros,
914
nuestro mortal rival respira más crecido,
915
no despliega por nada por un hombre concreto
916
la potencia total de este pueblo guerrero.

VALERIA
917
Preferiría vernos al pronto rechazadas,
918
que excusas de este tipo, son pronto olvidadas.
919
“La fortuna a menudo trae consigo la dicha, 
920
de esperanza surtiéndose, pero no de desdicha”.

VOLUMNIA
921
Que perezca antes que ser ingrata a mi patria
922
afligida negándole mis preces de abogada;
923
si rechazo terciar, por el miedo al fracaso,
924
miedo justificado, si alguna vez lo tuve:
925
una vez decidido de mi demanda el fruto,
926
será el fin de la guerra, o una guerra incierta.
927
¡Oh Dioses lamentables! Padres de buenos planes,
928
tan justos, tan clementes, poderosos y sabios,
929
acompañad mi voz de un encanto que horade
930
de su valor la rocay penetrando obtenga,
931
obtenga el perdón por males que le hicieron,
932
junto con el favor de una agradable paz.
933
Vamos, querida nuera,ven con modesto beso
934
a aplacar de este Marte el encono funesto,
935
y tú su dulce vástago, su brote generoso
936
en razón de la cuna de tu país desgraciado.

ESCENA IV

CORIOLANO, CONSEJO, VOLUMNIA,GRUPO DE DAMAS, [HIJO DE CORIOLANO].

CORIOLANO
937
Nobles volscos, orgullo de esta vuestra República,
938
dignos de estar junto a los Dioses del Olimpo,
939
nos convoca el Consejopor el vital asedio,
940
ante la pérdida de un bando de la lucha,
941
los romanos o nos: terco uno en imponer
942
un mundo con murallasy el otro en defenderse,
943
dudo que no se pueda resolver con certeza,
944
conocer el evento, si no el propio destino;
945
en cuanto a lo que atañe a una apariencia humana
946
su conquista no debe hacer titubear
947
a nuestras fuertes huestes, o jugar con el tiempo
948
corriendo menos riesgos, en peligros y pérdidas;
949
vertiendo menos sangre, más hechos en prudencia,
950
tener el rival debe la paciencia por yugo,
951
convendrá que se rinda a su disposición,
952
a pesar de su aguante y de su ambición.
953
El pretender forzarlo, visto el grosor del número,
954
estimo que sería luchar contra su sombra,
955
recular de la meta en lugar de acercarse.
956
Para un bien conservar que se adquirió tan caro,
957
guardar la libertad, la fortuna, la raza,
958
no hay nada imposible, no hay nada que no se haga,
959
hasta el último aliento se combate audazmente,
960
incluso cuando el cuerpo carece de sustento,
961
la sangre vigorosa le hierve por las venas,
962
y aún de entendimiento se encuentran henchidas,
963
lejos de reprimir a los hombres hambrientos,
964
vencidos impotentes en sus muros cercados,
965
entre cuerpos quejosos de niños y mujeres,
966
montones de cadáveres sin almas, exhaladas,
967
entre el pestilente aire, el miedo a los asaltos,
968
por la muerte espoleados, cargados de trabajos:
969
para mí, así lo creo, encuentro que este asedio
970
los abruma de largo, tanto como nos calma
971
salvo la resistencia de los mejores juicios
972
que a todos se permite en lo que emprendemos,
973
ni una golondrina trae la primavera,
974
ni las mentes son siervas todas de una sesera:
975
e igual que el caballo más hábil, con frecuencia
976
de tropezar no deja, nos vemos defraudados.
977
¡Debilidad humana! Mas, ¡oh Bondad Divina!
978
¿Qué grupo hacia nosotros de Damas se dirige?
979
Reconozco a mi madre, y mi mujer. Vamos pues,
980
ármate de firmeza, como jamás tuviste
981
al respecto con ella. La mayor distinción
982
que anidar pueda en mí se plasmará en ellas;
983
las veo compungidas ¡Púdica esposa mía!
984
No me provoques más la piedad con tu llanto,
985
consuélate y ten fe, vos también, madre mía,
986
vos de quien recibí la vital luz primera,
987
a quien más que a nadie honro, y a quien todo yo debo,
988
¿qué es lo que os trae aquí ahora, decidme?

VOLUMNIA
989
El motivo, hijo mío, de mi triste llegada,
990
se lee asaz marcado en mi cara ajada;
991
culpable tú lo sabes, por desgracia yo vengo
992
para que se origine del mal un bien mejor,
993
de la guerra una paz, si llega a complacerte
994
que con razones calme tu cólera ardiente,
995
y quieras olvidar el ofensivo ultraje,
996
contra ti cometido por un pueblo airado,
997
lo hizo un pueblo ingrato, de un ignorante Régimen
998
con su benefactor, su asilo y su faro.
999
Ahora se arrepiente, y clama por tu gracia,
1000
ahora conmovería al corazón más duro,
1001
por sus calamidades, por sus lúgubres quejas,
1002
ahora, en venganza, tienes sus murallas cercadas,
1003
y puedes, como un padre, después de castigarlo,
1004
conseguir el olvido de los volscos reunidos.
1005
Puedes hacerlo y debes, piadoso y magnánimo;
1006
con el fin de granjearte una gloria sublime,
1007
para así merecer de estas dos naciones,
1008
ser censor imparcial de nuestras disensiones,
1009
no querría guiarte (sería descortés)
1010
a traicionar a aquellos que el poder te confiaron;
1011
tampoco en que quieras a tu país arruinar,
1012
tú debes, fiel a uno, al otro perdonar,
1013
la solución hallando entre los dos extremos,
1014
la clemencia precede a las otras virtudes.
1015
¿Hasta qué punto piensas que la suerte más cruel
1016
aflige nuestras mentes con inquietud perpetua,
1017
más trabaja tu madre y tu doliente esposa,
1018
si este fuego mortal de escisión no se alivia,
1019
si (lo que buenos Dioses impiden que suceda)
1020
mi oración no puede lograr más que deshonra?
1021
¿Ansiar que la victoria llegue a tu campamento,
1022
que el país erija un trofeo a tu gloria,
1023
es una impiedad, es una traición
1024
desear lo contrario?¡Ay! ¿Por qué razón?
1025
Tu eres mi sangre, carne, huesos, mi descendencia,
1026
en el que más influyo por deber de natura,
1027
de ahí la esperanza de elegir, todavía
1028
no he resuelto alargar hasta entonces mi muerte,
1029
sobre mi cuerpo muerto tu pasarás en armas,
1030
conduciendo al asalto a la flor de tu ejército,
1031
¡Hijo mío, no arbitres tanta iniquidad!
1032
Porestos pechos míos que te amamantaron,
1033
estos ojos en llanto de lágrimas continuas,
1034
por todos los dolores mortales que aguanté,
1035
para traerte a este mundo por el vínculo casto
1036
de un amor conyugal, por este niño tuyo,
1037
por favor satisface, satisface mi ruego,
1038
y respaldar prometo nuestra cobarde testa.
1039
No respondes palabra, del pesar palideces,
1040
tu alma sufre, agitada, imponentes impulsos;
1041
¡Hijo mío! ¡Hijo mío!Por piedad considera
1042
que no es preciso siempre rendirse ante la ira,
1043
lo que por ti yo he hecho. Venid y abracémoslo,
1044
y si él nos rechaza, a sus pies arrojémonos,
1045
que su brutal rigor juntos morir nos haga,
1046
que con nosotros lleve a cabo su venganza.

CORIOLANO
1047
Madre, ¿qué has hecho para salvar a tu país?
1048
Mi vida y mi honor, cruel,tú las traicionas,
1049
por mi honor has logrado una feliz victoria,
1050
mas sometes fatal, y funesta a tu sangre,
1051
seguidme, porque os quiero revelar en secreto,
1052
cuándo levantaré, y cómo el campamento.

VOLUMNIA
1053
¡Oh piadosas palabras por el Cielo inspiradas!
1054
Compasivo has sido tanto como imprevisto.

CONSEJO
1055
Rendido ante el cariño, este cuchicheo al margen
1056
no nos presagia nada mejor que una partida,
1057
y levantar, burlados, el asedio de una urbe
1058
reducida al extremo, y casi sometida,
1059
ciudad que ni tenía ya fe alguna en salvarse,
1060
cual nosotros desde ahora de poderla apresar.
1061
¡Soportar que un foráneo nos traicione así!
1062
Mas, ¿quién resistiría una coacción tan fuerte?
1063
Ahora hay más en él mucho más de piedad
1064
que deseo de hacer mal concluyendo este ataque.

CORIOLANO
1065
Madre mía, tenéis mi firmeza segura,
1066
aunque al prometérosla mi pérdida está urdida,
1067
volved y liberad de alarma a esos ingratos,
1068
ya que a vuestra partida quedaron en zozobra.

VOLUMNIA
1069
No creerían (hijo) la noticia de otro,
1070
si sigo en tu acampada los tendría angustiados.
1071
Que Júpiter te guarde, protector, esperando
1072
que volvamos a verte y te mantenga a salvo.

CORIOLANO
1073
Más bien no lo esperéis que en la sala de Érebo,
1074
adiós madre, adiós mi leal compañera.

VOLUMNIA
1075
¡Ay! Con esta sospecha el corazón me rompes,
1076
¡Grandes Dioses del Cielo! Haced que sea una mofa.


ACTO V

CORIOLANO, PAJE, AUFIDIUS, CONSEJO, CORO DE VOLSCOS, VOLUMNIA, MENSAJERO.

ESCENA I

CORIOLANO, PAJE.

CORIOLANO
1077
Trémulo, helado, pálido por un temor ignoto,
1078
mi resistencia es vana, y mi constancia nuda,
1079
cien presagios mortales me invaden los ojos
1080
toda la noche ocultos al reposo agradable,
1081
espectros palpitantes, figuras fantasmales,
1082
largas lamentaciones, pavorosos augurios;
1083
de un pueblo emocionado vi el cuchillo a veces
1084
horadar mis entrañas, verdugo indoblegable;
1085
ahora parecía en mi alma extraviada,
1086
unida al grueso número de una horda luminosa,
1087
y por no exigir nadie la pena de Caronte,
1088
ofrecerle el tránsito, pasar el Aqueronte,
1089
en el borde errante, demente y olvidada,
1090
como las de las que han forzado su destino.
1091
un grito de estos pájaros, profetas de desdichas,
1092
arrastrado hasta el día aumentaba mis penas,
1093
y al emerger el día Febo, el Sol, como enfermo
1094
parece dirigirme una inicua mirada.
1095
Bajo mis pies la tierra brama a cada paso,
1096
nimio argumento para el que teme la muerte,
1097
ni incluso el mismo Júpiter, que arroja su tormenta,
1098
podría asombrarme con tal débil presagio,
1099
excepto un enemigo de mis gestas pasadas,
1100
de mis triunfantes lauros en montón apilados,
1101
que se insufla de ira dentro de una comuna,
1102
despertando rescoldos de una vieja aversión;
1103
no soporta que a mí los volscos me prefieran,
1104
censurable de un crimen probado ante sus ojos:
1105
pudiendo controlar de mi bravura el freno,
1106
es lo que ha pretendido que contra mí se vuelva,
1107
no tolera que imputen mi ofensa a la piedad,
1108
y los volscos me indulten a que obren con rigor;
1109
tiene el aguijón dentro de la envidia y los celos,
1110
y al precio que sea quiere acabar con mi vida.
1111
¡Qué lo haga! Si es preciso conviene antes morir,
1112
dejemos que se cumplan las leyes de la Parca,
1113
o por la edad extinguidos o por muerte violenta.
1114
Mas este hombre apremiado me vuelve a helar de nuevo.

PAJE
1115
Los Nobles del Consejo, reunidos os convocan.

CORIOLANO
1116
Serénate, cobarde, mantén la mente en calma,
1117
ve resuelto y encuentra tu salvación u olvido,
1118
en verdad recubierta de una loa inmortal.

ESCENA II

AUFIDIUS
1119
Invoco de testigos a los Cielos y al Sol,
1120
que respecto de un país un altruista amor,
1121
mi ultrajado honor, a fuer de no ser cómplice
1122
de este inigualable y traidor maleficio,
1123
a mi pesar me inducen a acusar a este indigno
1124
de procurar la ruina de ésta nuestra nación,
1125
falaz en el valor, hipócrita, desleal,
1126
que nos indujo a error sirviendo a su querella,
1127
solo esperando un gesto desde su proscripción,
1128
por alguna traición concluida impunemente,
1129
algún insigne daño, al pueblo, que ingenuo
1130
recibía a esta sierpe abortada de Rómulo.
1131
Engañado el primero, he visto el escollo,
1132
confirmar su cargo hice a este mismo Consejo,
1133
mi prioridad cedido, su palabra apreciado
1134
(el hombre que es de bien nunca jamás la viola),
1135
un Oráculo, en vez de un testimonio humano,
1136
lo vio rival mortal del prestigio romano,
1137
irreconciliable, ardiente de venganza,
1138
de gran alma agraviada maravilloso alivio:
1139
el ruin a contrapelo, feliz de nuestras cuitas,
1140
vilmente seducido por llantos femeninos,
1141
levantó nuestro asedio una segunda vez,
1142
abominable crimen, peor que sacrilegio,
1143
al que debió la hoguera haber ya castigado,
1144
sin oír sus razones, sin ninguna piedad.
1145
¿Qué no proyectaría hacer en adelante?
1146
Entregarnos atados al rival pies y manos,
1147
todo lo que ya he dicho, ¡ah! Ya lo veo llegar,
1148
apenas contenerme puedo por el furor.

CONSEJO
1149
Oigamos lo que tenga que alegar de defensa,
1150
para que paliar pueda una tan grande ofensa.

AUFIDIUS
1151
Nuestra Comunidad te transmite la orden
1152
de que entregues tu cargo con presteza en sus manos,
1153
para que examine ahora e informe
1154
de tu asunto por el que de pudor muere el Cielo,
1155
de abusos infinitos hechos durante el cargo,
1156
nuestros planes, trabajos que por ti se frustraron:
1157
observa (obediente) por tanto que te quiten
1158
el poder absoluto, que a un traidor no se deja.
1159
Después, como acusado,deberás explicarme
1160
porqué abusaste tanto del poder que te dimos.

CORIOLANO
1161
Si por deseo del pueblo acepté yo mi cargo,
1162
se lo reintegraré si el pueblo me lo pide.
1163
No me demoraré en decir claramente,
1164
todo lo que ocurrió bajo mi autoridad,
1165
dándoos cuenta a vos, y a los de la ciudad,
1166
quienes saben si fue perjudicial o útil.

AUFIDIUS
1167
Hombre de doble alma, desleal cien y cien veces,
1168
inventor de ruinas y contrario a las leyes,
1169
¿quién te movió a parar de nuestra gloria el rumbo?
1170
¿En que nos alargáramos en guerras asfixiantes?
1171
¿Quién por primera vez te permitió otorgar
1172
una tregua a Roma, sin nosotros pedirlo?
1173
Levantando el asedio cuando loca de miedo
1174
su ciudad en pocos días iba ya a rendirse.
1175
¿Por qué, desde ese día, con poder absoluto,
1176
decretaste con ellos una paz vergonzosa?
1177
Levantado el asedio, frenando a un ejército
1178
capaz de doblegar por su reputación
1179
no solo a una ciudad, sino al orbe aterrado;
1180
cuéntanos traidor, ¿quién te ha incitado a hacerlo?
1181
¿Así reconociste el honor que te hicimos
1182
cuando una gran armada en tus manos pusimos,
1183
que respondía yo mismo por ti con mi palabra?
1184
¡Rápido, sin tramar artimañas, respóndeme!

CORIOLANO
1185
Mis razones os ruego que oigáis con paciencia;
1186
no se deducirá, con certeza total,
1187
en mí desprecio alguno; que sea censurable
1188
en mi comportamiento de desleal al pueblo.
1189
En el mismo momento de iniciarse la guerra,
1190
conquistar no esperaba Roma, ni vos tampoco,
1191
no era esa nuestra meta, ni nuestra voluntad,
1192
sino debilitarla, y doblegar su orgullo,
1193
para recuperar las plazas ocupadas,
1194
acepté por mi parte compromisos con ellos,
1195
promesa concluida antes de regresar.

AUFIDIUS
1196
Así pues, ¿has querido limitar nuestros triunfos?

CORIOLANO
1197
No confío en las armas, que son imprevisibles.

AUFIDIUS
1198
¿Qué riesgo hay en sus fuerzas presas entre sus muros?

CORIOLANO
1199
La angustia extremada de un valiente enemigo,
1200
produce grandes males al vencedor procaz.

AUFIDIUS
1201
Más la traición se teme de un líder extranjero
1202
que a menudo a los crédulos da motivos de queja.

CORIOLANO
1203
Quieran los buenos Dioses que no tengáis jamás
1204
tener que lamentaros por una paz igual.

AUFIDIUS
1205
¿No le has (exhortado por ruegos femeninos)
1206
mandado a nuestro ejército una vil retirada?

CORIOLANO
1207
No sé de nadie que no se hubiera plegado,
1208
y por la compasión de su deber desviado.

AUFIDIUS
1209
Ya veis como confiesa con placer su vileza.

CORO
1210
El traidor tiene nuestras cabezas muy turbadas
1211
con discursos inútiles, bien merece la muerte,
1212
que se la otorgaremos de inmediato y unánimes.

CORIOLANO
1213
Socorro amigos míos, ayuda, me asesinan

CORO
1214
¡Tropieza desleal en el río aqueróntida!
1215
Traiciona, si es que puedes los Manes de Plutón.

CORIOLANO
1216
Deteneos ciudadanos, ¿dónde tenéis los ojos?

CORO
1217
Ya estás recompensado con un justo salario,
1218
¿y quién querrá seguirte con tu espantoso ejemplo?

AUFIDIUS
1219
El pueblo, que tan solo se amotinó, solo hizo
1220
ejecutar un fallo procedente del Cielo,
1221
no queriendo el tirano abandonar el cargo,
1222
tuvo que apechugar con este sacrificio.
1223
Alabad pues el acto, en lugar de culparlo,
1224
en lugar de que crea que vais a criticarlo.

CONSEJO
1225
Si la ley y sus normas han sido respetadas,
1226
su pena entonces todos bien han ratificado.

AUFIDIUS
1227
En cambio se le habría dejado en la ocasión
1228
infringir algún fraude en su ruin deseo,
1229
eludir el suplicio, y con sus armas vueltas,
1230
hacernos desistir de cazas con señuelo;
1231
no hay más que aplicar a la úlcera incipiente,
1232
el cauterizador, y que no se haga más grande.

CONSEJO
1233
¿De qué sirve abatirse en lo que ya está hecho?
1234
Mas para que su culpa sea aún más sospechosa,
1235
traigamos un ataúd honorable a su cuerpo,
1236
propio de sus virtudes, nomención de sus vicios.

AUFIDIUS
1237
Apruebo de buen grado esta opinión magnánima,
1238
la injuria a los muertos es un crimen inmenso.

ESCENA III

VOLUMNIA, MENSAJERO.

VOLUMNIA
1239
Como la hoja en el viento y la ola en los austros,
1240
mis ideas de un horror se agitan inconstantes,
1241
mi mente en horror se alza, y mi sangre miedosa
1242
hace llorar los ojos y quejarse a la boca.
1243
No puedo de esperanza llegar a sosegarme,
1244
no puedo augurar nada bueno a mi hijo;
1245
perdido en un bajío, lo amenaza un abismo,
1246
adicto como fue a una multitud,
1247
propenso a rendir cuentas a un pueblo extranjero
1248
(es lo más arriesgado, donde preveo peligro)
1249
de lo que no ha hecho en su cargo anterior,
1250
de una paz a la cual lo forzó mi demanda,
1251
mala para los volscos, los volscos que podían
1252
usar mejor las almas que a su favor tenían:
1253
nosotros sin coraje y sitiados, mandarnos
1254
las leyes que un invicto dicta en su provecho.
1255
¡Ay! Querido hijo, tu enorme compasión
1256
será (bien me lo temo, si es que ya no lo ha sido)
1257
causa de tu desastre, y habrás por altruista
1258
optado a muerte cierta antes que disgustarme,
1259
antes habrás optado por ir ante la Parca,
1260
de que mi boca incurra en una impía culpa.
1261
Recuerdo, ¡ay!, recuerdo, me acuerdo todavía,
1262
un pavor desde entonces me sigue recordando
1263
la predicción que hiciste, cuando te despediste,
1264
profeta desdichado de tu pérdida (hijo),
1265
frente pálida, voz que se alza en sollozos,
1266
nos hablas descubriendo de tu pensar el fondo,
1267
cerrando nuestro adiós con lágrimas, nos dices
1268
que nos veremos luego en el reino de DisPater.
1269
Hermanas Hilanderas, manos juntas pregunto
1270
si su alma ha sentido vuestro aguijón siniestro,
1271
antes que padecer una muerte más dura,
1272
por cualquiera que quiera informarme de ello,
1273
atravesad mi alma, ministros infernales,
1274
poniendo el mismo afán con vuestras flechas fatales,
1275
favorecedme igual; mas, ¿qué veo avanzar?
1276
¿Y sus ojos perdidos mirando, aquí, allá?
1277
¡Ya ha ocurrido! Me ha visto,y su aire sombrío
1278
confirma la desgracia de que estoy convencida.
1279
Mensajero acércate, acércate, es por mí
1280
que tu cara se turba al saber mi inquietud.

MENSAJERO
1281
Señora, es a vos a quien la cruel fortuna
1282
dirige por mi boca una horrible noticia.

VOLUMNIA
1283
Cuenta atrevidamente un malimaginado;
1284
el Cielo está obstinado ahora en hacerme daño.

MENSAJERO
1285
Vuestro hijo asesinado, antaño nuestro Alcides,
1286
sintió de un pueblo ebrio la furia homicida.

VOLUMNIA
1287
¡Oh miedo verdadero! ¡Oh crueles destinos!
1288
¡Agobiantes desgracias de la incierta fortuna!
1289
¡Frágil, débil favor de un vulgo inconstante!
1290
Mas hazme en el discurso más creíble la desdicha.

MENSAJERO
1291
Los volscos reunidos, molestos con el pacto,
1292
habían conspirado ya de este héroe la muerte,
1293
al menos una parte por él originada,
1294
que veía receloso su gloria suplantada,
1295
su crédito saldado, cual si cerca del Sol,
1296
en la encorvada bóveda nada brillan los Astros,
1297
Aufidius es el nombre del celoso de Roma,
1298
quien traidor desde tiempo ha buscaba destruirlo,
1299
lo acusa ante el Consejo, lo cita como reo,
1300
y ante la autoridad suprema es llevado;
1301
tuvo que rendir cuentas del cargo en el momento,
1302
responder de los crímenes que le imputa el pueblo.
1303
Por temor Coriolano, de autoridad privado,
1304
a verse degradado cual hombre despojado,
1305
dice que aceptó el cargo al ser deseo de todos,
1306
que en él no cesaría siendo electo por todos;
1307
se esfuerza a pesar de ello en aplacar su ira,
1308
destilando las mieles más dulces de su lengua;
1309
de hecho, los importantes demostraban callando
1310
no estar contra él influidos por mala fe alguna,
1311
y el respeto acatado a sus raras virtudes
1312
lograría el olvido de sus mentados crímenes;
1313
pero el enemigo conocido y temido,
1314
de pronto, a su tropa asesina acechante,
1315
apelando al motín la anima al delito,
1316
la audacia, el furor y la ira colman,
1317
¡por favor!, impedidme relatar lo que resta.

VOLUMNIA
1318
Muy bien he comprendido tu infausto discurso,
1319
está muerto, lo veo por tierra entre la gente
1320
que cien veces ensartan y atraviesan su cuerpo,
1321
ahora circundado por un frío mortal;
1322
veo a este cuerpo guerrero tendido sobre el suelo,
1323
despojado de su alma y de color privado.
1324
¡Oh, duelo insoportable! ¡Oh, inquina de dolor!
1325
¡Oh, Madre parricida! ¡Oh, Madre criminal!
1326
De tu sangre inocente execrable verdugo.
1327
¡Oh, Dioses, Dioses crueles! ¡Vosotros produjisteis
1328
de mi angustia piadosa un detestable fruto!
1329
¡Cobarde! Por salvar el saqueo de mi patria,
1330
he inmolado a mi hijo, he dañado a mi raza;
1331
que al menos pueda verlo, y que me autoricen
1332
a llorar por su cuerpo, preso de los rivales,
1333
a cerrarle los ojos, y besarle los labios,
1334
prepararle el lecho donde duermen los muertos,
1335
y que me permitieran que pueda hablarle, muerto,
1336
con impensables penas mi pérdida aliviar;
1337
ninguna salvo yo le derramará más lágrimas,
1338
su país aún siente el filo de sus armas,
1339
recordando no haber podido plegar su odio,
1340
y que solo a mí debe el notable buen acto.
1341
Me debe este buen acto, y yo a él debo la vida,
1342
que yo le he hecho al ceder penosa arrebatándola.
1343
¡Querida descendencia! ¡Alivio sin igual!
1344
Ni el Río Estigia con sus nueve meandros
1345
evitarán que pronto me haya unido a ti,
1346
del pesar de tu muerte hasta el alma horadada,
1347
combada bajo el peso de una edad consumida,
1348
a quien la Tierra daña, y el Cielo es riguroso,
1349
que no espera calmar las quejas de tus Manes,
1350
sino con mi presencia en bordes estigianos,
1351
y que, al no ser mi duelo, muy dado a afrontar eso,
1352
que en un golpe benéfico encuentre yo la muerte.

FIN