William Shakespeare, A Midsummer Night’s Dream

Sueño en noche de verbena





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PERSONAJES.

TESEO, Duque de Atenas
EGEO, padre de Hermia
LISANDRO, }
DEMETRIO, }enamorado de Hernia
FILOSTRATO, director de fiestas en la corte de Teseo
MEMBRILLO, carpintero
AJUSTADO, ebanista
BORRAS, tejedor
FLAUTA, remienda-fuelles
HOCICO, calderero
HAMBRÓN, sastre
HIPÓLITA, Reina de las Amazonas, prometida de Teseo.
HERMIA, hija de Egeo, enamorada de Lisandro
ELENA, enamorada de Demetrio
OBERÓN, Rey de las Hadas
PUCK, ó el buen Robín
CHICHARILLO, }
TELARAÑA, }
POLILLA, }
MOSTAZA, }Trasgo
PÍRAMO, }
TISBE, }
MURO, }
LUZ LUNAR, }
LEÓN, }
TITANIA, Reina de las Hadas

En Atenas y en un bosque contiguo.

ACTO PRIMERO

ESCENA PRIMERA

Atenas.–Habitación en el palacio de Teseo.
Entran Teseo, Hipólita, Filostrato y acompañamiento.

TESEO
Hipólita gentil, de nuestras nupcias
La hora se acerca ya, pues sólo faltan
Para otra luna cuatro alegres días.
Mas ésta, ¡ay triste, cuán despacio muere!
5
Cual madrastra, cual vieja acaudalada,
Posterga mis deseos, y consume
De un heredero juvenil las rentas.

HIPÓLITA
Muy pronto cuatro días sumergidos
En noche quedarán, y cuatro noches
10
El tiempo pronto matarán soñando,
Desde la esfera azul verá la luna,
Arco argentino á disparar dispuesto,
La noche entonces de la dicha nuestra.

TESEO
De Atenas á los jóvenes reune,
15
Filostrato: despierta del contento
El espíritu alegre y bullicioso
Y haced á la tristeza funerales.
Pálidos rostros de la fiesta excluyo.
Vase Filostrato.
Hipólita, mi espada le ha ganado,
20
Y merecí tu amor al ofenderte;
Más á otro són me casaré contigo:
Con triunfos, y con pompa, y con festines.

Entran Egeo, Hermia, Lisandro y Demetrio.

EGEO
Salve, Teseo, nuestro excelso Duque.

TESEO
Gracias, Egeo, di lo que pretendes.

EGEO
25
Lleno de enojo, á tu presencia vengo
Contra Hermia, mi hija, á querellarme.
Acércate, Demetrio. –Mi permiso
A este hombre he dado para unirse á ella.
Acércate Lisandro.–Duque excelso,
30
Este hechizó su corazón de niña.
Tú, tú, Lisandro, tú rimas le diste;
Prendas de amor reciproco trocasteis;
Y, á la luz de la luna, á su ventana
Versos traidores, con traidor acento,
35
Cantaste tú, su mente trastornando
Con brazaletes del cabello tuyo.
Anillos, fruslerías y caprichos,
Primores, bagatelas, ramilletes
Y confites, potentes mensajeros
40
Que á la inexperta juventud seducen.
De mi hija el corazón con artificios
Robaste; y la obediencia que me debe
En tenaz aspereza convertiste.
Ahora bien, noble Duque, si casarse
45
Rehusa en tu presencia con Demetrio,
La antigua ley de Atenas reclamando,
De ella yo dispondré, cual cosa mía.
De Demetrio ha de ser ó de la muerte;
Y en este caso nuestra ley dispone
50
Que prontamente de la muerte sea.

TESEO
Hermia, piénsalo bien. Joven hermosa,
Para ti debe ser un Dios tu padre.
Es el autor de tu beldad. Tú fuiste
Trozo de cera do imprimió su sello,
55
Y es árbitro por tanto, si le agrada,
De conservar ó de borrar la imagen.
Joven digno es Demetrio.

HERMIA
Lo es Lisandro.

TESEO
En sí mismo lo es; mas pues le falta
La venia de tu padre en este asunto,
60
Al otro debes dar la preminencia.

HERMIA
¡Que no viera mi padre con mis ojos!

TESEO
Con su razón los tuyos ver debían.

HERMIA
Perdóname, señor. Resorte oculto,
Con mi modestia acaso discordante,
65
Por mi causa á abogar aquí me impulsa
Pero sepa, señor, si es que rechazo
Casarme con Demetrio qué funestos
Resultados serán los que me alcancen.

TESEO
O morir, ó abjurar eternamente
70
La sociedad humana; por lo tanto,
Hermia gentil, con tu razón consulta:
Tu juventud y tus pasiones pesa.
Vé si, eludiendo el paternal mandato,
Soportarás de religiosa el traje;
75
Si en el oscuro templo sepultada
Estás dispuesta á recorrer la vida
Estéril hembra, desmayados himnos
Entonando á la yerta infértil luna.
Tres veces bendecidos son los seres
80
Que, sus pasiones dominando, siguen
Por ese virginal peregrinaje;
Mas goza en esta tierra más ventura
La rosa cuya esencia destilamos
Que la que vive y crece y se marchita
85
En virgen tallo bendecida y sola.

HERMIA
Así vivir, así crecer espero
Y así morir, señor, antes que ceda
Mi patrimonio virginal al amo
Cuyo yugo mi espíritu rechaza.

TESEO
90
Piénsalo bien. Y con la nueva luna,
Que ha de sellar el lazo sempiterno
Que me liga á mi amor, por desacato
A la paterna voluntad, precisa
Que te prepares á morir, ó aceptes
95
Por esposo á Demetrio cual te ordenan;
O de Dïana ante el altar que jures
Austera vida y doncellez constante.

DEMETRIO
Arrepiéntete, Hermia, y tú, Lisandro,
Tu loca pretensión ceda al derecho.

LISANDRO
100
Tú gozas el cariño de su padre,
Cásate, pues, con él. Déjame á Hermia.

EGEO
Burlón Lisandro. Mi cariño goza,
Es verdad; y lo mío, mi cariño
Le puede conceder, y pues es mía
105
En Demetrio mis títulos vinculo.

LISANDRO
Cual él soy bien nacido, tan apuesta
Es mi persona y es mi amor más grande;
Acaso soy más rico que Demetrio,
Y, lo que es más que tanta vanagloria,
110
Gozo el amor de la gentil doncella.
¿Por qué, pues, debo abandonar mi causa?
Demetrio enamoró –se lo echo en rostro–
A Elena la hija de Nadar, y ella
Le dio su corazón. Tan dulce dama
115
Con ciego amor, con ciega idolatría
Ama á este sér voluble y corrompido.

TESEO
Lo supe, y con Demetrio de ese asunto
Hablar pensé; pero negocios míos
Me lo han hecho olvidar. Ven, pues, Demetrio,
120
Y Egeo, tú también, que amonestaros
Es mi intención al encontrarnos solos.
En cuanto á ti, prepárate, Hermia hermosa,
A ceder de tu padre á los mandatos;
Si no, la ley de Atenas, que no puedo
125
Torcer, manda que mueras ó que jures
Vivir doncella el resto de tus días.
Hipólita querida ¿qué me dices?
Vamos, Demetrio, pues; vamos, Egeo.
Trabajaréis vosotros en mis bodas
130
Y hablaremos de asuntos que os atañen.

EGEO
Gustosos y obedientes os seguimos.

(Vanse Teseo, Hipólita, Egeo, Demetrio y acompañamiento.)

LISANDRO
¿Por qué, di, palidecen tus mejillas?
¿Por qué sus rosas marchitarse veo?

HERMIA
Lluvia quizá les falte, y bien pudiera
135
Regarlas con las fuentes de mis ojos.

LISANDRO
Ni en libro, no en conseja, ni en historia,
¡Ay! jamás ví tranquila deslizarse
Del amor verdadero la corriente.
Ya lo motiva la diversa alcurnia...

HERMIA
140
¡Cruel contrariedad, que lo encumbrado
Cautivo de lo humilde ser no pueda!

LISANDRO
O ya la causa fue la edad distinta...

HERMIA
¡Oh desdichada suerte, que no logre
La juventud con la vejez ligarse!

LISANDRO
145
O ya quizá de deudos el mandato...

HERMIA
¡Que amor se escoja con ajenos ojos!

LISANDRO
O si existe amorosa simpatía,
O guerra ó muerte ó enfermedad lo asedia,
Y entonces cual eco, transitorio,
150
Fugaz cual sombra, cual ensueño, breve,
Rápido cual relámpago que alumbra
Un instante los cielos y la tierra,
Que mientras exclamamos “Contempladlo,”
La oscuridad lo absorbe entre sus fauces.
155
¡Que así lo más brillante se disipa!

HERMIA
Pues si contrariedades quienes aman
Han de tener por orden del destino,
Soportemos pacientes nuestras cuitas,
Ya que al amor se deben, cual se deben
160
Pensamientos, ensueños y suspiros,
Esperanzas y lágrimas, secuaces
Eternos de la pobre fantasía.

LISANDRO
Buen argumento. Escúchame, pues, Hermia.
Tengo una tía yo rica y viuda,
165
Sin hijo alguno. Retirada vive
Siete leguas de Atenas, y me quiere
Cual si fuera su hijo y su heredero.
Hermia gentil, allí donde no alcanza
La le ley de Atenas, te he de hacer mi esposa.
170
Si me quieres, la casa de tu padre
Mañana por la noche deja, y vente
Al bosque que una legua está del pueblo,
Donde una vez te vi, que con Elena
Una aurora de mayo saludabas,
175
Y allí te esperaré.

HERMIA
Lisandro amado,
Te juro por el arco de Cupido,
Por su flecha mejor, por la inocencia
De las aves de Venus, por la ciencia
Que une las almas y el amor amplía,
180
Por el fuego que á Dido
Quemó cuando el infiel Troyano huía;
Por todos esos votos
Que por los hombres rotos
Mayor guarismo alcanzan todavía
185
Que todas las promesas de mujeres,
Que allí me encontrarás como me esperes.
Entra Elena.
Salud. ¿Adónde vas, Elena hermosa?

ELENA
¿Hermosa yo? Desdícete. Por bella
te ama Demetrio á ti. Beldad dichosa
190
Cuyos ojos divinos
Son su polar estrella,
Cuya voz le es más dulce que los trinos
De la alondra al pastor cuando verdecen
Los trigos en los campos, y florecen
195
Meciéndose en sus tallos los espinos.
Si fuera tu beldad mal contagioso,
Hermia gentil, tu enfermedad buscara;
Tu acento melodioso
Fijar en mis oídos procurara,
200
Tus ojos en mis ojos llevaría,
Y mi lengua la mágica dulzura
De tu lengua tendría.
Árbitra yo del mundo, mi ventura
Por Demetrio trocártelo sería.
205
Tu aspecto dame, y dime en qué consiste
Que de Demetrio el corazón venciste.

HERMIA
Me ve ceñuda y aun así me ama.

ELENA
¡Ay, mis sonrisas aprender pudieran
La magia de tu ceño!

HERMIA
210
Amor me ofrece si mi voz lo infama.

ELENA
¡Ay, mis elogios eso consiguieran!

HERMIA
Si crece mi desdén, crece su empeño.

ELENA
Con mi pasión aumenta su desvío.

HERMIA
No me culpes á mí de su locura.

ELENA
215
Es culpable tan solo tu hermosura,
y ¡ojalá que el defecto fuera mío!

HERMIA
Nunca más me verá. Cesen tus penas,
Que parto de Lisandro en compañía.
Paraíso en Atenas
220
Hallé cuando á Lisandro no quería.
¡Cuanta felicidad mi amor me ofrece
Cuando infierno ese cielo me parece!

LISANDRO
Elena, escucha nuestro plan. Mañana
Cuando Febe su rostro plateado
225
Del agua en el cristal contemple ufana
Y con líquidas perlas orne el prado,
Hora que siempre allana
Toda fuga que amor ha proyectado,
Tenemos decidida
230
Por las puertas de Atenas nuestra huída.

HERMIA
Y allá en el bosque donde en blando lecho
Reposando de humildes primaveras
Abrimos nuestro pecho
Nuestras cuitas contándonos sinceras,
235
Nos veremos Lisandro y yo reunidos.
Y la vista de Atenas apartando,
De otra gente seremos conocidos
En extrañas regiones habitando.
Felicidad, querida compañera;
240
Ruega tú por nosotros indulgente,
Y obtén de tu Demetrio dicha entera.
Y tú, Lisandro, á tu promesa atente.
De amante pasto nuestra vista ayuna
Hasta la media noche de mañana.

LISANDRO
245
Hermia, si tal.
(Vase Hermia)
Elena, la fortuna
Venza en Demetrio la altivez insana.

(Vase Lisandro)

ELENA
¡Cuán varia nuestra suerte!
En Atenas beldad soy yo cual ella;
Pero ¿y qué, si Demetrio no lo advierte,
250
No ve lo que es de todos conocido?
Por mi fatal estrella,
Cual él se engaña en Hermia embebecido,
Yo al error, admirándolo, he cedido.
Lo bajo y vil y sin valor, antojos
255
De amor transforman y enaltecen luego,
Con el alma se ve, no con los ojos;
Y por eso á Cupido pintan ciego.
Mas del amor el alma nunca ha dado
Pruebas de discreción, porque es emblema
260
Ciego y con alas, de imprudencia extrema.
Además, como niño está pintado,
Y, como el niño miente sin mesura,
Ese rapaz amor miente y perjura.
No gozando Demetrio la mirada
265
De Hermia, fueron sus votos granizada;
Pero el fuego sintió de sus hechizos,
Y quedaron disueltos los granizos
Y esa lluvia de votos terminada.
Yo le diré que huyó su amada bella,
270
Y si mañana al bosque va tras ella,
Mucho será que vuelva agradecido.
A aumentar yo también voy mi querella,
Que irme con él y retornar decido.

(Vase.)

ESCENA II

Atenas. –Habitación en casa de Membrillo.
Entran Membrillo, Ajustado, Borras, Flauta, Hocico y Hambrón.

MEMBRILLO
–¿Se halla aquí la compañía?

BORRAS
–Fuera mejor ir nombrando uno á uno con arreglo á la lista.

MEMBRILLO
–Aquí está el papel con el nombre de todos los que en Atenas se consideran aptos para trabajar en el entremés que ha de representarse ante el Duque y la Duquesa la noche de sus bodas.

BORRAS
–En primer lugar, amigo Pedro Membrillo, di de qué trata la comedia; luego lee el nombre de los actores, y así nos entenderemos.

MEMBRILLO
–Pues que representamos “La dolorosa comedia y cruelísima muerte de Príamo y Tisbe.”

BORRAS
–Buenísima obra, ya lo creo, y divertida. Ahora, amigo Pedro Membrillo, á pasar lista á los actores. Señores, en fila.

MEMBRILLO
–Responded cuando os llame. ColásBorras, el tejedor.

BORRAS
–A la mano. ¿Di qué parte me toca representar, y sigue.

MEMBRILLO
–A ti, Colás Borras, te ha tocado representar á Príamo.

BORRAS
–¿Qué es Príamo? ¿Amante ó tirano?

MEMBRILLO
–Amante que se mata gentilmente por razón de amores.

BORRAS
–Para representar bien ese papel, fuerza será derramar algunas lágrimas. Si lo represento yo, cuide el auditorio de sus ojos. Provocaré tempestades. Me lamentaré hasta el punto preciso. Sin embargo, mi fuerte es el papel de tirano. Representaría a Hércules bravamente, ó cualquier papel de rompe y rasga en que pudiera hacer trizas cuanto tuviera á la mano.
ErrorMetrica
Se desploman los peñones
275
Y retiemblan las llanuras
Al forzar las cerraduras
De las míseras prisiones.
Y en su carro Febo brilla
Entre rayos esplendentes,
280
Que á las parcas inocentes
Él levanta y él humilla.
Esto es grandioso. Ahora sigue nombrando el resto de los actores. Esto es característico de Hércules. Característico del tirano. El amante debe ser más sentimental.

MEMBRILLO
–Francisco Flauta, el remienda-fuelles.

FLAUTA
–Presente, Pedro Membrillo.

MEMBRILLO
–Tú tienes que cargar con Tisbe.

FLAUTA
–¿Qué es Tisbe? ¿Es caballero andante?

MEMBRILLO
–Es una dama á quien Príamo enamorará.

FLAUTA
–¡Por vida de! No me den papel de mujeres. Me estoy dejando crecer la barba.

MEMBRILLO
Eso no importa. Representarás con careta y aguzarás la voz cuanto puedas.

BORRAS
–Pues si se puede ocultar el rostro, yo también puedo hacer el papel de Tisbe y hablaré en voz monstruosamente aguda. “Tizne, Tizne.” –¡Ah Príamo, amor mío! Tu amante Tisbe. Tu amorosa dama.

MEMBRILLO
–No, no. Tú tienes que representar á Príamo; y Flauta, tú, á Tisbe.

BORRAS
–Bueno, continúa.

HAMBRÓN
–Presente, Pedro Membrillo.

MEMBRILLO
–Ruperto Hambrón, tú debes representar á la madre de Tisbe. Tomás Hocico, el calderero.

HOCICO
–Presente, Pedro Membrillo.

MEMBRILLO
–Tú, al padre de Príamo. Yo, al padre de Tisbe. Ajustado, el ebanista, tú te llevarás la parte del León; y con esto, bien distribuída espero que estará una comedia.

AJUSTADO
–¿Tienes escrita la parte del León? Te suplico que si la tiene me la des, porque aprendo despacio.

MEMBRILLO
–Puedes improvisar. No hay más que rugir.

BORRAS
–Déjame que yo también represente al León. Rugiré de modo que alegre el ánimo de cualquiera. Rugiré de modo tal, que el Duque diga: “¡Que ruja otra vez! ¡Que ruja otra vez!”

MEMBRILLO
–Lo harías harto ferozmente. Espantarías á la Duquesa y á las damas, y chirriarian; y fuera lo bastante para que nos ahorcaran á todos.

TODOS
–No quedaría hijo de madre sin ahorcar.

BORRAS
–Confiese, amigos míos, que si asustásemos á las damas hasta hacerles perder el juicio, considerarían discreto el ahorcarnos; pero yo apagaré mi voz de modo tal, que ruja cual si fuese tortolilla mamante. Rugiré cual si fuera ruiseñor.

MEMBRILLO
–No puedes representar más que á Príamo. Porque Príamo es hombre de rostro apacible, hombre tan apuesto como puede serlo el que más en día de verano; extremadamente amable y gentil, y por lo tanto, es preciso que tú representes á Príamo.

BORRAS
–Bueno, pues lo representaré. ¿Qué barba deberé usar?

MEMBRILLO
–La que gustes.

BORRAS
–Usaré, ya sea la barba color de paja, ó la de color de naranja, ó la de legítima púrpura, ó la del color de la corona de Francia, enteramente amarilla.

MEMBRILLO
–Algunas coronas de Francia no tienen pelo alguno y tendrías que representar sin pelo. –Pero, señores, aquí tenéis vuestro papeles, y os ruego, encarezco y requiero que los aprendáis para la noche de mañana y vayáis á buscarme, cuando salga la luna, al Bosque de palacio, sito á una milla del pueblo; allí ensayaremos, pues si nos reuniéramos en la ciudad, nos acosaría la gente y conocerían nuestro argumento. En el entretanto haré una lista de los adminículos necesarios para nuestra comedia. Os ruego que no faltéis.

BORRAS
–Nos encontraremos allí, y ensayaremos con más holgura y atrevimiento.

MEMBRILLO
–Mucho cuidado.–Perfección, y adiós. –La cita es junto á la encina del Duque.

BORRAS
–Basta. Herrar ó quitar el banco.

(Vanse.)

ACTO SEGUNDO

ESCENA I

Un bosque cerca de Atenas.
Entran por opuestos lados una Hada y Puck.

PUCK
¿Dónde, espíritu, caminas?

HADA
Sobre el valle y el collado,
Entre zarzas y entre encinas,
285
En el parque y el cercado,
Por el fuego y la laguna
Voy con rumbo acelerado
Como el disco de las Luna.
A la Reina de las hadas
290
Sirvo humilde y obedezco,
Y sus órbitas tazadas
En los prados humedezco.
Espigadas velloritas
Son sus flores favoritas.
295
Si rubís ves esparcidos
En sus áureos mantos bellos,
A las hadas son debidos
Y su aroma se halla en ellos.
Gotas de rocío vengo á recoger;
300
Quiero en sus orejas zarcillos prender.
Adiós, Geniecillo, me alejo de ti;
La Reina y sus hadas vendrán pronto aquí.

PUCK
Esta noche aquí el Rey tendrá su orgía,
A la Reina detén, te lo aconsejo,
305
Pues Oberón ya de ella desconfía.
Lleva un lindo rapaz en su cortejo
Que á un Rey de India secuestró con maña.
Nunca logró cautivo tan precioso,
Y por eso celoso
310
Quiere Oberón tenerlo en su compaña
Y recorrer con él el bosque umbroso.
Mas ella á la lindísima criatura
Cariñosa detiene: lo aprisiona;
De flores lo corona,
315
Y en él concentra toda su ventura.
Y hoy los esposos en verjeló prado,
Junto a la fuente pura
Ó al resplandor del cielo tachonado,
No se ven sin que mutuas quejas crucen;
320
Y sus duendes, al ver esas porfías,
En cápsulas vacías
De bellotas, temblando se introducen.

HADA
O me equivoco mucho,
O eres tú, por tu aspecto y por tu modo,
325
El trasgo listo y en maldades ducho
Que lleva por apodo
El buen Robín. ¿Serás, como pareces,
Quien á las mozas del lugar asusta,
Quien la leche desnata, quien á veces
330
El útil molinillo desajusta
Haciendo esteril el afán del ama
Al batir la manteca, quien evita
Que la cerveza espume, quien es fama
Que al nocturno viajero que transita
335
Por los campos aparta del sendero
Y ríe satisfecho de su cuita?
Por quien te llama heraldo de las hadas
Oh lindo Puck, trabajas con esmero,
Y tu poder se extiende
340
A hacer á esas personas bienhadadas.
Di, ¿no eres él?

PUCK
Has acertado, duende.
Soy ese alegre rondador nocturno:
Yo con bromas distraigo
A Oberón si lo encuentro taciturno.
345
Sonríe cuando mira cuál atraigo
Gran caballo con habas mantenido,
Si como yegua relincharle quiero.
Yo á veces en el jarro introducido
De alguna vieja, cual asado pero,
350
Atisbo, y cuando bebe, de seguida
En sus labios tropiezo, y se derrama
Del jarro la bebida
Sobre el seno marchito de la dama.
Si la abuela refiere algún desastre,
355
Que me equivoque por sitial no es raro,
Cuando yo de sus nalgas me separo,
Dejándola sentada como un sastre.
Tose quizá, pero el concurso todo
Suelta entonces alegre carcajada,
360
Y goza y grita y jura de tal modo,
Que parece una fiesta preparada.
Mas, duende, huye, que Oberón es ése.

HADA
Y también mi señora
Viene á este sitio ahora.
365
¡Ay, cuánto agradeciera que él se fuese!

Entran por un lado Oberón con su séquito, y por el otro Titania y el suyo.

OBERÓN
Orgullosa Titania, suerte adversa
Es encontraros al brillar la luna.

TITANIA
¡El celoso Oberón! Vámonos, duendes,
Que abjuré de su lecho y compañía.

OBERÓN
370
Casquivana, ¿señor no soy yo tuyo?

TITANIA
Entonces ser yo debo tu señora;
Mas dejando el país hechiceresco
En forma de Corino, largos ratos
La zampoña tañiste ó recitaste
375
Amantes versos á la tierra Filis.
De los lejanos montes de la India
¿Por qué vienes aquí? Dime, ¿no es solo
Porque debe tu intrépida amazona,
Tu amante en calzas, tu guerrera amante,
380
Casarse con Teseo? ¿No pretendes
Colmar su lecho de ventura y goces?

OBERÓN
¡Qué oprobio! ¿Cómo puedes mi cariño
A Hipólita, Titania, echarme en cara,
Cuando sé que tú quieres a Teseo?
385
La oscuridad nocturna aprovechando,
¿No le ayudaste á huir de Perigonia,
A quien sedujo, y á romper sus votos
Con Egle, con Antiope y Ariadna?

TITANIA
Invenciones son esas de los celos.
390
Ya desde los albores del verano,
Jamás nos vemos en colina ó valle,
Bosque ó pradera, ó pedregosa fuente,
Ni del arroyoá la juncosa margen,
Ni del mar á las húmedas orillas
395
Bailando en corro mientras silba el viento,
Sin que tú con tus quejas nos perturbes.
Y así los vientos que sin fruto silban,
Vengativos, maléficos vapores
Sorben del mar y en la tierra los derraman,
400
Y arroyos pobres de soberbia henchidos,
Inflándose, sus cauces abandonan.
Sin provecho los bueyes han arado;
Perdido ve el labriego sus afanes,
Y el verde trigo enferma y palidece
405
Antes de echar sus barbas juveniles.
Anegado el redil se ve desierto,
Grajos se ceban en las muertas reses,
El fango cubre el juego de pelota,
Y las sendas del campo y los atajos
410
Apenas ya se ven, faltos de uso.
El invierno el mortal de menos echa,
Que con himno sagrado ó villancico
Ninguna noche ya se santifica.
Y así, la Luna que las aguas rige,
415
Pálida de furor, remoja el aire.
Abunda el reuma, y con desorden tanto,
Alteradas están las estaciones.
La cana escarcha su cabeza inclina
Sobre la falda de la fresca rosa,
420
Y el yerto cráneo del vetusto invierno
Ciñe ¡burla cruel! bella guirnalda
De olorosos pimpollos estivales.
Mudan sus vestes primavera, estío,
Procreante otoño y despiadado invierno.
425
Y de tales efectos asombrado
El mundo, ya ni sabe á qué atenerse.
Pues bien, esta progenie de desdichas
De nuestras tristes disensiones nace,
Porque engendradas por nosotros fueron.

OBERÓN
430
En tu mano se halla remediarlas.
¿Por qué Titania á su Oberón se opone?
Tan sólo quiero ese rapaz cautivo
Para hacerlo mi paje.

TITANIA
No lo pienses.
Ni todo el reino de las hadas logra
435
Comprármele. Su madre me quería.
De la India en el aire perfumado
Y junto á mí, de noche, ¡cuántas veces
Ella amistosa conversó conmigo!
En la amarilla playa de Neptuno
440
¡Cuántas veces sentadas contemplamos
Los buques traficantes que pasaban!
Y al ver sus velas concebir, é hincharse
Sus vientres al soplar lascivo el viento,
¡Ay, cuánto nos reíamos! Y ella
445
También flotando, con gentil donaire –
En cinta entonces de mi paje hermoso –
Sobre la tierra navegaba en busca
De mil frioleras para mí, tornando
Del vïaje cargada de productos.
450
Pero, mortal al fin, cuando á ese niño
Dió á luz, murió. Por ella solamente
Al niño entonces recogí; por ella
No quiero de ese niño separarme.

OBERÓN
¿Hasta cuándo en el bosque permaneces?

TITANIA
455
Quizás hasta las bodas de Teseo.
Si en paz quieres bailar en nuestro corro
Y presenciar nuestras nocturnas zambras,
Puedes venir; si no, déjame sola:
Yo evitaré los sitios que prefieres.

OBERÓN
460
Dame ese niño y partiré contigo.

TITANIA
Ni por toda tu tierra hechiceresca.
Vámonos, duendes, ó tendremos gresca.

(Vanse Titania y su séquito.)

OBERÓN
Bien. No te marcharás de estos boscajes
Sin que me vengue yo de tus injurias.
465
Oye, buen Puck. ¿Recuerdas que, sentados
Una vez sobre excelso promontorio,
Cantó tan dulcemente la sirena
Por un delfín llevada, que sus iras
El mar depuso al escuchar sus ecos,
470
Y que varias estrellas locamente
Sus órbitas dejaron escuchando
La canción de la virgen de los mares?

PUCK
Sí tal.

OBERÓN
Entonces ví, tú no podías,
Que entre la Luna frígida y la Tierra
475
Iba armado Cupido, que apuntando
A una bella vestal que de Occidente
Se asentaba en el trono, la amorosa
Flecha de pronto disparó certero
Del arce tan furioso, cual si ansiara
480
A cien mil corazones dar la muerte.
Pero los castos rayos de la Luna
La ardiente flecha al extinguir, dejaron
A la imperial sacerdotisa ilesa
Con espíritu virgen libre y puro.
485
Cayó, no obstante, de Cupido el dardo
Sobre una florecilla de Occidente,
Blanca cual leche ayer, hoy purpurina
De aquella herida que el Amor le hizo.
Las doncellas la llaman Pensamientos.
490
Vé por las flores tú. La bella planta
Una vez te mostré. Cuando se estrega
Su jugo sobre párpados dormidos
De hombre ó de mujer, con frenesí deliran
Por el sér que sus ojos ven primero.
495
Busca esas flores, pues, y vuelve antes
Que media legua el Leviatán recorra.

PUCK
En cuarenta minutos á la Tierra
Pongo yo un cinturón.

(Vase.)

OBERÓN
Cuando ese jugo
En mi poder tuviere, de Titania
500
Atisbaré yo el sueño, y en sus ojos
El licor verteré. Cuando despierte,
Lo primero que mire y que se mueva,
Fuere oso, león ó lobo ó toro,
Mono impudementeó infatigable mico,
505
perseguirá con alma enamorada.
Y antes que yo la libre del encanto,
Como lo puedo hacer con otra yerba,
La he de obligar á que me entregue el paje.
Pero ¿quién viene aquí? Siendo invisible,
510
Desde este sitio oiré su conferencia.

Entra Demetrio seguido de Elena.

DEMETRIO
No te quiero; por tanto no me sigas.
¿Hermia, di, dónde está? ¿Dónde Lisandro?
A éste yo mataré si ella me mata.
Dijiste que en el bosque se escondían,
515
Y aquí me encuentro ya tronco entre troncos
Por no encontrar á mi querida Hermia.
Vete tú. Véte, pues, y no me sigas.

ELENA
Imán cruel, sin compasión me atraes,
Y no soy hierro, nó: como el acero
520
Mi corazón es puro. Tu atractivo
Depón, y lograrás que no te siga.

DEMETRIO
¿Te llamo yo? ¿Te halago con palabras?
¿No te repito con franqueza suma
Que ni te quiero ni podré quererte?

ELENA
525
Pues yo por eso mismo te idolatro.
Tu lebrel yo seré, Demetrio mío,
Y te he de acariciar aunque me ofendas.
Trátame cual lebrel, y rechazarme,
Golpearme, olvidarme y ofenderme
530
Puedes tú; pero dame tu permiso
Para que yo ¡pobre de mí! te siga.
¿Tener lugar peor puedo en tu afecto?
Pues con ese lugar me satisfago:
Que como tratas á tu can, me trates.

DEMETRIO
535
No exasperes el tedio de mi alma;
Cuando te miro yo siento disgusto.

ELENA
Disgusto siento yo si no te miro.

DEMETRIO
Por demás aventuras tu recato
Al dejar la ciudad y al confiarte
540
A quien amor por ti ninguno siente.
Harto á las sombras de la noche tientas
Y harto sugieres al desierto sitio
Con tus ricos tesoros virginales.

ELENA
En tu virtud mi inmunidad encuentro;
545
No es noche, nó, cuando tu rostro miro;
Y por tanto, no juzgo que es de noche.
Ni al bosque considero despoblado;
Que el mundo entero para mí tú eres.
¿Cómo, pues, puedo yo juzgarme sola
550
Cuando aquí todo el mundo me está viendo?

DEMETRIO
Huiré de ti, me esconderé en las matas
Y á merced de las fieras te abandono.

ELENA
Cual tú cruel, ninguna fiera existe.
Trastocarás los hechos con tu fuga.
555
Apolo huirá cuando le cace Dafne,
Perseguirá la tórtola al milano,
Querrá atrapar la humilde cierva al tigre.
Inútil prisa que el valor se ahuyente
Cuando corre tras él la cobardía.

DEMETRIO
560
Me voy, no quiero discutir contigo;
Pero tengo por cosa averiguada:
Te ofenderé si al bosque me persigues.

ELENA
En templo y campo y en ciudad me ofendes.
Son tus ofensas de mi sexo oprobio.
565
Las empresas de amor nos son vedadas,
Privilegio á los hombres concedido,
Deben ser las mujeres cortejadas,
Que para cortejar no hemos nacido.
Mas yo te seguiré; cielo mi infierno
570
Será si espiro por tu amada mano.

(Vanse Demetrio y Elena.)

OBERÓN
Véte en paz, ninfa, que amoroso y tierno
Él á su vez te ha de seguir en vano.
(Vuelve á entrar Puck.)
¿Laflor hallaste? Vagador, bien vengas.

PUCK
Aquí la tienes.

OBERÓN
Dámela te ruego.
575
De una enramada sé dónde florece
Verde tomillo que el lugar trasmina;
Allí lozana vellorita crece,
Y la violeta allí su frente inclina,
Madreselva feraz y escaramujo,
580
Forman dosel y rosas aromadas,
Y allí Titania duérmese al influjo
De aquellas flores al bailar sus hadas.
La sierpe deja allí su piel de esmalte.
Yo la recubriré de esos despojos,
585
Y haré que torpe imaginar la exalte
Con este jugo al estregar sus ojos.
Un poco ten, y busca en la enramada
A adusto joven que su afecto niega
A una bella ateniense de él prendada,
590
Y, dormido, sus párpados estrega.
Al despertar, precisa que presente
Esté la dama que amparar decido.
Conocerás al joven fácilmente,
Pues cual galán de Atenas va vestido.
595
Enamorado, más que enamorada
Ella de él, quedará, si eres mañoso.
Veme al cantar el gallo la alborada.

PUCK
Voy á cumplir tus órdenes gustoso.

(Vanse.)

ESCENA II

Otra parte del bosque
Entra Titania y su séquito.

TITANIA
Un corro y una copla hechiceresca,
600
Y después, por un tercio de minuto,
Largo de aquí. Quitad los gusanillos
De los capullos de las rosas unas;
Otras á los murciélagos dad guerra,
Y robadles el cuero de las alas
605
Para hacer á mis duendes capisayos;
Otras á contener á las lechuzas
Que por las calles espantadas gritan
Cuando ven nuestro porte caprichoso.
Ahora á cantar y á conciliarme el sueño,
610
Y luego á trabajar mientras descanso.

CANCIÓN

HADA1ª
Culebras manchadas de lenguas partidas;
Erizos punzantes, ocultos quedad;
Lagartos y sapos, á vuestras guaridas,
Que aquí nuestra reina descanse dejad.

CORO
615
Ruiseñor, tu voz galana
Una á nuestro dulce nana,
Nana, nana, nana, nana.
Ni desdicha, ni perjuicio,
Sortilegio ó maleficio
620
Te persiga, regia hermana.
Buenas noches, nana, nana.

HADA 2ª
No aquí tus tejidos, araña, introduzcas,
Ni el sitio con patas tan grandes vïoles;
Dejad libre el campo, cigarras negruzcas;
625
Id lejos, gusanos; pasad, caracoles.

CORO
Ruiseñor, tu voz galana, etc.

HADA 1ª
Vamos á otro sitio; todo aquí bien va.
Un centinela solo quedará.

(Vanse las hadas. –Titania se queda dormida.)
Entra Oberón.

OBERÓN
Lo primero que te hiera
630
La vista al volver en ti,
(Estrega la flor sobre los párpados de Titania.)
Que es tu dueño considera,
Y ámalo con frenesí.
Oso, gato, cruel pantera
O cerdoso jabalí,
635
Cual si amante tuyo fuera
Seguirás al verlo aquí.
Despierta cuando á tu lado
Se halle el sér más desgraciado.

(Vase.)
Entran Lisandro y Hermia.

LISANDRO
De vagar por el bosque estás cansada,
640
Y la senda he perdido, prenda mía;
Aquí reposaremos si te agrada,
Y esperaremos á la luz del día.

HERMIA
Pues busca tú, Lisandro, algún paraje
Donde pasar la noche perezosa,
645
Que en este blando altillo del boscaje
Yo la cabeza inclinaré gustosa.

LISANDRO
Mi cabeza tu césped solicita;
Un corazón tenemos
Que solamente un hecho necesita,
650
Y una fe si dos almas poseemos.

HERMIA
Por mí, Lisandro, que te apartes pido.
Más lejos de mi lecho te quisiera.

LISANDRO
Ten confianza en mi virtud sincera,
¡Oh mi dueño querido!
655
Será de esa manera
Mi amoroso lenguaje comprendido.
Que está mi corazón, digo, en el tuyo
Y que es uno no más por so arguyo.
Nuestras almas trocamos
660
Cuando amor prometimos mutuamente,
Y así dos almas y una fe logramos.
Hermia gentil, consiente,
Por tanto, que lugar tenga en tu lecho;
No ofenderé tu lecho con el hecho.

HERMIA
665
Muy bien, Lisandro, del vocablo juega.
Hermia infeliz sería
Si no creyese ciega
Que Lisandro ofenderla no quería.
Pero apártate, dulce amigo mío;
670
Lo exige nuestro amor, mi honra y mi fama;
Conviene algún desvío
Entre el más noble joven y su dama.
Y buenas noches ten, prenda querida,
Y que dure tu amor lo que tu vida.

LISANDRO
675
Amén te digo; moriré gozoso
Si se consume el fuego que en mí arde.
Y déte el sueño todo su reposo.

HERMIA
Que la mitad para tus ojos guarde.

(Se duermen.)
Entra Puck.

PUCK
Todo el bosque he recorrido
680
Y ateniense alguno vi.
Comprobar la fuerza así
En sus ojos no he podido
De la flor que traigo aquí.
¡Que la noche nos proteja!
685
¡Ateniense es éste! ¡A ver!
Pues el joven debe ser
Que a tan bella dama deja
Despreciada padecer.
Y dormida sobre el suelo
690
La doncella hermosa está;
Y alejada, pues quizá
Ni acercarse de ese hielo
Descortés se atreverá.
De tus ojos, mentecato,
695
Voy el sueño á interrumpir
Esta flor al exprimir,
Y el amor por largo rato
No te dejará dormir.
(Estrega la flor sobre los párpados de Lisandro.)
Despierta al irme, que ya
700
Oberón me aguardará.

(Vase.)
Entra Demetrio, y Elena corriendo tras él.

ELENA
Aunque me mates, prenda amada, tente.

DEMETRIO
Quédate aquí, te digo, y no me sigas.

ELENA
¿Sola á afrontar la oscuridad me obligas?

DEMETRIO
A las resultas de seguirme atente.

(Vase.)

ELENA
705
Mis fuerzas de seguirle ya decaen;
Menos alcanzo mientras más suplico.
Hermia sí que es feliz; sus ojos bellos
Con misteriosa propiedad atraen.
No porque lloran su poder me explico,
710
Que los míos lloraron más que ellos.
¡Ay! debo ser horrible cual el oso.
Huye sin duda si me ve la fiera,
Y por eso Demetrio, temeroso,
Que es fuerza huir de un monstruo considera.
715
¿Y qué cristal infame y mentiroso
Persuadirme ha logrado que podía
Con su mirada competir la mía?–
¿Quién está aquí? ¿Lisandro allí tendido?
¿Está muerto ó dormido?
720
Ni da sangre ni herida á ver acierto.
Despierta, pues, Lisandro, si no has muerto.

(Incorporándose.)

LISANDRO
Y de tí en pos afrontaré las llamas.
¡Cuán diáfana, Elena, es tu presencia!
Naturaleza en tí colmó su ciencia,
725
Pues el amor con que mi pecho inflamas
Miro al través de tanta transparencia.
¿Dónde se halla Demetrio? No te asombre,
Matar pretendo has su mismo nombre.

ELENA
Estoy, Lisandro, de escucharte absorta.
730
Aunque fuere tu Hermia su tesoro,
¿Hermia no te ama a ti? Pues ¿qué te importa?

LISANDRO
Hermia á mi no me importa. Fui su siervo,
Pero esas horas que he perdido lloro.
No es Hermia, que es Elena la que adoro.
735
¿Por la tórtola quién no cambia el cuervo?
La voluntad de la razón no abjura,
Y mi razón más digna te ha juzgado.
Cuanto crece en el mundo no madura
Hasta el tiempo que tiene prefijado.
740
Yo, verde á la razón hasta este día,
Logré por fin humana inteligencia,
Y rinde á mi corazón ciega obediencia,
Voluntad que á tus ojos hoy me guía,
Donde en el libro del amor que veo
745
Dulces leyendas amorosas leo.

ELENA
¿Ludibrio tal precisará que aguante?
¡Para sufrir tal befa haber nacido!
Di, joven ¿no es bastante, no es bastante
No haber nunca obtenido
750
Ni esperar obtener tierna mirada
De aquel por quien suspiro enamorada,
Sin que tú sin piedad y son conciencia
Te burles de mi triste insuficiencia?
Harto me ofende tu amoroso exceso,
755
Que sé que es ironía.
Pero pásalo bien; y te confieso
Que hombre más generoso te creía.
Porque un galán rechace á una doncella,
Otro no debe de burlarse de ella.

(Vase.)

LISANDRO
760
Hermia, quédate aquí donde reposas,
Y ponte de Lisandro á gran distancia;
Pues así cual la plétora de cosas
Más dulces y sabrosas
Nos suelen producir más repugnancia;
765
Y así como herejías pestilentes
Son al fin detestadas por las gentes
Que erraron algún día,
Plétora y herejía,
Más que nadie os detesta yo os detesto,
770
Y á amar, servir y honrar estoy dispuesto
Al punto á Elena como á dama mía.

(Vase.)
(Despertándose.)

HERMIA
¡Favor, Lisandro! Por favor te pido
Que apartes de mi seno esta serpiente.
¡Ay, por piedad! ¡Qué sueño el que he tenido!
775
¡Aun temblorosa doy diente con diente!
Agitada soñaba
Que el corazón, cruel me devoraba
Sierpe feroz, y tú que lo veías
Sentado indiferente sonreías.
780
¡Lisandro! ¿Dónde estás? ¡Lisandro mío!
¿No me escuchas? ¿Te fuiste? Ni siquiera
Un rumor, una voz. Oye. ¡Hado impío!
Háblame, si me escuchas. ¡Desfallezco!
¿No respondes? ¿Quién lejos te creyera?
785
Pronto te he de encontrar, ó aquí perezco.

(Vase.)

ACTO TERCERO

ESCENA PRIMERA

El bosque. –Titania dormida.
Entran Membrillo, Ajustado, Borras, Flauta, Hocico y Hambrón.

BORRAS
–¿Estamos aquí todos?

MEMBRILLO
–A lo justo, á lo justo. Y éste es lugar maravillosamente á propósito para nuestro ensayo. Este césped será nuestro tablado, este espino nuestra sala de descanso, y ensayaremos entrando y saliendo cual si estuviéramos en presencia del Duque.

BORRAS
–Pedro Membrillo.

MEMBRILLO
–¿Qué dices tú, valiente Borras?

BORRAS
–Cosa tiene esta comedia de Píramo y Tisbe que de seguro no agradarán. En primer lugar, Píramo ha de esgrimir la espada para darse muerte, y esto no placerá a las damas. ¿Qué respondes?

HOCICO
–¡Por vida de...! Justísimo temor.

HAMBRÓN
–Creo que acabaremos por suprimir la matanza.

BORRAS
–Nada de eso. Tengo un recurso para arreglarlo. Escríbeme un prólogo, y que el prólogo venga á decir que no lastimaremos á persona alguna con nuestras espadas, y que Píramo no muere de veras, y para mayor seguridad diles que yo, Píramo, no soy Píramo, sino Borras el tejedor, y esto acallará su miedo.

MEMBRILLO
–Bien está. Tendremos el prólogo y se escribirá en versos de ocho y seis sílabas.

BORRAS
–No, pon dos sílabas más, y escríbelo en versos de ocho y ocho.

HOCICO
–¿No se espantarán las damas con el león?

HAMBRÓN
–Te aseguro que lo temo.

BORRAS
–Señores, fuerza es que lo meditéis: presentar–¡Dios nos ampare!–un león entre damas es tremenda cosa, pues no existe ave silvestre más feroz que un león vivo, y debemos tener esto en cuenta.

HOCICO
–Por lo tanto, otro prólogo debe manifestar que no es león.

BORRAS
–Nada. Hay que decir el nombre del actor, la mitad de cuya cara debe verse á través del cuello del león, y el mismo león debe hablar diciendo esto, ó á este defecto: “Señoras, ó lindas señoras mías, deseara ú os suplicara ó os rogara... no temer, no temblar; responda mi vida de la vuestra. Si pensáis que aquí vengo como león, poco valdrá mi vida: no: no soy tal cosa. Soy un hombre como los demás hombres.” Y con esto que le nombre sus nombre y les diga claramente que es Ajustado el ebanista.

MEMBRILLO
–Está bien. Se hará. Pero hay dos dificultades, á saber: introducir la luz de la luna en la habitación, porque ya sabéis que Píramo y Tisbe se encuentran al brillar la luna.

HOCICO
–¿Hace luna la noche que representamos?

BORRAS
–Un calendario, un calendario. A verlo en el almanaque. Busca luz lunar. Busca luz lunar.

MEMBRILLO
–Sí. Hay luna esa noche.

BORRAS
–Pues entonces podemos dejar abierto un postigo de la ventana de la gran sala en donde hemos de representar, y se verá brillar la luna por el postigo.

MEMBRILLO
–Sí tal. O si no, puede entrar uno con un manojo de matas y una linterna, y dirá que viene á figurar óá representar la persona de la luz lunar. Además hay otra cosa. Necesitamos figurar un muro en la gran sala, porque Píramo y Tisbe, según la historia, conversaron á través de la grieta de un muro.

AJUSTADO
–Es imposible representar un muro. ¿Qué dices tú, Borras?

BORRAS
–Uno cualquiera debe hacer el papel de muro, y que traiga consigo algún yeso ó mezcla ó argamasa para significar el muro, y que coloque sus dedos de este modo, y por estos intersticios Píramo y Tisbe pueden cuchichear.

MEMBRILLO
–Pues si eso puede hacerse, todo va bien. Vamos, siéntese cada hijo de su madre: y á ensayar los respectivos papeles. Píramo, tú principias. Cuando hayas acabado tu discurso, métete en ese matorral, y lo propio los demás, según su turno.

Entra Puck por el fondo del teatro.

PUCK
¿Qué gente tosca es ésta, que así grita
Tan próxima á la cuna de la Reina?
¡De un entremés se trata! Seré oyente,
Y aun cómico quizá si me acomoda.

MEMBRILLO
790
Habla, Píramo. Tisbe, avanza.

PÍRAMO
Tisbe, como la flor más dolorosa...

MEMBRILLO
Olorosa, olorosa.

PÍRAMO
...como la flor más olorosa.
Perfumado paréceme tu aliento.
795
¡Oye! ¡Una voz! Me esperarás, hermosa,
Que en retornar no tardo ni un momento.

(Vase.)

PUCK
(Aparte y vase.)
Un Píramo está aquí que es brava cosa.

TISBE
–¿Hablo ahora yo?

MEMBRILLO
–Por supuesto que sí, porque has de saber que se fué solo para ver qué ruido era, y ha de volver de seguida.

TISBE
¡Oh blanco lirio, Píramo radiante!
Eres rosa encarnada en la maleza,
800
Activo y juvenil, joya brillante,
Corcel que ni se cansa ni tropieza,
Junto á la tumba me hallarás de niño.

MEMBRILLO
–¡Hombre! “tumba de Niño.” Pero aun no tienes que decir eso. Esa es tu respuesta áPíramo. Dices toda tu parte de carrerilla sin esperar los apuntes. Píramo entra. Tú apunte ya pasó, y es “ni tropieza.”

TISBE
¡Ya! Corcel que no se cansa ni tropieza.

Vuelven á entrar Puck, y Borras con cabeza de asno.

PÍRAMO
Si fuera hermoso, Tisbe, tuyo fuera.

MEMBRILLO
–Oh monstruosidad! ¡oh maravilla! ¡Estamos encantados! ¡Huyamos, señores! ¡Favor!

Vanse Membrillo, Ajustado, Flauta, Hocico y Hambrón.

PUCK
805
Yo haré que corras cuando llegue el caso
Por charcas, montes, breñas y retamas.
Un caballo seré, lebrel acaso,
Un cerdo, un oso sin cabeza ó llamas.
Relincharte, ladrarte,
810
Y gruñirte y rugirte y chamuscarte
Yo te juro sin tregua ni sosiego
Cual caballo, lebrel, cerdo, oso y fuego.

(Vase.)

BORRAS
–¿Por qué huyen? Esta es una truhanada para atemorizarme.

Vuelve á entrar Hocico.

HOCICO
–¡Oh, Borras, qué transformación! ¿Qué es lo que veo sobre tus hombros?

BORRAS
–¿Que qué es lo que ves? La cabeza de un asco sobre los tuyos.

(Vase Hocico.)
Vuelve á entrar Membrillo.

MEMBRILLO
–¡Válgate Dios, Borras, válgate Dios, qué transformado estás!

(Vase.)

BORRAS
–Ya veo su truhanada. Convertirme quieren en jumento para asustarme si pudieran. Pero de aquí no me muevo por más que hagan. Me pasearé arriba y abajo y cantaré para que vean que no tengo miedo.
(Canta.)
ErrorMetrica
Mirlo, pico anaranjado,
Plumas negras como hollín,
815
Tordo, músico afamado,
Reyezuelo chiquitín.

TITANIA
(Despertándose.)
¿Qué ángel es ése que en mi blando lecho
De flores despierta?

BORRAS
(Cantando.)
Gorrión, jilguero y alondra,
820
Cuco de pobre canción.
Y que á muchos atolondra
Y no oye contradicción.
Porque verdaderamente, ¿quién aguzaría el ingenio contra ave tan necia? ¿Quién daría el mentis á un pájaro por más que gritara “cuco.”?

TITANIA
Gentil mortal, prosigue con tu canto,
Que tu voz enamora mis oídos
825
Cual encanta á mis ojos tu apariencia.
Sin duda de tu mérito la magia,
Que se ve de repente y que proclamo,
Me hace que diga y jure que te amo.

BORRAS
–Paréceme, señora, que existe escasa razón para ello: pero, por otra parte, la razón y el amor se tratan poco en estos días; y lástima es que algunas buenas gentes de su reconciliación no traten. ¡Vaya! Soy burlón á veces.

TITANIA
Eres tú tan discreto como hermoso.

BORRAS
–Tampoco es eso. Pero, si me alcanza la discreción para salir de este bosque, tendré la bastante por ahora.

TITANIA
830
Te engañas si salir del bosque esperas,
Que aquí te has de quedar aunque no quieras.
Espíritu soy yo de jerarquía
Y es el verano dependencia mía.
Te servirán mis hadas con empeño,
835
Joyas del mar trayéndote y primores,
Y su canción conciliará tu sueño
Al descansar sobre mullidas flores.
La rudeza mortal que te embaraza
Purgar será la cosa más sencilla.
840
¡Chicharillo! ¡Mostaza!
¡Telaraña! ¡Polilla!

Entran Chicharillo, Telaraña, Polilla y Mostaza.

CHICHARILLO
Pronto.

TELARAÑA
Y yo.

POLILLA
Yo también.

MOSTAZA
Y yo.

TODOS
¿Qué hacemos?

TITANIA
Con dulzura y políticos extremos
Tratad a este mortal que me interesa.
845
Precededlo triscando ante él ahora,
Verdes higos poned sobre su mesa,
La uva purpúrea, la exquisita mora,
El dulce albaricoque y la frambuesa.
De las abejas ricas
850
En miel robad las glándulas, y, luego
Que les cortéis las patas enceradas,
Construid candelicas
Que serán como antorchas empleadas.
Y en los ojos de fuego
855
De la gentil luciérnaga inflamadas,
Alumbraréis con ellas á mi amante
Cuando vaya á dormir ó se levante.
Sus alas arrancad á las más bellas
Pintadas mariposas,
860
Y abanicad con ellas
Los rayos de la Luna que atrevidos
Posaren en sus párpados dormidos.
Obsequiadle con manos generosas,
Y las cabezas inclinad rendidos.

CHICHARILLO
–¡Salve, mortal!

TELARAÑA
–¡Salve!

POLILLA
–¡Salve!

MOSTAZA
–¡Salve!

BORRAS
–De todo corazón pido perdón á vuestras mercedes. ¿Cuál es el nombre de vuestra merced?

TELARAÑA
–Telaraña.

BORRAS
–Desearé que intimemos, señor Telaraña. Si me corto el dedo, me atreveré á utilizaros. –¿Vuestro nombre, Gentil hombre?

CHICHARILLO
–Chicharillo.

BORRAS
–Os ruego que me recordéis á la señora Haba, vuestra madre, y al señor Garbanzo, vuestro padre. Señor Chicharillo también deseo que tengamos mayor intimidad. –Señor, os rugo que me digáis vuestro nombre.

MOSTAZA
–Mostaza.

BORRAS
–Mi buen señor Mostaza. Me consta que sois paciente. Cobardes y gigantescas carnes asadas han devorado á muchos gentiles hombres de vuestra casa. Os aseguro que vuestros parientes me han hecho derramar lágrimas. Deseo mayor amistad con vos, mi buen señor Mostaza.

TITANIA
865
Llevadle á mi verjel. Servirle os mando.
Al llanto me parece
Que la faz de la Luna está dispuesta,
Y la más pobrecilla flor que crece
Llora también cuando la ve llorando.
870
Amarradme la lengua enamorada
Y en silencio llevadlo á la enramada.

ESCENA DOS

Otra parte del bosque.
Entra Oberón.

OBERÓN
¿Habráse ya Titania despertado?
Y ¿qué será lo que miró primero
Que idolatre su pecho enamorado?
875
Pero aquí viene ya mi mensajero.
Entra Puck.
Oye, travieso espíritu, ¿qué fiesta
Se celebra esta noche en la enramada?

PUCK
De un monstruo está la Reina enamorada.
Cerca de la floresta
880
Que le está consagrada,
Mientras que el dulce sueño la rendía,
Una tropa de toscos menestrales,
Que en Atenas el pan de cada día
Gana con espectáculos teatrales,
885
La comedia ensayaba
Que á la próxima boda
Del insigne Teseo dedicaba.
El más zopenco de la turba toda,
A quien hacer de Píramo compete.
890
Deja un rato la fiesta
Y en un cercano matorral se mete.
Yo me aprovecho entonces, y discurro
Poner sobre su testa
La cabeza de un burro.
895
Á Tisbe responder debe en seguida,
Y mi cómico sale del retiro;
Pero llega, y, cual ánades mirando
Del cazador la forma conocida,
O cual bando de cuervos cuando un tiro
900
Les hace alzar el vuelo crascitando
Y recorrer los aires locamente
Dividiéndose el bando,
Asó voló cuando lo vió la gente.
Doy luego una patada,
905
Y huyen más, y atropéllanse sin tino:
Parte “¡Atenas favor!” grita azorada,
Y otra parte, al huir, grita “¡asesino!”
Acaba su pavura desmedida
Con su criterio escaso,
910
Cuando enemigos ven á cada paso
Aun en las cosas que ni tienen vida.
Un zarzal ó un espino
Los suele detener; y prisioneros
Dejaron, cuando tal les sobrevino,
915
Unos las mangas y otros los sombreros.
Así los hice huir, llenos de espanto,
Quedando el lindo Píramo entretanto
En el sitio en que estaba, cuando acierta
A mirarlo Titania, ya despierta;
920
Y en el mismo momento
Quedóse enamorada del jumento.

OBERÓN
Nadie lo hace mejor aunque lo piense.
Mas di, ¿también el jugo has estregado
En los ojos del joven ateniense?

PUCK
925
Todo está terminado:
Sus ojos estregué mientras dormía
Con la dama de Atenas a su lado,
Y al despertar por fuerza la vería.

Entran Hermia y Demetrio.

OBERÓN
Detente aquí, que el ateniense llega.

PUCK
930
Es sin duda la dama,
Pero el galán no es éste.

DEMETRIO
¿Por qué rechazas ciega
De mi cariño la ardorosa llama?
Regaña con aquel que te deteste,
935
Mas no con quien te ama.

HERMIA
Aun más que regañarte debería,
Porque me temo que debiera odiarte.
Si tú, mientras dormía,
A Lisandro has matado,
940
Si con sangre tu pié ya está manchado,
Más en sangre engolfarte
Puedes ahora con la muerte mía.
Tan leal como el Sol es á la Aurora
Era leal conmigo. No es posible
945
Que a su dormida Hermia, á quien adora,
Abandonase. Es cosa más factible
Que el globo terrenal se perforara,
Y por ese agujero
El disco de la Luna se asomara,
950
Y en pleno mediodía
Al Sol en los antípodas, su fiero
Hermano perturbara en su alegría.
Sin duda conseguiste,
Feroz, asesinarlo; lo adivino
955
Por tu semblante sepulcral y triste:
Semblante de asesino.

DEMETRIO
Mi aspecto debe ser de asesinado,
Que tu crueldad punzante
Me tiene el corazón atravesado.
960
La homicida, no obstante,
Aparece diáfana y radiante
Como allí reverbera
La hermosa Venus en su ardiente esfera.

HERMIA
¿Qué tiene eso que ver con lo que digo?
965
Dame á Lisandro, si de mí te dueles;
Entregámelo ya, Demetrio amigo.

DEMETRIO
Sus restos entregara á mis lebreles.

HERMIA
Perro cruel, mi femenil paciencia
Ya se agotó. Sin duda lo mataste.
970
Que sea tu sentencia
Ser excluído de la raza humana.
Habla, habla, si alguna vez me amaste.
Despierto, ni á mirarlo en faz osaste,
Y lo heriste al dormir. Acción villana.
975
¿Eso hacer un gusano no pudiera,
O un áspid? ¡Que eso ha sido es evidente!
¡Un áspid con su lengua dividida!
Aunque tu lengua doble y embustera
Puede, feroz serpiente,
980
Causar más honda herida.

DEMETRIO
Tu furor se desata sin motivo.
Estoy de culpa ajeno:
Ni sé si está Lisandro muerto o vivo.

HERMIA
Entonces, por favor, di que está bueno.

DEMETRIO
985
Y si pudiera, dime, ¿qué ganara?

HERMIA
No volverme jamás á ver la cara.
Pero que viva ó muera, presurosa
Me aparto ya de tu presencia odiosa.

(Vase.)

DEMETRIO
Seguirla en ese estado
990
Es inútil empeño,
Y breve rato descansar me place.
El peso del dolor es más pesado
Si, en bancarrota el sueño,
Sus deudas al dolor no satisface.
995
Mas pues quiere pagar, según parece,
Aquí recibiré lo que me ofrece.

(Se acuesta y se duerme.)

OBERÓN
¿Qué hiciste? La has errado.
El licor en los párpados constantes
De algún amor feliz has estregado,
1000
Y unir á dos amantes no has logrado:
Sí sólo desunir á dos amantes.

PUCK
Me impuso el hado, entonces, la obediencia.
Por un hombre leal, viven millones
Que juran y perjuran sin conciencia.

OBERÓN
1005
Vé, sin más dilaciones;
Busca á Elena en el bosque de seguida:
De amor enferma está, descolorida
Por la pasión que su frescura mata.
Por el medio mejor que te parezca,
1010
A este lugar de conducirla trata.
Y de él la vista cuando aquí aparezca
Haré que á mis encantos obedezca.

PUCK
Me voy, me voy. Contempla cuál me voy
De un arco tartarí la flecha soy.

(Vase.)

OBERÓN
1015
Flor de púrpura teñida
Que por Cupido fué herida,
(Estrega la flor sobre los párpados de Demetrio.)
En los ojos escondida
De este joven quedarás.
Cuando llegare el instante
1020
De contemplar á tu amante,
Como la Venus brillante
Del cielo la encontrarás.
Si despiertas, y está aquí,
Curará tu frenesí.

Vuelve á entrar Puck.

PUCK
1025
Capitán de nuestro bando,
A Elena precedo yo
Y al joven que me engañó
Gajes de amor reclamando.
¿Sus desahogos teatrales
1030
Presenciar no convendría?
¡Qué necios, por vida mía,
Son todos estos mortales!

OBERÓN
Queda aquí. Despertará
Demetrio sin duda alguna.

PUCK
1035
¿Conque dos querrán á una?
Gran contento me dará.
Pues no hay nada que me guste
Como un gran desbarajuste.

Entren Elena y Lisandro.

LISANDRO
¿Por qué piensas que en burlas te enamoro?
1040
A las burlas el llanto no se hace,
Y al iniciarte mi cariño lloro,
Y la verdad se ostenta cuando nace.
Mi amor de escarnio tachas sin motivo
Cuando lleva de amor el distintivo.

ELENA
1045
Apuras el ingenio, y con verdades,
Guerra santa infernal, verdades matas.
De Hermia tus votos son. ¿Dejarla quieres?
Pero ninguno añades
Si de pesar un juramento tratas
1050
Con otro juramento,
Y si en las dos balanzas hoy pusieres
Aquellos votos y estas falsedades,
Contemplaras el fiel sin movimiento
Y pesarían lo que pesa un cuento.

LISANDRO
1055
Al jurarle mi amor, estaba loco.

ELENA
Pues al dejarla ahora,
No juzgo estés en tu razón tampoco.

LISANDRO
Por ella y no por ti Demetrio llora.

(Despertando.)

DEMETRIO
Elena, Diosa, perfección divina,
1060
¿Quién, dulce amor, atina
A encarecer el brillo de tus ojos?
Opaco es el cristal. Y me embelesan
Esos tus tentadores labios rojos
Que parecen dos guindas que se besan.
1065
Esa hermosa blancura congelada,
Esa nueve que el alto Tauro luce
Del Euro acariciada,
Del cuervo á la negrura se reduce
Si esa tu mano levantar te agrada.
1070
¡Oh! déjame besar tanta blancura,
Y el sello estampe aquí de mi ventura.

ELENA
¡Qué oprobio! ¿Cada cual ¡por vida mía!
El blanco hacerme de sus burlas piensa?
Si tuvierais al menos cortesía,
1075
No me hicierais jamás tamaña ofensa.
¿No os basta odiarme, sin que el vil proyecto
Forméis de herirme y amenguar mi fama?
Si fuerais hombres, cual lo sois de aspecto,
No os portarais así con una dama.
1080
¿A qué tales encomios, votos tales,
Si de odio tenéis el alma llena
Y sé que amando á Hermia sois rivales,
Cual sois rivales ofendiendo á Elena?
¡Gentil conducta! ¡Varonil hazaña!
1085
¡Con vuestra mofa provocar el llanto
Que el rostro de esta triste joven baña!
Nadie que fuera noble tal quebranto
Causara á una mujer, ni su paciencia
Apurara por mera impertinencia.

LISANDRO
1090
Obras, Demetrio, con crueldad. Detente.
Que amas á Hermia asegurar yo puedo;
Pues el amor de Hermia, indiferente,
Aquí de todo corazón te cedo.
Concédeme el de Elena en este instante,
1095
A quien hoy amo y amaré constante.

ELENA
Nunca dos burladores
Un tiempo más inútil han perdido.

DEMETRIO
Puedes guardar, Lisandro, tus amores,
Pues si la amé una vez, mi amor es ido.
1100
Como huésped mi amor allí vivía,
Pero á su hogar se vuelve con Elena.

LISANDRO
Eso, Elena, no es cierto.

DEMETRIO
La fe mía
No conoces: no admito tu condena,
Y tiembla ya si mi furor acrece.
1105
Mas contempla á tu amor que allí aparece.

Vuelve á entrar Hermia.

HERMIA
Tú que amenguas la vista, noche oscura,
Poder mayor concedes al oído.
Cuanto pierde un sentido, con usura
Adquiere otro sentido.
1110
Lisandro, con los ojos no te he hallado,
Mas de tu voz atrájome el sonido.
¿Por qué, di, tan cruelmente me has dejado?

LISANDRO
¿Por qué quedarme allí si me impelía
El amor á otro sitio?

HERMIA
¿De mi lado
1115
Á Lisandro qué amor llamar podía?

LISANDRO
Del amor que trastorna
Hoy á Lisandro, Elena es la causante;
Elena que la bella noche adorna,
Aun más que tanto globo rutilante.
1120
¿Por qué me buscas, di? ¿No ves bien claro
Que de tí por odiarte me separo?

HERMIA
No dices lo que piensas. No te creo.

ELENA
¡Y ella también ser parte en esta intriga!
Que ansiáis reir á mis exoensas veo,
1125
Y entráis los tres para lograrlo en liga.
¡Hermia cruel! ¿Doncella aun más que ingrata!
¿Te conciertas con ellos, y con ellos
Con tan inicuas burlas me escarneces?
¿Están ya nuestra mutua confianza,
1130
La promesa hermanal, las dulces horas
Pasadas juntas –cuando al raudo tiempo
Solíamos culpar por separarnos–
Olvidadas del todo? ¿De la escuela
La amistas? ¿La inocencia de la infancia?
1135
Hermia, nosotras cual activos genios
La misma flor tejimos con la aguja
En el mismo dechado, y en el mismo
Cojín nos asentábamos, la misma
Canción cantando y en el mismo tono,
1140
Como si nuestras manos, nuestros cuerpos.
Voces y almas existieran juntas.
Así crecimos, como dos cerezas
Que, unidas, separadas aparecen.
Dos simpáticas frutas moldeadas
1145
Sobre un tallo no más, que con dos cuerpos,
Al parecer un corazón tenían.
Eramos dos escudos suspendidos
En un trofeo sólo, dedicado
A un ser no más, y con igual cimera.
1150
¿Y esta antigua amistas rompes ahora
Para unirte á dos hombres que escarnecen
A tu infeliz amiga? Tu conducta
Ni noble es, ni femenil siquiera.
Y nuestro sexo todo te inculpara
1155
Al par que yo te inculpo, soportando
Cual yo soporto semejante ofensa.

HERMIA
Me asombra tu palabra apasionada.
No me burlo de tí, de mí te burlas.

ELENA
¿No incitas á Lisandro á que me siga
1160
Y mis ojos y faz por mofa alabe?
Y á tu otro amor, Demetrio, que hace poco
De sí violentamente me apartaba,
¿No le haces, di, llamarme Diosa y ninfa
Sin par, preciosa, celestial criatura?
1165
¿A qué hablar de ese modo á quien detesta?
¿El tesoro de amor que te consagra
Por qué niega Lisandro y ¡vaya un lance!
Su amor á mí me brinda, si no fuese
Porque tú lo permites y lo incitas?
1170
Pues bien. ¿Y qué, si á tu beldad no llego,
Si tu amoroso séquito me falta,
Si no soy tan dichosa y, al contrario,
Amo, infeliz, sin ser correspondida?
Compasión esto infunde y no desprecio.

HERMIA
1175
No alcanzo á comprender lo que me dices.

ELENA
Sigue, sí, sigue. Gravedad afecta.
Hacedme gestos al volver mi espalda;
Guiñad el ojo y mantened la broma.
Es burla que quizá pueda escribirse.
1180
No así me escarneciera quien tuviese
Bondad ó compasión ó cortesía.
Pasadlo bien. Será quizá mi culpa.
Y ausente ó muerta buscaré remedio.

LISANDRO
Tente, Elena gentil, para escucharme;
1185
Mi amor, mi vida, mi alma, bella Elena.

ELENA
Perfectamente.

HERMIA
Déjala, bien mío.

DEMETRIO
A la fuerza lo harás, si no de grado.

LISANDRO
Tu fuerza es tan inútil cual su ruego,
Que igual poder tus amenazas tienen
1190
Que el poder de sus débiles plegarias.
Elena, yo te amo, te lo juro
Por esta vida que por tí deseo
Sacrificar, para probar que miente
El que osare decir que no te amo.

DEMETRIO
1195
Te digo que mi amor es más que el suyo.

LISANDRO
Pues á probar al punto lo que afirmas.

DEMETRIO
Ven, pues.

HERMIA
Lisandro, ¿qué entremés es este?

LISANDRO
Etiope, aparta.

DEMETRIO
Vamos, aparentas
Zafarte simulando que me sigues,
1200
Y, no obstante, no vienes. Eres dócil.

LISANDRO
Suéltame, gato, lapa, vil engendro,
O de mí como á víbora te aparto.

HERMIA
¿Por qué tanta rudeza? ¡Tal mudanza,
Amor mío!

LISANDRO
¡Tu amor! Tártara, negra,
1205
Huye, tú, medicina, vil brebaje.

HERMIA
¿Techanceas?

ELENA
Sí tal. Y tú lo propio.

LISANDRO
Te cumpliré, Demetrio, mi palabra.

DEMETRIO
Ligarte á ella quisiera, porque veo
Que pobres ligaduras te sujetan,
1210
Y yo de tu palabra no me fío.

LISANDRO
¡Qué! ¿la he de maltratar? ¿He de matarla?
No la quiero ofender aunque la odie.

HERMIA
¿Qué ofensa me has de hacer mayor que odiarme?
¿Odiarme? ¿Por qué causa? Prenda mía,
1215
¿Qué dices? ¿No soy Hermia y tú Lisandro?
Tan hermosa ahora soy cual antes era.
Me amaste anoche, y sin embardo, anoche
Me dejaste. ¿Será ¡Dioses potentes!
Que de tu propia voluntad te fuiste?

LISANDRO
1220
Sí tal, y no volverte á ver quería.
Pierde toda esperanza. No lo dudes:
Sabe que es realidad; que no son burlas;
Que á tí te odio y que idolatro á Elena.

HERMIA
¡Ay de mí! –Vil juglar, roedor gusano,
1225
Ladrona de mi amor, ¿conque á deshora
Tú de su corazón mi amor robaste?

ELENA
A fe mía, muy bien. Díme, ¿no tienes
Ni pudor, ni vergüenza, ni modestia,
Y de mi dulce lengua te propones
1230
Arrebatar respuestas impacientes?
¡Apártate de mí! ¡Falsa, muñeca!

HERMIA
¡Muñeca! Está muy bien. Comprendo el juego.
Comparó nuestros cuerpos respectivos,
Y su talla alegó. Con su estatura,
1235
Con su excelsa estatura, con su talla,
Ha logrado sin duda seducirlo.
¿Y tan alta te encuentras en su estima
Porque yo soy tan baja y diminuta?
¿Y hasta qué punto, palo de cucaña?
1240
¿Hasta qué punto, di? ¿Tan baja acaso
Que no alcancen mis uñas á tus ojos?

ELENA
Aunque os estéis de mí burlando, os ruego
Que no me dañe. Nunca fui valiente,
Ni tengo el don de contender siquiera.
1245
Soy mujer por mi inmensa cobardía.
Que no me pegue. ¿Pensaréis acaso
Que porque ella es más baja que yo, puedo
Defenderme quizás?

HERMIA
¡Otra! ¡más baja!

ELENA
Hermia mia, conmigo no te ofendas.
1250
Hermia, siempre te quise. Tus secretos
Siempre he guardado; nunca te he ofendido.
Verdad que, de Demetrio enamorada,
Le referí lo de tu fuga al bosque,
Y él te siguió. Tras él seguí yo ciega,
1255
Pero de aquí me echó, con amenaza
De pegarme, insultarme y aun matarme.
Y ahora, si me dejáis con mi locura,
Me volveré tranquilamente á Atenas
Y más no os seguiré. Dejad que parta.
1260
Ya veis si soy yo necia y si soy dócil.

HERMIA
Pues véte ya. ¿Quién es quien te lo impide?

ELENA
Mi necio corazón, que aquí se queda.

HERMIA
¿Qué dices? ¿Con Lisandro?

ELENA
Con Demetrio.

LISANDRO
Elena, cuidaré que no te dañe.

DEMETRIO
1265
De ningún modo, aunque su parte tomes.

ELENA
Tiene astucia y es mala si se enoja:
Era al ir á la escuela una garduña,
Y aunque es chica de cuerpo, es una fiera.

HERMIA
¡Chica otra vez! ¡Y siempre chica y baja!
1270
¿Y vais á permitir que así me insulte?
Dejádmela.

LISANDRO
Sepárate, enanilla.
Sér formado de grama restringente,
Bellota, cuenta de rosario.

DEMETRIO
Sobra
De asiduidad ostentas defendiendo
1275
A quien desprecia tus afanes todos.
Déjala en paz, y no hables más de Elena;
Cese tu protección, porque si haces
De amor por ella el ademán más leve,
Caro te costará.

LISANDRO
No me sujeta
1280
Ahora. Sígueme, pues, si tienes brío,
Y veremos quién tiene más derecho
Al cariño de Elena.

DEMETRIO
¿Yo seguirte?
No tal. Irá contra tu faz mi rostro.

Vase Lisandro y Demetrio.

HERMIA
Eres tú la culpable de este enredo.
1285
No te vayas.

ELENA
De ti yo no me fío,
Ni sola acompañándote me quedo;
Mejor tus manos mostrarán su brío
Que mis manos en una acometida,
Mas mis piernas te ganan en la huída.

(Vase.)

HERMIA
1290
Nada entender de lo que ocurre puedo.

(Vase.)

OBERÓN
Culpo tu negligencia.
Lo que ordeno equivocas de seguro,
O por malevolencia
En un enredo acaba.

PUCK
1295
Rey de las sombras, fué un error, lo juro.
¿No dijiste que en él me fijaría
Porque vestido de ateniense estaba?
Pues eso debe ser la excusa mía:
De un ateniense restregué los ojos.
1300
Pero en parte me alegro del suceso,
Porque me refocila, lo confieso,
Oirlos desbarrar en sus tramojos.

OBERÓN
Ya ves, buscan lugar para batirse.
En acecho Robín, por tanto, ponte.
1305
Haz que llegue la noche á revestirse
De neblina más negra que Aqueronte,
Y á los fieros rivales de ese modo
Podrás extraviar á tu acomodo.
De Lisandro la voz imita á veces;
1310
Otras, como Demetrio, bromeando
A Lisandro enfureces,
Y así distintos rumbos les señalas,
Y no se encontrarán aunque se ultrajen.
Hasta que el sueño, de la muerte imagen,
1315
Con pies de plomo y ponderosas alas
Sus sienes á invadir más tarde acierte.
De Lisandro en los ojos
El jugo de esta yerba entonces vierte.
Su virtud destruirá de estos antojos
1320
La fuerza malhadada.
Y verá con su vista acostumbrada.
Al despertar, apenas
Recordarán el chasco, que es probable
Consideren que fué visión ó sueño,
1325
Y los amantes volverán á Atenas
Para unirse con lazo perdurable:
En hacer cuanto digo pon empeño.
Que el indiano rapaz á mí me entregue
Mi Reina, yo procuraré entre tanto.
1330
Y libre ya del monstruoso encanto,
Cuando en sus ojos el licor estregue,
Lograremos que todo se sosiegue.

PUCK
Trabajar es forzoso sin demora,
Que aprisa de la noche los dragones
1335
Las nabes van cortando.
Allí aparece el nuncio de la aurora,
Y en cuanto empieza á derramar sus dones,
Los fantasmas aquí y allí vagando
Se van al campo santo aproximando.
1340
Las almas maldecidas,
Las que en encrucijada ó en torrente
Hallaron sepultura, á sus guaridas
Ha tiempo retiráronse, pues huyen
De que su oprobio con el sol se ostente,
1345
Y por su gusto de la luz se excluyen:
Que la noche con negra frente austera
Tiene que ser su eterna compañera.

OBERÓN
Espíritus de alcurnia diferente
Tú y yo debemos ser. Frecuentemente
1350
En presencia de aurora he retozado;
Y como guardabosque, la espesura
Recorro sin cuidado
Hasta hallarse de par en par abiertas
Del Oriente las puertas,
1355
Cuando la roja luz que allí fulgura
A Neptuno acaricia con sus bellos
Bendecidos destellos,
Transformando en cambiantes de áurea gualda
La salobre verdura de su falda.
1360
Mas prontitud no obstante. Todavía
Se puede antes hace que nazca el día.

PUCK
Por valle y collado. Por valle y collado.
Llevarlos prometo por valle y collado.
Asombro en el campo y asombro en poblado.
1365
Condúcelos, duende, por valle y collado.

Vuelve é entrar Lisandro.

LISANDRO
¿En dónde estás, Demetrio? ¿Dónde, digo?

PUCK
Aquí. La espada saca ya, villano.

LISANDRO
En el instante mismo soy contigo.

PUCK
Pues á terreno sígueme más llano.

(Vase Lisandro siguiendo la voz de Puck.)
Vuelve á entrar Demetrio.

DEMETRIO
1370
Habla, Lisandro, ya. Cobarde, ¿y huyes?
¿Y ocultas entre matas tu cabeza?

PUCK
¿Con las estrellas, vil cobarde, arguyes,
Y á las plantas describes tu fiereza
Y no me buscas? Ven, mozo insolente,
1375
Que con un palo espero tus demandas:
Hierro no necesito.

DEMETRIO
¿Por ahí andas?

PUCK
Sigue, que este lugar no es conveniente.

(Vanse.)
Vuelve á entrar Lisandro.

LISANDRO
Me precede y me dice que lo siga,
Y al llegar, se ha marchado.
1380
De más ligeros pies está dotado
Que yo, pues á correr veloz me obliga,
Y encontrarlo no puedo.
En senda oscura y escabrosa he dado.
A mi cansancio cedo.
1385
Ven, claro sol, y si tu luz me alcanza,
Luego en Demetrio tomaré venganza.

(Se acuesta y duerme.)
Vuelven á entrar Pick y Demetrio.

PUCK
¡Hola, hola! Cobarde, ¿no me buscas?

DEMETRIO
Espera si te atreves. Cosa es clara:
Huyes, mudas de sitio, así me ofuscas
1390
Para eludir que te halle cara á cara.
¿En dónde, dime, estás?

PUCK
Aquí me tienes.

DEMETRIO
Ya veo que te burlas. Si de día
Mi rostro á ver te avienes,
Caro te ha de costar por vida mia.
1395
Ahora puedes marcharte.
Me encuentro tan cansado,
Que aquí me tiendo sobre el suelo helado;
Pero ya iré mañana á visitarte.

(Se acuesta y duerme.)
Vuelve á entrar Elena.

ELENA
¡Oh triste noche! ¡Oh noche de agonía!
1400
Cesen tus horas ya. ¿Cuándo apareces,
Orto consolador? ¡Ay! con el día
A Atenas vuelva, y deje á tanto ingrato
A quien molesta la compaña mía.
¡Oh sueño, que cerrar logras á veces
1405
Los ojos del dolor, por breve rato
Líbrame de mi propia compañía!

(Duerme.)

PUCK
¡Solo tres! Que venga el resto;
Dos parejas, cuatro son...
Viene allí con triste gesto...
1410
Es Cupido gran bribón
Que á las pobres damas presto
Deshereda de razón.

Vuelve á entrar Hermia.

HERMIA
Nunca me ví tan triste y tan cansada;
Cubierta de rocío
1415
Y con ásperas zarzas lastimada,
Ni me puedo tener, ni anda podría:
Mis pies no cumplen el mandato mío,
Y aquí descanso hasta que nazca el día.
Si pretenden un duelo,
1420
A Lisandro amparar te pido, ¡oh cielo!

(Se acuesta y duerme.)

PUCK
Mientras que en tus ojos
Vierto este licor,
Duerme sin enojos
(Estrega la yerba sobre los párpados de Lisandro.)
Sobre el suelo, gentil amador.
1425
Cuando tu sueño
Debieres volver,
Con amante empeño
Seguirás á tu dama de ayer.
Y despierto has de ver
1430
Que se cumple el refrán que aconseja
Que con su pareja
Esté cada oveja.
Curro debe casarse con Curra,
Y nada irá mal:
1435
El vecino recoja su burra,
Y obtendremos ventura cabal.

(Vase.)

ACTO CUARTO

ESCENA PRIMERA

El bosque. –Lisandro, Demetrio, Elena y Hermia dormidos.
Entran Titania y Borras. Chicharillo, Telaraña, Polilla, Mostaza y otros Trasgos. Oberón siguiéndolos sin ser visto.

TITANIA
Ven conmigo, y reposa
Sobre esta multitud de florecilla,
Y halagaré tus plácidas mejillas;
1440
Y de tu frente límpida y lustrosa
Ornará las guedejas
Con aromadas flores,
Besando tus espléndidas orejas,
Amor de mis amores.

BORRAS
–¿Dónde está Chicharillo?

CHICHARILLO
–Aquí.

BORRAS
–Ráscame la cabeza, Chicharillo. ¿Dónde está monsieur Telaraña?

TELARAÑA
–Aquí.

BORRAS
–Monsieur Telaraña. Buen monsieur. Empuña las armas, y mátame esa abeja de nalgas rojas que posa sobre ese cardo, y, mi buen monsieur, tráeme su saco de miel. No te apresures por demás en la tarea, monsieur; y, buen monsieur, cuida de que el saco no reviente. No me gustaría verte anegado con el contenido de un saco de miel, signore. ¿Dónde está monsieur Mostaza?

MOSTAZA
–Aquí.

BORRAS
–Dame la mano, monsieur Mostaza. Por favor, déjate de ceremonias, buen monsieur.

MOSTAZA
–¿Qué quieres de mí?

BORRAS
–Buen monsieur, nada; sólo que ayudes al caballero Chicharillo á rascar. Tengo que habérmelas con el barbero, porque paréceme que tengo maravillosa cantidad de pelo en la cara, y soy burro tan delicado, que si un pelo solo me hace cosquillas, me he de rascar.

TITANIA
–¿Oir música tal vez querrás, bien mío?

BORRAS
–Tengo bastante buen oído para la música. Vengan cencerros y zambombas.

(Música tosca.)

TITANIA
–Mi dulce bien, di, ¿qué alimento quieres?

BORRAS
–Francamente, un pienso. Me comería excelente avena seca. Paréceme que deseo vivamente un haz de heno, de rico heno. Nada iguala al delicioso heno.

TITANIA
1445
Un duende mío puede del repuesto
De la ardilla traerte nueces frescas.

BORRAS
–Preferiría un puñado ó dos de habas secas. Pero te suplico que no permitas que tu gente me perturbe. Se apodera de mí grande indisposición para el sueño.

TITANIA
Duerme mientras mis brazos te circundan.
Idos, duendes; por todas parte idos.
(Vanse los duendes.)
Así al escaramujo blandamente
1450
Entrelaza la dulce madreselva.
Y así la yedra femenil del olmo
Por las ásperas ramas se ensortija.
¡Cuánto te quiero! ¡Te idolatro ciega!

(Duermen.)
Entra Puck.
(Adelantándose.)

OBERÓN
Bien vengas, buen Robín. ¡Mira qué cuadro!
1455
De su locura á condolerme empiezo.
Ahora al verla á la entrada de la selva
Buscándole regalos á ese imbécil,
Incrépala y reñimos, pues había
Esas peludas sienes coronado
1460
De fresquísimas flores olorosas.
Y el natural rocío, que otras veces
En aquellos capullos parecía
Dilatándose perlas orientales,
Ahora en sus lindos cálices posaba
1465
Cual lágrimas, su oprobio lamentando.
Burléme á mi placer, mientras humilde
Mi perdón con dulzura reclamaba.
Pedíle entonces el rapaz cautivo,
Y me le dió, mandando que sus duendes
1470
Lo lleven á mi reino hechiceresco.
Ya en mi poder el niño, de la vista
De Titania anular quiero el encanto.
Y tú, buen Puck, del rústico ateniense
El cráneo quitarás que le prestaste;
1475
Y, ya despiertos todos, que retornen
A Atenas juntos, recordando acaso
Las raras aventuras de esta noche
Como caprichos de pesado sueño.
Yo en ese mismo instante
1480
Es fuerza que á la Reina desencante
Cual antes fuiste has de ser;
(Estregando sus ojos con una flor.)
Cual antes viste has de ver;
Que de Dïana la flor
Sobre la flor del amor
1485
Tiene bendito poder.
Despierta ya, Titania idolatrada.

TITANIA
¡Ay qué visiones, Oberón querido!
¡Estar creí de un burro enamorada!

OBERÓN
Mira á tu amor.

TITANIA
Mas ¿cómo ha sucedido?
1490
Ahora su rostro contemplar detesto.

OBERÓN
Un rato de silencio nos conviene.
La cabeza, Robín, quítale presto;
Y haz, Titania, que suene
La música á tu cargo,
1495
Que influyendo eficaz en los sentidos
De estos cinco dormidos,
Prolongue su letargo.

TITANIA
Música, pues, tañed que el sueño encante.

PUCK
Tu imbécil cara mire cual solía
1500
Lo que tenga delante.

OBERÓN
Música pues. –Tus manos, reina mía.
(Música suave.)
El suelo donde están estos dormidos
Danza alegre alboroce;
Y mañana nosotros, ya avenidos,
1505
Gallardamente cuando den las doce
Bailaremos en casa de Teseo,
Bendiciendp á sus deudos y allegados;
Y allí las dos parejas que aquí veo,
Serán también felices desposados.

PUCK
1510
Oye, Rey de trasgos, trina
Ya la alondra matutina.

OBERÓN
Reina mía, silenciosos
Tras la sombra y presurosos,
Es preciso caminar.
1515
Pero al globo, por fortuna,
Más aprisa que la luna
Conseguimos circundar.

TITANIA
Pues volemos, dueño mío;
Y en la atmósfera confío
1520
Que me digas cómo fué
Que entre breñas y zarzales
En compaña de mortales
Despertando me encontré.

(Vanse.)
(Suenan cuernos de caza.)
Entran Teseo, Hipólita, Egeo y acompañamiento.

TESEO
Que uno vaya á buscar al guardabosque.
1525
Ya cumplir no nos falta rito alguno;
Y pues que toda la mañana es nuestra,
Mi bien, oirás á mis sabuesos.
Soltadlos en el valle de Occidente.
Id pronto, pues. Buscad al guardabosque.
(Vase uno.)
1530
Reina hermosa, subamos á la cumbre,
Y el concierto confuso escucharemos
De sus ladridos con el eco en lucha.

HIPÓLITA
El jabalí con Hércules y Cadmo
En un bosque de Creta he perseguido
1535
Con sabuesos de Esparta. Nunca oyera
Tan animado hipar. La selva toda,
Las nubes y los ríos y hasta el suelo
En un solo latir se confundían.
Nunca escuché tan musical discordia;
1540
Nunca jamás tan armoniosos truenos.

TESEO
Son mis sabuesos de espartana raza,
De anchas quijadas, de color castaño;
Las orejas que adornan sus cabezas
Barriendo van el matinal rocío;
1545
Patizambos, cual toros de Tesalia
De gran papada, lentos cuando acosan,
Pero acordes latiendo, cual si fueran
Suavísimas campanas musicales.
Jamás fué contestado ó provocado
1550
Por cuerno alguno aullido más sonoro,
Ni en Creta, ni en Esparta, ni en Tesalia.
Tú misma juzgarás al escucharlos.
Mas ¡calle! ¿quiénes son las ninfas éstas?

EGEO
Mi hija es ésta, señor. Lisandro es éste.
1555
¡Aquí Demetrio! ¡Elena aquí, la hija
Del anciano Nadar! Por qué motivo
Se encuentran aquí juntos no comprendo.

TESEO
Para cumplir de mayo con los ritos
Madrugaron sin duda; y enterados
1560
Del propósito nuestro, nos aguardan,
Deseando tomar parte en la fiesta.
Mas Egeo, responde: ¿no es el día
En que Hermia ha de decir qué es lo que escoge?

EGEO
Sí, señor.

TESEO
Ordenad que los despierten
1565
Los cazadores resonando el cuerno.
(Vase uno. –Cuernos y gritos dentro. Lisandro. Demetrio. Elena y Hermia se despiertan sobresaltados.)
¡Hola, amigos! el celo ya ha pasado,
Y tarde por demás es cuando empiezan
A aparear las aves de este bosque.

LISANDRO
Perdón, señor.

(Él y los demás se arrodillan ante Teseo.)

TESEO
Que os levantéis os ruego.
1570
Ya sé que sois rivales y enemigos.
¿Cuándo se vió en el mundo tal concordia,
Que el odio –de los celos apartado–
Duerme al lado del odio y nada teme?

LISANDRO
Asombrado, señor, medio dormido,
1575
Contesto que ni sé cómo aquí vine.
Mas pienso... La verdad decir siquiera.
Si tal... Recuerdo ahora que en compaña
De Hermia vine yo aquí, con el intento
De fugarnos de Atenas, de ese modo
1580
Eludiendo el peligro de sus leyes.

EGEO
Basta, basta, señor. Sabes bastante.
En él la ley reclamo que se cumpla.
Se pensaban fugar, de esa manera
De tí y de mí burlándose, Demetrio.
1585
A tí te privarían de tu esposa,
Y á mí de que pudiera la palabra
Cumplir que dí, de que tu esposa fuera.

DEMETRIO
Señor, Elena me contó su fuga
Y su intención de verse en este bosque;
1590
Furioso los seguí, la hermosa Elena
Siguiéndome también enamorada.
Pero, señor, por un poder secreto
Que desconozco yo, mi amor á Hermia,
Cual nieve derretido, juzgo ahora
1595
Como recuerdo de infantil juguete,
Que una vez mis sentidos absorbía.
Toda mi fe, la esencia de mi alma,
El objeto y encanto de mis ojos,
Elena es hoy, señor. Yo la quería
1600
Antes de ver á Hermia. Fué alimento
Que al enfermar miré con repugnancia;
Mas hoy que la salud he recobrado,
Mi paladar cual antes saborea,
Y la amo y la apetezco y la deseo,
1605
Y constancia eternal aquí le juro.

TESEO
Nobles amantes, os unió el destino.
Después continuaréis la historia vuestra.
Contrariaré tu voluntad, Egeo;
Que con nosotros en el templo unidos
1610
Estos amantes quedarán más tarde.
Y pues va la mañana ya menguando,
Convendrá suspender la cacería.
¡A Atenas, pues! Tres damas, tres galanes;
Hemos de celebrar fiestas solemnes.
1615
Ven, Hipólita amada.

(Vanse Teseo, Hipólita, Egeo y acompañamiento.)

DEMETRIO
Tan nimio y tan confuso se presenta
Lo que pasa á mi vista, cual distantes
Montañas confundidas con las nubes.

HERMIA
Dijera que mis ojos conturbados
1620
Las cosas dobles ven.

ELENA
¿Pero estáis seguros
De que estamos despiertos? Me parece
Que dormimos aún y que soñamos.
¿No es verdad que ahora el Duque aquí se hallaba
Y ordenó le siguiéramos?

HERMIA
Es cierto.
1625
También mi padre.

ELENA
E Hipólita.

LISANDRO
Y nos dijo
Que al templo le siguiéramos.

DEMETRIO
Entonces
Despiertos nos hallamos. A seguirle
Y á narrar nuestros sueños entre tanto.

(Vanse)

BORRAS
(Despertándose) Cuando llegue mi vez, llámame, y responderé. Mi apunte es “Hermosísimo Píramo.” ¡Eh! ¡Hola! ¡Pedro Menbrillo; Flauta, el remienda-fuelles; Hocico, el calderero; Hambrón. ¡Por vida mía! Se han ido y me dejaron durmiendo. Rara visión he tenido. He tenido un sueño que no alcanza el ingenio humano á expresar qué sueño fué. Jumento es quien trate de explicar este sueño. Creía que era y creí que tenía... pero necio á nativitate fuera si tratase de decir lo que yo creía que tenía. No hay ojos que hayan oído, ni oídos que hayan visto, ni manos que hayan gustado, ni lengua que haya concebido, ni alma que haya relatado lo que era mi sueño. Haré que Pedro Membrillo escriba una balada sobre este sueño. Se llamará el Sueño de Borras, porque no tiene borras, y la cantaré al finalizar la comedia que vamos á representar ante el Duque; y, para que tenga más gracia, la cantare después de mi muerte.

(Vase.)

ESCENA II

Atenas. –Habitación en casa de Membrillo.
Entran Membrillo, Flauta, Hocico y Hambrón.

MEMBRILLO
–¿Habéis mandado á preguntar á casa de Borras? ¿Ha vuelto ya á su casa?

HAMBRÓN
–Nadie da razón. Sin duda han cargado con él.

FLAUTA
–Si no vuelve, fracasa la comedia. No se podría representar, ¿No es cierto?

MEMBRILLO
–No será posible. No hay otro en Atenas sino él capaz de representar el papel de Píramo.

FLAUTA
–Es cierto. Sencillamente es el mejor ingenio de entre todos los menestrales de Atenas.

MEMBRILLO
–Verdad; y el mejor sujeto. No hay piragón para ensalzar su dulce voz.

FLAUTA
–Debes decir parangón. El piragón, ¡válgate Dios! es un insectillo.

Entra Ajustado.

AJUSTADO
–Señores, el Duque sale del templo, y se han casado además dos ó tres nobles caballeros y señoras. Si nuestra fiesta se hubiese ejecutado, nos hubiéramos hecho hombres todos nosotros.

FLAUTA
–¡Oh amable y valienteBorras! Así ha perdido un vitalicio de doce cuartos al día. Era imposible el que eludiera doce cuartos al día. Que me ahorquen si no le hubiera concedido el Duque doce cuartos al día por representar áPíramo. Lo hubiera merecido. Doce cuartos al día por hacer de Píramo, ó nada.

Entra Borras.

BORRAS
–¿Dónde están estos mozos? ¿Dónde están estos almas mías?

MEMBRILLO
–¡Borras! ¡Oh grandioso día! ¡Hora afortunada!

BORRAS
–Señores, tengo que hablar de maravillas. Pero no me preguntéis de cuáles, porque si os las dijera dejaría de ser ateniense. Todo os contaré exactamente como pasó.

MEMBRILLO
–Oigámoslo, amigo Borras.

BORRAS
–Ni una palabra diré. Lo único que os digo es que el Duque ha comido ya. Colocaos vuestros vestidos, buen bramante para las barbas, cintas nuevas para el calzado. Reunios luego en el palacio. Cada cual que repase su papel. Porque, en una palabra, nuestra comedia es la preferida. Sea como fuere, que Tisbe lleve ropa limpia. Y que no se corte las uñas el que represente al león, porque tienen que colgarle para que figuren las garras del león. Y, queridísimos cómicos, no comáis ni ajos ni cebollas, porque debemos exhalar suavísimo aliento, y no dudo que les oirá decir que es una dulcísima comedia. Ni una palabra más. Fuera. Idos. Fuera.

(Vanse.)

ACTO QUINTO

ESCENA PRIMERA

Atenas. Habitación en el palacio de Teseo.
Entran Teseo, Hipólita, Filostrato, señores y acompañamiento.

HIPÓLITA
Rara la historia es de estos amantes.

TESEO
1630
Mucho más rara es que verdadera.
No doy crédito á fábulas vetustas
Ni á estos cuentos de hadas. Los cerebros
De amantes y de locos arden siempre,
Y son sus fantasías tan creadoras,
1635
Que ven lo que no entiende el sano juicio.
Lunáticos, amantes y poetas,
De su imaginación tan sólo viven.
Unos más diablos ven de los que habitan
En los vastos infiernos: son los locos.
1640
Los amantes –no menos trastornados–
Ven la beldad de Elena en rostro egipcio.
En éxtasis los ojos del poeta
Del cielo hacia la tierra se dirigen,
Y de la tierra al cielo, y cual alcanza
1645
Dar la imaginación sér á lo ignoto,
La pluma del poeta le da forma,
A esa nada fantástica prestando
Localidad y nombre. Tan potente
Es la imaginación, que basta solo
1650
Gozo sentir, para que al punto pueda
Aparecer del gozo el emisario;
Y si de noche algún temor la asalta,
¡Cuán fácil juzga al matorral un oso!

HIPÓLITA
Mas esas aventuras que nos cuentan,
1655
Esa fácil mudanza de sus almas,
Indican algo más que vanos sueños
De la imaginación, y por lo tanto
Más consistencia tienen, por extrañas
Y admirables que sean.

TESEO
Los amantes
1660
Ya se acercan alegres y felices.
Entran Lisandro, Demetrio, Hermia y Elena.
El gozo y del amor la primavera
Los corazones vuestros acompañen,
Caros amigos.

LISANDRO
En mayor cuantía
Sigan tus regios pasos, mesa y lecho.

TESEO
1665
¿Qué mascarada ó danza se prepara
Para pasar el siglo de tres horas
Que media entre el cenar y el acostarse?
¿Dónde está quien dispone los festejos?
¿Qué espectáculos hay? ¿No habrá comedia
1670
Que de una hora aplaque las torturas?
Llamad á Filostrato.

FILOSTRATO
Aquí me tienes.

TESEO
¿Qué pasatiempos son los de esta noche?
¿Qué mascarada ó música tendremos?
Atenienses que nunca trabajaron
1675
Antes con el espíritu, y constriñen
Sus memorias indóciles ahora
Para hacer en tus nupcias tal comedia.

TESEO
La tenemos de oir.

FILOSTRATO
Nada de eso;
No es obra para tí, señor. La he visto,
1680
Y toda ella es nada. Pura nada;
A menos que sus pujos afectados
Y crueles esfuerzos de memoria
Que hagan para agradarte te diviertan.

TESEO
La comedia he de oir; no hay nada impropio
1685
Si la llaneza y la lealtad lo brindan.
Hazlos entrar, y os sentaréis, señoras.

(Vase Filostrato.)

HIPÓLITA
No gusto ver brumada la desgracia
Ni al celo sucumbir en sus tareas.

TESEO
Tal cosa no verás, amada mía.

HIPÓLITA
1690
Dice que nada entienden de estas cosas.

TESEO
Mayor será nuestra bondad al darles
Gracias por nada. Diversión hallemos
En bien interpretar lo que equivoquen.
Cuando el cuitado celo es impotente
1695
Para agradar, el recto juicio busca
La intención y no el mérito. –Volviendo
De mis campañas, eminentes sabios
Me han solido obsequiar con bienvenidas
Premeditadas; y los víá menudo,
1700
Temblorosos y pálidos, pararse
Antes de terminar una sentencia,
Su ágil palabra ahogándose en su miedo,
Y en fin, cortando el hilo á su discurso,
Enmudecer sin dar la bienvenida.
1705
Pues, dulce prenda, en su silencio mismo
La bienvenida supe hallar, leyendo
En su lealtad modesta y temerosa
Más que nunca expresó la lengua fácil
De la elocuencia audaz é impertinente.
1710
Y, por tanto, según lo que yo entiendo,
La ingenuidad sin lengua y el cariño
Mejor se entienden mientras menos hablan.

Vuelve é entrar Filostrato.

FILOSTRATO
El prólogo, señor, está dispuesto.

TESEO
Avísale que entre.

Clarines. Entre el PRÓLOGO.

PRÓLOGO
1715
Es con buena intención si os ofendemos.
Pues con buena intención aquí venimos.
Mostrar el arte escaso que tenemos
Es origen del fin que perseguimos.
Venimos llenos de temor á hablaros.
1720
Sin esperanza así de complaceros
Vamos á trabajar. Para agradaros
No venimos. Queriendo airado veros
Ahí los cómicos vienen, y en la escena
Dirán lo que decir la pieza ordena.

(Vase.)

TESEO
–Este no se para en puntos.

LISANDRO
–Cabalga sobre su prólogo como sobre potro indomado sin poderlo parar. Buena moral es, señor. No basta sólo hablar. Hay que hablar bien.

HIPÓLITA
–Hizo con el prólogo lo que un niño con una gaita. Saca sonidos, pero no música.

TESEO
Su discurso fué un cable enredado. Entero estaba, pero en completo desorden. ¿Quién sigue?

Entran el Prólogo con Píramo y Tisbe, Muro, Luz Lunar y el León como en una pantomima.

PRÓLOGO
1725
Si os asombra esta escena, que os asombre,
Señores, hasta ver obvia la trama.
Saber debéis que es Píramo este hombre,
Y a Tisbe ved en esta hermosa dama.
Este con mezcla y cal de Muro hace:
1730
Muro vil que de amantes fué barrera;
Y si hablar por sus grietas les complace,
No se debe extrañar. ¿Quién no lo hiciera?
El de can, el farol y el haz de espino
La luz Lunar precisamente imita,
1735
Que á su luz, ante el túmulo de Niño,
Se dieron esos dos amantes cita.
Este León es la alimaña fiera
De quien Tisbe con miedo ó con espanto
Huye, al ir á la cita la primera,
1740
En la huída cayéndosele el manto.
Lo mancha del león la roja boca;
Pero Píramo llega. ¡Bravo mozo!
Ve el manto de su Tisbe fiel, y loca
Su mano, al ver tan bárbaro destrozo.
1745
La espada empuña, la culpable espada.
Y su angustiado corazón lacera.
Sale Tisbe, que estaba retirada
Prestándole su sombra una morera,
Y le quita el puñal y allí perece.
1750
Amantes, Luz Lunar, León y Muro,
Ahora os van á decir lo que acontece
De un modo más extenso, de seguro.

Vanse el Prólogo, Píramo, Tisbe, León y Luz Lunar.

TESEO
–¿Si hablará el león?

DEMETRIO
–¿Por qué no, señor? ¿Por qué no ha de hacer un león lo que tantos asnos hacen?

MURO
Yo en el mismo entremés –me llamo Hocico–
Representar una muralla espero,
1755
E imaginad que tiene –os lo suplico–
La pared una grieta ó agujero.
Por allí Tisbe y Píramo sin tasa
Hablan á solas y su fe se empeñan
Esta cal y estas piedras y argamasa,
1760
Que muro soy distintamente enseñan.
El agujero es éste, y da á dos lados,
Y hablan por él los novios azorados.

TESEO
–¿Queréis que hablen mejor cal y crines?

DEMETRIO
–Señor, es la relación más graciosa que he oído en mi vida.

TESEO
–Píramo se acerca al muro. Silencio.

PÍRAMO
¡Oh noche horrible, oh noche, noche oscura!
¡Oh noche eterna cuando no es de día!
1765
¡Oh noche! –¡Oh desventura, oh desventura!
Temo que olvide su promesa Tisbe.
¡Oh Muro, tú que de su padre y mía
Tierra cortas, precioso y dulce Muro,
Por tus grietas permíteme que atisbe,
1770
Oh Muro, tú, precioso y dulce Muro!
(El Muro se levanta la mano y abre los dedos.)
Muro gracias. Que Jove te lo pague.
Mas ¡cómo! ¿Ver áTisbe no consigo?
Muro vil, pues en tí nada hay que halague,
Tus piedras engañosas yo maldigo.

TESEO
–Puesto que el muro está dotado de razón, quizá debiera maldecir á su vez.

PÍRAMO
–No señor, no tal. El “yo maldigo” es el apunte de Tisbe. Ahora debe entrar, y yo he de espiarla al través del muro. Todo saldrá á pedir de boca como he dicho. Ahí viene.

Entra Tisbe.

TISBE
1775
¡Oh Muro que mi llanto has escuchado
Por taparme á mi Píramo querido!
¡Cuántas veces mis labios te han besado,
Piedras que cal y crines han unido!

PÍRAMO
Oigo una voz... –Me asomo al agujero
1780
Para ver si está Tisbe. –¡Tisbe amada!

TISBE
¡Mi prenda! Que eres tú mi prensa espero.

PÍRAMO
Tu prenda soy, no estás equivocada,
Y cual Lisandro tu rendido amante.

TISBE
Cual Elena seré mientras aliente.

PÍRAMO
1785
Cual Záfalo con Porcris soy constante.

TISBE
Cual Záfalo con Porcrisyo igualmente.

PÍRAMO
Por esta grieta un beso solicito.

TISBE
¡Ay! no beso tus labios, beso el muro.

PÍRAMO
Pues de Niño ante el túmulo te cito.

TISBE
1790
Que viva ó muera al sitio me apresuro.

(Vanse Píramo y Tisbe.)

MURO
Ya mi parte de Muro ha terminado,
Y el Muro así se marcha de contado.

(Vase.)

TESEO
–Ahora, pues, derrúmbase el muro que separaba á los dos vecinos.

DEMETRIO
–Necesario era, señor, cuando hay paredes que oyen sin dar previo aviso.

HIPÓLITA
–En mi vida he oído más necio fárrago.

DEMETRIO
–Las mejores obras de esta clase son pura fantasía y las malas no son las peores si la imaginación corrige sus defectos.

HIPÓLITA
–Pues ha de ser tu imaginación y no la suya.

TESEO
–Si imaginamos de ellos lo que ellos de sí propios imaginan, pasarán por excelente hombres. Aquí vienen dos nobles bestias. Una luna y un león.

Entran el León y Luz Lunar.

LEÓN
¡Oh damas cuyos tiernos corazones
Temen al ver cuál huyen de ligeros
1795
Monstruosamente míseros ratone!
Quizá vais á temblar y á estremeceros
Escuchando rugidos de leones.
Pues bien, sabed el nombre que me abona.
A Ajustado aquí ved, el ebanista,
1800
Que ni es león terrible ni leona,
Pues si así me ostentara á vuestra vista,
Corriera grave riesgo mi persona.

TESEO
–Es una bestia muy humilde y de mucha conciencia.

DEMETRIO
–Señor, es el mejor bestia que he visto en mi vida.

LISANDRO
–Por su valor, este león es verdadero zorro.

TESEO
–Y por su discreción verdadero ganso.

DEMETRIO
–No, señor. Su valor no asegura su discreción como el zorro al ganso.

TESEO
–Pues cierto estoy que su discreción tampoco asegura su valor, como el ganso no asegura al zorro. Pero está bien. Dejémoslo á su discreción, y oigamos á la Luna.

LUNA
Es la creciente luna la linterna.

DEMETRIO
–Debía gastar cuernos en la cabeza.

TESEO
–No nos hallamos en creciente, y los cuernos, por tanto, están visiblemente dentro de su circunferencia.

LUNA
Es la creciente luna la linterna,
1805
Yo parezco habitante de la luna.

TESEO
–Este es el más grande error de todos. Este hombre debía meterse dentro de la linterna, pues si no, ¿cómo puede ser habitante de la luna?

DEMETRIO
–No entra allí de miedo á la vela; ¿no ves qué tufo gasta?

HIPÓLITA
–Cansada estoy de esta luna. Ojalá mudara.

TESEO
–Según la escasa luz de su inteligencia parece que está en menguante. Sin embargo, por razones de cortesía y de justicia, démosle largas.

LISANDRO
–Sigue, Luna.

LUNA
–Lo que tengo que decir es, que la linterna es la luna; que yo era habitante de la luna, y que este haz de espino es mi haz de espino, y este can, mi can.

DEMETRIO
–Pero todo esto debía estar dentro de la linterna, porque todos están en la luna. Mas, silencio, aquí viene Tisbe.

Entra Tisbe.

TISBE
Esta es la tumba del vetusto Niño.
¿Adónde está mi amante?

LEÓN
(Ruge.) –¡Oh!

(Tisbe huye.)

DEMETRIO
–Buen rugido, León.

TESEO
–Buena carrera, Tisbe.

HIPÓLITA
–Buena iluminación, Luna. Verdaderamente la luna brilla con mucha gracias.

(El León destroza el manto de Tisbe, y vase.)

TESEO
–Bien roído, León.

DEMETRIO
–Y luégo llega Píramo.

LISANDRO
–Y en esto el León se va.

Entra Píramo.

PÍRAMO
Bien venga, Luna, tu fulgor febeo.
Gracias te doy por tanta refulgencia,
1810
Porque á tus áureos gratos rayos creo
Que gozaré de Tisbe la presencia.
Mas ¡calle! ¡Vista cruel!
Mas ¡mira! ¡Pobre doncel!
¡Oh espectáculo de horror!
1815
Cuitados ojos, mirad.
¿Pero puede ser verdad?
Dulce paloma, mi amor,
Tu manto, que bello fué,
Teñido en sangre se ve.
1820
Furias, aprisa acudid.
¡Oh furias, llegad, llegad,
Hilos y estambres cortad,
Hended, romped, matad y concluid!

TESEO
–Esta escena sentimental y la muerte de un amigo querido obligarían á uno á parecer triste.

HIPÓLITA
–Pues, por vida mía, que le tengo lástima.

PÍRAMO
¿Por qué hiciste al león, naturaleza?
1825
Al vil león que mancilló á mi hermosa,
Que es... no: que ha sido la mayor belleza,
Que viva amaba plácida y gozosa.
Ven, llanto cruel; sal espada,
Que tú la tetilla, airada,
1830
De Píramo vas á herir.
Si tal, la izquierda tetilla,
Que el corazón amartilla.
Así, pues, he de morir.
(Se hiere.)
Ya fiera muerte me he dado,
1835
Ya del mundo me he marchado
Y mi alma en el cielo entró.
¡Oh lengua, pierde tu fuego!
Y ¡oh Luna, márchate luego,
(Vase la luna.)
Que muerte aquí me he dado, dado yo!

(Muere.)

DEMETRIO
–La muerte se ha dado, pero este dado indica un as, ¿no es verdad?

LISANDRO
–Un as... no es; murióse, ya es nada.

TESEO
–Con ayuda de cirujano podría sanar, y quizá se viera que con efecto as... no es.

HIPÓLITA
–¿Por qué la Luz Lunar desaparece antes que vuelva Tisbe y vea á su amante?

TESEO
–A la luz de las estrellas lo verá. Aquí viene, y con su relación terminará la comedia.

Vuelve á entrar Tisbe.

HIPÓLITA
–Paréceme que no debiera ser muy larga para semejante Píramo. ¡Ojalá acabe pronto!

DEMETRIO
–Leve arista inclinará la balanza que pese el respectivo mérito de Píramo y de Tisbe. El de él como hombre, ¡Dios nos ampare! y el de ella como mujer, ¡Dios nos asista!

LISANDRO
–Ya lo vió con sus dulcísimos ojos.

DEMETRIO
–Y así se lamenta. Videlicet.

TISBE
1840
Duerme allí mi amor, ¿no es cierto?–
¡Cómo! ¿Mi tórtolo muerto?
Píramo, ponte de pié.
Habla. ¿Del todo callado?
¿Muerto? En el sepulcro helado
1845
Tus dulces ojos veré,
Tu boca cual lirio linda,
Tu nariz como una guinda.
Todo ya se fué, se fué.
Tus mejillas hechiceras,
1850
Amarillas primaveras;
Gemid, amantes, gemid.
Esos ojos tan hermosos
Y como puerros verdosos.
¡Oh tres hermanos, cual leche,
1855
De la roja sangre que eche
Lleven la horrible señal,
Pues habéis cortado, fieras,
Con tan ásperas tijeras
Su hilo de seda vital!
1860
Lengua, mantente callada;
Acércate, fiel espada,
Mi corazón parte en dos.
(Se hiere.)
Y salud, amigos caros,
Que de este modo al dejaros,
1865
Os dice Tisbe adiós, adiós, adiós.

(Muere.)

TESEO
–La Luz Lunar y el León se quedan para enterrar á los muertos.

DEMETRIO
–Y el Muro igualmente.

BORRAS
–No tal. El muro que separaba la casa de sus padres ha sido derribado. ¿Queréis oir el epílogo, ó ver un baile Bergomasquino ejecutado por dos bailarines de nuestra compañía?

DEMETRIO
–Nada de epílogos, te ruego, pues vuestra comedia no necesita excusa. No os excuséis, pues cuando todos los cómicos mueren, inútil es inculparlos. ¡Por vida de!... Si el autor hubiera hecho el papel de Píramo y se hubiera ahorcado con la liga de Tisbe, hubiera sido una magnífica tragedia, pero en realidad lo es, y extremadamente bien representada. Pero vamos, vengan esos Bergomasquinos y deja á un lado el epílogo.
(Danza de dos payasos.)
ErrorMetrica
La férrea lengua de la media noche
La hora indicó. Buscad el lecho, amantes,
Que á estas horas las hadas aparecen.
Dormidos temo que nos halle el alba,
1870
Que esta noche fué larga nuestra vela,
Y esta grosera farsa ha acelerado
El paso perezoso de la noche.
Al lecho, amigos míos. Dos semanas
Pienso yo celebrar las bodas estas
1875
Con nuevos goces y nocturnas fiestas.

(Vanse.)
Entra Puck con una escoba.

PUCK
La hora es esta de escuchar
Del león hambriento el rugido,
Al lobo á la luna aullar,
Y del labriego el ronquido,
1880
Cansado de trabajar.
Las teas vanse gastando,
Y con luz intensa brillan;
Y el sudario recordando
Yace el enfermo penando,
1885
Mientras las lechuzas chillan.
Hora de mortal pavor
En que las tumbas bostezan,
Y salen de su interior
Sombras que á vagar empiezan
1890
De iglesias en derredor.
Mas cual trasgos que seguimos
Al carro de Hécate trina
Y del sol la luz huimos
Y en la oscuridad vivimos,
1895
Ahora el placer nos domina.
Y no siquiera un ratón
Perturbará la ventura
De tan bendita mansión,
Que esta escoba del portón
1900
Viene á barrer a basura.

Entran Oberón, Titania y su séquito.

OBERÓN
En el hogar avivad
Las brasas amortiguadas.
Con fugaces llamaradas
El palacio iluminad
1905
Agiles duendes y hadas,
Cual aves que levemente
Van sobre zarzas brincando,
Acompañadme bailando,
Y entonad alegremente
1910
Las coplas que voy cantando.

TITANIA
Ensayad aquí primero;
Melodiosa voz lucid
Cantando en corro; venid,
Y con donaire hechicero
1915
El palacio bendecid.

(Cantan y bailan.)

OBERÓN
Hasta la luz matinal
Cada aposento se ronde
De la mansión palacial.
Bendecir nos corresponde.
(A Titania.)
1920
El tálamo principal.
A los hijos de esta unión
Constante suerte proteja,
Y nunca en su corazón
Halle la triple pareja
1925
Deslealtad ni desunión.
De su prole numerosa
Todo mal quede excluído:
Verruga o labio partido,
Mancha ó señal prodigiosa,
1930
Tachas del recién nacido.
Id, duendes, por todos lados,
Y bendecid diligentes
Con rocío de los prados
Por nosotros consagrados
1935
Las alcobas diferentes.
Goce el palacio sosiego,
Y sus dueños alegría
Y perpetua bienandanza:
Idos luego,
1940
Sin tardanza,
Y vedme al romper el día.

(Vanse Oberón, Titania y séquito.)

PUCK
A nosotros nos oisteis
Con grave disgusto acaso;
Mas con pensar que dormisteis
1945
Cuando á tales sombras visteis,
Pronto se sale del paso.
A esta mísera ficción,
Inconsistente cual sueño,
Conceded vuestro perdón,
1950
Y pondremos más empeño
En la próxima ocasión;
Que á fe de trasgo cumplido
Tenemos que mejorar,
Aunque hayamos conseguido
1955
Hoy de la sierpe evitar
El horrísono silbido.
Y si esto ver no lográis,
Miente Puck como un malsín.
Felices noches tengáis;
1960
Y si las manos nos dais,
Lo agradecerá Robín.

(Vase.)