Félix Lope de Vega y Carpio

Adonis y Venus





Texto utilizado para esta edición digital:
Texto incluido en la base Canon 60 - TC/12. Digitalización a cargo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra.
Edición digital para CANON 60:
  • Joan Oleza
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Martínez Rubio, José (Artelope)

PERSONAS DE LA TRAGEDIA

MENANDRO
TIMBREO
ATALANTA
CAMILA
ALBANIA
FRONDOSO
APOLO
VENUS
CUPIDO
ADONIS
HIPÓMENES
TEBANDRO
NARCISO
JACINTO
GANIMEDES
TESIFONTE
[NINFAS]
[PASTORES]
[CUPIDILLOS]
[MÚSICA]

Acto I

Salen MENANDRO y TIMBREO, pastores.
[Quintillas.]

MENANDRO
Prosigue, amigo Timbreo,
la relación de tu mal;
que ya sus desdenes creo.

TIMBREO
Ver tu sentimiento igual
5
a mis desdichas, deseo.
Como digo, entró Camila
en el templo de Diana;
seguí sus rayos, y vila
como el alba, entre oro y grana,
10
menudo aljófar destila.
Huyó la noche de ausencia
luego que su luz salió.
Más con esta diferencia:
que el campo reverdeció,
15
y me abrasó su presencia.
Iba con otras, y entre ellas
excedía las más bellas
lo que excede al cuerpo el alma,
al mirto humilde la palma,
20
y la luna a las estrellas.
Las colores que tenía,
aunque al rubí y esmeralda,
la rosa y clavel vencía,
envidiaba la guirnalda
25
que sus cabellos ceñía.
Cegaba el vellos tan bellos,
que el aire formaba de ellos
ondas, como suele el mar:
pienso que para anegar
30
mil vidas y almas en ellos.
Iban los azules velos
de sus ojos, dulce guerra
de amor, vistiendo los cielos;
porque cielos en la tierra,
35
daban a los cielos celos.
El vestido pudo hacer
envidia a su compostura;
que el saberse componer
no es la menor hermosura
40
de una gallarda mujer.
Las cuatro esferas primeras,
Menandro, en Camila vieras:
la luna en el pie gentil,
de donde el florido abril
45
sacaba las primaveras.
La esfera de Venus bella
era el cuerpo, el dulce hablar
Mercurio, el sol en la estrella
del rostro.

MENANDRO
Aprenda a pintar
50
la naturaleza, de ella.
si no es arte que te debe.
Pero prosigue, que es breve
el tiempo.

TIMBREO
A la lumbre pura,
Menandro, de su hermosura
55
llegué, convertido en nieve.
Fuíla a hablar, pero sentí
asir la lengua al temor,
y quedé fuera de mí:
pero venciendo el amor,
60
de tres veces, dije así:
«Pastor a de ojos serenos,
aunque de mil rayos llenos,
¿cuándo vida me darás?»

MENANDRO
Prosigue.

TIMBREO
No dije más,
65
y me entendiera con menos.
Quedó entonces tan hermosa,
como del alba a la risa
suele salir vergonzosa,
entre su verde camisa,
70
bañada en sangre, la rosa.
Cuando quiso responder,
vi que Frondoso llegaba;
y sin hablar, sólo en ver,
vi, Menandro, que la amaba.

MENANDRO
75
Bien se puede conocer:
que si a Camila tenías
por espejo, bien verías
si se miraba Frondoso
en la luz del rostro hermoso,
80
cuando en su cristal te vías.
Al templo habemos llegado
de Apolo.

TIMBREO
De este cuidado
me sacará su respuesta.

MENANDRO
Gente viene.

TIMBREO
Ninfa es ésta
85
de extranjero monte y prado.

(Sale ATALANTA, ninfa, con un tocado de muchos velos pendientes con plumas, y el vestido a la traza antigua, con calzadillos o coturnos encintados, y un dardo en la mano.)
[Canción (canzone).]

ATALANTA
No desdice al estado
de una doncella tierna
querer saber el que tendrá su vida;
que el femenil cuidado
90
que nuestro ser gobierna,
no es bien que al varonil valor se mida.
Cuando la edad florida
a su límite llega,
es la igual compañía
95
lo que es el sol al día,
y el claro norte al que en el mar navega.
Los hombres fueron hechos
para alivio vital de nuestros pechos;
que, fuera de ser forma
100
de la materia nuestra,
y de nuestras potencias y sentidos
alma que los informa,
que los guía y adiestra,
son Argos del honor, siempre advertidos.
105
Amores atrevidos
defienden el deseo;
y aun esto no es de suerte
que con temprana muerte
no descendiese la mujer de Orfeo
110
al centro en que hoy suspira
contra la fuerza de su dulce lira.
Saber quiero de Apolo,
en su templo divino,
qué esposo quiere darme en casamiento;
115
que este cuidado solo
es solo peregrino
de mi primero y casto pensamiento.
Si miro el firmamento,
unas con otras veo
120
sus esferas casadas,
con manos argentadas.
La luna abraza al sol, cuyo himeneo
la alumbra y vivifica,
y a su humildad los rayos de oro aplica.
125
Si contemplo la tierra,
¿cuál animal no tiene
su semejante, con quien ande y viva?
Cuantas plantas encierra,
amor las entretiene;
130
que su generación de amor deriva.
Esta hiedra lasciva,
y esta vid trepadora,
fresnos y olmos enlazan;
los espinos se abrazan,
135
la tórtola casada gime y llora,
del caro esposo ausente,
su centro busca el agua de esta fuente.
Dígame, pues, Apolo,
qué esposo será el mío:
140
Fórmese de dos almas Androgeo.
Quien nace para solo
(cosa que desconfío),
o es bestia o es deidad; y así deseo
al yugo de Himeneo,
145
rendir el cuello, a ejemplo
de cuantas cosas miro.
Pero ¿por qué suspiro,
si aqueste suntuoso y rico templo
es, por lo menos, donde
150
Apolo por su oráculo responde?

(Salen CAMILA y ALBANIA, pastoras.)
[Redondillas.]
[A ALBANIA.]

CAMILA
A buen tiempo hemos llegado,
que aún está Apolo cubierto.

ALBANIA
Más me mata un bien incierto
que un daño determinado.
155
Pues no pienses que será
solo aquí nuestro deseo:
Menandro es aquél.

CAMILA
Timbreo,
Albania, con él está.

ALBANIA
¿Qué querrán saber de Apolo?

CAMILA
160
Lo que nosotras también.

ALBANIA
¿A cuál de ellos quieres bien?

CAMILA
Sábelo Amor.

ALBANIA
¿Amor solo?

CAMILA
Sí, porque no me forzara
a declararme, sin ver
165
que a quien me inclino a querer,
a quererme se inclinara.

ALBANIA
¿Que ninguno de los dos
te ha dicho amores jamás?

CAMILA
Pienso que celosa estás.

ALBANIA
170
¿Yo celosa?

CAMILA
Sí, por Dios.

ALBANIA
¿De quién?

CAMILA
De mí.

ALBANIA
Pues ¿tú sabes
lo que yo quiero?

CAMILA
Imagino,
temo, sospecho, adivino.

ALBANIA
Si son nuestros ojos llaves
175
de los secretos del alma,
abre con ellos el pecho.

CAMILA
Ya lo contemplo, y sospecho
de su tormenta y su calma.
Que como la imán se va
180
tras el norte, a quien camina,
así amor la vista inclina
donde el pensamiento está.

TIMBREO
Camila, Menandro, viene
a saber algún secreto.

MENANDRO
185
Si ella te quiere, ¿a qué efeto
de tu amor sospechas tiene?

TIMBREO
Albania viene con ella,
que presumo que te adora.

MENANDRO
De otro sol parece aurora,
190
y de otra aurora la estrella.
(Aparte.)
Disimulé por saber
a quién amaba Timbreo.
Tanto a Camila deseo.
cuanto puede un alma arder.
195
Las sospechas que tenía
de Timbreo, he descubierto.

(Sale FRONDOSO, pastor gracioso, con un pájaro en la mano.)

FRONDOSO
Por saber si Apolo es cierto,
o vana su profecía.
este pájaro he traído
200
para poderle engañar;
que se le pienso mostrar,
pero en la mano escondido.
Preguntaréle si está
vivo: si dice que sí,
205
apretaréle, y así
le diré que muerto es ya.
Si me dijere que es muerto,
soltaréle entonces yo,
diciendo que no acertó,
210
y que es su oráculo incierto.
Con esto, entre los pastores,
desacreditado ya,
ninguno amor mudará
por el fin de sus amores;
215
que por lo que pronostica
de bien, o mal, las mujeres,
a diversos pareceres
con sus respuestas aplica;
y ellas, que no han menester
220
achaques para mudarse,
saben muy bien disculparse
de querer y aborrecer.
Ya corrieron la cortina
de Apolo al sagrado altar.
225
Quiero primero escuchar
lo que a tantos adivina.

(Descúbrese una cortina, y véase en un altar, sobre una basa, el dios APOLO, con su lira, y resplandor de sol en la cabeza, y vayan después que cese la música diciendo así:)
[Liras.]

TIMBREO
Dime, sagrado Apolo,
divino autor del día:
¿ama la prenda mía,
230
o a mí me quiere solo?

APOLO
Lo que tu prenda quiere,
ausente vive, y por su ausencia muere.

TIMBREO
¡Ausente! Pues si agora
me tiene aquí presente,
235
¿cómo dice que ausente,
y que su ausencia llora?
Mas no soy yo a quien ama.
Erró su centro mi amorosa llama.

(Vase TIMBREO.)

MENANDRO
Apolo, tú, que mides
240
el tiempo con eterno
curso, y el frío invierno
del verano divides,
¿veráse mi deseo
a donde el fin de mi esperanza veo?

APOLO
245
Sirve, pretende, espera:
todo, el amor lo alcanza.

MENANDRO
¡Ay, dichosa esperanza!
Menandro, persevera;
que el fin de un pensamiento
250
es premio de mil años de tormento.

(Vase MENANDRO.)

CAMILA
Febo, cuyo deseo
nos dio el laurel hermoso,
premio del estudioso,
de las armas trofeo,
255
¿tendré ventura amando?

APOLO
En vano esperas.

CAMILA
Moriré esperando.

(Vase.)

ALBANIA
Padre de cuanto vive,
artífice del oro,
¿querráme quien adoro?

APOLO
260
A olvidar te apercibe.

ALBANIA
¿Tú eres Apolo santo?
No en vano Dafnes te aborrece tanto.

(Váyase.)
[Romancillo de 7 sílabas (endechas italianas).]

FRONDOSO
A todos les ha dado
su Oráculo fingido
265
desabrida respuesta.
El Dios está mohino.
Sospecho que es la causa
que no le han ofrecido
lo que otras veces suelen.
270
Pues si dioses divinos
responden a los hombres
con rostro desabrido
cuando no les dan nada,
¿de qué nos afligimos
275
si oráculos humanos,
por interés movidos,
responden a la ofrenda
alegres y propicios?
Si aquellas blancas aras,
280
del sacerdote al filo,
tiñeran de su sangre
nevados corderillos;
si las espigas rojas
del ofrecido trigo
285
cubrieran los altares;
o el oloroso vino;
si perlas, si diamantes,
si púrpura de Tiro,
vistieran su persona...
290
mirara lo que dijo.
Sin interés del premio,
acuden siempre tibios,
el soldado a las armas,
el letrado a los libros.
295
No pienso darle nada,
supuesto lo que digo,
porque a engañarle vengo
con este pajarillo.
Diga, señor Apolo,
300
el que pasa los ríos
sin mojarse los rayos
de sus cabellos lindos.
Alquimista famoso,
que sin mercurios vivos
305
sabe hacer oro y plata
en los crisoles indios.
El que ve cuanto pasa,
pasando los resquicios,
mostrando al cielo a Venus
310
con el planeta quinto.
En esta mano tengo
cerrado un jilguerillo:
¿es vivo, o muerto acaso?

APOLO
¡Rústico cabrerizo,
315
en tu imaginación
y pensamiento mismo!
Conforme a mi respuesta,
le tienes muerto y vivo:
vivo, si digo muerto;
320
muerto, si vivo digo.

FRONDOSO
¡Vive Júpiter santo,
que la verdad me ha dicho!
¡Tomarse con los dioses,
temerario delito!

APOLO
325
Merecieras, Frondoso,
como Júpiter hizo,
a los fieros gigantes
fulminarte en castigo.
O que, como Anteón,
330
en ciervo convertido,
huyeras de tus perros
por árboles y riscos.
Mas porque no te atrevas
a extranjeros ni a amigos,
335
parecerás lo que eres

FRONDOSO
¡Qué loco y necio he sido!
Adorno de los cielos,
lámpara de los signos,
corona de los días,
340
poeta de los siglos,
medida de los tiempos,
fitonicida altivo,
compás de cielo y tierra,
que desde tu epiciclo
345
los miras y gobiernas
desde que Dios te hizo,
¡Ten piedad de Frondoso!

APOLO
¡Vete, villano indigno!

FRONDOSO
Voyme, que estás airado.
350
¡Ay, Júpiter Olimpio!
todo se lo perdono,
como no sea pollino,
porque animal, y necio,
es desdichado oficio.

(Vase.)
[Tercetos.]

ATALANTA
355
Pues he quedado sola con Apolo,
quiero saber qué dice a mi deseo;
que en él espero mi remedio sólo.
Dime, supremo autor de cuanto veo,
filósofo divino, sol hermoso,
360
Délfico, Delio, Cintio y Didimeo,
¿será mi casamiento venturoso?

APOLO
Tarde, Atalanta, y con peligro.

ATALANTA
¡Tarde,
y con peligro! ¡Ay, cielo riguroso!
¡Peligro en el casarme! Dios me guarde
365
de casarme jamás. ¡Triste respuesta,
que me ha dejado el corazón cobarde!
En dura confusión estaba puesta.
No la pienso tener de aquí adelante.
Sola quiero vivir en vida honesta,
370
Porque si de peligro semejante
puedo librarme, no es razón que viva
sujeta a esposo ni a fingido amante.
Yo pienso por los montes, fugitiva
de los hombres, vivir entre las fieras,
375
con ellas mansa, con el hombre altiva.
No me podrán sus burlas ni sus veras
vencer eternamente, porque venzo
las alas de los vientos más ligeras.
Montes de Arcadia, desde aquí comienzo
380
(porque del pensamiento que tenía
de pretender esposo, me avergüenzo)
a vivir en vosotros. Este día,
ninfas de bosques, prados, selvas, fuentes,
me recibid en vuestra compañía.
385
Con redes, con ardides diferentes,
los ciervos, osos, jabalíes y gamos,
los toros más selvajes y valientes,
[Cuarteto.]
sabré matar, y de sus fuertes ramos
honrar los frontispicios de los templos.
390
Ninfas de Cintia, vamos juntas, vamos.
Animen mi valor vuestros ejemplos.

(Váyanse, y salgan VENUS y CUPIDO, con su arco y venda.)
[Quintillas.]

VENUS
Por estas márgenes hechas
de clavellinas y rosas,
sin cuidado y sin sospechas
395
podrás matar mariposas,
Cupido, con esas flechas.
Blancas, pajizas, doradas,
verdes, claras y moradas,
con más ojos que un pavón,
400
andan, en esta ocasión,
seguras de ser tiradas.
Mátame algunas; que quiero
entre rosas del tocado
ponérmelas, porque espero
405
aquel sangriento soldado,
por cuyas hazañas muero.
Parte, que en el traje humano
quiero verle en esta selva,
primero que Apolo indiano
410
otra vez a verme vuelva,
y yo en la red de Vulcano.

CUPIDO
¡Donaire, madre, tenéis!
¿Mariposas me decís
que mate? Pues ¿no sabéis
415
que muerta por mí vivís
de amor del Dios que queréis?
¡Linda caza a quien derriba
a la garza más altiva
y al águila más real!

VENUS
420
Cuando en vuelo celestial
subes de mi esfera arriba,
muestra el poder que engrandeces;
mas cuando estás en el suelo,
imita lo que pareces.

CUPIDO
425
Siendo primero que el cielo,
¿nombre de niño me ofreces?
¿Háceslo para encubrir
tus años?

VENUS
Si mariposas
no es caza que ha de servir
430
a tu gusto, entre estas rosas
tórtolas siento gemir.
Ellas y otros pajarillos
te podrán entretener,
o de estos verdes junquillos
435
puedes a esta sombra hacer
jaulas en que tengas grillos.

CUPIDO
Quien los pone de prisión
al más libre corazón,
¿cazará grillos del campo?

VENUS
440
Palomas blancas, que al ampo
de la nieve iguales son,
por ser quien mi carro tira,
te mandaba no tirar;
ya te doy licencia.

CUPIDO
Admira
445
que mandes ejecutar
flechas de amor, armas de ira,
en aves simples, señora;
porque yo a las bravas tiro,
donde la fiereza mora.

VENUS
450
Temerosas liebres miro
por estos bosques agora;
tira a alguna, y del pellejo,
como Hércules, te viste.

CUPIDO
Agradézcote el consejo.
455
¡Niño finalmente hiciste
al que es más que el tiempo viejo!
Pues ¿no te acuerdas que a Apolo,
que de haber muerto a Fitón
se alababa, vencí solo?
460
¿Ignoras tú la opinión
que tengo de polo a polo?
¿Es esta la vez primera
que yo te venzo? ¡De mí
te ríes de esa manera!

VENUS
465
Ya te conozco: ¡ay de mí!

CUPIDO
¡Así me tratas! Espera,
que antes de un hora verás
si mariposas, palomas
o liebres venzo.

VENUS
Jamás
470
mis tiernas palabras tomas
como ellas son. ¿Dónde vas?
(Vase [CUPIDO].)
Espera, Cupido, advierte...
Fuése, y enojado parte;
de su venganza me advierte:
475
o enamora de otra a Marte,
o de su amor me divierte.
Como es niño, al fin, Amor,
presto se enoja: no sabe
de burlas.

(Sale CAMILA.)

CAMILA
¡Con qué rigor
480
Apolo, a todos süave,
dio respuesta a mi temor!
Aconséjame que olvide...
Pero ¿qué pastora es ésta
que nuestra ribera mide?
485
¡Qué hermosa! ¡Qué bien compuesta!
¡Qué rayos de amor despide!
Quiérola hablar. Si eres diosa,
perdóname, ninfa hermosa,
mas si eres humana prenda,
490
haz que de tu boca entienda
tu enigma dificultosa.
¿Eres, dime, de esta sierra,
o extranjera?

VENUS
De otra soy.

CAMILA
¿Qué buscas por esta tierra?

VENUS
495
Buscando mi manso voy,
que del redil se destierra.
¿Hasle visto, por ventura?

CAMILA
¿Qué señas?

VENUS
Una carlanca
y esquila de plata pura.

CAMILA
500
¿Qué piel?

VENUS
Encarnada y blanca,
con sola una mancha escura.

CAMILA
¿Hacia dónde?

VENUS
El remolino
de la frente le cubrió.

CAMILA
Ayer a este monte vino.
505
Pero sospechara yo
que os trajo...

VENUS
Ya lo adivino.
Algún amor, decir quieres.

CAMILA
Bien podemos las mujeres
unas con otras hablar.

VENUS
510
Lo mismo vengo a buscar.
Profeta de amores eres.
Y esto se causa también
de que algún pastor querrás.

CAMILA
Alguno quiero también.

VENUS
515
¿Merécelo?

CAMILA
Y tanto más,
que adoro...

VENUS
¿Qué?

CAMILA
su desdén.

VENUS
¿Su desdén adoras?

CAMILA
Sí.

VENUS
¿Tanto merece?

CAMILA
Quisiera
hablarte de espacio aquí.

VENUS
520
Yo escucharte.

CAMILA
Pues espera.

VENUS
Comienza.

CAMILA
Escúchame.

VENUS
Di.

[Romance.]

CAMILA
Amor, que a nadie perdona,
porque si pueden sus fuerzas
trastornar el armonía
525
del cielo, ¿qué hará en la tierra?
Como se ve, por ejemplo,
de Júpiter, que por ellas
ya fue cisne, ya fue toro,
como sus historias cuentan...
530
Pues Venus..., con ser su madre,
mil veces por estas selvas
la vieron seguir pastores,
si Anquises guardaba ovejas.
Diana, con ser tan casta,
535
bajó de su blanca esfera
mil veces al monte Lathmo...

VENUS
Hartas disculpas son esas.
No digas más: ya sé yo
que tiene amor fuerza extrema.

CAMILA
540
Éste, pues, hizo que Mirra,
loca, aunque hermosa doncella,
amase a su mismo padre;
pero teniendo vergüenza,
se descubrió a un ama suya,
545
que temiendo que se diera
la muerte, por remedialla,
llevarla a su padre intenta
en forma de otra mujer.
El Rey, sin saber quién era,
550
ofendió los cielos altos.
Escondieron las estrellas
sus rayos, de tal maldad.
Pero la noche postrera,
un hacha mandó traer
555
para poder conocerla.
Apenas la vio Ciniras,
cuando Mirra, con vergüenza
de su padre y de sí misma,
huyó por montes y selvas.
560
A la tierra de Sabá
llegó la triste, y en ella
pidió a los dioses castigo.
Los dioses, porque su ofensa
pudiese llorar mejor,
565
cubriéndola de corteza,
en árbol la transformaron,
que aquellas aromas tiernas
llora, que se llaman mirra.
Mirra, o lágrimas sabeas.
570
Mas llegado el día del parto,
bramaba el tronco, que apenas,
no siendo diosa Lucina,
pudiera entender sus quejas.
Vino y sacó un bello niño,
575
que dándole a las deesas
de los ríos, le criaron
con tan alta gentileza,
que no hay náyade en su fuente,
dría en bosque, en monte orea,
580
amadríade por árbol,
que no se pierda por ella.
Adonis tiene por nombre,
Amores mejor dijeran,
porque todos los del mundo
585
se cifran en su belleza.
Una de las que le adoran,
yo soy; pero no me quieras
más mal, que como es tan niño,
que le hablen de amor le pesa.
590
Despreciando la hermosura,
su oficio es cazar las fieras;
mas no ha cazado ninguna
que como su pecho sea.
Mas ¿para qué te le alabo?
595
Él mismo a esta fuente llega.
Advierte que es basilisco:
pon a tus ojos defensa.

(Entre ADONIS con un venablo, montera, y vestido antiguo verde, medias blancas y calzadillos dorados con cintas, y CUPIDO detrás de él.)
[Quintillas.]

ADONIS
Selvas y bosques sombríos,
adonde la primavera
600
se baña en cristales fríos,
y donde la luz primera
dio vida a los ojos míos.
Árbol divino sabeo,
cárcel de mi triste madre,
605
por quien agora me veo
hijo y nieto de mi padre,
y monstruo de su deseo:
sabed que, en esta ocasión,
sin estimar sus placeres,
610
que siempre pesares son,
aborrecer las mujeres
tengo por justo blasón.
Como en vuestras espesuras,
bosques de mi tierna edad,
615
paso las horas seguras,
más precio mi libertad
que todas sus hermosuras.
Cansado de haber seguido
un corcillo volador,
620
que dejo en el monte herido,
para templar el calor,
a vuestra sombra he venido.
Por eso, fuente serena,
cuyas aguas cristalinas,
625
espejos de Filomena,
vuelven diamantes las chinas
y perlas la blanca arena,
perdonad si os enturbiare;
que quiero bañarme en vos
630
mientras este sol pasare.

CUPIDO
Hoy veréis si amor es Dios.
Ya tiro: Venus repare,
que aunque más mi madre sea,
la tengo de herir de amor.

(Tírela una flecha y váyase.)

VENUS
635
¿Qué puede ver quien te vea?
¡Ay Dios, qué extraño dolor!

CAMILA
Los ojos, pastora, emplea
en Adonis con recato.

VENUS
Él es del cielo un retrato;
640
Pero el que adoro es divino.
(Aparte.)
Cupido a vengarse vino.
¡Mal hijo, rapaz ingrato!
(A CAMILA.)
¿Quieres que yo persuada
a este Adonis, y le diga
645
tus partes?

CAMILA
Serrana amada,
dile que mi amor obliga
a un monte, a una piedra helada.
Mis desatinos le cuenta.

VENUS
Entre esos lirios te sienta,
650
que le voy a hablar.

CAMILA
Los cielos
te libren de amor y celos,
que es el mal que me atormenta.

VENUS
¿Cómo te llamas?

CAMILA
Camila.

VENUS
Parte, que le voy a hablar.
655
Allí me aguarda.

(Váyase CAMILA.)

ADONIS
Destila,
viento, de este cedro, azar,
tus varias alas afila,
anima mi sentimiento,
Favonio aromatizado;
660
Céfiro, a mi voz atento,
hurta a las flores del prado
de su boca el dulce aliento.
Mi carcaj, arco y saetas
y venablo, pongo aquí,
665
hierba, en tus manos secretas.

VENUS
Tente.

ADONIS
¡Ay, Dios! ¿Quién eres, di,
que mi descanso inquietas?

VENUS
No huyas, por mil razones.
Por mujer, la principal.

ADONIS
670
Con eso temor me pones.

VENUS
Si fuera mujer mortal,
Y sujeta a imperfecciones...

ADONIS
Pues ¿quién eres?

VENUS
Venus soy,
que sólo a buscarte vengo
675
de la esfera donde estoy.

ADONIS
Respeto a tu nombre tengo.
Mil alabanzas te doy,
y en sacrificio, Señora,
la voluntad que jamás
680
rendí a mujer.

VENUS
Desde agora
sabrás qué es amor, sabrás
querer bien a quien te adora.

ADONIS
¿Qué es amor?

VENUS
¿Amor?... Deseo.

ADONIS
¿De qué?

VENUS
De lo que es hermoso.

ADONIS
685
Luego ¿querré lo que veo?

VENUS
Si te agrada.

ADONIS
Eso es forzoso.

VENUS
Por tu condición lo creo.

ADONIS
Cuéntanme de amor mil males;
pónenme temor.

VENUS
Amor
690
es falso entre los mortales.
No se entiende ese rigor
con los dioses celestiales.

ADONIS
Antes la misma razón
me da a entender tu mudanza.

VENUS
695
Los dioses nunca lo son.

ADONIS
Luego en humana esperanza,
¿hay divina posesión?

VENUS
Cuando la humana hermosura
el cielo baja a la tierra,
700
¿qué posesión más segura?

ADONIS
Dicen que el Dios de la guerra
o la tiene, o la procura.
Pues si amas a Marte, en parte
mujer humana te veo.

VENUS
705
Bien dices, que quiero a Marte,
no porque a Marte deseo,
sino porque quiero a-marte.
Ya no quiero aquel soldado
que a mi celoso marido
710
ha puesto en tanto cuidado.

ADONIS
¡En tanto amor, tanto olvido!

VENUS
No es amor gusto acabado.

ADONIS
Si la memoria te vuelve,
y de tu pasada historia
715
tantos amores revuelve...

VENUS
¿Y si olvidó la memoria
quien a olvidar se resuelve?

ADONIS
Yo, Venus, soy un mancebo
de la manera que ves:
720
a competir no me atrevo,
aunque licencia me des,
ni con Marte ni con Febo;
que cuando el fuego consumas,
de las cenizas secretas
725
saldrá, cuando más presumas,
en oyendo las trompetas,
y en viendo brillar las plumas.
Veo tus ojos divinos
llenos de sol, veo dos cielos;
730
pero ya son adivinos
los míos, que por tus celos
vengo a llorar desatinos.
Tu talle, tu bizarría,
y tu deidad, de que arguyo
735
mi dicha, con osadía
me fuerzan a ser más tuyo
que tú pretendes ser mía.
Pero si Febo o si Marte,
celosos de mí...

VENUS
Detente.
740
¡Qué es ofenderte ni darte
disgusto!

ADONIS
Febo luciente,
¿no ha de hallarme en cualquier parte?
Marte, ¿no puede también
matarme con tantas armas?

VENUS
745
No, mis ojos; no, mi bien.
Y en vano, Adonis, te armas,
contra amor, dese desdén;
Que así en el alma guardarte,
y en mis ojos esconderte,
750
sabrá el gusto de gozarte.
que ni Febo pueda verte.
ni Marte pueda matarte.
Vencido me ha tu hermosura:
si te igualo al ser que soy,
755
¿pagarásme?

ADONIS
Está segura.

VENUS
Adonis, a Chipre voy.
Fíame la nieve pura
de esa blanca, hermosa mano.

ADONIS
¡Dichoso el mortal que vino
760
desde el ser humilde humano
a merecer el divino
de tu valor soberano!

(Pónganse los dos en un carro, que se verá en una nube, y desaparézcalos con música, en diciendo lo que se sigue:)

VENUS
Tú puedes honrar el suelo.
Palomas, alzad el vuelo.

ADONIS
765
No querría ser Faetón,
y caer por ambición
hecho pedazos del cielo.

FIN DEL PRIMER ACTO


Acto II

Entre HIPÓMENES, mancebo muy galán, y TEBANDRO.
[Liras.]

TEBANDRO
Deja, por Dios, la caza.
Sepamos qué es aquesto.

HIPÓMENES
770
En confusión me ha puesto
ver la campaña y plaza
de este bosque sagrado,
de tan diversas gentes coronado.
Las mudas soledades,
775
de los pastores nido,
imitan en ruïdo
las confusas ciudades,
y a sus varios oficios
los árboles se vuelven edificios.

TEBANDRO
780
El que va navegando,
el norte va siguiendo;
quien ignora, leyendo;
quien mira, preguntando.
Pregunta, si te admiras,
785
y no te admirarás de lo que miras.

HIPÓMENES
Aquí vienen pastores,
Tebandro: preguntemos
qué gente es la que vemos.

(Entren MENANDRO y TIMBREO.)

MENANDRO
¡Qué triste fin de amores,
790
oh míseros amantes!

TIMBREO
¡Ay, Menandro!, pues amas, no te espantes.

[Endecasílabos sueltos.]

HIPÓMENES
Pastores de este monte, selva y prado,
¿qué suceso ha causado aquesta junta?

MENANDRO
Bien muestra esa pregunta ser su dueño
795
no de aqueste pequeño monte.

HIPÓMENES
Vivo
donde su extremo altivo alcanza apenas.
Ver las campañas llenas de mil gentes
de partes diferentes, nos admira.

MENANDRO
Toda la que se mira en este prado,
800
sabed que se ha juntado a la carrera,
que ¡nunca a Dios pluguiera se inventara!
¿De la hermosura rara nunca oístes
de Atalanta, o supistes este nombre?

HIPÓMENES
No es justo que te asombre esta ignorancia,
805
si miras la distancia de la tierra
nuestra, que este mar cierra.

MENANDRO
Estad atentos:
con dulces pensamientos de casarse
Atalanta a informarse al templo vino
de Apolo, y el divino dios Febeo
810
respondió a su deseo que se guarde,
que con peligro y tarde casaría.
Ella, desde este día, por el monte
que todo este horizonte muestra en torno,
con varonil adorno entretenida,
815
pasaba honesta vida descuidada.
Mas siendo deseada su hermosura
(que ésta no está segura aun entre fieras),
pensó de mil maneras esconderse,
y vino a resolverse que al fin fuese
820
de aquel que la venciese...

HIPÓMENES
¿En qué? ¿En la lucha
o en el tirar?

MENANDRO
Escucha: es tan ligera,
que al viento en la carrera se adelanta.
Quiso, pues, Atalanta que corriesen
los que la pretendiesen, y rendida,
825
entregarse vencida al victorioso.
¡Oh caso lastimoso, que al vencido,
que le cueste ha querido la cabeza!
Y es tal su ligereza, que los cuellos
de mil mancebos bellos han regado
830
con su sangre este prado.

HIPÓMENES
¿Qué me cuentas?

MENANDRO
Lo que verás si intentas la aventura.

HIPÓMENES
Por mortal hermosura, al fin prestada,
flor, sombra, viento, nada, ¿hay algún loco
que se estime en tan poco?

TIMBREO
Si la vieras,
835
Yo sé que no dijeras lo que dices.

TEBANDRO
Por más que solemnices su hermosura,
la vida... es gran locura aventuralla.

HIPÓMENES
No diera por gozalla en casamiento
un cabello. ¡Oh, qué cuento tan donoso!

MENANDRO
840
Si de su cuerpo hermoso y rostro vieras
el milagro, dijeras lo contrario.

HIPÓMENES
Sé que el pincel es vario en la belleza.

TIMBREO
Ésta a naturaleza misma espanta.

HIPÓMENES
Mi vida es mi Atalanta, Dios me guarde.
845
Pues no soy muy cobarde, que las fieras
de este monte y riberas de este río,
saben el brazo mío.

TIMBREO
Laureada
de flores viene, honrada y victoriosa,
la bella ninfa hermosa.

HIPÓMENES
Habrá vencido
850
algún necio atrevido su hermosura.

TIMBREO
Morir tienen por dicha.

HIPÓMENES
¡Qué locura!

(Salgan NINFAS y PASTORES con instrumentos; y ATALANTA detrás con una guirnalda de flores.)
[Endechas asonantadas, de 5, 6 y 7 sílabas.]

MÚSICA
¡Triunfa la hermosura,
vence Atalanta!
Lo que cuesta se estima:
855
¡Viva quien mata!
No estiman los hombres
las empresas llanas.
Todo lo que es fácil,
como fácil pasa.
860
Las dificultades
merecen almas.
Lo que cuesta se estima:
¡Viva quien mata!
Siendo la hermosura
865
prenda tan alta,
por culpa del dueño
no es estimada.
Atalanta sola
supo estimarla.
870
Lo que cuesta se estima:
¡Viva quien mata!

[Quintillas.]

MENANDRO
¿Qué te parece?

HIPÓMENES
No sé
cómo te diga, pastor,
lo que en sus ojos miré.

TIMBREO
875
¿Qué sientes?

HIPÓMENES
Muero de amor:
rayo en mis sentidos fue.
¡Con qué brevedad entró
por el más noble sentido
al alma que me abrasó!

TEBANDRO
880
¿Qué dices?

HIPÓMENES
Que estoy perdido.
Otro soy; que no soy yo.
¡Cuan en vano me espantaba
de aquel que por tu belleza
una vida aventuraba,
885
cifra de naturaleza
donde su poder se acaba!
Que mil vidas que tuviera,
todas por ti las perdiera.
Tebandro, yo he de correr.

TEBANDRO
890
¿Búrlaste?

HIPÓMENES
Burlé, sin ver
lo que vi ¡Que nunca viera!
¡Ay de mí! ¿Por qué dilato
poner en ejecución
lo que ya en el alma trato?

TEBANDRO
895
Por tan liviana ocasión,
¿eres a tu vida ingrato?
Detente: no digas nada
a esta mujer, si es mujer
cosa tan fiera y helada.

HIPÓMENES
900
Si la pudiese vencer...

TEBANDRO
Esa esperanza, engañada,
todo este campo ha teñido
de sangre, de mil que han sido
como tú. Mas Dios te guarde.

HIPÓMENES
905
Y ¿seré yo más cobarde,
si es mi amor más atrevido?
Si alguno la ha de vencer,
¡Ay cielos! ¿no puede ser
que sea yo? ¿Qué me acobardo?

ATALANTA
910
[Aparte.]
¡Qué mancebo tan gallardo!

HIPÓMENES
[Aparte.]
¡Qué más que humana mujer!

ATALANTA
[Aparte.]
¡Oh, cuánto me pesaría
que a pretenderme viniese!

HIPÓMENES
[Aparte.]
¡Ay, si la llamase mía!

ATALANTA
915
[Aparte.]
¡Ay, si la muerte le diese
Y qué lástima sería!

HIPÓMENES
[Aparte.]
De la sentencia el rigor
me hiela. Abrásame amor.
Temor me está deteniendo.
920
Pero amor me está diciendo
que me dará su favor.

ATALANTA
[Aparte.]
De cuantos mancebos vi,
ninguno así me agradó.
¡Nunca yo le agrade así!
925
Que aunque más le quiera yo,
El jamás me quiera a mí.
¿Quién ha visto no querer
el que quiere ser querido?
Pues en mí se viene a ver,
930
porque ha de morir vencido,
y no he de ser su mujer.
Pues dejarme vencer yo
y perder mi honor, no puedo.

HIPÓMENES
[Aparte.]
Si amor se determinó,
935
¿por qué me detienes, miedo?
Nunca quien amó, temió.
¿Quiero? Sí. Pues ¿cómo temo?
¿Temo? No. Pues ¿en qué cosa
reparo, si en el extremo
940
desta luz soy mariposa,
y a cada vuelta me quemo?
[A ATALANTA.]
¡Oh tú, que en belleza igualas
el sol, de su luz vestida,
que por los ojos exhalas,
945
llévame también la vida
donde me quemas las alas!
Doncella hermosa, o deidad
divina, que en sombra humana
disfrazas tu claridad,
950
a tu vista soberana
se presenta mi humildad.
El premio de tu hermosura
me anima a perder la vida,
que por el bien que procura,
955
es más inmortal, perdida,
que la del alma segura.
Si te venzo y te poseo,
no porque eres celestial
desprecies mi buen deseo;
960
que soy, aunque soy mortal,
hijo del rey Megareo.
De mi amor me maravillo,
como aspiro a tanta gloria,
mas ya vencido, me humillo.
965
Corramos: tú a la victoria,
y yo, señora, al cuchillo.

ATALANTA
Mancebo, cualquier que seas,
gran lástima tengo en ver
que a ti mismo no te veas,
970
pues pudiéndote querer,
otra hermosura deseas.
Si no te dueles de ti,
ten de tus padres dolor;
que ya veo desde aquí
975
la fuerza de su rigor,
por el que me das a mí.
Si es mostrar que amor me tienes,
yo le creo, sin probar
el ánimo con que vienes.

HIPÓMENES
980
Con mostrarme ese pesar,
más me animas que detienes.
Si primero que supiese
que te agradaba, te di
el corazón, no te pese
985
de que quien te agrada a ti
lo que le has dado te diese.
Ya no hay remedio: más quiero
que vivir sin ti, morir.
Si de amor por verte muero,
990
¿qué más morir que vivir
adonde la muerte espero?
Corramos, y los despojos
goza, y no te cause enojos,
que yo gusto, y justo es,
995
de que mates con los pies
lo que abrasas con los ojos.

ATALANTA
¡Que sea tan desdichada,
y de tan contraria suerte,
que de lo que más me agrada,
1000
para su temprana muerte
sea mi hermosura espada!
Vete, mancebo, y no quieras
Pagarme mal este amor.
Mira que la muerte esperas.

HIPÓMENES
1005
Yo he de morir.

ATALANTA
¡Qué dolor!
¡Qué mal tu edad consideras!

HIPÓMENES
Acaba ya.

ATALANTA
Yo no quiero.
¡Jueces!...

HIPÓMENES
¿O es ley, o no?

MENANDRO
Ley es.

HIPÓMENES
Pues si es ley, ¿qué espero?
1010
Vencida se confesó.

ATALANTA
[Aparte.]
Hoy le doy la muerte, hoy muero.

HIPÓMENES
¿Qué respondes?

ATALANTA
Que a correr
vamos, pues quieres morir.

HIPÓMENES
Ve adelante.

ATALANTA
¿Qué has de hacer?

HIPÓMENES
1015
Mi persona prevenir.

ATALANTA
¡Cielos, dejalde vencer!

(Todos se vayan, y quede HIPÓMENES.)
[Redondillas de 7 sílabas.]

HIPÓMENES
Ya parte a la carrera,
ya con pecho brioso
desnuda el cuerpo hermoso,
1020
para quedar ligera.
Ya bulle, con los velos,
enamorado el aire.
¡Qué gracia! ¡Qué donaire!
De todos tengo celos.
1025
¡Oh! ¡Quién cegar pudiera
a cuantos han mirado
el cuerpo delicado
de aquella hermosa fiera!
Deidades de los cielos,
1030
debeisos de reir,
que estoy para morir,
y me muero de celos.
No dirá amor, si advierte
lo que estoy esperando,
1035
que voy de espacio amando,
pues corro hasta mi muerte.
De morir no me pesa,
que si vencer deseo,
es por el bien que veo
1040
de tan gloriosa empresa.
Venus, reina divina,
de amor estrella pura,
que al sol por su hermosura
su rayo siempre inclina;
1045
soberano planeta,
que amor al hombre influyes,
tú que de ingratos huyes,
mi ruego humilde aceta:
dos palomas ofrezco
1050
a tus aras sagradas,
de oliva coronadas,
si tanto bien merezco.
De mis años te duele
y de mi padre anciano,
1055
que no me queda hermano
que su vejez consuele.
Si amaste, Venus bella,
mira la pena mía,
y en este mar me guía
1060
como divina estrella.

(Baje de un cielo, que estará hecho, una nube cerrada, y ábrase a la mitad con música, saliendo della muchos pajarillos, y véase VENUS dentro con algunos CUPIDILLOS pintados, o de bulto, y diga:)
[Octavas.]

VENUS
Hipómenes, yo vengo enternecida
de tus ruegos y lástimas, y quiero
darte favor y remediar tu vida
con una industria en que tu bien espero.
1065
Atalanta no puede ser vencida,
porque el viento veloz no es tan ligero.
Sobre los trigos, con destreza extraña,
camina sin doblar la débil caña,
Pero con estas tres manzanas de oro,
1070
así la vencerás en la carrera.
En viendo la ventaja, su decoro
descompondrás echando la primera;
si ves que la codicia del tesoro
la vence, la segunda y la tercera
1075
podrás echar; que mientras va por ellas,
podrás dejar atrás sus plantas bellas.
Con esto, al palio llegarás primero,
gozando el premio que mil vidas cuesta.

HIPÓMENES
¡Reina de las estrellas, y lucero
1080
que aposentas al sol cuando se acuesta,
madre de amor, retrato verdadero
de la piedad, los cielos hagan fiesta
a tu nombre divino, y los amores
siembren sobre la tierra oliva y flores!
1085
Por ti vive la paz, por ti se aumenta
y propaga el linaje de los hombres,
el ave vuela, el árbol se sustenta,
y hasta las fieras de temidos nombres.
Dame licencia, y a mi curso atenta,
1090
turba el suyo ligero.

VENUS
No te asombres,
que vencerás si mi consejo tomas.

HIPÓMENES
Tuyas serán dos cándidas palomas.

(La nube se cierre, y suba con música. HIPÓMENES se entre y salga CUPIDO con tres niños: NARCISO, JACINTO y GANIMEDES.)
[Redondillas.]

JACINTO
¿A qué habemos de jugar?
Diga Cupidillo un juego.

CUPIDO
1095
Mis juegos todos son fuego,
¿para qué os queréis quemar?

GANIMEDES
Dile tú, Narciso.

NARCISO
¿Yo?

GANIMEDES
Tú, pues...

NARCISO
Vaya al esconder.

CUPIDO
No soy de ese parecer.

JACINTO
1100
Al esconder, ¿por qué no?

CUPIDO
¿No soy amor?

JACINTO
Es verdad.

CUPIDO
Pues cosa imposible ha sido
estar amor escondido.
Que el fuego da claridad.

JACINTO
1105
Ganimedes diga un juego.

GANIMEDES
Juguemos a la gallina
ciega.

NARCISO
Bien; echo la china.

JACINTO
¿Para qué? Cupido es ciego.

CUPIDO
Aunque ciego, Dios me guarde.

NARCISO
1110
¿A quién toca como a ti?

CUPIDO
No me hagáis gallina a mí,
porque no hay amor cobarde.

NARCISO
Di tú, Jacinto, algún juego.

JACINTO
Juguemos a la palmada.

CUPIDO
1115
Ninguno desos me agrada.
Todos son juegos de ciego,
y no quiero juego yo
que tanto imita los celos.

NARCISO
¿Cómo?

CUPIDO
Todos son desvelos,
1120
y adivina quién te dio.

JACINTO
¿Ningún juego te da aliento?
Ya es ese mucho rigor,
pero basta ser tú amor
para nunca estar contento.

CUPIDO
1125
Juguemos al abejón.

GANIMEDES
Para ti es de gusto, hermano,
que al que coges a tu mano
le das lindo bofetón.

NARCISO
Juguemos a los señores.

CUPIDO
1130
Donde hay amor no hay señor,
que todo lo iguala amor:
por eso, no te enamores.

GANIMEDES
Juega al toro de las coces.

CUPIDO
Soy amor: no quiero toro,
1135
Y más, coces.

NARCISO
Eso ignoro.

CUPIDO
Es porque no me conoces.

NARCISO
¿No es mejor ir a coger
fruta a alguna huerta?

JACINTO
Sí.

GANIMEDES
¿Habrá fruta por aquí?

JACINTO
1140
En Chipre, ¿no la ha de haber?

NARCISO
Espérate, Ganimedes,
que allí he visto una colmena.

GANIMEDES
¿Tiene miel?

NARCISO
Toda está llena.

GANIMEDES
¿Saltarás tú las paredes?

NARCISO
1145
Si tú te pones a gatas,
Pondréme de pies en ti.

JACINTO
Paso: un pastor viene aquí,
no te entienda lo que tratas.

(Sale FRONDOSO.)

FRONDOSO
Después que el señor Apolo
1150
estuvo conmigo airado,
ando por aqueste prado
afligido, triste y solo.
Díjome, por maldición,
que a nadie parecería
1155
la forma que antes tenía:
¡Bien castigó mi intención!
Desde entonces no he dejado
fuente, ni aun arroyo dejo,
que no me sirva de espejo:
1160
en su cristal me traslado.
Pero en unas me parezco
elefante, en otras toro...
Yo ¡triste! aflíjome, lloro,
y en extremo me entristezco.
1165
Huyo de mí por no verme;
mas viendo que voy conmigo,
dejo lo mismo que sigo,
y comienzo a enloquecerme.
¡Oh Apolo! De tu justicia,
1170
a tu piedad santa apelo.
¡Oh, cuánto castiga el cielo
un pecado de malicia!
Confieso que fue maldad;
mas tú eres Dios, yo soy hombre;
1175
la diferencia del nombre
ha de obligar tu deidad.

GANIMEDES
¡Ay, Jacinto! Allí, ¿no estaba
un pastor?

JACINTO
Allí le vi.

NARCISO
¿Volvióse culebra?

CUPIDO
Sí.

GANIMEDES
1180
¡Oh, qué culebra tan brava!
Huye, Cupido.

FRONDOSO
¿Qué es esto?
Culebra dicen que soy.
A verme a esta fuente voy.

(Vase FRONDOSO.)

JACINTO
Arma el arco, tira presto.

CUPIDO
1185
¡Oh, si esta sierpe matase
como Apolo!

NARCISO
Ya se huyó.

JACINTO
Luego ¿no le tiró?

NARCISO
No.

CUPIDO
Miedo tuvo que tirase.

JACINTO
De eso las fuerzas se arguyen
1190
de tus manos rigurosas,
pues las sierpes venenosas,
Amor, de tus flechas huyen.
Trepemos a la colmena.
No hay de qué tener temor.

GANIMEDES
1195
Llega desta parte, Amor.

CUPIDO
¡Oh, qué linda miel!

NARCISO
¿Es buena?

CUPIDO
¡Ay, ay, ay!

GANIMEDES
¿Qué es eso?

CUPIDO
¡Ay, madre,
que una de estas me picó,
que andan en la miel!

JACINTO
Pues yo
1200
Oí decir a mi padre
que, sacando lo que deja,
cesa el dolor.

GANIMEDES
¡Ay, Narciso!
que huigamos de aquí te aviso,
no te pique alguna abeja.

NARCISO
1205
Vamos, Jacinto.

GANIMEDES
También
a casa me quiero ir.

(Vanse todos y quede CUPIDO.)

CUPIDO
¡Ay Dios, que me he de morir!
¡Tanto mal en tanto bien!
¿Esto es miel? ¿Esto es dulzura?
1210
¡Qué amarga pena que cuesta!
¿Esta es miel? Ponzoña es ésta,
engaño y traición segura.
¡Ay! ¿qué haré, triste de mí?
Hinchado se me ha la palma.
1215
¡Ay, que si lo sabe el alma,
se me saldrá por aquí!

(Sale VENUS.)

VENUS
Cansada estoy de buscarte.
Yo juro que he de ponerte
a la escuela, por hacerte
1220
bueno a puro castigarte.
¿Dónde has estado perdido?
En las espaldas te quiero
poner, Cupido, un letrero.
Ya no es Amor conocido:
1225
como reina el interés,
no saben quién es Amor.

CUPIDO
¡Ay, qué terrible dolor!

VENUS
¿De qué lloras?

CUPIDO
¿No lo ves?
[Romance.]
Por los jardines de Chipre,
1230
madre, andaba divertido,
entre las flores y rosas
jugando con otros niños.
Cuál trepa por algún sauce,
presumiendo alcanzar nidos,
1235
cuál hace jaulas de juncos
por coger los pajarillos,
cuál coge verdes almendras,
cuál blancas flores de espinos,
cuál entreteje guirnaldas
1240
de rosas y azules lirios,
cuando en unos corchos altos,
los sabrosos edificios
de cera y miel nos llamaron
con sus panales nativos.
1245
Púsose Jacinto a gatas,
comenzó sobre él Narciso
a ver si sacar podía
la miel por algún resquicio...
Yo, ¡triste! que siempre fui
1250
para mi gusto atrevido,
metí la mano en el corcho...

VENUS
¡Qué notable desatino!

CUPIDO
Madre mía, una avecilla
que apenas no tiene pico,
1255
me ha dado el mayor dolor
que pudiera un áspid libio.
Ves aquí, madre, la mano.
Ponme un paño. Estoy perdido.
Cúrame presto, ¡ay de mí!
1260
¡Presto, presto!

VENUS
No des gritos,
sino advierte que tú eres
niño pequeño, Cupido,
y que, en picando en los ojos
como fiero basilisco,
1265
dejas en el alma y pecho
más fuego que en el abismo.
Y eres tan cruel tirano,
que a mí propia me has herido,
con ser tu madre. Y así,
1270
te ha dado el cielo el castigo.
De Adonis me enamoraste...
¡muerta estoy, pierdo el juicio!
Celos de las ninfas tengo
de este bosque y de este río.
1275
A buscarle vengo aquí
por tu ocasión, enemigo.
¡Plegue al cielo que te vea
puesto en el mismo peligro:
que, siendo amor, te enamores,
1280
porque mueras en tu oficio!
¡y no maldigan los hombres
mi vida por tus delitos!
Que no hay mujer que no diga,
de las que una vez te han visto,
1285
que no está por ti sin fama,
desde Lucrecia hasta Dido.
Por ti Roma, España, Troya...

CUPIDO
Quedo, madre, que yo os digo
que no soy sólo el culpado
1290
de tus locos desatinos.
Todos se quejan de amor,
¡ya he visto versos y libros!,
porque todas sus flaquezas
quieren disculpar conmigo.
1295
¿Qué importa que yo os provoque,
si tenéis libre albedrío?
Pero no hacéis resistencia
a vuestro propio apetito.
Yo iré a vengarme de vos:
1300
¡sabrá Marte y el Sol mismo
lo que pasa con Adonis!

(Vase CUPIDO.)

VENUS
Oye, vuelve, espera, niño.
Fuese. ¿Hay tal atrevimiento?
Pues ¡por Júpiter divino,
1305
que te has de acordar de mí
si otra vez los cielos piso!

(Sale FRONDOSO.)
[Endecasílabos sueltos, esdrújulos.]

FRONDOSO
¿Hay ventura tan alta ni tan célebre?
En efecto, las cosas más difíciles
tienen su fin. Que a todo llega un término.

VENUS
1310
Frondoso, ¿de qué vienes tan atónito?

FRONDOSO
Pastora celestial, belleza angélica,
¿quién eres tú que de mi nombre rústico
te has acordado, cuando aquestos bárbaros
me tienen por león, por sierpe rígida,
1315
que unos me llaman toro y otros sátiro?

VENUS
Una extranjera soy, que de las márgenes
del Erimanto vine a vuestros límites.

FRONDOSO
Si no eres Venus o la luna errática,
Arïadna serás, serás Andrómeda,
1320
imagen ya de la celeste máquina.
Mas pues que te disfraza el mortal hábito,
oye el suceso en este breve epílogo:
Atalanta veloz, que huyendo el tálamo
vino por estos bosques, siempre indómita...
1325
la que, como has oído, fue tan áspera,
a cuantos en el curso ligerísimo
pudo vencer, dio en pena muerte infelice,
corrió esta tarde con el bello Hipómenes;
pero valióse de una industria el príncipe,
1330
que tres manzanas, más que las Hespérides,
que Medea guardó con arte mágica,
le fue arrojando entre las plantas ágiles;
con que, mientras la ninfa iba cogiéndolas,
ganó el laurel tan digno de sus méritos.
1335
Diéronsela sus padres sin escándalo,
y celebróse allí la boda espléndida,
a que han venido en infinito número
habitadores de estos campos fértiles.
Esta es historia digna de corónica.
1340
Dadme licencia, pues están pacíficos,
que de esta fuente en el cristal diáfano
que corre entre los pies de aquellos árboles,
pues ya que me llamáis mi nombre y título,
me vaya a ver con miedo de un oráculo
1345
que me ha representado en mil imágenes.

VENUS
Guíete amor.

FRONDOSO
Y cumpla tus propósitos.

(Vase FRONDOSO.)

VENUS
Huélgome que Atalanta, ya doméstica,
sea de amor por mis ardides víctima.
Eso me debe Hipómenes solícito.
1350
Bañen mis aras dos palomas cándidas,
cante su amor en dulce voz Calíope,
desde el blanco alemán al negro etíope.

(Salen HIPÓMENES y ATALANTA.)
[Quintillas.]

HIPÓMENES
Dulcísima esposa mía,
que mil años guarde el cielo
1355
en mi alegre compañía.
Sol, que has dado en mortal velo
envidia al que alumbra el día:
tan rico de tu hermosura
voy por aquesta espesura,
1360
que se para, al ver que llevo
otro más hermoso Febo,
la celeste arquitectura.
No venció mi ligereza
la tuya; venció mi amor,
1365
que siendo igual en grandeza
al sol, pienso que es mayor
que tu divina belleza.
Vencí, Atalanta, vencido:
victorioso y preso voy.

ATALANTA
1370
Mi bien, la vencida he sido:
yo confieso que lo estoy,
y que amor lo ha permitido.
Antes de vencer, venciste,
porque desde que te vi,
1375
a tu valor me rendiste.
A correr vencida fui,
y tú victorioso fuiste.
No fue codicia del oro
de las manzanas, mi bien;
1380
de ti sí, que eres tesoro
de mayor valor, y a quien
por oro del alma adoro.

HIPÓMENES
Pues ¿qué piensas tú que fueron
las manzanas que la palma
1385
de la victoria me dieron?
Las tres potencias del alma,
que tus desdenes vencieron.
La primera que a tu gloria
ofrecí, sin libertad,
1390
para tan alta victoria,
fue mi ciega voluntad.
La segunda, mi memoria.
Pero pienso que hablo a tiento.
Que creo que la primera
1395
fue, esposa, mi entendimiento;
porque si no te entendiera,
no amara con fundamento.
De entenderte nació amarte.
Pero mira que he de hablarte
1400
en cosas de amor aquí;
del cielo, a quien te pedí,
vengo, Atalanta, a celarte.
Estos árboles no son,
por ser de este monte sendas,
1405
buenos en esta ocasión.
Aquí hay un templo.

ATALANTA
No ofendas
su divina religión.
Mira que de Venus es.

HIPÓMENES
¿Qué es Venus?

ATALANTA
Venus es diosa,
1410
y reina de amor.

HIPÓMENES
Después
que yo te vi más hermosa,
pongo esa diosa a tus pies.
No hay Venus ya, ni de amor
otra diosa que Atalanta.

VENUS
1415
[Aparte.]
¡Qué bien me paga el favor!
¿Hay descortesía tanta?
¿Hay ingratitud mayor?

HIPÓMENES
¿Sabes, mi bien, que quisiera
ver esa Venus aquí,
1420
porque confesar la hiciera
que eres más bella, y que a ti
el arco y flechas te diera?
Que tú has de matar de amor;
porque Venus, que le vende
1425
por interés, ¿qué valor
puede tener, pues ofende
su calidad?

VENUS
[Aparte.]
¡Oh traidor!
¡Oh costumbre de los hombres,
el pagar los beneficios
1430
con estos ingratos nombres!
¿Estos son los sacrificios?

HIPÓMENES
Vamos, mi bien: no te asombres,
que no hay dioses en la tierra
que puedan hacerme guerra
1435
donde tengo tu hermosura.

(Éntrense en el templo los dos.)

VENUS
¿Hay mayor descompostura?
A poder decir que yerra
en alguna cosa el cielo,
fuera en no haber destruido
1440
con agua o con fuego el suelo.
¡Bien lo tengo merecido,
pues en su bien me desvelo!
¡Traidor, mis manzanas de oro
te han dado a Atalanta bella,
1445
y así tratas mi decoro!
Mas no vivirás con ella,
por la vida a quien adoro.
¡Vive Adonis, que he de daros
la pena que merecéis,
1450
y en leones transformaros,
para que al mundo le deis
con dos ejemplos tan raros!
Salid luego de mi templo,
dejando la humana forma,
1455
pues tan fieros os contemplo:
esa figura os conforma.
Servid, ingratos, de ejemplo.
No hay que moverme con llanto.
Por esos montes huid,
1460
dando a las fieras espanto.
Entre ellas siempre vivid,
pues las parecisteis tanto.
¡Qué triste estoy! Buscar quiero
mi sol, que con él confío
1465
templar este enojo fiero.
Amanece, Adonis mío,
si soy tu amado lucero.


Acto III

Salen APOLO y CUPIDO.
[Redondillas.]

APOLO
Mucho me espanto de ti,
que me digas su afición.

CUPIDO
1470
Tu celosa condición,
dorado Apolo, advertí.
Tengo tan aborrecida
la de mi lasciva madre,
y el ver que al cielo y mi padre
1475
ofenda su libre vida,
que darte aviso intenté,
para que otra vez tu mano
ponga la red de Vulcano.

APOLO
Todo lo he visto y lo sé.
1480
¿No sabes que soy el sol,
vida y luz de los vivientes,
de cuyos rayos ardientes
es todo el mundo un crisol?
¿No sabes que estoy mirando
1485
desde mi eclíptica bella,
y por las figuras de ella
discurriendo y paseando,
esta máquina inferior,
donde nada se me encubre,
1490
porque todo lo descubre
mi divino resplandor?
¿No ves que en mis paralelos,
que el año del mundo cuenta
por trescientos y sesenta
1495
y cinco, giro los cielos,
en que reparto los días?
¿Y que más que el pensamiento
el primero movimiento
recoge las fuerzas mías,
1500
y desde Oriente a Poniente
me obliga a ver cuanto encierra
el círculo de la tierra,
la blanca y la adusta gente?
¿No ves que tan presto voy,
1505
cuando es noche en este polo,
a ver el Ártico?

CUPIDO
Apolo,
pues de tus ojos estoy
cierto que todo lo ven,
¿cómo has sufrido que viva
1510
libre esta Venus lasciva
con este Adonis también?
¿No basta el amor de Marte,
que fue de los dioses risa?

APOLO
Mi luz, que el mundo divisa,
1515
en dos polos se reparte.
Mientras iba al de Calixto,
la Luna, mi hermana, fue
la que en mi lugar dejé,
y ella sin duda lo ha visto.
1520
No me ha querido decir
su injusta conversación,
porque adora a Endimión,
antes la quiere encubrir.
Que bien saben las mujeres,
1525
unas por otras, amando,
ya callando, y ya negando,
encubrirse sus placeres.
Lo que yo vi por el día
no fue más de un tierno hablar;
1530
que a veces no puedo entrar,
Cupido, donde querría.
En los bosques se escondieron,
cuyos árboles frondosos
nunca a mis rayos celosos
1535
entrada a sus plantas dieron;
mas yo haré venganza en ellos
luego que el verano llegue,
cuando la humedad les niegue
para sus verdes cabellos.
1540
Esto vi, mas sospeché
que era sólo amor, Cupido.
Pero si tú la has herido,
culpa de tus flechas fue,
¿cómo a Venus se la pones?

CUPIDO
1545
Si va a decir la verdad,
yo pongo en su voluntad
estas libres aficiones.
Todo es venganza de ver
que esta loca se desvela
1550
en que yo vaya al escuela,
y aprenda, Apolo, a leer.
Ya leo, ya sé escribir,
compongo versos de amor,
en que digo aquel rigor
1555
que doy al alma a sentir;
mas ella, porque el maestro
me azote, me pone allí;
que por lo que toca a mí,
ya estoy en las letras diestro.
1560
Haz, por tu vida, venganza
de este mal nacido amor.

APOLO
Adonis es cazador,
que puede darte esperanza.
Vete, y déjame con él,
1565
que yo le daré la muerte.

CUPIDO
Pues ¿adonde vuelvo a verte?

APOLO
Junto a aquel verde laurel.

CUPIDO
¡Aun no tienes olvidada
a Dafnes, que en él suspira!

APOLO
1570
¡Oh, traidor, que flechas de ira
pusiste en su vida airada!
Vete, que si de mi historia
me renuevas el dolor,
no haré cosa, niño Amor,
1575
que no aflija mi memoria.

CUPIDO
Guárdete Júpiter santo.

(Vase CUPIDO.)

APOLO
De Venus me afligen celos
desde que ayer, por los cielos,
enjugué del alba el llanto.
1580
Pagarme tiene la injusta
muchas burlas que me ha hecho
Salga Adonis de su pecho.
Cosa de que tanto gusta.
Bajen mis rayos divinos
1585
a los centros abrasados,
aunque no están enseñados
a tan escuros caminos.
A las tinieblas eternas
demos luz. Oye, Plutón:
1590
tú, que la vil confusión
de la escuridad gobiernas,
a mi claridad camina;
y aunque estés en fuertes lazos,
deja un momento los brazos
1595
de tu amada Proserpina,
(Levántese un lienzo en que estará pintado un edificio, quedando arriba hecho cielo con sus estrellas, sol, y luna pintados, y descúbrase debajo otro a modo de infierno.)
deja la tiniebla, y ponte
presto a escuchar la voz mía,
o de tus furias me envía
a la fieras.
1600
Sal presto: ¿quieres acaso
que entre mi luz más adentro?

(Salga la furia TESIFONTE vestida de negro, y bordada de llamas, con un cuello de velo negro, y argenterías, el tocado lo mismo, con algunas sierpes de oro.)

TESIFONTE
Ya desde el escuro centro
salgo a detener tu paso.
Detente, Apolo divino,
1605
Tesifonte soy: ¿qué mandas?
Tú, que por los aires andas,
y es el cielo tu camino,
¿cómo descendiste al centro?
Aquella dorada cinta
1610
que tu luz adorna y pinta,
no la has de hallar aquí dentro.
Las figuras celestiales
son aquí tormentos feos,
Tántalos y Prometeos,
1615
en sus penas infernales.
Aquí no hay que repartir
el año en sus doce meses,
ni hay aquí plantas ni mieses,
ni flores que producir.
1620
Aquí no hay oro ni plata,
alquimista celestial.
De sólo fuego inmortal,
Discordia, y rigor, se trata.
¿Qué es lo que quieres, que así
1625
con tus rayos nos ofendes,
pues hacer día pretendes
la noche que vive aquí?

[Romancillo de 7 sílabas (endechas italianas).]

APOLO
Tesifonte sangrienta,
señora de las armas.
1630
que con hachas de fuego
influyes guerras tantas,
yo no quiero que al mundo
como otras veces vayas,
ceñida de serpientes,
1635
y de diamante armada,
a destruir la Europa,
a disfamar el Asia,
al África desierta,
ni a las indianas playas.
1640
Estése queda Grecia;
y Troya, coronada
de muros y de olivas,
no tiemble de Casandra.
Duerma el soldado fuerte.
1645
Los parches de las cajas
sólo a los dados sirvan,
y a la fortuna varia.
Las trompetas sonoras,
el bronce por quien hablan,
1650
para siempre enmudezcan,
ciegas de poco usadas.
Estense las banderas
dobladas en las astas,
sin que las haga el viento
1655
colores de sus alas.
Las espadas sangrientas
no salgan de las vainas,
ni las pintadas flechas
de los carcajes salgan.
1660
No se esmalten de plumas
las lustrosas celadas,
ni los fresnos y abetos
den ramas a las lanzas.
Las naves de altos bordes
1665
embarquen oro y plata,
no lleven municiones
ni escuchas en las gavias.
Que vayas quiero sólo
a los bosques de Arcadia,
1670
y en un jabalí fiero
embistas tu arrogancia.
Éntrate, Tesifonte,
en sus fieras entrañas,
para matar a Adonis,
1675
que ha de salir a caza;
que yo te le pondré
donde con furia extraña
su verde edad malogres,
y a Venus su esperanza.

TESIFONTE
1680
Apolo soberano,
que tú lo mandes basta
para que te obedezca
cuanto el infierno abarca.
Vete ligero al cielo,
1685
porque después que estampas
tu luz en mis tinieblas,
descansan estas almas:
ni aquel peñasco duro
que a Sísifo quebranta,
1690
ni de Ixïon la rueda,
ni las cincuenta hermanas...
Caronte alzó los remos
de su mohosa barca,
Radamanto no juzga,
1695
ni el Cancerbero ladra.
Yo voy luego a ese bosque,
y por la misma traza
daré la muerte a Adonis.

APOLO
Si aquella vida acabas,
1700
te prometo cien libras
del oro de la Arabia
para unas armas bellas.

TESIFONTE
Pues cumple tu palabra,
y vete presto al cielo,
1705
que su grandeza agravias
en este escuro limbo.

APOLO
Yo vuelvo a ver mi patria.

(Vanse, y salen VENUS y ADONIS, VENUS viene deteniéndole.)
[Quintillas.]

VENUS
Detente, por vida mía,
si la estimas, prenda amada.

ADONIS
1710
Suelta, acaba.

VENUS
No querría
que te sucediese nada.

ADONIS
En mi destreza confía,
que yo suelo al más ardiente,
fiero jabalí, que baña
1715
de sangre y de espuma el diente,
testigo aquesta montaña,
atravesar el tridente.
Un oso bajaba ayer,
todo de abejas pintado,
1720
a este arroyuelo a beber,
o porque en su vidro helado
pensaba su ardor vencer.
Y por esos ojos bellos,
espejos de aquestos míos,
1725
y esos divinos cabellos,
pues mis juveniles bríos
pudiste rendir con ellos,
que de errarle con sospecha,
junté del arco las puntas
1730
con tal fuerza, que la flecha,
al acabar de estar juntas,
rompió los aires derecha,
y estando un instante en calma,
después de muerto vivió
1735
para darme mayor palma,
porque la flecha no dio
lugar que saliese el alma.
Pero, en fin, como le toca
a lo mortal que no impida
1740
lo mismo que le provoca,
como le cerró la herida,
salió el alma por la boca.

VENUS
Mi bien, ya estoy satisfecha
de tu valor, si por dicha
1745
piensas que hablé con sospecha.
Mas suele ser la desdicha
del arco del cielo flecha.
¿Adónde hallará reparo
el hombre cuando le tira?

ADONIS
1750
Si tengo un Dios por amparo
y escudo para su ira,
¿qué más divino reparo?

VENUS
¡Ay, mi bien! En casos tales,
temor hiela, y amor ciega.
1755
No sólo entre los mortales
la envidia vive; que aun llega
a los dioses celestiales.
Siéntate aquí, por mi vida.

ADONIS
¡Oh, cómo vienes extraña!
1760
¿Ya mi valor se te olvida?
Deja que aquesta montaña
siguiendo las fieras, mida.
Si mi rostro y mi cabello
señas femeniles son,
1765
mira que un hombre, si es bello,
tiene más obligación.

VENUS
¿De qué?

ADONIS
De no parecello.
Un feo procure ser,
a puro artificio, hermoso;
1770
y un hermoso, parecer
valiente, fuerte, animoso,
o confiese que es mujer.

VENUS
Ya, mis ojos, que porfías,
digo que vayas; mas quiero,
1775
pues son tan grandes los días,
que pases el sol primero
al pie destas fuentes frías.
Esto no es contra el valor
de tu nombre.

ADONIS
Eso es muy justo.

VENUS
1780
Y entretanto, mi señor,
te contaré por mi gusto
la ocasión de este temor.

ADONIS
Ya te obedezco, y aquí
me siento.

VENUS
Espera, que a ti
1785
que te sirva es justa cosa
el regazo de una diosa.

ADONIS
Comienza.

VENUS
Está atento.

ADONIS
Di.

(Siéntese VENUS, y póngase en su regazo ADONIS recostado, y ella diga así:)
[Romancillo de 7 sílabas (endechas italianas).]

VENUS
Hubo, querido Adonis,
en aquestas montañas,
1790
una famosa ninfa.
que se llamó Atalanta.
Por no casarse, hizo
una ley tan extraña,
que a los que pretendían
1795
casarse, los forzaba
a que corriesen juntos;
pero si no ganaban,
cortábales los cuellos.
¡Qué caras esperanzas!
1800
Venció treinta mancebos,
que de provincias varias
vinieron a la empresa
vencidos de su fama.
Entre los cuales uno,
1805
que Hipómenes llamaban,
me ofreció dos palomas
si mi favor le daba.
Movióme el pecho, y díle
de oro tres manzanas.
1810
Fue su codicia estorbo
de sus ligeras plantas,
y llegando primero,
venció la bella ingrata,
y se casó con ella.
1815
Que fue notable hazaña.
Mas donde el beneficio
sus pies divinos alza.
la ingratitud los pone,
borrando sus estampas.
1820
Así el mancebo ingrato,
pasando una mañana
por un templo de dioses,
no sólo degolladas
firmaron las palomas
1825
con plumas de sus alas
la obligación del voto
sobre las blancas aras,
mas infamó mi templo,
por quien mi mano airada
1830
los convirtió en leones.
Que es, Adonis, la causa
por donde yo te ruego
que no vayas a caza:
no tomen en tu vida
1835
de este agravio venganza.
¿Duermes, mis ojos? ¿Duermes?
Parece que le baña
los ojos blando eclipse
de sus estrellas claras.
1840
Amadríades verdes
de estas montañas altas,
salid a entretener
el bien de mi esperanza.
Tejed alegres coros
1845
y amorosas guirnaldas
al nuevo amor dormido,
incendio de las almas

(Estando ADONIS durmiendo en las faldas de VENUS, ella cantará lo siguiente, y a la segunda copla saldrá APOLO.)
[Romance.]

VENUS
Rapacillo lisonjero,
el de los ojos vendados.
1850
si no aciertas cuando tiras,
¿por qué te pintan con arco?
Niño, que engañas el tiempo,
¡un viejo de tantos años!,
¿por qué le hurtaste las alas,
1855
pues que te vas tan despacio?

APOLO
[Aparte.]
Quien llega a tan triste tiempo,
después de tiempo tan largo,
¿para qué pide esperanzas,
cuando le dan desengaños?
1860
¿Es posible que mis ojos
a Adonis están mirando
en el regazo de Venus?
¡Él durmiendo, ella cantando!
Pero yo soy el que sueño,
1865
pues mis ojos engañados
quieren juntar lo divino,
por lo imposible, a lo humano.

[Cantando.]

VENUS
Tú fuiste incendio de Troya,
de España, Roma y Cartago.
1870
Ni ha tenido imperio el mundo
de quien no fueses tirano.
Yo me estaba en mi sosiego,
de mi libertad gozando,
en la deidad de mi trono.
1875
sin pensamientos humanos.

APOLO
[Aparte.]
¡Que sufran celos de Apolo
tal infamia! ¡Que en sus brazos
vean un hombre mortal,
y no le abrasen mis rayos!
1880
Cielos, ¿soy el sol? ¿quién soy?
Cielos, si haberme mirado
con alas de cera un hombre
tuvistes por tanto agravio;
si Faetón era otro yo,
1885
y le veis precipitado
en el mar de su soberbia,
pudiendo en mi propio llanto,
¿cómo sufrís esta fuerza?
Pero ¿qué espero? ¿Qué aguardo?
1890
Voy a incitar las tres furias,
que una es poco en tantos daños.
Buscar quiero algún pastor
que ayude a mi engaño, en tanto
que Tesifonte se viste
1895
de aquel animal airado.
Verán los cielos agora
qué son celos, pues llegaron
a cegarme, si son celos
los celos averiguados.

(Levántase ADONIS a las voces.)
[Quintillas.]

ADONIS
1900
¡Válgame el cielo! ¿Qué es esto?

VENUS
¿Qué tienes, señor?

ADONIS
No sé.

VENUS
Pues habiéndote aquí puesto
desde mis brazos en pie,
¿te levantas descompuesto?

ADONIS
1905
La sangre de aquesta edad,
como está ardiendo en las venas,
finge con ferocidad
campañas de guerras llenas,
armas, sangre y novedad.
1910
Esto soñaba: no quieras
que con privación tan grande
intente algunas quimeras.

VENUS
¡Que el sueño en tus ojos ande
con imágenes tan fieras!
1915
Yo le haré dar tal castigo,
que no se burle contigo.
Mas ¿qué soñabas, mi bien?

ADONIS
Déjame.

VENUS
¡Tanto desdén,
querido señor, conmigo!

ADONIS
1920
Era todo fantasía.

VENUS
¿Qué tenías, prenda mía?
De tan mal sueño me advierte.

ADONIS
Corta vida y triste muerte,
soñaba yo que tenía.

VENUS
1925
Pues ¿eso te da pasión?

ADONIS
Tanta y con tanta razón,
que sólo, en este recelo,
puede tener tu consuelo
alegre mi corazón.

VENUS
1930
No creas lo que se ve
en ese lienzo imperfeto
de que el sueño pintor fue.
Pero advierte que el discreto
tiene por madre a la fe.

ADONIS
1935
Por serlo desde este día,
si por eso lo he de ser,
al sueño y su fantasía
te prometo no creer,
mas a la fe, madre mía.

VENUS
1940
Eso está puesto en razón.
Vete a cazar.

ADONIS
Bien podré,
sin que me cause pasión
con su temor; que bien sé
que los sueños, sueños son.

(Vanse y salgan APOLO y FRONDOSO.)
[Redondillas.]

APOLO
1945
Tente, no huyas de mí.

FRONDOSO
Diome el verte mil desmayos:
detén, Apolo, los rayos,
no muestres tu fuerza en mí.
Yo soy el que te quería
1950
con el pájaro burlar,
pero bien vine a pagar
la loca malicia mía.
A ninguno he parecido
este mismo ser que soy.
1955
A todos asombros doy,
ando de mí mismo huido.
Ya no llego a mi cabaña,
mi ganado menosprecio;
si tuve el cayado en precio,
1960
ni me ayuda ni acompaña.
Todo lo dejo olvidado,
y jamás cobrarlo espero;
que, de perdido, no quiero
mi ganado y mi cayado.
1965
A tal desesperación
he venido, que he perdido
mi sentido, mi vestido,
mi cayado y mi zurrón.
A todos parezco mal.
1970
Nadie lo que soy arguye.
Mi propia sombra me huye.
¿Quién ha visto pena igual?
Por venganza o compasión
aun no hay en mi mal testigos:
1975
los que me eran más amigos,
ya mis enemigos son.

APOLO
Lástima tengo de ti.
Mas yo te perdonaré
Y a tu forma volveré,
1980
si una cosa haces por mí.

FRONDOSO
¿Qué puede haber, Delio santo,
difícil para servirte?

APOLO
Quiero un secreto decirte:
mira si te estimo en tanto.
1985
¿Conoces un cazador
bellísimo de este monte,
que por todo su horizonte
no hay hermosura mayor?

FRONDOSO
¿Es Adonis, por ventura?

APOLO
1990
Por desventura, dirás.

FRONDOSO
Por la mía mucho más,
que por su mucha hermosura.
mi bella Camila adora
ese monstruo de belleza,
1995
donde la naturaleza
sus riquezas atesora.
¡Nunca yo le conociera!
¡Nunca este monte habitara!
El viento a verle se para,
2000
fuentes y árboles altera,
las ninfas que le han criado
pierden el seso por él,
hasta un ingrato laurel
en su tronco ha suspirado.
2005
Y aun dicen, y ser podría,
que ha bajado a nuestro suelo,
desde su tercero cielo,
Venus, a verle algún día.

APOLO
Ahora bien: lo que has de hacer
2010
es no más de irle a buscar,
y decirle que pasar
un jabalí viste ayer,
y que entiendes que está aquí;
que con codicia vendrá.

FRONDOSO
2015
Yo voy. Mas decid: ¿será
verdad que yo vuelva en mí?

APOLO
Pues que ya te perdoné,
no dudes que será cierto.
Busca a Adonis.

FRONDOSO
Hoy le advierto.

APOLO
2020
[Aparte.]
Y hoy la muerte le daré.

(Vase APOLO, y FRONDOSO quede.)
[Silva.]

FRONDOSO
¡Qué ventura tan grande que he tenido
en que Apolo, ofendido,
perdonase mi culpa!
Ya no seré de aquestos montes fiera.
2025
Admitió mi disculpa.
Mas ¿qué valle, qué prado, qué ribera
tendrá al hermoso Adonis?
Filomela, Coronis,
Progne y tantas hermosas dulces aves,
2030
que con voces süaves
celebráis su hermosura,
¿qué fuente clara y pura
le tiene agora, o qué florido prado?
Mas ¿no es aqueste? ¡Ay, cielos!
2035
sí, pues los lirios de este arroyo helado
se han vestido de celos.

(Salen ADONIS, CAMILA, y ALBANIA.)

CAMILA
No desprecies mi amor, deidad divina,
aunque en humanos velos
cubres el resplandor.

ADONIS
Camila bella,
2040
a tu Menandro inclina
los ojos, de piedad y amor vencidos.

ALBANIA
¡Con qué dichosa estrella
nació de estos floridos
valles la ninfa que gozar espera,
2045
en dulce matrimonio,
de tus años la verde primavera!

ADONIS
De vuestro amor me basta el testimonio
de tantas alabanzas.

ALBANIA
Qué, ¿ninguna te mueve?

ADONIS
2050
Albania, yo no doy mis esperanzas
como el almendro loco,
que la rígida nieve
del Capricornio helado tiene en poco.
Como el árbol discreto, el moral sabio,
2055
procedo en mi temor y en vuestro agravio.

CAMILA
Di, cuando burla sea,
que mi amor agradeces.

ALBANIA
Di, porque yo lo crea:
«Mi voluntad mereces».

ADONIS
2060
Digo que mayor daño
hace un fingido bien que un desengaño.

CAMILA
¿A cuál, di, por lo menos.
te inclinas de las dos?

ALBANIA
¿A cuál estiman
2065
esos ojos serenos?

ADONIS
Vuestros ruegos me fuerzan y me animan.
¿Queréis que os diga a entrambas lo que siento
de vuestra pretensión y pensamiento,
discreción y belleza,
2070
donde naturaleza
puso la ciencia del pincel cifrada?

ALBANIA y CAMILA
Sí.

ADONIS
Pues ninguna de las dos me agrada.

ALBANIA
¿En qué montañas ásperas naciste?

CAMILA
¿Qué tigre te dio leche, qué leona?
2075
¿Qué Cáucaso engendró tu basilisco?
¿En qué desierta, inhabitable zona,
en qué Libia aprendiste
esta crüel dureza?

ALBANIA
¡Oh, más duro que risco
2080
en las ondas del mar inexpugnable!

CAMILA
¡Oh, más fiero que el viento embravecido
en los Euripos, donde brama Scila!

[A ADONIS.]

FRONDOSO
Por no estorbar que Albania y que Camila
te dijesen sus celos, me detuve.
2085
Por este monte sube
agora un jabalí cerdoso y fiero:
si quieres que te sirva de montero,
sígueme, Adonis, y darásle muerte
con esta jabalina.

ADONIS
2090
¡Oh, buen pastor!

FRONDOSO
Agora, Adonis fuerte,
quiero ver tu valor y gentileza.

ADONIS
Por la huella camina,
mientras mis perros llamo.

FRONDOSO
Pues empieza.

ADONIS
¡To, Melampo! ¡To, Castor! ¡To, Menipo!
2095
Ya vienen.

FRONDOSO
Pues al paso me anticipo.

(Vanse FRONDOSO y ADONIS, y sale MENANDRO, y TIMBREO.)
[Redondillas.]

MENANDRO
¿Aquí me dices que están?

TIMBREO
Aquí, Menandro, las vi.

MENANDRO
¿No estaba Adonis aquí?

ALBANIA
Agora, Menandro, van
2100
él y Frondoso ligeros
tras un jabalí.

MENANDRO
Si busca
fieras, ¿para qué se ofusca
en buscar pechos más fieros?
Aunque pues sois tan de cera
2105
en adorar su desdén,
no os viene este nombre bien:
¡el que os desprecia es la fiera!

ALBANIA
Menandro, ¿tan declarado?

MENANDRO
Antes, Albania, te advierto
2110
que soy galán encubierto,
con temor de mal pagado.
No me querría embarcar
donde no pueda salir;
que encubierto puedo huir,
2115
y declarado esperar.
Hasta ver nuestros desvelos,
lazos del favor hacéis,
mas cuando en la red nos veis.
nos matáis A puros celos.

ALBANIA
2120
De mi error desengañada,
y el oráculo advertida,
quiero estimarte ofendida,
y amarte desengañada.

[A CAMILA.]

TIMBREO
Y tú, ¿qué dices de mí?

CAMILA
2125
Que agradecida a tu amor,
me ha pesado del rigor
que te he mostrado hasta aquí.

TIMBREO
Verdad ha venido a ser
el pronóstico de Apolo.

ALBANIA
2130
Tú eres mi amor, y a ti solo,
Menandro, pienso querer.

CAMILA
Y yo a ti solo, Timbreo.

MENANDRO
¡Gracias a amor soberano
que vuestro rigor tirano
2135
conoció nuestro deseo!

(Diga adentro ADONIS:)
[Romancillo de 7 sílabas (endechas italianas).]

ADONIS
¡Ay cielos!, ¡que me mata!
¡Socorro, Venus bella!
¿Adonde estás, señora?
Pues ¿cómo aquí me dejas?

CAMILA
2140
¿Qué voces dolorosas,
pastores, son aquellas?

ALBANIA
Adonis me parece,
¿si le ha muerto la fiera?

[Dentro.]

ADONIS
¡Ayúdame, Frondoso!

(Sale FRONDOSO con ADONIS en brazos.)

FRONDOSO
2145
Pastores de esta selva,
ayudadme a llorar
tan mísera tragedia.

ALBANIA
¿Es muerto el bello Adonis?

FRONDOSO
Cual cándida azucena,
2150
del labrador pisada,
inclina la cabeza.
Cual oriental jacinto,
cuando la noche llega,
las olorosas hojas
2155
marchita, humilla y cierra.
Salió de aquestos robles,
sobre quien ya descienda,
de Júpiter tonante,
la furibunda flecha,
2160
un jabalí cerdoso,
que por la boca abierta,
en vez de blanca espuma,
arrojaba centellas;
yo vi donde tocaban
2165
arder la verde hierba,
cual suelen los rastrojos
que los pastores queman.
El animoso mozo,
(el corazón me tiembla
2170
sólo en deciros esto)
salió de aquella senda,
y apenas el venablo
afirmado en la tierra
le puso al pecho, cuando
2175
por él al suyo se entran
los agudos colmillos,
¡Ay cielos!, y atraviesan
la carne delicada.

TIMBREO
Tente: ¿qué ninfa es ésta?

(Salen VENUS y CUPIDO.)
[Liras.]

VENUS
2180
Dejadme ver, pastores,
la muerta vida de mi Adonis caro.

ALBANIA
Venus, de los amores
diosa, ¿cómo a tu amor no diste amparo?

VENUS
Porque el hado tenía
2185
dispuesta la tragedia de este día.
Ponelde en este suelo.
¡Ay, mísera de mí! Póngase luto
en mi tercero cielo
toda estrella de amor.

CUPIDO
2190
¡Qué triste fruto
ha dado tu esperanza!
Madre, quien siembra amores, viento alcanza.

VENUS
Bellísimo mancebo,
envidia de los hombres y, por dicha,
del mismo hermoso Febo,
2195
bien te pronosticaba esta desdicha.
Mas ¿qué voz o qué espejo,
a la primera edad dará consejo?
Mas pues que los amores
pocas veces nos rinden mejor fruto
2200
de sus hermosas flores,
memoria de tu muerte y de mi luto
quedará de esta forma:
tu cuerpo en flores mi dolor transforma.

(Desaparezca ADONIS, y de allí salga una rama llena de flores y hojas.)
[Redondillas.]

CAMILA
¡Oh, qué rama tan hermosa,
2205
de olorosas flores llena!

TIMBREO
Por memoria de su pena
la vuelve en ella la Diosa.

MENANDRO
Parécese al tornasol
que tras Apolo se viene.

CAMILA
2210
Azul y amarillo. Tiene
colores de cielo y sol.

[Romance.]

VENUS
Ya que mi Adonis querido
es muerto, y su roja sangre
se ha vuelto en aquestas flores,
2215
no es justo que de amor trate.
Yo me quiero recoger
entre las monjas vestales.
No me busques más, Cupido.

CUPIDO
¿Vos monja? ¡Qué disparate!
2220
Cuando yo fuere fraile, madre;
madre, cuando yo fuere fraile.

MENANDRO
Sois para monja muy dama:
Cupido os conoce, y sabe
que no lo podréis sufrir.

VENUS
2225
Sí haré, que la causa es grande.

TIMBREO
Que vos os consolaréis,
como las mujeres hacen;
que lloran al primer día,
y al segundo hacen donaire.

VENUS
2230
No creáis que me consuele,
ni que deje de encerrarme.

CUPIDO
Callad, madre: no creáis
que dejaréis los galanes,
las ventanas, los favores,
2235
las joyas, los ricos trajes,
los billetes y los celos.

VENUS
Nadie, del mundo, me trate.
Al templo de Vesta voy:
allí no me busque nadie.
2240
Monja quiero ser, y quiero
que treinta rejas me guarden.

CUPIDO
Cuando yo fuere fraile, madre;
madre, cuando yo fuere fraile.

VENUS
Ya para mí murió el mundo,
2245
galas, músicas y trajes.
Todo se acabó en Adonis,
que muerto a mis ojos yace.
Con él se acabó mi vida,
y comienzan mis pesares.

TIMBREO
2250
Y aquí la Tragicomedia
del bello Adonis acabe.

FIN DE LA FAMOSA TRAGICOMEDIA DE ADONIS Y VENUS