Félix Lope de Vega y Carpio

La viuda valenciana





Texto utilizado para esta edición digital:
Texto incluido en la base Canon 60 - TC/12. Digitalización a cargo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra, 2015.
Edición digital para CANON 60:
  • Teresa Ferrer Valls
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Martínez Rubio, José (Artelope)

FIGURAS DE LA COMEDIA

LUCENCIO, viejo
LEONARDA, viuda moza
JULIA, criada suya
URBÁN, escudero suyo mozo
CAMILO, galán
FLORO, criado suyo
CELIA, dama
OTÓN, galán
VALERIO, galán
LISANDRO, galán
ROSANO, cortesano
[UN ESCRIBANO]
[UN ALGUACIL]
[CRIADOS]

Acto I

Sale LEONARDA viuda, con un libro, y JULIA, su criada.

LEONARDA
¡Celia! ¡Julia! ¿No me oís?

JULIA
Señora...

LEONARDA
Loca, ¿en qué andas?

JULIA
Ya vengo a ver lo que mandas.

LEONARDA
Guárdame ese fray Luis.

JULIA
5
Viéndote en esos traspasos,
no será mucha lisonja
apostar que de ser monja
no has estado dos mil pasos;
aunque, como me nombrabas
10
a fray Luis cuando salí,
en verdad que colegí
que todo un fraile me dabas.

LEONARDA
No son para tu rudeza,
necia, razones tan altas.

JULIA
15
¡Qué mal encubrí las faltas
que me dio naturaleza!,
que, al no tener hermosura,
no añado la discreción.

LEONARDA
Basta una buena razón
20
y una honrada compostura,
Julia, en cualquiera mujer;
que si de aguda se precia,
está muy cerca de necia
y aun de venirse a perder.
25
Yo, después que me faltó
mi Camilo, que Dios tiene,
que [a] hacer el oficio viene
del alma que me llevó,
como he dado en no casarme,
30
leo por entretenerme,
no por bachillera hacerme,
y de aguda graduarme;
que a quien su buena opinión
encierra en silencio tal,
35
no halla en los libros mal.
Gustosa conversación
es cualquier libro discreto,
que si cansa, de hablar deja;
es amigo que aconseja
40
y reprehende en secreto.
Al fin, después que los leo
y trato de devoción,
de alguna imaginación
voy castigando el deseo.

JULIA
45
Y ¿en qué materia leías?

LEONARDA
De oración.

JULIA
¿Quién no se goza
de ver que, tan bella moza,
tan santas costumbres crías;
ver hablar en la ciudad
50
de tu mucho encerramiento,
cordura y entendimiento,
fama, honor y honestidad?
Dicen que el Siglo Dorado
nuevo estado ahora toma;
55
que has hecho a Valencia Roma,
y presente lo pasado;
que en ti se encierra y anida
todo el bien que tiene el suelo,
y que eres ángel del cielo
60
en hermosura y en vida.
Los mozos están de forma,
que nadie a verte se atreve,
porque no hay quien no se eleve
si de tu vida se informa.

LEONARDA
65
De todo, Julia querida,
se sirva Dios; que esa fama
es de estopa fácil llama:
antes muerta que encendida.
No procuro ser nombrada,
70
ni comer, como Artemisa,
las cenizas que ya pisa
la muerte con planta helada;
ni ser la que el nombre
toma de que de antojo murió,
75
porque a ver no se asomó
el monstruo que entró por Roma;
ni la que con el carbón
pintó la sombra al marido,
que tuvo, en siendo partido,
80
en igual veneración.
Quiero ser una mujer
que, como es razón, acuda
al título de viuda,
pues a nadie he menester.

JULIA
85
¿Que, en fin, no te casarás?

LEONARDA
¡Jesús, Julia, no lo nombres!
Asco me ponen los hombres;
no me los nombres jamás.
Tráeme la imagen acá
90
que compré de aquel pintor.

JULIA
¿Pedirle quieres favor?
Tentaciones te dan ya.

LEONARDA
Calla, necia; que la quiero
solamente para vella.

JULIA
95
¿Y cómo diste por ella
tanta suma de dinero?

LEONARDA
Por el pincel que le dan;
que el dueño me satisfizo
que allá en la corte la hizo
100
un famoso catalán.

JULIA
Voy.

[Vase.]

LEONARDA
No hay ya de qué tratar
que servir a Dios no sea.
Bien aquí la vida emplea
quien ve lo que ha de durar.
105
Terror es que, perseguida,
en esta edad guarde un muerto,
fe tan cierta, amor tan cierto,
verdad viva y casta vida.
Pero en la dificultad
110
escriben que está la gloria,
y eso se llama vitoria,
resistir la voluntad.
Dejadme aquí, pensamientos;
no hay más, no me he de casar.

(Sale JULIA.)

JULIA
115
Aún no le acertaba [a] hallar.

LEONARDA
[Aparte.]
(Resistid, castos intentos.)

JULIA
Vesle aquí.

LEONARDA
Cubra mi olvido
las vanidades que dejo.
(Dale un espejo.)
¿Qué es esto, necia? ¡El espejo
120
por la imagen me has traído!
Toma.

JULIA
Acábate de ver,
verás lo que has de llorar,
no lo pudiendo cobrar,
si aquí lo dejas perder.

LEONARDA
125
Toma allá.

(Sale LUCENCIO, tío de LEONARDA.)

LUCENCIO
No se le des,
pues quiso Dios que viniese
a tiempo que verte viese,
tú, que a ti ni a nadie ves.
¿Qué milagro, di, sobrina,
130
es éste de hallarte así?

LEONARDA
[Aparte.]
(Si hoy no me vengo de ti...

JULIA
Pues ¿vile yo entrar?)

LEONARDA
Camina.

[Vase JULIA.]

LUCENCIO
Bien tendrán canas de un viejo
con tu edad autoridad.

LEONARDA
135
Juzgarás a liviandad
hallarme con el espejo;
que suele ser conocida
la mucha de una mujer
en irse y venirse a ver,
140
después de una vez vestida.
Y yo, conforme a mi estado,
Hago en eso más delito.

LUCENCIO
A enojo siempre me incito
con tu melindre estremado.
145
¿Es mucho que una mujer
que ha de estar un día compuesta,
vaya a ver si está bien puesta
la tocao el alfiler?
¿Quién se lo dirá mejor,
150
si está bien o si está mal,
que ese palmo de cristal?

LEONARDA
¡Cómo disculpas mi error!

LUCENCIO
Eso fuera, a ser de aquellas
que junto a las celosías
155
hacen colgar muchos días
su espejo, o en medio de ellas;
y así como están hablando
por de fuera a su galán,
el habla y meneos van
160
en el espejo mirando;
y el necio a quien satisface
por sí lo entiende y se admira;
y es el espejo a quien mira,
a quien la fiesta se hace.
165
No eres tú la que le lleva
a la iglesia y al sermón
y, fingiendo devoción,
se mira cuando se eleva.
Ni al beber haces agravio
170
con pico de aguamanil,
porque la color sutil
no se despegue del labio.
No te quiero decir cosas,
que a un viejo parecen mal,
175
de esta regla universal
de feas y melindrosas.
Mírate, y guárdete Dios;
y pues que he venido a verte
cuanto tú te has visto, advierte
180
y estemos solos los dos.

LEONARDA
Tío, si es de casamiento,
ni se miente ni me hable.

LUCENCIO
¡Que has de ser tan intratable,
con tan buen entendimiento!
185
¿Escucharme no merezco?
¿Dónde un viejo honrado hablara
que, siéndolo, no escuchara
cualquier hombre?

LEONARDA
[Aparte.]
(Hoy me enflaquezco.)
Si yo sé lo que me quieres,
190
¿por qué he de dejar cansarte?

LUCENCIO
¿Que has de ser en esta parte
igual a tantas mujeres?
¿Qué pertinacia es la tuya?
¿Piensas que estas cosas son
195
para tu buena opinión?
Son para que se destruya.
¿Cómo piensas conservarte,
ya que tan resuelta vienes,
en el estado que tienes
200
tantos años sin casarte?
Es verdad que te han quedado
tres mil ducados de renta;
pero yo no pongo en cuenta
lo que es vivir descansado
205
-que si esto te faltara,
gracias a Dios que me sobra-,
pero el verte empezar obra
de acabarse bien tan cara.
¿Adónde te esconderás
210
de la invidia y vulgo vil,
aunque en un año y en mil
no salgas de donde estás?
Que con sol abras tu puerta
y cierres a la oración,
215
que los que más linces son
no vean ventana abierta;
que un átomo, que el sol mismo
no entre en casa tan rara,
por sí escura, y por ti clara,
220
cielo en parte, en parte abismo;
que tengas dragones y Argos
más que vellocino y fruta.
¿Qué importa? La invidia astuta
tiene lengua y ojos largos.
225
Dirán que con el esclavo
que dentro de casa tienes,
a ser Angélica vienes,
soberbia y infame al cabo;
y ofendido tu decoro,
230
mil que seguido te han,
a Júpiter cisne harán,
o por dicha lluvia de oro.
¿Cuánto es mejor que te cases,
y estas malicias escuses?

LEONARDA
235
Ya no habrá de qué me acuses,
si no es que adelante pases.
No dirás que no te oí.
Dime, Lucencio, ¿es mejor
a peligro de un error
240
poner mi vida por ti?
¿A este daño me acomodas
si todos los que han escrito
han reprehendido infinito
siempre las segundas bodas?
245
La viudez casta y segura,
¿no es de todos alabada?
Si es de la invidia infamada,
este engaño poco dura;
que al fin vence la verdad
250
y vuela la buena fama,
que es Fenis que de su llama
nace para nueva edad.
No, sino venga un mancebo
de estos de ahora, de alcorza,
255
con el sombrerito a orza,
pluma corta, cordón nuevo,
cuello abierto muy parejo,
puños a lo veneciano,
lo de fuera limpio y sano,
260
lo de dentro sucio y viejo;
botas justas, sin podellas
descalzar en todo un mes,
las calzas hasta los pies,
el bigote a las estrellas;
265
jaboncillos y copete,
cadena falsa que asombre,
guantes de ámbar, y grande hombre
de un soneto y un billete;
y con sus manos lavadas
270
los tres mil de renta pesque,
con que un poco se refresque
entre sábanas delgadas;
y pasados ocho días,
se vaya a ver forasteras,
275
o en amistades primeras
vuelva a deshacer las mías!
Vendrá tarde; yo estaré
celosa; dará mi hacienda;
comenzará la contienda
280
de esto de si fue o no fue.
Yo esconderé y él dará;
buscará deudas por mí;
entrará justicia aquí;
voces y aun coces habrá.
285
No habrá noche, no habrá día,
que la casa no alborote:
«-Daca la carta de dote.
-Soltad la hacienda, que es mía.
-Entrad en esta escritura.
290
-No quiero. -¡Ah, sí! ¿No queréis?
Yo os haré, infame, que entréis,
si el brío de ahora os dura».
Y que mientras más me postro,
me haga muy más apriesa
295
de dos títulos condesa,
Concentaina y Puñoenrostro.
Yo he dicho.

LUCENCIO
Acabado has
como oración en latín.

LEONARDA
Latín pudo ser el fin,
300
mas romance lo demás.
Esto propuse aquel día,
y a ser varonil mujer:
brasas había de comer,
y abrasar alma tan fría.

LUCENCIO
305
Sobrina, aquí se acabó.
Desde aquí doy a los vientos
todos cuantos casamientos
me han hablado y busco yo;
que tres a escoger traía,
310
y ya solo he de pedir
que no demos qué decir
de tu edad ni de la mía.
Mira por ti, pues te quedas
en tan moza libertad;
315
que es mucho que en tal edad
tan segura vivir puedas.
Cuando mires al espejo
tu hermosura y pocos años,
tú verás cuántos engaños
320
te dan los dos por consejo.
Y Dios te lleve adelante
ese silicio y ayuno.

LEONARDA
[Aparte.]
(¡Qué viejo tan importuno!)

LUCENCIO
[Aparte.]
(¡Qué mujer tan arrogante!)

(Vanse. Sale LISANDRO, galán.)

LISANDRO
325
Rompe una peña el agua cuando estriba
por largo curso en ella su corriente,
y a la segur del labrador valiente
se humilla el pino y la arrugada oliva.
De su fruto oriental, la palma altiva
330
rinde, aunque tarde, a la africana gente;
viene el novillo al yugo, y la serpiente
a la voz del encanto se derriba.
Fabrica un escultor una figura
de un mármol duro, de una piedra helada,
335
y viene a tener ser lo que no era.
Y por más que mi amor vencer procura
una mujer hermosa y delicada,
con ser mujer, está rebelde y fiera.

(Sale VALERIO, galán.)

VALERIO
Baja del monte el agua despeñándose
340
y va de piedra en piedra entremetiéndose;
y con venir como el cristal riéndose,
va por la tierra con el tiempo entrándose.
Mi mal, con beneficios aumentándose,
hace que [el bien se] vaya, consumiéndose,
345
y luego la esperanza entreteniéndose,
de verle florecer está [alegrándose].
Amor me ve morir y satisfácese,
donde con tiempo y obras desmerécese;
que es ola que en la mar se rompe y hácese.
350
El bien y el mal para mi mal ofrécese;
pero en un punto el bien muérese y nácese,
y luego la esperanza desparécese.

(Sale OTÓN, galán.)

OTÓN
Halla con lengua, lágrimas y ruego,
entre bárbaros, paso el peregrino;
355
guía por las montañas de Apenino,
agua en la Libia y en la Citia fuego.
El abarimo, en sus crueldades ciego,
por sus tierras le da franco camino,
halla en Arabia pan, en Persia vino,
360
y en los alarbes de África sosiego.
Corren el llanto y la alegría parejas,
y el cautivo en el moro de Marruecos
halla piedad entre cadena y rejas.
¡Y un áspid hecho de peñascos secos,
365
de mis cansadas lágrimas y quejas,
aun no se precia de escuchar los ecos!

VALERIO
¡Lisandro!

LISANDRO
¡Valerio!

VALERIO
¡Otón!

OTÓN
¡Oh hidalgos!

VALERIO
Creo que junta
amor la conversación.

LISANDRO
370
Eso de amor se pregunta
a los que amantes no son.
Ea, acabaos de cubrir;
que bien se puede decir
aquesto de amor cubiertos;
375
que no es Evangelio.

OTÓN
Adviértoos
que así se había de oír;
que son tales sus antojos,
que había, cuando se empieza
a tratar de sus enojos,
380
de estar libre la cabeza
y descubiertos los ojos.
No porque a verdad aspira,
que antes de ella se retira;
mas porque son menester
385
muchos ojos para ver
tan agradable mentira.

LISANDRO
Bien a Otón se le parece,
que por la hermosa viuda
se deshace y desvanece.

OTÓN
390
Y de vos, ¿pondremos duda
que os abrasa y enflaquece?
¿Por qué rompéis a los cielos
cuantas túnicas y velos
los astrólogos les ponen,
395
porque con ella os abonen?

VALERIO
Declárense si son celos.
Entraré yo de por medio
a quitar la pesadumbre,
y dar algún corte y medio.

LISANDRO
400
Mas a entraros por su lumbre
por el último remedio
que dé la que vive aquí.
Mas ¡ay!, que en Otón y en mí
es el alma enamorada
405
de mariposa turbada,
que habrá de morir allí.

VALERIO
¿Yo, por Leonarda?

LISANDRO
Vos, pues.
¿Pensáis que está muy secreto
lo que tan notorio es?

OTÓN
410
Finalmente que a un sujeto
queremos bien todos tres.

VALERIO
Ahora bien, porque lo es tal,
confesar no me está mal,
y porque este casamiento
415
me ha dado algún pensamiento.

LISANDRO
¡Gran mujer!

OTÓN
No tiene igual.

LISANDRO
Lo que Valerio, pretendo.

OTÓN
Yo lo mismo solicito.

VALERIO
Si emprendéis lo que yo emprendo,
420
o os ofendo si os lo quito,
o en quitármelo me ofendo.
¿Puédese esto componer?

LISANDRO
Muy bien se puede hacer.
Ande el pleito y la amistad.

OTÓN
425
Competencia y voluntad
no suelen juntas comer.
Pero habrá de ser así,
que a todos está mejor;
si no es que haya alguno aquí
430
que tenga de ella favor.

VALERIO
No diré yo que yo fui;
aunque el que he tenido puedo
contar a los dos sin miedo,
como palabra me deis
435
que los vuestros contaréis.

LISANDRO
Por mi parte, lo concedo.

OTÓN
Y yo, por mi parte.

VALERIO
Oíd,
y el galardón de mi amor
de este favor presumid.

OTÓN
440
Di, [Valerio], tu favor.

[VALERIO]
Ya comienzo.

LISANDRO
Di.

VALERIO
Advertid.
A esta gallarda viuda
que tiene el alma de tigre,
en un coche vi una tarde
445
como tres mil serafines.
Iba subiendo del sol,
porque el sol iba a encubrirse,
aunque la cortina a veces
era a mis ojos eclipse.
450
Hícele una reverencia,
y ella con algún melindre
sacó del estribo afuera
todos los pechos de un cisne.
Yo, creyendo que podía
455
en este favor asirme,
con mi guitarra en su calle
me tocó San Juan maitines.
Había hecho una glosa;
por mi mal la glosa hice.
460
Empecé a cantar más tierno
que un tiempo Píramo a Tisbe.
«Socorre con agua al fuego»,
fue lo primero que dije,
y lo postrero también:
465
del socorro Dios os libre.
Si era agua limpia o mezclada,
Dioscórides lo averigüe;
basta que toda la noche,
gasté en limpiarme y reírme.

LISANDRO
470
Va el mío; pero es mejor,
que en efeto fue favor,
y el de Valerio pesar.

OTÓN
Empieza, pues, a contar.

LISANDRO
Comienzo en nombre de amor.
475
Por esta dichosa calle,
desdichada en tanto estremo,
donde mil penantes viven,
velando prendas de un muerto,
llevaban unos ladrones
480
una noche escura, huyendo
de la vecina justicia,
de vino un famoso cuero.
Al pasar los desdichados,
las puertas de mármol vieron
485
de esta viuda más dura,
y pusiéronle en lo hueco.
Los alguaciles y mozos,
embebecidos corriendo,
no vieron dónde quedaba
490
el arrimado mancebo.
Yo, que estaba en una esquina
mirándolo desde lejos,
apresuré luego el paso,
llevándome el aire en peso.
495
Llegando a la amada puerta,
vi un bulto a mis ojos negro,
con su capa y con su espada,
mirando y hablando adentro.
Llegueme a él, y metime
500
hasta la barba el sombrero,
y díjele: «¡Ah, gentilhombre!»,
terciando el corto herreruelo.
Como no me respondía,
saco la daga de presto
505
y por el pecho a mi gusto
hasta la cruz se la meto.
Diome la sangre en el mío,
y vuelto a mi casa huyendo,
miro a una luz la ropilla,
510
y olía como un incienso.
Tomo una linterna y parto,
y cuando a mirarle vuelvo,
hallo derramado el vino,
y el cuero midiendo el suelo.

OTÓN
515
Si esos son vuestros favores,
reniego de los amores.

VALERIO
Diga Otón el suyo, a ver.

OTÓN
¡Ah, Tulio, aquí he menester
tus retóricos colores!
520
Cantaban la vez primera
con su voz ronca los gallos,
respondiéndose muy lejos
los del lugar y del campo,
cuando de nuestra viuda,
525
como un reloj concertado,
la ventana con los ojos
y la calle mido a pasos.
Estaba el cielo más negro
que un portugués embozado,
530
y a esta causa erré la reja,
dos ventanas más abajo.
Vivía un buen zapatero
donde yo con gran cuidado
puse los ojos, por ver la casa
535
en que viven tantos,
y vi en un balcón un bulto,
la mitad del cuerpo blanco;
y creyendo ser la viuda,
así la requiebro y hablo:
540
«Ángel, cuya alba es la toca
y cuya estola el rosario,
oíd un secreto solo
de este enamorado esclavo».
No lo hube dicho, señores,
545
cuando el zapatero honrado,
que estaba en camisa al fresco,
dijo, un ladrillo tomando:
«¿A mi mujer, requebritos?
¡Por estas barbas, bellaco,
550
que yo os conozca de día!».
Y si al tirar no me bajo
con los polvos del ladrillo
me deja allí rociados,
como escudilla de arroz,
555
los sesos entre los cascos.

VALERIO
Los favores son iguales;
mas al fin, tratando veras
y dejando burlas tales,
¿no veis que estas tres quimeras
560
han de engendrar cien mil males?

OTÓN
Un consejo os quiero dar.

LISANDRO
¿Cómo?

OTÓN
Que el pleito tratemos
dejándonos de tratar.

VALERIO
¿Queréis que no nos hablemos?

OTÓN
565
Yo a ninguno pienso hablar,
encuéntrele adondequiera.

LISANDRO
Yo me voy de esa manera.

OTÓN
¡Ay, Leonarda, hermosa y muda!

LISANDRO
¡Ay, bellísima viuda!

VALERIO
570
¡Ay, hermosísima fiera!

(Vanse. Sale LEONARDA y JULIA.)

JULIA
Castigado han tu locura
los cielos.

LEONARDA
Y de tal suerte,
que no me han dado la muerte
para mayor desventura.
575
Y pues que así me declaro,
créeme que algún hechizo
este viejo astuto hizo
contra mi helado reparo;
que llevarme aquesta tarde
580
a buscar mi vituperio
no carece de misterio.

JULIA
Dios de pensallo me guarde.
Tan ignorante está él
de lo que te ha sucedido,
585
como ese mismo que ha sido
basilisco tan cruel.
¡Malditos sus ojos sean,
que a la primer vista pueden
hacer que otros ciegos queden!

LEONARDA
590
Déjalos, Julia, que vean;
que es bien que tan buenos ojos
no pierdan porque me vieron.

JULIA
¡Por mi agüela, que te dieron
muy aprisa los antojos!
595
¡Rabia en él!

LEONARDA
No digas eso.
Dios le guarde. ¿Qué te va?

JULIA
¡Ay!, señora, ¿adónde está
tu autoridad y tu seso?
¿Qué es de aquella gravedad
600
con que hoy al turbado viejo
subiste al cielo el espejo
de tu fama y castidad,
y [del] melindre que hiciste
de verte en el de cristal?

LEONARDA
605
No me predicas muy mal.

JULIA
Calla ahora, no estés triste.
¿Ello ha de ser tempestad,
o cosa para de asiento?

LEONARDA
Estoy sin entendimiento
610
del mal de la voluntad.

JULIA
Ahí falta una potencia;
sangrarse de ella, y a Dios.

LEONARDA
¡Amor, esto podéis vos!

JULIA
¿Que hombre te agrada en Valencia?
615
¿Que ya no eres tú la helada,
la santa, la recogida?

LEONARDA
No me hables en tu vida,
necia, no me digas nada;
que todo será acesorio
620
si me tengo de perder.

JULIA
No sé qué tengo de hacer
de los libros y oratorio.
Pues ¿qué dirá fray Luis?
¿Y aquellas cosas tan altas?

LEONARDA
625
¡Oh mujeres, cuantas faltas
hasta la prueba encubrís!
¡Quién vio mi celo y mi pecho,
oh mancebo, antes de verte!
Pero el rigor de la muerte
630
no es conmigo de provecho.
No me tengo de casar,
si el mundo está de por medio.

JULIA
Yo, señora, sé un remedio.

LEONARDA
¿No te he mandado callar?
635
Si no te hubiera criado,
la cara te deshiciera.
¡Vesme ardiendo, y como fiera
te burlas de mi cuidado!
Pues remedio he de tener
640
sin perder mi punto y fama,
y he de aplacar esta llama
cruel.

JULIA
Todo puede ser.

(Sale URBÁN, escudero mozo.)

URBÁN
¡Oh! ¡Gracias a Dios que os hallo!
¿Hasta cuándo era el rezar?
645
¿Quería desos quedar
para la misa del Gallo?
En días de jubileo
no te querría servir.

LEONARDA
¿Tan presto nos hemos de ir
650
una tarde que el sol veo?

URBÁN
No sueles tú decir eso,
que aun te ofende su arrebol.

LEONARDA
Ya quiero sol.

URBÁN
Anda al sol.

JULIA
[Aparte.]
(Déjala, que está sin seso.

URBÁN
655
¿De qué? ¡Válame san Blas!)

LEONARDA
Mira si está el coche a punto.

URBÁN
Ya, señora, lo pregunto.

LEONARDA
Vuelve, necio, ¿dónde vas?

URBÁN
Por el coche del sol iba,
660
para que al sol nos andemos.

(Salen CAMILO, galán, y FLORO, su criado.)

CAMILO
¡Gentil recado tenemos!
Dile tú que no me escriba.

FLORO
No le rasgues, por el tiempo
que la amaste.

CAMILO
Ya está hecho.

FLORO
665
¿Qué aun eso no es de provecho?

CAMILO
Es cosa de pasatiempo.

LEONARDA
[Aparte.]
(Urbán, ¿ves este mancebo?

URBÁN
Muy bien.

LEONARDA
Pues llega el oído.

URBÁN
¿Casa y nombre? Ya).

FLORO
No ha sido
670
ese tu desdén muy nuevo.
Siempre con esa mujer
esta aspereza tuviste.

LEONARDA
Vamos, Julia.

JULIA
Ven.

LEONARDA
¡Ay, triste!
¿Si te he de volver a ver?

(Vanse LEONARDA y JULIA.)

URBÁN
675
¡Por mi fe, bueno he quedado
a saber su casa y nombre
de este galán gentilhombre!

CAMILO
No quiero amor ni cuidado.
Estese Celia en su casa,
680
dé favor a quien quisiere,
hable, si su gusto fuere,
al que llega o al que pasa;
busque un nuevo moscatel
a quien con celos engañe;
685
que ya a mí no hay qué me dañe,
si no es la lástima de él.

URBÁN
[Aparte.]
(Siempre fue bueno traer
tintero y escribanía).
¡Ah, caballero! Querría...

CAMILO
690
Hablad, ¿qué queréis?

URBÁN
Saber
si acaso os habéis escrito
en el santo jubileo
por cofrade.

CAMILO
Antes deseo
serlo, buen hombre, infinito.
695
¿Qué se paga?

URBÁN
Sólo un real.

CAMILO
Veis aquí dos por los dos.
Tomad.

URBÁN
Recíbalo Dios.
El nombre y casa nombrad.

CAMILO
Camilo, y vivo a San Juan.

URBÁN
700
¿Sois noble?

CAMILO
Bastantemente.

URBÁN
Dígolo porque se asiente.
¿Su buena gracia, galán?

FLORO
Yo, Floro.

URBÁN
Basta; yo vuelvo
a la iglesia.

CAMILO
Andad con Dios.
[Vase URBÁN.]
705
Cofrades somos los dos.

FLORO
¿Rezarás?

CAMILO
Hoy me resuelvo...
¡Vive Dios, que di un doblón
al hombre por dos reales!

FLORO
¡Ahora con eso sales?
710
Ya no tiene redención.

CAMILO
Entra, que aún habrá reparo.

FLORO
Con eso te dijo allí
que er[a]s noble.

CAMILO
¡Oh, pesia mí,
que soy cofrade muy caro!

(Vanse. Salen LEONARDA, JULIA y URBÁN.)

LEONARDA
715
¡Gentil industria tuviste,
Urbán!

URBÁN
Soy flor de los hombres.

LEONARDA
¡Qué bien sus casas y nombres
en el papel escribiste!
¿Que, al fin, Camilo se llama?
720
¿Eso más tiene del muerto?

URBÁN
Sin duda el ser noble es cierto,
aunque ignoramos su fama.
¿Qué argumento como ver
que en tan fácil ocasión,
725
por un real me dio un doblón?

JULIA
Liberal debe de ser.
Cierto que fue gran nobleza.

LEONARDA
Di, Julia, ¿qué no tendrá
a quien tales gracias da
730
la franca naturaleza?

URBÁN
Eso de gracia no vi
jamás, por vida de Urbán,
hombre más bello y galán
desde el día en que nací.
735
¡Qué rostro, qué compostura!
¡Qué barba tan aseada!
¡Qué mano tan regalada!
Pareciome nieve pura.
¡Qué cuerpo, qué pierna y pie!
740
¡Qué [afable], qué discreción!
¡Qué lindo dar de doblón!
Y ¡qué afición le cobré
cuando le vi relucir!

LEONARDA
Ahora bien, ya no es posible
745
sufrir el fuego insufrible
de que me siento morir.
Amigos, grande flaqueza
os parecerá la mía;
pero mi pecho confía
750
de vuestro amor y nobleza.
Desde mis padres habéis
servido siempre esta casa,
yo sé al estremo que pasa
el amor que me tenéis.
755
Supuesto que no pretendo
casarme ni sujetarme,
hoy habéis de remediarme,
hoy mi vida os encomiendo.
En vuestra lengua y secreto
760
está mi opinión y fama.

URBÁN
O tu temor nos disfama,
o es de tu amor este efeto.
¡Vive Dios, que si en un potro,
o con oro me engañasen,
765
palabra no me sacasen
por eso ni por esotro!
Fía de Julia y de mí,
y di lo que hemos de hacer.

LEONARDA
Tú mi remedio has de ser.
770
Escúchame atento.

URBÁN
Di.

LEONARDA
Ya ves cómo anda alterada
con sus máscaras Valencia.

URBÁN
Bien.

LEONARDA
Pues con esta licencia,
ponte una ropa estremada,
775
y una máscara, y camina
a hablar aquese galán,
y dile en disfraz, Urbán,
que una dama se le inclina,
y que le [ama] tiernamente,
780
y que la podrá gozar
como hoy te quiera esperar
del Real dentro en la puente.
Y si te dice que sí,
esta noche irás por él.

URBÁN
785
Luego ¿bien ha de ver él
adónde vives y a mí?

LEONARDA
No, que con máscara irás,
y para que nada note,
le pondrás un capirote,
790
con que a casa le traerás.
Entrará a escuras, y cuando
se haya de ir, vuelto a poner,
¿a quién podrá conocer?

URBÁN
¡Brava industria vas trazando!
795
¡Qué bueno vendrá el halcón!
Pero yo, ¿en qué me detengo?
Parto.

LEONARDA
No tardes.

URBÁN
Ya vengo.

[Vase.]

JULIA
¿Quién te dijo esta invención?

LEONARDA
Amor, que tiene a los pies
800
a cuantos han estudiado.

JULIA
Paréceme que han llamado.

LEONARDA
Anda, ve, mira quién es.
[Vase JULIA.]
¿Qué habrá que una mujer determinada
no intente por su gusto? ¿Qué tormento
805
la mudará del firme pensamiento,
qué fuego, qué cordel, qué aguda espada?
¿Qué gigante con furia más airada
intentará subir al firmamento,
o qué Alcides con más atrevimiento
810
al centro bajará con alma osada?
Efetos son de un niño poderoso
haber mi hielo con su [amor] vencido,
y aquella fe de mi primero esposo.
Yo he sido como río detenido,
815
que va, suelta la presa, más furioso;
y es lo más cierto que mujer he sido.

(Sale JULIA.)

JULIA
No sé qué gente está aquí,
que libros y estampas vende.

LEONARDA
Si es máscara, ¿qué pretende?

JULIA
820
Yo sin máscara le vi.

LEONARDA
Pues para que no parezca
que mi devoción se muere,
entre y veamos qué quiere,
o si hay qué comprar se ofrezca.

(Sale OTÓN, vestido de estranjero, con cuatro libros [en] una cesta.)

OTÓN
825
Dios guarde a vuesa merced
y le dé un gentil marido.

LEONARDA
En que no lo haya querido
me ha hecho mucha merced.

OTÓN
¿Por qué, teniendo ese talle?

LEONARDA
830
Mostrad; ¿qué libros vendéis?

OTÓN
Uno traigo, que podéis
por poco precio compralle.
Mas es una historia mía,
y sois vos muy recatada.

LEONARDA
835
[Aparte.]
(¡Qué cifra tan estremada!
Julia, ¿no te lo decía?)
¿Quién es este?

OTÓN
Es El pastor
de Fílida.

LEONARDA
Ya lo sé.

OTÓN
Y Gálvez Montalvo fue,
840
con grave ingenio, su autor.
Con hábito de San Juan
murió en la mar, y yo muero
en mar más profundo y fiero.

LEONARDA
¿Sois librero, o sois galán?

OTÓN
845
No se lo sabré decir.
Aqueste es La Galatea,
que si buen libro desea,
no tiene más que pedir.
Fue su autor Miguel Cervantes,
850
que allá en la Naval perdió
una mano, y pierdo yo...

LEONARDA
[Aparte.]
(Calla, Julia, no te espantes).
¿Qué perdéis?

OTÓN
El alma y vida,
y por otra Galatea
855
más cruel que fue Medea,
y menos agradecida.

LEONARDA
¿Quién es este?

OTÓN
Es Espinel.

LEONARDA
¿Qué trata?

OTÓN
Solas canciones;
mas tiene lindas razones
860
y hay graves versos en él.
Quiso bien hasta morir;
mas no del mal que yo muero.

LEONARDA
¿Sois galán, o sois librero?

OTÓN
No se lo sabré decir.
865
El Cancionero está aquí;
mas lleno de disparates.

LEONARDA
De mal impreso no trates.

OTÓN
Mejor impreso está en mí...

LEONARDA
¿El qué?

OTÓN
Un eterno servir,
870
un amar, un padecer.

LEONARDA
¿Es requebrar, o vender?

OTÓN
No se lo sabré decir.

(Sale VALERIO, en hábito de mercader, con estampas.)

JULIA
El estampero se ha entrado.
¡A la rica estampa fina!

LEONARDA
875
[Aparte.]
(Mal mi sospecha adivina,
o este trato es concertado;
que el uno y otro galán,
que este engaño concertaron,
las máscaras se quitaron
880
en allegando al zaguán.
Julia, ¿es esto conveniente
a mi encerramiento?

JULIA
Creo
que te engañan.

LEONARDA
Bien lo veo.
¡En mi casa tanta gente!)

VALERIO
885
[Aparte.]
(¿Acá está primero Otón?)

OTÓN
[Aparte.]
(¿Que Valerio vino acá?)

LEONARDA
¿Qué vendéis?

VALERIO
Vos lo veis ya;
vendo el mismo corazón.

LEONARDA
Mostrá, ¿Qué es este papel?

VALERIO
890
El Adonis del Tiziano
que tuvo divina mano
y peregrino pincel.
¡Oh, quién este hubiera sido
cuando fue tan regalado!
895
Pues muero desesperado,
y él murió favorecido.
Esta, por vida de Aurelio,
que es de las ricas y finas,
que es de Rafael de Urbinas
900
y cortada de Cornelio.
Esta es de Martín de Vos,
y aquesta de Federico.

LEONARDA
Mal a estas cosas me aplico.
¿No traéis cosas de Dios?

VALERIO
905
Sí traigo. Aquí hay una estampa
del matrimonio escogida.

LEONARDA
Ese no espero en mi vida.

VALERIO
Mal su estampa se os estampa.
Pues no sé yo por qué sea;
910
que hay mil que esperan un sí,
y por ventura está aquí
un hidalgo que os desea.
Soy Valerio, aunque me veis
que esta máscara he tomado.

OTÓN
915
Pues ya va tan declarado,
a Otón delante tenéis;
soy rico y soy caballero,
y pierdo el seso por vos.

LEONARDA
¿No hay aquí quien a los dos
920
les pague en mejor dinero?
¡Hola!

(Salen dos CRIADOS.)

CRIADO [1.º]
Señora...

LEONARDA
Al librero
y al que los papeles vende...

OTÓN
Pues, señora, ¿qué te ofende
pedirte nuestro dinero?

LEONARDA
925
Ea, ¿qué aguardáis, criados?

VALERIO
Paso, no os alborotéis.

LEONARDA
¿Libertades me vendéis?
¡Libros, por mi fe, estremados!
¡Hola, cargaldos de palos!

VALERIO
930
No harán tal, que irnos sabremos.

OTÓN
Ni esa afrenta sufriremos.

CRIADO 2.º
¡No están los gabachos malos!

CRIADO 1.º
Con pastillas y perfumes
aguarda otro para entrar.

CRIADO 2.º
935
Ea, empiecen a bajar.

VALERIO
¡Que en tal crueldad te resumes!

LEONARDA
Cerrad la puerta, y quien llama
traerá menos libertad.

VALERIO
[Aparte.]
(Julia, ¿no hay más amistad?

JULIA
940
Calla, no lo oiga mi ama.)

(Vanse. Salen CAMILO y URBÁN, vestido de máscara.)

CAMILO
Máscara, juro por Dios
que grande empresa acometo,
y sin saber quién sois vos.

URBÁN
Camilo, aqueste secreto
945
ha de ser entre los dos.

CAMILO
Pues me da el alma esa dama,
¿no me fiará su fama?
¿No pudiera yo servilla,
y hablalla, vella y oílla,
950
y saber cómo se llama?

URBÁN
No habemos de hablar en eso;
que en quiriendo saber algo,
queda perdido el suceso.

CAMILO
Juro por la fe de hidalgo
955
que me hacéis perder el seso.
Si yo tuviera enemigos,
los cielos me son testigos
que era engaño claro y visto;
mas no hay hombre tan bienquisto
960
ni que tenga más amigos.
Fuera de eso, estoy contento
que digáis que hasta el retrete
entre armado a mi contento,
y que lleve un pistolete.

URBÁN
965
Llevá uno, llevá ciento.
Si no os falta habilidad,
valor, gusto y voluntad,
que el interés lo atropella,
gozáis la cosa más bella
970
que tiene aquesta ciudad.

CAMILO
¿Qué importa que bella sea,
si a escuras he de gozalla?
Antes presumo que es fea.

URBÁN
En hablalla y en tocalla
975
habrá luz con que se vea.
Si os pesare y os cansare,
no volváis.

CAMILO
No hay qué repare
más que en el ir tan cubierto.

URBÁN
Esa es la ley del concierto.
980
Mirad si hay más que os declare.

CAMILO
¿Que cubierto tengo de ir?

URBÁN
Y de esa suerte, Camilo,
habéis de entrar y salir.

CAMILO
¡Brava industria, bravo estilo!

URBÁN
985
Todo lo habéis de sufrir.

CAMILO
Y ¿adónde os he de aguardar?

URBÁN
A las [diez] podéis estar
del Real puesto en la puente;
y guardaos de llevar gente,
990
porque no os tengo de hablar.

CAMILO
[Aparte.]
(¿Por ver a Italia no pasa,
o las naciones francesas,
quien deja su patria y casa?
Por las Indias portuguesas,
995
mil largos mares traspasa.
¿No deja el otro su tierra
por ver la estranjera guerra?
Por una fiesta, ¿no hay mil
que están entre gente vil,
1000
donde el calor los entierra?
¿No está alguno al sol y al hielo,
esperando a ver salir
el tímido conejuelo,
y el pescador por asir
1005
el pez simple en el anzuelo?
Pues yo, mozo y orgulloso,
¿qué me escuso temeroso
de ver este encantamento?)
Camina, que soy contento.

URBÁN
1010
Si vais, vos seréis dichoso.

CAMILO
A la hora concertada,
en la puente me hallaréis.

URBÁN
¡Qué noche tan regalada
con aquel ángel tendréis!

CAMILO
1015
A lo menos, encantada.

URBÁN
Ella estará prevenida.
A Dios.

CAMILO
Ya vuestra partida
aguardo.

URBÁN
Será muy presto.

CAMILO
Yo he de saber lo que es esto,
1020
aunque me cueste la vida.


Acto II

Sale CAMILO.

CAMILO
¡Buen ánimo, pensamiento,
de temeridad vestido!
Al puesto habemos venido
donde vuestro atrevimiento
1025
me lleva a vencer vencido.
Entre el temor y el deseo,
con quien batallo y peleo,
tantas veces quedo y voy,
que con estar donde estoy,
1030
otras tantas no lo creo.
¿Qué sé yo si algún contrario,
de invidia de verme noble,
me forja este trato doble,
donde sea necesario
1035
el sufrir espada o roble?
Bravamente el cuello humillo,
como simple corderillo,
que ser vendido no ve,
que va él propio por su pie
1040
al carnicero cuchillo.
Mas yo jamás he entendido
que haya hecho a hombre ofensa.
Mal mi entendimiento piensa,
que el que a ninguno ha ofendido
1045
bien camina sin defensa.
Y más que aquel que me ha dado
las nuevas de este cuidado
me ha dicho que armarme puedo;
pero fue por darme miedo,
1050
que anda siempre el miedo armado.
Pero aunque vaya cual voy,
¿de qué peligro me escapa,
si al fin los ojos me tapa?
Que, pues sin ojos estoy,
1055
bien puede echarme la capa.
¿Quién oyó jamás tal cosa,
que una mujer tan hermosa,
que tanto a un hombre desea,
no permita que la vea?
1060
¡Qué fama tan vergonzosa!
¿Y qué sé yo si pensando
que abrazo algún ángel bello,
a un demonio enlazo el cuello
que ascuras anda volando
1065
porque es indigno de vello?
¿O que fuese alguna vieja,
ya sin pestaña ni ceja,
con unos dientes postizos,
que me hiciese con hechizos
1070
andar como simple oveja?
¿O fuese alguna cuitada,
herida de mal francés,
que me hiciese andar después,
por un hora de posada,
1075
muerto dos años o tres?
Mas gente viene a la puente.

(Sale URBÁN, de máscara, y un capirote de bayeta en la mano.)

URBÁN
Solo está un hombre. ¿Qué gente?

CAMILO
¿Es acaso aquel amigo?

URBÁN
Quien te sirve está contigo.

CAMILO
1080
¡Que esto un hombre cuerdo intente!

URBÁN
¿Hay alguien que vernos pueda?

CAMILO
Las estrellas y la luna.

URBÁN
Mas que no dé luz ninguna.
¡Oh, cuál aquel ángel queda!
1085
Dichosa fue tu fortuna.

CAMILO
No niego que es muy dichosa;
mas sea fea o hermosa,
para aborrecer y amar,
si ascurasla he de gozar,
1090
¿no es todo una misma cosa?

URBÁN
¿Una misma? ¿De qué suerte?
Un cuerpo grueso y perfeto,
¿no hay más gusto que despierte,
que tocar un esqueleto
1095
como pintan a la muerte?
Lo hermoso es como el olor,
que aquel natural valor
se conoce, mira y huele,
por la suavidad que espele.

CAMILO
1100
¿Soy herbolario o doctor?
¿Qué me importan a mí olores?
Los ojos hacen gozar;
que aquel ver causa el hallar
suavidad en los amores,
1105
y el conocer y el tratar.
Que por lo contrario el ciego,
como yo a esa dama llego,
es en el deleite igual
a cualquier bruto animal.

URBÁN
1110
Ese argumento te niego;
que ese en la imaginación
fabrica un rostro no más;
mas si tú despierto estás,
mirando con atención,
1115
mucho del vivo verás.
Hay ojos que en tales puntos
hacen fuego, y cuatro juntos,
¿qué cielo y tierra no ven?

CAMILO
Algunos habrá que estén
1120
en ese tiempo difuntos.
Ella, ¿es moza?

URBÁN
No has de vella.

CAMILO
¿Casada, o doncella en duda?
¿Es viuda?

URBÁN
Es tal, que se muda
en casada y en doncella,
1125
y otras veces en viuda.
Ni es viuda, ni casada,
ni doncella, ni violada
de alguno que la desdeña.

CAMILO
De esa suerte, será dueña
1130
entre algodones guardada.
¡Válate Dios por señora,
si te acabo de entender!
[Aparte.]
(Engaño debe de haber.
¿Cosa que fuese este agora
1135
algún hombre y no mujer?
Pero ¿tan lindo era yo?
¡Oh, qué tentación me dio
de quitarle el rostro a este,
aunque la dama me cueste
1140
que tan poco me costó!
Mas gran deseo me inflama,
y este brío que hay en mí.)
Amigo, vamos de aquí
a ver esa escura dama
1145
de aquellas que nunca vi.

URBÁN
Poneos el capirote.

CAMILO
¿Quién habrá que no me note
de loco?

URBÁN
Jamás lo fuistes.

CAMILO
¡Aun de bayeta le hicistes!
1150
¿No fuera de chamelote?
(Pónele el capirote a CAMILO.)
¿Hay mucho que andar?

URBÁN
Gran rato.

CAMILO
Ahora llevadme al río
y remojaréisme el brío.

URBÁN
Todo es verdad cuanto os trato.
1155
No os enojéis, señor mío.

(Sale OTÓN, y ase CAMILO de la pretina a URBÁN.)

OTÓN
Noche de estrellas vestida,
que mis pasos y mi vida
guías a la sepultura,
vuélvete negra y obscura
1160
porque algún favor te pida.
Porque aunque al campo he salido,
donde debiera el sosiego
templar este ardor tan ciego,
algo más anda encendido
1165
con el desdén de [hoy] mi fuego.

URBÁN
[Aparte.]
(Un hombre hemos encontrado;
asidme de la pretina.)

OTÓN
¡Hola! ¿Quién va? ¿Quién camina?

CAMILO
[Aparte.]
(¡Yo vengo muy bien armado,
1170
sin ojos, como gallina!)

OTÓN
¿No respondéis?

CAMILO
[Aparte.]
(Yo voy bueno.
Oh, si descargase el trueno!)

URBÁN
Máscara soy.

OTÓN
¡Gentil loco!

URBÁN
Habemos bebido un poco,
1175
y andámonos al sereno.
Echad, señor, por aquí.

CAMILO
¡Oh, san Blas, sed en mi ayuda!

(Vanse URBÁN y CAMILO.)

OTÓN
¡Bravamente el vino muda!
Y amor es lo mismo en mí
1180
por aquesta ingrata viuda.
¿Posible es que pueda aquesta
ser tan casta y tan honesta,
y tan Artemisa en fe,
y que a tanto hidalgo dé
1185
un mismo «no» por respuesta?
No es posible; aquí hay maldad.
Yo sospecho que es fingida
la santidad de su vida;
que suele la santidad
1190
ser flaca y descolorida.
Viuda tan regalada
y que come descansada
tres o cuatro mil de renta,
¡tan moza vive contenta,
1195
a la media noche helada!
Que se encierre en lo postrero,
que tenga buena opinión
de que trata de oración,
¿qué importa, si el despensero
1200
compra el pavo y el capón?
Ahora, yo no he de dormir
cien noches, y he de acudir
todas a su calle y puerta,
y si alguno la despierta,
1205
¡vive Dios, que ha de morir!
Ya el sufrir la escarcha helada,
aunque aquí poco se usa,
o el sueño, no se me escusa.
Piedra soy de su portada,
1210
como si fuera Medusa.

(Vanse y sale LEONARDA en traje galán, y JULIA.)

LEONARDA
Las telas y terciopelos
no sé si están bien colgados.

JULIA
Están, señora, estremados;
vuelve, por tu vida, y velos.

LEONARDA
1215
En esa sala, ¿está bien
aquesa tapicería?

JULIA
Tenerla el virrey podría,
y aun el mismo rey también.

LEONARDA
¡Qué a propósito es la historia!,
1220
que es de Jacob el amor.

JULIA
Diversa dirás mejor
del fin de tu presta gloria;
que esperó catorce años
lo que tú en un hora tienes.

LEONARDA
1225
¡Plega a Dios que tantos bienes
no paren en tantos daños!
Urbán tarda. ¿Qué haremos?

JULIA
Un poco puedes jugar.

LEONARDA
No le debió de agradar.
1230
¡Ay, triste!

JULIA
No hagas estremos;
que no es eso de creer
de un mozo tan belicoso.

LEONARDA
¡Ay mira que en ser hermoso
algo tendrá de mujer!
1235
Cuanto más que ¿qué Roldán
sufriera cubrirse así,
y ascuras venir aquí?

JULIA
¡Un mozo hidalgo y galán,
un mancebo varonil,
1240
no como otros mujeriles,
con quien fuera el mismo Aquiles
ahora cobarde y vil!
Leandro, ¿no pasó el mar
dos mil veces animoso?

LEONARDA
1245
¿No ves que eso es fabuloso?
Y después de ver y hablar;
y en la torre, contra el viento,
luz [se] solía encender,
y aquí no la ha de tener
1250
dentro del mismo aposento.
Si dijeras el romano
que en un hueco se arrojó,
o el que el puente acometió,
o el que se quemó la mano,
1255
aun aquesto verdad fue.

JULIA
Dame albricias.

LEONARDA
No lo creo.

JULIA
¡Ea!

LEONARDA
Toma aquel manteo,
Julia, que ayer me quité.

JULIA
¿Es aquel de oro y morado?

LEONARDA
1260
Dame la máscara presto,
y toma la tuya.

(Sale URBÁN, y CAMILO.)

URBÁN
Al puesto,
Camilo, habemos llegado.

CAMILO
Pues escalera subí,
ya estaré en el aposento.

LEONARDA
1265
Dalde una silla al momento.

URBÁN
Asiéntate.

CAMILO
¿Adónde?

URBÁN
Aquí.

CAMILO
¿Quién es aquella que habló?

URBÁN
Mi señora.

LEONARDA
Y vuestra esclava.

CAMILO
¿Es la que de hablar acaba?
1270
¡Oh, pesia a quien me parió!
El capirote me quito.
(Quítasele.)
¡Par Dios, ascuras estoy!

LEONARDA
Por eso licencia os doy,
y se os perdona el delito.
1275
Dadme silla junto a él.

CAMILO
¿Hay más lindo encantamento?

LEONARDA
¡Ay, señor, con vos me asiento!

CAMILO
¡Por Dios, que es hecho cruel!
Ya me enciende el corazón
1280
amor sin luz, pues no veo;
que ha tocado en el deseo
como a piedra el eslabón.
Como el hombre que está ascuras,
[y] para encenderla toca,
1285
fue en mi alma vuestra boca,
que ha dado centellas puras.
Yesca ha sido el corazón,
que era materia dispuesta,
y el golpe fue la respuesta,
1290
y la lengua el eslabón.
Tengo una luz encendida
en el alma que os ve y trata,
si el aire no me la mata
de veros escurecida.
1295
No os vea yo como ciego
dentro en la imaginación,
porque parece invención
haber tinieblas y fuego.
Si no es mi fianza buena,
1300
no se comience la historia;
y pues es limbo sin gloria,
no sea limbo con pena.
Sed vos, para que yo os vea,
como pintor estremado,
1305
que aunque la noche ha pintado,
deja luz con que se vea.
Yo soy un hidalgo noble,
que si cara a cara os trato,
fío de mi honrado trato
1310
que os parezca bien al doble.
Esto he de alcanzar de vos.
¡Ea, dadme aquesa mano!

LEONARDA
¿Mi mano? Tomad.

CAMILO
Ya es llano
que lo concedéis, ¡por Dios!

JULIA
1315
[Aparte.]
(A fe, que no es necio el hombre.

URBÁN
Bien habla.

JULIA
Por lindo estilo).

LEONARDA
Pues, por vida de Camilo...

CAMILO
Ese es, señora, mi nombre.

LEONARDA
...que no pienso que he hecho poco
1320
en daros luego mi mano.

CAMILO
Digo que es bien soberano,
digo que me vuelvo loco.

LEONARDA
Decid, ¿y paréceos bien?
No me la apretéis. ¡Jesú!

CAMILO
1325
Que la mano es de Esaú,
y la voz no sé de quién.

LEONARDA
Traigan luz por eso solo.

(Va JULIA.)

URBÁN
Ya se descubre el farol.

CAMILO
Luz pido donde está el sol;
1330
pero está eclipsado Apolo.

(Sale JULIA.)

JULIA
La hacha está aquí.

CAMILO
¿Qué es esto?
¿Todos con máscara están?

LEONARDA
Tened las manos, galán;
que aquí no ha de haber más que esto.
1335
En llegando a querer verme,
os harán dos mil pedazos.

CAMILO
En tal sagrado de brazos
no podrán acometerme.
No por su miedo -¡por Dios!
1340
que, pues vine, no le tuve-,
mano y deseos detuve,
mas por mandármelo vos.
¡Qué bello cuerpo tenéis!
¡Qué traje y rico vestido!
1345
Con razón no he merecido
que en mi bajeza fiéis.
¡Bravas telas y brocados!
¡Bravos cuadros y pinturas!
Pero todo queda a escuras
1350
con tales ojos cerrados.
¿Que no hay aquí quien me abone?
Quien me ama, ¿no me fía?

LEONARDA
El alma se le confía,
Y [vuesa] merced perdone;
1355
que cuando de su lealtad
más esperiencia se tenga,
haremos que a casa venga
con más luz y claridad.
Siéntese, y no se alborote.

CAMILO
1360
Si la caza no he de ver,
tornadme, amigo, a poner
pigüelas y capirote.
Más valdrá, para estar quedo,
no tener ojos ni oídos,
1365
porque se van los sentidos
tras aquello que ver puedo.
En descubriendo el halcón
para que la caza vea,
ya está cierta la pelea,
1370
y es suyo aquel corazón.
Pero aquí, después de vella
con alguna claridad,
le quitan la libertad
de poder volar tras ella.
1375
Y aun hay otra condición
en esta casa encubierta,
que va la perdiz cubierta
y descubierto el halcón.
¡Aquí de Dios, mi señora!
1380
¿Vos habéis de permitir
que quien os merece oír
no os merezca ver ahora?

LEONARDA
Ahora bien, tráiganle
aquí un poco de colación
1385
con que amanse el corazón.

(Va JULIA por colación.)

CAMILO
¿Qué colación, pesia a mí?
¿Cómo tengo de comella,
si ese mismo se me abrasa?
¡Ah! ¡Doyme a Dios con la casa!
1390
¿Que aun no hay una cara en ella?
¿Qué fianzas me habéis dado
para comer, satisfecho
que no es veneno?

LEONARDA
Este pecho
que me habéis enamorado.

CAMILO
1395
Ligero argumento hacéis.
Id a una tienda embozada
y veréis si os fían nada
por más que el pecho mostréis.
Yo soy aquí mercader,
1400
vos quien rebozada llega;
luego bien la vida os niega
el que no os merece ver.

LEONARDA
Camilo, no os aflijáis
de verme esconder así;
1405
que hay partes, señor, en mí
que vos ahora ignoráis.
Yo os vi, y el alma os rendí
de suerte, en cierto lugar,
que no me escusé de dar
1410
fin a mi cuidado así.
Este remedio busqué
para que entréis donde estáis,
y para que no digáis
con quién ni en qué parte fue.
1415
Si pensáis que aquesto ha sido
no tener crédito en vos,
bien quedará entre los dos
averiguado y reñido.
Joyas os daré en valor
1420
de dos mil ducados.

CAMILO
¿Buenas?

LEONARDA
¡Hola! Dame esas cadenas
y ese brinco, dios de amor.
Dame...

CAMILO
Paso; no pidáis
eso, que me dais enojos.
1425
Más quisiera vuestros ojos
que cuantas joyas me dais.
Diéradesme esos zafiros,
y los rubíes y perlas
de esa boca, que por verlas
1430
pudiera con más serviros.
También hay oro en mi casa.
Gracias a Dios, no soy pobre.

LEONARDA
Deseo que más os sobre
que de Oriente a España pasa.
1435
Pero por señal de amor,
esta sortija tomad,
que en vos tendrá calidad.

CAMILO
Y esta en vos tendrá valor.
Servíos de que en mi nombre
1440
la traiga esa blanca mano.

(Sale JULIA, con la colación.)

JULIA
La colación viene.

CAMILO
En vano
viene, a fe de gentilhombre,
que no tengo de comer.

LEONARDA
A lo menos el probar
1445
no lo podéis escusar,
que soy honrada mujer.

CAMILO
¿Es lo del veneno?

LEONARDA
Sí.
¡Por mi vida, que probéis!

CAMILO
Si ese juramento hacéis,
1450
haya mil muertes aquí.
Quiero tomar el veneno
que Alejandro del doctor;
que donde la fe es mayor,
no le hace el daño ajeno.

URBÁN
1455
[Aparte.]
(¡Oh, lo que sabe de historia!

JULIA
En verdad que es muy leído.

URBÁN
No lo toméis tan pulido,
que en verdad que es zanahoria).
Entro, y la bebida saco.

(Vase.)

CAMILO
1460
[Aparte.]
(Donaire tiene, por cierto);
pero hagamos un concierto.

LEONARDA
[Aparte.]
(Es discreto y es bellaco).

CAMILO
Si esto pasa entre los tres,
que sois vos y estos criados,
1465
para hablar o ser llamados
sin nombres, trabajo es.
Quierooslos poner fingidos,
que yo así me entenderé.

(Sale URBÁN con la bebida.)

URBÁN
Bebed.

CAMILO
Luego beberé.

URBÁN
1470
Bebed.

JULIA
[Aparte.]
(Están divertidos.

URBÁN
Estos mozos confitados,
todo almíbar y jalea,
que no hay ninfa que tal sea,
de boca y dedos mirlados,
1475
me hacen perder el seso).
Bebed.

CAMILO
Mostrad, beberé.

URBÁN
[Aparte.]
(¡Qué poco y qué a tiento fue!)
Diga, ¿y harale mal eso?

CAMILO
Tras tanta plata, ¿qué espero?
1480
No me muestren más, señora.

URBÁN
[Aparte.]
(Haga melindres ahora,
harase después un cuero.
Pues esta va por mi ama,
y esta, Camilo, por vos;
1485
esta, Julia, por los dos;
que bien bebe quien bien ama.

JULIA
Escucha, o vete de ahí;
que nombres nos quiere dar
para podernos llamar.

URBÁN
1490
Escucho. Esta va por mí).

LEONARDA
¿Cómo me pensáis llamar?

CAMILO
A vos os llamo Diana,
y está la razón muy llana.

LEONARDA
Esa podéis declarar.

CAMILO
1495
¿No es luna y alumbra?

LEONARDA
Sí.

CAMILO
¿No se escurece y desdora?

URBÁN
[Aparte.]
(¡Oh, qué bien!

JULIA
Escucha ahora.

URBÁN
Escucho. Esta va por mí).

CAMILO
Vos tendréis Iris por nombre,
1500
que es de Diana mensajera,
y vos, Mercurio.

LEONARDA
¿Pudiera
darse a todos mejor nombre?

URBÁN
[Aparte.]
(En fin, ¿que Mercurio a mí?
¿Baco no fuera mejor?

JULIA
1505
Escucha un poco, hablador.

URBÁN
Escucho. Esta va por mí).

LEONARDA
Ya es tarde, y es bien que os vais;
que hablando no se ha sentido
tiempo y noche que han corrido.

CAMILO
1510
¿Que, al fin, cubierta os quedáis?

LEONARDA
Noches quedan, mi Camilo;
esto por ahora baste.
Llévale donde le hallaste,
¡hola!, por el mismo estilo.

URBÁN
1515
Encajaos el capirote.

CAMILO
¿No os he de abrazar primero?

LEONARDA
Sí, por cierto.

CAMILO
¡Ah, bien ligero!
Paso.

URBÁN
Alto sois de cogote.

LEONARDA
¡Pues, necio, así le lastimas!

URBÁN
1520
Nunca vos haréis buen son.
Bendiga Dios buen bordón,
que dura por treinta primas.
Asid la pretina bien.

CAMILO
Adiós, señora Diana.

LEONARDA
1525
¡Ay, cuánto tarda mañana!
Descúbrome.

JULIA
Yo también.
Entra a recogerte luego.

(Vanse.)

CAMILO
¡Bueno voy! ¡Ah, ciego amor!

URBÁN
¿Y voy, acaso, mejor?
1530
¿Quién manda rezar al ciego?

(Vanse, y sale VALERIO, de noche.)

VALERIO
Sospechas que al más cuerdo enloquecistes,
y en el más escogido entendimiento
representastes más quimeras varias
que la imaginación profunda suele
1535
del pintor que diseña alguna máquina,
o el poeta que traza algún discurso,
¿dónde lleváis mi loca fantasía
a desvelarse cuando todos duermen?
Ya el estrellado carro con su guía
1540
parece que se humilla a su descanso,
y declinando van las seis hermanas,
con la que entre ellas vergonzosa vive;
y yo, solicitado de vosotras,
no como estrella estoy en luz ardiendo,
1545
mas como fuego del eterno abismo,
por donde dicen que encendido sale,
cuyas bocas jamás de darle cesan.
Háseme puesto, y no será por dicha,
en la imaginación que esta Leonarda,
1550
entre aquestas imágenes y libros,
alguna tiene aparte a quien adora.
Noche, si está allá dentro algún dichoso,
hazle salir, con dar lugar al alba.
Mas ¿cómo podré yo saberlo solo,
1555
siendo esta casa como un tiempo Tebas,
que se ilustraba de cien puertas grandes?
Gente viene; tomemos esta esquina
de la portada, a ver dónde camina.

(Sale OTÓN, de noche, y arrímase VALERIO a una parte.)

OTÓN
Cierta cuestión de amigos y parientes
1560
me ha detenido; perdonadme, calle,
y vos también, ventana venturosa,
si he tardado en venir a saludaros.
¡Ah, mi ventana! ¡Quién de vos supiera
si ha salido por vos algún suspiro!,
1565
que entrado, yo aseguro que son tantos,
que no son más de abril las varias flores,
ni las perlas que el alba entonces vierte.
¡Cuántos Ifis colgados de esas rejas,
que no merecen, de un cabello solo,
1570
piden al cielo que convierta en mármol
aquella que de mármol tiene el pecho!
También vos, puerta... Mas ¿qué es esto? ¡Ay, triste!
¿Qué sombra es esta o qué nueva coluna?
No en balde el corazón me lo decía,
1575
y esta noche el venir solicitaba.
¿Será por dicha aqueste el venturoso
que de la viuda posesión merece?
¿Qué le diré? ¿Qué haré? ¡Viven los cielos,
que se ha de conformar la arquitectura
1580
y que han de estar los mármoles iguales!

(Sale LISANDRO, de noche, y arrímase OTÓN a la otra parte.)

LISANDRO
Viuda, así os guarde Dios,
que puesta [a] aquesa ventana,
lo que hay de aquí a la mañana
quisiera pasar con vos.
1585
El «sí» que a todos negáis,
decidme, ¿en que «no» consiste?
Santa y moza, alegre y triste,
zagala, no me agradáis.
Este ser vos tan discreta
1590
hace a mil necios pensar
que os debe de regalar
alguna prenda secreta.
Para que esto no se vea,
¿qué importa que os encerréis,
1595
si las veces que queréis
vais y venís a la aldea?
Este campo y soledad,
estas huertas y jardines,
sin abrir a los maitines,
1600
abren franca libertad.
Viuda, ya no hay quien crea
que estáis sin dueño secreto
del alma, porque en efeto
andáis triste y no sois fea.
1605
Mujer bella, rica y moza
-que basta libre y mujer-,
yo no tengo de creer
que no se regala y goza;
porque aunque más me digáis,
1610
huyendo segunda boda,
que sois Angélica toda,
doyme a Dios si vos no amáis.
¡Que tan desvanecido hablase al aire,
que apenas reparase en que podía
1615
ser escuchado de estas vivas sombras!
En fin, pared, no escapas sin oídos.
¡Oh, casa del mayor peso del mundo!,
ya os arriman gigantes a la puerta,
ya están vuestras colunas revestidas.
1620
¡De noche guardas a las puertas! ¡Bueno!
A fe que a donde tantas guardas ponen,
que hay escondido algún tesoro rico.
Si asisten al sustento de la casa,
sirvamos todos de estantales juntos.
1625
Y pues el irme es caso sin remedio,
hagan lugar, que yo me pongo en medio.

(Pónese en medio de VALERIO y OTÓN, y sale un alguacil con lanterna y criados, y escribano.)

ALGUACIL
¡Lindo saltose hizo en los del juego!

ESCRIBANO
¡Y qué hermoso dinero se paraban!

ALGUACIL
Aun esta casa tiene más secretos;
1630
que se da de comer y entran mujeres.
Yo les haré una información que salten.
Gente hay en esta puerta. ¿Quién va?
Ténganse
al Rey!

OTÓN
Tenidos somos; no nos meta
la lanterna en los ojos.

ALGUACIL
He de verlos
1635
y desarrebozarlos treinta veces.

VALERIO
Mire que somos caballeros.

ALGUACIL
Créolo;
mas yo he de verlos por mis propios ojos,
que suelen engañarnos por momentos.
¡Ea!, que es ya...

LISANDRO
Suplícoos que sea aparte.

ALGUACIL
1640
No ha de ser sino aquí. ¡Por Dios, descúbranse!
¡Señor Otón, Lisandro, y vos, Valerio!
¿Los nombres no pudiérades decirme?

OTÓN
Convínome callarle.

LISANDRO
Y a mí, y todo.
Mas yo me huelgo de este desengaño

VALERIO
1645
Y yo he tenido por dichosa suerte
saber así lo que saber temía.

ALGUACIL
De esa manera, ¿puedo estar seguro
que no he dado disgusto?

LISANDRO
Antes quedamos
en mucha obligación.

ALGUACIL
Yo soy quien debo.
1650
Vuesas mercedes, ¿quieren compañía?

OTÓN
Quedarnos cumple aquí.

ALGUACIL
Pues a Dios. Vamos.

(Vase [con el ESCRIBANO y CRIADOS].)

LISANDRO
¡Que siempre en todo juntos nos hallamos!

VALERIO
Otón es bravo arquitecto.

OTÓN
Y a Valerio, ¿qué le falta?

LISANDRO
1655
Para portada tan alta,
los tres hicimos efecto.
Pero túveos mil ventajas.

VALERIO
Estar en medio son mil.

OTÓN
Si no viene el alguacil,
1660
todos nos hacemos rajas.

LISANDRO
Consuélome que los tres
fuimos necios por estremo.

OTÓN
Dar aquese nombre temo
a lo que locura es.
1665
Pero cuando aqueso fuera,
el más necio fuistes vos,
que os metistes entre dos.

LISANDRO
Y entre ciento me metiera,
aunque fueran Rodamontes.

OTÓN
1670
¡Ea, león!

[LISANDRO]
No es burlando;
que puedo, como otro Orlando,
romper árboles y montes.
La necedad en su punto
fue aquello del estampero,
1675
cuando Otón, hecho librero,
entró con Valerio junto.

OTÓN
Con máscaras, ¿no llegamos
hasta la puerta?

VALERIO
Esperad;
que de aquella necedad
1680
iguales partes llevamos;
que él vino de buhonero
con mil rosarios allí,
y no le abrieron.

OTÓN
¿Ah, sí?
Pues darle el parabién quiero.

LISANDRO
1685
Pues si todo se ha sabido,
por necios todos quedemos,
y el propósito mudemos
en quien la ocasión ha sido,
que habrá bien que murmurar.

OTÓN
1690
Si va de murmuración,
yo diré a qué vino Otón
esta noche a este lugar.

VALERIO
¿Fue a saber si aquesta puerta
a algún dichoso se abría?

OTÓN
1695
A eso, ¡por Dios!, venía.

LISANDRO
Téngolo por cosa cierta,
porque yo vine a lo mismo.

VALERIO
Y a mí, ¿qué pudo traerme
sino el ver lo mismo y verme
1700
en este celoso abismo?

OTÓN
Ya que [nos hemos] hablado,
confórmese el amistad
contra la fiera crueldad
de este ingrato pecho helado.
1705
De su deshonor tratemos,
y que pierda la opinión.

LISANDRO
¡Oh, qué bien ha dicho Otón!
¿Qué venganza tomaremos?
Pero ¿sabéis qué he pensado,
1710
y nunca lo dije en duda?

VALERIO
¿Qué?

LISANDRO
Que tiene esta viuda
galán en casa encerrado.
Que este no acudir a ver
ninguna cosa de fuera,
1715
si en casa no le tuviera,
¿cómo se pudiera hacer?
Mujer sola, libre y rica,
y que a tantos ha negado,
a fe que hay algún criado
1720
que al lado de noche aplica.
Y entre los que tiene, Urbán,
que es bellacón y discreto,
tengo sospecha, en efeto,
que hace oficio de galán,
1725
porque no se aparta de ella,
y anda bien puesto y vestido,
siempre se burla atrevido,
y habla en secreto con ella.

OTÓN
¡Vive Dios, que ahora he caído
1730
en una maldad tan clara!
Yo le cortaré la cara,
o no seré bien nacido.
¿Quién duda que esto es así?

VALERIO
Yo soy de ese parecer,
1735
que cosas le he visto hacer
de que sospechoso fui.
Y desde aquí le prometo
una grande cuchillada.

LISANDRO
Dejad algo, si os agrada,
1740
para el dueño del secreto;
que también le he yo de dar
una en medio de esas dos.

OTÓN
Amanecido ha. ¡Por Dios,
qué dulce es el murmurar!
1745
Vamos, y hablémonos hoy.

VALERIO
En matarle me reporto.

LISANDRO
¡Qué narices que le corto!

OTÓN
¡Qué cuchillada le doy!

(Vanse y sale LUCENCIO con una carta, y ROSANO, forastero.)

LUCENCIO
Hela leído y entendido todo,
1750
y contiene que Ercino me da un yerno
para Leonarda, encareciendo el modo
de su nobleza, término y gobierno.

ROSANO
No le aventajan en la sangre el godo
y en gentileza de mancebo tierno
1755
el mismo Adonis, Píramo y Narciso,
ni el más discreto en discreción y aviso.
Como el Gallego escribe; tañe y danza
como otro Julio; y porque más le alabe,
de retratar como Guzmán alcanza
1760
aquella parte que a milagro sabe;
esgrime como el célebre Carranza.
Su oficio es secretario del más grave
príncipe de la corte, donde vive
con gallarda opinión.

LUCENCIO
Así lo escribe.
1765
¿Cuándo salistes de Madrid?

ROSANO
Sospecho
que habré tardado solos cuatro días.

LUCENCIO
¿Hay nuevas?

ROSANO
No sé cosa de provecho.
Pero mucho del caso te desvías;
muéstrame en él más descubierto el pecho,
1770
si acaso de mi crédito le fías;
y muéstrame esta viuda, porque el vella
me importa para darles nuevas della.
Encargáronme mucho que la viese,
que allá tiene gran fama de hermosura.

LUCENCIO
1775
Eso podría ser si ella quisiese;
mas es más que su fama su clausura.
Y aunque de oírlo por ahora os pese,
sabed que es la mujer más bronca y dura
que ha criado la sierra más fragosa,
1780
supuesto que es discreta y es hermosa.
Ha un mes y más que ya no la visito,
sobre esto de tratarle casamientos;
que de mi enojo y suyo en esto quito
malas palabras y desabrimientos;
1785
y si el de aquese hidalgo solicito,
serán, sospecho, vanos pensamientos;
porque quien no se casa aquí en Valencia
menos hará para Madrid ausencia.
Con todo eso, diligencia haremos.

ROSANO
1790
Mucho me habéis, señor, desconsolado;
pero será razón que lo intentemos,
porque diga, aunque mal, que he negociado.

LUCENCIO
Digo que ordenaré de que hoy la hablemos,
que siempre a Ercino estuve yo obligado.

FLORO
1795
Prosigue, por tu vida, tan buen cuento.

LUCENCIO
Gente es esta; no entienda nuestro intento.

(Vanse y salen CAMILO y FLORO.)

CAMILO
Después de la primer noche,
como te he contado, Floro,
en que, como halcón y ciego,
1800
ciego fui siguiendo a otro,
otras seis o siete fui
por el mismo estilo y modo,
hasta que al fin la gocé,
sin más luz que de los ojos.
1805
No había pájaro de estos
que de noche vuelan solos,
cuyos ojos no envidiase,
por ver lo que a tiento adoro.
Hela cobrado afición,
1810
sin ver más que lo que toco
de tacto, como los ciegos,
que es peregrino negocio.
He hecho cosas por verla
-que no pienses que soy corto-
1815
que hubieran enternecido
un indio, un bárbaro, un mostruo;
ya fingiéndome morir
con suspiros y sollozos,
ya jurando de no vella
1820
con juramentos y votos.
Pero ni por mis ternezas,
ni por mis rabias y enojos,
se ha dejado ver; y así,
estoy encantado y loco.

FLORO
1825
¿Cómo no? ¡Gracioso cuento!
Lleva tú luz encendida.

CAMILO
Podrame costar la vida,
Floro, aqueste atrevimiento;
que si Psiques vio al Amor,
1830
a quien ascuras gozaba,
perdió la gloria en que estaba,
y negoció su dolor.

FLORO
Pues ¿qué has de hacer encantado,
enamorado sin ver?

CAMILO
1835
Imitar a Amor, y ser
sin ojos enamorado.

FLORO
¿No puedes llevar un [y]eso
con que la puerta señales?

CAMILO
Tiene el hombre industrias tales,
1840
que me hace perder el seso.
Fuera de la puerta estoy,
y dice que estoy en casa.

FLORO
Un coche de damas pasa.

CAMILO
Y baja, a fe de quien soy,
(Salen LEONARDA y JULIA, con mantos.)
1845
de él una hermosa viuda.

FLORO
Y no es mala la criada.

LEONARDA
Esta huerta es estremada.

JULIA
En ningún tiempo se muda.

LEONARDA
[Aparte.]
(Julia, Camilo es aquél.

JULIA
1850
¡Ay, señora, ya le vi!)

CAMILO
¿Hay algo en que os sirva aquí?

LEONARDA
[Aparte.]
(¿Hablaréle?

JULIA
Habla con él;
que todo el campo está solo.)

LEONARDA
Yo os agradezco el favor.

CAMILO
1855
Débese a vuestro valor,
como aquesta luz a Apolo;
y a ella misma os comparo,
porque es lo que más deseo
de cuanto veo, aunque veo
1860
pocas veces mi bien claro;
pero en fin, la luz es cosa
de tanta estima que al suelo
no la ha dado igual el cielo,
después de haceros hermosa.

LEONARDA
1865
Mucho la luz estimáis
para no ser ciego.

CAMILO
Nace
de una falta que me hace,
que no es bien que la sepáis.

LEONARDA
Ello se entiende; es de amor.

CAMILO
1870
Pues más os espantaréis
si de mi dama sabéis
que [es el] mismo resplandor.

LEONARDA
¿Es por encarecimiento?

CAMILO
No, sino porque es Diana
1875
tan divina y soberana,
que no la veo y la siento.

LEONARDA
¿Cómo Diana? ¿La luna?

CAMILO
La propia.

LEONARDA
Pues no andáis bien,
que esa mil vistas la ven;
1880
mas no la toca ninguna.

CAMILO
Pues yo la toco sin vella.

LEONARDA
Sin duda os tengo por loco.

CAMILO
Sí, pues a escuras la toco,
y me he enamorado de ella.

LEONARDA
1885
Y esa luna, ¿veos a vos?

CAMILO
Ella lo afirma, y es fe
que cada día me ve;
mas yo no la veo, ¡por Dios!

LEONARDA
Pues os ve no lo dudéis,
1890
sino que está enamorada.

CAMILO
Pienso que de mí se agrada.

LEONARDA
Y en los efetos lo veis.
¿Hay mujer por quien ahora
la dejásedes?

CAMILO
Me agravio
1895
de que ponga vuestro labio
tal duda en mi fe, señora.
Si un ángel de hermosa fuese,
y una romana en valor,
no es posible que el amor
1900
a mi imposible perdiese.

LEONARDA
Si la viésedes, yo os juro
que os trocase el desengaño.

CAMILO
Bien puedo estar de ese daño
por muchas causas seguro;
1905
que con las manos la tiento,
y la frente es estremada
la nariz perficionada,
que es de un rostro el fundamento.
Los ojos son relevados,
1910
que es señal que buenos son;
todo esotro es perfeción;
cuellos y pecho estremados.
Entendimiento y donaire,
es locura hablar en ello;
1915
que no falta más de vello
para dar el seso al aire.
Pues ¡una Iris que tiene,
y un Mercurio embajador!
No tiene el mundo valor
1920
cuando de su cielo viene.

LEONARDA
Vos sois estraño galán;
nunca tal oí decir.

CAMILO
Ni a nadie he visto sufrir
la escuridad que me dan;
1925
y aunque en parte mi alegría
con este rigor se aniebla,
más quiero yo mi tiniebla
que alguno estima su día.

LEONARDA
Y ¿cómo os llaman?

CAMILO
Camilo.

LEONARDA
1930
Es justo saber el nombre
de un más que Amadís, de un hombre
que ama por tal estilo;
ahora bien, por muchos años
vuestra Diana gocéis.

CAMILO
1935
Si vivo, no lo dudéis,
a pesar de sus engaños.

LEONARDA
A Dios, escuro galán.

CAMILO
Él un rico esposo os dé.

FLORO
[Aparte.]
(Diga: ¿Hablarla no podré
1940
esta noche en el zaguán?

JULIA
Vivo junto a la Zaidía;
no quiera dama tan lejos.)

(Vanse LEONARDA y JULIA.)

FLORO
Hablado habéis como viejos.
¡Qué ocasión esta, qué día!
1945
¿Por qué no la requebrabas?
Que es una viuda bella,
que andan mil muertos por ella.

CAMILO
¡En mi pensamiento estabas!
Por ella ni otras más bellas,
1950
respeto de mi sujeto,
no se me da, te prometo,
lo que por mí, Floro, a ellas.
Esta no vale dos clavos,
ni cuantas puedes nombrar,
1955
porque es querer comparar
los reyes con los esclavos.
Yo te digo que la mía
es algún ángel sin duda.

FLORO
¿Tan mala era la viuda?

CAMILO
1960
Así, así; pasar podía.

FLORO
A mí, bien me pareció.

CAMILO
¡Ah, Floro, si aquesta vieras,
qué bien que la encarecieras!

FLORO
La viuda tomara yo.

(Sale URBÁN, con la espada desnuda, retirándose de OTÓN, LISANDRO y VALERIO.)

URBÁN
1965
¡Tres hombres, a uno solo!

OTÓN
¡Muera el perro!

URBÁN
¿No me diréis qué ofensa os hice?

VALERIO
¡Muera!

CAMILO
¡Paso, señores, ténganse! ¡Ya basta!
Si estar yo de por medio en cortesía
de caballero recebirse suele,
1970
Camilo soy, y amigo soy de todos.

FLORO
Ponte detrás.

URBÁN
Vinieran uno a uno...

OTÓN
Él tuvo en vos, Camilo, buen padrino;
que es un lacayo vil, desvergonzado.

CAMILO
No haya más, por mi vida, que por dicha
1975
no os habrá conocido.

VALERIO
Basta y sobra
quererlo vos.

LISANDRO
¿Mandáis en qué os sirvamos?

CAMILO
Quedo en obligación notable.

OTÓN
Vamos.

(Vanse OTÓN, LISANDRO y VALERIO.)

CAMILO
Decid, hombre del diablo, ¿qué habéis hecho
[a] aquestos caballeros?

URBÁN
Buen Camilo,
1980
después de echarme a vuestros pies, os juro
que ni en obra, palabra o pensamiento,
los ofendí jamás.

CAMILO
Pues sin ofensa,
¡caballeros mataban en cuadrilla
un hombre solo! No es posible.

URBÁN
Es cierto,
1985
y puede ser que se hayan engañado
y tenídome a mí por otro.

CAMILO
Créolo.

FLORO
En gentil escampado os la juraban.

CAMILO
Vamos con él hasta su casa, Floro.

URBÁN
Hasta la puerta de la ciudad basta.

FLORO
1990
A mi señor estáis bien obligado.

URBÁN
[Aparte.]
(Si se lo debo, bien se lo he pagado.)


Acto III

Sale CAMILO y CELIA, dama, con manto.

CAMILO
Calla y déjame.

CELIA
¿Qué calle?

CAMILO
Después iré.

CELIA
No hay después.

CAMILO
¿Tan loca estás, que no ves,
1995
Celia, que estás en la calle?

CELIA
En la calle y dondequiera
tengo por cuerda razón
que se entienda tu traición.

CAMILO
Templa el enojo y espera.
2000
Hablemos de suerte aquí
que quien pasa no lo entienda,
y suéltame ya.

CELIA
¿Qué prenda
me tienes dada de ti?
Malas noches, malos días,
2005
palabras, celos y rabias,
y aun de que ya no me agravias
nacen estas ansias mías.
¡Que, tan malo, te quisiera!
¡Mira cuál estoy, traidor!

CAMILO
2010
Ir allá será mejor;
ve, Celia, a casa y espera,
que hay mucho que averiguar,
y en la calle no estás bien;
fuera de que a mí me ven,
2015
y tengo que negociar.

CELIA
¡Tú, a mi casa! Pues no has ido
en dos meses, ¿y tan loca
me ves, que crea tal boca
a corazón tan fingido?
2020
No, amigo, que si se escapa
será andarme tras el viento.

CAMILO
Tenme, por tu fe, con tiento;
que me has rasgado la capa.

CELIA
Ese corazón quisiera,
2025
donde tal dureza cabe.

CAMILO
Ya fue para ti suave,
y a tu voluntad de cera;
pero hay hombres que desean
no tener común el bien.
2030
Pero advierte que nos ven.

CELIA
Mucho teme que le vean.
Calle, no se le dé nada,
y amartelarase ahora,
si no lo está, la señora
2035
que nuevamente le agrada;
y cuando riñan un poco
por celillos, bien sabrá
dar satisfaciones ya.

CAMILO
Tú quieres volverme loco.

CELIA
2040
¿Quién duda que le diría:
«Persígueme esa mujer,
pero no la puedo ver,
por tu vida y por la mía;
y no hay de qué recelarte,
2045
que haré que delante esté
viendo que te beso el pie».

CAMILO
¿Quieres dejarme y cansarte?
Esto, ¿no era ya acabado?

(Salen LEONADA y JULIA, con mantos.)

JULIA
[Hablan aparte.]
(Muy tarde y sola has salido.

LEONARDA
2050
Por tarde que es no ha venido
Urbán.

JULIA
Mucho se ha tardado.
Pero, ¿por qué no quisiste
el escudero de Clara?

LEONARDA
Por no velle aquella cara
2055
tan melancólica y triste.
¡Ay, Julia, más lo es mi suerte!

JULIA
¡Jesús, señora! ¿Qué has?

LEONARDA
¡Ay, Julia!

JULIA
¡Qué muerta estás!

LEONARDA
Y ¿es mucho viendo mi muerte?

JULIA
2060
Mira que no es tan de noche;
calla o cúbrete la cara.
Todo aquesto se escusara
si hubieras venido en coche.
¡Ay, amarga, que ya veo
2065
de adónde el aire te vino!

LEONARDA
Galardón es este digno
de mi loco y mal deseo.
¡Oh, quién no te conociera,
como tú a mí, pues así,
2070
como no [me] ves a mí,
te gozara y no te viera!
¡Fiad de los juramentos,
de las palabras y votos!
Pero son papeles rotos
2075
que se entregan a los vientos.
¡Quién le oyó que no quería
otra en el mundo!

JULIA
Y bien jura,
que dice de noche escura,
y esta querrala de día.
2080
Mira, señora, no creas
que sin dejarte mirar
has de poder conservar
un hora el bien que deseas.
Por la vista entra el amor,
2085
que por las manos no puede.

LEONARDA
¿Y el oír?

JULIA
Eso se quede
para un amante hablador.
Sigue un hombre, oyendo hablar,
un rebozo, aunque no vea,
2090
y en viendo que es mujer fea,
al diablo la quiere dar.)

CAMILO
Di, veamos, ¿qué te debo?
Que yo te satisfaré.

CELIA
Lo primero, una gran fe,
2095
que es en nosotras muy nuevo;
luego con mucha lealtad
no conocer otro gusto,
y en la mía muy al justo
vestirme tu voluntad;
2100
pasar mil noches al hielo,
esperándote a una reja;
sufrir voces de una vieja,
y aun ¡ay del brazo y del pelo!;
no te haber jamás faltado
2105
en cosa que hayas querido.

CAMILO
Todo eso te he servido
con haberte regalado;
algún dinero me cuestas,
y galas, las que tú sabes.

CELIA
2110
¡Palabras, por cierto, graves,
y en tu hidalga boca honestas!
El cofre abriré; no quiero
cosa tuya. Venga Floro,
llévelo, y aun darte en oro
2115
eso que me has dado espero.
¡Hermosas galas, en fin!
Una triste vasquiñuela,
con dos fajuelas de tela,
un amargo faldellín...
2120
¡Qué sartas de perlas grandes!
¡Qué cadenas me ponías!
¡Qué ricas tapicerías
de las mejores de Flandes!
¡Qué casa que me has labrado,
2125
con jardín, reja y balcón!
Y tiénenla mil que son
esterillas de mi estrado.
¿Con quién, ya que se me aleja,
aqueste tiempo empleara,
2130
que a lo menos no quedara,
ya que sin paga, sin queja?
Hallaríasme muy rota,
muy pobre, muy despreciada,
cuando te di en casa entrada.

LEONARDA
2135
[Aparte.]
(¿No ves cómo se alborota?
¡Oh, quién lo que hablan oyera!

JULIA
¿No era mejor irte a casa,
que no esperar de quien pasa
que alguno te conociera?
2140
Fuera de esto, ya anochece.

LEONARDA
Eso y el estar tapada
hace que no importe nada.

JULIA
Mas [son] celos, me parece.
En mi vida lo pensara,
2145
que por tales aventuras,
dama que se goza a escuras
fuera con celos tan clara.)

CELIA
¿Hombre, yo?

CAMILO
Sí, Celia tú;
y pues que me he declarado,
2150
déjame.

CELIA
Ya estás dejado.
¡Jesú, qué maldad! ¡Jesú!

CAMILO
Santíguate con cien manos.

CELIA
¿Con testimonios me dejas?
Quédate, a Dios; no más quejas.

(Vase.)

CAMILO
2155
Testimonios son bien llanos.
¿Es posible que se ha ido?

LEONARDA
[Aparte.]
(¿Qué le digo?)

CAMILO
¿A mí, embozadas?

LEONARDA
No somos tan declaradas
como esa necia lo ha sido.
2160
¿Es acaso la Diana
que dijistes en la huerta?

CAMILO
[Aparte.]
(Esta viudilla anda muerta
por ser conmigo liviana).
Suplícoos que os destapéis,
2165
porque no lo parezcáis.

LEONARDA
Huélgome que lo que amáis
tan presto lo aborrecéis.

CAMILO
Son esas divinidades
acá ciertas fantasías;
2170
son unas noches sin días,
y unas mentiras verdades;
son unos gustos inciertos
y un buen manjar sin sazón;
una fiesta en confusión,
2175
y unos sueños que son ciertos.
Es andar de noche en huertas,
es lo no visto fingir,
y es contar y recebir
dineros a luces muertas.
2180
Si vos me queréis a mí,
dormirá un poco Diana,
porque es noche sin mañana,
y se quiere mucho a sí.
Quiere que la amen por fe,
2185
cual si cielo hubiera sido,
y es, en efeto, sonido
que se oye y no se ve.

LEONARDA
Sin duda que la habéis visto,
y os habéis desengañado.

CAMILO
2190
Antes por no haber mirado,
a mi obligación resisto.
Si la viera como a vos,
y bella como vos fuera,
no dudo que la quisiera.

LEONARDA
2195
¿Y de veras?

CAMILO
Sí, ¡por Dios!,
porque sois vos una perla;
y me he de cansar al cabo
de ser de una dama esclavo,
que no me consiente el verla.
2200
¿Por qué yo mi mocedad
he de pasar, por su gusto,
con este censo y disgusto
guardando su honestidad?
Si teme ser descubierta,
2205
como otras que el vulgo infama,
o estima tanto su fama,
ponga un gigante a la puerta.

LEONARDA
Vos lo habéis dicho muy bien.
Pero porque gente viene,
2210
que os vais, señor, me conviene.

CAMILO
Pues, ¿tan presto, tal desdén?
Por tenerme por mudable,
sin duda, me despedís.

LEONARDA
Que os vais, digo. ¿No me oís?

CAMILO
2215
Voyme, viudilla intratable.

(Vase.)

LEONARDA
¡Oh traidor! ¿Que no bastaba
la ofensa que aquí me hacía
que requebrarme quería?

JULIA
De desengañarte acaba.
2220
No ha sido malo el sermón,
si le sabes entender.

LEONARDA
Mejor me le supo hacer
que si viera la ocasión.
¡Muda quedé, que no supe
2225
hablar!

JULIA
Fue sermón muy alto.

LEONARDA
Un súbito sobresalto
no hay sentido que no ocupe.
¡Aquesta noche y no más!
Aunque por lo comedido,
2230
verás cómo le despido.

JULIA
Y de esto, ¿qué le dirás?

LEONARDA
¿Yo le había de hablar de esto?
¡Qué donosa necedad!

(Sale URBÁN.)

URBÁN
No ha quedado en la ciudad
2235
otra calle ni otro puesto.
Dos veces a casa he ido,
por si allá hubieras llegado.

LEONARDA
Harto bien te has desculpado
un día que a pie he salido.
2240
Esta noche llamarás
aquel galán de la puente.

URBÁN
Harelo liberalmente.

LEONARDA
Tú, Julia, cuenta tendrás
de la puertecilla falsa.

URBÁN
2245
Tu tío en casa te espera.

LEONARDA
¡Bien!, porque pena tan fiera
no la comamos sin salsa.

URBÁN
Con él está un forastero
de Madrid.

LEONARDA
¿A qué ha venido?

URBÁN
2250
No sé.

LEONARDA
¡Cielos, dadme olvido
si aquesta noche no muero!

(Vanse, y salen LISANDRO y OTÓN, de noche.)

LISANDRO
Ya que la noche nos da
lugar a nuestra porfía,
¿cómo, Otón, de pena os va?

OTÓN
2255
¿No basta ser pena mía?
Con eso entendido está.
¿Qué dolor al mío se iguala,
pues a la cosa más mala
me ha traído mi furor?

LISANDRO
2260
¿Cómo?

OTÓN
A mi competidor
hace favor y regala.

LISANDRO
Cansada está la paciencia
de sufrir celos y agravios
cuando es paz la competencia;
2265
mas sabed que es de hombres sabios
esa cuerda diligencia.

OTÓN
No estoy de eso arrepentido,
pero muy necio y corrido
de que quite aqueste Urbán
2270
a tanto mozo galán
galardón tan merecido.
Yo soy un hombre arriscado,
y aunque hubiera cien Camilos
para su defensa y lado,
2275
una vez fuera los filos,
él volviera colorado.
Este Camilo, ¿quién es,
que así trata del arnés?
Bueno es tener respeto
2280
a un hombre, mas yo os prometo
que me arrepentí después.

LISANDRO
No os pese, que aquesta puerta
no pienso que verse espere,
noche obscura o clara, abierta,
2285
que el que por ella saliere
no vuelva la cara abierta.
Este es Valerio en el talle.

OTÓN
Y fuera bueno dejalle
a que en un punto se armara.

(Sale VALERIO.)

VALERIO
2290
¡Mas que el enemigo entrara
por la boca de la calle!

OTÓN
A propósito responde.
No me digan de Gradaso
ni del Orlandino conde,
2295
que guardaran este paso
como los dos.

LISANDRO
Sentaos.

OTÓN
¿Dónde?

LISANDRO
En aquese puro suelo,
cada cual en su herreruelo,
y a su lado la rodela.

VALERIO
2300
Esta noche poco vela
la blanca luna en el cielo.

OTÓN
Andará como la viuda;
con los cercos de humedad,
es para llover sin duda.

LISANDRO
2305
¡No hubiera en esta ciudad
una hechicera barbuda!

VALERIO
¿Para qué?

LISANDRO
Para que hiciera
que por treinta se muriera.

OTÓN
Pero para que olvidara
2310
un traidor, a cuya cara
hoy un beneficio espera.

VALERIO
Una sátira le hagamos.

OTÓN
¡Vive Dios, que es gran bajeza!
Sin duda la deshonramos.

LISANDRO
2315
Teniendo tanta nobleza,
más corridos nos quedamos.

OTÓN
Las sátiras inventivas
que dan en las llagas vivas
son para la gente baja.
2320
¡Qué bien aquesto me encaja!:
«Nunca digas mal ni escribas».

VALERIO
Aquel decir mal, hermano,
no guarda ningún gobierno,
porque dicen, y es muy llano,
2325
que es chimenea en invierno
y sala baja en verano.
Mejor será que cantemos,
o que de repente echemos
en loor de los dos amantes.

LISANDRO
2330
¿Prestaréisme consonantes?

OTÓN
Mejor será que glosemos.

VALERIO
¡Oh, vos sois un cancionero!

LISANDRO
Venga el verso.

OTÓN
Diga así:
La viuda y su escudero.

VALERIO
2335
¡Oh, qué tal es, pesia a mí!

LISANDRO
Pues yo comienzo el primero.
Mirando nuestros amores
y su grave competencia,
he presumido, señores,
2340
que Angélica está en Valencia
con todos sus pretensores.
Vos sois Orlando el guerrero
y vos Sacripante fiero,
[yo] Ferragud, bravo moro;
2345
pero Angélica y Medoro,
La viuda y su escudero.

VALERIO
Escudero el más honrado
que salir de España pudo,
que a tener has acertado
2350
el más reluciente escudo
de tus armas adornado,
una medalla hacer quiero,
aunque pobre caballero,
de plata y de mil tesoros,
2355
donde estén como el cinco oros
la viuda y su escudero.

OTÓN
En las celestes alturas,
siendo Géminis su nombre,
hay un signo en dos figuras,
2360
una mujer, otra hombre,
pegados en carnes puras.
Yo no soy buen estrellero,
pero, ¡por Dios verdadero!,
que cada noche imagino
2365
que están como aqueste signo
la viuda y su escudero.

VALERIO
¡Hola! La puerta han abierto,
y Urbán embozado sale.

OTÓN
¿Quién?

VALERIO
Urbán.

OTÓN
¿Es cierto?

VALERIO
Cierto.

LISANDRO
2370
¡Oh pesia a tal!

[VALERIO]
Llega y dale.

(Salió ROSANO y diole LISANDRO.)

[LISANDRO]
¡Basta aquesta!

ROSANO
¡Ay, que me han muerto!

OTÓN
Echad por esa esquina.

LISANDRO
Bien se ha hecho.

(Vanse los tres.)

ROSANO
Ábranme aquesta puerta. ¡Ay de mí, triste!
La casa es grande, y llamo sin provecho.
2375
¿Aquí, viejo fingido, me trujiste?
Pretendientes lo han hecho. Hacer buen pecho,
que a una traición ningún valor resiste.
¡Qué gentil cuchillada que me han dado!
¡Oh, cómo a Madrid voy bien despachado!

(Vase. Salen LEONARDA, JULIA y LUCENCIO.)

LEONARDA
2380
Vaya una hacha con mi tío.

JULIA
Ya Rodulfo está con ella.

LUCENCIO
¿Qué necesidad hay de ella?

LEONARDA
¿Cómo que no, señor mío?
Y otro criado también
2385
con espada os acompañe.

LUCENCIO
¿Quién ha de haber que me dañe?

LEONARDA
Y yo sé que os quieren bien.

LUCENCIO
Del hombre estoy muy contento,
que parte bien despachado.

LEONARDA
2390
Digo, tío, que me agrado
de hacer este casamiento;
que habiendo a mil propios sido
áspera, disculpa espero
en querer a un forastero.

LUCENCIO
2395
Ventura el hombre ha tenido.
Ricas albricias le esperan
en allegando a Madrid.

LEONARDA
Que se aperciban, decid.

JULIA
Ya esperan y desesperan.

LUCENCIO
2400
A Dios.

LEONARDA
Él vaya contigo.

(Vase LUCENCIO.)

JULIA
Desesperándome estaba;
que en la puerta falsa andaba
no sé quién.

(Sale URBÁN.)

LEONARDA
Urbán amigo,
¿cómo solo de esa suerte
2405
con la máscara en la mano?

URBÁN
Hay mucho mal.

LEONARDA
¿Cómo, hermano?
De lo que pasó me advierte.

URBÁN
A la puente del Real
llegué a las diez, donde atento
2410
ya me esperaba Camilo,
el curso del agua oyendo.
Llegué a hablarle, y él alzó
de la baranda los pechos,
y cubriéndole los ojos,
2415
yo fui el mozo y él el ciego.
Entramos por la ciudad,
hablando y encareciendo,
yo tu hermosura y tu fama,
y él su amor y sus deseos.
2420
Preguntábale si había
en Valencia otro sujeto
que le agradase de día
más que tu escuro aposento;
y él me contaba una historia
2425
de una mujer que de celos
le seguía y perseguía
en calles, plazas y templos,
cuando un alguacil llegó,
y al querer reconocernos,
2430
la venda del dios de amor
Camilo se quita presto.
Llegó, y quién era le dijo,
dejándole satisfecho;
pero no quiso rogalle
2435
que me dejase cubierto.
La máscara me quitaron.
Camilo y todos me vieron,
bien que me dejaron libre,
que mejor dijera preso.
2440
Camilo, en viéndome el rostro,
me dijo: «Amigo -riendo-
dejemos estas quimeras,
y vámonos descubiertos».
Yo entonces, como en los montes
2445
acosado corre el ciervo,
a Camilo dejo atrás,
y voy igualando al viento;
y por calles desusadas,
de aqueste triste suceso,
2450
conocido y afrentado,
a darte las nuevas vengo.

LEONARDA
¡Pobre de mí!¡Tras un mal
otro mayor! ¿Qué he de hacer?

JULIA
¿Tu valor puede perder
2455
su condición natural?
Ahora el esfuerzo importa.

LEONARDA
No le hay en tal desconsuelo;
que cuando castiga el cielo,
acero y diamantes corta.
2460
Ahora bien, cualquier flaqueza
es notable en quien yo soy;
pero fabricando estoy
una aguda sutileza.
Urbán, por algunos días
2465
a mi prima servirás,
y por Valencia andarás,
muy lejos de cosas mías.
Así que, cuando te siga
ese hombre, entenderá
2470
que por ella viene y va.

JULIA
A mucho el honor te obliga.

URBÁN
Pues di: ¿quieres deshonrar
tu prima? ¿No es desvarío?

LEONARDA
Urbán, por este honor mío,
2475
todo [se] ha de perdonar.
Caiga esa mancha en mi prima,
y líbrese mi opinión.

URBÁN
¿Tú no ves que es sinrazón?

LEONARDA
Así la fama se estima.
2480
Si cuando te acuchillaban
delante al otro ponías,
de quien favor recebías,
y los otros en él daban;
y si defender la mano
2485
al rostro es tan natural,
por parte más principal,
no es pensamiento inhumano.
Recogeos, y mañana
a misa con ella irás
2490
al Milagro.

URBÁN
Tú le harás
con esta industria greciana.
Pero di, ¿quién ha de ir
mañana por tu galán?

LEONARDA
Julia, disfrazada, Urbán,
2495
que de hombre se ha de vestir.

JULIA
¿Y si algún hombre me topa?

LEONARDA
Defenderate tu ciego.

JULIA
De él me temo.

LEONARDA
¿Cómo?

JULIA
Es fuego,
y conocerá la estopa.

(Vanse. Salen OTÓN y VALERIO.)

VALERIO
2500
Dicen que ya se levanta.

OTÓN
Es un lirón en dormir.
Lo que se tarda en vestir,
Valerio, es cosa que encanta.

VALERIO
Acostóse, pues, temprano;
2505
que anoche poco rondó.

(Sale LISANDRO.)

LISANDRO
Esa, a fe, me desveló,
escudero y cirujano.

OTÓN
¿Aún os ponéis los botones?

VALERIO
¿El cirujano os desvela?
2510
¡Buena burla! Mas creeréla.

OTÓN
Dejémonos de razones.
¿Hubo quien nos conociese?

LISANDRO
Era un desierto la calle.

VALERIO
¡Qué bien que se puso al dalle!

OTÓN
2515
Mas ¡que tan bien sucediese!
¿Fue en la cabeza o la cara?

LISANDRO
En todo pienso que hirió,
porque revés que doy yo,
hasta el pescuezo no para.

OTÓN
2520
¡Válame san Jorge!

VALERIO
Amén.

OTÓN
Esto cuentan de Roldán.
¡Hola! Hacia acá viene Urbán.

VALERIO
¿Quién?

OTÓN
Urbán.

LISANDRO
¿Quién dices? ¿Quién?

OTÓN
¡Hola! Urbán es, y muy sano.

[LISANDRO]
2525
Míralo bien.

OTÓN
¿Qué hay que ver?
Tú debías de tener
anoche blanda la mano.

[VALERIO]
Cuando yo doy un revés,
hasta el pescuezo no para.

OTÓN
2530
Cogiendo cabeza y cara,
queda abierto hasta los pies.

(Ha salido URBÁN.)

[LISANDRO]
Estoy por dársela ahora.

OTÓN
Deteneos.

VALERIO
Urbán, ¿dó bueno?

URBÁN
De priesa y cuidado lleno;
2535
que va a misa mi señora.

OTÓN
¿Quién? ¿Leonarda?

URBÁN
Ha ya mil días
que en cas de su prima estoy,
y con ella vengo y voy.

VALERIO
[Aparte.]
(¡Muy bien así le darías!

LISANDRO
2540
Sin duda, pues, que hay herido
o forastero o criado.)

OTÓN
Tenga, pues se ha disculpado,
perdón.

LISANDRO
Mas yo se le pido.

URBÁN
¿Mandáis más?, que voy de prisa.

OTÓN
2545
Dinos algo de tu ama.

URBÁN
Que es una Porcia en la fama.

LISANDRO
Ven acá.

URBÁN
Tocan a misa.

(Vase.)

VALERIO
Fuese, que es gran bellacón.

OTÓN
Sin duda, su prima está
2550
sola, si este no está allá.

LISANDRO
¡Oh, vana murmuración!
Si aqueste su galán fuera,
sin él ni un hora pasara.

VALERIO
Amando, es cosa muy clara.

LISANDRO
2555
Pues ¿no sabremos quién era
el que llevó el beneficio
anoche? Y no por el boto,
sino por el filo.

VALERIO
Has roto
más que un romano Fabricio;
2560
ya no preguntes quién sea,
que ya no debe de ser.

(Desnuda la espada.)

LISANDRO
Pues téngolo de saber.

OTÓN
Basta que el filo se vea.

LISANDRO
Sangre tiene, ¿qué dudamos?

VALERIO
2565
Por mí, Lisandro, lo creo.

OTÓN
¿Dónde iremos?

VALERIO
A la Seo.

LISANDRO
Mejor es que a San Juan vamos.

(Vanse. Salen CAMILO y FLORO.)

FLORO
¿Tantas cruces te haces?

CAMILO
Pues, ¿qué quieres,
viendo tan espantoso desengaño
2570
de este mi encantamento y aventura?

FLORO
¿Viste anoche muy bien el hombre?

CAMILO
Vilo
como te veo, Floro amigo, ahora;
y vile con tal fuerza de deseos
de conocerle bien, que desvelado
2575
toda la noche estuve, con su imagen
en la memoria como piedra impresa,
hasta que me dormí cansado al alba.
Puedo en la mesa retratarle al vivo,
como se cuenta del famoso Apeles.

FLORO
2580
¿Y que hoy le has visto acompañar su ama?

CAMILO
Pues ese es, Floro, el desengaño mío;
que como anoche conocí su cara,
y hoy le vi con aquesta buena dueña,
estoy desesperado.

FLORO
Dime el cuento
2585
de suerte que lo entienda.

CAMILO
Estame atento.
Yo salía del Milagro,
discursos varios haciendo
sobre el suceso de anoche,
que fue notable suceso.
2590
Iba bajando las gradas,
cuando el escudero veo
con sereno y corto paso,
rostro humilde, airoso cuerpo.
De la su mano traía
2595
-que así lo dicen los viejos-
una niña, que ganaba
con cuatro quinces el juego.
No me dé mejores cartas
en su vida el compañero,
2600
que los puntos de esta diosa,
diosa en años, diablo en gesto,
el cual era de un color
tan pálido y macilento,
que el bronce no le igualaba,
2605
aunque de bronce era hecho.
La frente vellosa y chica,
blancos y pocos cabellos,
cejas tiznadas de hollín,
por la falta de los pelos,
2610
ojos a escuras suaves,
porque eran de rocín muerto,
nariz de jabón de sastre,
y barbuda por lo menos,
la cabeza tuerta un poco,
2615
los hombros, Floro, sin cuello,
el andar como de un ganso,
muy aspacio y patiabierto.
Quisiera empujarla entonces
y dar con ella en el suelo,
2620
pero al fin, desengañado,
vuelvo corrido en estremo.

FLORO
¿Estos, señor, han sido tus peligros?
¿Esto ponerte a una perpetua infamia?
¡Ah, si tomaras luego mi consejo,
2625
y rompieras un poco el capirote,
o fuerza hicieras con la espada en mano!
Que no habían de matarte ni ofenderte.
¡Todo fue muy galán aficionarte
de una camilla de damasco y tela,
2630
y de unos terciopelos y brocados!
Mas ¿qué piensas hacer?

CAMILO
La primer casa
me ha de dar pluma y tinta, y con la cólera
le he de escribir quién es, y su mal término,
y quedará de lengua castigada;
2635
que gran castigo suele ser la lengua,
y más cuando se vea conocida,
y que pierde el mocito que engañaba.

FLORO
¿No me contabas tú que la tocaste,
y que era moza muy briosa y cuerda,
2640
que hablaba con estremo y respondía?

CAMILO
Sin ojos, no me culpes ni me corras.
Urbán queda con ella ahora en misa;
darásle este papel que [he] de escribille,
para que se le lleve como digo.

FLORO
2645
¡Linda dama has gozado!

CAMILO
¿Burlas, Floro?

FLORO
¡Oh, qué niña tan linda!

CAMILO
Como un oro.

(Vanse, y salen LEONARDA y JULIA.)

JULIA
¿Que, al fin, te has determinado
a querer un forastero?

LEONARDA
Celos, Julia, me han forzado
2650
De este traidor por quien muero,
y este mi honor estimado.

JULIA
¿Y que saldrás de Valencia?

LEONARDA
Antes que con cierta ciencia
sepan mi secreto estilo,
2655
es bien dejar [a] Camilo,
y halo de hacer el ausencia;
porque, según está impreso
en el alma que le di,
Julia amiga, te confieso
2660
que verle y no hablarle aquí
sería perder el seso.

JULIA
Por estraño modo has hecho
tu gusto, sin que tu honor
quede manchado o deshecho.

LEONARDA
2665
Una mujer con amor
deshará todo el derecho.

JULIA
Cierto que, si las señales
del secretario son tales
como escriben, aunque en breve,
2670
que nada a Camilo debe.

LEONARDA
Mucho son en todo iguales,
pero lo visto era bueno.

JULIA
¡Oh, cómo el verte casar
en reino estraño y ajeno,
2675
por la ciudad ha de dar
un bravo estampido y trueno!

LEONARDA
No importa, pues de ella salgo.

(Sale URBÁN.)

URBÁN
Para tus industrias valgo
un mundo.

LEONARDA
Urbán, ¿con tal prisa?

URBÁN
2680
Ya me vio llevar a misa
a tu prima aquel hidalgo.

LEONARDA
¿Y qué? ¿Puso buen semblante?

URBÁN
Con un rostro entre dos luces
se puso a vernos delante,
2685
haciéndose cien mil cruces,
que es satisfación bastante,
y al salir me dio el criado
aqueste papel cerrado
para que a tu prima diese,
2690
como si culpa tuviese.

LEONARDA
Bien le habemos engañado.
Muestra, a ver lo qué le escribe.

URBÁN
¿Quién duda que le dirá
que de su gusto se prive?

LEONARDA
2695
Dirá que corrido está
y cuán engañado vive.
(Lee.)
«Vieja de Satanás, que a siete dieces
te enamoras, y gozas con hechizos
de mozos, por su mal, antojadizos,
2700
con quien te haces niña y enterneces;
hoy vi tu antigua cara con dobleces,
tiznadas cejas y canudos rizos,
con la tuerta nariz, dientes postizos,
y las hermosas manos de almireces.
2705
Desengañeme, y dije muy corrido:
-A Dios, señora Circe, a Lanzarote
sirva de quintañona, y será moza.
Busque otro necio, como yo lo he sido,
a quien ponga de noche el capirote,
2710
que presto le pondrán una coroza».

URBÁN
¡Bravo fuego viene echando!
Mas no hay que espantarse de él.

LEONARDA
Y yo me estoy lastimando;
que no hay cosa en el papel
2715
que no me deje abrasando,
porque hago de ello honor.

URBÁN
Eres mujer, y en rigor
no pueden sufrir ser feas.
¿Corrido te has?

LEONARDA
No lo creas.

JULIA
2720
Pues ¿hay afrenta mayor?

URBÁN
¿Cómo afrenta? ¡Si ese piensa
que es esa vieja tu prima
de quien recibió la ofensa!

LEONARDA
Por ventura amor me anima
2725
a que me ponga en defensa.
Y necio Camilo anda,
pues hoy confiesa tan dura
la que ayer sintió tan blanda.

URBÁN
Lo que es mal, presto asegura,
2730
y así en hablar se desmanda.
¿Qué has de hacer?

LEONARDA
A su posada
ve esta noche; que me agrada
con otro mayor engaño
dalle un cierto desengaño.

URBÁN
2735
Tú quedarás engañada.

(Vanse y salen CAMILO y FLORO.)

CAMILO
¿Eso me dices, Floro?

FLORO
Bien sabía,
que había, señor mío, de ofenderte;
y sabe Dios lo que a mi alma cuesta
dar licencia a mi lengua y a mi boca,
2740
para palabras de vergüenza poca.
Desde aquesta mañana que me diste
aquel papel que al escudero diese,
anduve comenzando mil razones,
y nunca pude pronunciar ninguna.
2745
Bien sé, señor, que hacello fue mal término;
mas quien es tan discreto, y ha leído
tantas historias, verá bien por ellas
que amor tiene disculpa en sus efetos
con sólo ser amor.

CAMILO
Ya lo sé, Floro,
2750
y no es esa la culpa que en ti hallo.

FLORO
Como yo vi que despreciaste a Celia,
y ella, señor, se vio desamparada,
por su consuelo entraba a visitarla;
y visitome amor de suerte el pecho,
2755
que le dije mi intento, y di palabra
de casarme con ella, como fuese,
señor, tu gusto, y con licencia tuya.
Ella, desesperada y que en su vida
la volvieras a ver, y porque todas
2760
oyen muy bien aquesto de casarse,
también me dio palabra y juramento.
[Ve] si gustas de hacerme un bien tan grande
en consideración de mis servicios,
pues sabes que mis padres te criaron,
2765
y que he sido tu esclavo desde entonces.

CAMILO
Floro, no pienses tú que a mí me pesa
que te cases con Celia porque tengo,
habiendo sido Celia cosa mía,
celos ahora [o] juzgo que es mal término;
2770
sino porque el amor que te he tenido,
pensaba hacer de ti mejor empleo.
Ello es tu gusto, no te contradigo.
Si está de Dios, el hombre no lo estorbe.
Ve por Celia a su casa, y hablarela.

FLORO
2775
Más cerca está, señor.

CAMILO
¿Cómo?

FLORO
Está en casa,
que hoy vino a mi aposento.

CAMILO
Ve por ella.
(Va FLORO por ella.)
¡Estrañas cosas hace este amor ciego!
A mí por una vieja me trae loco,
y aqueste Floro casa con mi amiga.
2780
Pero esto estame bien, pues me asegura
de que no me persiga.

(Vuelve a salir FLORO, y CELIA.)

FLORO
Aquí está Celia,
y aqueste esclavo tuyo.

CELIA
El cielo sabe,
señor, si vengo a [hablarte] con vergüenza;
pero para una cosa que es tan justa
2785
espero tu favor.

CAMILO
Celia, yo pienso
que el cielo te ha mirado piadoso,
pues a tu vida ha dado tal remedio
como es Floro, mi amigo y no criado;
padre tendréis en mí y amparo todo,
2790
y el día que os caséis te daré, Celia,
sin vestidos ni alhajas, mil ducados.
Vuélvela ahora, Floro, a tu aposento.

CELIA
El cielo aumente esos gallardos años.

FLORO
Dame, señor, aquesos pies.

CAMILO
Levántate.

CELIA
2795
No hay príncipe como él.

FLORO
Nadie le iguala.

(Vanse FLORO y CELIA.)

CAMILO
Contento parte Floro, que es amante
que su gusto escogió con muchos ojos.
¡Ay de aquel necio que le tuvo a escuras!

(Sale FLORO.)

FLORO
Con no haberse cerrado bien la noche,
2800
aquel tu enmascarado está a la puerta.
Fulgencio me lo dijo, y que este leas.

CAMILO
¿Que no quieren dejarme aquestas máscaras?
¿Todavía esta vieja me persigue?

FLORO
Lee. Veamos qué es lo que te escribe.

(Lee.)

CAMILO
2805
«Creerse de ligero no es cordura,
que suele resultar en propio daño;
y no tengáis temor de que es engaño,
que al fin el que es más fuerte poco dura.
Venid, Camilo, a ver mi fe tan pura,
2810
que esta noche os darán el desengaño,
o a lo menos la muestra dese paño,
que por su afrenta defenderse jura.
No soy quien vos pensáis; y así, deseo,
aunque cual siempre guardaré mi fama,
2815
desengañaros, como ya comienzo.
No penséis que habéis hecho mal empleo,
ni a Circe presumáis tener por dama,
que en todo os soy igual, y en algo os venzo».
¿Hay cosa igual? Aquesta es hechicera
2820
o yo he perdido, Floro, mi juicio.
¿Con esto sale ahora nuevamente?
¿Quiere enredarme con encantos nuevos?
Mas donde fue lo más, lo menos vaya.
Dame un jaco de presto.

FLORO
Voy.

CAMILO
Apriesa.
2825
¿Guardar quiere su fama? Aquesta noche
luz tengo de llevar, si allá me matan.
Ponme en una lanterna una bujía.

FLORO
¿Muerta?

CAMILO
Encendida, necio, mas cerrada,
de suerte que llevarla no se vea.
2830
¡Que aun quiere hacerse hermosa aquesta fea!

(Vanse. Salen LUCENCIO, LEONARDA y JULIA.)

LUCENCIO
Hasta hoy no había sabido,
sobrina, aqueste suceso,
de que estoy que pierdo el seso.

LEONARDA
¿Y que tan mal le han herido?

LUCENCIO
2835
¿Cómo herido? Si no fuera
en Valencia no escapara,
que es la cirugía rara;
y así, su salud se espera.
La noche que de aquí fue
2840
con las cartas que escribimos,
esas albricias le dimos.

LEONARDA
Sin duda que hizo por qué.

LUCENCIO
Él jura que a nadie habló,
ni sabe por qué le dieron.

LEONARDA
2845
Y ¿no se sabe quién fueron?

LUCENCIO
Diera por saberlo yo
la mitad de mi hacienda.

LEONARDA
¿Y no le hacéis regalar?

LUCENCIO
A casa le he de llevar,
2850
y hacer que nadie lo entienda,
que es conveniente a tu honor.
¿Hay recado de escribir?
Porque es razón advertir
a ese hidalgo y su señor.

LEONARDA
2855
¡Hola! Poned unas velas
allá en mi cuadra.

LUCENCIO
Yo voy.

(Vanse JULIA y LUCENCIO.)

LEONARDA
¡Que no me aprovechan hoy
con este viejo cautelas!
¡Cuando a Camilo he de ver,
2860
tengo aquesta sombra en casa!
pero bien lejos de él pasa,
y yo le sabré esconder.

(Sale JULIA.)

JULIA
Ya el viejo queda escribiendo.

LEONARDA
Urbán sin duda es venido.

(Salen URBÁN y CAMILO.)

URBÁN
2865
No dirás que no he traído
tu ciego.

LEONARDA
En verle me ofendo.

CAMILO
¿Podreme ya descubrir?

LEONARDA
Lleva esas luces.

CAMILO
¿Que aún dura
esto de ser dama escura?
2870
Ya no se puede sufrir.
Heme aquí que me descubro.
¿Qué importa, si ciego estoy
para el desengaño de hoy?

LEONARDA
Por quien soy, de vos me encubro.
2875
Pero no saldréis de aquí
sin que vais desengañado,
y habeisme mucho agraviado
con pensar eso de mí.
Y fue sin duda locura
2880
no reparar en que ha sido
la dama que habéis tenido
menos espantosa y dura;
que no es un hombre tan ciego,
que así sus manos le engañen,
2885
para que le desengañen
vanos pensamientos luego.
Pero sois mozo, en efeto,
y no poco confiado;
y ansí en lo escrito y hablado
2890
no habéis andado discreto.
Mas quiérooslo perdonar
no más de por lo que os quiero.

CAMILO
Disculpa daros espero,
si es que me pude engañar.
2895
Pero si luz no ha de haber,
no procuréis desengaño,
que quien hizo aquel engaño,
otros muchos sabrá hacer.

LEONARDA
Pues luz no la imaginéis.

CAMILO
2900
¿Eso es ya resolución?

LEONARDA
Aunque os pierda, está en razón
que con luz no me gocéis.

CAMILO
Pues burlar a un caballero
tampoco, señora, es justo.
2905
Daros quiero un gran disgusto.
Luz traigo, y veros espero.
(Descubre la luz.)
¡Jesús! ¿No sois la viuda
que yo tantas veces vi?

LEONARDA
¡Ay, desdichada de mí!

CAMILO
2910
Ya mi mal en bien se muda.

LEONARDA
¿Ese es término de hidalgo?

CAMILO
Del rostro, la mano alzad.

LEONARDA
¿Hay tal fuerza? ¿Hay tal maldad?

(Sale LUCENCIO.)

LUCENCIO
Leonarda, a tus voces salgo.
2915
¿Cómo es aquesto? ¡Hombre aquí,
y hombre con desnuda espada!

CAMILO
Estuvo siempre envainada,
y desnudose por ti.

LUCENCIO
Saca una luz, llama gente.

(Va JULIA y saca un hacha.)

LEONARDA
2920
Señor, esto es hecho ya;
poner silencio será
remedio más conveniente.
Aqueste hidalgo es Camilo,
a quien tú conoces bien;
2925
quiéreme bien, y también
yo a él por el mismo estilo.
Si fuere voluntad suya,
yo quiero ser su mujer.

LUCENCIO
Como estéis de un parecer,
2930
yo gusto que se concluya.
Más blando, señor armado,
que os conocí muy pequeño.

CAMILO
Vos sois mi padre y mi dueño.
Haced lo que os han rogado.

LUCENCIO
2935
Ve, Urbán, y llama testigos.

URBÁN
Yo voy volando.

(Vase.)

LUCENCIO
¡Esto pasa!
¿Cuando estoy, sobrina, en casa,
tienes en casa enemigos?
¿Para qué escribir me hacías,
2940
si en este negocio andabas?

(Salen URBÁN, OTÓN, LISANDRO, VALERIO y FLORO.)

LEONARDA
¿Por qué un pueblo no llamabas,
o media ciudad traías?

URBÁN
Estaban casi a la puerta.

LUCENCIO
Ellos están bien llamados;
2945
caballeros son honrados.
Oigan cómo se concierta
que Camilo con Leonarda
se han de casar, y lo juran.

VALERIO
Justamente lo procuran:
2950
él noble, y ella gallarda.
Hoy de mil tesoros llenos
os haga el cielo a los dos,
y goceisos, ruego a Dios,
por muchos años y buenos.

FLORO
2955
En un día, mi señor
y yo nos hemos casado.

LISANDRO
Casamiento tan honrado
vuelve en olvido mi amor.
Mejor que en reinos ajenos
2960
y con el bien que tenéis,
estaréis donde os gocéis
por muchos años y buenos.

URBÁN
¿No me dan a Julia a mí?

LEONARDA
De hoy más será tu mujer.

OTÓN
2965
El testigo vengo a ser,
aunque pretendiente fui.
Mas confieso que soy menos;
y así tan bien escogéis
que es bien que este bien gocéis
2970
por muchos años y buenos.

LISANDRO
¿Será la boda?

LUCENCIO
Mañana.

VALERIO
¿Tan presto?

LUCENCIO
Conviene así.

CAMILO
Pues bien es que acabe aquí
La viuda valenciana.

FIN DE LA FAMOSA COMEDIA DE LA VIUDA VALENCIANA