William Congreve, The Way of the World

Así va el mundo





Texto utilizado para esta edición digital:
Congreve, William. Así va el mundo. Traducida por John D. Sanderson. Para esta colección EMOTHE. 2016.
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Tronch Pérez, Jesus (Artelope)

DRAMATIS PERSONAE

Hombres
TODOENGAÑO, enamorado de DOÑA MALMIRADA
MIRABELLAS, enamorado de DOÑA MILA MANTES
POLVORÍN, }
PETULANTE, } seguidores de DOÑA MILA MANTES
DON VIL POLVORÍN, hermanastro de POLVORÍN y sobrino de LADY DESEOSA
BIENESPERA, criado de MIRABELLAS
Mujeres
LADY DESEOSA, enemiga de MIRABELLAS
DOÑA MILA MANTES, una buena señora, sobrina de LADY DESEOSA y que ama a MIRABELLAS
DOÑA MALMIRADA, amiga de TODOENGAÑO, y a la que le gusta MIRABELLAS
DOÑA TODOENGAÑO, hija de LADY DESEOSA y esposa de TODOENGAÑO, antigua amiga de MIRABELLAS
FLACUCHA, criada de LADY DESEOSA
PICADILLO, criada de DOÑA MILA MANTES
BETTY, camarera de la chocolatería
CLAVIJA, criada de LADY DESEOSA
[COCHERO]
CRIADO
[MENSAJERO]

Bailarines y asistentes


[ACTO I]

(En una chocolatería.)
(MIRABELLAS y TODOENGAÑO se levantan de jugar a las cartas. BETTY les atiende.)

MIRABELLAS
Sois un hombre afortunado, Todoengaño.

TODOENGAÑO
¿Hemos acabado?

MIRABELLAS
Como queráis. Yo seguiré jugando para entreteneros.

TODOENGAÑO
No, os daré la revancha en otra ocasión, cuando no os mostréis tan indiferente; estáis pensando en otra cosa ahora y jugáis muy negligentemente: la frialdad de un jugador perdedor reduce el placer del ganador. Ni jugaría con un hombre que resta importancia a su mala suerte como tampoco le haría el amor a una mujer que menosprecie la pérdida de su reputación.

MIRABELLAS
5
Tenéis un gusto extremadamente delicado, mientras vuestros placeres aún están por refinar.

TODOENGAÑO
¡Por favor! ¿Por qué os mostráis tan reservado? ¿Algo os ha puesto de mal humor?

MIRABELLAS
En absoluto. Da la casualidad de que hoy estoy serio, y vos contento, eso es todo.

TODOENGAÑO
Confesad, anoche discutisteis con Doña Mila Mantes después de que yo me marchara; mi dulce prima tiene unos cambios de humor que pondrían a prueba la paciencia de un estoico. ¿Qué? Algún imbécil llegaría y ella le prestó muchas atenciones mientras aún estabais por allí.

MIRABELLAS
Polvorín y Petulante, y aún peor, su tía, la madre de vuestra esposa, mi malvada genio o, para resumirlo todo en su propio nombre, la mismísima Lady Deseosa llegó.

TODOENGAÑO
10
¡Eso es, entonces! Alberga una pasión imperecedera por vos, y con toda la razón. ¿Y mi esposa estaba allí?

MIRABELLAS
Sí, y Doña Malmirada, y tres o cuatro más a las que no había visto nunca. Al verme, todas pusieron mala cara, cuchichearon, se quejaron en voz alta de sus depresiones y, finalmente, se sumieron en un profundo silencio.

TODOENGAÑO
Estaban empeñadas en librarse de vos.

MIRABELLAS
Así que decidí no reaccionar. Por fin la buena señora resquebrajó su dolorosa pesadumbre con una diatriba contra las visitas largas. Yo no le habría prestado atención, pero cuando Doña Mila Mantes se incorporó a la discusión me levanté y, con una sonrisa forzada, le dije que nada era tan fácil como darse cuenta de cuando una visita empezaba a resultar problemática. Ella se sonrojó y yo me retiré sin esperar su respuesta.

TODOENGAÑO
La culpa es vuestra al irritaros por lo que ella dijo solo para apoyar a su tía.

MIRABELLAS
15
Es lo suficiente dueña de sí misma como para no ceder a tal sometimiento.

TODOENGAÑO
¿Cómo? ¿Pese a que la mitad de su fortuna dependa de que se case con la aprobación de la señora?

MIRABELLAS
Me puso de tan mal humor que habría preferido que fuera menos discreta.

TODOENGAÑO
Ahora que me acuerdo, no me extraña que estuvieran tan hartas de vos. Anoche tenían una de sus veladas confabuladoras: las celebran tres veces a la semana y se turnan en cada una de sus casas, donde se juntan, como si fuera la investigación de un forense, para revisar las reputaciones asesinadas de la semana. A nosotros dos nos excluyen, y una vez propusieron que se prescindiera del sexo masculino en su totalidad, pero alguien sugirió que, para evitar un escándalo, se permitiera que hubiera siempre un hombre de la comunidad, por lo que, tras la moción, Polvorín y Petulante se convirtieron en miembros de pleno derecho.

MIRABELLAS
¿Y quién puede haber sido la fundadora de esta secta? Os aseguro que Lady Deseosa, que proclama a los cuatro vientos su odio hacia la masculinidad, rebosante del vigor de sus cincuenta y cinco años, se declara por otro lado a favor de los amantes y del licor de melocotón, y con la posteridad por testigo, también declara que ya no piensa dar más a luz.

TODOENGAÑO
20
Su descubrimiento de vuestro engañoso cortejo hacia ella, para ocultar vuestro amor por su sobrina, ha provocado este distanciamiento. Si hubierais maniobrado mejor, las cosas habrían seguido su cauce natural.

MIRABELLAS
Hice todo lo que podía hacer un hombre con conciencia razonable. La lisonjeé de la mejor forma y manera posible y hasta soy responsable de una canción en su honor. La verdad es que conseguí que un amigo compusiera algo sarcástico sobre ella y la felicitara porque se le vinculaba un romance con un joven, que yo llevé hasta el extremo de decirle que toda la maliciosa ciudad se dio cuenta de que había engordado de repente, y cuando cayó enferma de hidropesía, la hice creer que se decía que iba a dar a luz. Siempre hay que darle muchas vueltas para lisonjear a una señora mayor, salvo que uno tenga como objetivo personal su seducción, y eso mi virtud me lo prohibía. Pero que este enredo se descubriera se lo debo a vuestra amiga, o amiga de vuestra mujer, Doña Malmirada.

TODOENGAÑO
¿Qué le haría enemistarse contigo sino sus proposiciones que rechazasteis? Las mujeres no perdonan fácilmente desprecios de esa naturaleza.

MIRABELLAS
Siempre se había mostrado correcta conmigo hasta ahora. Confieso que no soy uno de esos imbéciles capaces de interpretar los buenos modales de una mujer en su contra, y soy de la opinión de que la que no se niega a todo acaba no negándose a nada.

TODOENGAÑO
Sois un galán, Mirabellas, y lo bastante cruel como para no satisfacer el deseo de una mujer, pero sois demasiado generoso como para no ser considerado con su honor. Sin embargo, habláis con una indiferencia que parece fingida, y que revela que sois consciente de una negligencia.

MIRABELLAS
25
Insistís en vuestros argumentos con una desconfianza que parece sincera, y que revela que sois consciente de un interés que os implica más que a vuestra esposa.

TODOENGAÑO
¡Vaya, vaya, amigo! Si os ponéis tan crítico me voy a tener que ir. Pegaré un vistazo a los jugadores de la habitación de al lado.

MIRABELLAS
¿Quiénes son?

TODOENGAÑO
Petulante y Polvorín. (A Betty) Tráeme chocolate.

(Sale.)

MIRABELLAS
Betty, ¿qué hora tienes?

BETTY
30
A misa de doce ya no llegáis.

(Sale.)

MIRABELLAS
¡Qué bien me responde la muy desgraciada! (mirando su reloj) ¡Deben de ser cerca de la una! ¡Oh, has venido! (Entra CRIADO.) Bueno, ¿has acabado ya con tu gran recado? Te has hecho esperar un poco.

CRIADO
Señor, hay tanta boda en Pancras que hasta guardan cola, como si fuera un baile de pueblo. Nosotros éramos los últimos de la fila, con pocas esperanzas de que nos atendieran. Además, el párroco se estaba quedando afónico, y temíamos que le fallaran los pulmones antes de que nos tocara, así que fuimos a la plaza del duque, donde nos atendieron en un santiamén.

MIRABELLAS
¿Así que estás seguro de que están casados?

CRIADO
35
Casados y encamados, señor. Soy testigo.

MIRABELLAS
¿Traes el certificado?

CRIADO
Aquí está, señor.

MIRABELLAS
¿Ha llevado el sastre la ropa de Bienespera a la casa, y las libreas nuevas?

CRIADO
Sí, señor.

MIRABELLAS
40
Está bien. Vete a la casa de nuevo, ¿me oyes?, y aplaza la consumación hasta nueva orden. Dile a Bienespera que mueva ya las orejas, y a Flacucha que se atuse las plumas, y esperadme a la una en el estanque de Rosamond, para que pueda verla antes de que regrese a casa de su señora. Y tú afina el oído y guarda el secreto.

(Sale Criado.)
(Entra TODOENGAÑO.)

TODOENGAÑO
Me alegro de vuestro éxito, Mirabellas, parecéis contento.

MIRABELLAS
Me he visto implicado en un asunto algo gracioso que aún no ha madurado lo suficiente para revelarse. Qué bien que esta noche no tengan una de sus veladas. Me sorprende, Todoengaño, que un hombre casado como vos, que por tanto ha de ser discreto, tolere que su esposa pertenezca a ese grupo.

TODOENGAÑO
La verdad es que no soy celoso. Además, la mayoría son mujeres y familiares, y en cuanto a los hombres, son demasiado despreciables como para dar un escándalo.

MIRABELLAS
Soy de otra opinión. Cuanto más imbéciles, mayor el escándalo. Y una mujer que no sea tonta solo puede tener un motivo por el que relacionarse con un hombre que lo es.

TODOENGAÑO
45
¿Te pones celoso cada vez que ves a Mila Mantes atender a Polvorín?

MIRABELLAS
De su entendimiento con él me pongo celoso, si no de su persona.

TODOENGAÑO
Le dais un trato inmerecido. Si le hacemos justicia, ella tiene ingenio.

MIRABELLAS
Es lo bastante bella como para convencer a un hombre de que sí lo tiene, y lo bastante complaciente como para no contradecir al que le diga que lo tiene.

TODOENGAÑO
Para un amante tan apasionado como vos, me parecéis un hombre un poco demasiado perspicaz con los defectos de vuestra amada.

MIRABELLAS
50
Y para ser un hombre tan perspicaz, un amante un poco demasiado apasionado, ya que me gusta con todas sus faltas. No, me gusta por todas sus faltas. Sus tonterías son tan naturales, o tan elaboradas, que la acaban favoreciendo, y esas afectaciones que en otra mujer resultarían odiosas contribuyen a hacerla más atractiva. Te diré, Todoengaño, que una vez me trató con tal insolencia que, para vengarme, la diseccioné, la filtré, y separé todos sus defectos, los estudié y los memoricé. El catálogo era tan grande que no dejé de albergar esperanzas de que llegaría el día en el que la odiara de todo corazón. Con ese objetivo solía pensar en ellos hasta que llegó un momento en el que, en lugar de lo que había planeado y previsto, a cada hora que pasaba me contrariaban cada vez menos, hasta que a los pocos días me acostumbré a recordarlos sin enojarme. Ahora me resultan tan familiares como mis propias debilidades, y seguro que en poco tiempo me acabarán gustando también.

TODOENGAÑO
¡Casaos con ella, casaos con ella! Familiarizaos con sus encantos la mitad de lo que estáis con sus defectos, y me juego la vida a que volveréis a ser el mismo de siempre.

MIRABELLAS
¿Eso me decís?

TODOENGAÑO
Sí, sí. Tengo experiencia. Tengo esposa, con todo lo que eso conlleva.

(Entra MENSAJERO.)

MENSAJERO
¿Hay un señor Polvorín aquí?

BETTY
55
Sí. ¿Qué quieres?

MENSAJERO
Tengo una carta para él de su hermano, don Vil Polvorín, que se me ha encargado que le entregue en mano.

BETTY
Está en la habitación de al lado. Por ahí.

(Sale Mensajero.)

MIRABELLAS
¿Cómo? ¿Está el cabeza de esa noble familia en la ciudad, don Vil Polvorín?

TODOENGAÑO
Se le espera hoy. ¿Le conocéis?

MIRABELLAS
60
Le he visto. Promete ser una persona extraordinaria. Creo que tenéis el honor de ser familia suya.

TODOENGAÑO
Sí. Es hermanastro de nuestro Polvorín por una antigua esposa suya que era hermana de Lady Deseosa, la madre de mi esposa. Si os casáis con Mila Mantes, será vuestro primo también.

MIRABELLAS
Prefiero ser familia suya que un mero conocido.

TODOENGAÑO
Viene a la ciudad con el fin de prepararse para viajar.

MIRABELLAS
¿Para viajar? El hombre al que me refiero tiene más de cuarenta años.

TODOENGAÑO
65
Eso da igual. Es un honor para Inglaterra que toda Europa sepa que tenemos zoquetes de todas las edades.

MIRABELLAS
Me sorprende que no haya un edicto parlamentario para proteger el crédito de este país mediante la prohibición de exportar idiotas.

TODOENGAÑO
De ninguna manera, mejor como hasta ahora. Mejor comerciar generando una pequeña pérdida que ser devorados por un excedente de existencias.

MIRABELLAS
Decidme, ¿están vinculadas las tonterías de este caballero errante y las de su señor hermano?

TODOENGAÑO
En absoluto. Polvorín crece junto al caballero como un níspero injertado en una manzana amarga. Uno se te deshace en la boca, el otro te da dentera. Uno es todo pulpa y el otro es todo hueso.

MIRABELLAS
70
Así que uno se pudrirá antes de madurar, y el otro se pudrirá sin madurar jamás.

TODOENGAÑO
Don Vil es una extraña mezcla de apocamiento y obstinación. Pero cuando va borracho es tan encantador como el monstruo de La tempestad, y con sus mismos modales. Pero seamos justos con el otro, tiene una cierta afabilidad, y no le falta ingenio.

MIRABELLAS
No siempre, sobre todo cuando le falla la memoria y su manual de frases ocurrentes. Es un imbécil con una buena memoria y unos pocos descartes del ingenio de otros. Uno jamás puede estar de acuerdo con su conversación, pero se puede aguantar de vez en cuando. Tiene una buena cualidad: no se queja de nada. Atrae tan apasionadamente tantas justificadas burlas, que las afrentas las convierte en chistes, y las groserías y obscenidades las llama sátira y fuego fatuo.

TODOENGAÑO
Si tenéis la intención de terminar de retratarlo, ahora se os presenta la oportunidad de hacerlo de cuerpo entero. He aquí el original.

(Entra POLVORÍN.)

POLVORÍN
¡Tenedme lástima, queridos míos! Compadecedme, Todoengaño. Mirabellas, compadecedme.

MIRABELLAS
75
Con toda mi alma.

TODOENGAÑO
¿Por qué, qué sucede?

POLVORÍN
¿No hay cartas para mí, Betty?

BETTY
¿No os acaba de traer una el mensajero, señor?

POLVORÍN
Sí, ¿pero ninguna más?

BETTY
80
No, señor.

POLVORÍN
¡Qué mal, muy mal! ¡Un mensajero, una mula, un animal de carga! Me ha traído una carta del tonto de mi hermano, más pesada que el panegírico del sermón de un funeral, o que una retahíla de versos laudatorios de un poeta a otro. Y lo que es peor, anuncia la llegada del autor en persona como si fuera una epístola dedicada.

MIRABELLAS
¡Un tonto, es vuestro hermano, Polvorín!

POLVORÍN
Sí, sí, hermanastro, hermanastro y nada más, por mi honor.

MIRABELLAS
Entonces es posible que solo sea medio tonto.

POLVORÍN
85
¡Qué gracioso, Mirabellas! ¡Bien, bien, que le cuelguen, no hablemos más de él! Todoengaño, ¿qué tal vuestra señora? ¡Dios! Soy capaz de hablar de cualquier cosa con tal de quitármelo de la cabeza. Me disculpo por hacerle a un hombre ocioso de ciudad una pregunta a la vez tan ajena y tan local. Pero hablo como una vieja en una boda, no sé qué decir, salvo que es la mejor mujer del mundo.

TODOENGAÑO
Menos mal que no sabéis qué decir, o vuestro elogio alimentaría mi vanidad o mis celos.

POLVORÍN
Ningún hombre de ciudad vive bien con su esposa salvo Todoengaño. ¿Qué opináis, Mirabellas?

MIRABELLAS
Mejor que le preguntarais a su esposa, si queréis tener información creíble.

POLVORÍN
¡Mirabellas!

MIRABELLAS
90
Sí.

POLVORÍN
Querido mío, os pido diez mil disculpas. ¡Dios! Se me ha olvidado lo que iba a deciros.

MIRABELLAS
Os lo agradezco de todo corazón.

POLVORÍN
No, os ruego que me disculpéis. ¡Vaya memoria tengo!

MIRABELLAS
Tened cuidado con tales disculpas, Polvorín, pues nunca supe de un tonto que se quejara ni del bazo ni de la memoria.

TODOENGAÑO
95
¿Qué habéis hecho con Petulante?

POLVORÍN
Está contando su dinero, que era mi dinero: no tengo suerte hoy.

TODOENGAÑO
Podéis dejarle que os gane al juego, pues seguro que resultáis muy difícil para él con vuestras réplicas. Ya que vos monopolizáis el ingenio de los dos, la fortuna, por supuesto, debe ser suya.

MIRABELLAS
No he oído a Petulante confesar la superioridad de vuestro ingenio, Polvorín.

POLVORÍN
Vamos, vamos, no seáis malo, no abráis un debate. Petulante es mi amigo y un tipo muy honesto, un tipo muy atractivo, y tiene nociones, os lo puedo asegurar, de un extraño tipo de pequeño ingenio: sí, le haré justicia. Es mi amigo, y no le calumniaré. Y si tuviera algo de buen juicio, no sería despreciable. Vamos, vamos, no le quitéis méritos a mi amigo.

TODOENGAÑO
100
¿No consideraréis que vuestro amigo tiene muy buena educación?

POLVORÍN
No, no, que le cuelguen, el rufián no tiene modales, eso debo aceptarlo. Tan mal criado como un alguacil, os lo concedo. Es una pena, un tipo que es todo fuego y vida.

MIRABELLAS
¿Qué, valiente?

POLVORÍN
La verdad es que eso no lo sé, no puedo decirlo. Sí, la verdad es que en una controversia él contradice a todo el mundo.

MIRABELLAS
Aunque fuera un hombre al que teme o una mujer a la que ama.

POLVORÍN
105
Bueno, bueno, no siempre piensa antes de hablar. Todos tenemos nuestros defectos. La verdad es que sois muy duros con él. Permitidme que le disculpe, puedo defender la mayoría de sus faltas, salvo una o dos. Una, la verdad, ni aunque fuera mi hermano se la podría perdonar, ojalá fuera de otra manera.

MIRABELLAS
¿Y cuál es esa, Polvorín?

POLVORÍN
Disculpadme. ¿Revelar las flaquezas de un amigo? No, querido mío, me vais a disculpar.

TODOENGAÑO
Aseguro que no es sincero, o alguna otra menudencia así.

POLVORÍN
No, no, ¿y qué si lo fuera? No pasa nada, su ingenio le disculpa. El ingenio no tiene que ser sincero, como una mujer no tiene que ser constante. Una cosa tiene que ver con el deterioro del talento, y la otra con el de la belleza.

MIRABELLAS
110
¿A lo mejor le encontráis demasiado positivo?

POLVORÍN
No, no. Ser positivo es un incentivo para argumentar, sirve para mantener una conversación.

TODOENGAÑO
¿Demasiado analfabeto?

POLVORÍN
¿Eso? Eso es su felicidad. Su parca educación le da mayores oportunidades para mostrar sus dotes naturales.

MIRABELLAS
¿Es también parco en palabras?

POLVORÍN
115
Sí, pero a mí eso me gusta, pues su parquedad de palabra me da el gusto muchas veces de explicar lo que él quiere decir.

TODOENGAÑO
¿Es descarado?

POLVORÍN
No, eso no lo es.

MIRABELLAS
¿Vanidoso?

POLVORÍN
No.

MIRABELLAS
120
¿A veces dice verdades inoportunas, porque no tiene el suficiente ingenio para inventarse una evasiva?

POLVORÍN
¿Verdades? ¡Ja, ja, ja! Ya que lo mencionas, nunca dice la verdad, eso es todo. Miente más que una criada, o que el portero de una mujer de alta alcurnia. Eso sí es un defecto.

(Entra COCHERO.)

COCHERO
¿Está el señor Petulante aquí, señora?

BETTY
Sí.

COCHERO
Tres señoritas que están en el carruaje quieren hablar con él.

TODOENGAÑO
125
¡Oh, valiente Petulante! ¡Tres!

BETTY
Ahora se lo digo.

COCHERO
Debéis traer dos platos de chocolate y un vaso de agua con canela.

[Salen Betty y Cochero.]

POLVORÍN
Eso será para dos rameras en ayunas y una alcahueta con flato. Ya sabéis lo que son las tres.

MIRABELLAS
Os tomáis muchas libertades con las amistades de vuestro amigo.

POLVORÍN
130
Sí, sí, la amistad sin libertad es tan aburrida como el amor sin gozo, o como el vino sin un brindis. Pero os contaré un secreto: estas son unas fulanas a las que les paga el alquiler de un coche, y más cosas, por semana para que pregunten por él en sitios públicos.

MIRABELLAS
¡No me digas!

POLVORÍN
Veréis como no acude a su llamada porque no hay nadie que le preste atención. Y esto no es nada comparado con lo que solía hacer. Antes de que se le ocurriera esto, sé que solía preguntar por sí mismo.

TODOENGAÑO
¿Preguntar por sí mismo? ¿Qué quieres decir?

POLVORÍN
¿Qué quiero decir? Salía a toda velocidad de esta chocolatería nada más acabaras de hablar con él. En cuanto le dabas la espalda, zas, ya no estaba. Se iba a su alojamiento, se colocaba un gorro, una bufanda y una máscara, se subía a un carruaje y se venía a la puerta en un periquete y mandaba a alguien a que entrara a por él mismo, eso quiero decir, preguntar por sí mismo, esperarse, y lo que es más, no encontrarse, a veces incluso se dejaba un recado por escrito a sí mismo.

MIRABELLAS
135
Confieso que esto es algo extraordinario. Creo que se está esperando a sí mismo ahora, porque tarda mucho en venir. ¡Oh! Le pido perdón.

(Entra PETULANTE [y BETTY].)

BETTY
Señor, el coche espera.

PETULANTE
Bien, bien, ya voy. Por Dios, a un hombre le vendría a dar lo mismo ser una comadrona o un proxeneta a este paso. Te llaman, te levantan, a todas horas y en todos sitios. ¡Que les zurzan! No voy. ¿Me escuchas? Diles que no voy. Que lloren a moco tendido y se les parta el corazón.

TODOENGAÑO
Sois muy cruel, Petulante.

PETULANTE
Eso es todo, dejémoslo estar. Estoy de un humor cruel.

MIRABELLAS
140
Espero que no haya personas de alcurnia a las que tratéis así.

PETULANTE
¿Alcurnia? La alcurnia para mí es un higo seco si no estoy de humor. Por esta mano, como si fueran … eso que les llamáis…, que se esperen o que salgan zumbando, según me apetezca.

MIRABELLAS
¡Eso que les llamáis! ¿Qué son, Polvorín?

POLVORÍN
Meretrices, querido. Con “eso que les llamáis” se refiere a putas.

PETULANTE
Sí, señoritas de compañía.

MIRABELLAS
145
¡Dios le compadezca!

TODOENGAÑO
Polvorín dice que son…

PETULANTE
¿Qué dice que son?

POLVORÍN
¿Yo? Dulces damiselas, digo.

PETULANTE
Dejadlo estar, Polvorín. Escuchad, os contaré algo de su familia. Dos herederas son primas suyas, y tiene una tía vieja a la que le gusta más berrear que a esos curas rebeldes.

POLVORÍN
150
¡Ja, ja, ja! Tenía ganas de ver por donde salía este sinvergüenza. ¡Ja, ja, ja! No me enfadaría con él aunque dijera que son mi madre y mis hermanas.

MIRABELLAS
¡No!

POLVORÍN
No. El ingenio y la disposición a inventarse cosas de este sinvergüenza me fascinan. Querido Petulante.

BETTY
Se han ido, señor, muy enfadadas.

PETULANTE
Que se vayan. El enfado le sienta bien al cutis, eso que se ahorran en maquillaje.

TODOENGAÑO
155
Esta contención es toda una pose para tener algo de lo que alardear la próxima vez que le haga la corte a Mila Mantes y le jure que ha dejado de lado a todas las de su sexo por ella.

MIRABELLAS
¿No habéis abandonado aún esas insolentes pretensiones? Os cortaré el cuello en algún momento, Petulante, por ese asunto.

PETULANTE
Sí, sí, dejadlo estar. Hay otros cuellos que cortar…

MIRABELLAS
¿El mío, señor?

PETULANTE
No, no, el de nadie, no sé nada. Tíos y sobrinos hay en el mundo, y puede que sean rivales. ¿Y entonces qué? Así son las cosas.

MIRABELLAS
160
¿Cómo? Escuchad, Petulante, venid aquí. Explicaos, o llamaré a vuestro intérprete.

PETULANTE
¿Explicar? Yo no sé nada. Tenéis un tío, ¿verdad?, que ha llegado hace poco a la ciudad y se aloja donde Lady Deseosa.

MIRABELLAS
Correcto.

PETULANTE
Pues ya es bastante. No sois amigos, y si él se casara y tuviera un hijo, se os desheredaría, ¿a que sí?

MIRABELLAS
¿Dónde os habéis tropezado con toda esta información?

PETULANTE
165
Así son las cosas. Digamos que sé algo.

MIRABELLAS
Vamos, que eres un hombre honesto, Petulante, y que le harás la corte a mi amada, claro que sí. ¿Qué sabéis de mi tío?

PETULANTE
¿Yo? Nada. Yo. Si se han de cortar cuellos, que se agiten las espadas. Yo me pongo a buen recaudo, me encojo de hombros y me callo.

MIRABELLAS
Nada de burlas, nada de burlas. Vamos, sé que estás al tanto de los secretos de las mujeres. Tú eres uno de los confabuladores. Sé que te quedaste en casa de Mila Mantes después de que yo me fuera. ¿Se mencionó a mi tío, o a mí? Dime. Si tuvieras tan buen corazón como ingenio, Petulante, Antonio Polvorín, que rivaliza contigo en fama, se difuminaría a tu lado como el ojo de un pez muerto ante una perla de oriente. Ni se le vería a tu lado, como Mercurio al lado del sol. Vamos, estoy seguro de que me lo contarás.

PETULANTE
Si lo hago, ¿me aseguráis que tendréis sentido común en el futuro?

MIRABELLAS
170
Te juro que haré lo que pueda por ti, y rezaré para que el cielo lo haga mientras tanto.

PETULANTE
Bien, escuchad.

[MIRABELLAS y PETULANTE hablan aparte.]

TODOENGAÑO
Petulante y tú veis que Mirabellas es tan caliente de rival como de amante.

POLVORÍN
¡Bueno, bueno! Que ella se ríe de Petulante está claro. Y por lo que a mí respecta, y eso que se ha puesto de moda admirarla, escuchad, os contaré un secreto, que no salga de aquí, entre amigos. No me partiré el corazón por ella.

TODOENGAÑO
¡Cómo!

POLVORÍN
175
Es guapa, pero de ese tipo de mujeres inestables.

TODOENGAÑO
Yo creía que te morías por ella.

POLVORÍN
Ejem, no.

TODOENGAÑO
Es ingeniosa.

POLVORÍN
Algo que ella no diría de nadie. Ahora, maldita sea, eso no lo soportaría si fuera tan guapa como Cleopatra. Pero Mirabellas no la tiene tan segura como él cree.

TODOENGAÑO
180
¿Por qué piensas eso?

POLVORÍN
Anoche nos quedamos hasta bastante tarde, y oí algo sobre un tío de Mirabellas que ha llegado hace poco a la ciudad, y que interfiere entre él y buena parte de su fortuna. Mirabellas y él se guardan las distancias, eso le han dicho a mi querida Lady Deseosa, y ya sabes que ella odia a Mirabellas más que un monje a un loro, o que un pescador a una tormenta. Si este tío se ha visto con Mila Mantes no lo sé, pero hay indicios de una relación en estado embrionario, y si se diera a luz, al pobre Mirabellas le habrían engañado de forma nefasta, la verdad.

TODOENGAÑO
Es imposible que Mila Mantes se presté a algo así.

POLVORÍN
La verdad, querido, no lo sé. Es mujer, y caprichosa.

MIRABELLAS
Y eso es todo lo que averiguasteis anoche.

PETULANTE
185
Lo esencial. Quizás Polvorín sepa algo más, se quedó más tiempo. Además, a él no le tienen en cuenta, dicen lo que sea delante de él.

MIRABELLAS
Yo creía que tú eras su favorito.

PETULANTE
En petit comité, pero no en público, porque yo hago comentarios.

MIRABELLAS
¿Sí?

PETULANTE
Sí, sí, diantres, yo soy muy malo, hombre. Y él es un blandengue, no les da miedo, es muy educado, lo que se dice, ¿cómo se dice?, todo un caballero. Y todo un tonto.

MIRABELLAS
190
Os lo agradezco, ya sé todo lo que mi curiosidad requiere. Todoengaño, ¿os venís al parque?

TODOENGAÑO
Me daré una vuelta por allí antes de cenar.

POLVORÍN
Todos pasaremos por allí, las señoras han dicho que allí estarán.

MIRABELLAS
Creía que teníais que estar pendiente de la llegado de vuestro hermano, don Vil Polvorín.

POLVORÍN
No, no, el va a casa de su tía, mi querida Lady Deseosa. ¡Que le zurzan! ¡Que me tenga que dar problemas también! ¿Qué hago con ese tonto?

PETULANTE
195
Pídele su fortuna, que yo os la pediré después, y así solo tendré un problema con los dos.

POLVORÍN
¡Excepcional, Petulante! Eres más rápido que el fuego en una mañana helada. Tú te vienes al parque con nosotros, y allí nos pondremos muy duros.

PETULANTE
Ya está bien. Estoy de humor para ponerme duro.

MIRABELLAS
¿De verdad? Entonces id por vuestra cuenta. No queremos estar presentes cuando saquéis a las señoras de sus casillas con vuestra absurda vulgaridad que braméis a los cuatro vientos en cuanto pasan a vuestro lado. Y cuando hacéis sonrojarse a una bella dama, creéis que sois muy duros.

PETULANTE
¿Cómo, cómo? Que demuestren ellas su candidez al no entender lo que oyen, o su discreción al no oír lo que no deberían entender.

MIRABELLAS
200
¿Pero no tienes suficiente sentido común para saber que vos deberías ser quien se avergüence por sacar a alguien de sus casillas?

PETULANTE
Por esta que no. Yo siempre me tomo el sonrojo como un signo de culpabilidad o de mala educación.

MIRABELLAS
Acepto que puedas pensar así. Estáis en vuestro derecho de alegar vuestra falta de juicio en defensa de vuestros actos.
ErrorMetrica
Si al pudor lo llaman indecencia,
Que pase por ingenio la insolencia

(Salen.)

[ACTO II]

(Parque de San Jaime.)
(Entran DOÑA TODOENGAÑO y DOÑA MALMIRADA.)

DOÑA TODOENGAÑO
Sí, sí, querida Malmirada, para ser felices debemos encontrar los medios en nosotras mismas, y entre nosotras. Los hombres siempre están en los extremos, o enchochados o enemistados con nosotras. Mientras son amantes, si tienen fuego y sentimiento, sus celos son insoportables, y cuando dejan de amar (o al menos eso deberíamos pensar), odian. Nos miran con horror y asco, nos ven como fantasmas de lo que fuimos y, por tanto, vuelan de nosotras.

DOÑA MALMIRADA
Es cierto, es una desgraciada circunstancia de la vida que el amor muera antes que nosotras, y que el hombre tan a menudo sobreviva a su amante. Pero digáis lo que digáis, es mejor que te abandonen a que nunca te hayan amado. Pasar la juventud entre una aburrida indiferencia, rechazar las golosinas de la vida porque nos hayan de abandonar es tan absurdo como desear haber nacido vieja porque un día debamos envejecer. Por lo que a mí respecta, mi juventud se podrá desgastar y evaporar, pero mientras la tenga, nunca se oxidará.

DOÑA TODOENGAÑO
Entonces fingís aversión a los hombres solo para seguirle la corriente a mi madre.

DOÑA MALMIRADA
Por supuesto, para liberarme. No son plato de mi gusto esos discursos secos e insípidos con los que nuestro sexo, porque sí, se entretiene separado de los hombres. Podemos fingir cariño mutuo entre nosotras, profesarnos amistad eterna y volvernos locas la una por la otra como si fuéramos amantes, pero la perseverancia no forma parte de nuestra naturaleza. El amor reconstruirá su imperio en nuestro pecho, y todos los corazones, tarde o temprano, le recibirán y readmitirán como su legítimo tirano.

DOÑA TODOENGAÑO
5
¡Que Dios me bendiga, he sido engañada! ¡Os profesáis una libertina!

DOÑA MALMIRADA
Veis mi amistad gracias a mi libertad. Vamos, sed igual de sincera. Reconoced que vuestros sentimientos son iguales que los míos.

DOÑA TODOENGAÑO
Nunca.

DOÑA MALMIRADA
Odiáis a los hombres

DOÑA TODOENGAÑO
De todo corazón, empedernidamente.

DOÑA MALMIRADA
10
A vuestro marido.

DOÑA TODOENGAÑO
Más aún. Sí, y no es porque lo diga yo, muy merecidamente.

DOÑA MALMIRADA
Poned la mano en el fuego por ello.

DOÑA TODOENGAÑO
Ahí la tenéis.

DOÑA MALMIRADA
Me uno. Lo que he dicho era para poneros a prueba

DOÑA TODOENGAÑO
15
¿Es posible? ¿Odiáis a esas víboras, los hombres?

DOÑA MALMIRADA
Ya he superado el odio, ahora les desprecio. Lo próximo que haré será olvidarlos para siempre.

DOÑA TODOENGAÑO
Ahí habló el espíritu de una amazona, de Pentesilea.

DOÑA MALMIRADA
Y aún pienso, a veces, en dar un paso más en mi aversión.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Cómo?

DOÑA MALMIRADA
20
Casándome. Si pudiera encontrar a uno que me quisiera mucho, y que fuera muy sensible al maltrato, creo que sería capaz de pasar el mal trago de una boda.

DOÑA TODOENGAÑO
¿No le pondríais los cuernos?

DOÑA MALMIRADA
No, pero le haría creer que sí, que es lo mismo.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Pero ya que estáis por qué no lo hacéis?

DOÑA MALMIRADA
Porque si él lo descubriera, ya sabría lo peor, y se le pasaría el dolor. Pero yo querría tenerle bajo el tormento continuo del miedo y los celos.

DOÑA TODOENGAÑO
25
¡Maldad ingeniosa! Ojalá estuvieras casada con Mirabellas.

DOÑA MALMIRADA
Ojalá lo estuviera.

DOÑA TODOENGAÑO
Cambiáis de color.

DOÑA MALMIRADA
Porque le odio.

DOÑA TODOENGAÑO
Y yo, pero soporto que mencionen su nombre. ¿Qué razón tenéis para odiarle en particular?

DOÑA MALMIRADA
30
Nunca le amé. Es, y siempre fue, insufriblemente orgulloso.

DOÑA TODOENGAÑO
Por la razón que dais para vuestra aversión, se podría pensar que es mentira, ya que le echáis en cara un defecto del que sus enemigos deberían absolverle.

DOÑA MALMIRADA
Pues entonces parece que vos sois una enemiga suya a su favor. Me parece que estáis un poco pálida, y ahora os sonrojáis otra vez.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Sí? Creo que me encuentro un poco mal de repente.

DOÑA MALMIRADA
¿Qué os aflige?

DOÑA TODOENGAÑO
35
Mi marido. ¿No le veis? Se ha puesto en mi contra sin darme yo cuenta y ya casi me supera.

(Entran TODOENGAÑO y MIRABELLAS.)

DOÑA MALMIRADA
¡Ja, ja, ja! Viene oportunamente a por ti.

DOÑA TODOENGAÑO
A por ti, pues se ha traído a Mirabellas.

TODOENGAÑO
¡Querida mía!

DOÑA TODOENGAÑO
¡Alma mía!

TODOENGAÑO
40
No tienes buena cara hoy.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Eso crees?

MIRABELLAS
Es el único hombre que piensa así.

DOÑA TODOENGAÑO
Al menos el único hombre que me lo diría, y el único hombre al que se lo puedo oír decir sin avergonzarme.

TODOENGAÑO
¡Oh, querida mía, me satisface tu ternura! Sé que no te puedes tomar a mal nada de lo que te diga, especialmente si es consecuencia de mi preocupación

DOÑA TODOENGAÑO
45
Señor Mirabellas, mi madre os interrumpió una placentera relación anoche. Me gustaría saber todo lo que pasó.

MIRABELLAS
Las personas vinculadas a esa relación todavía conservan una cierta reputación. Me temo que don Todoengaño lo censuraría.

DOÑA TODOENGAÑO
Su carácter prevalece sobre su curiosidad, con gusto dará su dispensa para escuchar un escándalo y así evitar dar la oportunidad de que se produzca otro al ser visto pasear con su esposa. Por aquí, señor Mirabellas, y me atrevo a prometer que nos complaceréis a los dos.

(Salen Doña Todoengaño y Mirabellas.)

TODOENGAÑO
¡Excelente criatura! Seguro que si yo viviera hasta librarme de mi esposa, me sentiría desdichado.

DOÑA MALMIRADA
¿Sí?

TODOENGAÑO
50
Por tener ese único sueño, su logro tendría como consecuencia el fin de todos mis sueños, ¡y desgraciado aquel que sobrevive a sus logros! Nada queda cuando llega ese día salvo sentarse y sollozar como Alejandro, que quería otros mundos que conquistar.

DOÑA MALMIRADA
¿No les sigues?

TODOENGAÑO
La verdad, creo que no.

DOÑA MALMIRADA
Por favor hagámoslo. Tengo motivos.

TODOENGAÑO
¿No estarás celoso?

DOÑA MALMIRADA
55
¿De quién?

TODOENGAÑO
De Mirabellas.

DOÑA MALMIRADA
Si lo estuviera, ¿no se contradeciría con mi amor por ti que hasta protejo tu honor?

TODOENGAÑO
Entonces sugieres que habría algún sentimiento entre mi esposa y él.

DOÑA MALMIRADA
No creo que le odie tanto como a ella le gustaría que se creyera.

TODOENGAÑO
60
Pero él, me temo, es demasiado insensible.

DOÑA MALMIRADA
Puede ser que se te engañe.

TODOENGAÑO
Puede ser. Ahora empiezo a entenderlo.

DOÑA MALMIRADA
¿El qué?

TODOENGAÑO
Que he sido engañado, y que eres una falsa.

DOÑA MALMIRADA
65
¡Yo una falsa! ¿Qué quieres decir?

TODOENGAÑO
Que sepas que soy capaz de ver a través de tus pequeñas artimañas. ¡Vamos, las dos le amáis! Y las dos fingís de igual manera vuestra aversión. Vuestros celos mutuos os han hecho chocar y chocar hasta que han saltado chispas. He visto como la tibia confesión te enrojecía las mejillas y hacía centellear tus ojos.

DOÑA MALMIRADA
Eres injusto conmigo.

TODOENGAÑO
No lo soy. Fácilmente paso por alto y gustosamente no tengo en cuenta las evidentes insinuaciones que le hace mi esposa pues, al dejarla tener esa relación, me permite continuar con mis placeres libre de toda sospecha y tenerte más a menudo entre mis brazos con total seguridad. ¿Crees que porque el marido consentidor no despierta, el siempre vigilante amante podrá dormir?

DOÑA MALMIRADA
¿Y qué puedes reprocharme?

TODOENGAÑO
70
Tu infidelidad, al amar a otro, tu amor por Mirabellas.

DOÑA MALMIRADA
Es falso. Te reto a que me demuestres aspecto que confirme tu acusación sin fundamento. Le odio.

TODOENGAÑO
¿Y por qué le odias? Es insensible, y tu resentimiento surge de su indiferencia. ¿Un aspecto? Tus insultos hacia él son buena prueba: quieres entrometerte en su amor. ¿Qué motivo tenías para dejar en evidencia su fingida pasión? Desengañar a la crédula tía y convertirte en el obstáculo no oficial de su relación con Mila Mantes.

DOÑA MALMIRADA
Mi deber para con mi señora me obligó a hacerlo. Le había profesado mi amistad, y no podía soportar como su ingenua naturaleza era víctima del abuso de ese farsante.

TODOENGAÑO
¿Cómo? ¡Que era la conciencia, entonces! ¡Profesó amistad! ¡Oh, las pías amistades del sexo femenino!

DOÑA MALMIRADA
75
Más tiernas, más sinceras y más duraderas que los vacíos juramentos en vano de los hombres, sean con declaraciones de amor a nosotras o de fe mutua entre ellos.

TODOENGAÑO
¡Ja, ja, ja! Eres amiga de mi esposa también.

DOÑA MALMIRADA
¡Vergüenza e ingratitud! ¿Me lo reprochas? ¿Me lo censuras? Le he mentido por mi firme fidelidad a ti, y he sacrificado mi amistad para mantener íntegro mi amor. ¡Y tú eres tan infame como para cargarme de culpas sin tener en cuenta mis merecimientos! Deberías tomarte como un mérito que yo haya sido tan mezquina. ¿Y tú me echas una culpa que debería anidarse en tu pecho?

TODOENGAÑO
Malinterpretas mi reproche. Yo quería recordarte esa ligereza con la que te referiste a las relaciones más formales cuando las comparabas con tu amor por mí.

DOÑA MALMIRADA
¡Mentira! Lo urdiste con malicia deliberada, lo dijiste con desprecio, y nunca lo perdonaré.

TODOENGAÑO
80
Tu culpa, no tu resentimiento, engendra tu ira. Si aún amaras, podrías perdonar los celos, pero te escuece ser descubierta.

DOÑA MALMIRADA
¡Todo será descubierto, tú también serás descubierto! ¡Tenlo por seguro! Yo quedaré expuesta; si lo hago yo misma, detendré tu infamia.

TODOENGAÑO
¿Y qué harás?

DOÑA MALMIRADA
Desvelárselo a tu esposa, confesar lo que ha pasado entre nosotros.

TODOENGAÑO
¡Frenesí!

DOÑA MALMIRADA
85
¡Por todos mis errores que lo haré! Haré público al mundo el daño que me has hecho, tanto a mi fama como a mi fortuna, pues ambas te confié, un insolvente en honor e indigente en riqueza.

TODOENGAÑO
Tu fama he guardado y tu fortuna he compensado según lo exigía la prodigalidad de tu amor, con placeres que ambos hemos compartido. Y si no fueras una falsa, antes te lo habría compensado. ¡Es la verdad! Si hubieses permitido que Mirabellas y Mila Mantes culminaran su secreto romance con una boda, Lady Deseosa habría montado en cólera más allá de toda posible reconciliación, y Mila Mantes habría perdido toda posibilidad de heredar la mitad de su fortuna, que habría pasado a mi esposa. ¿Y para qué me casé yo, sino para obtener el legítimo premio de los bienes de una viuda rica y gastármelo en el amor y en ti?

DOÑA MALMIRADA
¡Qué pretexto más frívolo y engañoso!

TODOENGAÑO
¡Diantres! ¿No estoy casado? ¿Qué pretexto? ¿No estoy preso, encadenado? ¿No tengo esposa? Más aún, una esposa que fue viuda, una joven viuda, una bella viuda, que sería de nuevo viuda si no fuera porque tengo un corazón a prueba de bombas y una cierta forma física para escabullirme por los entresijos del matrimonio y de este mundo. ¿Quieres reconciliarte con la verdad y conmigo?

DOÑA MALMIRADA
¡Imposible! La verdad y tú os contradecís. Te odio, y te odiaré siempre.

TODOENGAÑO
90
¿Por amarte?

DOÑA MALMIRADA
Me repugna la palabra amor después del uso que le has dado. Y junto a la culpa que me has echado, eres lo que más desprecio. ¡Adiós!

TODOENGAÑO
No debemos separarnos así.

DOÑA MALMIRADA
¡Suéltame!

TODOENGAÑO
Vamos. Lo siento

DOÑA MALMIRADA
95
¡Me da igual, suéltame, rómpeme las manos, vamos! Me las dejaría atrás con tal de librarme de ti.

TODOENGAÑO
No te haría daño por nada del mundo. ¿No tengo otra forma de conseguir que te quedes aquí?

DOÑA MALMIRADA
Bien, me lo merezco todo.

TODOENGAÑO
Sabes que te quiero.

DOÑA MALMIRADA
Pobre farsante. ¡Ay! Bien, si aún no…

TODOENGAÑO
100
¡Qué! ¿Qué si no? ¿Qué si aún no? ¿Si aún no es demasiado tarde…?

DOÑA MALMIRADA
No, aún no es demasiado tarde, ese es mi consuelo.

TODOENGAÑO
Lo es, para amar a otro.

DOÑA MALMIRADA
Pero no lo es para odiar, aborrecer a los hombres, a mí misma y a todo este traicionero mundo.

TODOENGAÑO
No, eso es una extravagancia. Vamos, te pido perdón, sin lágrimas, la culpa era mía. No podía amarte y sentirme tranquilo con mis dudas. ¡Por favor, no! Te creo, estoy convencido, te he hecho daño, y de alguna manera, de todas las maneras, te lo compensaré. Odiaré a mi esposa aún más, ¡maldita sea! Me separaré de ella, le robaré todo lo que tiene, y nos marcharemos a algún sitio, a cualquier sitio, a otro mundo. Me casaré contigo, cálmate. ¡Diantres, ahí vienen! Tápate la cara, las lágrimas. Si tienes una máscara, póntela un momento. ¡Por aquí, por aquí, cuidado!

(Salen.)
(Entran MIRABELLAS y DOÑA TODOENGAÑO.)

DOÑA TODOENGAÑO
105
Aún están aquí.

MIRABELLAS
Están cambiando de acera.

DOÑA TODOENGAÑO
Cuando solo odiaba a mi marido, soportaba verle, pero desde que le desprecio, no le soporto.

MIRABELLAS
Deberías ser más prudente con tu odio.

DOÑA TODOENGAÑO
Sí, porque he amado indiscretamente.

MIRABELLAS
110
Deberías aborrecer a tu marido tanto como disfrutas de tu amante.

DOÑA TODOENGAÑO
Tú eres la causa de que yo ame sin barreras. ¿Le pondrías límites a una aversión que has generado tú? ¿Por qué me hiciste casarme con él?

MIRABELLAS
¿Por qué a diario actuamos de forma desagradable y peligrosa? Para salvar a ese icono, la reputación. Si hacer públicos nuestros amores hubiera generado esa consecuencia, la cual os daba aprensión, ¿cómo podrías haber protegido el nombre de un padre si no fuera con un esposo? Yo sabía que Todoengaño es un hombre lujurioso con la moralidad, alguien que se profesa interesadamente amigo, un amante intrigante y falso, pero cuyo ingenio y buen comportamiento externo le han dado una suficiente reputación en la ciudad para que una mujer que haya caído rendida a su embestida quede excusada. A un hombre mejor no se le debería sacrificar para la ocasión, uno peor no sería adecuado para ello. Cuando te hartes de él, ya sabes el remedio.

DOÑA TODOENGAÑO
Algo de crédito te tengo que dar, Mirabellas.

MIRABELLAS
Siendo justo contigo, te he confiado todos mis planes, y dejo en tus manos la posibilidad de arruinar o favorecer mi fortuna.

DOÑA TODOENGAÑO
115
¿A quién le has dicho que se haga pasar por tu presunto tío?

MIRABELLAS
A mi criado Bienespera.

DOÑA TODOENGAÑO
Es el humilde pretendiente de Flacucha, la asistenta de mi madre, y la podrás aliar a tu causa.

MIRABELLAS
Eso ya está arreglado, a estas alturas se ha liado y aliado. Se han casado esta mañana.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Quiénes?

MIRABELLAS
120
Bienespera y Flacucha. No tentaría a mi criado a que me traicionara por fiarme demasiado de él. Si tu madre, en su deseo por arruinarme, accediera a casarse con mi presunto tío Bienespera, él podría, como Mosca en Volpone, estar legalmente facultado para ello, así que me he asegurado de antemano que no sea así.

DOÑA TODOENGAÑO
Por tanto, si mi pobre madre firmara, entonces harías público el engaño y la liberarías de su compromiso presentando el certificado del matrimonio previo de su galán.

MIRABELLAS
Sí, con la condición de que acceda a que me case con su sobrina y que le ceda la correspondiente mitad de su fortuna.

DOÑA TODOENGAÑO
Anoche hablaba de propiciar una relación entre Mila Mantes y tu tío.

MIRABELLAS
Eso fue por indicación de Flacucha, a raíz de mis indicaciones, para que parezca que lo lleva todo más privadamente.

DOÑA TODOENGAÑO
125
Bueno, pues yo tengo una opinión sobre tu éxito. Creo que mi señora hará cualquier cosa por tener un marido, y una vez tenga el que tú le aportas, supongo que se someterá a cualquier cosa con tal de librarse de él.

MIRABELLAS
Sí, yo también creo que la buena señora se casaría con cualquier cosa que se pareciera a un hombre, aunque no fuera más que lo que un mayordomo haga brotar de una servilleta.

DOÑA TODOENGAÑO
¡Fragilidad femenina! Todas caemos en ella, si llegamos a viejas, y sentimos el ansia de un falso apetito una vez el verdadero ha decaído.

MIRABELLAS
El apetito de una vieja es tan depravado como el de una niña. Es la anemia de una segunda infancia, como la tenue oferta de una primavera tardía, que no sirve más que para precipitarse al otoño y marchitarse en su afectado florecer.

DOÑA TODOENGAÑO
Aquí está vuestra querida.

(Entran DOÑA MILA MANTES, POLVORÍN y PICADILLO.)

MIRABELLAS
130
Aquí viene a toda vela, con el abanico desplegado y los gallardetes extendidos, y una bancada de tontos como gabarras. ¡Ja! ¡No! ¡Que tenga piedad de mí!

DOÑA TODOENGAÑO
Veo a un pobre remero que remolca a una mujer.

MIRABELLAS
Parece que no os atienden, señora. Solíais tener a todo un beau monde detrás vuestro, y a una bandada de pelucas finas y alegres revoloteando a vuestro alrededor.

POLVORÍN
Como palomillas alrededor de una vela. ¡Casi echo a perder mi metáfora por falta de aliento!

MILA MANTES
¡Oh, me he negado hasta el aire! He caminado tan rápido entre las multitudes…

POLVORÍN
135
Como una favorita venida a menos, y con pocos seguidores.

MILA MANTES
Querido don Polvorín, dadme tregua con vuestros símiles, estoy harta de ellos.

POLVORÍN
Como doctor en buenos aires, no puedo evitarlo, señora, aunque vaya en contra mía.

MILA MANTES
¡Otra vez! Picadillo, interponte entre su ingenio y yo.

POLVORÍN
Sí, Doña Picadillo, como una pantalla ante un gran fuego. Confieso que hoy quemo, estoy demasiado ardiente.

DOÑA TODOENGAÑO
140
Pero querida Mila Mantes, ¿por qué habéis tardado tanto?

MILA MANTES
¿Tardado? ¡Señor! ¿No me he dado una prisa violenta? Le he preguntado por ti a toda criatura viviente que me he encontrado. Me he interesado por ti tanto como si fueras una nueva moda.

POLVORÍN
¡Señora, una tregua con vuestros símiles! No, os habéis encontrado con su marido y no le habéis preguntado por ella.

MIRABELLAS
Con vuestro permiso, Polvorín, sería como preguntar por una moda antigua el preguntarle a un marido por su esposa.

POLVORÍN
¡Ejem! Ahí me has dado, me has dado, lo confieso.

DOÑA TODOENGAÑO
145
Os habíais vestido antes de que yo llegara

MILA MANTES
Sí, es cierto, ¡oh!, pero entonces tenía… Picadillo, ¿qué tenía? ¿Por qué he tardado tanto?

PICADILLO
Vuestra señoría se ha entretenido leyendo un paquete de cartas.

MILA MANTES
¡Oh, sí, cartas! Tenía cartas. Me persiguen las cartas. Odio las cartas, nadie sabe escribir cartas, pero una las recibe, sin saber por qué. Sirven para hacerse rulos en el pelo.

POLVORÍN
¿Esas tenemos? Por favor, señora, ¿os hacéis rulos con todas vuestras cartas? Será cuestión de hacerme copias.

MILA MANTES
150
Solo con las escritas en verso, don Polvorín. Nunca me rizo el pelo con la prosa. Creo que no se me rizaría el pelo si me hiciera rulos con prosa. Creo que lo intenté una vez, ¿Picadillo?

PICADILLO
Señora, nunca lo olvidaré.

MILA MANTES
Sí, la pobre Picadillo, dale que te pego toda la mañana.

PICADILLO
Hasta me dieron calambres en los dedos, lo juro, señora, y todo para nada. Pero cuando mi señora se los hace en verso, quedan tan bien al día siguiente, todo tan puro y rizado.

POLVORÍN
¿De verdad, tan rizado?

PICADILLO
155
Sois muy crítico, don Polvorín.

MILA MANTES
Mirabellas, ¿no os enojasteis anoche? Ah, sí, y os marchasteis. Ahora que lo pienso me enfado yo. No. Ahora que lo pienso me alegro, porque creo que os hice daño.

MIRABELLAS
¿Eso os complace?

MILA MANTES
Infinitamente, me encanta hacer daño.

MIRABELLAS
Fingiríais una crueldad no acorde con vuestra naturaleza. Vuestra verdadera vanidad se encuentra en vuestro poder para complacer.

MILA MANTES
160
¡Oh! Disculpad, pero la crueldad de una es su poder, y cuando una se separa de la crueldad se separa del poder, y cuando una se separa de eso ya se siente vieja y fea.

MIRABELLAS
Sí, sí, que vuestra crueldad destroce el objetivo de vuestro poder, destruya a vuestro amante, ¡y entonces cuán vanidosa y perdida os encontraréis! Sí, es cierto, ya no sois bella cuando habéis perdido a vuestro amante. Vuestra belleza muere en ese instante, ya que la belleza es el regalo del amante, que os colma de encantos, ya que el espejo es todo mentira. La fea y vieja, avergonzada por el espejo, después de un galanteo puede descubrir belleza y piropos en él, ya que refleja los halagos más que la cara.

MILA MANTES
¡Oh, la vanidad de estos hombres! Todoengaño, ¿le oyes? ¡Si no nos galantean, no somos bellas! Ya deberías saber que no podrían galantearnos si no fuéramos bellas. ¡La belleza es el regalo del amante! ¡Señor! ¿Hay un amante que dé algo? Vaya, una se echa amantes tan rápido como una quiere, y viven tanto como una quiere, y mueren en cuanto una quiere, y entonces, si a una le apetece, se echa más.

POLVORÍN
Muy bonito. Le dais la misma importancia a echarse un amante, señora, que a echarse una pareja a las cartas.

MILA MANTES
Una le debe su belleza a un amante lo que le debe su ingenio al eco: solo reflejan lo que aparentamos y decimos, y quedan como un vacío vanidoso si no se nos ve ni se nos oye, sin sentido alguno.

MIRABELLAS
165
Pues a ese vacío vanidoso le debéis dos de los mayores placeres de vuestra vida.

MILA MANTES
¿Qué?

MIRABELLAS
A vuestro amante le debéis el placer de oíros piropeada, y al eco el placer de oíros hablar.

POLVORÍN
Yo conozco a una dama que habla tanto que no le daría una oportunidad al eco. Tiene tal rotación eterna en la lengua que el eco tendría que esperar hasta que se muera para poder repetir sus últimas palabras.

MILA MANTES
¡Invenciones! Todoengaño, dejemos a estos hombres.

MIRABELLAS
170
(Aparte a Doña Todoengaño) Llévate aparte a don Polvorín.

DOÑA TODOENGAÑO
Inmediatamente. Tengo un par de cosas que decirle.

MIRABELLAS
A mí también me gustaría tener un encuentro a solas. (Salen Doña Todoengaño y don Polvorín.) Fuiste tan tirano como para dejarme de lado anoche pese a que sabías que había venido a compartir un secreto contigo relacionado con mi amor.

MILA MANTES
Viste que tenía un compromiso.

MIRABELLAS
175
Despiadada. Te tomaste tiempo para recibir a un rebaño de tontos que te visitaban porque les sobra ociosidad y depositan en las facilidades que les das ese tiempo que les estorba en sus vidas. ¿Cómo puedes disfrutar con esa sociedad? Es imposible que te admiren, no son capaces. Y si lo fueran, debería darte vergüenza, pues complacer a un tonto revela un grado de estupidez.

MILA MANTES
Me complace. Además, a veces conversar con tontos es bueno para mi salud.

MIRABELLAS
¡Tu salud! ¿Hay peor enfermedad que la conversación que dan?

MILA MANTES
Sí, los trastornos mentales. Los tontos son su mejor medicina, junto a las sales olorosas.

MIRABELLAS
¿No estarás siguiendo un tratamiento a base de tontos?

MILA MANTES
180
Mirabellas, si te sigues tomando estas libertades ofensivas me enfadaré. Creo que, después de todo, no me quedaré contigo, no nos ponemos de acuerdo.

MIRABELLAS
En cuestiones médicas puede ser que no.

MILA MANTES
Y aún así, nos parecemos en nuestro malhumor, ya que nos sacamos de quicio el uno al otro. No aguanto que me riñan ni que me den lecciones, es tan aburrido actuar siempre bajo consejos y tan tedioso que te echen en cara tus fallos, no lo soporto. Bueno, no me quedo contigo, Mirabellas, estoy decidida, creo, te puedes ir. ¡Ja, ja, ja! ¿Qué darías tú por no enamorarte de mí?

MIRABELLAS
Daría lo que fuera para que no supieras que no puedo evitarlo.

MILA MANTES
Vamos, no pongas esa cara tan seria. Bien, ¿qué me dices?

MIRABELLAS
185
Digo que es tan difícil que un hombre haga amigos por su ingenio o una fortuna por su honestidad como que conquiste a una mujer gracias a sus buenas formas y su sinceridad.

MILA MANTES
¡Sentencioso Mirabellas! Por favor, no pongas esa cara de sabio violento e inflexible, como la de Salomón en ese viejo tapiz cuando decidió que se repartiera al niño en dos mitades.

MIRABELLAS
Estás muy dicharachera, señora, pero te recomendaría que te pusieras seria un momento.

MILA MANTES
¿Cómo, con esa cara? No, si sigues con ese semblante, es imposible que yo pueda contener el mío. Bueno, después de todo, hay algo muy conmovedor en la cara de un enamorado. ¡Ja, ja, ja! Bueno, no me reiré, no te enfades. ¡Eh! Ahora me pondré melancólica, tan melancólica como una luz en la oscuridad. Bueno, Mirabellas, si alguna vez has querido conquistarme, cortéjame ahora. No, si sigues tan tedioso, adiós. Veo que se marcha todo el mundo.

MIRABELLAS
¿No puedes encontrar en tu carácter inconstante un momento…?

MILA MANTES
190
¿Para oírte decir que Flacucha se ha casado y que tu plan va a salir bien? No.

MIRABELLAS
¿Cómo te has enterado?

MILA MANTES
Sin la ayuda del diablo, no te lo puedes ni imaginar, si no me lo ha contado ella misma. Quién de los dos puede haber sido, te lo dejo a ti para que lo resulevas. Y cuando te lo hayas pensado, piensa en mí.

(Sale [Mila Mantes junto con Picadillo].)

MIRABELLAS
Tengo algo más… ¡se ha ido! ¡Pensar en ti! Pensar en un torbellino, aunque si fuera un torbellino sería una contemplación más pausada: una tranquilidad mental y hogareña. Quien viva en un molino de viento no tiene un hogar más inestable que el corazón de un hombre que se aloja en una mujer. No hay punto cardinal de la brújula hacia el que no se dirijan, y al que no te dirijan, por una cosa tanto como por la otra, ya que se dedican en cuerpo y alma al movimiento, no al método. Saber esto y seguir enamorado es ser sabio al seguir los dictados de la razón y perseverar en hacer el tonto por la fuerza del instinto. ¡Oh, aquí vienen mi par de tortolitos! ¡Cómo, qué dulcemente se picotean! ¿Aún no se ha terminado el día de San Valentín para vosotros? (Entran BIENESPERA y FLACUCHA.) Chaval, Bienespera, está claro que te has casado por gusto y no por mi conveniencia.

BIENESPERA
195
Os ruego que me disculpéis, señor. Con sumisión, sí nos hemos estado solazando en un disfrute legal, pero sin quitarle el ojo al negocio, señor. La he instruido tan bien como he podido. Si puede seguir vuestras indicaciones tan bien como mis instrucciones, señor, vuestros asuntos van por buen camino.

MIRABELLAS
Disfrutas, doña Flacucha.

FLACUCHA
¡Ay, señor, qué vergüenza! Me temo que mi señora se ha tomado mil molestias por mí. Pero os aseguro que me he dado tanta prisa como he podido.

BIENESPERA
Así es, señor, y por mi culpa no se ha dado más.

MIRABELLAS
Eso me lo creo.

FLACUCHA
200
Pero le dije a mi señora, como vos me indicasteis, señor, que esperaba ver a don Rolando, vuestro tío, y que me metería un retrato de su señora en el bolsillo para enseñárselo. Y estad seguro de que le diré que le ha hecho enamorarse tanto de su belleza que arde impaciente por postrarse ante los pies de su señora y venerar el original.

MIRABELLAS
¡Excelente, Flacucha! El matrimonio te ha hecho elocuente en el amor.

BIENESPERA
Creo que le ha beneficiado, señor.

FLACUCHA
¿Habéis visto a Doña Mila Mantes, señor?

MIRABELLAS
Sí.

FLACUCHA
205
Se lo conté, señor, porque no sabía si podríais encontrar la oportunidad, ya que tenía tanta compañía anoche.

MIRABELLAS
Tu diligencia tiene mayor mérito. Mientras tanto…

(Le da dinero.)

FLACUCHA
¡Oh, querido señor, vuestra humilde servidora!

BIENESPERA
Esposa.

MIRABELLAS
¡Apártate, señor, a ti ni un solo penique! ¡Sigue y prospera, Flacucha! El contrato será válido y la despensa se llenará si triunfamos.

FLACUCHA
210
No cuestiono vuestra generosidad, señor, y no dudéis del triunfo. Si no tenéis ningún encargo más, señor, me voy. Estoy segura de que mi señora estará acicalándose y no se podrá vestir hasta que llegue yo. ¡Ay, Dios! (mirando fuera) Estoy segura de que esa era doña Malmirada que pasaba por ahí fuera con una máscara. Como me haya visto con vos, estoy segura de que se lo contará a mi señora. Saldré corriendo a casa para evitarlo. Vuestra servidora, señor. ¡Adiós, Bienespera!

(Sale.)

BIENESPERA
Don Rolando, por favor. La picarona está tan contenta con su ascenso que se olvida hasta de sí misma.

MIRABELLAS
Vamos, señor, haced el favor de olvidaros de vos mismo y transformaros en el señor Rolando

BIENESPERA
Señor, será imposible que me acuerde de mí mismo, ¡casado, nombrado caballero y servido, todo en un mismo día! Es suficiente para que cualquier hombre se olvide de sí mismo. Lo difícil será cómo recuperar la amistad y la familiaridad con mi yo anterior, y caer desde mi transformación a mi reformación como Bienespera. No, tampoco seré el mismo Bienespera, pues ahora que me recuerdo, estoy casado, y ya no puedo ser el mismo hombre.
ErrorMetrica
Las vueltas que da una vida pesarosa,
215
Pierdes un título y sigues con tu esposa.

(Salen.)

[ACTO III]

(Una habitación en la casa de LADY DESEOSA.)
(LADY DESEOSA en su vestidor, asistida por CLAVIJA.)

LADY DESEOSA
¡Dios misericordioso! ¿No hay noticias de Flacucha todavía?

CLAVIJA
No, señora.

LADY DESEOSA
No puedo esperar más. Si no me que he quedado blanca como el papel de tanto nervio, que venga Dios y lo vea. Cógeme el tinte. ¡El tinte, me oyes, querida! Color ceniza fuerte, como que me llamo Doña Deseosa. ¡Mira cómo se mueve esta moza! ¿Por qué no me traes un poco de tinte? ¿No me oyes, tonta?

CLAVIJA
¿No preferiría vuestra señoría licor de naranja o brandy de cereza?

LADY DESEOSA
5
¡Tinte, tonta! ¡No tinto, tonta! ¡Dios, dame paciencia! ¡Quiero colorete, idiota! Maquillaje, cariño. ¡Pintura, pintura, pintura! ¿Lo has entendido, suplicio mío? ¡Te retuerces las manos como bobinas! ¿Por qué no te mueves, muñeca? ¡Trozo de madera con hilos!

CLAVIJA
¡Señor! Señora, vuestra señoría es muy impaciente. No puedo traer las pinturas, señora. La señora Flacucha las tiene guardadas bajo llave, y la llave se la ha llevado.

LADY DESEOSA
¡Mala enfermedad pilléis las dos! Tráeme el brandy de cereza entonces. (Sale Clavija.) Estoy tan pálida que me voy a desmayar. Parezco Doña Náuseas, la mujer del párroco, que siempre está preñada. ¡Moza, ven para acá! ¿Qué haces pegando sorbos? ¿Lo pruebas? ¿Es que no sabes qué botella es?

(Entra CLAVIJA con una botella y una taza.)

CLAVIJA
Señora, estaba buscando una taza.

LADY DESEOSA
10
¿Una taza? ¡Dios mío! ¡Y vaya tacita te has traído! ¿Me tomas por un hada, que bebe de una bellota? ¿Por qué no me traes tu dedal? ¿No tienes un dedal de latón tintineando en el bolsillo con una nuez? Seguro que sí. Vamos, llena, llena. Así. Otra vez. (Alguien llama.) Mira quién es. Suelta la botella primero. ¡Aquí, aquí, debajo de la mesa! ¿Quieres ir con la botella en la mano como una camarera? Como que me llamo Doña Deseosa, esta moza debe de haber vivido en una posada de por ahí arriba antes de venirse conmigo, como Maritornes, la asturiana del Quijote. ¿No ha venido Flacucha todavía?

CLAVIJA
No, señora. Es Doña Malmirada.

LADY DESEOSA
¡Ay, Malmirada! ¡Que pase! Pasa, querida Malmirada.

(Entra DOÑA MALMIRADA.)

DOÑA MALMIRADA
Me sorprende encontrar a vuestra señoría en desabillé a esta hora del día.

LADY DESEOSA
Se ha perdido Flacucha. Lleva fuera desde esta mañana y no sé nada de ella.

DOÑA MALMIRADA
15
La acabo de ver ahora. Pasaba yo por el parque con la cara cubierta y estaba hablando con Mirabellas.

LADY DESEOSA
¡Con Mirabellas! Se me sube la sangre a la cabeza con solo mencionar a ese traidor. No debe tomarse esas confianzas. La envié para negociar un asunto en el que, si me descubren, estoy perdida. Si ese villano engatusador le ha sonsacado algo a Flacucha para pillarme, me arruina. Mi querida amiga, seré la más desgraciada de las desgraciadas si me descubren.

DOÑA MALMIRADA
Señora, no podéis dudar de la integridad de Flacucha.

LADY DESEOSA
Él tiene suficiente veneno en la lengua para corromper a la mismísima integridad. Si ella le ha dado una oportunidad, le habrá dejado su integridad en las manos. ¡Ay, Malmirada! ¿Qué es la integridad si se le da oportunidad? ¡Eh! La oigo. Vete y hazla entrar. (Sale Clavija.) Querida amiga, retírate a mis aposentos para que pueda interrogarla con mayor libertad. Me disculparás el atrevimiento con que te lo pido, querida amiga. Hay unos libros sobre la chimenea, de Quarles y de Prynne, y Lo inmoral y lo profano en el teatro inglés, y unas obras de Bunyan que te pueden entretener. (Sale Doña Malmirada.) (Entra FLACUCHA.)
20
¡Eh, Flacucha! ¿Dónde has estado? ¿Qué has estado haciendo?

FLACUCHA
Señora, ya veo el banquete de bodas.

LADY DESEOSA
¿Pero qué has hecho?

FLACUCHA
No, qué ha hecho vuestra señoría, y qué va a hacer; yo solo lo he prometido. ¡Pero un hombre tan enamorado, tan poseído! Bueno, aquí está, lo que queda de él (enseñándole un retrato), el resto se lo ha comido a besos. Bueno, como adorar retratos sea pecado, pobre don Rolando, es lo que digo yo.

LADY DESEOSA
25
La verdad es que este tan pequeño me retrata bien. ¿Pero no me habrás traicionado, Flacucha? ¿No me habrás dejado en evidencia ante el infiel de Mirabellas? ¿Qué tenías que hacer con él en el parque? Contéstame. ¿Te ha sonsacado algo?

FLACUCHA
[Aparte] Así que el diablo se me ha adelantado. ¿Qué puedo decir? [A Lady Deseosa] ¡Ay, señora! ¿Podía yo evitar encontrarme con ese creído? ¿Fue mi culpa? Si hubierais oído como me trató, y todo por vuestra señoría, estoy segura de que no sospecharíais de mi fidelidad. ¡Vaya! Si eso hubiera sido lo peor, lo habría soportado, pero también lanzó un dardo contra vuestra señoría, y ya no me pude aguantar. ¡Le di de su propia medicina!

LADY DESEOSA
¿Contra mí? ¿Qué dijo ese asqueroso?

FLACUCHA
¡Ay, señora! Me da vergüenza decir lo que dijo, con sus burlas y sarcasmos, estirando la nariz. "Ejem", dice, “qué, tramando algo”, dice, “tan temprano por ahí, ofreciendo tus servicios”, dice, “para cazarle algún soldado fuera de servicio, seguro. Media paga es poca subsistencia”, dice, “¿Qué pensión les ofrece tu señora? A ver”, dice, “qué, ha caído muy bajo, ya chochea”, dice, y…

LADY DESEOSA
30
¡Por mi vida que haré que le asesinen! ¡Que le envenenen! ¿Dónde come? Me casaré con un tabernero para que le eche veneno al vino. Ahora mismo mando a por Petirrojo, el de la taberna de El relicario.

FLACUCHA
¿Envenenarle? Eso es poco. Que se muera de hambre, señora, de hambre. ¡Casaos con don Rolando y él será desheredado! ¡Ay, os santiguaríais si escucharais lo que dijo!

LADY DESEOSA
¡Será villano! ¡Que chocheo!

FLACUCHA
"Ejem", dice, “tengo noticias de que tramáis algo contra mí también”, dice, “y doña Milamantes se va a casar con mi tío”, no sospecha nada de vuestra señoría, pero, dice, “ya ajustaré cuentas con vosotras por eso, os lo aseguro”, dice, “me vengaré”, dice, “de ti y de tu vieja emperifollada también”, dice, “¡me las pagaréis!”

LADY DESEOSA
¡Será descarado el villano! ¡Se las pagaré! ¡Que se atreva! ¡Emperifollada! ¡Vieja emperifollada! ¿Se habrá visto jamás un tipo tan malhablado? ¡Mañana me caso, y me comprometo esta noche!

FLACUCHA
35
Cuanto antes, mejor, señora.

LADY DESEOSA
¿Viene aquí don Rolando, dices? ¿Cuándo, Flacucha?

FLACUCHA
En seguida, señora. Ni la esposa de un alguacil espera el regreso de su marido después de que le hayan hecho caballero con la impaciencia con la que don Rolando arde en deseos de que llegue la bendita hora de besar las manos de vuestra señoría después de la cena.

LADY DESEOSA
¡Emperifollada! ¡Chocha emperifollada! Yo sí que voy a emperifollar al villano. ¡No va a quedar de él más que perifollos y harapos! El andrajoso ese, ojalá le vea hecho trizas, colgado en un puesto del mercado, o ahorcado como un ladrón. ¡Bufón mentiroso! Seguro que ese pródigo derrochador debe más dinero que una administración de lotería, o que la corte entera tras un nacimiento real. ¡Haré que su sastre ya no le fíe más! ¡Sí, se va a quedar con mi sobrina y su fortuna, seguro que sí!

FLACUCHA
¡Él! Antes le veré en la cárcel echando una caña de pescar con una manopla por la ventana para que le den alguna monedita.

LADY DESEOSA
40
¡Ay, querida Flacucha, cuanto te lo agradezco, querida Flacucha! Me saca de quicio. No voy a poder recomponer mis facciones para recibir a don Rolando con una cara apropiada. Ese desgraciado me descompone tanto que estoy totalmente de capa caída. Mira, Flacucha.

FLACUCHA
Vuestra señoría ha fruncido el ceño un poco demasiado profundamente, señora. Se aprecian algunas grietas en vuestra blanca frente.

LADY DESEOSA
Déjame ver el espejo. ¿Grietas, dices? Estoy totalmente desconchada. ¡Parezco una vieja pared pelada! Debes restaurarme, Flacucha, antes de que venga don Rolando, o no estaré a la altura de mi retrato.

FLACUCHA
Os lo garantizo, señora. Un poco de arte una vez consiguió que vuestro retrato se os pareciera, y ahora un poco de arte conseguirá que os parezcáis a vuestro retrato. Vuestro retrato posará por vos.

LADY DESEOSA
¿Pero estás segura de que don Rolando no dejará de venir? ¿O de que no me dejará cuando venga? ¿Será insistente, Flacucha, y se pondrá impertinente? Porque si no se muestra insistente, yo no puedo perder las formas, me moriré de incertidumbre si me veo forzada a insinuarme, ¡oh, no, yo no puedo insinuarme!, me desmayaré si él espera insinuaciones, no, don Rolando será lo bastante educado como para no poner a una dama en el brete de perder las formas. Tampoco seré demasiado pudorosa, no le haré desesperar, pero un cierto desdén no viene mal, un cierto desprecio incita.

FLACUCHA
45
Un cierto desprecio le sienta bien a vuestra señoría.

LADY DESEOSA
Sí, pero la ternura me sienta mejor, una especie de mortandad, ¿ves que el retrato tiene una especie de…, Flacucha? Un lagrimeo en los ojos, sí, eso aparento. Mi sobrina lo finge, pero le faltan facciones. ¿Es guapo don Rolando? Que se lleven mis pinturas, me arreglaré arriba. ¿Es guapo? No me respondas, no quiero saberlo. Quiero una sorpresa. Que me coja por sorpresa.

FLACUCHA
Os agarrará por sorpresa, señora. Don Rolando es un hombre muy enérgico.

LADY DESEOSA
¡Lo es! Entonces insistirá, si es así de enérgico. Mantendré el decoro si don Rolando se muestra insistente. Le tengo un pánico mortal a perder el decoro. Solo la insistencia puede sobreponerse al decoro. Ay, me alegro de que sea enérgico. Que se lleven mis cosas, gentil Flacucha.

(Sale.)
(Entra DOÑA TODOENGAÑO.)

DOÑA TODOENGAÑO
¡Ay, Flacucha! Tenía miedo de llegar demasiado tarde. Esa endemoniada Malmirada te vio en el parque con Mirabellas y temía que se lo contara a mi señora.

FLACUCHA
50
¿Que le contara qué?

DOÑA TODOENGAÑO
Vaya, no me pongas mala cara. Estoy al tanto de todo el plan, y sé que Bienespera, con quien te casaste esta mañana, se va a hacer pasar por el tío de Mirabellas para conquistar a mi señora e involucrarla en todos esos problemas que solo Mirabellas podrá solucionarle, bajo la condición de que mi prima y su fortuna queden a su disposición.

FLACUCHA
¡Oh, querida señora, os ruego que me disculpéis! No era mi confianza en vuestra señoría la que faltaba, pero pensé que la buena relación anterior entre vuestra señoría y el señor Mirabellas podría haber impedido que él os revelara este secreto.

DOÑA TODOENGAÑO
Querida Flacucha, olvida eso.

FLACUCHA
¡Oh, querida señora, el señor Mirabellas es un caballero tan cariñoso y triunfador, pero vuestra señoría es un dechado de generosidad! ¡Dulce señora, sois tan buena! El señor Mirabellas no puede más que estar agradecido. Yo creo que vuestra señoría todavía es dueña de su corazón. Ahora, señora, os puedo hablar de nuestro éxito. Doña Malmirada se lo había contado a mi señora, pero os aseguro que me las he arreglado. Le he dado la vuelta a todo a mejor. Le he contado a mi señora que el señor Mirabellas la insultó. Os juro que he puesto cosas horribles en su boca, y mi señora está tan enfadada que se va a comprometer con don Rolando esta noche, dice ella. Os aseguro que la he irritado tanto que la va a tener a pedir de boca, como dicen de las virginidades galesas.

DOÑA TODOENGAÑO
55
¡Excepcional, Flacucha!

FLACUCHA
Señora, os ruego que informéis al señor Mirabellas del éxito. Prefiero que me vean hablar con él lo menos posible. Además, creo que doña Malmirada me vigila. A ella le gusta el señor Mirabellas, pero sé que él no la soporta. (Entra CRIADO.) Juan, llévate las pinturas de mi señora. Señora, a vuestro servicio. Mi señora está tan impaciente que temo que vendrá a por mí si sigo aquí.

DOÑA TODOENGAÑO
Subiré contigo por las escaleras de atrás, no sea que me la encuentre.

(Salen.)
(Entra DOÑA MALMIRADA.)

DOÑA MALMIRADA
La verdad, doña Truculenta, ¿qué pasa contigo? ¿Te has convertido en una correveidile de tanta importancia? Sí, te vigilaré. Vaya, esta moza es la passe-partout, la llave maestra de todas las cajas fuertes. Mi amiga Todoengaño, ¿lo llevas a las mil maravillas? Pensé que había algo raro, pero todo parece haber terminado para ti. Tu odio no es por falta de apetito, sino por empacho, o no podrías mostrar tanta indiferencia al pasar de personaje principal a asistenta, ¡para servirle a él! Todo un modelo de generosidad, he de admitirlo. Bien, don Todoengaño, has encontrado la horma de tu zapato. ¡Señor, señor! ¡Señora, señora! El diablo es un asno. Si yo fuera pintora, lo dibujaría como un idiota, un baboso, con un biberón y un sonajero. Los hombres se quedarían con la cabeza y los cuernos, y las mujeres con el resto. ¡Pobre demonio simplón! Doña Malmirada tiene una misa de réquiem, pero él no puede esperarla. Le habría ido mejor a él si no hubieras sido su confesora, sin ti podría haber tenido a su confidente más cerca. Yo no voy a ser otro modelo de generosidad ni iré tras él hasta que dé el gran paso para que se le ponga a tiro una fortuna. Como no me ha incitado a ello, con esos excesos suyos, no quiero saber nada de él. Aquí viene la buena señora, toda ella un suspiro, con el corazón repleto de esperanzas y la cabeza de preocupaciones, como un alquimista dando el último paso para convertir un metal vulgar en oro.

(Entra LADY DESEOSA.)

LADY DESEOSA
60
¡Oh, querida Malmirada! ¿Qué puedo decir de este grosero olvido? Pero mi querida amiga es toda bondad.

DOÑA MALMIRADA
Sin disculpas, querida señora. Me han entretenido muy bien.

LADY DESEOSA
Como que me llamo Deseosa que ni me habría imaginado que se me podría olvidar, pero tengo encima tal batiburrillo de asuntos que no sé lo que hacer. (Llama.) ¡Flacucha! Espero que llegue mi sobrino don Vil en cualquier momento. ¿Flacucha? Quiere viajar para instruirse.

DOÑA MALMIRADA
Yo creo que a su edad mejor haría en casarse que en viajar. He oído que ya ha cumplido los cuarenta.

LADY DESEOSA
No hay peligro de que sus viajes le puedan perjudicar; yo estoy en contra de que mis sobrinos se casen muy jóvenes. Ya tendrá tiempo cuando regrese y haya adquirido la suficiente discreción para elegir por sí mismo.

DOÑA MALMIRADA
65
Yo creo que haría buena pareja con doña Mila Mantes. Ya podrá viajar después. Eso es cosa de caballeros jóvenes.

LADY DESEOSA
Os prometo que lo he pensado, y ya que esa es vuestra opinión, me lo volveré a pensar. Os aseguro que sí, valoro mucho vuestra opinión. Doy mi palabra de que lo propondré. (Entra FLACUCHA.) Vamos, vamos, Flacucha. Se me había olvidado de que mi sobrino estará aquí antes de la cena. Debo darme prisa.

FLACUCHA
Don Polvorín y don Petulante han venido a cenar con vuestra señoría.

LADY DESEOSA
¡Dios mío! No puedo aparecer hasta que me haya arreglado. Querida Malmirada, ¿puedo tomarme la libertad de pediros que les entretengáis? Me daré toda la prisa imaginable; querida amiga, excusadme.

(Salen Lady Deseosa y Flacucha.)
(Entran DOÑA MILA MANTES y PICADILLO.)

MILA MANTES
70
Seguro que jamás hubo nadie tan maleducado como ese odioso criado tuyo, Malmirada.

DOÑA MALMIRADA
Se te han subido los colores. ¿Qué sucede?

MILA MANTES
Ese horrible Petulante me hace perder los estribos. ¡He roto un abanico! Picadillo, déjame el tuyo. ¿Se me ha quitado el tinte del pelo?

DOÑA MALMIRADA
No. ¿Qué ha hecho?

MILA MANTES
No, si no ha hecho nada, solo hablar. No, no ha dicho nada, solo llevar la contraria a todo lo que se ha dicho. Por mi parte, me ha parecido que Polvorín y él se iban a poner a discutir.

PICADILLO
75
Os lo juro, señora, que pensé que en un momento se iban a currar.

MILA MANTES
Bueno, me parece lamentable que una no tenga la libertad de elegir sus compañías de la misma manera que elige su ropa.

DOÑA MALMIRADA
Si tuviéramos esa libertad, acabaríamos hartándonos tanto de las compañías, por muy buenas que fueran, como del vestido, por muy bonito que sea. Tanto un tonto como una lana barata pueden tener su día de gracia y poderse lucir, para variar.

MILA MANTES
Aceptaría gastarlos si se gastaran igual; pero los tontos nunca se desgastan, son de tan alta costura que no se les puede regalar a la criada después de usarlos un par de días.

DOÑA MALMIRADA
Ya lo creo que sería mejor así. ¿Y qué dices del teatro? Se podría dejar allí a un tonto alegre y lustroso, como si fuera una máscara nueva, una vez acabada la mascarada cuando ya no nos haga falta el disfraz. La visita de un tonto siempre es como un disfraz, que una mujer ingeniosa nunca reconocerá para disimular el romance que mantiene con un amante sensato. Si te presentaras a cara descubierta ahora, y te hicieras con Mirabellas, te quitarías de encima a Petulante y Polvorín como quien se quita el sombrero y la bufanda. Y ya es hora, pues se ha enterado toda la ciudad, el secreto es demasiado evidente para ocultarlo. Es como el barrigón de embarazo de doña Recatada, que se puede apretar por delante pero se sale por las caderas. La verdad, Mila Mantes, ya no podéis esconderlo más, como una fea tampoco puede esconder la cara, esa cara bondadosa que, desafiando al vino blanco del Rin, no hay máscara alguna que la pueda albergar.

MILA MANTES
80
¡Me quiero morir, Malmirada! Sois más criticona que una belleza en declive por quien ya nadie brinda. Picadillo, dile a los hombres que pueden subir. Mi tía no se está arreglando aquí. Su estupidez es menos provocadora que vuestra maldad. (Sale Picadillo.) ¡Se ha enterado toda la ciudad! ¿De qué se ha enterado? Que Mirabellas me ama no es más secreto que lo es el que se lo contarais a mi tío, o la razón por la que se lo contasteis.

DOÑA MALMIRADA
Estáis enfadada.

MILA MANTES
Os equivocáis. ¡Ridículo!

DOÑA MALMIRADA
La verdad, querida, es que vais a estropear otro abanico como no pongáis freno a esos aires tan violentos.

MILA MANTES
85
¡Qué tonta! ¡Ja, ja, ja! Podría reírme a carcajadas. ¡Pobre Mirabellas! Su constancia conmigo destruida por su complacencia con el mundo que le rodea. Juro que nunca le obligué a que fuera tan pudoroso. Si yo tuviera vanidad suficiente para creer que me obedecería, le ordenaría que fuera más galante. No es de buena educación ser tan particular por una parte y tan insensible por otra. Pero como no espero ejercer ninguna influencia sobre él, que siga su camino. ¡Ja, ja, ja! Disculpadme, querida criatura, tengo que reírme. ¡Ja, ja, ja! Acepto que queda algo desmesurado. ¡Ja, ja, ja!

DOÑA MALMIRADA
¡Qué pena que tan elaborado desdén, enunciado con gesto tan significativo, deba estar tan tristemente condenado al fracaso!

MILA MANTES
¿Cómo? Querida criatura, os ruego que me disculpéis, os juro que no pretendía molestaros.

DOÑA MALMIRADA
Don Mirabellas y vos puede que lo creáis imposible, cuando se lo diga, al deciros…

MILA MANTES
¡Ay, Dios! ¿El qué? Da igual si yo lo escucho. ¡Ja, ja, ja!

DOÑA MALMIRADA
90
Que le detesto, le odio, señora.

MILA MANTES
¡Ay, señora! Y yo, pero el pobre hombre me ama. ¡Ja, ja, ja! ¿Cómo puede una no parar de reírse al pensarlo? Sería yo una pitonisa si no me asombrara pensar que verá él en mí. Que me maten si lo entiendo. Vos sois más guapa, y un año o dos más joven. Si pudierais poneros en mi lugar, yo os adelantaría, pero eso no puede ser. Bueno, ese pensamiento me pone melancólica, ahora estoy triste.

DOÑA MALMIRADA
Vuestro humor alegre puede cambiar más pronto de lo que creéis.

MILA MANTES
Eso decís. Pues estoy decidida a que una canción me ayude a no perder el ánimo.

(Entra PICADILLO.)

PICADILLO
Los caballeros se quedarán peinándose las pelucas mientras os esperan.

MILA MANTES
95
Ojalá alguien de la habitación de al lado cantara la canción que quise aprender ayer. La vais a oír, señora; no es gran cosa, pero me pone de buen humor.
CANCIÓN compuesta por John Eccles y cantada por la señora Hodgson
I
ErrorMetrica
Amor es fragilidad de la mente
si con la ambición no es convergente.
La débil llama que, si no se aviva, se apaga,
y avivada, en un fuego inmolador divaga.
II
100
No es por afligir a un chico vicioso,
o a un enamorado, que da gozo.
Es por la gloria de clavarse en un amante ufano
por quien mujeres menos bellas suspiran en vano.
III
Así que sola soy quien el premio conquista
105
cuando ofendo al rival que me tiene a su vista.
Si hay deleite en el amor, es cuando advierto,
que el corazón por el que otras mueren, por mí ha muerto.

(Entran PETULANTE y POLVORÍN.)

MILA MANTES
¿Se ha calmado vuestra animadversión, señores?

POLVORÍN
Desprecio, desprecio, señora, no animadversión. De vez en cuando damos rienda suelta a un poco de ingenio, pero nunca animadversión. Las riñas entre ingenios son como las riñas entre amantes, estamos de acuerdo en lo general, como el sobreagudo y el bajo.

PETULANTE
110
Sí, en lo general, salvo cuando estoy de humor para contradecirle.

POLVORÍN
Sí, cuando está de humor para contradecirme, yo estoy de humor para contradecirle también. Sé entrar al pie. Y nos contradecimos como dos raquetas de bádminton, ya que las contradicciones se engendran unas a otras, como los judíos.

PETULANTE
Si él dice que negro es negro, si yo estoy de humor para decir que es azul, pasa, así tiene que ser. Si estoy de humor para demostrarlo, se me debe permitir.

POLVORÍN
Tampoco debe, pero puede, puede.

PETULANTE
Debe, y con pruebas.

POLVORÍN
115
Si es con pruebas, debe, pero con supuestas pruebas puede. Esa es una distinción lógica, señora.

DOÑA MALMIRADA
Me doy cuenta de que vuestros debates son de gran importancia y muy cultos.

PETULANTE
Importante es una cosa, y culto es otra. Pero un debate es un debate, os lo aseguro.

POLVORÍN
Petulante es enemigo de lo culto. Siempre se fía de sus impresiones.

PETULANTE
No, yo no soy enemigo de lo culto. No me hace daño.

DOÑA MALMIRADA
120
Eso es señal inequívoca de que es vuestro enemigo.

PETULANTE
No, no es enemigo de nadie salvo de quien lo es.

MILA MANTES
Pues yo le tengo aversión a los analfabetos. Me sorprende el descaro de un analfabeto que se atreve a cortejar.

POLVORÍN
Confieso que me sorprende a mí también.

MILA MANTES
¡Ay! ¡Casarse con un ignorante, que apenas sabe leer o escribir!

PETULANTE
125
¿Por qué debe un hombre alejarse más del matrimonio que de la horca por no saber leer? Al capellán de la prisión se le paga por decir el salmo del condenado a muerte, y al párroco por leer la ceremonia de boda. Y a lo que sigue en ambos casos, puede hacerse sin libro, así que ahí queda eso.

MILA MANTES
¿Escucháis al pobre? Señor, vaya compañía. Me voy.

(Salen Mila Mantes y Picadillo.)

POLVORÍN
Por San Bartolomé y su feria, ¿qué tenemos aquí?

DOÑA MALMIRADA
Es tu hermano, me parece. ¿No le conoces?

POLVORÍN
Yo no. Sí, creo que es él. Se me había olvidado su cara, no le he visto desde los tiempos de la revolución.

(Entran DON VIL POLVORÍN con ropa de jinete y un CRIADO de Lady Deseosa.)

CRIADO
130
Señor, mi señora se está arreglando. Aquí tenéis compañía, si queréis pasar mientras tanto.

DON VIL
¿Arreglando? Parece que sea por la mañana para vosotros aquí en la capital. Para nosotros ya sería por la tarde en el pueblo. Así que parece que mi tía no ha comido aún, ¿verdad, amigo?

CRIADO
¿Vuestra tía?

DON VIL
Mi tía, señor, sí, mi tía, señor, y tu señora. ¡Tu señora es mi tía, señor! ¿No me conoces, amigo? Pues envíame a alguien que sí. ¿Cuánto tiempo has trabajado para tu señora, amigo?

CRIADO
Una semana, señor, el que más tiempo lleva aquí salvo su asistenta.

DON VIL
135
¿Y no reconocerías a tu señora si la vieras?

CRIADO
Pues la verdad, señor, no podría jurarlo si le viera la cara por la mañana antes de arreglarse. Lo intentaría adivinar a esas horas.

DON VIL
Bien, a ver lo que puedes hacer. Si no puedes adivinarlo, pregúntale, me oyes, amigo, y dile que su sobrino, don Vil Polvorín, está en la casa.

CRIADO
Lo haré, señor.

DON VIL
Espera, escucha, amigo, lo que te digo al oído. ¿Quiénes son estos galanes?

CRIADO
140
La verdad, señor, es que no lo sé. Aquí vienen tantos, que es difícil conocerlos a todos.

(Sale el Criado.)

DON VIL
Este tipo sabe menos que un estornino, me parece que no sabe ni su nombre.

DOÑA MALMIRADA
Don Polvorín, tu hermano no te anda a la zaga en olvidos. Me parece que se ha olvidado de ti también.

POLVORÍN
Eso espero. Que el diablo se lleve al que recuerde primero.

DON VIL
Dios os guarde, dama y caballeros.

DOÑA MALMIRADA
145
¡Qué vergüenza, don Polvorín! ¿Por qué no le hablas? ¿Y tú?

POLVORÍN
Petulante, habla.

PETULANTE
Y vos, señor.

DON VIL
Espero no haberos ofendido.

(Saluda a doña Malmirada.)

DOÑA MALMIRADA
Tened por seguro que no.

POLVORÍN
150
Este es un vil perro, eso ya lo veo. ¡No haberos ofendido! ¡Ja, ja, ja! ¡A por él, a por él! ¡Petulante! ¡Mófate de él!

PETULANTE
Parece que habéis llegado de viaje, señor, ejem, ejem.

(Le mira de arriba abajo.)

DON VIL
Muy probable que lo parezca.

PETULANTE
Espero no haberos ofendido.

POLVORÍN
¡Mófate de las botas, las botas! ¡Petulante, las botas! ¡Ja, ja, ja!

DON VIL
155
Quizás no, señor. Más adelante, ya se verá, señor.

PETULANTE
Quisiera recabar información sobre vuestras botas.

DON VIL
Si así lo queréis, señor. Y si no os satisface la información sobre mis botas, señor, podéis ir al establo a preguntar sobre mi caballo, señor.

PETULANTE
¡Vuestro caballo, señor! ¡Vuestro caballo es un burro, señor!

DON VIL
¿Queréis ofenderme, señor?

DOÑA MALMIRADA
160
El caballero está de buen humor, eso es todo, señor. (Aparte) Por Dios, vamos a tener una discusión entre un caballo y un asno antes de que sepan quién es quién. [en voz alta] No os toméis nada a mal de vuestros amigos, señor. Porque estáis entre amigos aquí, aunque no lo sepáis. Si no me equivoco, sois don Vil Polvorín.

DON VIL
Correcto, señora. Soy don Vil Polvorín, así firmo. Espero no ofender a nadie. Y sobrino de Lady Deseosa, de esta casa.

DOÑA MALMIRADA
¿No conocéis a este caballero, señor?

DON VIL
¡Ejem! ¿Cómo? Seguro que no es…sí, por la virgen, pero es, ¡Dios!, no sé si es o no, sí, pero… ¡por la colina del valle! ¡Hermano Antonio! ¡Cómo! ¿No me reconoces? Por la virgen, ni yo a ti. ¡Estás tan engorguerado y empelucado! ¡Por Dios! ¿Por qué no hablas, estás emocionado?

POLVORÍN
¡Vaya! Hermano, ¿eres tú? A tu servicio, hermano.

DON VIL
165
¿Servicio? ¡Al vuestro, señor! A vuestro servicio otra vez, por Dios, soy vuestro amigo y servidor, y … ¡y una ciruela por tu servicio! ¡Y una pata de liebre, y una cola de liebre por tu servicio, si sigues así de frío y cortés!

POLVORÍN
Espero no haberos ofendido, hermano.

DON VIL
¡Por Dios, señor, sí lo hacéis, y mucho! ¡Mala enfermedad pilles! ¿Es esta tu educación cortesana, no reconocer a los amigos y parientes, tus mayores y superiores?

POLVORÍN
Pues, hermano, podéis mostraros tan seco como un mantecado si queréis, pero os digo que no está de moda reconocer a los parientes en esta ciudad. Os creéis que estáis en el campo, donde hermanos torpones se babean y besan cuando se juntan como si fueran una bandada de picapleitos. Aquí eso no se lleva, querido hermano.

DON VIL
Las modas son una estupidez, y tú eres un petimetre, querido hermano. Por Dios, lo sospechaba. Por la virgen que deduje que eras un petimetre desde que empezaste a cambiar el estilo de tus cartas y escribir en un trozo de papel con los bordes dorados, no más grande que una citación judicial. Me lo podía esperar, cuando dejaste de poner “Honorable hermano” y “espero que goces de buena salud”, y cosas así, para empezar con “¡Que me aspen, caballero, estoy muy enfermo tras la bacanal de anoche!”, por Dios, y pasabas a contarme una historia inventada sobre una puta y una botella para terminar. Sabías escribir antes, cuando eras aprendiz de un abogado, del honesto Narizota, que estaba en el juzgado de Furnival. Entonces eras recordado por tus amigos del valle. Entonces leíamos las gacetas y revistas que nos iban llegando.

PETULANTE
170
¡Por Dios, Polvorín! ¿Has sido pasante de un abogado? ¿De la tropa de Furnival? ¡Ja, ja, ja!

POLVORÍN
Sí, sí, pero fue por poco tiempo. No mucho, no mucho. Entonces no tenía autonomía, yo era huérfano, y él era mi tutor. Sí, sí, me alegro de haberlo aceptado para venir a Londres. Él me tenía a su disposición. Si no hubiera estado de acuerdo, podrían haberme obligado a ser aprendiz de un fabricante de fieltro en mi pueblo, este señor me habría obligado a fabricar fieltro.

DON VIL
Por Dios, mejor que obligarle a ser aprendiz de petimetre, que será como ha pasado el tiempo hasta que ya se ha establecido por su cuenta

DOÑA MALMIRADA
Os planteáis viajar, según tengo entendido.

DON VIL
Puede ser, señora. Puede que tenga la oportunidad de navegar sobre la mar salada, si me decido finalmente a ello.

PETULANTE
175
Y el viento os acompaña.

DON VIL
Me acompañe o no me acompañe, no os pediré permiso, señor, ni al veleta de vuestro compañero. Dirijo mi discurso a la señora, señor. Mi tía os lo habrá dicho, señora. Sí, he arreglado unos asuntos que tenía pendientes, ya lo puedo decir, y estoy decidido a ver el extranjero, si la paz es duradera, y, por tanto, bajan los impuestos.

DOÑA MALMIRADA
Creía que os dirigiríais a Francia como fuera.

DON VIL
No lo puedo decir. Puede que sí, y puede que no. Soy muy cauto para tomar decisiones, porque cuando la tomo, la mantengo. No estoy que si sí, que si no: si lo digo, lo hago. Pero pienso quedarme un tiempo en la ciudad para aprender vuestra jerga primero, antes de cruzar los mares. Me encantaría adquirir una pizca de vuestro francés, como dicen, para conversar en países extranjeros.

DOÑA MALMIRADA
Hay una academia que se dedica a eso en la ciudad.

DON VIL
180
¿Sí? Supongo que la habrá.

DOÑA MALMIRADA
Sin duda regresaréis muy mejorado.

POLVORÍN
Sí, tan refinado como el capitán de un ballenero holandés.

(Entran LADY DESEOSA y TODOENGAÑO.)

LADY DESEOSA
Sobrino, bienvenido.

DON VIL
Tía, a vuestro servicio.

TODOENGAÑO
185
Don Vil, a vuestro humilde servicio.

DON VIL
Primo Todoengaño, dame la mano.

LADY DESEOSA
Sobrino Polvorín, a vuestro servicio. Don Petulante, a vuestro servicio. Sobrino, os doy de nuevo la bienvenida. ¿Queréis beber algo después de vuestro viaje, sobrino, antes de comer? La cena está casi lista.

DON VIL
Estoy muy bien y os lo agradezco, tía. Sin embargo, os agradezco vuestro cortés ofrecimiento. Por Dios, temía que siguierais la moda también y os acordarais de olvidaros de vuestros familiares. Aquí tenéis a vuestro sobrino Antonio, al que no me atrevo a llamar hermano, no se vaya a ofender.

LADY DESEOSA
Ay, siempre está de broma, sobrino, es muy ingenioso, y utiliza su gran ingenio para burlarse de sus mejores amigos. Cuando viajéis al extranjero, sobrino, entenderéis mejor las burlas.

(Todoengaño y Doña Malmirada hablan aparte.)

DON VIL
190
Pues hasta entonces que se muerda la lengua, y que no se burle hasta que llegue ese día.

(Entra PICADILLO.)

PICADILLO
Señora, vengo a informar a vuestra señoría de que la cena os aguarda.

DON VIL
¿Nos aguarda? ¿No nos esperará hasta que me quite las botas? Querida, ¿puedes conseguirme un par de zapatillas? Seguro que mi criado está con sus caballos.

LADY DESEOSA
¡Sobrino, no te irás a quitar las botas aquí! Vete al pasillo, la cena te esperará. Mi sobrino es un poco maleducado, disculpadle, señora. Caballeros, venid por aquí. Malmirada…

DOÑA MALMIRADA
Os seguiré, señora, cuando don Vil esté listo.

(Salen todos excepto Todoengaño y Doña Malmirada.)

TODOENGAÑO
195
Pues Flacucha es toda una alcahueta, y yo soy, parece ser, un marido, todo un marido, y mi esposa toda una esposa, totalmente, y así va el mundo. ¡Vaya, ser un cornudo por adelantado, un cornudo en estado embrionario! Seguro que nací con una cornamenta incipiente, como un joven sátiro o el hijo de un capitalino. ¡Vaya, para ser engatusado, engañado y encabronado! Si al menos hubiera seguido siendo tan rápido como un ciervo, habría estado bien, pero arrastrarme con mis cuernos como un caracol, y que mi esposa me deje atrás, ¡qué porquería de matrimonio!

DOÑA MALMIRADA
Pues quítatelo de encima. A menudo has deseado tener una oportunidad para dejarla, y ahora la tienes. Pero primero, estropéales el plan. La mitad de la fortuna de Mila Mantes es demasiado considerable para dejarla y dejársela a un enemigo como Mirabellas.

TODOENGAÑO
¡Maldito, tendría que haber sido mía! ¡Y de no ser por tu descubrimiento, se habría perdido si se hubieran casado! Mi esposa le habría dado lustre a mis cuernos con ese aumento de fortuna. Los habría llevado con la punta dorada, así, con la frente adornada como el salón de un teniente de alcalde.

DOÑA MALMIRADA
Todavía te pueden servir como casaca heráldica si puedes aguantar a tu esposa, que no es peor de lo que era cuando te casaste con ella. Me atrevo a jurar que ya sabía qué cartas se jugaría antes de la boda.

TODOENGAÑO
Puede ser que las tuviera todas sobre la mesa, pero estoy seguro de que se guardó un as en la manga.

DOÑA MALMIRADA
200
Te casaste con ella para que te mantuviera, y si ahora puedes conseguir que te mantenga mejor de lo que esperabas, ¿por qué no la mantienes ahí más tiempo de lo que pretendías?

TODOENGAÑO
¿Cómo, cómo?

DOÑA MALMIRADA
Revélale a mi señora la conducta de tu esposa, amenaza con abandonarla. Mi señora la quiere mucho, y llegará a cualquier acuerdo para proteger su reputación. Aprovecha la oportunidad para darle la vuelta a todo con la revelación de su fechoría. Mi señora se enrabietará descontroladamente y sacrificará sobrina, fortuna y lo que sea ante tal coyuntura. Y déjame a mí que la caliente. Si aflojara en su empeño, yo me encargo de motivarla.

TODOENGAÑO
Esto tiene buena pinta.

DOÑA MALMIRADA
Lamento haberle sugerido a mi señora que concertara un compromiso entre Mila Mantes y don Vil. Eso puede ser un obstáculo.

TODOENGAÑO
205
Ah, déjame que me las arregle con él, le desarmaré. Beberá como un cosaco y, después de la cena, le haré poner manos a la obra.

DOÑA MALMIRADA
¿Y cómo te sientes con respecto a tu esposa?

TODOENGAÑO
Me lo estoy pensando. A ver. Ya estoy casado, así que ahí no hay nada que hacer. Mi esposa me la ha jugado, tampoco hay nada que hacer. Nunca la quise, y aún si la hubiese querido, a estas alturas tampoco habría nada que hacer. Celoso de ella no puedo estar, de eso estoy seguro, así que de celos, nada de nada. Harto de ella estoy y estaré, así que de eso nada no, sería demasiado pedir. Eso en cuanto a mi tranquilidad, y ahora a por mi reputación. En lo que concierne a la mía, no me casé por eso, así que no me lo planteo. Y en lo que concierne a mi influencia en la suya, a ella no le concernía la suya de antemano, así que si no aportaba nada a la mía, no me la puede quitar. Según las reglas del juego, yo no puedo perder contra alguien que no se juega nada.

DOÑA MALMIRADA
Que no se os olvide que el matrimonio es honorable.

TODOENGAÑO
¡Ejem! Bien pensado. El matrimonio es honorable, según dices. Y si es así, ¿por qué deben ser los cuernos un desprestigio, si proceden de unas raíces tan honorables?

DOÑA MALMIRADA
210
No lo sé. Si las raíces son honorables, ¿por qué no las ramas?

TODOENGAÑO
Pues esto queda claro. Bueno, ¿cuál será nuestro proceder?

DOÑA MALMIRADA
Prepararé una carta que se entregará a mi señora cuando ese truhán que se hace pasar por don Rolando esté con ella. Procederá de una mano anónima, ya que cuanto menos parezca saber yo la verdad, mejor me podré hacer la incendiaria. Además, si puedo evitarlo no me gustaría provocar a Flacucha, porque sabes que ella sabe algunas cosas. No espero que salgan a la luz, o en todo caso que las mías estallen primero, y después ya no me importa si me descubren.

TODOENGAÑO
En el peor de los casos, dejaré a mi esposa a los pies de los caballos. Ya tengo una escritura de buena parte de sus posesiones, que le saqué a base de halagos, y de eso, por lo menos, sacaréis tajada.

DOÑA MALMIRADA
Espero que tengas claro que odio a Mirabellas. Ya no tendrás más celos.

TODOENGAÑO
215
Celos, no, por este beso, que tengan celos los maridos, pero que el amante aún crea. O, si duda, que sea solo para buscar aún más su placer y prepararse para la alegría que le seguirá cuando se demuestre que su amada le es fiel. Pero que las dudas de los maridos se conviertan en celos interminables o, si se creen algo, que se distorsione en superstición y ciega credulidad. Estoy solo, y ya no me junto con su rebaño. Es cierto, llevo el emblema, pero me desentiendo de la orden, y ya que me he tomado su dispensa, no me importa dejarles un lema vulgar para su escudo vulgar:
ErrorMetrica
Todos los maridos sufren vergüenza o tormento.
Los listos tienen celos, los tontos, convencimiento.

(Salen.)

[ACTO IV]

(Entran LADY DESEOSA y FLACUCHA.)

LADY DESEOSA
¿Dices que don Rolando viene, Flacucha? ¿Y está todo en orden?

FLACUCHA
Sí, señora. He puesto velas en los candelabros y colocado a los criados en fila en el vestíbulo con sus mejores libreas, con el cochero y el postillón para completar el desfile.

LADY DESEOSA
¿Has perfumado al cochero y al postillón para que no huelan a establo cuando pase don Rolando?

FLACUCHA
Sí, señora.

LADY DESEOSA
5
¿Y están los bailarines y la música listos para que se le entretenga por todas partes en justa correspondencia a su pasión?

FLACUCHA
Todo listo, señora.

LADY DESEOSA
Y, bueno, ¿qué apariencia tengo, Flacucha?

FLACUCHA
Divina de la muerte, señora.

LADY DESEOSA
¿Y cómo le recibo? ¿Con qué figura le doy a su corazón la primera impresión? Importa mucho la primera impresión. ¿Me siento? No, no me siento, ando. Ando desde la puerta cuando llegue, y entonces me vuelvo hacia él. No, eso será muy repentino. Me tumbaré, sí, me tumbaré. Le recibiré en mi pequeño vestidor, hay un sofá, sí, sí. Le daré la primera impresión en un sofá. No me tumbaré, me dejaré caer, me apoyaré con un codo, con un pie colgando, oscilando de manera pensativa. Sí, y en cuanto aparezca, me sobresaltaré, sí, me sobresaltaré y sorprenderé, y me levantaré a saludarle con cuidada improvisación. Sí, nada hay más seductor que levantarse de un sofá con cierta confusión, mostrando el pie incitadoramente y llenándome de sonrojos y aires de compostura más allá de lo imaginable. ¡Escucha! Llega un carruaje.

FLACUCHA
10
Es él, señora.

LADY DESEOSA
Dios mío, ¿le ha dicho algo mi sobrino a Mila Mantes? Se lo ordené.

FLACUCHA
Don Vil le está dando a la bebida, señora, en el salón.

LADY DESEOSA
Por mi vida que se lo mando a ella. Llámala, Flacucha, y tráela aquí. Se lo mando conforme vaya. Cuando estén juntos, vuelve a mí, Flacucha, que no quiero estar mucho tiempo sola con don Rolando.

(Sale.)
(Entran DOÑA MILA MANTES y DOÑA TODOENGAÑO.)

FLACUCHA
Señora , me he quedado aquí para decirle a vuestra señoría que don Mirabellas lleva media hora esperando una oportunidad para hablaros, pese a que las ordenes de mi señora eran que os dejara con don Vil. ¿Le digo a don Mirabellas que estáis disponible?

MILA MANTES
15
No. ¿Qué querrá ese querido señor? Estoy pensativa y prefiero distraerme yo. Dile que venga en otra ocasión.
ErrorMetrica
Aún no se ha creado mujer,
ni se creará, salvo para estar maldita.
(Lo repite mientras camina.)
¡Qué duro!

DOÑA TODOENGAÑO
Os gustan hoy mucho los poetas como Juan Mamón, Mila Mantes.

MILA MANTES
20
¿Él? Sí, y sus versos obscenos, como yo.

FLACUCHA
Viene don Vil, señora. ¿Le digo a don Mirabellas que se vaya?

MILA MANTES
Sí, haz el favor, Flacucha, que se vaya, o que se venga, como quieras, querida Flacucha. Creo que le veré ahora, ¿verdad? Sí, que venga el desdichado.
(Sale Flacucha.)
ErrorMetrica
Thyrsis, un joven del inspirado séquito.
(Lo repite.)
Querida Todoengaño, entretened a don Vil, tenéis suficiente filosofía para soportar a un tonto, estáis casada y tenéis paciencia. Yo preferiría hablar con mis propios pensamientos.

DOÑA TODOENGAÑO
25
Cuanto os agradezco que penséis en mí para esta cuestión, pero tengo mis propios asuntos que atender. (Entra DON VIL.) ¡Oh, don Vil! Llegáis en un momento crítico. Tenéis a vuestra amada que se le sale el amor y la contemplación por las orejas. Id a por todas, ahora o nunca.

DON VIL
Sí, mi tía así lo querría. Habría agradecido el ánimo aportado por una o dos botellas, porque soy un poco cauto al principio, antes de coger confianza (Mientras tanto, MILA MANTES anda arriba abajo repitiéndose cosas a sí misma.) Pero espero que, pasado un tiempo, me sincere con ella, eso es, una vez cojamos confianza, así que, de momento, prima, os pido la dispensa para marcharme. Si fuerais tan amable de presentarle mis disculpas, regresaré con mis acompañantes.

DOÑA TODOENGAÑO
¡Vamos, don Vil! No os dejéis intimidar.

DON VIL
30
¿Intimidar? No, no es eso, no es tanto por eso, porque si me pusiera a ello, lo haría. Pero de momento, es suficiente hasta que se coja más confianza, eso es todo. A vuestro servicio.

DOÑA TODOENGAÑO
No, juro que no permitiré que perdáis una oportunidad tan favorable si puedo evitarlo. Os dejo juntos y cerraré la puerta con llave.

(Sale.)

DON VIL
No, no, prima, se me han olvidado los guantes. ¿Qué haces? ¡Por Dios! Ha cerrado la puerta con llave. No, prima Todoengaño, ¡abre la puerta! ¡Vaya! ¡Qué treta más zorra es esta! ¡No! ¡Y ahora me ha visto ella también! Prima, me he atrevido a atravesar la puerta tal y como estaba. ¡Creo que la puerta está encantada!

MILA MANTES
(repitiendo)
Os ruego que me dejéis estar, gentil mozalbete.
No me hostiguéis más por ese mero juguete —

DON VIL
35
¿Mande? Prima, a vuestro servicio.

MILA MANTES
(repitiendo)
Esa tonta menudencia del corazón…
¡Don Vil!

DON VIL
Sí, a vuestro servicio. Espero no ofenderos, prima.

MILA MANTES
(repitiendo)
…juro que no tendrá repercusión.
40
Aunque tú tendrás la tuya, con tus artes y pasión.
¡Qué sencillo y natural es Juan Mamón!

DON VIL
¿Mande? ¿Mamón? Ni soy ningún mamón, prima, ni ningún mozuelo. Doy gracias a Dios por no ser un jovencito.

MILA MANTES
¡Qué rústico! ¡Más basto que un bárbaro!

DON VIL
Bueno, bueno, ya entenderé vuestra jerga un día de estos, prima. Mientras tanto responderé con palabras corrientes.

MILA MANTES
45
¿Tenéis algo que tratar conmigo, don Vil?

DON VIL
No de momento, prima. Sí, me atreví a ver, a venir y a saber si estabais dispuesta a dar un paseo esta tarde. Si pudiera ser que no os suponga yo un problema, me gustaría pasear con vos.

MILA MANTES
¿Pasear? ¿Y luego qué?

DON VIL
Nada. Solo por pasear, eso es todo.

MILA MANTES
Me da nauseas pasear, es una diversión campesina. Odio el campo y todo lo que tiene que ver con ello.

DON VIL
50
¿De verdad? ¡Ja! Mira, mira, ¿sí? Puede que lo sea para vos. Aquí hay varias opciones de entretenimiento en la ciudad, como el teatro y cosas así, eso hay que confesarlo.

MILA MANTES
¡La estúpida ciudad! La odio también.

DON VIL
Querida, eso es mucho, ¡ja!, que las odiéis a las dos. Puede que sea como decís, los hay que no pueden disfrutar de la ciudad, y otros que no pueden soportar el campo. Seréis una de esas, prima.

MILA MANTES
¡Ja, ja, ja! Puede que sea como digo. ¿No tenéis nada más que decirme?

DON VIL
No de momento, prima. Es como, cuando tenga oportunidad de estar más en confianza, me sincere en alguna medida, deduzco que adivinaréis cómo, pero de momento, ahí me quedo. No hay que confundir la velocidad con el tocino, como dicen.

MILA MANTES
55
Si no hay nada de mayor importancia, don Vil, me haréis el favor de dejarme sola, tengo ahora mismo un pequeño asunto que atender.

DON VIL
Claro, claro, prima, sí, sí, cuando estéis dispuesta, cuando estéis dispuesta. Ahora o en otro momento, y en otro momento o ahora. Es lo mismo. Sí, sí, si vuestras obligaciones os reclaman, no hay prisa, se mantiene frío, como dicen. Prima, a vuestro servicio. Creo que la puerta está cerrada con llave.

MILA MANTES
Podéis salir por ahí.

DON VIL
A vuestro servicio. Con vuestro permiso regreso con mis acompañantes.

(Sale.)

MILA MANTES
Sí, sí. ¡Ja, ja, ja!
ErrorMetrica
60
Como cantó Febo al joven con el mismo amor.

(Entra MIRABELLAS.)

MIRABELLAS
Como Dafne, con tanto encanto y pudor.
¿Te encierras por mí, para que me cueste más buscarte? ¿O este artificio está cuidadosamente previsto para que signifique que la persecución debe terminar, y que mi captura se corone triunfalmente, y que no puedes volar más?

MILA MANTES
¡Vanidad! No. Volaré y seré perseguida hasta el último momento, aunque esté al mismísimo borde del matrimonio. Espero que me cortejes tanto como si estuviera dudando ante la verja de un monasterio, con un pie al otro lado del umbral. Se me cortejará hasta el final, e incluso después.

MIRABELLAS
¿Cómo, después del final?

MILA MANTES
65
Oh, pensaría que soy pobre y sin nada que ofrecer si me viera reducida a una comodidad indigna y liberada de las placenteras fatigas del cortejo.

MIRABELLAS
¿Pero no sabes que cuando se conceden favores ante un cortejo inmediato y tedioso estos pierden su valor, y que tanto quien otorga pierde su gracia como quien recibe disminuye su placer?

MILA MANTES
Puede que sea en cosas corrientes, pero nunca en el amor. Ay, odio al amante que se atreve a pensar que le arrebata un momento de aire independiente al botín de su amada. No hay cosa más impúdica en la naturaleza que la mirada insolente de un hombre seguro de sí mismo, confiado en su éxito. Ni la arrogancia pedante del marido tiene un aire tan pragmático. ¡Ay, jamás me casaré salvo que me asegure primero mi propia voluntad y placer!

MIRABELLAS
¿Quisieras tener los dos antes de la boda, o aceptarías la primera ahora y esperarías al otro hasta después de la ceremonia?

MILA MANTES
¡Ay, no seas impertinente! Mi querida libertad, ¿te abandonaré? Mi fiel soledad, mi adorada contemplación, ¿he de deciros au revoir? Sí, au revoir. ¿Mis pensamientos matutinos, mis agradables despertares, mis cabezadas indolentes, todas vosotras douceurs, pommeils du matin, au revoir? No puedo, es más que imposible. La verdad, Mirabellas, es que yaceré en la cama por la mañana todo lo que quiera.

MIRABELLAS
70
Pues yo me levantaré por la mañana tan temprano como quiera.

MILA MANTES
¡Ay, criatura ociosa, levántate cuando quieras! Y, escucha, no consentiré que me pongan apodos después de que me case. Lo aseguro, nada de apodos.

MIRABELLAS
¡Apodos!

MILA MANTES
Sí, como mujer, esposa, cariño mío, alegría, joya, amor, mi corazón, ni el resto de ese canto nauseabundo al que los hombres y sus esposas están tan acostumbrados., Jjamás lo soportaré. Buen Mirabellas, no nos mostraremos tan íntimos y enamorados, ni nos besaremos delante de la gente como si fuéramos lady Toqueteos y don Francisco, ni iremos al partque juntos el primer domingo en una carroza nueva, para provocar miradas y cuchicheos, y que luego no nos vuelvan a ver más por allí juntos, como si estuviéramos orgullosos el uno del otro la primera semana y luego avergonzados por siempre jamás. No iremos de visita juntos, ni al teatro;, seremos reservados y educados. Seremos reservados como si lleváramos casados mucho tiempo, y educados como si no estuviéramos ni casados.

MIRABELLAS
¿Te quedan condiciones que poner? Hasta ahora tus requisitos son razonables.

MILA MANTES
75
Minucias, como la libertad para hacer y recibir visitas a y de quien quiera, para escribir y recibir cartas, sin interrogatorios o malas caras por tu parte, para vestir como quiera y elegir conversación solamente a mi gusto, para no tener la obligación de conversar con listos que no me agraden, solo porque sean conocidos tuyos, o dar confianza a tontos solo porque sean familia tuya. Cenar cuando me plazca, cenar en mi vestidor cuando no esté de humor, sin tener que dar explicaciones. Que mi armario sea inviolable, y yo seré la única emperatriz de mi mesilla de té, a la cual no te podrás acercar sin primero pedir permiso y, por último, siempre llamarás a la puerta antes de entrar. Si suscribes estas condiciones, y yo sigo aguantándote más tiempo, puede que progresivamente me reduzca a ser esposa.

MIRABELLAS
La cuenta ha subido en este último tramo. Bueno, ¿tengo yo la libertad de poner condiciones para que, cuando te reduzcas a ser esposa, no sufra un aumento desmesurado como esposo?

MILA MANTES
Tienes la dispensa. Haz tu propuesta, habla y no te dejes nada.

MIRABELLAS
Os lo agradezco. Entonces, visto el documento, acuerdo que vuestras amistades sean mutuas, que no os permitáis tener una confidente de vuestro propio sexo bajo juramento, ni amiga para ocultar sus asuntillos bajo vuestra apariencia ni que os tiente a hacer un pacto mutuo de discreción. Que no os sirva de señuelo para conseguiros un petimetre con el que ir sigilosamente al teatro tras una máscara y traeros a casa con un fingido susto si creéis que os van a descubrir, y que no la toméis conmigo por haberme perdido la función, chafando el plan que preparasteis para pillarme y comprobar mi fidelidad.

MILA MANTES
¡Detestable “visto el documento”! ¡Y siempre voy al teatro con una máscara!

MIRABELLAS
80
Artículo siguiente, que os siga gustando vuestra cara mientras me guste a mí, y mientras me siga pareciendo bien, que no os empeñéis en reacuñarla. Para cuyo fin, además de todas las caretas diurnas, prohíbo todas las mascarillas nocturnas hechas con pieles aceitosas y no sé qué más, huesos de cerdo, vesícula de liebre, líquido de puerco y tuétano de gato asado. En resumen, prohíbo todo comercio con la vendedora de esas tiendas… como se llamen. Artículo siguiente, cierro mis puertas a las correveidiles que llevan cestas con gangas de muselina, cerámica, abanicos, sedas, etc. Artículo siguiente, cuando estéis embarazada…

MILA MANTES
¡Ay, eso ni lo nombres!

MIRABELLAS
… como es de esperar, si nuestros intentos son bendecidos…

MILA MANTES
¡Odiosos intentos!

MIRABELLAS
…me opongo a todo tipo de fajas, apreturas, para mantener la figura moldeando la cabeza de mi hijo como un pan de azúcar en lugar de un ser humano, y que parezca que soy padre de un leño doblado. Por último, me someto al dominio de vuestra mesilla de té, pero con la condición de que no os excedáis en vuestra jurisprudencia, y que os limitéis a las bebidas habituales de una mesilla de té, como son el té, el chocolate y el café, y a conversaciones autorizadas de mesilla de té, como criticar modas, destruir reputaciones, vilipendiar amistades ausentes y cosas así. Pero, bajo ningún concepto, no os aboguéis prerrogativas masculinas de beber a vuestra salud o brindar por otros. Por prevención destierro toda intervención extranjera, auxiliares de una mesilla de té como brandy de naranja, todos los anisetes y licores de canela, limón y barbados, además de ratafía y el más noble licor de menta. Sin embargo, el vino de prímula, el licor de adormidera y otros somníferos los permito. Una vez admitidas estas condiciones, en las demás cuestiones puedo demostrar que seré un marido tratable y cumplidor.

MILA MANTES
85
¡Oh, terribles condiciones! ¡Asquerosos licores! ¡Brindar yo por otros, hombres odiosos! ¡No soporto tus odiosas condiciones!

MIRABELLAS
Entonces estamos de acuerdo. ¿Os beso la mano para rubricar el contrato? Y aquí viene una para ser testigo de que sellamos un acuerdo.

(Entra DOÑA TODOENGAÑO.)

MILA MANTES
Todoengaño, ¿qué hago? ¿Me quedo con él? Creo que debo quedarme con él.

DOÑA TODOENGAÑO
Quédate con él, quédate con él. ¿Qué vas a hacer si no?

MILA MANTES
Bueno, entonces me muero del susto que tengo. Todoengaño, no podré decirlo, bueno, creo… que te soportaré.

DOÑA TODOENGAÑO
90
¡Basta, basta! Quédate con él, quédate con él, y díselo en lenguaje corriente, pues estoy segura de que te gusta.

MILA MANTES
¿Seguro? Creo que sí, y ese horrible hombre parece que se lo cree también. Bueno, cosa ridícula, me quedaré contigo. Ni se me besará ni agradecerá. Aquí, besa mi mano, y muérdete la lengua y no digas ni una palabra.

DOÑA TODOENGAÑO
Mirabellas, es necesario que obedezcas, no tienes tiempo ni para hablar ni para quedarte aquí. Viene mi madre y, según mi conciencia, si te viera, le daría un ataque de ira y quizás no se recuperaría a tiempo para regresar con don Rolando, quien, según cuenta Flacucha, tiene expectativas de victoria. Por tanto, guárdate tu entusiasmo para otra ocasión y márchate por las escaleras de atrás, donde Flacucha te espera para hablar contigo.

MILA MANTES
Sí, vete, vete. Mientras tanto, supongo que habrás dicho algo que me plazca.

MIRABELLAS
Soy todo obediencia.

(Sale.)

DOÑA TODOENGAÑO
95
Ese don Vil está borracho, y es tan ruidoso que mi madre se ha visto obligada a dejar un momento a don Rolando para apaciguarle, pero él le responde solo cantando y bebiendo. Lo que habrán hecho a estas alturas no lo sé, pero Petulante y él estaban discutiendo cuando pasé por allí.

MILA MANTES
Bueno, si Mirabellas no me sale buen marido, soy una causa perdida, porque me doy cuenta de que le amo apasionadamente.

DOÑA TODOENGAÑO
Eso parece, cuando te da igual lo que te digan. Si dudas de él, mejor júntate con don Vil.

MILA MANTES
¿Cómo puedes nombrar a ese torpe anciano? ¡Vaya!

(Entra POLVORÍN bebido.)

DOÑA TODOENGAÑO
¿Así que se ha montado la bronca y, por eso, te has marchado?

POLVORÍN
100
¿Marchado? No aguantaba más. Me he reído más que si hubiera ido a diez bautizos, estoy borracho de risa. Si me llego a quedar más tiempo habría reventado. Habría cedido por los costados y me habrían zurcido como una tela barata. Sí, sí, la bronca se ha montado. Entró mi señora como una resolutio plena y puso fin a sus intervenciones.

MILA MANTES
¿De qué iba la bronca?

POLVORÍN
Eso es lo gracioso, que no había tal bronca. Ninguno de los dos podía hablar por la ira, así que se limitaron a farfullarse el uno al otro como dos manzanas al horno. (Entra PETULANTE, borracho.) Ahora llega Petulante, todo se ha acabado, todo está bien. ¡Dios, me empieza a dar vueltas la cabeza! ¿Por qué no hablas? Estás tan borracho y tan mudo como un pez.

PETULANTE
Mirad, doña Mila Mantes, si podéis amarme, querida ninfa, decidlo, y asunto concluido. Tomadlo o dejadlo, eso es todo.

POLVORÍN
105
Has hablado volúmenes, folios, en menos de lo que da un librillo, mi querido espartano. Chaval, Petulante, eres un resumen de palabras hecho hombre.

PETULANTE
Polvorín, y tú eres un aniquilador de significado.

POLVORÍN
Y tú un revendedor de frases, y tratas con retales de retales, como un fabricante de acericos. La verdad es que eres, metafóricamente hablando, un taquígrafo hablante.

PETULANTE
Tú eres, sin figuras del habla, la mitad de un burro. Y ese burro de ahí, tu hermanastro, la otra mitad. Los burros gemelos partidos por la mitad serían cuatro de vosotros.

POLVORÍN
Das buenos bocados, mi querida semilla de mostaza. Bésame por ello.

PETULANTE
110
¡Quita! No besaré a más varones. He besado a tu gemelo como gesto de reconciliación, y ahora (tiene hipo) me repite como si fuera un rábano.

MILA MANTES
¡Eh, asqueroso! ¿De qué iba la bronca?

PETULANTE
No hubo bronca. Pudo haber una bronca.

POLVORÍN
Si hubiera habido palabras suficientes entre ellos para expresar la provocación se habrían cogido de las orejas como un par de castañuelas.

PETULANTE
Tú eras la bronca.

MILA MANTES
115
¡Yo!

PETULANTE
Si estoy de humor para embroncarme, puedo hacer que cuestiones menores se conviertan en premisas. Si no eres bella, ¿qué pasa si estoy de humor para demostrar que lo eres? Si se me va a recompensar, decidlo. Si no, pelead por vuestra propia cara la próxima vez, que yo me iré a dormir.

POLVORÍN
Sí, acurrúcate como una termita y sueña con la venganza. Y escúchame, si aprendes a escribir para mañana por la mañana, anótame un desafío, que yo lo llevaré por ti.

PETULANTE
¡Llévale una zanahoria al conejo de tu amada! ¡Id, pulgas, a leer romances! ¡Yo me voy a la cama con mi criada!

(Sale.)

DOÑA TODOENGAÑO
Está terriblemente borracho. ¿Cómo os habéis metido todos en este embrollo?

POLVORÍN
120
Un plan, un plan, para librarse del caballero, planeado por vuestro marido, pero él se ha escabullido.

(Entran LADY DESEOSA y DON VIL borracho.)

LADY DESEOSA
¡Deja, deja! Después de años de discreción, ¡que te comportes con tan malas maneras!

DON VIL
Espero no ofenderos, tía.

LADY DESEOSA
¿Ofender? Como mujer que soy me avergüenzo de ti. ¡Uf! Apestas a vino. ¿Tú crees que mi sobrina soportaría a un borracho así? Eres un borracho absoluto.

DON VIL
¡Borracho!

LADY DESEOSA
125
En el momento que debías declarar tu amor y dar un paso al frente…

DON VIL
Por Dios, si me racionas tu licor, hazme la cuenta, dame más bebida y coge mi cartera.
(Canta.)
ErrorMetrica
Llena la copa hasta arriba,
para que en mi cara se ría,
con cerveza melosa y tenaz.
130
Quien llora por una mujer
burro ignorante ha de ser,
un vaso lleno no tiene rival.
Pero si queréis que me case con mi prima, decid la palabra y lo haré. Don Vil lo hará, mi palabra; don Vil lo hará, mi blasón; mi lema se me ha olvidado.

LADY DESEOSA
Mi sobrino está un poco abatido, sobrina, pero de beber a tu salud. Tendrías que estarle agradecido.

DON VIL
135
In vino veritas, tía. ¡Si bebo a vuestra salud hoy, prima, soy un borracho! Pero si tenéis la intención de casaros, decid la palabra y mandad a por el gaitero, porque don Vil lo hará. Si no, barredlo a un lado y tomemos otra ronda. ¡Antonio! Por Dios, ¿dónde narices está Antonio? Antonio es un tipo honesto, pero escupe después de cada copa que se toma, y eso no está bien.
(Canta.)
ErrorMetrica
Beberemos como nunca hemos bebido, chavales.
Que el vaso gire después alrededor del sol, chavales.
Y el ejemplo de Apolo nos guiará,
cada noche él acaba chispeante,
140
lo que le hace también tan brillante
que por la mañana nos iluminará.
El sol es un buen compañero, un bebedor honesto, que tiene una bodega en las Antípodas. Si viajo, tía, y llego a las Antípodas, buena gente, pícara y patas arriba, si cojo un vaso lleno me pondré boca abajo y beberé a su salud. ¿Compromiso o no compromiso, prima de difícil nombre? Tía, don Vil lo hará. Si aún es virgen, que se cuide, y si no, que la cuiden mientras tanto, y que a los nueve meses dé un grito.

MILA MANTES
Disculpad, señora, no aguanto más. Don Vil se crece, ¡agh! ¡Cómo huele! Me sacará de quicio si me quedo. Vamos, prima.

(Salen Mila Mantes y Doña Todoengaño.)

LADY DESEOSA
¡Huele! Envenenaría a un fabricante de velas y a su familia. ¡Vaya bestia! No sé qué hacer con él. Viajar, ha dicho. ¡Sí, viaja, viaja, márchate, lejos, con los sarracenos, o los tártaros, o los turcos, pues no sirves para vivir en una comunidad cristiana, bestia pagana!

DON VIL
145
¿Turcos? No, no turcos, tía. Tus turcos son infieles, y no creen en la uva. Tus mahometanos, tus musulmanes, son secos apestosos, sin ánimo de ofender, tía. Mi mapa dice que tu turco no es tan honesto como tu cristiano. No encuentro en el mapa que tu muftí sea ortodoxo, por lo que es un caso claro que ortodoxo es una palabra difícil, tía, y (hipo) significa clarete en griego.
(Canta.)
ErrorMetrica
Beber es un cristiano goce,
Que un turco o un persa desconoce.
Que el tonto musulmán
Siga las reglas del Corán
150
Y le maldigan con su té y su café.
Pero que los ingleses canten
Y, por el rey, su vaso levanten
Y una breva por los persas y su sultán.
¡Ay, Antonio!

(Entra FLACUCHA y le cuchichea a LADY DESEOSA.)

LADY DESEOSA
155
[Aparte a Flacucha] ¡Don Rolando, impaciente! ¡Vaya por Dios! ¿Qué hago con esta bestia de carga? [en voz alta] Túmbate y duérmete, borrachuzo, o como Lady Deseosa que me llamo haré que te apaleen a escobazos. Llama a las mozuelas.

(Sale Flacucha.)

DON VIL
¿Cómo, mozuelas? ¿Dónde están las mozuelas?

LADY DESEOSA
Querido sobrino Polvorín, llévatelo de aquí, y te estaré eternamente agradecida. Tengo un asunto ahora mismo que me urge resolver con rapidez. Te lo compensaré en el futuro.

POLVORÍN
Vamos, caballero. Mala enfermedad pille. No sé qué decirle. ¿Te vienes a una pelea de gallos?

DON VIL
¿Con una mozuela, Antonio? ¿Un gallo de pelea? Déjame que te muerda la mejilla.

POLVORÍN
160
¡Horrible! El aliento le huele a gaita. Sí, sí, ven. ¿Caminarás, paleto mío?

DON VIL
Abre el camino, Antoñito, que yo te sigo, Antonio, mi Tonito, chaval, tú serás mi Tonito, y yo seré tu cerdito, y una breva por los persas y su sultán.

(Sale cantando con Polvorín.)

LADY DESEOSA
Esto no dará resultado. No se emparejará, al menos hasta que haya estado en el extranjero. (Entra BIENESPERA, disfrazado de don Rolando.) Querido don Rolando, confundida estoy ante la confusión retrospectiva de mi propia grosería. Tengo más perdones que pedir que los que otorga el Papa por todo el año del Jubileo, pero espero que ante la probabilidad de estar tan cerca de una alianza, podamos aflojar la severidad del decoro y prescindir de un exceso de ceremonial.

BIENESPERA
Mi impaciencia, señora, es consecuencia de mi arrebato, y hasta que tome posesión de vuestra adorable persona me siento como en el potro de la tortura, colgado de mis expectativas.

LADY DESEOSA
165
Sois demasiado galante, don Rolando, y llegáis a una conclusión con arrolladora vehemencia. Pero un día o dos, por decencia, antes del matrimonio…

BIENESPERA
Por decencia un funeral, señora. El retraso me partiría el corazón o, si no fuera así, me envenenaría. Mi sobrino recibirá una nota con mis deseos y me envenenará, y yo le mataré de hambre antes de morir, pues así me iría de este mundo con esa satisfacción. Eso me calmaría, si pudiera vivir aún lo suficiente para vengarme de esa víbora antinatural.

LADY DESEOSA
¿Es tan antinatural, decís? La verdad es que me gustaría contribuir a salvar vuestra vida y tomaros vuestra venganza. Y no es por tenerme yo en cuenta, pese a que se ha comportado pérfidamente conmigo.

BIENESPERA
¡Pérfidamente con vos!

LADY DESEOSA
¡Ay, don Rolando, las horas que se ha postrado muerto a mis pies, las lágrimas que ha derramado, los juramentos que ha hecho, las palpitaciones que ha sentido, los trances, los temblores, los ardores y los éxtasis, los arrodillamientos y levantamientos, los pálpitos del corazón y los retorcimientos de manos, las angustias y las desesperadas miradas de sus lastimeros ojos, ay, ninguna memoria puede recordar tanto!

BIENESPERA
170
¡Cómo, mi rival! ¿Ese rebelde es mi rival? ¡Morirá!

LADY DESEOSA
No, no le matéis de golpe, don Rolando, matadle de hambre poco a poco, pulgada a pulgada.

BIENESPERA
Lo haré. En tres semanas irá descalzo, en un mes mendigará de rodillas. Morirá de hambre de abajo arriba, hasta que solo sobreviva su cabeza, que se apagará con su propio olor, como una vela a la que se le pone el capuchón.

LADY DESEOSA
Bien, don Rolando, sabéis cómo. No sois un novato en el laberinto del amor, tenéis la clave. Pero, como que me llamo Lady Deseosa, don Rolando, no debéis atribuir mi consentimiento a ningún apetito siniestro, o a una indigestión de viudedad, ni imputar mi complacencia a ningún letargo de continencia. Espero que no me consideréis propensa a la reiteración de nupcias…

BIENESPERA
Nada más lejos…

LADY DESEOSA
175
Porque si es así, os aseguro que me echaré atrás, o pensaré que he prostituido mi decoro. Pero en la vehemencia de la compasión, y para salvarle la vida a una persona de tanta importancia…

BIENESPERA
Eso lo aprecio…

LADY DESEOSA
Si no, malinterpretaríais mi condescendencia…

BIENESPERA
No, no…

LADY DESEOSA
Seguro que sí..

BIENESPERA
180
No, bello santuario de la virtud.

LADY DESEOSA
Si pensarais que el menor escrúpulo de carnalidad fuera un ingrediente…

BIENESPERA
Querida señora, no. Sois toda alcanfor e incienso, toda castidad y aroma…

LADY DESEOSA
O si…

(Entra FLACUCHA.)

FLACUCHA
Señora, los bailarines están listos, y hay alguien con una carta que os ha de entregar en mano.

LADY DESEOSA
185
Don Rolando, con vuestro permiso. Pensad favorablemente, juzgad cándidamente, y llegad a la conclusión de que habéis encontrado a una persona que padecería tormentos por vuestro honor, querido don Rolando, y que os cuidará eternamente.

(Sale.)

BIENESPERA
¡Vaya, vaya, lo que tengo que padecer! Esposa, ¿tienes un trago por ahí? Quiero alcohol.

FLACUCHA
¡Qué rufián más debilucho eres, jadear por un cuarto de hora que has estado mintiendo y perjurando a tan buena señora!

BIENESPERA
Uf, es el antídoto del deseo. Esposa, será peor para ti. No se me abrirá el apetito para la reiteración de nupcias en las próximas cuarenta y ocho horas. Con esta perspectiva, prefiero llevar a alguien en una silla a cuestas en pleno verano que seguir haciendo de don Rolando mañana a estas horas.

(Entra LADY DESEOSA con una carta.)

LADY DESEOSA
Llamad a los bailarines, don Rolando, si os parece bien nos sentaremos a ver el espectáculo. (Baile.)
190
Ahora, con vuestro permiso, examinaré esta carta. La abriré en vuestra presencia, porque no quiero incomodaros. Si os incomodara, la quemaría. Decid si es así, pero podréis ver por la letra que ha sido escrita por una mujer.

FLACUCHA
[Aparte a Bienespera] ¡Cielos! Doña Malmirada, lo sé. ¡Me duele el corazón! ¡Quítasela!

BIENESPERA
¿Letra de mujer? No, señora, no es letra de mujer. Eso ya lo veo, es de alguien al que habría que cortar el cuello.

LADY DESEOSA
No, don Rolando, ya que me dais pruebas de vuestra pasión con vuestros celos, os prometo que os compensaré comunicándoos lo que dice. Ya veréis. La abriremos juntos, mirad ahí: (Lee.) “Señora, ante vuestro desconocimiento”, véis, no es de nadie que conozca, “y como tengo en gran estima vuestra persona, me veo obligada a haceros saber que se aprovechan de vos. El que finge ser don Rolando es un tramposo y un truhán…” ¡Cielos! ¿Qué es esto?

FLACUCHA
[Aparte] Mala suerte. Se ha estropeado todo.

BIENESPERA
195
¿Cómo, cómo? Dejadme ver, dejadme ver. (Lee.) “Un truhán disfrazado y sobornado para ese fraude”, ¡qué villanía, qué villanía!, “tal y como lo planeó…”

LADY DESEOSA
¡Me desmayo, me muero, me muero! ¡Oh!

FLACUCHA
[Aparte a Bienespera] Di que es la letra de su sobrino, que es un complot suyo, júralo, júralo.

BIENESPERA
¡Esto es obra de un villano! Señora, ¿no lo percibís, no lo véis?

LADY DESEOSA
Demasiado bien, demasiado bien. He visto demasiado.

BIENESPERA
200
Ya os dije que reconocí la letra. ¿Letra de mujer? El truhán escribe con letra grande y redondeada. ¡Ya vi que había un cuello que cortar! Si fuera mi hijo, o mi sobrino, le pegaría un tiro.

FLACUCHA
¡Qué traición! ¿Pero estáis seguro, don Rolando, de que es su letra?

BIENESPERA
¿Seguro? ¿Estoy aquí? ¿Vivo? ¿Pierdo esta perla de oriente? Llevo veinte cartas suyas en el bolsillo con la misma letra.

LADY DESEOSA
¿Cómo?

FLACUCHA
¡Qué suerte, don Rolando, que estuvierais presente en esta situación! Este es el asunto que ha llevado a que don Mirabellas se disfrazara para ver a doña Mila Mantes esta tarde. Ya creía yo que algo se tramaba cuando a pasado por mi lado con la cara tapada.

LADY DESEOSA
205
¡Cómo! He oído que ese villano estaba en la casa, y ahora recuerdo que mi sobrina se ausentó de repente cuando don Vil le iba a presentar sus respetos.

FLACUCHA
Señora, el señor Mirabellas le estaba esperando en la alcoba de ella, pero no quise decírselo a vuestra señoría por no descentrarla cuando ibais a recibir a don Rolando.

BIENESPERA
¡Ya está bien! Tiene los días contados.

FLACUCHA
No, buen don Rolando, no infrinjáis la ley.

BIENESPERA
¿Ley? No me importa la ley. Puedo morir, pero es por una buena causa. Mi señora quedará satisfecha de mi sinceridad e inocencia, aunque me cueste la vida.

LADY DESEOSA
210
No, querido don Rolando, no peleéis; si os mataran, no podría mostrar mi cara en público. O si os colgaran, pensad en mi reputación, don Rolando. No, no pelearéis. Entraré e interrogaré a mi sobrina, la haré confesar. Os pido, don Rolando, por todo vuestro amor, que no peleéis.

BIENESPERA
Me encantáis, señora, y obedezco. Pero una prueba me debéis permitir que os dé. Iré a por la caja negra que tiene todos los documentos de mis propiedades, y os los entregaré en mano.

LADY DESEOSA
Sí, don Rolando, eso me dará tranquilidad, traed la caja negra.

BIENESPERA
¿Y puedo traer un contrato para que se firme esta noche? ¿Puedo tener tantas esperanzas?

LADY DESEOSA
Traed lo que queráis, pero venid vivo, os ruego que vengáis vivo. ¡Oh, qué feliz desenlace!

BIENESPERA
215
Vivo o muerto vendré, y nos casaremos a pesar de la traición, sí, y tendremos un heredero que derrotará el último atisbo de esperanza de mi abandonado sobrino. ¡Vamos, mi rolliza viuda!
ErrorMetrica
Dentro de poco, una prueba recibiréis
De que un caballero errante,

FLACUCHA
[Aparte]
o un truhán mangante tendréis.

(Salen.)

[ACTO V]

(Entran LADY DESEOSA y FLACUCHA.)

LADY DESEOSA
¡Fuera de mi casa, fuera de mi casa, víbora, serpiente criada por mí! ¡Traidora en mi propio seno, a quien yo saqué de la nada! ¡Márchate, márchate! ¡Vete, vete! Que te saqué de lavar telas viejas y peinar pelucas muertas, con la nariz triste y azul, metida en un brasero de leña desgastada y cenando detrás de una cortina deshilachada en una tienda no más grande que la jaula de un pájaro. ¡Vete y muérete de hambre otra vez! ¡Vete, vete!

FLACUCHA
Querida señora, os pido perdón de rodillas.

LADY DESEOSA
¡Fuera, fuera! ¡Búscate la vida! ¡Monta un negocio, con tus escasas pertenencias por valor de tres peniques colgadas de una cuerda, debajo de un quiosco de vendedor de brandy, o en un callejón sin salida al lado de un baladista ambulante! ¡Cuelga una gorguera de trapo holandés con un metro de encaje amarillo, vamos! ¡Una vieja máscara roída, dos hileras de alfileres y un violín de niño, un collar de cristal con las cuentas rotas, y un gorro de dormir acolchado con una sola oreja! ¡Vete, vete, monta un negocio! Esas eran tus posesiones, mujerzuela traicionera, esa era la mercancía con la que te manejabas cuando te recogí en mi casa, te coloqué a mi lado, y te hice la gobernanta de toda mi familia. ¿Se te ha olvidado esto, verdad, ahora que has emplumado tu nido?

FLACUCHA
No, señora. Escuchadme, tened un momento de paciencia. Lo confesaré todo. Don Mirabellas me convenció. No soy la primera engatusada por su lengua licenciosa. Hasta la sensatez de vuestra señoría ha sido engañada por él, así que ¿cómo yo, una pobre ignorante, podría defenderme? ¡Oh, señora, si supierais lo que me prometió, y cómo me aseguró que vuestra señoría no sufriría ningún daño! Si no, ni toda la riqueza de las Indias me habría sobornado para conspirar contra una dama que ha sido tan buena, tan dulce y tan generosa conmigo.

LADY DESEOSA
5
¿Ningún daño? ¡Qué, traicionarme, casarme con un criado destituido? ¿Convertirme en un receptáculo, un hospicio para un alcahuete decadente? ¿Ningún daño? ¡Oh, eres más sinvergüenza que una actriz preñada!

FLACUCHA
Os ruego que me escuchéis, señora, él no podía casarse con vuestra señoría, señora, de ninguna manera. Su casamiento habría sido nulo por ley, pues estaba casado conmigo primero, para darle seguridad a vuestra señoría. No se podría haber acostado con vuestra señoría, pues si lo hubiera consumado con vuestra señoría habría corrido el riesgo de infringir la ley y ponerse bajo jurisdicción eclesiástica. Sí, consulté la ley en ese aspecto antes de prestarme a cooperar.

LADY DESEOSA
¿Qué, entonces he sido como una propiedad tuya, verdad? ¿Te he resultado conveniente, parece, mientras servías a Mirabellas? ¡Te he servido de alcahueta! ¿Me has convertido en una proxeneta pasiva? Esto no tiene precedentes, buen uso se hace de mí , hacerme alcahueta de bodas de segunda mano entre Pepes y Pepas. A ti sí te emparejaré, sí, os azotaré a los dos, a ti y a tu don Juan. A ti sí te voy a casar yo en la plaza del duque. Tu tortolito ya está bajo custodia, y tú retozarás con él en la misma jaula, si encuentro algún alguacil o guardia en este barrio.

(Sale.)

FLACUCHA
¡Ojalá no hubiera nacido! ¡Ojalá no me hubiera casado! ¡Esposa, ja, seré una esposa esposada en prisión! ¡Oh!

(Entra DOÑA TODOENGAÑO.)

DOÑA TODOENGAÑO
Pobre Flacucha. ¿Qué pasa?

FLACUCHA
10
¡Ay señora, mi señora se ha ido a por un alguacil! Me llevarán ante la justicia, y me meterán en prisión a sacudir cáñamo. El pobre Bienespera ya está en la cárcel.

DOÑA TODOENGAÑO
Levanta ese ánimo, Flacucha, Mirabellas ha ido a responder por él. Esto es todo obra de Malmirada y mi marido.

FLACUCHA
Sí, sí, lo sé, señora. Ella estaba en los aposentos de mi señora y escuchó todo lo que me dijisteis antes de la cena. Le mandó una carta a mi señora, y al fallarle eso, don Todoengaño planeó la detención de Bienespera cuando fingía ir a por los papeles, mientras que doña Malmirada se lo contaba todo a mi señora.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Se me mencionaba en la carta? ¿Mi madre no sospechará que yo esté implicada? Me parece que Malmirada no se lo ha dicho, aunque se lo haya dicho a mi marido.

FLACUCHA
Sí os mencionaba, señora, pero mi señora no vio esa parte, rompimos la carta antes de que lo leyera. ¿Ese malvado demonio le ha contado a don Todoengaño lo de vuestra señoría?

DOÑA TODOENGAÑO
15
Sí, todo ha salido a la luz, mi relación con Mirabellas, todo descubierto. Este es el último día que viviremos juntos mi marido y yo, ese es mi alivio.

FLACUCHA
Sí, señora, y mayor alivio sería si lo supierais todo. Está a la par con vuestra señoría, lo cual os podría haber contado hace mucho, pero me gusta mantener la paz y la tranquilidad por mi buena voluntad. Prefiero unir amigos que separarlos. Pero doña Malmirada y él tienen una relación más cercana que la que sus padres hubieran esperado.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Qué me dices, Flacucha? ¿Puedes demostrarlo?

FLACUCHA
Puedo jurarlo, señora, y también doña Picadillo. Doña Malmirada nos ha dedicado buenas palabras para que ocultáramos algo que pasó en nuestra alcoba una tarde mientras vos estabais en el parque y creían que nos habíamos ido de paseo, pero llegamos sin que nos vieran y nos hicieron jurar que guardaríamos el secreto. Doña Malmirada cogió un libro y nos hizo jurar sobre él, pero era de versos y poemas, así que, mientras no fuera la Biblia, podemos romper el juramento con la conciencia tranquila.

DOÑA TODOENGAÑO
Este descubrimiento es lo más oportuno que podía desear. ¿Picadillo?

(Entra PICADILLO.)

PICADILLO
20
Mi señora quiere hablar con doña Flacucha. Don Mirabellas está con ella, ha conseguido la libertad de vuestro esposo, doña Flacucha, y quisiera que os escondierais en los aposentos de mi señora, hasta que el enfado de mi vieja señora amaine. Oh, mi vieja señora está peligrosamente exaltada por algo que le ha dicho don Todoengaño, él perjura, y mi vieja señora llora. Se avecina un temible huracán, lo juro. Él dice que o le dan la fortuna de mi señora a él o se divorcia.

DOÑA TODOENGAÑO
¿Eso lo saben vuestra señora y Mirabellas?

PICADILLO
Sí, me han mandado a que viera si don Vil está sobrio para que se lo traiga. Mi señora está decidida a casarse con él, creo, antes de perder la enorme cantidad de seis mil libras. Venid, doña Flacucha, que oigo a mi vieja señora.

DOÑA TODOENGAÑO
Flacucha, dile a Picadillo que debe estar lista para declarar cuando la llame.

FLACUCHA
Sí, sí, señora.

PICADILLO
25
Sí, declararé cualquier cosa para servir a vuestra señoría, sea lo que sea.

(Salen Picadillo y Flacucha.)
(Entran LADY DESEOSA y DOÑA MALMIRADA.)

LADY DESEOSA
¡Oh, mi querida amiga! ¿Cómo puedo enumerar los beneficios que he recibido de tu bondad? A ti te debo haber descubierto a tiempo los falsos juramentos de Mirabellas y la detección del impostor don Rolando. Y ahora intercedes con mi yerno para salvar el honor de mi hogar, y compensas las debilidades de mi hija. Bien, amiga, gracias a ti me reconcilio suficientemente con este malvado mundo, si no, me retiraría a los desiertos y las soledades, y alimentaría a inofensivas ovejas junto a bosques y serpenteantes torrentes. Querida Malmirada, abandonemos el mundo y retirémonos para convertirnos en pastoras.

DOÑA MALMIRADA
Primero despachemos el asunto que tenemos entre manos, señora, y ya tendremos tiempo para pensar en el retiro después. Aquí hay una que tiene que ver con él.

LADY DESEOSA
¡Ay, hija, hija, es posible que seas mi criatura, sangre de mi sangre y carne de mi carne, y, se podría decir, otra yo, y aún así que hayas transgredido hasta la más pequeña partícula de la estricta virtud? ¿Es posible que te pusieras del lado de la inquina, tú que has sido engendrada en el primer molde de la virtud? Yo no he sido solo el molde sino una pauta para ti, y un modelo para ti, desde que te traje a este mundo.

DOÑA TODOENGAÑO
No entiendo a vuestra señoría.

LADY DESEOSA
30
¿No entiendes? ¿Es que no eres una depravada? ¿No eres una retorcida? Aquí estoy, arruinada por sufragar tus caprichos y tus adulterios, tengo que empeñar mi plata y mis joyas, y arruinar a mi sobrina, y no es suficiente para…

DOÑA TODOENGAÑO
Se me calumnia y trata injustamente, y a vos también. Es una acusación falsa, falsa como el infierno, falsa como vuestra amiga aquí presente, sí, o como el amigo de vuestra amiga, el falso de mi marido.

DOÑA MALMIRADA
¿Mi amigo, doña Todoengaño? ¿Vuestro marido mi amigo? ¿Qué queréis decir?

DOÑA TODOENGAÑO
Sé lo que quiero decir, señora. Y vos también, y el mundo entero cuando llegue el momento.

DOÑA MALMIRADA
Lamento veros tan exaltada, señora. Un mayor mal humor daría la impresión de inocencia, pero ya he tenido bastante. Siento que mi celo para servir a vuestra señoría y familia genere estas falsas impresiones, o me haga susceptible a afrentas. Me disculparéis, señora, si ya no me implico más en asuntos que no me conciernen directamente.

LADY DESEOSA
35
¡Oh, querida amiga, me avergüenza que tengáis que recibir estas respuestas! (A Doña Todoengaño) ¡Deberías pedirle perdón de rodillas, criatura ingrata! Merece más de ti que lo que puedas conseguir en toda tu vida. (A doña Malmirada) ¡Oh, no me dejéis indefensa ante esta perplejidad! No, manteneos junto a mí, mi bella genio.

DOÑA TODOENGAÑO
¡Os digo, señora, que os engañan! ¡Mantenerse junto a vos! Sí, como una sanguijuela, para chuparos vuestra mejor sangre, y se os quitará de encima cuando esté satisfecha. Señora, no empeñaréis ni una peineta, ni perderéis un penique, por mí. Les desafío a todos, que demuestren sus calumnias, yo sé de mi propia inocencia, y me atrevo a presentarme a juicio.

(Sale.)

LADY DESEOSA
¿Y si fuera inocente, y si la hubieran difamado después de todo? No sé qué pensar, y os prometo que su educación ha sido intachable. Puedo decirlo, porque me encargué personalmente de iniciarla desde su más tierna infancia en los rudimentos de la virtud, y de infundirle en aquellos primeros años un odio y una aversión a la mera presencia de hombres. Sí, amiga, habría chillado con solo ver a un hombre hasta que se hizo adolescente. ¡Como Lady Deseosa que me llamo, es cierto! Nunca quiso jugar con niños, ni aunque llevaran pañales. Si hasta sus propias muñecas eran todas del sexo femenino. Oh, nunca miró a un hombre a la cara salvo a su propio padre, o al capellán, y a este le hicimos pasar por mujer ante ella, ayudados por sus sotanas y su suave cara, hasta que cumplió los quince años.

DOÑA MALMIRADA
Se la engañó durante bastante tiempo.

LADY DESEOSA
Os lo aseguro, o no habría soportado hacer la catequesis con él, y oír sus largas charlas contra el canto y la danza y ese tipo de libertinaje, ni la asistencia a asquerosas funciones teatrales, y a profanadoras actuaciones musicales, donde esos lascivos sopranos no chillan más que marranadas, y los tenores rugen blasfemias. ¡Oh, se habría desmayado de solo ver u oír nombrar un libreto obsceno! ¿Y puedo creer, después de tanto tiempo, que mi hija puede ser tan depravada? ¿Cómo, una puta, ella que pensaba que era motivo de excomunión poner un solo pie en un teatro? ¡Ay, mi querida amiga, no me lo puedo creer, no, no! Como dice ella, que él lo demuestre.

DOÑA MALMIRADA
40
¿Que lo demuestre, señora? ¿Y que vuestro nombre se prostituya en un juicio público? ¿Que vuestra reputación y la de vuestra hija se airee ante un tribunal por parte de una manada de vociferantes abogados? ¿Que os conduzcan allí entre un escandaloso silencio para que abra la sesión un viejo y tembloroso sátiro tocado por un birrete como si fuera una comadrona? ¿Que salga la infamia de vuestra hija a la luz y se convierta en materia para aficionados a los equívocos legales y buscavidas del Derecho, y se convierta en objeto de burla ante el fallo del tribunal, cuando no hay precedente de esa burla en ningún registro, ni siquiera en el libro del Juicio Final? ¿Que se altere la seriedad del banquillo de los acusados y provoque interrogatorios lascivos en el aún más lascivo latín legal, mientras que el buen juez, incitado por el procedimiento, sonríe forzadamente debajo de su barba canosa y se revuelve sobre su cojín como si se hubiera tragado una mosca española o estuviera sentado sobre un cactus?

LADY DESEOSA
¡Oh, qué duro!

DOÑA MALMIRADA
¡Y que mis estudiantes de Derecho tomen nota como aprendices en un convento para después hablar de ello en el comedor, o a la puerta de un restaurante!

LADY DESEOSA
Aún peor.

DOÑA MALMIRADA
Y eso no es nada. Si acabara ahí, estaría bien, pero después que esto se transmita por mediación de los taquígrafos a la prensa y de ahí a las manos, que digo, a las gargantas y los pulmones de sus vendedores callejeros, con voces más licenciosas que las de un pregonero o de una quiosquera que venda guisantes en un mercado. ¡Y esto habréis de oírlo hasta la extenuación, no oiréis otra cosa durante días!

LADY DESEOSA
45
¡Oh, es insoportable! No, no, querida amiga, paradlo, paradlo. Sí, sí, llegaré a un acuerdo. Renunciaré a todo, a mí misma y a todo lo mío, a mi sobrina y a todo lo suyo, lo que sea, todo, por llegar a un acuerdo.

DOÑA MALMIRADA
No, señora, yo no aconsejo nada, solo expongo ante vos, como amiga, los inconvenientes que quizás se os habían pasado por alto. Aquí viene don Todoengaño. Si accede a atar todos los cabos en silencio, me alegraré. Debéis pensar que preferiría felicitaros que daros mis condolencias.

(Entra TODOENGAÑO.)

LADY DESEOSA
Sí, sí, no lo dudo, querida Malmirada. No, no, no lo dudo.

TODOENGAÑO
Bien, señora, he soportado quedarme en segundo plano ante la inoportunidad de esta dama, vuestra amiga, y me complace que disfrutéis de vuestras propias posesiones durante toda vuestra vida, a condición de que os comprometáis a no casaros nunca, bajo la penalización que yo considere oportuna.

LADY DESEOSA
¿No casarme nunca?

TODOENGAÑO
50
No más don Rolandos, ya que el próximo impostor puede que no sea desenmascarado a tiempo.

DOÑA MALMIRADA
Me atrevo a afirmar que mi señora aceptará esa condición sin dificultad, ya ha tenido suficiente experiencia con la perfidia de los hombres. Además, señora, cuando nos retiremos a nuestra soledad pastoral le diremos adiós a cualquier otro pensamiento.

LADY DESEOSA
Es verdad. Pero en caso de necesidad, la salud, o cualquier otra emergencia…

TODOENGAÑO
¡Ah! Si se os receta un matrimonio se os tendrá en cuenta, yo solo me reservaré el poder de decidir por vos. Si vuestro tratamiento es apropiado, no importa quién sea el boticario. A continuación, mi esposa pondrá a mi nombre el resto de su fortuna que aún no me ha transferido, y su mantenimiento se dejará a mi criterio.

LADY DESEOSA
Esto es inhumanamente brutal, superior a la barbarie de un marido moscovita.

TODOENGAÑO
55
Lo aprendí del séquito de su majestad el zar, en una conferencia vespertina invernal sobre el brandy y la pimienta, entre otros secretos matrimoniales y políticos, según se llevan actualmente a la práctica en el hemisferio norte. Pero esto debe llevarnos a un acuerdo definitivo. Por último, se me dotará, por derecho de mi esposa, de esas seis mil libras que son la mitad de la fortuna de doña Mila Mantes que están en vuestra posesión, y que ha perdido (según aparecerá en las últimas voluntades y el testamento de vuestro difunto marido don Juan Deseosa), por su desobediencia al comprometerse sin vuestro consentimiento o conocimiento y rechazar el matrimonio propuesto con don Vil Polvorín, que, como solícita tía que sois, le habíais preparado.

LADY DESEOSA
Mi sobrino estaba enajenado, y no podía hacer sus votos.

TODOENGAÑO
Yo vengo a hacer exigencias, y haré oídos sordos a las objeciones.

LADY DESEOSA
Me daréis tiempo para pensármelo.

TODOENGAÑO
Sí, mientras el instrumento que tengáis en la mano esté escribiendo, hasta que se perfeccionen métodos mejores, y yo me encargaré de que se haga a la mayor brevedad posible. Iré a por el citado instrumento, y hasta mi regreso podéis sopesar este asunto según creáis conveniente.

(Sale Todoengaño.)

LADY DESEOSA
60
Esta insolencia no tiene precedentes ni paralelismo. ¿Debo someterme a este villano inmisericorde?

DOÑA MALMIRADA
Sí que es duro, señora, que debáis pagar por la lujuria de vuestra hija.

LADY DESEOSA
Fue sin mi consentimiento que se casó con ese bárbaro, pero ella así lo quiso, pese a que aún no había cumplido el luto. Ay, su primer marido, mi yerno Lánguido, no habría llegado tan lejos. Bueno, aquella fue mi elección, esta es la suya. ¡Está emparejada con un testigo! Me voy a volver loca, querida amiga. ¿No hay paz para mí? ¿Debo vivir para que se me confisque todo a tan elevado precio? Aquí vienen también otras dos plagas egipcias mías.

(Entran MILA MANTES y DON VIL POLVORÍN.)

DON VIL
Tía, a vuestro servicio.

LADY DESEOSA
Fuera, gusano, no me llames tía, no te reconozco.

DON VIL
65
Confieso que he estado un poco ebrio, como dicen, y, por Dios, lo siento. ¿Qué queréis? Espero no haber hecho nada malo, tía, y si lo he hecho estoy dispuesto a compensarlo. ¿Qué cosa mejor puede decir un hombre? Si he roto algo, lo pagaré, aunque valga una libra, y así lo pasado, pasado está, y no se hable más. Y de lo que queda por venir, para complaceros estoy dispuesto a casarme con mi prima, así que por favor llevémonos todos bien. Lo hemos acordado ante un testigo.

LADY DESEOSA
¿Qué es esto, querida sobrina? ¿Tengo algo de paz? ¿Puede ser verdad?

MILA MANTES
Me complace sacrificarme para vuestra tranquilidad, señora, y para convenceros de que no tuve que ver en el complot, tal y como se os desinformó, y he encargado a Mirabellas que venga en persona y sea testigo de que entrego mi mano a este floreciente caballero, y, en cuanto al compromiso firmado entre Mirabellas y yo, le he obligado a que renuncie a él en presencia de vuestra señoría. Aguarda fuera y espera vuestro permiso para entrar.

LADY DESEOSA
Bueno, juro que me siento algo aliviada después de este testimonio de vuestra obediencia, pero no puedo aceptar a ese traidor, me temo que no tengo suficientes fuerzas para soportar su presencia. Es tan horroroso para mí como una Gorgona. Si le veo, me da miedo que me convierta en piedra, petrificada para siempre.

MILA MANTES
Si le rechazáis puede sentarle mal vuestra negativa e insistir aún sobre el compromiso. Será la última vez que os resulte ofensivo.

LADY DESEOSA
70
¿Estás segura de que será la última vez? Si yo estuviera segura… ¿Nunca más le volveré a ver?

MILA MANTES
Don Vil, viajaréis los dos juntos, ¿no es así?

DON VIL
Por Dios, el caballero es todo un caballero, tía, dejadle entrar. Vaya, somos hermanos de sangre y compañeros de viaje. Vamos a ser Pílades y Orestes, él y yo, será mi intérprete en el extranjero. Ya ha estado allí en una ocasión y, con la condición de que me case con mi prima, surcará el mar de nuevo solo para hacerme compañía. Por Dios, le diré que pase. Y en cuanto me ponga a ello, entrará, y ya veremos quién le para.

(Sale.)

DOÑA MALMIRADA
Esto sería un engaño muy bien elaborado si diera resultado. Pero yo llegaré al fondo del asunto.

LADY DESEOSA
Querida Malmirada, ¡no te irás ahora!

DOÑA MALMIRADA
75
No muy lejos, señora. Vuelvo en seguida.

(Sale.)
(Entran DON VIL y MIRABELLAS.)

DON VIL
Da la cara, hombre. Yo te apoyo, narices, que al fruncir el ceño no te va a matar. Además, escucha, no se atreve a fruncirlo porque lleva puesta una cara artificial. Por Dios, si lo hiciera, la frente se le arrugaría como la parte de arriba de un pastel de queso, ¡pero de eso no diremos nada, compañero de viaje!

MIRABELLAS
En vista del tremendo daño causado a tan buena señora, con un sincero remordimiento y en un acto de contrición de todo corazón, si puedo obtener la menor mirada de compasión mucho me alegraré. Ay, señora, hubo una vez, pero que quede en el olvido, cuando confieso que perdí con todo merecimiento el alto puesto que una vez ocupé de suspirar a vuestros pies. No, no me matéis dándome la espalda, no vengo a suplicaros un favor, no, ni vuestro perdón, solo pido vuestra compasión. Me voy donde nunca más os volveré a ver.

DON VIL
¿Cómo, compañero de viaje? ¿Te vas solo?

MIRABELLAS
Que se apiaden de mí primero, y luego me olviden. No pido más.

DON VIL
80
Por vuestra señora, una solicitud muy razonable, y que no os costará nada, tía. Vamos, vamos, perdonad y olvidad, tía. Debéis ser y sois cristiana.

MIRABELLAS
Tened en cuenta, señora, que en realidad no sufriréis gran perjuicio. Fue un plan inocente, aunque confieso que parece culpable. Era, como mucho, un artificio ideado por el amor, y los errores que se cometen en su nombre siempre se han considerado veniales. Al menos pensad que es castigo suficiente que he perdido lo que mi corazón más quería, que ante vuestra cruel indignación he sacrificado esta belleza, y con ella mi paz y tranquilidad, no, todas mis esperanzas de un consuelo futuro.

DON VIL
Si no me conmoviera, jamás podría ser juez de paz. Y si no fuera un acto tan bueno como el beber, devolvérsela a él de nuevo, nunca me embarcaría. Tía, si no le perdonas deprisa, me derrito, eso te lo digo. Mi compromiso no fue más allá que una palabra que apenas se ha secado, y con un suspiro de tristeza más de mi compañero de viaje se podría disolver.

LADY DESEOSA
Bueno, sobrino, según lo que me dices, ¡qué sinuosa lengua mentirosa tiene!, bueno, señor, contendré mi justo resentimiento según solicita mi sobrino. Haré todo lo posible por olvidar, pero a condición de que rescindáis el compromiso con mi sobrina de inmediato.

MIRABELLAS
Está por escrito, y en papeles oficiales, pero he mandado a mi criado a por ellos, y os los entregará con todo el reconocimiento por vuestra eterna bondad.

LADY DESEOSA
85
[Aparte] ¡Se le ve la brujería en los ojos y en la lengua! Si no le hubiera visto, habría sobornado a un villano para que le asesinara, pero su presencia reaviva los rescoldos que llevaban tanto tiempo enterrados en mi pecho.

(Entran TODOENGAÑO y DOÑA MALMIRADA.)

TODOENGAÑO
Vuestra fecha de deliberación ha caducado, señora. Aquí está el instrumento, ¿estáis lista para firmar?

LADY DESEOSA
Aunque lo estuviera, no estaría legalmente capacitada. Mi sobrina ejerce una demanda legal, al haberse comprometido con don Vil, siguiendo mis instrucciones.

TODOENGAÑO
Esa maniobra es demasiado burda para que me la trague, aunque vos si lo hayáis hecho, señora.

MILA MANTES
Señor, he dado mi consentimiento.

MIRABELLAS
90
Y, señor, he renunciado a mis pretensiones.

DON VIL
Y, señor, ejerzo mi derecho, y lo mantendré para desafiaros, señor, y a vuestro instrumento. Por Dios, ya que habláis de instrumento, yo tengo una vieja navaja en el muslo que haría pedazos vuestro instrumento de piel de oveja, señor. Después no serviría ni para una orden de arresto ni de cinta métrica. Por tanto, guardad vuestro instrumento, señor, o por la virgen que yo desenfundo el mío.

LADY DESEOSA
¡Aguanta, sobrino, aguanta!

MILA MANTES
Buen don Vil, contened vuestro valor.

TODOENGAÑO
La verdad es que os acompaña toda una guardia, con ese único alabardero de ahí. Pero estoy preparado, e insisto en mi primera propuesta. Me remitiréis vuestras propiedades para que yo las gestione, y me transferiréis todas la de mi esposa para mi único disfrute, de acuerdo con el contenido y tono de mi otro documento. Supongo, señora, [A Mila Mantes] que vuestro consentimiento no es un requisito en este caso, ni, don Mirabellas, vuestra renuncia, ni, don Vil, vuestro derecho. Podéis desenfundar vuestra navaja si queréis, señor, y comportaros como un barriobajero forastero, porque aquí no os servirá de nada. Esto, mi lady Deseosa, se ha de firmar, o vuestra querida hija irá a la deriva como una barcaza que hace aguas, para hundirse o nadar, según ella y la corriente de esta lasciva ciudad queráis acordar.

LADY DESEOSA
95
¿No hay medios ni remedio para detener mi ruina? ¡Maldito ingrato! ¿No le debes tu ser, tu subsistencia, a la fortuna de mi hija?

TODOENGAÑO
Os contestaré cuando tenga el resto en mi posesión.

MIRABELLAS
Ojalá aceptarais un remedio de mis propias manos. Reconozco que no he merecido que me debáis ningún favor, o quizás yo podría aconsejar…

LADY DESEOSA
¿Qué, qué? Para salvarme a mí y a mi hija de la ruina, de la necesidad, yo perdonaré todo lo pasado, no, daré mi consentimiento a todo lo que venga, para librarme de esta tiranía.

MIRABELLAS
Ay, señora, pero es demasiado tarde, mi recompensa ha sido interceptada, habéis apartado de mí a quien podría haberme compensado por todos mis servicios prestados, pero sea como sea, estoy dispuesto a ayudaros, no se os maltratará de esta forma tan salvaje.

LADY DESEOSA
100
¿Cómo, querido Mirabellas, podrás por fin ser generoso? Pero no es posible. Escucha, romperé el compromiso de mi sobrino, y tendrás a mi sobrina y toda su fortuna, si puedes salvarme de este peligro inminente.

MIRABELLAS
¿Lo haréis? Os tomo la palabra. No pido más. Necesito permiso para que se presenten aquí dos criminales.

LADY DESEOSA
Sí, sí, quien sea, quien sea.

MIRABELLAS
Flacucha es una, y una arrepentida.

(Entran DOÑA TODOENGAÑO, FLACUCHA y PICADILLO.)

DOÑA MALMIRADA
(A Todoengaño) ¡Qué vergüenza! ¡A estas corruptas las compran y traen aquí para dejarme en evidencia!

(MIRABELLAS y LADY DESEOSA se dirigen hacia DOÑA TODOENGAÑO y PICADILLO.)

TODOENGAÑO
105
Si todo debe salir a la luz, que lo sepan, así va el mundo. Eso no me hará retroceder o renunciar a ni un ápice de mis términos, no, insistiré aún más.

FLACUCHA
Sí, señora, juro ante la Biblia por ello.

PICADILLO
Y yo también, jefa.

LADY DESEOSA
Malmirada, Malmirada, ¿eres una falsa? ¿Mi amiga me engaña? ¿Has sido una malvada cómplice de ese hombre disoluto?

DOÑA MALMIRADA
¿Eres tan ingrata e injusta como para dar crédito contra tu amiga a las calumnias de dos mujerzuelas mercenarias?

PICADILLO
110
¿Mercenaria, jefa? Desprecio vuestras palabras. Es cierto que os descubrimos con don Todoengaño en la buhardilla azul, y con las mismas nos hicisteis jurar que guardaríamos el secreto sobre los poemas de Mesalina. ¿Mercenaria? No, si hubiéramos sido mercenarias nos habríamos mordido la lengua, ya que nos habríais sobornado a base de bien.

TODOENGAÑO
Vete, eres insignificante. Bueno, ¿eres mejor por lo que has hecho? ¿Es este el expediente de Mirabellas? No se me hará esperar más. ¡Tú, la que eras mi esposa, pagarás por esto! No te dejaré ni para que tapes las vergüenzas. Tu cuerpo quedará tan desnudo como tu reputación.

DOÑA TODOENGAÑO
Te desprecio y desafío tu maldad. Me has calumniado terriblemente, yo he demostrado tu falsedad. Vete con tu traicionera, no la nombraré, pero moríos de hambre juntos, caeos muertos.

TODOENGAÑO
No mientras tú valgas un chavo. De verdad, mi querida señora, que no se me engañará más.

LADY DESEOSA
¡Ay, don Mirabellas, poco alivio es este, el descubrimiento de esta relación!

MIRABELLAS
115
Llega en buen momento. Vuestro permiso para que el otro infractor y arrepentido se presente, señora.

(Entra BIENESPERA con una caja de documentos.)

LADY DESEOSA
¡Oh, don Rolando! ¿Estáis bien, rufián?

BIENESPERA
Lo que a vuestra señoría le plazca. He traído la caja negra por fin, señora.

MIRABELLAS
Dámela. Señora, ¿recordáis vuestra promesa?

LADY DESEOSA
Sí, querido señor.

MIRABELLAS
120
¿Dónde están los caballeros?

BIENESPERA
A mano, señor, frotándose los ojos, se acaban de despertar.

TODOENGAÑO
¿Y a mí qué? No voy a estar esperando asuntos privados vuestros.

(Entran PETULANTE y POLVORÍN.)

PETULANTE
¿Bueno, qué pasa? ¿Qué mano hay por ahí?

POLVORÍN
¡Qué éxito! ¿Qué pasa, os habéis juntado todos como actores al final del último acto?

MIRABELLAS
125
Recordaréis, caballeros, que una vez pedí que firmarais como testigos de un cierto asunto.

POLVORÍN
Sí, de la firma, me acuerdo, Petulante dejó su huella.

MIRABELLAS
Le calumniáis, su nombre está bien escrito, como se verá. ¿No recordáis, señores, nada de lo que el documento contenía?

(Abre la caja.)

POLVORÍN
No.

PETULANTE
Ni yo. Escribí, pero no leí nada.

MIRABELLAS
130
Muy bien, pues ahora lo sabréis. Señora, vuestra promesa.

LADY DESEOSA
Sí, sí, señor, por mi honor.

MIRABELLAS
Don Todoengaño, ha llegado el momento de que sepáis que vuestra señora, cuando aún dependía de sí misma, y antes de que mediante vuestras insinuaciones le despojarais con un presunto acuerdo de la mayor parte de su fortuna…

TODOENGAÑO
¡Señor! ¡Presunto!

MIRABELLAS
Sí, señor, digo que esta señora, mientras era viuda, habiendo recibido, parece ser, algunos avisos sobre vuestra inconstancia y la tiranía de vuestro temperamento, los cuales por su opinión parcial y el cariño que os tenía jamás habría sospechado, gracias al saludable consejo de sus amistades y de sabios expertos en las leyes de esta tierra, me hizo entrega de este documento como acta y escritura para los usos en él reflejados. Podéis leerlo si os place, (extendiendo el documento) aunque quizás con lo que hay escrito al dorso sea suficiente para vuestros propósitos.

TODOENGAÑO
135
Probablemente sí, señor. ¿Qué es esto? ¡Maldita sea! (Lee.) “Escritura de cesión de todas las propiedades en fideicomiso de la viuda Arabella Lánguido a favor de Eduardo Mirabellas”. ¡Qué sorpresa!

MIRABELLAS
Así es, señor, así va el mundo, señor, de las viudas del mundo. Supongo que esta escritura tendrá una fecha más antigua que la que obtuvisteis de vuestra señora.

TODOENGAÑO
¡Pérfido demonio! ¡Me vengaré!

(Empieza a correr hacia DOÑA TODOENGAÑO.)

DON VIL
Esperad, señor, no os comportéis como un barriobajero forastero o vais a ver, señor.

TODOENGAÑO
Mirabellas, tendréis noticias mías, seguro que las tendréis. Dejadme pasar.

(Sale.)

DOÑA TODOENGAÑO
140
Señora, parece que os contenéis vuestro resentimiento, mejor darle rienda suelta.

DOÑA MALMIRADA
Sí, le daré rienda suelta, para sorpresa vuestra, o moriré en el intento.

(Sale.)

LADY DESEOSA
¡Ay, hija, hija, está claro que has heredado la prudencia de tu madre!

DOÑA TODOENGAÑO
Dale las gracias a don Mirabellas, un amigo cauto, a cuyo consejo se le debe todo.

LADY DESEOSA
Bien, don Mirabellas, habéis mantenido vuestra promesa, y yo debo cumplir la mía. Primero perdono, porque vos lo queréis, a ese don Rolando y a Flacucha. Lo siguiente es darle la noticia a mi sobrino, a ver cómo se hace…

MIRABELLAS
145
Por eso, señora, no os preocupéis, dadme vuestro consentimiento. Don Vil es mi amigo, se compadece de los amantes y generosamente se ha prestado voluntario para esta acción, a nuestro servicio, y ahora planea seguir con sus viajes.

DON VIL
Por Dios, tía, no tengo intención de casarme. Mi prima es una buena mujer, y el caballero la ama y ella le ama, y se merecen el uno al otro. Mi decisión es ver el extranjero, me lo he propuesto, y cuando me lo propongo, lo hago, y si estos dos caballeros quieren viajar también, creo que se les puede dar la dispensa.

PETULANTE
Por mi parte, poco digo, creo que las cosas salen mejor de una manera, o de la contraria.

POLVORÍN
Yo aún no entiendo nada, estoy en una nube, como un perro en una academia de baile.

LADY DESEOSA
Bien, señor, cogedla, y con ella toda la felicidad que yo os pueda dar.

MILA MANTES
150
¿Por qué no me coges? ¿Quieres que me entregue a ti de nuevo?

MIRABELLAS
Una y otra vez, ya que quiero cogerte tanto como pueda. (Le besa la mano.) Bueno, que el cielo me conceda que no os quiera tanto, ese es mi temor.

DON VIL
Por Dios, ya tendréis ocasión de jugar después de casaros o, si queréis jugar ahora, bailemos mientras tanto, para que los que no somos amantes tengamos otra cosa que hacer que no sea mirar.

MIRABELLAS
De todo corazón, querido don Vil. ¿Qué hacemos con la música?

FLACUCHA
¡Oh, señor! Unos que estaban dispuestos para el entretenimiento de don Rolando están aún a mano.

(Baile.)

LADY DESEOSA
155
Como que me llamo Lady Deseosa, no aguanto más. He malgastado mi energía tanto hoy que estoy lista para sucumbir ante la fatiga, y no puedo quitarme el miedo de que mi hijo Todoengaño haga una última intentona a la desesperada.

MIRABELLAS
Señora, por eso no os preocupéis. Por lo que sé, sus circunstancias son tales que por fuerza ha de ceder. Por lo que a mí respecta, pondré todo de mi parte para que se convoque una reunión. (A Doña Todoengaño) Mientras tanto, señora dejadme, ante estos testigos, devolveros esta escritura de fideicomiso. Puede ser un medio, si se lleva bien, para que podáis vivir juntas con mayor facilidad.
ErrorMetrica
Desde aquí se advierte, a quien se quiera casar,
que la mutua falsedad no manche el lecho nupcial.
El mentiroso averigua, pagando un precio muy alto
160
que un enlace fraudulento acaba saliendo caro.

(Salen todos.)

(Hablado por la señora Bracegirdle)

Después de nuestro epílogo, dice adiós el espectador
y pienso que informarán que esta obra es lo peor.
Pero ruego consideréis, antes de hacerla caer,
cuán difícil resulta a todos complacer.
Hay críticos que vienen tan enfurecidos
que apenas están dispuestos para ser complacidos,
y uno debe tener una habilidad inmortal
Para complacer a alguien en contra de su voluntad.
Todos los malos poetas somos, pues, enemigos
y cuánto aumenta su número, en esta ciudad es sabido.
Los he visto, en manada, juzgando en la platea.
Si uno solo sabe juzgar, que venga Dios y lo vea,
pues ya resultó maldito, su escaso ingenio le afean.
Desde entonces por su ofensa, aprendida la lección,
espían las demás obras, buscando la imperfección.
Otros hay cuya maldad sería mejor evitar,
ya que asisten a las obras, listos para ejecutar.
La intención del personaje pretenden adivinar,
por mucho que le den vueltas, jamás lo descubrirían,
pero fingen ya haber visto la misma fisonomía.
Y con falsas glosas nutren su mala disposición,
convirtiendo en libelo sátiras sin intención.
Que esos malos petimetres de su fortuna disfruten,
de creerse que ellos mismos a los zoquetes descubren,
ya que hay muchos que son tan arrogantemente vanos
que creen que pueden salvar una obra de teatro
con tontos que les mantengan los asientos ocupados.
Como bien sabe el culto, y también el juicioso,
lLa sátira, en lo más bajo, se burla de lo gracioso
que queda un petimetre que se revela patoso.
Ya que cuando un artista pinta un rostro sin igual,
capta, muy a su manera, una gracia especial,
y si sus rasgos brillantes logra en un cuadro juntar
jamás habrá una belleza que a ella pueda aspirar.
Y un poeta a menudo logra en una sola pieza,
uUna asamblea entera de galantería y belleza.