[ACTO III]
                     
                     
                     (Una habitación en la casa de LADY DESEOSA.)
                     
                     
                     (LADY DESEOSA en su vestidor, asistida por CLAVIJA.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Dios misericordioso! ¿No hay noticias de Flacucha todavía?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           No puedo esperar más. Si no me que he quedado blanca como el papel de tanto nervio,
                              que venga Dios y lo vea. Cógeme el tinte. ¡El tinte, me oyes, querida! Color ceniza
                              fuerte, como que me llamo Doña Deseosa. ¡Mira cómo se mueve esta moza! ¿Por qué no
                              me traes un poco de tinte? ¿No me oyes, tonta?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CLAVIJA
                           
                           ¿No preferiría vuestra señoría licor de naranja o brandy de cereza?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              5
¡Tinte, tonta! ¡No tinto, tonta! ¡Dios, dame paciencia! ¡Quiero colorete, idiota!
                              Maquillaje, cariño. ¡Pintura, pintura, pintura! ¿Lo has entendido, suplicio mío? ¡Te
                              retuerces las manos como bobinas! ¿Por qué no te mueves, muñeca? ¡Trozo de madera
                              con hilos!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CLAVIJA
                           
                           ¡Señor! Señora, vuestra señoría es muy impaciente. No puedo traer las pinturas, señora.
                              La señora Flacucha las tiene guardadas bajo llave, y la llave se la ha llevado.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Mala enfermedad pilléis las dos! Tráeme el brandy de cereza entonces.
                              
                              (Sale Clavija.) 
                              
                              Estoy tan pálida que me voy a desmayar. Parezco Doña Náuseas, la mujer del párroco,
                              que siempre está preñada. ¡Moza, ven para acá! ¿Qué haces pegando sorbos? ¿Lo pruebas?
                              ¿Es que no sabes qué botella es?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entra CLAVIJA con una botella y una taza.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CLAVIJA
                           
                           Señora, estaba buscando una taza.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              10
¿Una taza? ¡Dios mío! ¡Y vaya tacita te has traído! ¿Me tomas por un hada, que bebe
                              de una bellota? ¿Por qué no me traes tu dedal? ¿No tienes un dedal de latón tintineando
                              en el bolsillo con una nuez? Seguro que sí. Vamos, llena, llena. Así. Otra vez.
                              
                              
                              
(Alguien llama.) Mira quién es. Suelta la botella primero. ¡Aquí, aquí, debajo de la mesa! ¿Quieres
                              ir con la botella en la mano como una camarera? Como que me llamo Doña Deseosa, esta
                              moza debe de haber vivido en una posada de por ahí arriba antes de venirse conmigo,
                              como Maritornes, la asturiana del 
Quijote. ¿No ha venido Flacucha todavía?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CLAVIJA
                           
                           No, señora. Es Doña Malmirada.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Ay, Malmirada! ¡Que pase! Pasa, querida Malmirada.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entra DOÑA MALMIRADA.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Me sorprende encontrar a vuestra señoría en desabillé a esta hora del día.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Se ha perdido Flacucha. Lleva fuera desde esta mañana y no sé nada de ella.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              15
La acabo de ver ahora. Pasaba yo por el parque con la cara cubierta y estaba hablando
                              con Mirabellas.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Con Mirabellas! Se me sube la sangre a la cabeza con solo mencionar a ese traidor.
                              No debe tomarse esas confianzas. La envié para negociar un asunto en el que, si me
                              descubren, estoy perdida. Si ese villano engatusador le ha sonsacado algo a Flacucha
                              para pillarme, me arruina. Mi querida amiga, seré la más desgraciada de las desgraciadas
                              si me descubren.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Señora, no podéis dudar de la integridad de Flacucha.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Él tiene suficiente veneno en la lengua para corromper a la mismísima integridad.
                              Si ella le ha dado una oportunidad, le habrá dejado su integridad en las manos. ¡Ay,
                              Malmirada! ¿Qué es la integridad si se le da oportunidad? ¡Eh! La oigo. Vete y hazla
                              entrar.
                              
                              
(Sale Clavija.) 
                              
                              Querida amiga, retírate a mis aposentos para que pueda interrogarla con mayor libertad.
                              Me disculparás el atrevimiento con que te lo pido, querida amiga. Hay unos libros
                              sobre la chimenea, de Quarles y de Prynne, y 
Lo inmoral y lo profano en el teatro inglés, y unas obras de Bunyan que te pueden entretener.
                              
                              
(Sale Doña Malmirada.) 
                              
                              (Entra FLACUCHA.) 
                              
                              
                              20
¡Eh, Flacucha! ¿Dónde has estado? ¿Qué has estado haciendo?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Señora, ya veo el banquete de bodas.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¿Pero qué has hecho?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           No, qué ha hecho vuestra señoría, y qué va a hacer; yo solo lo he prometido. ¡Pero
                              un hombre tan enamorado, tan poseído! Bueno, aquí está, lo que queda de él
                              
                              
                              (enseñándole un retrato), el resto se lo ha comido a besos. Bueno, como adorar retratos sea pecado, pobre don
                              Rolando, es lo que digo yo.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              25
La verdad es que este tan pequeño me retrata bien. ¿Pero no me habrás traicionado,
                              Flacucha? ¿No me habrás dejado en evidencia ante el infiel de Mirabellas? ¿Qué tenías
                              que hacer con él en el parque? Contéstame. ¿Te ha sonsacado algo?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           [Aparte] Así que el diablo se me ha adelantado. ¿Qué puedo decir?
                              
                              
                              [A Lady Deseosa] ¡Ay, señora! ¿Podía yo evitar encontrarme con ese creído? ¿Fue mi culpa? Si hubierais
                              oído como me trató, y todo por vuestra señoría, estoy segura de que no sospecharíais
                              de mi fidelidad. ¡Vaya! Si eso hubiera sido lo peor, lo habría soportado, pero también
                              lanzó un dardo contra vuestra señoría, y ya no me pude aguantar. ¡Le di de su propia
                              medicina!
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¿Contra mí? ¿Qué dijo ese asqueroso?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           ¡Ay, señora! Me da vergüenza decir lo que dijo, con sus burlas y sarcasmos, estirando
                              la nariz. "Ejem", dice, “qué, tramando algo”, dice, “tan temprano por ahí, ofreciendo
                              tus servicios”, dice, “para cazarle algún soldado fuera de servicio, seguro. Media
                              paga es poca subsistencia”, dice, “¿Qué pensión les ofrece tu señora? A ver”, dice,
                              “qué, ha caído muy bajo, ya chochea”, dice, y…
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              30
¡Por mi vida que haré que le asesinen! ¡Que le envenenen! ¿Dónde come? Me casaré con
                              un tabernero para que le eche veneno al vino. Ahora mismo mando a por Petirrojo, el
                              de la taberna de 
El relicario.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           ¿Envenenarle? Eso es poco. Que se muera de hambre, señora, de hambre. ¡Casaos con
                              don Rolando y él será desheredado! ¡Ay, os santiguaríais si escucharais lo que dijo!
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Será villano! ¡Que chocheo!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           "Ejem", dice, “tengo noticias de que tramáis algo contra mí también”, dice, “y doña
                              Milamantes se va a casar con mi tío”, no sospecha nada de vuestra señoría, pero, dice,
                              “ya ajustaré cuentas con vosotras por eso, os lo aseguro”, dice, “me vengaré”, dice,
                              “de ti y de tu vieja emperifollada también”, dice, “¡me las pagaréis!”
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Será descarado el villano! ¡Se las pagaré! ¡Que se atreva! ¡Emperifollada! ¡Vieja
                              emperifollada! ¿Se habrá visto jamás un tipo tan malhablado? ¡Mañana me caso, y me
                              comprometo esta noche!
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           
                              35
Cuanto antes, mejor, señora.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¿Viene aquí don Rolando, dices? ¿Cuándo, Flacucha?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           En seguida, señora. Ni la esposa de un alguacil espera el regreso de su marido después
                              de que le hayan hecho caballero con la impaciencia con la que don Rolando arde en
                              deseos de que llegue la bendita hora de besar las manos de vuestra señoría después
                              de la cena.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Emperifollada! ¡Chocha emperifollada! Yo sí que voy a emperifollar al villano. ¡No
                              va a quedar de él más que perifollos y harapos! El andrajoso ese, ojalá le vea hecho
                              trizas, colgado en un puesto del mercado, o ahorcado como un ladrón. ¡Bufón mentiroso!
                              Seguro que ese pródigo derrochador debe más dinero que una administración de lotería,
                              o que la corte entera tras un nacimiento real. ¡Haré que su sastre ya no le fíe más!
                              ¡Sí, se va a quedar con mi sobrina y su fortuna, seguro que sí!
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           ¡Él! Antes le veré en la cárcel echando una caña de pescar con una manopla por la
                              ventana para que le den alguna monedita.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              40
¡Ay, querida Flacucha, cuanto te lo agradezco, querida Flacucha! Me saca de quicio.
                              No voy a poder recomponer mis facciones para recibir a don Rolando con una cara apropiada.
                              Ese desgraciado me descompone tanto que estoy totalmente de capa caída. Mira, Flacucha.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Vuestra señoría ha fruncido el ceño un poco demasiado profundamente, señora. Se aprecian
                              algunas grietas en vuestra blanca frente.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Déjame ver el espejo. ¿Grietas, dices? Estoy totalmente desconchada. ¡Parezco una
                              vieja pared pelada! Debes restaurarme, Flacucha, antes de que venga don Rolando, o
                              no estaré a la altura de mi retrato.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Os lo garantizo, señora. Un poco de arte una vez consiguió que vuestro retrato se
                              os pareciera, y ahora un poco de arte conseguirá que os parezcáis a vuestro retrato.
                              Vuestro retrato posará por vos.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¿Pero estás segura de que don Rolando no dejará de venir? ¿O de que no me dejará cuando
                              venga? ¿Será insistente, Flacucha, y se pondrá impertinente? Porque si no se muestra
                              insistente, yo no puedo perder las formas, me moriré de incertidumbre si me veo forzada
                              a insinuarme, ¡oh, no, yo no puedo insinuarme!, me desmayaré si él espera insinuaciones,
                              no, don Rolando será lo bastante educado como para no poner a una dama en el brete
                              de perder las formas. Tampoco seré demasiado pudorosa, no le haré desesperar, pero
                              un cierto desdén no viene mal, un cierto desprecio incita.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           
                              45
Un cierto desprecio le sienta bien a vuestra señoría.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Sí, pero la ternura me sienta mejor, una especie de mortandad, ¿ves que el retrato
                              tiene una especie de…, Flacucha? Un lagrimeo en los ojos, sí, eso aparento. Mi sobrina
                              lo finge, pero le faltan facciones. ¿Es guapo don Rolando? Que se lleven mis pinturas,
                              me arreglaré arriba. ¿Es guapo? No me respondas, no quiero saberlo. Quiero una sorpresa.
                              Que me coja por sorpresa.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Os agarrará por sorpresa, señora. Don Rolando es un hombre muy enérgico.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Lo es! Entonces insistirá, si es así de enérgico. Mantendré el decoro si don Rolando
                              se muestra insistente. Le tengo un pánico mortal a perder el decoro. Solo la insistencia
                              puede sobreponerse al decoro. Ay, me alegro de que sea enérgico. Que se lleven mis
                              cosas, gentil Flacucha.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Sale.)
                     
                     
                     (Entra DOÑA TODOENGAÑO.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA TODOENGAÑO
                           
                           ¡Ay, Flacucha! Tenía miedo de llegar demasiado tarde. Esa endemoniada Malmirada te
                              vio en el parque con Mirabellas y temía que se lo contara a mi señora.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA TODOENGAÑO
                           
                           Vaya, no me pongas mala cara. Estoy al tanto de todo el plan, y sé que Bienespera,
                              con quien te casaste esta mañana, se va a hacer pasar por el tío de Mirabellas para
                              conquistar a mi señora e involucrarla en todos esos problemas que solo Mirabellas
                              podrá solucionarle, bajo la condición de que mi prima y su fortuna queden a su disposición.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           ¡Oh, querida señora, os ruego que me disculpéis! No era mi confianza en vuestra señoría
                              la que faltaba, pero pensé que la buena relación anterior entre vuestra señoría y
                              el señor Mirabellas podría haber impedido que él os revelara este secreto.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA TODOENGAÑO
                           
                           Querida Flacucha, olvida eso.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           ¡Oh, querida señora, el señor Mirabellas es un caballero tan cariñoso y triunfador,
                              pero vuestra señoría es un dechado de generosidad! ¡Dulce señora, sois tan buena!
                              El señor Mirabellas no puede más que estar agradecido. Yo creo que vuestra señoría
                              todavía es dueña de su corazón. Ahora, señora, os puedo hablar de nuestro éxito. Doña
                              Malmirada se lo había contado a mi señora, pero os aseguro que me las he arreglado.
                              Le he dado la vuelta a todo a mejor. Le he contado a mi señora que el señor Mirabellas
                              la insultó. Os juro que he puesto cosas horribles en su boca, y mi señora está tan
                              enfadada que se va a comprometer con don Rolando esta noche, dice ella. Os aseguro
                              que la he irritado tanto que la va a tener a pedir de boca, como dicen de las virginidades
                              galesas.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA TODOENGAÑO
                           
                           
                              55
¡Excepcional, Flacucha!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Señora, os ruego que informéis al señor Mirabellas del éxito. Prefiero que me vean
                              hablar con él lo menos posible. Además, creo que doña Malmirada me vigila. A ella
                              le gusta el señor Mirabellas, pero sé que él no la soporta.
                              
                              (Entra CRIADO.) 
                              
                              Juan, llévate las pinturas de mi señora. Señora, a vuestro servicio. Mi señora está
                              tan impaciente que temo que vendrá a por mí si sigo aquí.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA TODOENGAÑO
                           
                           Subiré contigo por las escaleras de atrás, no sea que me la encuentre.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Salen.)
                     
                     
                     (Entra DOÑA MALMIRADA.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           La verdad, doña Truculenta, ¿qué pasa contigo? ¿Te has convertido en una correveidile
                              de tanta importancia? Sí, te vigilaré. Vaya, esta moza es la passe-partout, la llave maestra de todas las cajas fuertes. Mi amiga Todoengaño, ¿lo llevas a las
                              mil maravillas? Pensé que había algo raro, pero todo parece haber terminado para ti.
                              Tu odio no es por falta de apetito, sino por empacho, o no podrías mostrar tanta indiferencia
                              al pasar de personaje principal a asistenta, ¡para servirle a él! Todo un modelo de
                              generosidad, he de admitirlo. Bien, don Todoengaño, has encontrado la horma de tu
                              zapato. ¡Señor, señor! ¡Señora, señora! El diablo es un asno. Si yo fuera pintora,
                              lo dibujaría como un idiota, un baboso, con un biberón y un sonajero. Los hombres
                              se quedarían con la cabeza y los cuernos, y las mujeres con el resto. ¡Pobre demonio
                              simplón! Doña Malmirada tiene una misa de réquiem, pero él no puede esperarla. Le
                              habría ido mejor a él si no hubieras sido su confesora, sin ti podría haber tenido
                              a su confidente más cerca. Yo no voy a ser otro modelo de generosidad ni iré tras
                              él hasta que dé el gran paso para que se le ponga a tiro una fortuna. Como no me ha
                              incitado a ello, con esos excesos suyos, no quiero saber nada de él. Aquí viene la
                              buena señora, toda ella un suspiro, con el corazón repleto de esperanzas y la cabeza
                              de preocupaciones, como un alquimista dando el último paso para convertir un metal
                              vulgar en oro.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entra LADY DESEOSA.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           
                              60
¡Oh, querida Malmirada! ¿Qué puedo decir de este grosero olvido? Pero mi querida amiga
                              es toda bondad.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Sin disculpas, querida señora. Me han entretenido muy bien.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Como que me llamo Deseosa que ni me habría imaginado que se me podría olvidar, pero
                              tengo encima tal batiburrillo de asuntos que no sé lo que hacer.
                              
                              
                              (Llama.) ¡Flacucha! Espero que llegue mi sobrino don Vil en cualquier momento. ¿Flacucha? Quiere
                              viajar para instruirse.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Yo creo que a su edad mejor haría en casarse que en viajar. He oído que ya ha cumplido
                              los cuarenta.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           No hay peligro de que sus viajes le puedan perjudicar; yo estoy en contra de que mis
                              sobrinos se casen muy jóvenes. Ya tendrá tiempo cuando regrese y haya adquirido la
                              suficiente discreción para elegir por sí mismo.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              65
Yo creo que haría buena pareja con doña Mila Mantes. Ya podrá viajar después. Eso
                              es cosa de caballeros jóvenes.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Os prometo que lo he pensado, y ya que esa es vuestra opinión, me lo volveré a pensar.
                              Os aseguro que sí, valoro mucho vuestra opinión. Doy mi palabra de que lo propondré.
                              
                              (Entra FLACUCHA.) 
                              
                              Vamos, vamos, Flacucha. Se me había olvidado de que mi sobrino estará aquí antes de
                              la cena. Debo darme prisa.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
FLACUCHA
                           
                           Don Polvorín y don Petulante han venido a cenar con vuestra señoría.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Dios mío! No puedo aparecer hasta que me haya arreglado. Querida Malmirada, ¿puedo
                              tomarme la libertad de pediros que les entretengáis? Me daré toda la prisa imaginable;
                              querida amiga, excusadme.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Salen Lady Deseosa y Flacucha.)
                     
                     
                     (Entran DOÑA MILA MANTES y PICADILLO.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           
                              70
Seguro que jamás hubo nadie tan maleducado como ese odioso criado tuyo, Malmirada.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Se te han subido los colores. ¿Qué sucede?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Ese horrible Petulante me hace perder los estribos. ¡He roto un abanico! Picadillo,
                              déjame el tuyo. ¿Se me ha quitado el tinte del pelo?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           No. ¿Qué ha hecho?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           No, si no ha hecho nada, solo hablar. No, no ha dicho nada, solo llevar la contraria
                              a todo lo que se ha dicho. Por mi parte, me ha parecido que Polvorín y él se iban
                              a poner a discutir.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PICADILLO
                           
                           
                              75
Os lo juro, señora, que pensé que en un momento se iban a currar.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Bueno, me parece lamentable que una no tenga la libertad de elegir sus compañías de
                              la misma manera que elige su ropa.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Si tuviéramos esa libertad, acabaríamos hartándonos tanto de las compañías, por muy
                              buenas que fueran, como del vestido, por muy bonito que sea. Tanto un tonto como una
                              lana barata pueden tener su día de gracia y poderse lucir, para variar.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Aceptaría gastarlos si se gastaran igual; pero los tontos nunca se desgastan, son
                              de tan alta costura que no se les puede regalar a la criada después de usarlos un
                              par de días.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Ya lo creo que sería mejor así. ¿Y qué dices del teatro? Se podría dejar allí a un
                              tonto alegre y lustroso, como si fuera una máscara nueva, una vez acabada la mascarada
                              cuando ya no nos haga falta el disfraz. La visita de un tonto siempre es como un disfraz,
                              que una mujer ingeniosa nunca reconocerá para disimular el romance que mantiene con
                              un amante sensato. Si te presentaras a cara descubierta ahora, y te hicieras con Mirabellas,
                              te quitarías de encima a Petulante y Polvorín como quien se quita el sombrero y la
                              bufanda. Y ya es hora, pues se ha enterado toda la ciudad, el secreto es demasiado
                              evidente para ocultarlo. Es como el barrigón de embarazo de doña Recatada, que se
                              puede apretar por delante pero se sale por las caderas. La verdad, Mila Mantes, ya
                              no podéis esconderlo más, como una fea tampoco puede esconder la cara, esa cara bondadosa
                              que, desafiando al vino blanco del Rin, no hay máscara alguna que la pueda albergar.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           
                              80
¡Me quiero morir, Malmirada! Sois más criticona que una belleza en declive por quien
                              ya nadie brinda. Picadillo, dile a los hombres que pueden subir. Mi tía no se está
                              arreglando aquí. Su estupidez es menos provocadora que vuestra maldad.
                              
                              
(Sale Picadillo.) 
                              
                              ¡Se ha enterado toda la ciudad! ¿De qué se ha enterado? Que Mirabellas me ama no es
                              más secreto que lo es el que se lo contarais a mi tío, o la razón por la que se lo
                              contasteis.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Estáis enfadada.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Os equivocáis. ¡Ridículo!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           La verdad, querida, es que vais a estropear otro abanico como no pongáis freno a esos
                              aires tan violentos.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           
                              85
¡Qué tonta! ¡Ja, ja, ja! Podría reírme a carcajadas. ¡Pobre Mirabellas! Su constancia
                              conmigo destruida por su complacencia con el mundo que le rodea. Juro que nunca le
                              obligué a que fuera tan pudoroso. Si yo tuviera vanidad suficiente para creer que
                              me obedecería, le ordenaría que fuera más galante. No es de buena educación ser tan
                              particular por una parte y tan insensible por otra. Pero como no espero ejercer ninguna
                              influencia sobre él, que siga su camino. ¡Ja, ja, ja! Disculpadme, querida criatura,
                              tengo que reírme. ¡Ja, ja, ja! Acepto que queda algo desmesurado. ¡Ja, ja, ja!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           ¡Qué pena que tan elaborado desdén, enunciado con gesto tan significativo, deba estar
                              tan tristemente condenado al fracaso!
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¿Cómo? Querida criatura, os ruego que me disculpéis, os juro que no pretendía molestaros.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Don Mirabellas y vos puede que lo creáis imposible, cuando se lo diga, al deciros…
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¡Ay, Dios! ¿El qué? Da igual si yo lo escucho. ¡Ja, ja, ja!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              90
Que le detesto, le odio, señora.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¡Ay, señora! Y yo, pero el pobre hombre me ama. ¡Ja, ja, ja! ¿Cómo puede una no parar
                              de reírse al pensarlo? Sería yo una pitonisa si no me asombrara pensar que verá él
                              en mí. Que me maten si lo entiendo. Vos sois más guapa, y un año o dos más joven.
                              Si pudierais poneros en mi lugar, yo os adelantaría, pero eso no puede ser. Bueno,
                              ese pensamiento me pone melancólica, ahora estoy triste.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Vuestro humor alegre puede cambiar más pronto de lo que creéis.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Eso decís. Pues estoy decidida a que una canción me ayude a no perder el ánimo.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entra PICADILLO.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PICADILLO
                           
                           Los caballeros se quedarán peinándose las pelucas mientras os esperan.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           
                              95
Ojalá alguien de la habitación de al lado cantara la canción que quise aprender ayer.
                              La vais a oír, señora; no es gran cosa, pero me pone de buen humor.
                           
 
                           
                           
                           CANCIÓN compuesta por John Eccles y cantada por la señora Hodgson
                           
                           
                           I
                           
                           
                           ErrorMetrica
                           
                              
                              Amor es fragilidad de la mente
                              
                              
                              si con la ambición no es convergente.
                              
                              
                              La débil llama que, si no se aviva, se apaga,
                              
                              
                              y avivada, en un fuego inmolador divaga.
                              
                              
                              II
 
                              
                              
                              100
                              No es por afligir a un chico vicioso,
                              
                              
                              o a un enamorado, que da gozo.
                              
                              
                              Es por la gloria de clavarse en un amante ufano
                              
                              
                              por quien mujeres menos bellas suspiran en vano.
                              
                              
                              III
 
                              
                              
                              Así que sola soy quien el premio conquista
                              
                              
                              105
                              cuando ofendo al rival que me tiene a su vista.
                              
                              
                              Si hay deleite en el amor, es cuando advierto,
                              
                              
                              que el corazón por el que otras mueren, por mí ha muerto.
                              
                            
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entran PETULANTE y POLVORÍN.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¿Se ha calmado vuestra animadversión, señores?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Desprecio, desprecio, señora, no animadversión. De vez en cuando damos rienda suelta
                              a un poco de ingenio, pero nunca animadversión. Las riñas entre ingenios son como
                              las riñas entre amantes, estamos de acuerdo en lo general, como el sobreagudo y el
                              bajo.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           
                              110
Sí, en lo general, salvo cuando estoy de humor para contradecirle.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Sí, cuando está de humor para contradecirme, yo estoy de humor para contradecirle
                              también. Sé entrar al pie. Y nos contradecimos como dos raquetas de bádminton, ya
                              que las contradicciones se engendran unas a otras, como los judíos.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Si él dice que negro es negro, si yo estoy de humor para decir que es azul, pasa,
                              así tiene que ser. Si estoy de humor para demostrarlo, se me debe permitir.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Tampoco debe, pero puede, puede.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Debe, y con pruebas.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           
                              115
Si es con pruebas, debe, pero con supuestas pruebas puede. Esa es una distinción lógica,
                              señora.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Me doy cuenta de que vuestros debates son de gran importancia y muy cultos.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Importante es una cosa, y culto es otra. Pero un debate es un debate, os lo aseguro.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Petulante es enemigo de lo culto. Siempre se fía de sus impresiones.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           No, yo no soy enemigo de lo culto. No me hace daño.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              120
Eso es señal inequívoca de que es vuestro enemigo.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           No, no es enemigo de nadie salvo de quien lo es.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           Pues yo le tengo aversión a los analfabetos. Me sorprende el descaro de un analfabeto
                              que se atreve a cortejar.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Confieso que me sorprende a mí también.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¡Ay! ¡Casarse con un ignorante, que apenas sabe leer o escribir!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           
                              125
¿Por qué debe un hombre alejarse más del matrimonio que de la horca por no saber leer?
                              Al capellán de la prisión se le paga por decir el salmo del condenado a muerte, y
                              al párroco por leer la ceremonia de boda. Y a lo que sigue en ambos casos, puede hacerse
                              sin libro, así que ahí queda eso.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
MILA MANTES
                           
                           ¿Escucháis al pobre? Señor, vaya compañía. Me voy.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Salen Mila Mantes y Picadillo.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Por San Bartolomé y su feria, ¿qué tenemos aquí?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Es tu hermano, me parece. ¿No le conoces?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Yo no. Sí, creo que es él. Se me había olvidado su cara, no le he visto desde los
                              tiempos de la revolución.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entran DON VIL POLVORÍN con ropa de jinete y un CRIADO de Lady Deseosa.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CRIADO
                           
                           
                              130
Señor, mi señora se está arreglando. Aquí tenéis compañía, si queréis pasar mientras
                              tanto.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           ¿Arreglando? Parece que sea por la mañana para vosotros aquí en la capital. Para nosotros
                              ya sería por la tarde en el pueblo. Así que parece que mi tía no ha comido aún, ¿verdad,
                              amigo?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Mi tía, señor, sí, mi tía, señor, y tu señora. ¡Tu señora es mi tía, señor! ¿No me
                              conoces, amigo? Pues envíame a alguien que sí. ¿Cuánto tiempo has trabajado para tu
                              señora, amigo?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CRIADO
                           
                           Una semana, señor, el que más tiempo lleva aquí salvo su asistenta.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           
                              135
¿Y no reconocerías a tu señora si la vieras?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CRIADO
                           
                           Pues la verdad, señor, no podría jurarlo si le viera la cara por la mañana antes de
                              arreglarse. Lo intentaría adivinar a esas horas.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Bien, a ver lo que puedes hacer. Si no puedes adivinarlo, pregúntale, me oyes, amigo,
                              y dile que su sobrino, don Vil Polvorín, está en la casa.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Espera, escucha, amigo, lo que te digo al oído. ¿Quiénes son estos galanes?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
CRIADO
                           
                           
                              140
La verdad, señor, es que no lo sé. Aquí vienen tantos, que es difícil conocerlos a
                              todos.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Sale el Criado.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Este tipo sabe menos que un estornino, me parece que no sabe ni su nombre.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Don Polvorín, tu hermano no te anda a la zaga en olvidos. Me parece que se ha olvidado
                              de ti también.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Eso espero. Que el diablo se lleve al que recuerde primero.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Dios os guarde, dama y caballeros.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              145
¡Qué vergüenza, don Polvorín! ¿Por qué no le hablas? ¿Y tú?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Petulante, habla.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Espero no haberos ofendido.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Saluda a doña Malmirada.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Tened por seguro que no.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           
                              150
Este es un vil perro, eso ya lo veo. ¡No haberos ofendido! ¡Ja, ja, ja! ¡A por él,
                              a por él! ¡Petulante! ¡Mófate de él!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Parece que habéis llegado de viaje, señor, ejem, ejem.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Le mira de arriba abajo.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Muy probable que lo parezca.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Espero no haberos ofendido.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           ¡Mófate de las botas, las botas! ¡Petulante, las botas! ¡Ja, ja, ja!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           
                              155
Quizás no, señor. Más adelante, ya se verá, señor.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           Quisiera recabar información sobre vuestras botas.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Si así lo queréis, señor. Y si no os satisface la información sobre mis botas, señor,
                              podéis ir al establo a preguntar sobre mi caballo, señor.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           ¡Vuestro caballo, señor! ¡Vuestro caballo es un burro, señor!
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           ¿Queréis ofenderme, señor?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              160
El caballero está de buen humor, eso es todo, señor. 
(Aparte) Por Dios, vamos a tener una discusión entre un caballo y un asno antes de que sepan
                                 quién es quién.
                              
                              
                              [en voz alta] No os toméis nada a mal de vuestros amigos, señor. Porque estáis entre amigos aquí,
                              aunque no lo sepáis. Si no me equivoco, sois don Vil Polvorín.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Correcto, señora. Soy don Vil Polvorín, así firmo. Espero no ofender a nadie. Y sobrino
                              de Lady Deseosa, de esta casa.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           ¿No conocéis a este caballero, señor?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           ¡Ejem! ¿Cómo? Seguro que no es…sí, por la virgen, pero es, ¡Dios!, no sé si es o no,
                              sí, pero… ¡por la colina del valle! ¡Hermano Antonio! ¡Cómo! ¿No me reconoces? Por
                              la virgen, ni yo a ti. ¡Estás tan engorguerado y empelucado! ¡Por Dios! ¿Por qué no
                              hablas, estás emocionado?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           ¡Vaya! Hermano, ¿eres tú? A tu servicio, hermano.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           
                              165
¿Servicio? ¡Al vuestro, señor! A vuestro servicio otra vez, por Dios, soy vuestro
                              amigo y servidor, y … ¡y una ciruela por tu servicio! ¡Y una pata de liebre, y una
                              cola de liebre por tu servicio, si sigues así de frío y cortés!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Espero no haberos ofendido, hermano.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           ¡Por Dios, señor, sí lo hacéis, y mucho! ¡Mala enfermedad pilles! ¿Es esta tu educación
                              cortesana, no reconocer a los amigos y parientes, tus mayores y superiores?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Pues, hermano, podéis mostraros tan seco como un mantecado si queréis, pero os digo
                              que no está de moda reconocer a los parientes en esta ciudad. Os creéis que estáis
                              en el campo, donde hermanos torpones se babean y besan cuando se juntan como si fueran
                              una bandada de picapleitos. Aquí eso no se lleva, querido hermano.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Las modas son una estupidez, y tú eres un petimetre, querido hermano. Por Dios, lo
                              sospechaba. Por la virgen que deduje que eras un petimetre desde que empezaste a cambiar
                              el estilo de tus cartas y escribir en un trozo de papel con los bordes dorados, no
                              más grande que una citación judicial. Me lo podía esperar, cuando dejaste de poner
                              “Honorable hermano” y “espero que goces de buena salud”, y cosas así, para empezar
                              con “¡Que me aspen, caballero, estoy muy enfermo tras la bacanal de anoche!”, por
                              Dios, y pasabas a contarme una historia inventada sobre una puta y una botella para
                              terminar. Sabías escribir antes, cuando eras aprendiz de un abogado, del honesto Narizota,
                              que estaba en el juzgado de Furnival. Entonces eras recordado por tus amigos del valle.
                              Entonces leíamos las gacetas y revistas que nos iban llegando.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           
                              170
¡Por Dios, Polvorín! ¿Has sido pasante de un abogado? ¿De la tropa de Furnival? ¡Ja,
                              ja, ja!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Sí, sí, pero fue por poco tiempo. No mucho, no mucho. Entonces no tenía autonomía,
                              yo era huérfano, y él era mi tutor. Sí, sí, me alegro de haberlo aceptado para venir
                              a Londres. Él me tenía a su disposición. Si no hubiera estado de acuerdo, podrían
                              haberme obligado a ser aprendiz de un fabricante de fieltro en mi pueblo, este señor
                              me habría obligado a fabricar fieltro.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Por Dios, mejor que obligarle a ser aprendiz de petimetre, que será como ha pasado
                              el tiempo hasta que ya se ha establecido por su cuenta
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Os planteáis viajar, según tengo entendido.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Puede ser, señora. Puede que tenga la oportunidad de navegar sobre la mar salada,
                              si me decido finalmente a ello.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PETULANTE
                           
                           
                              175
Y el viento os acompaña.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Me acompañe o no me acompañe, no os pediré permiso, señor, ni al veleta de vuestro
                              compañero. Dirijo mi discurso a la señora, señor. Mi tía os lo habrá dicho, señora.
                              Sí, he arreglado unos asuntos que tenía pendientes, ya lo puedo decir, y estoy decidido
                              a ver el extranjero, si la paz es duradera, y, por tanto, bajan los impuestos.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Creía que os dirigiríais a Francia como fuera.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           No lo puedo decir. Puede que sí, y puede que no. Soy muy cauto para tomar decisiones,
                              porque cuando la tomo, la mantengo. No estoy que si sí, que si no: si lo digo, lo
                              hago. Pero pienso quedarme un tiempo en la ciudad para aprender vuestra jerga primero,
                              antes de cruzar los mares. Me encantaría adquirir una pizca de vuestro francés, como
                              dicen, para conversar en países extranjeros.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Hay una academia que se dedica a eso en la ciudad.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           
                              180
¿Sí? Supongo que la habrá.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Sin duda regresaréis muy mejorado.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
POLVORÍN
                           
                           Sí, tan refinado como el capitán de un ballenero holandés.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entran LADY DESEOSA y TODOENGAÑO.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Sobrino, bienvenido.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Tía, a vuestro servicio.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           
                              185
Don Vil, a vuestro humilde servicio.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Primo Todoengaño, dame la mano.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Sobrino Polvorín, a vuestro servicio. Don Petulante, a vuestro servicio. Sobrino,
                              os doy de nuevo la bienvenida. ¿Queréis beber algo después de vuestro viaje, sobrino,
                              antes de comer? La cena está casi lista.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           Estoy muy bien y os lo agradezco, tía. Sin embargo, os agradezco vuestro cortés ofrecimiento.
                              Por Dios, temía que siguierais la moda también y os acordarais de olvidaros de vuestros
                              familiares. Aquí tenéis a vuestro sobrino Antonio, al que no me atrevo a llamar hermano,
                              no se vaya a ofender.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           Ay, siempre está de broma, sobrino, es muy ingenioso, y utiliza su gran ingenio para
                              burlarse de sus mejores amigos. Cuando viajéis al extranjero, sobrino, entenderéis
                              mejor las burlas.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Todoengaño y Doña Malmirada hablan aparte.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           
                              190
Pues hasta entonces que se muerda la lengua, y que no se burle hasta que llegue ese
                              día.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Entra PICADILLO.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
PICADILLO
                           
                           Señora, vengo a informar a vuestra señoría de que la cena os aguarda.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DON VIL
                           
                           ¿Nos aguarda? ¿No nos esperará hasta que me quite las botas? Querida, ¿puedes conseguirme
                              un par de zapatillas? Seguro que mi criado está con sus caballos.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
LADY DESEOSA
                           
                           ¡Sobrino, no te irás a quitar las botas aquí! Vete al pasillo, la cena te esperará.
                              Mi sobrino es un poco maleducado, disculpadle, señora. Caballeros, venid por aquí.
                              Malmirada…
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Os seguiré, señora, cuando don Vil esté listo.
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Salen todos excepto Todoengaño y Doña Malmirada.)
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           
                              195
Pues Flacucha es toda una alcahueta, y yo soy, parece ser, un marido, todo un marido,
                              y mi esposa toda una esposa, totalmente, y así va el mundo. ¡Vaya, ser un cornudo
                              por adelantado, un cornudo en estado embrionario! Seguro que nací con una cornamenta
                              incipiente, como un joven sátiro o el hijo de un capitalino. ¡Vaya, para ser engatusado,
                              engañado y encabronado! Si al menos hubiera seguido siendo tan rápido como un ciervo,
                              habría estado bien, pero arrastrarme con mis cuernos como un caracol, y que mi esposa
                              me deje atrás, ¡qué porquería de matrimonio!
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Pues quítatelo de encima. A menudo has deseado tener una oportunidad para dejarla,
                              y ahora la tienes. Pero primero, estropéales el plan. La mitad de la fortuna de Mila
                              Mantes es demasiado considerable para dejarla y dejársela a un enemigo como Mirabellas.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           ¡Maldito, tendría que haber sido mía! ¡Y de no ser por tu descubrimiento, se habría
                              perdido si se hubieran casado! Mi esposa le habría dado lustre a mis cuernos con ese
                              aumento de fortuna. Los habría llevado con la punta dorada, así, con la frente adornada
                              como el salón de un teniente de alcalde.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Todavía te pueden servir como casaca heráldica si puedes aguantar a tu esposa, que
                              no es peor de lo que era cuando te casaste con ella. Me atrevo a jurar que ya sabía
                              qué cartas se jugaría antes de la boda.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           Puede ser que las tuviera todas sobre la mesa, pero estoy seguro de que se guardó
                              un as en la manga.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              200
Te casaste con ella para que te mantuviera, y si ahora puedes conseguir que te mantenga
                              mejor de lo que esperabas, ¿por qué no la mantienes ahí más tiempo de lo que pretendías?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Revélale a mi señora la conducta de tu esposa, amenaza con abandonarla. Mi señora
                              la quiere mucho, y llegará a cualquier acuerdo para proteger su reputación. Aprovecha
                              la oportunidad para darle la vuelta a todo con la revelación de su fechoría. Mi señora
                              se enrabietará descontroladamente y sacrificará sobrina, fortuna y lo que sea ante
                              tal coyuntura. Y déjame a mí que la caliente. Si aflojara en su empeño, yo me encargo
                              de motivarla.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           Esto tiene buena pinta.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Lamento haberle sugerido a mi señora que concertara un compromiso entre Mila Mantes
                              y don Vil. Eso puede ser un obstáculo.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           
                              205
Ah, déjame que me las arregle con él, le desarmaré. Beberá como un cosaco y, después
                              de la cena, le haré poner manos a la obra.
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           ¿Y cómo te sientes con respecto a tu esposa?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           Me lo estoy pensando. A ver. Ya estoy casado, así que ahí no hay nada que hacer. Mi
                              esposa me la ha jugado, tampoco hay nada que hacer. Nunca la quise, y aún si la hubiese
                              querido, a estas alturas tampoco habría nada que hacer. Celoso de ella no puedo estar,
                              de eso estoy seguro, así que de celos, nada de nada. Harto de ella estoy y estaré,
                              así que de eso nada no, sería demasiado pedir. Eso en cuanto a mi tranquilidad, y
                              ahora a por mi reputación. En lo que concierne a la mía, no me casé por eso, así que
                              no me lo planteo. Y en lo que concierne a mi influencia en la suya, a ella no le concernía
                              la suya de antemano, así que si no aportaba nada a la mía, no me la puede quitar.
                              Según las reglas del juego, yo no puedo perder contra alguien que no se juega nada.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Que no se os olvide que el matrimonio es honorable.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           ¡Ejem! Bien pensado. El matrimonio es honorable, según dices. Y si es así, ¿por qué
                              deben ser los cuernos un desprestigio, si proceden de unas raíces tan honorables?
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           
                              210
No lo sé. Si las raíces son honorables, ¿por qué no las ramas?
                           
 
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           Pues esto queda claro. Bueno, ¿cuál será nuestro proceder?
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Prepararé una carta que se entregará a mi señora cuando ese truhán que se hace pasar
                              por don Rolando esté con ella. Procederá de una mano anónima, ya que cuanto menos
                              parezca saber yo la verdad, mejor me podré hacer la incendiaria. Además, si puedo
                              evitarlo no me gustaría provocar a Flacucha, porque sabes que ella sabe algunas cosas.
                              No espero que salgan a la luz, o en todo caso que las mías estallen primero, y después
                              ya no me importa si me descubren.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           En el peor de los casos, dejaré a mi esposa a los pies de los caballos. Ya tengo una
                              escritura de buena parte de sus posesiones, que le saqué a base de halagos, y de eso,
                              por lo menos, sacaréis tajada.
                           
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
DOÑA MALMIRADA
                           
                           Espero que tengas claro que odio a Mirabellas. Ya no tendrás más celos.
                           
                        
                      
                     
                     
                     
                        
                           
                           
TODOENGAÑO
                           
                           
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Celos, no, por este beso, que tengan celos los maridos, pero que el amante aún crea.
                              O, si duda, que sea solo para buscar aún más su placer y prepararse para la alegría
                              que le seguirá cuando se demuestre que su amada le es fiel. Pero que las dudas de
                              los maridos se conviertan en celos interminables o, si se creen algo, que se distorsione
                              en superstición y ciega credulidad. Estoy solo, y ya no me junto con su rebaño. Es
                              cierto, llevo el emblema, pero me desentiendo de la orden, y ya que me he tomado su
                              dispensa, no me importa dejarles un lema vulgar para su escudo vulgar:
                           
 
                           
                           
                           ErrorMetrica
                           
                              
                              Todos los maridos sufren vergüenza o tormento.
                              
                              
                              Los listos tienen celos, los tontos, convencimiento.
                              
                            
                           
                        
                      
                     
                     
                     (Salen.)