Philip Massinger, A New Way To Pay Old Debts

Un nuevo modo de pagar viejas deudas





Texto utilizado para esta edición digital:
Philip Massinger, Un nuevo modo de pagar viejas deudas, traducción de Juan José Calvo García de Leonardo, para la colección EMOTHE
Marcación digital para Artelope:
  • Martín Caro, Gorka
  • Tronch Pérez, Jesus (Artelope)

Dedicatoria

Al Muy Honorable, Robert, Conde de Carnarvon, Halconero Mayor de Inglaterra.

Mi buen Señor, os ruego que perdonéis mi atrevimiento, al presumir que pueda cobijar esta comedia bajo las alas del favor y protección de Su Señoría. No ignoro, al no haber nunca merecido serviros, que ha de topar con una severa construcción si, merced a la clemencia de vuestra noble inclinación, no erigís mejor defensa para mí que la yo mismo pudiera imaginar. Todo lo que puedo alegar es que diversos príncipes italianos y nobles de rango eminente en Inglaterra no han desdeñado recibir y leer poemas de esta naturaleza. Tampoco desesperan mis esperanzas de que Su Señoría (que siempre se ha declarado favorecedor y amigo de las Musas) pueda darme la confianza, con vuestra graciosa aceptación de esta fruslería, que me anime a presentaros alguna obra elaborada y de superior estilo, en adelante. Nací devoto criado de la por tres veces noble familia de vuestra incomparable esposa y es mi mayor ambición —con las debidas distancias— ser conocido por Su Señoría; si os place la admisión, lo habré por la mayor munificencia y, hasta el final de mis días, me obligaré a teneros por mi noble patrón y a profesar el ser
de Su Señoría el fiel criado
Philip Massinger

Muy Honorable: Como se indica en la nota correspondiente de la traducción teatral, se ha decidido, muy a regañadientes, verter al castellano el tratamiento Right Honorable, como “Muy Honorable”. El tratamiento de un conde castellano de la época sería de “Señoría” quedando “Excelencia” reservado a los Grandes de España —como podemos comprobar en la dedicatoria de Miguel de Cervantes al Conde de Lemos (que lo era de primera clase) en la Segunda Parte del Quijote. En consecuencia damos la apelación Your Lordship con el genérico de los condes: “Su Señoría”. Y es que el muy acaudalado primer conde de Carnarvon no podía equipararse en rango a un Grande de España. Sin ir más lejos, era mucho más noble su mujer, Anne Sophia, aunque sólo fuera por ser hija del 4º conde de Pembroke y nieta, por vía materna, de 17º conde de Oxford. (N. del traductor)

fiel criado: La fórmula coetánea de despedida es “criado”, ya que el texto precede, con mucho, la aceptación generalizada de “servidor” (cf. su seguro servidor), el calco pragmático del francés serviteur. (N. del traductor)


Dedicatoria

Al ingenioso autor, Maese Philip Massinger con ocasión
de su comedia titulada Un modo nuevo de pagar viejas deudas

Rara caridad es y no podrías tú
de modo tan acorde al tiempo haber topado trama.
Aunque enseñas a pagar, prestas a esta edad
en que, míseros, vivimos, y a la por venir, las tablas.
El público agolpado allí atraído,
invitado por vuestra fama y a aprenderse
la lección, en mayor deuda ha incurrido
y, buscando libertad, bien entrampados se han visto.
Muy cruel cortesanía ha sido la de pregonar
ensueños de libertad para cautivarlos luego.
Siervos vuestros son los nobles, los hidalgos y
son todos, sobre los que no entendieron.
No había hombres de crédito, nacidos en bancarrota,
a quienes confiar bien alguno, si no fuera el desprecio.
Con mayor sabiduría habéis fiado a aquellos
que, aun sin poder pagar, a valorar alcanzan.
También yo soy deudor vuestro; pero, para mi vergüenza,
no puedo compensaros sino con la fama vuestra.
Henry Moody miles

se han visto.: El miles Henry Moody disemina una sola oración en una tirada de seis versos, cuyo sentido no es fácil de discernir si seguimos la puntuación. Para David Bevington el general editor de la edición Norton, el significado vendría a ser el siguiente y traduzco literalmente su nota en prosa número 2: “Mientras enseñáis al público como pagar viejas deudas, nos hacéis a nosotros nuevos deudores vuestros al entretenernos tan bien. El público de nuestros días y el que está por venir, atraídos al teatro por vuestra reputación, han acudido en búsqueda de la libertad que representa vuestro modo de ver la sociedad y, al hacerlo, se hallan en deuda con vos.” Yo he partido los seis versos de la oración única inglesa en dos oraciones independientes. (N. del traductor)


Dedicatoria

A su amigo el autor
Recordareis como me reprehendíais cuando
os igualaba en rango con aquellos claros hombres:
Beaumont y Fletcher. Si no amáis las alabanzas
no publiquéis más comedias.
Los mañosos laberintos de la ingeniosa trama,
la sentencia bruñida, las dulces expresiones que no
provienen del hurto ni la violencia, el concepto
fresco y sin mancha –todo tiene peso
para hacer saber al cautivo lector que sólo os hice
justicia al situaros de tal guisa.
Un sonrojo avergonzado casaría con el rostro
del flojo escritor y doncel; nosotros os permitimos
cierto orgullo y que, allí donde al común
la lisonja afrentaría, vos os preciéis de vos mismo.
Si alguien pensara que adulo, que aparte la mirada
de mis hueras fruslerías sobre vuestro libro.
Thomas Jay, miles

al común: Se sobreentiende el común (“la mayoría” dice literalmente el original) de los escritores. (N. del traductor)


Personajes

Lord Amanthos, un lord inglés
Don Gil Propasso, un cruel extorsionador
[Franco] Bennato, un pródigo[, sobrino de Propasso]
[Tomé] Meritodo, un joven hidalgo, paje de lord Amanthos [e hijastro de Lady Meritodo]
Ávido, un hambriento juez de paz
[Yago] Todolomella, un malsín, satélite de Don Gil Propasso
Orden, [mayordomo]
Ambladuras, [ujier] }
Horno, [cocinero] } criados de Lady Meritodo
Todomiro, [portero] }
Seara, un párroco
[Timoteo] Bonaspita, un tabernero
Tres Acreedores
Lady Meritodo, una viuda rica
Margarita, hija de Don Gil Propasso
Camarera, de Lady Meritodo
Azafata, de Lady Meritodo
Espuma, esposa de Bonaspita
[Criados]


Nota: Véase en Apéndice la nota del traductor a la lista de personajes.


[ESCENA: El campo cerca de Nottingham].

Acto I

Escena I

[Ante la casa de BONASPITA]
[Entran] BENNATO [con ropas harapientas,] BONASPITA y ESPUMA.

BENNATO
¿No hay de soplar? ¿Ni tampoco tabaco?

BONASPITA
Ni una chupada, señor;
ni los restos quedan de una sola jarra
dejada por un portero borracho y desventada tras una noche entera.

ESPUMA
Ni para la espita de vuestra bebida de la mañana, señor:
5
es la puridad, os lo aseguro.

BENNATO
¡¿Puridad, perra de braco?!
¡El diablo se ha vuelto purista![N]
X
Nota del traductor

"purista!"

Verity ha dicho Bonaspita. En los siglos XVI y XVII, la burguesía calvinista caracteriza su lenguaje con términos comúnmente anglosajones (como también lo harán los cuáqueros con el uso sistemático —y personalmente heroico— del pronombre personal thou, la segunda persona singular, frente al cada vez más generalizado you, segunda persona plural, entre la burguesía), como reacción ideológica frente al catolicismo romano; pero, en otros casos, los términos típicamente calvinistas son de indudable origen latino. Por eso, Bennato lo toma por un puritano. Aunque, geográficamente, Nottingham no corresponda a su área "madre" en Inglaterra (es decir: al Este y Sureste, Londres y a algunas ciudades portuarias relevantes) sí que es fácil asociarlos a unos menestrales como Bonaspita y Espuma. Se ha propuesto “puridad”, para facilitar la asociación.

 Villano, ¿qué soy?

BONASPITA
A fe, si os confiara un catalejo,
por dejar que vierais vuestro recortado aspecto, me dejaríais
10
y os llevaríais vos el nombre.

BENNATO
¡¿Cómo, perro?!

BONASPITA
Mismamente, señor.
Y he de deciros que sólo con que alcéis
vuestro bordón pronto habréis de saber
que habita, a tiro de voz, con la venia de Vueseñoría,
un potente monarca, Corchete llamado,
15
con mando en una ciudadela que llaman el cepo;
cuya guardia son ciertas filas de oxidados chuceros
que, con gran destreza, se llevarán en volandas
vuestro harapiento, piojoso—

BENNATO
¡Truhán! ¡Esclavo!

ESPUMA
Sin ira, señor.

BONASPITA
[a Espuma]
A su propio riesgo.
[a Bennato]
No os dejéis llevar
20
por tan gran acaloramiento, no habiendo agua en derredor
que calme vuestra sed. Por cierto, que otros licores,
como las potentes cervezas negras, o las rubias, son cosas, según creo,
que no debéis recordar ya, ni en sueños, señor.

BENNATO
¡Villano desagradecido! ¡¿Te atreves a hablar así?!
25
¿No es tu casa y todo lo que posees regalo mío?

BONASPITA
No lo encuentro en tiza y Timoteo Bonaspita
no lleva otro registro.

BENNATO
 ¿No soy yo aquel
cuyas malandanzas te alimentaron y vistieron? ¿No eres tú quien
nació en tierras de mi padre y orgulloso de ser
30
siervo en su casa?

BONASPITA
Lo que fui, señor, no hace al caso;
lo que sois es aparente. Y ahora, a modo de despedida,
pues que habláis de padre y para tormento vuestro, según espero,
os relataré vuestra historia en dos palabras. Vuestro padre muerto,
amo que fuera mío, era un hombre venerable,
35
el viejo Don Juan Bennato, juez de paz y quorum necesario
que bien valía como secretario del registro. 
Manejaba el condado entero, mantenía una gran casa,
socorría al pobre y todo lo demás. Pero, habiendo muerto
y vos heredando mil doscientos al año,
40
Señorito Francisco de antaño, desamparado Bennato ahora—

BENNATO
¡Alto, esclavo, o me perderé!

ESPUMA
Difícilmente
podríais estar más perdido.

BONASPITA
Pero, volviendo a mi relato:
vos erais señor de hanegadas, el galán principal;
y yo vuestro soto-mayordomo. Fijaos en el cambio, ahora.
45
Vos tuvisteis vuestro solaz: halcones y perros,
caballos de carrera escogidos, amantes
de todo tipo y tamaño, aunque tan calientes
que sus abrazos se fundían a Vueseñoría.
Habiendo sido observado todo esto por vuestro tío, Don Gil Propasso,
50
resuelto a no perder ni una pizca
en necias hipotecas, obligaciones y estatutos,
durante un tiempo proveyó vuestro desorden y luego os abandonó.

BENNATO
 Algún clérigo ha compuesto esta invectiva, mil leches,
y vos la habéis estudiado.

BONASPITA
 Todavía no he terminado.
55
Ya sin tierras y con vuestro crédito sin valer un dite
os volvisteis un deudor común, no hubo hombre que escapara
de vuestros pagarés, desde el hidalgo
a los mendigos de los caminos reales, que fustas os vendieran
en vuestros días.

BENNATO
A fustazos te secaré el seso.

BONASPITA
60
Mientras, el pobre Teo Bonaspita, con escasos fondos,
unas cuarenta libras o así, compró una casita,
se humilló a casar con aquí la Espuma,
entretuvo—

BENNATO
Sí: putas y germanos,
paloteadores nocturnos.

BONASPITA
 Cierto, pero aportaron beneficio
65
y tenían el don de pagar por lo que pedían
y no se atoraban como vuesa Maestría. Los magros ingresos
que de ellos obtuve han hecho que, en mi parroquia,
me crean con méritos para basurero y, andando el tiempo,
puede que ascienda a supervisor de pobres;
70
que, si lo hago a petición vuestra, Bennato,
os rentaría trece chavos al cuarto
y le daréis las gracias a aquí mi Señoría.

BENNATO
 Así, virote
y así —

Le golpea y le da patadas.

BONASPITA
[a ESPUMA]
¡Pide auxilio!

BENNATO
 Muévete y mueres.
Tu príncipe potente, el corchete, no habrá de salvarte.
75
Escuchadme, ingrato perro del infierno.
¿Acaso no os hice bolsas? Entonces me lamíais las botas
y teníais a vuestra capa de fiesta por demasiado burda como para limpiarlas.
Fui yo —cuando una vez te escuché jurar que si
llegabas a tener a cuarenta libras vivirías
80
como un emperador— fui yo quien te las dio
en oro contante. ¡Niégalo, desgraciado!

BONASPITA
He de hacerlo, señor;
puesto que, desde la taberna a la cantina, todos,
so pena de perder sus licencias, quedan obligados
a no recordar nunca quienes fueron sus mejores huéspedes
85
si se volvieron pobres como vos.

BENNATO
Tienen su buena recompensa
los que se vuelven mendigos para que tales cornudos se vuelvan ricos.
¡Tú, víbora! ¡Víbora desagradecida! ¡Impúdico tercero!
Puesto que os volvéis olvidadizo, yo le ayudaré
a vuestra memoria y os machacaré en papilla
90
sin dejar un hueso entero.

[Golpea de nuevo a BONASPITA.]

BONASPITA
 ¡Ah!

ESPUMA
 ¡Pide clemencia!

Entra MERITODO.

BENNATO
No será concedida.

MERITODO
 ¡Teneos! ¡Por mí os lo pido! ¡Teneos!
¿Me lo habéis de negar, Franco? No merecen vuestra ira.

BENNATO
Por esta vez los has redimido de este cetro.
[BENNATO deja] su bordón.
Sea, que se desvanezcan, arrastrándose de rodillas;
y, como murmuren, les revocaré el perdón.

ESPUMA
95
He aquí lo que os pasa por presumir, marido. Alardeabais
de amblante ingenio y habíais de usar de labia,
aunque tullido os dejaran por ello.

BONASPITA
Calma, Espuma;
hay una ley para curar nuestras magulladuras.

Salen gateando.

BENNATO
 ¿Os envía vuestra madre?

MERITODO
 Mi señora, Franco, mi patrona, ¡mi todo!
100
 Es tan grande su duelo por la muerte de mi padre;
 y, por el amor que le tuvo, me favorece de tal manera
 que todo lo que haga por ella será poco:
 pocas madrastras hay como ella.

BENNATO
Es una noble viuda,
 y mantiene su reputación pura y limpia
105
 de la mácula más mínima de infamia. Su vida,
 con el esplendor de sus acciones, no deja lugar a lenguas
 de envidia o difamación. Dime, por favor,
 ¿no ha pretendientes?

MERITODO
Y lo mejor del condado, Franco,
 con excepción de mi señor. Mandan peticiones
110
 una y otra vez, sin efecto alguno;
 sus visitas frecuentes no han llegado a su presencia.
 Pero, como está alejada de toda contristura y orgullo,
 aventuro que hallaréis en ella
 un trato liberal. Os puedo dar
115
 un catálogo de los nombres de sus pretendientes.

BENNATO
 Dejadlo.
 Mientras, os doy un buen consejo; estoy obligado a ello.
 Tu padre era amigo mío y ese afecto
 que le profesé por derecho recae sobre ti.
 Eres un joven apuesto y de esperanzas;
120
 no permitiré que la menor afrenta se os adhiera
 si puedo evitarlo, aunque suponga un peligro.

MERITODO
 Agradezco vuestra noble cura; pero, os lo ruego
 ¿de qué modo habría de correr peligro?

BENNATO
 ¿No estás enamorado?
 No os sorprendáis.

MERITODO
 ¡¿Enamorado, a mis años?!

BENNATO
125
 Creéis caminar entre nubes, pero sois transparente.
 Lo he oído todo y la elección vuestra,
 y, con mi dedo, puedo apuntar a la estrella del Norte
 que guía el imán de vuestra insania.
 Para confirmar esa verdad ¿qué pensáis de
130
 la hermosa Margarita, hija única y heredera
 de Cormorán Propasso? ¿Os sonroja y altera
 el oír su solo nombre? Sonrojaos por vuestra falta
 de discreción y seso.

MERITODO
 Sois demasiado amargo, señor.

BENNATO
 Las heridas de esta naturaleza no han de curar
135
 con emplastes sino con corrosivos. He de ser llano:
 ¿manumitido apenas, de la celda de la portería
 y siervo jurado de la pantufla,
 te atreves a soñar con matrimonio? Me temo
 que se concluirá que es imposible
140
 que, ahora o por siempre jamás, exista
 un apuesto paje o aprendiz de actor, de catorce años,
 que esté enamorado de una moza o que lo amen maritornes ...
sin exceptuar a los pajes de Palacio.

MERITODO
Locura es esta.
 Sea como fuere que hayáis descubierto mi intento,
145
 sabéis que mis fines son legítimos y ―si alguna vez
 la reina de las flores, la gloria de la primavera,
 el más dulce consuelo de nuestro olfato, la rosa
 brotara de una envidiosa zarza― puedo yo inferir
 que haya tal disparidad de condición
150
 entre la bondad de mi alma, la hija
 y el vil villano, el padre.

BENNATO
 Admitiendo que fuera verdad,
 como así lo creo, ¿puedes esperar gozar
 alguna vez de un plácido lecho con aquella cuyo padre
 te arruinó la hacienda?

MERITODO
 Y también la vuestra.

BENNATO
 Lo confieso,
155
 es verdad. Debo deciros, como amigo y francamente
 que, allí donde la imposibilidad es aparente,
 indiscreto es alimentar esperanza.
 ¿Puedes imaginar acaso (que el amor no te ciegue)
 que Don Gil Propasso, —quien, para engrandecerla
160
 con títulos rimbombantes, sin asomo de conciencia,
 cortaría el pescuezo del vecino … y espero que también el suyo propio—
 habría de consentir jamás que fuese tuya? Desiste,
 piensa en algo más adecuado a tu rango
 y prospera con ello.

MERITODO
Bien me habéis aconsejado.
165
 Pero, en el ínterin, vos, que tan estudioso
 sois de mis asuntos, desatendéis totalmente los vuestros.
 Acordaos de vos mismo y de la apretura en que os halláis.

BENNATO
No importa, no importa.

MERITODO
Sí: y es de gran importancia.
 Conocéis mi fortuna y mis medios, pero de algo
170
 podré prescindir para ayudaros en vuestras necesidades.

[Le ofrece dinero.]

BENNATO
¿Cómo tal?

MERITODO
No, no os enfadéis. Ahí van ocho piezas
 para poneros de mejor aspecto.

BENNATO
¡¿Dinero de ti?!
 ¡¿De un muchacho?! ¡¿De un estipendiario?! ¡¿De un fulano que vive
 de la devoción de una madrastra
175
 y el incierto favor de un noble?!
 ¡Me comeré los brazos primero! Si bien la ciega Fortuna
 ha gastado el máximo de su malicia en mí,
 aunque me ha vomitado de un taberna
 y, de tal guisa, no sé dónde habré de comer,
180
 o beber, o dormir, salvo bajo este dosel —
 aunque la agradezco … desprecio tu oferta.
 Y puesto que en mi locura quebré mi hacienda
 sin la asistencia de otro seso,
 con juicio la recompondré. Lo peor sería
185
 morir así y caer en el olvido.

MERITODO
¡Extraño humor!

Salen.

Acto I

Escena II

[Una cámara en casa de Lady Meritodo]
[Entran] ORDEN, AMBLADURAS, HORNO [y] TODOMIRO.

ORDEN
Colocad todo en su sitio o, como me llamo Orden
 ―y por esta vara del cargo que os ordena,
 esta cadena y doble gorguera, símbolos del poder―,
 quien quiera que dejara de cumplir con sus funciones,
5
 por una semana entera se pierde el desayuno
 y el privilegio de bodega.

AMBLADURAS
Alegre estáis,
 mi buen maese mayordomo.

HORNO
Dejadle; yo seré el enojado.

AMBLADURAS
Pero, Horno, compañero, no son ni las doce todavía;
 no hay comida que subir. Se permite entonces
10
 que los cocineros, por su cargo, puedan ser coléricos.

HORNO
¿Creéis haber hablado con seso, señor Ambladuras,
 precursor de mi señora?

ORDEN
 ¡No, no! No haya disputa.

HORNO
¿Creéis que llevo mal la cocina?
 A toda hora y en todo lugar estaré enojado;
15
 y, provocado de tal modo, hasta en mis oraciones
 estaré enojado.

AMBLADURAS
 No hubo intención de daño.

HORNO
 Amigo tuyo soy y, en tanto, he de estar enojado.

ORDEN
¿Con quién?

HORNO
 No importa. Pero, ahora que lo pienso,
 estoy enojado con la señora.

TODOMIRO
 ¡No lo permita el Cielo, hombre!

ORDEN
20
¿Qué motivo te ha dado?

HORNO
Motivo suficiente, maese mayordomo.
 Fui empleado por ella para complacerle el paladar
 y, hasta que abjuró del comer, cumplí mi cometido.
 Ahora, puesto que nuestro amo, el noble Meritodo, ha muerto,
 ya puedo romperme la cabeza ingeniando salsas
25
 y levantar fortificaciones en la repostería
 que a los Países Bajos podrían servir de modelo;
 y que, de haberse ensayado en Breda,
 ya podía Spínola haber tirado la gorra, que nunca la habría rendido.

AMBLADURAS
Pero, os faltaba material para vuestra fábrica.

HORNO
30
¡¿Material?! Con seis huevos y abundancia de centeno,
 habría mantenido la ciudad hasta el día del Juicio y aún más allá, me aventuro.

ORDEN
Pero, ¿qué querella habéis contra la señora??

HORNO
¿Querella? La Virgen, esta: cuando ya estoy asado en tres cuartos
 y sancochado en un cuarto, para preparar sus viandas,
35
 permanece en su cámara y se almuerza con unas gachas
 ya corrientes, ya delgadas … nunca lo pensaran mis sudores.

ORDEN
Pero vuestro arte se ve en el comedor.

HORNO
¿Por quién?
 Por los que pretenden amarla, pero vienen
 a comer a costa de ella. En tanto, de todas las arpías
40
 que la devoran, quien menos puedo sufrir
 es a ese hidalgo, fino de tripas
que ha hurtado el empleo.

ORDEN
¿El Juez Ávido?

HORNO
El mismo, el mismo; la carne se desperdicia en él,
 no fructifica. El defiende esta paradoja:
45
 quien no come bien, nunca podrá hacer bien la justicia.
 Su estómago es tan insaciable como la tumba
 o los fieros apetitos de una ramera.

TODOMIRO
Alguien llama.

MERITODO llama a la puerta y entra.

ORDEN
¡Nuestro pretérito señorito!

AMBLADURAS
Bienvenido, señor.

HORNO
Vuestra mano;
 si tenéis estómago para ello, hay asado frío.

ORDEN
50
[a los demás]
Es la estampa de su padre en pequeño.

HORNO
Somos vuestros criados.

AMBLADURAS
Él sigue viviendo en vos.

MERITODO
Gracias a todos juntos;
 algo de consuelo es. ¿Mi señora está levantada?

ORDEN
Su presencia nos ahorra la respuesta.

Entran LADY MERITODO, Camarera [y] Azafata.

LADY MERITODO
Ordenad bien esas sedas.
 Tomaré el aire a solas.

Salen Camarera y Azafata.

HORNO
Vos aire y aire;
55
 ¿es que no vais a probar una cucharada más?
 ¿Para qué sirvo yo entonces?

LADY MERITODO
Por favor, no te enojes;
 ya lo haré de aquí a poco; mientras, toma oro
 para comprarte delantales y vestiduras de estío.

[Le da dinero.]

HORNO
Apaciguado estoy y Horno ahora se enfría.

LADY MERITODO
60
Y, según mis órdenes impartidas, si esta mañana
 me visitara alguno, recibidlo
 como hasta ahora, pero decid, en mi descargo,
 que me encuentro indispuesta.

ORDEN
Así haré, señora.

LADY MERITODO
Hacedlo y dejadme.
 No, quedaos vos, Meritodo.

MERITODO
Con gusto creceré aquí,
65
 cumpliendo vuestras órdenes.

Salen ORDEN, AMBLADURAS, HORNO [y] TODOMIRO.

LADY MERITODO
¡Pronto os habéis vuelto un cortesano!

MERITODO
No llaméis cortesana, señora, a la obligación
 para con vos adquirida.

LADY MERITODO
Bien, me habéis vencido:
 no lidiaré con palabras. ¿Cómo se encuentra
 vuestro noble amo?

MERITODO
Siempre el mismo,
70
 Ni un mínimo escrúpulo que le aligere el pleno peso del honor.
 Sí que me ordenó ―y perdonad mi presunción―
 que, como indigno lugarteniente, besara
 las hermosas manos de Vueseñoría.

[Le besa las manos.]

LADY MERITODO
Me honra
 con su favor. ¿Mantiene su intención
75
 con respecto a los Países Bajos?

MERITODO
Constantemente, mi buena señora;
 pero antes quiere presentaros, en persona, sus servicios.

LADY MERITODO
Y ¿qué opináis de tal empresa? Todavía sois
 como un pergamino virgen, susceptible de cualquier
 inscripción, malvada u honorable.
80
 No forzaré vuestra voluntad, sino que os dejaré libertad
 de elección.

MERITODO
Cualquier forma que gustéis,
 yo me revestiré de ella. Pero, si pudiera yo elegir,
 con humilde emulación seguiría
 el sendero que mi señor me ha marcado.

LADY MERITODO
Bien respondido,
85
 y alabo vuestro espíritu. Vos teníais un padre
 – ¡bendita sea su memoria! – que pocas horas
 antes de que la voluntad del Cielo me lo llevara,
 os encomendó, por los lazos más queridos
 del perfecto amor entre nosotros, a mi cuidado.
90
 Por lo tanto, lo que ahora digo, debéis escucharlo
 con el mismo respeto que si él viviera en mí.
 Él era mi esposo y, aunque vos no sois
 hijo de mi vientre, podéis serlo de mi afecto,
 siempre que merezcáis serlo.

MERITODO
He hallado en vos,
95
 mi muy honrada señora, la mejor de las madres.
 Con el mayor esfuerzo de cuidados y servicio,
 haré que nunca hayáis de arrepentiros
 de las dádivas sobre mí vertidas.

LADY MERITODO
Así lo espero.
 Estas fueron las palabras de vuestro padre: “Si alguna vez mi hijo
100
 fuera a la guerra, decidle que es escuela
 donde todos los principios pertinentes al honor
 son enseñados, si se siguen verdaderamente. Más, para aquellos
 que a ella se encaminan como a lugar donde
 ―presumen― han de hallar licencia para practicar
105
 sus rijos y pendencias, esos nunca merecerán
 el noble nombre de soldados. Aventurarse con ánimo
 por una hermosa causa y por la seguridad de su patria,
 correr sin temor hacia la boca del cañón;
 obedecer a los jefes y rehusar los motines;
110
 soportar con paciencia el frío del invierno
 y el calor abrasador del estío y no desmayar
 cuando la provisión fallara en gran medida y el hambre sobreviniera…
 eso es lo que hace a un soldado en esencia,
 no el maldecir, los dados o la bebida.”

MERITODO
No hay sílaba
115
 en vuestro discurso que no me sea un oráculo,
 dudar de lo cual sería impío.

LADY MERITODO
En conclusión:
 recelad de malas compañías, pues, a menudo, los hombres
 son como aquellos con quienes se juntan.
 Y, si de un hombre he de preveniros, es de Bennato:
120
 no por ser pobre, que esa es más bien razón para que lo compadezcáis,
 sino por lo torpes de sus costumbres
 y los torcidos senderos a los que se ha vendido.
 Cierto, vuestro padre le amaba, mientras
 era merecedor de tal amor; pero, de haber vivido
125
 para verlo como es ahora, lo habría rechazado,
 como vos habéis de hacer.

MERITODO
En todo habré de obedeceros.

LADY MERITODO
A mi cámara seguidme; habréis oro
 para proveeros como cumple a un hijo mío y que sigáis siendo servido
 cuando tenga noticias de vos.

MERITODO
Vuestro por siempre.

Salen.

Acto I

Escena III

[Una sala en la dicha casa]
[Entran] PROPASSO, ÁVIDO, ORDEN, AMBLADURAS, HORNO, TODOMIRO [y] TODOLOMELLA.

ÁVIDO
¡No hay manera de verla!

PROPASSO
¿Enclaustrada todavía? Su razón,
 supongo, la asegura, aunque se vea a sí misma
 en estrechas prisiones por siempre por la pérdida del esposo,
 no lo habrá de recobrar por ello.

ORDEN
Señor, esa es su voluntad,
5
 que nosotros, como sirvientes, hemos de servir
 y no discutir. No obstante, se os da noble bienvenida;
 y, si os place quedaros, para más convenceros
 desde Hull llegó, hace ahora ni seis días,
 una cuba de rico canarias, que se ha de gastar
10
 en honor de mi señora.

ÁVIDO
¿Es de la casta apropiada?

ORDEN
Sí, Maese Ávido.

AMBLADURAS
[aparte a HORNO]
¡Cómo se le hace la boca agua!

HORNO
[aparte a AMBLADURAS]
Yo me encargaré de que siga siendo así. — ¡Dios
Guarde a Vueseñoría!

ÁVIDO
Honesto Maese Cocinero, la mano; y otra vez la mano, ¡cómo te amo!
15
 ¿Sigue habiendo buenos platos? Habla, muchacho.

HORNO
Si tenéis pensado comer, hay un solomillo
 de buey, bien condimentado.

ÁVIDO
¡Bien!

HORNO
Un faisán, lardeado.

ÁVIDO
¡Que pudiera agradecértelo ya!

HORNO
Otras fruslerías.
 Además, anoche llegó, del Bosque de Sherwood,
20
 el venado más gordo que jamás he cocinado.

ÁVIDO
¡¿Un venado, hombre?!

HORNO
Un venado, señor, parte del cual está listo para la comida;
 y horneado con hojaldre.

ÁVIDO
¡Y encima hojaldre, Don Gil!
 ¡Un maravilloso solomillo de buey! ¡Un faisán lardeado!
 Y un ciervo colorado también, Don Gil ¡y horneado con hojaldre!
25
 Dejemos todo negocio a un lado y demos gracias aquí.

HORNO
 [aparte]
¡Qué arrebato el de los escuálidos esqueletos!

PROPASSO
Sabéis que no podemos.

TODOLOMELLA
Sus señorías han de comparecer en comisión
 y, si vos no asistís, perderéis el pleito.

ÁVIDO
No me hagáis pleito del pleito. Lo probaré, por una comida tal
30
 podemos suspender la comisión: lo encontrareis
 Henrici decimo quarto.

PROPASSO
¡Malhaya, Maese Ávido!
 ¿Haréis que pierda mil libras por un almuerzo?
 ¡Qué vergüenza! ¡No! Hemos de olvidar la barriga
 de pensar en beneficios.

ÁVIDO
Bien, vos me mandáis;
35
 ¡es que podría prorrumpir en lágrimas! —Escuchad, Maese Cocinero,
 enviadme siquiera una punta de ese maravilloso hojaldre,
 y yo, en agradecimiento, por conducto de vuestro mozo
 os enviaré — un de tres chavos.

HORNO
[Aparte]
¿Seréis tan pródigo?

Entra BENNATO.

PROPASSO
Encomendadme a mi señora. — ¿A quién tenemos aquí?

BENNATO
40
Vos me conocéis.

PROPASSO
Sí, antaño, pero me niego a hacerlo hogaño;
Tú no eres de mi sangre. ¡Fuera, pordiosero!
Si alguna vez presumes de haber algo más conmigo
haré que te enjaulen y te azoten.

ÁVIDO
Yo firmaré el auto.
— ¡Recuerda la punta de hojaldre, Horno!

Salen PROPASSO, ÁVIDO [y] TODOLOMELLA.

TODOMIRO
¡Salid, señor!
45
Me espanta cómo os habéis atrevido a colaros adentro.

ORDEN
Grosería es ésta
y salaz impudicia.

AMBLADURAS
¿No podéis quedaros
para ser servido, como vuestros iguales, del cesto de las sobras
sino que habéis de entrar hasta la sala?

HORNO
Te lo ruego, desaparece
en algún departamento exterior, aunque sea la pocilga;
50
mi pinche se allegará contigo.

Entra MERITODO.

BENNATO
¡Rara cosa!
¡Ah! He aquí a Tomé Meritodo. ¡Tomé!

MERITODO
Hemos de sernos extraños;
ni por un millón habría de haberos visto.

Sale MERITODO.

BENNATO
Vamos de bien en mejor. ¿También él me menosprecia?

Entran Azafata y Camarera.

CAMARERA
¡Puaf! ¡Que hedor que siento! ¿Qué cosa es esto?

AZAFATA
Una criatura
55
creada de un retrete. Huyamos, por caridad,
o me dará un desmayo.

CAMARERA
Yo misma ya empiezo a sentirlo.

Salen Azafata y Camarera.

TODOMIRO
[a BENNATO]
¿Sabréis el camino?

AMBLADURAS
 ¿O hemos de mostrároslo,
por la cabeza y los hombros?

BENNATO
No; no he de moverme.
Fijaos bien, no lo haré: y a ver quién es el mísero
60
que se atreve a obligarme. Si no sois más que esclavos,
creados tan solo para torcer las piernas y doblaros;
para traer un plato y mover un tajadero de sitio;
con almas solamente hechas para rogar
por botas o botellas ¿De vosotros, que nacisteis
65
tan solo por consumir comida y bebida y hartarse
con los restos — quien se adelanta? ¿Quien
me muestra el camino?

ORDEN
¡La señora!

Entran LADY MERITODO, Azafata [y] Camarera.

AZAFATA
He aquí el monstruo.

CAMARERA
Dulce señora, téngase el pañuelo a la nariz.

AZAFATA
O dejadme
que traiga unos perfumes que predominen;
70
así no os haríais injuria.

BENNATO
Señora, mis designios
ante vos me traen.

LADY MERITODO
¡¿Ante mí?!

BENNATO
Y aunque no he topado aquí sino con
un trato harapiento por parte de vuestros mozos,
espero recibir de vos aquel noble trato
que corresponde al amigo de vuestro esposo;
75
y, así, me olvidaré de estos.

LADY MERITODO
Me espanta
ver y escuchar tal grosería. ¿Te atreves a pensar
que se llegara a creer, aun con palabra de juramento,
que yo, que a los mejores hombres de este país
les he negado mi presencia desde la muerte de mi esposo,
80
podría rebajarme tanto como para intercambiar palabras contigo?
Hijo de la infamia, abandona mi casa
y conoce y mantén la distancia que nos separa.
Si no, aun yendo en contra de mi risueño temperamento,
daré las órdenes para que no vuelvas a ser
85
una molestia a mis pupilas.

BENNATO
No me despreciéis, buena señora.
Al contrario, angélica cual sois en formas,
imitad las naturalezas celestiales y concededme,
al menos, el tiempo de escucharme. Concederéis
que la sangre que corre por este brazo es tan noble
90
como la que os llena las venas. Esas joyas costosas
y las ricas ropas que vestís, el servicio de los vuestros,
y la adulación de las mujeres no son, en vos, virtudes;
ni estos harapos, con mi pobreza, son, en mí, vicios.
Habéis una hermosa fama y sé que merecida;
95
Señora, he de decirlo, aunque sólo lo fuera
por el piadoso duelo que habéis mostrado
por vuestro difunto y noble esposo.

ORDEN
[aparte a las otras]
¡Como se sobresalta!

HORNO
[aparte]
Apenas puede apartar los dedos de los ojos
cuando de él se habla.

LADY MERITODO
¿Tenéis algo más que decir?

BENNATO
100
Ese esposo, señora, tuvo una vez su fortuna
casi tan baja como yo. Necesidades, deudas y querellas
le agobiaban; no se me tome por
vanagloria que ahora diga que le alivié.
Fui yo quien le dio maneras; mía la espada
105
que siempre secundó la suya.
Lo saqué de una y otra con honor, señora.
Y, cuando se hallaba hundido en la opinión de todo hombre
y en sus propias esperanzas y no podía salir a flote,
me puse a su lado, le di la mano,
110
y lo enderecé.

HORNO
[aparte a los otros]
¿No somos viles bellacos,
por haber olvidado esto?

BENNATO
Lo confieso: vos le hicisteis
amo de vuestra hacienda; y vuestros amigos no podían,
aunque no aportara riquezas, echaros la culpa por ello.
Pues tenía las formas y a las formas añadía una mente
115
compuesta de todas las partes, grandes o nobles;
y un comportamiento tan atrayente, que era imposible
resistírsele, señora.

LADY MERITODO
Es muy cierto, lo tenía.

BENNATO
Por él, pues, por el hecho de que fui su amigo,
no me despreciéis.

LADY MERITODO
Por lo pasado, excusadme;
120
yo habré de redimirlo. Orden, dale al caballero
cien libras.

BENNATO
No, señora. En modo alguno.
No habré de pedir ni tomar prestados de vos ni tres chavos,
Buscaré provisión en otro lugar o quedaré por siempre necesitado.
Solamente os hago una petición que no negáis
125
a los forasteros; y es ésta.

Le susurra.

LADY MERITODO
¡Bah! ¿Nada más?

BENNATO
Nada: a menos que queráis encargarle a vuestros criados
que malgasten en mí algún respeto.

LADY MERITODO
Lo que pedís es vuestro.

BENNATO
Os doy las gracias, señora.
Ahora, lo que se puede obtener de tal petición
130
no es sino suposición todavía; lo he dicho todo,
cuando os plazca podéis retiraros. —
[Sale LADY MERITODO con Azafata y Camarera.]
[a los Criados]
Vamos, todo está olvidado;
y ahora, por un augurio favorable a mis proyectos,
démosnos las manos y pongamos fin a las disputas en la bodega.

ORDEN
De acuerdo, de acuerdo.

HORNO
Sigue siendo el alegre Maese Bennato.

Salen.

Acto II

Escena I

[Una cámara en casa de Propasso]
Entran PROPASSO y TODOLOMELLA.

PROPASSO
Ya no existe, te lo aseguro; esta comisión lo ha destrozado.

TODOLOMELLA
Su Señoría sabe hacerlo y nunca pierde la oportunidad
de estrujar a estos malgastadores hasta evaporarlos; y, en tanto,
el juez de mejillas hundidas cumplió con su parte, devolviendo
5
para ventaja vuestra el certificado,
en contra de su conciencia y también de su saber
(con la venia) para ruina absoluta
del pobre granjero.

PROPASSO
Fue con estos buenos fines
que lo hice juez; el que soborna sus tripas,
10
no puede sino dominar su alma.

TODOLOMELLA
Me pregunto
(siempre con la venia) ¿por qué, con Vueseñoría teniendo
la potestad de otorgarle a ese finas tripas un cargo,
no lo asumís vos mismo?

PROPASSO
Eres un necio:
al no tener el cargo, no corro peligro;
15
Y, en cambio, si el juez yo lo fuera, además de las molestias
en las que podría incurrir, ya sea por tozudez o por error,
podría correr el riesgo de meterme lindamente en ley penal 
y convertirme en presa del informante.
No, no quiero saber nada de ello. Me resulta suficiente tener a
20
Ávido devoto mío; mientras sirva
a mis propósitos, que se ahorque o se condene, no me importa:
la amistad no es sino una palabra.

TODOLOMELLA
Sois todo sabiduría.

PROPASSO
Yo querría ser sabio en este mundo; en cuanto a la otra sabiduría,
que nos prescribe una vida bien gobernada,
25
y a hacer el bien a los otros como a nosotros mismos,
no lo valoro en un átomo.

TODOLOMELLA
¿Qué vais a emprender,
con vuestra paciencia, en lo de vallar la finca
de vuestro vecino Maese Frugal? Según se dice,
no quiere ni vender, ni arrendar, ni hacer trueque;
30
y sus tierras, estando entre las muchas de vuestros señoríos,
son una sucia mancha.

PROPASSO
He pensado en ello, Todolomella,
y me haré con ella. Todos han de ser vendedores,
y yo sólo el comprador.

TODOLOMELLA
Muy adecuado, señor.

PROPASSO
Así, compraré alguna casita cercana a su finca
35
y, un vez hecho esto, haré que mis hombres le rompan las vallas,
cabalguen sobre sus trigales crecidos y, de noche,
prendan fuego a sus graneros, o le rompan las patas a su ganado.
Estas transgresiones y ultrajes conllevan pleitos y los pleitos gastos
que yo puedo permitirme y a él volverán pordiosero.
40
Cuando lo haya acosado de este modo durante dos o tres años,
aunque diera en pleitear con abogado de oficioy a pesar
de todo su ahorro y cuidado, incurrirá en atrasos.

TODOLOMELLA
¡Es lo mejor que he oído! Podría adoraros.

PROPASSO
Luego, con el favor de mi hombre de leyes,
45
haré alguna pretensión a registro de propiedades. La necesidad le obligará
a someterse a arbitraje; después, si vendiera
a mitad de su valor, él tendrá los dineros
y yo poseeré las tierras.

TODOLOMELLA
¡Supera toda maravilla!
Bennato estaba dispuesto a vender, señor, y no requería
50
de esas finas artes, señor, para pescarlo.

PROPASSO
Bien pensado.
Este lacayo, Todolomella, vive ya demasiado para censurarme
con mi fraude secreto. ¿Acaso ni el frío
ni el hambre habrán de matarlo?

TODOLOMELLA
No sé qué pensar de ello.
He usado todos los medios; y, anoche, hice que
55
su huésped, el tabernero, lo echara a la calle.
He estado, desde entonces, con todos sus amigos e inquilinos
y, bajo amenaza de perder vuestro favor, les he encargado
que, aunque una corteza de pan mohoso lo salvara de morir de hambre,
que no le dieran alivio. Eso se ha hecho, señor.

PROPASSO
60
Algo es algo, Todolomella; pero debes ir más lejos
y de seguida, Todolomella.

TODOLOMELLA
Donde y cuando gustéis, señor.

PROPASSO
Quisiera que lo buscaras y, si puedes,
le persuadieras de que es mejor robar que rogar.
Luego, si logro probar que ha robado siquiera el palo de un gallinero,
65
ni el mundo entero podrá salvarlo de la horca.
Haz lo que sea para llevarlo a la desesperación;
y será tu obra maestra.

TODOLOMELLA
Lo haré lo mejor posible, señor.

PROPASSO
Ahora me ocupo de mi obra principal con el lord Amanthos,
el galante y popular Lord Amanthos,
70
el favorito del amor del pueblo. He oído que
ha venido al campo y mis metas son
insinuarme a su conocimiento
y luego invitarle a mi casa.

TODOLOMELLA
Os entiendo;
esto apunta a mi joven señora.

PROPASSO
Debe deshacerse
75
de ese humilde título y escribirse “señoría”,
“excelencia”, Todolomella, “su excelencia” mi hija,
si todo lo que poseo o en un futuro posea, lo logra.
Haré que esté bien servida; hay damas
de caballeros andantes tan bajo caídos, tan derruidos
80
que, por unas sayas de desecho y por carne, la servirán con agrado.
Y es mi gloria, aunque provenga de la ciudad,
que la progenie de los que he destruido,
se arrodille, como esclavas, ante la mía.

TODOLOMELLA
Es un estado adecuado, señor.

PROPASSO
Y, por tanto, no tendré a una azafata
85
para atarle los zapatos o cualquier bajo oficio,
sino a una cuyos padres sean, como poco, Ilustrísimos.
¡Es el orgullo de un rico! habiendo, como ha habido,
más que una enemistad, una extraña antipatía
entre nosotros y la auténtica hidalguía.

Entra BENNATO.

TODOLOMELLA
90
Ved quien está aquí, señor.

PROPASSO
¡Fuera, monstruo, prodigio!

BENNATO
Señor, el sobrino de vuestra esposa.
Ella y mi padre dieron tumbos en el mismo vientre.

PROPASSO
¡Huye de mi vista! ¡Tu hálito inficiona, bellaco!
Te huyo como a la lepra o a la peste.
95
Ven aquí, Todolomella —
[aparte]
ahora es cuando hay que trabajarlo.

TODOLOMELLA
Os lo ruego, señor.

[Sale Propasso.]

BENNATO
Luz de Dios, creo que está loco.

TODOLOMELLA
¿Loco? De haberos compadecido tanto tiempo de vos,
ha mucho que estaríais loco.

BENNATO
Vos os habéis empeñado,
entre vos y mi venerable tío,
100
en volverme así.

TODOLOMELLA
De más flaco ánimo vos
por dejaros llevar. Juro solemnemente —

BENNATO
¿Por qué?

TODOLOMELLA
Por mi religión.

BENNATO
¡Tu religión!
El credo del diablo — Pero ¿qué habríais hecho?

TODOLOMELLA
Con sólo un árbol que hubiera en todo el condado
105
o la sola esperanza de adquirir un lazo de baratillo,
antes de que, como vos, a mi fortuna sobreviviera,
un mimbre me habría servido para ahorcarme.
Celo tengo en vuestra causa; ahorcaros, os lo ruego,
y ahora mismo, si estimáis vuestro crédito.

BENNATO
Os doy las gracias.

TODOLOMELLA
110
¿Vais a permanecer así hasta morir en una zanja o que los piojos os devoren?
O, si no os atrevéis al acto vos mismo,
y dejáis a la república a cargo del estorbo,
¿no hay bolsa cuyos cordones cortar, casa cuya puerta derribar,
o tendera con huevos a quien dar alevosa muerte
115
y, así, despachar el asunto?

BENNATO
Variedad hay,
he de confesarlo; pero no he de aceptar ninguna
de vuestras nobles ofertas, os lo aseguro.

TODOLOMELLA
¿Acaso tenéis la esperanza de volver a comer
o a beber? ¿O a ser el amo de tres cuartos?
120
¡Si no os gusta colgaros, tiraos al río! Haced algo por salvar
vuestra reputación.

BENNATO
No ha de funcionar, querido tentador,
toda la retórica que te ha enseñado el Enemigo.
Tan lejos estoy como tú de la desesperanza;
más aún, tengo la confianza, que es más que la esperanza,
125
de vivir —y enseguida— mejor que nunca.

TODOLOMELLA
¡Ja! ¡Ja! Estos castillos que construís en los aires
no habrán de persuadirme de daros o prestaros
cosa alguna.

BENNATO
Seré más amable contigo:
ven, vas a comer conmigo.

TODOLOMELLA
¡Con vos!

BENNATO
Y más todavía, a comer gratis.

TODOLOMELLA
130
¿Bajo qué seto, decidme? ¿O a costa de quién?
¿De salteadores de caminos o de lázaros fingidos, que son vuestra compañía?

BENNATO
Eres incrédulo, pero vas a comer
no solamente en su casa sino con una galante dama;
conmigo y con una dama.

TODOLOMELLA
¡¿Dama?! ¿Qué dama?
135
¿Con la Dama del Lago, o la Reina de las Hadas?
pues sé que habrá de ser una comida encantada.

BENNATO
Con Lady Meritodo, bellaco.

TODOLOMELLA
Vamos, aún queda la esperanza
de que se os haya quebrado el seso.

BENNATO
A ver ¿en qué sentido
habré de entretenerme?

TODOLOMELLA
Con la elección, sin duda, de fustas para perros.
140
Vamos, ¿acaso confiáis sobrepasar a su portero?

BENNATO
No está muy lejos, ven conmigo. Da fe a tus propios ojos.

TODOLOMELLA
A fe, en mi esperanza, o mi seguridad más bien,
de verte pavonear y manteado como a perro
si llegas a presumir de cruzar sus umbrales,
145
soportaré tu compañía.

BENNATO
Ven conmigo, pues.

Salen.

Acto II

Escena II

[Una cámara en casa de Lady Meritodo]
[Entran] MERITODO, Azafata, Camarera, ORDEN, AMBLADURAS, HORNO [y] TODOMIRO.

AZAFATA
¿No podrías retener vuestra presencia una hora todavía?

CAMARERA
¿O media hora?

MERITODO
Os he relatado mis prisas.
Además de ser ahora de otro, que no de mí mismo,
por mucho que desee seguir disfrutando de vuestra compañía,
5
mi deber sufriría si, por complacerme a mí mismo,
desatendiera a mi señor.

AZAFATA
Os ruego que me hagáis el favor
de meteros estos pocos dulces de membrillo en los bolsillos;
los he preparado yo misma.

CAMARERA
Y esta mermelada;
le conviene a vuestro estómago.

AZAFATA
Y, con la despedida,
10
perdonadme si os ruego un adiós de vos.

AZAFATA
[a ella]
Os habéis adelantado. — Presento la misma petición, señor.

[MERITODO] las besa una a una.

HORNO
¡Cuan ávidas son estas camareras de un mentón imberbe!
Creo que las gatitas habrán de maravillarlo.

MERITODO
A vuestro servicio,
al de ambas.

CAMARERA
Y nosotras al vuestro.

AZAFATA
15
Por siempre.

ORDEN
Habéis oído el encargo de la señora, cuidad por tanto
de aguantar vuestros empleos.

CAMARERA
Podemos aguantar os lo aseguro.

Salen Azafata y Camarera.

HORNO
Tomad, bebedlo de un trago; los ingredientes son cordiales
y este el verdadero elixir: lleva hirviendo
desde medianoche para vos. La quintaesencia consta de
20
cinco gallos de pelea, diez docenas de golondrinas,
jarretes de ternera, raíces de patata y calabaza,
coral y ámbar gris. Si tuvierais dos años más,
y yo tuviera esposa, o amante bien dispuesta,
no os confiaría a ninguna. No os hará falta provisión
25
tras esto, os lo aseguro, aunque fuera largo el viaje;
podéis cabalgar con la fuerza de esto hasta mañana por la mañana.

MERITODO
Vuestros cumplidos me abruman; mucho lamento
tener que separarme de tan veros amigos; y, en tanto, me consuela que
el servicio a mi honorable señor,
30
que está resuelto a visitar a mi señora,
me devuelva aquí con presteza.

Llaman a la puerta.
TODOLOMELLA y BENNATO [hablan] dentro.

TODOLOMELLA
[dentro]
¿Te atreves a seguir adelante?

BENNATO
[dentro]
Sí, sí, llama de nuevo.

ORDEN
[a los demás]
Él es. ¡Desapareced!

AMBLADURAS
[a los demás]
Portaos con ánimo.

HORNO
Me sé mi pie, nunca dudes de mí.

Salen por separado. [MERITODO permanece en el escenario].
[Entra TODOMIRO con BENNATO y TODOLOMELLA.]

TODOMIRO
¡Fui una bestia por obligaros a quedar aquí! Bienvenido seáis;
35
se os esperaba hace tiempo.

BENNATO
Decidle otro tanto
a mi amigo, os lo ruego.

TODOMIRO
Por vos lo haré, señor.

TODOLOMELLA
[aparte]
¡Por él!

BENNATO
[aparte a TODOLOMELLA]
Chist; esto no es nada.

TODOLOMELLA
[aparte]
Nunca lo hubiera
creído, ni si en mi catón se encontrara.

MERITODO
Cuando os haya dado las razones de mi reciente brusquedad
40
me perdonaréis y excusaréis, pues, creedme,
aunque ahora parta de repente, por mi servicio
habré de merecer vuestro perdón.

TODOLOMELLA
[aparte]
¡Servicio! ¡Venganza!

BENNATO
Me doy por satisfecho. Adiós, Tomé.

MERITODO
¡Que todo gozo con vos permanezca!

Sale MERITODO.
Entra AMBLADURAS.

AMBLADURAS
[a BENNATO]
¡Felizmente hallado! Nunca hasta ahora
45
he presentado a ninguno que vaya a ser tan bienvenido
como vos para mi señora.

TODOLOMELLA
[aparte]
Una visión es esta
o, de seguro, estos hombres están locos, por adorar a un estercolero.
No puede ser cierto.

BENNATO
[aparte a TODOLOMELLA]
Seguid siendo un pagano,
y un infiel incrédulo; sedlo, villano,
50
y meditad lo del manteo y las fustas para perros.

Entra HORNO.

HORNO
[a BENNATO]
Me alegra que hayáis venido. Hasta no conocer vuestros gustos
no sabría cómo presentar la comida de mi señora.

TODOLOMELLA
[aparte]
¡Sus gustos! ¿Es posible?

BENNATO
[a HORNO]
¿Qué tenéis?

HORNO
Por la Virgen, señor, algo de urogallo y pollipavo,
55
algún rascón y codornices; y mi señora me ordenó preguntaros
qué tipos de salsa mejor le sientan al paladar vuestro,
para que aplique mi arte más alto en complacerlo.

[BENNATO y HORNO conversan en privado.]

TODOLOMELLA
[aparte]
El Diablo ha entrado en este cocinero. ¡Salsa para su paladar!
Para uno que ―que yo sepa―, hace un año casi cumplido
60
su mayor ilusión estribaba en limaduras de queso y pan moreno los domingos.

BENNATO
[a HORNO]
Así es como más me gusta.

HORNO
Así se hará, señor.

Sale HORNO.

BENNATO
[aparte a TODOLOMELLA]
¿Que pensáis del seto bajo el cual comeremos?
¿Comeremos gratis?

TODOLOMELLA
No sé qué pensar.
No me volváis loco, os lo ruego.

Entra ORDEN.

ORDEN
[a BENNATO]
No es este lugar para vos;
65
os ruego, señor, que paséis al comedor.

BENNATO
Cómodo me hallo aquí,
hasta que su señoría abandone su cámara.

TODOLOMELLA
[aparte]
¿“Cómodo aquí”, decís?
¡Raro cambio! Tan sólo ayer os creíais
cómodo en un granero, envuelto en vainas de guisante secas.

Entran Azafata y Camarera.

AZAFATA
[a BENNATO]
¡Ah, señor! Se solicita vuestra presencia.

CAMARERA
[a BENNATO]
Mi señora, señor, soñó con vos.

AZAFATA
70
Y la primera orden que dio, una vez se hubo levantado,
(y rezadas sus oraciones) fue que la informáramos al punto
de vuestra llegada.

CAMARERA
Y así, por mi virtud, se ha hecho.

TODOLOMELLA
[aparte]
Voy a convertirme; empiezo a fructificar
en una nueva creencia, que ni ángeles ni santos
75
habrían podido inculcarme.

AZAFATA
¡Señor, mi señora!

Entra LADY [MERITODO].

LADY MERITODO
Vengo a encontrarme con vos y he languidecido hasta veros.
Este primer beso es formal; yo le permito un segundo
a un amigo así.

[Besa a BENNATO con afecto.]

TODOLOMELLA
[aparte]
¡A un amigo así! ¡El Cielo me bendiga!

BENNATO
Vuestro soy por entero; en tanto, señora, si os place
80
agraciad a este caballero con un saludo —

TODOLOMELLA
[aparte]
¡Saludarme a petición suya!

BENNATO
Lo aceptaré
como un altísimo favor.

LADY MERITODO
Señor, podéis mandar en mí.

[Hace ademán de besar a TODOLOMELLA, quien se aparta.]

BENNATO
¡Retroceder ante una señora! ¡Y una tal señora!

TODOLOMELLA
Besar sus pies es, pobre de mí, un favor
85
del que soy indigno.

[Se arrodilla y] hace ademán de besarle el pie.

LADY MERITODO
No, alzaos os lo ruego;
y, puesto que sois tan humilde, yo os exalto.
Almorzaréis conmigo hoy y en mi propia mesa.

TODOLOMELLA
¡¿En la mesa de Vueseñoría?! Yo no valgo
ni para sentarme al rancho de vuestro mayordomo.

LADY MERITODO
Sois demasiado modesto;
90
no aceptaré negativas.

Entra HORNO.

HORNO
¿Seguiréis parloteando
hasta que la carne se hiele en la mesa? ¡La argucia de siempre;
nunca se piensa en mi arte!

LADY MERITODO
Vuestro brazo, Maese Bennato.
[a TODOLOMELLA]
— No; hacednos compañía.

TODOLOMELLA
Nunca fui tan agraciado.

Salen BENNATO, LADY [MERITODO], AMBLADURAS, TODOLOMELLA, Azafata [y Camarera].

ORDEN
¡Vale! Hemos hecho nuestros papeles y ha salido bien;
95
pero, si conozco el misterio de por qué mi señora
lo ha consentido o por qué Maese Bennato
lo ha deseado, que perezca aquí y ahora mismo.

HORNO
¡Ojalá
pudiera hornear el corazón que lo ha engañado,
y obliga al pobre hidalgo a estos disimulos!
100
¡Por el fuego! — pues son persas los cocineros y por él juran —
de todos los tiranos extorsionadores y agarrotadores
de que he oído hablar o leído, nunca he sabido de uno
que se igualara a Don Gil Propasso.

TODOMIRO
¿Qué tomaréis
para decírselo, compañero Horno?

HORNO
Justamente
105
lo que vale mi garganta, pues ese sería su precio.
Tener a un usurero que se mata de hambre,
y viste una capa veinte años y uno
y lleva ropa de catorce reales, comprada al verdugo,
para enriquecerse y derrochar luego, es demasiado común.
110
Pero este Don Gil come por todo lo alto, mantiene a muchos sirvientes
que, por orden suya, cometerán cualquier desafuero;
rico es de ropas, vasto en dispendios
y es maravilla como aumenta todavía
en señoríos y hacienda.

ORDEN
Amedrenta a los hombres para que abandonen sus quintas,
115
y perfora todas las redes legales, hechas para domeñar a perversos,
como telas de arañas. Nadie se atreve a reprobarlo.
Un espíritu tal, con tal audacia y poder de movimientos, nunca
hemos alojado con tanto infortunio nuestro.

Entra AMBLADURAS [riendo].

AMBLADURAS
¡Ja! ¡Ja! Me voy a partir.

ORDEN
Tente, hombre.

HORNO
O particípanos
120
de tu hilaridad repentina.

AMBLADURAS
¡Ja! ¡Ja! ¡Mi señora tiene
un invitado a su mesa!—este malsín, Todolomella,
esa pizquilla de abogado—

HORNO
¿Qué hay de él, hombre?

AMBLADURAS
El bellaco se cree en la trastienda del cocinero en el Callejón del Carnero,
donde los escribanos comparten y el decano de ellos elige
125
y come selecto.

HORNO
¿Eso es todo?

AMBLADURAS
Mi señora
brinda por él, por comedimiento o para complacer a Maese Bennato.
Por mi vida, él se levanta y toma un plato
donde hay restos de capón hervido,
y brinda por ella con caldo blanco.

HORNO
Desde luego, es como
130
el resto de su tribu.

AMBLADURAS
Y, cuando le traigo el vino,
se levanta de su asiento y tras una reverencia o dos,
le da humildemente las gracias a mi Maestría.

ORDEN
¡Ya se han levantado de la mesa!

AMBLADURAS
Seré amonestado.

Entran LADY [MERITODO], BENNATO [y] TODOLOMELLA.

HORNO
[aparte]
Mi señora frunce el cejo.

LADY MERITODO
[a AMBLADURAS]
¡Bien atendéis!
Que no vuelva a suceder esto; vuestras burlas he observado.
135
Villano, yo os haré saber a quién creo merecedor
de sentarse a mi mesa, por muy llano que fuere:
cuando estoy presente no es compañero vuestro.

ORDEN
[aparte]
No, guardará lo que es debido.

HORNO
[aparte a AMBLADURAS]
Este refresco
le sigue a vuestro flujo de risa.

LADY MERITODO
[a BENNATO]
Sois el dueño
140
de vuestra voluntad. Sé suficiente de comedimiento,
como para no preguntaros por vuestros fines. En una palabra:
siempre me seréis bienvenido y, en cuanto a una casa,
os encontráis en la vuestra.

BENNATO
[aparte a TODOLOMELLA]
¡Fijaos!

TODOLOMELLA
[aparte a BENNATO]
Con el debido respeto, señor,
145
y si place a Vueseñoría.

BENNATO
Nos os turbéis en adelante,
cara señora. Mi corazón rebosa de celo y de servicio,
por mucho que en la lengua me reserve.
Venid, Maese Todolomella.

TODOLOMELLA
Atiendo a su Señoría.

Salen BENNATO [y] TODOLOMELLA.

LADY MERITODO
Veo por vuestro aspecto que estáis arrepentidos y sabéis que
150
soy un ama blanda. Alegraos: todo está olvidado. —
Orden y Horno, venid conmigo; he de daros
,ás instrucciones.

ORDEN
Lo que os plazca.

HORNO
Estamos listos.

[Salen.]

Acto II

Escena III

[El campo, cerca de la finca de LADY MERITODO]
[Entran] BENNATO [y] TODOLOMELLA.

BENNATO
Creo ir por buen camino.

TODOLOMELLA
Buen señor, el mejor de los caminos,
cierto, el mejor de los caminos.

BENNATO
Hay accidentes
a los que los hombres pueden estar sujetos.

TODOLOMELLA
Vos estáis por encima de ellos;
pues ya sois Señoría,
5
y espero que pronto aumentaréis de señorío,
y seréis Ilustrísimo.

BENNATO
Por favor, no burles conmigo:
lo que haya de ser, seré. ¿Es por vuestra comodidad
que andáis destocado?

TODOLOMELLA
¿Comodidad? ¡Con la venia de Vueseñoría!
Espero que Yago Todolomella no viva tanto tiempo
10
como para no demostrar ser una bestia sin comedimiento.
Ni con avellanas que granizara, estaría yo tocado
en presencia de Vueseñoría.

BENNATO
[aparte]
¿No es éste el auténtico bellaco
que, con la mera esperanza de trufar,
muda tan de repente? Ya hiede.

TODOLOMELLA
15
Sé que Vueseñoría es prudente y no requiere consejo,
pero si, en mi afán de serviros,
humildemente os ofrezco mi consejo (salvo
mejor opinión) espero que no habré de
incurrir en vuestro alto desagrado.

BENNATO
No. Habla libremente.

TODOLOMELLA
20
Entonces, a mi juicio, señor, a mi simple juicio,
(aun con la venia de su Señoría) yo os desearía
mejores vestiduras, pues éstas no pueden ser
sino muy contrarias al gusto de la noble dama
(más no digo) que os ama; pues, esta mañana
25
para mí (y yo para ella no soy si no un puerco),
antes que la seguridad de su riqueza os perfumara
no olíais a ámbar gris.

BENNATO
¡Ahora sí!

[TODOLOMELLA] Besa el extremo del bordón [de BENNATO].

TODOLOMELLA
Este bastón tiene un toque de ello.
Pero, si os place el cambio, tengo aquí veinte libras
30
que por mi puro afecto, yo, de inmediato,
depositaré a los pies de su Señoría: servirá para que os compréis
vestiduras de cabalgar.

[Le ofrece dinero.]

BENNATO
Pero, ¿dónde está el caballo?

TODOLOMELLA
Mi caballo castrado
está a vuestro servicio. Digo más: a mí habréis de cabalgar,
antes que Vueseñoría afrontare
35
el ir andando. ¡Ay! Cuando seáis el señor
de la quinta de esta dama, como sé que lo seréis,
podéis, arrendando unos solares de canonjía llamados La Heredad del Bellaco,
lugar que yo abonaría, recompensar a vuestro vasallo.

BENNATO
Te agradezco el afecto, pero no puedo aceptarlo.
40
¿Qué son veinte libras?

TODOLOMELLA
Es todo lo que puedo reunir, señor.

BENNATO
¿Crees que, aun necesitando vestiduras, no las tendría
con tan sólo una palabra de mi señora?

TODOLOMELLA
¡Como si no lo supiera!

BENNATO
Vamos, te diré un secreto y te dejaré con ello.
No le daré la ventaja, aunque es
45
una dama de mentalidad galante, de modo que después de casados
(pues no hay mujer que no sea impertinente a veces,)
me dé en los dientes y diga que se vio obligada
a comprarme las ropas de boda y que me aceptó
con unas vestiduras llanas de cabalgar y un rocín de ambladura.
50
No: he de vestir como me corresponde.
Y ahora, adiós. En cuanto a tu petición sobre La Heredad del Bellaco,
cuando sea mía, será tuya.

TODOLOMELLA
Le doy las gracias a Vueseñoría.
Sale BENNATO.
¡Cómo fui trufado al cálculo
de la fortuna de este hombre! También mi maestro, trufado,
55
cuyo pupilo soy en el arte de arruinar hombres;
pues esa es nuestra profesión. Bien, bien, Maese Bennato,
sois de naturaleza risueña, y, por tanto, apto para ser engañado,
si así pluguiera al Hado, cuando toméis posesión
de tierra y de dama (como, sin duda, será)
60
ya se me ocurrirá el modo.

Anda de un lado para otro, cavilando.
Entra PROPASSO.

PROPASSO
[a un criado dentro]
Villano, toma mi caballo.
Andaré para abrir el apetito; no es más que una milla
y el ejercicio me ahorrará estar abolsado.
¡Hola! ¡Todolomella! ¿Está conjurando? Quizás
65
el bellaco ha llevado al pródigo
a desafuero consigo y sienta, ahora,
compunción de conciencia por ello. No importa,
con tal de que se haya hecho. — ¡Todolomella!

TODOLOMELLA
Señor.

PROPASSO
¿Ha habido éxito en nuestra
trama contra Bennato?

TODOLOMELLA
No podía haber sido mayor, señor.

PROPASSO
70
¿Se ha colgado o ahogado?

TODOLOMELLA
No, señor, vive.
Vive para ser presa de vos otra vez,
mayor presa que nunca.

PROPASSO
¿Te falta el seso?
Si lo tienes, desvela este milagro y en dos palabras.

TODOLOMELLA
Una señora, señor, se ha enamorado de él.

PROPASSO
75
¿De él? ¿Qué señora?

TODOLOMELLA
La rica lady Meritodo.

PROPASSO
¡Necio! ¿Cómo te atreves a hablar así?

TODOLOMELLA
Digo la verdad,
algo que solo hago una vez al año, salvo
que sea con vos, señor. Almorzamos con la dama,
gracias a su Señoría.

PROPASSO
¡¿Señoría?!

TODOLOMELLA
Por mi vida, señor,
80
Comí con él en la mesa de la gran dama,
simple como estoy ahora; y vi cuando le besaba
y, a petición de él, ella me habría besado a mí también;
pero no fui atrevido como algunos muchachos,
que a todo se atreven, por más absurdo que sea,
85
y, cumplido el hecho, se tornan sombríos.

PROPASSO
¡Bribón!
Me cuentas lo imposible.
¡Almorzar en su mesa! ¡Y besarle a él! ¡O a tí!
Mozo descarado, ¿acaso yo mismo
(que a menudo ha visto abiertas de par en par las puertas de grandes condesas)
90
no he intentado diez veces, desde la muerte de su esposo,
verla, en vano, aun llegando como pretendiente?
Y en tanto su buena Procurancia y el bellaco Bennato,
fueron admitidos en su presencia, ¡y banqueteasteis con ella!
Si no fuera porque sé que eres un perro y no puedes sonrojarte,
95
este embuste increíble se delataría
en tus lechosas mejillas.

TODOLOMELLA
¿No habría de fiar mi ojos, señor?
¿Ni mi sentido del gusto? Su bienvenida siento en las tripas.

PROPASSO
Me sentiréis a mí si no lo admitís, bribón.
Recuperad el seso de nuevo, no sigáis engañándoos
100
con una trama de mendigos, asistido con ayudas
de criadas y camareras (pues más allá de éstas
nunca has visto tú mujer), o te despediré
de mi empleo.

TODOLOMELLA
¿Daréis crédito a esto?
Por la confianza que tenía en su matrimonio, le ofrecí a Bennato
105
(aparte)
— daría una corona ahora si me atreviera a decir “su Señoría” —
mi rocín y veinte libras.

PROPASSO
¡¿Conque sí, idiota?!
Lo derriba a golpes.
¿Era este el modo de llevarlo a la desesperación
o es el de provocar mi enojo?

TODOLOMELLA
¿Quiere matarme Vueseñoría?

PROPASSO
No, no; quiero ahuyentarte el espíritu de la mentira.

TODOLOMELLA
110
Ya se ha ido.

PROPASSO
Entonces ya he terminado. Ahora, olvidando
tus imaginarios y recientes banquete y dama,
entérate de que el lord Amanthos almuerza conmigo mañana;
cuida que nada le falte al recibirlo,
Y dile a las sirvientes de mi hija que la apresten,
115
aunque tengan que pintarla, para que el lord se prende de ella. Yo les daré las gracias.
Ahí tienes una pieza por estos golpes.

[Le da dinero.]

TODOLOMELLA
(aparte)
He de sufrir todavía,
pero puede que llegue el momento —

PROPASSO
¿Murmuráis?

TODOLOMELLA
No, señor.

[Salen.]

Acto III

Escena I

[El campo, cerca de la casa de Propasso]
[Entran] LORD AMANTHOS, MERITODO [y] Criados.

AMANTHOS
Que los caballos vayan colina abajo; en privado
he de tratar con Meritodo.

Salen los Criados.

MERITODO
Oh, milord,
¡qué sacrificio de reverencia, deber, observancia,
(aunque pudiera prescindir del sueño
5
y por siempre aguardara vuestras órdenes para cumplirlas),
qué peligros, por muy horrendos que se mostraran;
hasta la muerte misma, aunque corriera a su encuentro,
podría yo padecer con voluntad agradecida!
Y, aun con todo, la retribución se quedaría corta
10
de vuestras bondades asperjadas sobre mí.

AMANTHOS
Joven amador,
hasta que lo que pretendo se lleve a cabo,
no lo sobrevaloréis. Pues me habéis confiado
el secreto más íntimo de vuestra alma ―incluso diría el más querido―,
tened la confianza de que está bajo llave en un gabinete
15
que la traición nunca abrirá. Os he hallado
(pues así he de decíroslo, a la cara,
por más que con rubores guardéis vuestra modestia)
de mayor celo en vuestro amor y servicio conmigo
de lo que yo he sido en mis recompensas.

MERITODO
Grandes todavía,
20
sobrepasando mi mérito.

AMANTHOS
Así vuestra gratitud las llama.
Tampoco soy de ese temperamento hosco y áspero,
el tributo de algunos grandes, que imaginan
que se apartan del respeto debido a su honra
si no tratan a todos los que les siguen,
25
sin distinción de nacimiento, como a esclavos.
No soy de tal condición; puedo establecer una
adecuada distinción entre mi joven paje
y un hidalgo obligado, por necesidad, a mi servicio.

MERITODO
Con gracias los reconozco; habéis sido para conmigo
30
más un padre que un amo.
Perdonad la comparación, os lo ruego.

AMANTHOS
Concedido.
Y, para ofrecerte la seguridad de que me place,
mi compostura y comportamiento para con tu amada,
la hermosa Margarita, será testigo fiel de que
35
puedo ser amo de mis pasiones.

MERITODO
Es una conquista
de la que pocos señores pueden alardear cuando son tentados — ¡Ah!

AMANTHOS
¿Por qué suspiráis? ¿Podéis dudar de mí?
¡Por ese hermoso nombre que en las guerras he adquirido,
y por todas mis acciones sin mácula hasta el momento,
40
no seré más leal a mi propio honor
que a mi Meritodo!

MERITODO
Como sois el esforzado Lord Amanthos,
vuestra palabra dada y nuda es certeza
de mayor validez y peso para mí
que todos los juramentos ligados de imprecaciones
45
que, cuando quieren engañar, la mayoría de los cortesanos practican.
Y, en tanto, siendo un hombre (pues a fe, que intitularos de más
sabría a adulación grosera) me veo forzado,
en contra de mi confianza en vuestra valía y virtudes,
a dudar … es más: a temer.

AMANTHOS
¡Tan joven … y celoso!

MERITODO
50
Si os encontrarais con un solo enemigo,
cierta sería la victoria; pero resistir
la carga de dos enemigos tan potentes,
asaltándoos al tiempo, como son la riqueza y la belleza
y apoyados, como están, por el poder, es reto
55
que a Hércules supera.

AMANTHOS
Decid vuestras dudas y temores,
puesto que dais en cultivarlos, en lenguaje más llano,
de modo que pueda entenderlos.

MERITODO
Vuestra voluntad,
aunque me preste armas contra mí mismo (supuesto
que os favorezcan), ha de ser obedecida.
60
Mi muy amado señor, si Margarita fuera sólo hermosa,
el cañón de su forma más que terrenal,
aunque montado en lo alto, comandando el terreno suso,
y atestado de las balas de sus ojos chispeantes,
de todos los baluartes que defienden vuestros sentidos
65
no podría abatir a ninguno salvo el que os guarda la vista.
Pero, cuando los acentos bien entonados de su lengua
os ofrezcan música y armoniosos sonidos
asaltan vuestros oídos (de tal forma que Ulises mismo,
de haber vuelto a la vida, el que resistió a las Sirenas,
70
no podría resistirse) el combate se tornará dudoso
entre vuestra razón y las pasiones rebeldes.
Añadidle esto también; cuando sintáis su tacto y su aliento
como un suave poniente cuando se desliza sobre
Arabia, creando gomas y especias;
75
y, en la vanguardia, el néctar de su labios,
que habríais de gustar, traen en su pos la batalla
bien armada con fuertes hileras, con su discurso,
y sabias maneras de ofrecer entretenimiento
el mismo Hipólito dejaría a Diana,
80
por seguir a tal Venus.

AMANTHOS
El amor os ha vuelto
poético, Meritodo.

MERITODO
Concedido que venzáis a todos;
cosa que vos haréis si un hombre puede hacerlo.
Mammón, en forma de Don Gil Propasso, interviene
con montes de oro mal habido y tierras tan abundantes
85
que la vuelvan más destacable y que agotarían
las alas de un halcón sobrevolándolas en un día.
¡Oh, mi buen señor! Estas ayudas potentes que
tornarían hermoso a un negro contrahecho,
(no son sino ornamentos para darle lustre,
90
a quien en sí es ya perfecta) han de
prevalecer por ella. Os libro de la promesa.
Dicha suficiente es, para mí, el serviros
y, a veces, con castos ojos, contemplarla.

AMANTHOS
¿Habré, pues, de jurar?

MERITODO
En absoluto, milord;
95
y no injuriéis vuestro juicio para con el mundo
de manera que, impulsado por vuestra cariñosa indulgencia hacia un mozo,
vuestro paje, vuestro criado, le rehuséis una bendición
por la que varios grandes hombres rivalizan.

AMANTHOS
Suspended
vuestra sentencia hasta el juicio. ¿A cuánto queda
100
la casa de Propasso?

MERITODO
A media hora de viaje, a lo sumo;
pronto estaréis allí.

AMANTHOS
Y con mayor prontitud os libraréis
de vuestros celosos recelos.

MERITODO
¡Ah! ¡Ojalá a esperarlo me atreviera!

Salen.

Acto III

Escena II

[Una cámara en casa de Propasso]
[Entran] PROPASSO, ÁVIDO [y] TODOLOMELLA.

PROPASSO
No paréis en gastos. Que las mesas de las cocinas se partan con el peso
de peregrinas viandas.

ÁVIDO
“Tripa vacía corazón sin alegría”, señor.

PROPASSO
Ese proverbio encaja con vuestro estómago, Maese Ávido.
Y que no se vea un plato que no sea de oro puro
5
o uno cuya artesanía exceda la materia
que lo compone. Que mis manteles más escogidos
perfumen la habitación y, cuando lavemos, el agua mezclad
con polvos de precio para complacer a mi señor,
de modo tal que quiera, envidioso, bañarse por siempre en ella.

TODOLOMELLA
10
Mucho va costar.

PROPASSO
¡Fuera, quejica!
Ahora que todas las metas de mi afán están en juego,
¿es momento de pensar en ahorros? Llamad a mi hija.
[Sale TODOLOMELLA.]
Y, Maese Juez, puesto que amáis los platos exquisitos
y en abundancia —

ÁVIDO
Así es, a fe, señor,
casi tanto como lo que los agradezco.

PROPASSO
15
Os otorgo pues la supervisión y poderes
plenipotenciarios para que haya abundancia.
A vuestro cuidado lo dejo.

ÁVIDO
Y yo lo cumpliré al punto
y daré las mejores directrices. Ahora soy,
en mi propio concepto, un monarca; al menos,
20
el archipresidente de lo hervido, lo asado y lo horneado;
por lo que habré de comer a menudo y dar gracias
cuando mis tripas estén tersas cual tambor; lo cual es de pura justicia.

Sale ÁVIDO.

PROPASSO
Así ha de ser. Si la necia muchacha saliera modesta
puede echarlo todo a perder. No es de mí de quien lo tiene,
25
sino de su madre. Yo siempre fui dispuesto,
como ella ha de serlo y, por tanto, tendré que prepararla.
[Entra] MARGARITA.
Sola — que tus criadas aguarden fuera.

MARGARITA
¿Qué deseáis, señor?

PROPASSO
¡Ajá! ¡Buena presentación!
Estas perlas orientales y diamantes ¡bien colocados también!
La saya no me place, debería haber sido
30
bordada y rebordada con flores de oro; pero estas ricas joyas y la moda poco vista ayudan.
Y ¿qué tal por bajo? Pues, a menudo, el ojo lascivo,
una vez observado el rostro, desciende hasta los pies
que, bien proporcionados como los vuestros,
invitan tanto como un perfecto blanco y rojo,
35
aunque sin arte. ¿Qué pensáis de vuestra nueva sirviente,
la Dama Arruinada?

MARGARITA
Bien como compañía,
no como sirviente.

PROPASSO
¿Es humilde, Marga,
y cuidadosa al mismo tiempo? ¿Ha olvidado que era Ilustrísima Señora?

MARGARITA
Me compadezco de su fortuna.

PROPASSO
¡¿Compadecerla?! ¡Pisotéala!
40
La recibí con una vieja saya de estameña,
(sin poder comer ni chuletas de a chavo) para servirte.
Y, como me entere que se resiste
a hacerte servicio alguno, por muy servil que lo sea,
se la empaquetaré a su caballero donde lo tengo alojado,
45
a Counter, a la cárcel de deudores, y que aúllen juntos.

MARGARITA
Vos conocéis vuestros senderos; pero yo, yo me ruborizo
cuando le doy órdenes a ella, que tuvo a su servicio
personas no inferiores a mí misma
por nacimiento.

PROPASSO
¡Por nacimiento! ¿Acaso no eres tú mi hija,
50
la bendita criatura de mi industria y mi riqueza?
Vamos, necia muchacha, ¿no fue acaso por hacerte grande
que he emprendido y aún sigo haciéndolo, esos senderos
que me llueven maldiciones que en nada se me dan?
Despídete de estos pensamientos humildes y encaja
55
el noble estado al que me esfuerzo en auparte;
o, por mis esperanzas de verte “Honorable”,
juro que adoptaré a un extraño como heredero
y arrojarte he de mis cuidados. No me provoques.

MARGARITA
No lo haré, señor: moldeadme a voluntad vuestra.

Entra ÁVIDO.

PROPASSO
60
¡¿Cómo?! ¿Interrumpes?

ÁVIDO
Asunto es de importancia.
El cocinero, señor, es pertinaz y no quiere aprender
de mi experiencia. Acaban de traer un cervato, señor,
y, por vida mía, que no puedo obligarle a que lo ase
con una pelota de Norfolk en las tripas de relleno.
65
Y, señor, los sabios sabemos que, sin la pelota,
no vale ni un dite.

PROPASSO
¡Ojalá estuviera en tus tripas y entero
para destriparlo! Cocínalo de la forma que quieras y déjame, te lo ruego.

ÁVIDO
¿Sin órdenes para el relleno?

PROPASSO
Que lo rellene
como tú quieras. Dile que, si no, lo escaldaré
70
en su propio caldero.

ÁVIDO
Habría perdido el estómago
de haber perdido a Doña Pelota. Daré gracias por ello.

[Sale ÁVIDO.]

PROPASSO
Pero, a nuestro negocio, Marga ¿sabéis quién va a comer aquí?

MARGARITA
Lo sé, señor.

PROPASSO
Es un hombre honorable;
un noble, Marga, al mando de un regimiento
75
de soldados y, lo que es más peregrino, siéndolo él mismo,
esforzado y comprensivo. Ser
señor y buen caudillo en un solo volumen
solamente se concede a los pocos que se yerguen
para la gloria del reino.

Entra ÁVIDO.

ÁVIDO
Renunciaré a mi nombramiento,
80
si no me obedece mejor.

PROPASSO
¡Luz de Dios! ¿Os habéis vuelto loco?

ÁVIDO
 ¡Loco! ¡Loco y de atar!
¿No soy un juez de paz y necesario para el quorum?
A este cocinero rebelde se le da un dite.
Hay una docena de chochas —

PROPASSO
Haced vos que sean
85
trece: la docena del panadero.

ÁVIDO
Por satisfecho me doy
si se preparan según pienso; él ha descubierto
algo nuevo para la salsa y no quiere servirlas
con tostas y manteca. Mi padre era sastre
y mi nombre, aun siendo un juez, es Ávido Chocha;
90
y antes de ver como se abaja de tal modo a mi linaje,
renunciaré al nombramiento.

PROPASSO
[al cocinero dentro]
¡Cocinero! —¡Truhán, obedécele!
[a Ávido]
Ya he dado la orden y, ahora, marchaos
con un cuello de jabalí y no me importunéis más en adelante.

ÁVIDO
95
Así lo hare y meditaré que habré en el almuerzo.

Sale ÁVIDO.

PROPASSO
Como estaba diciendo, Marga, cuando este necio nos interrumpiera,
Este honorable noble, este coronel
querría ser tu esposo.

MARGARITA
Hay demasiada disparidad
entre su calidad y la mía, como para albergar tal esperanza.

PROPASSO
100
Yo más que lo espero y no dudo en llevarlo a cabo.
No seas enemiga de ti misma; mi hacienda será el contrapeso de sus títulos y os hará iguales.
Ahora, en cuanto a los medios de asegurártelo, observa:
recuerda que no es cortesano y sí soldado
y no ha de andarse con zalamerías. Por lo tanto cuando
105
venga a cortejaros, no exageréis la modestia:
esta remilgada modestia ha echado a perder muchos acuerdos
por un rechazo inicial, lamentado luego.

MARGARITA
¿Querréis, señor, que preserve la distancia
que delimita a la virgen?

PROPASSO
¡No me virgenes de vírgenes!
110
He de hacer que perdáis ese nombre o me perdéis a mí.
Os querré íntima —no os sobresaltéis— íntima os digo.
Si sois de verdad hija mía, no una bastarda,
te aventurarás a solas con un hombre aunque te viniera
como Júpiter a Semele y también se fuera.
115
Por lo tanto, cuando os bese, besad de cerca.

MARGARITA
He oído que la tal es manera de rameras, señor,
que nunca habría de aprender.

PROPASSO
Aprende lo que sea
y de cualquier criatura que pueda hacerte grande,
incluso del Diablo mismo.

MARGARITA
[aparte]
¡Doctrina diabólica es esta!

PROPASSO
120
O, si su sangre le hirviera y quisiera
ir más allá, no te pares a que enfríe:
ve de su ardor al encuentro. Si, cabe ti, hubiera estrado,
siéntate en él e invítale.

MARGARITA
¡¿En vuestra casa?!
¡¿En vuestra propia casa, señor?! Por el amor de Dios, ¿qué sois pues?
125
O, ¿qué he de ser yo, señor?

PROPASSO
No te apegues a las formas;
las palabras no han substancia.

MARGARITA
Aunque vos pudierais dispensar
con vuestra propia honra y desechar la religión,
las esperanzas del Cielo o los temores del Infierno, disculpadme.
En la política del mundo no es este el modo correcto
130
de convertirme en su esposa; en su puta, sí, de acuerdo.
Mi honra virginal tan pronto rendida,
más aún, prostituida, sólo puede convencerle
de que soy, para él, ligera, y no tendré contrapeso
cuando fuera tentado por otras; por lo que, en buen juicio,
135
cuando a su rijo mi honra hubiera rendido,
él querría y habría de abandonarme.

PROPASSO
¡¿Cómo?! ¡¿Abandonarte?!
¿Llevo espada por la moda? ¿Está este brazo
encogido o reseco? ¿Vive hombre alguno,
—de la larga relación con que he topado—
140
que pueda decir, en verdad, que he cedido una pulgada de terreno
o no haya comprado con sangre a los que a mí se han opuesto?
¡¿Abandonarte con el acto ya hecho?! No habrá de atreverse.
¡Dame pruebas de que ha gozado de tu persona,
y aunque todos los capitanes, ecos de su voluntad,
145
lo flanquearan armados para justificar el entuerto
y él se pusiera en cabeza de su esforzada tropa,
a pesar de su señoría y de su coronelía
o del favor de un justicia, yo le forzaré a rendir
sangrientas y estrictas cuentas y le obligaré,
150
casándose contigo, a curar tu honra abierta!
He dicho.

Entra TODOLOMELLA.

TODOLOMELLA
Señor, el hombre honorable ha llegado,
acaba de poner pie en tierra.

PROPASSO
[a MARGARITA]
Adentro, sin réplica alguna;
y haz lo que te ordeno, o estás perdida.
Sale MARGARITA.
¿La música estentórea que encargué
155
está lista para recibirle?

TODOLOMELLA
Así es, señor.

PROPASSO
Que toquen
una bienvenida principesca.
[Sale TODOLOMELLA.]
[para sí]
Que mi aspereza se marche;
pues la adulación, extraña a mi naturaleza,
habrá de abrirme camino.

Música estentórea.
Entran LORD AMANTHOS, ÁVIDO, MERITODO [y] TODOLOMELLA.

AMANTHOS
Señor, me presento: una molestia.

PROPASSO
Lo que os place así tildar es un honor
160
por encima de mis méritos y hacienda.

MERITODO
[aparte]
¡Qué raro, tan humilde!

PROPASSO
Un juez de paz, milord.

Le presenta a ÁVIDO.

AMANTHOS
[a ÁVIDO]
Vuestra mano, señor mío.

ÁVIDO
[aparte]
Es un noble, y algunos creen que es favor; pero yo preferiría
tener las manos en mi pelota.

PROPASSO
Hagan sitio para mi señor.

AMANTHOS
Hecho en falta, señor, a vuestra hermosa hija
165
para coronar mi bienvenida.

PROPASSO
Puedo ofrecerle a milord
un vaso de vino griego primero y pronto
le atenderá a milord ella misma.

AMANTHOS
Señor, seréis obedecido.

Salen todos menos PROPASSO.

PROPASSO
Tal lo deseaba. ¡En cuanto llegue, preguntad por ella!
[llamando]
¡Cómo, Marga! ¡Marga Propasso!
[Entra MARGARITA.]
¡Cómo! ¿Lágrimas en los ojos?
170
¡Ja! Enjúgalas de inmediato o te las arrancaré yo mismo.
¿Es momento de gimotear? Ve al encuentro de esa grandeza
que vuela a tu regazo, piensa en lo que
para mí es decir, “Mi honorable hija;”
y que tú, cuando yo esté ante ti destocado, me digas, “Cubríos”
175
o, “Padre, os olvidáis de vos mismo.” Basta:
aprende o teme — ¡Llegan!
Entran LORD AMANTHOS, ÁVIDO, MERITODO [y] TODOLOMELL, con saludos.
Una muchacha de cejas negras, milord,

AMANTHOS
[besando a MARGARITA]
Y rara, por vida mía.

MERITODO
[aparte]
Ya está prendado: yo estoy perdido.

PROPASSO
[aparte]
Ese beso
saltó con soltura, me gusta.
[a los otros]
Salid de la cámara.
Salen [ÁVIDO, MERITODO Y TODOLOMELLA].
180
Algo tímida, mi buen señor; pero vos,
según espero, le enseñaréis a ser dispuesta.

AMANTHOS
Soy feliz
con tal discípula: pero —

PROPASSO
Yo estoy más allá de aprendizajes
y, por tanto, os dejo entre ambos.
(a su hija)
Recuerda.

Sale Propasso.

AMANTHOS
Como veis, hermosa dama, vuestro padre se muestra solícito
185
a que cambiéis el estéril nombre de virgen
por el de esposa expectante.

MARGARITA
Su premura, milord,
no comanda mi voluntad.

AMANTHOS
Pero sí vuestro deber.

MARGARITA
Que, forzado en demasía, puede quebrarse.

AMANTHOS
O doblegarse más bien, dulcísima.
Pensad en vuestros años.

MARGARITA
Demasiados pocos para igualarse a los vuestros;
190
y las frutas más selectas, si colectas muy temprano, se pudren y marchitan.

AMANTHOS
¿Me creéis viejo?

MARGARITA
Segura estoy de ser demasiado joven.

AMANTHOS
Puedo alzaros.

MARGARITA
A una colina de penas
donde temeré caer a toda y cada hora,
sin nunca esperar suelo firme. Vos sois noble,
195
yo de baja cuna, aunque rica;
y los tejidos mal se avienen con la escarlata.
Oh, mi buen señor, podría decir más, sólo que
no confío en estos muros.

AMANTHOS
Confiad, pues, en mi oído.

[Susurran.]
Entra PROPASSO escuchando.

PROPASSO
¡Juntos! ¡Susurrando! ¡Excelente!
200
Y, por sus posturas, hay consentimiento por ambas partes.

Entra ÁVIDO.
[Él y PROPASSO conversan sin que AMANTHOS y MARGARITA se den cuenta al principio.]

ÁVIDO
¡Don Gil, Don Gil!

PROPASSO
¡Que el Gran Enemigo detenga a este chacharero!

ÁVIDO
Ha de sonar, señor, cuando mis tripas voltean el mediodía.
Las carnes horneadas han roto la pasta, los asados están hechos polvo.

PROPASSO
Yo os empolvaré.

ÁVIDO
Hacedme polvo a golpes, no me importa;
205
en una causa como esta como mártir habré muerto.

PROPASSO
¡A fe que lo haréis, y seréis báratro de confusiones!

Le golpea.

ÁVIDO
¡Cómo! ¡¿Golpeáis a un juez de paz?! Crimen es de traición menor
Edwardi quinto. Si no fuerais mi amigo
os haría detener sin fianza ni caución.

PROPASSO
210
Dejad de lloriquear, señor, o habré de enviaros
adonde no almorzaréis hoy. ¡Interrumpir a mi señor
en el medio de su plática!

ÁVIDO
¡¿Es hora de estar charlando
cuando habríamos de estar masticando?!

AMANTHOS
¡Ja! He oído ruido.

PROPASSO
[aparte a ÁVIDO]
Chist, villano. ¡Desaparece! ¿Romperemos un acuerdo
215
casi cerrado?

Echa a ÁVIDO a empujones [ y sale con él].

AMANTHOS
Señora, yo os comprendo 
y felicísimo estoy con vuestra elección, creedlo.
Seré un piloto cuidadoso para llevar
vuestra barca, aún incierta, hacia un puerto seguro.

MARGARITA
Así Vueseñoría salvará dos vidas y nos ligará
220
por siempre como esclavos vuestros.

AMANTHOS
Mi recompensa está en el acto,
puesto que es bueno. No obstante, debéis adoptar
una guisa amorosa conmigo para deludir
a vuestro sutil padre.

MARGARITA
Dispuesta estoy a ello.

AMANTHOS
Ahora paramos nuestra conversa. — ¡Don Gil!
225
¿Dónde está Don Gil?

Entran PROPASSO y los demás[, ÁVIDO, TODOLOMELLA y MERITODO].

PROPASSO
Mi noble señor, ¿cómo
la encuentra Vueseñoría?

AMANTHOS
Apta, Don Gil, y atrayente
y más; así me agrada.

PROPASSO
Y también a mí.

AMANTHOS
Y en tanto, si tomáramos los fuertes al primer asalto,
poco diría de su defensor. He de confirmarla
230
con una carta de amor o con dos, que habré de entregarle
por conducto de mi paje, si para ello dais permiso.

PROPASSO
Con toda mi alma. ¡Un hidalgo propicio! —
Vuestra mano, buen Maese Meritodo. Sabed que mi casa
siempre os estará abierta.

MERITODO
[aparte]
Cerrada estaba hasta ahora.

PROPASSO
235
¡Bien hecho, bien hecho, mi honorable hija!
Ya lo eres. Conoced a este gentil mozo
y encarecedlo, mi honorable hija.

MARGARITA
Lo haré con todo cuidado.

Ruido adentro como de un coche

PROPASSO
¡Un coche!

ÁVIDO
¡Más paradas
antes de ir a almorzar! ¡Ay, mis tripas!

Entran LADY MERITODO y BENNATO.

LADY MERITODO
240
[en privado a BENNATO]
Si soy bienvenida,
participáis de ello; si no, me vuelvo.
Ahora conozco vuestros designios, vengo armada para cuanto
se pueda oponer.

AMANTHOS
¡Hola! ¡La Lady Meritodo!

PROPASSO
 ¡Y en tal compañía!

AMANTHOS saluda a LADY [MERITODO]; LADY [MERITODO] saluda a MARGARITA.

TODOLOMELLA
[aparte a PROPASSO]
No. ¡Soy un necio!
245
¡El espíritu de la mentira ha entrado en mí!

PROPASSO
[aparte a TODOLOMELLA]
¡Silencio, necio!
¡Más que espanto es un pasmo
que me ha poseído de entero!

AMANTHOS
Noble dama,
este es un favor que anticipa mi visita
y que el servicio de mi vida nunca igualaría.

LADY MERITODO
250
Milord, quedaba a vuestra espera y mucho deseaba
que hubierais hecho de mi humilde casa la prima posada vuestra;
ante la duda, pues, de que me hubierais olvidado
u os demoraseis aquí demasiado, habiendo causa de tanto peso
en esta inigualable belleza para vuestra estancia,
255
y temiendo confiar en nadie más que en mi misma
mi servicio hacia vos,
me presté lo necesario de mi larga reclusión
y salí afuera, en persona, a invitaros.

AMANTHOS
Vuestras bondades son tan grandes que me roban, señora,
260
de palabras de agradecimiento.

LADY MERITODO
¡Mi buen Don Gil Propasso!
[Le saluda.]
¿Qué tal, Todolomella?
[a ÁVIDO]
¿Tan poco os gustó mi carne
que ya no queréis almorzar conmigo?

ÁVIDO
Yo lo haré, cuando gustéis,
con la venia de Vueseñoría.

LADY MERITODO
Cuando gustéis, Maese Ávido;
265
si con la carne os vale, os veréis satisfecho.
— Y ahora, milord, sabed, os lo ruego,
que este hidalgo,
(Le presenta a BENNATO.)
aunque su exterior sea áspero,
sus forros internos son tan finos y hermosos
como los de cualquier hombre. No os espante que hable con franqueza.
270
Y aunque su humor le lleve
a ir así adornado y sea cual sea la mancha
que su vida disoluta haya adherido a su fama,
puede, de aquí a poco, con audacia, igualarse en rango
con algunos que lo han despreciado. Don Gil Propasso,
275
si yo soy bienvenida, dadle a él también la bienvenida.

PROPASSO
¡Mi sobrino!
Demasiado tiempo un extraño.
[a BENNATO]
A fe que sí,
enmendémoslo os lo ruego.

AMANTHOS conversa [aparte] con BENNATO.

TODOLOMELLA
[aparte a PROPASSO]
¿Cómo, señor? ¿Qué queréis decir?
Este es el “bellaco Bennato, monstruo, prodigio
280
que debería ahogarse o ahorcarse,” no una señoría,
mucho menos el sobrino vuestro.

PROPASSO
[aparte a TODOLOMELLA]
Bien, truhán, ya haremos cuentas
después, de esto.

TODOLOMELLA
[aparte]
No dejaré de zaherir,
aunque me maten a golpes por ello.

BENNATO
[aparte a AMANTHOS]
Dejad que mi silencio sea alegato
de mi excusa, milord, hasta que en momento más propicio
285
se ofrezca a escuchar el relato minucioso
de mi pobre fortuna.

AMANTHOS
[en privado a BENNATO]
Escucharía y la ayudaría.

PROPASSO
[en voz alta]
Vuestra comida os aguarda.

AMANTHOS
Guiadnos os lo ruego; os seguimos.

LADY MERITODO
[a BENNATO, puesto que duda]
No. Sois mi huésped. Vamos caro Maese Bennato.

Salen todos menos ÁVIDO.

ÁVIDO
“Caro Maese Bennato!” eso ha dicho. ¡Cielos! ¡Cielos!
290
Si el vientre me diera licencia, rumiaría
el día entero con esto. He firmado veinte autos
para que lo llevaran preso, de todas las prisiones del condado,
a las mazmorras de Nottingham; y ahora “Caro Maese Bennato!”
y “¡Mi buen sobrino!” Pero hago el papel del bobo
295
hablando aquí sin más seso y me olvido de mi almuerzo.
Entra TODOLOMELLA.
¿Están ya a la mesa, Todolomella?

TODOLOMELLA
Hace tiempo. Dos palabras, señor.

ÁVIDO
Nada de palabrería ahora.

TODOLOMELLA
A fe, debo hacerlo. Mi amo,
sabiendo que sois su buen amigo, se atreve a pediros
y a rogaros que, puesto que han llegado más huéspedes
300
de los esperados y, en especial, su sobrino,
estando ya la mesa llena, os tengáis por excusado
y cenéis con él fiambres.

ÁVIDO
¡¿Cómo?! ¿No hay almuerzo
después de todo mi empeño?

TODOLOMELLA
Sólo es una penitencia por
un almuerzo; además, rompisteis el ayuno.

ÁVIDO
Eso no fue
305
sino un poco para aplacar el estómago. ¡Un cargo público
cediendo el puesto a un zarrapastroso!

TODOLOMELLA
Nada de palabras horribles, señor;
si su Señoría os oyera—

ÁVIDO
¡¿También me perdería la pelota
y las tostas con manteca y la chocha?!

TODOLOMELLA
Vamos, tened paciencia.
Si hacéis a vuestra dignidad algo de menos
310
y os sentáis con las azafatas, tendréis pelota,
chocha y también tostas con manteca.

ÁVIDO
Esto me revive.
Allí me saciaré lo suficiente.

TODOLOMELLA
Por aquí, señor.

Salen.

Acto III

Escena III

[Otra cámara en casa de Propasso]
[Entra] PROPASSO, como si viniera del almuerzo.

PROPASSO
¡Está presa! ¡Oh, mujeres! — ¡Desatiende a mi señor,
y todos sus cumplidos van para Bennato!
Las ropas de su viudedad descartadas,
aparece, ahora, gloriosa como la primavera.
5
Sus ojos fijos en él, con el vino que bebe,
brinda por él, le envía besos ardientes
y se asienta sobre espinos hasta lograr ser su íntima.
Deja mi carne para alimentarse de su aspecto
y, si en nuestro discurso se le nombra tan sólo,
10
le provoca un profundo suspiro. Más ¿por qué me contristo
por esto? Es en favor mío; si llegara a ser suya,
todo lo que es de ella será mío, según habré de trabajarlo.

Entra TODOLOMELLA.

TODOLOMELLA
Señor, la mesa entera se preocupa por haberos levantado de ella.

PROPASSO
No importa, presentaré mis excusas. Te lo ruego, Todolomella,
15
vigila la ocasión de invitar a mi sobrino
a hablarme en privado.

TODOLOMELLA
¿Quién? ¿“El bribón
que la dama no se dignaba mirar”?

PROPASSO
Burláis.

Entran LADY MERITODO y BENNATO.

TODOLOMELLA
[en privado a PROPASSO]
Ved, señor. Ella ha venido y no puede estar sin él.

LADY MERITODO
[a PROPASSO]
Con vuestra venia, señor, tras un espléndido almuerzo
20
me atreveré a dar una vuelta, o dos,
por vuestro curioso jardín.

PROPASSO
Hay un cenadero también,
si a Vueseñoría le place usarlo.

LADY MERITODO
Venid, Maese Bennato.

Salen LADY [MERITODO] y BENNATO.

PROPASSO
¡Más grosero y más grosero! Ahora creo que el poeta
no simulaba, sino que era histórico, cuando escribió que
25
Pasifae estaba enamorada de un toro:
La cachondez de esta dama es más monstruosa.
Entran LORD AMANTHOS, MARGARITA y el resto[, incluyendo a MERITODO, ÁVIDO y los Criados].
—Mi buen señor,
excusad mis modales.

AMANTHOS
No ha lugar, Don Gil,
a quién de aquí no mucho llamaré “padre”, cuando le pluga
a mi amada queridísima otorgar, a ello, patente.

PROPASSO
30
Ella la sellará, milord, y me hará dichoso. 

MARGARITA
Mi señora ha vuelto.

Entran BENNATO y LADY [MERITODO].

LADY MERITODO
[a los Criados]
Traedme el coche;
marcho ya. Mis gracias, Don Gil,
[Salen los Criados.]
por las atenciones.

PROPASSO
Es vuestra nobleza
la que así las estima.

LADY MERITODO
Otro entuerto habré de haceros,
35
llevándome vuestro honorable invitado.

AMANTHOS
A vuestro servicio, señora; adiós, mi buen Don Gil.

LADY MERITODO
¡Mi buena Doña Margarita! — Vamos, vamos Maese Bennato,
no debo dejaros atrás; a fe que no debo.

PROPASSO
No me robéis señora de todos mis gozos a un tiempo;
40
dejad que quede mi sobrino; el dispondrá de mi coche
y, tras una breve conversación conmigo,
pronto alcanzará a Vueseñoría.

LADY MERITODO
[a BENNATO]
No os quedéis mucho tiempo, señor.

AMANTHOS
[besando a MARGARITA]
Un beso de despedida. Oiréis todos los días de mí
por mi fiel paje.

MERITODO
Es un servicio del que me enorgullezco.

Salen AMANTHOS, LADY MERITODO, TODOLOMELLA [y todos los demás, excepto PROPASSO y BENNATO].

PROPASSO
45
Hija, a vuestra cámara.
[Sale] MARGARITA.
Puede espantaros, sobrino,
que, tras larga enemistad entre nosotros,
desee vuestra amistad.

BENNATO
En efecto, señor,
me resulta extraño.

PROPASSO
Pues, disiparé vuestro espanto;
y lo que es más: desplegaré mi naturaleza ante vos.
50
Nosotros, hombres del mundo, cuando vemos a amigos y parientes
ultra toda esperanza, en infortunios hundidos, no les prestamos una mano
para levantarlos, sino que les colocamos los pies
sobre sus cabezas para hundirlos hasta el fondo;
y, lo admito, así hice yo con vos.
55
Pero, ahora que os veo en el camino de ascenso,
quiero y puedo ayudaros. Esta rica dama
(y de ello me alegro) enamorada está de vos;
es demasiado aparente, sobrino.

BENNATO
No tal:
sino compasión más bien, señor.

PROPASSO
Bien, en una palabra,
60
pues vuestra estancia es corta; no habré de veros
ya más en esta forma tan llana, ni habrá de decir ella
que os desposó como a mendigo o en deudas.

BENNATO
[aparte].
Se meterá en el lazo corriendo y me ahorrará esfuerzos.

PROPASSO
Tenéis un rico arcón de ropas, no demasiado lejos,
65
en empeño; yo las rescataré y, para que ningún clamor
pueda manchar vuestro crédito por vuestras pequeñas deudas,
habréis mil libras para saldarlas de cuajo,
y marchar, como hombre libre, con la rica señora.

BENNATO
Se hace esto, señor, por puro amor y sin otro fin—

PROPASSO
70
Así es, sobrino.

BENNATO
Ligándome por siempre en servicio vuestro.

PROPASSO
Sin cumplidos, estáis cubierto. Antes de que hayáis cenado,
oiréis de mí. — Mi carruaje, bellacos, para mi sobrino.
Mañana os haré una visita.

BENNATO
¡He aquí un tío
que roza lo humano! ¡Cómo mienten los que de vos
75
dicen que tenéis el corazón duro!

PROPASSO
Mis hechos, sobrino,
pronunciarán mi amor; los que los hombres difunden, no aprecio.

Salen.

Acto IV

Escena I

[Una cámara en casa de Lady Meritodo]
Entra LORD AMANTHOS [y] MERITODO.

AMANTHOS
Basta, mi capa. Quedáis dispensado
de más servicio. Atended vuestros asuntos;
espero que tengan éxito.

MERITODO
Lo bendecido
con vuestros buenos deseos, milord, no puede sino prosperar.
5
Que los tiempos venideros digan, en vuestro honor,
lo mucho que os debo, pues yo no he lenguaje
para dar voz a mi deuda. Si una lágrima de gozo
o dos por vuestras muchas bondades pudieran suplir
los defectos de mi lengua, yo podría —

AMANTHOS
Vamos, no os derritáis:
10
estas gracias ceremoniales, para mí son superfluas.

PROPASSO
(dentro)
¿Se ha levantado mi señor?

AMANTHOS
¡Él es! ¡Ah! Aquí tenéis vuestra carta.
[Le da a MERITODO una carta.]
Dejadle entrar.

Entran PROPASSO, ÁVIDO [y] TODOLOMELLA.

PROPASSO
¡Buenos días tenga mi señor!

AMANTHOS
Sois madrugador,
Don Gil.

PROPASSO
Y con razón, para servir a Vueseñoría.

AMANTHOS
15
Y vos también, Maese Ávido, ¡tan pronto arriba!

ÁVIDO
A fe, milord, una vez salido el sol,
no puedo dormir; pues tengo un estómago necio
que croa por su desayuno. Con la venia de Vueseñoría,
hay una pregunta de peso que he de hacerle
20
a mi digno amigo Don Gil.

AMANTHOS
Adelante, os lo ruego.

ÁVIDO
Qué distancia, Don Gil ―y os ruego respondáis
bajo palabra― creéis que hay
entre vuestra quinta y esta de milady Meritodo?
PROPASSO Pues, ¡unas cuatro millas.

ÁVIDO
¡¿Cómo?! ¿Cuatro millas? Mi buen Don Gil,
25
por vuestra reputación, pensadlo mejor.
Pues, aun cuando rebajéis media cuarta
de las cinco, os infligís el mayor de los yerros
que en el mundo han sido; ya que cuatro millas de viaje
no han podido suscitar un apetito tan grande
30
como el que me roe.

TODOLOMELLA
En coche,
o a pie, bien vais provisto,
con la venia de su Señoría.

PROPASSO
¡¿Cómo, bellaco?! ¡¿Parloteando
ante mi señor?! ¿No distinguís? Ve donde está mi sobrino,
encárgate de saldar todas sus deudas y ayúdale a su Señoría
35
a ajustarse sus ricas vestiduras.

TODOLOMELLA
[aparte]
También os voy a ajustar a vos.
¡Maltratado como un perro, todavía!

Sale TODOLOMELLA.

AMANTHOS
Le he escrito esta mañana
unos cuantos renglones a mi señora, vuestra hermosa hija.

PROPASSO
La inflamará, puesto que ya es totalmente vuestra.
[dándole un anillo]
Dulce Maese Meritodo, tomad mi anillo; os llevará
40
a su presencia, os lo aseguro. Interceded, allí,
a favor de mi buen señor, si ocasión para ello habéis.
Hecho esto, os ruego que viajéis a Nottingham y obtengáis una licencia,
por este mismo vale. Haré que se ejecute
y enseguida, milord, para que yo pueda decir,
45
mi honorable, ¡qué va!, mi muy honorable hija.

ÁVIDO
[a MERITODO]
Seguid mi consejo, joven hidalgo, desayunad primero;
no es sano viajar en ayunas. Comeré con vos,
y comeré con motivo.

PROPASSO
¡Alguna furia se aloja en esa tripa:
otra vez hambriento! ¿No devorasteis esta mañana
50
un costillar de jabalí asado al natural y un barril de ostras de Colchester?

ÁVIDO
Pero señor, eso solamente era hacer batida en el estómago.
Una especie de preparativo.
[a MERITODO]
Vamos, hidalgo,
no dejaré que os alimentéis, como verdugo de Flesinga,
a solas, mientras yo esté aquí.

AMANTHOS
Volved presto.

MERITODO
55
Así lo haré, milord.

ÁVIDO
Y también yo me aprestaré a forrar
mi cofrecito de Reyes.

Salen ÁVIDO y MERITODO.

PROPASSO
Según mi deseo, a solas estamos.
No vengo a hacer una oferta, por mi hija,
de una dote concreta —pobre tal cosa sería y trivial.
En una palabra: declaro todo lo que es mío,
60
en tierras o empréstitos, dineros contantes o bienes,
de ella, milord; y serán vuestros; y tampoco habréis
motivo que os induzca a pensar
luengos los años que viva, pues, cada año habré de añadir
algo al monto, que también será vuestro.

AMANTHOS
65
Sois un padre de buena natura.

PROPASSO
Razones tendréis
para pensarlo de mí. ¿Qué os parece esta finca?
Tiene buenos bosques, buenas aguas y hanegadas
fértiles y ricas ¿no serviría para alternar,
para solaz de vuestros amigos en una gira de estío?
70
¿Qué piensa mi noble señor?

AMANTHOS
Un aire saludable,
y una fábrica bien abastecida; y ella, la dueña,
merecedora de tan altos ingresos.

PROPASSO
¿Ella la dueña?
Puede que lo sea por algún tiempo; pero conque mi señor
diga sólo que le gusta, y la querría…
75
digo que al poco será suya.

AMANTHOS
Imposible.

PROPASSO
Concluís con premura; no conociéndome,
ni los ingenios con que trabajo. No se trata solamente
de las tierras de Lady Meritodo; pues, las que fueran de Bennato
(por lo boba que la tiene, sé que lo serán)
80
pronto serán mías. Indicad las de cualquiera
en todo el condado y decid que están en sitio conveniente
y útil a Vueseñoría y, una vez más
en voz alta, lo digo: son vuestras.

AMANTHOS
No me atrevo a poseer
lo extorsionado por medios injustos y crueles.
85
Mi fama y mi crédito me son más caros
de lo que arriesgaría exponiéndolos así a la censura
de la voz pública.

PROPASSO
No corréis riesgo, milord.
Vuestra reputación seguirá tan blanca
ante la opinión de todos los hombres buenos como ahora.
90
Ni tampoco mis acciones, aun condenadas por malas,
pueden arrojar pútrida aspersión sobre las vuestras.
Pues, aunque desprecio tenerme
por un mero sonido, seré tan tierno,
en lo que a vos concierne, en todo los puntos de honor
95
que ni la blancura inmaculada de vuestra fama,
ni vuestra incuestionada integridad
serán jamás ensuciadas de mancha o punto
que se pueda arrebatar a vuestra inocencia y candor.
Mi ambición entera es que mi hija
100
sea “muy honorable” y, eso, mi señor puede hacerla.
Y que yo pueda vivir para que baile en mis rodillas
un joven Lord Amanthos, que ella os pariría;
escribo nil ultra en mi esperanza más altiva.
En cuanto a propiedades y rentas anuales,
105
equivalentes para mantener los que vuestro porte,
vuestra noble cuna y presente estado requieren,
os alivio los hombros de ese peso
y lo cargo sobre los míos; pues, aunque hubiera de arruinar
al país para proveer vuestros desordenados gastos,
110
la necesidad, azote de los pródigos, nunca habrá de encontraros.

AMANTHOS
¿No os asustan las imprecaciones
y maldiciones de familias enteras, míseras
a causa de vuestras prácticas siniestras?

PROPASSO
Sí, como las rocas
cuando las olas espumosas se parten
115
en sus costillas de pedernal; o como la luna se conmueve
cuando los lobos, acuciados por el hambre, le aúllan el resplandor.
Yo soy de temperamento sólido y, al igual que éstos,
sigo un rumbo constante. Con mi propia espada,
si me llamaran al campo, puedo probar
120
lo que los medrosos enemigos murmuran que está mal.
Y, ahora, en cuanto a esas risibles quejas,
exhaladas por amargura, como cuando me llaman
extorsionador, tirano, cormorán, o intruso
de los derechos de mi pobre vecino, o el gran amojonador
125
de lo que era común para mi uso privado…
¡Va!, cuando mis oídos se hienden con los gritos de las viudas
y los huérfanos arruinados lavan con lágrimas mis umbrales,
sólo doy en pensar lo que supone que mi hija sea
Muy Honorable. Y ese es conjuro poderoso
130
que me vuelve insensible al remordimiento y a la lástima
o a la más insignificante punzada de la conciencia.

AMANTHOS
Admiro
lo recio de vuestra natura.

PROPASSO
Para vos es,
milord; y para mi hija, yo soy mármol.
Más incluso; si mi carácter tenéis
135
en poco, yo disfruto de mayores deleites
llegando a mi fortuna por estos obscuros
y torcidos senderos que el placer que vos jamás habréis
al gastar lo que mi industria ha abarcado.
Mis prisas ordenan mi marcha; en una palabra pues:
140
¿hay trato?

AMANTHOS
Espero que ya no haya duda de ello.

PROPASSO
Quedad, pues, seguro. Ni todo el odio de la humanidad aquí,
ni el temor de lo que pueda acaecerme más tarde
me hará estudiar otra cosa que vuestro ascenso
una planta más arriba: ¡a conde!si el oro lo puede.
145
No discutáis mi religión ni mi fe;
aunque así me lleve mi voluntad de cabeza,
vos podéis escoger la creencia que gustéis,
para mí son todos iguales. Por tanto, milord, ¡buenos días!

Sale.

AMANTHOS
Se ha ido. Me espanta cómo puede soportar la Tierra
150
a semejante portento. Yo, que he sido soldado
y aguantado la carga del enemigo a pie firme,
cuando escucho a esta bestia blasfema me veo bañado entero
de un sudor frío. En tanto, cual montaña, él
(confirmado en asertos de un ateo)
155
no se conmueve más que el Olimpo
cuando el Bóreas furioso le carga su doble cabeza
con súbitas ventiscas de nieves.

Entran AMBLADURAS, LADY [MERITODO y] Azafata.

LADY MERITODO
¡Dios os guarde, milord!
¿Turbo vuestra privacidad?

AMANTHOS
No, mi buena señora.
Por vos que me alegro que no vinierais antes,
160
que este audaz mal hombre, Don Gil Propasso,
se descubrió de manera tan llana,
y leyó unos maitines tan diabólicos
que lo estimaría pecado, tras el suyo,
sólo el repetirlos.

LADY MERITODO
Nunca me meto, milord,
165
en lo privado de otros; pero, contra mi voluntad,
caminando, por razones de salud, por la galería
aneja a vuestros aposentos, se me hizo
(tan vehementemente, tan alto hablaba) partícipe
de sus tentadoras ofertas.

AMANTHOS
Ordenad a vuestros criados
170
que salgan y con gusto escucharé
vuestro más sabio consejo.

LADY MERITODO
Es el consejo, milord, de una mujer,
pero fiel y animoso.
[a sus criados]
Aguardad en la cámara de al lado,
de modo que oigáis mi llamada; pero no tan cerca que tenga
que susurrar mis intentos.

AMBLADURAS
Vos nos enseñáis
175
lo mejor, buena señora.

AZAFATA
Y bien sabemos guardar distancias.

LADY MERITODO
Cumplidlo y no habléis: convendrá a vuestra crianza.
Salen AMBLADURAS y AZAFATA.
Ahora, mi buen señor; si puedo servirme de la liberalidad
debida a un amigo respetado.

AMANTHOS
Rebajaríais, si no,
el favor que me hacéis.

LADY MERITODO
 Me atreveré, pues, a decir lo siguiente.
Dado que sois noble (aunque los hombres vulgares
180
hacen de la sórdida riqueza el único objeto y fin
de los esfuerzos de su industria), no se acordará
con aquellos de sangre eminente, ocupados
más en promover sus honores que en incrementar
la hacienda que su antepasados les han legado,
185
estudiando notorios aumentos a sus fortunas
y desatendiendo del todo su cuna —aunque, lo admito,
las riquezas bien adquiridas son un criado útil
y un mal amo.

AMANTHOS
Señora, así está confeso,
pero ¿qué inferís de ello?

LADY MERITODO
Esto, milord.
190
Que, como todos los entuertos, aun puestos en la balanza,
se deslizan hacia afuera, cuando el derecho el otro plato rellena
Y no pueden soportar el juicio; de este modo toda riqueza,
(digo la mal adquirida, fundamentada para honrar
las alcanzadas por medios virtuosos y honradamente adquiridos,
195
no son sino basuras echadas al río,
(aunque se pensaran para reforzar ribera)
tornando el agua, que antes era pura,
en poluta e insalubre. Lo admito,
la heredera de Don Gil Propasso, Margarita,
200
doncella es de buenas partes y el mejor partido
que puede hallarse en nuestra región norteña. Y, en tanto, no puede,
con todo lo que ella aporta, llenar las bocas,
que nunca habrán de olvidar quien era su padre;
o que las tierras de mi esposo Meritodo y de Bennato,
205
(cómo se las arrebató a ambos no hace el repetirlo ahora)
fueran los motivos reales que llevaron a Vueseñoría
a unir ambas familias, más que sus formas y virtudes…
vos podéis concebir el resto.

AMANTHOS
Lo hago, dulce señora,
y hace tiempo que lo vengo haciendo. Conozco
210
que la suma de todo lo que hace a un justo dichoso
consiste en escoger bien a la esposa:
y en ello, para su descarga, se requiere
igualdad en años, en cuna, en fortuna.
Pues la belleza, siendo pobre y no aclamada
215
por cuna o por hacienda, no habrá mezcla vera con ninguno.
Y la riqueza, cuando hay tal diferencia en años
y en gallardos antepasados, ha de ser yugo molesto.
Pero me centro.

LADY MERITODO
Os lo ruego, milord, hacedlo.

AMANTHOS
Si los bienes de Propasso se tricentuplicaran, si su hija
220
fuera más hermosa en millones de grados de lo que es ahora,
por mucho que me impusiera precedentes que me eximieran,
no adulteraría así mi sangre
desposando a Margarita, dejando a mi progenie con ello
compuesta de varias piezas, púrpura por una parte
225
y azul de Villa por otra. Antes en mi propia tumba
enterraría mi nombre.

LADY MERITODO
(aparte)
Me alegra oírlo.
[en voz alta]
¿Por qué, entonces, milord, pretendéis el casamiento?
El disimulo no hace sino atar con falsos nudos
la recta que, hasta el momento,
230
ha medido todas las acciones vuestras.

AMANTHOS
Respondo
y bien con una pregunta. ¿Por qué vos
que desde la muerte de vuestro esposo, habéis llevado una estricta
y casta vida de monja, os habéis librado de repente
a visitas y a entretenimientos? ¿Pensáis, señora,
235
que no ha sido del público mentidero? ¿O que los favores
que con harta liberalidad prodigáis sobre Bennato,
habiendo sido antes tan reservada, no os hacen incurrir en censura?

LADY MERITODO
De eso soy inocente y por mi vida, lo juro:
mis fines son buenos.

AMANTHOS
Y por mi alma, también los míos
240
para con Margarita. Pero, para dar fin a esto:
y puesto que esta amistosa privacidad sirve
como ocasión oportuna para que nosotros
nos conozcamos más a fondo, habiéndome vos mostrado
vuestro cuidado por mí y yo mi respeto por vos,
245
no me neguéis, aún con castas palabras, señora,
una charla.

LADY MERITODO
Así escucharé.

[Salen.]

Acto IV

Escena II

[Ante la casa de Bonaspita]
[Entran] BONASPITA [y] ESPUMA.

BONASPITA
¡Perdidos, perdidos! Este era tu consejo, Espuma.

ESPUMA
¡¿Mío?! Te desafío a probarlo. ¿Acaso Maese Todolomella
(él lo ha mellado todo, estoy segura) no nos ordenó, severamente,
bajo pena del desagrado de Don Gil Propasso,
5
echar al hidalgo a la calle?

BONASPITA
Cierto es;
pero ahora es el preferido de su tío y dispone de
Maese Justicia Ávido (desde que le llenó la barriga)
a sus órdenes para hacer lo que fuera.
¡Míseros!, ¡míseros de nosotros!

ESPUMA
Puede resultar compasivo.

BONASPITA
10
A fe que no lo merecemos de su mano.
Aunque él conociera todo lo pasado en nuestra casa,
en cuanto a la receptación y la tercería,
cuando era el rufián Bennato nadie lo creería
y, entonces, su información no podía causarnos daño;
15
pero ahora vuelve a ser Ilustrísimo.
¿Quién habría de dudar de su testimonio? Se me antoja
verte ya, Espuma, tras un carro
por celestina encubierta y que te salten los ojos
con porquerías y huevos podridos; y yo, con la mano humeante,
20
si me escapara del yugo, con la letra R
impresa en ella.

ESPUMA
¡Si eso fuera lo peor
no sería sino el asombro de nueve días! En cuanto al crédito,
no lo tenemos para perderlo, pero perderemos el dinero
que nos debe y sus costumbres: eso sí es una perdición.

BONASPITA
25
Ha convocado a todos sus acreedores a golpe de tambor,
y en torno a él se arremolinan como otros tantos soldados
en día de paga; y ha dado con un Modo tan Nuevo
de Pagar sus Viejas Deudas, que es harto probable que
salga en las crónicas por ello.

ESPUMA
Se lo merece
30
más que tres desfiles triunfales. ¿Pero, estás seguro de que su Ilustrísima
hacia aquí se encamina, a casa de mi señora?

Se oye llamar dentro: "¡Bravo, maese Bennato!"

BONASPITA
Sí. Le oigo.

ESPUMA
Apresta la instancia y preséntasela
a su Excelencia.

Entra BENNATO con ricos ropajes, [seguido por TODOLOMELLA,] ÁVIDO, ORDEN, HORNO [y] tres Acreedores.
BONASPITA de rodillas, entrega su pagaré.

BENNATO
¡Hola! ¿Una requisitoria también? 
—¡Es de admirar los milagros que el pago
35
de pequeñeces y ricos ropajes
pueden obrar sobre estos bellacos! Habré de ser,
según creo, el Príncipe Bennato.

TODOLOMELLA
Cuando Vueseñoría esté casado,
podéis serlo —yo sé que espero verlo.

BENNATO
Buscas entonces ascenso.

TODOLOMELLA
Ser conocido como
40
el corchete de su Señoría, es el blanco al que apunto.

BENNATO
Y darás en él.

TODOLOMELLA
Os lo ruego, señor, despachad
a estos deudos necesitados; y en cuanto a admitirme en vuestro servicio
mientras me defendáis de Don Gil,
de cuyo servicio estoy harto, diré algo
45
por lo que me daréis las gracias.

BENNATO
No temáis a Don Gil.

Entretanto BONASPITA y ESPUMA adulan y sobornan a ÁVIDO.

ÁVIDO
¿Quién, Bonaspita? Recuerdo que tu mujer
me trajo el último Año Nuevo un par de gordos pavos.

BONASPITA
Y así se hará en cada Navidad, siempre y cuando Vueseñoría
se porte como amigo mío ahora.

ÁVIDO
¡Cómo! ¿Con Maese Bennato?
50
Puedo hacer lo que sea con él según estos términos.
[a BENNATO]
Ved esta honrada pareja; las almas más buenas
que jamás brotaron de espita. ¿No tienen, acaso,
un par de rostros honrados?

BENNATO
Acerté a escucharos
y al soborno que os ha prometido. Trufado sois por ello;
55
pues de toda la chusma que se enriqueció con mi desorden,
éste, por bellaco desagradecido, y ésta,
por vulgar celestina y puta, son los que menos me merecieron.
No habléis, por tanto, en favor de ellos. Por el lugar que ostentáis
vos deberíais hacerme justicia. Prestadme oído:
60
[aparte a Ávido]
olvidad sus pavos y revocad su licencia
y, en la feria que viene, os daré una yugada de bueyes
que vale por todo su corral.

ÁVIDO
¡Cambiado estoy de golpe
en mi opinión!
[A Bonaspita]
Acércate. ¡Más cerca, truhán!
[A Bennato]
Ah, ahora que lo veo mejor … ¿acaso se ha visto jamás
65
alguien con mayor aspecto de archibellaco? Su mismo aspecto
un juez juicioso, con sólo verlo,
lo ahorcaría, aunque cuando fuera inocente.

BONASPITA [y] ESPUMA
¡Excelencia!

ÁVIDO
No, aunque toda Pavía viniera, en vez de los pavos,
para impetrar mi favor, inexorable soy.
70
Mal opinión hay de ti. Sobre que tu mohosa cerveza
ha destruido a muchos leales vasallos del rey,
nunca tuviste en tu casa, para apaciguar los estómagos de los hombres,
un trozo de queso de Suffolk o un jamón de lacón,
ni siquiera un edible, como lo intitulan los latinos,
75
para su acomodo, bebida y nada más.
Por cuya gran falta he aquí que revoco tu licencia,
prohibiéndote, por siempre jamás, servir con catavinos ni espita;
pues al punto y personalmente
ordenaré al alguacil que te arranque el cartel;
80
y que sea antes de haber yo comido.

ESPUMA
¿No hay compasión?

ÁVIDO
¡Desvaneceos!
¡Si diera muestra de ella, que me corneen mis bueyes prometidos!

BONASPITA
Los bellacos ingratos siempre habrán tal recompensa.

Salen ÁVIDO, BONASPITA [y] ESPUMA.

BENNATO
[al Primer Acreedor]
Hablad ¿qué sois vos?

PRIMER ACREEDOR
Un bodeguero derruido, señor,
85
que podía haber prosperado, si no fuera porque Vueseñoría me llevó a la quiebra
confiándoos moscatelas y huevos
y cenas de a cinco libras, más lo que bebíais luego,
cuando os alojabais en Bankside.

BENNATO
Lo recuerdo.

PRIMER ACREEDOR
No he sido atolondrado, ni nunca he solicitado vuestra detención;
90
y por tanto, señor —

BENNATO
Eres un hombre honesto:
te veré alzarte de nuevo.
[a ORDEN]
Haced que se pague esta factura.
¿Qué sois vos?

SEGUNDO ACREEDOR
 Sastre fui, mero remendón ahora.
Os otorgué crédito para unas vestiduras,
que era todo lo que tenía. Pero, al faltar en vos la paga,
95
fui expulsado de mi puesto y confinado
bajo una caseta.

BENNATO
[a ORDEN]
Haced que se le pague. — Y no remendéis ya más.

SEGUNDO ACREEDOR
No pido intereses, señor.

BENNATO
No lo requieren los sastres;
si se pagan sus billetes en un año y veinte,
rara vez son perdedores.
[al Tercer Acreedor] —
Ah, tu cara la conozco,
100
Tú fuiste mi cirujano. No debéis contar historias;
idos son aquellos días. Os pagaré en privado.

ORDEN
[a HORNO]
¡Un gentilhombre real!

HORNO
[a ORDEN]
¡Real cual emperador!
Demostrará ser un excelente amo. Mi buena señora sabía
escoger a un hombre.

BENNATO
[a ORDEN]
Que se despache a todos;
105
Y puesto que las viejas deudas han sido resueltas de un modo nuevo,
algo de propina no habrá de desentonarme.
[dándole dinero a HORNO]
Toma este poco, honesto cocinero para tus buenos desayunos.
[a ORDEN]
Y esto por tu respeto: Tómalo: es oro bueno,
y yo puedo prescindir de él.

ORDEN
Sois demasiado munificente.

HORNO
110
Siempre lo fue.

BENNATO
Os lo ruego, id delante.

TERCER ACREEDOR
¡El Cielo os bendiga!

TODOLOMELLA
A las cuatro, los demás sabéis donde encontrarme.

Salen ORDEN, HORNO, [y] Acreedores.

BENNATO
Ahora, Maese Todolomella, cual es el secreto pesante
que prometisteis comunicar?

TODOLOMELLA
Señor, ni el momento ni el lugar
me permiten relatar cada circunstancia,
115
sino tan solo ésta, en una palabra: sé que Don Gil
se vendrá a vos por la fianza
de sus mil libras … no debéis consentir.
Cuando se acaloré, que se acalorará,
mostraos áspero y decid que él es quien está en deuda con vos
120
por valor de diez veces la suma, por la venta de vuestras tierras.
Yo tuve mi parte (para mi vergüenza lo digo)
cuando os defraudó de ellas.

BENNATO
Eso está perdonado.

TODOLOMELLA
Lo tendré merecido. Luego instadle a que os muestre
el título en virtud del cual le hicisteis la entrega,
125
que yo sé que llevará consigo, para entregar
al lord Amanthos, con muchas otras escrituras
y dineros presentes; ulteriores instrucciones os daré,
mientras atiendo Vueseñoría. Si no me juego mi premio
a plena satisfacción vuestra, y gran sinsabor de vuestro tío,
130
colgad a Yago Todolomella.

BENNATO
En ti confío.

Salen.

Acto IV

Escena III

[Una cámara en casa de Propasso]
[Entran] MERITODO [y] MARGARITA.

MERITODO
No sé si rendir la primera alabanza a la templanza inigualada
de mi señor o a vuestra constante dulzura
pues vivo aún con mis débiles manos aferradas
al ancla de la esperanza, a pesar de las tormentas de desesperanza;
5
todavía estoy en duda.

MARGARITA
Dádsela a Lord Amanthos;
pues lo que en él es munificencia, es deber en mí.
Solamente pago una deuda que tiene
en mis votos, registrados en ese alto oficio,
testigos verdaderos.

MERITODO
Verdad es, carísima.
10
Pero, cuando traigo al recuerdo cuantas beldades
hacen naufragar, de propósito, sus lealtades y sus juramentos
a Dios y a los hombres para llenar los brazos de grandeza,
y vos os alzáis no menor a una gloriosa estrella
para el asombro del mundo, resistiendo
15
la severa autoridad de un padre,
desdeñando el honor cuando viene a cortejaros …
me preocupa tanto vuestro bien que, débilmente,
con vuestro mal puedo desear ese bien
que vos os complacéis en hacerme.

MARGARITA
Ahora y siempre.
20
¿Qué es un título para mí si no ha contenido?
¿Qué la riqueza rastrillada con gran cuidado
y guardada con mayores todavía, cuando el corazón lamenta
la falta de aquello que es su anhelo,
por encima de las minas de las Indias? ¿Qué es el cejo liso
25
de un marido complacido, que me hace esclava de su voluntad
para que su voraz humor pueda darse un festín
con mi obediencia y que el verme grande,
no me deje al alma ni facultades ni la potencia
para hacer su propia elección?

MERITODO
Pero los peligros
30
que siguen al rechazo —

MARGARITA
No son nada para mí.
Con amar a Meritodo, no puedo ser infeliz.
Supongamos lo peor, que, en su ira, me mate.
Una lágrima, o dos, que derraméis en mi ataúd,
de pena por mi destino, me volverá a la vida
35
lo suficiente para decir que muero vuestra
y entonces descansaré en paz. O, si resultara
tan cruel que una muerte no bastara para saciar
su sed de venganza, al contrario con tormentos prolongados
de mente y de cuerpo hubiera de pudrirme en polvo,
40
pobre y desterrrada de consuno; si participáis
de mi aflicción, lo que a desearos no me atrevo,
os estimo yo tan alto que podría soportarlo
con una tal paciencia que despreciaría
con desdén su más pésima malicia.

MERITODO
¡No permita el Cielo
45
tales pruebas de vuestro afecto por mí!
No mostrará, para con vos, que sois todo compasión,
tales rigores. Pero, pues hemos de correr
riesgos tan desesperados, esforcémonos al máximo
por navegar entre ellos.

MARGARITA
Vuestro señor está de nuestra parte y es seguro.
50
Y, aunque yo sea un actor joven, secundadme
en hacer con la vida lo que él ha maquinado.
Que el final sea feliz. Ahora, mi Meritodo —

Entra PROPASSO [detrás.]

MERITODO
[aparte, viendo a PROPASSO.]
A la carta y aparentad enfado.

MARGARITA
[en voz alta]
Le rendiré a mi señor todo lo que se le debe al título;
55
y, cuando con términos que no desmerezcan la honra
me solicite, con gusto habré de escucharle.
Pero, de este modo perentorio, qué digo, de este modo imperioso
designar un encuentro y, sin que yo lo supiera,
a un sacerdote, para atar el nudo que nunca ha de desanudarse
60
hasta que la muerte lo hiciera, es una confianza
de su señoría que ha de verse defraudada.

MERITODO
Mejores esperanzas tengo,
buena dama.

MARGARITA
Esperanzas, señor, las que os plazcan. En cuanto a mí,
he de seguir un rumbo salvo y seguro. Padre tengo
y sin su pleno consentimiento,
65
aunque todos los nobles de la tierra se arrodillaran en favor mío,
nada puedo otorgar.

PROPASSO
[Se adelanta.]
Me place esta obediencia.
Pero lo que haya escrito mi señor, debe y ha de ser
aceptado y abrazado. Dulce Maese Meritodo,
os mostráis como leal y fiel servidor
70
de vuestro buen señor: ha en vos una joya.
¿Cómo, Marga? ¿Fruncís el ceño? ¿Es este aspecto para recibir
a un mensajero de mi señor?
[viendo la carta]
¿Qué es esto? Dádmelo.

MARGARITA
Un trozo de escrito arrogante, como su letra.

PROPASSO
[coge y lee la carta]
“Hermosa señora, aprended de vuestro criado todo los gozos
75
que podamos esperar y, que si los dejamos para luego, serán meras baratijas.
Por lo tanto y sin demora, en privado, encontrad
un esposo que con gusto a vuestros pies
ha de rendiros honores ofreciéndoselos a vos
con pleno contenido, una vez cumplido lo que exige la iglesia.”
80
¿Es esto el arrogante escrito? ¡Necia!
¿Queréis seguir siéndolo? En el nombre de la locura ¿qué
podría su buen Honor escribir para dejaros contenta?
Hay otra cosa por desear, tras estas dos,
ya ofrecidas: matrimonio primero,
85
legítimo placer a luego? ¿Qué más habrías de desear?

MARGARITA
¿Qué, señor? Casarme como hija vuestra;
no con prisas y de noche no sé dónde,
sin ceremonias, sin invitar amistades
que honren la solemnidad.

MERITODO
Con la venia de Vueseñoría,
90
[aparte]
pues así habré de trataros desde mañana,
mi señor desea privacidad en este negocio, ya que
sus honorables parientes se hallan lejos
y sus deseos de hacerlo no casan
con un retraso tan largo como requeriría su asistencia.
95
Con todo, está resuelto a que, con toda la pompa debida,
con justas, comedias, mascaradas y juegos de cañas,
se celebren sus esponsales en la Corte,
cuando haya llevado a Vueseñoría a la Villa.

PROPASSO
[a MARGARITA]
Dice la verdad. Así es la costumbre, según mi conocimiento.
100
¿Habrá mi buen señor, para complacer vuestras niñerías,
de aplazarlo, ¡a fe! y perder una noche,
en la que podría concebir dos mozos de ti?
No me tentéis más. Si lo hacéis, este aguijón
[Se señala la espada.]
os pinchará a él.

MARGARITA
Me daría por contenta
105
si vos, cumpliendo tan sólo con lo que toca a un padre,
me entregaseis en la iglesia.

PROPASSO
Mientras mi señor os tenga,
¿qué me importa quien os entregue? Dado que mi señor
se empeña en hacerlo privado, no le contrariaré.
No sé, Maese Meritodo, como estará mi señor
110
de dineros y, por tanto,
[dándole dinero]
he aquí una bolsa
con oro que habrá de servir para los gastos de esta noche. Mañana
le proveeré con las sumas que sean. Mientras tanto,
usad mi anillo con mi capellán; está beneficiado
en mi finca de Gotham y se llama Párroco Seara:
115
no hay problema de licencias, yo lo respaldo.

MARGARITA
Con la venia, señor, ¿qué garantía hay en vuestro anillo?
Él puede suponer que lo he conseguido de veinte maneras distintas
sin vuestro conocimiento; y, ser rechazada en tal caso,
sería una mancha. Por favor, señor,
120
vuestra presencia haría mayor servicio.

PROPASSO
¡Todavía perversa!
Vuelvo a decirlo: no contrariaré a mi señor;
pero también evitaré que lo hagáis vos.
[Llamando]
¡Recado de escribir!

MERITODO
Os lo puedo proveer.

PROPASSO
Os lo agradezco, puedo escribir entonces.

[Escribe en su libro]

MERITODO
Podéis omitir, si os place, el nombre de mi señor
125
supuesto que acudirá disfrazado— y escribir tan sólo,
“Casadla con este hidalgo.”

PROPASSO
Buen consejo.
[Escribe y le da la nota a MERITODO.]
Hecho está: andando.
(MARGARITA se arrodilla.)
¿Mi bendición, muchacha? La tienes.
No, no repliques, vete.
[Ella se alza.]
Buen Maese Meritodo,
ésta será la mejor labor que en una noche hayáis hecho.

MERITODO
130
Así lo espero, señor.

Salen MERITODO y MARGARITA.

PROPASSO
¡Adiós! — Todo queda ya seguro:
se me antoja que ya tengo caballeros y damas
diciendo, “Don Gil Propasso, ¿qué tal
vuestra honorable hija?”, “¿Ha dormido bien su Señoría
esta noche pasada?”, o “¿Le complacerá a su Señoría
135
este mono, perro, o loro?”,
(está de moda entre damas) o “¿a mi hijo el mayor
de paje de ella y sirviendo el tajador a la mesa”?
¡Mis fines, mis fines he alcanzado! Y luego a por Bennato
y las tierras; una vez lo vea desposado con la viuda
140
ya lo tengo — apenas puedo contenerme,
tan lleno estoy de gozo … más aún: de gozo estoy cubierto.

Sale.

Acto V

[Escena I]

[Una cámara en casa de Lady Meritodo]
[Entran LORD] AMANTHOS, LADY [MERITODO y] AMBLADURAS[, quien se retira después de hacerles pasar].

LADY MERITODO
Pues conocéis la solidez de mis motivos
que me indujeron a dispensar
un poco con mi gravedad y atreverme
a simular algunos favores para con él,
5
con las tramas y proyectos del abatido Bennato.
Y no he de arrepentirme, por más que sufra
en la opinión de algunos hombres por tal acción;
pues él, que lo aventuró todo por mi querido esposo
puede, con justicia, reclamarme una obligación
10
en pago de dicha cortesía; que de habérsela negado
por esquiva o por nimia,
habría argumentado poco amor por mi parte
hacia el fallecido.

AMANTHOS
Lo que habéis intentado, señora,
para con el pobre hidalgo ha tenido éxito;
15
pues según creo, sus deudas están saldadas
y él, de nuevo, provisto para buen empleo.
Pero todas las artes que he usado para elevar
las fortunas de vuestro gozo y el mío, el joven Meritodo,
todavía son supuestas, aunque albergo esperanzas;
20
ya que los jóvenes amantes más preñados están de ingenio
de lo que sus cortos años prometen. Y, en cuanto a sus deseos,
que yo sepa son parejos.

LADY MERITODO
Mis deseos
son iguales a los vuestros, milord. Pero, permitidme temer por
la fábrica, aunque bien fundamentada. Trufar a
25
Don Gil, que es león y zorro, al mismo tiempo,
en su proceder, es empeño que supera a
los emprendedores más recios y no una prueba
para dos débiles inocentes.

AMANTHOS
No desesperéis, señora:
lo arduo se consigue a veces por fáciles conductos.
30
Y el juicio, siendo un don derivado del Cielo,
(aunque a veces se aloje en los corazones de los hombres del mundo
que nunca estiman de quien lo han recibido),
abandona a los que abusan de quien lo otorga.
Cuya es la razón de por qué el político
35
y astuto hombre de estado, que cree saber la raíz
de la razón en todos los reinos de la tierra,
a menudo por la sencillez se ve propasado.

LADY MERITODO
¡Ojalá! Pero, expresarlo en su nombre
es buen augurio.

AMANTHOS
Ojalá que para mí
40
así resulte, buena señora, en mi propuesta hacia vos!
¿Qué pensáis de ella?

LADY MERITODO
A fe, milord,
mi propia indignidad puede responder por mí.
Pues si, cuando yo estaba en mi esplendor,
y mi flor virginal no cortada, vos me hubierais hecho presente
45
este gran favor; considerada mi humildad
no en un espejo de amor propio sino de la verdad,
sólo habría podido pensar que era una bendición
más allá, mucho más allá de mis méritos.

AMANTHOS
Sois demasiado modesta,
e infravaloráis lo que supera
50
mis títulos o lo que pueda llamar mío.
Concedido: si fuera un español, desposar
una viuda sería menoscabo; pero siendo
inglés de pura cepa, no veo
cómo podría ser baldón a mi honra. Más aún:
55
lo que creéis mancha para mí
es el lustre más hermoso. Vos, señora, ya habéis
dado pruebas fehacientes de lo mucho que podéis estimar
a un esposo que os merece; lo que me confirma,
que, si no falto en mi cuidado
60
por serviros, vos habréis de ser la misma
que lo fuisteis para con vuestro Meritodo. En una palabra,
nuestros años, nuestros estados, nuestras cunas no son desiguales.
Vos descendéis de la nobleza y con ella estáis aliada;
si puedo alcanzar que me hagáis dichoso,
65
unid tan sólo vuestros labios con los míos y ese habrá de ser
contrato solemne.

LADY MERITODO
Ciega estaría a mi propio bien
si rehusara.
[Se besan.]
Y así, milord, recibidme
como soy. Mi vida habrá de tener
como único objeto de estudio el complaceros.

AMANTHOS
70
Si no os devolviera, con toda ternura,
igual respeto por vos, ¡que muera desgraciado!

LADY MERITODO
No ha lugar protestación, milord,
no hay duda para ella.
Entra BENNATO [con hermosas ropas].
Sed bienvenido, señor.
Ahora tenéis vuestra propia apariencia.

BENNATO
Y seguiré
75
reconociendo, libremente, que yo soy
hechura vuestra, señora; y nunca consideraré
mi vida como propia, cuando os pluga disponer de ella.

AMANTHOS
Bien os sienta tal agradecimiento.
No podríais elegir mejor forma
80
de vestir vuestro pensamiento.

LADY MERITODO
En cuanto a mí, estoy feliz
por la prosperidad de mi esfuerzos. ¿Habéis visto ha poco
a Don Gil, vuestro tío?

BENNATO
Supe de él, señora,
por su ministro, Todolomella. Le han brotado extrañas pasiones
con respecto a su hija. Anoche os buscaba,
85
milord, en su casa y, no encontrándoos
y ella desaparecida, su Sapiencia
está muy perpleja y turbada.

AMANTHOS
Puede ser,
querida, que mi proyecto haya tenido éxito.

Entra PROPASSO [con una caja] y con aspecto alocado, empujando a TODOLOMELLA ante él.
[Al principio no son conscientes de la presencia de los otros.]

LADY MERITODO
Mucho que lo deseo.

PROPASSO
[a TODOLOMELLA]
¡Ja! Encuéntrala, bobo, pegote de nada,
90
o te sacaré los ojos.

BENNATO
[aparte a AMANTHOS]
Con la venia de Vueseñoría,
para unos fines míos, retiraos
un tanto de la vista, que no de la escucha:
podría haber pasatiempo.

AMANTHOS
Dirigidme vos.

Se aparta.

PROPASSO
[a TODOLOMELLA]
¡Os voy a solfear, villano!

TODOLOMELLA
Señor ¿con qué motivo
95
me maltratáis así?

PROPASSO
¡¿Motivo, esclavo?! Pues, porque estoy furioso,
y tú solamente vales para recibir golpes,
y enfriar así mi cólera. Mira el escrito;
como se rompa el sello de la caja
que ha dormido en mi alcoba estos últimos tres años,
100
te pondré el alma en el potro.

TODOLOMELLA
(aparte) Puedo impetrar perdón
aunque ahora esté sufriendo y no me atreva a resistir.

PROPASSO
[viendo a LADY MERITODO]
Señora, con la venia ¿habéis visto a mi señora hija?
¿Y al señor su esposo? ¿Están en vuestra casa?
Si lo están, mostrádmelos, para que pueda desearles dicha;
105
y, como entrada a su lugar de honor,
ver a Vueseñoría a su izquierda, haciéndole una reverencia
cuando os haga una inclinación de cabeza, lo que habréis de recibir
como favor especial.

LADY MERITODO
Cuando sepa, Don Gil,
que su estado requiere de tal ceremonia, la cumpliré.
110
Mientras tanto, como soy quién soy,
os doy a entender que ni sé
ni me importa dónde está su Señoría.

PROPASSO
Una vez la veáis
sustentada y conducida por el señor, su esposo,
saldréis de vuestro error.
[viendo a BENNATO]
¡Sobrino!

BENNATO
¡Señor!

PROPASSO
¿Nada más?

BENNATO
115
Es todo cuanto os debo.

PROPASSO
¿Los harapos redimidos
os han vuelto, pues, insolente?

BENNATO
(con desprecio)
¡Insolente con vos!
¡Vamos! ¿En qué sois vos, señor, salvo en años
como mucho, más que yo mismo?

PROPASSO
[aparte]
Su fortuna lo ha henchido:
hiede a casado.

LADY MERITODO
¡Esto es excelente!

PROPASSO
120
Señor, en discurso calmado (aunque apenas lo utilizo):
estoy enterado de la causa que os hace
portaros con tales arrestos. Hay ciertos rumores sobre
un matrimonio hurtado, ¿me oís? un matrimonio hurtado,
en el que se dice que una de las partes ha sido trufada.
125
No nombro las partes.

BENNATO
Y bien, señor ¿qué hay de ello?

PROPASSO
Por la Virgen, esto, ya que sois tan perentorio. Recordad
que con la mera esperanza de vuestro gran acuerdo, os presté
mil libras: puestas por mí con alta fianza.
Dadme enseguida hipoteca o título
130
de algunas de vuestras nuevas posesiones o haré que os arrastren
en vuestras ropas de espliego a la cárcel. Me conocéis;
no burléis, por tanto, conmigo.

BENNATO
¿Podéis ser
tan cruel con vuestro sobrino ahora que
va a iniciar su ascenso? ¿Fue la cortesía
135
que me hicisteis “por puro amor y sin otro fin”?

PROPASSO
¡No me fines fines! Empeñad la finca entera,
y forzad a vuestra esposa a la firma; tendréis
tres mil o cuatro mil más, para bramar, bravonear
y holgar en tabernas de alcahuetas.

BENNATO
Y mendigar más tarde.
140
¿No es eso lo que queréis decir?

PROPASSO
Mis pensamientos son míos y libres.
¿Obtendré esa fianza?

BENNATO
No, a fe que no.
Ni fianzas, ni cédulas, ni un mero recibí;
vuestro aspecto imponente no me asusta.

PROPASSO
¡Pero sí lo harán mis hechos!
¡Tengo más valor!

Ambos desenvainan.
Entran Criados [incluidos ORDEN, AMBLADURAS y HORNO].

LADY MERITODO
A mí ¡Muerte! ¡Muerte!

BENNATO
 Que venga
145
de todos sus errores e injurias rodeado,
armado con sus prácticas de degollador como guardas.
El derecho que he conmigo me habrá de defender
y castigar su extorsión.

PROPASSO
¡Ojalá me enfrentara a ti,
a solas, en el campo!

LADY MERITODO
Podéis hacerlo; pero no hagáis
150
de mi casa la escena de vuestras querellas.

PROPASSO
Y aunque en una iglesia fuera,
¡por el Cielo y el Infierno, que lo haré!

TODOLOMELLA
[aparte a BENNATO]
Ahora le obligaremos
a mostrar el título de propiedad.

BENNATO
Esta ira es en vano, señor.
Si es pelea, no temáis, que habéis de haberla a manos llenas,
a la menor incitación. Y, aunque vos
155
me acusáis de una deuda de mil libras,
si es que hay ley (por más que no tengáis conciencia)
o me devolvéis las tierras o yo recobraré
una deuda, que, en verdad, habéis conmigo,
por diez veces el valor de lo que me es exigido.

PROPASSO
160
¡Yo en deuda contigo! ¡Qué desvergüenza! ¿Acaso no compré
las tierras que tu padre te dejó, esas ricas tierras,
que habían llevado el nombre de los Bennato
por veinte generaciones y que, como necio desordenado,
pusiste a la venta? ¿No tengo yo aquí conmigo
165
el título de propiedad que la confirma mía?

TODOLOMELLA
[aparte a BENNATO]
¡Ahora, ahora!

BENNATO
No lo reconozco; nunca hice entrega
de tales tierras. Concedido, durante un año o dos
las tuvisteis en fideicomiso; y, si ahora lo anuláis,
devolviendo la propiedad, os ahorraréis
170
a vos y a mí costosos pleitos.
Y ello, si resultareis deshonesto, (como dudo),
ha de ser forzosa consecuencia.

LADY MERITODO
 A mi juicio,
os aconseja bien.

PROPASSO
¡Bien! ¡Bien! Conspirad
con vuestra nuevo esposa, señora, secundadle
175
en su prácticas deshonestas; pero cuando
esta finca pase a mi poder,
hablaréis en tono más humilde e impetraréis favores.

LADY MERITODO
Jamás: no lo esperéis.

BENNATO
¡Antes se apoderará de mí la desesperación!

PROPASSO
Y en tanto, para cerrarte la boca y hacerte
180
quedar como mentiroso, mentiroso a todas luces, saco
la preciosa evidencia; si puedes negar que no son
vuestra escritura y sello, y renunciar por ley,
tus orejas van a la picota, ¡mira!, he aquí lo que ha de dejar
mi interés manifiesto.
(Abre la caja [y desenrolla el título].)
—¡Ja!

LADY MERITODO
Un hermoso pellejo de pergamino.

BENNATO
185
Indentado, lo confieso, y con las cintas;
pero sin lacre ni palabras. ¡Hola! ¿Fulminado?
¿Ni una sílaba con que insultar? Mi sabio tío,
¿es ésta vuestra preciada evidencia? ¿Es esto lo que vuestro
interés deja manifiesto?

PROPASSO
¡Abrumado estoy de asombro!
190
¿Qué prodigio es este? ¿Qué sutil diablo
ha raspado la inscripción y vuelto el lacre
en polvo? ¿Mis demás escrituras intactas
como cuando se firmaron y solamente esta
convertida en nada? ¿Haces trato con brujas, truhán?
195
Hay una ley para vos que os meterá el cuello
en un círculo de cáñamo; sí que la hay.
Y ahora, bien pensado, tramposo, sabed que estos
juegos de titiritero no habrán de salvaros.

BENNATO
El salvarte
agotaría el almacén de perdones.

PROPASSO
¡Todolomella!

TODOLOMELLA
¿Señor?

PROPASSO
200
(adulándolo)
Aunque muertos los testigos, vuestro testimonio —
con la ayuda de un juramento o dos: y en favor de tu amo,
tu liberal amo, mi buen y honrado criado;
sé que jurarás lo que sea para hacer trizas
esta astuta treta. Además, sé que eres
205
notario público, y los tales ante la ley
valen por una docena de testigos juntos. La escritura redactada
por ti, mi cuidadoso Todolomella, y entregada, como así fuera,
en tu presencia, darán fe de mi título de propiedad.
¿No jurarás esto?

TODOLOMELLA
¡¿Yo?! No, os lo aseguro.
210
Yo no tengo una conciencia sellada como la vuestra.
No sé nada de títulos de propiedad.

PROPASSO
¿Quieres traicionarme?

TODOLOMELLA
[a los otros]
 Impedidle
usar sus manos; yo haré uso de mi lengua
y no le será parco tormento.

PROPASSO
[mientras lo sujetan]
¡Mi propio mozo
215
se rebela contra mí!

TODOLOMELLA
Sí; y os saca a la vergüenza al tiempo.
El idiota, el necio, el esclavo, el bobo,
la propiedad que sólo vale para vuestros golpes
del ejercicio matutino, vuestra pelota o
el trozo de carne sin provecho, vuestro quejica,
220
puede haceros anatomía ahora y mostrar abiertas
todas vuestras negras conjuras y dejar a ras de suelo
la loma de vuestro orgullo y, con estos gaviones guardado,
descargar mi gran artillería, y hacer temblar
que digo, pulverizar— los murallas que creéis defensa.

LADY MERITODO
225
¡Como echa espuma por la boca de rabia!

BENNATO
A él, de nuevo.

PROPASSO
¡Ojalá te tuviera en mis puños, te desgarraría
una articulación tras otra!

TODOLOMELLA
Sé que sois desgarrador,
pero, primero, haré que os recorten las garras y, luego,
me acercaré a vos. Cuando haya descubierto
230
y hecho probanza ante el juez de los modos
y prácticas diabólicas que utilizasteis para trufar
ejércitos enteros de familias, que, si aún fueran en vida
y alistados en armas, podrían
tomar Dunquerque.

BENNATO
Todo saldrá a la luz.

LADY MERITODO
Tanto mejor.

PROPASSO
235
Así quede en vida, bellaco, para torturarte
y hacerte desear la muerte, arrodillado en vano.
Estas espadas que me tienen de ti, aunque aquí me clavaran,
y todo mi cuerpo fuera una herida,
aun así te alcanzaría.

AMANTHOS
(aparte)
La mano del Cielo opera.
240
¡Dos perros de pelea!

PROPASSO
Hago el necio,
y mi ira hago parecer ridícula.
Ya habrá tiempo y lugar, ya lo habrá, cobardes,
cuando habréis de sentir a qué me atrevo.

BENNATO
Lo creo.
Os atrevéis a cualquier maldad, pero carecéis del valor verdadero
245
de ser honesto y arrepentiros.

PROPASSO
Palabras son, señor, que desconozco,
y que nunca aprenderé. La paciencia es la virtud del mendigo
y no ha de hallar puerto conmigo.
Entran ÁVIDO y el PÁRROCO SEARA.
Tras estas tormentas,
al final, la calma sobreviene. ¡Bienvenidos, muy bien venidos!
Hay consuelo en tu aspecto. ¿Se ha cumplido el acto?
250
¿Está casada mi hija? Decid que sí, capellán mío,
y estaré calmado.

SEARA
¿Casada? Sí, os lo aseguro.

PROPASSO
¡Que se desvanezcan, pues, los tristes pensamientos!
[ofreciéndole dinero]
Toma más oro.
Mis dudas y mis temores se han ahogado en los títulos
de mi Honorable, de mi Muy Honorable hija.

ÁVIDO
255
He aquí que habrá convites y yo, durante un mes,
estaré fornido: tripas vacías, no croéis más,
henchidas os veréis, como las gaitas, pero no de vientos,
sino de platos de substancia.

PROPASSO
(susurrándole a SEARA)
¿Llegan ya?
¡A mis deseos! ¡A mis deseos! Ahora que conspiráis contra mí
260
y esperabais ponerme la zancadilla del desdén,
pensad en ello y temblad.
(Música estentórea)
¡Llegan! Oigo la música.
¡Paso! ¡Paso para mi señor!

BENNATO
Pensad que en un calor repentino
todavía puede refrescar, señor.

PROPASSO
 ¡Abrid paso! ¡Paso para mi señor!

Entran MERITODO y MARGARITA.

MARGARITA
(arrodillándose)
Señor, vuestro perdón primero, vuestra bendición luego, con
265
vuestra plena aceptación de la elección que yo he hecho,
si alguna vez habéis usado de vuestra razón. 
No os apasionéis, pues igual podríais
recordar el día que es pasado, como desatar el nudo
que demasiado aprieta … Por no parar
270
demasiado en palabras: éste es mi marido.

PROPASSO
 ¡¿Cómo?!

MERITODO
Así es, os lo aseguro. Todos los ritos del matrimonio,
con toda circunstancia son pasado. ¡Ay de mí! señor,
aunque no soy un noble, sino el paje de un noble,
vuestra hija y mi amada esposa no se lamenta por ello;
275
y en vez de “Muy honorable yerno” podéis decir
“Vuestra obediente hija”.

PROPASSO
¡Demonio! ¿Están casados?

SEARA
Cumplid como padre y decid “¡Que el Cielo les dé dicha!”

PROPASSO
¡Confusión y ruina! Habla y habla pronto
o estás muerto.

SEARA
Están casados.

PROPASSO
Mejor habrías
280
firmado un contrato con el rey de los demonios,
que no éste. ¡Se me revuelven los sesos!

SEARA
¿Por qué enfurecerse conmigo?
¿No es esta vuestra carta, señor; y estas las palabras
“Casadla con este hidalgo”?

PROPASSO
Ni puede —
no habré de creerlo nunca — ¡Muerte de Cristo! no he de hacerlo —
285
que yo (que en todos los senderos que he practicado
de provecho mundano no he dejado ni una huella
allí donde hubiera hollado que pudiera descubrir el más curioso
en retrazarme los pasos), me vea engañado por niños,
tenido por bobo y burlado, todas mis esperanzas, toda mi labor
290
vencidas, desbaratadas.

BENNATO
Así parece
que ha sido, mi grave tío.

PROPASSO
Las comadronas de aldea
vengan sus agravios con conjuros. No he de malgastar
una sílaba sino que, de este modo, tomo la vida,
desgraciada, que te diera en su día.

Intenta matar a MARGARITA.

AMANTHOS
[interviniendo]
¡Teneos, por vos mismo!
295
Aunque la caridad para con vuestra hija os haya abandonado,
¿acometeréis un acto que, aunque vuestras esperanzas se hayan disipado,
no puede dejar lugar ni a paz ni a descanso venideros?
Considerad que sois, como mucho, un hombre
y que no podéis crear vuestros fines de tal modo
300
que no puedan ser contrariados.

PROPASSO
¡Señor! De esta forma te escupo,
y también a tu consejo y de nuevo te aconsejo,
como soldado que eres, si tu valor se atreve
a mostrarse donde la multitud y el ejemplo
no marcan el camino a seguir, que salgamos de la casa e intercambiemos
305
seis palabras en privado.

AMANTHOS
Estoy listo.

LADY MERITODO
[a AMANTHOS]
¡Quedaos, señor!
¡No os enfrentéis a un loco!

BENNATO
O haríais como él,
si respondierais a su vano reto.

PROPASSO
¿Pálido?
Tomad ayuda en préstamo, pues aunque Hércules dubitara de este encuentro,
me mantendré frente a los dos, aún de este modo estorbado.
310
Pues, como un león de Libia enrededado,
mi furia no puede alcanzar a los cobardes monteros,
y sólo se gasta en balde, saldré de aquí.
Solo nada puedo hacer, pero tengo sirvientes
y amigos que me secunden; y si no hago
315
de esta casa una pila de cenizas (por los desafueros para conmigo
de los que he hablado, yo lo he de cumplir!) ni dejo
una garganta sin cortar,—¡si ello es posible,
oh, Infierno, amontóname aflicciones!

Sale Propasso.

TODOLOMELLA
¿No es pasatiempo de primera?

ÁVIDO
¡Pasatiempo de primera! Seguro que me ha quitado el hambre;
320
la salsa no me gusta.

MERITODO
 [a MARGARITA]
Vamos, no lloréis, carísima.
Aunque muestra vuestra lástima, lo decretado en el Cielo
no podemos alterarlo.

LADY MERITODO
Sus amenazas no me suponen
escrúpulo, señora.

TODOLOMELLA
 [a BENNATO]
¿Acaso no fue una rara treta,
con la venia de su Señoría, dejar el título de propiedad en nada?
325
Puedo hacer veinte más limpios, si os place,
para comprar y enriquecerse; pues he de ser
tal procurador y mayordomo vuestro,
como nunca lo ha tenido señoría alguna.

BENNATO
Te creo;
pero revela primero el modo astuto que usaste
330
para raspar la concesión?

TODOLOMELLA
Misterios son
que no deben hacerse públicos: ciertos minerales
incorporados a la tinta y el lacre.
Además, no me daba nada, sino que seguía alimentándome
de esperanzas y de golpes: eso fue la inducción
335
para esta treta. Si place a Vueseñoría
recordarlo, esta loca bestia me obligó una vez
a que os instara a ahogaros o a ahorcaros;
lo mismo haré yo con él, si así me lo ordenarais.

BENNATO
¡Sois un bribón! El que se atreve a serle falso
340
a un amo, por injusto que este fuera, nunca le será fiel
a otro. No busques recompensa
ni favor por parte mía. Evitaré tu presencia
como con un basilisco lo haría. Agradece a mi compasión
que conserves las orejas; no obstante, daré orden de que
345
vuestra práctica sea silenciada.

ÁVIDO
Lo enviaré a prisiones
si queréis que lo haga, señor.

BENNATO
No serviría de mucho;
que su conciencia sea su cárcel. Ni una palabra,
¡al instante, vete!

ORDEN
350
[dándole una patada a TODOLOMELLA]
Y llévate esta patada.

AMBLADURAS
[dándole una patada a TODOLOMELLA]
Y ésta.

HORNO
Si tuviera aquí mi hacha de carnicero,
la cabeza del truhán dividiría.

TODOLOMELLA
Esta es la ensenada
a la que ha de arribar todo falso sirviente.

Sale TODOLOMELLA.
Entra PROPASSO [, como un loco].

LADY MERITODO
¡¿Aquí de nuevo?!

AMANTHOS
No temáis, yo os guardo.

BENNATO
Fantasma parece.

SEARA
Con la venia, algo de tiempo he pasado
355
con lo que estudian los físicos y, si no yerro en mi juicio,
está loco sin recuperación alguna; pero, observadlo
y guardaos.

PROPASSO
¿Acaso no está el mundo entero
en mí incluido? ¿Para qué, entonces,
amigos y sirvientes? Digamos que hubiera un cuadro
360
de picas entreteladas de mosqueteros, cuando estoy a lomos
de mis agravios, ¿habría de temer cargar contra él?
Esgrimiendo su espada envainada.
No: atravesaré la batalla y, con su rota,
cumpliré la ejecución. ¡Ja! Débil me encuentro:
Alguna viuda arruinada se sienta sobre mi brazo
365
y me priva de su uso y de mi espada;
Engomada está a la vaina con lágrimas de huérfanos ultrajados
y no se puede desenvainar. ¡Ja! ¿Qué son estos? Cierto, verdugos son
que vienen a atarme las manos y arrastrarme luego
ante el Alcalde de Corte. Formas nuevas son ahora
370
y a las Furias se parecen, con látigos de hierro
para fustigar mi ánima ulcerosa. ¿Habré, pues de caer
sin gloria y ceder? ¡No! Mal pese al Hado,
como a mí mismo se me forzará a los Infiernos;
aunque fuerais legiones de espíritus condenados,
375
volaría de este modo entre vosotros.

[Salta hacia adelante débilmente.]

BENNATO
No hay remedio;
desarmadlo primero y atadlo luego.

ÁVIDO
Tomad un auto de prisión
y llevadlo al manicomio de Bedlam.

AMANTHOS
¡Cómo echa espuma por la boca!

BENNATO
¡Y muerde tierra!

SEARA
A una celda obscura llevadlo,
380
y ved allí que pueden hacer las artes por su recuperación.

MARGARITA
¡Oh, padre querido!

Ellos [ORDEN, AMBLADURAS, HORNO, etc.] apartan a PROPASSO a la fuerza.

MERITODO
Habed paciencia, señora.

AMANTHOS
He aquí un precedente para enseñar a los malvados
que, cuando abandonan la religión y se vuelven ateos,
sus propias habilidades les abandonan. Os lo ruego, confortaos,
385
haré que seáis sus tutores,
por su trastorno. Y en cuanto a vuestras tierras, Maese Bennato,
sea bueno o malo según la ley, os seré árbitro
entre vos y ésta, la heredera indudable
de Don Gil Propasso. En cuanto a mí, he aquí el ancla
390
a la que habré de aferrarme.

MERITODO
Lo que vos determinéis,
milord, yo lo aceptaré.

BENNATO
 Es la lengua
que también yo hablo. Pero hay algo más
que volver a la posesión de mis tierras
y pagar mis deudas que he de llevar a cabo.
395
Yo tuve una reputación, pero se perdió
por mi desordenado comportamiento y, hasta lograr la redención
de algún modo noble, estoy rehecho a medias tan sólo.
Es la hora de la acción. Si a su Señoría
le pluguiera concederme una compañía
400
bajo mi mando, no dudo que, en mi servicio
para con mi rey y mi patria, habré de hacer algo
que me devuelva la honra.

AMANTHOS
La petición se os concede
y se os ama por la propuesta.

BENNATO
Nada falta, pues,
sino vuestra benevolencia—

EL EPÍLOGO

Sino vuestra benevolencia y, en ello, todo
está comprendido; que ni nosotros —de sobra es conocido—
ni el que escribió la comedia puede ser manumitido
sin vuestro favor. El cual, si para ser habido
5
otorgáis la voluntad, cual bello favor debido
al esfuerzo del poeta y al de los nuestros (a mandar,
que, de la comedia, hidalgos, no vamos a desesperar)
de consuno profesaremos que Vuecencia ha poder
de enseñarnos a actuar y, a él, a bien componer.

[Salen.]

Nota del traductor a la lista de personajes

Como podría parecer obligado con una obra de teatro cuyos personajes son ‘característicos’, estereotipados o, simplemente, ‘personajes tipo’, ha habido que efectuar cambios en profundidad en los nombres ‘propios’. Se proponen los siguientes:
-Lord Lovell (entiéndase: love(d by) all “amado por todos”) como se puede ver en “el galante y popular Lord Amanthos, el favorito del amor del pueblo” (3.2.81-82), podría haberse substituido en la traducción por un helenizante Pánfilo, nombre común a algunas obras de la tradición medieval europea. Pero, al igual que Wellborn, el nombre inglés es transparente frente al opaco —como mucho, translúcido— del griego; y, además, es apellido y no nombre. Por todo ello, se ofrece Lord Amanthos (“aman to(do)s)”, reservándome la capacidad de alterar el pronombre, no en el vulgar tós, sino como variante ortofonética, imitativa del -ell frente a all átonos del original inglés. De manera adicional, se busca el disfraz cultural mediante el digrafo –th, para otorgarle un apariencia inglesa, toda vez que, como vemos en la siguiente nota, el substantivo lord ya había aparecido para 1633 en un texto en España.
-to overreach significa en otras cosas “abusar”, “engañar” (trufar, como se propone en varias ocasiones, de acuerdo con su tercera y cuarta acepciones [cf. trufa “engaño mentira ò embuste, levantado por passatiempo, chanza, ò burla” en Autores]) y también “sobrepasar”. Basándome en este último valor, utilizo propasso con el dígrafo ss, que si no Cobarruvias (Cob.), si traerá Autores (Aut. 1976: 403) a partir de propassar “pasar más adelante delo que se debía. Úsase regularmente (…) para expresar “alguno excede los límites de o razonable, en lo que hace ù dice”.
-Sir Giles fácilmente se ofrece a la substitución cultural Don Gil. Gil se ha asociado, a veces, con los judíos (y Giles Overreach se comporta como un usurero) y, sobre todo, con gente llana y necia (Cela 1971: 59 ss) en la tradición del Siglo de Oro; de ahí la sorpresa de que alguien llamado Gil puede pertenecer a la gentry, a la nobleza no titulada, (como también se verá en Don Gil (de las calzas verdes) y más tarde, en Gil Blas de Santillana) o, por las mismas, que el personaje de nuestra comedia pretenda auparse a la aristocracia de título.
-Wellborn debería naturalizarse, filológicamente, en un Eugenio helenizante, de manera similar al Pánfilo que comentábamos arriba; y, por las mismas razones, se ha descartado. La opción escogida, Bennato, es, como mucho, italianizante, como otras de las propuestas aquí, pero un nombre italiano no resultaría extraño en absoluto a principios del siglo XVII, con media Italia incorporada a la Corona o aliada de ella.
-Tom, el hipocorístico de Thomas, no podemos incorporarlo ni substituirlo culturalmente, salvo con ese Tomé … galaico-portugués.
-Allworth (“todo mérito” o “merecedor de todo”) daría mi elección: Meritodo.
-Marall sería “tuerce todo”, “arruina todo” o “estropea todo” y, por lo tanto, mellar, en su segunda acepción. La forma del apellido propuesto, Todolomella, juega, además, con otros de la cultura española terminados en –ella (como Botella, Castiella, Chirivella, Gironella y demás) (vid. Faure, Ribes y García, 2006).
-Amble se traslada como ambladuras ―en plural como es típico de los motes― a partir del étimo común ambulare, aunque el lema español se restrinja a un movimiento caballar.
-Watchall, se ofrece, por adaptación semántica, como Todomiro, jugando, además, con el nombre español de origen germánico Teodomiro.
-Willdo, el apellido del dócil párroco beneficiado, se ofrece como Seara, que es apellido español y, además, retruécano fonético, con “se hará”.
-Tapwell se torna en el falsamente italianizante Bonaspita.
-Greedy y Ávido, Order y Orden, Furnace y Horno, Froth y Espuma no requieren mayor explicación.

lord: CORDE documenta el anglicismo lord por primera vez en las ‘Crónicas de los Reyes Católicos’ de Diego de Valera (1487-1488).
Franco “aún se registra en libros de bautismo del siglo XVII, (…) como hipocorístico de Francisco (Gallarín, 1998)” (en Faure, 2002: 331).

Gentleman se traduce sistemáticamente por “hidalgo”, no solamente por substitución cultural, sino porque ‘caballero’ en aquel entonces se limitaba, en buena medida, a las órdenes militares.

term-driver: Este arcaísmo lo define Bevington como “one who moves from court to court during law sessions usually with the intent of engaging in intrigues, knavery, or sport, including the corrupt drawing up or altering of legal documents” (p. 1840). El Oxford English Dictionary (OED) lo limita a una sola cita, la de esta comedia. El castellano malsín, “el chismoso mal intencionado; que solicita hacer ò poner mal à otros” (Aut.), ni cubre semánticamente ni refiere a la forolalia (el registro del habla propia de los juzgados) del término técnico original, pero sí se le aproxima funcionalmente.

creature: "satélite", en el sentido etimológico latino.

chamber maid: Frente a chamber maid, literalmente “doncella de cámara” y, por tanto, “camarera”, he preferido substituir el compuesto entonces relativamente reciente (OED da 1565) waiting woman “asistente personal”, “sirvienta” o “criada” como lo define OED, por el arabismo español azafata (1582, según Corominas) por su similitud funcional.

Juan José Calvo


Bibliografía



Autoridades: Real Academia Española. Diccionario de Autoridades. Edición facsímil. 3 vols. Madrid: Gredos, 1963. 3ª reimpresión 1976.

OED. OXFORD ENGLISH DICTIONARY. The compact edition of the complete text reproduced micrographically. 2 vols. Oxford: University Press, 1971. Complete text reproduced micrographically. Vol. 3 (1987). A supplement to The Oxford English Dictionary. Volumes I-IV. Oxford: At the Clarendon Press.

Bevington, David, ggeneral editor). English Renaissance Drama. A Norton Anthology. New York: W.W. Norton. 2000.

Cela, Camilo José. Diccionario secreto. Tomo II. Madrid: Alfaguara, 1971.

CORDE: Real Academia Española. Corpus diacrónico del español. Disponible en: http://corpus.rae.es/cordenet.html.

Corominas, Joan. Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana. 4 vols. Madrid: Gredos, 1955-1957. 3ª reimpresión 1976.

Covarrubias Orozco, Sebastián de. Tesoro de la lengua castellana o española. Madrid: Ediciones Turner, 1977.

CREA: Real Academia Española. Corpus de referencia del español actual. Disponible en: http://www.rae.es/recursos/banco-de-datos/crea.

Eliot, Charles W., ed. A New Way to Pay Old Debts. By Philip Massinger. Vol. XLVII, Part 5. The Harvard Classics. New York: P.F. Collier & Son, 1909-14; Bartleby.com, 2001. Available at: www.bartleby.com/47/5/

Fauré Sabater, Roberto, Ribes, Mª Asunción y García, Antonio. Diccionario de apellidos españoles. Madrid: Editorial Espasa-Calpe, 2006.

Fauré Sabater, Roberto. Diccionario de nombres propios. Madrid: Editorial Espasa-Calpe, 2007.

Fernández, Lucas. Teatro selecto clásico de Lucas Fernández. Prólogo estudio de Alfredo Hermenegildo. Madrid: Escelicer, 1972.

Moll, Francesc de B. Diccionari català-castellà, castellà-català. Mallorca: Editorial Moll, 1980.

NTLLE: Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española. Disponible en: http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle.

Schwarz, Herbert. Gefechtsformen der Infanterie in Europa durch 800 Jahre. München: Druckservice München-Ost GmbH, 1977.

Tamarit Yerbes, Vicente. Refranero valenciano y su correspondencia en otros idiomas. Valencia: Institución Alfonso el Magnánimo, 1979.