Molière, Tartuffe ou l’Imposteur

José Marchena, El Hipócrita





Texto utilizado para esta edición digital:
Obras literarias de D. José Marchena. Tomo I / (El abate Marchena); recogidas de manuscritos y raros impresos con un estudio crítico-biográfico del Doctor D. Marcelino Menéndez y Pelayo. Sevilla, Imp. de E. Rasco, 1892.
Marcación digital para Artelope:
  • Guinart Palomares, David (Artelope)

Al excelentísimo señor Marqués de Almenara, Ministro de lo interior, etc., etc.

Excmo. Sr.:

La obra que a V. E. presento no es ofrenda de un subalterno a su superior; es, sí, testimonio de gratitud a muchas y señaladas mercedes por largo espacio de tiempo recibidas; y si confesarlas es parte de la paga, ¿no debía yo aprovecharme de la primera ocasión que de hacerlo auténticamente se me ofreciera? Los pocos que saben que el ilustre Casti, si gozó algún desahogo en los postreros instantes de su dilatada vida, lo debió a la munífica liberalidad de V. E., apreciarán el afecto que los sabios le merecen; pero yo, que sólo en cultivar las letras me parezco a este célebre poeta, y que no he dado a la luz pública escritos que igual nombradía me hayan granjeado, no podía alegar motivos iguales para los favores que de V. E. tengo recibidos.
El público escuchó tan benévolo la representación de esta comedia, y el traductor recibió tantos parabienes por el acierto con que dicen que logró trasladarla a nuestro idioma, que se ha persuadido, Excmo. Señor, a que esta versión podrá no ser indigna de salir bajo los auspicios de V. E., y así será ciertamente si los lectores confirman el voto de los espectadores.
Dígnese, pues, V. E. de admitir este obsequio, prueba, si no de mérito literario, de gratitud indeleble.

Madrid, 3 de junio de 1811.

J. Marchena


PERSONAJES

DOÑA TECLA, madre de DON SIMPLICIO
DON SIMPLICIO, marido de DOÑA ELVIRA
DOÑA ELVIRA, mujer de DON SIMPLICIO
DON ALEJANDRO, hijo de DON SIMPLICIO
DOÑA PEPITA, hija de DON SIMPLICIO
DON CARLOS, amante de DOÑA PEPITA
DON PABLO, cuñado de DON SIMPLICIO
DON FIDEL, hipócrita
JUANA, criada de DOÑA PEPITA
DON CELEDONIO, escribano
UN ALCALDE DE BARRIO
FELIPA, criada de DOÑA TECLA

Acto I

ESCENA I

DOÑA TECLA, DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON PABLO, DON ALEJANDRO, JUANA y PEPITA.

DOÑA TECLA
Anda, Felipa, más vivo,
que me vea libre de ellos.

DOÑA ELVIRA
Tal paso lleva usted, madre,
que alcanzarla no podemos.

DOÑA TECLA
5
No te canses más, Elvira,
en seguirme; cumplimientos
ya sabes que no me gustan.

DOÑA ELVIRA
Señora, aquí sólo hacemos
lo que es nuestra obligación;
10
¿mas por qué con tal despecho
se va usted de nuestra casa?

DOÑA TECLA
Porque aguantar más no puedo
lo que en ella pasa; vaya;
esta casa es un infierno;
15
es un escándalo; nadie,
nadie sigue mis consejos;
sin respeto a los mayores,
cantando y hablando recio,
que parece una ginebra.

JUANA
20
Si...

DOÑA TECLA
Tú siempre andas metiendo
en todo tu cucharada,
mas que nunca venga a cuento;
eres muy entremetida,
y charlas por cuatro.

DON ALEJANDRO
Pero...

DOÑA TECLA
25
En una palabra, chico,
Tú no eres más que un tontuelo;
mírame, que soy tu abuela,
y te lo digo, y le tengo
pronosticado a tu padre
30
que tú has de ser con el tiempo
una mala cabecilla,
y darle mil sentimientos.

DOÑA PEPITA
Pero abuela...

DOÑA TECLA
Nietecita,
con los ojos en el suelo,
35
que parece que no quiebras
un plato; yo te prometo
que más temo el agua mansa
que la brava, y que te entiendo
tus maulas.

DOÑA ELVIRA
Madre, nosotros

DOÑA TECLA
40
Elvira, esto no va bueno,
tu conducta no me gusta;
tú debes darles ejemplo,
como hacía la difunta,
de economía, de arreglo.
45
Tú, siempre el vestido rico,
los moños, los embelecos.
La que a su marido quiere,
y no trata de cortejos,
no anda tan engalanada.

DON PABLO
50
Señora, usted...

DOÑA TECLA
Caballero,
como hermano de mi nuera
a usted estimo y respeto;
mas, si fuera su marido,
le suplicara al momento
55
que se plantara en la calle,
y no volviera aquí dentro.
Usted profesa unas máximas
que no agradan a los buenos;
¿qué quiere usted? Yo soy clara,
60
y digo aquello que siento.

DON ALEJANDRO
Sólo don Fidel le peta
a usted, y no sé...

DOÑA TECLA
Es muy cierto;
ese es un justo; ¡ojalá
que siguierais sus consejos
65
todos! Tú, como eres loco,
siempre le andas zahiriendo,
y a fe que me enfadas mucho.

DON ALEJANDRO
Pues cierto que fuera acuerdo
aguantar que un mogigato
70
hipocritón se haga dueño
de mi casa, y no podamos
gozar ningún pasatiempo
sin pedirle antes licencia.

JUANA
Vaya; y si nos atenemos
75
a sus palabras, no hay cosa
en que no se ofenda al cielo:
todo dice que es pecado.

DOÑA TECLA
Y dice muy bien el siervo
de Dios; para ir a la gloria
80
el camino es muy estrecho.
Mi hijo le respeta y quiere;
sigan ustedes su ejemplo.

DON ALEJANDRO
No, abuela, padre ni nadie
logrará que tenga afecto
85
a ese hombre yo, y mentiría
si dijera que le puedo
llevar en paciencia; en breve
tendremos un sentimiento,
si continúa el bribón
90
haciendo de amo aquí dentro.

JUANA
¿No es cosa que escandaliza
ver a un pobre pordiosero,
que, cuando se metió en casa,
estaba el maldito en cueros,
95
mandar, disponer de todo
como si fuera él el dueño?

DOÑA TECLA
Pesia a mí, mejor irían
las cosas por los consejos
de ese santo encaminadas.

JUANA
100
Usted cree que es muy bueno.
Pero yo, que le conozco,
digo que es un embustero,
gazmoño.

DOÑA TECLA
¡Lengua maldita!

JUANA
Ni su criado Lorenzo
105
ni el amo son de fiar.

DOÑA TECLA
El criado no me meto
en averiguar si es malo;
el amo sé que es muy bueno.
Ustedes le quieren mal
110
porque no se anda en rodeos
y reprehende sus vicios;
porque con un santo celo
defiende la ley de Dios,
y porque no es lisonjero
115
con el pecado.

JUANA
Está bien.
¿Pero por qué, hace algún tiempo,
que se pone dado al diablo
cuando viene alguien a vernos?
¿De una visita inocente
120
acaso se enoja el cielo?
Aquí para entre nosotros,
si va a decir lo que pienso,
él está de mi señora
enamorado y con celos.

DOÑA TECLA
125
Calla, calla, y mira bien
lo que hablas. El devaneo
de mi nuera, las visitas,
tanto lacayo y cochero
ahí plantado, tanto coche
130
a la puerta dan perpetuo
pábulo a murmuración
de las gentes; yo bien creo
que no hay ofensa de Dios,
pero el escándalo es cierto.

DON PABLO
135
A las lenguas maldicientes
¿quién puede poner silencio?
Bueno sería, señora,
que con los que más queremos
riñéramos por temor
140
de que murmuren los necios;
y ni aun así callarían.
Señora, no nos curemos
de lo que digan los tontos;
sigamos por el sendero
145
recto, y dejemos que el vulgo
hable cuanto quiera luego.

JUANA
¿Si será nuestra vecina
Alfonsa quien va diciendo
mal de nosotros? Bien puede,
150
porque siempre son aquellos
que tienen para callar
más motivos los primeros
que tiran, y con más furia,
la piedra al tejado ajeno.
155
La amistad más inocente
la convierten al momento
en mala, y van pregonando
los imaginados yerros
de los otros, que así esperan
160
encubrir los verdaderos
que ellos cometen, o acaso
disculpar sus desaciertos,
descargando en otros parte
del público vituperio
165
que se tienen granjeado.

DOÑA TECLA
Nada de eso viene a cuento.
Doña Ana, que es una santa,
que sólo piensa en el cielo,
habla mucho mal de ustedes,
170
y me lo han dicho sujetos
que la ven muy a menudo.

JUANA
¡Buena autoridad por cierto!
Verdad es que esa señora
sirve a Dios con mucho celo,
175
y que ha dejado del mundo
las pompas y devaneos,
pero ya el mundo le había
vuelto la espalda primero.
Con sus reverendas canas
180
mal se avienen los contentos
mundanales, y ella quiere
con mentidos embelecos
de virtud y santidad
disimularnos del tiempo
185
los estragos. Así son
tantos falsos beaterios.
Se acaba la mocedad
y con ella los cortejos.
Tristes y desamparadas,
190
¿Queda entonces otro medio
para no desesperarse
más que pensar en el cielo?
Afectando austeridad,
y con semblante severo,
195
las nuevas santas censuran
a las demás, reprendiendo
toda amistad inocente,
todo honesto pasatiempo,
no por caridad cristiana;
200
¿que es caridad? Ni por pienso;
por envidia solamente
de que otras gocen contentos
que ellas disfrutaron antes,
mas que para siempre huyeron
205
con la juventud.

DOÑA TECLA
Bien dicho.
(A ELVIRA.)
Elvira, estos son los cuentos
que te gustan; la criada
charlando siempre por ciento
y los demás calladitos;
210
pero al fin, yo también quiero
hablar a mi vez, y digo
que nunca pudo haber hecho
mi Simplicio mejor cosa
que traer a casa un sujeto
215
tan santo, y que aquí ha venido
por disposición del cielo
para llevarlos a ustedes
por el camino derecho
de salvación, y sacarlos
220
de pecado. Todos esos
bailes, festines, visitas,
comedias y otros festejos
son invenciones del diablo,
con que procura perdernos.
225
Jamás en ellos se escuchan
palabras santas, ni ejemplos
sacados de los sermones,
sino equívocos, requiebros,
y a veces murmuración
230
del prójimo; y del estruendo
de estas diversiones salen,
hasta los hombres más cuerdos,
atontadas las cabezas,
oyéndose en un momento
235
veinte mil habladurías.
Así dijo con acierto
un predicador muy grave,
que eran estos pasatiempos
la torre de Babilonia,
240
porque babean por ellos
los tontos y los bolonios;
y para seguir mi cuento,
el predicador...
(A DON PABLO.)
Parece
que el señor se está riendo;
245
vaya usted a buscar monos
que le diviertan...
(A DOÑA ELVIRA.)
No quiero
hablar más; adiós, Elvira;
di que me emplumen si vuelvo
a poner aquí los pies,
250
aunque se juntara el cielo
con la tierra...
(Da una bofetada a FELIPA.)
Anda, maldita:
¡Qué sorna y qué contoneo!
Yo te enseñaré a que mires
las musarañas, jumento;
255
vamos, anda, aguija, vivo.

ESCENA II

DON PABLO y JUANA.

DON PABLO
Vaya con Dios, que no quiero
acompañarla, no sea
que me diga otros denuestos.
Cuidado que la abuelita...

JUANA
260
Si se oyera llamar eso
bueno le pusiera, vaya,
a usted; dijera a lo menos
que para llamarla abuela
no es tan vieja.

DON PABLO
¡Qué mal genio
265
gasta, y qué pasión le tiene
a su don Fidel!

JUANA
Pues eso
es friolera comparado
con el loco devaneo
de su hijo. Jamás se ha visto
270
tal manía en hombre cuerdo.
En los pasados disturbios
se portó con mucho seso,
y se hizo estimar de todos,
sirviendo con mucho celo
275
al rey contra los rebeldes;
mas desde que aquí tenemos
a su amigo don Fidel,
el juïcio se le ha vuelto.
A madre, hijos y mujer,
280
y a sí propio quiere menos
que al hipocritón; de él solo
fía todos sus secretos;
no hace cosa que no sea
dictada por su consejo;
285
le llama hermano, le abraza
y le besa, como un tierno
amante hiciera a su dama;
en la mesa el primer puesto
le ha de ocupar don Fidel.
290
Se le cae la baba viendo
al puerco engullir por siete;
le hace el plato, y lo selecto
le aparta, y luego, si eructa,
le dice Dominus tecum.
295
En fin, loco está con él;
le mira como un perfecto
dechado; cita sus dichos
y sus obras por modelo
de virtud y santidad,
300
y por reliquias me temo
que ha de adorar sus vestidos.
Don Fidel, que le ve lelo,
y que quiere sacar baza,
le engaña con embelecos,
305
y aparentando virtud
le sonsaca su dinero.
Riñe cuanto hacemos todos;
hasta el bribón majadero
del mozo también le imita,
310
y hace de censor acerbo.
Ayer nos hizo el maldito
mil pedazos un pañuelo
de mi señora que halló
sobre un rosario, diciendo
315
que las pompas del demonio
era un pecado muy feo
el dejarlas en un sitio
donde están cosas del Cielo.

ESCENA III

DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON ALEJANDRO, DON PABLO y JUANA.

DOÑA ELVIRA
(A DON PABLO.)
Muy bien has hecho en quedarte,
320
que allá fuera de improperios
nos ha llenado. Mas voy
al instante a mi aposento
a aguardar a mi marido,
que ahí viene.

DON PABLO
Pues yo le espero
325
aquí para hablarle a solas
dos palabras y irme luego.

ESCENA IV

DON PABLO, DON ALEJANDRO y JUANA.

DON ALEJANDRO
Dígale usted por Dios, tío,
que acelere el casamiento
de mi hermana; yo no sé,
330
pero mucho me recelo
que don Fidel pone estorbos
a unión que tanto deseo.
Si Carlitos y mi hermana
se quieren, yo no estoy menos
335
prendado de la hermanita
de Carlos, y este himeneo...

JUANA
Allí viene mi señor.

ESCENA V

DON SIMPLICIO, DON PABLO y JUANA.

DON SIMPLICIO
Hermano, Dios te dé buenos
días.

DON PABLO
Con bien Él te traiga;
340
¿el campo estará algo seco?

DON SIMPLICIO
Juana... Permíteme, hermano,
que me informe en un momento
de lo que aquí haya ocurrido.
(A JUANA.)
¿No hay cosa alguna de nuevo
345
estos dos días que falto?
¿Está todo el mundo bueno?

JUANA
Antes de ayer mi señora
tuvo un calenturón recio
con una fuerte jaqueca,
350
y un vómito muy violento.

DON SIMPLICIO
¿Y don Fidel?

JUANA
¡Don Fidel!
Gordo, colorado y fresco;
reventando de salud.

DON SIMPLICIO
¡Pobrecito!

JUANA
Y a más de esto
355
una gran inapetencia,
que fue tal que no hubo medio
de hacerla tomar ni un caldo
para conciliar el sueño.

DON SIMPLICIO
¿Y don Fidel?

JUANA
Dando gracias,
360
porque se lo daba, al Cielo,
dos perdices estofadas
y una pierna de carnero
cenó con frutas y dulces.

DON SIMPLICIO
¡Pobrecito!

JUANA
El crecimiento
365
le duró la noche entera,
y no hizo más que dar vuelcos
en la cama, sin pegar
los ojos ni aun un momento,
tanto que hubo que velarla.

DON SIMPLICIO
370
¿Y don Fidel?

JUANA
En un sueño
se llevó toda la noche,
a pierna suelta durmiendo,
mientras los demás velaban.

DON SIMPLICIO
¡Pobrecito!

JUANA
Al fin le hicieron
375
dos sangrías, y con ellas
se encontró aliviada luego.

DON SIMPLICIO
¿Y don Fidel?

JUANA
Por cobrar
bríos contra el mal ajeno,
y recuperar la sangre
380
que perdió mi ama, su almuerzo
le hizo con medio jamón
y seis vasos de Burdeos.

DON SIMPLICIO
¡Pobrecito!

JUANA
Por fin ambos,
gracias a Dios, están buenos;
385
yo voy a decir al ama,
señor, con qué sentimiento
ha sabido usted su mal.

ESCENA VI

DON SIMPLICIO y DON PABLO.

DON PABLO
Ya ves cuál se está riendo
en tu presencia de ti,
390
y tiene razón; no quiero
enfadarte; mas ¿quién vio
tal locura en hombre cuerdo?
¿Te ha dado un hechizo acaso
don Fidel, que no contento
395
con traértele a tu casa,
y sacarle del extremo
de miseria en que se hallaba,
dejas por él todo, y luego?...

DON SIMPLICIO
Vete poco a poco, hermano;
400
no le conoces, por eso
hablas así.

DON PABLO
Norabuena;
no sé quién es, mas sospecho
lo que puede ser.

DON SIMPLICIO
Ah, Pablo,
¡qué rico tesoro tengo
405
en él! Si le conocieras
me lo dirías; ¡qué bueno,
qué virtuoso, qué santo!
Un hombre; vaya, no puedo
encarecértelo; un hombre...
410
Quien escucha sus consejos
siempre vive en paz profunda;
nada turba su sosiego,
y mira todo este mundo
como un puñado de estiércol.
415
Yo con su conversación
estoy hecho un hombre nuevo;
me he desprendido de todos
mis amigos y mis deudos.
Hijos, hermanos, mujer,
420
y madre, si en un momento
se murieran a mi vista,
no me importara ni un bledo.

DON PABLO
Son afectos muy humanos.

DON SIMPLICIO
¡Válgame Dios, cuando pienso
425
en cómo le conocí,
todavía me enternezco!
No faltaba ningún día
de la iglesia; muy modesto
se ponía de rodillas
430
junto a mí, mirando al suelo.
Rezaba con un fervor
tan ardiente el Padre nuestro,
que hasta en el coro se oían
sus gritos y sus lamentos,
435
y con mucha devoción
mil veces besaba el suelo.
Al salir siempre me daba
agua bendita en el hueco
de su mano; su criado,
440
que era imitador perfecto
de su devoción, me dijo
quién era muy por extenso,
y el estado de miseria
en que estaba; yo, sabiendo
445
su necesidad, le daba
limosna; mas él modesto
decía: la mitad sobra;
ah, señor, yo no merezco
tanta piedad; y si no
450
se lo tomaba iba luego
a repartirlo a los pobres
en mi presencia; con esto
me tocó el Cielo, le traje
a mi casa, y satisfecho
455
vivo con su compañía,
cual no podré encarecerlo.
Lo corrige y lo censura
todo, y seis veces más celos
tiene de mi mujer propia
460
que yo mismo (no exagero),
y me avisa si sospecha
que alguien le dice requiebros;
¡tanto le duele mi honor!
Pero su devoto celo
465
es ya tan escrupuloso,
que el defecto más ligero
en que incurra le parece
grave ofensa contra el Cielo.
Seis días ha le picó
470
una pulga estando haciendo
oración mental, y al punto
con mil lloros y lamentos
se acusó de que la había
muerto con mucho despecho.

DON PABLO
475
Sin duda te estás burlando,
o bien has perdido el seso;
¡vive Dios que tal locura!...

DON SIMPLICIO
Hermano, vamos con tiento,
que eso es hablar con muy poca
480
religión, y yo me temo
que has de tener que sentir,
y que el castigo del Cielo
te ha de coger algún día.

DON PABLO
Ese estribillo perpetuo
485
no se os cae de la boca;
porque vosotros sois ciegos
pensáis que somos impíos
todos cuantos claro vemos.
Quien desprecia a los gazmoños
490
y sus vanos embelecos,
se os figura que a las cosas
santas no tiene respeto.
Mas todos esos discursos
nunca me han metido miedo;
495
Dios que ve los corazones
bien sabe como yo pienso.
Yo no me dejo engañar
de esos viles embusteros
que afectan la devoción,
500
como otros fingen denuedo.
Así como los valientes
nunca se jactan de serlo,
tampoco afectan piedad
los devotos verdaderos.
505
Mas tú confundes, hermano,
al hipócrita embustero
con el amigo de Dios,
venerando al fariseo
cual debieras al apóstol.
510
Los que mienten santo celo
en vez de oro nos dan plomo,
y son unos monederos
falsos de la Religión,
que seducen a los necios
515
con sus fingidas virtudes
y con su lenguaje artero.
No, hermano, de la razón
la moderación es sello,
y sello característico,
520
como del vicio el exceso;
quien la exagera la estraga;
baste por ahora.

DON SIMPLICIO
Cierto:
como tú eres un doctor
de la Iglesia, un estupendo
525
teólogo, el Catón del mundo,
y somos locos y necios
los demás, escucharé
con humildad tus consejos,
y haré lo que tú me digas.

DON PABLO
530
No, hermano, yo no pretendo
ser doctor, ni saber más
que los otros, pero pienso
que sé distinguir el grano
de la paja, el oro terso
535
de la alquimia vil, y cuanto
a los justos reverencio,
execro la hipocresía;
y como no hay en el suelo
cosa más noble que el santo
540
celo y el fervor sincero,
tampoco la hay más odiosa,
ni más digna de desprecio
que la infame hipocresía,
que ese farisaico celo
545
de los torpes histrïones
de virtud, el sacrilegio
de su falsa devoción,
que cubriendo con el velo
de la Religión sagrada
550
la sentina de su pecho,
abusan del nombre santo
de Dios y compran a precio
de su mentida piedad
honras, cargos, y el respeto
555
del pueblo y de los magnates;
que aspirar fingen al Cielo
para granjear riquezas,
y que, anacoretas nuevos,
en los empleos más altos
560
predican el menosprecio
de las pompas mundanales,
y en palacio hablan del yermo;
la hiel en el corazón,
la miel en el labio; arteros,
565
implacables enemigos
de los hombres de talento,
que motejan como impíos,
y siempre el puñal blandiendo
de sus viperinas lenguas
570
asesinan los perversos
con capa de religión.
Pero la vista apartemos
de estos devotos del siglo,
que son sepulcros infectos
575
los que merecen el nombre
de justos, los que de ejemplo
ilustre pueden servirnos,
los que veneran los buenos
no ostentan esa bambolla
580
de religión y de celo;
a nadie acusan de impío;
ruegan a Dios que al sendero
recto traiga al pecador;
no corrigen con acerbos
585
dicterios a sus hermanos,
reprehenden nuestros yerros
con su virtud acendrada,
y no creen de ligero
las apariencias del vicio
590
en el prójimo; que el bueno
no piensa mal de los otros
fácilmente; los ajenos
pecados los compadecen;
tienen aborrecimiento
595
a la culpa y no al culpado,
sabiendo que agrada al Cielo
la humildad y la indulgencia
y que el justo no es soberbio,
este es el original
600
del cristiano verdadero,
y tu don Fidel en nada
se parece a tal modelo;
tú de buena fe le alabas,
pero en un falso concepto
605
le tienes, su hipocresía
con la virtud confundiendo.

DON SIMPLICIO
¿Has acabado ya, Pablo?

DON PABLO
Sí, ya acabé.

DON SIMPLICIO
Lo celebro.
Pues adiós.

DON PABLO
Aguarda un rato,
610
que hablar de otra cosa quiero;
bien sabes que don Carlitos
anhela por ser tu yerno,
y que tú le has prometido
casarle con tu hija.

DON SIMPLICIO
Es cierto.

DON PABLO
615
Que está señalado el día.

DON SIMPLICIO
Todo es verdad.

DON PABLO
¿Y a qué efecto
lo dilatas?

DON SIMPLICIO
No lo sé.

DON PABLO
¿Has mudado pensamiento?

DON SIMPLICIO
Puede ser.

DON PABLO
¿A tu palabra
620
faltar quieres?

DON SIMPLICIO
No digo eso.

DON PABLO
Yo no veo otro motivo
que ser pueda impedimento.

DON SIMPLICIO
Según.

DON PABLO
Explícate, y deja
aparte tantos rodeos.
625
Carlos me dijo que hablara
contigo.

DON SIMPLICIO
Gracias al Cielo.

DON PABLO
¿Pero qué he de responderle?

DON SIMPLICIO
Lo que más te venga a cuento.

DON PABLO
¿Cómo he de decirle nada,
630
si no sé a qué estás resuelto?

DON SIMPLICIO
A hacer aquello que fuere
la voluntad de Dios.

DON PABLO
Bueno;
¿pero cumples tu palabra?
O sí o no, sin más rodeos.

DON SIMPLICIO
635
Dios te guíe.

DON PABLO
Buenos vamos;
que suceda un desmán temo
a su amor; quiero avisarle,
y procurar el remedio.


Acto II

ESCENA I

DON SIMPLICIO y DOÑA PEPITA.

DON SIMPLICIO
Pepita.

DOÑA PEPITA
Padre.

DON SIMPLICIO
Más cerca,
640
que quiero a solas hablarte.

DOÑA PEPITA
(A DON SIMPLICIO que registra un gabinete.)
¿Qué mira usted?

DON SIMPLICIO
Es por ver
si está escuchándonos alguien;
para servir de escondite
ese retrete es paraje
645
a propósito. Bien va,
que no está fisgando nadie.
Pepita, yo sé que tienes
una índole muy suave,
y te he querido bien siempre
650
por tu condición amable.

DOÑA PEPITA
Agradezco muy de veras
tan tierno cariño, padre.

DON SIMPLICIO
Bien dicho; pero si quieres
conservarle y aumentarle,
655
me has de procurar dar gusto.

DOÑA PEPITA
Así lo hago en todo lance.

DON SIMPLICIO
Hablas bien: ¿y qué me dices
de don Fidel?

DOÑA PEPITA
¿Quién? ¿Yo, padre?

DON SIMPLICIO
Tú: mira cómo respondes.

DOÑA PEPITA
660
¡Ay señor! Lo que gustare
usted diré.

ESCENA II

DON SIMPLICIO, DOÑA PEPITA, JUANA, que entra en puntillas, y se pone detrás de DON SIMPLICIO, sin que éste la vea.

DON SIMPLICIO
Así va bueno.
Di que te parece amable,
que sus prendas te cautivan,
que tiene cumplidas partes
665
para marido, y que quieres
que yo te mande al instante
que le des mano de esposo,
sin que un punto lo dilates.
¡He!

DOÑA PEPITA
¡He!

DON SIMPLICIO
¿Qué es?

DOÑA PEPITA
¿Cómo?

DON SIMPLICIO
¿Qué dices?
670
Habla.

DOÑA PEPITA
Temo equivocarme.

DON SIMPLICIO
¿Y por qué?

DOÑA PEPITA
¿Quién quiere usted
que le diga que es amable
a mis ojos, que cautiva
mi pecho, y que usted me mande
675
que le dé mano de esposo?

DON SIMPLICIO
Don Fidel.

DOÑA PEPITA
¡Qué disparate!
¿Si eso no es cierto, a qué viene
decir mentira tan grande?

DON SIMPLICIO
Yo quiero que sea cierto,
680
y breve, y sin replicarme,
que lo tengo así dispuesto,
y mi orden debe bastarte.

DOÑA PEPITA
¿Quiere usted, padre?...

DON SIMPLICIO
Sí; quiero
sin tardanza emparentarme
685
con don Fidel, siendo tú
su esposa.
(Viendo a JUANA.)
Di, ¿qué es lo que haces
plantada ahí? Pues me gusta,
y cierto que es admirable
la curiosidad, oyendo
690
lo que decimos; el lance
está bueno.

JUANA
Yo no sé
si es un rumor en el aire,
o si tiene fundamento,
pero me hablaron denantes
695
de estas bodas, y yo dije
que era mentira al instante.

DON SIMPLICIO
¡Hola! ¿Conque no lo crees?

JUANA
Ni aunque me lo digan frailes
descalzos, ni se lo creo.
700
a usted propio. ¡Disparate!

DON SIMPLICIO
Pues yo te haré que lo creas.

JUANA
Usted quiere chancearse.

DON SIMPLICIO
Pronto veremos si es cierto.

JUANA
Cuento.

DON SIMPLICIO
Pues no es por burlarme
705
lo que digo; no, hija mía.

JUANA
No haga usted caso de padre,
señorita.

DON SIMPLICIO
¿Cómo qué?

JUANA
Si se cansa usted en balde;
que no queremos creerle.

DON SIMPLICIO
710
Si me enfado, voto a sanes...

JUANA
Norabuena; le creemos,
para que usted no se enfade;
¿pero no es una vergüenza
que un hombre maduro, grave,
715
con la coleta tan larga,
tenga tan pocos alcances
que tome empeño en casar
con un drope despreciable
a su hija? Y que...

DON SIMPLICIO
Escucha, Juana:
720
tú te tomas facultades
que no me gustan; ¿me entiendes?

JUANA
Señor, por Dios no se enfade
usted, y dígame en plata:
¿piensa que debe casarse
725
la niña con un beato?
¿No ve usted cuánto más vale
que piense en la gloria? ¿Y no es
cargo de conciencia darle
una muchacha tan rica
730
a un mendigo miserable
como don Fidel?

DON SIMPLICIO
Si es pobre,
su indigencia respetarse
debe más que la opulencia
de ciento que papel hacen
735
en el siglo; no cuidando
de los bienes temporales,
le privaron de la herencia
que le dejaron sus padres,
los malvados; pero yo
740
le daré la mano, y antes
de mucho recobrará
el lustre de su linaje,
y sus pingües mayorazgos,
que es rico y de hidalga sangre
745
don Fidel.

JUANA
Así lo dice
él; pero el hacer alarde
de hidalguía mal se aviene
con la humildad, ni ensalzarse
debe nunca un buen cristiano
750
por ser de noble linaje.
Hijos de Dios somos todos;
la soberbia perdió al ángel,
y... Pero usted se incomoda;
dejemos su cuna aparte,
755
y hablemos de su persona.
¿No fuera escándalo, y grande,
que a muchacha tan bonita
llevara hombre semejante?
¿Qué no dirían las gentes?
760
¿No serían de este lance
las que entender no se excusan
consecuencias muy probables?
Mucho arriesga la virtud
de una niña en dar al traste,
765
cuando sus inclinaciones
así las fuerzan sus padres;
la honradez de la mujer
pende, señor, en gran parte
de las prendas o defectos
770
del marido que le cabe.
Maridos conozco yo
que el buz la gente les hace,
y ellos se tienen la culpa
de que se anden sus mitades
775
como Dios quiere; que al fin
las mujeres son de carne,
y hay hombres de tal calaña,
tan raros y originales,
que serles fieles sería
780
tener la virtud de un ángel.
Quien da su hija a tal esposo
es ante Dios responsable
de los yerros que cometa,
hasta el día que enviudare.

DON SIMPLICIO
785
¿No sé yo mi obligación,
que vienes ahora a darme
lecciones?

JUANA
Y más valiera
que usted las tomara.

DON SIMPLICIO
Baste:
no malgastemos el tiempo
790
en oír sus necedades.
Yo sé lo que te conviene,
y lo miro como padre.
Es muy cierto que a don Carlos
di palabra de casarte
795
con él, mas luego he sabido
que es jugador, y si vale
decir verdad, mal cristiano.
Nunca he podido encontrarle
en sermones, en novenas,
800
en jubileos, ni en salves.

JUANA
Eso faltara, que fuera
a la propia hora a toparse
con usted, como hacen otros.

DON SIMPLICIO
Lo que te digo es que calles;
805
nadie te pregunta nada.
Por fin el otro es un ángel,
un amigo verdadero
de Dios, y de celestiales
gustos será su himeneo
810
un manantial abundante.
Viviréis como angelitos,
como tórtolas amantes,
entre cariños y arrullos,
sin contiendas ni debates,
815
y harás de él lo que quisieres.

JUANA
¿De él? Lo que hará es un cofrade
de san Marcos.

DON SIMPLICIO
¡Hay tal pico!

JUANA
Si es su estrella irremediable,
si no puede ser por menos,
820
señor, ni hay virtud que baste
a no meterle en el gremio.

DON SIMPLICIO
Ya te he dicho que te calles,
y no metas tu cuchara
donde no te llama nadie.

JUANA
825
Yo hablo por su bien de usted.

DON SIMPLICIO
Mi bien no te importa; no hables
más palabra.

JUANA
Si no fuera
por la ley que tengo...

DON SIMPLICIO
Dale;
no quiero que me la tengas.

JUANA
830
No, señor, que aunque usted rabie
le quiero tener ley.

DON SIMPLICIO
¡Oigan!

JUANA
Y no he consentir que ande
en lenguas su honor de usted
por tamaño disparate.

DON SIMPLICIO
835
¿Conque, ello, no has de callar?

JUANA
No señor, porque se me hace
a fe cargo de conciencia
sufrir boda semejante.

DON SIMPLICIO
Calla, diablo, que el Infierno
840
envió para tentarme.

JUANA
¿Usted es santo y se enfada?

DON SIMPLICIO
Y mucho, no has de chistarme,
o yo te haré que obedezcas
lo que te mando.

JUANA
Aunque calle
845
no dejaré de pensar
que es solemne disparate
este matrimonio.

DON SIMPLICIO
Piensa
lo que quieras, y no me hables...
Con madurez lo he mirado,
850
(A su hija.)
y te conviene este enlace.

JUANA
(Aparte.)
Rabiando estoy por hablar.

DON SIMPLICIO
No es de las más agradables
su figura, mas tampoco
es de las más repugnantes...

JUANA
855
(Aparte.)
Sí; cara tiene de mico.

DON SIMPLICIO
Y cuando no te gustare
su facha...

JUANA
(Aparte.)
La lotería
con estas bodas le cae.
(DON SIMPLICIO se vuelve hacia JUANA, y la está escuchando con los brazos cruzados, y mirándola de hito en hito.)
Si estuviera en el pellejo
860
de la niña, de este enlace,
a fe de quien soy, no había
el muy drope de alabarse.
No bien fuera su mujer,
cuando supiera vengarme.

DON SIMPLICIO
865
(A JUANA.)
¿Conque, ello, no se hace caso
de lo que yo digo? ¡Es lance!

JUANA
¿Quién hablaba con usted?

DON SIMPLICIO
¿Pues con quién hablabas antes?

JUANA
Conmigo propia.

DON SIMPLICIO
Está bien.
870
(Aparte.)
Un bofetón he de darle
para castigar su mucha
desvergüenza... Que te cases
(Se dispone a dar una bofetada a JUANA, y a cada palabra que dice a su hija se vuelve a mirar si aquélla habla. JUANA se está quieta, y sin despegar los labios.)
con don Fidel he resuelto,
y que se haga lo más antes
875
esta boda.
(A JUANA.)
¿En qué consiste,
Juana, que contigo no hables?

JUANA
No tengo más que decirme.

DON SIMPLICIO
Una palabrita.

JUANA
Dale:
no me da gana.

DON SIMPLICIO
Atisbando
880
te estaba.

JUANA
Sí; a buena parte.

DON SIMPLICIO
En fin, hija, sé obediente,
cásate con él, y dame
gusto.

JUANA
(Huyendo a todo correr.)
Yo no me casara,
aunque viva me majasen.

DON SIMPLICIO
885
(Después de haber querido dar un bofetón a JUANA, y darle en vago.)
Tienes contigo un demonio
del Infierno; que me maten
si puedo un punto con ella
vivir sin desesperarme,
y sin ofender a Dios.
890
Me voy a tomar el aire,
porque estoy tan irritado
que me temo que ha de darme
un tabardillo pintado.

ESCENA III

DOÑA PEPITA y JUANA.

JUANA
¿Está usted muda? ¿O qué diantre
895
le sucede, que me deja
que yo responda a su padre,
como si debiera yo
con don Fidel desposarme?
Estoy tonta: ¡a tal locura
900
ni siquiera replicarle!

DOÑA PEPITA
¿Qué querías tú que hiciera
en tan apretado trance?

JUANA
Todo lo que es necesario
para precaver tan grande
905
disparate.

DOÑA PEPITA
¿Qué?

JUANA
Decirle
que nunca las voluntades
se llevan unas por otras,
que quien se casa no es padre,
sino usted, y que por tanto
910
un novio que no le agrade
a usted, no ha de ser su esposo,
que pues tanto elogio le hace
de su don Fidel, bien puede,
si quiere, con él casarse
915
mi amo, sin que impedimento
le ponga usted por su parte;
que quiere usted novio a gusto.

DOÑA PEPITA
Si tiene en las voluntades
tal dominio un padre siempre,
920
que no acerté a replicarle.

JUANA
Poco a poco: don Carlitos
quiere bien; y usted lo sabe.
Claro: ¿usted le quiere o no?

DOÑA PEPITA
¡Qué extraña pregunta me haces!
925
¿No te lo he dicho cien veces?
¿No te he descubierto ya antes
mi pecho otras ciento? ¿No
conoces mi amor constante?

JUANA
¿Y qué sé yo si la lengua
930
mintió, o si usted a olvidarse
ha llegado de él?

DOÑA PEPITA
¡Yo, Juana!
¿Cómo tanto agravio me haces?
¿No te he dicho que le adoro?
¿No lo has visto? ¿No lo sabes?

JUANA
935
¿Conque usted le quiere?

DOÑA PEPITA
Más
que cuanto puedo explicarte.

JUANA
¿Y él le quiere a usted también?

DOÑA PEPITA
Eso no puede dudarse.

JUANA
¿Y ustedes ambos anhelan
940
porque cuanto antes los casen?

DOÑA PEPITA
Cierto.

JUANA
¿Y qué resuelve usted
hacer con ese danzante
de don Fidel? Con entrambos
no es posible desposarse.

DOÑA PEPITA
945
Antes quitarme la vida.

JUANA
El remedio es admirable;
así se sale de todo,
y por camino suave;
no hubiera yo dado en ello...
950
Vaya, me llevan mil diantres
cuando oigo tales respuestas.

DOÑA PEPITA
¡Qué condición de vinagre
tienes! ¡Me ves apurada,
y en tan apretado trance
955
ni te dueles de mi suerte!

JUANA
¡Dolerme de quien no sabe
chistar, cuando llega el caso,
y habla después de matarse,
y dice mil tonterías!

DOÑA PEPITA
960
Si tengo miedo a mi padre.

JUANA
El amor quiere entereza.

DOÑA PEPITA
¿Pues qué, no soy yo constante?
¿No toca a Carlos hacer
que padre con él me case?

JUANA
965
¿Y si su padre de usted
es un terco sin alcances,
que se mete en la cabeza
que usted ha de desposarse
con don Fidel, y no cumple
970
lo que prometió a su amante,
qué culpa tiene don Carlos?

DOÑA PEPITA
¿Cómo quieres que declare
que don Fidel me repugna,
sin respetar a mi padre,
975
y olvide el pudor del sexo,
para que las gentes hablen,
y de niña antojadiza
y desenvuelta me traten?

JUANA
No quiero tal; no por cierto;
980
si usted pretende casarse
con don Fidel, ¿quién lo estorba?
Fuera mucho disparate.
Es un sujeto de prendas
don Fidel, y muy amable.
985
¡Todo un don Fidel! No es nada.
¡Un personaje tan grave!
Reciba usted, señorita,
mi parabién del enlace.
¡Cuánto lo celebraremos
990
todos! Y hemos de llevarle
en palmas; si es mucho cuento.
Buen mozo, de ilustre sangre,
la cutis muy reluciente,
orejas como un tomate.
995
¡Qué dicha la de vivir
con marido tan amable!

DOÑA PEPITA
¡Dios mío!

JUANA
¡Con qué alegría
oirá usted que la llamen
la Fidela! ¿No es verdad?

DOÑA PEPITA
1000
Por Dios, Juana, no me mates
con tus razones, y dime
de qué modo he de zafarme
de este odioso casamiento,
que haré cuanto tú me mandes.

JUANA
1005
No, señorita, que es justo
que las hijas a sus padres
obedezcan, aunque quieran
que con un jimio se casen.
¿Y de qué se queja usted?
1010
En breve irá usted muy grave
con su esposo a Ciempozuelos,
que es su pueblo, y el alcalde
vendrá a recibir a ustedes;
en pos de él los principales
1015
personajes del lugar:
el escribano, el sochantre;
el dómine y el barbero
darán a ustedes un baile,
donde estarán las señoras
1020
con vuelos angelicales.
Habrá hipocrás, limonada,
y barquillos, sin que falte
tamboril, gaita gallega,
y barberillo que cante
1025
las seguidillas boleras.
¡Con qué salero y donaire!

DOÑA PEPITA
Tú quieres que yo me muera;
por Dios te pido me saques
de este ahogo.

JUANA
Y en poca agua.

DOÑA PEPITA
1030
Juana, por Dios.

JUANA
¡Qué me place!
Con eso aprenderá usted
a dejar de ser cobarde.

DOÑA PEPITA
¡Juana de mi corazón!

JUANA
Que no.

DOÑA PEPITA
Si mis ruegos valen
1035
algo contigo...

JUANA
Está echado
el fallo, y ha de casarse
usted con don Fidel.

DOÑA PEPITA
Juana,
mira cómo lloro; dame
consejo.

JUANA
¿Pues la Fidela
1040
no es nombre muy apreciable?

DOÑA PEPITA
En fin, pues mi triste suerte
no ha conseguido ablandarte,
yo sé un remedio infalible
para salir de mis males,
1045
y mi desesperación
muy breve sabrá tomarle.

(DOÑA PEPITA se quiere ir y JUANA la detiene.)

JUANA
Venga aquí usted, señorita.
Fuerza será me apiade,
y que me duela su pena.

DOÑA PEPITA
1050
Mira, Juana, si adelante
pasa mi padre en su empeño,
el pesar ha de acabarme.

JUANA
Con maña se encuentra al cabo
remedio a todos los males;
1055
ya le buscaremos... Pero
ahí tiene usted a su amante.

ESCENA IV

DON CARLOS, DOÑA PEPITA y JUANA.

DON CARLOS
Señorita, una noticia
me dan ahora en la calle,
que es ciertamente plausible.

DOÑA PEPITA
1060
¿Y cuál?

DON CARLOS
Que va a desposarse
don Fidel con usted.

DOÑA PEPITA
Eso
lo ha dispuesto así mi padre.

DON CARLOS
¡Su padre de usted!

DOÑA PEPITA
No quiere
ya que con usted me case,
1065
y me propone esta boda.

DON CARLOS
¿De veras?

DOÑA PEPITA
Y tanto que hace
para que yo venga en ello
esfuerzos muy eficaces.

DON CARLOS
¿Y qué piensa usted hacer?

DOÑA PEPITA
1070
¿Qué sé yo?

DON CARLOS
Pues muy buen lance
hemos echado a fe mía.
¿Conque usted aun no lo sabe?

DOÑA PEPITA
No.

DON CARLOS
¿No?

DOÑA PEPITA
Deme usted consejo.

DON CARLOS
Mi consejo es que se case
1075
usted con ese hombre al punto.

DOÑA PEPITA
¿Quiere usted?

DON CARLOS
¿Qué duda cabe?

DOÑA PEPITA
¿De veras?

DON CARLOS
¿Quién lo pregunta?
¿Pues dónde pudiera hallarse
esposo con tantas prendas?

DOÑA PEPITA
1080
Si usted aprueba este enlace,
yo también.

DON CARLOS
Ya me parece
que le aprobaba usted antes.

DOÑA PEPITA
Celebro infinito, Carlos,
que sea usted de ese dictamen.

DON CARLOS
1085
Sí, señora, porque veo
que le es a usted agradable.

DOÑA PEPITA
Pues yo por dar a usted gusto
pienso seguirle al instante.

JUANA
(Retirándose al fondo del teatro.)
Veamos en lo que para.

DON CARLOS
1090
¡Que así una falsa me engañe!
¡Que así me fingiera amor!

DOÑA PEPITA
Hablar más de eso es en balde;
usted me ha dicho que debo
con don Fidel desposarme,
1095
y yo sigo sus consejos,
y le declaro que a darle
la mano al otro estoy pronta.

DON CARLOS
Señorita, no se canse
usted en dar por disculpa
1100
que yo lo aconsejo; acabe
de confesar que estas bodas
le petan.

DOÑA PEPITA
Si así le place
a usted, lo confesaré.

DON CARLOS
Y que su pecho inconstante
1105
jamás me quiso de veras.

DOÑA PEPITA
Aquello que más le agrade
puede usted pensar.

DON CARLOS
Sí; sí;
mas de un agravio tan grande
yo me vengaré, y acaso
1110
por no sufrir tal desaire,
a otra le daré mi mano;
que sé que no ha de faltarme
quien me quiera dar consuelo.

DOÑA PEPITA
¿En eso qué duda cabe?
1115
El mérito que le adorna
a usted es tan relevante...

DON CARLOS
Bien sé que valgo muy poco;
mas dejemos eso aparte.
Bien claro lo prueba usted,
1120
pero sin hacer alarde
de mis prendas, puede ser
que halle mujer más constante
que a mi obsequio corresponda.

DOÑA PEPITA
Y de mí, como mudable,
1125
se olvidará usted muy breve.

DON CARLOS
O procuraré olvidarme
a lo menos; quien desecha
amor tan fino y constante
merece que su desdén
1130
con mayor desdén se pague.
Si no es posible borrar
en el corazón su imagen,
fuera a lo menos vileza
seguir mostrándose amante
1135
de quien así corresponde.

DOÑA PEPITA
Me parece muy loable
resolución tan heroica.

DON CARLOS
Y todos han de alabarme.
¿O quisiera usted acaso
1140
que con ánimo cobarde
la viera pasar a brazos
ajenos, y yo constante,
adorando sus desprecios,
no pensara en consolarme
1145
con dama menos ingrata?

DOÑA PEPITA
¿Yo he dicho tal disparate?
Lo único que a mí me pesa
es que no esté hecho.

DON CARLOS
Al instante
lo haré si usted me lo manda.

DOÑA PEPITA
1150
Vaya usted; por mí ya es tarde.

DON CARLOS
Voyme, ingrata, que ya es mucha
paciencia a tanto desaire.

(Da un paso hacia la puerta.)

DOÑA PEPITA
Bien está.

DON CARLOS
(Volviéndose atrás.)
Acuérdese usted
de los agravios y ultrajes
1155
con que me forzó a dejarla.

DOÑA PEPITA
Ya.

DON CARLOS
(Volviéndose otra vez atrás.)
Ejemplo de ser mudable
me dio usted.

DOÑA PEPITA
Sí; yo le he dado.

DON CARLOS
(A la puerta.)
Será usted servida; baste.

DOÑA PEPITA
Eso quiero yo.

DON CARLOS
(Volviéndose atrás otra vez.)
En mi vida
1160
no he de volver a acordarme
de usted, ni a verla.

DOÑA PEPITA
Bien hecho.

DON CARLOS
(Volviendo la cara cuando va a salir.)
¿He?

DOÑA PEPITA
¿Qué?

DON CARLOS
Puede que me engañe.
¿Llamaba usted?

DOÑA PEPITA
¡Yo! Usted sueña.

DON CARLOS
Salgo al fin de estos umbrales
1165
para siempre; adiós.

(Se va muy despacio.)

DOÑA PEPITA
Abur.

JUANA
(A DOÑA PEPITA.)
Parece escena de orates.
¿Pierden ustedes el seso?
Nunca vi dos locos tales.
Yo los dejaba por ver
1170
en que pararía el lance.
Oiga usted, caballerito.

(Coge a DON CARLOS por un brazo.)

DON CARLOS
(Haciendo que se resiste.)
Haz el favor de soltarme.

JUANA
Venga usted aquí.

DON CARLOS
No, no;
bien has visto sus desaires.
1175
Estoy resuelto a dejarla.

JUANA
Poco a poco.

DON CARLOS
No te canses,
que no he de verla jamás.

JUANA
¡Por vida!...

DOÑA PEPITA
No quiere hablarme:
yo me iré.

JUANA
(Dejando a DON CARLOS, y corriendo tras de DOÑA PEPITA.)
¿Dónde va usted?
1180
Esta es otra.

DOÑA PEPITA
Suelta.

JUANA
Dale.

DOÑA PEPITA
No pienses en detenerme.

DON CARLOS
(Aparte.)
Ya veo yo que es en balde
estarme aquí, que mi vista
la incomoda, y evitarle
1185
quiero con irme su pena.

JUANA
(Dejando a DOÑA PEPITA, y corriendo tras de DON CARLOS.)
Ya escampa: es cosa del diantre.
¡Otra vez! ¿Quieren ustedes
venir aquí? ¡Voto a sanes!

(Coge a DON CARLOS y a DOÑA PEPITA, y los trae por la mano.)

DON CARLOS
(A JUANA.)
¿Qué intentas?

DOÑA PEPITA
(A JUANA.)
¿Qué es lo que quieres?

JUANA
1190
Lo primero hacer las paces,
y después encontrar medio
para salir de este trance.
(A DON CARLOS.)
¿Está usted en su juïcio?

DON CARLOS
¿Pues no has visto sus desaires?

JUANA
1195
(A DOÑA PEPITA.)
¿Si usted no ha perdido el seso,
a qué ha venido enfadarse?

DOÑA PEPITA
¿No has visto con qué insolencia
me ha tratado?

JUANA
Necedades
de entrambos...
(A DON CARLOS.)
Ella no quiere,
1200
ni nunca querrá otro amante.
Yo lo juro en mi conciencia...
(A DOÑA PEPITA.)
Don Carlos no obsequia a nadie
sino a su Pepita; a nada
tanto anhela, como a darle
1205
la mano; yo así lo fío.

DOÑA PEPITA
(A JUANA.)
¿A qué viene aconsejarme
que me despose con otro?

DON CARLOS
(A JUANA.)
¿Y en un caso semejante,
por qué ella me lo pregunta?

JUANA
1210
Locura por ambas partes.
Vaya; dense ambos las manos.
(A DON CARLOS.)
Traiga usted, sin replicarme.

DON CARLOS
(Alargando la mano a JUANA.)
¿Para qué quieres mi mano?

JUANA
(A DOÑA PEPITA.)
La de usted.

DOÑA PEPITA
(Alargando también la suya.)
Si eso no vale
1215
nada.

JUANA
Vamos, aquí entrambos:
si todavía no saben
ustedes cuánto se quieren.

(DOÑA PEPITA y DON CARLOS están un poco de tiempo agarrados de las manos sin mirarse uno a otro.)

DON CARLOS
(Volviéndose a DOÑA PEPITA.)
¿Qué, no quiere usted mirarme?
¿Aun no se acabó el enfado?

(DOÑA PEPITA se vuelve a mirar a DON CARLOS, sonriéndose.)

JUANA
1220
¡Qué locos son los amantes!

DON CARLOS
(A DOÑA PEPITA.)
¿Pero no tengo motivos,
diga usted, para quejarme
amargamente? ¡Que sea
usted tan mala! ¡Un desaire
1225
tan cruel!

DOÑA PEPITA
Eso es; yo soy
la culpada en este lance.
¡Ingrato!

JUANA
Para otro tiempo
dejemos esos debates,
y tratemos de evitar
1230
este aborrecido enlace.

DOÑA PEPITA
Dinos lo que hemos de hacer.

JUANA
No hay para qué atosigarse;
remedio habrá para todo.
(A DOÑA PEPITA.)
Mi amo no sabe lo que hace.
1235
(A DON CARLOS.)
No puede ser lo que intenta.
(A DOÑA PEPITA.)
Usted haga por llevarle
la corriente, aparentando
que está pronta a desposarse
con su don Fidel, porque
1240
de ese modo no se escame,
y acelere el matrimonio;
que como éste se dilate,
ya encontraremos salida.
Ya dice usted a su padre,
1245
que se le anda la cabeza,
que la jaqueca le parte
las sienes; luego otro día
hace porque se derrame
la sal en la mesa, y grita:
1250
¡Qué agüero tan deplorable!
Ora sueña que en un pozo
de colodrillo se cae.
Por fin, lo mejor del cuento
es que para desposarse
1255
ha de decir usted sí,
y como puede en el lance
decir no, sin más trabajo,
no hay a fe por qué asustarse.
Lo que importa es que no vean
1260
juntos a los dos amantes
por ahora...
(A DON CARLOS.)
Salga usted,
señor galán, al instante,
y vea a todos sus amigos,
que de sus promesas hablen
1265
a mi amo, y que le convenzan
con razones eficaces.
(A DOÑA PEPITA.)
Usted, señorita, al punto,
procure al tío empeñarle,
y también a su madrastra,
1270
que la quiere como madre.

DON CARLOS
(A DOÑA PEPITA.)
Más del amor de usted fío,
mi Pepita, que de nadie.

DOÑA PEPITA
(A DON CARLOS.)
Yo no sé cuál ha de ser
la voluntad de mi padre;
1275
mas a escoger otro dueño
sé que no podrá forzarme.

DON CARLOS
¡Qué dulce es esa promesa
a mi corazón amante!

JUANA
No se hartarán de charlar,
1280
aunque estén eternidades.
Fuera, digo.

DON CARLOS
(Volviéndose atrás.)
En fin.

JUANA
¿Habrá
palique toda la tarde?
(JUANA los empuja por las espaldas, a cada uno por distinta parte, y los fuerza a que se separen.)
Vaya usted por esa puerta,
y usted por estotra parte.


Acto III

ESCENA I

DON ALEJANDRO y JUANA.

DON ALEJANDRO
1285
Pártame un rayo del cielo;
pase yo plaza de indigno,
de soez y de cobarde,
si no hiciere un desatino
con ese infame echacantos.

JUANA
1290
Conténgase usted por Cristo;
hasta aquí cuanto tememos
aún no ha pasado del dicho,
y para llegar al hecho
mucho falta.

DON ALEJANDRO
¡Vil mendigo!
1295
No tengas recelo, Juana.
Yo le cortaré los bríos.

JUANA
Gaste usted, por Dios, cachaza,
que nunca por ser tan vivo
le queda títere a vida;
1300
ya sabe usted el ahínco
con que su madrastra anhela
a casar a don Carlitos
con Pepita, y que los ama,
mas que si fueran sus hijos,
1305
a ustedes; que aunque muchacha
y hermosa tiene juïcio.
Don Fidel se muestra siempre
con mi señora muy fino,
y hace cuanto ella le manda;
1310
yo, sospecho, señorito,
que está enamorado de ella,
que fuera lance muy digno
de contar; ello es que intenta
rogarle que del designio
1315
de dar la mano a Pepita
se desista, y que me ha dicho
que le cite en esta sala;
yo me temo que el maldito
salga con una pamema.
1320
Todavía no he podido
verle, que dice el criado
que con pecho muy contrito
está en oración mental,
y interrumpir ejercicio
1325
tan santo, fuera una acción
propia de Lucifer mismo.
Yo he dicho que le esperaba
aquí; conque, señorito,
marcharse y dejarme sola.

DON ALEJANDRO
1330
No me muevo de este sitio;
que he de oír lo que responde.

JUANA
Vamos; no sea usted niño,
que conviene que estén solos.

DON ALEJANDRO
No chistaré.

JUANA
Si es delirio,
1335
y no puede contenerse
usted; sálgase, le digo.

DON ALEJANDRO
Ya verás que no me enfado.

JUANA
¡Jesús; que ya viene! Vivo.
Escóndase usted ahí.

(DON ALEJANDRO se va a esconder a un gabinete que hay en el fondo del teatro.)

ESCENA II

DON FIDEL y JUANA.

DON FIDEL
1340
(Hablando en voz alta a su criado, que está dentro, así que ve a JUANA.)
Lorenzo, guarda el cilicio
con las disciplinas, si alguien
me busca; voy ahora mismo
a visitar a los presos,
y dar a estos pobrecitos
1345
lo que a mí me han entregado
devotos caritativos.

JUANA
(Aparte.)
Baladrón de santidad.

DON FIDEL
Según Lorenzo me dijo
me llamaba usted: ¿qué quiere?

JUANA
1350
Sólo decirle...

DON FIDEL
(Sacando un pañuelo del bolsillo, y tirándosele.)
¡Dios mío!
Coja usted ese pañuelo
antes de hablar más.

JUANA
No atino
para qué.

DON FIDEL
Cubra ese pecho.
¡Jesús! Yo me escandalizo
1355
de verla tan inmodesta.
Ese traje ya le he dicho
que es ocasión de pecado.

JUANA
Pues, por Jesucristo vivo,
¡qué poco trabajo cuesta
1360
al espíritu maligno
para hacer a usted pecar!
No es mala ocurrencia; y digo,
aunque esté usted como estaba
Adán en el Paraíso,
1365
quiero, si me tienta el diablo,
caerme muerta aquí mismo.

DON FIDEL
Hable usted con más modestia,
o me iré.

JUANA
No, que yo digo
mi recado en dos palabras:
1370
mi ama quiere en este sitio
hablar con usted un rato.

DON FIDEL
¡Ay; con el alma!

JUANA
(Aparte.)
Está visto.
Ciertos son los toros; vamos.

DON FIDEL
¿Viene luego?

JUANA
Ahora mismo.
1375
Mas ya está aquí; yo me voy.

ESCENA III

DOÑA ELVIRA y DON FIDEL.

DON FIDEL
Señora; el cielo propicio
salud espiritual
y corporal, como pido
a Dios en mis oraciones,
1380
aunque pecador indigno,
a usted dé, y de bienes colme
tan preciosa vida.

DOÑA ELVIRA
Estimo
los buenos deseos de usted,
que me prueban su cariño.
1385
Sentémonos y estaremos
mejor.

DON FIDEL
(Sentado.)
¿Quedan aún vestigios
del mal de usted?

DOÑA ELVIRA
(Sentada.)
No señor.
Como si no hubiera sido
nada, estoy.

DON FIDEL
Mis oraciones
1390
sin duda nada han podido
con Dios, pero en todas ellas
le pedía con ahínco
el alivio de usted.

DOÑA ELVIRA
Debo
a usted afecto muy fino.

DON FIDEL
1395
Una salud tan preciosa
merece ser de continuo
el blanco de mis cuidados;
y yo por su pronto alivio
hubiera dado la mía.

DOÑA ELVIRA
1400
Cierto, usted es un prodigio
de la caridad cristiana.

DON FIDEL
Si con los méritos mido
mi celo, me quedo corto.

DOÑA ELVIRA
Yo he venido con designio
1405
de hablar a usted de un asunto
a solas.

DON FIDEL
Mucho ha que aspiro
a esa dicha yo también.
¡Oh cuánto al Cielo he pedido
que me deparara el caso
1410
de ver a usted sin testigos,
y hasta aquí no lo he logrado!

DOÑA ELVIRA
Lo que yo de usted exijo
es que me hable sin rebozo.

(DON ALEJANDRO sin salir entreabre la puerta del retrete, en que está escondido, para oír lo que dicen.)

DON FIDEL
Y yo a nada tanto aspiro
1415
como a descubrir a usted
todo entero el pecho mío,
y asegurarle no crea
que, si enojado me ha visto
gritar contra sus visitas,
1420
me guía ningún motivo
de odio, que antes es efecto
del más sincero cariño,
del fervor más acendrado.

DOÑA ELVIRA
También yo así lo imagino;
1425
celo de mi salvación.

DON FIDEL
(Cogiendo la mano a DOÑA ELVIRA y apretándole los dedos.)
Sí señora, y tan activo...

DOÑA ELVIRA
Suelte usted, que me lastima.

DON FIDEL
Fue por fervor excesivo;
que no es mi ánimo hacer mal
1430
a usted, y hubiera querido
más antes...

(Pone la mano en las rodillas de DOÑA ELVIRA.)

DOÑA ELVIRA
Fuera la mano.

DON FIDEL
¡Qué tejido éste tan fino!

DOÑA ELVIRA
Déjeme usted, porque tengo
muchas cosquillas.

(DOÑA ELVIRA desvía la silla, y DON FIDEL acerca la suya.)

DON FIDEL
(Andando con el pañuelo de DOÑA ELVIRA.)
¡Muy lindo
1435
punto! ¡Si trabajan hoy
de un modo tan exquisito!

DOÑA ELVIRA
Verdad es; pero tratemos
de nuestro asunto; Simplicio
quiere casar a Pepita
1440
con usted, según me han dicho,
y faltar a su palabra...
¿Es cierto?

DON FIDEL
Sí; algo me dijo
ayer don Simplicio, pero
la ventura a que yo aspiro
1445
no es esa; que en otra parte
respiran los atractivos
de la celestial belleza,
de quien soy el siervo indigno.

DOÑA ELVIRA
Bien sé que usted sólo anhela
1450
a servir a Dios.

DON FIDEL
No abrigo
un corazón en mi pecho,
señora, de mármol frío.

DOÑA ELVIRA
Ya; pero está de las cosas
de este mundo desprendido.

DON FIDEL
1455
No, señora; los afectos
más fervorosos y píos
no apagan los terrenales;
que agrada a Dios ser querido,
y alabado en las hechuras
1460
perfectas que su mano hizo,
como las que se parecen
a usted; pero su divino
pincel luce en ese rostro,
donde Dios ostentar quiso
1465
todo su poder, formando
el dechado más cumplido
de celestial hermosura,
y confieso que no he visto
tanta perfección sin dar
1470
gracias al Autor divino
de la belleza, y sentir
en mi pecho el fuego activo
de amor; que en ese semblante,
Elvira, un trasunto miro
1475
de la angélica hermosura.
Yo me recelé al principio
que era mi amor tentación
del espíritu maligno,
y de huir de la presencia
1480
de usted propósito fijo
en mi corazón formé;
mas meditándolo, he visto
que sin caer en pecado
puedo amar ese divino
1485
conjunto de perfecciones,
que no puede haber delito
donde el escándalo falta;
en esto, señora, fío
sea de mi corazón
1490
a usted grato el sacrificio;
bien sé que es mucha osadía
que sujeto tan indigno
presuma hacer tal ofrenda;
pero, no obstante, confío
1495
que, aunque mis merecimientos
a la corona que aspiro
no puedan ser acreedores,
suplirá usted con benigno
pecho lo mucho que falta
1500
a su siervo, que el destino
suyo en manos de usted deja.
De su soberano arbitrio
pende mi infierno o mi gloria,
según severo o propicio
1505
el fallo fuere que aguardo.

DOÑA ELVIRA
Confieso que me ha cogido
de nuevas ese discurso;
él es cierto que es muy fino,
pero me parece extraño,
1510
y en verdad que no concibo
que un devoto como usted
en tal yerro haya incurrido.
¿Qué dirá el mundo, si entiende
semejante desvarío?

DON FIDEL
1515
Aunque devoto, soy hombre,
y como tal no resisto
a esa celestial belleza.
Ni pienso, ni raciocino,
cuando extático contemplo
1520
tanta beldad. No me admiro
que condene usted mi amor;
mas si cometo un delito,
obro, hermosísima Elvira,
sin libertad ni albedrío,
1525
porque todo le rendí
así que vi tanto hechizo;
y la dulzura inefable
de esos ojos peregrinos
dio con mi flaqueza en tierra;
1530
llantos, ayunos, cilicios,
todo fue en balde; mil veces
mis miradas, mis suspiros,
antes ya han dicho, señora,
lo que con la boca digo
1535
en esta ocasión; si usted
quiere con pecho benigno
dar a las tribulaciones
de su indigno esclavo alivio,
y abajar hasta mi nada
1540
sus gracias desde el impíreo
de su divina hermosura,
juro que no habrá tenido
más fervoroso devoto.
La honra no corre peligro
1545
conmigo, ni hay que temer
que yo quebrante el sigilo,
como hacen mil pisaverdes,
que apenas han conseguido
los favores de una dama
1550
cuando vuelan a decirlo
a todos cuantos encuentran,
profanando los impíos
torpemente aquellas aras
donde ofrecen sacrificios.
1555
Los devotos, como yo,
con más cautela vivimos,
y los secretos de amor
jamás a nadie decimos,
porque nuestra buena fama
1560
en que no sean sabidos
estriba; y así, señora,
quien a nuestro afecto fino
corresponde está segura
de hallar gustos sin peligros,
1565
y sin escándalo amor.

DOÑA ELVIRA
Todo eso está muy bien dicho;
habla usted con elocuencia;
pero si yo se lo digo
a mi marido, ¿no teme
1570
que se le entibie el cariño
de hermano que le profesa?

DON FIDEL
Yo sé que el pecho benigno
de usted sabrá perdonar
discursos que, aunque atrevidos,
1575
son hijos del ciego amor
que en mi corazón abrigo.
No soy ángel; y hombre flaco,
cuando esa belleza miro
conozco que soy de carne.

DOÑA ELVIRA
1580
Otras metieran ruïdo;
yo no pienso así; mi esposo
no sabrá lo que se ha dicho
aquí, pero en pago de ello
de usted una cosa exijo,
1585
y es que se empeñe con fuerza
para que una mi marido
a Pepita con don Carlos,
y no ejerza usted dominio
en prenda que ya es ajena.

ESCENA IV

DOÑA ELVIRA, DON ALEJANDRO y DON FIDEL.

DON ALEJANDRO
1590
(Saliendo del retrete donde estaba escondido.)
No, señora, he de decirlo
todo; desde ese retrete,
adonde estaba escondido,
he escuchado las infamias,
las traiciones de ese inicuo.
1595
El Cielo para vengarme
que aquí me escondiera quiso,
y para que sus maldades
tuviesen justo castigo.
En fin, mi padre sabrá
1600
quién es ese vil indigno
que se atreve a requebrar
a su mujer.

DOÑA ELVIRA
No, querido;
basta con que tenga cuenta
en adelante consigo,
1605
y merezca su perdón;
por mi amor te lo suplico;
no digas nada a tu padre;
de tan necios desvaríos
hace burla una mujer,
1610
y no lleva a su marido
cuentecillos de esta especie.

DON ALEJANDRO
Usted tiene sus principios,
y yo los míos; no quiero
que se queden sin castigo
1615
de este hipocritón infame
los pensamientos lascivos.
Harto tiempo ha que el perverso
nos tiene a todos en vilo,
y que obedece mi padre
1620
sus antojos y caprichos,
que se opone a que mi hermana
se despose con mi amigo,
y yo con la suya; en fin,
el Cielo sin duda quiso
1625
depararme esta ocasión
de descubrir los designios
de su corazón dañado,
y pues el Cielo propicio
me la ofrece, mal haría
1630
en desperdiciarla.

DOÑA ELVIRA
Digo,
Alejandro, que...

DON ALEJANDRO
Es en balde;
de alegría no respiro.
gustaré de la venganza
el placer tan exquisito.
1635
A decírselo a mi padre
vuelo en este instante mismo;
pero aquí viene; el bribón
va a llevar su merecido.

ESCENA V

DON SIMPLICIO, DOÑA ELVIRA, DON ALEJANDRO y DON FIDEL.

DON ALEJANDRO
Me alegro que llegue usted
1640
tan a tiempo; su cariño,
cierto, se le paga bien
el señor; de fiel amigo
cumple las obligaciones
como quien es; aquí mismo
1645
ha intentado deshonrar
a usted; yo propio testigo
he sido de los requiebros
que a mi madrastra le ha dicho,
declarándole su amor.
1650
Ella había prometido
callar, como es tan prudente;
pero yo, que soy más vivo,
quiero que usted sepa el pago
de todos los beneficios
1655
que está haciendo a su beato.

DOÑA ELVIRA
Cierto es que no hubiera dicho
este secreto a mi esposo;
si tú me hubieras creído,
Alejandro, nunca habría
1660
llegado hasta sus oídos
tan desagradable escena;
mujer que tiene principios
de honra calla y se defiende.

ESCENA VI

DON SIMPLICIO, DON ALEJANDRO y DON FIDEL.

DON SIMPLICIO
¿Un proceder tan inicuo
1665
es creíble? ¡Cielo santo!

DON FIDEL
Sí, hermano, soy un indigno
pecador, todo abrumado
de iniquidad y de vicios;
soy el hombre más perverso,
1670
más villano de este siglo;
mi vida es una sentina
de maldades y delitos,
y al fin quiere darme el Cielo
el merecido castigo,
1675
y por más grave que sea
esta acusación, es fijo
que no iguala a los pecados
que yo tengo cometidos.
Crea usted lo que le dicen,
1680
hermano; como un indigno
arrójeme de su casa;
sin quejarme me resigno
a cuantos baldones quiera;
que más tengo merecido.

DON SIMPLICIO
1685
(A su hijo.)
Pícaro; ¡y con tus mentiras
querías de este bendito
manchar la reputación!

DON ALEJANDRO
¿Qué, quiere usted desmentirnos
porque con falsa humildad...?

DON SIMPLICIO
1690
Calla, Lucifer maldito.

DON FIDEL
Déjele usted que hable, hermano,
y crea cuanto le ha dicho;
¿pues por qué a cuanto me imputa
no quiere usted dar oídos?
1695
¿No soy yo acaso capaz
de más atroces delitos?
Mi exterior es el de un santo;
¿pero todo cuanto digo
no puede ser fingimiento?
1700
No le engañen, hermanito,
las mentidas apariencias;
todos viven persuadidos
a que yo soy un dechado
de virtudes, un bendito;
1705
pluguiera a Dios fuese cierto;
soy un pecador inicuo.
(Hablando con DON ALEJANDRO.)
Mejor me conoce usted;
tráteme usted, hijo mío,
de infame, aleve, villano,
1710
de impostor y de asesino;
bien merezco estos baldones,
y en nada los contradigo;
de rodillas los escucho,
como castigo debido
1715
a mis enormes pecados.

DON SIMPLICIO
(A DON FIDEL.)
Por Dios, basta, hermano mío.
(A su hijo.)
¡Pícaro, y no te arrepientes!

DON ALEJANDRO
¿Pues a usted le han seducido...?

DON SIMPLICIO
Calla, lengua del demonio...
1720
(A DON FIDEL.)
Hermano, mi único amigo,
levántese usted...
(A su hijo.)
¡Infame!

DON ALEJANDRO
¿Cómo?

DON SIMPLICIO
Que calles te he dicho.

DON ALEJANDRO
No puedo aguantar. ¿Qué; usted...?

DON SIMPLICIO
Si me chistas, voto a Cristo,
1725
te rompa brazos y piernas.

DON FIDEL
Hermano, por Dios lo pido;
no se altere usted; primero
sufriré el mayor castigo
que consentir que le toque.

DON SIMPLICIO
1730
(A su hijo.)
¡Ingrato!

DON FIDEL
Se lo suplico,
si es menester, de rodillas.
perdone, por Dios, a su hijo.

DON SIMPLICIO
(Poniéndose también de rodillas y abrazando a DON FIDEL.)
¡Ay! cuánta bondad, hermano...
(A su hijo.)
¿Lo ves, lo ves? Di, maldito.

DON ALEJANDRO
1735
¿Con qué...?

DON SIMPLICIO
Silencio.

DON ALEJANDRO
¿Qué...?

DON SIMPLICIO
Calla;
¿piensas que no sé el motivo
de tus enredos? Bien veo
que todos a este bendito
tienen aborrecimiento
1740
en casa; criados, hijos
y mujer, y andan fraguando
mil embustes mal zurcidos,
para que yo le despida;
no lo lograréis, os digo;
1745
cuanto más os empeñáis
en echarle, más me obstino
yo en que esté en casa; a fin
que no os quede más arbitrio,
y que rabie mi familia,
1750
quiero que este día mismo
Pepita le dé su mano.

DON ALEJANDRO
¡Forzarla a que por marido
le admita!

DON SIMPLICIO
¡Pues no, bribón!
Y esta noche, lo repito,
1755
se ha de hacer el matrimonio.
Ya veremos si os obligo
a que me obedezcáis todos.
Vamos, ven aquí, mal hijo;
pide perdón al señor
1760
de los embustes que has dicho.

DON ALEJANDRO
¡A ese infame mogigato!
¿Está usté en su juïcio?

DON SIMPLICIO
¡Aún le dices picardías!
Un palo...
(A DON FIDEL.)
Por Jesucristo
1765
déjeme usted que le mate...
(A su hijo.)
Vete de mi casa, digo,
y no me entres más en ella.

DON ALEJANDRO
Voyme, pero yo le fío
al ladrón...

DON SIMPLICIO
Salte al instante,
1770
bribonazo; yo te privo
de mi vista y de mi herencia,
y amén de eso te maldigo.

ESCENA VII

DON SIMPLICIO y DON FIDEL.

DON SIMPLICIO
¡A un santo agraviarle así!

DON FIDEL
Perdonadle vos, Dios mío,
1775
como yo le he perdonado...
(A DON SIMPLICIO.)
No sabe usted lo afligido,
que estoy de que me calumnien
con mi querido hermanito.

DON SIMPLICIO
¡Ay Dios!

DON FIDEL
De pensarlo sólo
1780
siento en mí un dolor tan vivo,
que se me salta del pecho
el corazón. ¡Qué suplicio!
La pesadumbre me quita
el aliento y el sentido.
1785
Me muero, hermano, me muero.

DON SIMPLICIO
(Echa a correr llorando hacia la puerta por donde ha echado a su hijo.)
Por el santo más bendito
te juro, bribón, que siento
haberte dejado vivo...
(A DON FIDEL.)
Consuélese usted, hermano,
1790
y no se altere.

DON FIDEL
Está visto;
es necesario acabar
de una vez con los continuos
disturbios que en la familia
causo, y por tanto le pido
1795
a usted, hermano, permita
que me vaya.

DON SIMPLICIO
¡Qué delirio!
¡Irse usted!

DON FIDEL
Si me aborrecen,
y me achacan mil delitos.

DON SIMPLICIO
¿Les doy yo crédito acaso?

DON FIDEL
1800
Me supondrán mil designios
perversos, y sabe Dios
si a fuerza de repetirlos
lograrán que usted los crea.

DON SIMPLICIO
Nunca, nunca, hermano mío.

DON FIDEL
1805
Una mujer tiene tanta
influencia en su marido,
que al fin hace cuanto quiere.

DON SIMPLICIO
No, no.

DON FIDEL
Con irme les quito
la ocasión de calumniarme.

DON SIMPLICIO
1810
Mi hermano, mi dulce amigo;
no puedo vivir ni un punto
sin usted.

DON FIDEL
Pues si es preciso
yo me mortificaré;
no obstante, hermano, suplico
1815
si puede ser.

DON SIMPLICIO
¡Ah!

DON FIDEL
No se hable
más del caso; lo que exijo
es que me permita usted
huir de su esposa; sí, amigo,
la honra es cosa delicada;
1820
¡el mundo forma juïcios
tan errados!...

DON SIMPLICIO
No, señor,
es solemne desatino;
quiero que esté usted con ella
siempre; el mayor gusto mío
1825
es que rabie, que murmure
la gente; porque no estimo
ni un ardite el qué dirán,
tratándose de un amigo
como usted, y en prueba de ello
1830
mi sucesión determino
dejarle, haciéndole entera
donación ahora mismo
de mis bienes; que tal yerno
vale más que mujer, hijos
1835
y parientes; ¿no la acepta
usted, hermano querido?

DON FIDEL
Dios mío, tu voluntad
cúmplase en tu siervo indigno.

DON SIMPLICIO
Pues a otorgar la escritura
1840
sin dilación, hermanito,
y mas que luego la envidia
aseste todos sus tiros.


Acto IV

ESCENA I

DON PABLO y DON FIDEL.

DON PABLO
Todo el mundo lo murmura,
sí; bien puede usted creerme;
1845
todos dicen que su padre
anduvo muy imprudente,
y culpan a usted también;
y a fe que celebro haberle
encontrado, por decirle
1850
a usted en razones breves
mi sentir. Yo no averiguo
si lo que dice la gente
es la verdad, y supongo,
contra lo que todos creen,
1855
que mi sobrino mintió,
y que usted está inocente.
Usted que es tan buen cristiano
perdonar su agravio debe,
y no consentir que un padre
1860
al hijo de su casa eche;
es general el escándalo,
y le digo francamente
a usted, que reconciliarle
con su padre le conviene,
1865
y que el asunto no pase
adelante; Dios no quiere
la muerte del pecador;
quien no perdona le ofende.

DON FIDEL
¡Ay, Señor! Yo le perdono
1870
mi agravio, sin que me quede
ningún rencor en el pecho;
si puedo servirle, cuente
con cuanto yo tengo y valgo,
en lo que favorecerle
1875
sin pecar sea posible;
mas si él a esta casa vuelve,
es necesario que yo
sin más dilación la deje.
Después de su infame acción,
1880
¿qué no dirían las gentes,
y qué escándalo sería
si junto con él viviese?
Pensarían, con razón,
que de un hecho tan aleve
1885
soy culpado, y que temiendo
que consiga convencerme
don Alejandro, he tomado
la resolución prudente
de olvidar todo, fingiendo
1890
que la caridad me mueve,
porque él oculte mis yerros.

DON PABLO
Son razones aparentes,
que no pueden persuadirme;
deslindar los intereses
1895
de Dios a usted no le toca;
si mi sobrino le ofende,
de Dios le vendrá el castigo,
que no quiere que le venguen
hombres flacos; que perdonen
1900
sus injurias, eso quiere.
¿Y qué importa lo que diga
el mundo? Nuestros deberes
Dios sólo es quien los prescribe.
¿No mandan sus santas leyes
1905
el perdón de los agravios?
¿Pues luego, qué a cuento viene
cuando cumplimos con Dios
lo que pensaren las gentes?

DON FIDEL
Ya he dicho que le perdono,
1910
sin que ningún rencor quede
en mi pecho; así de Dios
el precepto se obedece;
¿pero después de la afrenta
que hoy mismo acaba de hacerme,
1915
manda Dios que viva yo
con ese niño?

DON PABLO
¿Y que acepte
usted quiere Dios, acaso,
lo que no le pertenece?
Porque mi hermano es un tonto,
1920
y le da lo que no tiene
facultades para dar,
¿usted admitirlo debe?

DON FIDEL
Aquellos que me conozcan
sabrán que todos los bienes
1925
del mundo no me hacen mella,
y que su brillo aparente
no deslumbra mis sentidos;
si mi ánimo se resuelve
a admitir la donación
1930
que mi hermano quiso hacerme,
es por evitar pecados
infalibles, si cayese
su herencia en manos perversas.
¡Cuántos, Dios mío, te ofenden
1935
con el caudal que les das!
Yo me serviré de él siempre
para provecho del prójimo
y honra del Omnipotente.

DON PABLO
Pierda usted esos recelos,
1940
que tanto en su pecho pueden,
que al legítimo heredero
lo que Dios le da pretende
quitarle; y de su caudal
que goce con paz le deje.
1945
¿No ve usted que vale más
que él malgaste sus haberes,
sin que usted quiera usurparle
lo que le han dado las leyes?
Ni sé cómo tal propuesta
1950
pudo escucharla quien tiene
renombre de timorato.
¿Qué regla de piedad puede
legitimar la codicia
de quien sin pudor intente
1955
privar de la sucesión
a un hijo? Y demos que hubiese
antipatía tan grande
entre los dos, que no fuere
posible que viva usted
1960
con mi sobrino; ¿es prudente
que salga el hijo de casa,
y el extraño en ella quede?
Si usted quiere que le tengan
por justo, marcharse debe
1965
al punto...

DON FIDEL
Son ya las cuatro,
y no puedo detenerme,
porque no he rezado aún
el Miserere, y es viernes.
Perdone usted, si le dejo.

DON PABLO
1970
(Quedándose solo.)
Hola... ¡Hipocritón solemne!

ESCENA II

DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON PABLO y JUANA.

JUANA
(A DON PABLO.)
Hable usted en su favor;
la pobre está de tal suerte
que da lástima mirarla;
sin remedio se nos muere,
1975
si la violenta su padre,
como resuelto lo tiene,
a dar la mano al beato
esta noche; vea si puede
convencerle con razones.
1980
Pero don Simplicio viene.

ESCENA III

DON SIMPLICIO, DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON PABLO y JUANA.

DON SIMPLICIO
Señores, me alegro mucho
de hallarlos juntos a ustedes...
(A DOÑA PEPITA.)
Tú, para que te diviertas,
ahí tienes esos papeles;
1985
ya sabes su contenido.

DOÑA PEPITA
(De rodillas a los pies de su padre.)
Por el Dios omnipotente
que ve mi tormento, padre,
y por todo cuanto puede
mover a usted a piedad,
1990
le ruego que no se empeñe
en concluir estas bodas;
padre, señor, no me fuerce
usted a que de la vida
que le he debido deteste;
1995
no exija usted obediencia
tan costosa, si no quiere
que su hija desventurada
siempre por morir anhele.
Si me veda usted que sea
2000
de aquel que mi amor merece,
y que antes me prometió,
¡ay, padre! no me violente
dándome a quien aborrezco;
no a su hija así desespere,
2005
pretendiendo que obedezca
a tan tiránicas leyes.
De rodillas se lo ruego.

DON SIMPLICIO
(Conociendo que se va a enternecer.)
¡Corazón, tú te enterneces!
Fuera la flaqueza humana.

DOÑA PEPITA
2010
Amado padre, no piense
usted que envidio los dones
que hace a don Fidel; bien puede
darle todas sus riquezas,
y añadir a ellas mis bienes,
2015
que con gusto se los cedo;
mas no quiera usted hacerle
dueño también de mí propia;
permítame que me encierre
en un convento, y consagre
2020
al Cielo con penitente
corazón mi amarga vida.

DON SIMPLICIO
¿Qué tal? Como no las dejen
casarse con sus galanes,
dicen que quieren meterse
2025
monjas. ¡Buena vocación!
Levanta. Si te parece
repugnante este marido,
ese más mérito adquieres,
que mortificas tu cuerpo,
2030
y tu casamiento ofreces
en desquite de tus culpas
a Dios; vamos, no me quiebres
la cabeza con tus lloros.

JUANA
¿Qué, señor?...

DON SIMPLICIO
Tú has de meterte
2035
en tu costura, y no más.

DON PABLO
Si a los consejos atiendes
de la razón...

DON SIMPLICIO
Tus consejos,
hermano, son muy prudentes,
muy sabios, muy acertados;
2040
pero aquí no se te quieren.

DOÑA ELVIRA
(A DON SIMPLICIO.)
Viendo lo que está pasando
no sé cómo hablar acierte.
Es preciso que estés ciego,
pues lance tan evidente,
2045
como el que pasó conmigo,
te empeñas en no creerle,
aunque te lo afirman todos.

DON SIMPLICIO
¡Oh! no me engañan ustedes;
¿piensas tú que no adivino
2050
el caso? Si tú andas siempre
por complacer a mi hijito;
y porque yo no riñese
con él, ya se ve, apoyaste
sus embolismos soeces
2055
contra aquel siervo de Dios.
¡Para quien crea en mujeres!
Además de que no estabas
alterada, y en tan fuerte
lance te irritaras.

DOÑA ELVIRA
Yo,
2060
porque un hombre me requiebre,
ni me solicite, nunca
me enojo; sé defenderme,
y sin decir insolencias
jamás nadie se me atreve.
2065
Una risa, una ironía
al más osado contiene
mejor que gritos y enfados.
No soy yo de las mujeres
que, como si fueran tigres,
2070
esgrimen garras y dientes
en defensa de su honor,
y que embisten con la gente,
si se oyen llamar bonitas;
no; y el Cielo me preserve
2075
de una virtud tan arisca;
mi recato es de otra especie;
urbanidad, complacencia,
frialdad; y todos pierden
conmigo las esperanzas,
2080
así que me hablan tres veces.

DON SIMPLICIO
Por fin yo sé la verdad.

DOÑA ELVIRA
¡Hay tal capricho! ¿Y si vieses
la cosa, qué me dirías?
¿Te estarías en tus trece?
2085
Mira que no es imposible.

DON SIMPLICIO
¿El verlo?

DOÑA ELVIRA
¿Qué duda tiene?

DON SIMPLICIO
Habladurías.

DOÑA ELVIRA
Apuesto
que, como en ello me empeñe,
lo ves con tus propios ojos.

DON SIMPLICIO
2090
Paparrucha.

DOÑA ELVIRA
Es cosa fuerte;
si no digo que nos creas;
pero, responde, ¿si en este
sitio te hacemos su infamia
tocar y ver claramente,
2095
quedarás desengañado?

DON SIMPLICIO
Entonces... ¿Pero a qué viene
decir cosas imposibles?

DOÑA ELVIRA
Ya ha mucho que me desmientes,
y sacarte de tu error
2100
debo, para que no pienses
que yo he dado testimonio
falso contra el inocente.
Tú vas a ver la verdad.

DON SIMPLICIO
¡Qué me place! Sea breve;
2105
ya veremos cómo sales
del pantano en que te metes.

DOÑA ELVIRA
(A JUANA.)
Dile que venga.

JUANA
(A DOÑA ELVIRA.)
Es muy diestro,
y en las redes que le tienden
temo que no ha de caer.

DOÑA ELVIRA
2110
(A JUANA.)
Sí, que la que bien se quiere
en los lazos que nos pone
con facilidad nos prende,
y más cuando el amor propio
a lisonjearnos viene.
2115
Haz que baje sin tardanza,
(A DON PABLO y DOÑA PEPITA.)
y váyanse al punto ustedes.

ESCENA IV

DOÑA ELVIRA y DON SIMPLICIO.

DOÑA ELVIRA
Tú debajo de esta mesa
ven al instante a meterte.

DON SIMPLICIO
¿Yo?

DOÑA ELVIRA
Tú; y lo que más importa
2120
para el caso es esconderse
bien.

DON SIMPLICIO
¡Debajo de la mesa!

DOÑA ELVIRA
¡Ay Dios mío! No te inquietes
en averiguar por qué;
éntrate, que así conviene,
2125
y no has de meter ruïdo,
para que no se sospeche
don Fidel que estás ahí.

DON SIMPLICIO
Confesemos que no puede
darse más condescendencia;
2130
pero porque todos queden
por embusteros, me allano
a hacer cuanto me dijeres.

DOÑA ELVIRA
No nos lo echarás en cara.
(A DON SIMPLICIO, que está debajo de la mesa.)
Mira: para convencerte
2135
voy a tratar de un asunto
que en boca de las mujeres
propias es muy peliagudo;
así, antes que él venga, advierte
que, si le digo requiebros,
2140
es para que manifieste
su maldad en tu presencia,
para que su disfraz deje,
y descubra la torpeza
de su corazón, albergue
2145
de impostura y de lascivia;
para que veas patente
su villana hipocresía.
Tú podrás, cuando estuvieres
convencido de su infamia,
2150
hacer que este juego cese,
saliendo de tu escondite;
a ti toca protegerme,
y estorbar que llegue el lance
a más que aquello que fuere
2155
necesario, para que
ninguna duda te quede.
En fin, como en este asunto
son tuyos los intereses
que median, puedes hacer
2160
lo que a cuento te viniere...
Pero don Fidel se acerca;
chito, y trata de esconderte.

ESCENA V

DON FIDEL, DOÑA ELVIRA, y DON SIMPLICIO debajo de la mesa.

DON FIDEL
Juana me ha dicho, señora,
que a solas quiere usted verme.

DOÑA ELVIRA
2165
Y es para cosas secretas:
mire usted, por si sucede
lo que antes, si escucha alguno,
y tras sí la puerta cierre.
(DON FIDEL va a cerrar la puerta y vuelve.)
No quiero que se repita
2170
la escena; que me estremece
la memoria del peligro
que usted corrió, sin que fuesen
mis ruegos con Alejandro
parte para que no diese
2175
cuenta a su padre de todo;
y fue mi susto tan fuerte
que ni desmentirle supe.
Por fin el Cielo clemente
lo ha dispuesto mejor todo.
2180
La estimación en que tiene
a usted mi esposo disipa
la nube, y sin que sospeche
nada, me manda que viva
y que esté con usted siempre;
2185
porque pretende arrostrar
cuanto dijere la gente;
de suerte que sin que nadie
nos lo note, ni nos cele,
puedo encerrarme yo sola
2190
aquí con usted, y hacerle
sabedor de los secretos
de un pecho, que acaso cede
a sus amorosas ansias
después de un plazo muy breve.

DON FIDEL
2195
No comprendo ese lenguaje,
señora, y muy mal se aviene
con lo que dijo usted antes.

DOÑA ELVIRA
Mal conoce a las mujeres
usted, cuando así le arredran
2200
sus afectados desdenes.
¿Una defensa tan flaca
no sabe usted lo que quiere
decir? El pudor combate
con nuestros afectos siempre
2205
en los primeros instantes,
y aunque el amor triunfe y reine
en el pecho, la vergüenza
se opone a que se confiese
el vencimiento, y la boca
2210
habla contra lo que siente
el corazón; la voz niega,
mas lo que niega concede.
Una confesión tan clara
a usted podrá parecerle
2215
prueba de mi liviandad;
pero el extraño accidente
de esta tarde me disculpe;
y diga usted, ¿si no fuese
por el amor que le tengo,
2220
hubiera tan blandamente
escuchado sus requiebros?
Si no quise que dijese
nada Alejandro a su padre,
¿qué más prueba darse puede
2225
de que me agrada su amor?
Y el haber hecho tan fuertes
instancias para que usted
el casamiento deseche
que le propone mi esposo,
2230
¿no es un indicio evidente
de que no quiero que nadie
en ese corazón reine;
de que una rival me enoja?

DON FIDEL
Cierto, es dulzura celeste
2235
oír de una boca amada
tanta gloria prometerse;
miel destila de esos labios,
y toda mi ánima siente
tanta bienaventuranza,
2240
que a toda expresión excede.
Pero es, señora, tan grande
la ventura de mi suerte,
que a creerla no me atrevo;
¿y quién sabe si no es éste
2245
un artificio fraguado
a fin de que yo deseche
la boda que me proponen?
Hablando, en fin, claramente,
para que yo a persuadirme
2250
del afecto de usted llegue,
es preciso que algún trago
de celestiales placeres
me dé usted, y en mi alma plante
su favor la rama verde
2255
de fe constante y sincera.

DOÑA ELVIRA
(Después de toser para avisar a su marido.)
¿Tanto quiere usted tan breve?
¿Todo el amor de mi pecho
tan presto apurar pretende?
Le confieso que le aprecio,
2260
¿y para satisfacerle
no le basta, que al instante
el último favor quiere?

DON FIDEL
Siempre es corta la esperanza
de aquel que nada merece,
2265
ni son de fiar palabras
que tanta dicha prometen.
No creeré mi ventura,
señora, hasta que me diere
prendas usted de cariño;
2270
mientras las obras no hubieren
confirmado las palabras,
dudaré de su amor siempre.

DOÑA ELVIRA
Señor don Fidel, el suyo
impone tan duras leyes,
2275
que me asusta usted de veras.
¡Que ansíe con tan vehemente
ardor por ver sus deseos
satisfechos, sin que deje
un breve espacio de tregua,
2280
en que el corazón aliente!
¿Es justo tanto rigor?
¡Exigir lo que pretende
sin dar una hora de plazo,
y abusar impunemente
2285
de las flaquezas ajenas,
y del amor que le tienen!

DON FIDEL
¿Mas si con benignidad
ve usted mi amor, a qué viene
negarme prendas seguras
2290
del suyo?

DOÑA ELVIRA
¿Y si consintiese,
no se ofendería el Cielo
de que tanto habla usted siempre?

DON FIDEL
Vaya; si no es más que el Cielo
por lo que usted se detiene,
2295
chico estorbo es a fe mía,
y ni mentarse merece.

DOÑA ELVIRA
Pues luego, ¿a qué hablan del Cielo
y tanto miedo nos meten?

DON FIDEL
Tan ridículos temores
2300
yo los disiparé en breve,
señora, porque sé el arte
de hacer que nunca atormenten
los escrúpulos; el Cielo
nos veda ciertos placeres,
2305
es verdad; pero es muy fácil
con el Cielo componerse.
Hay cierta ciencia que enseña
a ensanchar nuestros deberes,
o estrecharlos; es conforme
2310
lo uno o lo otro nos conviene.
Cuando las obras son malas,
a la rectitud se atiende
de la intención, porque Dios
nunca desea la muerte
2315
del pecador, y con poco
se contenta. Muy en breve
sabrá usted esta doctrina.
Déjeme que yo la lleve
por la mano al paraíso,
2320
y no se asuste por leves
parvidades de materia.
Todo el pecado que hubiere
en esto caiga en mis hombros,
y no hay miedo que me pese...
(DOÑA ELVIRA tose con más fuerza.)
2325
Mucho tose usted, señora.

DOÑA ELVIRA
Sí; todo el pecho me duele.

DON FIDEL
¿Gusta usted de mi alfeñique?

DOÑA ELVIRA
Es tos tan rancia y tan fuerte,
que no he de hallar alfeñiques,
2330
a mi ver, que la remedien.

DON FIDEL
Es triste cosa.

DOÑA ELVIRA
Fatal.

DON FIDEL
En fin, para que no quede
escrúpulo, sepa usted
que del escándalo pende
2335
el pecado; ya lo dije
otra vez, y considere
que con acciones ocultas
jamás el Cielo se ofende.
Quien disimula no peca.

DOÑA ELVIRA
2340
(Después de toser y dar golpes sobre la mesa.)
Habré al fin de resolverme
a ceder a usted, pues veo
que si a todo cuanto quiere
no me allano, no hay pensar
que quieran aquí creerme.
2345
Sin duda que es cosa triste
que hasta tanto extremo llegue,
pero si doy este paso,
es porque no se convencen
sin él de lo que yo digo;
2350
porque exigen ciertas gentes
desengaños tan palpables,
y pruebas de tal especie
que... En fin, si alguno se agravia
con esta acción, no se queje
2355
de mí; la culpa no es mía;
protesto estar inocente,
y que cedo a la violencia.

DON FIDEL
Señora, nada recele
usted; sobre mi cabeza...

DOÑA ELVIRA
2360
Salga usted por si estuviese
Simplicio en el corredor,
y vuelva si no le viere.

DON FIDEL
Esa es precaución inútil;
que es hombre con quien se puede
2365
jugar como con un niño,
y le tengo de tal suerte
que, aun viéndolo, nunca crea
cosa que a mí no me pete.

DOÑA ELVIRA
No importa; salga usted fuera,
2370
y escudriñe atentamente
todas las piezas vecinas,
por lo que suceder puede.

ESCENA VI

DON SIMPLICIO y DOÑA ELVIRA.

DON SIMPLICIO
(Saliendo de debajo de la mesa.)
¡Jesús, qué hombre tan infame!
Vaya, vaya; es una peste
2375
infernal, no vuelvo en mí.

DOÑA ELVIRA
Simplicio, ¡qué vivo que eres!
¿A qué sales todavía?
Extraño que te aceleres
tanto; vuelve a tu escondite,
2380
y aguarda hasta el fin; ¿no temes
hacer un juïcio malo?
Saldrás de dudas muy breve.

DON SIMPLICIO
Pongo a que hombre más perverso
ni en el Infierno se encuentre.

DOÑA ELVIRA
2385
¡Dios mío! Las apariencias
te engañan. ¿Quién sabe? A veces
resultan falsas aquellas
que más ciertas nos parecen.
Para no errar te aconsejo
2390
que sin decir nada esperes
hasta el remate de todo.

(DOÑA ELVIRA pone a DON SIMPLICIO detrás de ella.)

ESCENA VII

DON SIMPLICIO, DOÑA ELVIRA y DON FIDEL.

DON FIDEL
(Sin ver a DON SIMPLICIO.)
La fortuna favorece
mis gustos; de mirar vengo
esos cuartos, y no hay gente.
2395
Mi tierno amor...

(Al tiempo que DON FIDEL viene con los brazos abiertos para abrazar a DOÑA ELVIRA, ésta se retira, y ve DON FIDEL a DON SIMPLICIO.)

DON SIMPLICIO
(Deteniendo a DON FIDEL.)
Cepos quedos.
Procure usted contenerse.
¡Cáspita, qué amor tan fino!
¿Conque el siervo de Dios quiere
ponerme lo que usted sabe?
2400
¡Un santo que así se deje
llevar de la tentación!
¡Se casa con mi hija, y quiere
gozar también mi mujer!
Yo creí que en burlas fuese.
2405
He aguantado largo rato,
pensando que era juguete,
y que iba a mudar de estilo.
Ya tengo lo suficiente,
sin que usted pase adelante.

DOÑA ELVIRA
2410
(A DON FIDEL.)
Astucia mi acción parece,
mas no estuvo en mí evitarla.

DON FIDEL
(A DON SIMPLICIO.)
¿Piensa usted?...

DON SIMPLICIO
En lo que piense.
Mutis de casa al momento,
sin más dimes ni diretes.

DON FIDEL
2415
Mi intento...

DON SIMPLICIO
Es gastar parola,
y lo que aquí se requiere
es irse pronto a la calle.

DON FIDEL
Usted es quien luego debe
irse; usted que hace de dueño;
2420
la casa me pertenece
a mí solo; yo lo haré
constar cuando el tiempo llegue.
Vano es que con viles artes
ultrajarme aquí se piense;
2425
yo haré ver que tengo medios
para castigar aleves,
y confundir impostores,
vengando al Cielo, que ofenden,
y haciendo que se arrepientan
2430
cuantos agraviarme intenten.

ESCENA VIII

DOÑA ELVIRA y DON SIMPLICIO.

DOÑA ELVIRA
¿Qué es lo que quiere decir?
¿Qué modo de hablar es éste?

DON SIMPLICIO
A fe que yo no me río,
y que temo un accidente.

DOÑA ELVIRA
2435
¿Cuál?

DON SIMPLICIO
He hecho un gran disparate;
no sé qué remedio tiene.
Esta donación me inquieta.

DOÑA ELVIRA
¿Qué donación?

DON SIMPLICIO
De mis bienes,
y es negocio concluido.

DOÑA ELVIRA
2440
¿Qué?

DON SIMPLICIO
Ya lo sabrás. Lo urgente
es ver si no se ha llevado
una arquita con papeles.


Acto V

ESCENA I

DON SIMPLICIO y DON PABLO.

DON PABLO
¿Adónde vas tan de priesa?

DON SIMPLICIO
¿Qué sé yo?

DON PABLO
La primer cosa
2445
es pensar lo que has de hacer
para salir de zozobras.

DON SIMPLICIO
Lo que a mi me hace perder
el juïcio y me incomoda,
más que otra cosa es la arquita.

DON PABLO
2450
¿Pues tanto esa arquita importa?

DON SIMPLICIO
El amigo perseguido
que mi corazón aun llora
al irse me la encargó,
y su caudal, vida y honra
2455
dijo que de estos papeles
dependían.

DON PABLO
¿Pues qué loca
idea te hizo ponerla
en manos de otra persona?

DON SIMPLICIO
Escrúpulo de conciencia.
2460
Contele toda la historia
a ese bribonazo, y él
con su mónita devota
me persuadió se la diera,
diciendo ser fácil cosa
2465
que el juez hiciera pesquisas;
si echaba requisitorias,
yo, sin cargar mi conciencia,
y con doblez oficiosa,
decía que no tenía
2470
ni papeles, ni las otras
cosas que me preguntaran,
y que así juraba contra
la verdad, y sin pecar.

DON PABLO
Hermano, veo que toman
2475
tus asuntos mal semblante;
la donación, esa historia,
el haberte fiado de él...
Confieso que me acongoja
cuanto me dices, y entonces
2480
ha sido una acción muy loca
insultarle, como has hecho;
que tiene prendas de sobra
para darte que sentir.

DON SIMPLICIO
¡Qué; con facha tan devota
2485
esconder tanta doblez,
tanta maldad horrorosa;
conmigo que le di asilo
cuando pedía limosna!
Si otro santurrón me engaña,
2490
mándole que ha de ser obra
de romanos; como al diablo
la cruz haré a las personas
que me hablen de devoción.

DON PABLO
Simplicio; eso es dar en otra
2495
exageración peor.
Mas tú nunca te reportas;
y por huir de un error
das en el opuesto ahora.
Un pícaro te engañaba
2500
con capa de religiosa
piedad, y por eso piensas
ya que las almas devotas,
que sirven a Dios con celo,
son como ese infame todas.
2505
Si así lo crees, hermano,
torpemente te equivocas.
Deja, deja a los impíos
que consecuencias tan tontas
saquen, y que hagan rechifla
2510
de la piedad, porque es moda.
Tú ama la virtud, respeta
a las personas piadosas;
mas no creas en palabras,
atento sólo a las obras;
2515
aborrece la villana
hipocresía, mas honra
la virtud pura y sincera,
y la religión adora;
y advierte que vale más,
2520
hermano, pecar por sobra
que por falta de respeto
en cosas de tanta monta.

ESCENA II

DON SIMPLICIO, DON PABLO y DON ALEJANDRO.

DON ALEJANDRO
¿Padre, es cierto que un bribón
sin vergüenza le provoca
2525
a usted, sin guardar de tantos
beneficios la memoria,
y que tiene la insolencia
de amenazarnos ahora
que ha de echarnos de esta casa?

DON SIMPLICIO
2530
Así es, hijo: mi congoja
es crüel en este lance.

DON ALEJANDRO
Ese pleito a mí me toca.
Ambas orejas le corto,
y salimos de zozobra
2535
en un instante; bien puede
decir que llegó su hora.

DON PABLO
Bueno; eso se llama hablar
con la ligereza propia
de un muchacho atolondrado;
2540
modera esa furia loca;
que vivimos bajo un justo
gobierno, y el que se porta
con violencia halla castigo,
sin que el favor le socorra.

ESCENA III

DOÑA TECLA, DON SIMPLICIO, DOÑA ELVIRA, DON PABLO, DOÑA PEPITA, DON ALEJANDRO y JUANA.

DOÑA TECLA
2545
¿Qué es esto hijo? Aquí me cuentan
un montón de horribles cosas.

DON SIMPLICIO
Grandes novedades, madre,
que acabo de ver ahora
yo mismo. Ve usted qué fruto
2550
he sacado de mi boba
bondad: un pobre mendigo,
que de beneficios colma
mi necedad, que le trato
cual pudiera a la persona
2555
más allegada, le doy
mi caudal, y a mi hija propia,
y al mismo tiempo el villano
a mi mujer enamora,
y procura deshonrarme;
2560
esto no basta; se arroja
hasta amenazarme ingrato
con dádivas que mi tonta
confianza le tiene hechas;
afana por ver si logra
2565
despojarme de mis bienes,
y ponerme en la horrorosa
miseria, de que yo necio
le he sacado; esta es mi historia.

JUANA
¡Pobrecito!

DOÑA TECLA
Hijo, no creo
2570
que hiciera acción tan odiosa.

DON SIMPLICIO
¿Cómo?

DOÑA TECLA
Los buenos son siempre
envidiados.

DON SIMPLICIO
Esta es otra;
¿qué quiere usted decir, madre?

DOÑA TECLA
Que es tu casa una Liorna,
2575
y que todos le aborrecen.

DON SIMPLICIO
¿Y para el caso qué importa?

DOÑA TECLA
Cuando eras niño, te dije
que las gentes virtuosas
eran las más perseguidas;
2580
que la envidia es la ponzoña
que nunca muere en el mundo,
porque se van las personas
envidiosas, y ella queda.

DON SIMPLICIO
Y lo que yo digo ahora
2585
¿qué tiene que ver con eso?

DOÑA TECLA
Te habrán contado una historia
sin pies, ni cabeza.

DON SIMPLICIO
Calle.
¿Pues no he dicho ya, señora,
que lo he visto yo, yo mismo?

DOÑA TECLA
2590
Hay lenguas murmuradoras.

DON SIMPLICIO
Esto es para condenarse.
Una vez, ciento y mil otras
repito que yo lo he visto.

DOÑA TECLA
De las lenguas ponzoñosas
2595
ninguno puede librarse.

DON SIMPLICIO
Usted, madre, me provoca
con las réplicas que tiene
y sus reflexiones tontas.
Si he dicho ya que lo he visto;
2600
visto, ¿lo oye usted ahora?
Visto con mis propios ojos.
Pues no está mala la sorna.
¿Quiere usted oírlo más?

DOÑA TECLA
¡Dios mío! Son engañosas
2605
las apariencias; mil veces
el más lince se equivoca.
No siempre es bueno juzgar
uno por su vista propia.

DON SIMPLICIO
¡Por vida de...!

DOÑA TECLA
Sospechamos
2610
siempre lo peor; las obras
santas se interpretan mal.

DON SIMPLICIO
¿Qué interpretar, ni qué alforjas,
si abrazaba a mi mujer?

DOÑA TECLA
Antes que de una persona
2615
se hable mal, es necesario
saber de fijo las cosas.

DON SIMPLICIO
¿Qué más fijo quiere usted?
El diablo no diría otra.
¿Conque había de aguardar
2620
hasta que...? Usted está tonta.

DOÑA TECLA
En fin, es alma muy cándida,
muy devota y religiosa,
y las cosas que le achacan
saldrá que son falsas todas.

DON SIMPLICIO
2625
Es mucho disparatar;
no sé si fuera usted otra
que mi madre lo que haría.

JUANA
(A DON SIMPLICIO.)
Así va, señor, la bola;
usted no quiso creer,
2630
y no le creen ahora.

DON PABLO
Gastamos en frioleras,
que maldita cosa importan,
tiempo, y mientras sus medidas
sin duda el pícaro toma.

DON ALEJANDRO
2635
¿Piensa usted que llegue a tanto
su descaro?

DOÑA ELVIRA
Tengo poca
inteligencia en asuntos,
mas pienso que tan odiosa
demanda no ose entablarla.

DON PABLO
2640
(A DON SIMPLICIO.)
No te fíes; hay personas
que protegen a los malos;
este lance de su boca
oído, parecerá
una acción que le es honrosa,
2645
y con menos fundamento
he visto yo que se atollan
otros, sin poder salir
a salvo. ¿Quién le provoca
con las armas que él tenía?

DON SIMPLICIO
2650
Cierto, pero al ver su odiosa
soberbia y su hipocresía,
confieso que perdí toda
la razón y la paciencia.

DOÑA ELVIRA
Si, cuando pasó la historia,
2655
hubiera sabido yo
lo que había, ¿quién ignora
que hubiera excusado el lance
que tanto nos desazona,
y mis...?

DON SIMPLICIO
(A JUANA, viendo entrar a DON CELEDONIO.)
¿Qué me quiere ese hombre?
2660
Sabe a qué fin se le antoja
verme, y dile que se vaya,
que su visita incomoda.

ESCENA IV

DON SIMPLICIO, DOÑA TECLA, DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON PABLO, DON ALEJANDRO, JUANA y DON CELEDONIO.

DON CELEDONIO
(A JUANA, en el fondo del teatro.)
Dios le dé salud, hermana,
y después allá la gloria.
2665
Quisiera hablar dos palabras
al amo, si nadie estorba.

JUANA
Está con gente, y no puede
hablar con nadie.

DON CELEDONIO
No importa,
que yo no seré importuno;
2670
es asunto de muy pocas
razones, y gustará
de saberle de mi boca.

JUANA
¿Su nombre de usted?

DON CELEDONIO
Mi nombre
es lo que menos importa.
2675
Dígale usted que me envía
don Fidel, y para cosas
de su bien.

JUANA
(A DON SIMPLICIO.)
Dice que viene
para negocios de monta
de parte de don Fidel,
2680
y que será muy gustosa
su comisión.

DON PABLO
(A DON SIMPLICIO.)
Pues oigamos
lo que ese hombre nos proponga.

DON SIMPLICIO
(A DON PABLO.)
¿Si me habla de componerse,
qué quieres que le responda?

DON PABLO
2685
Será forzoso escucharle
en tu situación penosa.

DON CELEDONIO
(A DON SIMPLICIO.)
El Señor nos dé su gracia
y confunda a quien se oponga
a su bien de usted; que así
2690
esta ánima pecadora
lo pide en sus oraciones.

DON SIMPLICIO
(En voz baja a DON PABLO.)
Este exordio se acomoda
muy bien con lo que yo pienso.

DON CELEDONIO
He recibido mil honras
2695
de esta casa, y señor padre
siempre como cosa propia
me miraba.

DON SIMPLICIO
Siento mucho
no conocer la persona
de usted; dígame su nombre.

DON CELEDONIO
2700
Don Celedonio de Porras,
natural de Mondoñedo,
y por más que se carcoma
la envidia, soy escribano
con mis títulos en forma.
2705
Cuarenta años ha que ejerzo
esta profesión gloriosa.
Y vengo con su licencia,
y sin consentir demora,
a notificar un auto.

DON SIMPLICIO
2710
¿Qué; usted viene...?

DON CELEDONIO
Es cosa corta,
que está dicha en dos palabras;
providencia ejecutoria
de proceder al despojo
de casa, y que ni personas
2715
ni muebles en ella queden,
sin permitir moratoria.

DON SIMPLICIO
¡Yo salir de aquí!

DON CELEDONIO
¿Usted sabe,
señor, que es la casa ahora
del buen señor don Fidel,
2720
que por un contrato en forma,
otorgado ante escribano,
y que tengo aquí en mi bolsa,
dueño es del caudal de usted,
sin que ninguno le tosa?

DON ALEJANDRO
2725
(A DON CELEDONIO.)
Es mucha la desvergüenza.

DON CELEDONIO
(A DON ALEJANDRO.)
A mí no me comisionan
para tratar con usted,
caballerito; a quien toca
(Señalando a DON SIMPLICIO.)
responder es al señor,
2730
que es un sujeto de forma,
y respeta a la justicia.

DON SIMPLICIO
Yo...

DON CELEDONIO
Sí señor, y me consta
que no haría resistencia
por un millón; que es persona
2735
prudente y muy timorata
el señor, y no le enoja
que yo cumpla con mi oficio.

DON ALEJANDRO
¿A que se gana una soba
de palos bien asentados
2740
su mónita socarrona?

DON CELEDONIO
(A DON SIMPLICIO.)
Haga usted que salga o calle
su hijo; que fuera penosa
precisión certificar
palabras tan injuriosas.

JUANA
2745
(Aparte.)
¿A este hombre don Celedonio,
o don Demonio le nombran?

DON CELEDONIO
Tengo, señor, tierno afecto
a las almas religiosas
y buenas, y en prueba de ello,
2750
y del celo que me abona,
practico estas diligencias,
porque algún otro no escojan
que procediese con menos
suavidad; que hay personas
2755
de muy poco miramiento.

DON SIMPLICIO
Pues es acción cariñosa
el echarme de mi casa.

DON CELEDONIO
Pero permito demora,
y el cumplimiento del auto
2760
no pienso poner por obra
hasta mañana temprano,
si Dios quiere; yo las cosas
no las llevo por el filo.
Porque todo vaya en forma,
2765
usted antes de acostarse
hará que me entreguen todas
las llaves; yo mandaré
a diez hombres de mucha honra
que pasen aquí la noche;
2770
mientras que ustedes reposan
velan ellos, y así nadie
nada de la casa toma.
Mañana al amanecer
saca usted todas sus cosas,
2775
y se las lleva, y se va
adonde más le acomoda.
Mis mozos ayudarán;
son todos gente mañosa
y robusta; a fe que nada
2780
se desgracie ni se rompa.
Soy hombre muy servicial
y bondoso, sin lisonja.
Señor don Simplicio: yo
aguardo de usted la propia
2785
bondad, y que su familia
a mi oficio no se oponga.

DON SIMPLICIO
(Aparte.)
¡De lo poco que me queda
de mejor gana cien onzas
diera yo por asentar
2790
en su cara socarrona
el bofetón más bien dado!

DON PABLO
(A DON SIMPLICIO.)
Vamos, hermano, una poca
de paciencia.

DON ALEJANDRO
No sé cómo
me contengo, que la boca
2795
no le he bañado ya en sangre.

JUANA
Pregunto: ¿en esa corcoba,
qué sentaría mejor,
o garrote, o cachiporra?

DON CELEDONIO
Hija, modere esa lengua,
2800
y sepa, por si lo ignora,
que también para mujeres
hay castigo, si provocan.

DON PABLO
(A DON CELEDONIO.)
Traiga usted ese papel,
y déjenos.

DON CELEDONIO
En buen hora;
2805
hasta luego; Dios les dé
a ustedes su santa gloria.

DON SIMPLICIO
Y Satanás el infierno
a ti, y quien te comisiona.

ESCENA V

DON SIMPLICIO, DOÑA TECLA, DOÑA ELVIRA, DON PABLO, DOÑA PEPITA, DON ALEJANDRO y JUANA.

DON SIMPLICIO
¿Qué tal, madre, miento yo?
2810
Por el auto que me emboca
saque usted si tiene el alma
bien infame y bien traidora
el gazmoño hipocritón.

DOÑA TECLA
¡Jesús! Me he quedado tonta;
2815
como la que ve visiones.

JUANA
(A DON SIMPLICIO.)
No señor, todas sus obras
se encaminan al provecho
del prójimo y mayor honra
de Dios; los bienes terrenos
2820
son cosas muy transitorias,
y suelen dañar al alma;
por eso su fervorosa
caridad a usted le quita
ese peso que le estorba
2825
para el camino del cielo.

DON SIMPLICIO
Siempre has de ser habladora;
calla y déjanos en paz.

DON PABLO
(A DON SIMPLICIO.)
Tomemos medidas prontas
para salir de este apuro.

DOÑA ELVIRA
2830
Haz al público notoria
su ingratitud y osadía;
con su conducta alevosa
las cláusulas del contrato
ese perverso las borra;
2835
que no es posible que triunfe
iniquidad tan odiosa.

ESCENA VI

DON CARLOS, DON SIMPLICIO, DOÑA TECLA, DOÑA ELVIRA, DON PABLO, DOÑA PEPITA, DON ALEJANDRO y JUANA.

DON CARLOS
Señor don Simplicio, siento
darle un pesar, pero importa
mucho que usted ponga en cobro
2840
al momento su persona;
un amigo íntimo mío,
que acaso en ello viola
el secreto que es debido
en cosas de Estado, ahora
2845
me avisa que está mandado
prender a usted, y que sola
la fuga puede librarle.
Una hora ha la venenosa
serpiente, que abrigó usted
2850
de traición y de alevosas
correspondencias le acusa;
la delación corrobora
presentando al Soberano
una arquita que usted, contra
2855
las leyes de fiel vasallo,
guardaba, donde están todas
las piezas de un fugitivo
reo de Estado; no informa
de más mi amigo; mas sé
2860
que hay orden para la pronta
prisión de usted, y el villano
acompañará en persona
a el que ha de arrestar a usted.

DON PABLO
Así el hipócrita colma
2865
su maldad, y sus derechos
con esta acción corrobora,
fingiendo que eres traidor.

DON SIMPLICIO
Vaya; el hombre, sin lisonja,
es un maldito animal.

DON CARLOS
2870
Vamos; que cualquier demora
puede ser a usted funesta.
Ahí tiene usted esa bolsa
con mil doblones; mi coche
nos aguarda hace media hora.
2875
No perdamos un instante,
que estos golpes, si se estorban,
es poniendo tierra en medio.
Mi amistad no le abandona
a usted hasta estar en parte
2880
segura.

DON SIMPLICIO
¡Cuánto a la heroica
amistad de usted le debo!
Ruego al Cielo que me ponga
en estado de pagar
una acción tan generosa.
2885
Y tú, Pablo, ten cuidado.

DON PABLO
No te detengas; con todas
tus cosas tendré yo cuenta,
como con las mías propias.

ESCENA VII

DON FIDEL, UN ALCALDE DE CORTE, DOÑA TECLA, DOÑA ELVIRA, DON SIMPLICIO, DON PABLO, DOÑA PEPITA, DON CARLOS, DON ALEJANDRO y JUANA.

DON FIDEL
(Deteniendo a DON SIMPLICIO.)
Despacio, señor, despacio;
2890
no es menester que usted corra
tanto para encontrar casa;
el Soberano le aloja
en la cárcel.

DON SIMPLICIO
¡Ah villano!
¡Con qué bella acción coronas
2895
tus infamias! ¡Digna paga
de quien a pícaros honra!

DON FIDEL
Con todas esas infamias
no piense usted que me enoja;
que se las ofrezco a Dios.

DON PABLO
2900
Edifica tan devota
moderación.

DON ALEJANDRO
¡El perverso
cómo del Cielo se mofa!

DON FIDEL
En vano por irritarme
me denuestan y baldonan;
2905
quien cumple con sus deberes
vanos clamores arrostra.

DOÑA PEPITA
Por cierto la comisión
con que usted viene es honrosa.
¡Soplón!

DON FIDEL
En servir al Rey
2910
no puede caber deshonra.

DON SIMPLICIO
¿Te acuerdas, bribón mendigo,
que te daba de limosna
de comer pan a mi mesa?

DON FIDEL
No me olvido de las honras
2915
que puedo deber a usted;
pero media la persona
sagrada del Soberano,
que toda gratitud borra
en mi pecho, que leal
2920
sacrificara a su gloria
amigos, parientes, hijos.

DOÑA ELVIRA
¡Infame!

JUANA
¡Cómo blasona
de virtud el muy soez!

DON PABLO
Pues si es tan buen patriota
2925
usted, como aquí se jacta,
¿por qué aguardaba hasta ahora
a delatar a mi hermano,
cuando ha visto que a su esposa
requiebra usted, y de casa,
2930
porque así lo exige la honra,
le despide? Y si es culpado,
¿para qué admite con pronta
voluntad la donación
que con mano generosa
2935
de todo su caudal le hace?
Cosas tan contradictorias
yo no acierto a concertarlas.

DON FIDEL
(Al ALCALDE de Corte.)
Bulla tan escandalosa
durará, señor Alcalde,
2940
hasta cumplir con lo que obra
el expediente, y así
haga usted justicia pronta.

EL ALCALDE
Será usted servido al punto,
y pues la justicia invoca,
2945
la ejecutaré al instante.
Sin réplica ni demora
dese usted al Rey.

DON FIDEL
¡Yo preso!

EL ALCALDE
Usted.

DON FIDEL
¿Por qué?

EL ALCALDE
Eso no toca
a usted preguntar; mas quiero
2950
que estos señores conozcan
la historia de un impostor.
(A DON SIMPLICIO.)
Aliente usted: no está ahora
en el tiempo en que reinaba
la hipocresía engañosa;
2955
un Soberano ilustrado
disipa sus cautelosas
nieblas, por mucho que artera
en sus vapores se esconda.
De la religión amante,
2960
sabe discernir las sombras
de la luz; y, el falso celo,
que con color se arrebola
de piedad y devoción,
toda su saña provoca.
2965
De este hipócrita villano
las virtudes impostoras
mal podían engañarle,
que muy más artificiosas
mentiras penetrar sabe;
2970
de una mirada vio todas
las maldades de este infame,
en su corazón las hondas
raíces que echó el delito;
y cuando con engañosa
2975
astucia a su bienhechor
acusa, la vengadora
justicia del Cielo quiere
que el príncipe en él conozca
a un célebre delincuente,
2980
cuyos hechos epilogan
tanta negra iniquidad
que llenara mil historias.
Para evitar su castigo
el fingido nombre toma
2985
de don Fidel, ocultando
el suyo, que tanto asombra.
Indignado el Soberano
de su conducta alevosa,
que así con su ingratitud
2990
sus graves delitos colma,
quiso ver dónde llegaba
de su desvergüenza loca
el exceso, y me encargó
que le trajese, con sola
2995
la intención que reparase
los males que ustedes lloran.
La autoridad soberana
del Monarca le despoja
de la donación que usted
3000
(A DON SIMPLICIO.)
le hizo de su hacienda toda,
le restituye sus bienes,
y su clemencia perdona
la ofensa de haber guardado
con reserva misteriosa
3005
la fe a su amigo proscrito;
así el príncipe corona
el celo que por su causa
muestra usted en las discordias
civiles que nos agitan;
3010
que siempre su protectora
diestra ampara a quien le sirve,
y si en su alma grande poca
impresión hace el agravio,
el servicio no se borra.

JUANA
3015
¡Gracias al Cielo!

DOÑA TECLA
Ya aliento.

DOÑA ELVIRA
¡Qué suerte tan venturosa!

DOÑA PEPITA
¿Quién lo dijera?

DON SIMPLICIO
(A DON FIDEL, que el ALCALDE se lleva consigo.)
Anda, infame.

ESCENA VIII

DOÑA TECLA, DON SIMPLICIO, DOÑA ELVIRA, DOÑA PEPITA, DON PABLO, DON CARLOS, DON ALEJANDRO y JUANA.

DON PABLO
Mira, hermano, que deshonras
el triunfo con insultar
3020
a ese hombre; harto dolorosa
es su suerte; antes al Cielo
su perdón por él implora;
que arrepentido sus culpas
llore, porque pïadosa
3025
la bondad del Soberano
temple su castigo. Ahora
ve a dar las gracias de tantos
favores de que te colma
el Monarca, y a sus plantas
3030
reconocido te postra.

DON SIMPLICIO
Dices bien: vamos al punto
de su bondad generosa
a tributarle rendidas
gracias, y luego las bodas
3035
de Pepita dispondremos
con Carlos, que su amorosa
constancia de ser premiada
mucho ha que es merecedora.

FIN