Pedro Calderón de la Barca

La vida es sueño





Texto utilizado para esta edición digital:
Pedro Calderón de la Barca, La vida es sueño, Fausta Antonucci (ed.), Barcelona, Crítica, 2008.
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Romeu Guallart, Luis María (Artelope)

Personas que hablan en ella

Rosaura, dama
Segismundo, príncipe
Clotaldo, viejo
Estrella, infanta
Clarín, gracioso
Basilio, rey
Astolfo, príncipe
Guardas
Soldados
Músicos
criados
damas
Acompañamiento

NOTA - Los GUARDAS son los soldados que están en la torre custodiando a Segismundo. El texto solo habla de GUARDAS en el elenco, mientras que en el desarrollo de la obra se habla siempre de SOLDADOS, sea el caso que sea. Nosotros respetaremos externamente el texto en el que nos basamos -solo hablaremos de soldados-, pero internamente, en el XML-TEI, asociaremos los soldados de la torre a los GUARDAS y el resto de soldados a los SOLDADOS


Jornada I

Sale en lo alto de un monte Rosaura en hábito de hombre, de camino, y en representando los primeros versos va bajando.

Rosaura
Silva (tirada)
Hipogrifo violento,
que corriste parejas con el viento,
¿dónde, rayo sin llama,
pájaro sin matiz, pez sin escama
5
y bruto sin instinto
natural, al confuso laberinto
de esas desnudas peñas
te desbocas, te arrastras y despeñas?
Quédate en este monte,
10
donde tengan los brutos su Faetonte;
que yo, sin más camino
que el que me dan las leyes del destino,
ciega y desesperada,
bajaré la cabeza enmarañada
15
deste monte eminente
que abrasa al sol el ceño de la frente.
Mal, Polonia, recibes
a un estranjero, pues con sangre escribes
su entrada en tus arenas;
20
y apenas llega, cuando llega a penas.
Bien mi suerte lo dice;
mas ¿dónde halló piedad un infelice?

Sale Clarín, gracioso.

Clarín
Di dos, y no me dejes
en la posada a mí cuando te quejes;
25
que si dos hemos sido
los que de nuestra patria hemos salido
a probar aventuras,
dos los que entre desdichas y locuras
aquí habemos llegado,
30
y dos los que del monte hemos rodado,
¿no es razón que yo sienta
meterme en el pesar y no en la cuenta?

Rosaura
No quise darte parte
en mis quejas, Clarín, por no quitarte,
35
llorando tu desvelo,
el derecho que tienes al consuelo;
que tanto gusto había
en quejarse, un filósofo decía,
que, a trueco de quejarse,
40
habían las desdichas de buscarse.

Clarín
El filósofo era
un borracho barbón. ¡Oh, quién le diera
más de mil bofetadas!
Quejárase después de muy bien dadas.
45
Mas ¿qué haremos, señora,
a pie, solos, perdidos y a esta hora
en un desierto monte,
cuando se parte el sol a otro horizonte?

Rosaura
¿Quién ha visto sucesos tan estraños?
50
Mas si la vista no padece engaños
que hace la fantasía,
a la medrosa luz que aún tiene el día
me parece que veo
un edificio.

Clarín
O miente mi deseo,
55
o termino las señas.

Rosaura
Rústico nace entre desnudas peñas
un palacio tan breve
que el sol apenas a mirar se atreve;
con tan rudo artificio
60
la arquitectura está de su edificio,
que parece, a las plantas
de tantas rocas y de peñas tantas
que al sol tocan la lumbre,
peñasco que ha rodado de la cumbre.

Clarín
65
Vámonos acercando,
que éste es mucho mirar, señora, cuando
es mejor que la gente
que habita en ella, generosamente
nos admita.

Rosaura
La puerta
70
–mejor diré funesta boca– abierta
está, y desde su centro
nace la noche, pues la engendra dentro.

Suena ruido de cadenas.

Clarín
¡Qué es lo que escucho, cielo!

Rosaura
Inmóvil bulto soy de fuego y hielo.

Clarín
75
¿Cadenita hay que suena?
Mátenme, si no es galeote en pena;
bien mi temor lo dice.

Dentro Segismundo.

Segismundo
¡Ay mísero de mí! Y ¡ay infelice!

Rosaura
¡Qué triste voz escucho!
80
Con nuevas penas y tormentos lucho.

Clarín
Yo con nuevos temores.

Rosaura
Clarín...

Clarín
Señora...

Rosaura
Huigamos los rigores
desta encantada torre.

Clarín
Yo aun no tengo
ánimo de huir, cuando a eso vengo.

Rosaura
85
¿No es breve luz aquella
caduca exhalación, pálida estrella,
que en trémulos desmayos,
pulsando ardores y latiendo rayos,
hace más tenebrosa
90
la obscura habitación con luz dudosa?
Sí, pues a sus reflejos
puedo determinar –aunque de lejos–
una prisión obscura
que es de un vivo cadáver sepultura;
95
y, porque más me asombre,
en el traje de fiera yace un hombre
de prisiones cargado
y sólo de la luz acompañado.
Pues huir no podemos,
100
desde aquí sus desdichas escuchemos;
sepamos lo que dice.

Descúbrese Segismundo con una cadena y la luz, vestido de pieles.

Segismundo
¡Ay mísero de mí! Y ¡ay infelice!
Décima
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
105
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido:
bastante causa ha tenido
110
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Décima
Sólo quisiera saber,
para apurar mis desvelos,
115
–dejando a una parte, cielos,
el delito de nacer–
qué más os pude ofender,
para castigarme más.
¿No nacieron los demás?
120
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
Décima
Nace el ave, y con las galas
que le dan belleza suma,
125
apenas es flor de pluma
o ramillete con alas,
cuando las etéreas salas
corta con velocidad,
negándose a la piedad
130
del nido que deja en calma;
¿y, teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?
Décima
Nace el bruto, y con la piel
que dibujan manchas bellas,
135
apenas signo es de estrellas,
gracias al docto pincel,
cuando, atrevido y cruel,
la humana necesidad
le enseña a tener crueldad,
140
monstruo de su laberinto;
¿y yo, con mejor distinto,
tengo menos libertad?
Décima
Nace el pez, que no respira,
aborto de ovas y lamas,
145
y apenas, bajel de escamas,
sobre las ondas se mira,
cuando a todas partes gira,
midiendo la inmensidad
de tanta capacidad
150
como le da el centro frío;
¿y yo, con más albedrío,
tengo menos libertad?
Décima
Nace el arroyo, culebra
que entre flores se desata,
155
y apenas, sierpe de plata,
entre las flores se quiebra,
cuando músico celebra
de las flores la piedad,
que le dan la majestad,
160
el campo abierto a su huida;
¿y, teniendo yo más vida,
tengo menos libertad?
Décima
En llegando a esta pasión,
un volcán, un Etna hecho,
165
quisiera sacar del pecho
pedazos del corazón.
¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan suave,
170
excepción tan principal,
que Dios le ha dado a un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?

Rosaura
Décima
Temor y piedad en mí
sus razones han causado.

Segismundo
175
¿Quién mis voces ha escuchado?
¿Es Clotaldo?

Clarín
(Di que sí.)

Rosaura
No es sino un triste, ¡ay de mí!,
que en estas bóvedas frías
oyó tus melancolías.

Ásela

Segismundo
180
Pues la muerte te daré,
porque no sepas que sé
que sabes flaquezas mías.
Décima
Sólo porque me has oído,
entre mis membrudos brazos
185
te tengo de hacer pedazos.

Clarín
Yo soy sordo, y no he podido
escucharte.

Rosaura
Si has nacido
humano, baste el postrarme
a tus pies para librarme.

Segismundo
190
Tu voz pudo enternecerme,
tu presencia suspenderme
y tu respeto turbarme.
Décima
¿Quién eres? Que aunque yo aquí
tan poco del mundo sé,
195
que cuna y sepulcro fue
esta torre para mí;
y aunque desde que nací
–si esto es nacer– sólo advierto
este rústico desierto
200
donde miserable vivo,
siendo un esqueleto vivo,
siendo un animado muerto;
Décima
y aunque nunca vi ni hablé
sino a un hombre solamente
205
que aquí mis desdichas siente,
por quien las noticias sé
de cielo y tierra; y aunque
aquí, porque más te asombres
y monstruo humano me nombres,
210
entre asombros y quimeras
soy un hombre de las fieras
y una fiera de los hombres;
Décima
y aunque en desdichas tan graves
la política he estudiado,
215
de los brutos enseñado,
advertido de las aves,
y de los astros suaves
los círculos he medido,
tú, sólo tú, has suspendido
220
la pasión a mis enojos,
la suspensión a mis ojos,
la admiración al oído.
Décima
Con cada vez que te veo
nueva admiración me das,
225
y cuando te miro más,
aún más mirarte deseo.
Ojos hidrópicos creo
que mis ojos deben ser,
pues, cuando es muerte el beber,
230
beben más, y desta suerte,
viendo que el ver me da muerte,
estoy muriendo por ver.
Décima
Pero véate yo y muera;
que no sé, rendido ya,
235
si el verte muerte me da,
el no verte qué me diera.
Fuera más que muerte fiera,
ira, rabia y dolor fuerte:
fuera muerte; desta suerte
240
su rigor he ponderado,
pues dar vida a un desdichado
es dar a un dichoso muerte.

Rosaura
Décima
Con asombro de mirarte,
con admiración de oírte,
245
ni sé qué pueda decirte
ni qué pueda preguntarte.
Sólo diré que a esta parte
hoy el cielo me ha guiado
para haberme consolado,
250
si consuelo puede ser,
del que es desdichado, ver
a otro que es más desdichado.
Décima
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
255
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que comía.
«¿Habrá otro —entre sí decía—
más pobre y triste que yo?»
Y cuando el rostro volvió,
260
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.
Décima
Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía,
265
y cuando entre mí decía:
«¿Habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?»,
piadoso me has respondido;
pues, volviendo en mi sentido,
270
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.
Romance (tirada)
Y por si acaso mis penas
pueden aliviarte en parte,
275
óyelas atento, y toma
las que dellas me sobraren.
Yo soy...

Clotaldo
Dentro Clotaldo.
Guardas desta torre,
que, dormidas o cobardes,
disteis paso a dos personas
280
que han quebrantado la cárcel...

Rosaura
Nueva confusión padezco.

Segismundo
Éste es Clotaldo, mi alcaide.
Aún no acaban mis desdichas.

Clotaldo
(Dentro)
...acudid, y vigilantes,
285
sin que puedan defenderse,
o prendeldes o mataldes.

Todos
(Dentro)
¡Traición!

Clarín
Guardas desta torre,
que entrar aquí nos dejasteis,
pues que nos dais a escoger,
290
el prendernos es más fácil.

Sale Clotaldo con escopeta, y soldados, todos con los rostros cubiertos

Clotaldo
Todos os cubrid los rostros,
que es diligencia importante,
mientras estamos aquí,
que no nos conozca naide.

Clarín
295
¿Enmascaraditos hay?

Clotaldo
¡Oh vosotros, que, ignorantes,
de aqueste vedado sitio
coto y término pasasteis
contra el decreto del Rey,
300
que manda que no ose nadie
examinar el prodigio
que entre estos peñascos yace:
rendid las armas y vidas,
o aquesta pistola, áspid
305
de metal, escupirá
el veneno penetrante
de dos balas, cuyo fuego
será escándalo del aire!

Segismundo
Primero, tirano dueño,
310
que los ofendas y agravies,
será mi vida despojo
destos lazos miserables;
pues en ellos, vive Dios,
tengo de despedazarme
315
con las manos, con los dientes,
entre aquestas peñas, antes
que su desdicha consienta
y que llore sus ultrajes.

Clotaldo
Si sabes que tus desdichas,
320
Segismundo, son tan grandes
que antes de nacer moriste
por ley del cielo; si sabes
que aquestas prisiones son
de tus furias arrogantes
325
un freno que las detenga
y una rienda que las pare,
¿por qué blasonas? La puerta
cerrad desa estrecha cárcel;
escondelde en ella.

Ciérranle la puerta, y dice dentro:

Segismundo
¡Ah cielos,
330
qué bien hacéis en quitarme
la libertad! Porque fuera
contra vosotros gigante,
que, para quebrar al sol
esos vidrios y cristales,
335
sobre cimientos de piedra
pusiera montes de jaspe.

Clotaldo
Quizá porque no los pongas
hoy padeces tantos males.

Rosaura
Ya que vi que la soberbia
340
te ofendió tanto, ignorante
fuera en no pedirte humilde
vida que a tus plantas yace.
Muévate en mí la piedad;
que será rigor notable
345
que no hallen favor en ti
ni soberbias ni humildades.

Clarín
Y si Humildad y Soberbia
no te obligan, personajes
que han movido y removido
350
mil autos sacramentales,
yo, ni humilde ni soberbio,
sino entre las dos mitades
entreverado, te pido
que nos remedies y ampares.

Clotaldo
355
¡Hola!

Soldados
Señor...

Clotaldo
A los dos
quitad las armas y ataldes
los ojos, porque no vean
cómo ni de dónde salen.

Rosaura
Mi espada es ésta, que a ti
360
solamente ha de entregarse,
porque, al fin, de todos eres
el principal, y no sabe
rendirse a menos valor.

Clarín
La mía es tal, que puede darse
365
al más ruin: tomalda vos.

Rosaura
Y si he de morir, dejarte
quiero, en fe desta piedad,
prenda que pudo estimarse
por el dueño que algún día
370
se la ciñó. Que la guardes
te encargo, porque aunque yo
no sé qué secreto alcance,
sé que esta dorada espada
encierra misterios grandes;
375
pues sólo fiado en ella
vengo a Polonia a vengarme
de un agravio.

Clotaldo
(¡Santos cielos!
¿Qué es esto? Ya son más graves
mis penas y confusiones,
380
mis ansias y mis pesares.)
¿Quién te la dio?

Rosaura
Una mujer.

Clotaldo
¿Cómo se llama?

Rosaura
Que calle
su nombre es fuerza.

Clotaldo
¿De qué
infieres agora, o sabes,
385
que hay secreto en esta espada?

Rosaura
Quien me la dio, dijo: «Parte
a Polonia, y solicita
con ingenio, estudio o arte
que te vean esa espada
390
los nobles y principales;
que yo sé que alguno dellos
te favorezca y ampare»;
que, por si acaso era muerto,
no quiso entonces nombrarle.

Clotaldo
395
(¡Válgame el cielo! ¿Qué escucho?
Aún no sé determinarme
si tales sucesos son
ilusiones o verdades.
Esta espada es la que yo
400
dejé a la hermosa Violante,
por señas que el que ceñida
la trujera, había de hallarme
amoroso como hijo
y piadoso como padre.
405
Pues ¿qué he de hacer, ¡ay de mí!,
en confusión semejante,
si quien la trae por favor
para su muerte la trae,
pues que sentenciado a muerte
410
llega a mis pies? ¡Qué notable
confusión! ¡Qué triste hado!
¡Qué suerte tan inconstante!
Éste es mi hijo, y las señas
dicen bien con las señales
415
del corazón, que por verle
llama al pecho y en él bate
las alas, y no pudiendo
romper los candados, hace
lo que aquel que está encerrado,
420
y oyendo ruido en la calle
se arroja por la ventana;
y él así, como no sabe
lo que pasa y oye el ruido,
va a los ojos a asomarse,
425
que son ventanas del pecho,
por donde en lágrimas sale.
¿Qué he de hacer? ¡Válgame el cielo!
¿Qué he de hacer? Porque llevarle
al Rey es llevarle, ¡ay, triste!
430
a morir, pues ocultarle
al Rey no puedo, conforme
a la ley del homenaje.
De una parte el amor propio,
y la lealtad de otra parte,
435
me rinden. Pero ¿qué dudo?
¿La lealtad del Rey no es antes
que la vida y que el honor?
Pues ella viva y él falte.
Fuera de que, si ahora atiendo
440
a que dijo que a vengarse
viene de un agravio, hombre
que está agraviado es infame.
No es mi hijo, no es mi hijo,
ni tiene mi noble sangre.
445
Pero si ya ha sucedido
un peligro, de quien nadie
se libró, porque el honor
es de materia tan fácil
que con una acción se quiebra
450
o se mancha con un aire,
¿qué más puede hacer, qué más,
el que es noble, de su parte,
que a costa de tantos riesgos
haber venido a buscarle?
455
Mi hijo es, mi sangre tiene,
pues tiene valor tan grande.
Y así, entre una y otra duda,
el medio más importante
es irme al Rey y decirle
460
que es mi hijo, y que le mate.
Quizá la misma piedad
de mi honor podrá obligarle;
y si le merezco vivo,
yo le ayudaré a vengarse
465
de su agravio. Mas si el Rey,
en sus rigores constante,
le da muerte, morirá
sin saber que soy su padre.)
Venid conmigo, estranjeros.
470
No temáis, no, de que os falte
compañía en las desdichas;
pues en duda semejante
de vivir o de morir,
no sé cuáles son más grandes.

Vanse
Sale por una parte Astolfo con acompañamiento de soldados, y por otra Estrella con damas. Suena música

Astolfo
Quintilla
475
Bien, al ver los excelentes
rayos, que fueron cometas,
mezclan salvas diferentes
las cajas y las trompetas,
los pájaros y las fuentes,
Quintilla
480
siendo, con música igual
y con maravilla suma
a tu vista celestial,
unos, clarines de pluma,
y otras, aves de metal;
Quintilla
485
y así os saludan, señora,
como a su reina las balas,
los pájaros como a Aurora,
las trompetas como a Palas,
y las flores como a Flora,
Quintilla
490
porque sois, burlando el día
que ya la noche destierra,
Aurora en el alegría,
Flora en paz, Palas en guerra,
y reina en el alma mía.

Estrella
Quintilla
495
Si la voz se ha de medir
con las acciones humanas,
mal habéis hecho en decir
finezas tan cortesanas
donde os pueda desmentir
Quintilla
500
todo ese marcial trofeo,
con quien ya atrevida lucho;
pues no dicen, según creo,
las lisonjas que os escucho
con los rigores que veo.
Quintilla
505
Y advertid que es baja acción,
que sólo a una fiera toca,
madre de engaño y traición,
el halagar con la boca
y matar con la intención.

Astolfo
Quintilla
510
Muy mal informada estáis,
Estrella, pues que la fe
de mis finezas dudáis;
y os suplico que me oigáis
la causa, a ver si la sé.
Quintilla
515
Falleció Eustorgio tercero,
Rey de Polonia; quedó
Basilio por heredero
y dos hijas, de quien yo
y vos nacimos. No quiero
Quintilla
520
cansar con lo que no tiene
lugar aquí. Clorilene,
vuestra madre y mi señora,
que en mejor imperio agora
dosel de luceros tiene,
Quintilla
525
fue la mayor, de quien vos
sois hija. Fue la segunda,
madre y tía de los dos,
la gallarda Recisunda,
que guarde mil años Dios;
Quintilla
530
casó en Moscovia, de quien
nací yo. Volver agora
al otro principio es bien.
Basilio, que ya, señora,
se rinde al común desdén
Quintilla
535
del tiempo, más inclinado
a los estudios que dado
a mujeres, enviudó
sin hijos; y vos y yo
aspiramos a este estado.
Quintilla
540
Vos alegáis que habéis sido
hija de hermana mayor;
yo, que varón he nacido
y, aunque de hermana menor,
os debo ser preferido.
Quintilla
545
Vuestra intención y la mía
a nuestro tío contamos.
Él respondió que quería
componernos, y aplazamos
este puesto y este día.
Quintilla
550
Con esta intención salí
de Moscovia y de su tierra;
con ésta llegué hasta aquí,
en vez de haceros yo guerra,
a que me la hagáis a mí.
Quintilla
555
¡Oh, quiera Amor, sabio dios,
que el vulgo, astrólogo cierto,
hoy lo sea con los dos,
y que pare este concierto
en que seáis reina vos,
Quintilla
560
pero reina en mi albedrío,
dándoos, para más honor,
su corona nuestro tío,
sus triunfos vuestro valor,
y su imperio el amor mío!

Estrella
Quintilla
565
A tan cortés bizarría
menos mi pecho no muestra,
pues la imperial monarquía
para sólo hacerla vuestra
me holgara que fuese mía;
Quintilla
570
aunque no está satisfecho
mi amor de que sois ingrato,
si en cuanto decís sospecho
que os desmiente ese retrato
que está pendiente del pecho.

Astolfo
Quintilla
575
Satisfaceros intento
con él... Mas lugar no da
tanto sonoro instrumento,
que avisa que sale ya
el Rey con su parlamento.

Tocan, y sale el Rey Basilio, viejo y acompañamiento

Estrella
Quintilla
580
Sabio Tales...

Astolfo
Docto Euclides...

Estrella
que entre signos...

Astolfo
que entre estrellas...

Estrella
hoy gobiernas...

Astolfo
hoy resides...

Estrella
y sus caminos...

Astolfo
sus huellas...

Estrella
describes...

Astolfo
tasas y mides...

Estrella
Quintilla
585
deja que en humildes lazos...

Astolfo
deja que en tiernos abrazos...

Estrella
yedra dese tronco sea...

Astolfo
rendido a tus pies me vea.

Basilio
Sobrinos, dadme los brazos,
Quintilla
590
y creed, pues que leales
a mi precepto amoroso
venís con afectos tales,
que a nadie deje quejoso
y los dos quedéis iguales.
Quintilla
595
Y así, cuando me confieso
rendido al prolijo peso,
sólo os pido en la ocasión
silencio, que admiración
ha de pedirla el suceso.
Romance (tirada)
600
Ya sabéis –estadme atentos
amados sobrinos míos,
corte ilustre de Polonia,
vasallos, deudos y amigos–
ya sabéis que yo en el mundo
605
por mi ciencia he merecido
el sobrenombre de docto;
pues, contra el tiempo y olvido,
los pinceles de Timantes,
los mármoles de Lisipo,
610
en el ámbito del orbe
me aclaman el gran Basilio.
Ya sabéis que son las ciencias
que más curso y más estimo
matemáticas sutiles,
615
por quien al tiempo le quito,
por quien a la fama rompo
la juridición y oficio
de enseñar más cada día;
pues, cuando en mis tablas miro
620
presentes las novedades
de los venideros siglos,
le gano al tiempo las gracias
de contar lo que yo he dicho.
Esos círculos de nieve,
625
esos doseles de vidrio,
que el sol ilumina a rayos,
que parte la luna a giros,
esos orbes de diamantes,
esos globos cristalinos,
630
que las estrellas adornan
y que campean los signos,
son el estudio mayor
de mis años, son los libros
donde, en papel de diamante,
635
en cuadernos de zafiros,
escribe con líneas de oro,
en caracteres distintos,
el cielo nuestros sucesos
ya adversos o ya benignos.
640
Éstos leo tan veloz
que con mi espíritu sigo
sus rápidos movimientos
por rumbos y por caminos.
¡Pluguiera al cielo, primero
645
que mi ingenio hubiera sido
de sus márgenes comento
y de sus hojas registro,
hubiera sido mi vida
el primero desperdicio
650
de sus iras, y que en ellas
mi tragedia hubiera sido!
Porque de los infelices
aun el mérito es cuchillo;
que a quien le daña el saber
655
homicida es de sí mismo.
Dígalo yo, aunque mejor
lo dirán sucesos míos,
para cuya admiración
otra vez silencio os pido.
660
En Clorilene, mi esposa,
tuve un infelice hijo,
en cuyo parto los cielos
se agotaron de prodigios,
antes que a la luz hermosa
665
le diese el sepulcro vivo
de un vientre, porque el nacer
y el morir son parecidos.
Su madre infinitas veces,
entre ideas y delirios
670
del sueño, vio que rompía
sus entrañas, atrevido,
un monstruo en forma de hombre,
y entre su sangre teñido
le daba muerte naciendo,
675
víbora humana del siglo.
Llegó de su parto el día,
y los presagios cumplidos
–porque tarde o nunca son
mentirosos los impíos–,
680
nació en horóscopo tal
que el sol, en su sangre tinto,
entraba sañudamente
con la luna en desafío;
y, siendo valla la tierra,
685
los dos faroles divinos
a luz entera luchaban,
ya que no a brazo partido.
El mayor, el más horrendo
eclipse que ha padecido
690
el sol después que con sangre
lloró la muerte de Cristo,
éste fue, porque, anegado
el orbe entre incendios vivos,
presumió que padecía
695
el último parasismo.
Los cielos se escurecieron,
temblaron los edificios,
llovieron piedras las nubes,
corrieron sangre los ríos.
700
En este mísero, en este
mortal planeta o signo
nació Segismundo, dando
de su condición indicios
pues dio la muerte a su madre;
705
con cuya fiereza dijo:
«Hombre soy, pues que ya empiezo
a pagar mal beneficios».
Yo, acudiendo a mis estudios,
en ellos y en todo miro
710
que Segismundo sería
el hombre más atrevido,
el príncipe más cruel
y el monarca más impío,
por quien su reino vendría
715
a ser parcial y diviso,
escuela de las traiciones
y academia de los vicios;
y él, de su furor llevado,
entre asombros y delitos,
720
había de poner en mí
las plantas, y yo rendido
a sus pies me había de ver
–¡con qué congoja lo digo!–,
siendo alfombra de sus plantas
725
las canas del rostro mío.
¿Quién no da crédito al daño,
y más al daño que ha visto
en su estudio, donde hace
el amor propio su oficio?
730
Pues, dando crédito yo
a los hados, que adivinos
me pronosticaban daños
en fatales vaticinios,
determiné de encerrar
735
la fiera que había nacido,
por ver si el sabio tenía
en las estrellas dominio.
Publicose que el Infante
nació muerto; y, prevenido,
740
hice labrar una torre
entre las peñas y riscos
desos montes, donde apenas
la luz ha hallado camino,
por defenderle la entrada
745
sus rústicos obeliscos.
Las graves penas y leyes,
que con públicos editos
declararon que ninguno
entrase a un vedado sitio
750
del monte, se ocasionaron
de las causas que os he dicho.
Allí Segismundo vive
mísero, pobre y cautivo,
adonde solo Clotaldo
755
le ha hablado, tratado y visto.
Éste le ha enseñado ciencias;
éste en la ley le ha instruido
católica, siendo solo
de sus miserias testigo.
760
Aquí hay tres cosas: la una
que yo, Polonia, os estimo
tanto que os quiero librar
de la opresión y servicio
de un rey tirano, porqué
765
no fuera señor benigno
el que a su patria y su imperio
pusiera en tanto peligro.
La otra es considerar
que, si a mi sangre le quito
770
el derecho que le dieron
humano fuero y divino,
no es cristiana caridad;
pues ninguna ley ha dicho
que, por reservar yo a otro
775
de tirano y de atrevido,
pueda yo serlo, supuesto
que, si es tirano mi hijo,
porque él delitos no haga
vengo yo a hacer los delitos.
780
Es la última y tercera
el ver cuánto yerro ha sido
dar crédito fácilmente
a los sucesos previstos;
pues, aunque su inclinación
785
le dicte sus precipicios,
quizá no le vencerán,
porque el hado más esquivo,
la inclinación más violenta,
el planeta más impío,
790
sólo el albedrío inclinan,
no fuerzan el albedrío.
Y así, entre una y otra causa
vacilante y discursivo,
previne un remedio tal
795
que os suspenda los sentidos:
yo he de ponerle mañana,
sin que él sepa que es mi hijo
y rey vuestro, a Segismundo
–que aqueste su nombre ha sido–
800
en mi dosel, en mi silla,
y, en fin, en el lugar mío,
donde os gobierne y os mande
y donde todos rendidos
la obediencia le juréis;
805
pues con aquesto consigo
tres cosas, con que respondo
a las otras tres que he dicho.
Es la primera, que siendo
prudente, cuerdo y benigno,
810
desmintiendo en todo al hado
que dél tantas cosas dijo,
gozaréis el natural
príncipe vuestro, que ha sido
cortesano de unos montes
815
y de sus fieras vecino.
Es la segunda, que si él,
soberbio, osado, atrevido
y cruel, con rienda suelta
corre el campo de sus vicios,
820
habré yo piadoso entonces
con mi obligación cumplido;
y luego en desposeerle
haré como rey invicto,
siendo el volverle a la cárcel
825
no crueldad, sino castigo.
Es la tercera, que siendo
el príncipe como os digo,
por lo que os amo, vasallos,
os daré reyes más dignos
830
de la corona y el cetro,
pues serán mis dos sobrinos;
juntando en uno el derecho
de los dos, y convenidos
con la fe del matrimonio,
835
tendrán lo que han merecido.
Esto como rey os mando,
esto como padre os pido,
esto como sabio os ruego,
esto como anciano os digo;
840
y si el Séneca español,
que era humilde esclavo, dijo,
de su república un rey,
como esclavo os lo suplico.

Astolfo
Si a mí el responder me toca,
845
como el que en efeto ha sido
aquí el más interesado,
en nombre de todos digo
que Segismundo parezca,
pues le basta ser tu hijo.

Todos
850
Danos al príncipe nuestro,
que ya por rey le pedimos.

Basilio
Vasallos, esa fineza
os agradezco y estimo.
Acompañad a sus cuartos
855
a los dos atlantes míos,
que mañana le veréis.

Todos
¡Viva el grande rey Basilio!

Éntranse todos
Antes que se entre el Rey sale Clotaldo, Rosaura y Clarín, y detiene al Rey

Clotaldo
¿Podrete hablar?

Basilio
¡Oh Clotaldo,
tú seas muy bien venido!

Clotaldo
860
Aunque viniendo a tus plantas
es fuerza el haberlo sido,
esta vez rompe, señor,
el hado triste y esquivo
el privilegio a la ley
865
y a la costumbre el estilo.

Basilio
¿Qué tienes?

Clotaldo
Una desdicha,
señor, que me ha sucedido,
cuando pudiera tenerla
por el mayor regocijo.

Basilio
870
Prosigue.

Clotaldo
Este bello joven,
osado o inadvertido,
entró en la torre, señor,
adonde al Príncipe ha visto,
y es...

Basilio
No te aflijas, Clotaldo.
875
Si otro día hubiera sido
confieso que lo sintiera;
pero ya el secreto he dicho
y no importa que él lo sepa,
supuesto que yo lo digo.
880
Vedme después, porque tengo
muchas cosas que advertiros
y muchas que hagáis por mí;
que habéis de ser, os aviso,
instrumento del mayor
885
suceso que el mundo ha visto.
Y a esos presos, porque al fin
no presumáis que castigo
descuidos vuestros, perdono.

Vase.

Clotaldo
¡Vivas, gran señor, mil siglos!
890
(Mejoró el cielo la suerte.
Ya no diré que es mi hijo,
pues que lo puedo escusar.)
Estranjeros peregrinos,
libres estáis.

Rosaura
Tus pies beso
895
mil veces.

Clarín
Y yo los viso,
que una letra más a menos
no reparan dos amigos.

Rosaura
La vida, señor, me has dado;
y pues a tu cuenta vivo,
900
eternamente seré
esclavo tuyo.

Clotaldo
No ha sido
vida la que yo te he dado,
porque un hombre bien nacido,
si está agraviado, no vive;
905
y supuesto que has venido
a vengarte de un agravio,
según tú propio me has dicho,
no te he dado vida yo,
porque tú no la has traído:
910
que vida infame no es vida.

Rosaura
(Bien con aquesto le animo.)
Confieso que no la tengo,
aunque de ti la recibo;
pero yo con la venganza
915
dejaré mi honor tan limpio
que pueda mi vida luego,
atropellando peligros,
parecer dádiva tuya.

Clotaldo
Toma el acero bruñido
920
que trujiste; que yo sé
que él baste, en sangre teñido
de tu enemigo, a vengarte;
porque acero que fue mío
–digo este instante, este rato
925
que en mi poder le he tenido–
sabrá vengarte.

Rosaura
En tu nombre
segunda vez me le ciño,
y en él juro mi venganza,
aunque fuese mi enemigo
930
más poderoso.

Clotaldo
¿Eslo mucho?

Rosaura
Tanto que no te lo digo;
no porque de tu prudencia
mayores cosas no fío,
sino porque no se vuelva
935
contra mí el favor que admiro
en tu piedad.

Clotaldo
Antes fuera
ganarme a mí con decirlo;
pues fuera cerrarme el paso
de ayudar a tu enemigo.
940
Aparte
(¡Oh, si supiera quién es!)

Rosaura
Porque no pienses que estimo
tan poco esa confianza,
sabe que el contrario ha sido
no menos que Astolfo, duque
945
de Moscovia.

Clotaldo
Aparte
(Mal resisto
el dolor, porque es más grave
que fue imaginado, visto.
Apuremos más el caso.)
Si moscovita has nacido,
950
el que es natural señor
mal agraviarte ha podido.
Vuélvete a tu patria, pues,
y deja el ardiente brío
que te despeña.

Rosaura
Yo sé
955
que, aunque mi príncipe ha sido,
pudo agraviarme.

Clotaldo
No pudo,
aunque pusiera, atrevido,
la mano en tu rostro.

Rosaura
(¡Ay cielos!)
Mayor fue el agravio mío.

Clotaldo
960
Dilo ya, pues que no puedes
decir más que yo imagino.

Rosaura
Sí dijera; mas no sé
con qué respeto te miro,
con qué afecto te venero,
965
con qué estimación te asisto,
que no me atrevo a decirte
que es este exterior vestido
enigma, pues no es de quien
parece. Juzga advertido,
970
si no soy lo que parezco,
y Astolfo a casarse vino
con Estrella, si podrá
agraviarme. Harto te he dicho.

Vanse Rosaura y Clarín

Clotaldo
¡Escucha, aguarda, detente!
975
¿Qué confuso laberinto
es éste, donde no puede
hallar la razón el hilo?
Mi honor es el agraviado,
poderoso el enemigo,
980
yo vasallo, ella mujer.
Descubra el cielo camino;
aunque no sé si podrá,
cuando, en tan confuso abismo,
es todo el cielo un presagio
985
y es todo el mundo un prodigio.


Jornada II

Salen el Rey Basilio y Clotaldo

Clotaldo
Romance (tirada)
Todo, como lo mandaste,
queda efetuado.

Basilio
Cuenta,
Clotaldo, cómo pasó.

Clotaldo
Fue, señor, desta manera.
990
Con la apacible bebida
que de confecciones llena
hacer mandaste, mezclando
la virtud de algunas hierbas,
cuyo tirano poder
995
y cuya secreta fuerza
así el humano discurso
priva, roba y enajena
que deja vivo cadáver
a un hombre, y cuya violencia,
1000
adormecido, le quita
los sentidos y potencias...
No tenemos que argüir
que aquesto posible sea,
pues tantas veces, señor,
1005
nos ha dicho la experiencia,
y es cierto, que de secretos
naturales está llena
la medicina, y no hay
animal, planta ni piedra
1010
que no tenga calidad
determinada; y si llega
a examinar mil venenos
la humana malicia nuestra
que den la muerte, ¿qué mucho
1015
que, templada su violencia,
pues hay venenos que maten,
haya venenos que aduerman?
Dejando aparte el dudar
si es posible que suceda,
1020
pues que ya queda probado
con razones y evidencias,
con la bebida, en efeto,
que el opio, la adormidera
y el beleño compusieron,
1025
bajé a la cárcel estrecha
de Segismundo; con él
hablé un rato de las letras
humanas que le ha enseñado
la muda naturaleza
1030
de los montes y los cielos,
en cuya divina escuela
la retórica aprendió
de las aves y las fieras.
Para levantarle más
1035
el espíritu a la empresa
que solicitas, tomé
por asumpto la presteza
de un águila caudalosa
que, despreciando la esfera
1040
del viento, pasaba a ser,
en las regiones supremas
del fuego, rayo de pluma
o desasido cometa.
Encarecí el vuelo altivo,
1045
diciendo: «Al fin eres reina
de las aves, y así a todas
es justo que te prefieras».
Él no hubo menester más,
que, en tocando esta materia
1050
de la majestad, discurre
con ambición y soberbia
–porque en efeto la sangre
le incita, mueve y alienta
a cosas grandes–, y dijo:
1055
«¡Que en la república inquieta
de las aves también haya
quien les jure la obediencia!
En llegando a este discurso,
mis desdichas me consuelan,
1060
pues, por lo menos, si estoy
sujeto, lo estoy por fuerza,
porque voluntariamente
a otro hombre no me rindiera».
Viéndole ya enfurecido
1065
con esto, que ha sido el tema
de su dolor, le brindé
con la pócima, y apenas
pasó desde el vaso al pecho
el licor, cuando las fuerzas
1070
rindió al sueño, discurriendo
por los miembros y las venas
un sudor frío, de modo
que, a no saber yo que era
muerte fingida, dudara
1075
de su vida. En esto llegan
las gentes de quien tú fías
el valor desta experiencia,
y, poniéndole en un coche,
hasta tu cuarto le llevan,
1080
donde prevenida estaba
la majestad y grandeza
que es digna de su persona.
Allí en tu cama le acuestan,
donde, al tiempo que el letargo
1085
haya perdido la fuerza,
como a ti mismo, señor,
le sirvan, que así lo ordenas.
Y si haberte obedecido
te obliga a que yo merezca
1090
galardón, sólo te pido
–perdona mi inadvertencia–
que me digas qué es tu intento,
trayendo desta manera
a Segismundo a palacio.

Basilio
1095
Clotaldo, muy justa es esa
duda que tienes, y quiero
sólo a vos satisfacerla.
A Segismundo, mi hijo,
el influjo de su estrella
1100
–vos lo sabéis– amenaza
mil desdichas y tragedias.
Quiero examinar si el cielo,
–que no es posible que mienta,
y más habiéndonos dado
1105
de su rigor tantas muestras
en su cruel condición –
o se mitiga o se templa
por lo menos, y, vencido
con valor y con prudencia,
1110
se desdice, porque el hombre
predomina en las estrellas.
Esto quiero examinar,
trayéndole donde sepa
que es mi hijo y donde haga
1115
de su talento la prueba.
Si magnánimo se vence,
reinará; pero, si muestra
el ser cruel y tirano,
le volveré a su cadena.
1120
Agora preguntarás
que, para aquesta experiencia,
¿qué importó haberle traído
dormido desta manera?
Y quiero satisfacerte,
1125
dándote a todo respuesta.
Si él supiera que es mi hijo
hoy, y mañana se viera
segunda vez reducido
a su prisión y miseria,
1130
cierto es de su condición
que desesperara en ella;
porque, sabiendo quién es,
¿qué consuelo habrá que tenga?
Y así he querido dejar
1135
abierta al daño esta puerta
del decir que fue soñado
cuanto vio. Con esto llegan
a examinarse dos cosas:
su condición la primera,
1140
pues él despierto procede
en cuanto imagina y piensa;
y el consuelo la segunda,
pues aunque agora se vea
obedecido, y después
1145
a sus prisiones se vuelva,
podrá entender que soñó;
y hará bien cuando lo entienda,
porque en el mundo, Clotaldo,
todos los que viven sueñan.

Clotaldo
1150
Razones no me faltaran
para probar que no aciertas.
Mas ya no tiene remedio;
y, según dicen las señas,
parece que ha despertado
1155
y hacia nosotros se acerca.

Basilio
Yo me quiero retirar.
Tú, como ayo suyo, llega,
y de tantas confusiones
como su discurso cercan
1160
le saca con la verdad.

Clotaldo
En fin, ¿que me das licencia
para que lo diga?

Basilio
Sí;
que podrá ser, con saberla,
que, conocido el peligro,
1165
más fácilmente se venza.

Vase, y sale Clarín

Clarín
(A costa de cuatro palos
que el llegar aquí me cuesta
de un alabardero rubio
que barbó de su librea,
1170
tengo de ver cuanto pasa;
que no hay ventana más cierta
que aquella que, sin rogar
a un ministro de boletas,
un hombre se trae consigo;
1175
pues para todas las fiestas,
despojado y despejado,
se asoma a su desvergüenza.)

Clotaldo
Este es Clarín, el criado
de aquella, ¡ay cielos!, de aquella
1180
que, tratante de desdichas,
pasó a Polonia mi afrenta.
Clarín, ¿qué hay de nuevo?

Clarín
Hay,
señor, que tu gran clemencia,
dispuesta a vengar agravios
1185
de Rosaura, la aconseja
que tome su propio traje.

Clotaldo
Y es bien, porque no parezca
liviandad.

Clarín
Hay que, mudando
su nombre y tomando, cuerda,
1190
nombre de sobrina tuya,
hoy tanto honor se acrecienta
que dama en palacio ya
de la singular Estrella
vive.

Clotaldo
Es bien que de una vez
1195
tome su honor por mi cuenta.

Clarín
Hay que ella se está esperando
que ocasión y tiempo venga
en que vuelvas por su honor.

Clotaldo
Prevención segura es ésa;
1200
que al fin el tiempo ha de ser
quien haga esas diligencias.

Clarín
Hay que ella está regalada,
servida como una reina,
en fe de sobrina tuya,
1205
y hay que, viniendo con ella,
estoy yo muriendo de hambre,
y naide de mí se acuerda;
sin mirar que soy Clarín,
y que si el tal Clarín suena
1210
podrá decir cuanto pasa
al Rey, a Astolfo y a Estrella,
porque Clarín y criado
son dos cosas que se llevan
con el secreto muy mal;
1215
y podrá ser, si me deja
el silencio de su mano,
se cante por mí esta letra:
«Clarín que rompe el albor
no suena mejor».

Clotaldo
1220
Tu queja está bien fundada;
yo satisfaré tu queja,
y en tanto, sírveme a mí.

Clarín
Pues ya Segismundo llega.

Salen músicos cantando, y criados, dando de vestir a Segismundo, que sale como asombrado

Segismundo
Redondilla
¡Válgame el cielo!, ¿qué veo?
1225
¡Válgame el cielo!, ¿qué miro?
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.
Redondilla
¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
1230
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?
Redondilla
¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
1235
que me sirva de vestir?
Redondilla
Decir que sueño es engaño:
bien sé que despierto estoy.
¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño;
Redondilla
1240
decidme: ¿qué pudo ser
esto que a mi fantasía
sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?
Redondilla
Pero, sea lo que fuere,
1245
¿quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir
y venga lo que viniere.

[Criado] 2
Redondilla
¡Qué melancólico está!

[Criado] 1
Pues ¿a quién le sucediera
1250
esto, que no lo estuviera?

Clarín
A mí.

[Criado] 2
Llega a hablarle ya.

[Criado] 1
¿Volverán a cantar?

Segismundo
Redondilla
No,
no quiero que canten más.

[Criado] 2
Como tan suspenso estás,
1255
quise divertirte.

Segismundo
Yo
Redondilla
no tengo de divertir
con sus voces mis pesares;
las músicas militares
sólo he gustado de oír.

Clotaldo
Redondilla
1260
Vuestra Alteza, gran señor,
me dé su mano a besar;
que el primero le ha de dar
esta obediencia mi honor.

Segismundo
Redondilla
(Clotaldo es; pues ¿cómo así
1265
quien en prisión me maltrata
con tal respeto me trata?
¿Qué es lo que pasa por mí?)

Clotaldo
Redondilla
Con la grande confusión
que el nuevo estado te da,
1270
mil dudas padecerá
el discurso y la razón.
Redondilla
Pero ya librarte quiero
de todas, si puede ser,
porque has, señor, de saber
1275
que eres príncipe heredero
Redondilla
de Polonia. Si has estado
retirado y escondido,
por obedecer ha sido
a la inclemencia del hado,
Redondilla
1280
que mil tragedias consiente
a este imperio, cuando en él
el soberano laurel
corone tu augusta frente.
Redondilla
Mas, fiando a tu atención
1285
que vencerás las estrellas,
porque es posible vencellas
a un magnánimo varón,
Redondilla
a palacio te han traído
de la torre en que vivías,
1290
mientras al sueño tenías
el espíritu rendido.
Redondilla
Tu padre, el Rey mi señor,
vendrá a verte, y dél sabrás,
Segismundo, lo demás.

Segismundo
1295
Pues vil, infame y traidor,
Redondilla
¿qué tengo más que saber,
después de saber quién soy,
para mostrar desde hoy
mi soberbia y mi poder?
Redondilla
1300
¿Cómo a tu patria le has hecho
tal traición, que me ocultaste
a mí, pues que me negaste,
contra razón y derecho,
Redondilla
este estado?

Clotaldo
¡Ay de mí triste!

Segismundo
1305
Traidor fuiste con la ley,
lisonjero con el Rey,
y cruel conmigo fuiste;
Redondilla
y así el Rey, la ley y yo,
entre desdichas tan fieras,
1310
te condenan a que mueras
a mis manos.

Criado 2
Señor...

Segismundo
No
Redondilla
me estorbe nadie, que es vana
diligencia; y ¡vive Dios!
si os ponéis delante vos,
1315
que os eche por la ventana.

Criado 1
Redondilla
Huye, Clotaldo.

Clotaldo
¡Ay de ti,
que soberbia vas mostrando
sin saber que estás soñando!

Vase

[Criado] 2
Advierte...

Segismundo
Apartad de aquí.

[Criado] 2
Redondilla
1320
...que a su Rey obedeció.

Segismundo
En lo que no es justa ley
no ha de obedecer al Rey;
y su Príncipe era yo.

[Criado] 2
Redondilla
Él no debió examinar
1325
si era bien hecho o mal hecho.

Segismundo
Que estáis mal con vos, sospecho,
pues me dais que replicar.

Clarín
Redondilla
Dice el Príncipe muy bien,
y vos hicistes muy mal.

[Criado] 1
1330
¿Quién os dio licencia igual?

Clarín
Yo me la he tomado.

Segismundo
¿Quién
Redondilla
eres tú? Di.

Clarín
Entremetido,
y deste oficio soy jefe,
porque soy el mequetrefe
1335
mayor que se ha conocido.

Segismundo
Redondilla
Tú solo en tan nuevos mundos
me has agradado.

Clarín
Señor,
soy un grande agradador
de todos los Segismundos.

Sale Astolfo

Astolfo
Redondilla
1340
¡Feliz mil veces el día,
oh Príncipe, que os mostráis,
sol de Polonia, y llenáis
de resplandor y alegría
Redondilla
todos estos horizontes
1345
con tan divino arrebol,
pues que salís como el sol
de debajo de los montes!
Redondilla
Salid, pues, y aunque tan tarde
se corona vuestra frente
1350
del laurel resplandeciente,
tarde muera.

Segismundo
Dios os guarde.

Astolfo
Redondilla
El no haberme conocido
sólo por disculpa os doy
de no honrarme más. Yo soy
1355
Astolfo, duque he nacido
Redondilla
de Moscovia y primo vuestro;
haya igualdad en los dos.

Segismundo
Si digo que os guarde Dios,
¿bastante agrado no os muestro?
Redondilla
1360
Pero ya que, haciendo alarde
de quien sois, desto os quejáis,
otra vez que me veáis
le diré a Dios que no os guarde.

Criado 2
Redondilla
(A Astolfo)
Vuestra Alteza considere
1365
que como en montes nacido
con todos ha procedido.
(A Segismundo)
Astolfo, señor, prefiere...

Segismundo
Redondilla
Cansome como llegó
grave a hablarme, y lo primero
1370
que hizo, se puso el sombrero.

Criado 2
Es grande.

Segismundo
Mayor soy yo.

Criado 2
Redondilla
Con todo eso, entre los dos
que haya más respeto es bien
que entre los demás.

Segismundo
¿Y quién
1375
os mete conmigo a vos?

Sale Estrella

Estrella
Redondilla
Vuestra Alteza, señor, sea
muchas veces bien venido
al dosel, que agradecido
le recibe y le desea,
Redondilla
1380
adonde, a pesar de engaños,
viva augusto y eminente,
donde su vida se cuente
por siglos, y no por años.

Segismundo
Redondilla
Dime tú, agora, ¿quién es
1385
esta beldad soberana?
¿Quién es esta diosa humana,
a cuyos divinos pies
Redondilla
postra el cielo su arrebol?
¿Quién es esta mujer bella?

Clarín
1390
Es, señor, tu prima Estrella.

Segismundo
Mejor dijeras el sol.
Redondilla
Aunque el parabién es bien
darme del bien que conquisto,
de sólo haberos hoy visto
1395
os admito el parabién;
Redondilla
y así, del llegarme a ver
con el bien que no merezco
el parabién agradezco,
Estrella, que amanecer
Redondilla
1400
podéis, y dar alegría
al más luciente farol.
¿Qué dejáis que hacer al sol,
si os levantáis con el día?
Redondilla
Dadme a besar vuestra mano,
1405
en cuya copa de nieve
el aura candores bebe.

Estrella
Sed más galán cortesano.

Astolfo
Redondilla
(Si él toma la mano, yo
soy perdido.)

[Criado] 2
(El pesar sé
1410
de Astolfo, y le estorbaré.)
Advierte, señor, que no
Redondilla
es justo atreverte así,
y estando Astolfo...

Segismundo
¿No digo
que vos no os metáis conmigo?

[Criado] 2
1415
Digo lo que es justo.

Segismundo
A mí
Redondilla
todo eso me causa enfado.
Nada me parece justo
en siendo contra mi gusto.

[Criado] 2
Pues yo, señor, he escuchado
Redondilla
1420
de ti que en lo justo es bien
obedecer y servir.

Segismundo
También oíste decir
que por un balcón, a quien
Redondilla
me canse, sabré arrojar.

Criado 2
1425
Con los hombres como yo
no puede hacerse eso.

Segismundo
¿No?
¡Por Dios, que lo he de probar!

Cógele en los brazos y éntrase, y todos tras él, y torna a salir

Astolfo
Redondilla
¿Qué es esto que llego a ver?

Estrella
¡Llegad todos a ayudar!

Vase

Segismundo
1430
Cayó del balcón al mar:
¡vive Dios que pudo ser!

Astolfo
Redondilla
Pues medid con más espacio
vuestras acciones severas,
que lo que hay de hombres a fieras
1435
hay desde un monte a palacio.

Segismundo
Redondilla
Pues en dando tan severo
en hablar con entereza,
quizá no hallaréis cabeza
en que se os tenga el sombrero.

Vase Astolfo y sale el Rey

Basilio
1440
¿Qué ha sido esto?

Segismundo
Redondilla
Nada ha sido.
A un hombre que me ha cansado
de ese balcón he arrojado.

Clarín
(Que es el Rey está advertido.)

Basilio
Redondilla
¿Tan presto una vida cuesta
1445
tu venida el primer día?

Segismundo
Díjome que no podía
hacerse, y gané la apuesta.

Basilio
Redondilla
Pésame mucho que cuando,
Príncipe, a verte he venido,
1450
pensando hallarte advertido,
de hados y estrellas triunfando,
Redondilla
con tanto rigor te vea,
y que la primera acción
que has hecho en esta ocasión
1455
un grave homicidio sea.
Redondilla
¿Con qué amor llegar podré
a darte agora mis brazos,
si de sus soberbios lazos
que están enseñados sé
Redondilla
1460
a dar muertes? ¿Quién llegó
a ver desnudo el puñal
que dio una herida mortal,
que no temiese? ¿Quién vio
Redondilla
sangriento el lugar adonde
1465
a otro hombre dieron muerte,
que no sienta? Que el más fuerte
a su natural responde.
Redondilla
Yo así, que en tus brazos miro
desta muerte el instrumento,
1470
y miro el lugar sangriento,
de tus brazos me retiro;
Redondilla
y aunque en amorosos lazos
ceñir tu cuello pensé,
sin ellos me volveré,
1475
que tengo miedo a tus brazos.

Segismundo
Redondilla
Sin ellos me podré estar
como me he estado hasta aquí,
que un padre que contra mí
tanto rigor sabe usar,
Redondilla
1480
que con condición ingrata
de su lado me desvía,
como a una fiera me cría
y como a un monstruo me trata,
Redondilla
y mi muerte solicita,
1485
de poca importancia fue
que los brazos no me dé,
cuando el ser de hombre me quita.

Basilio
Redondilla
Al cielo y a Dios pluguiera
que a dártele no llegara,
1490
pues ni tu voz escuchara
ni tu atrevimiento viera.

Segismundo
Redondilla
Si no me le hubieras dado
no me quejara de ti,
pero, una vez dado, sí,
1495
por habérmele quitado;
Redondilla
que aunque el dar el acción es
más noble y más singular,
es mayor bajeza el dar
para quitarlo después.

Basilio
Redondilla
1500
¡Bien me agradeces el verte,
de un humilde y pobre preso,
príncipe ya!

Segismundo
Pues en eso
¿qué tengo que agradecerte?
Redondilla
Tirano de mi albedrío,
1505
si viejo y caduco estás
muriéndote, ¿qué me das?
¿Dasme más de lo que es mío?
Redondilla
Mi padre eres y mi rey;
luego toda esta grandeza
1510
me da la naturaleza
por derechos de su ley.
Redondilla
Luego, aunque esté en este estado,
obligado no te quedo,
y pedirte cuentas puedo
1515
del tiempo que me has quitado
Redondilla
libertad, vida y honor;
y así, agradéceme a mí
que yo no cobre de ti,
pues eres tú mi deudor.

Basilio
Redondilla
1520
Bárbaro eres y atrevido;
cumplió su palabra el cielo;
y así, para él mismo apelo,
¡soberbio, desvanecido!
Redondilla
Y aunque sepas ya quién eres
1525
y desengañado estés,
y aunque en un lugar te ves
donde a todos te prefieres,
Redondilla
mira bien lo que te advierto:
que seas humilde y blando,
1530
porque quizá estás soñando
aunque ves que estás despierto.

Vase

Segismundo
Redondilla
¿Que quizá soñando estoy
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
1535
lo que he sido y lo que soy.
Redondilla
Y aunque agora te arrepientas,
poco remedio tendrás;
sé quién soy, y no podrás,
aunque suspires y sientas,
Redondilla
1540
quitarme el haber nacido
desta corona heredero.
Y si me viste primero
a las prisiones rendido
Redondilla
fue porque ignoré quién era;
1545
pero ya informado estoy
de quién soy, y sé que soy
un compuesto de hombre y fiera.

Sale Rosaura, dama

Rosaura
Silva (tirada)
(Siguiendo a Estrella vengo,
y gran temor de hallar a Astolfo tengo,
1550
que Clotaldo desea
que no sepa quién soy y no me vea,
porque dice que importa al honor mío;
y de Clotaldo fío
su efeto, pues le debo, agradecida,
1555
aquí el amparo de mi honor y vida.)

Clarín
¿Qué es lo que te ha agradado
más de cuanto hoy has visto y admirado?

Segismundo
Nada me ha suspendido,
que todo lo tenía prevenido;
1560
mas si admirar hubiera
algo en el mundo, la hermosura fuera
de la mujer. Leía
una vez, en los libros que tenía,
que lo que a Dios mayor estudio debe
1565
era el hombre, por ser un mundo breve;
mas ya que lo es recelo
la mujer, pues ha sido un breve cielo,
y más beldad encierra
que el hombre, cuanto va de cielo a tierra;
1570
y más si es la que miro.

Rosaura
(El Príncipe está aquí; yo me retiro.)

Segismundo
Oye, mujer, detente:
no juntes el ocaso y el oriente
huyendo al primer paso;
1575
que juntando el oriente y el ocaso,
la lumbre y sombra fría,
serás sin duda síncopa del día.
(Pero ¿qué es lo que veo?)

Rosaura
(Lo mismo que estoy viendo, dudo y creo.)

Segismundo
1580
(Yo he visto esta belleza
otra vez.)

Rosaura
(Yo, esta pompa, esta grandeza
he visto reducida
a una estrecha prisión.)

Segismundo
(Ya hallé mi vida.)
Mujer, que aqueste nombre
1585
es el mejor requiebro para el hombre,
¿quién eres, que sin verte
adoración me debes, y de suerte
por la fe te conquisto
que me persuado a que otra vez te he visto?
1590
¿Quién eres, mujer bella?

Rosaura
(Disimular me importa.) Soy de Estrella
una infelice dama.

Segismundo
No digas tal; di el sol, a cuya llama
aquella estrella vive,
1595
pues de tus rayos resplandor recibe.
Yo vi, en reino de olores,
que presidía entre comunes flores
la deidad de la rosa,
y era su emperatriz por más hermosa.
1600
Yo vi, entre piedras finas
de la docta academia de las minas,
preferir el diamante,
y ser su emperador por más brillante.
Yo, en esas cortes bellas
1605
de la inquieta república de estrellas,
vi en el lugar primero
por rey de las estrellas el lucero.
Yo, en esferas perfetas,
llamando el sol a Cortes los planetas,
1610
le vi que presidía
como mayor oráculo del día.
Pues, ¿cómo, si entre flores, entre estrellas,
piedras, signos, planetas, las más bellas
prefieren, tú has servido
1615
la de menos beldad, habiendo sido,
por más bella y hermosa,
sol, lucero, diamante, estrella y rosa?

Sale Clotaldo

Clotaldo
(A Segismundo reducir deseo,
porque en fin le he criado. Mas ¿qué veo?)

Rosaura
1620
Tu favor reverencio:
respóndate retórico el silencio.
Cuando tan torpe la razón se halla,
mejor habla, señor, quien mejor calla.

Segismundo
No has de ausentarte, espera.
1625
¿Cómo quieres dejar desa manera
a escuras mi sentido?

Rosaura
Esta licencia a Vuestra Alteza pido.

Segismundo
Irte con tal violencia
no es pedir, es tomarte la licencia.

Rosaura
1630
Pues, si tú no la das, tomarla espero.

Segismundo
Harás que de cortés pase a grosero,
porque la resistencia
es veneno cruel de mi paciencia.

Rosaura
Pues cuando ese veneno,
1635
de furia, de rigor y saña lleno,
la paciencia venciera,
mi respeto no osara, ni pudiera.

Segismundo
Sólo por ver si puedo
harás que pierda a tu hermosura el miedo,
1640
que soy muy inclinado
a vencer lo imposible. Hoy he arrojado
dese balcón a un hombre que decía
que hacerse no podía;
y así, por ver si puedo, cosa es llana
1645
que arrojaré tu honor por la ventana.

Clotaldo
(Mucho se va empeñando.
¿Qué he de hacer, cielos, cuando
tras un loco deseo
mi honor segunda vez a riesgo veo?)

Rosaura
1650
No en vano prevenía
a este reino infeliz tu tiranía
escándalos tan fuertes
de delitos, traiciones, iras, muertes.
Mas ¿qué ha de hacer un hombre
1655
que de humano no tiene más que el nombre,
atrevido, inhumano,
cruel, soberbio, bárbaro y tirano,
nacido entre las fieras?

Segismundo
Porque tú ese baldón no me dijeras
1660
tan cortés me mostraba,
pensando que con eso te obligaba;
mas, si lo soy hablando deste modo,
has de decirlo, ¡vive Dios!, por todo.
¡Hola!, dejadnos solos, y esa puerta
1665
se cierre y no entre nadie.

Vase Clarín

Rosaura
(Yo soy muerta.)
Advierte...

Segismundo
Soy tirano,
y ya pretendes reducirme en vano.

Clotaldo
(¡Oh qué lance tan fuerte!
Saldré a estorbarlo, aunque me dé la muerte.)
1670
Señor, atiende, mira...

Segismundo
Segunda vez me has provocado a ira,
viejo caduco y loco.
¿Mi enojo y mi rigor tienes en poco?
¿Cómo hasta aquí has llegado?

Clotaldo
1675
De los acentos desta voz llamado,
a decirte que seas
más apacible, si reinar deseas;
y no, por verte ya de todos dueño,
seas cruel, porque quizá es un sueño.

Segismundo
1680
A rabia me provocas
cuando la luz del desengaño tocas.
Veré, dándote muerte,
si es sueño o si es verdad.

Al ir a sacar la daga, se la tiene Clotaldo, y se arrodilla

Clotaldo
Yo desta suerte
librar mi vida espero.

Segismundo
1685
¡Quita la osada mano del acero!

Clotaldo
Hasta que gente venga
que tu rigor y cólera detenga,
no he de soltarte.

Rosaura
¡Ay, cielos!

Segismundo
¡Suelta, digo,
caduco, loco, bárbaro, enemigo!
1690
O será desta suerte
(Luchan)
el darte agora entre mis brazos muerte.

Rosaura
¡Acudid todos presto,
que matan a Clotaldo!

Vase
Sale Astolfo a tiempo que cae Clotaldo a sus pies, y él se pone en medio

Astolfo
Pues ¿qué es esto,
príncipe generoso?
1695
¿Así se mancha acero tan brioso
en una sangre helada?
Vuelva a la vaina tu lucida espada.

Segismundo
En viéndola teñida
en esa infame sangre.

Astolfo
Ya su vida
1700
tomó a mis pies sagrado,
y de algo ha de servirme haber llegado.

Segismundo
Sírvate de morir, pues desta suerte
también sabré vengarme con tu muerte
de aquel pasado enojo.

Astolfo
Yo defiendo
1705
mi vida, así la majestad no ofendo.

Sacan las espadas, y sale el Rey Basilio y Estrella

Clotaldo
No le ofendas, señor.

Basilio
Pues, ¿aquí espadas?

Estrella
(Astolfo es. ¡Ay de mí, penas airadas!)

Basilio
Pues, ¿qué es lo que ha pasado?

Astolfo
Nada, señor, habiendo tú llegado.

Envainan

Segismundo
1710
Mucho, señor, aunque hayas tú venido:
yo a ese viejo matar he pretendido.

Basilio
¿Respeto no tenías
a estas canas?

Clotaldo
Señor, ved que son mías;
que no importa veréis.

Segismundo
Acciones vanas
1715
querer que tenga yo respeto a canas;
pues aun ésas podría
ser que viese a mis plantas algún día,
porque aún no estoy vengado
del modo injusto con que me has criado.

Vase

Basilio
1720
Pues antes que lo veas,
volverás a dormir adonde creas
que cuanto te ha pasado,
como fue bien del mundo, fue soñado.

Vase el Rey y Clotaldo. Quedan Estrella y Astolfo

Astolfo
Romance (tirada)
¡Qué pocas veces el hado
1725
que dice desdichas miente,
pues es tan cierto en los males
cuanto dudoso en los bienes!
¡Qué buen astrólogo fuera
si siempre casos crueles
1730
anunciara, pues no hay duda
que ellos fueran verdad siempre!
Conocerse esta experiencia
en mí y Segismundo puede,
Estrella, pues en los dos
1735
hizo muestras diferentes:
en él previno rigores,
soberbias, desdichas, muertes,
y en todo dijo verdad,
porque todo, al fin, sucede;
1740
pero en mí, que al ver, señora,
esos rayos excelentes,
de quien el sol fue una sombra
y el cielo un amago breve,
que me previno venturas,
1745
trofeos, aplausos, bienes,
dijo mal y dijo bien;
pues sólo es justo que acierte
cuando amaga con favores
y ejecuta con desdenes.

Estrella
1750
No dudo que esas finezas
son verdades evidentes;
mas serán por otra dama,
cuyo retrato pendiente
trujistes al cuello cuando
1755
llegastis, Astolfo, a verme;
y siendo así, esos requiebros
ella sola los merece.
Acudid a que ella os pague;
que no son buenos papeles,
1760
en el Consejo de amor,
las finezas ni las fees
que se hicieron en servicio
de otras damas y otros reyes.

Sale Rosaura al paño

Rosaura
Aparte
(¡Gracias a Dios que han llegado
1765
ya mis desdichas crueles
al término suyo, pues
quien esto ve nada teme!)

Astolfo
Yo haré que el retrato salga
del pecho, para que entre
1770
la imagen de tu hermosura.
Donde entra Estrella no tiene
lugar la sombra, ni estrella
donde el sol; voy a traerle.
Aparte
(Perdona, Rosaura hermosa,
1775
este agravio, porque, ausentes,
no se guardan más fe que ésta
los hombres y las mujeres.)

Vase

Rosaura
(Nada he podido escuchar,
temerosa que me viese.)

Estrella
1780
Astrea.

Rosaura
Señora mía.

Estrella
Heme holgado que tú fueses
la que llegaste hasta aquí,
porque de ti solamente
fiara un secreto.

Rosaura
Honras,
1785
señora, a quien te obedece.

Estrella
En el poco tiempo, Astrea,
que ha que te conozco, tienes
de mi voluntad las llaves;
por esto, y por ser quien eres,
1790
me atrevo a fiar de ti
lo que aun de mí muchas veces
recaté.

Rosaura
Tu esclava soy.

Estrella
Pues, para decirlo en breve,
mi primo Astolfo –bastara
1795
que mi primo te dijese,
porque hay cosas que se dicen
con pensarlas solamente–
ha de casarse conmigo,
si es que la fortuna quiere
1800
que con una dicha sola
tantas desdichas descuente.
Pesome que el primer día
echado al cuello trujese
el retrato de una dama.
1805
Hablele en él cortésmente,
es galán y quiere bien;
fue por él, y ha de traerle
aquí. Embarázame mucho
que él a mí a dármele llegue.
1810
Quédate aquí, y cuando venga
le dirás que te le entregue
a ti. No te digo más.
Discreta y hermosa eres;
bien sabrás lo que es amor.

Vase

Rosaura
1815
¡Ojalá no lo supiese!
¡Válgame el cielo! ¿Quién fuera
tan atenta y tan prudente
que supiera aconsejarse
hoy en ocasión tan fuerte?
1820
¿Habrá persona en el mundo
a quien el cielo inclemente
con más desdichas combata
y con más pesares cerque?
¿Qué haré en tantas confusiones,
1825
donde imposible parece
que halle razón que me alivie,
ni alivio que me consuele?
Desde la primer desdicha
no hay suceso ni accidente
1830
que otra desdicha no sea;
que unas a otras suceden,
herederas de sí mismas.
A la imitación del fénix,
unas de las otras nacen,
1835
viviendo de lo que mueren;
y siempre de sus cenizas
está el sepulcro caliente.
Que eran cobardes, decía
un sabio, por parecerle
1840
que nunca andaba una sola;
yo digo que son valientes,
pues siempre van adelante
y nunca la espalda vuelven.
Quien las llevare consigo
1845
a todo podrá atreverse,
pues en ninguna ocasión
no haya miedo que le dejen.
Dígalo yo, pues en tantas
como a mi vida suceden,
1850
nunca me he hallado sin ellas,
ni se han cansado hasta verme,
herida de la fortuna,
en los brazos de la muerte.
¡Ay de mí! ¿Qué debo hacer
1855
hoy en la ocasión presente?
Si digo quién soy, Clotaldo,
a quien mi vida le debe
este amparo y este honor,
conmigo ofenderse puede,
1860
pues me dice que callando
honor y remedio espere.
Si no he de decir quién soy
a Astolfo, y él llega a verme,
¿cómo he de disimular?
1865
Pues aunque fingirlo intenten
la voz, la lengua y los ojos,
les dirá el alma que mienten.
¿Qué haré? ¿Mas, para qué estudio
lo que haré, si es evidente
1870
que por más que lo prevenga,
que lo estudie y que lo piense,
en llegando la ocasión
ha de hacer lo que quisiere
el dolor? Porque ninguno
1875
imperio en sus penas tiene.
Y pues a determinar
lo que he de hacer no se atreve
el alma, llegue el dolor
hoy a su término, llegue
1880
la pena a su estremo, y salga
de dudas y pareceres
de una vez; pero, hasta entonces,
¡valedme, cielos, valedme!

Sale Astolfo con el retrato

Astolfo
Éste es, señora, el retrato;
1885
mas, ¡ay Dios!

Rosaura
¿Qué se suspende
Vuestra Alteza? ¿Qué se admira?

Astolfo
De oírte, Rosaura, y verte.

Rosaura
¿Yo Rosaura? Hase engañado
Vuestra Alteza, si me tiene
1890
por otra dama; que yo
soy Astrea, y no merece
mi humildad tan grande dicha
que esa turbación le cueste.

Astolfo
Basta, Rosaura, el engaño,
1895
porque el alma nunca miente;
y aunque como a Astrea te mire,
como a Rosaura te quiere.

Rosaura
No he entendido a Vuestra Alteza,
y así no sé responderle.
1900
Sólo lo que yo diré
es que Estrella –que lo puede
ser de Venus– me mandó
que en esta parte le espere,
y de la suya le diga
1905
que aquel retrato me entregue
–que está muy puesto en razón–,
y yo misma se lo lleve.
Estrella lo quiere así,
porque aun las cosas más leves,
1910
como sean en mi daño,
es Estrella quien las quiere.

Astolfo
Aunque más esfuerzos hagas,
¡oh qué mal, Rosaura, puedes
disimular! Di a los ojos
1915
que su música concierten
con la voz; porque es forzoso
que desdiga y que disuene
tan destemplado instrumento,
que ajustar y medir quiere
1920
la falsedad de quien dice
con la verdad de quien siente.

Rosaura
Ya digo que sólo espero
el retrato.

Astolfo
Pues que quieres
llevar al fin el engaño,
1925
con él quiero responderte.
Dirasle, Astrea, a la Infanta
que yo la estimo de suerte
que, pidiéndome un retrato,
poca fineza parece
1930
enviársele; y así,
porque le estime y le precie,
le envío el original:
y tú llevársele puedes,
pues ya le llevas contigo,
1935
como a ti misma te lleves.

Rosaura
Cuando un hombre se dispone,
restado, altivo y valiente,
a salir con una empresa,
aunque por trato le entreguen
1940
lo que valga más, sin ella
necio y desairado vuelve.
Yo vengo por un retrato,
y aunque un original lleve
que vale más, volveré
1945
desairada; y así, deme
Vuestra Alteza ese retrato,
que sin él no he de volverme.

Astolfo
Pues ¿cómo, si no he de darle,
le has de llevar?

Rosaura
Desta suerte.
1950
¡Suéltale, ingrato!

Astolfo
Es en vano.

Rosaura
¡Vive Dios, que no ha de verse
en manos de otra mujer!

Astolfo
Terrible estás.

Rosaura
Y tú aleve.

Astolfo
Ya basta, Rosaura mía.

Rosaura
1955
¿Yo tuya, villano? ¡Mientes!

Sale Estrella

Estrella
Astrea, Astolfo, ¿qué es esto?

Astolfo
(Aquesta es Estrella.)

Rosaura
(Deme,
para cobrar mi retrato,
ingenio el amor.) Si quieres
1960
saber lo que es, yo, señora,
te lo diré.

Astolfo
(¿Qué pretendes?)

Rosaura
Mandásteme que esperase
aquí a Astolfo, y le pidiese
un retrato de tu parte.
1965
Quedé sola, y como vienen
de unos discursos a otros
las noticias fácilmente,
viéndote hablar de retratos
con su memoria acordeme
1970
de que tenía uno mío
en la manga. Quise verle,
porque una persona sola
con locuras se divierte.
Cayóseme de la mano
1975
al suelo. Astolfo, que viene
a entregarte el de otra dama,
le levantó, y tan rebelde
está en dar el que le pides
que, en vez de dar uno, quiere
1980
llevar otro, pues el mío
aun no es posible volverme
con ruegos y persuasiones.
Colérica y impaciente
yo se le quise quitar.
1985
Aquel que en la mano tiene
es mío; tú lo verás
con ver si se me parece.

Estrella
Soltad, Astolfo, el retrato.

Quítasele

Astolfo
Señora...

Estrella
No son crueles
1990
a la verdad los matices.

Rosaura
¿No es mío?

Estrella
¿Qué duda tiene?

Rosaura
Di que ahora te entregue el otro.

Estrella
Toma tu retrato, y vete.

Rosaura
(Yo he cobrado mi retrato;
1995
venga ahora lo que viniere.)

Vase

Estrella
Dadme ahora el retrato vos
que os pedí: que aunque no piense
veros ni hablaros jamás,
no quiero, no, que se quede
2000
en vuestro poder, siquiera
porque yo tan neciamente
le he pedido.

Astolfo
(¿Cómo puedo
salir de lance tan fuerte?)
Aunque quiera, hermosa Estrella,
2005
servirte y obedecerte,
no podré darte el retrato
que me pides, porque...

Estrella
Eres
villano y grosero amante.
No quiero que me le entregues,
2010
porque yo tampoco quiero,
con tomarle, que me acuerdes
de que yo te le he pedido.

Vase

Astolfo
¡Oye, escucha, mira, advierte!
¡Válgate Dios por Rosaura!
2015
¿Dónde, cómo o de qué suerte
hoy a Polonia has venido
a perderme y a perderte?

Vase
Descúbrese Segismundo como al principio, con pieles y cadena, durmiendo en el suelo. Salen Clotaldo, Clarín y los dos criados

Clotaldo
Décima
Aquí le habéis de dejar,
pues hoy su soberbia acaba
2020
donde empezó.

[Criado] 1
Como estaba,
la cadena vuelvo a atar.

Clarín
No acabes de despertar,
Segismundo, para verte
perder, trocada, la suerte,
2025
siendo tu gloria fingida
una sombra de la vida
y una llama de la muerte.

Clotaldo
Décima
A quien sabe discurrir
así, es bien que se prevenga
2030
una estancia donde tenga
harto lugar de argüir.
Éste es el que habéis de asir
y en ese cuarto encerrar.

Clarín
¿Por qué a mí?

Clotaldo
Porque ha de estar
2035
guardado en prisión tan grave
Clarín que secretos sabe,
donde no pueda sonar.

Clarín
Décima
¿Yo, por dicha, solicito
dar muerte a mi padre? No.
2040
¿Arrojé del balcón yo
al Ícaro de poquito?
¿Yo muero ni resucito?
¿Yo sueño o duermo? ¿A qué fin
me encierran?

Clotaldo
Eres Clarín.

Clarín
2045
Pues ya digo que seré
corneta, y que callaré,
que es instrumento ruín.

Llévanle
Sale el Rey Basilio rebozado

Basilio
Décima
¿Clotaldo?

Clotaldo
Señor, ¿así
viene Vuestra Majestad?

Basilio
2050
La necia curiosidad
de ver lo que pasa aquí
a Segismundo, ¡ay de mí!,
deste modo me ha traído.

Clotaldo
Mírale allí reducido
2055
a su miserable estado.

Basilio
¡Ay, príncipe desdichado
y en triste punto nacido!
Décima
Llega a despertarle, ya
que fuerza y vigor perdió
2060
ese lotos que bebió.

Clotaldo
Inquieto, señor, está
y hablando.

Basilio
¿Qué soñará
agora? Escuchemos pues.

Segismundo
(En sueños)
Piadoso príncipe es
2065
el que castiga tiranos.
Muera Clotaldo a mis manos,
bese mi padre mis pies.

Clotaldo
Décima
Con la muerte me amenaza.

Basilio
A mí con rigor y afrenta.

Clotaldo
2070
Quitarme la vida intenta.

Basilio
Rendirme a sus plantas traza.

Segismundo
(En sueños)
¡Salga a la anchurosa plaza
del gran teatro del mundo
este valor sin segundo!
2075
Porque mi venganza cuadre,
vean triunfar de su padre
al príncipe Segismundo.
Despierta
Décima
Mas ¡ay de mí!, ¿dónde estoy?

Basilio
A Clotaldo
Pues a mí no me ha de ver,
2080
ya sabes lo que has de hacer.
Desde allí a escucharte voy.

Retírase

Segismundo
¿Soy yo por ventura? ¿Soy
el que preso y aherrojado
llego a verme en tal estado?
2085
¿No sois mi sepulcro vos,
torre? Sí. ¡Válgame Dios,
qué de cosas he soñado!

Clotaldo
Décima
(A mí me toca llegar
a hacer la deshecha agora.)
2090
¿Es ya de despertar hora?

Segismundo
Sí, hora es ya de despertar.

Clotaldo
¿Todo el día te has de estar
durmiendo? ¿Desde que yo
al águila que voló
2095
con tarda vista seguí,
y te quedaste tú aquí,
nunca has despertado?

Segismundo
No,
Décima
ni aun agora he despertado;
que según, Clotaldo, entiendo,
2100
todavía estoy durmiendo.
Y no estoy muy engañado,
porque, si ha sido soñado
lo que vi palpable y cierto,
lo que veo será incierto;
2105
y no es mucho que, rendido,
pues veo estando dormido,
que sueñe estando despierto.

Clotaldo
Décima
Lo que soñaste me di.

Segismundo
Supuesto que sueño fue,
2110
no diré lo que soñé,
lo que vi, Clotaldo, sí.
Yo desperté, y yo me vi
–¡qué crueldad tan lisonjera!–
en un lecho que pudiera,
2115
con matices y colores,
ser el catre de las flores
que tejió la primavera.
Décima
Aquí mil nobles, rendidos
a mis pies, nombre me dieron
2120
de su príncipe, y sirvieron
galas, joyas y vestidos.
La calma de mis sentidos
tú trocaste en alegría,
diciendo la dicha mía;
2125
que, aunque estoy desta manera,
príncipe en Polonia era.

Clotaldo
Buenas albricias tendría.

Segismundo
Décima
No muy buenas; por traidor,
con pecho atrevido y fuerte,
2130
dos veces te daba muerte.

Clotaldo
¿Para mí tanto rigor?

Segismundo
De todos era señor,
y de todos me vengaba.
Sólo a una mujer amaba;
2135
que fue verdad, creo yo,
en que todo se acabó
y esto solo no se acaba.

Vase el Rey

Clotaldo
Décima
(Enternecido se ha ido
el Rey de haberle escuchado.)
2140
Como habíamos hablado
de aquella águila, dormido,
tu sueño imperios han sido;
mas en sueños fuera bien
entonces honrar a quien
2145
te crió en tantos empeños,
Segismundo; que aun en sueños
no se pierde el hacer bien.

Vase

Segismundo
Décima
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
2150
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular
que el vivir sólo es soñar;
2155
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es, hasta despertar.
Décima
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
2160
disponiendo y gobernando;
y este aplauso que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
2165
¡Que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Décima
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
2170
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
2175
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Décima
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
2180
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
2185
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.


Jornada III

Sale Clarín

Clarín
Romance (tirada)
En una encantada torre,
por lo que sé, vivo preso.
2190
¿Qué me harán por lo que ignoro,
si por lo que sé me han muerto?
¡Que un hombre con tanta hambre
viniese a morir viviendo!
Lástima tengo de mí.
2195
Todos dirán: «Bien lo creo»;
y bien se puede creer,
pues para mí este silencio
no conforma con el nombre
Clarín, y callar no puedo.
2200
Quien me hace compañía
aquí, si a decirlo acierto,
son arañas y ratones:
¡miren qué dulces jilgueros!
De los sueños desta noche
2205
la triste cabeza tengo
llena de mil chirimías,
de trompetas y embelecos,
de procesiones, de cruces,
de diciplinantes; y éstos,
2210
unos suben, otros bajan,
otros se desmayan viendo
la sangre que llevan otros.
Mas yo, la verdad diciendo,
de no comer me desmayo;
2215
que en esta prisión me veo
donde ya todos los días
en el filósofo leo
Nicomedes, y las noches
en el concilio Niceno.
2220
Si llaman santo al callar,
como en calendario nuevo,
San Secreto es para mí,
pues le ayuno y no le huelgo;
aunque está bien merecido
2225
el castigo que padezco,
pues callé, siendo criado,
que es el mayor sacrilegio.

Ruido de cajas y gente, y dicen dentro:

[Soldado] 1
Ésta es la torre en que está.
Echad la puerta en el suelo;
2230
entrad todos.

Clarín
¡Vive Dios!
que a mí me buscan es cierto,
pues que dicen que aquí estoy.
¿Qué me querrán?

Salen los soldados que pudieren

[Soldado] 1
Entrad dentro.

[Soldado] 2
Aquí está.

Clarín
No está.

Todos
Señor...

Clarín
2235
¿Si vienen borrachos éstos?

[Soldado] 2
Tú nuestro príncipe eres;
ni admitimos ni queremos
sino al señor natural,
y no príncipe estranjero.
2240
A todos nos da los pies.

Todos
¡Viva el gran príncipe nuestro!

Clarín
(¡Vive Dios, que va de veras!
¿Si es costumbre en este reino
prender uno cada día
2245
y hacerle príncipe, y luego
volverle a la torre? Sí,
pues cada día lo veo;
fuerza es hacer mi papel.)

Todos
Danos tus plantas.

Clarín
No puedo,
2250
porque las he menester
para mí, y fuera defeto
ser príncipe desplantado.

[Soldado] 2
Todos a tu padre mesmo
le dijimos que a ti solo
2255
por príncipe conocemos,
no al de Moscovia.

Clarín
¿A mi padre
le perdistis el respeto?
Sois unos tales por cuales.

[Soldado] 1
Fue lealtad de nuestros pechos.

Clarín
2260
Si fue lealtad, yo os perdono.

[Soldado] 2
Sal a restaurar tu imperio.
¡Viva Segismundo!

Todos
¡Viva!

Clarín
(¿Segismundo dicen? Bueno:
Segismundos llaman todos
2265
los príncipes contrahechos.)

Sale Segismundo

Segismundo
¿Quién nombra aquí a Segismundo?

Clarín
(¡Mas que soy príncipe huero!)

[Soldado] 2
¿Quién es Segismundo?

Segismundo
Yo.

[Soldado] 2
Pues, ¿cómo, atrevido y necio,
2270
tú te hacías Segismundo?

Clarín
¿Yo Segismundo? Eso niego.
Que vosotros fuistis quien
me segismundasteis; luego
vuestra ha sido solamente
2275
necedad y atrevimiento.

[Soldado] 1
Gran príncipe Segismundo
–que las señas que traemos
tuyas son, aunque por fe
te aclamamos señor nuestro–,
2280
tu padre, el gran rey Basilio,
temeroso que los cielos
cumplan un hado, que dice
que ha de verse a tus pies puesto
vencido de ti, pretende
2285
quitarte acción y derecho
y dársela a Astolfo, duque
de Moscovia. Para esto
juntó su corte, y el vulgo,
penetrando ya y sabiendo
2290
que tiene rey natural,
no quiere que un estranjero
venga a mandarle; y así,
haciendo noble desprecio
de la inclemencia del hado,
2295
te ha buscado donde preso
vives, para que, valido
de sus armas y saliendo
desta torre a restaurar
tu imperial corona y cetro,
2300
se la quites a un tirano.
Sal, pues, que en ese desierto
ejército numeroso
de bandidos y plebeyos
te aclama. La libertad
2305
te espera, oye sus acentos.

Voces
(Dentro.)
¡Viva Segismundo, viva!

Segismundo
¿Otra vez –¿qué es esto, cielos?–
queréis que sueñe grandezas
que ha de deshacer el tiempo?
2310
¿Otra vez queréis que vea
entre sombras y bosquejos
la majestad y la pompa
desvanecida del viento?
¿Otra vez queréis que toque
2315
el desengaño, o el riesgo
a que el humano poder
nace humilde y vive atento?
Pues ¡no ha de ser, no ha de ser!
Miradme otra vez sujeto
2320
a mi fortuna. Y pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras, que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad
2325
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero
fantásticas, ilusiones
que al soplo menos ligero
2330
del aura han de deshacerse,
bien como el florido almendro
que, por madrugar sus flores
sin aviso y sin consejo,
al primer soplo se apagan,
2335
marchitando y desluciendo
de sus rosados capillos
belleza, luz y ornamento.
Ya os conozco, ya os conozco,
y sé que os pasa lo mesmo
2340
con cualquiera que se duerme.
Para mí no hay fingimientos,
que, desengañado ya,
sé bien que la vida es sueño.

[Soldado] 2
Si piensas que te engañamos,
2345
vuelve a ese monte soberbio
los ojos, para que veas
la gente que aguarda en ellos
para obedecerte.

Segismundo
Ya
otra vez vi aquesto mesmo
2350
tan clara y distintamente
como agora lo estoy viendo,
y fue sueño.

[Soldado] 1
Cosas grandes
siempre, gran señor, trujeron
anuncios; y esto sería,
2355
si lo soñaste primero.

Segismundo
Dices bien, anuncio fue;
y, caso que fuese cierto,
pues que la vida es tan corta,
soñemos, alma, soñemos
2360
otra vez; pero ha de ser
con atención y consejo
de que hemos de despertar
deste gusto al mejor tiempo;
que, llevándolo sabido,
2365
será el desengaño menos,
que es hacer burla del daño
adelantarle el consejo.
Y con esta prevención
de que, cuando fuese cierto,
2370
es todo el poder prestado
y ha de volverse a su dueño,
atrevámonos a todo.
Vasallos, yo os agradezco
la lealtad; en mí lleváis
2375
quien os libre, osado y diestro,
de estranjera esclavitud.
Tocad al arma, que presto
veréis mi inmenso valor.
Contra mi padre pretendo
2380
tomar armas y sacar
verdaderos a los cielos:
presto he de verle a mis plantas.
(Mas, si antes desto despierto,
¿no será bien no decirlo,
2385
supuesto que no he de hacerlo?)

Todos
¡Viva Segismundo, viva!

Sale Clotaldo

Clotaldo
¿Qué alboroto es éste, cielos?

Segismundo
Clotaldo.

Clotaldo
Señor... (En mí
su crueldad prueba.)

Clarín
(Yo apuesto
2390
que le despeña del monte.)

Vase

Clotaldo
A tus reales plantas llego,
ya sé que a morir.

Segismundo
Levanta,
levanta, padre, del suelo,
que tú has de ser norte y guía
2395
de quien fíe mis aciertos;
que ya sé que mi crianza
a tu mucha lealtad debo.
Dame los brazos.

Clotaldo
¿Qué dices?

Segismundo
Que estoy soñando, y que quiero
2400
obrar bien, pues no se pierde
obrar bien, aun entre sueños.

Clotaldo
Pues, señor, si el obrar bien
es ya tu blasón, es cierto
que no te ofenda el que yo
2405
hoy solicite lo mesmo.
A tu padre has de hacer guerra:
yo aconsejarte no puedo
contra mi Rey, ni valerte.
A tus plantas estoy puesto:
2410
dame la muerte.

Segismundo
¡Villano,
traidor, ingrato! (Mas ¡cielos!
reportarme me conviene,
que aún no sé si estoy despierto.)
Clotaldo, vuestro valor
2415
os envidio y agradezco.
Idos a servir al Rey,
que en el campo nos veremos.
Vosotros, tocad al arma.

Clotaldo
Mil veces tus plantas beso.

Vase

Segismundo
2420
A reinar, fortuna, vamos;
no me despiertes si duermo,
y si es verdad no me duermas.
Mas, sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa:
2425
si fuere verdad, por serlo,
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos.

Vanse, y tocan al arma
Salen el Rey Basilio y Astolfo

Basilio
Octava real
¿Quién, Astolfo, podrá parar prudente
la furia de un caballo desbocado?
2430
¿Quién detener de un río la corriente,
que corre al mar, soberbio y despeñado?
¿Quién un peñasco suspender, valiente,
de la cima de un monte desgajado?
Pues todo fácil de parar ha sido,
2435
y un vulgo no, soberbio y atrevido.
Octava real
Dígalo en bandos el rumor partido,
pues se oye resonar en lo profundo
de los montes el eco repetido,
unos «Astolfo» y otros «Segismundo».
2440
El dosel de la jura, reducido
a segunda intención, a horror segundo,
teatro funesto es, donde importuna
representa tragedias la fortuna.

Astolfo
Octava real
Suspéndase, señor, el alegría,
2445
cese el aplauso y gusto lisonjero
que tu mano feliz me prometía;
que si Polonia, a quien mandar espero,
hoy se resiste a la obediencia mía,
es porque la merezca yo primero.
2450
Dadme un caballo y, de arrogancia lleno,
rayo decienda el que blasona trueno.

Vase

Basilio
Octava real
Poco reparo tiene lo infalible,
y mucho riesgo lo previsto tiene;
si ha de ser, la defensa es imposible,
2455
que quien la escusa más, más la previene.
¡Dura ley! ¡Fuerte caso! ¡Horror terrible!
Quien piensa que huye el riesgo, al riesgo viene.
Con lo que yo guardaba me he perdido:
yo mismo, yo, mi patria he destruido.

Sale Estrella

Estrella
Octava real
2460
Si tu presencia, gran señor, no trata
de enfrenar el tumulto sucedido,
que de uno en otro bando se dilata
por las calles y plazas, dividido,
verás tu reino en ondas de escarlata
2465
nadar, entre la púrpura teñido
de su sangre; que ya con triste modo
todo es desdichas y tragedias todo.
Octava real
Tanta es la ruina de tu imperio, tanta
la fuerza del rigor duro y sangriento,
2470
que visto admira y escuchado espanta.
El sol se turba y se embaraza el viento;
cada piedra un pirámide levanta
y cada flor construye un monumento;
cada edificio es un sepulcro altivo,
2475
cada soldado un esqueleto vivo.

Sale Clotaldo

Clotaldo
Octava real
¡Gracias a Dios que vivo a tus pies llego!

Basilio
Clotaldo, pues ¿qué hay de Segismundo?

Clotaldo
Que el vulgo, monstruo despeñado y ciego,
la torre penetró, y de lo profundo
2480
della sacó su príncipe, que, luego
que vio segunda vez su honor segundo,
valiente se mostró, diciendo fiero
que ha de sacar al cielo verdadero.

Basilio
Octava real
Dadme un caballo, porque yo en persona
2485
vencer valiente a un hijo ingrato quiero;
y en la defensa ya de mi corona
lo que la ciencia erró venza el acero.

Vase

Estrella
Pues yo al lado del sol seré Belona.
Poner mi nombre junto al tuyo espero;
2490
que he de volar sobre tendidas alas
a competir con la deidad de Palas.

Vase, y tocan al arma
Sale Rosaura y detiene a Clotaldo

Rosaura
Redondilla
Aunque el valor que se encierra
en tu pecho desde allí
da voces, óyeme a mí,
2495
que yo sé que todo es guerra.
Redondilla
Ya sabes que yo llegué
pobre, humilde y desdichada
a Polonia y, amparada
de tu valor, en ti hallé
Redondilla
2500
piedad. Mandásteme, ¡ay cielos!,
que disfrazada viviese
en palacio, y pretendiese,
disimulando mis celos,
Redondilla
guardarme de Astolfo. En fin
2505
él me vio, y tanto atropella
mi honor que, viéndome, a Estrella
de noche habla en un jardín.
Redondilla
Déste la llave he tomado,
y te podré dar lugar
2510
de que en él puedas entrar
a dar fin a mi cuidado.
Redondilla
Aquí altivo, osado y fuerte,
volver por mi honor podrás,
pues que ya resuelto estás
2515
a vengarme con su muerte.

Clotaldo
Redondilla
Verdad es que me incliné,
desde el punto que te vi,
a hacer, Rosaura, por ti
–testigo tu llanto fue–
Redondilla
2520
cuanto mi vida pudiese.
Lo primero que intenté
quitarte aquel traje fue,
porque, si Astolfo te viese,
Redondilla
te viese en tu propio traje,
2525
sin juzgar a liviandad
la loca temeridad
que hace del honor ultraje.
Redondilla
En este tiempo trazaba
cómo cobrar se pudiese
2530
tu honor perdido, aunque fuese
–tanto tu honor me arrestaba–
Redondilla
dando muerte a Astolfo. ¡Mira
qué caduco desvarío!
Si bien, no siendo rey mío,
2535
ni me asombra ni me admira.
Redondilla
Darle pensé muerte, cuando
Segismundo pretendió
dármela a mí, y él llegó,
su peligro atropellando,
Redondilla
2540
a hacer en defensa mía
muestras de su voluntad,
que fueron temeridad,
pasando de valentía.
Redondilla
Pues, ¿cómo yo agora, advierte,
2545
teniendo alma agradecida,
a quien me ha dado la vida
le tengo de dar la muerte?
Redondilla
Y así, entre los dos partido
el efeto y el cuidado,
2550
viendo que a ti te la he dado,
y que dél la he recibido,
Redondilla
no sé a qué parte acudir,
no sé qué parte ayudar.
Si a ti me obligué con dar,
2555
dél lo estoy con recibir;
Redondilla
y así, en la acción que se ofrece,
nada a mi amor satisface,
porque soy persona que hace
y persona que padece.

Rosaura
Redondilla
2560
No tengo que prevenir
que, en un varón singular,
cuanto es noble acción el dar
es bajeza el recibir.
Redondilla
Y este principio asentado,
2565
no has de estarle agradecido,
supuesto que si él ha sido
el que la vida te ha dado
Redondilla
y tú a mí, evidente cosa
es que él forzó tu nobleza
2570
a que hiciese una bajeza,
y yo una acción generosa.
Redondilla
Luego estás dél ofendido,
luego estás de mí obligado,
supuesto que a mí me has dado
2575
lo que dél has recibido;
Redondilla
y así debes acudir
a mi honor en riesgo tanto,
pues yo le prefiero, cuanto
va de dar a recibir.

Clotaldo
Redondilla
2580
Aunque la nobleza vive
de la parte del que da,
el agradecerla está
de parte del que recibe;
Redondilla
y pues ya dar he sabido,
2585
ya tengo con nombre honroso
el nombre de generoso;
déjame el de agradecido
Redondilla
pues le puedo conseguir,
siendo agradecido cuanto
2590
liberal, pues honra tanto
el dar como el recibir.

Rosaura
Redondilla
De ti recibí la vida,
y tú mismo me dijiste,
cuando la vida me diste,
2595
que la que estaba ofendida
Redondilla
no era vida. Luego yo
nada de ti he recibido;
pues vida no vida ha sido
la que tu mano me dio.
Redondilla
2600
Y si debes ser primero
liberal que agradecido
–como de ti mismo he oído–,
que me des la vida espero,
Redondilla
que no me la has dado, y pues
2605
el dar engrandece más,
sé antes liberal; serás
agradecido después.

Clotaldo
Redondilla
Vencido de tu argumento,
antes liberal seré.
2610
Yo, Rosaura, te daré
mi hacienda, y en un convento
Redondilla
vive; que está bien pensado
el medio que solicito,
pues huyendo de un delito
2615
te recoges a un sagrado;
Redondilla
que, cuando tan dividido
el reino desdichas siente,
no he de ser quien las aumente,
habiendo noble nacido.
Redondilla
2620
Con el remedio elegido
soy con el reino leal,
soy contigo liberal,
con Astolfo agradecido;
Redondilla
y así escogerle te cuadre,
2625
quedándose entre los dos,
que no hiciera –¡vive Dios!–
más, cuando fuera tu padre.

Rosaura
Redondilla
Cuando tú mi padre fueras
sufriera esa injuria yo;
2630
pero no siéndolo, no.

Clotaldo
Pues ¿qué es lo que hacer esperas?

Rosaura
Redondilla
Matar al Duque.

Clotaldo
Una dama
que padre no ha conocido,
¿tanto valor ha tenido?

Rosaura
2635
Sí.

Clotaldo
¿Quién te alienta?

Rosaura
Mi fama.

Clotaldo
Redondilla
Mira que a Astolfo has de ver...

Rosaura
Todo mi honor lo atropella.

Clotaldo
... tu rey, y esposo de Estrella.

Rosaura
¡Vive Dios que no ha de ser!

Clotaldo
Redondilla
2640
Es locura.

Rosaura
Ya lo veo.

Clotaldo
Pues véncela.

Rosaura
No podré.

Clotaldo
Pues perderás...

Rosaura
Ya lo sé.

Clotaldo
...vida y honor.

Rosaura
Bien lo creo.

Clotaldo
Redondilla
¿Qué intentas?

Rosaura
Mi muerte.

Clotaldo
Mira
2645
que eso es despecho.

Rosaura
Es honor.

Clotaldo
Es desatino.

Rosaura
Es valor.

Clotaldo
Es frenesí.

Rosaura
Es rabia, es ira.

Clotaldo
Redondilla
En fin, ¿que no se da medio
a tu ciega pasión?

Rosaura
No.

Clotaldo
2650
¿Quién ha de ayudarte?

Rosaura
Yo.

Clotaldo
¿No hay remedio?

Rosaura
No hay remedio.

Clotaldo
Redondilla
Piensa bien si hay otros modos.

Rosaura
Perderme de otra manera.

Vase.

Clotaldo
Pues has de perderte, espera,
2655
hija, y perdámonos todos.

Vase
Tocan y salen, marchando, soldados, Clarín y Segismundo, vestido de pieles

Segismundo
Silva (tirada)
Si este día me viera
Roma en los triunfos de su edad primera,
¡oh, cuánto se alegrara
viendo lograr una ocasión tan rara
2660
de tener una fiera
que sus grandes ejércitos rigiera,
a cuyo altivo aliento
fuera poca conquista el firmamento!
Pero el vuelo abatamos,
2665
espíritu. No así desvanezcamos
aqueste aplauso incierto,
si ha de pesarme, cuando esté despierto,
de haberlo conseguido
para haberlo perdido;
2670
pues mientras menos fuere,
menos se sentirá si se perdiere.

Dentro, un clarín

Clarín
En un veloz caballo
–perdóname, que fuerza es el pintallo
en viniéndome a cuento–,
2675
en quien un mapa se dibuja atento,
pues el cuerpo es la tierra,
el fuego el alma que en el pecho encierra,
la espuma el mar, el aire su suspiro,
en cuya confusión un caos admiro,
2680
pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,
monstruo es de fuego, tierra, mar y viento,
de color remendado,
rucio, y a su propósito rodado
del que bate la espuela
2685
y en vez de correr vuela,
a tu presencia llega
airosa una mujer.

Segismundo
Su luz me ciega.

Clarín
¡Vive Dios que es Rosaura!

Vase

Segismundo
El cielo a mi presencia la restaura.

Sale Rosaura, con vaquero, espada y daga

Rosaura
Romance (tirada)
2690
Generoso Segismundo,
cuya majestad heroica
sale al día de sus hechos
de la noche de sus sombras;
y, como el mayor planeta,
2695
que en los brazos de la aurora
se restituye luciente
a las flores y a las rosas,
y sobre mares y montes,
cuando coronado asoma,
2700
luz esparce, rayos brilla,
cumbres baña, espumas borda,
así amanezcas al mundo,
luciente sol de Polonia,
que a una mujer infelice,
2705
que hoy a tus plantas se arroja,
ampares por ser mujer
y desdichada; dos cosas
que, para obligar a un hombre
que de valiente blasona,
2710
cualquiera de las dos basta,
de las dos cualquiera sobra.
Tres veces son las que ya
me admiras, tres las que ignoras
quién soy, pues las tres me has visto
2715
en diverso traje y forma.
La primera me creíste
varón, en la rigurosa
prisión donde fue tu vida
de mis desdichas lisonja.
2720
La segunda me admiraste
mujer, cuando fue la pompa
de tu majestad un sueño,
una fantasma, una sombra.
La tercera es hoy que, siendo
2725
monstruo de una especie y otra,
entre galas de mujer
armas de varón me adornan.
Y porque, compadecido,
mejor mi amparo dispongas,
2730
es bien que de mis sucesos
trágicas fortunas oigas.
De noble madre nací
en la corte de Moscovia,
que, según fue desdichada,
2735
debió de ser muy hermosa.
En ésta puso los ojos
un traidor, que no le nombra
mi voz por no conocerle,
de cuyo valor me informa
2740
el mío; pues siendo objeto
de su idea, siento agora
no haber nacido gentil
para persuadirme, loca,
a que fue algún dios de aquellos
2745
que en metamorfosis lloran,
lluvia de oro, cisne y toro,
Dánae, Cilene y Europa.
Cuando pensé que alargaba,
citando aleves historias,
2750
el discurso, hallo que en él
te he dicho en razones pocas
que mi madre, persuadida
a finezas amorosas,
fue como ninguna bella
2755
y fue infeliz como todas.
Aquella necia disculpa
de fe y palabra de esposa
la alcanza tanto, que aun hoy
el pensamiento la cobra,
2760
habiendo sido un tirano
tan Eneas de su Troya
que la dejó hasta la espada.
Enváinese aquí su hoja,
que yo la desnudaré
2765
antes que acabe la historia.
Deste, pues, mal dado nudo
que ni ata ni aprisiona,
o matrimonio o delito,
si bien todo es una cosa,
2770
nací yo tan parecida
que fui un retrato, una copia,
ya que en la hermosura no,
en la dicha y en las obras;
y así no habré menester
2775
decir que, poco dichosa
heredera de fortunas,
corrí con ella una propia.
Lo más que podré decirte
de mí, es el dueño que roba
2780
los trofeos de mi honor,
los despojos de mi honra.
Astolfo... –¡ay de mí!, al nombrarle
se encoleriza y se enoja
el corazón, propio efeto
2785
de que enemigo se nombra–
Astolfo fue el dueño ingrato
que, olvidado de las glorias,
porque en un pasado amor
se olvida hasta la memoria,
2790
vino a Polonia, llamado
de su conquista famosa,
a casarse con Estrella,
que fue de mi ocaso antorcha.
¿Quién creerá que, habiendo sido
2795
una estrella quien conforma
dos amantes, sea una Estrella
la que los divida agora?
Yo ofendida, yo burlada,
quedé triste, quedé loca,
2800
quedé muerta, quedé yo,
que es decir que quedó toda
la confusión del infierno
cifrada en mi Babilonia;
y declarándome muda
2805
–porque hay penas y congojas
que las dicen los afectos
mucho mejor que la boca–
dije mis penas callando,
hasta que una vez, a solas,
2810
Violante mi madre –¡ay cielos!–
rompió la prisión, y en tropa
del pecho salieron juntas,
tropezando unas con otras.
No me embaracé en decirlas,
2815
que en sabiendo una persona
que a quien sus flaquezas cuenta
ha sido cómplice en otras,
parece que ya le hace
la salva y le desahoga;
2820
que a veces el mal ejemplo
sirve de algo. En fin, piadosa
oyó mis quejas, y quiso
consolarme con las propias.
Juez que ha sido delincuente,
2825
¡qué fácilmente perdona!
Y escarmentando en sí misma,
–que, por dejar a la ociosa
libertad, al tiempo fácil,
el remedio de su honra,
2830
no le tuvo– en mis desdichas
por mejor consejo toma
que le siga y que le obligue,
con finezas prodigiosas,
a la deuda de mi honor;
2835
y para que a menos costa
fuese, quiso mi fortuna
que en traje de hombre me ponga.
Descolgó una antigua espada
que es esta que ciño –agora
2840
es tiempo que se desnude,
como prometí, la hoja–
pues, confiada en sus señas,
me dijo: «Parte a Polonia,
y procura que te vean
2845
ese acero que te adorna
los más nobles; que en alguno
podrá ser que hallen piadosa
acogida tus fortunas
y consuelo tus congojas».
2850
Llegué a Polonia, en efeto.
Pasemos, pues que no importa
el decirlo y ya se sabe,
que un bruto que se desboca
me llevó a tu cueva, adonde
2855
tú de mirarme te asombras.
Pasemos que allí Clotaldo
de mi parte se apasiona,
que pide mi vida al Rey,
que el Rey mi vida le otorga,
2860
que, informado de quién soy,
me persuade a que me ponga
mi propio traje y que sirva
a Estrella, donde, ingeniosa,
estorbé el amor de Astolfo
2865
y el ser Estrella su esposa.
Pasemos que aquí me viste
otra vez confuso, y otra,
con el traje de mujer,
confundiste entrambas formas;
2870
y vamos a que Clotaldo,
persuadido a que le importa
que se casen y que reinen
Astolfo y Estrella hermosa,
contra mi honor me aconseja
2875
que la pretensión deponga.
Yo, viendo que tú, ¡oh valiente
Segismundo! –a quien hoy toca
la venganza, pues el cielo
quiere que la cárcel rompas
2880
desa rústica prisión,
donde ha sido tu persona
al sentimiento una fiera,
al sufrimiento una roca–
las armas contra tu patria
2885
y contra tu padre tomas,
vengo a ayudarte, mezclando,
entre las galas costosas
de Diana, los arneses
de Palas, vistiendo agora
2890
ya la tela y ya el acero,
que entrambos juntos me adornan.
Ea, pues, fuerte caudillo:
a los dos juntos importa
impedir y deshacer
2895
estas concertadas bodas:
a mí porque no se case
el que mi esposo se nombra,
y a ti porque, estando juntos
sus dos estados, no pongan
2900
con más poder y más fuerza
en duda nuestra vitoria.
Mujer, vengo a persuadirte
el remedio de mi honra,
y varón, vengo a alentarte
2905
a que cobres tu corona.
Mujer, vengo a enternecerte
cuando a tus plantas me ponga,
y varón, vengo a servirte
cuando a tus gentes socorra.
2910
Mujer, vengo a que me valgas
en mi agravio y mi congoja,
y varón, vengo a valerte
con mi acero y mi persona.
Y así piensa que, si hoy
2915
como a mujer me enamoras,
como varón te daré
la muerte en defensa honrosa
de mi honor; porque he de ser,
en su conquista amorosa,
2920
mujer para darte quejas,
varón para ganar honras.

Segismundo
(Cielos, si es verdad que sueño,
suspendedme la memoria,
que no es posible que quepan
2925
en un sueño tantas cosas.
¡Válgame Dios! ¡Quién supiera
o saber salir de todas
o no pensar en ninguna!
¿Quién vio penas tan dudosas?
2930
Si soñé aquella grandeza
en que me vi, ¿cómo agora
esta mujer me refiere
unas señas tan notorias?
Luego fue verdad, no sueño;
2935
y si fue verdad, que es otra
confusión y no menor,
¿cómo mi vida le nombra
sueño? Pues ¿tan parecidas
a los sueños son las glorias,
2940
que las verdaderas son
tenidas por mentirosas,
y las fingidas por ciertas?
¿Tan poco hay de unas a otras,
que hay cuestión sobre saber
2945
si lo que se ve y se goza
es mentira o es verdad?
¿Tan semejante es la copia
al original, que hay duda
en saber si es ella propia?
2950
Pues si es así, y ha de verse
desvanecida entre sombras
la grandeza y el poder,
la majestad y la pompa,
sepamos aprovechar
2955
este rato que nos toca,
pues sólo se goza en ella
lo que entre sueños se goza.
Rosaura está en mi poder,
su hermosura el alma adora.
2960
Gocemos, pues, la ocasión;
el amor las leyes rompa
del valor y confianza
con que a mis plantas se postra.
Esto es sueño, y pues lo es,
2965
soñemos dichas agora,
que después serán pesares.
Mas con mis razones propias
vuelvo a convencerme a mí:
si es sueño, si es vanagloria,
2970
¿quién por vanagloria humana
pierde una divina gloria?
¿Qué pasado bien no es sueño?
¿Quién tuvo dichas heroicas
que entre sí no diga, cuando
2975
las revuelve en su memoria:
«sin duda que fue soñado
cuanto vi»? Pues si esto toca
mi desengaño, si sé
que es el gusto llama hermosa
2980
que le convierte en cenizas
cualquiera viento que sopla,
acudamos a lo eterno,
que es la fama vividora
donde ni duermen las dichas,
2985
ni las grandezas reposan.
Rosaura está sin honor:
más a un príncipe le toca
el dar honor que quitarle.
¡Vive Dios! que de su honra
2990
he de ser conquistador
antes que de mi corona.
Huyamos de la ocasión,
que es muy fuerte.) Al arma toca,
que hoy he de dar la batalla
2995
antes que las negras sombras
sepulten los rayos de oro
entre verdinegras ondas.

Rosaura
Señor, ¿pues así te ausentas?
¿Pues ni una palabra sola
3000
no te debe mi cuidado,
no merece mi congoja?
¿Cómo es posible, señor,
que ni me mires ni oigas?
¿Aun no me vuelves el rostro?

Segismundo
3005
Rosaura, al honor le importa,
por ser piadoso contigo,
ser cruel contigo agora.
No te responde mi voz
porque mi honor te responda;
3010
no te hablo, porque quiero
que te hablen por mí mis obras;
ni te miro, porque es fuerza,
en pena tan rigurosa,
que no mire tu hermosura
3015
quien ha de mirar tu honra.

Vanse

Rosaura
Redondilla
¿Qué enigmas, cielos, son éstas?
Después de tanto pesar
¡aún me queda que dudar
con equívocas respuestas!

Sale Clarín

Clarín
Redondilla
3020
Señora, ¿es hora de verte?

Rosaura
¡Ay, Clarín! ¿Dónde has estado?

Clarín
En una torre encerrado,
brujuleando mi muerte,
Redondilla
si me da o no me da;
3025
y a figura que me diera,
pasante quínola fuera
mi vida, que estuve ya
Redondilla
para dar un estallido.

Rosaura
¿Por qué?

Clarín
Porque sé el secreto
3030
de quién eres, y en efeto
Dentro cajas
Clotaldo... Pero ¿qué ruido
Redondilla
es éste?

Rosaura
¿Qué puede ser?

Clarín
Que del palacio sitiado
sale un escuadrón armado
3035
a resistir y vencer
Redondilla
el del fiero Segismundo.

Rosaura
Pues ¿cómo cobarde estoy
y ya a su lado no soy
un escándalo del mundo,
Redondilla
3040
cuando ya tanta crueldad
cierra sin orden ni ley?

Vase

Dentro unos
¡Viva nuestro invicto Rey!

Dentro otros
¡Viva nuestra libertad!

Clarín
Redondilla
¡La libertad y el Rey vivan!
3045
Vivan muy enhorabuena,
que a mí nada me da pena
como en cuenta me reciban
Redondilla
que yo, apartado este día
en tan grande confusión,
3050
haga el papel de Nerón
que de nada se dolía.
Redondilla
Si bien me quiero doler
de algo, y ha de ser de mí:
escondido, desde aquí
3055
toda la fiesta he de ver.
Redondilla
El sitio es oculto y fuerte
entre estas peñas: pues ya
la muerte no me hallará,
dos higas para la muerte.

Escóndese. Suena ruido de armas
Salen el Rey, Clotaldo y Astolfo, huyendo

Basilio
Redondilla
3060
¿Hay más infelice rey?
¿Hay padre más perseguido?

Clotaldo
Ya tu ejército vencido
baja sin tino ni ley.

Astolfo
Redondilla
Los traidores vencedores
3065
quedan.

Basilio
En batallas tales,
los que vencen son leales,
los vencidos los traidores.
Redondilla
Huyamos, Clotaldo, pues,
del cruel, del inhumano
3070
rigor de un hijo tirano.

Disparan dentro, y cae Clarín, herido, de donde está

Clarín
¡Válgame el cielo!

Astolfo
¿Quién es
Redondilla
este infelice soldado
que a nuestros pies ha caído
en sangre todo teñido?

Clarín
3075
Soy un hombre desdichado
Redondilla
que, por quererme guardar
de la muerte, la busqué.
Huyendo della, topé
con ella, pues no hay lugar
Redondilla
3080
para la muerte secreto;
de donde claro se arguye
que quien más su efeto huye
es quien se llega a su efeto.
Redondilla
Por eso tornad, tornad
3085
a la lid sangrienta luego,
que entre las armas y el fuego
hay mayor seguridad
Redondilla
que en el monte más guardado;
que no hay seguro camino
3090
a la fuerza del destino
y a la inclemencia del hado.
Redondilla
Y así, aunque a libraros vais
de la muerte con huir,
mirad que vais a morir
3095
si está de Dios que muráis.

Cae dentro

Basilio
«Mirad que vais a morir
si está de Dios que muráis.»
Romance (tirada)
¡Qué bien, ay cielos, persuade
nuestro error, nuestra ignorancia,
3100
a mayor conocimiento
este cadáver que habla
por la boca de una herida,
siendo el humor que desata
sangrienta lengua que enseña
3105
que son diligencias vanas
del hombre cuantas dispone
contra mayor fuerza y causa!
Pues yo, por librar de muertes
y sediciones mi patria,
3110
vine a entregarla a los mismos
de quien pretendí librarla.

Clotaldo
Aunque el hado, señor, sabe
todos los caminos, y halla
a quien busca entre lo espeso
3115
de dos peñas, no es cristiana
determinación decir
que no hay reparo a su saña.
Sí hay, que el prudente varón
vitoria del hado alcanza;
3120
y si no estás reservado
de la pena y la desgracia,
haz por donde te reserves.

Astolfo
Clotaldo, señor, te habla
como prudente varón
3125
que madura edad alcanza,
yo como joven valiente.
Entre las espesas ramas
dese monte está un caballo,
veloz aborto del aura;
3130
huye en él, que yo entre tanto
te guardaré las espaldas.

Basilio
Si está de Dios que yo muera,
o si la muerte me aguarda,
aquí hoy la quiero buscar,
3135
esperando cara a cara.

Tocan al arma, y sale Segismundo y toda la compañía

Segismundo
En lo intrincado del monte,
entre sus espesas ramas,
el Rey se esconde. Seguilde,
no quede en sus cumbres planta
3140
que no examine el cuidado,
tronco a tronco y rama a rama.

Clotaldo
¡Huye, señor!

Basilio
¿Para qué?

Astolfo
¿Qué intentas?

Basilio
Astolfo, aparta.

Clotaldo
¿Qué intentas?

Basilio
Hacer, Clotaldo,
3145
un remedio que me falta.
Si a mí buscándome vas,
ya estoy, príncipe, a tus plantas:
sea dellas blanca alfombra
esta nieve de mis canas.
3150
Pisa mi cerviz y huella
mi corona; postra, arrastra
mi decoro y mi respeto;
toma de mi honor venganza,
sírvete de mí cautivo;
3155
y tras prevenciones tantas
cumpla el hado su homenaje,
cumpla el cielo su palabra.

Segismundo
Corte ilustre de Polonia,
que de admiraciones tantas
3160
sois testigos, atended,
que vuestro príncipe os habla.
Lo que está determinado
del cielo, y en azul tabla
Dios con el dedo escribió,
3165
de quien son cifras y estampas
tantos papeles azules
que adornan letras doradas,
nunca mienten, nunca engañan;
porque quien miente y engaña
3170
es quien, para usar mal dellas,
las penetra y las alcanza.
Mi padre, que está presente,
por escusarse a la saña
de mi condición, me hizo
3175
un bruto, una fiera humana;
de suerte que, cuando yo
por mi nobleza gallarda,
por mi sangre generosa,
por mi condición bizarra,
3180
hubiera nacido dócil
y humilde, sólo bastara
tal género de vivir,
tal linaje de crianza,
a hacer fieras mis costumbres.
3185
¡Qué buen modo de estorbarlas!
Si a cualquier hombre dijesen:
«Alguna fiera inhumana
te dará muerte», ¿escogiera
buen remedio en despertallas
3190
cuando estuviesen durmiendo?
Si dijeran: «Esta espada
que traes ceñida ha de ser
quien te dé la muerte», vana
diligencia de evitarlo
3195
fuera entonces desnudarla
y ponérsela a los pechos.
Si dijesen: «Golfos de agua
han de ser tu sepultura
en monumentos de plata»,
3200
mal hiciera en darse al mar,
cuando soberbio levanta
rizados montes de nieve,
de cristal crespas montañas.
Lo mismo le ha sucedido
3205
que a quien, porque le amenaza
una fiera, la despierta;
que a quien, temiendo una espada,
la desnuda; y que a quien mueve
las ondas de una borrasca;
3210
y cuando fuera, escuchadme,
dormida fiera mi saña,
templada espada mi furia,
mi rigor quieta bonanza,
la fortuna no se vence
3215
con injusticia y venganza,
porque antes se incita más.
Y así, quien vencer aguarda
a su fortuna, ha de ser
con prudencia y con templanza.
3220
No, antes de venir el daño,
se reserva ni se guarda
quien le previene; que aunque
puede humilde, cosa es clara,
reservarse dél, no es
3225
sino después que se halla
en la ocasión, porque aquésta
no hay camino de estorbarla.
Sirva de ejemplo este raro
espectáculo, esta estraña
3230
admiración, este horror,
este prodigio; pues nada
es más que llegar a ver,
con prevenciones tan varias,
rendido a mis pies a un padre
3235
y atropellado a un monarca.
Sentencia del cielo fue;
por más que quiso estorbarla,
él no pudo. ¿Y podré yo,
que soy menor en las canas,
3240
en el valor y en la ciencia,
vencerla? Señor, levanta,
dame tu mano; que ya
que el cielo te desengaña
de que has errado en el modo
3245
de vencerle, humilde aguarda
mi cuello a que tú te vengues;
rendido estoy a tus plantas.

Basilio
Hijo, que tan noble acción
otra vez en mis entrañas
3250
te engendra, príncipe eres.
A ti el laurel y la palma
se te deben. Tú venciste:
corónente tus hazañas.

Todos
¡Viva Segismundo, viva!

Segismundo
3255
Pues que ya vencer aguarda
mi valor grandes vitorias,
hoy ha de ser la más alta
vencerme a mí. Astolfo dé
la mano luego a Rosaura,
3260
pues sabe que de su honor
es deuda, y yo he de cobrarla.

Astolfo
Aunque es verdad que la debo
obligaciones, repara
que ella no sabe quién es;
3265
y es bajeza y es infamia
casarme yo con mujer...

Clotaldo
No prosigas, tente, aguarda;
porque Rosaura es tan noble
como tú, Astolfo, y mi espada
3270
lo defenderá en el campo;
que es mi hija, y esto basta.

Astolfo
¿Qué dices?

Clotaldo
Que yo hasta verla
casada, noble y honrada,
no la quise descubrir.
3275
La historia desto es muy larga;
pero, en fin, es hija mía.

Astolfo
Pues siendo así, mi palabra
cumpliré.

Segismundo
Pues porque Estrella
no quede desconsolada,
3280
viendo que príncipe pierde
de tanto valor y fama,
de mi propia mano yo
con esposo he de casarla
que en méritos y fortuna,
3285
si no le excede, le iguala.
Dame la mano.

Estrella
Yo gano
en merecer dicha tanta.

Segismundo
A Clotaldo, que leal
sirvió a mi padre, le aguardan
3290
mis brazos, con las mercedes
que él pidiere que le haga.

[Soldado] 1
Si así a quien no te ha servido
honras, ¿a mí, que fui causa
del alboroto del reino,
3295
y de la torre en que estabas
te saqué, qué me darás?

Segismundo
La torre, y porque no salgas
della nunca hasta morir,
has de estar allí con guardas;
3300
que el traidor no es menester,
siendo la traición pasada.

Basilio
Tu ingenio a todos admira.

Astolfo
¡Qué condición tan mudada!

Rosaura
¡Qué discreto y qué prudente!

Segismundo
3305
¿Qué os admira? ¿Qué os espanta,
si fue mi maestro un sueño
y estoy temiendo en mis ansias
que he de despertar y hallarme
otra vez en mi cerrada
3310
prisión? Y cuando no sea,
el soñarlo sólo basta;
pues así llegué a saber
que toda la dicha humana,
en fin, pasa como sueño.
3315
Y quiero hoy aprovecharla
el tiempo que me durare,
pidiendo de nuestras faltas
perdón, pues de pechos nobles
es tan propio el perdonarlas.