Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza Ruiz de Alarcón y Mendoza, Juan

La verdad sospechosa





Texto utilizado para esta edición digital:
Texto incluido en la base Canon 60 - TC/12. Digitalización a cargo de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra, 2015.
Edición digital para CANON 60:
  • Teresa Ferrer Valls
Adaptación digital para EMOTHE:
  • Guinart Palomares, David (Artelope)

Elenco

Hablan en ella las personas siguientes:

Don Beltrán, viejo grave
Don García, galán
Tristán, gracioso
Un letrado
Jacinta, dama
Lucrecia, dama
Isabel, criada
Don Juan, galán
Don Sancho, viejo grave
Don Félix, galán
Camino, escudero
Un paje
Un criado
Don Juan, viejo grave

Acto I

[Escena 1]

Salen por una puerta DON GARCÍA y un LETRADON
X
Nota del editor

"LETRADO"

Si en un principio significaba «hombre de letras» con el tiempo se especificó el significado de este vocablo y pasó a ser el hombre de leyes, jurisconsulto.

viejo, de estudiantesN
X
Nota del editor

"de estudiantes"

Con traje de estudiantes. Escribe Millares: «Tanto los licenciados como los estudiantes de cualquier facultad se distinguían de los nobles y seglares porque usaban la toga y el “ferreruelo”, capa corta sin capilla.»

, de caminoN
X
Nota del editor

"de camino"

Esta indicación alude tanto al hecho de que don García y el letrado acaban de llegar de viaje, como a una posible especificación de vestuario, que se añadiría a la caracterización como universitarios de los recién llegados, y que les aportaría botas altas de montar y, probablemente, un capote.

, y por otra DON BELTRÁN y TRISTÁN.

DON BELTRÁN
Redondilla
Con bien vengas, hijo mío.

DON GARCÍA
Dame la mano, señor.

DON BELTRÁN
¿Cómo vienes?

DON GARCÍA
El calor
del ardiente y seco estío
Redondilla
5
me ha afligido de tal suerte,
que no pudiera llevallo,
señor, a no mitigallo
con la esperanza de verte.

DON BELTRÁN
Redondilla
Entra, pues, a descansar.
10
Dios te guarde. ¡Qué hombre vienes!
Tristán...

TRISTÁN
Señor...

DON BELTRÁN
Dueño tienes
nuevo ya de quien cuidar.
Redondilla
Sirve desde hoy a García;
que tú eres diestro en la Corte,
15
y él bisoñoN
X
Nota del editor

"bisoño"

«Es voz tomada del italiano Ho bisogno, que aprendieron los españoles por necessidad en Italia, para pedir lo necesario» (DA). Los soldados recién llegados, no conociendo la lengua, iban diciendo según las ocasiones «visoño pan, visoño carne, etc. Y por esto se quedaron con el nombre de visoños» (Covarrubias). La situación es la misma que en LPO, I, 19, cuando el duque de Urbino se confiesa «bisoño» en la Corte, y pide a don Juan y a don Mendo que le sirvan de guías. Vid. LPO, nota v. 808.

.

TRISTÁN
En lo que importe
yo le serviré de guía.

DON BELTRÁN
Redondilla
No es criado el que te doy,
mas consejero y amigoN
X
Nota del editor

"mas consejero y amigo"

Sobre los criados hidalgos, con estudios universitarios, y función satírica y consejera, que son tan característicos del teatro de Alarcón, vid. nuestra Introducción (III.2.3). El Tristán de LVS es hermano gemelo del Beltrán de LPO. Véase LPO, nota al v. 20. Juliá, por su parte, supone que «influyó en esta concepción de la servidumbre la fidelidad y constancia de Lorenzo Morales, el criado de Alarcón, quien acompaño a su señor a Méjico cuando regresó el poeta a su tierra natal». C. O. Brenes (El sentimiento democrático en el teatro de Juan Ruiz de Alarcón, Valencia, 1960), decidirá todo su capítulo VI al «concepto de criado en Alarcón», y en él basará en buena medida su poco compartible tesis del democratismo alarconiano.

.

DON GARCÍA
Tendrá ese lugar conmigo.

Vase.

TRISTÁN
20
Vuestro humilde esclavo soy.

Vase.

[Escena 2]

DON BELTRÁN
Redondilla
Deme, señor licenciadoN
X
Nota del editor

"señor licenciado"

El sistema educativo del XVII era considerablemente distinto del actual. La proporción de analfabetos era enorme. En las áreas rurales la inmensa mayoría de la población era iletrada. En las poblaciones de alguna importancia existían escuelas de Gramática, que venían a ser un esbozo de lo que después se llamó Enseñanza Media. Se enseñaba en ellas gramática latina y, a veces, el maestro daba para ello, nociones de retórica, poética, mitología e historia antigua, esto es, humanidades. Los que continuaban estudios en las universidades cubrían una primera etapa en la facultad de artes, donde prolongaban sus estudios de humanidades y recibían el título de bachiller en artes, que era así un título universitario (Alarcón se matriculó en esta facultad en 1592, en la Universidad Real y Pontificia de Méjico y se bachilleró en artes en 1595). Pero los estudios verdaderamente universitarios comenzaban después, en las facultades profesionales, que eran cuatro: dos eclesiásticas (Teología y Cánones) y dos civiles (Leyes y Medicina). El bachiller en artes podía acudir a una de ellas (Alarcón se matriculó en la de Cánones a principios de junio de 1596, y tenía sus estudios realizados ya en 1600, aunque prefirió revalidarlos en Salamanca) para bachillerarse (Alarcón obtuvo el título de bachiller en Cánones el 25 de octubre de 1600, en Salamanca), o bachillerarse en varias carreras sucesivamente (Alarcón se matriculó a continuación en la facultad de Leyes, y obtuvo el título de bachiller en Leyes, en diciembre de 1602). Tras el grado de bachiller se podía aspirar al de licenciado, y así lo hizo Alarcón, dando por terminados sus estudios el 24 de junio de 1605, aunque por motivos económicos esperó a obtener el título de licenciado en utroque jure (esto es, en ambos derechos, el civil y el eclesiástico) a febrero de 1609, en la Universidad de Méjico, para lo cual era necesario la defensa de una tesis y sus conclusiones ante un tribunal. El título de licenciado, que daba opción a opositar a las cátedras, daba a su vez paso al más alto título universitario, tras el examen y los grados correspondientes, el título de doctor (Alarcón no lo alcanzó).

,
los brazos.

LETRADO
Los pies os pido.

DON BELTRÁN
Alce ya. ¿Cómo ha venido?

LETRADO
Bueno, contento, honrado
Redondilla
25
de mi señor don García,
a quien tanto amor cobré,
que no sé cómo podré
vivir sin su compañía.

DON BELTRÁN
Redondilla
Dios le guarde, que en efeto
30
siempre el señor licenciado
claros indicios ha dado
de agradecido y discreto.
Redondilla
Tan precisa obligación
me huelgo que haya cumplido
35
García, y que haya acudido
a lo que es tanta razón.
Redondilla
Porque le aseguro yo
que es tal mi agradecimiento,
que como un corregimientoN
X
Nota del editor

"corregimiento"

Don Beltrán es hombre de influencia, pues en agradecimiento por los servicios prestados, ha conseguido el licenciado nada menos que un cargo de corregidor. «El corregidor era, para hablar en lenguaje actual, una especie de gobernador civil que tuviera además funciones judiciales, desempeñara el cargo de comandante o gobernador militar y presidiera el ayuntamiento cabeza del partido» (Domínguez Ortiz, p. 200). Detenta un enorme poder, muy concentrado. El cargo duraba tres años, en esta época. Los corregidores eran nombrados por el monarca, previa información sobre posibles candidatos a través de la chancillerías, universidades y personas de prestigio, como en nuestro caso (don Beltrán intercede ante el monarca o el Consejo para el nombramiento). En las ciudades muy importantes el corregidor solía ser noble, pues la fuerte nobleza local no hubiera admitido el mando de un plebeyo, por jurista que fuera. En ciudades de menor presión nobiliaria, los corregidores se reclutaban entre los juristas de las universidades.En todo caso, vale la pena observar que si el letrado que ha educado a don García puede llegar a corregidor, y aún aspirar a una plaza en el Consejo (vv. 49-52), y don Beltrán es capaz de hacer valer su influencias ante el monarca, no nos encontramos (como en LPO y en la inmensa mayoría de las comedias de capa y espada del XVII), en un ambiente de nobleza media y caballería urbana, sino en el de la gran nobleza cortesana.

40
mi intercesión le alcanzó,
Redondilla
según mi amor desigualN
X
Nota del editor

"según mi amor desigual"

Por el afecto que don Beltrán siente hacia el licenciado, le alcanzó un corregimiento aún así eso es poco («desigual») comparado con lo que el licenciado se merecía. Una paráfrasis aproximada podría ser: «lo que consigue el amor es inferior a lo que querría el agradecimiento».

,
de la misma suerte hiciera
darle también, si pudiera,
plaza en Consejo RealN
X
Nota del editor

"plaza en Consejo Real"

El Consejo Real de cualquiera de los reinos españoles (en este caso el de Castilla, que se identificó con el Real por antonomasia) era el órgano central del gobierno y de la admisión interna del reino. Estaba presidido por un noble de título o por un obispo y formado por algunos miembros de la nobleza y un número variable de letrados, además de una infraestructura de alcaldes, alguaciles y escribanos. Los secretarios reales aseguraban la conexión entre el rey y el Consejo: preparaban el orden del día de las sesiones, redactaban los documentos a deliberar y estudiaban los asuntos más importantes antes de remitirlos al Consejo. Pasada la época de los Reyes Católicos, los secretarios reales fueron haciéndose con el poder y las atribuciones del Consejo, relegando en parte a éste. Aún así, su prestigio social era enorme, pues en teoría era el supremo órgano colegiado de gobierno del Estado. Se daba el caso de que los grandes nobles, que menospreciaban las poderosas secretarías, aceptaban gustosos el cargo de consejero.

.

LETRADO
Redondilla
45
De vuestro valor lo fíoN
X
Nota del editor

"De vuestro valor lo fío"

«De nuestro valimiento», «protección», «influencia», etc.

.

DON BELTRÁN
Sí, bien lo puede creer;
mas yo me doy a entender
que si con el favor mío
Redondilla
en ese escalón primero
50
se ha podido poner, ya
sin mi ayuda subirá
con su virtud al postrero.

LETRADO
Redondilla
En cualquier tiempo y lugar
he de ser vuestro criado.

DON BELTRÁN
55
Ya pues, señor licenciado,
que el timón ha de dejar
Redondilla
de la nave de García,
y yo he de encargarme dél,
que hiciese por mí y por él
60
sola una cosa querría.

LETRADO
Redondilla
Ya, señor, alegre espero
lo que me queréis mandar.

DON BELTRÁN
La palabra me ha de dar
de que lo ha de hacer, primero.

LETRADO
Redondilla
65
Por Dios juro de cumplir,
señor, vuestra voluntad.

DON BELTRÁN
Que me diga una verdad,
le quiero solo pedir.
Redondilla
Ya sabe que fue mi intento
70
que el camino que seguía
de las letrasN
X
Nota del editor

"las letras"

El concepto de «letras» es aquí amplio, y significa «estudios». Los hijos de la nobleza podían elegir entre las «armas» (con la administración de sus mayorazgos) y las «letras», o estudios universitarios, que les posibilitaban el acceso a las altas jerarquías de la Iglesia y del Estado. Los segundones, como en este caso, era muy frecuente que fuesen dedicados a las «letras».

don García
fuese su acrecentamientoN
X
Nota del editor

"fuese su acrecentamiento"

Al ser segundón, y no poder aspirar a heredar el grueso de los bienes del padre, destinados al primogénito, no tenía más remedio que buscar un medio de promoción que le permitiera estar económicamente a la altura de su linaje. Para ello la carrera eclesiástica era una vía excelente, si se llegaba a detentar un elevado cargo o algunos sustanciosos beneficios.

;
Redondilla
que para un hijo segundo,
como él era, es cosa cierta
75
que es esa la mejor puerta
para las honras del mundo.
Redondilla
Pues como Dios se sirvió
de llevarse a don Gabriel,
mi hijo mayor, con que él
80
mi mayorazgoN
X
Nota del editor

"mayorazgo"

Posesiones vinculadas a perpetuidad a un linaje y que heredaba el primogénito, que estaba obligado a su vez a transmitirlo a su primogénito, de acuerdo con las reglas impuestas por quien fundó el mayorazgo. El mayorazgo es institución de origen medieval, pero consolidada por los Reyes Católicos en las leyes de Toro, y que supuso un elemento capital en la perpetuación del feudalismo castellano. Para fundar un mayorazgo se necesitaba licencia real, y si bien el mayorazgo no podía venderse podía, en cambio, y también con licencia real, cargarse con deudas, que a menudo el mayorazgo no podía amortizar, por lo que se hacía necesaria, una vez más, la intervención real en su apoyo. Los mayorazgos perduraron en España hasta las desamortizaciones del siglo XIX, y con su abolición se abrió la puerta de la revolución burguesa.

quedó,
Redondilla
determiné que, dejada
esa profesión, viniese
a Madrid, donde estuviese,
como es cosa acostumbrada
Redondilla
85
entre ilustres caballeros
en España; porque es bien
que las nobles casas den
a su rey sus herederosN
X
Nota del editor

"a su rey sus herederos"

He aquí, formulada por don Beltrán, la teoría política de la nobleza a partir de la crisis del feudalismo medieval, en que la nobleza vive y casi reina en sus propios estados, y el nuevo feudalismo de estado, propio de la monarquía absoluta, en que la nobleza se incorpora a la Corte y ocupa los puestos de mayor relevancia en el aparato del Estado: en el Consejo de Estado, en los Consejos de Castilla, Aragón, Indias, Italia, Flandes, en el ejército, en los virreinatos, etc. No en vano la monarquía absoluta fue un estado al servicio de los intereses de la nobleza, que si renunció al protagonismo político medieval y aceptó la concentración de poderes en el nuevo estado absolutista fue para garantizar, tras las terribles crisis del final de la Edad Media, su propia continuidad como clase dominante. La transformación de un feudalismo a otro se produjo en el reinado de los Reyes Católicos.

.
Redondilla
Pues como es ya don García
90
hombre que no ha de tener
maestro, y ha de correr
su gobierno a cuenta mía,
Redondilla
y mi paternal amor
con justa razón desea
95
que, ya que el mejor no sea,
no le noten por peor,
Redondilla
quiero, señor licenciado,
que me diga claramente,
sin lisonja, lo que siente,
100
supuesto que le ha criado,
Redondilla
de su modo y condición,
de su trato y ejercicio,
y a qué género de vicio
muestra más inclinación.
Redondilla
105
Si tiene alguna costumbre
que yo cuide de enmendar,
no piense que me ha de dar
con decirlo pesadumbre.
Redondilla
Que él tenga vicio es forzoso,
110
que me pese, claro está;
mas saberlo me será
útil, cuando no gustoso.
Redondilla
Antes en nada, a fe mía,
hacerme puede mayor
115
placer, o mostrar mejor
lo bien que quiere a García,
Redondilla
que en darme este desengaño
cuando provechoso es,
si he de saberlo después
120
que haya sucedido un daño.

LETRADO
Redondilla
Tan estrecha prevención,
señor, no era menester
para reducirme a hacer
lo que tengo obligación,
Redondilla
125
pues es caso averiguado
que cuando entrega al señor
un caballo el picador
que lo ha impuesto y enseñado,
Redondilla
si no le informa del modo
130
y los resabios que tiene,
un mal suceso previene
al caballo y dueño y todo.
Redondilla
Deciros verdad es bien;
que demás del juramento,
135
daros una purga intento,
que os sepa mal y haga bien.
Redondilla
De mi señor don García
todas las acciones tienen
cierto acento, en que convienen
140
con su alta genealogía.
Redondilla
Es magnánimo y valiente,
es sagaz y es ingenioso,
es liberal y piadoso,
si repentino, impaciente.
Redondilla
145
No trato de las pasiones
propias de la mocedad,
porque en esas con la edad
se mudan las condiciones.
Redondilla
Mas una falta no más
150
es la que le he conocido,
que por más que le he reñido,
no se ha enmendado jamás.

DON BELTRÁN
Redondilla
¿CosaN
X
Nota del editor

"Cosa"

Vid. LPO, v. 1869.

que a su calidad
será dañosa en Madrid?N
X
Nota del editor

"será dañosa en Madrid?"

Es importante subrayar como ésta es la principal preocupación del padre. No se trata de saber si el hijo es bueno o malo en general, si está bien o mal preparado en abstracto, sino si va a responder adecuadamente a las exigencias de su vida como heredero de una gran familia en la Corte. Véase nuestra Introducción, IV.1.

LETRADO
155
Puede ser.

DON BELTRÁN
¿Cuál es? Decid.

LETRADO
No decir siempre verdad.

DON BELTRÁN
Redondilla
¡Jesús, qué cosa tan fea
en hombre de obligaciónN
X
Nota del editor

"hombre de obligación"

Si no fuese hombre de obligación y calidad, ser mentiroso no importaría tanto. Reyes documenta otro pasaje semejante en Examen de maridos, II, 6:
Y soy (que esto es lo más nuevo
en los de mi calidad)
amigo de verdad
y de pagar lo que debo.

!

LETRADO
Yo pienso que, o condición
160
o mala costumbreN
X
Nota del editor

"mala costumbre"

Entiéndese por condición el «Natural o genio de los hombres» (DA), por lo que los defectos de condición son defectos de naturaleza, mientras que los de «costumbre» son adquiridos. En Alarcón, si la condición es noble puede vencer a la costumbre, y toda una obra, Don Domingo de don Blas, es elaborada para demostrarlo (véase Introducción, III. 2.1). En ella don Domingo dice a don Juan:
...No la Naturaleza
en quien principio halló nuestra nobleza
se rinda en la costumbre advenediza.

Es importante notar, asimismo, cómo Alarcón no se decanta aquí: el vicio puede provenir de la condición o de la costumbre, por lo que resulta abusivo pensar que la culota la tienen las costumbres universitarias de Salamanca y que esta comedia es una diatriba contra ellas, tal como hace J. Brooks en «La verdad sospechosa: The source and purpose», Hispania, California, XV, 1932, pp. 243-252 (véase nuestra Introducción, IV.1).

sea,
Redondilla
con la mucha autoridad
que con él tenéis, señor,
junto con que ya es mayor
su cordura con la edad,
Redondilla
165
ese vicio perderá.

DON BELTRÁN
Si la vara no ha podido,
en tiempo que tierna ha sido,
enderezarse, ¿qué hará
Redondilla
siendo ya tronco robusto?

LETRADO
170
En Salamanca, señorN
X
Nota del editor

"En Salamanca, señor"

En tiempos de Alarcón, a la Universidad de Salamanca —la más importante del país— acudía una multitud de más de cinco mil estudiantes, muchos de ellos con su séquito de criados, lacayos e instructores. No faltaban los extranjeros, procedentes de Italia, Flandes, Alemania, Inglaterra, Irlanda... y no faltaban por supuesto los indianos, como el propio Alarcón. Es tópico literario de frecuentísimo uso la vida despreocupada, de bromas (a veces muy pesadas), y poco reverente de los estudiantes universitarios. En Alcalá la dejó retratada Quevedo en El buscón. En Salamanca los testimonios comienzan con el Auto del repelón, de Encina, y son abundantísimos, por lo que nos bastará recordar el del propio Alarcón en La cueva de Salamanca.

,
son mozos, gastan humor,
sigue cada cual su gusto,
Redondilla
hacen donaire del vicio,
gala de la travesura,
175
grandeza de la locura,
hace al fin la edad su oficio.
Redondilla
Mas en la Corte mejor
su enmienda esperar podemos,
donde tan validas vemos
180
las escuelas del honor.

DON BELTRÁN
Redondilla
Casi me mueve a reír,
ver cuán ignorante está
de la Corte. ¿Luego acá
no hay quien le enseñe a mentir?
Redondilla
185
En la Corte, aunque haya sido
un extremo don García,
hay quien le dé cada día
mil mentiras de partidoN
X
Nota del editor

"mil mentiras de partido"

Encontrará en la corte quien le dé mil mentiras de ventaja, y aún contará más que él. Es un pasaje netamente satírico, de los que gustaba Alarcón intercalar en sus comedias. Véase en LPO I, 18 (sátira sobre los pedigüeños en la Corte), II, 1 (sátira sobre las diversiones nobiliarias, toros, juego de pelota y maledicencia)... En LVS hay asimismo varias sátiras, alguna realmente notable, como la inmediata de I, 3. Lo curioso en este caso es que la sátira no está puesta en boca del gracioso sino en la del viejo grave.

.
Redondilla
Y si aquí miente el que está
190
en un puesto levantado,
en cosa en que al engañado
la hacienda o honor le va,
Redondilla
¿no es mayor inconveniente
quien por espejo está puesto
195
al reino...? Dejemos esto,
que me voy a maldiciente.
Redondilla
Como el toroN
X
Nota del editor

"Como el toro"

Sobre el espectáculo de los toros, tan popular en el XVII, véase LPO nota v.1050. Alarcón es muy aficionado a utilizar imágenes y comparaciones procedentes de la fiesta, y ésta en particular debió ser aplaudida por el público, pues la repite en varias comedias, como advierte Reyes:
Los favores del mundo, III, 6:
Como el toro, a quien tiró
la vara una diestra mano,
arremete al más cercano,
sin buscar a quien le hirió...

Mudarse por mejorarse, II, 2:
Eso sí; imita al toro embravecido:
el que la vara le tiró, se escapa.
Véngate agora en mí, que soy la capa.

En Todo es ventura, en el acto tercero, Leonor, que teme alguna violencia, hace una extensa relación al duque, por ganar tiempo, de una lidia de toros.

a quien tiró
la vara una diestra mano,
arremete al más cercano
200
sin mirar a quien le hirió,
Redondilla
así yo con el dolor
que esta nueva me ha causado,
en quien primero he encontrado
ejecuté mi furor.
Redondilla
205
Créame que si García
mi hacienda, de amores ciego,
disipara, o en el juego
consumiera noche y día;
Redondilla
si fuera de ánimo inquieto
210
y a pendencias inclinado,
si mal se hubiera casado,
si se muriera en efeto,
Redondilla
no lo llevara tan mal
como que su falta sea
215
mentir. ¡Qué cosa tan fea!
¡Qué opuesta a mi natural!N
X
Nota del editor

"¡Qué opuesta a mi natural!"

Don Beltrán repetirá hasta la saciedad esta idea: la mentira se opone a su condición personal y, a la vez, a su condición social de noble. La idea de que la mentira neutraliza la condición de noble estaba bien asentada en Alarcón, pues la repite en La culpa busca la pena (II, 2):
Porque ni puede quien siente
de amor, mentir, ni quien miente
puede tener calidad.

C.O.Brenes (El sentimiento democrático en el teatro de Juan Ruiz de Alarcón, Valencia, 1960, pp. 104-105 y 12 ss.) inventaría la mentira entre los vicios que conducen a la deshonra del noble: la traición, el engaño, la ingratitud, la avaricia, la vanidad, el interés, la jactancia, la cobardía, el juego o la maledicencia.

Redondilla
Ahora bien, lo que he de hacer
es casarle brevemente,
antes que este inconveniente
220
conocido venga a ser.
Redondilla
Yo quedo muy satisfecho
de su buen celo y cuidado,
y me confieso obligado
del bien que en esto me ha hecho.
Redondilla
225
¿Cuándo ha de partir?

LETRADO
Querría
luego.

DON BELTRÁN
¿No descansará
algún tiempo y gozará
de la Corte?

LETRADO
Dicha mía
Redondilla
fuera quedarme con vos,
230
pero mi oficio me espera.

DON BELTRÁN
Ya entiendo, volar quisiera
porque va a mandar. Adiós.

Vase.

LETRADO
Redondilla
Guárdeos Dios. Dolor extraño
le dio al buen viejo la nueva.
235
Al fin el más sabio lleva
agramenteN
X
Nota del editor

"agramente"

«Agriamente.» Comenta Juliá que Alarcón una también «arresgar» y derivados en múltiples obras, y que en América se emplea «resgoso» por «riesgoso».

un desengaño.

Vase.

[Escena 3]

Salen DON GARCÍA, de galán, y TRISTÁN.N
X
Nota del editor

"Salen DON GARCÍA, de galán, y TRISTÁN."

Cuando salen, tras el vacío de escenario, la acción ha cambiado de tiempo, pues nos encontramos al día siguiente (vid. v. 485), y de espacio, pues nos hemos trasladado a la calle de las Platerías.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Díceme bien este traje?N
X
Nota del editor

"¿Díceme bien este traje?"

En este punto comienza Le menteur de Corneille, y Barry comenta que al prescindir de las dos primeras escenas, que en la comedia de Alarcón hacen el papel de introducción, pretendió presentar al héroe directamente. Vid. también muestra nuestra Introducción, IV. 2.

TRISTÁN
Divinamente, señor.
¡Bien hubiese el inventor
240
deste holandesco follajeN
X
Nota del editor

"holandesco follaje"

Cuello de fina tela de Holanda.

!
Redondilla
Con un cuello apanaladoN
X
Nota del editor

"cuello apanalado"

«Que forma celdillas como panal» (DRAE).

¿qué fealdad no se enmendó?
Yo sé una dama a quien dio
cierto amigo gran cuidado
Redondilla
245
mientras con cuello le vía,
y una vez que llegó a verle
sin él, la obligó a perderle
cuanta afición le tenía,
Redondilla
porque ciertos costuronesN
X
Nota del editor

"costurones"

«Se llama también la cicatriz o señal que queda en la cara u otra parte del cuerpo, de alguna herida, adonde ha sido preciso dar puntos» (DA).

250
en la garganta cetrina
publicaban la ruina
de pasados lamparonesN
X
Nota del editor

"lamparones"

«Tumor duro, que se hace en las glándulas conglomeradas del cuello, de las que llaman salibales» (DA).

.
Redondilla
Las narices le crecieronN
X
Nota del editor

"Las narices le crecieron"

Las narices le crecieron... Demuestra Alarcón en estas redondillas que dominaba el arte del retrato caricaturesco, tan usado y abusado en el XVII, del que tantas veces fue víctima él mismo (véase nuestra Introducción, I), y en el que era maestro indiscutible don Francisco de Quevedo, de quien es este tremendo soneto a una «vieja verde compuesta y afeitada»:
Vida fiambre, cuerpo de anascote,
¿cuándo dirás al apetito: «tate»,
si cuando el Parce mihi te da mate,
empiezas a mirar por el virote?
Tú juntas en tu frente y tu cogote
moño, y mortaja sobre el seso orate;
pues siendo ya viviente disparate,
untas la calavera en almodrote.
Vieja roñosa, pues te llevan, vete;
no vistas el gusano de confite,
pues eres ya varilla de cohete.
Y pues hueles a cisco y alcrebite,
y la podre te sirve de pebete,
juega con tu pellejo al escondite.

,
mostró un gran palmo de oreja,
255
y las quijadas de vieja,
en lo enjuto parecieron.
Redondilla
Al fin el galán quedó
tan otro del que solía,
que no le conocería
260
la madre que le parió.

DON GARCÍA
Redondilla
Por esa y otras razones
me holgara de que saliera
premáticaN
X
Nota del editor

"premática"

Las premáticas o pragmáticas eran decretos que se promulgaban «para remediar algún excesso, abuso u daño que se experimenta en la República» (DA). En múltiples ocasiones se dictaron premáticas sobre la moda, intentando moderar los excesos suntuarios de la nobleza, pero sobre todo los de otros grupos sociales. Una premática de 1623 ordenó precisamente el uso de las volanas (adornos de cuello) sencillas, de uso muy frecuente en la corte. Véase R. L Kennedy, «Certain phases of the sumptuary decrees of 1623 and their relation to Tirso’s theatre», Hispanic Review, vol. XX núm. 4 (abril de 1942) pp. 91-115. A. Millares se apoya en estos versos para datar la obra en 1619-1620, pues si bien la premática fue de 1623 y la obra no puede ser posterior a 1621, los esfuerzos de la corona para moderar los lujos vestimentarios, en especial de los cuellos, arrancan de tres o cuatro años atrás. El XVII presenció, por otra parte, una extraordinaria proliferación de «premáticas» por libre, proponiendo arbitrios y soluciones a problemas de toda índole, lo cual dio lugar a una celebrada literatura arbitrista y a la pintoresca figura de los arbitristas (véase J. Vilar, Literatura y economía. La figura satírica del arbitrista en el Siglo de Oro, Madrid, 1973). Quevedo parodió esta literatura en múltiples premáticas burlescas, como las «Premáticas del desengaño de los poetas güeros», la «Pragmática que han de guardar las hermanitas de pecar, hecha por el Fiel de las Putas». etc.

que impidiera
esos vanos cangilonesN
X
Nota del editor

"cangilones"

Eran «cada uno de los pliegues hechos con molde y forma de cañón en los cuellos apanalados o escarolados» (DRAE).

.
Redondilla
265
Que, demás de esos engaños,
con su holanda el estranjero
saca de España el dinero
para nuestros propios daños.
Redondilla
Una valoncilla angostaN
X
Nota del editor

"Una valoncilla angosta"

Era la valona «adorno, que se ponía al cuello, por lo regular unido al cabezón de la camisa, el qual consistía en una tira angosta de lienzo fino, que caía sobre la espalda, y hombros: y por la parte de adelante era larga hasta la mitad del pecho» (DA). La premática de 1623 restringía su uso a las «valonas llanas y sencillas».

,
270
usándose, le estuviera
bien al rostro, y se anduviera
más a gusto a menos costa.
Redondilla
Y no que con tal cuidado
sirve un galán a su cuello,
275
que por no descomponello,
se obliga a andar empaladoN
X
Nota del editor

"empalado"

Escribe Zabaleta sobre el tocado de los galanes una deliciosa escena costumbrista en El día de fiesta por la mañana (1654), y dice respecto de uno de los característicos adornos del cuello del XVII, la golilla: «Pónese luego la golilla, que es como meter la cabeza en un cepo.»

.

TRISTÁN
Redondilla
Yo sé quien tuvo ocasión
de gozar su amada bella,
y no osó llegarse a ella,
280
por no ajarN
X
Nota del editor

"ajar"

Ésta es la lección de la edición de 1630, pero en la de 1634, aparecía «ahujar», lectura que posponemos.

un cangilón.
Redondilla
Y esto me tiene confuso:
todos dicen que se holgaran
de que valonas se usaran,
y nadie comienza el uso.

DON GARCÍA
Redondilla
285
De gobernar nos dejemos
el mundo. ¿Qué hay de mujeres?

TRISTÁN
¿El mundo dejas, y quieres
que la carne gobernemos?
Redondilla
¿Es más fácil?

DON GARCÍA
Más gustoso.

TRISTÁN
290
¿Eres tierno?N
X
Nota del editor

"¿Eres tierno?"

Verso muy parecido al 1607 de LPO:
ANA.¿Tierno sois?
DUQUE.¿Es contra ley?

DON GARCÍA
Mozo soy.

TRISTÁN
Pues en lugar entras hoy
donde amor no vive ocioso.
Redondilla
Resplandecen damas bellas
en el cortesano suelo
295
de la suerte que en el cielo
brillan lucientes estrellas.
Redondilla
En el vicio y la virtud
y el estado hay diferencia,
como es varia su influencia,
300
resplandor y magnitudN
X
Nota del editor

"magnitud"

«Se entiende por magnitud de las estrellas lo que influyen en los cuerpos inferiores y el dominio que tienen sobre ellos» (Covarrubias).

.
Redondilla
Las señoras, no es mi intento
que en este número estén,
que son ángeles a quien
no se atreve el pensamiento.
Redondilla
305
Solo te diré de aquellas
que son, con almas livianas,
siendo divinas, humanas,
corruptibles, siendo estrellas.
Redondilla
Bellas casadas verás
310
conversables y discretas,
que las llamo yo planetas
porque resplandecen más.
Redondilla
Estas, con la conjunción
de maridos placenteros,
315
influyen en extranjeros
dadivosa condiciónN
X
Nota del editor

"dadivosa condición"

El tópico de la mujer pedigüeña, que saquea a quien la corteja, ha aparecido ya en LPO, v. 743, y reaparece en otros pasajes alarconianos, por ejemplo: El semejante a sí mismo, I, 1, vv. 16-17, en que se califica como la primera de las «siete maravillas nuevas», que vale por tres de las antiguas, a «una mujer que no pide». La mujer pedigüeña fue uno de los motivos más solicitados por la novela picaresca o la prosa costumbrista, y Quevedo lo frecuentó con sarcasmo en su poesía satírica:
dinero cuesta si comen,
y dinero si se rascan.
Escribe de las damas, y apostilla:
brazos que enlazan el cuello
y en la faltriquera paran.
(Romance titulado
«Quejas del abuso del dar a las mujeres»)
Cuando interviene el marido consentidor el cuadro costumbrista se redondea plenamente, y Quevedo llega a escribir la teoría del buen marido consentidor:
trueco mi consentimiento
por doblones muy doblados
y se los quito tan cortos [los doblones]
si me los ponen tan largos [los cuernos]
Del que mi casa visita,
murmuradores villanos
dicen que me hace ofensa,
y el pobre me hace el gasto.
Teoría y doctrina que acaban proclamando: «mejor es buey que no asno» (romance titulado «Doctrina de marido paciente»).

.
Redondilla
Otras hay cuyos maridos
a comisionesN
X
Nota del editor

"comisiones"

Documenta Reyes en La prueba de las promesas, III, p. 448b de la edición de Hartzenbusch en la BAE un pasaje ilustrador:
—¿Qué pide?
—Una comisión.
—¿Qué?
— Comisión.
— Bien está.
— ¿Fuera de aquí?
— En Zaragoza.
— ¿Casado?
— Con mujer moza
y hermosa.
— Negociará.
Millares, por su parte, recuerda un texto bien ilustrativo de Quevedo, en sus Capitulaciones matrimoniales, epígrafe de los «Sufridos», en el que se lee: «Cásanse con mujeres traídas de señores y gente poderosa; danles en dote alguna ocupación de ausencia para que se entretengan el tiempo que están en la corte. Tratan de irse a la comedia o al juego por desocupar la casa y dar lugar al despacho... Si tienen mujer hermosa son conocidísimos.»

se van,
o que en las Indias estánN
X
Nota del editor

"o que en las Indias están"

Éste fue el caso de Diego Díaz, marido de Micaela de Luján, la «Camila Lucinda» de Lope de Vega, quien estaba en Perú mientras su mujer iba quedando embarazada y asignándole los hijos de Lope. Un caso parecido fue el de Cristóbal Calderón, marido de Elena Osorio, «Filis», ausente casi siempre mientras los padres de Elena (Jerónimo Velázquez, autor de comedias, era el padre) fomentaban, al parecer, las relaciones de Elena con amantes generosos, como don Francisco Perrenot de Granvela. Al no poder competir, el galán pobre que era el joven Lope de Vega, y enloqueciendo por los celos, tiró de la manta y organizó el gran escándalo que había de costarle la cárcel y ocho años de destierro de Madrid (1588). Irse a las Indias era, en todo caso, prueba muy fuerte para una pareja, y Alarcón debía sentirlo así cuando en El semejante a sí mismo hace que don Juan finja viajar a las Indias para someter a prueba la lealtad de doña Ana.

,
320
o en Italia, entretenidos.
Redondilla
No todas dicen verdad
en esto, que mil taimadas
suelen fingirse casadasN
X
Nota del editor

"suelen fingirse casadas"

Un caso espectacular es el de la Viuda valenciana, de Lope de Vega, que no deseando casarse ni depender de un hombre, pero habiéndose enamorado de Camilo, inventa toda una estratagema para gozarlo y no haber de casarse.

por vivir con libertad.
Redondilla
325
Verás de cautas pasantesN
X
Nota del editor

"cautas pasantes"

Posiblemente se refiere a «Madres astutas de ocasión», como apunta Millares, es decir, a madres fingidas, que con su presencia trataban de aparentar la honorabilidad de esas «recientes hijas». Debía ser costumbre harto frecuentada, pues Vélez de Guevara, en El diablo cojuelo, escribe: «Entraron a otra plazuela al modo de la de los Herradores, donde se alquilaban tías, hermanas, primos y maridos, como lacayos y escuderos, para damas de achaque que quieren pasar en la Corte con buen nombre y encarecer su mercadería» (tranco III).

hermosas recientes hijas:
estas son estrellas fijas,
y sus madres son errantes.
Redondilla
Hay una gran multitud
330
de señoras del TusónN
X
Nota del editor

"señoras del Tusón"

Como hay «caballeros del Toisón» (de la Orden del Toisón de Oro), hay «señoras del Tusón o Tusonas», explica Reyes. Y el Diccionario de Autoridades describe así a la Tusona: «Ramera, o dama Cortesana. Pudo decirse assí, porque les cortan el pelo por castigo, o ellas le pierden por el vicio deshonesto.» Lope de Vega dejó escrita una comedia titulada La Tusona sin vieja.

,
que entre cortesanas son
de la mayor magnitud.
Redondilla
Síguense tras las tusonas
otras que serlo desean,
335
y aunque tan buenas no sean,
son mejores que busconasN
X
Nota del editor

"busconas"

Aunque la buscona está bien descrita en este pasaje, cabría recordar con el DA que era, fundamentalmente, ladrona, «que hurta rateramente», aunque tenía también condición de ramera. En Los favores del mundo hay un pasaje muy similar:
En amaneciendo Dios,
ya en chinela, ya en chapín
de los nidos salen bandas
de busconas a embestir.
Todas buscando el dinero...
(vv. 2584 y ss.)

.
Redondilla
Estas son unas estrellas
que dan menor claridad,
mas en la necesidad
340
te habrás de alumbrar con ellas.
Redondilla
La buscona no la cuento
por estrella, que es cometa,
pues ni su luz es perfeta,
ni conocido su asiento.
Redondilla
345
Por las mañanas se ofrece
amenazando al dinero,
y en cumpliéndose el agüeroN
X
Nota del editor

"en cumpliéndose el agüero"

Esto es, el pronóstico, lo que estaba previsto.

,
al punto desaparece.
Redondilla
Niñas salen, que procuran
350
gozar todas ocasiones:
estas son exhalaciones
que mientras se queman, duran.
Redondilla
Pero que adviertas es bien,
si en estas estrellas tocas,
355
que son estables muy pocas,
por más que un Perú les den.
Redondilla
No ignores, pues yo no ignoro,
que un signo el del Virgo es,
y los de cuernos son tres,
360
Aries, Capricornio y Toro.
Redondilla
Y así, sin fiar en ellas,
lleva un presupuesto solo,
y es que el dinero es el polo
de todas estas estrellas.

DON GARCÍA
Redondilla
365
¿Eres astrólogo?N
X
Nota del editor

"¿Eres astrólogo?"

El lector habrá observado que toda la sátira de Tristán se basa en el símil de Corte y Firmamento, damas y estrellas, cosa que subraya a cada instante el vocabulario: «resplandecen» las damas, que son varias por su «influencia / resplandor y magnitud». Muchas de ellas corruptibles aunque «estrellas». Unas hacen de «planetas», y con la «conjunción» de sus maridos, «influyen» en los forasteros. Hay estrellas «fijas» y «errantes», con más brillo y con menos, otras son meras «cometas» o incluso «exalaciones». Aparecen finalmente algunos signos del Zodíaco, y en general todas las estrellas confluyen hacia un polo magnético que sostiene su orden. Es un pasaje representativo de la afición a la astrología y de la común creencia en el influjo de los astros sobre los hombres. Alarcón había dedicado toda una obra al tema, El dueño de las estrellas, aunque la astrología se refleja en otras comedias suyas, como la mágica La prueba de las promesas. Quevedo dejó en magníficos versos un «Himno a las estrellas», que refleja la fascinación del hombre del XVII por la misteriosa semiología de los astros:
vosotras, cuyas leyes
guarda observante el tiempo en toda parte,
amenazas de príncipes y reyes,
si os aborta Saturno, Jove o Marte;
ya fijas vais, o ya llevéis delante
por lúbricos caminos greña errante.

TRISTÁN
N
X
Nota del editor

"Oí"

Significa «oí lo que alguien leyó», esto es, «asistí a clases» sobre astrología, en la época en que pretendía en la Corte. Parece reflejar una experiencia directa del propio Alarcón, pues sus conocimientos sobre artes ocultas y astrología, así como sobre las ideas de la Inquisición al respecto, han sido demostradas por A. Espantoso Foley en su libro Occult Arts and Doctrine in the Theater of Juan Ruiz de Alarcón, Ginebra, Droz, 1972. Claro que el pasaje tiene también una clave irónica: «el palacio fue la universidad donde recibí clases de astrología». En Los favores del mundo, recuerda Millares, se da un pasaje muy similar:
¡Fuerte caso, dura ley,
que haya de ser el privado
un astrólogo, colgado
de los aspectos del rey!
(vv. 1605-1608)

,
el tiempo que pretendía,
en Palacio, Astrología.

DON GARCÍA
¿Luego has pretendido?

TRISTÁN
Fui
Redondilla
pretendienteN
X
Nota del editor

"pretendiente"

Véase lo ya dicho en Introducción sobre los años de Alarcón como pretendiente en la Corte madrileña.

por mi mal.

DON GARCÍA
370
¿Cómo en servir has parado?

TRISTÁN
Señor, porque me han faltado
la fortuna y el caudal;
Redondilla
aunque quien te sirve, en vano
por mejor suerte suspira.

DON GARCÍA
375
Deja lisonjas, y mira
el marfil de aquella mano,
Redondilla
el divino resplandor
de aquellos ojos, que juntas
despiden entre las puntas
380
flechas de muerte y amor.

TRISTÁN
Redondilla
¿Dices aquella señora
que va en el coche?

DON GARCÍA
¿Pues cuál
merece alabanza igual?

TRISTÁN
¡Qué bien encajaba agoraN
X
Nota del editor

"¡Qué bien encajaba agora"

La comedia se ríe, una vez más, de sus propios trucos, y un Alarcón que utiliza abundantísimamente la metáfora mítica del Carro del Sol (vid. LPO v. 1248, por ejemplo) ahora la pone en solfa.

Redondilla
385
esto de... coche del Sol,
con todos sus adherentes
de rayos de fuego ardientes
y deslumbrante arrebol!

DON GARCÍA
Redondilla
¿La primer dama que vi
390
en la Corte me agradó?

TRISTÁN
La primera en tierra.

DON GARCÍA
No,
la primera en cielo, sí;
Redondilla
que es divina esta mujer.

TRISTÁN
Por puntosN
X
Nota del editor

"Por puntos"

Recuérdese el v. 555 de LPO: «Por puntos te he de escribir»; significa «frecuentemente».

las toparás
395
tan bellas que no podrás
ser firme en un parecer.
Redondilla
Yo nunca he tenido aquí
constante amor y deseo,
que siempre por la que veo,
400
me olvido de la que vi.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Dónde ha de haber resplandores
que borren los de estos ojos?

TRISTÁN
Míraslos ya con antojosN
X
Nota del editor

"antojos"

Juego de palabras que significa, a la vez, miran con «antojos de larga vista», que aumentan los objetos, y con «deseo, apetito y codicia» (DA).

que hacen las cosas mayores.

DON GARCÍA
Redondilla
405
¿Conoces, Tristán?

TRISTÁN
No humanes
lo que por divino adoras,
porque tan altas señoras
no tocan a los Tristanes.

DON GARCÍA
Redondilla
Pues yo al fin, quien fuere sea,
410
la quiero y he de servilla.
Tú puedes, Tristán, seguilla.

TRISTÁN
Detente, que ella se apea
Redondilla
en la tienda.

DON GARCÍA
Llegar quiero.
¿Úsase en la Corte?

TRISTÁN
Sí,
415
con la regla que te di,
de que es el polo el dinero.

DON GARCÍA
Redondilla
Oro traigo.

TRISTÁN
¡Cierra, España!,
que a César llevas contigoN
X
Nota del editor

"a César llevas contigo"

Millares, siguiendo a Denis, cree que se trata de una alusión a las palabras que César al embarcarse en Epiro, dirigió al patrón de la nave, asustado por la tempestad (palabras recogidas por Lucano en el De bello civili), y que debían ser populares en la época, pues Lope las recogió en El remedio en la desdicha, v. 2375:
Darte mi ventura espero,
Nuño; César va contigo,
como él lo dijo al barquero.

De todas formas, y dado que se habla de monedas, el verso podía aludir simplemente a las palabras de Cristo: «Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.» Llevar a César consigo supone, por tanto, llevar riquezas.

.
Mas mira si en lo que digo
420
mi pensamiento se engaña.
Redondilla
Advierte, señor, si aquella
que tras ella sale agora,
puede ser sol de su aurora,
ser aurora de su estrella.

DON GARCÍA
Redondilla
425
Hermosa es también.

TRISTÁN
Pues mira
si la criada es peor.

DON GARCÍA
El coche es arco de amorN
X
Nota del editor

"El coche es arco de amor"

En nuestra nota al v. 711 de LPO hemos documentado ya el papel de los coches en la vida social de la Corte. Aquí nos limitaremos a recordar cómo Alarcón los retrata ya en Los favores del mundo, esta vez paseando por el Prado:
Coche y Prado son su gloria
y ésta se reduce al fin
a mirarse unos a otros
y andar de aquí para allí.
(Acto III)
Por el coche se desvivían los cortesanos, dispuestos a cualquier extremo por poder disfrutar de tal signo externo de riqueza, y el diablo Cojuelo invita a don Cleofás a burlarse de «aquel marido y mujer, tan amigos de coche, que todo lo que habían de gastar en vestir, calzar y componer su casa lo han empleado en aquél que está sin caballos agora, y comen y cenan y duermen dentro dél» (tranco II).
Quevedo, en un romance de «sátira a los coches», finge que les es llegado el juicio final, y se presenta uno:
... que ha sido
el sujeto a quien más debe
cierta mujer y marido.
Desde el alba hasta la noche
les sirve de albergue y nido.
Y otro se acusa:
de usurpar a las terceras
sus derechos y su oficio.
Que he sido caballo griego,
en cuyo vientre se han visto
diversos hombres armados
contra Elenas, que han rendido.

,
y son flechas cuantas tira.
Redondilla
Yo llego.

TRISTÁN
A lo dicho advierte.

DON GARCÍA
430
¿Y es?

TRISTÁN
Que a la mujer rogandoN
X
Nota del editor

"Que a la mujer rogando"

Paráfrasis del refrán «A Dios rogando y con el mazo dando». Ya la había intentado, esta paráfrasis, en La prueba de las promesas, según indica Reyes:
Esto sí es negociar, y esto se llama
a Dios rogando y el dinero dando.

,
y con el dinero dando.

DON GARCÍA
¡Consista en eso mi suerte!

TRISTÁN
Redondilla
Pues yo, mientras hablas, quiero
que me haga relación
435
el cochero de quién son.

DON GARCÍA
¿Diralo?

TRISTÁN
Sí, que es cocheroN
X
Nota del editor

"es cochero"

Poco de fiar serían los cocheros cuando, como ilustra Reyes, en LPO, v. 1899, denuncia Alarcón:
El primer cochero agora
no será que a su señora
haya servido Judas.
Pero en Los favores del mundo, I, 1, se precisan mejor sus aficiones cantarinas:
— Al descuido has de acercarte...
—El cochero
me dirá cómo se llama.
Y en I, 3:
—... sin duda alguna;
que yo pregunté al cochero
quién es este caballero,
y dijo, «Don Juan de Luna.»

.

Vase.

[Escena 4]

Salen JACINTA, LUCRECIA, ISABEL, con mantos; cae JACINTA y llega DON GARCÍA y dale la mano.

JACINTA
Redondilla
¡Válgame Dios!

DON GARCÍA
Esta mano
os servid de que os levante,
si merezco ser AtlanteN
X
Nota del editor

"Atlante"

Alusión a la fábula de Atlante, rey de Mauritania, que sustentaba sobre sus hombros el Cielo. Léese en DA: «Voz mui usada de los poetas, y algunas veces en la prosa, para expressar aquello que real o metaphoricamente se dice sustentar un gran peso.»

440
de un cielo tan soberano.

JACINTA
Redondilla
Atlante debéis de ser,
pues le llegáis a tocar.

DON GARCÍA
Una cosa es alcanzar,
y otra cosa merecer.
Redondilla
445
¿Qué vitoria es la beldad
alcanzar, por quien me abraso,
si es favor que debo al caso,
y no a vuestra voluntad?
Redondilla
Con mi propia mano así
450
el cielo, mas ¿qué importó
si ha sido porque él cayó,
y no porque yo subí?

JACINTA
Redondilla
¿Para qué fin se procura
merecer?

DON GARCÍA
Para alcanzar.

JACINTA
455
Llegar al fin sin pasar
por los medios, ¿no es ventura?

DON GARCÍA
Redondilla
Sí.

JACINTA
Pues, ¿cómo estáis quejoso
del bien que os ha sucedido,
si el no haberlo merecido
460
os hace más venturoso?

DON GARCÍA
Redondilla
Porque como las acciones
del agravio y el favor
reciben todo el valor
solo de las intenciones,
Redondilla
465
por la mano que os toqué
no estoy yo favorecido,
si haberlo vos consentido
con esa intención no fue.
Redondilla
Y así, sentir me dejadN
X
Nota del editor

"sentir me dejad"

«Dejadme lamentar.» He aquí uno de estos discreteos de salón, conversaciones entre galantes y compendiosas, que tanto gustaban a Alarcón y que indujeron a Pedro Henríquez Ureña en su conferencia de 1913 a hablar de ese tono «conversable y discreto» que le caracterizaba. Aquí, junto al puro galanteo, se nota aflorar una dialéctica de conceptos morales: el mérito y la ventura, el pobre valor de la dicha obtenida por azar frente al mucho de la concedida con intención, la voluntad y el favor...

470
que cuando tal dicha gano,
venga sin alma la mano
y el favor sin voluntad.

JACINTA
Redondilla
Si la vuestra no sabía,
de que agora me informáis
475
injustamente culpáis
los defetos de la mía.

[Escena 5]

Sale TRISTÁN.

TRISTÁN
Redondilla
[Aparte.]
El cochero hizo su oficio:
nuevas tengo de quién son.

DON GARCÍA
¿Que hasta aquí de mi afición
480
nunca tuvistes indicio?

JACINTA
Redondilla
¿Cómo, si jamás os vi?

DON GARCÍA
¿Tan poco ha valido, ¡ay Dios!,
más de un año que por vos
he andado fuera de mí?

TRISTÁN
Redondilla
485
Aparte.
¿Un año, y ayer llegó
a la Corte?

JACINTA
¡Bueno a fe!
¿Más de un año? Juraré
que no os vi en mi vida yo.

DON GARCÍA
Redondilla
Cuando del indiano suelo
490
por mi dicha llegué aquí,
la primer cosa que vi
fue la gloria de ese cielo,
Redondilla
y aunque os entregué al momento
el alma, habeislo ignorado,
495
porque ocasión me ha faltado
de deciros lo que siento.

JACINTA
Redondilla
¿Sois indiano?

DON GARCÍA
Y tales son
mis riquezas, pues os vi,
que al minado PotosíN
X
Nota del editor

"minado Potosí"

Alusión a las minas de Potosí, en Bolivia. La ciudad de Potosí está al pie del Cerro Rico, célebre por sus fabulosas minas de plata y estaño.

500
le quito la presunción.

TRISTÁN
Redondilla
Aparte.
¿Indiano?

JACINTA
¿Y sois tan guardosoN
X
Nota del editor

"guardoso"

Que guarda sus dineros y no los gasta.

como la fama los hace?

DON GARCÍA
Al que más avaro nace,
hace el amor dadivoso.

JACINTA
Redondilla
505
¿Luego, si decís verdad,
preciosas ferias esperoN
X
Nota del editor

"preciosas ferias espero"

«Se llaman las dádivas o agasajos, que se hacen por el tiempo que hai feria en algún lugar» (DA). Claro que para ciertas mujeres «todo el año son ferias». Sobre esta costumbre de regalar a las mujeres con ferias dejó Lope una divertida e irreverente comedia temprana: Las ferias de Madrid.

?

DON GARCÍA
Si es que ha de dar el dinero
crédito a la voluntad,
Redondilla
serán pequeños empleos
510
para mostrar lo que adoro,
daros tantos mundos de oro
como vos me dais deseos.
Redondilla
Mas ya que ni al merecer
de esa divina beldad
515
ni a mi inmensa voluntad
ha de igualar el poder,
Redondilla
por lo menos os servid
que esta tiendaN
X
Nota del editor

"esta tienda"

La calle de las Platerías, tramo que unía la calle Mayor con la Puerta del Sol, estaba incluida en la zona donde el gremio de joyeros de Madrid tenía fijado su territorio. Escribe Mesonero Romanos: «El otro trozo de la calle Mayor, conocido por Las Platerías, estuvo desde un principio formado de casas de comercio de reducidos solares y con tres o cuatro pisos de elevación. Las tiendas (...) eran [ocupadas] en los siglos XVI y XVII por los artífices y mercaderes plateros de Madrid, que ostentaban su floreciente comercio y aventajada industria en ocasiones tales como en las entradas de las reinas doña Margarita, esposa de Felipe III, en 1599, y doña Mariana de Austria, esposa de Felipe IV, en 1649; haciendo alarde, en sendos aparadores colocados al frente de sus comercios, de una cantidad prodigiosa de alhajas de oro y plata» (El antiguo Madrid, I, p. 221). Como apunta Reyes este pasaje recuerda mucho a otro de Ganar amigos, vv. 63-64.

que os franqueo
dé señal de mi deseo.

JACINTA
520
[Aparte a LUCRECIA.]
No vi tal hombre en Madrid.
Redondilla
Lucrecia, ¿qué te parece
del indiano liberal?

LUCRECIA
Que no te parece mal,
Jacinta, y que lo merece.

DON GARCÍA
Redondilla
525
Las joyas que gusto os dan,
tomad deste aparador.

TRISTÁN
[Aparte a DON GARCÍA.]
Mucho te arrojas, señor.

DON GARCÍA
Estoy perdido, TristánN
X
Nota del editor

"Estoy perdido, Tristán"

Perdido de amor, aunque no sería lícito negar la posibilidad de una dilogía o doble sentido irónico: perdido de amor y, a la vez, con el bolsillo perdido.

.

ISABEL
Redondilla
[Aparte a JACINTA y LUCRECIA.]
Don Juan viene.

JACINTA
Yo agradezco,
530
señor, lo que me ofrecéis.

DON GARCÍA
Mirad que me agraviaréis,
si no lográis lo que ofrezco.

JACINTA
Redondilla
Yerran vuestros pensamientos,
caballero, en presumir
535
que puedo yo recebir
más que los ofrecimientos.

DON GARCÍA
Redondilla
Pues, ¿qué ha alcanzado de vos
el corazón que os he dado?

JACINTA
El haberos escuchado.

DON GARCÍA
540
Yo lo estimo.

JACINTA
Adiós.

DON GARCÍA
Adiós,
Redondilla
y para amaros me dad
licencia.

JACINTA
Para querer
no pienso que ha menester
licencia la voluntad.

Vanse las mujeres.

[Escena 6]

DON GARCÍA
Redondilla
545
Síguelas.

TRISTÁN
Si te fatigas,
señor, por saber la casa
de la que en amor te abrasa,
ya la sé.

DON GARCÍA
Pues no las sigas;
Redondilla
que suele ser enfadosa
550
la diligencia importuna.

TRISTÁN
“Doña Lucrecia de Luna
se llama la más hermosa,
Redondilla
que es mi dueño, y la otra dama
que acompañándola viene,
555
sé dónde la casa tiene,
mas no sé cómo se llama.”
Redondilla
Esto respondió el cochero.

DON GARCÍA
Si es Lucrecia la más bella,
no hay más que saber, pues ella
560
es la que hablóN
X
Nota del editor

"es la que habló"

Se inicia aquí el enredo central de la comedia, al asignar el nombre de Lucrecia no a Lucrecia sino a Jacinta.

, y la que quiero;
Redondilla
que como el autor del díaN
X
Nota del editor

"el autor del día"

El Sol.

las estrellas deja atrás,
de esa suerte a las demás,
la que me cegó vencía.

TRISTÁN
Redondilla
565
Pues a mí la que calló
me pareció más hermosa.

DON GARCÍA
¡Qué buen gusto!

TRISTÁN
Es cierta cosa
que no tengo voto yo.
Redondilla
Mas soy tan aficionado
570
a cualquier mujer que calla,
que bastó, para juzgalla
más hermosa haber callado.
Redondilla
Mas dado, señor, que estés
errado tú, presto espero,
575
preguntándole al cochero
la casa, saber quién es.

DON GARCÍA
Redondilla
Y Lucrecia, ¿dónde tiene
la suya?

TRISTÁN
Que a la VitoriaN
X
Nota del editor

"la Vitoria"

Iglesia situada en la Puerta del Sol, a la entrada de la carrera de San Jerónimo, esquina a la actual calle de Espoz y Mina. Al lado mismo está la calle que lleva el nombre de la Victoria. Era lugar de moda y frecuentado por las señoras nobles en esta época, como lo indican estos versos de La celosa de sí misma, de Tirso, citados por Barry:
Qué iglesia es ésta?
—Se llama
la Vitoria, y toda dama,
de villa, coche y estrado
la cursa.

dijo, si tengo memoria.

DON GARCÍA
580
Siempre ese nombre conviene
Redondilla
a la esfera venturosaN
X
Nota del editor

"la esfera venturosa"

Complicadísima perífrasis por la cual el barrio en el cual vive Lucrecia Luna es calificado como la Eclíptica (círculo máximo de la esfera celeste, por el que anda el Sol), a la cual se acerca la luna en los eclipses.

que da eclíptica a tal luna.

[Escena 7]

Salen DON JUAN y DON FELlX por otra parte.

DON JUAN
[Aparte a DON FÉLIX.]
¿Música y cena? ¡Ah, fortuna!

DON GARCÍA
¿No es este don Juan de Sosa?

TRISTÁN
Redondilla
585
El mismo.

DON JUAN
¿Quién puede ser
el amante venturoso,
que me tiene tan celoso?

DON FÉLIX
Que lo vendréis a saber
Redondilla
a pocos lances confío.

DON JUAN
590
¡Que otro amante le haya dado,
a quien mía se ha nombrado,
música y cena en el río!

DON GARCÍA
Redondilla
¡Don Juan de Sosa!

DON JUAN
¿Quién es?

DON GARCÍA
¿Ya olvidáis a don García?

DON JUAN
595
Veros en Madrid lo hacía,
y el nuevo traje.

DON GARCÍA
Después
Redondilla
que en Salamanca me vistes,
muy otro debo de estar.

DON JUAN
Más galán sois de seglarN
X
Nota del editor

"seglar"

El traje de estudiante era traje de tradición clerical, y no secular (seglar) o mundana.

600
que de estudiante lo fuistes.
Redondilla
¿Venís a Madrid de asientoN
X
Nota del editor

"de asiento"

De modo permanente.

?

DON GARCÍA
Sí.

DON JUAN
Bien venido seáis.

DON GARCÍA
Vos, don Félix, ¿cómo estáis?

DON FÉLIX
De veros, por Dios, contento.
Redondilla
605
Vengáis bueno en hora buena.

DON GARCÍA
Para serviros, ¿qué hacéis?,
¿de qué habláis?, ¿en qué entendéis?

DON JUAN
De cierta música y cenaN
X
Nota del editor

"De cierta música y cena"

Las meriendas, colaciones, y aún cenas que los galanes ofrecen a las damas en los prados urbanos, junto al río, debieron ser frecuentes en el XVII. La célebre comedia de Tárrega, El prado de Valencia, representa con gran espectacularidad y efectos una de estas escenas, en el prado junto al Turia. Del Manzanares dice Luis Vélez de Guevara, en El diablo cojuelo, que era «el más merendado y cenado de cuantos ríos hay en el mundo» (tranco VIII).

Redondilla
que en el río dio un galán
610
esta noche a una señora,
era la plática agora.

DON GARCÍA
¿Música y cena, don Juan?
Redondilla
¿Y anoche?

DON JUAN
Sí.

DON GARCÍA
¿Mucha cosa?
¿Grande fiesta?

DON JUAN
Así es la fama.

DON GARCÍA
615
¿Y muy hermosa la dama?

DON JUAN
Dícenme que es muy hermosa.

DON GARCÍA
Redondilla
¡Bien!

DON JUAN
¿Qué misterios hacéis?

DON GARCÍA
De que alabéis por tan buena
esa dama y esa cena,
620
si no es que alabando estéis
Redondilla
mi fiesta y mi dama así.

DON JUAN
¿Pues tuvistes también bodaN
X
Nota del editor

"boda"

Aquí, sinónimo de «fiesta», vid. v. 628, casi a continuación.

anoche en el río?

DON GARCÍA
Toda
en eso la consumí.

TRISTÁN
Redondilla
625
Aparte.
¿Qué fiesta o qué dama es esta,
si a la Corte llegó ayer?

DON JUAN
¿Ya tenéis a quién hacer
tan recién venido fiesta?
Redondilla
Presto el amor dio con vos.

DON GARCÍA
630
No ha tan poco que he llegado
que un mes no haya descansado.

TRISTÁN
Aparte.
Ayer llegó, ¡voto a Dios!
Redondilla
Él lleva alguna intención.

DON JUAN
No lo he sabido, a fe mía,
635
que al punto acudido habría
a cumplir mi obligación.

DON GARCÍA
Redondilla
He estado hasta aquí secreto.

DON JUAN
Esa la causa habrá sido
de no haberlo yo sabido.
640
Pero, ¿la fiesta en efeto
Redondilla
fue famosa?

DON GARCÍA
Por ventura
no la vio mejor el río.

DON JUAN
Aparte.
¡Ya de celos desvarío!
¿Quién duda que la espesura
Redondilla
645
del SotilloN
X
Nota del editor

"el Sotillo"

«¿Y qué es el Sotillo? Un pedazo de tierra que dista de Madrid, por cualquiera de sus salidas, más de un cuarto de legua. A la ida muy cuesta abajo, ¿qué será a la vuelta?» Lo describe Zabaleta («Santiago el verde en Madrid», en El día de fiesta por la tarde) con poca y pobre arboleda, apenas mojado por el escaso Manzanares, con las ruinas de una ermita y con poca cosa más. Pero allí bajan «a verse unos a otros», a desfilar y exhibirse con los coches, especialmente con motivo de la fiesta de Santiago el Verde.

el sitio os dio?

DON GARCÍA
Tales señas me vais dando,
don Juan, que voy sospechando
que la sabéis como yo.

DON JUAN
Redondilla
No estoy de todo ignorante,
650
aunque todo no lo sé:
dijéronme no sé qué
confusamente, bastante
Redondilla
a tenerme deseoso
de escucharos la verdad;
655
forzosa curiosidad
en un cortesano ocioso...
Redondilla
Aparte.
o en un amante con celos.

DON FÉLIX
A DON JUAN aparte.
Advertid cuán sin pensar
os han venido a mostrar
660
vuestro contrario los cielosN
X
Nota del editor

"vuestro contrario los cielos"

La suerte (los cielos) han venido a mostrarle quién era realmente su rival.

.

DON GARCÍA
Redondilla
Pues a la fiesta atended:
contarela, ya que veo
que os fatiga ese deseo,

DON JUAN
Hareisnos mucha merced.

DON GARCÍA
Romance (tirada)
665
Entre las opacas sombras
y opacidades espesas
que el soto formaba de olmos,
y la noche de tinieblas,
se ocultaba una cuadrada,
670
limpia y olorosa mesa,
a lo italiano curiosa,
a lo español opulenta.
En mil figuras prensadosN
X
Nota del editor

"En mil figuras prensados"

A las mil figuras impresas en los manteles y servilletas sólo les faltaba alma, es decir, vida y movimiento, para igualarse a las aves y las fieras (Millares).

manteles y servilletas,
675
solo invidiaban las almas
a las aves y a las fieras.
Cuatro aparadores puestos
en cuadraN
X
Nota del editor

"en cuadra"

En cuadro, formando un cuadro.

correspondencia,
la plata blanca y dorada,
680
vidrios y barros ostentan.
Quedó con ramas un olmo
en todo el Sotillo apenas,
que dellas se edificaron
en varias partes seis tiendas.
685
Cuatro coros diferentes
ocultan las cuatro dellas,
otra principios y postres,
y las viandas la sexta.
Llegó en su coche mi dueño,
690
dando envidia a las estrellas,
a los aires suavidad,
y alegría a la ribera.
Apenas el pie que adoro
hizo esmeraldas la yerba,
695
hizo cristal la corriente,
las arenas hizo perlas,
cuando en copia disparadosN
X
Nota del editor

"en copia disparados"

Abundantemente disparados, los fuegos de artificio son elemento imprescindible de las fiestas en el siglo XVII, tanto interiores (y provocaron no pocos incendios) como al aire libre, tanto religiosas como profanas, y tanto públicas como privadas.

cohetes, bombas y ruedas,
toda la región del fuego
700
bajó en un punto a la tierra.
Aun no las sulfúreas luces
se acabaron, cuando empiezan
las de veinte y cuatro antorchas
a obscurecer las estrellas.
705
Empezó primero el coro
de chirimías, tras ellas
el de las vihuelas de arco
sonó en la segunda tienda.
Salieron con suavidad
710
las flautas de la tercera,
y en la cuarta cuatro voces
con guitarras y harpas suenan.
Entretanto se sirvieron
treinta y dos platos de cena,
715
sin los principios y postres,
que casi otros tantos eran.
Las frutas y las bebidas
en fuentes y tazas hechas
del cristalN
X
Nota del editor

"del cristal"

Se refiere a las bebidas, que están heladas, pues se han mantenido en alguno de los «pozos de nieve» en que se depositaba la de la sierra de Guadarrama. Según el DA un pozo de nieve es «cierta especie de pozo seco, muy ancho y capaz, donde se guarda y conserva la nieve para el verano». Según Barry, el francés Pablo Charquías introdujo en la corte española (1606) el uso de los pozos en cuestión, pero Reyes los encuentra citados en los Diálogos de Pero Mexia, de 1547: «Ya no había los estremos de ahora, ni las invenciones de los salitres, ni nieves, ni los pozos, ni sótanos.»

que da el invierno
720
y el artificio conserva,
de tanta nieve se cubren,
que Manzanares sospecha,
cuando por el soto pasa,
que camina por la sierra.
725
El olfato no está ocioso
cuando el gusto se recrea,
que de espíritusN
X
Nota del editor

"espíritus"

Esencias.

süaves
de pomos y cazolejas,
y distilados sudores
730
de aromas, flores y yerbas,
en el soto de Madrid
se vio la región sabeaN
X
Nota del editor

"la región sabea"

Por sus perfumes era famosa Saba, ciudad de Arabia.

.
En un hombre de diamantesN
X
Nota del editor

"En un hombre de diamantes"

Una figurita con forma de hombre y cubierta de diamantes era el soporte de lujosos mondadientes de oro en forma de flechas (Millares). Zabaleta, citado por Barry, escribe que algunas damas llevaban «al lado del corazón colgado un mondadientes de oro». Indudablemente tan lujosos mondadientes habían de quitar toda preeminencia a los pobres y vulgares palillos de sauce, junco o mimbre. A fin de cuentas si los dientes eran perlas, los mondadientes no podían ser pajas.

,
delicadas de oro flechas,
735
que mostrasen a mi dueño
su crueldad y mi firmeza,
al sauce, al junco y al mimbre
quitaron su preeminencia;
que han de ser oro las pajas
740
cuando los dientes son perlas.
En esto juntos en follaN
X
Nota del editor

"en folla"

«Lance de torneo que se executa después de haver torneado cada uno con el mantenedor, dividiéndose en dos quadrillas, y arremetiendo unos contra otros (...) sin orden ni concierto (...). Significa también junta y mezcla de muchas cosas diversas, sin orden ni concierto, sino mezcladas y entretexidas con locura: y ahora se toma por un divertimiento en que se executan varias habilidades» (DA).

los cuatro coros comienzan
desde conformes distanciasN
X
Nota del editor

"desde conformes distancias"

Desde sus distancias respectivas.

a suspender las esferasN
X
Nota del editor

"a suspender las esferas"

«A admirar a los cielos, suspendiéndolos en éxtasis.»

.
745
Tanto que invidioso Apolo
apresuró su carrera,
porque el principio del día
pusiese fin a la fiestaN
X
Nota del editor

"pusiese fin a la fiesta"

El relato que acaba de hacer don García constituye uno de los momentos más brillantes de la obra, señalado por la crítica unánimemente. Fino comentario es el de Á. Valbuena Prat, para quien «la cena del Sotillo (...) es una maravilla de composición Es curioso que en todos los elementos de la descripción aparece el número cuatro, con sus divisores y múltiplos y una alineación “cuadrada” también, junto a finísimos y cuidados detalles». La mesa es «cuadrada», aparadores hay cuatro puestos en cuadro, cuatro son los coros, veinte y cuatro antorchas alumbran la escena, cuatro voces cantan en la cuarta tienda, se sirven treinta y dos platos. «Merece la pena habernos fijado en esta meditada composición de un detalle como un romance descriptivo, en donde tanto dejaban correr la improvisación Lope y sus discípulos» (Historia de la literatura española, vol. III, Barcelona, G. Gili, 1982, 9ª ed. ampliada y puesta al día por A. Prieto, pp 626-627)

.

DON JUAN
¡Por Dios, que la habéis pintado
750
de colores tan perfetas,
que no trocara el oírla,
por haberme hallado en ella!

TRISTÁN
Aparte.
¡Válgate el diablo por hombre!
¿Que tan de repente pueda
755
pintar un convite tal
que a la verdad misma venza?

DON JUAN
Aparte a DON FÉLIX.
¡Rabio de celos!

DON FÉLIX
No os dieron
del convite tales señas.

DON JUAN
¿Qué importa, si en la substancia,
760
el tiempo y lugar concuerdan?

DON GARCÍA
¿Qué decís?

DON JUAN
Que fue el festín
más célebre que pudiera
hacer Alejandro Magno.

DON GARCÍA
¡Oh!, son niñerías estas,
765
ordenadas de repente.
Dadme vos que yo tuviera,
para prevenirme, un día,
que a las romanas y griegas
fiestas que al mundo admiraron,
770
nueva admiración pusiera.

Mira dentro.

DON FÉLIX
A DON JUAN aparte.
Jacinta es la del estriboN
X
Nota del editor

"estribo"

El estribo es, aquí, el asiento del coche junto a la portezuela. Cuando Alarcón iba en él apenas se le veía asomar más que la cabeza, según comentario en befa de Lope. Vid. nota al v. 711 de LPO.

en el coche de Lucrecia.

DON JUAN
A DON FÉLIX aparte.
Los ojos a don García
se le van, ¡por Dios!, tras ella.

DON FÉLIX
775
Inquieto está y divertido.

DON JUAN
Ciertas son ya mis sospechas.

AMBOS
Juntos DON JUAN y DON GARCÍA.
Adiós.

DON FÉLIX
Entrambos a un punto
fuistes a una cosa mesma.

Vanse DON JUAN y DON FÉLIX.

[Escena 8]

TRISTÁN
Aparte.
No vi jamás despedida
780
tan conforme y tan resuelta.

DON GARCÍA
Aquel cielo, primer móvilN
X
Nota del editor

"primer móvil"

Vid. v. 470 de LPO y nota correspondiente.

de mis acciones, me lleva
arrebatado tras sí.

TRISTÁN
Disimula y ten paciencia,
785
que el mostrarse muy amante
antes daña que aprovecha,
y siempre he visto que son
venturosas las tibiezas.
Las mujeres y los diablos
790
caminan por una senda,
que a las almas rematadas,
ni las siguen ni las tientan;
que el tenellas ya seguras
les hace olvidarse dellas,
795
y solo de las que pueden
escapárseles se acuerdan.

DON GARCÍA
Es verdad, mas no soy dueño
de mí mismo.

TRISTÁN
Hasta que sepas
extensamente su estado,
800
no te entregues tan de veras;
que suele dar, quien se arroja
creyendo las apariencias,
en un pantano cubierto
de verde engañosa yerba.

DON GARCÍA
805
Pues hoy te informa de todo.

TRISTÁN
Eso queda por mi cuenta.
Y agora, antes que reviente,
dime, ¡por Dios!, qué fin llevas
en las ficciones que he oído,
810
siquiera para que pueda
ayudarte, que cogernos
en mentira será afrenta:
peruleroN
X
Nota del editor

"perulero"

«El que ha venido desde el reino del Perú a España» (DA).

te fingiste
con las damas.

DON GARCÍA
Cosa es cierta,
815
Tristán, que los forasteros
tienen más dicha con ellas;
y más si son de las Indias,
información de riqueza.

TRISTÁN
Ese fin está entendido,
820
mas pienso que el medio yerras,
pues han de saber al fin
quién eres.

DON GARCÍA
Cuando lo sepan,
habré ganado en su casa,
o en su pecho, ya las puertas
825
con ese medio, y después
yo me entenderé con ellas.

TRISTÁN
Digo que me has convencido,
señor, mas agora venga
lo de haber un mes que estás
830
en la Corte, ¿qué fin llevas,
habiendo llegado ayer?

DON GARCÍA
Ya sabes tú que es grandeza
esto de estar encubierto,
o retirado en su aldea,
835
o en su casa descansando.

TRISTÁN
¡Vaya muy en hora buena!
Lo del convite entra agora.

DON GARCÍA
Fingilo, porque me pesa
que piense nadie que hay cosa
840
que mover mi pecho pueda
a invidia o admiración,
pasiones que al hombre afrentan;
que admirarse es ignorancia,
como invidiar es bajeza.
845
Tú no sabes a qué sabe,
cuando llega un portanuevas
muy orgulloso a contar
una hazaña o una fiesta,
taparle la boca yo
850
con otra tal, que se vuelva
con sus nuevas en el cuerpo,
y que reviente con ellas.

TRISTÁN
¡Caprichosa prevención,
si bien peligrosa treta!
855
La fábulaN
X
Nota del editor

"La fábula"

La comidilla.

de la Corte
serás, si la flor te entrevanN
X
Nota del editor

"si la flor te entrevan"

Entrevan es término muy usado en el argot de germanía, y venía a significar, en contextos como éste, «darte cuenta, comprender, descubrir»:
Habla nueva germanía
porque no sea descornado;
que la otra era muy vieja
y la entrevan los villanos.
(Romancero General,
BAE, c. XVI, núm. 1764.)
Rodríguez Marín , en su edición del Rinconcete y Cortadillo (Madrid, 1920, p.381) comenta «entrevan» se usaba mucho «en la frase entrevarle a uno la flor, que equivale a conocerse la fullería que hace en los naipes u otro cualquier engaño que usa» (cifr. Reyes).
En este pasaje tiene el sentido de «si te conocen la maña», muy semejante al de otro de Guzmán de Alfarache (I, III, V): «y el que nueva flor entrevare, la manifieste a la pobreza, para que se entienda y sepa, siendo los tales bienes comunes» (cifr. J. L. Alonso Hérnandez, Léxico del marginalismo del Siglo de Oro, Salamanca, 1977).

.

DON GARCÍA
Quien vive sin ser sentido,
quien solo el número aumentaN
X
Nota del editor

"el número aumenta"

Opina Juliá que pudiera ser reminiscencia de Horacio: Nos numerus sumus, et fruges consumere nati (epístola II, lib. I, v. 27), y aporta un pasaje similar de El diablo cojuelo (tranco I): «Nacisteis para número de los demás y para pescador de los estanques de los corrales.»

,
y hace lo que todos hacen,
860
¿en qué difiere de bestia?
Ser famosos es gran cosa,
el medio cual fuere sea;
nómbrenme a mí en todas partes,
y murmúrenme siquiera;
865
pues uno, por ganar nombreN
X
Nota del editor

"uno, por ganar nombre"

Alusión a Eróstrato, pastor de Éfeso que, deseando cobrar fama por algún hecho memorable, incendió el templo de Artemisa en Éfeso, una de las siete maravillas del mundo.

,
abrasó el templo de Efesia.
Y al fin es este mi gusto,
que es la razón de más fuerza.

TRISTÁN
Juveniles opiniones
870
sigue tu ambiciosa idea,
y cerrar has menester
en la Corte la mollera.

[Escena 9]

Vanse y salen JACINTA e ISABEL, con mantosN
X
Nota del editor

"salen JACINTA e ISABEL, con mantos"

De nuevo cambia, tras el vacío de escena, el lugar de la acción, que ahora es una sala en casa de don Sancho. Los mantos indican que las mujeres acaban de llegar de la calle, y todavía no han tenido tiempo de desprenderse de esa ropa de abrigo.

, y DON BELTRÁN y DON SANCHO.

JACINTA
Redondilla
¿Tan grande merced?

DON BELTRÁN
No ha sido
amistad de solo un día
875
la que esta casa y la mía,
si os acordáis se han tenido.
Redondilla
Y así, no es bien que extrañéis
mi visita.

JACINTA
Si me espanto
es, señor, por haber tanto
880
que merced no nos hacéis.
Redondilla
Perdonadme que ignorando
el bien que en casa tenía,
me tardé en la platería,
ciertas joyas concertando.

DON BELTRÁN
Redondilla
885
Feliz pronóstico dais
al pensamiento que tengo,
pues cuando a casaros vengo,
comprando joyas estáis.
Redondilla
Con don Sancho, vuestro tío,
890
tengo tratado, señora,
hacer parentesco agora
nuestra amistad, y confío,
Redondilla
puesto que, como discreto,
dice don Sancho que es justo
895
remitirse a vuestro gusto,
que esto ha de tener efeto.
Redondilla
Que pues es la hacienda mía
y calidad tan patente,
solo falta que os contente
900
la persona de García;
Redondilla
y aunque ayer a Madrid vino
de Salamanca el mancebo,
y de invidia el rubio Febo
le ha abrasado en el camino,
Redondilla
905
bien me atreveré a ponello
ante vuestros ojos claros,
fiando que ha de agradaros
desde la planta al cabello,
Redondilla
si licencia le otorgáis
910
para que os bese la mano.

JACINTA
Encarecer lo que gano
en la mano que me dais,
Redondilla
si es notorio, es vano intento,
que estimo de tal manera
915
las prendas vuestras, que diera
luego mi consentimiento,
Redondilla
a no haber de parecer,
por mucho que en ello gano,
arrojamiento liviano
920
en una honrada mujer;
Redondilla
que el breve determinarse
en cosas de tanto peso,
o es tener muy poco seso
o gran gana de casarse.
Redondilla
925
Y en cuanto a que yo lo vea,
me parece, si os agrada,
que para no arriesgar nada,
pasando la calle sea.
Redondilla
Que si como puede ser,
930
y sucede a cada paso,
después de tratarlo, acaso
se viniese a deshacerN
X
Nota del editor

"se viniese a deshacer"

El concierto de las bodas, se sobreentiende.

,
Redondilla
¿de qué me hubieran servido,
o qué opinión me darán
935
las visitas de un galán
con licencias de maridoN
X
Nota del editor

"licencias de marido"

Un pretendiente con atribuciones de marido. Aporta Reyes un pasaje similar de Los favores del mundo, I, 17:
A quien nunca fue admitido,
pretendiente ni galán,
decid: ¿qué leyes le dan
las licencias de marido?

?

DON BELTRÁN
Redondilla
Ya por vuestra gran cordura,
si es mi hijo vuestro esposo,
le tendré por tan dichoso
940
como por vuestra hermosura.

DON SANCHO
Redondilla
De prudencia puede ser
un espejo la que oís.

DON BELTRÁN
No sin causa os remitís,
don Sancho, a su parecer.
Redondilla
945
Esta tarde con García
a caballo pasaré
vuestra calle.

JACINTA
Yo estaré
detrás de esa celosía.

DON BELTRÁN
Redondilla
Que le miréis bien os pido,
950
que esta noche he de volver,
Jacinta hermosa, a saber
cómo os haya parecido.

JACINTA
Redondilla
¿Tan apriesa?

DON BELTRÁN
Este cuidado
no admiréis, que es ya forzoso,
955
pues si vine deseoso,
vuelvo agora enamorado.
Redondilla
Y adiós.

JACINTA
Adiós.

DON BELTRÁN
¿Dónde vais?

DON SANCHO
A serviros.

DON BELTRÁN
No saldré.

Vase.

DON SANCHO
Al corredor llegaré
960
con vos, si licencia dais.

Vase.

[Escena 10]

ISABEL
Quintilla
Mucha priesa te da el viejo.

JACINTA
Yo se la diera mayor,
pues tan bien le está a mi honor,
si a diferente consejo
965
no me obligara el amor.
Quintilla
Que aunque los impedimentos
del hábitoN
X
Nota del editor

"hábito"

Como veremos más adelante (v. 2825), don Juan pretende ingresar en la Orden Militar de Calatrava, que junto a las de Santiago y Alcántara componían las grandes órdenes españolas, fundadas en el siglo XII siguiendo el ejemplo de los caballeros templarios, con la misión de ayudar a los reyes cristianos de la península en la cruzada de reconquista. En recompensa por sus éxitos militares recibieron dominios con derechos jurisdiccionales en inmensos territorios, especialmente en Andalucía y Extremadura. Desde la caída de Granada, sin embargo, las Órdenes perdieron su función bélico-religiosa primitiva, y constituyeron además un peligro para la Corona, dados la riqueza y el poder que les conferían sus estados independientes de aquélla. Con los Reyes Católicos las Órdenes pasaron a control real, pero fue la bula de Adriano VI, en 1523, la que ratificó la incorporación perpetua de las órdenes a la Corona.Sufren entonces las órdenes una adaptación a los nuevos tiempos que les permiten continuar siendo un elemento fundamental de la sociedad hispánica, como fuente importantísima de rentas para la Corona (por las tierras y derechos que suponen, además de por la venta de los hábitos), y como institución en que cristalizan los ideales nobiliarios del XVII. Al pasar a la Corona, ésta dispone de la facultad de otorgar encomiendas y hábitos y enriquecer así su capacidad de patronazgo. Las encomiendas, en que se dividían las órdenes, eran señoríos territoriales con importantes rentas (a principios del XVII, la de Calatrava tenía 51 encomiendas, 32 de las cuales rentaban entre 1000 y 3000 ducados anuales, 6 estaban por debajo y 13 por arriba), por lo que resultaban codiciadísimas, y así le desea don Beltrán a don Juan que llegue a gozar «una rica encomienda / de la Cruz de Calatrava» (v. 2825), y cuando se producía una vacante aspiraban a ella los linajes de mayor prestigio, tanto títulos como segundones de los grandes de España o incluso miembros de la familia real, incluido el heredero de la Corona, de manera que las encomiendas parecen claramente reservadas a la alta nobleza, aunque siempre cabía la posibilidad de que un caballero que tuviera concedido el hábito tuviera la suerte de lograr una encomienda, pero era una posibilidad excepcional.Otra cosa eran los hábitos. A principios del XVII los caballeros con alguno de los tres hábitos eran, en toda España, cerca de un millar. El hábito no proporcionaba más ingreso que un irrisorio real al día. Y sin embargo las solicitudes de hábitos —con los costosos procesos de obtención que suponían— proliferaban. La razón es que el hábito garantizaba la pureza de sangre y la nobleza de quien lo obtenía, por lo que suponía una operación de prestigio el obtenerlo, pero a la vez, y en la medida en que la limpieza de sangre era estrictamente exigida para el desempeño de los grandes cargos suponía el hábito un paso importante para aspirar a ellos. Las órdenes cambian así de función, en el XVII: «Su oficio es conservar a España su nobleza; acrisolar la pureza de las familias; calificar legíticamente las personas; distinguir el principal del plebeyo, y el lustroso del mecánico» (introducción de Gerónimo Mascareñas a su edición de los estatutos de la Orden de Calatrava, Madrid, 1661). De ahí la enorme presión de la nobleza media por obtener el hábito con la cruz en el pecho, pues éste ponía automáticamente a su posesor así como a su familia y descendientes fuera de toda sospecha de impureza. En la época de la comedia, esto es, la de Felipe III todavía, las condiciones para obtener un hábito eran muy estrictas: debía demostrarse una ascendencia libre de todo rasgo, por remoto que fuera, de sangre judía o mora, en padres y abuelos; no tener víctimas de la Inquisición entre los ascendentes, ni personas que hubieran ejercido oficios viles (manuales); el propio aspirante debía ser hijo legítimo. Las pruebas eran costosas y largas, con amplios datos documentales, numerosos testigos y gastos substanciosos: de ahí los «impedimentos del hábito» de que habla el texto, que al final de la comedia serán superados. Se atascaban los expedientes en el Consejo de las Órdenes, hasta el punto de que en 1603 había cincuenta y cuatro concesiones detenidas, como ésta de don Juan (v. 982). En el reinado de Felipe IV, y bajo el mandato del conde-duque, las cosas cambiaron radicalmente: se amplió mucho la venta real de hábitos, se relajaron las pruebas, se fomento indirectamente la compra de testigos, se multiplicaron las excepciones por dispensa de determinados requisitos (sobre todo el de la nobleza del aspirante o el del nacimiento legítimo). «Con el paso del tiempo las órdenes se revelaron como una quimera. Se trataba de órganos religiosos que no tenían mayores obligaciones religiosas que cualquier otra institución secular. Profesaban propósitos militares y no querían combatir ni siquiera en defensa de su país en momentos de peligro nacional. Y además se consideraban árbitros de lo socialmente aceptable e ignoraban incluso sus propios criterios para juzgarla» (L. P. Wright, «Las órdenes militares en la sociedad española de los siglos XVI y XVII», en J. H. Elliot (ed.), Poder y Sociedad en la España de los Austrias, Barcelona, Critica, 1982).

de don Juan,
dueño de mis pensamientos,
forzosa causa me dan
970
de admitir otros intentos,
Quintilla
como su amor no despido,
por mucho que lo deseo,
que vive en el alma asido,
tiemblo, Isabel, cuando creo
975
que otro ha de ser mi marido.

ISABEL
Quintilla
Yo pensé que ya olvidabas
a don Juan, viendo que dabas
lugar a otras pretensiones.

JACINTA
Cáusanlo estas ocasiones,
980
Isabel, no te engañabas;
Quintilla
que como ha tanto que está
el hábito detenido,
y no ha de ser mi marido
si no sale, tengo ya
985
este intento por perdido.
Quintilla
Y así, para no morirme,
quiero hablar y divertirme,
pues en vano me atormento;
que en un imposible intento
990
no apruebo el morir de firme.
Quintilla
Por ventura encontraré
alguno tal, que merezca
que mano y alma le dé.

ISABEL
No dudo que el tiempo ofrezca
995
sujeto digno a tu fe.
Quintilla
Y si no me engaño yo,
hoy no te desagradó
el galán indiano.

JACINTA
Amiga,
¿quieres que verdad te diga?
1000
Pues muy bien me pareció,
Quintilla
y tanto, que te prometo,
que si fuera tan discreto,
tan gentilhombre y galán
el hijo de don Beltrán,
1005
tuviera la boda efeto.

ISABEL
Quintilla
Esta tarde le verás
con su padre por la calle.

JACINTA
Veré solo el rostro y talle;
el alma, que importa más,
1010
quisiera ver con hablalle.

ISABEL
Quintilla
Háblale.

JACINTA
Hase de ofender
don Juan, si llega a sabello,
y no quiero, hasta saber
que de otro dueño he de ser,
1015
determinarme a perdello.

ISABEL
Quintilla
Pues da algún medio, y advierte
que siglos pasas en vano,
y conviene resolverte;
que don Juan es, desta suerte,
1020
el perro del hortelanoN
X
Nota del editor

"el perro del hortelano"

«Que ni come las berzas ni las deja comer al amo», dice el refrán con el que se reprende al que no aprovecha para sí lo que tampoco deja aprovechar al prójimo. Lope de Vega convirtió el refrán en una pieza maestra de la comedia barroca, El perro del hortelano, de hacia 1613 y, por tanto, anterior a esta comedia.

.
Quintilla
Sin que lo sepa don Juan,
podrás hablar, si tú quieres,
al hijo de don Beltrán,
que como en su centro están
1025
las trazas en las mujeres.

JACINTA
Quintilla
Una pienso que podría
en este caso importar.
Lucrecia es amiga mía,
ella puede hacer llamar
1030
de su parte a don García;
Quintilla
que como secreta esté
yo con ella en su ventana,
este fin conseguiré.

ISABEL
Industria tan soberana
1035
solo de tu ingenio fue.

JACINTA
Quintilla
Pues parte al punto, y mi intento
le di a Lucrecia, Isabel.

ISABEL
Sus alas tomaré al viento.

JACINTA
La dilación de un momento
1040
le di, que es un siglo en él.

[Escena 11]

DON JUAN encuentra a ISABEL al salir.

DON JUAN
Redondilla
¿Puedo hablar a tu señora?

ISABEL
Solo un momento ha de ser,
que de salir a comer
mi señor don Sancho es hora.

Vase.

DON JUAN
Redondilla
1045
Ya, Jacinta, que te pierdo,
ya que yo me pierdo, ya...

JACINTA
¿Estás loco?

DON JUAN
¿Quién podrá
estar con tus cosas cuerdo?

JACINTA
Redondilla
Repórtate y habla paso,
1050
que está en la cuadraN
X
Nota del editor

"cuadra"

«La sala o pieza de la casa (...) llámase así por ser regularmente cuadrada» (DA).

mi tío.

DON JUAN
Cuando a cenar vas al río,
¿cómo haces dél poco caso?

JACINTA
Redondilla
¿Qué dices? ¿Estás en ti?

DON JUAN
Cuando para trasnochar
1055
con otro tienes lugar,
¿tienes tío para mí?

JACINTA
Redondilla
¿Trasnochar con otro? Advierte
que aunque eso fuese verdad,
era mucha libertad
1060
hablarme a mí de esa suerte;
Redondilla
cuanto más que es desvarío
de tu loca fantasía.

DON JUAN
Ya sé que fue don García
el de la fiesta del río;
Redondilla
1065
ya los fuegos que a tu coche,
Jacinta, la salva hicieron,
ya las antorchas que dieron
sol al soto a media noche,
Redondilla
ya los cuatro aparadores
1070
con vajillas variadas,
las cuatro tiendas pobladas
de instrumentos y cantores.
Redondilla
Todo lo sé, y sé que el día
te halló, enemiga, en el río.
1075
Di agora que es desvarío
de mi loca fantasía,
Redondilla
di agora que es libertad
el tratarte desta suerte,
cuando obligan a ofenderte
1080
mi agravio y tu liviandad.

JACINTA
Redondilla
¡Plega a Dios...!

DON JUAN
Deja invenciones,
calla, no me digas nada,
que en ofensa averiguada
no sirven satisfaciones.
Redondilla
1085
Ya, falsa, ya sé mi daño,
no niegues que te he perdido.
Tu mudanza me ha ofendido,
no me ofende el desengaño.
Redondilla
Y aunque niegues lo que oí,
1090
lo que vi confesarás,
que hoy, lo que negando estás,
en sus mismos ojos vi.
Redondilla
Y su padre, ¿qué quería
agora aquí? ¿Qué te dijo?
1095
¿De noche estás con el hijo,
y con el padre de día?
Redondilla
Yo lo vi, ya mi esperanza
en vano engañar dispones,
ya sé que tus dilaciones
1100
son hijas de tu mudanza.
Redondilla
Mas, cruel, ¡viven los cielos
que no has de vivir contenta!,
abrásete, pues revienta
este vulcán de mis celos.
Redondilla
1105
El que me hace desdichado,
te pierda, pues yo te pierdo.

JACINTA
¿Tú eres cuerdo?

DON JUAN
¿Cómo cuerdo,
amante y desesperado?

JACINTA
Redondilla
Vuelve, escucha, que si vale
1110
la verdad, presto verás
cuán mal informado estás.

DON JUAN
Voyme, que tu tío sale.

JACINTA
Redondilla
No sale, escucha, que fío
satisfacerte.

DON JUAN
Es en vano,
1115
si aquí no me das la mano.

JACINTA
¿La mano? Sale mi tío.


Acto II

[Escena 1N
X
Nota del editor

"Escena 1"

El lugar de la acción: sala en casa de don Beltrán.

]

Salen DON GARCÍA, en cuerpoN
X
Nota del editor

"en cuerpo"

Don García sale «en cuerpo», esto es «sin capa ni otra cobertura más que el sayo» (Covarrubias).

, leyendo un papel, y TRISTÁN y CAMINO.

PAPEL
La fuerza de una ocasión me hace exceder del orden de mi estadoN
X
Nota del editor

"La fuerza de una ocasión me hace exceder del orden de mi estado"

La importancia del caso justifica que abandone la discreción propia de mi condición social.

. Sabrala vuestra merced esta noche por un balcón que le enseñará el portador, con lo demás que no es para escrito, y guarde N[uestro] Señor.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Quién este papel me escribe?

CAMINO
Doña Lucrecia de Luna.

DON GARCÍA
El alma sin duda alguna,
1120
que dentro en mi pecho vive;
Redondilla
¿no es esta una dama hermosa,
que hoy antes de mediodía
estaba en la platería?

CAMINO
Sí, señor.

DON GARCÍA
¡Suerte dichosa!
Redondilla
1125
Informadme, por mi vida,
de las partes desta dama.

CAMINO
Mucho admiro que su fama
esté de vos escondida.
Redondilla
Porque la habéis visto, dejo
1130
de encarecer que es hermosa,
es discreta y virtuosa,
su padre es viudo y es viejoN
X
Nota del editor

"su padre es viudo y es viejo"

Curioso mérito éste, en verdad.

,
Redondilla
dos mil ducados de rentaN
X
Nota del editor

"dos mil ducados de renta"

Una tercera parte de la renta de doña Ana, la protagonista de LPO. Véase a estos efectos nuestra nota al V. 147 de LPO. Hay pues una desigualdad económica y social entre don García (véase nota al v. 39) y doña Lucrecia, y probablemente también respecto a doña Jacinta, lo cual explicaría la arrogancia y la seguridad (vv. 897 ss.) con que don Beltrán propone a ésta el trato de bodas (I, 9) y las frases con que ella admite «lo que gano / en la mano que me dais» (vv. 911-912).

los que ha de heredar serán,
1135
bien hechos.

DON GARCÍA
¿Oyes, Tristán?

TRISTÁN
Oigo, y no me descontenta.

CAMINO
Redondilla
En cuanto a ser principal,
no hay que hablar; Luna es su padreN
X
Nota del editor

"Luna es su padre"

El origen del linaje de los Luna, uno de los más ilustres de Aragón, parece relacionarse con la conquista de Luna (provincia de Zaragoza) en tiempos de Sancho Ramírez (hacia 1094) el cual cedería el señorío de la villa al ricohombre don Bolcallá, quien tomó de ello el apellido para su linaje. De su primogénito Ferrench descienden los señores y condes de Luna. El condado pasó a la Corona de Aragón, que lo cedió a finales del XV a Juan de Aragón, hijo natural del conde de Ribagorça. Del segundo hijo de don Bolcallá, Martín, derivan los Martínez de Luna, familia prestigiada en Aragón y Castilla por varios militares de importante influencia en la historia de estos reinos. A la casa de Luna perteneció el famoso Papa Luna, Benedicto XIII, y el no menos famoso don Álvaro de Luna, privado de Juan II de Castilla, además de otros grandes señores que ejercieron de alféreces mayores de la Corona de Aragón, virreyes de Aragón y Cataluña, comendadores de Montalbán, condes de Morata del Jalón...En tiempos de Felipe III, a la rama castellana se le otorgó el condado de Fuentidueña en la persona de don Álvaro de Luna y Sarmiento. Una rama de los Luna pasó al Nuevo Mundo, donde generaría en Méjico y en el siglo XVIII el título de condes de Ciria.

,
y fue Mendoza su madreN
X
Nota del editor

"y fue Mendoza su madre"

Sobre Alarcón y el apellido Mendoza vid. nota al v. 37 de LPO.

,
1140
tan finos como un coral.
Redondilla
Doña Lucrecia, en efeto,
merece un rey por marido.

DON GARCÍA
¡Amor, tus alas te pido,
para tan alto sujeto!
Redondilla
1145
¿Dónde vive?

CAMINO
A la VitoriaN
X
Nota del editor

"A la Vitoria"

Vid. n. v. 578.

.

DON GARCÍA
Cierto es mi bien. Que seréis,
dice aquí, quien me guiéis
al cielo de tanta gloria.

CAMINO
Redondilla
Serviros pienso a los dos.

DON GARCÍA
1150
Y yo lo agradeceré.

CAMINO
Esta noche volveré,
en dando las diez, por vos.

DON GARCÍA
Redondilla
Eso le dad por respuesta
a Lucrecia.

CAMINO
A Dios quedad.

Vase.

[Escena 2]

DON GARCÍA
1155
¡Cielos! ¡Qué felicidad,
amor, qué ventura es esta!
Redondilla
¿Ves, Tristán, como llamó
la más hermosa el cochero
a Lucrecia, a quien yo quiero?
1160
Que es cierto que quien me habló
Redondilla
es la que el papel me envía.

TRISTÁN
Evidente presunción.

DON GARCÍA
Que la otra, ¿qué ocasión
para escribirme tenía?

TRISTÁN
Redondilla
1165
Y a todo mal suceder,
presto de duda saldrás,
que esta noche la podrás
en la habla conocer.

DON GARCÍA
Redondilla
Y que no me engañe es cierto,
1170
según dejó en mi sentido
impreso el dulce sonido
de la voz con que me ha muerto.

[Escena 3]

Sale un PAJE con un papel, dalo a DON GARCÍA.

PAJE
Redondilla
Este, señor don García,
es para vos.

DON GARCÍA
No esté así.

PAJE
1175
Criado vuestro nací.

DON GARCÍA
¡Cúbrase por vida mía!

Lee a solas DON GARCÍA.

PAPEL
Redondilla
“Averiguar cierta cosa
importante a solas quiero
con vos. A las siete espero
1180
en San BlasN
X
Nota del editor

La ermita de San Blas, en el alto de Atocha. Era lugar de recreo pero también de desafíos. El del acto II, 2, tiene lugar en la calleja de San Blas (Reyes). Barry recuerda, sobre San Blas, El hechizado por fuerza, de Antonio de Zamora.

. Don Juan de Sosa.”

DON GARCÍA
Redondilla
¡Válgame Dios! ¿Desafío?
¿Qué causa puede tener
don Juan si yo vine ayer
y él es tan amigo mío?
Redondilla
1185
Decid al señor don Juan
que esto será así.

Vase el PAJE.

TRISTÁN
Señor,
mudado estás de color.
¿Qué ha sido?

DON GARCÍA
Nada, Tristán.

TRISTÁN
Redondilla
¿No puedo saberlo?

DON GARCÍA
No.

TRISTÁN
1190
Sin duda es cosa pesada.

DON GARCÍA
Dame la capa y espada.
Vase TRISTÁN.
¿Qué causa le he dado yo?

[Escena 4]

Sale DON BELTRÁN.

DON BELTRÁN
Redondilla
García...

DON GARCÍA
Señor...

DON BELTRÁN
Los dos
a caballo hemos de andar
1195
juntos hoy, que he de tratar
cierto negocio con vos.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Mandas otra cosa?

Sale TRISTÁN y dale de vestir a DON GARCÍA.

DON BELTRÁN
¿A dónde
vais cuando el sol echa fuego?

DON GARCÍA
Aquí a los trucosN
X
Nota del editor

"los trucos"

Es el precedente del billar. Se jugaba sobre «una mesa grande guarnecida de paño muy tirante, sin ninguna arruga ni tropezón; está cercada de unos listones y de trecho en trecho unas ventanillas por donde pueden caber las bolas y una puente de hierro» (Covarrubias). Había diversas maneras de jugar a los trucos, y el DA detalla dos en concreto.

me llego
1200
de nuestro vecino el conde.

DON BELTRÁN
Redondilla
No apruebo que os arrojéis,
siendo venido de ayer,
a daros a conocer
a mil que no conocéis,
Redondilla
1205
si no es que dos condiciones
guardéis con mucho cuidado,
y son que juguéis contado,
y habléis contadas razones.
Redondilla
Puesto que mi parecer
1210
es este, haced vuestro gusto.

DON GARCÍA
Seguir tu consejo es justo.

DON BELTRÁN
Haced que a vuestro placer
Redondilla
aderezo se prevenga
a un caballo para vos.

DON GARCÍA
1215
A ordenallo voy.

Vase.

DON BELTRÁN
Adiós.

[Escena 5]

DON BELTRÁN
Aparte.
¡Que tan sin gusto me tenga
Redondilla
lo que su ayo me dijo!
¿Has andado con García,
Tristán?

TRISTÁN
Señor, todo el día.

DON BELTRÁN
1220
Sin mirar en que es mi hijo,
Redondilla
si es que el ánimo fiel
que siempre en tu pecho he hallado
agora no te ha faltado,
me di lo que sientes dél.

TRISTÁN
Redondilla
1225
¿Qué puedo yo haber sentido
en un término tan breve?

DON BELTRÁN
Tu lengua es quien no se atreve,
que el tiempo bastante ha sido,
Redondilla
y más a tu entendimiento.
1230
Dímelo, ¡por vida mía!,
sin lisonja.

TRISTÁN
Don García,
mi señor, a lo que siento,
Redondilla
que he de decirte verdad,
pues que tu vida has jurado...

DON BELTRÁN
1235
De esa suerte has obligado
siempre a ti mi voluntad.

TRISTÁN
Redondilla
Tiene un ingenio excelente
con pensamientos sutiles,
mas caprichos juveniles
1240
con arrogancia imprudente.
Redondilla
De Salamanca rebosa
la leche, y tiene en los labios
los contagiosos resabios
de aquella caterva moza:
Redondilla
1245
aquel hablar arrojado,
mentir sin recato y modo,
aquel jactarse de todo,
y hacerse en todo extremado.
Redondilla
Hoy en término de una hora
1250
echó cinco o seis mentiras.

DON BELTRÁN
¡Válgame Dios!

TRISTÁN
¿Qué te admiras?
Pues lo peor falta agora:
Redondilla
que son tales, que podrá
cogerle en ellas cualquiera.

DON BELTRÁN
1255
¡Ah, Dios!

TRISTÁN
Yo no te dijera
lo que tal pena te da,
Redondilla
a no ser de ti forzado.

DON BELTRÁN
Tu fe conozco y tu amor.

TRISTÁN
A tu prudencia, señor,
1260
advertir será excusado
Redondilla
el riesgo que correr puedo,
si esto sabe don García,
mi señor.

DON BELTRÁN
De mí confía,
pierde, Tristán, todo el miedo.
Redondilla
1265
Manda luego aderezar
los caballos.

Vase TRISTÁN.

[Escena 6]

DON BELTRÁN
Santo Dios,
pues esto permitís vos,
esto debe de importar.
Redondilla
¿A un hijo solo, a un consuelo
1270
que en la tierra le quedó
a mi vejez triste, dio
tan gran contrapeso el cielo?
Redondilla
Ahora bien, siempre tuvieron
los padres disgustos tales,
1275
siempre vieron muchos males,
los que mucha edad vivieron.
Redondilla
¡Paciencia! Hoy he de acabar,
si puedo, su casamiento.
Con la brevedad intento
1280
este daño remediar,
Redondilla
antes que su liviandad
en la Corte conocida,
los casamientos le impida
que pide su calidad.
Redondilla
1285
Por dicha con el cuidado
que tal estado acarrea,
de una costumbre tan fea
se vendrá a ver enmendado;
Redondilla
que es vano pensar que son
1290
el reñir y aconsejar
bastantes para quitar
una fuerte inclinación.

[Escena 7]

Sale TRISTÁN.

TRISTÁN
Redondilla
Ya los caballos estánN
X
Nota del editor

"Ya los caballos están"

Reyes ha recordado la semejanza de estos versos con aquellos de Los comendadores de Córdoba (anterior a 1604 y, por tanto, a LVS):
Entrad: veréis cuál están,
de española furia llenos,
un bayo y un alazán
desempedrando el zaguán
y jabonando los frenos.
(Ed. de Menéndez Pelayo, en la RAE, Vol. XI, p. 262a.)

,
viendo que salir procuras,
1295
probando las herraduras
en las guijas del zaguán.
Redondilla
Porque con las esperanzas
de tan gran fiesta, el overoN
X
Nota del editor

"el overo"

«Lo que es de color de huevo. Aplícase regularmente al caballo» (DA).

a solas está, primero,
1300
ensayando sus mudanzas,
Redondilla
y el bayoN
X
Nota del editor

"el bayo"

«Color dorado baxo, que tira a blanco, y es mui ordinario en los caballos» (DA).

, que ser procura
émulo al dueño que lleva,
estudia con alma nueva
movimiento y compostura.

DON BELTRÁN
Redondilla
1305
Avisa, pues, a García.

TRISTÁN
Ya te espera tan galán,
que en la Corte pensarán
que a estas horas sale el día.

Vanse.

[Escena 8N
X
Nota del editor

"Escena 8"

El lugar de la acción se traslada a la casa de don Sancho.

]

Salen ISABEL y JACINTA.

ISABEL
Quintilla
La pluma tomó al momento
1310
Lucrecia, en ejecución
de tu agudo pensamiento,
y esta noche en su balcón
para tratar cierto intento
Quintilla
le escribió que aguardaría,
1315
para que puedas en él
platicar con don García.
Camino llevó el papel,
persona de quien se fía.

JACINTA
Quintilla
Mucho Lucrecia me obliga.

ISABEL
1320
Muestra en cualquier ocasión
ser tu verdadera amiga.

JACINTA
¿Es tarde?

ISABEL
Las cinco son.

JACINTA
Aun durmiendo me fatiga
Quintilla
la memoria de don Juan,
1325
que esta siesta le he soñado
celoso de otro galán.

Miran adentro.

ISABEL
¡Ay, señora, don Beltrán,
y el perulero a su lado!

JACINTA
Quintilla
¿Qué dices?

ISABEL
Digo que aquel
1330
que hoy te habló en la platería,
viene a caballo con él.
¡Mírale!

JACINTA
¡Por vida mía,
que dices verdad, que es él!
Quintilla
¡Hay tal! ¿Cómo el embustero
1335
se nos fingió perulero
si es hijo de don Beltrán?

ISABEL
Los que intentan, siempre dan
gran presunción al dinero,
Quintilla
y con ese medio hallar
1340
entrada en tu pecho quiso;
que debió de imaginar
que aquí le ha de aprovechar
más ser Midas que Narciso.

JACINTA
Quintilla
En decir que ha que me vio
1345
un año, también mintió,
porque don Beltrán me dijo
que ayer a Madrid su hijo
de Salamanca llegó.

ISABEL
Quintilla
Si bien lo miras, señora,
1350
todo verdad puede ser;
que entonces te pudo ver,
irse de Madrid, y agora
de Salamanca volver;
Quintilla
y cuando no, ¿qué te admira
1355
que quien a obligar aspira
prendas de tanto valor,
para acreditar su amor,
se valga de una mentira?
Quintilla
Demás que tengo por llano,
1360
si no miente mi sospecha,
que no lo encarece en vano;
que hablarte hoy su padre, es flecha
que ha salido de su mano.
Quintilla
No ha sido, señora mía,
1365
acaso que el mismo día
que él te vio y mostró quererte,
venga su padre a ofrecerte
por esposo a don García.

JACINTA
Quintilla
Dices bien, mas imagino
1370
que el término que pasó
desde que el hijo me habló
hasta que su padre vino,
fue muy breve.

ISABEL
Él conoció
Quintilla
quién eres; encontraría
1375
su padre en la platería,
hablole, y él, que no ignora
tus calidades, y adora
justamente a don García,
Quintilla
vino a tratarlo al momento.

JACINTA
1380
Al fin, como fuere sea.
De sus partes me contento,
quiere el padre, él me desea;
da por hecho el casamiento.

Vanse.

[Escena 9N
X
Nota del editor

"Escena 9"

De nuevo vacío escénico y de nuevo cambio de lugar dramático, ahora al paseo de Atocha, que conducía de la puerta de Atocha hasta el convento de Atocha, continuando extramuros la que aún hoy es calle de Atocha.

]

Salen DON BELTRÁN y DON GARCÍA.

DON BELTRÁN
Redondilla
¿Qué os parece?

DON GARCÍA
Que animal
1385
no vi mejor en mi vida.

DON BELTRÁN
Linda bestia.

DON GARCÍA
Corregida
de espíritu racional,
Redondilla
¡qué contento y bizarría!

DON BELTRÁN
Vuestro hermano don Gabriel,
1390
que perdone Dios, en él
todo su gusto tenía.

DON GARCÍA
Redondilla
Ya que convida, señor,
de Atocha la soledad,
declara tu voluntad.

DON BELTRÁN
1395
Mi pena diréis mejor.
Romance (tirada)
¿Sois caballero, García?

DON GARCÍA
Téngome por hijo vuestroN
X
Nota del editor

"Téngome por hijo vuestro"

Estas preguntas y respuestas recuerdan a las de El tejedor de Segovia (I, 14), obra en la que el marqués pregunta a su depravado hijo, el conde don Juan:
¿Vos sabéis
que sois señor?
A lo cual contesta el conde:
Sé a lo menos
que vos los sois, y que soy
vuestro hijo y heredero.
Y replica entonces el marqués:
Pues no, no está en heredarlo,
sino en obrar bien, el serlo;
que desto sólo resulta
la estimación o el desprecio.

.

DON BELTRÁN
¿Y basta ser hijo mío
para ser vos caballero?

DON GARCÍA
1400
Yo pienso, señor, que sí.

DON BELTRÁN
¡Qué engañado pensamiento!
Solo consiste en obrar
como caballero, el serlo.
¿Quién dio principio a las casasN
X
Nota del editor

"¿Quién dio principio a las casas"

Esta idea se repite con igual fuerza en La crueldad por el honor (I, 12):
¿Quién, pues fueron autores
de las casas que hoy mira
el sol en cuanto gira
llenas de resplandores,
sino los claros hechos
de sus primeros valerosos pechos?

1405
nobles? Los ilustres hechos
de sus primeros autores.
Sin mirar sus nacimientos,
hazañas de hombres humildes
honraron sus herederos.
1410
Luego en obrar mal o bien
está el ser malo o ser bueno.
¿Es así?

DON GARCÍA
Que las hazañas
den nobleza, no lo niego;
mas no neguéis que sin ellas
1415
también la da el nacimiento.

DON BELTRÁN
Pues si honor puede ganar
quien nació sin él, ¿no es cierto
que por el contrario puede,
quien con él nació, perdello?

DON GARCÍA
1420
Es verdad.

DON BELTRÁN
Luego si vos
obráis afrentosos hechos,
aunque seáis hijo mío,
dejáis de ser caballero;
luego si vuestras costumbres
1425
os infaman en el pueblo,
no importan paternas armasN
X
Nota del editor

"paternas armas"

«Las insignias del linaje y casa, por que se ponían en el escudo del que las ganaba por sus hazañas» (Covarrubias).

,
no sirven altos abuelosN
X
Nota del editor

"no sirven altos abuelos"

El razonamiento de don Beltrán a su hijo se corresponde bien con la filosofía moral alarconiana, en la que se insiste mucho en que la nobleza heredada debe ser justificada por medio de las obras y los méritos adquiridos, en que los blasones fueron ganados por los primeros antepasados, y en que los actos degradantes deshonran al noble por alto que sea su linaje. Estas ideas aparecen expresadas en diversas obras alarconianas: El tejedor de Segovia (I, 14), La crueldad por el honor (I, 12), La cueva de Salamanca (I, 15), Los empeños de un engaño (III; 3), Los favores del mundo (I, 9)..., de las que C. O. Brenes (op. cit., pp. 117-119) va entresacando oportunas citas, aunque saca de ellas conclusiones unilaterales.

.
¿Qué cosa es que la fama
diga a mis oídos mesmos
1430
que a Salamanca admiraron
vuestras mentiras y enredos?
¡Qué caballero y qué nada!
Si afrenta al noble y plebeyo
solo el decirle que miente,
1435
decid, ¿qué será el hacerlo,
si vivo sin honra yo,
según los humanos fueros,
mientras de aquel que me dijo
que mentía no me vengo?
1440
¿Tan larga tenéis la espada,
tan duro tenéis el pecho,
que pensáis poder vengaros,
diciéndolo todo el pueblo?
¿Posible es que tenga un hombre
1445
tan humildes pensamientos
que viva sujeto al vicio
mas sin gusto y sin provecho?
El deleite natural
tiene a los lacivos presos,
1450
obliga a los cudiciosos
el poder que da el dinero,
el gusto de los manjares
al glotón, el pasatiempo
y el cebo de la ganancia
1455
a los que cursan el juego,
su venganza al homicida,
al robador su remedio,
la fama y la presunción
al que es por la espada inquieto.
1460
Todos los vicios, al fin,
o dan gusto o dan provecho,
mas de mentir, ¿qué se saca
sino infamia y menosprecio?

DON GARCÍA
Quien dice que miento yo,
1465
ha mentido.

DON BELTRÁN
También eso
es mentir, que aun desmentir
no sabéis, sino mintiendo.

DON GARCÍA
Pues, si dais en no creerme...

DON BELTRÁN
¿No seré necio si creo
1470
que vos decís verdad solo,
y miente el lugar entero?
Lo que importa es desmentir
esta fama con los hechos,
pensar que este es otro mundoN
X
Nota del editor

"este es otro mundo"

La Corte es otro mundo, diferente al más licencioso y universitario de Salamanca.

,
1475
hablar poco y verdadero;
mirad que estáis a la vista
de un rey tan santo y perfetoN
X
Nota del editor

"un rey tan santo y perfeto"

Alusión a Felipe III, a menudo calificado como «el Santo», que sitúa la escritura de la comedia antes del 31 de marzo de 1621 en que murió el rey dado aquí como vivo.

,
que vuestros yerros no pueden
hallar disculpa en sus yerros;
1480
que tratáis aquí con grandes,
títulos y caballerosN
X
Nota del editor

"títulos y caballeros"

Sobre estos tres grados de la nobleza vid. nuestra nota al v. 147 de LPO. Covarrubias los define así: «Grande es título de gran honor que sobrepuja a los demás títulos de condes, duques y marqueses y tiene grandes preminencias, entre otras se cubre delante del rey y se sienta delante dél en el banco que llaman de grandes. Título es renombre que se da a los señores que llamamos titulados o de título como duque, conde, marqués. Caballero no se dirá absolutamente el que anda a caballo, sino por ser escogido para la orden de caballería que consta de hombres escogidos cada uno entre mil.» En la época de la comedia había alrededor de 25 títulos de grandes y 142 de titulados (algunos concentrados en una misma persona), que componían la flor y nata de la nobleza española, frente a la clase media nobiliaria que eran los caballeros e hidalgos.

,
que si os saben la flaqueza,
os perderán el respeto;
que tenéis barba en el rostro,
1485
que al lado ceñís acero,
que nacistes noble, al fin,
y que yo soy padre vuestro.
Y no he de deciros más,
que esta sofrenadaN
X
Nota del editor

"sofrenada"

Reprimenda.

espero
1490
que baste para quien tiene
calidad y entendimiento.
Y agora, porque entendáis
que en vuestro bien me desvelo,
sabed que os tengo, García,
1495
tratado un gran casamiento.

DON GARCÍA
Aparte.
¡Ay mi Lucrecia!

DON BELTRÁN
Jamás
pusieron, hijo, los cielos,
tantas, tan divinas partes
en un humano sujeto
1500
como en Jacinta, la hija
de don Fernando PachecoN
X
Nota del editor

"Pacheco"

El ilustre linaje de los Pacheco procedía de Portugal, y se estableció en Castilla tras la victoria de Enrique Trastámara sobre Pedro el Cruel. Entre sus posesiones estaban los señoríos de Béjar y Belmonte, y llegaron a detentar el poderosísimo marquesado de Villena. En la época de Alarcón son varios los personajes de relieve de este linaje, a los que podía interesar homenajear Alarcón. Uno de ellos es don Andrés Pacheco, fue cardenal arzobispo de Toledo en nombre del archiduque Alberto, y Felipe III le ofreció las sedes episcopales de Burgos, Santiago, Sevilla y Toledo, que él rechazó, aceptando en cambio la diócesis de Cuenca y el nombramiento, en 1622, de inquisidor general y patriarca de las Indias occidentales. El otro, don Rodrigo Pacheco y Osorio, fue marqués de Cerralbo y virrey de Nueva España durante once años, entre 1624 y 1635.

,
de quien mi vejez pretende
tener regalados nietos.

DON GARCÍA
Aparte.
¡Ay Lucrecia! Si es posible,
1505
tú sola has de ser mi dueño.

DON BELTRÁN
¿Qué es esto? ¿No respondéis?

DON GARCÍA
Aparte.
¡Tuyo he de ser, vive el cielo!

DON BELTRÁN
¿Que os entristecéis? Hablad,
no me tengáis más suspenso.

DON GARCÍA
1510
Entristézcome, porque es
imposible obedeceros.

DON BELTRÁN
¿Por qué?

DON GARCÍA
Porque soy casado.

DON BELTRÁN
¿Casado? ¡Cielos! ¿Qué es esto?
¿Cómo, sin saberlo yo?

DON GARCÍA
1515
Fue fuerza y está secreto.

DON BELTRÁN
¿Hay padre más desdichado?

DON GARCÍA
No os aflijáis, que en sabiendo
la causa, señor, tendréis
por venturoso el efeto.

DON BELTRÁN
1520
Acabad, pues, que mi vida
pende solo de un cabello.

DON GARCÍA
Aparte.
Agora os he menester,
sutilezas de mi ingenio.
Romance (tirada)
En Salamanca, señor
1525
hay un caballero noble,
de quien es la alcuñaN
X
Nota del editor

"alcuña"

El linaje, la alcurnia.

Herrera,
y don Pedro el propio nombre.
A este dio el cielo otro cielo
por hija, pues con dos soles
1530
(sus dos purpúreas mejillas)
hace claros horizontes.
Abrevio, por ir al caso,
con decir que cuantas dotes
pudo dar naturaleza
1535
en tierna edad, la componen.
Mas la enemiga fortuna,
observante en su desorden,
a sus méritos opuesta,
de sus bienes la hizo pobre;
1540
que demás de que su casa
no es tan rica como noble,
al mayorazgoN
X
Nota del editor

"mayorazgo"

Vid. nota v. 80.

nacieron
antes que ella dos varones.
A esta, pues, saliendo al río
1545
la vi una tarde en su coche,
que juzgara el de FaetónN
X
Nota del editor

"Faetón"

Faetón cayó con el carro del sol en el Erídano, o río Po. Vid. LPO, v. 1248.

si fuese Eridano el Tormes.
No sé quién los atributos
del fuego en Cupido pone,
1550
que yo de un súbito hielo
me sentí ocupar entonces.
¿Qué tienen que ver del fuego
las inquietudes y ardores,
con quedar absorta un alma,
1555
con quedar un cuerpo inmóvil?
Caso fue verla forzoso,
viéndola, cegar de amores,
pues, abrasado, seguirla.
Júzguelo un pecho de bronceN
X
Nota del editor

"Júzguelo un pecho de bronce"

«Considere quienquiera que sea, incluso el corazón más endurecido, si me fue forzoso cegar de amores y seguirla.»

.
1560
Pasé su calle de día,
rondé su puerta de noche,
con terceros y papeles
le encarecí mis pasiones,
hasta que al fin condolida
1565
o enamorada responde,
porque también tiene amor
juridición en los dioses.
Fui acrecentando finezas
y ella aumentando favores,
1570
hasta ponerme en el cielo
de su aposento una noche.
Y cuando solicitaban
el fin de mi pena enorme,
conquistando honestidades,
1575
mis ardientes pretensiones,
siento que su padre viene
a su aposento: llamole
(porque jamás tal hacía)
mi fortuna aquella noche.
1580
Ella, turbada, animosa,
mujer al fin, a empellones
mi casi difunto cuerpo
detrás de su lecho esconde.
Llegó don Pedro, y su hija,
1585
fingiendo gusto, abrazole,
por negarle el rostroN
X
Nota del editor

"por negarle el rostro"

«Le abrazó para que no le viera el rostro, todo sofocado, hasta que le volvieran los colores habituales.»

en tanto
que cobraba sus colores.
Asentáronse los dos,
y él con prudentes razones
1590
le propuso un casamiento
con uno de los Monroyes.
Ella, honesta como cauta,
de tal suerte le responde
que ni a su padre resista,
1595
ni a mí, que la escucho, enoje.
Despidiéronse con esto,
y cuando ya casi pone
en el umbral de la puerta
el viejo los pies, entonces...
1600
(¡mal haya, amén, el primero
que fue inventor de relojes!),
uno que llevaba yo,
a dar comenzó las doceN
X
Nota del editor

"a dar comenzó las doce"

Juliá recuerda que en Lo cierto por lo dudoso, de Lope, también el reloj denuncia la presencia de don Enrique, oculto entre los árboles. La comedia de Lope es de cronología indefinida, según Morley y Bruerton, y oscila posiblemente entre 1620 y 1624.

.
Oyolo don PedroN
X
Nota del editor

"Oyolo don Pedro"

Recuerda Reyes a propósito de esta escena el bello romance del «Adúltero castigado», en que los adúlteros son interrumpidos por el marido, quien, ante el intento de disimular de ella, pregunta:
¿Cúyo es aquel caballo
que allá bajo relinchó?
Y se sigue el siguiente cruce de respuestas y preguntas:
—Señor, era de mi padre,
y enviólo para vos,
—¿Cúya es aquella lanza
que están en el corredor?
—Señor, eran de mi hermano,
y hoy vos las envió.
—¿Cúya es aquella lanza
que desde aquí la veo yo?
—Tomadla, conde, tomadla.
Matadme con ella vos.
Que aquesta suerte, buen conde,
bien os la merezco yo.
(Romancero General, vol. I, núm. 298, p. 161, BAE, X.)

, y vuelto
1605
hacia su hija: “¿De dónde
vino ese reloj?”, le dijo.
Ella respondió: “Enviole,
para que se le aderecen,
mi primo don Diego Ponce,
1610
por no haber en su lugar
relojero ni relojes.”
“Dádmele -dijo su padre-,
porque yo ese cargo tome.”
Pues entonces doña Sancha,
1615
que este es de la dama el nombre,
a quitármele del pecho
cauta y prevenida corre,
antes que llegar él mismo,
a su padre se le antoje.
1620
Quitémele yo, y al darle,
quiso la suerte que toquen
a una pistolaN
X
Nota del editor

"una pistola"

Según Vallejo (selección hecha para la Biblioteca Literaria del Estudiante, tomo XII, Madrid, 1926) no era esta pistola de faltriquera arma apropiada para un caballero, y menos en ciudad, donde estaba prohibido su uso por una pragmática de 1598. Debe entenderse que si Alarcón hace uso de ella es para aumentar el efecto cómico de todo este improvisado y embustero discurso.

, que tengo
en la mano, los cordones.
Cayó el gatillo, dio fuego,
1625
al tronido desmayose
doña Sancha, alborotado
el viejo empezó a dar voces.
Yo, viendo el cielo en el suelo
y eclipsados sus dos soles,
1630
juzgué sin duda por muerta
la vida de mis acciones,
pensando que cometieron
sacrilegio tan enorme
del plomo de mi pistola
1635
los breves volantes orbesN
X
Nota del editor

"los breves volantes orbes"

Los perdigones o balines.

.
Con esto, pues, despechado,
saqué rabioso el estoque:
fueran pocos para mí
en tal ocasión mil hombres.
1640
A impedirme la salida,
como dos bravos leones,
con sus armas sus hermanos
y sus criados se oponen;
mas, aunque fácil por todos
1645
mi espada y mi furia rompen,
no hay fuerza humana que impida
fatales disposiciones;
pues al salir por la puerta,
como iba arrimado, asiome
1650
la alcayata de la aldabaN
X
Nota del editor

"la alcayata de la aldaba"

La alcayata es «clavo de un solo gancho en forma de semicírculo» (DA) del que, probablemente, estaba colgada la aldaba de llamar a la puerta.

por los tiros del estoqueN
X
Nota del editor

"los tiros del estoque"

«Los pendientes de que cuelga la espada, por estar tirantes» (Covarrubias).

.
Aquí, para desasirme,
fue fuerza que atrás me torne,
y entre tanto mis contrarios
1655
muros de espadas me oponen.
En esto cobró su acuerdo
Sancha, y para que se estorbe
el triste fin que prometen
estos sucesos atroces,
1660
la puerta cerró, animosa,
del aposento, y dejome
a mí con ella encerrado,
y fuera a mis agresores.
Arrimamos a la puerta
1665
baúles, arcas y cofres,
que, al fin, son de ardientes iras
remedio las dilaciones.
Quisimos hacernos fuertes,
mas mis contrarios feroces
1670
ya la pared me derriban,
y ya la puerta me rompen.
Yo viendo que aunque dilate,
no es posible que revoque
la sentencia de enemigos
1675
tan agraviados y nobles,
viendo a mi lado la hermosa
de mis desdichas consorte,
y que hurtaba a sus mejillas
el temor sus arreboles,
1680
viendo cuán sin culpa suya
conmigo fortuna corre,
pues con industria deshace
cuanto los hados disponen,
por dar premio a sus lealtades,
1685
por dar fin a sus temores,
por dar remedio a mi muerte,
y dar muerte a mis pasiones,
hube de darme a partidoN
X
Nota del editor

"darme a partido"

«Inclinarme de su parte, rendirme.»

y pedirles que conformen
1690
con la unión de nuestras sangres
tan sangrientas disensiones.
Ellos, que ven el peligro,
y mi calidad conocen,
lo acetan, después de estar
1695
un rato entre sí discordes.
Partió a dar cuenta al obispo
su padre, y volvió con orden
de que el desposorio pueda
hacer cualquier sacerdote.
1700
Hízose, y en dulce paz
la mortal guerra trocose,
dándote la mejor nuera
que nació del Sur al Norte.
Mas en que tú no lo sepas
1705
quedamos todos conformes,
por no ser con gusto tuyo
y por ser mi esposa pobre;
pero ya que fue forzoso
saberlo, mira si escoges
1710
por mejor tenerme muerto
que vivo y con mujer noble.

DON BELTRÁN
Las circunstancias del caso
son tales, que se conoce
que la fuerza de la suerte
1715
te destinó esa consorte;
y así, no te culpo en más
que en callármelo.

DON GARCÍA
Temores
de darte pesar, señor,
me obligaron.

DON BELTRÁN
Si es tan noble,
1720
¿qué importa que pobre sea?
¡Cuánto es peor que lo ignore,
para que habiendo empeñado
mi palabra, agora torne
con eso a doña Jacinta!
1725
¡Mira en qué lance me pones!
Toma el caballo, y temprano,
¡por mi vida!, te recoge,
porque de espacio tratemos
de tus cosas esta noche.

DON GARCÍA
1730
Iré a obedecerte al punto
que toquen las oraciones.

Vase [DON BELTRÁN].

[Escena 10]

DON GARCÍA
Redondilla
Dichosamente se ha hecho.
Persuadido el viejo va:
ya del mentir no dirá
1735
que es sin gusto y sin provecho,
Redondilla
pues es tan notorio gusto
el ver que me haya creído,
y provecho haber huido
de casarme a mi disgusto.
Redondilla
1740
¡Bueno fue reñir conmigo
porque en cuanto digo miento,
y dar crédito al momento
a cuantas mentiras digo!
Redondilla
¡Qué fácil de persuadir,
1745
quien tiene amor, suele ser!
Y, ¡qué fácil en creer
el que no sabe mentir!
Redondilla
Mas ya me aguarda don Juan.
Dirá adentro.
¡Hola! Llevad el caballo.
1750
Tan terribles cosas hallo
que sucediéndome van,
Redondilla
que pienso que desvarío:
vine ayer, y en un momento
tengo amor y casamiento,
1755
y causa de desafío.

[Escena 11]

Sale DON JUAN.

DON JUAN
Redondilla
Como quien sois lo habéis hecho,
don García.

DON GARCÍA
¿Quién podía,
sabiendo la sangre mía,
pensar menos de mi pecho?
Redondilla
1760
Mas vamos, don Juan, al caso
por que llamado me habéis.
Decid, ¿qué causa tenéis,
que por sabella me abraso,
Redondilla
de hacer este desafío?

DON JUAN
1765
Esa dama a quien hicistes,
conforme vos me dijistes,
anoche fiesta en el río,
Redondilla
es causa de mi tormento,
y es con quien dos años ha
1770
que, aunque se dilata, está
tratado mi casamiento.
Redondilla
Vos ha un mes que estáis aquí,
y de eso, como de estar
encubierto en el lugar
1775
todo ese tiempo de mí,
Redondilla
colijo que habiendo sido
tan público mi cuidado,
vos no lo habéis ignorado,
y así, me habéis ofendido.
Redondilla
1780
Con esto que he dicho, digo
cuanto tengo que decir;
y es que o no habéis de seguir
el bien que ha tanto que sigo,
Redondilla
o si acaso os pareciere
1785
mi petición mal fundada,
se remita aquí a la espada,
y la sirva el que venciere.

DON GARCÍA
Redondilla
Pésame que sin estar
del caso bien informado,
1790
os hayáis determinado
a sacarme a este lugar.
Redondilla
La dama, don Juan de Sosa,
de mi fiesta, ¡vive Dios!,
que ni la habéis visto vos,
1795
ni puede ser vuestra esposaN
X
Nota del editor

"esposa"

Significa, aquí, prometida.

;
Redondilla
que es casada esta mujer,
y ha tan poco que llegó
a Madrid, que solo yo
sé que la he podido ver.
Redondilla
1800
Y cuando esa hubiera sido,
de no verla más os doy
palabra como quien soy,
o quedar por fementido.

DON JUAN
Redondilla
Con eso se aseguró
1805
la sospecha de mi pecho,
y he quedado satisfecho.

DON GARCÍA
Falta que lo quede yo,
Redondilla
que haberme desafiado
no se ha de quedar así.
1810
Libre fue el sacarme aquí,
mas habiéndome sacado,
Redondilla
me obligastes, y es forzoso,
puesto que tengo de hacer
como quien soy, no volver
1815
sino muerto o vitorioso.

DON JUAN
Redondilla
Pensad, aunque a mis desvelos
hayáis satisfecho así,
que aún deja cólera en mí
la memoria de mis celos.

Sacan las espadas y acuchíllanse.

[Escena 12]

Sale DON FÉLIX.

DON FÉLIX
Redondilla
1820
Deténganse, caballeros,
que estoy aquí yo.

DON GARCÍA
¡Que venga
agora quien me detenga!

DON FÉLIX
Vestid los fuertes aceros,
Redondilla
que fue falsa la ocasión
1825
desta pendencia.

DON JUAN
Ya había
dícholo así don García;
pero por la obligación
Redondilla
en que pone el desafío,
desnudó el valiente acero.

DON FÉLIX
1830
Hizo como caballero
de tanto valor y brío;
Redondilla
y pues bien quedado habéis
con esto, merezca yo
que a quien de celoso erró,
1835
perdón y la mano deis.

DON GARCÍA
Redondilla
Ello es justo, y lo mandáis...
Danse las manos.
mas mirad de aquí adelante
en caso tan importante,
don Juan, cómo os arrojáis.
Redondilla
1840
Todo lo habéis de intentar
primero que el desafío;
que empezar es desvarío
por donde se ha de acabar.

Vase.

[Escena 13]

DON FÉLIX
Redondilla
Extraña ventura ha sido
1845
haber yo a tiempo llegado.

DON JUAN
¿Que en efeto me he engañado?

DON FÉLIX
Sí.

DON JUAN
¿De quién lo habéis sabido?

DON FÉLIX
Redondilla
Súpelo de un escudero
de Lucrecia.

DON JUAN
Decid, pues,
1850
cómo fue.

DON FÉLIX
La verdad es
que fue el coche y el cochero
Redondilla
de doña Jacinta anoche
al Sotillo, y que tuvieron
gran fiesta las que en él fueron;
1855
pero fue prestado el coche.
Redondilla
Y el caso fue que a las horas
que fue a ver Jacinta bella
a Lucrecia, ya con ella
estaban las matadorasN
X
Nota del editor

"las matadoras"

Según Frenck las dos primas son llamadas «matadoras» por hermosas a la vez que —por medio de una dilogía— como cartas principales (se llaman matadoras) de una quinta del mismo palo.

,
Redondilla
1860
las dos primas de la quinta.

DON JUAN
¿Las que en el CarmenN
X
Nota del editor

"el Carmen"

La calle de este nombre existe todavía con tal nombre y comunicaba la Puerta del Sol con la plaza de San Jacinto. En ella estaba situado el convento de los Carmelitas. Claro que también podía referirse a la muy cercana y recoleta plaza del Carmen.

vivieron?

DON FÉLIX
Sí. Pues ellas le pidieron
el coche a doña Jacinta,
Redondilla
y en él con la escura noche
1865
fueron al río las dos.
Pues vuestro paje, a quien vos
dejastes siguiendo el coche,
Redondilla
como en él dos damas vio
entrar, cuando anochecía,
1870
y noticia no tenía
de otra visita, creyó
Redondilla
ser Jacinta la que entraba
y Lucrecia.

DON JUAN
Justamente.

DON FÉLIX
Siguió el coche diligente,
1875
y cuando en el soto estaba,
Redondilla
entre la música y cena
lo dejó, y volvió a buscaros
a Madrid, y fue el no hallaros
ocasión de tanta pena;
Redondilla
1880
porque yendo vos allá
se deshiciera el engaño.

DON JUAN
En eso estuvo mi daño;
mas tanto gusto me da
Redondilla
el saber que me engañé,
1885
que doy por bien empleado
el disgusto que he pasado.

DON FÉLIX
Otra cosa averigüé,
Redondilla
que es bien graciosa.

DON JUAN
Decid.

DON FÉLIX
Es que el dicho don García
1890
llegó ayer en aquel día
de Salamanca a Madrid,
Redondilla
y en llegando se acostó,
y durmió la noche toda,
y fue embeleco la boda
1895
y festín que nos contó.

DON JUAN
Redondilla
¿Qué decís?

DON FÉLIX
Esto es verdad.

DON JUAN
¿Embustero es don García?

DON FÉLIX
Eso un ciego lo vería:
porque tanta variedad
Redondilla
1900
de tiendas, aparadores,
vajillas de plata y oro,
tanto plato, tanto coro
de instrumentos y cantores,
Redondilla
¿no eran mentira patente?

DON JUAN
1905
Lo que me tiene dudoso
es que sea mentiroso
un hombre que es tan valiente,
Redondilla
que de su espada el furor
diera a AlcidesN
X
Nota del editor

"Alcides"

Es uno de los sobrenombres de Hércules. Millares lo documenta en El tejedor de Segovia (vv. 1928 y 2140), Los pechos privilegiados (v. 1665) y El examen de maridos (v. 2822).

pesadumbre.

DON FÉLIX
1910
Tendrá el mentir por costumbre,
y por herencia el valorN
X
Nota del editor

"por herencia el valor"

Recuérdese lo dicho en la Introducción (III, 2, 1) acerca de la dialéctica costumbre-naturaleza o sangre, a propósito de Don Domingo de don Blas:
...No la naturaleza
en quien principio halló vuestra nobleza
se rinda a la costumbre advenediza.

.

DON JUAN
Redondilla
Vamos, que a Jacinta quiero
pedille, Félix, perdón,
y decille la ocasión,
1915
con que esforzó este embustero
Redondilla
mi sospecha.

DON FÉLIX
Desde aquí
nada le creo, don Juan.

DON JUAN
Y sus verdades serán
ya consejas para mí.

Vanse.

[Escena 14]

Salen TRISTÁN, DON GARCÍA y CAMINO, de noche.

DON GARCÍA
Redondilla
1920
Mi padre me dé perdón,
que forzado le engañé.

TRISTÁN
Ingeniosa excusa fue.
Pero dime, ¿qué invención
Redondilla
agora piensas hacer
1925
con que no sepa que ha sido
el casamiento fingido?

DON GARCÍA
Las cartas le he de coger
Redondilla
que a Salamanca escribiere,
y las respuestas fingiendo
1930
yo mismo, iré entreteniendo
la ficción cuanto pudiere.

[Escena 15]

Salen JACINTA, LUCRECIA e ISABEL a la ventana.

JACINTA
Redondilla
Con esta nueva volvió
don Beltrán bien descontento,
cuando ya del casamiento
1935
estaba contenta yo.

LUCRECIA
Redondilla
¿Que el hijo de don Beltrán
es el indiano fingido?

JACINTA
Sí, amiga.

LUCRECIA
¿A quién has oído
lo del banquete?

JACINTA
A don Juan.

LUCRECIA
Redondilla
1940
Pues, ¿cuándo estuvo contigo?

JACINTA
Al anochecer me vio,
y en contármelo gastó
lo que pudo estar conmigo.

LUCRECIA
Redondilla
¡Grandes sus enredos son!
1945
¡Buen castigo te merece!

JACINTA
Estos tres hombres parece
que se acercan al balcón.

LUCRECIA
Redondilla
Vendrá al puesto don García,
que ya es hora.

JACINTA
Tú, Isabel,
1950
mientras hablamos con él,
a nuestros viejos espía.

LUCRECIA
Redondilla
Mi padre está refiriendo
bien despacio un cuento largo
a tu tío.

ISABEL
Yo me encargo
1955
de avisaros en viniendo.

Vase.

CAMINO
Redondilla
Este es el balcón adonde
os espera tanta gloria.

Vase.

[Escena 16]

LUCRECIA
Tú eres dueño de la historiaN
X
Nota del editor

"Tú eres dueño de la historia"

«A ti te importa este asunto.»

;
tú en mi nombre le responde.

DON GARCÍA
Redondilla
1960
¿Es Lucrecia?

JACINTA
¿Es don García?

DON GARCÍA
Es quien hoy la joya halló
más preciosa que labró
el cielo, en la Platería;
Redondilla
es quien, en llegando a vella,
1965
tanto estimó su valor,
que dio abrasado de amor
la vida y alma por ella.
Redondilla
Soy, al fin, el que se precia
de ser vuestro, y soy quien hoy
1970
comienzo a ser, porque soy
el esclavo de Lucrecia.

JACINTA
Redondilla
[Aparte a LUCRECIA.]
Amiga, este caballero
para todas tiene amor.

LUCRECIA
El hombre es embarradorN
X
Nota del editor

"embarrador"

«El que no procede con lisura en los negocios, y los maneja con doblez y trato engañoso, haciendo, como se suele decir, a dos manos» (DA).

.

JACINTA
1975
El es un gran embustero.

DON GARCÍA
Redondilla
Ya espero, señora mía,
lo que me queréis mandar.

JACINTA
Ya no puede haber lugar
lo que trataros quería...

TRISTÁN
Redondilla
1980
Al oído.
¿Es ella?

DON GARCÍA
Sí.

JACINTA
...que trataros
un casamiento intenté
bien importante, y ya sé
que es imposible casaros.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Por qué?

JACINTA
Porque sois casado.

DON GARCÍA
1985
¿Que yo soy casado?

JACINTA
Vos.

DON GARCÍA
Soltero soy, ¡vive Dios!,
quien lo ha dicho os ha engañado.

JACINTA
Redondilla
[Aparte a LUCRECIA.]
¿Viste mayor embustero?

LUCRECIA
No sabe sino mentir.

JACINTA
1990
¿Tal me queréis persuadir?

DON GARCÍA
¡Vive Dios que soy soltero!

JACINTA
Redondilla
(Aparte a LUCRECIA.)
¡Y lo jura!

LUCRECIA
Siempre ha sido
costumbre del mentiroso,
de su crédito dudoso
1995
jurar para ser creído.

DON GARCÍA
Redondilla
Si era vuestra blanca mano
con la que el cielo quería
colmar la ventura mía,
no pierda el bien soberano,
Redondilla
2000
pudiendo esa falsedad
probarse tan fácilmente.

JACINTA
[Aparte a LUCRECIA.]
¡Con qué confianza miente!
¿No parece que es verdad?

DON GARCÍA
Redondilla
La mano os daré, señora,
2005
y con eso me creeréis.

JACINTA
Vos sois tal, que la daréis
a trecientas en una hora.

DON GARCÍA
Redondilla
Mal acreditado estoy
con vos.

JACINTA
Es justo castigo;
2010
porque mal puede conmigo
tener crédito quien hoy
Redondilla
dijo que era perulero,
siendo en la Corte nacido;
y siendo de ayer venido,
2015
afirmó que ha un año entero
Redondilla
que está en la Corte; y habiendo
esta tarde confesado
que en Salamanca es casado
se está agora desdiciendo;
Redondilla
2020
y quien pasando en su cama
toda la noche, contó
que en el río la pasó
haciendo fiesta a una dama.

TRISTÁN
Redondilla
[Aparte.]
Todo se sabe.

DON GARCÍA
Mi gloria,
2025
escuchadme, y os diré
verdad pura, que ya sé
en qué se yerra la historia.
Redondilla
Por las demás cosas paso,
que son de poco momento,
2030
por tratar del casamiento,
que es lo importante del caso.
Redondilla
Si vos hubiérades sido
causa de haber yo afirmado,
Lucrecia, que soy casado,
2035
¿será culpa haber mentido?

JACINTA
Redondilla
¿Yo la causa?

DON GARCÍA
Si, señora.

JACINTA
¿Cómo?

DON GARCÍA
Decíroslo quiero.

JACINTA
[Aparte a LUCRECIA.]
Oye, que hará el embustero
lindos enredos agora.

DON GARCÍA
Redondilla
2040
Mi padre llegó a tratarme
de darme otra mujer hoy;
pero yo, que vuestro soy,
quise con eso excusarme;
Redondilla
que mientras hacer espero
2045
con vuestra mano mis bodas,
soy casado para todas,
solo para vos soltero.
Redondilla
Y como vuestro papel
llegó esforzando mi intento,
2050
al tratarme el casamiento
puse impedimento en él.
Redondilla
Este es el caso, mirad
si esta mentira os admira,
cuando ha dicho esta mentira
2055
de mi afición la verdad.

LUCRECIA
Redondilla
Aparte.
Mas, ¿si lo fuese?

JACINTA
¡Qué buena
la trazó, y qué de repente!
Pues, ¿cómo tan brevemente
os puedo dar tanta pena?
Redondilla
2060
¡Casi aún no visto me habéis,
y ya os mostráis tan perdido!
¿Aún no me habéis conocido,
y por mujer me queréis?

DON GARCÍA
Redondilla
Hoy vi vuestra gran beldad
2065
la vez primera, señora;
que el amor me obliga agora
a deciros la verdad.
Redondilla
Mas si la causa es divina,
milagro el efeto es,
2070
que el dios niño, no con pies,
sino con alas camina.
Redondilla
Decir que habéis menester
tiempo vos para matar
fuera, Lucrecia, negar
2075
vuestro divino poder.
Redondilla
Decís que sin conoceros
estoy perdido. ¡Pluguiera
a Dios que no os conociera,
por hacer más en quereros!
Redondilla
2080
Bien os conozco las partes:
sé bien que os dio la fortuna,
que sin eclipse sois LunaN
X
Nota del editor

"que sin eclipse sois Luna"

Vid. nota al v. 581.

que sois Mendoza sin MartesN
X
Nota del editor

"sois Mendoza sin Martes"

Así se lee en la edición de 1630; la de 1634, por errata, lee «mundaça». Tras llamar «luna» a Lucrecia Luna, con lo que suscita en la imaginación el «lunes», día de la luna, éste arrastra la asociación de los martes, días de mal agüero, y éstos a su vez arrastran la de Mendoza, linaje tenido por de mal agüero. «Algunas familias están notadas de tener ciertos agüeros» (Covarrubias). A los Mendoza se les atribuía especialmente el de la sal. Quevedo, en el Libro de todas las cosas y otras muchas más escribe: «Si se te derrama el salero y no eres Mendoza, véngate del agüero y cómetelo en los manjares», y Rojas Zorrilla, en La hermosura y la desdicha:
¿Eres tú Mendoza acaso,
que si la sal se derrama,
se está aquel día en la cama,
sin salir de casa un paso?

Millares aún aduce un testimonio del Quijote en el mismo sentido. En definitiva, una «Mendoza sin martes», era una Mendoza sin el lastre del gafe o mal agüero.

,
Redondilla
que es difunta vuestra madre,
2085
que sois sola en vuestra casa,
que de mil doblonesN
X
Nota del editor

"doblones"

Vid. nota al v. 2609 de LPO.

pasa
la renta de vuestro padre.
Redondilla
Ved si estoy mal informado:
¡ojalá, mi bien, que así
2090
lo estuviérades de mí!

LUCRECIA
Aparte.
Casi me pone en cuidado.

JACINTA
Redondilla
Pues, ¿Jacinta no es hermosa,
¿no es discreta, rica y tal,
que puede el más principal
2095
desealla por esposa?

DON GARCÍA
Redondilla
Es discreta, rica y bella;
mas a mí no me conviene.

JACINTA
Pues decid, ¿qué falta tiene?

DON GARCÍA
La mayor, que es no querella.

JACINTA
Redondilla
2100
Pues yo con ella os quería
casar, que esa sola fue
la intención con que os llamé.

DON GARCÍA
Pues será vana porfía;
Redondilla
que por haber intentado
2105
mi padre, don Beltrán, hoy
lo mismo, he dicho que estoy
en otra parte casado.
Redondilla
Y si vos, señora mía,
intentáis hablarme en ello,
2110
perdonad, que por no hacello,
seré casado en TurquíaN
X
Nota del editor

"seré casado en Turquía"

«Incluso en el sitio más remoto y menos comprobable.» Vid. otra alusión a Turquía como referencia remota en el v. 373 de LPO.

.
Redondilla
Esto es verdad, ¡vive Dios!,
porque mi amor es de modo,
que aborrezco aquello todo,
2115
mi Lucrecia, que no es vos.

LUCRECIA
Redondilla
Aparte.
¡Ojalá!

JACINTA
¡Que me tratéis
con falsedad tan notoria!
Decid, ¿no tenéis memoria,
o vergüenza no tenéis?
Redondilla
2120
¿Cómo, si hoy dijistes vos
a Jacinta que la amáis,
agora me lo negáis?

DON GARCÍA
¿Yo a Jacinta? ¡Vive Dios,
Redondilla
que sola con vos he hablado
2125
desde que entré en el lugar!

JACINTA
¡Hasta aquí pudo llegar
el mentir desvergonzado!
Redondilla
Si en lo mismo que yo vi
os atrevéis a mentirme,
2130
¿qué verdad podréis decirme?
Idos con Dios, y de mí
Redondilla
podéis desde aquí pensar,
si otra vez os diere oído,
que por divertirme ha sido;
2135
como quien para quitar
Redondilla
el enfadoso fastidio
de los negocios pesados,
gasta los ratos sobrados
en las fábulas de OvidioN
X
Nota del editor

"las fábulas de Ovidio"

Se refiere, sin duda, a los muy divulgados y conocidos relatos de las Metamorfosis, que narran las transformaciones, prodigios y maravillas de la mitología. Recuerda Juliá, a este propósito, que en 1609 se imprimió en Burgos la versión de las Metamorfosis hecha por Antonio Pérez Sigles.

.

Vase.

DON GARCÍA
Redondilla
2140
¡Escuchad, Lucrecia hermosa!

LUCRECIA
Aparte.
Confusa quedo.

Vase.

DON GARCÍA
Estoy loco.
¿Verdades valen tan poco?

TRISTÁN
En la boca mentirosa.

DON GARCÍA
Redondilla
¡Que haya dado en no creer
2145
cuanto digo!

TRISTÁN
¿Qué te admiras,
si en cuatro o cinco mentiras
te ha acabado de coger?
Redondilla
De aquí, si lo consideras,
conocerás claramente
2150
que quien en las burlas miente,
pierde el crédito en las veras.


Acto III

[Escena 1N
X
Nota del editor

"Escena 1"

La acción en casa de don Sancho, al día siguiente, por la mañana.

]

Sale CAMINO con un papel, dalo a LUCRECIA.

CAMINO
Redondilla
Este me dio para ti
Tristán, de quien don García
con justa causa confía,
2155
lo mismo que tú de mí;
Redondilla
que aunque su dicha es tan corta,
que sirve, es muy bien nacidoN
X
Nota del editor

"es muy bien nacido"

Vid. nota en los vv. 17-18.

,
y de suerte ha encarecido
lo que tu respuesta importa,
Redondilla
2160
que jura que don García
está loco.

LUCRECIA
¡Cosa extraña!
¿Es posible que me engaña
quien desta suerte porfía?
Redondilla
El más firme enamorado
2165
se cansa si no es querido,
¿y este puede ser fingido,
tan constante y desdeñado?

CAMINO
Redondilla
Yo, al menos, si en las señales
se conoce el corazón,
2170
ciertos juraré que son,
por las que he visto, sus males;
Redondilla
que quien tu calle pasea
tan constante noche y día,
quien tu espesa celosía
2175
tan atento brujuleaN
X
Nota del editor

"brujulea"

«Espía, acecha, mira como por brújula.»

,
Redondilla
quien ve que de tu balcón,
cuando él viene te retiras,
y ni te ve ni le miras,
y está firme en tu afición,
Redondilla
2180
quien llora, quien desespera,
quien porque contigo estoy
me da dineros, que es hoy
la señal más verdadera,
Redondilla
yo me afirmo en que decir
2185
que miente, es gran desatino.

LUCRECIA
Bien se echa de ver, Camino,
que no le has visto mentir.
Redondilla
¡Pluguiera a Dios fuera cierto
su amor!, que a decir verdad,
2190
no tarde en mi voluntad
hallaran sus ansias puerto.
Redondilla
Que sus encarecimientos,
aunque no los he creído,
por lo menos han podido
2195
despertar mis pensamientos;
Redondilla
que dado que es necedad
dar crédito al mentiroso,
como el mentir no es forzoso,
y puede decir verdad,
Redondilla
2200
oblígame la esperanza
y el propio amor a creer
que conmigo puede hacer
en sus costumbres mudanza.
Redondilla
Y así, por guardar mi honor,
2205
si me engaña lisonjero,
y si es su amor verdadero,
porque es digno de mi amor,
Redondilla
quiero andar tan advertida
a los bienes y a los daños,
2210
que ni admita sus engaños,
ni sus verdades despida.

CAMINO
Redondilla
De ese parecer estoy.

LUCRECIA
Pues dirásle que cruel
rompí sin vello el papel,
2215
que esta respuesta le doy.
Redondilla
Y luego tú, de tu aljabaN
X
Nota del editor

"de tu aljaba"

«De tu cosecha, como cosa tuya.»

,
le di, que no desespere,
y que si verme quisiere,
vaya esta tarde a la otava
Redondilla
2220
de la MadalenaN
X
Nota del editor

"la Madalena"

El convento de religiosas agustinas de la Magdalena, de la calle de Atocha, fundado en 1569 y que hoy no existe ya, pues fue demolido en 1836. Estaba en el centro de un Madrid muy literario, el de las calles de Atocha y la Magdalena, muy cerca de los corrales y enfrente de la iglesia de San Sebastián, donde yacen los restos de Alarcón, y donde está registrada —en bautizos, bodas o muertes— buena parte de la nómina de escritores del barroco cortesano.

.

CAMINO
Voy.

LUCRECIA
Mi esperanza fundo en ti.

CAMINO
No se perderá por mí,
pues ves que Camino soy.

[Escena 2N
X
Nota del editor

"Escena 2"

Tras el vacío escénico se reanuda la acción en casa de don Beltrán.

]

Vanse y salen DON BELTRÁN, DON GARCÍA y TRISTÁN. DON BELTRÁN saca una carta abierta, dala a DON GARCÍA.

DON BELTRÁN
Redondilla
¿Habéis escrito, García?

DON GARCÍA
2225
Esta noche escribiré.

DON BELTRÁN
Pues abierta os la daré,
porque leyendo la mía,
Redondilla
conforme a mi parecer
a vuestro suegro escribáis;
2230
que determino que vais
vos en persona a traer
Redondilla
vuestra esposa, que es razón:
porque pudiendo traella
vos mismo, enviar por ella,
2235
fuera poca estimación.

DON GARCÍA
Redondilla
Es verdad, mas sin efeto
será agora mi jornada.

DON BELTRÁN
¿Por qué?

DON GARCÍA
Porque está preñada;
y hasta que un dichoso nieto
Redondilla
2240
te dé, no es bien arriesgar
su persona en el camino.

DON BELTRÁN
¡Jesús!, fuera desatino,
estando así, caminar.
Redondilla
Mas dime, ¿cómo hasta aquí
2245
no me lo has dicho, García?

DON GARCÍA
Porque yo no lo sabía;
y en la que ayer recebí
Redondilla
de doña Sancha, me dice
que es cierto el preñado ya.

DON BELTRÁN
2250
Si un nieto varón me da,
hará mi vejez felice.
Redondilla
Muestra, que añadir es bien
Tómale la carta que le había dado.
cuánto con esto me alegro:
mas di, ¿cuál es de tu suegro
2255
el propio nombre?

DON GARCÍA
¿De quién?

DON BELTRÁN
Redondilla
De tu suegro.

DON GARCÍA
Aparte.
Aquí me pierdo.
Don Diego.

DON BELTRÁN
O yo me he engañado,
o otras veces le has nombrado
don Pedro.

DON GARCÍA
También me acuerdo
Redondilla
2260
de eso mismo, pero son
suyos, señor, ambos nombres.

DON BELTRÁN
¿Diego y Pedro?

DON GARCÍA
No te asombres;
que por una condición
Redondilla
don Diego se ha de llamar
2265
de su casa el sucesor.
Llamábase mi señor
don Pedro antes de heredar,
Redondilla
y como se puso luego
don Diego, porque heredó,
2270
después acá se llamó
ya don Pedro, ya don Diego.

DON BELTRÁN
Redondilla
No es nueva esa condiciónN
X
Nota del editor

"No es nueva esa condición"

No eran nada infrecuentes este tipo de cláusulas testamentarias, pero se referían siempre al linaje, no al nombre, pues trataban de perpetuar el vínculo de un apellido a un título o a un mayorazgo, el heredero de los cuales había de asumir junto a la herencia el apellido.

en muchas casas de España.
A escribirle voy.

Vase.

[Escena 3]

TRISTÁN
Extraña
2275
fue esta vez tu confusión.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Has entendido la historia?

TRISTÁN
Y hubo bien en qué entender.
El que miente ha menester
gran ingenio y gran memoria.

DON GARCÍA
Redondilla
2280
Perdido me vi.

TRISTÁN
Y en eso
pararás al fin, señor.

DON GARCÍA
Entre tanto, de mi amor
veré el bueno o mal suceso.
Redondilla
¿Qué hay de Lucrecia?

TRISTÁN
Imagino,
2285
aunque de dura se precia,
que has de vencer a LucreciaN
X
Nota del editor

"Lucrecia"

Alusión a la romana Lucrecia, esposa de Tarquino Colatino, que se suicidó después de sufrir el ultraje del último rey romano, Tarquino el Soberbio (Millares).

sin la fuerza de Tarquino.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Recibió el billete?

TRISTÁN
Sí,
aunque a Camino mandó
2290
que diga que lo rompió,
que él lo ha fiado de mí.
Redondilla
Y pues lo admitió, no mal
se negocia tu deseo,
si aquel epigramaN
X
Nota del editor

"aquel epigrama"

Libro II, epigrama IX, también citado en Don Domingo de don Blas. Otro epigrama de Marcial se cita en LPO, vv. 1314-1316.

creo
2295
que a Nevia escribió Marcial:
Redondilla
"Escribí. No respondió
Nevia, luego dura está;
mas ella se ablandará,
pues lo que escribí leyó."

DON GARCÍA
Redondilla
2300
Que dice verdad sospecho.

TRISTÁN
Camino está de tu parte,
y promete revelarte
los secretos de su pecho;
Redondilla
y que ha de cumplillo espero,
2305
si andas tú cumplido en dar,
que para hacer confesar
no hay cordelN
X
Nota del editor

"cordel"

«Las cuerdas que aprietan a los que ponen quistión de tormento. Apretar los cordeles es necesitar a uno a que confiese lo que le está bien negar» (Covarrubias).

como el dinero.
Redondilla
Y aun fuera bueno, señor,
que conquistaras tu ingrata
2310
con dádivas, pues que mata
con flechas de oro el amor.

DON GARCÍA
Redondilla
Nunca te he visto grosero,
sino aquí, en tus pareceres.
¿Es esta de las mujeres
2315
que se rinden por dinero?

TRISTÁN
Redondilla
Virgilio dice que DidoN
X
Nota del editor

"Virgilio dice que Dido"

La historia de los amores de Dido y Eneas la canta Virgilio en la Eneida, y el pasaje concreto aludido es I, 5, 659: Donisgue furentem incendant reginam.

fue del troyano abrasada,
de sus dones obligada
tanto como de Cupido.
Redondilla
2320
¡Y era reina!, no te espantes
de mis pareceres rudos,
que escudos vencen escudos,
diamantes labran diamantesN
X
Nota del editor

"diamantes labran diamantes"

Debieron ser aplaudidos por el público estos versos, pues los encontramos repetidos, como apunta Millares, en La amistad castigada, vv. 1142-1143.

.

DON GARCÍA
Redondilla
¿No viste que le ofendió
2325
mi oferta en la Platería?

TRISTÁN
Tu oferta la ofendería,
señor, que tus joyas no.
Redondilla
Por el uso te gobierna,
que a nadie en este lugar,
2330
por desvergonzado en dar,
le quebraron brazo o piernaN
X
Nota del editor

"le quebraron brazo o pierna"

Quebrar brazo o pierna era suplicio aplicado a grandes criminales.

.

DON GARCÍA
Redondilla
Dame tú que ella lo quiera,
que darle un mundo imagino.

TRISTÁN
Camino dará camino,
2335
que es el polo desta esfera.
Redondilla
Y porque sepas que está
en buen estado tu amor,
ella le mandó, señor,
que te dijese que hoy va
Redondilla
2340
Lucrecia a la Madalena,
a la fiesta de la Otava,
como que él te lo avisaba.

DON GARCÍA
¿Dulce alivio de mi pena!
Redondilla
¿Con ese espacio me das
2345
nuevas que me vuelven loco?

TRISTÁN
Dóytelas tan poco a poco
porque dure el gusto más.

Vanse.

[Escena 4N
X
Nota del editor

"Escena 4"

La acción se traslada, la tarde del mismo día y tras el vacío escénico, al claustro del convento de la Magdalena, comunicado por puerta con la iglesia.

]

Salen JACINTA y LUCRECIA, con mantos.

JACINTA
Redondilla
¿Qué prosigue don García?

LUCRECIA
De modo que con saber
2350
su engañoso proceder,
como tan firme porfía,
Redondilla
casi me tiene dudosa.

JACINTA
Quizá no eres engañada,
que la verdad no es vedada
2355
a la boca mentirosa.
Redondilla
Quizá es verdad que te quiere,
y más donde tu beldad
asegura esa verdad
en cualquiera que te viere.

LUCRECIA
Redondilla
2360
Siempre tú me favoreces;
mas yo lo creyera así,
a no haberte visto a ti,
que al mismo sol obscureces.

JACINTA
Redondilla
Bien sabes tú lo que vales,
2365
y que en esta competencia
nunca ha salido sentencia
por tener votos iguales.
Redondilla
Y no es sola la hermosura
quien causa amoroso ardor,
2370
que también tiene el amor
su pedazo de ventura.
Redondilla
Yo me holgaré que por ti,
amiga, me haya trocado,
y que tú hayas alcanzado
2375
lo que yo no merecí,
Redondilla
porque ni tú tienes culpa,
ni él me tiene obligación.
Pero ve con prevención,
que no te queda disculpa
Redondilla
2380
si te arrojas en amar,
y al fin quedas engañada
de quien estás ya avisada,
que solo sabe engañar.

LUCRECIA
Redondilla
Gracias, Jacinta, te doy,
2385
mas tu sospecha corrige,
que estoy por creerle dije,
no que por quererle estoy.

JACINTA
Redondilla
Obligarate el creer
y querrás, siendo obligada;
2390
y así es corta la jornada,
que hay de creer a querer.

LUCRECIA
Redondilla
Pues, ¿qué dirás si supieres
que un papel he recebido?

JACINTA
Diré que ya le has creído,
2395
y aun diré que ya le quieres.

LUCRECIA
Redondilla
Erráraste, y considera
que tal vez la voluntad
hace por curiosidad
lo que por tu amor no hiciera.
Redondilla
2400
¿Tú no le hablaste gustosa
en la Platería?

JACINTA
Sí.

LUCRECIA
¿Y fuiste, en oírle allí,
enamorada o curiosa?

JACINTA
Redondilla
Curiosa.

LUCRECIA
Pues yo con él
2405
curiosa también he sido,
como tú en haberle oído,
en recebir su papel.

JACINTA
Redondilla
Notorio verás tu error,
si adviertes que es el oír
2410
cortesía, y admitir
un papel, claro favor.

LUCRECIA
Redondilla
Eso fuera a saber él
que su papel recebí;
mas él piensa que rompí,
2415
sin leello, su papel.

JACINTA
Redondilla
Pues con eso es cierta cosa
que curiosidad ha sido.

LUCRECIA
En mi vida me ha valido
tanto gusto el ser curiosa.
Redondilla
2420
Y porque su falsedad
conozcas, escucha y mira,
si es mentira la mentira
que más parece verdad.

Saca un papel y ábrele y lee en secreto.

[Escena 5]

Salen CAMINO, DON GARCÍA y TRISTÁN por otra parte.

CAMINO
Redondilla
¿Veis la que tiene en la mano
2425
un papel?

DON GARCÍA
Sí.

CAMINO
Pues aquella
es Lucrecia.

DON GARCÍA
Aparte.
¡Oh, causa bella
de dolor tan inhumano!
Redondilla
Ya me abraso de celoso.
¡Oh, Camino, cuánto os debo!

TRISTÁN
2430
Mañana os vestís de nuevoN
X
Nota del editor

"Mañana os vestís de nuevo"

Alusión a las «albricias» que era costumbre dar por una buena noticia, y que solían consistir en vestidos, cadenas de oro, anillos, etc. (Millares).

.

CAMINO
Por vos he de ser dichoso.

Vase.

DON GARCÍA
Redondilla
Llegarme, Tristán, pretendo
adonde, sin que me vea,
si posible fuere, lea
2435
el papel que está leyendo.

TRISTÁN
Redondilla
No es difícil; que si vas
a esta capilla arrimado,
saliendo por aquel lado,
de espaldas la cogerás.

DON GARCÍA
Redondilla
2440
Bien dices. Ven por aquí.

Vanse.

JACINTA
Lee bajo, que darás
mal ejemplo.

LUCRECIA
No me oirás.
Toma y lee para ti.

Da el papel a JACINTA.

JACINTA
Redondilla
Ese es mejor parecer.

Salen TRISTÁN y GARCÍA por otra puerta; cogen de espaldas a las damas.

[Escena 6]

TRISTÁN
2445
Bien el fin se consiguió.

DON GARCÍA
Tú, si ves mejor que yo,
procura, Tristán, leer.

Lee JACINTA.

PAPEL
Redondilla
“Ya que mal crédito cobras
de mis palabras sentidas,
2450
dime si serán creídas,
pues nunca mienten, las obras.
Redondilla
Que si consiste el creerme,
señora, en ser tu marido,
y ha de dar el ser creído
2455
materia al favorecerme,
Redondilla
por este, Lucrecia mía,
que de mi mano te doy
firmado, digo que soy
ya tu esposo. Don García.”

DON GARCÍA
Redondilla
2460
¡Vive Dios que es mi papel!

TRISTÁN
¿Pues qué? ¿No lo vio en su casa?

DON GARCÍA
Por ventura lo repasa,
regalándose con él.

TRISTÁN
Redondilla
Como quiera te está bien.

DON GARCÍA
2465
Como quiera soy dichoso.

JACINTA
Él es breve y compendioso,
o bien siente o miente bien.

DON GARCÍA
Redondilla
A JACINTA.
Volved los ojos, señora,
cuyos rayos no resisto.

JACINTA
2470
[Aparte a LUCRECIA.]
Cúbrete, pues no te ha visto,
y desengáñate agora.

Tápanse LUCRECIA y JACINTA.

LUCRECIA
Redondilla
Disimula y no me nombres.

DON GARCÍA
Corred los delgados velos
a ese asombro de los cielos,
2475
a ese cielo de los hombres.
Décima
¿Posible es que os llego a ver,
homicida de mi vida?
Mas como sois mi homicida,
en la iglesia hubo de serN
X
Nota del editor

"en la iglesia hubo de ser"

El delincuente, una vez cometido el asesinato, corría a retraerse (como se dice en seguida) a la iglesia, donde gozaba del derecho de asilo y la justicia no podía detenerlo.

:
2480
si os obliga a retraer
mi muerte, no hayáis temor,
que de las leyes de amor
es tan grande el desconcierto,
que dejan preso al que es muerto,
2485
y libre al que es matador.
Décima
Ya espero que de mi pena
estáis, mi bien, condolida,
si el estar arrepentida
os trajo a la MadalenaN
X
Nota del editor

"os trajo a la Madalena"

Ejemplo y patrona de las pecadoras arrepentidas fue María Magdalena, y su invocación regía el convento madrileño.

.
2490
Ved cómo el amor ordena
recompensa al mal que siento,
pues si yo llevé el tormento
de vuestra crueldad, señora,
la gloria me llevo agora
2495
de vuestro arrepentimiento.
Décima
¿No me habláis, dueño querido?
¿No os obliga el mal que paso?
¿Arrepentisos acaso
de haberos arrepentido?
2500
Que advirtáis, señora, os pido
que otra vez me mataréis:
si porque en la iglesia os veis
probáis en mí los aceros,
mirad que no ha de valeros
2505
si en ella el delito hacéisN
X
Nota del editor

"si en ella el delito hacéis"

El derecho de asilo no protegía a quien delinquiese dentro de la misma iglesia.

.

JACINTA
Décima
¿Conocéisme?

DON GARCÍA
¡Y bien, por Dios!
Tanto que desde aquel día
que os hablé en la Platería,
no me conozco por vos;
2510
de suerte que de los dos
vivo más en vos que en mí;
que tanto, desde que os vi,
en vos transformado estoy,
que ni conozco el que soy,
2515
ni me acuerdo del que fui.

JACINTA
Décima
Bien se echa de ver que estáis
del que fuistes olvidado,
pues sin ver que sois casado
nuevo amor solicitáis.

DON GARCÍA
2520
¿Yo casado? ¿En eso dais?

JACINTA
¿Pues no?

DON GARCÍA
¡Qué vana porfía!
Fue, por Dios, invención mía,
por ser vuestro.

JACINTA
O por no sello;
y si os vuelven a hablar dello,
2525
seréis casado en Turquía.

DON GARCÍA
Redondilla
Y vuelvo a jurar, ¡por Dios!,
que en este amoroso estado
para todos soy casado,
y soltero para vos.

JACINTA
Redondilla
2530
A LUCRECIA aparte.
¿Ves tu desengaño?

LUCRECIA
Aparte.
¡Ah, cielos!
¿Apenas una centella
siento de amor, y ya della
nacen vulcanes de celos?

DON GARCÍA
Redondilla
Aquella noche, señora,
2535
que en el balcón os hablé,
¿todo el caso no os conté?

JACINTA
¿A mí en balcón?

LUCRECIA
Aparte.
¡Ah, traidora!

JACINTA
Redondilla
Advertid que os engañáis.
¿Vos me hablastes?

DON GARCÍA
¡Bien, por Dios!

LUCRECIA
2540
Aparte.
¿Hablaisle de noche vos,
y a mí consejos me dais?

DON GARCÍA
Redondilla
Y el papel que recebistes,
¿negareislo?

JACINTA
¿Yo papel?

LUCRECIA
Aparte.
¡Ved qué amiga tan fiel!

DON GARCÍA
2545
Y sé yo que lo leístes.

JACINTA
Redondilla
Pasar por donaire puede,
cuando no daña, el mentir;
mas no se puede sufrir
cuando ese límite excede.

DON GARCÍA
Redondilla
2550
¿No os hablé en vuestro balcón,
Lucrecia, tres noches ha?

JACINTA
Aparte.
¿Yo, Lucrecia? ¡Bueno va!;
toro nuevo, otra invención:
Redondilla
a Lucrecia ha conocido,
2555
y es muy cierto el adoralla,
pues finge, por no enojalla,
que por ella me ha tenido.

LUCRECIA
Redondilla
Aparte.
Todo lo entiendo. ¡Ah, traidora!
Sin duda que le avisó
2560
que la tapada fui yo,
y quiere enmendallo agora
Redondilla
con fingir que fue el tenella
por mí, la causa de hablalla.

TRISTÁN
A DON GARCÍA.
Negar debe de importalla,
2565
por la que está junto della,
Redondilla
ser Lucrecia.

DON GARCÍA
Así lo entiendo;
que si por mí lo negara,
encubriera ya la cara.
Pero no se conociendo,
Redondilla
2570
¿se hablaran las dos?

TRISTÁN
Por puntosN
X
Nota del editor

"Por puntos"

«A menudo.»

suele en las iglesias verse,
que parlan, sin conocerse,
los que aciertan a estar juntos.

DON GARCÍA
Redondilla
Dices bien.

TRISTÁN
Fingiendo agora
2575
que se engañaron tus ojos,
lo enmendarás.

DON GARCÍA
Los antojos
de un ardiente amor, señora,
Redondilla
me tienen tan deslumbrado,
que por otra os he tenido;
2580
perdonad, que yerro ha sido
de esa cortina causado.
Redondilla
Que como a la fantasía
fácil engaña el deseo,
cualquiera dama que veo,
2585
se me figura la mía.

JACINTA
Redondilla
Aparte.
Entendile la intención.

LUCRECIA
Aparte.
Avisole la taimada.

JACINTA
Según eso, la adorada
es Lucrecia.

DON GARCÍA
El corazón,
Redondilla
2590
desde el punto que la vi,
la hizo dueño de mi fe.

JACINTA
Aparte a LUCRECIA.
¡Bueno es esto!

LUCRECIA
[Aparte.]
¡Que esta esté
haciendo burla de mí!
Redondilla
No me doy por entendida,
2595
por no hacer aquí un exceso.

JACINTA
Pues yo pienso que, a estar de eso
cierta, os fuera agradecida
Redondilla
Lucrecia.

DON GARCÍA
¿Tratáis con ella?

JACINTA
Trato y es amiga mía;
2600
tanto que me atrevería
a afirmar que en mí y en ella
Redondilla
vive solo un corazón.

DON GARCÍA
Aparte.
Si eres tú, bien claro está.
¡Qué bien a entender me da
2605
su recato y su intención!
Redondilla
Pues ya que mi dicha ordena
tan buena ocasión, señora,
pues sois ángel, sed agora
mensajera de mi pena.
Redondilla
2610
Mi firmeza le decid;
y perdonadme si os doy
este oficio.

TRISTÁN
Aparte.
Oficio es hoy
de las mozas en Madrid.

DON GARCÍA
Redondilla
Persuadilda que a tan grande
2615
amor, ingrata no sea.

JACINTA
Hacelde vos que lo crea,
que yo la haré que se ablande.

DON GARCÍA
Redondilla
¿Por qué no creerá que muero,
pues he visto su beldad?

JACINTA
2620
Porque, si os digo verdad,
no os tiene por verdadero.

DON GARCÍA
Redondilla
Esta es verdad, ¡vive Dios!

JACINTA
Hacelde vos que lo crea.
¿Qué importa que verdad sea,
2625
si el que la dice sois vos?
Redondilla
Que la boca mentirosa
incurre en tan torpe mengua,
que solamente en su lengua
es la verdad sospechosa.

DON GARCÍA
Redondilla
2630
Señora...

JACINTA
¡Basta!, mirad
que dais nota.

DON GARCÍA
Yo obedezco.

JACINTA
¿Vas contenta?

LUCRECIA
Yo agradezco,
Jacinta, tu voluntad.

Vanse.

[Escena 7]

DON GARCÍA
Redondilla
¿No ha estado aguda Lucrecia?
2635
¡Con qué astucia dio a entender
que le importaba no ser
Lucrecia!

TRISTÁN
A fe que no es necia.

DON GARCÍA
Redondilla
Sin duda que no quería
que la conociese aquella
2640
que estaba hablando con ella.

TRISTÁN
Claro está que no podía
Redondilla
obligalla otra ocasión
a negar cosa tan clara;
porque a ti no te negara
2645
que te habló por su balcón,
Redondilla
pues ella misma tocó
los puntos de que tratastes
cuando por él os hablastes.

DON GARCÍA
En eso bien me mostró
Redondilla
2650
que de mí no se encubría.

TRISTÁN
Y por eso dijo aquello:
"y si os vuelven a hablar dello,
seréis casado en Turquía".
Redondilla
Y esta conjetura abona
2655
más claramente el negar
que era Lucrecia, y tratar
luego en tercera persona
Redondilla
de sus propios pensamientos,
diciéndote que sabía
2660
que Lucrecia pagaría
tus amorosos intentos,
Redondilla
con que tú hicieses, señor,
que los llegase a creer.

DON GARCÍA
¡Ah, Tristán!, ¿qué puedo hacer
2665
para acreditar mi amor?

TRISTÁN
Redondilla
¿Tú quieres casarte?

DON GARCÍA
Sí.

TRISTÁN
Pues pídela.

DON GARCÍA
¿Y si resiste?

TRISTÁN
Parece que no la oíste
lo que dijo agora aquí:
Redondilla
2670
“Hacelde vos que lo crea,
que yo la haré que se ablande.”
¿Qué indicio quieres más grande
de que ser tuya desea?
Redondilla
Quien tus papeles recibe,
2675
quien te habla en sus ventanas,
muestras ha dado bien llanas
de la afición con que vive.
Redondilla
El pensar que eres casado
la refrena solamente,
2680
y queda ese inconveniente
con casarte remediado;
Redondilla
pues es el mismo casarte,
siendo tan gran caballero,
información de soltero,
2685
y cuando quiera obligarte
Redondilla